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INFORME ACADÉMICO
“Violencia familiar”
INTEGRANTES
DOCENTE
Mgtr. NEYRA CASTILLA, Orietta
AULA Y TURNO
A-807 / Noche
LIMA-PERÚ
2019- II
INDICE
I. INTRODUCCIÓN
II. DESARROLLO
2.1. Violencia familiar en niños y adolescentes
2.2. Tipos de violencia familiar en niños y adolescentes
2.3. Consecuencias de la violencia familiar en niños y adolescentes
2.4. Estadísticas de la Violencia familiar en niños y adolescentes
2.5. Programas para proteger a los niños de situaciones traumáticas
2.6. Tratamiento de la violencia familiar en niños y adolescentes
III. CONCLUSIONES
V. ANEXOS
I. Introducción
Esto deja por sentado que los estragos causados por los innumerables actos de
violencia a nivel global, influenciando en las familias y debilitando uno de los pilares
importantísimos de nuestra sociedad como tal. En nuestra actualidad es de suma
importancia darle mayor énfasis al tema de los vínculos afectivos y sus alteraciones.
Tal como lo cita Corsi, J. (1994), antes de los inicios de los años 60, la violencia
dentro del clan familiar era vista como un fenómeno aislado. Poca importancia se le
daba a este conflicto, ya que, a su vez, el conjunto de personas al que llamamos
“sociedad” atravesaba y atraviesa por un desarrollo y evolución lenta, aunque las
estadísticas indiquen grandes cambios y avances, estos son sólo a nivel tecnológico.
Poco a poco se ha ido modificando esta visión, por distintas transformaciones y
movimientos sociales, sean públicos o privados, cuyo objetivo es la libertad e
iluminación del ser, de tal forma que han creado conciencia en ésta, que junto con
aportaciones y estudios que han realizado, han puesto de manifiesto un grave problema
social.
Años atrás la violencia parecía ser un signo del destino y de lo inevitable. Hoy en
día la justicia legal interviene más a menos en los asuntos familiares por el incremento
de denuncias y quejas de las personas víctimas de violencia familiar, haciendo legal así
la nueva disponibilidad social problemática. Cabe mencionar que el hecho de que
intervenga la justicia no es suficiente. Hace aproximadamente 10 años se entendía a
nivel mundial a la violencia como el que hacer único dentro del marco criminológico y
judicial, de manera notoria e implícita, dicho de otra manera, la prevención de la
violencia en todas sus modalidades era asunto único de la policía y los jueces (pp. 5-6).
Según Corsi, J. (1994), un término importante que podría ponerse en discusión con
respecto al tema de violencia es el de “conflicto”, el cual se da por entendido a
causas que se oponen entre sí, en todos las áreas de la vida cotidiana surgen
conflictos interpersonales, como expresión de la manifestación de la diferencia de
intereses, valores y deseos de quienes participan en una relación interpersonal, lo
que diferencia un “conflicto” de un “acto violento” propiamente dicho es la forma
como los individuos utilizan los diferentes recursos para la resolución de sus
problemas, con lo que respecta a habilidades comunicativas o aquello que se ejecuta
con fuerza y brusquedad, es decir lo que se hace contra la voluntad y el gusto de
otra persona (p. 10).
Escudriñando sobre todo aquello que engloba y guarda estrecha relación con la
violencia y su repercusión en todas las áreas, como lo señala el autor experto en
violencia se podría hacer un estudio más especializado sobre el tema, sectorizando
ciertas áreas para poder tener una mayor visión sobre dicha problemática y las
connotaciones entrelazadas a la hora de expresar ideas o conceptos que explícitamente
tienen que ver con violencia en sí.
También Corsi, J. (1994), hace hincapié en la confusión que existe entre los
términos agresividad y violencia. Indica que la agresividad está relacionada con la
capacidad humana para “oponer resistencia” a las influencias del medio que nos rodea.
Pero autores como Ashley Montagu (citado por Corsi, 1994) señalan que aquello que se
halla en el medio ambiente y que es heredado de generación en generación, suministra
únicamente la potencialidad y que el resultado se encuentra determinado por las
experiencias que se viven en lo cotidiano.
