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"La triada de enuresis, maltrato a animales y prender fuego".

Esta combinación contiene los


ingredientes de una mala receta.

Biven (2005) lo retoma en su último capítulo desde las neurociencias, uniendo el sustrato
biológico con las formaciones de compromiso patológicas que darán como resultado un acto
delictivo en los adolescentes y nos señala la misma tríada conectada con las contribuciones
psicodinámicas:

 Sistema operativo emocional: rabia/juego = crueldad con animales, violencia contra el


yo, contra otros y contra la propiedad ajena.
 Sistema operativo emocional: Vinculo social = enuresis afectos depresivos.
 Sistema operativo emocional: lascivia/juego = piromanía/prender fuego. Interés
sexual dominado per dependencia sadomasoquista y masturbación con
irritabilidad.

Estos niños, si no se tratan oportunamente, incrementan los problemas de conducta y


puede desembocar en una personalidad antisocial o delictiva.
El camino de los circuitos emocionales indica que cuando un niño experimenta crueldad e
injusticia va a sentir rabia.

 Cuando ha sido abandonado, física o emocionalmente, va a experimentar dificultades de


apego y vínculos.
 Cuando ha sido físicamente lastimado o aterrorizado, será un niño propenso al llanto.
 Cuando ha sido abusado sexualmente mostrará precocidad sexual.
 Cuando crece en una atmósfera de depresión tendrá dificultad para experimentar alegría
y gozo.

El daño es irreversible cuando se produce en las etapas tempranas del desarrollo evolutivo.
Si un niño recibe atención a tiempo, la terapia y las fuerzas progresivas del desarrollo serán la
palanca de cambio.
EL NIÑO OBSESIVOCOMPULSIVO
Como suele suceder con los niños con un yo precoz, alta inteligencia y una fijación anal,
cuando no pueden lidiar con el complejo de Edipo y la ansiedad de castración, hacen una
regresión a la etapa anal donde se organiza la patología en un síndrome obsesivo compulsivo y
desaparecen los síntomas fóbicos.

MIEDOS Y FOBIAS ESPECÍFICAS


(CONFLICTO CON LA MASTURBACIÓN)
El conflicto con la masturbación se intensifica y cobra predominancia en relación con el
complejo de Edipo. Durante la adolescencia es central en el desarrollo para alcanzar la
identidad sexual. Me refiero por igual a niños y niñas.
Los niños expresan en forma constante la ansiedad de castración en juegos y derivativos.
Puede haber una intensificación de la actividad masturbatoria o un intento de su total
supresión que ocasiona sentimientos de culpa y ansiedad dada la intensidad de los impulsos o
la fuerza del deseo por un lado y la prohibición o defensas por el otro.
Los niños no expresan el conflicto en forma verbal, de manera que hay que descifra r el
desplaza miento, y prácticamente pueden utilizar cualquier forma de expresión.
Es conveniente presentar siempre los dos lados del conflicto. Por un lado los deseos y, por
otro, la preocupación de lo que creen le puede suceder.
Miedo se relaciona con una amenaza hacia un peligro real l en el medio externo, y la ansiedad
es u na reacción a una amenaza de un peligro interno. Los miedos no se desarrolla en fobias
pero la ansiedad si, comentó Anna Freud en el Sympusi de 1976.

Para iniciar los señalamientos en el tratamiento, se le hace consciente al niño de la ansiedad o


miedo, y cómo están relacionados como están relacionados con los síntomas o precauciones,
motivos por lo que fue llevado al tratamiento.
Al niño, después de un periodo de elaboración en diferentes contextos e interpretación de los
mecanismos de desplazamiento, externalización y condensación en los diferentes objetos
fóbicos, se le hace saber que son sus deseos y fantasías pero que nada malo va a suceder.
Se labora con los aspectos bisexuales y las cargas positivas y negativas hacia los objetos,
especialmente la hostilidad y el amor, tanto padre como a la madre.
La idea es que al entrar en la latencia pueda reprimir este tipo de conflictos, cursan con mayor
tranquilidad y cumplir las tareas de las fases.

