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FACULTAD DE HUMANIDADES

ESCUELA ACADÉMICO PROFESIONAL DE PSICOLOGÍA

INFORME ACADÉMICO

“Violencia familiar”

INTEGRANTES

ALARCÓN PINO, Daniel

ÁLVAREZ ISASI, Lourdes

GARCÍA MONTAÑEZ, Isabel

PAUCAR HUAYRA, Viviana

PERALES GARCIA, Renzo Bryan

MONTOYA CRUZ, Dany John

DOCENTE
Mgtr. NEYRA CASTILLA, Orietta

AULA Y TURNO
A-807 / Noche

LIMA-PERÚ

2019- II
INDICE

I. INTRODUCCIÓN
II. DESARROLLO
2.1. Violencia familiar en niños y adolescentes
2.2. Tipos de violencia familiar en niños y adolescentes
2.3. Consecuencias de la violencia familiar en niños y adolescentes
2.4. Estadísticas de la Violencia familiar en niños y adolescentes
2.5. Programas para proteger a los niños de situaciones traumáticas
2.6. Tratamiento de la violencia familiar en niños y adolescentes

III. CONCLUSIONES

IV. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

V. ANEXOS
I. Introducción

La Violencia es un tema no solo de investigación sino de urgencia mundial, por el


que se han ocupado años tras año tanto investigadores como historiadores, siendo
diversos los autores y sus postulados, así como sus diversas soluciones y
recomendaciones. Siendo la violencia uno de los problemas con mayor agravancia por
su repercusión y efecto nocivo a niveles generales.

APIS, Fundación para la equidad, A.C. (2006), declara que la violencia es un


problema que tiene repercusiones a nivel individual, social, laboral y familiar,
atentando contra la dignidad del ser humano y los derechos intrínsecos
fundamentales como la vida y la salud; afecta negativamente de manera considerable,
el desempeño sicosocial de los miembros activos y no activos de la sociedad como
tal, en todos los ámbitos de su vida, dentro y fuera del hogar, obstaculizando el
aprendizaje y la socialización, afectando la calidad de vida de todo individuo.
Específicamente de aquellos que son más vulnerables a este hecho: mujeres, niños,
niñas, adolescentes y adulto mayor, poniendo en riesgo la salud física, mental y
espiritual de las personas (p. 1).

Esto deja por sentado que los estragos causados por los innumerables actos de
violencia a nivel global, influenciando en las familias y debilitando uno de los pilares
importantísimos de nuestra sociedad como tal. En nuestra actualidad es de suma
importancia darle mayor énfasis al tema de los vínculos afectivos y sus alteraciones.

El incremento de las denuncias y demandas en contra de la violencia hacia niños,


adolescentes, mujeres y ancianos están en aumento considerable. Esto es un hecho
alarmante ya que nos indica un nivel escaso de tolerancia y empatía en nuestra sociedad
actual, siendo los motivos muy diversos, así como sus circunstanciases.
Así como lo señala APIS, Fundación para la equidad, A.C. (2006), además de la
Violencia Familiar y otras modalidades de violencia. Los casos registrados de
mujeres, niños, niñas y adulto mayor, que sufren violencia son cada vez más
frecuentes. La presente investigación se enfoca en el objetivo de reflexionar y
analizar sobre una problemática que hasta nuestros días va en aumento. En este
informe académico se tratará el conflicto que genera “La Violencia Infantil”
utilizando la información resultante de un diagnóstico realizado. Es evidente por el
análisis realizado por las organizaciones civiles autónomas competentes a través de
la experiencia de éstas que la violencia es un integrante que atraviesa de forma
transversal la vida cotidiana y social, atrasando el desarrollo natural del ser humano,
tanto en lo público como en lo privado (p. 1).

Los resultados evidenciados en las numerosas investigaciones hechas por


organismos e instituciones, han servido de mucha ayuda con lo que respecta a
información estadística y experiencia como tal. Tal resultado nos apronta a crear nuevas
y efectivas estrategias para la prevención, tratamiento y eliminación de acciones que
conlleven a patrones de violencia.

Tal como lo cita Corsi, J. (1994), antes de los inicios de los años 60, la violencia
dentro del clan familiar era vista como un fenómeno aislado. Poca importancia se le
daba a este conflicto, ya que, a su vez, el conjunto de personas al que llamamos
“sociedad” atravesaba y atraviesa por un desarrollo y evolución lenta, aunque las
estadísticas indiquen grandes cambios y avances, estos son sólo a nivel tecnológico.
Poco a poco se ha ido modificando esta visión, por distintas transformaciones y
movimientos sociales, sean públicos o privados, cuyo objetivo es la libertad e
iluminación del ser, de tal forma que han creado conciencia en ésta, que junto con
aportaciones y estudios que han realizado, han puesto de manifiesto un grave problema
social.

Años atrás la violencia parecía ser un signo del destino y de lo inevitable. Hoy en
día la justicia legal interviene más a menos en los asuntos familiares por el incremento
de denuncias y quejas de las personas víctimas de violencia familiar, haciendo legal así
la nueva disponibilidad social problemática. Cabe mencionar que el hecho de que
intervenga la justicia no es suficiente. Hace aproximadamente 10 años se entendía a
nivel mundial a la violencia como el que hacer único dentro del marco criminológico y
judicial, de manera notoria e implícita, dicho de otra manera, la prevención de la
violencia en todas sus modalidades era asunto único de la policía y los jueces (pp. 5-6).

Ninguna sociedad sana debería permitir la violencia como un hecho normal de la


vida diaria del ser humano, ni debería pasar por alto condiciones infrahumanas como
situaciones que podrían esperar. Esto no solo nos vuelve seres frívolos e insensibles,
sino inhumanos. Con esta situación como algo difícil de erradicar en base al arraigo que
tiene la idea violencia en la mente de las personas, habría que fomentar charlas
informativas sobre el amor y buenos vínculos afectivos, promocionando más la
solidaridad y la tolerancia en las relaciones interpersonales.

1.1. Aspectos generales de la violencia

Siendo diversas las perspectivas de los diferentes autores e investigadores con


respecto al tema de violencia, es preciso mencionar que cada uno nos muestra su visión
con lo que respecta a la conceptualización de ciertos términos que cabe diferenciar.

Según Corsi, J. (1994), un término importante que podría ponerse en discusión con
respecto al tema de violencia es el de “conflicto”, el cual se da por entendido a
causas que se oponen entre sí, en todos las áreas de la vida cotidiana surgen
conflictos interpersonales, como expresión de la manifestación de la diferencia de
intereses, valores y deseos de quienes participan en una relación interpersonal, lo
que diferencia un “conflicto” de un “acto violento” propiamente dicho es la forma
como los individuos utilizan los diferentes recursos para la resolución de sus
problemas, con lo que respecta a habilidades comunicativas o aquello que se ejecuta
con fuerza y brusquedad, es decir lo que se hace contra la voluntad y el gusto de
otra persona (p. 10).

Escudriñando sobre todo aquello que engloba y guarda estrecha relación con la
violencia y su repercusión en todas las áreas, como lo señala el autor experto en
violencia se podría hacer un estudio más especializado sobre el tema, sectorizando
ciertas áreas para poder tener una mayor visión sobre dicha problemática y las
connotaciones entrelazadas a la hora de expresar ideas o conceptos que explícitamente
tienen que ver con violencia en sí.

También Corsi, J. (1994), hace hincapié en la confusión que existe entre los
términos agresividad y violencia. Indica que la agresividad está relacionada con la
capacidad humana para “oponer resistencia” a las influencias del medio que nos rodea.
Pero autores como Ashley Montagu (citado por Corsi, 1994) señalan que aquello que se
halla en el medio ambiente y que es heredado de generación en generación, suministra
únicamente la potencialidad y que el resultado se encuentra determinado por las
experiencias que se viven en lo cotidiano.

La agresividad no es negativa ni positiva, sino que forma parte de la experiencia


humana, en función a su desarrollo y evolución natural como entidad viviente, la cual
tiene siempre una dimensión interpersonal. Así mismo para comprender una conducta
agresiva, es menester que el observador externo conozca el significado que el individuo
le atribuye a una situación, y no sólo la situación donde tal conducta se ejecuta. (pp. 18-
19).

Podríamos citar muchos ejemplos para dar por entendido la diferencia y a la vez su
estrecha relación existente entre agresividad y violencia. Así como diversos autores
postulan sus ideas, dando a entender lo cuidadosos que debemos ser a la hora definir y
tratar temas de actos violentos.

En la actualidad podemos observar la gran afluencia de Niños y adolescentes


trabajando, quienes a su vez dejan de lado sus estudios en mucho de los casos, esto no
solo atrae atrasos académicos, sino también, cognoscitivos y psicosociales, pues los
niños y adolescentes que se ven obligados a trabajar desde temprana edad, abandonan
sus labores cotidianas de su etapa como tal, acelerando el ciclo y el proceso de desarrollo
psicológico que deberían atravesar con normalidad.
Como ejemplo claro a este hecho Rpp noticias (2016), nos cuenta que, tenemos una
gran alza de niños y adolescentes que dejan los estudios por el trabajo, estos
menores no reciben una educación en los centros educativos formales debido a que
por decisión de los propios padres se dedican a trabajar, empeorando sus
condiciones ya que algunos viven en las calles, están en mendicidad o son
explotados sexualmente (párr. 3).

El abuso por parte de los cuidadores de estos menores, y la excusa de la escasez


económica acompaña la violencia hacia los niños y adolescentes, a quienes las personas
que se encuentran a su cargo los obligan a trabajar o traer el sustento del hogar,
exponiéndolos a todo tipo de riesgos y peligros, que podría conducirlos hasta la muerte.

El costo de la vida en estos tiempos es cada vez más elevado, lo que antes podríamos
lograr con poco, ahora lo tenemos que conseguir a duras penas con mucho esfuerzo y
alcanza para casi nada; en un mundo tan sofisticado e industrializado, donde todo tiene
precio, surgen aquellos que se aprovechan de las necesidades y carencias de los demás.

Así lo explica Unicef (2014), al poner de manifiesto que los niños y niñas que viven
en los hogares más precarios y en zonas rurales tienen más probabilidades de ser
víctimas del trabajo infantil. Así mismo, si tomamos en cuenta que el trabajo
doméstico recae en su mayor parte en las niñas. Millones de niñas que trabajan
como empleadas domésticas están expuestas a la explotación y el maltrato (p. 25).

