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UNIVERSIDAD AMERICANA DE

COMERCIO E INFORMATICA

PSICOLOGIA DEL DESARROLLO

DOCENTE: PSI. ALEYDA MANRIQUEZ

MATERIA: PSICOLOGIA DEL DESARROLLO


HUMANO

ALUMNA: ELIDED DEL CARMEN GARCIA


MORALES
LICENCIATURA: ENFERMERIA
3 CUATRIMESTRE, SEMIESCOLARISADO

HUETAMO MICHOACAN JUNIO 2021


BLOQUE 4: PSICOLOGIA DEL ADULTO MAYOR

4.2 PSICOLOGIA DEL ADULTO MAYOR


Hablar de la psicología del adulto mayor no es sencillo, porque los adultos
mayores sin problemas no llegan a la consulta, las personas felices no tienen
historia y no necesitan ayuda para llegar a la madurez. No importa si ellas
viven en casa o en una residencia.
Esta etapa no llega de improviso, la antecede la presenectud, y como todo
proceso tiene altibajos, ansias y temores, que pueden ser continuaciones de
las etapas anteriores o ser matices nuevos por los reajustes de esta misma
etapa, y hay quienes demuestran que es una adultez en plenitud.
Hay procesos superficiales de comportamiento y otros vuelven a incidir como
eco de lo que se denomina fondo de la personalidad:
Adaptación al medio, a la vejez es parte de la Psicología del adulto mayor
El niño y el adulto joven buscan una adaptación al medio, no la adaptación a
ser niño o ser adulto joven, porque están en fase de crecimiento; en el caso
del adulto mayor, la alternativa es de morir prematuramente o envejecer… lo
que supone doble esfuerzo: adaptarse al medio más hostil y con menor
número de posibilidades para sus capacidades personales y vitales; y, un
esfuerzo para adaptarse a la vejez como situación estable, con el cambio o
desaparición del sentido de la vida propia.
Cambios en la relación con los objetos anteriores
No se entiende por objeto lo inanimado, también a las personas; la persona
que llega a este nivel de madurez tiene que aceptar las realidades
deficitarias: disminución de la memoria reciente y aumento de la memoria de
evocación o nostalgia; reducción de la curiosidad intelectual, fatiga en el
trabajo, disminución sensorial, motriz; todo esto perturba la vida habitual, y
ahora tiene que crear una nueva comunicación y valoración para adaptarse a
la nueva realidad; ha de dar a los objetos otro valor, otra dimensión; ha de
buscar la gratificación o salida a sus tensiones o encontrar otras formas o
renunciar a ello.
Sus reacciones y conductas pueden ser variadas, pueden regresar a épocas
anteriores (infantilismo) o superar lastres y lograr un nuevo equilibrio de
fuerzas contrapuestas, cambió el compás… el baile también. Esto es claro en
los cambios de carácter, de conducta, en las necesidades de dominio y auto-
afirmación.
En la etapa anterior daba plenitud a sus necesidades afectivas, emocionales e
instintivas; en la nueva etapa, las necesidades cambiaron y no le es posible
hacer un mundo adecuado a sus necesidades… y como los instintos y apetito
siguen vivos, sólo le queda buscar o elegir nuevas reacciones a nivel
profundo, ya sea limitando sus posibilidades o regresando a épocas
infantiles.
Rasgos psicológicos
Se manifiestan rasgos que habían estado ocultos tras los mecanismos de una
actividad creadora o de defensa, en ambos sexos, y la personalidad se vuelve
frágil, vulnerable por los agentes físicos y por el medio social; las resistencias
son menos enérgicas y los sentimientos pueden centrarse en el temor.
El esfuerzo del organismo es mayor para mantener el equilibrio, además
internamente se puede sentir angustia de no ser capaz de realizar los
esfuerzos impuestos por la vida, de no poder soportarlos de no recuperar el
equilibrio; en consecuencia, los rasgos de conducta y carácter pueden
manifestarse negativamente.

