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Índice
Función[editar]
Limpieza[editar]
La limpieza del canal auditivo ocurre como consecuencia del proceso "de cinta transportadora"
de migración epitelial, ayudado por el movimiento del maxilar.5 Las células formadas en el
centro del tímpano emigran hacia afuera del oído interno, a las paredes del canal auditivo, y
aceleran en la entrada de éste. El cerumen, en el canal, también es llevado hacia fuera,
llevando consigo cualquier suciedad, polvo y materia particular que puede haberse incrustado
en las paredes del canal. El movimiento del maxilar ayuda a este proceso soltando los restos
que quedan impregnados en las paredes del canal, aumentando la probabilidad de su
expulsión.
Lubricación[editar]
La lubricación previene el desecamiento, picor y pelaje de la piel dentro del canal auditivo; es
decir, la asteatosis. Sus propiedades lubricantes provienen de su alto contenido de lípidos,
procedentes del sebo producido por las glándulas sebáceas. En el cerumen de tipo húmedo,
estos lípidos incluyen colesterol, escualeno y muchos ácidos grasos de cadena larga
y alcoholes.67
Extracción[editar]
El exceso de cerumen puede impedir el paso del sonido por el canal auditivo, causando la
pérdida del sentido del oído. También se estima que es la causa del 60-80 % de los
problemas de oído que conducen a la necesidad de emplear audífonos como prótesis.13 Como
se ha mencionado anteriormente, el movimiento de la mandíbula ayuda al proceso de la
limpieza natural de los oídos, por lo que mascar un chicle o hablar pueden ayudar a ella. Si
esto no es suficiente, el método más común de retirar el cerumen es acudiendo a los médicos
de familia, que inyectan agua caliente con una jeringuilla (método usado por el 95 % de los
médicos de familia).14 El método de cureta es usado por otorrinolaringólogos cuando el canal
auditivo está parcialmente ocluido y la materia no se adhiere a la piel del canal auditivo.15
Cerumenolítico[editar]
En los casos de los que tienen el tipo húmedo de cerumen, es, por lo general, necesario
ablandar la cera antes de su retirada. Este proceso se denomina cerumenolítico, y se
consigue usando un agente cerumenolítico que se encuentra en el canal auditivo. El
tratamiento casero más común para retirar el cerumen mediante este método es el aceite de
oliva.16 Otros cerumenolíticos están disponibles en productos que se encuentran a la venta en
las tiendas.
Un cerumenolítico debe ser usado 2 o 3 veces al día durante 3 o 5 días antes de la extracción
del cerumen.17 Una revisión sistemática de los estudios de la eficacia de preparativos tópicos
para la extracción del cerumen concluyó que el cerumenolítico no es mejor que ningún otro
tratamiento. La aplicación de cualquier cerumenolítico media hora antes de la inyección es
probablemente tan eficaz como la aplicación del mismo durante varios días.18
Inyección[editar]
Cerumen en un hisopo de algodón.
Una vez que el cerumen se ha suavizado, puede ser retirado de la oreja mediante la irrigación.
Las técnicas de inyecciones de agua son descritas con gran detalle por Wilson y Roeser,17 y
Blake entre otros,19 quienes asesoran que debe ser inyectado desde la espalda en el oído, con
la boquilla de la jeringa hacia arriba y ligeramente hacia atrás para que el agua se dirija hacia
el techo del canal. La solución irrigada se dirigirá al oído externo para salir arrastrando con ella
toda la cera y diversos residuos. La solución utilizada para irrigar el canal auditivo suele ser
agua caliente,19 una solución salina normal,20 una solución de bicarbonato de sodio,21 o una
solución de agua y vinagre para ayudar a prevenir infecciones secundarias.19
Los pacientes suelen preferir que la solución de irrigación esté a la temperatura corporal,20 ya
que el mareo es un efecto secundario común de la inyección de fluidos que son más fríos o
más calientes que la temperatura del cuerpo. Sharp recomienda que la solución tenga una
temperatura de 37 °C,14 mientras que Blake recomienda el uso del agua a 38 °C,19 un grado
por encima de la temperatura corporal. Debe utilizarse una jeringa para que el flujo de agua
sea inyectado suavemente en el oído. Para los niños el ritmo y la velocidad debe ser inferior.
Puede ser necesario que el oído deba ser irrigado varias veces seguidas.