La precariedad y la pobreza por la que atraviesan muchas familias, obliga a que todos
los integrantes del clan familiar salgan a buscar el pan de cada día, entre ellos se
encuentran los hijos que en la mayoría de los casos son niños y adolescentes, quienes
acompañan a sus padres o cuidadores en largas horas de marcha de algún negocio
improvisado, o simplemente son contratados informalmente por alguna persona que
requiera algún servicio, siendo víctimas del maltrato y abuso infantil.
Hacer un estudio concienzudo sobre el tema de violencia aborda una amplia
investigación e información en el cual podríamos tratar diversos factores, efectos, tipos
y modalidades.

Unicef (2014), hace mención que dentro de las modalidades de “violencia familiar”
existes diversas formas en la que está se manifiesta dentro del clan familiar,
identificando entre ellas a las más usuales: violencia doméstica, abandono, explotación
sexual y laboral, y, violencia a niños y adolescentes (p.5).

Los especialistas en violencia familiar plantean diversos tipos y modalidades de


violencia, como también sus factores de riesgo, exponiendo que una de las principales
causas de violencia es una mala vinculación y comunicación entre dos personas de un
mismo clan familiar.

Sin embargo, son muchos los factores que desencadenan en un futuro en casos de
violencia, y esto se debe a la calidad de educción, interacción y vínculos que se forman
con nuestras figuras parentales, trayendo como consecuencia los distintos tipos y
modalidades de violencia, al cual a cada uno de ellas la acompaña una patología clínica
especifica.

Haciendo referencia y tomando en cuenta la voz de los más desprotegidos e


indefensos. Paulo Sergio Piñeiro y Secretario de las Naciones Unidas, Experto
independiente sobre la Violencia contra los Niños y niñas declara, “Los niños y niñas
están cansados de escuchar que ellos son el futuro. Quieren que cumplamos nuestras
promesas en el presente y gozar hoy de su derecho a ser protegidos de la violencia” (las
Naciones Unidas, 2010) (citado por Unicef, 2014. p. 5).

Más que frases bonitas y slogan atractivos, lo que realmente necesitan los niños son
estrategias para la acción, con respecto al cuidado y protección de los más vulnerables
de los casos de violencia.
II. Desarrollo

2.1. Violencia familiar en niños y adolescentes

Desde un abordaje completamente amplio y conciso del tema de violencia, son


varios los síntomas y características que identifican o determinan un acto como violento
o no. Según Dulanto, E (2008), médico pediatra del Instituto Nacional de México,
detalla que “la violencia familiar es un Conjunto de síntomas que se presentan juntos y
son característicos de un cuadro patológico determinado, de frecuencia inusual y rara en
la consulta psicológica, pediátrica y de medicina del adolescente” (p. 1).

Es muy importante mencionar que, aunque las denuncias por violencia van en
aumento a nivel mundial, también hay muestras de personas víctimas de violencia que
guardan silencio por miedo a represalias por parte de sus maltratadores, lo que lleva a
tomar en cuenta la desinformación que tienen estas víctimas de abuso físico y
humillante, con temas relacionados a protección y apoyo por parte de las instituciones
y organismos competentes.

En la actualidad este problema psicosocial está presente en todas las clases


socioeconómicas urbanas sin ser ajeno a las familias rurales. La mayoría de las veces se
conoce acerca de él a través de una consulta de niños o adolescentes que la hacen por
múltiples razones y en las que se descubren fácilmente o con un poco de dificultad las
causas que originan muchos de los síntomas que aquejan al paciente y que todas tienen
origen en la violencia presente en la dinámica familiar.

Dulanto, E. (2008), manifiesta que la violencia en niños y adolescentes en múltiples


ocasiones nace, se desarrolla y se perpetua entre la pareja que forma el liderazgo de
la familia, los problemas de carácter, conducta y de relación tanto del padre como
de la madre, del victimario y la víctima , atraviesan con fuerza en la vida y dinámica
emocional de los hijos que viven en el hogar, que de manera presente se sienten
amenazados por las consecuencias que traen los desencuentros y la agresión verbal,
emocional y física que se da entre sus padres desplazando hacia los menores sus
propios traumas y conflictos emocionales (p. 10).

Existe la idea difusa y vaga que los menores por ser niños no captan el porqué de
los problemas y no sufren la violencia interpersonal que se da en los padres es un grave
error de juicio. Teniendo en cuenta que quienes así juzgan carecen de sensibilidad para
reconocer la inteligencia natural que los Niños van adquiriendo y desarrollando a través
de su experiencia existencial desde la infancia.

Sentir es un método y una vía de maduración psicoafectiva y social que, aunque


para muchos no tiene gran importancia en la realidad constituye el mundo simbólico del
que se alimentan muchos niños y jóvenes que han crecido en un hogar donde la
comunicación ha sido escaso o ausente, y, además, pobre en contenidos de mensaje
educativo.

Dulanto, E. (2008), comenta que desestimar el talento intelectual y la inteligencia


de los demás es un grave error que con frecuencia cometen particularmente padres
que están al frente de sus hijos, a quienes por lo general consideran como unidades
receptoras que no tienen capacidad de procesar lo que reciben, y mucho menos de
crear una imagen que tenga validez ante ellos de todo aquello que perciben, ven,
escuchan o acontece en su entorno y que forma parte de la experiencia de vida diaria
de ser niño o ser adolescente en hogares (p. 5).

Es un error muy grave por parte de los cuidadores o padres, limitar y someter
arbitrariamente a los menores de la casa, en este caso los niños y adolescentes,
acarreando con esto un sinnúmero de limitaciones y represiones emocionales que más
adelante se manifestaran como actos violentos.

La mala comunicación que pueda existir entre dos individuos, no solo crea fastidio
e incomprensión, sino también una idea sobre deficiente y no clara sobre la importancia
del dialogo y el vínculo sano interpersonal necesario para las relaciones interpersonales.
Dulanto, E. (2008) arguye que hijos que crecen ante un hogar donde la violencia
verbal existe, pronto aprenden que el lenguaje no es un elemento que significativo
al ser humano, que transmite de manera objetiva juicios de valor, respeto, afecto,
tolerancia, equidad y principios de justicia. Por el contrario viven y experimentan
que el lenguaje es un canal de agresión continua donde todo es descalificación, una
forma de degradación, una vía en la que se descargan las emociones menos sanas
de la persona que se violenta, entendiendo así, que el diálogo entre las personas
lejos de despertar afecto, respeto y deseos de convivir en un clima de justicia y
equidad, lo que hace es intimidar, incentivar el amor, el desaliento y se extiende
una profunda tristeza y sentido de invalidez e impotencia en el ambiente en que se
vive (p. 12).

En definitiva, aquellos hogares en los que se evidencia y se observa una escaza y


mala comunicación, como una mala vinculaciones entre sus mismos parientes, son
aquellas familias que en su porvenir se verá reflejado todo el contenido transmitido año
tras año a sus descendientes, por lo tanto, esto podría llevar a estas personas a desarrollar
personalidades violentas como delictivas.

2.2. Tipos de violencia familiar

La violencia viene encubierta de muchas maneras, bajo muchas formas, las cuales
en nuestra actualidad son pasadas como desapercibidas y como episodios naturales o
cotidianos, a modo de anestesia no logramos ver con claridad muchos de los mensajes
que a nuestro alrededor se presentan como actos violentos, considerándolos actos
normales.

Según Aldeas Infantiles SOS Perú (2019), el maltrato puede adoptar varias formas,
como la violencia física, psicológica, sexual, económica, simbólica, abuso, explotación
laboral y sexual, y la desatención o negligencia por parte de las personas encargadas de
su cuidado. Las niñas, niños y adolescentes víctimas de maltrato, tienen su vida
marcada: está en riesgo su crecimiento y desarrollo, su integridad física y psicológica,
poniendo en grave peligro su supervivencia, estabilidad emocional y su salud (p. 2).
Seas cual sea el tipo de violencia utilizada, y bajo la connotación que se le deba dar no
debería ser aceptada y permitida en nuestra actualidad.

VIOLENCIA FÍSICA:

Teniendo en cuenta los distintos tipos de violencia podemos relacionar y reconocer


más objetivamente la problemática de la violencia familiar, para así poder darle una
solución e intervención a todo tipo de acto que conlleve en sí, un acto violento.

Promundo Ong (2001), en su manual: Por el fin del castigo físico y humillante,
menciona que los castigos físicos son formas de violencia aplicadas por una
persona adulta con la intención de disciplinar al niño, para corregir o modificar una
conducta indeseable. Es el uso de fuerza, causando dolor físico o Emocional al
niño. Es una forma de violencia contra el niño y una violación de su derecho a la
dignidad y a la integridad física (p. 9).

Dicha declaración deja claro el maltrato y la fuerza de las intenciones usadas para
descargar toda la frustración por parte de los padres o cuidadores con los niños y
adolescentes, con la intención de someter y doblegar la voluntad y la autoestima.

También podemos encontrar otras definiciones de violencia y su implicancia


psicológica.

Tal como lo asegura El Instituto Nacional de Estadísticas e Informática (2014),


acerca de la violencia física definiéndola como la agresión que se emplea contra el
cuerpo de algún integrante de la familia produciéndole dolor, daño o riesgo de
producirlo y cualquier otra forma de maltrato o agresión desmedida que afecte su
integridad física, ejercida mediante golpes, empujones, abofeteadas, patadas, entre
otros (p. 2).
Hay diversos autores que hacen referencia a los tipos y formas como la violencia es
ejercida contra los niños y adolescentes, cada uno de ellos nos muestra una amplia y
clara visión de todo aquello que lleva consigo y acarrea la violencia como tal.
Los tipos de violencia son ejecutados de muchas maneras y viene encubierta bajo
términos y argumentos aparentemente bienhechores y sanos.

Así como lo expresa Promundo Ong (2001), que puede ser ejercido de varias
formas, como cuando el niño sufre abuso verbal, es ridiculizado, aislado o ignorado.
El castigo físico es un acto realizado por un adulto con la intención de causar dolor o
incomodidad física a un niño, dejando o no marcas visibles en su cuerpo.