Podríamos citar muchos ejemplos para dar por entendido la diferencia y a la vez su
estrecha relación existente entre agresividad y violencia. Así como diversos autores
postulan sus ideas, dando a entender lo cuidadosos que debemos ser a la hora definir y
tratar temas de actos violentos.
El costo de la vida en estos tiempos es cada vez más elevado, lo que antes podríamos
lograr con poco, ahora lo tenemos que conseguir a duras penas con mucho esfuerzo y
alcanza para casi nada; en un mundo tan sofisticado e industrializado, donde todo tiene
precio, surgen aquellos que se aprovechan de las necesidades y carencias de los demás.
Así lo explica Unicef (2014), al poner de manifiesto que los niños y niñas que viven
en los hogares más precarios y en zonas rurales tienen más probabilidades de ser
víctimas del trabajo infantil. Así mismo, si tomamos en cuenta que el trabajo
doméstico recae en su mayor parte en las niñas. Millones de niñas que trabajan
como empleadas domésticas están expuestas a la explotación y el maltrato (p. 25).
La precariedad y la pobreza por la que atraviesan muchas familias, obliga a que todos
los integrantes del clan familiar salgan a buscar el pan de cada día, entre ellos se
encuentran los hijos que en la mayoría de los casos son niños y adolescentes, quienes
acompañan a sus padres o cuidadores en largas horas de marcha de algún negocio
improvisado, o simplemente son contratados informalmente por alguna persona que
requiera algún servicio, siendo víctimas del maltrato y abuso infantil.
Hacer un estudio concienzudo sobre el tema de violencia aborda una amplia
investigación e información en el cual podríamos tratar diversos factores, efectos, tipos
y modalidades.
Unicef (2014), hace mención que dentro de las modalidades de “violencia familiar”
existes diversas formas en la que está se manifiesta dentro del clan familiar,
identificando entre ellas a las más usuales: violencia doméstica, abandono, explotación
sexual y laboral, y, violencia a niños y adolescentes (p.5).
Sin embargo, son muchos los factores que desencadenan en un futuro en casos de
violencia, y esto se debe a la calidad de educción, interacción y vínculos que se forman
con nuestras figuras parentales, trayendo como consecuencia los distintos tipos y
modalidades de violencia, al cual a cada uno de ellas la acompaña una patología clínica
especifica.
Más que frases bonitas y slogan atractivos, lo que realmente necesitan los niños son
estrategias para la acción, con respecto al cuidado y protección de los más vulnerables
de los casos de violencia.
II. Desarrollo
Es muy importante mencionar que, aunque las denuncias por violencia van en
aumento a nivel mundial, también hay muestras de personas víctimas de violencia que
guardan silencio por miedo a represalias por parte de sus maltratadores, lo que lleva a
tomar en cuenta la desinformación que tienen estas víctimas de abuso físico y
humillante, con temas relacionados a protección y apoyo por parte de las instituciones
y organismos competentes.
Existe la idea difusa y vaga que los menores por ser niños no captan el porqué de
los problemas y no sufren la violencia interpersonal que se da en los padres es un grave
error de juicio. Teniendo en cuenta que quienes así juzgan carecen de sensibilidad para
reconocer la inteligencia natural que los Niños van adquiriendo y desarrollando a través
de su experiencia existencial desde la infancia.
Es un error muy grave por parte de los cuidadores o padres, limitar y someter
arbitrariamente a los menores de la casa, en este caso los niños y adolescentes,
acarreando con esto un sinnúmero de limitaciones y represiones emocionales que más
adelante se manifestaran como actos violentos.
La mala comunicación que pueda existir entre dos individuos, no solo crea fastidio
e incomprensión, sino también una idea sobre deficiente y no clara sobre la importancia
del dialogo y el vínculo sano interpersonal necesario para las relaciones interpersonales.
Dulanto, E. (2008) arguye que hijos que crecen ante un hogar donde la violencia
verbal existe, pronto aprenden que el lenguaje no es un elemento que significativo
al ser humano, que transmite de manera objetiva juicios de valor, respeto, afecto,
tolerancia, equidad y principios de justicia. Por el contrario viven y experimentan
que el lenguaje es un canal de agresión continua donde todo es descalificación, una
forma de degradación, una vía en la que se descargan las emociones menos sanas
de la persona que se violenta, entendiendo así, que el diálogo entre las personas
lejos de despertar afecto, respeto y deseos de convivir en un clima de justicia y
equidad, lo que hace es intimidar, incentivar el amor, el desaliento y se extiende
una profunda tristeza y sentido de invalidez e impotencia en el ambiente en que se
vive (p. 12).
