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Sarah Brianne - Made Man #2
Sarah Brianne - Made Man #2
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Mew Rincone
Sinopsis Capítulo 22 Capítulo 44
Capítulo 1 Capítulo 23 Capítulo 45
Capítulo 2 Capítulo 24 Capítulo 46
Capítulo 3 Capítulo 25 Capítulo 47
Capítulo 4 Capítulo 26 Capítulo 48
Capítulo 5 Capítulo 27 Capítulo 49
Capítulo 6 Capítulo 28 Capítulo 50
Capítulo 7 Capítulo 29 Capítulo 51
Capítulo 8 Capítulo 30 Capítulo 52
Capítulo 9 Capítulo 31 Capítulo 53
Capítulo 10 Capítulo 32 Capítulo 54
Capítulo 11 Capítulo 33 Capítulo 55
Capítulo 12 Capítulo 34 Capítulo 56
Capítulo 13 Capítulo 35 Capítulo 57
Capítulo 14 Capítulo 36 Capítulo 58
Capítulo 15 Capítulo 37 Capítulo 59
Capítulo 16 Capítulo 38 Capítulo 60
Capítulo 17 Capítulo 39 El Sol Se Elevará
Mañana
Capítulo 18 Capítulo 40
Próximamente
Capítulo 19 Capítulo 41
Capítulo 20 Capítulo 42
Capítulo 21 Capítulo 43
Vincent conoce el lado glamoroso de la Mafia, habiendo nacido
siendo un soldado.
Lake vive en el lado opuesto, siendo hija de un soldado.
Lake cerró sus ojos ante el sonido estridente del metal golpeando el
pavimento por el silenciador del coche raspando la pista. El coche de su
padre era un antiguo Cadillac, del que estaba segura que era de los años
ochenta; honestamente necesitaba funcionar. Total basura.
Su padre de alguna manera se las arreglaba para seguir trabajando
al hacer sus propias reparaciones en él, usando diferentes partes de varios
coches e incluso haciendo unas por sí mismo. A Lake le gustaba llamarlo
el Frankenlac.
Creía que él se hubiese comprado un nuevo coche en algún
momento entre 1981 y 2014 pero, nop. Tenía mejores formas de gastar su
dinero. Sí, como apostar en un caballo o por fichas para lanzar en mitad de
una mesa de póker.
Aunque el padre de Lake era un apostador de nivel doce en la escala
Richter, no lo cambiaría por el mundo porque Lake conocía el otro lado de
la moneda demasiado bien.
Sacudió su cabeza, sin desear pensar sobre la semana que venía. La
mayoría de los adolescentes estarían felices si fuera viernes, pero no ella.
No, sus fines de semana eran nada excepto tortura. Literalmente.
Su padre finalmente llegó a su destino y aparcó el coche.
—Muy bien, pequeña. Que tengas buen día. Te veré el lunes.
Lake alejó la mirada de todas las miradas fuera del coche para
encontrar la sonrisa de su padre.
—Tú también papá. Te veo el lunes. —Se las arregló para forzar una
sonrisa al final de la oración.
Lake abrió la puerta y salió del coche, agarrando su bolso.
—Te quiero, pequeña.
Esa vez, Lake no tuvo que forzar la sonrisa.
—Te quiero papá.
Mientras cerraba la puerta, otro sonido estridente ocurrió. Después
de ver a su padre empezar a conducir lejos, finalmente fue capaz de girarse
y enfrentar las miradas de los adolescentes. Honestamente no era tan malo
como parecía; ellos siempre tenían muchas mejores cosas de las que
hablar. Sin mencionar un pequeño espasmo de atención.
Verás, Lake no era popular y tampoco no-popular; ella solo… bueno,
era Lake.
¡BOOM!
Después de un momento de completo silencio, una risa alta llenó el
aire junto con un serio humo negro por el coche de su padre expulsando
de su empaquetadora. Lake bajó la cabeza y sacó la capucha de su
chaqueta; tratando de esconder su rostro.
Genial. No puede ponerse peor, ¿verdad? Empezó a caminar a través
del estacionamiento, moviéndose entre la gente y los coches.
Empezando a escuchar música alta, Lake giró su cabeza para ver un
grande y blanco Jeep dirigiéndose hacia su camino. Tuvo que saltar hacia
atrás para rodear la esquina del vehículo mientras los frenos chillaban en
“estacionar”.
Lake se quedó en sorpresa por la cercanía del accidente mientras su
corazón comenzaba a latir. Sabía exactamente quién estaba conduciendo
antes de que la chica saliera del Jeep, junto con tres de sus amigas.
Ashley. Era difícil para ella incluso decir el nombre de Ashley en su
cabeza.
—Oh, dios mío. Ni siquiera te vi —dijo Ashley sarcásticamente a
través de su risita.
Lake decidió tomar la oportunidad de oro de ser capaz de responder.
No tenía muchas opciones.
—Oh, dios mío. ¿En serio? Tal vez necesitas lentes. Rápido, ¿cuántos
dedos estoy sosteniendo en alto? —Lake sacó el dedo medio y luego
escuchó risas aguantadas.
Ashley frunció el ceño y dijo tan fuerte como pudo:
—Lo siento, no hablo basura de remolque.
Justo así es como un montón del mundo veía a Lake, solo un pedazo
de basura. Como basura de remolque, para ser exactos.
Lake se quedó allí y observó a las chicas reír con sus voces chillonas.
Inmediatamente le hizo darse cuenta que podía, de hecho, ponerse peor.
Yendo contra su mejor juicio, decidió caminar de nuevo. Realmente
esperaba no terminar arrepintiéndose de su pequeña respuesta hacia
Ashley, pero en ese entonces, se sentía orgullosa de sí misma y decidió que
lo disfrutaría. Por ahora, de todos modos.
Mientras se acercaba a las puertas frontales, Lake alzó la mirada
hacia la señal amarilla pegada al ladrillo exterior de la escuela que decía:
“Bienvenidos”, justo por encima de las palabras, “Secundaria Eastern
Hills”. Pensó que debería ser algo más con las líneas: “Bienvenido a las
Entrañas del Infierno”.
Finalmente era de último año en ese hueco del infierno —gracias a
Dios—, y justo acababa de empezar su primera semana después de las
vacaciones de Navidad.
Entrando a la escuela, fue saludada por un calor. Era frío en la
Ciudad de Kansas, Missouri, así que el calor era bienvenido ya que
descongelaba su nariz y mejillas.
Cuando llegó a su primer periodo de clase de Química, fue directo a
su asiento y apenas su trasero golpeó la silla, la campana sonó para iniciar
la clase.
Lake miró el espacio vacío a su lado, sacudiendo la cabeza con una
sonrisa. Todos los días.
Mirando fijamente el reloj por los siguientes cinco minutos, sin
escuchar una palabra que el profesor estaba diciendo, finalmente escuchó
abrirse la puerta y vio a una morena aparecer e intentar tomar asiento
silenciosamente, con la esperanza de pasar desapercibida.
Sentándose al lado de Lake, la chica susurró:
—¿Crees que me notó?
—Has llegado tarde todos los días, Adalyn —dijo el profesor,
cambiando de tema a mitad de oración para saludar a la chica tardona.
—Sip —respondió Lake, balbuceando silenciosamente bajo su
aliento.
Adalyn soltó un gran aliento para empezar su historia.
—Me disculpo, Sr. Wade. Verá, he estado teniendo una semana
terrible porque Dios decidió castigar a todas las mujeres desde que Eva
comió una manzana. Ahora, mi tía Fluido está visitando como todos los
meses…
—De acuerdo, lo entiendo. —El Sr. Wade levantó sus manos en
derrota.
Lake trató desesperadamente de no reír. Y, ese es el motivo, por el
que es mi mejor amiga.
Ella y Adalyn habían sido amigas desde pañales. Con sus padres
compartiendo la misma línea de trabajo, Lake se había encontrado siendo
cuidada por la madre de Adalyn cuando sus padres querían salir. Bueno,
antes de que se separaran.
Cuando los padres de Lake recién se separaron, muchos años antes,
ella se encontró pasando una semana con su padre y la siguiente con su
madre. Bueno, hasta que su madre consiguió un novio y luego se casó solo
meses después. Después de eso, Lake pasaría los días de semana con su
padre y los fines de semana con su madre.
Lake frotó su frente, tratando de no pensar sobre la semana
venidera. No pienses en ello, o arruinarás tu día.
Era libre hasta que sonara la última campana de la escuela, y luego
lloraría por ello.
TINNG.
—Vaya, ¿cuándo van a arreglar ese sonido patético de la campana?
—dijo Adalyn mientras se ponía de pie y se estiraba desde su mesa.
Lake no podía creer que la clase ya hubiese terminado.
—Adalyn, sabes que vamos a la escuela pública, ¿verdad?
Adalyn colocó sus manos en su cadera.
—¿Y? Mis padres pagan impuestos.
—Espera, ¿los impuestos van a las escuelas públicas? —cuestionó
Lake.
—Infiernos si lo supiera. Lo más probable es que se lo quede el
gobierno.
Lake miró alrededor hacia la sucia clase.
—Sí, tienes razón. —Finalmente se puso de pie y las dos salieron de
la clase hacia los pasillos igualmente sucios.
Deteniéndose en sus casilleros, Lake puso su combinación y lo abrió
antes de empezar a desocupar su bolso, para llenarlo de nuevo con otras
cosas.
—¡Oh, mira! El mismo diablo está viniendo hacia acá, y debo decir
que su rostro se ve más infeliz de lo usual. —Adalyn cerró de golpe su
casillero y se inclinó contra este, asegurándose de darle su rostro de más
perra.
Lake la siguió e intentó colocar su rostro más perra para encajar.
Aunque probablemente falle.
—Probablemente porque la descuadré esta mañana cuando intentó
arruinarme.
Adalyn estalló en risas.
—¿De qué diablos te estás riendo, perra? —dijo Ashley mientras
colocaba su cabello fuera de su hombro.
Adalyn apenas podía hablar a través de su risa.
—Solo estaba tratando de imaginar tu rostro horrible cuando Lake te
descuadró. —Cuando la expresión de Ashley se convirtió en una mueca,
ella continuó—: Oh, espera, ¡ahí está!
No te rías, no te rías. Lake se rió.
—¿Mierda, realmente lo estás buscando, verdad, hermana? No
quería arruinar la diversión pero mamá está saliendo con sus amigos esta
noche.
De alguna manera, Lake había obtenido la mano menos suertuda de
la vida al tener a su madre casándose con el padre del diablo,
convirtiéndolas en hermanastras.
Con su madre fuera por la noche, significaba… Mierda, no, no, no,
no, no.
Mirando el rostro sádico de Ashley, Lake tuvo que pensar rápido.
—Lo siento, pero Adalyn y yo ya hicimos planes.
Ashley trató de no atragantarse con la risa.
—Sí, como si ustedes perras irán algún lugar.
Lake había lidiado con suficiente por el día. Iba a mostrárselo a
Ashley.
—Bueno, espero que te diviertas esta noche en casa mientras Adalyn
y yo estamos en el Poison.
Cuando la boca de Ashley cayó abierta junto con la de sus amigas, la
sonrisa de Lake se amplió. Por una vez en su vida, había dejado sin
palabras a Ashley.
¡Ahora, tiempo de irnos!
Lake no era estúpida; sabía cuándo correr. Especialmente del mal.
Agarró el brazo de Adalyn y la empujó más allá del rostro de sorpresa de
Ashley.
—Eh… Lake, ¿cuándo decidimos ir allí? —El rostro de Adalyn estaba
igual de sorprendido.
Lake inmediatamente empezó a arrepentirse de lo que había dicho.
—No pude evitarlo. ¡Era pura palabrería! —Empezó a enloquecer
silenciosamente cuando la realidad la golpeó—. Tenemos que ir. ¡Sabes que
ella revisa Facebook y esperará que esté publicado en nuestros muros!