El motivo que suele llevar los padres o responsables a aplicar un castigo físico es
el objetivo de corregir un comportamiento del niño e impedir que él lo repita. Hay
muchas formas de castigos físicos: palmadas, bofetadas, pellizcos, chancletazos,
garrotazos, golpes de vara, atar el niño, dejarlo de rodillas, dar puñetazos o golpear son
algunos ejemplos de castigos físicos. La fuerza puede ser aplicada de muchas formas
en el cuerpo del niño. Puede ser con la mano – golpe en la cabeza, palmada en la
nalga, tirón de oreja, pellizco –, con el uso de un objeto – regla, cinturón, chancleta,
cuerda – o mismo sin pegar al niño. Es el caso de los castigos en que el adulto pone al
niño en posiciones incómodas y situaciones humillantes, como, por ejemplo,
obligándolo a mantenerse de rodillas sobre granos, a retener sus excreciones, ingerir
alimentos o substancias descompuestos o de sabor desagradable, entre otras formas
(pp. 10-11).

Como podemos observar son muchas las formas y maneras de como la violencia
física puede manifestarse, todas y cada una de ellas es nociva para el desarrollo de todo
individuo como persona natural y sana. Cabe resaltar que, hasta nuestros días, incluso
en instituciones educativas, se sigue utilizando actos violentos como forma de
corrección, desestimando su destructividad en la vida de toda persona.

VIOLENCIA PSICOLÓGICA Y/O VERBAL:

La violencia psicológica es uno de los tipos de violencia más comunes en la


sociedad actual, causando un deterioro emocional drástico a largo y corto plazo. El papel
fundamental de las buenas relaciones, juega en el desarrollo de la personalidad de
manera muy relevante.

Por lo tanto, La violencia psicológica también conocida como violencia verbal


puede ser entendida como lo indica el Instituto Nacional de Estadísticas e
Informática (2014), como aquella que causa daño emocional y disminución de la
autoestima o perjudica y perturba el pleno desarrollo personal o que busca degradar
o controlar sus acciones, comportamientos, creencias y decisiones, mediante
amenaza, acoso, hostigamiento, restricción, humillación, deshonra, descrédito,
manipulación o aislamiento, de algún integrante de la familia, a través de palabras,
injurias, calumnias, gritos, insultos, desprecios, burlas, ironías, situaciones de
control, humillaciones, amenazas y otras actitudes utilizadas con el fin de debilitar
la autoestima (párr. 1).

El impacto emocional que causan las palabras en la mente humana es relevante en


comparación a otras formas y maneras de violencia, tal es el impacto ocasionado que
año más adelante cuando los niños y adolescentes que han atravesado por situaciones
de violencia psicológica llegan a desarrollar patrones de conducta conflictivos y
disociación social.

La forma de cómo se ejecuta este tipo de violencia, suele tener en muchas ocasiones
una máscara que, nos impide por nuestra ignorancia detectarla como un acto violento.
Ya que la intención es hacer sentir menos de una manera sutil a la persona a quien va
dirigido dicha acción.

Así Dulanto, E. (2008), menciona que la violencia emocional es frecuentemente un


arma muy sutil que lleva como práctica herir algún integrante del clan familiar de
manera muy sutil hiriendo profundamente la conciencia emocional y espiritual de
a quién va dirigida, quien actúa de tal manera por lo general se siente superior
intelectualmente y con poder sobre quien la recibe. La violencia emocional
generalmente es expresada en sarcasmos y en sutilezas que llevan a ridiculizar el
pensamiento, la acción o la conducta de quienes son objetos de burla, es decir, hacer
sentir a la víctima de violencia psicológica incapacidad e insuficiencia ante otros,
demostrándole de esta manera en quien radica el poder y la autoridad (p. 12).

De ninguna manera y bajo ninguna circunstancia se debería permitir las frases


ofensivas como actitudes de castigo y mucho menos de corrección, sabiendo que la
violencia solo engendra más violencia.

VIOLENCIA SEXUAL:

La violencia sexual es otro tipo de violencia en la cual el ultraje se convierte en una


forma de represión y sometimiento a mero gusto y placer del maltratador, ocasionando
daños graves a nivel psicológico de quien la enfrenta.

Al respecto el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de Buenos Aires (2018),


detalla que la violencia sexual es aquella acción que implique la vulneración en todas
sus formas, con o sin acceso genital, del derecho de la persona de decidir
voluntariamente acerca de su vida sexual o reproductiva a través de amenazas, coerción,
uso de la fuerza o intimidación, incluyendo la violación dentro del matrimonio o de otras
relaciones vinculares o de parentesco, exista o no convivencia, así como la prostitución
forzada, explotación, esclavitud, acoso, abuso sexual y trata de mujeres (párr. 5).

Toda aquello que implique de alguna manera un contacto lujurioso sobre otro individuo
sin que aquel esté de acuerdo, se le considera violencia sexual. Este acto violento, el cual
conlleva hacia una violación, es el tipo de violencia familiar más suscitado, para lo cual
deberíamos crear programas estratégicos de información y prevención de actos violentos
sexuales.

VIOLENCIA ECONÓMICA Y PATRIMONIAL:

La violencia económica y patrimonial es otro de los tipos de violencia que se podría


desarrollar dentro de un clan familiar, esto depende mucho de la condición económica y
del interés de los integrantes involucrados de la familia, en este caso los padres o
cuidadores, que a su vez aprovechan el esfuerzo de los más pequeños del hogar,
menoscabando y suprimiendo su empoderamiento y aprobación como elemento útil en esta
sociedad.

El Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de Buenos Aires, (2018), define a la


violencia económica y patrimonial como aquella acción que está dirigida a otra persona
ocasionando la disminución en los recursos económicos o patrimoniales de una persona,
a través de la perturbación de la posesión, tenencia o propiedad de sus bienes, pérdida,
sustracción, destrucción, retención o distracción indebida de objetos, instrumentos de
trabajo, documentos personales, bienes, valores y derechos patrimoniales (párr. 8).

Es menester mencionar que, aunque no hay un organismo regulador y la ley no sanciona


de este acto como un delito, debido a la alta demanda de pobreza y necesidades básicas por
el cual las familias de escasos recursos atraviesan. El gobierno debería crear programas de
apoyo a las familias de bajos recursos y dar una adecuada educación sobre las
consecuencias que acarrean sacar de su hábitat natural a un niño o un adolescente, para
ponerlo a realizar actividades que aún no le competen.

VIOLENCIA SIMBÓLICA:

La violencia simbólica expresada en los medios de comunicación masiva está rodeados


e infestados de mensajes invasivos y subliminales, donde la expresión gráfica es manejada
según los intereses de algunas personas que buscan y mantienen un medio y una condición
de vida ignorante de la población, ya que los mensajes están destinados a convencer y
engañar a las personas con publicidades pintorescas.

El Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de Buenos Aires (2018), declara que la


violencia simbólica es aquella la actitud que se ejerce sobre otra persona, a través de
ideas, expresiones o modelos estereotipados, mensajes ocultos, valores, íconos o signos
que transmitan y reproduzcan, dominación, desigualdad y discriminación en las
relaciones sociales, naturalizando la subordinación de individuo en la sociedad (párr.
10).
El sometimiento y la manipulación dirigida hacia el consumismo es el mensaje de
todos estos anuncios publicitarios atiborrados de mensajes ocultos a nuestros sentidos,
pero que el intelecto y la razón pueden desmantelar, tales mensajes son otro tipo de
violencia que se va desarrollando sutilmente en nuestra sociedad actual para mantener
a la masa subordinada y distraída de quien son en verdad, así las familias y sus
integrantes con la idea impuesta y supuestamente veraz de estos mensajes crean una
impresión mental de menosprecio y disconformidad.

2.3. Consecuencias de la violencia familiar en niños y


adolescentes.

Promundo Ong (2001), señala que los efectos de los castigos físicos y humillantes
no pueden ser generalizados para todos los niños, porque dependen de la experiencia
de vida de cada uno y de la configuración familiar en que el niño se encuentra. Las
investigaciones y la experiencia práctica demuestran que entre los posibles efectos de
los castigos físicos y humillantes están:

• Comprometen su autoestima, generando un sentimiento de poco valor y


expectativas negativas sobre ellos mismos.
• Les enseñan a ser víctimas. Al contrario de una creencia bastante diseminada
de que los castigos hacen los niños “más fuertes” porque los “prepara para la
vida”, sabemos que no apenas no los hacen más fuertes, sino que los vuelven
más vulnerables y los convierten repetidamente en víctimas en diferentes
situaciones y relaciones.
• Interfieren en su proceso de aprendizaje y en el desarrollo de su inteligencia,
sus sentidos y emociones.
• Les hace sentir soledad, tristeza y abandono.
• Les hace incorporar una visión negativa de las personas y de la sociedad como
un lugar amenazador a su modo de ver la vida.
• Crean una barrera que impide o dificulta la comunicación con sus padres,
madres o cuidadores y compromete los vínculos emocionales establecidos entre
ellos (párr 5-8).

La violencia contra los niños puede tener consecuencias para toda la vida, y, en
algunos casos, pasar de una generación a otra. Cuando los niños y jóvenes sufren
violencia, aumentan de manera pronunciada las probabilidades de que vuelvan a ser
víctimas de la misma o se comporten de manera violenta al llegar a la edad adulta.

La víctima puede convertirse en victimario. Y, sin embargo, la violencia no es


inevitable. No sólo podemos, sino que debemos interrumpir el ciclo de violencia.
Diversas investigaciones demuestran que la violencia puede tener consecuencias
negativas para el desempeño y los logros académicos de los niños, y esto, a su vez,
puede tener efectos económicos a largo plazo, como la pobreza.

Los niños que quedan expuestos a la violencia a edad temprana pueden tener
problemas de desarrollo cerebral y una amplia gama de problemas de salud mental.