La violencia viene encubierta de muchas maneras, bajo muchas formas, las cuales
en nuestra actualidad son pasadas como desapercibidas y como episodios naturales o
cotidianos, a modo de anestesia no logramos ver con claridad muchos de los mensajes
que a nuestro alrededor se presentan como actos violentos, considerándolos actos
normales.
Según Aldeas Infantiles SOS Perú (2019), el maltrato puede adoptar varias formas,
como la violencia física, psicológica, sexual, económica, simbólica, abuso, explotación
laboral y sexual, y la desatención o negligencia por parte de las personas encargadas de
su cuidado. Las niñas, niños y adolescentes víctimas de maltrato, tienen su vida
marcada: está en riesgo su crecimiento y desarrollo, su integridad física y psicológica,
poniendo en grave peligro su supervivencia, estabilidad emocional y su salud (p. 2).
Seas cual sea el tipo de violencia utilizada, y bajo la connotación que se le deba dar no
debería ser aceptada y permitida en nuestra actualidad.
VIOLENCIA FÍSICA:
Promundo Ong (2001), en su manual: Por el fin del castigo físico y humillante,
menciona que los castigos físicos son formas de violencia aplicadas por una
persona adulta con la intención de disciplinar al niño, para corregir o modificar una
conducta indeseable. Es el uso de fuerza, causando dolor físico o Emocional al
niño. Es una forma de violencia contra el niño y una violación de su derecho a la
dignidad y a la integridad física (p. 9).
Dicha declaración deja claro el maltrato y la fuerza de las intenciones usadas para
descargar toda la frustración por parte de los padres o cuidadores con los niños y
adolescentes, con la intención de someter y doblegar la voluntad y la autoestima.
Así como lo expresa Promundo Ong (2001), que puede ser ejercido de varias
formas, como cuando el niño sufre abuso verbal, es ridiculizado, aislado o ignorado.
El castigo físico es un acto realizado por un adulto con la intención de causar dolor o
incomodidad física a un niño, dejando o no marcas visibles en su cuerpo.
El motivo que suele llevar los padres o responsables a aplicar un castigo físico es
el objetivo de corregir un comportamiento del niño e impedir que él lo repita. Hay
muchas formas de castigos físicos: palmadas, bofetadas, pellizcos, chancletazos,
garrotazos, golpes de vara, atar el niño, dejarlo de rodillas, dar puñetazos o golpear son
algunos ejemplos de castigos físicos. La fuerza puede ser aplicada de muchas formas
en el cuerpo del niño. Puede ser con la mano – golpe en la cabeza, palmada en la
nalga, tirón de oreja, pellizco –, con el uso de un objeto – regla, cinturón, chancleta,
cuerda – o mismo sin pegar al niño. Es el caso de los castigos en que el adulto pone al
niño en posiciones incómodas y situaciones humillantes, como, por ejemplo,
obligándolo a mantenerse de rodillas sobre granos, a retener sus excreciones, ingerir
alimentos o substancias descompuestos o de sabor desagradable, entre otras formas
(pp. 10-11).
Como podemos observar son muchas las formas y maneras de como la violencia
física puede manifestarse, todas y cada una de ellas es nociva para el desarrollo de todo
individuo como persona natural y sana. Cabe resaltar que, hasta nuestros días, incluso
en instituciones educativas, se sigue utilizando actos violentos como forma de
corrección, desestimando su destructividad en la vida de toda persona.
La forma de cómo se ejecuta este tipo de violencia, suele tener en muchas ocasiones
una máscara que, nos impide por nuestra ignorancia detectarla como un acto violento.
Ya que la intención es hacer sentir menos de una manera sutil a la persona a quien va
dirigido dicha acción.