Cada chica en la escuela quería ir a Poison, el cual era un salón
excesivamente costoso para adolescentes, solo para que ellos pudieran
publicar fotos en su página de Facebook. Sin embargo, la mayoría de las
chicas no tenían permitido estar cerca del caliente lugar e incluso si lo
estuvieran, no podían encontrar una cita con la cual ir. Los chicos en la
escuela pública tampoco podían pagarlo o no querían gastar su dinero en
una chica a menos que lograran definitivamente tener sexo al final de la
noche.
—Escucha, sabes que estoy dentro del plan de lanzarle Poison en su
cara, pero, ¿cómo diablos vamos a pagar para llegar allí? Sabes que mis
padres me acaban de comprar un nuevo celular y ropa para el inicio del
semestre, así que no van a darme otro avance de mi pensión. —Estaba
comenzando a enloquecer tanto como Lake.
Hay una forma de entrar…
Lake dejó de caminar y agarró a su amiga por los hombros.
—Adalyn, ¿cuánto me amas?
Estás Totalmente Equivocado.
Hijo de Puta.
Traducido por Mais
***
Sus ojos danzaban entre los tres amigos que golpeaban la mierda
fuera de los tipos. Esos idiotas no tienen una oportunidad en el Infierno. El
asustadizo y hermoso estaba simplemente jugando con Michael,
pretendiendo dejarle conseguir un golpe libre sin moverse. Tan pronto
como Michael se acercó, le golpeó rápidamente en el rostro. Eso sucedió
una y otra vez, y Michael siguió cayendo. Es un idiota.
Lake escuchó una carcajada y abrió los ojos para ver a los tres
ganadores literalmente mofándose de lo que habían hecho. Mirando a su
alrededor los cuerpos ensangrentados en el suelo, ella cambió de idea
acerca de lo que acababa de presenciar.
Lake notó que Adalyn se estaba arreglando hasta que su gran boca
se abrió.
—¿Por qué diablos crees?
Lake bajó los ojos al pavimento, incapaz de encontrarse con sus ojos
azul tierno.
—Adalyn, solo mantén la boca cerrada a menos que sea para pedir
perdón. Nuestros papás no pueden averiguar sobre cos…
—Lo sé, lo sé. Cielos, no nos permiten salir. Vamos, sin embargo,
¡esto fue muy divertido!
Lake tuvo que admitir que no había tenido tanta diversión en mucho
tiempo. Bien, nunca. Entonces Vincent salió de la nada y lo arruinó.
—Sí, hasta que tu loco hermano...
***
Miente.
Lake la miró.
Adalyn sonrió.
—El sexy.
—Amo.
Lake vio que la ira de Vincent regresaba cuando sus ojos volaron
hacia el espejo. ¿Qué diablos le pasa ahora?
Decidió ignorarlo.
—¡Porque no creía que fuera algo que pudieras decir en voz alta!
Sus ojos azules se encontraron con los suyos en el espejo otra vez.
—No por mucho tiempo. —Su conexión con la mafia era tan bajo que
no valdría la pena encontrarla una vez que se graduara y cumpliera
dieciocho años. Se mudaría y luego iría a la universidad, dejando todo
atrás.
Habría jurado que había visto decepción en su rostro, pero sus
siguientes palabras le dijeron que lo había imaginado.
¡MIERDA!
***
—Hay dos reglas de mierda que cada chica de la familia debe seguir:
Uno, no puedes tener citas hasta que te conviertes en una adulta y te
gradúes de la escuela secundaria. Y dos, solamente puedes follar después
de casarte con la bendición de la familia. —La voz de Vincent se hizo
baja—. Sabes que no estás permitida a tener control de natalidad,
especialmente desde que eres menor de edad. En una noche, todas las
malditas reglas se han roto.
—Um…
—Son mías.
—Adalyn, fuera.
Adalyn no se movió.
—Te dije antes que los usamos para entrar. ¡Ni siquiera bailábamos
con ellos! Eres un idiota. ¿Se te ocurrió alguna vez que estoy en control de
la natalidad porque mis períodos apestan?
Lake comenzó a verlo de forma diferente por segunda vez esa noche
mientras lo observaba por fin cerrando la distancia entre ellos. Su pecho
se hizo más pesado mientras él se paraba sobre ella, sus piernas tocándole
los muslos.
—Sí.
—¿Lo entiendes?
No estés de acuerdo.
—Sí.
¿Qué? ¿Qué...?
De repente, Lake sintió que sus labios chocaban contra los suyos.
Nunca habría imaginado en un millón de años que su primer beso sería
con Vincent.
Con el calor que sentía picar en ella para que lo tocara, para besarlo
de vuelta, Lake lo imitó, chupando firmemente su labio inferior en su boca.
Luego se estiró y agarró con fuerza la nuca de su rubio cabello. Ni siquiera
era consciente de lo que estaba haciendo hasta que él aceleró y profundizó
el beso.
Fue entonces cuando Vincent dejó de besarla tan rápido como había
empezado.
—Deberías irte.
Lake estaba enojada. No, Lake estaba furiosa. ¡Él no tenía que
tratarme así!
—¿Qué pasó?
—¿Qué...?
¡Para!
***
O no.
Carla le sonrió.
—Gracias.
Lake notó que se veía como una mierda. Bueno, un dios luciendo
como mierda. Mmm, dos pueden jugar este juego.
Vio un ligero atisbo de ira detrás de sus ojos azules antes de que
desapareciera.
—Oh, estoy segura de que ella, digo eso, no era nada. Probablemente
lo imaginé.
Vincent sonrió.
—De todos modos, voy a casa de papá.
—A mamá no le impor…
Dios, lo odio.
Vincent Vitale está muerto para mí
Traducido por Mew Rincone
—Uh, sí.
—Así que, ¿divides a partes iguales el tiempo que pasas con tus
padres? —preguntó Vincent.
—Um, no. Paso la semana con mi papá y los fines de semana con
mamá.
Lake lo miró.
¿Por qué tenía que verse tan malditamente bien? La peor parte era
que cuando le preguntaba sobre ella, se veía incluso mejor, y no tenía ni
idea de cómo podía ser posible eso.
—Bueno, porque eres una chica… —Posó la vista sobre ella—, y
porque no parece que te importe lo que haga tu padre.
—¡Suéltame!
—Devuélvemelas, y te lo diré.
Vincent acercó su mano a su bolsillo y las sacó para que ella las
viera.
Desafortunadamente.
—Síp.
—Lake, lo sient…
—No lo sientas. Soy yo la que debe sentirlo por dejar que te llevaras
mi primer beso. —Ella quería asegurarse de que entendiera lo que eso
significaba para ella.
Estaba lista para salir pitando de allí por lo que abrió la puerta, lista
para saltar.
No sabía cómo diablos había ocurrido esta mierda. Si, lo hago. Lake
tenía que estar sacudiendo el culo. Eso a su vez lo hizo querer follarla hasta
la inconsciencia, pero lo había luchado todo hasta que había encontrado
las pastillas anticonceptivas. Entonces estaba furioso.
Siguiendo adelante.
Ella, por supuesto, tuvo que ver a la chica yéndose. Eso lo molestaba,
lo enojaba y, de nuevo, no estaba seguro de por qué. Todas las chicas
sabían que él jodía por ahí, así que ¿por qué le importaba si ella lo hacía?
Vincent sabía lo que era tener padres separados. Desde que podía
recordarlo, sus padres habían estado separados. Cuanto más lo pensaba,
quedaba claro que estaban en la misma situación, su madre casándose
con Sam, que ya tenía a Adalyn y su padre estando solo. Su tiempo había
sido dividido en dos hasta que había ido a la escuela secundaria, pero eso
se debía a toda la cosa de la mafia, no porque se sintiera mal por su padre
estando solo. Si algo, ella debería querer quedarse más con su mamá por
toda la cosa de la mafia.
Vincent pasó las manos por su pelo casi seco, sabiendo que estaba
tratando de encontrar cualquier excusa para darse la vuelta.
***
—Escuché que ibas a salir con amigos, así que pensé que estaría
bien si Adalyn y yo salíamos. —Lake tuvo que forzar una sonrisa—. La
escuela estuvo genial.
—Yo solo…
Estupendo.
No-no-no-no-no.
Cerró los ojos y volvió a rezar cuando su madre salió por la puerta
principal.
—¡Dije que traigas tu jodido trasero aquí! —Esa vez, el grito fue más
fuerte.
—Uh-uh-uh-uh.
—No, ya tenía…
—No mientas.
—Tu madre se ha ido, así que ahora eres mía. Limpia esta maldita
casa de arriba a abajo y haz lo que la basura de remolque hace mejor.
Ahórrame un poco de mi maldito dinero que a tu mamá le gusta gastar. —
Se volvió a sentar en su silla.
—Sí, John.
La Hermanastra Malvada y el Viejo Repulsivo
Traducido por Vale
No, había sido contener las lágrimas. Si John o Ashley las veían, la
llamarían un "jodido bebé" y agregarían más trabajo. Sin embargo, la
verdadera razón por la que se negó a dejar que la vieran llorar era porque
estaba segura de que se encendían con ello, y Lake no iba a dejar que
ganaran esa.
—¿Dónde diablos crees que vas con esas? —Ashley se acercó por
detrás y le arrebató las bolsas de la mano tan duro que Lake acabó
cayendo sobre sus manos y rodillas.
No llores. No llores.
—John, te llamé y te dije hace una hora que estaba trayendo la cena
a casa.
Él sonrió.
—De nada.
—No creo siga teniendo más hambre. Deberías haber visto el gran
plato de espaguetis que comió. No necesita ponerse más grande. —John se
rió, fingiendo que se refería a la última parte como una broma.
Por fin, Lake podía ver su final a la vista y nada, nada iba a
interponerse entre ella y su libertad.
—¿Qué? —Giró la cabeza lejos del reloj, solo para volver a mirarlo.
—¿Sabes que aún tenemos toda una hora, no? Y tenemos que
discutir nuestros planes para este fin de semana.
—Bueno. Lo siento. Así que, ¿cuáles son los planes para este fin de
semana que estoy segura de que no tendré nada que decir?
—Oh, Lake, me conoces demasiado bien. Está bien, ¡así que mañana
vamos a nuestra graduación, por supuesto! —Adalyn comenzó a aplaudir
con una sonrisa cursi en su rostro—. Luego nos sentamos en la
graduación de Vincent y vamos a la fiesta de Nero. Bien, buena charla. —
La última frase salió rápidamente en un intento de distraer a Lake de sus
palabras.
Nos besamos.
—Yo estaré allí, y eso es exactamente por lo que tenemos que ir. No
hemos ido a una fiesta, y esta es nuestra última oportunidad para ir a
una, juntas. —Adalyn hizo un puchero.
¡Ugh!
TINNG.
Eso era todo, la campana de victoria que había estado esperando.
Había imaginado que el sonido sería mucho mejor que eso. ¡Pero a quién le
importa!
***
—Lo juro por Dios, Vincent, voy a hacerte pagar por tu terrible
coordinación de tiempo —dijo Nero.
Se echó a reír.
—Lo haré si los dos han terminado para poder salir jodidamente de
aquí.
¿Dónde estás?
Volvió a examinar las gradas, sus ojos rodaron sobre el mar negro
una vez más, pero en ese momento sus ojos se vieron atrapados por un
par de azules bebé que no había visto en seis meses.
BUZZZZ.
¿Por qué Dios? ¿Por qué lo hiciste tan perfecto? Se sentía como si toda
la cosa de la muerte estuviera en serio siendo lanzada por la ventana.
—Adalyn Ricci.
—Lake...
—Turner.
—Gracias.
—María, ¿cuándo vas a aprender que a la gente no le gusta abrazar?
—dijo una voz masculina más joven.
Lake rió.
Pon el rabillo del ojo, Lake pensó que alguien todavía la miraba
fijamente. Estúpidamente, miró la fila detrás de ella para ver a un hombre
que realmente deseaba no haber visto.
Mientras Lake volvía las piernas con Adalyn para que ella pasara, vio
a María dar la vuelta y luego susurrarle al chico detrás de ella, y maldita
sea si no era el tipo que la asustaba hasta la mierda.
