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nombramiento S IL P ? ~ c t i c acieízitjica? Y, en tei.trrinos más gennnles, bde qw' rnanaaa
utiliza usted su conociniien~orleljt~n.cionamientodel nrundo uniíimsitario?
mi conocimiento del mundo universitario-, creo que mi proverbial torpei,
demiiestra que el iiso cíiiico nie es1l
en materia de estrategias uiiiversitari:~~
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ajeno, sin que yo pueda asegurarle si ello se deqe a iioa incapacidad mía o al
No fiie casualidad que el inomento en qiie fui nonlbi-ado en el Colegio de mis principios, que ine lo proliíben... l *
Francia coincidiera con un trabajo exhaustivo acerca de lo que llamo la magia l -
social de la consagración y los "ritos de institución" (1981a; 1982a, pp. 121-134; 1Decidió usted riedirnne n sociolopa, wrír Tire n /a/ilosoJa o al psicoanálisic.1 I

1989a). ¿Cómo no iba a tratar de averigiiar lo qiie implicaba el hecho d e ser polgíle pensó qile en la ciencia social enco71iín7ía insin~?lmios7nás po&osos dtf
así consagrad^?^ Al proponerme reflexionar sobre la experiencia que yo desnrutificación y aii~oapí~opincibn? l
mismo estaba viviendo, traté cle asegurarme cierto grado de libertad con l
I
respecto a lo que mc estaba sucedieiido. A rneiludo, mi obra se interpreta -a Para poder dar una respuesta completa a esta p r e y nta, Iiabría qrie
mi modo de ver, equivocadainerite- coino determinista y fatalista. Pero, a un largo socioan6lisis iiitelec~ual.~ En todo caso, pienso qiie, dado lo qiie
elaborar iina sociología de los iiitelectliales, del Colegio de Fixncia, de lo que yo era socialinente y consideranclo lo qiie pocli~íarnos1l;iinar inis condicione4
iiiiplica el heclio de iiiipartir una citedia iiiaupral eii el Colegio de Francia, sociales de producción, la sociología era la mejor opción para mí. si no
durante una Ic'ccióii iiiaugii.al eii el Colegio cle Francia, es decir, en el conciliarine con la vida, al iiienos para encontrar relativameiite aceptable eJ
instante preciso en qiic urio estri iiivoliicrado eii y por el juego, equivale a mundo en el ciial est;il);i condenado a vivir. Eii este sentido liinitado, creO
afirmar, si iio 1s posiI~ilicIadcle escap;ir por completo a diclio jiiego, por lo Iiaber logriido [ni propiisiro: i;calicé iiii;i especie de autoicrapi;~que, es pero^,
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meiios la posibilidad de liacer i i r i esfiicrzo eri este sentido... Para iní, la Iiaya pro~lucidotainlién Iier i airiiciitas qiie piiedan ser de algiiia utilidaal
sociología ha deseinpeiiaclo cl papel <leiin socio;iii;ílisis qiie iiie Iia ayiidaclo para los deniíís. I
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a entender y soportar cosas (einpezaiido por nií inisino), qiie antes ericontra\>a Recurro en todo inoinento n la sociología, n fiii de tratar dc liberar di
insoportables. Así, volvieiiclo a su pi.egliiita acerca del Colegio de 17raricia, trabajo de los deterniinaiites soci;iles qiie siieleii entorpecer la laboi- de lo(6
puesto que éstc fiie nuestro punto d e partida, creo que si tengo alguiia sociólogos. Dicho eslo, aclaro que no creo, de niiigina manera, Iiabermk
oportunidad de evitar ser aniquilado poi-la consagración, ello se debe al hecho librado por completo de ellos. En todo momento. qiiisieix poder ver aquellb
de que intenté analizar esta consacracióii. Coiisidero, incliiso, que podré que no veo, y sienipre me pregunto, de iina manera un tanto obsesiva, quf
aprovechar la autoi.iclac1qiie la consagración me confirió para dotar de mayor sendero lie dejado de exploisr, ciiál es el par6nietro olvidado que continúti
autoridad mi an5lisis - q u e juzgo 1iberadoi.- de la lógica y los efectos de la rnanipulándome. Uno de mis héroes iiitelectuales es Karl Kraus: se trata d/e
misma. uno d e los pocos iiitelectuales qiie procliijeron una crítica aiiténtica de Ids
Por desgracia, no sie1npi.e es posible liacer dos usos diferentes d e los intelectuales; ine refiero con ello a iiria crítica inspiracla por iinn fe verdade+
análisis sociológicos clel mundo social y, cle manera in6s especial, del inundo en los valores iiitelectuales (y no por un antiintelectiialismo del resentimietj-
intelectual: los usos que pueden Ilainarse clí~zicos.tales conlo 10s qiie yo to) y capaz de prodiicir efectos reales. l
evocaba al hablar de socioanilisis, eri el senticlo cle que consisten en buscar l
en el acervo cieiitífico instruinentos para iina aiitocoinprerisión libre de E71conclnrió77, d p i ~ e hconridnn7re Hoino acadeinicus 7tn.a especie de atriobio&-
coinplacencia: y los usos que podrían calificarse dc cínicos, los cuales consisten fía? Esto es lo qire i~.stedFu~zces7~gmii.en el pizfntio n /a zteísió?~i.17glesndel libj$,
en buscai- en el aníílisis de los mecariisinos sociales insti-uineiitos para donde afit-ttzn grce dicha o b ~ n" e n c i e í . ~ ~ ~ gnn pmpoi.cihn dr! mc~ar~nrílisis
itno pm7.