VIOLENCIA SEXUAL:
Toda aquello que implique de alguna manera un contacto lujurioso sobre otro individuo
sin que aquel esté de acuerdo, se le considera violencia sexual. Este acto violento, el cual
conlleva hacia una violación, es el tipo de violencia familiar más suscitado, para lo cual
deberíamos crear programas estratégicos de información y prevención de actos violentos
sexuales.
VIOLENCIA SIMBÓLICA:
Promundo Ong (2001), señala que los efectos de los castigos físicos y humillantes
no pueden ser generalizados para todos los niños, porque dependen de la experiencia
de vida de cada uno y de la configuración familiar en que el niño se encuentra. Las
investigaciones y la experiencia práctica demuestran que entre los posibles efectos de
los castigos físicos y humillantes están:
La violencia contra los niños puede tener consecuencias para toda la vida, y, en
algunos casos, pasar de una generación a otra. Cuando los niños y jóvenes sufren
violencia, aumentan de manera pronunciada las probabilidades de que vuelvan a ser
víctimas de la misma o se comporten de manera violenta al llegar a la edad adulta.
Los niños que quedan expuestos a la violencia a edad temprana pueden tener
problemas de desarrollo cerebral y una amplia gama de problemas de salud mental.
La violencia es perniciosa en todas sus formas, y puede ser fatal en el peor de los
casos. (Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), Eliminar la
Violencia Contra los Niños y Niñas pág. 4, septiembre de 2014),
“La violencia engendra violencia. Sabemos que los niños que sufren violencia
tienden a considerar a la violencia como algo normal, incluso algo aceptable… Y
tienen más probabilidades de perpetuar la violencia contra sus propios hijos en el
futuro. Si no tratamos el trauma que sufren los niños debido a la violencia social
estamos abriendo las puertas a problemas que pueden durar toda la vida… Y
desencadenar actitudes negativas que pueden reverberar de una generación a otra”.
Anthony Lake, Director Ejecutivo de UNICEF (febrero de 2014).
“Cuanto más adversas son las experiencias durante la niñez, mayores las
probabilidades de retrasos en el desarrollo y de posteriores problemas de salud, como
las enfermedades cardíacas, la diabetes, las toxicomanías y la depresión. Las
investigaciones también indican que si los niños entablan desde muy temprano en sus
vidas relaciones con adultos que les cuiden, les den apoyo y respondan a sus
necesidades, se pueden prevenir o revertir los efectos perjudiciales del estrés tóxico”. -
Center on the Developing Child, Universidad de Harvard.
Aunque existen diversas normas y leyes, que defienden a los que son maltratados
por violencia, su efectividad es carente, ya sea por el desconocimiento por parte de los
involucrados, como por la escasez de su divulgación.
Aldeas infantiles SOS Perú (2019), declara que existen diversas normas que buscan
su atención y protección, tales como la ley 30364. Ley para prevenir, sancionar y
erradicar la violencia contra las mujeres y los integrantes del grupo familiar; ley
30403 que prohíbe el uso del castigo físico y humillante contra los niños, niñas y
adolescentes; Decreto Legislativo N°1297, para la Protección de Niñas, Niños y
Adolescentes sin cuidados parentales o en riesgo de perderlos; Ley 30466. Ley que
establece parámetros y garantías procesales para la consideración primordial del
Interés Superior del Niño, y recientemente la Política Nacional de Igualdad de
Género, todas ellas orientadas a intervenir desde la familia, escuela, la comunidad,
y en las instituciones, en el marco de la Convención sobre los Derechos del Niño
que cumple 30 años desde su suscripción (p. 1).
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, UNICEF (2014), menciona 10 datos
estadísticos importantes sobre la violencia en niños:
6. Casi una cuarta parte de las niñas de 15 a 19 años del mundo (casi 70 millones)
indican que han sufrido alguna forma de violencia física a partir de los 15 años de
edad.
7. Unos 120 millones de niñas menores de 20 años (o 1 de cada 10) han sido
sometidas a relaciones sexuales forzadas u otros actos sexuales en algún momento de
sus vidas. Los varones también corren peligro de sufrir este tipo de agresiones,
aunque no se dispone de estadísticas anuales estimadas debido a la falta de datos
comparables en la mayoría de los países del mundo.