¡Shh! No, eso es una locura. Apuesto a que ni siquiera volverán con
ella.
***
—¡No entraré allí, Adalyn!, ¿Sabes quién vive aquí? —De alguna
forma se las estaba arreglando para gritar y susurrar al mismo tiempo.
—De nada. —Nero sonrió mientras abría más la puerta para que
entraran—. Encantado de conocerte finalmente de la manera debida, Lake.
Oh, Dios.
—Bueno, al menos eso está un paso más adelante del último que
conociste.
—Esta es Elle. Elle, estas son Adalyn y Lake —las presentó María.
—H-Hola.
Elle se rio.
—Sip. No creo que aquella fuera una buena noche para ninguna de
nosotras.
Lake volteó su cabeza cuando otra voz la saludo, una que no había
oído en lo que parecían años.
Mirando hacia arriba, vio los ojos celestes de ensueño que de vez en
cuando entraban en sus incontrolables sueños. Sus ojos lo escudriñaron,
asimilando todos los cambios que había visto a la distancia. Las facciones
de Vincent solo habían cambiado un poco; se había arreglado más
inmaculadamente y su atuendo era un poco más perfecto. Sin embargo
eran sus ojos los que realmente habían cambiado. Ella podía ver a un
hombre distinto tras ellos.
—¿Qué?
Vincent estrechó sus ojos hacía ella antes de irse con Nero y Amo.
Tomó mi primer beso, jodió a otra chica y luego me llevó a casa donde
me dijo que todo había sido una gran equivocación.
Lake sonrió.
—Lo-lo es.
Lake se acercó para poner sus manos sobre los hombros de Chloe,
pero ella prácticamente salto diez pies fuera de su camino.
—No, yo lo siento.
***
Cuando Lake cerró la puerta del patio trasero detrás de ella, se
encontró con tres caras confusas.
—¿Qué? —dijo después de que continuaran mirándola fijamente.
—¿Qué le has dicho? —preguntó Vincent.
Lake le miró, luego a Nero y a Amo, todos se preguntaban lo mismo.
¿Qué infiernos?
—Um, ¿por qué?
Vicent lo intentó de nuevo:
—Porque pregunté.
Ahora recuerdo porqué no me gusta.
Lake decidió simplemente caminar para pasarlos, ignorándolos
completamente. Había terminado de intentar hablar con él ya que su
actitud solo había ido a peor en estos meses. Además, escuchó que la
música había empezado, y no iba a perder su oportunidad de bailar otra
vez con Adalyn.
Cuando dio un paso para pasarles, Vicent agarró su brazo,
parándola. Intentó sacudírselo fuera sin resultado.
—Suélta-me.
—No hasta que me respondas, cariño.
—No ha significado nada para ella, ¡si eso es lo que estaban
pensando! —Lake tiró de su brazo de nuevo, y él le dejó ir. Ella alisó el
vestido que cubría más de sus piernas por el jalón—. Ahora, ¿podrías por
favor moverte? Voy a bailar. —Se aseguró de que la parte del “por favor·”
fuera sarcástica.
Amo dio un paso hacia delante, rápidamente exigiendo.
—Voy contigo.
Vincent rápidamente puso su mano en el hombro de Amo,
apretándolo tan fuerte que sus nudillos se volvieron blancos.
Lake echó un vistazo hacia Amo. Es un gran hijo de puta. Si, ella
estaba asustada de la manera en la que la estaba mirando de arriba abajo,
y no, particularmente no quería bailar con él porque no le había
preguntado si quería, más como que se lo había dicho. No le importó en
este momento, porque estaba claro que volvía loco a Vincent.
Sonrió tan dulce como la mantequilla.
—De acu…
Vincent rápidamente la agarró por sus brazos y empezó a empujarla
hacia atrás hasta que se encontró a sí misma aplastada contra la pared de
cristal. Sus ojos se ampliaron cuando miró hacia la cara de Vincent,
dándose cuenta de que podría haberlo empujado demasiado lejos.
—¿Qué te dije la última vez? —dijo entre dientes.
Lake bajó la voz a un susurro mientras intentaba ver sobre él.
—Vincent, hay gente…
Vincent empujó su cuerpo más cerca, presionándola más contra el
cristal. Amablemente, colocó su mano sobre lo alto de su garganta así no
tendría otra opción que mirarle.
—Cuando te hago una pregunta, cariño, me respondes. Ahora, no
me hagas preguntarte de nuevo.
El pecho de Lake pensó que iba a estallar fuera de su vestido con la
manera en la que estaba respirando.
Su pulgar se deslizaba arriba y abajo sobre el pulso en su garganta,
dejándola saber que estaba completamente consciente de como se sentía.
Había empujado a Vincent demasiado lejos, y había olvidado hasta ahora
qué clase de hombre era exactamente.
—Yo… no lo recuerdo. — Lo hago, pero no podía decirlo. A pesar de
las veces que había intentado matar a Vincent en su cabeza, esas palabras
que dijo seguían volviendo a ella.
—Te las recordaré. —Tomando su otra mano, deslizó su sedoso pelo
castaño claro detrás de su oreja—. Te dije que si ibas a una cita de nuevo,
le cortaría la mano. Folla a alguien, y le cortaré el pene. ¿Necesitaré hacer
alguna de esas cosas?
Su boca se secó mientras se la agenciaba para negar con su cabeza
ligeramente bajo su agarre.
—Buena chica. —Inclinándose hacia delante, puso su boca tan cerca
como pudo, con cuidado de no tocar su oreja—. También te dije que, si
alguna vez te cogía bailando y vistiendo así de nuevo, tus días de ser
virgen se habrían acabado.
Lake cerró sus ojos y los apretó con cada palabra que susurró en su
oído. El calor de su boca tan caliente cerca de su piel hizo que su cuerpo
respondiera calentando cada pulgada de su carne.
Vincent se inclinó hacia atrás, mirándola de arriba abajo con
intensidad.
—Cariño, estás a mitad de camino con ese vestido. —Quitando su
mano del agarre que tenía de su pelo, delineó su regordete labio inferior—.
Te desafío a que lo intentes.
Cuando Vincent sacó sus manos de ella después de una última
caricia con su pulgar, el cuerpo de Lake lloró instantáneamente para que
volvieran.
Vio como Nero y Amo se movieron desde sus posiciones de bloqueo,
solo entonces se dio cuenta de que habían estado allí todo el tiempo. Los
dos se habían puesto de espaldas a ellos para que el mundo no pudiera
verlos.
Lake fue forzada a ver cómo Vincent caminaba lejos de ella de nuevo,
tan fácilmente como lo hizo la primera vez.
Maldita sea, lo odio.
Nosotros. Estamos. Todos. Dementes
Traducido por Wan_TT18
—Esa chica tuya tiene una gran boca —dijo Lucca, apuntando su
cigarrillo a Vincent cuando la puerta se cerró.
—Ella no es mi chica.
¿Sola?
—¿Qué demonios quiere decir con eso?
¿Por qué sabe todo esto? Por alguna razón, no le gustaba que Lucca
supiera cosas sobre ella cuando él no lo sabía.
Lucca podía leer los pensamientos de Vincent en su rostro.
—Ella es tuya, así que lo solucionaras, junto con esa maldita boca.
Odiaría enseñarle yo mismo.
***
—No importa. Solo haz lo que te pedí, ¿de acuerdo? —Ella podía oír
las lágrimas que presionaban desde la parte posterior de su garganta.
Silencio.
—¿Quién es él?
Ella miró a su alrededor para asegurarse de que nadie estaba
escuchando a la distancia.
—El j…
Lake miró el brazo que el aún sostenía. Sus manos eran tan grandes
que parecía que la estaba apretando, pero de hecho solo la había sostenido
ligeramente tan pronto supo quién era. Sus ojos se movieron hasta su
rostro, que había vuelto a la furia. Su voz ya no tenía odio. En cambio,
sentía que había hablado con ella con simpatía.
—Sí, lo sé.
—¡Por favor, lo siento! ¡Por favor! ¡Por favor, lo siento! —La mujer se
lamentó con su maquillaje manchándose por sus mejillas.
Sé fuerte.
Sé fuerte.
Sé fuerte.
Sé fuerte.
—Lake, ¿qué diablos estás haciendo aquí? —De pie, se fue por su
hija.
Lo siento, papá.
—Apostó todo y perdió cada centavo. Ahora, por favor, dime lo que
esperas lograr aquí hoy, porque he terminado con él. Ha prometido
devolverme cada vez que presta de mi casino, y cada maldita vez le creo.
Entiendo que tiene una adicción al juego, pero me gusta mantener a mis
hombres felices. Tu padre me es leal, así que es por eso que se ha salido
con la suya por tanto tiempo, pero anoche, ya no demostró ser leal. Ni una
sola vez he intervenido en un trabajo, y ambos vamos a pagar por eso
ahora —terminó solemnemente, mostrando lo que quiso decir con sus
palabras.
Dios, No, Por favor. Lake solo podía esperar que no pudiera ver que
no era diferente a la mujer que acababa de salir. Lo único que la mantenía
junta era que Dante acababa de demostrar que no tenía otra opción.
—¿Cómo diablos crees que puedes hacer eso? —Dante se divirtió por
una vez, confundiendo a Lake, mostrando su lado no tan oscuro. Si incluso
hay uno.
—Dieciocho.
—Joe, entra. —La voz de Dante había subido de tono sin necesidad
de gritar, aunque Lake pensó que un hombre como Dante no tenía
necesidad de gritar para obtener lo que quería. Un segundo después, el
guardia que la había presentado entró en la habitación—. Llévala con
Sadie y dile que llenará el lugar de esa perra.
—No lo haré, gracias, Sr. Caruso. —Su mirada se dirigió al rubio que
era el Asesor del jefe. Su más cercano amigo de confianza y confidente,
como a Lucca le gustaba llamarlo. Su padre por lo menos le había
enseñado los nombres de los que tenía que alejarse—. Y gracias, Sr, Vitale.
Solo porque estés en el comité de las Tetas
Pequeñas no significa que no sean ssombrosas
Traducido por Mary Ryhsand
Lake entró al elevador una vez más con el guardia, en shock de que
tanto ella como su padre hubieran escapado con vida. Cuando las puertas
se cerraron, la golpeó que la única forma en que pensó que iba a bajar el
elevador sería en una bolsa para cadáveres.
Lake miró a los números que saltaban más y más abajo a través de
los pisos del casino hasta que pasó el último piso escrito por encima de un
botón. No creía que existiera otro piso.
¿Por qué tener dos casinos? No entendía por qué este ante ella era un
completo secreto, tampoco.
Oh, mierda no… pensó cuando una mujer pasó junto a ella con una
bandeja de tragos en su mano. El atuendo que usaba era uno que Lake no
se pondría ni por un millón de dólares. Probablemente porque no era un
atuendo, sino ropa interior.
Una vez más, fue arrastrada al fondo del casino hasta que Joe
apartó unas cortinas rosa transparentes para revelar una puerta. Él
caminó a través de ella, sin siquiera tocar esta vez.
Joe llevó a Lake hacia una mujer vestida en una bata de seda.
—Sadie, esta es Lake. Ella llenará el lugar de Amanda.
¿Qué?
Lake no podía evitar reírse. Sabía que Sadie solo bromeaba porque la
mujer exudaba sexo y confianza, mostrando ninguna pista de celos reales.
Su personalidad combinaba con su look espectacular con la sombra de
ojos oscuros y el pelo oscuro que tenía gruesas, mechas rubias pálidas a lo
largo.
Sadie rio.
—Cariño, puedes verter una botella de whiskey de un millón de
dólares en ellos todo lo que quieras siempre y cuando seas sexy
haciéndolo. A ellos les importa una mierda. No espero que seas perfecta al
principio, sin embargo aprenderás lo buena que eres, la mejor de las
propinas. Eso es usualmente la motivación suficiente para las chicas para
trabajar duros sus culos.
Oh genial…
—Este corsé alzará esas bubis —dijo Saide, empujándolo hacia sus
enormes senos—. Y estos son pantalones cortos porque necesitamos que te
depiles antes que te metamos en algo más pequeño.