En las niñas, como señaló Freud (1925), no es la ansiedad a la castración lo que cierra o
destruye el complejo de Edipo, sino lo que lo crea o lo inicia. Esto se debe a la doble fase del
complejo de Edipo por la que transita la mujer.

En la teoría se puede estar de acuerdo o no con Freud, Lo cierto es que la masturbación es un


pivote del desarrollo, con el sello femenino de privacidad íntima, secretividad en las niñas dado
que no tienen pene, no es el temor a perderlo o a la castración como tal, su cuerpo está
erotizado y la ansiedad también se generaliza al miedo a perder la aprobación y el amor de la
madre.
La masturbación es la manifestación constante fuente de gratificación de ansiedad y de
conflicto, el conflicto entre el aspecto psicológico y el religioso, aparece también el foco de la
atención de muchos jóvenes por un lado lo ven como un pecado y por otro normal.

CORTARSE O INFLIGIR AUTODAÑO


Este grupo es que se lastima la piel no se corta las arterias, venas o tendones, lo hacen de una
manera delicada, no es un ritual como en algunos grupos de adolescentes, que hacen pactos,
no forman parte de la moda de perforarse la piel, así como ninguna de las partes del cuerpo,
es un tipo de patología individual con un significado personal, usualmente lo hacen a
escondidas y en una parte del cuerpo que no sea visible como piernas, brazos y muslos, evitan
la cara los senos y el abdomen, no es una manipulación o protesta ante la sociedad o un acto
de rebeldía, lo que sí se observa es que esa experiencia de dolor físico paradójicamente se da
por los efectos calmantes a un estado de dolor emocional más fuerte que el dolor físico.
Como terapeutas Cuando un paciente se corta debemos sentirnos cómodos a las reacciones de
disgusto, miedo, sorpresa o repulsión, estas respuestas forman parte del repertorio familiar.
Especialmente los regaños y reproches, hay que tomar en cuenta con seriedad el lenguaje del
síntoma pero no sobre reaccionar al asustarnos. Además de que repetimos el patrón que
sostiene el andamiaje psicodinámico, le ponemos atención al síntoma, lo hace Resaltar y no se
escucha lo que está detrás, lo que no se puede verbalizar con facilidad, el paciente termina
abandonando al terapeuta. Al entender la comunicación de tengo miedo y permanecer
tranquilos, le dejamos saber que cortarse es una parte de él o ella, pero como persona es
mucho más que su síntoma.
El mensaje de Esperanza permite trabajar con calma con la certeza de que no se le va a
abandonar.
CONDUCTA DESTRUCTIVA O AUTODESTRUCTIVA
Si la conducta autodestructiva pone en riesgo la salud o la integridad física del paciente se
retira de inmediato el objeto peligroso, se le ponen límites o se interrumpe la sesión, en ese
momento no cabe en las interpretaciones o tratar de convencer al paciente, tal es el caso
cuando el niño saca una navaja un pedazo de vidrio y empieza a cortarse aunque sea en forma
benigna para provocar al terapeuta, con los adolescentes es más amenazante porque la
conducta escala y manifestación o intensidad, ya sea porque físicamente el adolescente puede
ser más fuerte o por qué porta algún arma de su casa, y el terapeuta se amedrenta, en
ocasiones de Severo riesgo se interrumpe la sesión diciendo: Así no te puedo atender o nos
vemos en tu próxima cita.
En otras ocasiones la conducta autodestructiva tiene la intención de asustar, provocar o
desafiar al terapeuta, si se usa defensivamente se interpreta como tal y suele disminuir o
desaparecer la conducta y el terapeuta debe contenerse, En estos casos de no repetir lo que
hacen los padres.
Si lo que se observa es un componente masoquista en la conducta del paciente, por lo general
no es riesgo importante contra la salud, como si sucede en el caso del suicidio, el superyó en
estos pacientes no produce ese tipo de reacciones.