"proinoverse" eii el inuiido social (esto es, precisamente, lo q ~ i ehicieron pí.ocu7ación " (198811,p. m l i ) . . I
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algunos lectores cle Lu distinción, al concebir ese libi-o coino iin manual de l
m~indología)o para oi-ieritar sus piropias estrategias eri el iniindo intelectual. -Diríamás bieq qire se tixta de iiiia "aiitiaiitobio~i~afía". Este lilx-oes, al misq'o
Es evidente que siempre me esfuerzo por desalentar las lecrtrm cíiiicas y tiempo, una iniciativa de autoaiiíílisis y iin esfiierzo poi- pi-obar.los líinites de
estimular las lecturas clínicas. Pero lo cierto es qiie la lógica de las 1ucli;is la reflexividacl eri las ciencias sociales. Corittariainente a lo qiie da a eiitendci
iiitelectuales o políticas favorece iii;ís el uso círiico y, sobre todo, el USO la representación coiiiCiii clel autoconocii~iienrocoino exploiacióri cle Iiob-
polémico de la sociologia, inaiiejacla coino Iieri~aniieiirapai.ticiiiarinente duras particulares, la verdad inis íiitiiiia clc lo qiie somos, lo impensado rnfís
poderosa de Iiiclia siinbólica, qiie el iiso clíriico, el cual ofrece un3 manera inconcebible, esti inscrito tainbiéri eii la ohjeri\icIad, es tlecir, eii la liistor/a
de conocer y coiiipreiider a los deinás (y a uno iiiismo). En ini caso -para de las posiciones sociales qiie Iieiiios ociipado en el pasado y qiieociipambs
contestar con inayor exactitiid a su pregiiiita refericla al einpleo que doy a en el presente. l
LA O B J E T I V : \ C I ~ ~DEL
V SUJETO OBJFTlV.4NTE 157
9.3 2 iin determinisino rígido, les ofrece los recursos de una toina de conciencia
e ?bra es la razón por la cual creo qiie la historia social de la sociología.
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3atendida como exploración del iriconscierite científico del sociólogo nie- potencialmente libertadora.
diante la explicitación de la génesis clc los problemas, las categoi.ías d e
pensamiento y los instrumencos d e an5lisis que emplea, es iin prerreqiiisito 4

indispensable d e la pi5ctica científica. Y lo inisino se aplica a la sociología de Notas


la sociología. Creo que si la sociología qiie propongo se distingue en algo
Para tina critica d e esta ideología, léase. por ejeniplo, '¿Y qiiiéii creó a los creadores?"
de las demis sociologías pasadas y presentes, esto se debe sobre todo a que (1980j, tradiicción al espaiiol, pp. 225-238) y el aiiilisis sobre Flaubert.
vuelve contra sí rnisrna las propias armas qiie ella procluce. Se apoya en el Mucho tia escrito Boiirclieu acerca d e la literatiira y los escritores, ya sea sobre Flaiibert,
conocimiento d e las detei-minaciories sociales siisccptibles de eritorpecer sil Faulkncr, Virginia Woolf, hlallarnié, Francis Poiige, la literatura belga. los lectores y la lectiira,
trabajo y, en particiilar, eri el an5lisis científico cle todas las coacciones y las tiras crjrnicas o el cainpo li~crai.ioeii general (véase, 1971b; 1975d; 1 9 8 3 ~ 1985c; ; 1987a.
limitaciones inliei.eiites al Iicclio de ociipai. iin:i posicióii dcteririinada en un . 132-143).