—Sí, pero…
Sadie le dio la vuelta y dio un buen tirón del corsé de Lake para
levantar sus pechos más alto.
—Te dije esto sobre los corsé. Solo porque estás en el comité de las
tetas pequeñas no significa que no sean asombrosas. Cada chica aquí
mataría por esos montículos, y no lo olvides. —Sadie agarró algo de
perfume de la mesa y la roció con ello—. Los hombres van a tomar un
chorro de ti y saltar como un león que busca un conejito.
—Gracias, Sadie.
A Ellos les gusta el look de “Gatita Asustada”
Traducido por Rimed
Sin levantar sus ojos del piso siguió a Sadie al bar. No había forma
en el infierno en que ella quisiera ver a los leones a los ojos.
Ella podía sentir los pensamientos que había tras sus ojos, por lo
que tuvo que romper el contacto visual.
—Lake.
El hombre alzó su vaso en el aire.
Estaba segura de que cosas muy ilegales ocurrían ahí abajo, aún
luego de unas pocas horas, porque de ninguna forma era la única chica
menor de veintiún años. También habían cuartos a los lados a los que los
hombres se retiraban mientras avanzaba la noche, y la mayoría salía
drogado con algo. Sin mencionar que continuaban sirviendo alcohol a
gente realmente ebria.
Claramente Dante no estaba reportando gran parte de los ingresos,
si es que reportaba alguna parte, o quizás estaba canalizando algo del
dinero ilegal al negocio legítimo de arriba. El jefe claramente había
marcado las muy ilegales casillas de evasión de impuestos y lavado de
dinero de alguna lista y Lake no necesitaba saber ni entender como lo
hacía.
No era tan malo como pensó que iba a ser cuando comenzó con su
primera mesa. La mayor parte de los hombres estaban preocupados por
ganar o de alguna manera sus compañeras de trabajo que no eran tan
tímidas como ella.
—Gracias.
Sus pies gritaban de dolor por los zapatos y caminar de ida y vuelta.
Iba a tener que ir a la tienda a comprar banditas para todas las ampollas
que estaba segura tenía.
—Te dije que todos te amarían. Recibí muchos cumplidos hacia ti.
Simplemente no pueden tener suficiente de la chica nueva. Además de tus
pies doliendo como el infierno, ¿Qué tan malo fue?
A pesar de todo, Lake tenía que admitir que no había sido tan malo.
Solo un cliente había afectado su noche y sinceramente estaba
acostumbrada al trabajo de camarera. John la trataba mucho peor que
todos los hombres de allí juntos.
—Bueno, no fue tan malo como pensé que sería —admitió—, pero
también estoy lista para salir de aquí y estrellarme. —Había sido un día
difícil para ella con todas las subidas y bajadas emocionales.
Prácticamente estaba soñando con su almohada, su colchón y su manta…
Lake bostezó.
No me creerías si te lo dijera.
Lake cerró los ojos en el momento en el que el brillo del sol la golpeó.
Lake tenía dos opciones. Una era parquear el coche e ir a ver en qué
mierda la estaba metiendo Adalyn. La segunda era pasar la casa sin
detenerse, llamar a Adalyn y contarle alguna historia que podría
inventarse en el camino de vuelta. Si, estaría mintiendo pero Adalyn,
deliberadamente, no le dijo lo que estaba pasando, sabiendo que Lake
nunca estaría de acuerdo con lo que había planeado.
¡BOOM!
Gruñendo, salió del coche y cerró la puerta tan fuerte como pudo,
maldiciendo y murmurando por lo bajo mientras caminaba por la calzada.
Lake se miró los pies. Tuvo que cubrir todas esas ampollas de la
noche anterior y por lo tanto, la única cosa que fue capaz de ponerse
fueron sandalias.
Adalyn se rio.
Maria continuó:
—Sí.
—No, vas a ir con nosotros, Lake. ¿Por qué estás actuando extraño?
—dijo Adalyn, agarrándola del brazo para detenerla.
***
—No lo sé. No puedo ver si está molesta por esas gafas de sol tan
grandes.
—Al diablo con esto. Yo no voy. Ustedes dos pueden llevarlas —les
dijo Amo a Nero y a Vincent.
***
—Sí, Vincent, no tienes que ser tan malo —Lake remedó a su amiga,
sonriendo. Podía decir que se encontraba a punto de explotar, pero si iba a
estar atascada con él todo el día, al menos se divertiría.
—Hora de irse.
Mhmm… como no. Se dio cuenta de que la forma en que Nero lo dijo
había sido para aplacar el fuego formándose en el interior de Amo.
Lake tenía que admitir, estaba un poco impactada por haber tenido
un buen rato en el centro comercial. Los chicos apenas permanecieron
atrás, manteniendo un ojo en ellas, por lo que no se sintió molestada por
Vincent en lo absoluto. Aunque de vez en cuando miraba hacia atrás y lo
observaba mirando su trasero. Ella le daría la mirada te-he-visto, pero a él
no le importaba. No trató de esconder el hecho de que lo había hecho.
Mayormente las chicas iban mirando las ventanas de la tienda, sin
realmente encontrar algo que les gustara lo suficiente para comprar. Lake
pensó que no debía de haber pasado mucho tiempo desde la última vez
que se habían ido.
Rindiéndose, fueron al área de comida y tomaron una mesa lo
suficientemente grande para que todas se sentaran. Los chicos compraron
un montón de hamburguesas y papas.
—Sabes que odio cuando haces eso —le dijo Nero a Elle, colocando
la comida delante de ella.
—Lo siento, no hay lugar para que te sientes con nosotros. —Elle
sonrió dulcemente hacia él.
—Pagarás por ello luego —le advirtió antes de que se fueran y
encontraran su propia mesa cerca.
Lake miró el sonrosado rostro de Elle.
—¿Qué es lo que odia?
Chloe rio.
—Todavía está un poco herido que ella le dijera no cuando le
pregunto si podía sentarse a su lado la primera vez en la cafetería de la
escuela.
—¿Le dijiste no a Nero? —Adalyn preguntó, su mandíbula cayendo.
—Sip, y él me lo recuerda todos los días —dijo Elle antes de morder
su hamburguesa.
—¿Qué te hizo cambiar de pensar? —preguntó Lake curiosamente.
Algo en ella quería saber qué había hecho que cambiara su manera de
pensar acerca de un hombre como Nero. O Vincent.
Elle habló fuerte para que él pudiera oírlo.
—Todavía estoy tratando de averiguarlo.
Esa no era la respuesta que buscaba, pero ciertamente no la
desalentó. El rostro de Nero hizo que todos rompieran en una risa; sin
embargo, las risitas de Elle no duraron mucho.
Después de terminar de comer, decidieron ir a una tienda más antes
de irse, no queriendo salir con las manos vacías. Mirando a través de los
anaqueles del infierno para él, Lake encontró un vestido ligero y fresco que
pensó sería perfecto para el cálido verano. Sosteniéndolo, contempló al
menos probárselo. Por una vez, tenía dinero en su bolsa gracias a la noche
anterior, así que podía comprarlo.
No, no lo necesito.
—Eh, ¿no vas a por lo menos probártelo? Es tan bonito —preguntó
María.
Lake miró a todas las chicas mirándola.
—No se verá bien en mí. —Se encogió de hombros—. Aquí, puedes
probártelo. Se verá mejor en ti de todas formas.
María señaló los cambiadores.
—Deja de ser tonta y pruébatelo.
No esperaba que ella fuera a decir eso.
Sonriendo, Lake se dirigió a los cambiadores pero se detuvo cuando
vio a Ashley y sus amigas.
—Justo la persona que quería ver. Tú mamá quiere que vayas a la
casa para darte tu regalo de graduación. Estoy seguro de que mi papá
amará felicitarte también. —Ashley claramente disfrutó diciéndole la
última parte.
***
***
Antes de irse…
Era demasiado tarde cuando las chicas llegaron a buscarla.
—¡Oh mi dios! ¿Mi hermana realmente tiene más de un amigo? —
preguntó Ashley, pretendiendo estar en shock.
—Hermanastra —le recordó Adalyn.
Lake quería desaparecer, sabiendo que todos estaban siendo testigos
de su humillación.
—Iré a verla más tarde hoy. Vamos chicos. —Se dirigió hacia los
cambiadores, sin querer que esto escalara.
Ashley sacó con fuerza el vestido de su mano.
—El vestido se verá mucho mejor en mí. ¿No lo crees basura de
remolque?
María sonó extrañamente dulce cuando habló:
—Oh cariño, en realidad no piensas que eso se vería bien en ti,
¿verdad? —Educadamente se adelantó y le quitó el vestido de una
sorprendida Ashley—. No todas podemos ser bendecidas con el cuerpo de
Lake.
Lake sacudió su cabeza.
—E-está bien. No lo quiero.
—Está bien. No querría algo que hubiera tenido sus manos tampoco.
—María se encogió de hombros, colocándolo de regreso en el anaquel.
Ashley se marchó con su boca abierta, sus amigas la seguían detrás
de ella.
—Gracias. —Lake sonrió a María antes de que sus ojos regresaran al
suelo en vergüenza.
—De nada.
—Adalyn, yo, mm… en verdad necesito regresar a casa —le dijo.
Adalyn asintió.
— Está bien. Claro.
Lake levantó la cabeza cuando notó que los chicos estaban ahí
parados. Deseaba que al menos hubiera tenido veinte segundos atrás así
sus ojos no se llenarían de agua cuando observó el rostro de Vincent.
Se dirigió derecho al auto y estaba agradecida que Adalyn también lo
hiciera. El auto estuvo en silencio todo el camino de regreso a casa. A Lake
le gustaba mantener las cosas para sí misma la mayor parte del tiempo, y
su mejor amiga sabía cuándo eran esos momentos. Cuando llegaron a
casa, salió rápidamente, diciéndole a Adalyn adiós.
Lake fue a su viejo auto, deseando salir antes de que Amo dejara a
Vincent fuera para recuperar el suyo. Logró cerrar la puerta antes de que
entraran en la entrada, y rápidamente colocó la llave en la ignición y giró,
solo para que el motor no encendiera.
—Vamos. ¡Hoy no! —Giró la llave de nuevo y la sostuvo más tiempo
con la esperanza que el motor encendiera.
Lake golpeó el volante con cada palabra que decía.
—Jódete, estúpido pedazo de mierda. ¿Por qué no enciendes?
Oyó un golpe en su ventana.
Girando su cabeza, vio a Vincent. Calmadamente bajó la ventana,
usando la perilla.
—¿Sí?
—Déjame adivinar, ¿hace esto también? —preguntó con una sonrisa
en su rostro.
—Sip, solo está calentando. —Giró la llave una vez, y otra vez, y otra
vez hasta que Vincent la alcanzó y la detuvo.
—Está bien cariño, creo que es suficiente. Abre el capó.
La mano de Lake sacudió juegos artificiales de su breve toque.
Odiaba que le afectara eso cuando claramente a él no. Apenas le había
tocado la mano, solo para dejarla caer un segundo más tarde para ir al
capó del auto.
Mientras lo miraba a través de su parabrisas, le dio una mirada de
que se diera prisa. Ella golpeó el botón para abrir el capó, luego salió del
auto. Dios, no quiero retenerte de ir a revolcarte con una línea de chicas.
—Está bien. No necesito tu ayuda.
Vincent levantó el capó, revelando el motor.
—Sí, está bien, cariño.
¿Quién se piensa que es? Su tono sarcástico la enojó.
—He visto a mi papá hacerlo todo el tiempo. —Colocó su mano en su
pecho y lo alejó.
Él empezó a alzar su voz:
—Apuesto a que ni siquiera…
Lake se inclinó sobre el capó, mirando dentro.
—Probablemente sabes mejor que yo. —Su tono bajó mientras
retrocedía aún más para conseguir una mejor vista de su trasero.
—Creo que eso puede funcionar —comentó después de unos
minutos de golpeteo y girando algunas cosas, tratando de imitar lo que su
padre hacía.
—Eso se ve realmente, realmente bien —Vincent acordó.