9. Cerca de 3 de cada 10 adultos del mundo cree que el castigo físico es necesario
para criar o educar adecuadamente a los niños.
10. Casi la mitad de todas las niñas del mundo de 15 a 19 años (unos 126 millones)
opina que en algunas ocasiones se justifica que los maridos golpeen o den palizas a
sus esposas (pág. 7).
Por eso, cuando tenemos problemas para reconocer nuestro valor o nos cuesta
empoderarnos para asumir las riendas de nuestra vida hacia el éxito, es hora de
“reconciliarnos con papá”.
Papá es el ancestro que rige nuestra relación con la profesión, los estudios,
el rumbo que tomemos, nuestras acciones.
También rige los órganos del lado derecho de nuestro cuerpo y el hemisferio
izquierdo encargado de la lógica y el aprendizaje formal.
¿Por qué los adultos usan castigos físicos y humillantes contra niños?
Promundo Ong (2001), en su manual: Por el fin del castigo físico y humillante para
sensibilización de padres, madres y cuidadores de niños y niñas pág. 09, declara que,
los castigos físicos y humillantes contra niños son ampliamente extendidos en nuestra
sociedad, sobre todo porque son defendidos como una práctica legítima de educación y
disciplina en las familias y en otras instituciones. Sin embargo, muchos padres no creen
que la violencia sea la mejor forma de educar y disciplinar un niño.
• Son una violación de los derechos humanos del niño a la integridad física y
dignidad humana e igual protección ante la ley. En muchos casos, pueden
amenazar el ejercicio de otros derechos fundamentales, como la educación, el
desarrollo, la salud y la supervivencia.
• Pueden causar serios daños físicos y psicológicos al niño.
• Enseñan al niño que la violencia es una forma aceptable de resolver conflictos o
persuadir las personas a hacer lo que uno quiere.
• Son un medio ineficaz de disciplinar.
• Dificultan la protección del niño contra otras formas o niveles de violencia.
Brasil, desde 1990, es signatario de la Convención sobre los Derechos del Niño
(CDN). En ese mismo año entró en vigor el Estatuto del Niño y del Adolescente (ECA,
en portugués). Además, desde 1988, la Constitución Federal afirma el deber de la
familia, de la sociedad y del Estado de garantizar con absoluta prioridad el respeto por
los derechos de niños, niñas y adolescentes y protegerlos contra toda forma de violencia,
crueldad u opresión (artigo 127 de la Constitución). A pesar del reconocimiento
constitucional, la legislación no garantiza plenamente el derecho de los niños a la
protección contra todas las formas de violencia (Promundo Ong: Por el fin del castigo
físico y humillante, manual para: sensibilización de padres, madres y cuidadores de
niños y niñas pág. 09, 2001).
a. Prevención de la violencia en niños y adolescentes
La Organización Mundial de la Salud (2006), declara que los niños (definidos por
la Naciones Unidas como los menores de 18 años) pueden sufrir dos tipos de violencia:
malos tratos por parte de los padres y cuidadores de menores de 14 años, y la violencia
sufrida en la comunidad por adolescentes de 15 a 18 años. Estos dos tipos de violencia
pueden evitarse actuando sobre las causas y los factores de riesgo específicos de cada
uno de ellos.
• Los malos tratos por parte de los padres y cuidadores pueden evitarse:
• Reduciendo los embarazos no deseados.
• Reduciendo el uso nocivo del alcohol y las drogas ilícitas durante el embarazo.
• Reduciendo el uso nocivo del alcohol y las drogas ilícitas por parte de los nuevos
padres.
• Mejorando el acceso a servicios de atención prenatal y posnatal de gran calidad.
Haciendo que los hogares de los niños con alto riesgo de sufrir malos tratos sean
visitados por enfermeros y asistentes sociales.
Para el Centro de Psicología Álava Reyes (2014), en su guía infantil señala que, es
tan importante detectar el maltrato infantil cómo lo es el de prevención del abuso y
malos tratos en la infancia. Entre las claves para favorecer que los niños tengan unas
relaciones óptimas con los demás está inculcar adecuados modelos de referencia y
una educación desde la más temprana infancia en el entorno familiar, social y
escolar.