Manifestaciones negativas
Aislamiento
Se adopta actitud de ausencia con todo lo que sucede alrededor, solamente
se adentra en la situación cuando algo afecta a sus intereses personales.
Apegamiento a sus bienes
Conserva todo, en la postura permanente de retener, ese comportamiento
en el fondo es una regresión a etapas infantiles, entrando así los mecanismos
emotivos de la autoridad, poder, dominio, sentir que se es; es tratar de
mantener la propia identidad; una explicación de por qué algunos padres no
son capaces de compartir con sus hijos aún cuando sea conveniente. La
fuerza del deseo de poseer es más fuerte que la lógica.
Refugio en el pasado
Al disminuir el proceso fisiológico y ser menor la memoria de fijación y
aumentar la de evocación, la vida se llena de recuerdos; es forma de
revalorizar el pasado en el presente, el protagonista se siente joven al revisar
hechos que le permiten acaparar la atención de los demás.
Reducción de sus intereses
La vida le enseñó a ser realista y esto unido a la dificultad de asumir la
complejidad de las nuevas opciones posibles, hacen que se limite el mundo al
ámbito de lo que puede controlar; al tiempo que disminuye la capacidad de
agresión, conserva los intereses que puede manejar y que suponen una
fuente de satisfacción.
Negarse al cambio
Al enfrentarse con los esfuerzos de adaptación, aparece un temor consciente
de rechazo al cambio y traslado a una nueva situación, lo que lleva a una
depresión profunda porque los mecanismos de defensa para sobreponerse
son limitados, a la vez que así limita aún más.
Agresividad y hostilidad
Cuando se presenta la necesidad de reacomodar a las personas y cosas,
aparece como recurso y puede ser la única posibilidad de refugio para
mantener intocable y estable el “yo”.
Tres emociones presiden la vida del ser humano: el miedo, la cólera y la
ternura; que en cada etapa de la vida adquieren diferentes matices, que se
modifican en función del objetivo de la tendencia de cada una en el
momento concreto.
En la infancia es egocéntrica, en la adolescencia es social y en la madurez es
práctica. Lo importante para el equilibrio interno es armonizar la fuerza de la
emoción con la compensación de la tendencia para una canalización
adecuada.
Y esto se complica en la etapa de la adultez mayor por
Miedo
Como emoción es algo que se impone al adulto mayor, sin necesidad de
planteamientos racionales que den explicación lógica a lo que siente, miedo a
todo lo que pueda dañar la integridad física, tras años de lucha profesional
para conseguir una estabilidad económica. Esto explica la previsión, ahorra
cuanto puede, para protegerse a sí mismo o a su descendencia; además
desea conservar el prestigio.
El adulto mayor teme que le quede poco tiempo: debe crear, debe proyectar
realidades, ha de trascender y dejar huella; suele aparecer el temor al daño
físico, como hipocondría que le hace estar atento a cualquier trastorno, teme
excederse y no resistir un ritmo fatigante y reaparecen los temores
adolescentes de hacer el ridículo, se afecta en su narcisismo.
El daño emotivo que se acerca le agobia y su reacción resulta dramática, no-
menos real. La previsión en este terreno, sólo puede lograrse si otros
contenidos más hondos le han dado plenitud y conciencia del propio valor.
Cólera
Emoción básica, poco estudiada y muy mal tratada, adentra sus raíces en el
conjunto de las emociones que la filosofía tradicional ha denominado
virtudes o pulsiones irascibles que se vinculan a la agresividad.
En el adulto mayor la cólera aparece cuando el mundo “lógico y ordenado”,
que se ha construido tras años de lucha, se ve alterado por “algo” que no
encaja; cólera difícil de controlar porque nace en capas hondas del ser
humano. Lo que la desata es aquello que le resulta ilógico, inesperado y
carente de sentido, no es el dato objetivo lo que le molesta, sino el torbellino
emotivo que remueve tal dato. La emotividad queda como desamparada, con
peligro de desencadenar –otra vez- la agresión física o la verbal, porque son
los modos aprendidos.

Es la explicación a conductas de crisis agresivas, protestas colectivas verbales,