Sonriendo, Lake regresó a su auto y giró la llave otra vez. Cuando
todavía no encendió, regresó al capó pisoteando.
—Sonó como que casi encendía. Pienso que lo que sea que estabas
haciendo estaba funcionando —la alentó.
—Sip, tienes razón; se sintió como que casi encendió para mí
también. —Se inclinó sobre el capó y jugueteó algunas cosas más
alrededor.
—¿Ves esa cosa en el fondo? Trata de jugar con eso.
—¿Qué, esto?— Lake se inclinó más para tocar un tubo.
Vincent se movió para colocarse cerca detrás de ella, y luego señaló
algo aún más atrás.
—No, eso.
Ella se tuvo que poner de puntitas para alcanzar lo que él estaba
señalando.
—Déjame ayudarte, cariño —dijo, inclinándose sobre ella.
Lake contuvo el aliento cuando su cuerpo cubrió el de ella. Entonces
ligeramente empujó su cuerpo más cerca del de él, inconsciente de sus
propias acciones. Los fuegos artificiales regresaron, esperando más cuando
pudo sentir su bulto en su parte trasera. Un segundo más tarde, sintió
que su mano iba a la parte superior de su muslo, haciendo que su corazón
tartamudeara. Cuando viajó hasta el fondo de la mejilla de su trasero,
gracias a sus cortos shorts, ella salió de su neblina.
—Vincent, ¿Qué diablos te piensas? —Rápidamente ella se dio la
vuelta y bajó sus shorts para cubrir su trasero otra vez.
Su oscura, ronca voz envolvió su cuerpo.
—Cariño, no quieres saber qué estoy pensando.
Si quiero.
Se lamió sus labios repentinamente secos y se apoyó en el capó del
auto, tratando de poner espacio entre ellos. No podía mantener su mente
concentrada estando tan cerca de él.
—Um, Adalyn podría vernos —finalmente pudo decir lo que pensaba.
—Le dije a Amo que la distrajera. —Dio un paso hacia ella,
cubriendo el frente de su cuerpo.
—Así que, ¿sabías que esto iba a suceder? —salió más susurrante de
lo que pretendía, todavía deseando luchar contra el impulso de tocarlo.
Vincent frotó su pulgar sobre su labio húmedo.
—Cariño, mis sueños por ti no han sido tan buenos como tú
inclinándote sobre el auto.
Los ojos de Lake fueron de sus profundidades azul cielo a sus labios.
Estaba tan cerca de besarlo otra vez. Tenía sueños sobre su último beso, y
sabía que este solo lo superaría. La forma en que le hablaba hacia que su
feminidad respondiera a cada palabra. Le asustaba cuánto deseaba esto,
lo necesitaba.
Tuvo que cerrar sus ojos y girar su cabeza por el beso que se
aproximaba.
—No —susurró.
Él gentilmente tomó su barbilla y giró su cabeza hacia él.
—¿Por qué no? Sé que me deseas también, cariño.
Lake no quería decirle la verdad, pero sabía que si no lo hacía, la
besaría. Vincent no era un hombre al que una chica podía decirle que no
tampoco.
Tuvo que mirar a su pecho, incapaz de mirarlo a los ojos.
—Porque me dirás que es un error y me dejarás de nuevo.
Vincent dejó caer sus manos de ella y dio un paso atrás, corriendo
su mano por su cabello.
—Tienes razón; no es justo para ti. Lo siento. —Fue hacia el capó del
auto y empezó a trabajar en él.
Sabía que había tomado la decisión correcta debido a lo rápido que
él había cambiado, no importaba lo mucho que le doliera. Obviamente él
solo quería una rápida cogida con ella, nada más. Era lo mismo que
conseguía de cada chica, y Lake no iba a ser solo un número para
cualquier hombre, incluso si hubiera descendido de los dioses. Dudo que
siquiera siga contabilizando.
Observándolo, notó que había visto a su padre hacer lo que estaba
haciendo.
—¿Sabes exactamente que está mal con él no es así?
—Sip.
¡Oh mi Dios! Lake golpeó su brazo.
—Eres un imbécil. Hiciste eso para que pudieras obtener un mejor
vistazo de mi trasero, ¿no es así?
Vincent levantó la vista de debajo del capó del auto y sonrió.
—Cariño, te he advertido dos veces que no te vistas así, y confía en
mí, tu culito apretado lo estaba pidiendo en esos pantalones cortos.
Ella no entendió exactamente lo que dijo al principio, todavía lo
encontraba irresistible cuando hablaba así con ella. ¡No, no lo es!
—Bueno, tu hermana no me dijo exactamente que iba al centro
comercial con todos ustedes, y tampoco sabía exactamente que mi auto
iba a hacer esto.
—¿Es este el auto que vas a llevar para ir a la universidad? —
preguntó, sonando casi preocupado.
Lake miró hacia el pavimento cuando la comprensión de que ya no
tenía el dinero para ir al a universidad la golpeó. No tenía idea de cómo le
iba a decir a Adalyn —o a cualquiera, para lo que importaba—, demasiado
avergonzada por el motivo por el cual ya no podría ir. Eso fue por lo que
ella no le iba a decir.
—No, es el auto de mi papá. Estoy planeando conseguir un
departamento a solo una milla del camino, así que no necesito uno.
—Quieres decir que, ¿vas a una jodida ciudad nueva, donde no
conoces a nadie, y planeas caminar a todos lados?
No le gustaba la forma en que había salido casi como un grito, y si
no lo conociera mejor, casi pensaría que le importaba.
—Eso, o tomar un autobús. O qué diablos, encontraré a alguien que
me dé un aventón.
—Mejor que estés jodidamente bromeando Lake —le gruñó a ella.
—No pretendas que te preocupas por mí. —Se giró para sentarse en
el asiento del auto. Podía esperar ahí a que lo reparara.
Vincent rápidamente tomó su mano para detenerla.
—Si me preocupo por ti cariño.
Todavía estaba sorprendida por lo rápido que su voz había cambiado
de enojada a suave como mantequilla. Mirando sus ojos azul cielo, ella le
creyó.
—¿Lo haces? —preguntó suavemente, deseando oírle de nuevo.
—Por supuesto, eres la mejor amiga de mi hermana.
Fue entonces cuando el momento murió para ella. Solo se
preocupaba por ella por Adalyn. Por supuesto, no sería por mí. Finalmente
comprendió la diferencia entre ellos. Ella se preocupaba por Vincent
porque le gustaba, no porque fuera el hermano de su mejor amigo.
Lake se sintió estúpida, sabiendo que nunca le gustaría por lo que
ella era. Lucca se lo había dejado claro, solo los italianos podían estar en
la mafia, y Vincent solo podía amar una cosa: la mafia. Si alguna vez se
establecía, seria con una sexy mujer italiana, así que si alguna vez tenían
hijos, su hijo podría seguir sus pasos. Yo solo podría manchar el nombre de
la familia Vitale.
Sacó su mano de su agarre.
—¿Está arreglado?
—Sí. ¿Qué está mal contigo?
—Nada —dijo, tratando de sacar el palo que sostenía el capó.
Vincent rápidamente sostuvo el capó del auto.
—¡Jesús, jodido Cristo, vas a aplastarte los dedos! —le gritó.
—Si lo hiciera, ¿solo te preocuparías en nombre de Adalyn cierto?
Cuando él simplemente se la quedó viendo sin decir una palabra,
salió disparada y fue hacia el auto, cerrando de golpe la puerta.
Rápidamente, giró la llave de encendido y finalmente arrancó.
Vincent apenas pudo cerrar con seguridad el capó y salir fuera del
camino antes de que le pasara encima.
¡Maldita sea, Dios! ¿No podrías haberme dejado ganar una vez hoy?
Afortunadamente, la expresión en su rostro al saltar del camino le
dio paz.
Pesadilla en la Calle Cuatro
Traducido por Manati5b
***
—Así que es verdad, Debo decir que cuando escuché lo que había
pasado, no creí que tuvieras las agallas de trabajar aquí abajo.
Lucca volvió a mirar sus cartas y luego deslizó una gran pila de
fichas al centro de la mesa.
* * *
Al entrar vio que Nero y Amo ya estaban allí. Esto va a ser realmente
bueno o malditamente malo.
—Sí, puedo verlo. ¿Fue una madre o una hija esta vez? O mierda
¿Fueron ambas?
—Te lo dije la última vez, Lucca; Lake no es mía. Ella se habrá ido en
un par de meses y no tendrás que escucharla nunca más. De todas
formas, no es como si la vieras alguna vez. —Vincent comenzaba a
irritarse, no entendía el porqué Lucca se preocupaba tanto.
—Digo, con ese auto es casi un hecho, pero de todas formas me iba a
asegurar que ocurriera.
Una vez que tuviera su pene bajo control, vería en qué clase de
mierda estaba Lake metida con su familia. Algo profundo en él lo había
asustado lo suficiente para que esperara, porque temía que, una vez que
descubriera la verdad, quitarla de su cabeza no iba a funcionar.
Últimamente, se había pegado a chicas desamparadas y culpaba a Nero
por eso. Debía hacer esto de manera estratégica y para eso debía mantener
a Lake fuera de su mente, para luego arreglar sus problemas sin que ella
lo supiera. No tenía que involucrarla, verla o hablar con ella.
—No siento que esto esté bien para mí. Mi hermano está planeando
algo.
***
—¿Estás bien?
Lake logró asentir antes de que Amo volviera con su jugo. Ella tomó
un sorbo del líquido y sintió que regresaba algo de su fuerza vital.
—Lo siento tanto cariño. Solo puedo darte 5 minutos antes de que
tengas que salir allí de nuevo.
—¿Lake qué diablos quiere decir ella con eso? ¿Y por qué demonios
estás trabajado aquí abajo?
Su dura voz la hizo recordar lo que él estaba haciendo con Kim hace
solo unos instantes.
—Sí, importa —gruñó él, moviéndose para agarrarla de nuevo.
Lake apartó su mano fuera del camino como si fuera una plaga.
¿Primer turno?
Esta vez, él habló más tranquilo porque ella no había sido capaz de
ocultar el dolor en sus profundos ojos avellana.
Lake botó la toalla de papel que había usado para secar sus labios,
esperando que los gérmenes de los besos de Vincent meses atrás ya no
estuvieran.
—No me llames así nunca más. Si lo haces, te juro que será la última
palabra que me dirás. —Esa palabra hacia que su piel se erizase después
de que escuchara llamar a Kim así.
—Tu padre fue el que me puso aquí abajo Vincent. Nadie más puede
ayudarme excepto yo misma.
En ese momento, ellos la dejaron pasar y por una vez fue capaz de
alejarse de él.
***
Los hombres que servía tenían una cara de lujuria, que solía
asustarla hasta ese punto. Vincent la miraba como si fuera su dueño. En
sus ojos, ella era de su propiedad tanto si quería como si no. Ahí había el
mismo hambre sexual que en los otros hombres, pero mientras ellos
estarían saciados con una probada, Vincent la quería como su esclava.
Pasaron las siguientes horas y cada vez que alguien le daba una
propina, estaba determinada a dar un espectáculo hasta que la sacaba
realmente de sus manos. Entonces pensaría, ¡Mierda, no puedo hacerlo!
¡Nonononononononono!
Ella no...
Lo hizo.
Puso las bebidas delante de los hombres, y la última que entregó fue
a un hombre pelirrojo que conocía por su nombre: David. Había estado allí
todas las noches desde que había empezado a trabajar. Siempre se
sentaba en su sección, sin moverse hasta que terminaba su turno. Y sí,
todavía le daba escalofríos, pero tenía que aprender a bloquearlo.
¡Jesús!
Vincent la cortó:
Jódete.
—Necesito hablar contigo. —Hizo claro que era una discusión familiar.
—Gracias —dijo Vincent antes que Dante saliera por la puerta. Continuó
de pie y miró a su padre.
—¿Él lo hizo?
—Sí, ahora, ¿Por qué ella está allí abajo? —No tenía tiempo para idioteces.