2. Hemos de ser conscientes a la hora de hablar y tratar a los niños que son personas
especialmente vulnerables, frágiles y en ocasiones, son considerados como figuras
inanimadas que pertenecen a uno de los progenitores.
• Mayor preparación de los padres del siglo 21. La cortesía, el respeto, la ética
y los valores se enseñan en casa. En la escuela se reafirman, pero los padres
son los agentes sociales más importantes en la formación de los chicos. Veo
papás jóvenes más ausentes y con pocas habilidades parentales para una la
enseñanza moral de sus hijos. Hay más papás que defienden a sus hijos de
cualquier adversidad y de sus maestros, o los dejan en manos de
profesionales para que hagan el trabajo que ellos nunca pudieron hacer.
Para la Save the children (2016), en su artículo Lucha contra el castigo físico en la
familia, manual para la formación, fundación Paniamor, pág. 31-33, señala que existen
varias alternativas que deben ser puestas en práctica por los padres y cuidadores de los
niños y las niñas, las cuales son contrarias al uso del castigo físico y humillante y pueden
llegar a ser más útiles y a dejar mayor enseñanza en los niños. Entre estas tenemos las
siguientes: transmitir los mensajes que se desean de forma clara, ósea decir lo que se
quiere promover en el niño sin rodeos y siendo concretos esto es llamado legibilidad del
mensaje, no deben haber contradicciones entre el mensaje y los padres de familia, si
existiera algún desacuerdo este se deberá discutir previo a la reunión con los niños ya
que de lo contrario lo que se le dice al niño o niña pierde credibilidad esto es coherencia,
los padres deben antes de proponer un valor o un determinado comportamiento al niño
o niña entender ellos primero el motivo por el cual desean infundirlo lo cual es llamado
intencionalidad atribuida, y al querer construir un patrón de conducta especifico y
adecuado a determinado contexto o un valor en el niño o niña es importante promover
la participación de los niños en su construcción para que el niño o niña sienta y entienda
la utilidad de este, esto es la participación en la construcción del valor, para esta
construcción conjunta de valores y comportamientos es muy importante el Clima
Familiar ya que una adecuada transmisión de valores necesita de un ambiente afectivo
adecuado, autonomía de sus miembros y una participación de todos en la toma de
decisiones.
SEPARACIÓN: Haga que el niño descanse o juegue durante un tiempo sin dejarlo
solo, Estar apartado durante un rato le permite al niño calmarse.
SEA FIRME: Hable en un tono que le permita al niño saber que usted está seguro
de lo que dice y que espera que el haga. Ser firme no significa gritar, amenazar, razonar
o quitar privilegios.
SEA IMPARCIAL: Las normas de convivencia deben ser respetadas sin ser
mezcladas con los afectos. “te quiero mucho pero no comparto lo que haces”
1. Dar apoyo a los padres y madres, los cuidadores y a sus familias Cuando las
familias, los cuidadores y los padres y madres reciben educación acerca del
desarrollo de los niños en la primera infancia, aumentan las probabilidades de que
ellos empleen métodos de disciplina positivos. De esa manera se reduce el riesgo
de violencia en el ámbito del hogar.
2. Ayudar a los niños y adolescentes a hacer frente a los riesgos y desafíos Para reducir
la violencia en las escuelas y las comunidades; resulta fundamental dar a los niños
y adolescentes los conocimientos y aptitudes necesarios para hacer frente y resolver
las situaciones de riesgo y los desafíos sin apelar a la violencia, así como a buscar
el apoyo requerido cuando se susciten situaciones de violencia.
Son muchos los factores que pueden contribuir a la violencia. Entre ellos la
pobreza, las dificultades para lograr el éxito académico, la baja autoestima, la falta de
autodisciplina y la carencia de información sobre los riesgos, la vulnerabilidad y dónde
encontrar ayuda. Si se brinda a los niños y jóvenes los conocimientos y las aptitudes
prácticas necesarias para hacer frente y superar los riesgos y desafíos que presenta la
violencia, se ayuda a reducir la incidencia de la misma en las escuelas y comunidades.