en una sociedad afectivamente mediocre y emotivamente envejecida; la
cólera del adulto mayor se acrecienta ante su propio sentimiento de
impotencia, frente a la gran máquina que impide sus sueños. No encuentra la
salida en la creatividad y la originalidad, entonces vivirá en permanente
cólera.
Ternura
Es la emoción más compleja y en la edad adulta de hace práctica,
identificando lo práctico con lo pragmático, lo rentable, que da beneficio o
reporta una ventaja sin ser “interesada”, es más sosegada, agridulce, como
dar sin apenas esperar, lo que no le quita emotividad.
Aparece un amor incondicional, que sabe dar, quiere dar, que sabe renunciar
sin angustia ni ira, éste es el carácter práctico; no es ternura sexualizada y
erotizada, sino una ternura madura y coherente, precedida por el principio
de la realidad y no por el del placer y del interés. No es puro egoísmo,
tampoco altruismo total; no pocas veces buscará ser atendido, escuchado,
comprendido y en otras demostrará que sabe atender, escuchar y
comprender; resulta que está buscando, sin saber, un modo “práctico” de
llenar su necesidad de ternura.
La ternura está implicada con el miedo, el adulto mayor ama y es tierno,
aunque teme dominar y desea conquistar con la misma ternura. Puede
canalizar su afecto hacia quienes le aseguren corresponder a su ternura.
Es un juego misterioso y enigmático que puede plantear tensiones
conflictivas en el interior de la persona, al adentrarse en las zonas de
identidad del “yo”. Y que si las supera, enriquecerá enormemente a la
personalidad de quien la vive, será encontrar una nueva adaptación, un
reajuste vital que logre un impulso más maduro, hondo y tierno.
Es cierto que la madurez proporciona estabilidad, como también aparecen
tensiones al buscar una nueva forma de vida y que tienen raíces profundas
con tres manifestaciones psicológicas: tensión por frustración, agresividad
compensatoria y adaptación progresiva.

La tensión por frustración se refiere a que todo ser humano está en


crecimiento continuo y cualquier interrupción en este proceso lleva a una
tensión, o un desajuste; esta interrupción puede ser por la presencia de un
obstáculo físico, psíquico o social, o puede ser un conflicto derivado de la
presencia de varios deseos de incentivos que no se alcanzan al mismo
tiempo; esa tensión lleva a la frustración por no conseguir lo buscado.
La presencia de obstáculos obliga a buscar caminos de superación: el
transitorio uso de mecanismos como defensas inconscientes, la aceptación
más o menos soportada o el más sano, el de la adaptación equilibrada y
eficaz.

4.3 CAMBIOS FISIOLOGICOS Y PSICOSOCIALES

Durante el proceso de envejecimiento se experimentan disminuciones en la


capacidad física, fisiológica y cognitiva, así como cambios en la personalidad y
las actividades sociales. No obstante, la vejez no siempre es sinónimo de
declinación.
Dos personas mayores sonriendo. Las metas, las motivaciones principales y
las preferencias también parecen cambiar; hay quienes plantean que la vejez
incluso puede estimular el cambio de perspectivas materiales por otras más
trascendentes.
Las personas mayores son un grupo heterogéneo; no existe una causa única
que explique por qué se envejece, sino un conjunto de factores
interrelacionados.
Más allá de las pérdidas biológicas, la vejez con frecuencia conlleva otros
cambios psicosociales importantes: la modificación de roles y posiciones
sociales, la pérdida de relaciones estrechas, la práctica y el uso de nuevas
tecnologías y una manera diferente de realizar las tareas que puede
compensar la pérdida de algunas habilidades.

Robert Atchley considera que, “la capacidad de respuesta, la adaptación a


nuevos procesos, así como el estilo de vida en esta etapa de envejecimiento
están determinados por los hábitos, estilos de vida y la manera de ser y
comportarse que ha seguido...” anteriormente.
Las metas, las motivaciones principales y las preferencias también parecen
cambiar; hay quienes plantean que la vejez incluso puede estimular el
cambio de perspectivas materiales por otras más trascendentes, dando como
resultado que estos cambios sean el resultado de la adaptación a la pérdida.
Otros cambios que se viven a nivel social son la falta de convivencia
intergeneracional, la apertura sexual, la libertad de creencias, la crisis y
madurez filial, la pérdida de seres queridos o el síndrome del nido vacío.
Estos eventos pueden tener reacciones negativas tales como depresión,
soledad, aislamiento y sufrimiento, entre otros.
Sin embargo, durante la vejez, la persona experimenta situaciones
desconocidas y en ocasiones, difíciles. Por este motivo, es primordial adaptar
su entorno y propiciar un ambiente cómodo y agradable. Para adaptarlo, es
importante considerar lo siguiente:
Prevenir accidentes. Los cambios físicos y cognitivos de las personas mayores
aumentan los riesgos. Los lugares ordenados permiten que las personas
mayores se desplacen mucho mejor por el espacio físico y ayudan a evitar
accidentes.
Aumentar la calidad de vida de las personas. La intimidad, comodidad o
tranquilidad son factores que influyen de manera positiva en el estado
emocional de las personas mayores.
Optimizar el aprovechamiento de las habilidades funcionales de la persona.
Un entorno adaptado ayuda a ejercitar algunas habilidades funcionales de las
personas que presentan deterioro cognitivo.