—Yo acababa de llegar aquí porque Dante quería asegurarse que cualquier
decisión que tomara fuera justa. Así que Dante, Paul y yo estábamos aquí y
dentro de estas malditas paredes Lake. Ella literalmente se acercó a Joe y le pido
ver al jefe. Esa chica no es muy brillante.
—Le dijo a Dante que trabajaría para pagar la deuda de su padre, así que
sugerí que ella trabajara allí.
Su padre tenía razón, ella era estúpida al pensar que podía salvar a su
padre. Sin importar lo que ella hiciera o no, el riesgo era demasiado grande
incluso para intentarlo.
Dante era un hombre con el que no se debía joder. Su código moral murió
hace mucho tiempo cuando su esposa lo hizo. Si su papá no hubiese estado allí,
Lake estaría seis pies bajo tierra en un ataúd, no en un casino.
«Ella jodidamente dejó caer veinte grandes frente a Dante como si no fuera
nada y dijo que era todo el fondo de la universidad». Descubrir que Lake no estaba
planeando marcharse era agridulce. Era egoísta y equivocado de su parte estar
feliz de ello, pero por otra parte odiaba el hecho que ella tuvo que tomar la
decisión. Dándole a Dante ese dinero era como lanzar su vida lejos, y dudaba que
incluso pensara en ello dos veces. No solo eso, si no que le debía a un peligroso
hombre treinta mil dólares. En el momento que aceptó, fue propiedad del Jefe
Carusso.
—Su papá le debía al tuyo cincuenta grandes, así que tu papá quería
matarlo. Ella decidió como un genio, darle su fondo de la universidad de veinte
grandes y trabajar para pagar el resto. Así queee, mi papá sugirió que trabajara
aquí por varias jodidas razones, tal como que valía más viva que muerta porque,
enfrentémoslo, tu papá habría matado a Lake y a su papá si no lo hacía.
—Nunca pensé que diría eso, pero creo que ella podría estar fuera de tu
liga.
—Estás bien…
Lake salió del vestidor, sintiéndose normal una vez más. Se había
limpiado su maquillaje, se había puesto sus pantalones vaqueros y su
capucha, y luego colocó su masa de rulos en un nudo. Lanzando la cortina
detrás de ella, vio a Vincent, Amo y Nero esperando.
—¿Qué…? —Lake cubrió su boca cuando vio el horrible ojo negro de
Amo—. Santa mierda, ¿qué le pasó a tu rostro?
Una gran mueca de desprecio apareció en el rostro de Vincent.
—Jesús, ¿estás bien? —Lake fue hacia Amo para examinar su ojo.
Me pregunto cómo se ve el otro chico. O tenía que ser enorme o estar
en el hospital.
—No realmente. —Amo bajó su cabeza así podía tener una mejor
vista.
La sonrisa de Vincent desapareció.
—Maldita sea, vas a obtener otra aquí en un minuto.
—Tú lo hiciste, ¿verdad? ¿Por qué diablos hiciste eso? —No le
gustaba que lo que sea que Amo haya hecho haga necesario que sea
golpeado así de fuerte.
—Porque no dejaba de mirar tu trasero.
—Bueno, en ese caso… —Miró de vuelta culpable a Amo y le dio a su
ojo negro un toque de amor—, aguántatelo.
Amo agarró su rostro.
—¡Au!
Vincent y Nero rompieron en risas.
Lake rápidamente comenzó a caminar hacia el elevador, esperando
que ellos no la siguieran. Cuando las puertas finalmente se abrieron, y
entró, todos se unieron a ella.
Mirándolos fijamente, luego a los botones, se congeló. Maldita sea.
Los chicos curiosamente la miraron, preguntándose qué estaba
haciendo. Rápidamente, golpeó el código que le llevaba a lo alto.
Vincent agarró sus manos demasiado tarde, y el elevador comenzó a
moverse.
—¿Qué diablos estás haciendo Lake?
—Necesito ver a Dante. —Trató de apartar sus manos.
—¡Esa es la última persona que tienes que ver! ¿Cómo sabes siquiera
el código? —Vincent le gritó.
—Lo memoricé.
Nero tosió e hizo un gesto hacia la cámara antes de que Vincent
pudiera hacer algo.
Vincent dejó ir sus manos para agarrar la parte de atrás de su
cabello mientras presionaba su cuerpo contra el de ella, pegándola contra
la pared. Se inclinó hacia abajo para susurrar en su oreja:
—¿Qué pasa contigo? ¿Quieres jodidamente morir? Lo que estás
haciendo es básicamente poniendo una bala en tu cabeza y jugando a la
Ruleta Rusa. Solo podrás ver al jefe cuando te pida tu presencia, no
cuando gustes. ¿Me entiendes?
Lake trató de sacudir su cabeza.
—Pero necesito…
Él jaló más su cabello así podía encontrar sus enojados ojos.
—No, me dirás lo que necesitas y yo, o lo tomaré en mis manos o te
daré permiso para verlo. Ahora, ¿me entiendes?
Ella miró con la mente vacía hacia él y asintió. Podía ver más allá de
su enojo el brillo de preocupación en sus ojos.
—Sí.
Vincent relajó su cuerpo y recostó su frente contra la de ella.
—Maldita sea, Lake. No hagas eso de nuevo, nunca. —Todavía
mantuvo su voz dura, esperando que ella siga creyendo que estaba solo
enojado.
Su cuerpo se excitó y esperaba que la bese cuando la hizo recostar
su cabeza en la suya. Cuando las puertas se abrieron, él rápidamente se
apartó de ella y salió del elevador, dejándola sorprendida. ¿Qué diablos
anda mal conmigo?
Su cuerpo la había traicionado al querer un beso de ese puto
hombre.
—Ahora, ¿qué era tan jodidamente importante para ver a Dante? —le
preguntó Vincent cuando ella salió del elevador.
Lake se mordió el labio y sacó un conjunto de dinero de su bolso.
—Quiero darle esto.
—¿Qué es eso? —preguntó, agarrándolo.
—Son mis propinas de la semana.
—¿Él te lo pidió? —la cuestionó.
Ella sacudió la cabeza.
—No, pero pensé que si le daba todos mis propinas, podría pagarle
más rápido.
—¿Acaso estás guardando algo para ti?
¿Qué clase de pregunta es esa?
Lake puso los ojos en blanco.
—Sí, veinte dólares.
Amo golpeó el botón para volver al elevador.
—No puedo lidiar con esta mierda.
—¿Está jodidamente bromeando? —preguntó Nero.
Vincent apretó el puente de su nariz.
—Mierda. Amo, llévala abajo contigo y espera en el vestíbulo. No
puedo lidiar con esto ahora tampoco.
¿Qué? ¿Qué sucede?
—No lo entiendo.
—Ya no importa. Me encargaré de ello —dijo, sosteniendo el dinero.
Amo entró al elevador y mantuvo su mano en la puerta así no se
cerraba.
—Ve con Amo, y quiero que te quedes con él. No intentes nada,
porque no funcionará —le dijo Vincent.
—Espera, hay algo más… —Bajó la mirada hacia sus antiguos
zapatos—. M-mi padre, él no ha venido a casa durante toda la semana, y
cuando lo llamé, no respondió. Estoy preocupada de que…
Vincent tomó una respiración profunda y agarró su mentón.
—Me encargaré de ello.
Lake apartó su mentón después de un momento, odiándose porque
le gustaba cuando él la tocaba.
—Gracias.
Entrando al elevador, no podía mirar a Vincent mientras se cerraban
las puertas. Se supone que debes de odiarlo. De alguna manera, él había
logrado meterse bajo su piel. Va a ser la muerte para mí.
***
—Bien, hola. ¿Quién eres? —dijo la madre de Lake, con una sonrisa
de oreja a oreja.
Pam sonrió.
Su madre rio.
—Pensé que debías hacer algunos encargos para John —le recordó
Lake a su madre.
Lake forzó una sonrisa nerviosa hacia Vincent. ¿Qué demonios está
ocurriendo?
John tuvo que mirar hacia arriba para ver a Vincent mientras
sacudía su mano.
—Sí, igualmente.
No tenía otra opción más que comer si no quería hacer una escena.
Cogió una cuchara llena de arroz y el elemento menos favorito de John, el
pollo con brócoli.
—Necesitas comer más que eso. —Vincent puso algo más de arroz en
su plato y cogió la última costilla, agregándola a su porción.
—¿Qué era eso de lo que debías hablar con Lake? ¿La graduación o
algo así?
Oh, Dios.
—Sí, sabemos todo sobre el padre de ba… ella trabajando allí —dijo
John, señalando a Lake.
—No iré allí abajo sin ti. Le dije a tu madre que planeábamos pasar
el rato.
Lake gateó por ellas, consciente de sí misma hasta que sus pies
tocaron el suelo y su trasero dejó de estar disponible para que él lo
observara. Se apresuró a dejar su bolso en su colchón en el piso, para
poder bajar nuevamente. Su cabeza se volteó cuando escuchó un crujido
en las escaleras y vio la cabeza de Vincent mirando por el agujero en el
piso.
—Sí…
Vincent bajó los escalones justo detrás de ella y miró las silenciosas
lágrimas que caían por su rostro. Alcanzándola, tomó su cara en sus
manos y limpió las lágrimas con sus pulgares.
—Llama a los malditos policías. Vamos a explicarles por qué ella está
viviendo en un ático. ¿Cuántos dormitorios tienes aquí? —Vincent dejó
caer la mano de Lake y abrió la puerta más cercana a él, revelando una
gran sala llena de equipos de ejercicio—. Bueno, aquí hay una habitación
perfectamente buena en la que podría dormir. —Dio un paso adelante,
dándole a John una minuciosa mirada una vez más—. Apuesto a que no
has puesto un puto pie en esta habitación.
Lake cubrió su boca, incapaz de permitir que los gritos y los llantos
escaparan de su garganta como su madre y Ashley habían hecho.
—No sab…
Al pasar ante unas horrorizadas Pam y Ashley, les dio una advertencia:
—Eso malditamente va para todos ustedes.
¡No!
—¿Por qué diablos no? Ya estás jodidamente asustada de mí, así que
por lo menos debería darte algo de lo cual estar asustada. —Vincent salió
de la carretera y estacionó el coche—. Se merecía una mierda mucho peor
que lo que hice, Lake. Soy el que intentó alejarse por ti. Él fue el que lo
pidió corriendo su maldita boca. No soy estúpido. Sé que has estado
tomando mierda por un largo tiempo y si yo tuviera mi camino, ¡todos
estarían jodidamente muertos ahora mismo!
—L-lo sé, pero es mi madre, sin importar lo que haya hecho. Ella es
mi familia. —Trató de evitar que su cuerpo temblara tanto mientras se
secaba las lágrimas.
Lake comprendió que esa era su jodida manera de tratar de salvarla,
pero a ella no le gustaba este Vincent.
Nunca quise ser salvada. Tenía demasiado miedo de que el precio fuera
la cabeza de su madre.
—Simplemente no puedes.
Empezó a arrancar.
—Bien, voy a llevarte a la mía.
Lake miró por la ventana del coche para ver todo lo contrario de la
casa de su madre. Ya no estaban en los suburbios, sino en una parte
degradada de la ciudad. Lo único bueno de la calle era que era semi-
seguro por la noche ya que la mayoría de las personas que vivían en él
eran la clase trabajadora de la pobre suciedad.
—No vas a irte sin entrar, ¿verdad? —Ella pensó que por lo menos
preguntaría.
—¿Qué crees? —Aparcó el coche y lo apagó.
Lake respiró hondo. Eso pensé.
Al salir de su coche, subió por la pendiente del apartamento de
aspecto sucio y sacó las llaves de su bolso antes de ponerlas en la ranura.
Antes de que pudiera abrir la puerta, se volvió hacia Vincent:
—No le digas a mi papá acerca de mi mamá. Él no sabe nada, y lo
mataría averiguarlo.
—Solo entra —siseó.
Pensé eso, también.
Giró la llave y entró en el viejo apartamento, dejando a Vincent
detrás de ella. Cerrando la puerta, se aseguró de atornillarla antes de
encender los interruptores de luz para revelar el lugar sucio.