La violencia puede causar a los niños problemas agudos y prolongados de salud


física, sexual y reproductiva, además de afectar su bienestar psicológico

La violencia es perniciosa en todas sus formas, y puede ser fatal en el peor de los
casos. (Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), Eliminar la
Violencia Contra los Niños y Niñas pág. 4, septiembre de 2014),

“La violencia engendra violencia. Sabemos que los niños que sufren violencia
tienden a considerar a la violencia como algo normal, incluso algo aceptable… Y
tienen más probabilidades de perpetuar la violencia contra sus propios hijos en el
futuro. Si no tratamos el trauma que sufren los niños debido a la violencia social
estamos abriendo las puertas a problemas que pueden durar toda la vida… Y
desencadenar actitudes negativas que pueden reverberar de una generación a otra”.
Anthony Lake, Director Ejecutivo de UNICEF (febrero de 2014).
“Cuanto más adversas son las experiencias durante la niñez, mayores las
probabilidades de retrasos en el desarrollo y de posteriores problemas de salud, como
las enfermedades cardíacas, la diabetes, las toxicomanías y la depresión. Las
investigaciones también indican que si los niños entablan desde muy temprano en sus
vidas relaciones con adultos que les cuiden, les den apoyo y respondan a sus
necesidades, se pueden prevenir o revertir los efectos perjudiciales del estrés tóxico”. -
Center on the Developing Child, Universidad de Harvard.

2.4. Estadísticas de la Violencia familiar en niños y adolescentes

Aunque existen diversas normas y leyes, que defienden a los que son maltratados
por violencia, su efectividad es carente, ya sea por el desconocimiento por parte de los
involucrados, como por la escasez de su divulgación.

Aldeas infantiles SOS Perú (2019), declara que existen diversas normas que buscan
su atención y protección, tales como la ley 30364. Ley para prevenir, sancionar y
erradicar la violencia contra las mujeres y los integrantes del grupo familiar; ley
30403 que prohíbe el uso del castigo físico y humillante contra los niños, niñas y
adolescentes; Decreto Legislativo N°1297, para la Protección de Niñas, Niños y
Adolescentes sin cuidados parentales o en riesgo de perderlos; Ley 30466. Ley que
establece parámetros y garantías procesales para la consideración primordial del
Interés Superior del Niño, y recientemente la Política Nacional de Igualdad de
Género, todas ellas orientadas a intervenir desde la familia, escuela, la comunidad,
y en las instituciones, en el marco de la Convención sobre los Derechos del Niño
que cumple 30 años desde su suscripción (p. 1).

Estas leyes tratan de aseguran el bienestar de los más vulnerables e indefensos de la


casa, así como la prevención de actos violentos. Es importante recalcar que se deberían
tomar medidas estrictas sobre la regulación y efectividad de las normas expuestas para
su mayor eficacia.
Las estadísticas sobre violencia familiar en niños y adolescentes son altas. No solo ha
aumentado el hecho, sino que, la indiferencia por parte de autoridades y los ciudadanos en
general ha llevado a muertes de inocentes, todo esto se debe a que hay una baja información
y conocimiento por parte de la población sobre los derechos humanos y programas de
protección que ofrecen los diferentes gobiernos, aunque estas instituciones en su lucha
contra la violencia han generado grandes cambios, esto no ha disminuido la violencia como
tal, solo la ha aliviado en parte.

El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, UNICEF (2014), menciona 10 datos
estadísticos importantes sobre la violencia en niños:

1. Solamente en 2012, el homicidio fue la causa de la muerte de unos 95.000 niños y


adolescentes menores de 20 años, que constituyeron una quinta parte de todas las
víctimas de homicidio de ese año.

2. Unos 6 de cada 10 niños de 2 a 14 años del mundo (alrededor de 1.000 millones


de menores) son objeto de manera habitual de castigos físicos a manos de quienes les
cuidan.

3. Casi 1 de cada 3 estudiantes de 13 a 15 años del mundo afirma que en el año


previo estuvo involucrado en por lo menos una pelea con violencia física.

4. Algo más de 1 de cada 3 estudiantes de 13 a 15 años del mundo es objeto de acoso


escolar de manera habitual.

5. 1 de cada 3 adolescentes de 11 a 15 años de Europa y América del Norte admite


haber realizado actos de acoso escolar contra algún compañero por lo menos en una
ocasión en los últimos dos o tres meses.

6. Casi una cuarta parte de las niñas de 15 a 19 años del mundo (casi 70 millones)
indican que han sufrido alguna forma de violencia física a partir de los 15 años de
edad.
7. Unos 120 millones de niñas menores de 20 años (o 1 de cada 10) han sido
sometidas a relaciones sexuales forzadas u otros actos sexuales en algún momento de
sus vidas. Los varones también corren peligro de sufrir este tipo de agresiones,
aunque no se dispone de estadísticas anuales estimadas debido a la falta de datos
comparables en la mayoría de los países del mundo.

8. 1 de cada 3 niñas de 15 a 19 años en todo el mundo (84 millones) ha sufrido


violencia emocional, física o sexual por parte de su cónyuge o pareja por lo menos
vez en su vida.

9. Cerca de 3 de cada 10 adultos del mundo cree que el castigo físico es necesario
para criar o educar adecuadamente a los niños.

10. Casi la mitad de todas las niñas del mundo de 15 a 19 años (unos 126 millones)
opina que en algunas ocasiones se justifica que los maridos golpeen o den palizas a
sus esposas (pág. 7).

2.4. Programas para proteger a los niños de situaciones


traumáticas por violencia familiar

LA IMPORTANCIA DE LA FIGURA PATERNA

La figura del padre es determinante; él es el héroe. El padre es nuestra conexión


más inmediata con el mundo real, lo material, lo práctico, lo que podemos tocar, papá
es acción, determinación, voluntad, poder y reconocimiento.

Por eso, cuando tenemos problemas para reconocer nuestro valor o nos cuesta
empoderarnos para asumir las riendas de nuestra vida hacia el éxito, es hora de
“reconciliarnos con papá”.

Papá es el ancestro que rige nuestra relación con la profesión, los estudios,
el rumbo que tomemos, nuestras acciones.
También rige los órganos del lado derecho de nuestro cuerpo y el hemisferio
izquierdo encargado de la lógica y el aprendizaje formal.

¿Por qué los adultos usan castigos físicos y humillantes contra niños?

Promundo Ong (2001), en su manual: Por el fin del castigo físico y humillante para
sensibilización de padres, madres y cuidadores de niños y niñas pág. 09, declara que,
los castigos físicos y humillantes contra niños son ampliamente extendidos en nuestra
sociedad, sobre todo porque son defendidos como una práctica legítima de educación y
disciplina en las familias y en otras instituciones. Sin embargo, muchos padres no creen
que la violencia sea la mejor forma de educar y disciplinar un niño.

Cuando escuchamos las familias, observamos que, frecuentemente, ellas sienten la


falta de alternativas en el momento de establecer límites para sus niños. Veamos algunas
de las motivaciones de padres, madres o cuidadores para usar el castigo físico y
humillante:

• Ellos consideran los castigos oportunos para la educación de los niños.


• Creen que deben imponer límites y disciplinar los niños usando censura, gritos,
insultos, palmadas, golpes, restricciones u otras formas de agresiones físicas o
verbales.
• Carecen de recursos suficientes para enfrentar una situación de conflicto.
• No conocen modelos de disciplina positiva, basados en la no-violencia, en el
respeto y en la educación como una experiencia de intercambio, aprendizaje y
búsqueda de soluciones conjuntamente con los niños.
• Quieren descargar su rabia.
• No tienen control sobre sus emociones e impulsos.
• También fueron educados de esa forma por sus padres o cuidadores y creen que
esa es la mejor forma de disciplinar a los niños.
¿Por qué eliminar los castigos físicos y humillantes?
Una vez que son ampliamente aceptos, y, por lo tanto, también habituales, los
castigos físicos y humillantes terminan siendo dejados en segundo plano en la lucha por
la garantía de los derechos de los niños. Sin embargo, son justamente esos motivos que
hacen de ese tema una prioridad de la lucha. Trabajar por el fin de los castigos físicos
es una manera de eliminar todas las formas de violencia contra niños. Afirmar que existe
un “límite” entre violencia liviana y grave es un abordaje equivocado, pues ignora los
niños como sujetos de derechos. Todas las formas de violencia están relacionadas entre
sí y deben ser combatidas igualmente, empezando por nuestros hogares.
Resumidamente, es importante crear condiciones para el enfrentamiento a los castigos
físicos y humillantes porque:

• Son una violación de los derechos humanos del niño a la integridad física y
dignidad humana e igual protección ante la ley. En muchos casos, pueden
amenazar el ejercicio de otros derechos fundamentales, como la educación, el
desarrollo, la salud y la supervivencia.
• Pueden causar serios daños físicos y psicológicos al niño.
• Enseñan al niño que la violencia es una forma aceptable de resolver conflictos o
persuadir las personas a hacer lo que uno quiere.
• Son un medio ineficaz de disciplinar.
• Dificultan la protección del niño contra otras formas o niveles de violencia.

Brasil, desde 1990, es signatario de la Convención sobre los Derechos del Niño
(CDN). En ese mismo año entró en vigor el Estatuto del Niño y del Adolescente (ECA,
en portugués). Además, desde 1988, la Constitución Federal afirma el deber de la
familia, de la sociedad y del Estado de garantizar con absoluta prioridad el respeto por
los derechos de niños, niñas y adolescentes y protegerlos contra toda forma de violencia,
crueldad u opresión (artigo 127 de la Constitución). A pesar del reconocimiento
constitucional, la legislación no garantiza plenamente el derecho de los niños a la
protección contra todas las formas de violencia (Promundo Ong: Por el fin del castigo
físico y humillante, manual para: sensibilización de padres, madres y cuidadores de
niños y niñas pág. 09, 2001).
a. Prevención de la violencia en niños y adolescentes

La Organización Mundial de la Salud (2006), declara que los niños (definidos por
la Naciones Unidas como los menores de 18 años) pueden sufrir dos tipos de violencia:
malos tratos por parte de los padres y cuidadores de menores de 14 años, y la violencia
sufrida en la comunidad por adolescentes de 15 a 18 años. Estos dos tipos de violencia
pueden evitarse actuando sobre las causas y los factores de riesgo específicos de cada
uno de ellos.

• Los malos tratos por parte de los padres y cuidadores pueden evitarse:
• Reduciendo los embarazos no deseados.
• Reduciendo el uso nocivo del alcohol y las drogas ilícitas durante el embarazo.
• Reduciendo el uso nocivo del alcohol y las drogas ilícitas por parte de los nuevos
padres.
• Mejorando el acceso a servicios de atención prenatal y posnatal de gran calidad.