Con cureta[editar]
El cerumen se elimina mediante la utilización de un hisopo, que lo despega y lleva fuera del
canal auditivo. En Occidente, la utilización de una cureta es a menudo llevada a cabo
solamente por parte de profesionales de la salud. Eliminar el cerumen raspando con un hisopo
es una práctica muy común en el Este de Asia. La mayoría de los asiáticos orientales tienen el
tipo seco de cerumen, que es muy fácil de eliminar mediante el método del raspado.
Riesgos[editar]
La limpieza del cerumen del canal auditivo no está exenta de riesgo. El único método de
limpieza del cerumen que se puede llevar a cabo en casa es el de la inyección de agua,
siempre y cuando el flujo no sea demasiado potente. Todos los demás métodos solo deben
ser llevados a cabo por personas que hayan sido lo suficientemente formadas como para
realizarlos.
Bull aconseja a los médicos:
Después de la eliminación de la cera, inspeccionar minuciosamente para asegurarse de que no queda
ningún resto. Este paso puede parecer superfluo, pero con frecuencia es ignorado. Este consejo
también es ratificado por Sharp, que, en una encuesta en la que participaron 320 médicos generalistas,
demostró que solo el 68 % de los médicos inspeccionaba el canal auditivo después de la irrigación de
este para comprobar que la cera había sido eliminada. Como resultado de ello, el hecho de no quitar la
cera restante del canal crea aproximadamente el 30 % de las complicaciones asociadas con el
procedimiento de irrigación del canal. Otras complicaciones incluyen
la otitis externa, dolores, vértigo, acúfenos y la perforación del tímpano.14
Bastoncillos de algodón[editar]
En general se recomienda no utilizar bastoncillos de algodón para extraer el cerumen, ya que
lo que se consigue normalmente es empujar la cera más adentro del canal auditivo y, si se
utilizan sin cuidado, perforar el tímpano. La abrasión del canal auditivo, en particular después
de que el agua haya entrado tras nadar o bañarse, puede conducir a la infección del oído
medio. Asimismo, el trozo de algodón puede quedar atrapado en el canal auditivo. Los
bastoncillos de algodón solo deben utilizarse para limpiar el oído externo.
Sin embargo, desde el punto de vista ocupacional y como parte del programa de protección
auditiva, la inserción de protectores auditivos en el canal auditivo (tapones de espuma o
silicona) requiere un conducto limpio, el cual solamente se consigue con la higiene del
conducto de manera regular (diaria o interdiaria) por el propio usuario, utilizando para ello los
bastoncillos de algodón.
En el puesto de trabajo, además del ruido industrial propio del área de trabajo (máquinas,
motores, etc.), se generan partículas de polvo, gases, humos (metálicos o de combustión),
vapores y otros, que favorecen una mayor producción de cerumen, por lo que existe la
necesidad de una limpieza diaria o interdiaria.
Si el trabajador esperase un lavado de oídos a los 3 o 6 meses, el conducto auditivo ocupado
por cerumen no permitiría la inserción adecuada de los tapones y por tanto el nivel de
protección auditiva sería inadecuado, con la consecuente posibilidad de Daño Auditivo
Producido por Ruido (DAIR) e Hipoacusia Laboral posterior.
Las recomendaciones complementarias desde el punto de vista ocupacional en torno a la
higiene del conducto son: limpieza del canal auditivo con bastoncillos garantizados, realizando
movimientos suaves, rotatorios y circulatorios que no vayan más allá del tercio medio del
conducto. La frecuencia recomendada debe ser diaria o interdiaria, según el nivel de
exposición laboral y el grado de producción de cerumen.
Prácticas alternativas[editar]
Una de la prácticas alternativas es una terapia térmica, llamada en inglés ear candling, típica
de la medicina popular, que reivindica servir para retirar la cera del oído y mejorar la salud de
este. Se trata de poner una vela dentro del agujero que forma el canal auditivo y encender
dicha vela. Se cree que el aumento de aire caliente retira la cera y "toxinas" de la oreja. Esta
terapia es un recurso marginal en América del Norte y Europa, pero los beneficios que
promete no están comprobados.22 Además cabe la posibilidad de que se derrita la cera
caliente y gotee dentro del oído de la persona, y si la cera caliente interactúa contra el
tímpano, puede causar gran dolor y una posible lesión auditiva.23 Ernst considera que esta
terapia térmica no tiene ningún efecto real sobre la limpieza de cerumen del canal auditivo y
que plantea un peligro de lesiones de oído. Llega a la conclusión de que esta terapia es «un
triunfo de la ignorancia sobre la ciencia».24