Estaba tan limpio como se podía lograr de algo tan viejo, que
necesitaba reformas serias y reparaciones. La pequeña cocina tenía la
pequeña mesa de la cena, que se conectaba a la pequeña sala de estar que
contenía un sofá y una caja de televisión. Sus muebles eran todos
incompatibles y viejos junto con sus electrodomésticos, pero para ella era
el hogar, y se sentía más segura que en cualquier otro lugar del planeta. El
sucio, viejo, degradado lugar era su refugio seguro, y amaba cada
centímetro de él.
No quería que Vincent lo viera, porque entonces la miraría como
todos los demás, como un pedazo de basura de remolque. Algo estúpido en
ella realmente le importaba cómo pensaba de ella. Y ahora finalmente llega
a ver el verdadero yo.
Incapaz de mirar su rostro todavía, bajó por el pequeño vestíbulo y
tocó una de las tres puertas, la que conducía al dormitorio de su padre.
Cuando no respondió, abrió la puerta para encontrarla vacía.
¿Por qué no está aquí?
—Quizá llegue a casa más tarde —dijo, volviendo a la sala de estar y
poniendo la bolsa en el suelo.
Vincent la miró con simpatía.
—Estoy seguro de que lo hará. ¿Por qué no te sientas y te preparo
algo para comer?
Ella sacudió su cabeza.
—Acabamos de comer. No estoy...
La detuvo, quitándose la chaqueta y la corbata y luego aflojando los
botones superiores.
—No comiste una mierda, porque estabas preocupada por tocar su
preciosa jodida comida. Ahora, siéntate antes de que te desmayes.
Su boca se abrió de golpe antes de cerrarla, luego se metió en la
cocina y se sentó ante la vieja mesa. Vio a Vincent mirar a través de los
pocos armarios y nevera, preguntándose si incluso sabía lo que era. No
pensaba exactamente que pasara mucho tiempo en una cocina.
—¿Está bien cereal? —preguntó, sacando la leche de la nevera.
Ella se rascó la nariz.
—Um, eso es viejo.
Vincent comprobó la fecha para ver si estaba en lo correcto y luego
la tiró en la pequeña papelera. Cogió un pequeño paquete de ramen, que
era prácticamente lo único que quedaba, y miró alrededor del paquete por
una fecha.
—No creo que el ramen puedan envejecer —le dijo.
—¿De verdad? —Él la miró como si no le creyera.
—Quiero decir, lo hacen para los estudiantes universitarios y la
gente pobre, por lo que no puede dañarse porque nunca podemos tirar
comida.
Vincent apretó el puente de su nariz.
—Jesús jodido Cristo... —murmuró para sí mismo.
¿Qué? Es triste pero cierto.
Encontrando una olla pequeña en el lado limpio del fregadero, lo
llenó de agua y lo puso en la estufa. Luego agarró la bolsa de pan y sacó
las dos últimas rebanadas, que eran los extremos de la corteza del pan.
—Por supuesto —dijo, arrojándolos de vuelta a la bolsa para tirarlos.
—¡Vaya, eso es como la mejor parte! Acabo de decir que no tiramos
la comida. Mi papá te mataría por arrojar esa parte. —¿Incluso escucha
algo de lo que digo?
Vincent la miró como si fuera del espacio exterior.
—Esto es literalmente la corteza, la parte que cortas del sándwich.
Nadie come esta parte.
—Tal vez de dónde vienes, pero aquí, es un crimen cortar la corteza.
Si nadie lo come, ¿por qué pondrían esas dos rebanadas? ¿O por qué no
venden pan sin costra si todo el mundo lo corta? —Lake alzó las cejas,
esperando una respuesta.
Acabo de volar su mente.
—¿Por qué mierda todo lo que estás diciendo es verdad? Lo que es
peor, no sé si debería estar loco o triste por eso. —Untó el último trozo de
mantequilla de maní que tenía en la corteza—. Quiero decir, ¿cómo
demonios son las dos rebanadas de completa corteza la mejor parte?
—No lo golpees hasta que lo pruebes. Es sorprendentemente
delicioso.
Vincent en realidad sonrió un poco en la última parte mientras lamía
un poco de mantequilla de maní de su dedo.
Lake se sorprendió de que él cocinara su comida. Realmente le
gustaba mirarlo porque parecía como si fuera humano. Siempre lo había
percibido como un Dios. Claro, todavía parecía uno en su cocina, pero
estaba haciendo algo normal por una vez.
Empezó a sonreír ante el hecho de que realmente sabía lo que estaba
haciendo, y lo estaba haciendo por ella. Era dulce. Lo cual es muy raro.
Movió el correo y las facturas fuera del camino cuando vino a poner
su plato sobre la mesa. Tomando su crujiente sándwich de mantequilla de
maní, empezó a comer.
Él buscó en la nevera algo para beber.
—¿No tienes nada que beber?
—Hay vasos en el armario y hay agua que sale del fregadero. —Trató
de no ahogarse en su sándwich mientras se reía de la última parte.
—No sé por qué lo he preguntado.
Cuando él dejó dos vasos de agua sobre la mesa, levantó el bocadillo
y le sonrió.
—Está realmente bueno.
Vincent envolvió una mano alrededor de su muñeca mientras
tomaba un gran mordisco.
—Eso es sorprendentemente delicioso. —Logró tomar un pequeño
mordisco antes de que ella le arrebatara su mano.
—Te lo dije —se rió de él.
Cuando se sentó, sonriendo delante de ella, su estómago hizo un
salto mortal de felicidad. Estaba segura de que debía gustarle, pero en
lugar de eso la asustó. Lake no quería gustarle; él estaba loco y era una
persona terrible. ¿Cierto? Nunca había pensado que lo diría, pero en
realidad prefería el malvado Vincent. Cuando era malvado, ella no quería
besarlo desesperadamente.
—¿Por qué estás siendo tan agradable? —Podría haber salido más
duro de lo que pretendía.
—¿Así que te enfadas conmigo por ser malo, y ahora que soy amable,
no te gusta? —le espetó.
Nop, nop. Me gusta más el agradable.
—Lo siento, no quise que sonara así. Solo no estoy acostumbrada a
esto. —Se sintió mal por decirlo—. Gracias por hacerme la comida.
—De nada.
Estaba agradecida de que el agradable hubiera vuelto.
Se sorprendió cuando en realidad comió toda su comida, sin darse
cuenta de la última vez que había comido una comida completa y disfrutó
de cada bocado. De nuevo, su cuerpo estaba prácticamente muerto de
hambre. En ese punto, cualquier cosa aparte de la comida china de John
habría tenido buen sabor.
Cuando Lake bebió la última gota de agua, Vincent puso sus platos
en el fregadero.
—Bueno. Ahora podemos jodidamente hablar.
Oh Dios. Sabía que el Agradable Vincent finalmente había terminado.
Nada bonito saldría de la conversación que él quería tener.
—¿Por qué no hablamos mientras comía, al menos? De esa manera,
ya me habrías dejado sola.
Vincent flexionó la mandíbula.
—Porque no comes cuando estás molesta, y solo te habrías comido
unas cuantas mordeduras. ¿Acaso te acuerdas de la última vez que te
sentaste para una maldita comida que comiste?
Mierda, alguien acaba de salvarme…
No Tienes Que Preocuparte; No Te Follaría en la
Casa de tu Padre
Traducido por Candy27
… de este sicópata.
—Acabo de comer, ¿no?
Vincent sacudió la cabeza.
—No lo hubieras hecho si no te hubiera obligado.
Lake movió su cabeza de vuelta hacia él.
Él estaba a punto de perder la cabeza.
—¿Por qué tiene que ser todo tan difícil contigo? En un día. —
Levantó un dedo—, descubro que trabajas para Dante al verte trabajar
jodidamente allí abajo. —Subió otro dedo—. El número de veces que casi
has conseguido que te mataran en el tiempo de una semana. —Otro
dedo—. Y ahora, para empeorarlo, voy a casa de tu madre para encontrar
que es una pieza de mierda que ha estado dejando que una incluso mayor
pieza de mierda te haga daño. Así que, si jodidamente no te importa,
¿podrías por favor simplemente ponerte en mis zapatos en este momento y
dejar de ser tan jodidamente difícil?
Ella tomó una profunda respiración, dándose cuenta de que tenía un
poco razón.
—Él nunca me hizo daño.
—¿Qué?
Lake tuvo que desviar sus ojos hacia la mesa mientras hablaba.
—Nunca me ha hecho daño, porque estaba muy asustado de
hacerlo. Sabía que hubiera cruzado la línea si me hubiera tocado. Si
hubiera dejado una marca, entonces mi padre le hubiera matado.
—Lake, puedes hacer daño a las personas sin ponerles una mano
encima. No te sientes ahí y me digas que nunca te ha hecho daño. —
Mantuvo su voz entre calmada y fuerte—. ¿Qué te ha hecho?
No hay salida.
Quitando la pintura de la mesa, se mordió el labio. Realmente no
quería decírselo, pero estaba segura de que seguramente ya lo había
averiguado y solo quería escuchárselo de ella.
—Desde que me conoció supe que no le gustaba. Siempre me
ignoraba o me daba miradas sucias por detrás de la espalda de mi madre,
así que empecé a pasar más días con mi padre y menos con mi madre. La
recuerdo estando deprimida y llorando antes de que le conociera, y
finalmente parecía realmente feliz, así que yo era feliz. No pensé que fuera
importante si yo le gustaba a John o no porque solo tenía que verlo los
fines de semana, y mayormente él me ignoraba hasta que un día mi madre
salió.
»Fue como si hubiera estado esperando por ese día. Finalmente, era
libre de llamarme como quería y hacerme hacer lo que quería. Él la
mandaba fuera a hacer algo, más y más a menudo mientras yo me
quedaba allí para limpiar, cocinar, y esperar por sus órdenes. Hice todo lo
que ordenó y nunca se lo dije a mi padre porque John me dijo que si lo
hacía, papa no solo lo mataría a él y a Ashley, sino a mi mamá también.
Era demasiado joven y estaba suficientemente aterrorizada para
escucharle y suficientemente mayor como para entender lo que mi padre
hacía para vivir. Cuanto más limpiaba y más le escuchaba llamarme
nombres, más sabía que John tenía razón: los mataría.
Vincent flexionó la mandíbula.
—¿Cómo es que tu padre no lo averiguó? ¿Me estás diciendo que no
lo sabía?
—No, nunca. —Ella le miró como si estuviera loco.
—¿Cómo se supone que crea eso, Lake?
No le iba a dejar que pensara de esa manera de su padre. Podía decir
lo que quisiera de su madre porque Dios sabía que no era perfecta, pero
Lake no le iba a dejar que culpara a su padre cuando siempre lo había
hecho lo mejor que había podido a pesar de su debilidad. Mi padre es todo
lo que me queda. Y no iba a dejar que Vincent lo alejara de ella.
Lake miró fijamente sus profundos ojos azules, sabiendo que lo que
iba a decir a continuación iba a herirle.
—De la misma manera que Adalyn y tú no lo supieron. No había
manera de saberlo al menos que hubieras estado allí y lo experimentaras,
justo como lo hiciste esta noche. Mi padre nunca hubiera tenido estómago
para ir a esa enorme casa y encarar el porqué mi madre le dejó… por
dinero. Cuando pedí pasar solo los fines de semana con mi madre, le dije
que era porque ella no estaba sola y no quería que él lo estuviera. Lo
mismo que te dije a ti hace meses, y tú no pensaste nada de ello.
»Mi madre era una buena madre antes de John, a pesar de que me
creas o no. Nunca hubiera creído que John y su dinero la cambiaría, pero
lo hizo. Supe que sería difícil para mi padre creerlo, también, motivo por el
que nunca le di una razón para que pensara de otra manera.
Viendo la rabia detrás de sus ojos mientras él empezaba a apretar la
mesa, se sintió mal por decir lo que dijo, pero no la había dejado opción, le
había visto considerar matar a su padre. Aún así, ella necesitaba hacerlo
mejor. No quería que se culpara a sí mismo.