Haciendo que los hogares de los niños con alto riesgo de sufrir malos tratos sean
visitados por enfermeros y asistentes sociales.

Proporcionando a los padres formación en materia de desarrollo infantil, métodos


disciplinarios no violentos y capacidad de resolución de problemas.

A su vez, la violencia contra los niños en el seno de la comunidad puede evitarse:

• Integrando a los niños pequeños en programas de enriquecimiento preescolar


que les den una iniciación educativa.
• Proporcionando formación en materia de aptitudes para la vida.
• Ayudando a los adolescentes de alto riesgo a que completen su escolarización.
• Reduciendo la disponibilidad del alcohol a través de la promulgación y
aplicación de leyes sobre licencia de venta, imposición fiscal y precios de las
bebidas alcohólicas.
• Limitando el acceso a las armas de fuego.
Aumentando la eficiencia de la asistencia pre-hospitalaria y de la atención médica
de urgencias se puede reducir el riesgo de muerte, el tiempo de recuperación y el nivel
de discapacidad a largo plazo debidos a la violencia.

Toda violencia contra los niños, y en particular el maltrato infantil en los 10


primeros años de vida, constituye un problema en sí mismo y un importante factor de
riesgo de otras formas de violencia y problemas de salud a lo largo de toda la vida. Por
ejemplo, en un estudio reciente de la OMS se ha calculado que los abusos sexuales en
la infancia explican aproximadamente un 6% de los casos de depresión, un 6% de los
casos de abuso/dependencia del alcohol y las drogas, un 8% de los intentos de suicidio,
un 10% de los casos de trastorno de pánico y un 27% de los casos de trastorno de estrés
postraumático. Otros estudios también han relacionado los malos tratos físicos, los
abusos sexuales y otros acontecimientos adversos en la infancia con el consumo
excesivo de tabaco, los trastornos alimentarios y los comportamientos sexuales de alto
riesgo, que a su vez están relacionados con algunas de las principales causas de muerte,
como el cáncer y las enfermedades cardiovasculares.

La OMS apoya a los países en la recopilación de datos e informaciones relacionados


con la violencia contra los niños, la elaboración de políticas y programas nacionales de
prevención de la violencia y la creación de sistemas para prestar asistencia médico legal
y traumatológica de emergencia apropiada.

“La violencia contra los niños y niñas es intolerable. La protección de la infancia es


una causa que nos atañe a todos. Solo será posible liberarnos de la violencia si los
parlamentarios respetamos nuestros deberes hacia la infancia y los ponemos en práctica.
Dado que tenemos la facultad de legislar, de controlar la aplicación adecuada de las
leyes, de asignar recursos financieros y de movilizar la opinión pública, los legisladores
podemos marcar una diferencia importante en la vida de los niños y niñas”.

Pier Ferdinando Casini


Presidente de la Unión Interparlamentaria.
b. Consejos e ideas para la detección y prevención del maltrato

Para el Centro de Psicología Álava Reyes (2014), en su guía infantil señala que, es
tan importante detectar el maltrato infantil cómo lo es el de prevención del abuso y
malos tratos en la infancia. Entre las claves para favorecer que los niños tengan unas
relaciones óptimas con los demás está inculcar adecuados modelos de referencia y
una educación desde la más temprana infancia en el entorno familiar, social y
escolar.

Es fundamental transmitir que la comunicación y el diálogo es la vía para solventar


discrepancias y no la agresividad o el insulto. Ser amables, tolerantes y respetuosos con
los demás no debe ser la excepción, sino la regla.

7 Consejos para la prevención del maltrato infantil

1. Es importante comenzar a fomentar en los niños valores éticos y morales, siendo


capaces de establecer unas adecuadas normas de convivencia.

2. Hemos de ser conscientes a la hora de hablar y tratar a los niños que son personas
especialmente vulnerables, frágiles y en ocasiones, son considerados como figuras
inanimadas que pertenecen a uno de los progenitores.

3. El ser humano tiene que aprender y ser capaz de controlar la ira y la


agresividad de forma adaptativa y adecuada. El control de las emociones es
fundamental.

4. No hay que olvidar, la importancia de desarrollar en los niños la capacidad de


empatía para ser capaz de ponerse en el lugar del otro y comprender que nuestra
conducta o actitud puede provocar sufrimiento en el otro.
5. Los adultos somos un modelo a seguir para los menores. Un entorno donde
impera la violencia psíquica o física va a favorecer que nuestros niños aprendan esos
modelos de conducta y puedan repetirlos.

6. Tenemos que facilitar a los niños:

• Bienestar físico, afectivo, emocional, educativo y social.


• Velar por sus derechos e intereses.
• Capacidad de escucha, facilitarles la oportunidad de expresarse y que se sientan
comprendidos y arropados emocionalmente.
• Permanecer atentos a sus necesidades y demandas físicas y afectivas.

7. Nuestra sociedad, en general y cada uno de nosotros, en particular debemos proteger


y proporcionar a nuestros niños un entorno seguro, afectivo, adaptativo y
estructurado. Así, garantizaremos un adecuado desarrollo psicoevolutivo del niño y
una infancia feliz.

Amaya (2018), en su artículo virtual en Vanguardia, expresa: Todavía estoy


impactado con la tragedia ocurrida la semana pasada en la Preparatoria Marjory
Stoneman Douglas en Parkland, Florida, en Estados Unidos, donde fueron asesinados
17 personas, entre estudiantes y adultos. ¿Cómo un chico de 19 años es capaz de disparar
a sangre fría y asesinar? No entiendo. Y ¿cuál es la solución que están tomando para
prevenir más masacres? Regular la venta de arma es una medida importante, pero no
puede ser la única. A la escuela cada vez llegan más niños y adolescentes con alguna
necesidad psicológica o emocional: déficit de atención, hiperactividad, bipolaridad,
depresión, trastorno desafiante, impulsividad, baja tolerancia a las frustraciones, apatía,
adicciones al alcohol, pornografía, videojuegos o redes sociales, autoestima baja o
inflada, sin un sentido de vida significativo y padres sobreprotectores.
Es urgente llevar a cabo algunas acciones para prevenir más la violencia entre
nuestros adolescentes como:
6 consejos para prevenir la violencia en adolescentes:
y scrollerads.com
• Ofrecer un aprendizaje emocional y social, focalizando en la empatía y
solución de problemas. Debemos introducir en las familias y en los
currículums de las escuelas aprendizajes emocionales y sociales. Es
importante la lectura y las matemáticas, pero además debemos enseñar lo que
llaman las soft skills (habilidades suaves) como la empatía, compasión,
humildad y solución de conflictos sociales. En una conferencia que impartí
el sábado pasado, en Torreón, me comentaban algunas maestras el
incremento de la crueldad entre las niñas: “Son más rencorosas y humillan a
sus compañeras usando las redes sociales, especialmente Sarahah.”

• Mayor preparación de los padres del siglo 21. La cortesía, el respeto, la ética
y los valores se enseñan en casa. En la escuela se reafirman, pero los padres
son los agentes sociales más importantes en la formación de los chicos. Veo
papás jóvenes más ausentes y con pocas habilidades parentales para una la
enseñanza moral de sus hijos. Hay más papás que defienden a sus hijos de
cualquier adversidad y de sus maestros, o los dejan en manos de
profesionales para que hagan el trabajo que ellos nunca pudieron hacer.

• Establecer límites a los pequeños. La tecnología se convierte el enemigo


número uno de nuestros hijos. El reporte de Monitoring the Future advierte
que entre más tiempo pasan nuestros adolescentes frente a una pantalla son
menos felices y tienen más problemas de depresión. Según la psicóloga
americana Jean Twenge, los muchachos de segundo de secundaria que usan
constantemente las redes sociales incrementan un 30 por ciento el riesgo de
depresión que los que hacen deportes o asisten a eventos religiosos.

• Aumento de psicólogos escolares o psicopedagogos en las escuelas. Por


muchos años el psicólogo escolar tenía a su cargo a los estudiantes con
problemas de aprendizaje y orientación profesional. Hoy su función va más
allá del aspecto académico. Su trabajo es también de acompañamiento
emocional y social a los estudiantes.

• Tener un mayor seguimiento a los síntomas de trastornos mentales,


emocionales y psicológicos serios. Nikolas Cruz, autor de la masacre de 17
personas en la preparatoria del sur de Florida, tenía trastornos psicológicos
severos a los que no prestaron atención ni su familia, compañeros de escuela,
maestros y hasta la misma sociedad. Hay señales claras de alerta ante estos
desequilibrios mentales, como lo que escriben o postean en sus redes
sociales.

• Papás y maestros somos los responsables directos de la formación de esta


generación, y los guardianes más cercanos que podemos advertir cualquier
manifestación que ponga en riesgo la vida de ellos o de los demás. Hagamos
nuestro trabajo.

c. Alternativas diferentes al castigo físico y humillante

Según el Proyecto de intervención: Prevención del castigo físico y humillante en los


niños y niñas, folleto de información y sensibilización para padres de familia y
cuidadores “Educar con amor y buen trato es posible” (2008), las estrategias de la
disciplina y la corrección con los niños se deben enfocar en que los niños tengan que
dejar de obedecer a los adultos por imposición, sino que ellos logren construir sus
propios valores, ganen seguridad, confianza y autoestima, aprendiendo a tener
conductas coherentes con ellos mismos y con los demás que hacen parte de la sociedad
con la que debe aprender a convivir.

Para la Save the children (2016), en su artículo Lucha contra el castigo físico en la
familia, manual para la formación, fundación Paniamor, pág. 31-33, señala que existen
varias alternativas que deben ser puestas en práctica por los padres y cuidadores de los
niños y las niñas, las cuales son contrarias al uso del castigo físico y humillante y pueden
llegar a ser más útiles y a dejar mayor enseñanza en los niños. Entre estas tenemos las
siguientes: transmitir los mensajes que se desean de forma clara, ósea decir lo que se
quiere promover en el niño sin rodeos y siendo concretos esto es llamado legibilidad del
mensaje, no deben haber contradicciones entre el mensaje y los padres de familia, si
existiera algún desacuerdo este se deberá discutir previo a la reunión con los niños ya
que de lo contrario lo que se le dice al niño o niña pierde credibilidad esto es coherencia,
los padres deben antes de proponer un valor o un determinado comportamiento al niño
o niña entender ellos primero el motivo por el cual desean infundirlo lo cual es llamado
intencionalidad atribuida, y al querer construir un patrón de conducta especifico y
adecuado a determinado contexto o un valor en el niño o niña es importante promover
la participación de los niños en su construcción para que el niño o niña sienta y entienda
la utilidad de este, esto es la participación en la construcción del valor, para esta
construcción conjunta de valores y comportamientos es muy importante el Clima
Familiar ya que una adecuada transmisión de valores necesita de un ambiente afectivo
adecuado, autonomía de sus miembros y una participación de todos en la toma de
decisiones.