Evitar comportamientos problemáticos. Un entorno conocido o familiar


permite que la persona no se sienta desorientada, confusa o preocupada.

Un ambiente agradable favorece la autonomía de la persona mayor y, en


consecuencia, ejerce una menor demanda hacia el cuidador. Además,
propicia el bienestar físico y psicológico de la persona.
Es importante conocer los cambios psicosociales en la vejez y diferenciar
aquellos que son causados por una patología. Asimismo, es importante
identificar y atender estos últimos para que la calidad de vida de la persona
mayor y su familia no se vea afectada. Para lograrlo, habrá que considerar
factores que procuren el cuidado integral de las personas mayores: revisión
médica, programación de consultas, alimentación balanceada, ejercicio físico
supervisado y poner en práctica la socialización intergeneracional, evitando
así el aislamiento y la soledad.

4.4 MECANISMOS DE ADAPTACION

Cuando se ha decidido adaptar el entorno de la persona mayor, conviene


preguntarse en primer lugar qué modificaciones pueden ser más útiles. Para
ello hay que pensar en cambios de tipo general (válidos para cualquier
persona mayor) y transformaciones específicas para cada persona (en
función de su capacidad funcional y cognitiva). En los capítulos dedicados a
las diferentes patologías se expondrán las adaptaciones específicas para cada
una de ellas. De forma global, es necesario tener en cuenta los siguientes
consejos:
Evitar estímulos de distracción. A todos nos distraen los ruidos, las
conversaciones de la gente, etc. En el caso de las personas mayores, sobre
todo si tienen deterioro cognitivo, los efectos de distracción de estos
estímulos son todavía más significativos. Si se eliminan potenciales
elementos de distracción (por ejemplo, una televisión encendida cuando se
está intentando conversar con la persona), la capacidad para enfocar o
atender de la persona con limitaciones cognitivas o con limitaciones
sensoriales (visuales o auditivas) puede mejorar de manera significativa.

Evitar lo desconocido. Resulta de gran utilidad evitar la presencia de


estímulos desconocidos o no habituales (por ejemplo: ruidos, la presencia de
varias personas desconocidas, etc.) no sólo porque distraen a la persona, sino
porque pueden provocar en ella sentimientos de inquietud.
Utilizar señales facilitadoras de comportamientos y capacidades. El
ambiente debe servir como elemento que permita aumentar la probabilidad
de que la persona mayor utilice capacidades mentales residuales y aporte
señales que permitan completar las cadenas de pensamientos. La memoria
tiende a ser mejor cuando se utilizan objetos o pistas que aceleran el
recuerdo o el reconocimiento. Por ejemplo: para una persona mayor con
deterioro cognitivo, resulta adecuada la colocación de un cartel con un dibujo
en la puerta del baño que ilustre un aseo. Es probable que si no se pusiese
ese cartel la persona deambularía por la casa, sin saber muy bien a dónde ir.
También se puede mejorar la orientación temporal de las personas con
deterioro cognitivo con la colocación de relojes y calendarios en lugares
visibles. La disposición de una lista al lado del teléfono con números que la
persona pueda necesitar en un momento determinado (bomberos, policía,
teléfonos del trabajo, de domicilios de familiares, de vecinos, etc.) puede ser
asimismo de ayuda.
La adaptación del entorno debe realizarse en relación al grado y el tipo de
deficiencia:
Objetos, posesiones personales y estímulos tales como sonidos, imágenes y
texturas pueden ser mucho más efectivas para ayudar a la memoria que
conversaciones "abstractas" sobre sucesos o situaciones pasadas, que
únicamente generan confusión en la persona mayor.
Cuando se organiza el entorno se debe prestar atención a aquellas cuestiones
que pueden redundar de manera positiva en las capacidades sensoriales de
las personas mayores: evitar luces que deslumbren, evitar demasiada o poca
luz, utilizar colores que realcen el contraste de elementos que se consideren
importantes (por ejemplo: los pomos de las puertas, el inodoro, etc.), mirar a
la persona directamente cuando se hable con ella, evitar los ruidos de fondo
o que conversen varias personas a la vez, etc.

