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Universidad Cuenca del Plata

Facultad de psicología, educación y relaciones humanas

Cátedra: Psicología jurídica y criminológica

Profesora: Rosana Nanci Kredlbek

Año: 2016

Comisión: “C”

Alumnos: Lunge Emilse

Rosa Daniela

Samudio Camilia

Snihur Santiago

Soto Irina
Más del 50% de los niños
salteños fueron golpeados

 Según Unicef, es la provincia con mayor violencia


20 DE JUNIO 2016

intrafamiliar del país. El flagelo es uno de los indicadores de


la pobreza multidimensional.

El castigo físico para disciplinar:


Insultos, golpes, tratos denigrantes, juegos violentos. Todo junto o en escenas particulares puede
observarse en las relaciones entre niños, niñas y adolescentes cualquier día en cualquier calle.
Los adultos, claro, no escapan a esos actos de la vida cotidiana. La realidad quizá sea más
impactante si se la mira a través de la foto que Unicef sacó de la sociedad de Salta, que la
muestra con los índices más alto de violencia infantil del país.

Según una encuesta del organismo internacional, cinco de cada diez salteños de hasta 17 años
de edad fue maltratado físicamente en su hogar. El 18% sufrió violencia verbal y el 43%, uno u
otro o ambos tipo de agresiones.

Los datos fueron recopilados para el último estudio sobre pobreza en Argentina que Unicef
elaboró en conjunto con el Instituto de Estudios Laborales y del Desarrollo Económico (Ielde).

La violencia es uno de los indicadores de las carencias que sobrellevan niños, niñas y
adolescentes, según la mirada multidimensional del informe, que no mide la pobreza como una
cuestión monetaria sino por otros aspectos que hacen al desarrollo integral de la población
infantil. Nutrición, salud, educación, saneamiento, acceso a la información, ambiente, vivienda,
trabajo infantil y la falta de juego comprenden los demás aspectos.

Abordajes sociológicos podrían dar un análisis profundo sobre el fenómeno de los ambientes
intrafamiliares violentos y explicar por qué en Salta y en el resto del NOA se dan los mayores
índices de ese flagelo.

Para acercarse a una respuesta, Daniel Agüero, único psicólogo del Centro de Salud del barrio
Ceferino, describió a El Tribuno situaciones que observa en los vecinos de la zona sudeste de la
capital salteña.

El profesional, quien también está a cargo de la cátedra de psicología evolutiva (niñez) de la


Universidad Católica, consideró que la violencia se transmite de una generación a otra.

"Lo que más se caracteriza es la denigración verbal, padres que no bajan a su hijos de "opas,
tarados'', etcétera", señaló Agüero, y explicó que periódicamente visita hogares del área de
influencia de la salita con agentes sanitarios.

Relató también que creció la cantidad de niñas madres. "Chicas de 15 años ya están
embarazadas y a la vez muchas de ellas consumen drogas. Se nota, en algunos casos, que los
bebés buscan la teta con una desesperación increíble, lo que denota una especie de síndrome de
abstinencia", dijo el psicólogo.
"Gran parte de las familias de la zona son numerosas, ensambladas, donde se confunden roles.
Tenemos la abuela que a la vez funciona como madre del nieto, quien a su vez considera a su
verdadera mamá como una hermana mayor", agregó el especialista.

Sostuvo que los tratos violentos tienen mucho que ver con la falta de empleo de los padres,
aspecto en el que Salta también se encuentra con los peores indicadores del país.