Al impartir conocimientos y aptitudes para la vida se ayuda a las niñas y los
niños a adquirir capacidad de pensamiento crítico, a consolidar su autoestima para
establecer una comunicación eficaz, a resolver los problemas de manera colectiva y a
protegerse contra la violencia durante el resto de sus vidas. Los programas de este tipo
pueden ofrecer a los jóvenes que se sientan frustrados e impotentes directrices para hacer
frente a los riesgos y desafíos de la vida que no impliquen el empleo de la violencia u
otros comportamientos perjudiciales.
4. Promover y prestar apoyo a los servicios para los niños Si se alienta a los niños a
que busquen apoyo profesional adecuado cuando se susciten incidentes de
violencia, y a que denuncian los mismos, se les ayuda a hacer frente y resolver
mejor sus experiencias con la violencia.
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, Unicef (2014), nos recomienda
gracias a las muestras de un estudio realizado, sobre la violencia contra los niños, que
se elaboren programas nacionales de investigación sobre la violencia contra los niños
en todos los ámbitos, desde el familiar y doméstico hasta el escolar, así como en los
establecimientos de cuidado de los niños, las instituciones de justicia de menores, los
lugares de trabajo y las comunidades, entre ellas las comunidades en línea. Las
inversiones en mecanismos de obtención de datos y herramientas de investigación,
como las encuestas nacionales de hogares, han sido importantes para aumentar la base
de conocimientos disponibles acerca de la violencia contra los niños.
Algo que calma mucho a los menores, es darles el mensaje por parte de su progenitor
(o de una figura de apego seguro) que creemos lo que nos ha contado, que ya sabemos
lo que está pasando, que le vamos a proteger y que vamos a tomar las riendas para que
esto no se vuelva a repetir. En numerosas ocasiones el niño queda desamparado frente
a eventos traumáticos y una figura de protección es el mejor predictor de una
recuperación exitosa.
Sea cual sea el tipo de trauma sufrido por el niño, debemos transmitirle la idea de
equipo. Un grupo que se protege mutuamente, que soluciona los problemas juntos, que
no deja caer a ninguno de sus miembros, que está al pie del cañón para ayudarse los
unos a los otros. Esto es lo que un niño debe percibir. El problema no lo tiene sólo él, el
problema es de toda la familia y entre todos, trabajarán para ponerle la mejor solución
posible, y así es como hay que decírselo. También es importante recordarle lo valiente
que ha sido, en primer lugar, por haberlo contado, en segundo por haber sobrevivido y
en tercero por trabajar a diario para que el trauma y su recuerdo quede en el pasado.
El joven cerebro del niño no puede gestionar estas responsabilidades que caen sobre
él, ni saber si son verdad o mentira. Por otro lado, hay que estar atentos a las sensaciones
de culpa y vergüenza que puede experimentar el niño y a las correlaciones causa-efecto
distorsionadas. En caso de que otra persona sea la responsable del trauma, hay que
colocar la responsabilidad en quien realmente la tiene, liberando al niño de estas
distorsiones cognitivas.
Una idea errónea es pensar que si hay algún problema debemos evitar hablar de él
porque “el niño no se entera de nada, es demasiado pequeño”. Los niños recuerdan. La
memoria implícita comienza en el octavo mes de embarazo y, aunque no se pueda
expresar con palabras, el cuerpo sí va a manifestar sensaciones de peligro y alarma,
sensaciones que el niño no podrá identificar y manejar a menos que le ayudemos.
Otra cosa fundamental en el trauma es hacer un cuento con el niño. Pueden usarse
cartulinas, colores, ceras o fotos. La idea es ir siguiendo la historia del niño desde antes
de su nacimiento e ir pasando por todas sus etapas, con sus cosas buenas y malas y, tal
y como haría un cuentacuentos, ir relatando su historia como si de una fábula se tratara.
Se refuerzan y enfatizan las cosas buenas y se explican las malas, reforzando al niño por
el esfuerzo que ha hecho para sobrevivir a esas cosas desagradables que le han pasado.
La idea es que el acontecimiento traumático sea un recuerdo más, otra etapa de su
vida. Como en todo buen cuento puede haber un villano, pero lo más importante es que
el bien siempre vence al mal. Y en este cuento nuestro héroe es el niño. Es recomendable
decir al niño que con su historia se podrán ayudar a más niños a que no les pase lo
mismo.