Otras alternativas para usar con niños y niñas.

MANEJO DEL COMPORTAMIENTO: Dialoguen para enterarse de lo que


sucedió. Llegue a una solución que sea aceptada tanto por usted como por el niño. Esto
ayuda a que el niño aprenda a ser responsable de su comportamiento.

SEPARACIÓN: Haga que el niño descanse o juegue durante un tiempo sin dejarlo
solo, Estar apartado durante un rato le permite al niño calmarse.

REGLAS: Algunas normas no se deben imponer, sino, establecer en conjunto,


ejercer autoridad con dialogo y respeto. La reflexión les permite a los niños aprender de
sus propias experiencias.

IGNORAR LA SITUACIÓN: Los niños necesitan atención por su buen


comportamiento, y no por el mal comportamiento.
REDIRECCIÓN: Si los niños se ven en problemas, deténgalos, explíqueles por qué
y sugiérales otra actividad. Si corren peligrosamente dentro del hogar, llévelos afuera
para jugar.

SEA FIRME: Hable en un tono que le permita al niño saber que usted está seguro
de lo que dice y que espera que el haga. Ser firme no significa gritar, amenazar, razonar
o quitar privilegios.

MANTÉNGASE EN CONTROL: Actúe antes de que la situación se salga de


control, antes de enojarse o sentirse demasiado frustrado.

SEA IMPARCIAL: Las normas de convivencia deben ser respetadas sin ser
mezcladas con los afectos. “te quiero mucho pero no comparto lo que haces”

Según Barber Kenneth, especialista en vida familiar (2002), en su publicación: Guía


y disciplina indica que, para el manejo de los comportamientos es importante conocer
la versión del niño o niña de lo que sucedió sin ir a atacarlo.

Inmediatamente, se debe dialogar y encontrar entre ambos una solución en la que


estén igualmente deacuerdo, esto le ayuda a los niños y niñas a ser responsable de su
comportamiento, cuando los niños se tornan demasiado irritables y necios se debe poner
en práctica la separación que consiste en dejarlo que juegue o descanse un tiempo solo
sin descuidarlo para que tome su tiempo de calmarse, en ocasiones lo más conveniente
es ignorar la situación de mal comportamiento o actitudes ya que a veces ellos creen que
así llaman la atención y la verdad es que los niños y niñas necesitan atención por su
buen comportamiento y no por el mal comportamiento, cuando los niños se ve en
problemas o están realizando alguna actividad que los pone en peligro lo mejor es la
redirección, se les debe explicar el por qué no deben continuar haciéndolo y llevarlos a
realizar otra cosa, algo diferente, si los niños y niñas causan problemas o se lastiman es
conveniente hacer que ellos mismos lo arreglen o solucionen proporcionándoles las
herramientas necesarias para lograrlo.
Para ganarse el respeto de los niños y las niñas y para que se disculpen y lo ayuden
a calmar. Para ganarse el respeto de los niños y las niñas y para que ellos reconozcan la
dimensión y responsabilidad que tienen los padres a los cuales se les debe obedecer hay
que ser firmes siempre en las decisiones para mostrar seguridad, esto no significa gritar,
pegar, amenazar, siempre hay que pensar antes de actuar, en las consecuencias que de
un acto llevado por la ira y el estrés se pueden generar esto es mantenerse en control, si
bien es cierto que la opinión de los niños se debe respetar y se debe estimular su
autonomía, hay que conocer sus posibilidades y habilidades para de esta manera dejar
que asuman sus responsabilidades de acuerdo a sus capacidades, a la vez que cuando
hagan cosas bien y adecuadas se deben elogiar, y si fuera el caso de crítica se debe hablar
sobre la acción como el problema y no como algo personal, las normas de convivencia
deben ser respetadas sin ser mezcladas con los afectos, “te quiero mucho pero no
comparto lo que haces” eso es imparcialidad, en algunos casos las reglas no se deben
imponer si no establecer en conjunto mediante el dialogo con los niños y las niñas y
mediante acuerdos, ejercer autoridad con dialogo y respeto. La reflexión les permite a
los niños aprender de sus propias experiencias.

2.6. Tratamiento de la violencia familiar en niños y adolescentes

En su manual para la erradicación de la violencia en niños y adolescentes, el Fondo


de las Naciones Unidas para la Infancia, Unicef (2014), propone algunas estrategias para
la prevención de la violencia contra los niños y adolescentes acción en contra de la
violencia familiar:

1. Dar apoyo a los padres y madres, los cuidadores y a sus familias Cuando las
familias, los cuidadores y los padres y madres reciben educación acerca del
desarrollo de los niños en la primera infancia, aumentan las probabilidades de que
ellos empleen métodos de disciplina positivos. De esa manera se reduce el riesgo
de violencia en el ámbito del hogar.

El objetivo de este enfoque consiste en evitar la violencia y el abuso desde un


principio mediante la reducción de los factores que aumentan la vulnerabilidad de las
familias ante los comportamientos violentos y por medio del mejoramiento de las
aptitudes para la crianza de niños por parte de los padres, las madres y otras personas
que los cuidan.

2. Ayudar a los niños y adolescentes a hacer frente a los riesgos y desafíos Para reducir
la violencia en las escuelas y las comunidades; resulta fundamental dar a los niños
y adolescentes los conocimientos y aptitudes necesarios para hacer frente y resolver
las situaciones de riesgo y los desafíos sin apelar a la violencia, así como a buscar
el apoyo requerido cuando se susciten situaciones de violencia.

Son muchos los factores que pueden contribuir a la violencia. Entre ellos la
pobreza, las dificultades para lograr el éxito académico, la baja autoestima, la falta de
autodisciplina y la carencia de información sobre los riesgos, la vulnerabilidad y dónde
encontrar ayuda. Si se brinda a los niños y jóvenes los conocimientos y las aptitudes
prácticas necesarias para hacer frente y superar los riesgos y desafíos que presenta la
violencia, se ayuda a reducir la incidencia de la misma en las escuelas y comunidades.
Al impartir conocimientos y aptitudes para la vida se ayuda a las niñas y los
niños a adquirir capacidad de pensamiento crítico, a consolidar su autoestima para
establecer una comunicación eficaz, a resolver los problemas de manera colectiva y a
protegerse contra la violencia durante el resto de sus vidas. Los programas de este tipo
pueden ofrecer a los jóvenes que se sientan frustrados e impotentes directrices para hacer
frente a los riesgos y desafíos de la vida que no impliquen el empleo de la violencia u
otros comportamientos perjudiciales.

3. Modificar las actitudes y normas sociales que fomentan la violencia y la


discriminación La manera más segura de evitar la violencia antes de que ésta se
desencadene consiste en modificar las actitudes y normas sociales que esconden la
violencia oculta a plena vista.

La prevención de la violencia antes de que ocurra presenta desafíos diferentes a


la respuesta a las acciones violentas. Lo mismo puede decirse de la denuncia de los actos
violentos después de que éstos tienen lugar. Para que eso ocurra, es necesario modificar
previamente normas y comportamientos culturales y sociales profundamente
arraigados, en especial la idea de que ciertas formas de violencia no sólo son normales
sino, en algunos casos, tolerables y justificadas.

A continuación, se ofrecen varias estrategias de modificación del


comportamiento de eficacia comprobada. Las mismas se describen más minuciosamente
en los estudios de casos que aparecen posteriormente:

• Programas basados en las escuelas que prestan ayuda a los estudiantes


sobre diversos aspectos de la violencia sexual, física y emocional, como el acoso
por parte de los compañeros, la violencia por parte de las parejas sentimentales, la
violencia pandillera y la violencia en línea o por telefonía móvil.
• La capacitación de los maestros sobre métodos disciplinarios no violentos.
• Intervenciones para prevenir la violencia basadas en la comunidad.
• Campañas integrales y sostenidas de concienciación, a fin de modificar las
actitudes, los comportamientos y las normas sociales sobre la violencia, así como
para alentar la denuncia de los hechos de violencia y otras acciones significativas.

4. Promover y prestar apoyo a los servicios para los niños Si se alienta a los niños a
que busquen apoyo profesional adecuado cuando se susciten incidentes de
violencia, y a que denuncian los mismos, se les ayuda a hacer frente y resolver
mejor sus experiencias con la violencia.

Para interrumpir definitivamente el ciclo de violencia en las vidas de los niños y


ayudarles a superar las consecuencias, debemos prestarles servicios específicos y poner
en marcha mecanismos que les permitan denunciar las incidencias de violencia y
obtener ayuda, apoyo y atención. Entre estos servicios pueden figurar los de orientación
psicológica, información y remisión de casos a otros servicios de protección de la
infancia, como los que prestan las instituciones policiales y médicas, y los servicios de
bienestar social. En caso necesario, también debemos darles ayuda para que consigan
alojamiento temporal.
A tal fin, los niños y sus familias deben tener acceso a servicios telefónicos de
ayuda y urgencia a los que pueda llamar para denunciar casos de violencia y solicitar
información y ayuda. Los niños también deberían recibir el apoyo y los recursos que
necesiten para recuperarse, superar sus traumas y lograr una reintegración duradera.
Resulta esencial que el público esté al tanto de la existencia y disponibilidad de estos
servicios, lo que se puede lograr mediante campañas de promoción y divulgación en los
medios de comunicación, así como con la colaboración de instituciones deportivas y de
educación y programas de actividades extraescolares.