Fuente: http://www.eltribuno.info/mas-del-50-los-ninos-saltenos-fueron-golpeados-n726769
La violencia infantil es definida como toda acción u omisión que lesione o pueda lesionar
potencialmente al niño, interfiriendo su óptimo desarrollo desde el punto de vista físico,
psíquico, emocional y social.
En este caso, según una encuesta del organismo internacional, cinco de cada diez salteños
de hasta 17 años de edad fue maltratado físicamente en su hogar. El 18% sufrió violencia
verbal y el 43%, uno u otro o ambos tipo de agresiones. Se puede diferenciar así un factor
común que subyace: el abuso de poder y autoridad por parte de los tutores de los niños, ya
que gran parte de las familias de la zona Salteña son numerosas y ensambladas, por lo que
se confunden roles. En cuanto a la dinámica de la violencia, es una forma de violencia “de
castigo” en la cual hay una relación desigual, unidireccional.
En la noticia, según el profesional psicólogo Daniel Agüero, se considera que la violencia se
transmite de una generación a otra. Señala que lo que más se caracteriza es la denigración
verbal. Este tipo de abuso emocional se caracteriza por la permanente clasificación y
manifestación al niño denigrándolo, haciendo con el tiempo que este se lo crea y actué a
consecuencia.
Según Ana Maria Barchietto el incesto, el homicidio, las violencias inauditas como se
presenta en este caso de violencia infantil, son manifestaciones extremas que señalan como
una sociedad, una familia, se ha alejado del principio de la ley, que es el principio de
paternidad. Hay un debilitamiento de las funciones parentales que produce inmadurez y en
su alcance final está la descarga pulsional violenta sobre sus hijos. Según esta autora, los
niños son objeto de satisfacciones pulsionales y agresivas auto eróticas que por ley, los
adultos debieron renunciar.
Grosman y Mesterman mencionan que el aislamiento del medio externo puede ser
considerado como algo que propicia la reproducción y la perpetuación del fenómeno
violento, así también que el contacto con el mismo puede ayudar a la desnaturalización de la
violencia. En la noticia escogida se destaca que los tratos violentos están relacionados con
la falta de empleo, y que Salta obtiene los indicadores más altos del país. Lo que se quiere
resaltar con esto, es poder ver de alguna manera como los aspectos de la historia personal
no son los únicos que favorecen a que se repitan estos modelos de interacción, la falta de
oportunidades para mantener una función activa en la sociedad o la falta de información
acerca de los cuidados sanitarios podrían favorecer a una mayor adhesión a los valores
tradicionales o incrementar los riesgos, y esto es algo que se ve en la noticia a partir de los
factores como, familias numerosas, madres jóvenes, consumo de drogas, saneamiento,
educación etc. Esta naturalización de la violencia, que no se caracteriza solo por los golpes,
se convierte en algo cotidiano que no solo es vivido dentro de la familia.
Tendlarz y García sostienen que la violencia forma parte de nuestra contemporaneidad; ésta
se ha convertido en un significante “amo” impuesto en el discurso social. Por esta razón,
insultos, golpes, tratos denigrantes, juegos violentos pueden observarse en las relaciones
entre niños, niñas y adolescentes cualquier día en cualquier calle. Dentro del debate sobre
la maldad, dicen estos autores, la discusión se inscribe en la tensión entre los factores
genéticos y sociales, estos últimos estrechamente relacionados con problemas familiares y
traumas infantiles. Esto podría explicar por qué en un estudio sobre pobreza se pudieron
conseguir datos sobre violencia, ya que el contexto afecta directamente.
Gran parte de las familias estudiadas en la investigación citada son ensambladas, donde los
roles no están bien definidos. Esto se podría explicar, desde Lacan, sosteniendo que estos
niños al violentar (de diferentes maneras) a otros niños, salen de una escena insostenible en
su casa, donde puede que no sepan qué lugar realmente ocupan. Este autor define al
pasaje al acto con dos rasgos: la salida de la escena y una inclinación hacia el objeto a; es
decir el sujeto sale del Otro dirigiéndose hacia el objeto.