Procurar evitar cambios bruscos en el ambiente. El orden y la rutina en las


actividades y sucesos de la vida diaria contribuyen a que las personas
mayores se sientan más seguras y se desenvuelvan con más independencia
en su entorno habitual. Por ejemplo, si las rutinas cotidianas como levantarse
de la cama, comidas etc. se hacen a la misma hora, se ayudará a la persona a
anticiparlas y a que participe en ellas en la medida de sus posibilidades.
Cuando se deba cambiar la rutina (cambios de medicación, de domicilio,
etc.), se debe informar a la persona y hacer que se sienta segura sin grandes
explicaciones.
Estas recomendaciones son especialmente útiles cuando la persona presenta
deterioro cognitivo. Respecto a las relaciones sociales o a las actividades en
las que pueden verse implicadas más personas (ir de compras, ir al médico,
etc.), conviene tener en cuenta que grandes grupos de gente o personas que
estén realizando actividades no habituales para la persona mayor (por
ejemplo, cantar, bailar, etc.), pueden provocar que se sientan incómodas,
confusas, se desorienten, se inquieten, etc. Una persona puede
desenvolverse de manera efectiva en grupos reducidos (dos, tres personas).
Esto es importante para que el cuidador lo tenga en cuenta, por ejemplo,
cuando organice reuniones familiares, salidas al médico o salidas de compras
(tratar de hacerlo en un horario en el que previsiblemente se encuentre
menos gente).
Adaptar la vivienda. Se pueden realizar diferentes adaptaciones o
modificaciones en la vivienda con el objetivo de aumentar la seguridad de la
misma (evitar caídas, por ejemplo), incrementar la calidad de vida de las
personas mayores que viven en ella, etc. En el punto siguiente, dedicado a la
adaptación de la vivienda, se pueden encontrar algunos ejemplos.

4.5 SEXUALIDAD HUMANA, NECESIDADES Y REPERCUSIONES EN


LA CONDUCTA

El envejecimiento es un fenómeno universal; es un proceso de la vida del ser


humano durante el cual ocurren modificaciones biológicas, psicológicas y
sociales el envejecimiento es un proceso que implica cambios celulares,
tisulares, orgánicos y funcionales; es una programación genética influenciada
tanto por factores ambientales como por la capacidad de adaptación del
individuo.
El envejecimiento es un proceso deletéreo, progresivo, intrínseco y universal
que con el tiempo ocurre en todo ser vivo a consecuencia de la interacción
de la genética del individuo y su medio ambiente.
Se define la Salud Sexual Geriátrica como "la expresión psicológica de
emociones y compromisos que requiere la mayor cantidad y calidad de
comunicación entre compañeros, durante toda la existencia, en una relación
de confianza, amor, compartir y placer, con o sin coito". Este concepto se
basa fundamentalmente en una "optimización de la calidad de la relación"
(más que en la cantidad).
Existen cambios del proceso de envejecimiento relacionados con los órganos
genitales y la sexualidad, en el hombre y la mujer.
Los órganos genitales aparecen también modificados: en la mujer hay una
fragilidad y pérdida del vello púbico; la mucosa vaginal se seca y atrofia,
disminuyendo por tanto su secreción, y facilitando las infecciones. La vulva,
los labios menores y el clítoris, disminuyen de tamaño, se produce un
acortamiento y estrechamiento de la vagina. Los ovarios disminuyen de
tamaño, y el moco cervical es espeso, escaso y celular. Los senos se vuelven
fláccidos a consecuencia de la atrofia de los tejidos y la falta de secreción
hormonal.
Disminución de estrógenos y progesterona, disminuyen los ovarios, las
trompas de Falopio se hacen filiformes, el útero regresa a su tamaño
prepuberal, Endometrio y mucosa del cuello uterino se atrofian, la vagina se
hace más corta y menos elástica.
En el hombre
En el hombre hay también una pérdida del vello púbico, la bolsa escrotal está
distendida y su superficie es lisa. Hay una reducción de tamaño y consistencia
de los testículos. Se produce un aumento de tamaño de la próstata con
disminución de su secreción.
La función reproductora disminuye gradualmente en el hombre, mientras
que en la mujer cesa después de la menopausia. La capacidad de respuesta
sexual en el anciano está íntimamente ligada al grado de capacidad individual
física y psíquica, y a la situación social en que se encuentre. Aunque en los
ancianos sanos el deseo y la capacidad sexual permanecen, la falta de
lubricación natural puede hacer doloroso el coito.
Disminución de testosterona, La erección requiere más tiempo y suele ser
menos firme.
La eyaculación, disminuye la cantidad de semen, la intensidad de la
eyaculación disminuye, La necesidad física de eyacular es menor, se reduce el
líquido pre-eyaculatorio. Capacidad reproductiva en forma relativa. Puede
mantenerse hasta su muerte.
El anciano, privado de su capacidad reproductiva en el caso de la mujer en
forma absoluta y en el hombre en forma relativa, sólo posee la función
erótica de su sexualidad. Por eso, se denomina a esta etapa de la vida como
la Edad del Erotismo. Propuesta que se presento en 1982 en Asunción en
ocasión del Primer Congreso Latinoamericano de Sexología.