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' P a n i i i i exaiiierl dc estas preguiiins y tina ci-ítica <lela coiicepcióii liiienl de las historias
cainpb y en ciei.t;i 11-ayecloria,para neuti.;ilizar sus efectos. de tida, véase 'L'illusioii biogiapIiiqiie" (I98tie). !
Adoptai- el piinto tle vista cle la i-eflexisidad no sigiiifica reriunciai. a la ' En La noblese d'Etat, i3oiirdieii (1989d, pp. 140-1G-, 533-5.79 n jias.rim. así corito 1991b)
objetividad, sino poiier eii tela de jiiicio el privilegio del si!jeco conocedor, miiestra que el poder de corisagrar, d e prodiicir separacioiies y jcrarqiiías socialcs sagradas I
(con10 en la iiistitiicióri -e11 el sentido activo- dc i i i dite~ nosobriieiitc superior y separada,
al que se exenta de inanera tot;iliiiente ai.biii.ai-ia,en canto qiie piii.ainente sitio tainbiéii 'recoiiocida y rccoiiociCiidosc coiiio cligiin dc ser recoiiocitla") es lo qiie dcline.
no ético, del ti.al~;ijod e ol>jetiv;icióii. Opwr poi- la i-eflesivi<l;ides tiatai- d e por derecho propio, la 'iiiagia del 13r&~lo" coiiio po<lersiriibólico.
dar cuenta clel "si!jcto" einpirico cii los iriisii~ostériiiinos cle 1;i ol?jecividad ' Bourdieu esbozó este socioaii;ílisis en v;irios Iiigñrcs (19801, pp. 7-11; 1987a. pp. 13-71).
constriiida por el sujeto cieiitifico -eii particiilar, sitii6nclolo cii i i i i piinto
determinado clel espacio-tieiripo social- y, coii base en ello, toiiiar coricieiicia
y lograr el cloininio (Iiasta donde sea posil,le) d e las coacciories qiie pueden
operar contra el sujeto científico a tiavés d e todos los nexos qiic lo uiien al
sujeto empírico, -a sus intereses, iiiipulsos y pi-einisas, los ciiales necesita
roinper para constitiiirse pleiiaiiieiite. No 1)asr.acoii buccñr cii el siijelo, coiiio
lo enseña la filosofía cl6sic.a del conociiniento. las conclicioiies de posibilidad
y los Iíinites del conociiniento objetivo cliie él instituye. Tainl>ién hay que
biiscar en el objeto coiistriiido por la ciericia 1,s co7~dicio7zessociales 02
posibilidud del "ssl~c?lo"(por ejemplo, la skliol? y codo el acei-vo de
problemas, coiiceptos, métodos, etc. qiic Iiacen posible sil actividad) y los
posibles liiiiites d e sus actos de objetivacióii. Ello 01)lig:i a recliazar I ñ s
pretensiones absolutistas d e la objetivicl;i(l cl;ísica, pero sin por ello caer en
el relativisrno: las condiciones de posil>ilid;icldel "siijeto" cieiitífico y aquéllas
de su objeto son una inisina cosa; a cii;ilqiiier avance en el coriociiniento de
las condiciones sociales de proclucción cle los "siijetos" científicos, coi-res-
poncle un progreso eri el conociiiiieiito (le1objeto cieritífico, y viceversa. Esto
se hace 1116sevidente que iiiiiica ciiaiido la iiives~igacióritoiníi por objeto-el
campo científico inisnio, es decir, el vei.dadei.o sttjelo del conociiniento
científico.
Lejos de socavar las bases <lela ciei~ciasoci;il, la sociología cle los cletersi-
nantes sociales de 1;i pr6crica sociológica es el iinico fiindanieii~ofactil>letle
tina libertad posible deiilro del inarco de escas deteriiiinncioiies. Y solaniente
a condición d e asegirarse el pleiio iiso cle esta libertad sometiériclose en todo.
momento a este andisis, podi-5 el sociólogo pi-oducir una cieiicia rigurosa 'I
del mundo social qiie, lejos de condeiiar a los ageiites a las reglas Férreas de

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