EL NIÑO BULLY O PENDENCIERO


Los niños bully se reúnen en pequeños grupos con un líder o sin él, eligen a un compañero que
presenta alguna singularidad es el más pequeño, el más tímido, de más corta estatura, más
flaco o más gordo, con lentes o defectos de lenguaje etcétera, puede ser elegido por ser
extranjero, el color de piel, la vestimenta o cualquier peculiaridad, lo hacen objeto de burlas y
después se incrementan otras agresiones, el niño no se defiende porque son niños mayores
más fuertes o son más y les tiene miedo, no se atreve a delatarlos porque le dicen chismoso y
empeora la situación.
Los niños bully detectan el defecto en otros, que a ellos les da poder, es un mecanismo
parecido a la proyección, de lo que ellos detestan de sí mismos, lo identifican afuera y se
vuelve el blanco de sus ataques.
El niño o joven pendenciero o bully, está Atrapado entre dos emociones opuestas rabia y
necesidad de un vínculo social, desafortunadamente el círculo de rabia es muy fuerte y el
deseo de ser incluido en el círculo de amigos no se puede sojuzgar su deseo de ser bully.
El amor en ciertos niveles sociales se les ofrece en forma de sobre gratificaciones, exceso de
dinero, autos, placer, diversión etc. es en este hueco donde se instala el malestar y lo lleva a
una conducta antisocial, en otros niveles socioeconómicos no es el dinero lo que está en juego,
pero la falta de lazos libidinales con el padre ausente de la familia, produce el mismo vacío de
no tener un lugar especial como hijo, no es raro ver que se agrupen en pandillas usen drogas
se den a la vagancia hasta llegar a la delincuencia, cabe mencionar que la carencia de la
función del padre no es sólo de ausencia física sino de ausencia emocional.
Existe otro fenómeno semejante el del chivo expiatorio que se observa en la dinámica de las
familias y en la sociedad donde se elige inconscientemente un miembro de la familia en quién
se deposita la objetable y se hace el portavoz del malestar familiar.

PARAFILIAS Y TRASTORNO DE LA IDENTIDAD


El término de perversión se ha dejado de usar por considerarse peyorativo y fue sustituido por
el de parafilias.
Éstas se caracterizan por una conducta sexual fija urgente, sin la cual no se puede obtener
gratificación, donde se cambia el fin de un coito genital y el objeto, para llevarlo a cabo con
características especiales del compañero sexual, fantasías, prácticas particulares
masturbatorias y el uso de accesorios.
Freud (1905) hace notar que estas conductas existen en la mayor parte de las personas
saludables y coexisten en un repertorio de conducta normal, así que no se puede hacer una
división tajante. Lo que las distingue es la conducta extrema, fija y exclusiva.
Kaplan (1991) argumenta que la perversión masculina está diseñada no para hacer el amor
sino para hacer el odio. Muchos perversos han crecido despreciando los aspectos femeninos
de ellos mismos. En la mujer las perversiones disfrazan su contenido latente y dificultad de
género en la devoción manifiesta a la represión sexual y conformidad de género. La mayoría de
ellas viven en la tierra de "hacer creer" o pretender.
El niño dirige el deseo a su madre (una mujer adulta) cuyo objeto sexual es el padre (un
hombre adulto) e implica la existencia de una doble diferencia: entre generaciones (niño-
adulto), entre sexos (hombre-mujer). Esto es lo que constituye la realidad. A través de la
negación trata de deshacerse de la realidad sin caer en la psicosis.
Las parafilias a pesar de la fantasía perversa, no siempre interfieren en la relación de la pareja
en muchos de los casos y las personas suelen sostener relaciones objétales estables.
Entre las parafilias se encuentran pedofilia, exhibicionismo, voyeurismo, fetichismo,
frotadores, masoquismo sexual, sadismo sexual y fetichismo trasvestista, entre otros.
Socarides (1989) describe las cuatro tareas específicas en la técnica de tratamiento de estos
pacientes adultos; sin embargo, se consideran de utilidad también en el tratamiento de niños,
a saber:

1. Separarlo y desidentificarlo de la madre preedípica.


2. Decodifica r la perversión manifiesta.
3. Proveer insight de la función de la experiencia erótica en el acto perverso.
4. "Echar a perder" la gratificación perversa.

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