MITOS Y PREJUICIOS SOBRE LA SEXUALIDAD EN EL ADULTO MAYOR


Prejuicios

Los prejuicios son un fenómeno intergrupal, con una orientación negativa


hacia el objeto de éste, en el caso de la sexualidad en la vejez, se antojan
injustos, pues se incurre en generalizaciones excesivas y constituyen
actitudes que están relacionadas con los sentimientos negativos que genera
un determinado grupo poblacional y de los estereotipos que se refieren a las
creencias erróneas o exageradas que la sociedad construye sobre las
personas ancianas.
Una de las "certezas" más frecuentes y dañinas para las personas de edad
avanzada es la que dicta que no tienen una vida sexual activa y que no están
interesados en comprometerse en alguna relación romántica.
Otro prejuicio lleva a considerar a los ancianos que mantienen deseos
sexuales como personas anormales o inmorales. Además se cree que la
belleza y la sexualidad son exclusivas de la juventud, que la imagen corporal
de los viejos es fea y que no tienen ánimos para pensar en su arreglo
personal. Los estereotipos, las concepciones erróneas y las frecuentes
bromas sobre la vejez y la sexualidad ampliamente difundidas pueden afectar
poderosa y negativamente la experiencia sexual de los ancianos.
Andrés Flores Colombino registra algunos prejuicios comunes que a partir de
los cambios físicos casi todas las sociedades construyen: "a) los excesos
sexuales de la juventud llevan al agotamiento en la vejez; b) el anciano es un
discapacitado sexual; c) los ancianos ya no tienen deseos sexuales y menos
actividad; d) los ancianos sólo necesitan contacto.
La mayoría de los estudios sobre actitudes hacia la vejez, han encontrado que
los propios adultos mayores se perciben a sí mismos en forma negativa y
apenas en los últimos años es que ha existido una orientación a indagar
sobre las cosas relacionadas con la salud más que con las pérdidas.