5. Llevar a cabo tareas de obtención de datos e investigación Adquirir conocimientos


sobre la violencia (dónde ocurre, de qué manera, y cuáles son los sectores de la
población infantil más afectados, desagregados por origen y edad) resulta
imprescindible para planificar y diseñar estrategias de intervención y fijar metas
numéricas y plazos para vigilar el progreso logrado y eliminar la violencia

El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, Unicef (2014), nos recomienda
gracias a las muestras de un estudio realizado, sobre la violencia contra los niños, que
se elaboren programas nacionales de investigación sobre la violencia contra los niños
en todos los ámbitos, desde el familiar y doméstico hasta el escolar, así como en los
establecimientos de cuidado de los niños, las instituciones de justicia de menores, los
lugares de trabajo y las comunidades, entre ellas las comunidades en línea. Las
inversiones en mecanismos de obtención de datos y herramientas de investigación,
como las encuestas nacionales de hogares, han sido importantes para aumentar la base
de conocimientos disponibles acerca de la violencia contra los niños.

La Psicóloga Sarmiento (2018), en su artículo del Centro Psicológico Cepsim nos


exhorta a tomar en cuenta lo siguiente:
Recomendaciones para proteger a un niño del trauma:

CREER LA HISTORIA Y ASUMIR LA RESPONSABILIDAD:

Algo que calma mucho a los menores, es darles el mensaje por parte de su progenitor
(o de una figura de apego seguro) que creemos lo que nos ha contado, que ya sabemos
lo que está pasando, que le vamos a proteger y que vamos a tomar las riendas para que
esto no se vuelva a repetir. En numerosas ocasiones el niño queda desamparado frente
a eventos traumáticos y una figura de protección es el mejor predictor de una
recuperación exitosa.

PROTEGER AL MENOR DEL ABUSADOR/MALTRATADOR (Anexo: figura 8)

En el caso de los traumas interpersonales, el primer paso es proteger al menor de su


maltratador. No hay que enfrentar al niño al maltratador, sino que hay que separarle
inmediatamente de la figura traumatizante, por supuesto siempre dándole el apoyo y
protección de una figura sana (el otro progenitor, una tía, abuelos…). Deben ser los
adultos (familia, instituciones, etc.) quienes protejan y defiendan al niño.

Sea cual sea el tipo de trauma sufrido por el niño, debemos transmitirle la idea de
equipo. Un grupo que se protege mutuamente, que soluciona los problemas juntos, que
no deja caer a ninguno de sus miembros, que está al pie del cañón para ayudarse los
unos a los otros. Esto es lo que un niño debe percibir. El problema no lo tiene sólo él, el
problema es de toda la familia y entre todos, trabajarán para ponerle la mejor solución
posible, y así es como hay que decírselo. También es importante recordarle lo valiente
que ha sido, en primer lugar, por haberlo contado, en segundo por haber sobrevivido y
en tercero por trabajar a diario para que el trauma y su recuerdo quede en el pasado.

QUITAR LA RESPONSABILIDAD AL NIÑO


El niño es un niño y no debe asumir responsabilidades que no le corresponden.
Tienen que ser los adultos quienes tomen las decisiones y busquen soluciones. Acudir a
un psicólogo, hablar del tema, desmitificar ideas erróneas que han sido implantadas en
la cabeza del niño, todo esto es función del adulto.

El joven cerebro del niño no puede gestionar estas responsabilidades que caen sobre
él, ni saber si son verdad o mentira. Por otro lado, hay que estar atentos a las sensaciones
de culpa y vergüenza que puede experimentar el niño y a las correlaciones causa-efecto
distorsionadas. En caso de que otra persona sea la responsable del trauma, hay que
colocar la responsabilidad en quien realmente la tiene, liberando al niño de estas
distorsiones cognitivas.

No es de extrañar que el niño no quiera asumir que el maltratador sea responsable de


todo, muchas veces existe un vínculo de cariño con esa figura. Darle una explicación
real y coherente, y decirle que su padre (o madre) va recibir ayuda y que no va a volver
a hacerle daño es necesario.

HABLAR SOBRE EL ACONTECIMIENTO TRAUMÁTICO

Una idea errónea es pensar que si hay algún problema debemos evitar hablar de él
porque “el niño no se entera de nada, es demasiado pequeño”. Los niños recuerdan. La
memoria implícita comienza en el octavo mes de embarazo y, aunque no se pueda
expresar con palabras, el cuerpo sí va a manifestar sensaciones de peligro y alarma,
sensaciones que el niño no podrá identificar y manejar a menos que le ayudemos.

Por lo tanto, hablar de lo que pasó es fundamental. El cerebro humano necesita


comprender los acontecimientos que vive, darles un significado, integrar la información
de un modo coherente, entender cada detalle, por qué pasó, de modo que nada quede a
la imaginación ni a la distorsión. Recuerda que por mucho que intentemos evitarlo u
olvidarlo, la realidad es que el acontecimiento traumático ha sucedido. Que no se hable
de ello no quiere decir que el niño no lo recuerde.
HACER UN CUENTO: ERES UN SUPERVIVIENTE, UN HÉROE.

Otra cosa fundamental en el trauma es hacer un cuento con el niño. Pueden usarse
cartulinas, colores, ceras o fotos. La idea es ir siguiendo la historia del niño desde antes
de su nacimiento e ir pasando por todas sus etapas, con sus cosas buenas y malas y, tal
y como haría un cuentacuentos, ir relatando su historia como si de una fábula se tratara.
Se refuerzan y enfatizan las cosas buenas y se explican las malas, reforzando al niño por
el esfuerzo que ha hecho para sobrevivir a esas cosas desagradables que le han pasado.
La idea es que el acontecimiento traumático sea un recuerdo más, otra etapa de su
vida. Como en todo buen cuento puede haber un villano, pero lo más importante es que
el bien siempre vence al mal. Y en este cuento nuestro héroe es el niño. Es recomendable
decir al niño que con su historia se podrán ayudar a más niños a que no les pase lo
mismo.

IDENTIFICAR Y PONER NOMBRE A LAS SENSACIONES Y EMOCIONES.

No hay que tener miedo a las emociones ni sensaciones de los niños. Al contrario,
ayudar a un niño a identificar sus emociones, lo que siente, y ponerle nombre le ayuda
a entender ese barullo de cosas que hay dentro de su cabeza, de su pecho o de su
estómago.
Películas como “Inside Out” de Disney o libros como “El Monstruo De Colores”
son recursos maravillosos para ayudar a los niños a gestionar los estados negativos.

Además de esto, saber que hay más niños como él, que han pasado por lo mismo y ahora
están bien ayuda a integrar lo sucedido y no verse como alguien diferente, malo o
marcado. Por esto es importante, cuando se lee el cuento, decirle que no es el único que
ha pasado por esto, pero que todos han sido ayudados.

EL JUEGO COMO FORMA DE EXPRESIÓN: FINALES ALTERNATIVOS,


RECURSOS E IMAGINACIÓN.
El juego es un potente medio para ayudar a los niños a expresar lo que no pueden
decir con palabras. El juego libre puede ser usado para ayudar al niño a hablar a través
las figuras de lo que pasó y para darle recursos alternativos.

También se pueden introducir figuras de protección en momentos concretos (como


héroes, hadas madrinas, policías, bomberos, animales…) para dar seguridad al niño,
crear finales alternativos más amables, buscar soluciones a conflictos, etc. Se va
preguntando al niño cómo se siente con cada cambio que hacemos en el juego, y se van
dando explicaciones a lo que ocurrió. El juego también ayuda a responder las dudas que
el niño puede no atreverse a preguntar de otro modo.

LA AYUDA PSICOLÓGICA, NO SOLO PARA EL NIÑO.

No en pocas ocasiones nos encontramos con adultos tan traumatizados o tan faltos
de ayuda psicológica como el niño. En estas situaciones, cuando el propio adulto es el
que está desbordado, difícilmente podemos ayudar y contener a un menor.

Es normal y entendible que el adulto esté superado frente a un acontecimiento


traumático, todos somos humanos, no somos menos fuertes por tener sentimientos y
emociones. Pero es responsabilidad del adulto buscar ayuda profesional, no solo para el
niño, sino para sí mismo. Al fin y al cabo, la terapia es un paso más hacia el bienestar
propio y de nuestros hijos.
III. CONCLUSIONES

Según los diversos estudios e investigaciones, conforme como nos muestran las
estadística e innumerables denuncias en los centros policiales como institucionales, nos
muestra cruda una realidad que no podemos dejar pasar por alto, ninguna sociedad sana
debería tolerar la violencia bajo ningún concepto, debería ser retirada en todo su
contexto tanto directo como indirecto, tomando en cuenta la cantidad de mensajes
subliminales que aparecen por ahí aludiendo a la violencia, como si se tratase de algo
natural y aceptable.

Estamos endurecidos y demasiado distraídos de nosotros mismos, que buscamos al


problema y la solución fuera de nosotros, cuando el verdadero origen, cuando la
verdadera causa está dentro. El ser humano en su crecimiento y evolución como
individuo se ha ido encontrando cada vez con dificultades que gracias a su capacidad
cognitiva y pensante ha sabido resolver, en término tecnológicos y en campos
científicos, la humanidad ha avanzado a pasos agigantados, llegando a una verdad
intelectual más que a la verdad en sí.

El Ser pensante que somos, ha resuelto en su mayoría muchos de los acertijos y


fenómenos de la vida misma, pero dentro de los temas de suma importancia en todos los
tiempos, y que ahora se hace más visible es sobre “la violencia”. Parece que es admitido
y utilizado incluso por grandes personalidades con grados de preparación académica
altas, como un acto natural y aprobable como medida y corrección a muchos problemas
sociales internos y externos, fuera y dentro de las familias.

No cabe duda que la alerta que genera este acto de agresión desmedida totalmente
descalificador y denigrante en todo el sentido de la expresión, tiene que ser erradicado
desde sus raíces, anulando toda filosofía y secuela pensante acerca de la utilización
como medio de moderación a ciertas actitudes humanas. Habría que crear programas
urbanos, sobre la concientización y la nocividad a nivel psicológico, fisiológico y
biológico en toda persona.
La capacitación constante de personal calificado para lidiar con temas de violencia, así
como la preparación e información adecuada domiciliaria y educativa.

Los movimientos en contra de la violencia han ido subiendo en auge, teniendo cada
vez más aceptación por parte de la ciudadanía, reconociendo así la urgencia por
fortalecer los valores y virtudes intrínsecas en cada persona.