No hay que tener miedo a las emociones ni sensaciones de los niños. Al contrario,
ayudar a un niño a identificar sus emociones, lo que siente, y ponerle nombre le ayuda
a entender ese barullo de cosas que hay dentro de su cabeza, de su pecho o de su
estómago.
Películas como “Inside Out” de Disney o libros como “El Monstruo De Colores”
son recursos maravillosos para ayudar a los niños a gestionar los estados negativos.
Además de esto, saber que hay más niños como él, que han pasado por lo mismo y ahora
están bien ayuda a integrar lo sucedido y no verse como alguien diferente, malo o
marcado. Por esto es importante, cuando se lee el cuento, decirle que no es el único que
ha pasado por esto, pero que todos han sido ayudados.
No en pocas ocasiones nos encontramos con adultos tan traumatizados o tan faltos
de ayuda psicológica como el niño. En estas situaciones, cuando el propio adulto es el
que está desbordado, difícilmente podemos ayudar y contener a un menor.
Según los diversos estudios e investigaciones, conforme como nos muestran las
estadística e innumerables denuncias en los centros policiales como institucionales, nos
muestra cruda una realidad que no podemos dejar pasar por alto, ninguna sociedad sana
debería tolerar la violencia bajo ningún concepto, debería ser retirada en todo su
contexto tanto directo como indirecto, tomando en cuenta la cantidad de mensajes
subliminales que aparecen por ahí aludiendo a la violencia, como si se tratase de algo
natural y aceptable.
No cabe duda que la alerta que genera este acto de agresión desmedida totalmente
descalificador y denigrante en todo el sentido de la expresión, tiene que ser erradicado
desde sus raíces, anulando toda filosofía y secuela pensante acerca de la utilización
como medio de moderación a ciertas actitudes humanas. Habría que crear programas
urbanos, sobre la concientización y la nocividad a nivel psicológico, fisiológico y
biológico en toda persona.
La capacitación constante de personal calificado para lidiar con temas de violencia, así
como la preparación e información adecuada domiciliaria y educativa.
Los movimientos en contra de la violencia han ido subiendo en auge, teniendo cada
vez más aceptación por parte de la ciudadanía, reconociendo así la urgencia por
fortalecer los valores y virtudes intrínsecas en cada persona.
“Hay hombres que luchan un dia y son buenos. Hay otros que luchan un año y son
mejores. Hay quienes luchan muchos años y son muy buenos. Pero hay los que luchan
toda la vida: esos son los imprescindibles”
Bertolt Brecht.
IV. ANEXO
Figura 12: (El juego como forma de expresión. Finales alternativos, recursos e
imaginación).
Figura 13: (La ayuda psicológica, nos solo para el niño).
Este meme muestra tres instrumentos, la chancleta, la rama de un árbol (que a veces
era espinosa) y la correa. Esto da cuenta de la frecuencia con que se usaron y se usan
para ejercer el control sobre los niños y niñas, tanto así que plantea la condición: Si no
te golpearon con estos, entonces no tuviste infancia o no fuiste niño. Quienes comparten
este mensaje, no necesariamente reflexionan o cuestionan la violencia, sino la justifican
y la evocan como parte cotidiana de los ¿bellos? Recuerdos de la infancia. Los niños
son seres humanos con derecho a desarrollarse física, mental, social, moral y
espiritualmente, y para ello necesitan libertad, paz y trato digno. El golpe, el trato
humillante, trastoca la infancia feliz en traumas.
• Aldeas Infantiles SOS Perú. (2017). Causas y riesgos de la pérdida del cuidado
familiar en América latina y el Caribe. Uruguay.
• Dulanto, E. (2008). Los niños y los jóvenes ante la violencia familiar. México.
• Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, UNICEF. (2007). Cómo
eliminar la violencia contra niños y niñas. Unión parlamentaria. Francia.
• Promundo Ong. (2001). Por el fin del maltrato físico y humillante, manual para
sensibilización de padres, ma madres y cuidadores de niños y niñas. Río de
Janeiro.
• Save the children. (2016). Lucha contra el castigo físico en la familia, manual
para la formación. Fundación Paniamor. Costa Rica.