LOS MITOS SOBRE LA SEXUALIDAD EN EL ADULTO MAYOR


Carecen de sexualidad
La sexualidad infantil y la del viejo están negadas por las corrientes del
pensamiento que afirman que la sexualidad humana está sólo al servicio de
la reproducción. El anciano, presuntamente, no está en condiciones de
reproducirse, por lo que el uso de su sexualidad es imposible. Todo uso sería
"perverso". Por lo tanto, debe reprimirse.
No se reproducen
La reproducción está disociada del placer erótico a todas las edades, aun en
las propiamente reproductivas, gracias a la cultura, y cada vez con mayor
éxito.
Si los ancianos no se reproducen, ello redunda en beneficio de su sexualidad,
pues "naturalmente" como lo sugieren los moralistas biologistas, están
liberados del temor del embarazo. Y pueden por tanto, entregarse
libremente a la actividad sexual placentera. Se describen casos de mujeres
que, exacerbada su libido por el predominio relativo de andrógenos, en la
postmenopausia, llegan al orgasmo por primera vez en sus vidas.20
Miseria erótica
Es cierto que el ideal de belleza es juvenil. Simbólicamente, la vejez nunca fue
representante de la belleza y la capacidad seductora. La cultura erótica de
nuestro tiempo ha modificado, en algo, ese ideal de belleza. Nuestra cultura
ha sabido combatir la miseria erótica. Se dice que la multiparidad de las
mujeres, que rápidamente las envejecía, producía la caída de los senos, les
provocaba várices, prolapsos uterinos, cansancio crónico por el cuidado de
muchos hijos, afeaba a las mismas. Al punto que una de las explicaciones de
la poligamia se asienta sobre este aserto, pues el harén debía ser renovado
con sangre nueva y piel turgente.
Se ha disminuido el número de hijos, en ciertas épocas se usaba de nodrizas
para los hijos de damas poderosas que no deseaban perder su poder erótico.
En Cuba hoy tenemos recursos en la cirugía plástica para los senos, arrugas y
la obesidad; dietas especiales para mantener la línea armónica del cuerpo,
gimnasia, cosméticos de todo tipo. Y todos los artefactos que enriquecen la
eroticidad objetiva del anciano, es decir, su capacidad de despertar el deseo
del otro.
La miseria erótica es otro de los mitos sobre la ancianidad. Se afirma que son
incapaces de experimentar placer (eroticidad subjetiva) y que son incapaces
de despertar deseo en otros (eroticidad objetiva.
Frecuencia de la actividad sexual
La actividad sexual disminuye con la edad, manteniéndose con una
frecuencia variable, dependiendo de las características de la población
estudiada. Cabe destacar que la gran mayoría de los estudios demuestran
claramente que la frecuencia de las relaciones sexuales disminuye con la
edad y que el mantenimiento de la actividad sexual en los ancianos depende
principalmente de:
Buen estado de salud físico y mental.
La existencia de un compañero/a sin limitaciones.
La historia sexual previa.
Así, aquellos sujetos con una actividad sexual habitual y periódica durante
otras etapas de la vida, tienen mayor probabilidad de mantener esta
actividad cuando envejecen.
Cambios en el patrón sexual en el anciano
Como se ha mencionado previamente, el comportamiento sexual en la vejez
depende de muchos factores: salud en general, disponibilidad de un
compañero(a) sano(a), personalidad, actitudes hacia y de los otros, nivel de
educación, nivel social, creencias sexuales, actitud sexual previa, intereses y
prácticas previas, grado de satisfacción con la vida, etc.
La sexualidad en el anciano debe considerarse en una forma amplia e
integral, incluyendo en ella tanto componentes físicos como emocionales.
Por ello, se acepta como normal en el anciano ciertas modificaciones en el
patrón sexual considerado como estándar si se relaciona con el adulto joven;
estas serían: disminución del número de coitos y el aumento proporcional de
otras actividades sexuales como las aproximaciones físicas, caricias, ratos de
intimidad emocional, de complicidad, relaciones de compañía o
masturbaciones.
La prevalencia de la masturbación se explica, en muchos casos, por la
existencia de una pareja incapacitada y por la frecuencia de viudez en edades
avanzadas. Esto, unido al rechazo social que existe hacia el establecimiento
de una nueva pareja, serían factores que propiciarían la satisfacción sexual
mediante la masturbación.
Cese de la actividad sexual
El cese de la actividad sexual no es un suceso exclusiva y necesariamente
cronológico sino que depende de muchos factores como el estado de salud y
el grado de incapacidad física y mental (tanto del sujeto como de su pareja),
la frecuencia y la calidad de las relaciones sexuales previas, la mal
interpretación e inadaptación a los cambios fisiológicos propios del
envejecimiento, la situación afectiva y calidad de la relación con la pareja y
con otras personas, y de otros cambios en el papel social del anciano, como
la viudez, el cambio de domicilio, la institucionalización y las crisis de salud.
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FACTORES QUE INFLUYEN EN LA CONDUCTA SEXUAL DEL ANCIANO


Falta de pareja
Esta es la causa que mas provoca la abstinencia sexual en el anciano, sobre
todo en la mujer, téngase en cuenta que los hombres mueren como termino
medio 7 años antes que la mujer.
Deterioro de la relación matrimonial
Este aspecto es uno de los que mas se observa en como causa de trastornos
sexuales en la tercera edad. Existen tendencias que deben combatirse en la
pareja y que son entre otras la monotonía en las relaciones sexuales hacer
siempre lo mismo de la misma forma y los problemas de comunicación.
Dados porque solo de haba de los problemas de la casa de los hijos nietros o
del trabajo, pero o de otros temas íntimos que son de interés de ambos
miembros y que contribuyen a rescatar la intimidad de la pareja. 25
Falta de privacidad y las condiciones de la vivienda
Condiciones domésticas
El síndrome de la abuela esclava es otra forma de maltrato frecuente en el
siglo XXI, descrito sobre todo en países hispanoamericanos, que afecta a
mujeres ancianas con gran carga familiar, voluntariamente aceptada durante
muchos años, pero que al avanzar la edad se torna excesiva. Si la mujer no
expresa claramente su agotamiento (o lo oculta), y sus hijos y esposo no lo
aprecian y le ponen remedio, la sobrecarga inadecuada provoca o agrava
diversas enfermedades comunes: hipertensión arterial, diabetes, cefaleas,
depresión, ansiedad y artritis y perdida del deseo sexual.
La incapacidad física secundaria a enfermedades es uno de los hechos que
con mayor frecuencia lleva al cese de la actividad sexual.
También pueden influir en la declinación de la actividad sexual en ancianos la
falta de intimidad y las alteraciones anatomofisiologicas propias del proceso
de envejecimiento tanto en el hombre como en la mujer pueden limitar la
actividad sexual lo cual no quiere decir que el anciano no pueda disfrutar de
la actividad sexual plenamente.