La no violencia en una sociedad como tal, no sólo es buena en términos de moral y


ética, sino que también es provechosa y propicia, con lo que respecta a desarrollos
biológicos y psicológicos en cada individuo, además de crear persona altamente
respetuosas y dignas, fomentaría al real conjunto e unión de individuos, sin importar las
razas, clases sociales, creencias religiosas, preferencias políticas etc.

La lucha en contra de la violencia comienza en nosotros mismos, estableciendo un


carácter de bondad y principios de valor hacia nuestras personas y los demás, podremos
tener la firmeza de ser conscientes y efectivos a la hora de interactuar con nuestro
entorno. Así que nuestra lucha en contra de la violencia no se vea abatida por la
desesperanza o el cansancio que implica ir en contra de toda una corriente costumbrista
hecha raíz en la mente de las personas y nuestra forma de vida.

“Hay hombres que luchan un dia y son buenos. Hay otros que luchan un año y son
mejores. Hay quienes luchan muchos años y son muy buenos. Pero hay los que luchan
toda la vida: esos son los imprescindibles”

Bertolt Brecht.
IV. ANEXO

Figura1: (Violencia física)

Figura 2: (Violencia psicológica o verbal)


Figura 3: (Violencia sexual)

Figura 4: (Violencia económica y patrimonial)


Figura 5: (Violencia simbólica)

Figura 6: (Consecuencias de la violencia familiar en niños y adolescentes)


Figura 7: (Importancia de la figura paterna)

Figura 8: (Proteger al menor del abusador / maltratador)


Figura 9: (Quitar la responsabilidad del niño).

Figura 10: (Hablar sobre el acontecimiento traumático.


Figura 11: (Hacer un cuento: Eres un superviviente, un héroe).

Figura 12: (El juego como forma de expresión. Finales alternativos, recursos e
imaginación).
Figura 13: (La ayuda psicológica, nos solo para el niño).

MENSAJES QUE NO DEBES COMPARTIR SI ESTÁS EN CONTRA DE LA


VIOLENCIA

El Observatorio Nacional de la violencia contra las mujeres y los integrantes del


grupo familiar (2018), en su manual: Los niños, niñas y adolescentes: población
vulnerable al maltrato y al abuso, cap.7, nos muestra algunos mensajes que circulan con
bastante frecuencia en las redes y trasmiten mensajes violentos que toleran y promueven
el maltrato hacia los niños, niñas y adolescentes:
Se muestran cuatro instrumentos de castigo: la chancleta, el cucharon, la escoba y
la correa, con el cuestionable estatus de “grandes psicólogos de mi infancia”, destacando
además la supuesta virtud de ser gratuitos. Quienes comparten este mensaje validan la
violencia y promueven su uso, basados en que el miedo y el dolor (impartidos a través
de estos instrumentos) son efectivos para educar, lo que elimina la necesidad de
conocimientos, diálogo, orientación o consejería; puesto que no se reconoce al niño o
niña como sujeto de derecho ni como un ser pensante y con emociones. Finalmente, la
supuesta gratuidad de estos “grandes psicólogos” no es tal, pues la experiencia del
maltrato pasa factura a la larga.

Este meme muestra tres instrumentos, la chancleta, la rama de un árbol (que a veces
era espinosa) y la correa. Esto da cuenta de la frecuencia con que se usaron y se usan
para ejercer el control sobre los niños y niñas, tanto así que plantea la condición: Si no
te golpearon con estos, entonces no tuviste infancia o no fuiste niño. Quienes comparten
este mensaje, no necesariamente reflexionan o cuestionan la violencia, sino la justifican
y la evocan como parte cotidiana de los ¿bellos? Recuerdos de la infancia. Los niños
son seres humanos con derecho a desarrollarse física, mental, social, moral y
espiritualmente, y para ello necesitan libertad, paz y trato digno. El golpe, el trato
humillante, trastoca la infancia feliz en traumas.

En la misma línea va este meme, donde la evocación pretende hacer tolerable el


miedo, dolor y angustia que padecían los niños y niñas cuando eran golpeados. El
mensaje plantea que, si nunca te escondiste bajo la cama, indefenso y presa de un miedo
atroz ante una persona que tiene poder sobre ti, porque es más fuerte y más grande, no
tuviste infancia. Y es cierto, la infancia saludable donde un niño cimienta su seguridad,
autoestima y respeto se desploma ante la experiencia del maltrato donde la persona que
debe cuidar, educar y dar afecto en realidad se convierte en maltratadora.
Otro meme de mucha circulación muestra a una mujer dando nalgadas a un niño con
una chancleta. El contenido cuestiona algo que ha sido ampliamente documentado: el
daño psicológico que causa la violencia en los niños y niñas; lo cual es negado y
ridiculizado mediante la tesis que “así nos formaron a muchos y no tenemos ningún
daño, por el contrario…”. Es decir, que quienes hacen suyo este meme, se reconocen
como resultados de una crianza con violencia que los has hecho supuestamente mejores
a otras personas. Es decir, no reconocen la resiliencia para enfrentar los traumas.

El mensaje promueve la violencia hacia los niños haciendo gala de


un supuesto “beneficio” que tienen quienes se criaron así “respetamos, decimos “por
favor”, “gracias”, “con permiso”, “perdón”, buenos días”, “cómo estas”; pues concibe
que quien no se crió así se convirtió en una persona adulta sin buenos modales. Nada
más lejos de la verdad, pues quienes aprendieron a maltratar porque naturalizaron el
maltrato que recibieron, no saben en realidad lo que es respeto por el otro; y si bien
pueden decir algunas fórmulas de buenos modelos, estas no necesariamente expresan
un reconocimiento y consideración, sino algo aprendido y condicionado por el
dolor. Finalmente, el mensaje cierra llamando a no olvidar.
Otro meme muestra como icono una chancleta en mano y saluda a las madres que
utilizaban la violencia para controlar a sus hijos e hijas. Realzan y reivindican la crianza
violenta que a base de cachetadones, chanclazos y centurionazgos “educaba” de manera
eficiente”. Quienes comparte y difunden este meme promueven la violencia y
niegan que un niño o niña es un sujeto pensante con derecho a discrepar. Sencillamente
si piensas distinto, nadie invertirá tiempo en dialogar, pues los más sencillo es
“acomodar las ideas con un cinturonazo” al puro estilo dictatorial. Hacen mofa de las
tendencias de las terapias alternativas que resaltan el equilibrio de la energía y las
emociones:

“con un cachetadon te limpiaban el aura”. Igual, se felicita la “pura mirada” que


tenía el poder de quitar un berrinche, y nos preguntamos ¿cuánto miedo y angustia?
tendría que estar detrás de esto. Finalmente, cierra en que de esta manera te ahorrabas
el gasto en un psicólogo, lo cual es falso, pues la violencia pasa factura.
Esto otro meme que es muy compartido por quienes creen que gracias al maltrato
son “buenas personas”. Parten del mito que si no se recibe correazos enfrentarás el
riesgo de ser vago, delincuente, mal educado y mala persona. Los estudios revelan que
la delincuencia está asociada al abandono y los malos tratos en la infancia, y si alguien
no se tornó delincuente a pesar de la violencia, no tiene nada que ver con la eficacia de
un correazo sino con otros factores del medio social. No se habla del estrés
postraumático asociado a la violencia que puede tornarse en apatía y desinterés por la
vida, que es aquello que muchos llaman vagancia. Falta de rutina, motivación, límites y
responsabilidades están asociadas a la vagancia y no la falta de maltrato.
IV. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

• Amaya, J (22 de febrero 2018). ¿Cómo prevenir la violencia en los


adolescentes? Periódico virtual Vanguardia. Recuperado de
https://vanguardia.com.mx/articulo/como-prevenir-la-violencia-en-los-
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familiar en América latina y el Caribe. Uruguay.

• Aldeas Infantiles SOS Perú. (2019). Tipos de violencia familiar. Recuperado


de: https://www.aldeasinfantiles.org.pe.

• APIS, Fundación para la equidad, A.C. (2006). Violencia Familiar. Recuperado


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• Centro de Psicología Álava Reyes. (2014). Guía infantil. Recuperado de:


https://www.psicologiamadrid.es/blog/articulos/psicologia-infantil-y-
adolescentes/como-ayudar-y-proteger-a-los-ninos-del-trauma-de-maltrato.

• Centro Psicológico Cepsim. (2018). Claves para proteger a los niños de


situaciones traumáticas por violencia familiar. Recuperado de:
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• Corsi, J. (1994). Violencia familiar, Una mirada interdisciplinaria sobre un


grave problema social. Buenos Aires.

• Dulanto, E. (2008). Los niños y los jóvenes ante la violencia familiar. México.
• Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, UNICEF. (2007). Cómo
eliminar la violencia contra niños y niñas. Unión parlamentaria. Francia.

• Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, UNICEF. (2014). Eliminar la


Violencia Contra los Niños y Niñas: seis estrategias para la acción. pág. 4.
Estados Unidos.

• Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, UNICEF. (2014). Trabajo


infantil. Recuperado de: https://www.vaticannews.va/es/mundo/news/2019-
06/unicef-dia-mundial-trabajo-infantil.html.

• Guía infantil. (2014). Cómo prevenir el maltrato infantil. Recuperado de:


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maltrato-infantil.

• Instituto Nacional de Estadísticas e Informática. (2014). Tipos de violencia


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• Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de Buenos Aires. (2018). Violencia


de género, tipos y modalidades de Violencia. Recuperado de:
http://www.jus.gob.ar/areas-tematicas/violencia-de-genero/tipos-y-
modalidades-de-violencia.aspx

• El Observatorio Nacional de la violencia contra las mujeres y los integrantes


del grupo familiar. (2018), Los niños, niñas y adolescentes: población
vulnerable al maltrato y al abuso, cap.7. Ministerio de la mujer y Poblaciones
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• Organización Mundial de la Salud, OMS (2006). Como Evitar la violencia
contra los niños. Recuperado de: https://www.who.int/features/qa/44/es.

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sensibilización de padres, ma madres y cuidadores de niños y niñas. Río de
Janeiro.

• Save the children. (2016). Lucha contra el castigo físico en la familia, manual
para la formación. Fundación Paniamor. Costa Rica.

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