Partiendo de una articulación de la noticia con el texto de Antonio Gutiérrez: “Las vestiduras
de la violencia”, puede hablarse de varios puntos, introduciendo además cuestiones que se
dejan por fuera y que la articulación plantea su arribo.
La violencia no deja de ser inherente a la condición humana. Ya Freud la sitúa como
constitutiva del Yo.
Incluso en Tótem y tabú nos habla de la violencia intrafamiliar, en donde los hijos matan al
padre de la horda, y tras el asesinato adviene la Introyección del mismo padre muerto y con
la misma, los sentimientos de culpabilidad que llevan al sujeto a la realización del mandato
del padre.
Hobbes en su Leviatán nos dice que “en su estado natural todos los hombres tienen la
necesidad de causar daño” y que es el “contrato social” lo que viene a evitar lo desmedido
de esto.
Shakespeare en su Tempestad nos demuestra como el choque con la otredad social es
motivo suficiente para que la violencia se justifique en el accionar.
Si bien lo orígenes de cómo comienza lo desmedido del goce que se sufre en la época
actual es incierto, pareciera ser relevante destacar los albores de la ciencia contemporánea.
Desde la revolución científica de Galileo, la visión sobre lo dogmatico y absoluto de las leyes
decae en la labilidad, los fundamentos de aquello que se creía absoluto son corrompido por
la visión de lo inherente de la subjetividad al universo simbólico. Ahora todo conlleva su
enorme y propio grado de subjetividad que permite el cuestionamiento de todo aquello que
se considera natural, ético o legal. Ya mediante un simple falsacionismo, ni siquiera
empírico, toda ley es susceptible de refutación.
Tomando como referencia esto, puede decirse que si bien, paradójicamente, provoca un
avance grandísimo en la ciencia, el deterioro de la educación básica pudo verse afectado
por la misma emergencia de pensamiento contemporáneo. Toda ley moral, religiosa, o
jurídica, puede ser cuestionable, su estatuto de referencia se pierde en el subjetivismo que
la funda y sustenta, lo que conlleva a lo que Nietzsche dijo como la muerte de Dios; pero no
solo la muerte de Dios, sino su asesinato, Dios no murió,” nosotros lo hemos matado,
ustedes y yo”.
Es sobre esta nueva concepción de las leyes donde la sociedad, pierde el semblante de
proteger el falo. Tras Copérnico la sociedad misma comenzó a perder lo más divino que
poseía: cuando vimos que no éramos el centro del universo, al menos nos quedaba que
éramos los favoritos de Dios en esta tierra, y que podíamos manejar nuestras vidas
mediante la razón. Después de Darwin, sabiendo que somos animales más, solo nos
quedaba nuestra vida por defender. Y tras el descubrimiento del inconsciente, no
manejamos mas nuestra vida, ya no nos queda nada por defender; sumado esto al hecho de
que todo motivo que fijemos como referencia a seguir, no es más que una ilusión subjetiva,
sin ningún fundamento empírico, y sin ningún sentido metafísico.
Ya perdido todo fundamento para defender la aplicación de las leyes, más que el bienestar
de el mayor porcentaje de la población, en el caso de una sociedad democrática, la
sociedad se inclina a recurrir a un goce Real, dejando de lado el dialogo Simbólico al cual
antes se recurría anteriormente, en el mejor de los caso.
Si bien la violencia existe desde tiempo inmemorables, la sociedades no tendía a un goce
desregulado de los impulsos, y el superyó atacaba cuando se gozaba; como dice el texto
hoy la culpa decae no en la muerte del padre de la horda, sino en no aprovechar la muerte
de Dios en su máximo potencial.
Como se dijo, la historia está teñida de violencia desde siempre; no obstante la violencia
solía ser utilizada como auxiliar del superyó, en pro de una mayor internalización de los
mandatos sociales y familiares. Hoy la violencia se presenta como la vía directa al goce
desregulado de la sociedad, tomando, como decía Shakespeare, la otredad como
depositario de las pulsiones. Es entonces donde puede verse padres que, castigan a sus
hijos de manera violenta, verbal o físicamente, por el hecho de descargar las tensiones que
su vida diaria acarrea, como desempleo, estrés, o simple ebriedad, pero salen a la “defensa”
de su hijo cuando un docente toma medidas represivas ante un comportamiento inapropiado
de los niños.
Es así, como esa violencia sin sentido, desregulada, es interiorizada por esos niños, y luego
llevada a su cotidiano accionar. Con esto no se quiere decir que la violencia sea justificada,
el fin no justifica los medios; solo se intenta demostrar como la utilización de la violencia se
mantiene dirigida a la caída del padre totémico, a la devastación de un universo simbólico
que ponga coto al goce y oriente el accionar de los sujetos en una sociedad organizada bajo
el respeto mutuo.
Todo en la sociedad actual apunta justamente a esto, la destrucción de toda ley simbólica
que regule el goce, a la defensa de la labilidad de las leyes. Claro que no la totalidad de la
población tiene acceso a un pensamiento científico contemporáneo, pero las visiones de la
subjetividad inherente al simbolismo, atraviesa los estratos sociales y se presenta bajo
vestiduras comprensibles a todos. Vemos así como en los barrios bajos, al gente no se
droga porque la ciencia muestre lo in-absoluto del universo, sino porque la vida actual no
tiene sentido; o vemos personas que delinquen no porque los fundamentos de las leyes
jurídica o morales carezcan de base empírica, sino porque la leyes no se cumple, y sus
delitos permanecen impunes; o en articulación con la noticia, vemos un maltrato hacia los
niños, una “educación” por las vías de lo Real de la violencia, siempre más sencillas y
desahogantes, y el rechazo de una ley simbólica, de métodos dialógicos de la enseñanza de
un accionar que no recurra a la violencia.
Grosman y Mesterman mencionan que el aislamiento del medio externo puede ser
considerado como algo que propicia la reproducción y la perpetuación del fenómeno
violento, así también que el contacto con el mismo puede ayudar a la desnaturalización de la
violencia. En la noticia escogida se destaca que los tratos violentos están relacionados con
la falta de empleo, y que Salta obtiene los indicadores más altos del país. Lo que se quiere
resaltar con esto, es poder ver de alguna manera como los aspectos de la historia personal
no son los únicos que favorecen a que se repitan estos modelos de interacción, la falta de
oportunidades para mantener una función activa en la sociedad o la falta de información
acerca de los cuidados sanitarios podrían favorecer a una mayor adhesión a los valores
tradicionales o incrementar los riesgos, y esto es algo que se ve en la noticia a partir de los
factores como, familias numerosas, madres jóvenes, consumo de drogas, saneamiento,
educación etc. Esta naturalización de la violencia, que no se caracteriza solo por los golpes,
se convierte en algo cotidiano que no solo es vivido dentro de la familia.
BIBLIOGRAFÍA:

Grosman y mesterman "violencia familiar, la relación de la pareja"

Barchietto, A. Ley y Familia: clínica de la violencia

Covelli, J. Rofrano G. La violencia Familiar

Gutierrez A. Las vestiduras de la violencia. Contribución al debate de las violencias actuales

S. Freud. Una dificultad del psicoanálisis.1917

Nietzsche, Friedrlich Wilhelm, La gaya ciencia- la ed. La reimp.- Buenos Aires: Gradifico, 2007

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