PREVENCIÓN DE LAS DISFUNCIONES SEXUALES EN LA TERCERA EDAD


Al contrario de las que muchas personas piensas, una parte considerable de
las disfunciones en a tercera edad tienen si origen en desconocimientos,
falsas expectativas, sentimientos de minusvalía y otros fenómenos que, si
bien desempeñan un papel importante en la aparición de las disfunciones,
son relativamente fáciles de combatir y prevenir mediante una adecuada
divulgación y discusión.
En geriatría, según Flores Colombino, puede ser eficaz un instrumento de
prevención de funciones sexuales, pero también puede ser un consolador de
tabees y prejuicios sobre sexualidad y la vejez.
Para Disfrutar de una vida sexual plena en la tercera edad, Masters y Johnson
plantean que solo hay que cumplir con 3 condiciones, Disfrutar de salud
razonable; apreciar la sexualidad y disponer de pareja.
Aspectos psicosociales
Por lo general las investigaciones en relación con aspectos psicosociales
están dirigidas a profundizar en conocimientos sobre las necesidades de
salud, alimentación, económicas, de vivienda y vestuario. Sin embargo, el
aspecto sexual está poco investigado.

Por otra parte la falta de lubricación vaginal pudiera ser considerara por el
esposo como "Falta de interés", si estuvieran ambos preparados pudieran
analizar y resolver la situación.
El trabajo educativo sistemático para la atención al adulto mayor, donde los
involucrados dominen aspectos conceptuales de salud sexual.
La orientación terapéutica en está dirigida a:
Que el tratamiento con estrógenos es útil para mejorar la lubricación vaginal.
Que es necesario un mayor tiempo de estimulo para lograr una adecuada
erección del pene.
Aliviar el sentimiento de culpa que se origina cuando existe la necesidad de
reiniciar la actividad sexual después de la muerte del conyugue.
Eliminar la "ansiedad" que se desencadena cuando se piensa que la pareja
enferma pudiera agravarse con las relaciones sexuales.
Brindar la orientación necesaria para mantener la privacidad de la pareja.29
La sexualidad en la tercera edad parece tener 2 explicaciones. En primer
lugar la indirecta asociación establecida entre sexualidad y reproducción,
mediante la cual se considera que sólo es "normal" la actividad sexual
durante la edad reproductiva y, por lo tanto los ancianos, no tienen porque
practicarla. En segundo lugar la existencia del prejuicio "viejo enfermo"
descrito por Andre Pucheu, es tan fuerte que se instala en el destinario del
prejuicio e incluso en el personal medico y de enfermería, que atiende a los
ancianos.

CONCLUCIONES

La propuesta inicial de un modelo de intervención psicológica para


adultos mayores, teniendo en cuenta el crecimiento de esta población,
surgió de la necesidad de comprender e intervenir eficazmente sobre los
mismos, y generar planes de acción que contribuyan al mejoramiento de
su calidad de vida, a partir de una mirada integral a las necesidades propias
de la población adulto mayor, su cultura, condiciones sociodemográficas
y las investigaciones realizadas. De esta manera, se hace un llamado a las
diferentes disciplinas que se interesan por el estudio del adulto mayor para
que contribuyan al entendimiento de la complejidad de esta población y,
sobre todo, al desarrollo de herramientas que permitan mejorar la vida
del adulto en todas sus áreas de funcionamiento
FUENTES
scielo.sld.cu
www.elsevier.es
www.gob.mx
portalgeriatrico.com.ar
www.efisioterapia.net

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