—Vincent, no podrías haber sabido lo que pasaba, igual que Adalyn
y mi padre no lo hicieron. No hay nadie a quien culpar…
Él saltó de la mesa, prácticamente volteando la cosa.
—¡Si hay jodidamente alguien a quien culpar! ¡Esos hijos de puta
tienes que morir solo por cómo te trataron esta noche!
—Por favor escúchame. Te estoy suplicando, no les hagas daño. —
Una vez más, no se atrevió a mirarlo, poniendo su mirada de vuelta en la
mesa.
Vincent estiró la mano y le agarró la barbilla, levantando su cabeza
para encontrarse con sus ojos.
—¡Nunca los verás de nuevo! Si lo haces y ellos hacen nada más que
mirarte de la manera incorrecta, los mataré lenta y dolorosamente. ¿Me
entiendes?
Lake se tragó el nudo en su garganta y después asintió en
entendimiento. Argumentar con él cuando estaba así no era una opción.
Simplemente tenía suerte de que él hubiera aceptado no hacerles daño.
Él dejó ir su barbilla y calmadamente se sentó de vuelta después de
empujar su pelo hacia atrás.
—No se lo digas a mi padre, y por favor no le culpes. No había forma
de que él lo supiera. Hizo lo mejor que pudo para mí, pero sabes que no
está hecho a sí mismo y solo hace demasiado. Trabaja duro para Dante
para hacer cuanto puede para mantenernos. Hay un techo sobre mi
cabeza, comida en mi estómago, y ropas para vestir. Si hay algo extra
después de eso, lo apuesta. Simplemente no puede detenerse; es un adicto
al juego.
»Todo el mundo tiene su punto débil, y el suyo es una mesa de
póker. Esa es su diversión en la vida. Nunca me importó, ni tampoco si no
teníamos mucho dinero. Mi padre es la mejor persona que conozco. Ama
caminar a través de la puerta y decirme que ganó. Cada vez que pasa me
lleva a comer, y después vamos a la tienda de comestibles donde me deja
llenar el carro. Después de eso, me da dinero para que me compre lo que
quiera. Eso es más de lo que puedo decir que un montón de padres dan a
sus hijos. Si vas y le dices acerca de mi madre y John, nunca se perdonará
a sí mismo, y él no se merece eso.
No pudo evitar llorar mientras le suplicaba. Levantándose de la
mesa, corrió hacia su habitación, incapaz de detener los sollozos que
escapaban de su cuerpo. Después de unos cuantos segundos, sintió los
brazos de Vincent envolverse alrededor de ella.
—No se lo diré si no quieres que lo haga.
Lake quitó las manos de su cara y lloró en su pecho.
—N-No quiero que lo hagas.
—Entonces no lo haré. —Empezó a dar golpecitos en su espalda
mientras la mantenía cerca de él.
—É-él no va a volver a casa, ¿verdad? Está avergonzado de que
trabaje en el casino —le susurró a través de las lágrimas.
No me va a hablar o a mirar nunca más. Esos pensamientos habían
estado rondando por su mente toda la semana.
—No, nena, no lo está. Está avergonzado de sí mismo. Va a ser duro
para él perdonarse a sí mismo por ponerte en peligro y que tengas que
trabajar para pagar sus deudas. Vas a tener que darle algo de tiempo para
que sea capaz de encararte de nuevo.
Otro sollozo se escapó de su garganta mientras se daba cuenta de
que echaba de menos a su padre y que lo necesitaba.
—Nena, shhh… —La echó hacia atrás sobre la cama y la sentó en el
borde del colchón—. Estás exhausta y te sentirás mejor cuando te levantes
mañana. —Se arrodilló y empezó a desabrochar sus antiguos zapatos de
tenis.
Ow-ow-ow: ella intentó no hacer un gesto de dolor cuando se los
quitó de los pies. Entonces, cuando estaba fracasando en ello, fue a por
sus calcetines para ver lo que lo causaba. Ella fracasó de nuevo cuando
intentó evitar que se los quitara.
Vincent le quitó los calcetines lentamente y examinó con cuidado
sus pies con ampollas antes de que hiciera lo mismo con el otro. Se
levantó del suelo.
—Túmbate.
Lake se levantó de la cama y se tumbó mientras miraba cómo él
dejaba la habitación. Se limpió las lágrimas que quedaban, preguntándose
qué estaría haciendo.
Estaba tan exhausta que casi cayó dormida antes de que apareciera
en su habitación, vistiendo pantalones cortos de gimnasio y una camiseta.
Mirando sus ropas cambiadas, se dio cuenta de que debía haberse echado
una siesta.
—¿De dónde has sacado esas? Espera, ¿por qué te cambiaste?
Se sentó al final de la cama y colocó sus pies en su regazo.
—Siempre mantengo unos cuantos cambios de ropa en mi coche, y
voy a pasar la noche aquí.
—No, no lo harás. —Fue a sentarse y a sacar sus pies de su regazo,
pero él agarró sus piernas.
—No vas a quedarte sola en este vecindario toda la noche,
especialmente sin un coche delante si me voy.
Él echó sobre su mano algún tipo de gel claro y empezó a restregarlo
sobre sus pies. Sus pies se encogieron ante el frio, pero empezó a sentirse
mejor mientras le masajeaba con él.
—¿Qué es eso?
—Aloe Vera.
Lake simplemente le miró, estupefacta.
—Llamé a Maria y le pregunté qué ayudaría. Después caminé hacia
la tienda calle abajo muy rápido para conseguirte las cosas de la lista que
me dio —explicó.
¿Caminó?
—¿Por qué caminaste?
— Te dije que no puedes quedarte sola en este vecindario sin un
coche delante de él. Nadie intentará entrar con mi Cadillac ahí. Ahora
túmbate.
Con recelo descansó la cabeza contra la almohada de nuevo y le
observó cuidar de sus pies. Su toque era ligero y reconfortante, y era
cuidadoso con las ampollas. Ella no podía quitar sus ojos de él mientras se
tomaba su tiempo ocupándose de ella. Él estaba siendo increíblemente
dulce y amable. Rompió las cadenas de su corazón que hubiera pensado
en llamar a Maria y hubiera caminado hacia la tienda para hacer algo tan
tonto como hacer que sus pies se sintieran mejor. No quería que se
quedara por la noche, pero no tenía el corazón de discutir con él después
de lo que había hecho.
Para el momento en el que envolvió sus ampollas en una extraña
cinta adhesiva marrón y puso algún tipo de calcetín especial súper suave,
sus ojos habían empezado a cerrarse. Sintió las sábanas cubrirla al mismo
tiempo que un cuerpo se deslizaba dentro a su lado.
—No puedes dormir aquí, Vincent —le dijo soñolienta mientras se
daba la vuelta para darle la espalda.
—¿Por qué no? —preguntó, empujándola contra su pecho y
envolviendo sus brazos alrededor de ella.
—Porque vas a intentar algo sobre mí, y no voy a tener sexo contigo.
—Ella intentó retorcerse fuera de sus brazos.
Vincent simplemente empujó a Lake contra su cuerpo más fuerte.
—No tienes que preocuparte; no te follaría en la casa de tu padre.
Oh, bien. Eso me hace sentir mejor.
Se relajó contra él, demasiado cansada para luchar.
—Solo somos amigos, Vincent. Podría perder mi trabajo si Sadie
piensa de otra manera.
—Bien, somos amigos. Ahora duérmete — murmuró.
Dejó que la extenuación tomara el control de su cuerpo con un
último pensamiento a lo que Vincent le había dicho a John más temprano.
Lake es mía.
Unirla de Nuevo, Una Pieza a la Vez
Traducido por BellatrixL
Esa fue la cena más dura que había tenido que pasar, mirando a
Lake demasiado asustada para comer un mordisco de la maldita comida
de ese gilipollas. Luego, cuando había subido y descubierto que su
dormitorio era el ático, había perdido la mierda. ¿El maldito ático? ¿En una
maldita mansión?
***
Él se encogió de hombros.
Lake se rió.
—Nunca.
Ella cerró los ojos con fuerza mientras apoyaba la parte posterior de
su cabeza en la puerta cerrada. También fue cruel para mí.
Un mes entero de ver y dormir junto a un dios sin camisa era total y
absolutamente doloroso. No sé cuánto más puedo durar.
Hoy es mi Maldito Cumpleaños
Traducido por Liliana
—Bueno, cuando te dije que las usaras como lo hice hace cinco
segundos, eso fui yo siendo seria.
¡Pero… pero!
Lake se vistió con un corsé de encaje color rosa fuerte, que era
semitransparente hasta llegar a las copas de los senos. Gracias a Dios.
Colocándose las bragas y las largas medias adornadas con encaje, se miró
en el espejo. No creía verse tan inocente en ese momento. No había moños
o volantes, solo sexy encaje que la hacía sentirse tan consiente de sí
misma como lo hizo el primer día que trabajó allí.
Eso es reconfortante.
Yendo a las otras mesas fue cómo se las arregló para escapar, tomó
todas las órdenes antes de regresar a la barra cuando su mano fue
agarrada mientras pasaba a los baños. Fue empujada dentro después que
la puerta cerrara detrás de ella. Se encontró presionada contra la pared,
mirando a un hombre cuyos ojos no dejaban de rodar por su cuerpo.
Le empujó el pecho.
—Lo hiciste cuando decidiste usar esto. —La mano de él corrió por
su cuerpo para descansar sobre la garganta, colocando el pulgar sobre su
pulso.
Ella apretó los ojos para igualar la presión que había forzado en sus
muslos.
—¿Por favor?
Él nunca la rechazaba cuando lo podía agradablemente.
Tres días solían ser demasiado largo sin follar, ¿pero un mes? Su
pene estaba constantemente en modo duro, y no sabía exactamente cómo
iba a durar treinta segundos en ella. Me voy a lastimar a mí mismo antes
de hacerle daño.
Vincent salió del baño una vez que le dijo a su mitad oscura que
volviera a esconderse como lo había todos los días durante el último mes.
—¿Sabes qué demonios nos acaba de decir? —le dijo Amo, cuando la
puerta del baño se abrió.
—Sí, hoy es el ultimo día que estos imbéciles la miran vestida así, y
tú, también, hijo de puta —le gruñó a Amo.
Amo sabía que no debía hablar de cómo iba a echar de menos esa
parte de ella.
—Ustedes permiten que sus mujeres corran por todos lados. —Amo
lo miró—. ¿No lo vez, amigo? Lake te ha envuelto en su puto dedo.
—Esa perra está loca y azotará tu culo. —Amo finalmente se rió con
Nero en ese momento.
Oh, no, mierda. Oh, no, mierda. Oh, no, mierda. Oh, no, mierda. Oh,
no, mierda. Oh, no, mierda.
Lake lamió sus labios secos, dándose cuenta de que era tiempo de
mostrar si quería que sucediera o no. Se volvió hacia la habitación oscura,
incapaz de enfrentarse a sus ojos llenos de anhelo hasta que posiblemente
se sintiera más cómoda.
Podía sentir lo duro que estaba cuando dejó que su trasero bailará
contra su pene. Su cuerpo quería estallar en llamas al sentir y ver cuánto
la quería. La quemazón en su piel comenzó a irritarla; se suponía que lo
mataría, no a ella.
—¿Y qué carajo? ¡Nadie más podía verlo! —Agarró la otra mano de
Lake y trató de alejarse con ella.
—Todo esto es culpa tuya porque me pusiste en este puto traje —le
dijo Lake, tomando su mano de nuevo.
—Sí, bueno, habría sido agradable saber que el playboy era el hijo
del señor Vitale, ¿no?
—No creo que eso valga cien dólares. ¿Qué piensan ustedes? —
preguntó a los otros hombres quienes asintieron la cabeza en acuerdo—.
¿Qué tal si lo intentas de nuevo?
—Qué tal si quitas tu jodida mano —la voz letal de Vincent habló por
sobre él.
Lake miró por encima para ver a Vincent, Nero y Amo de pie a un pie
de distancia. Esto no va a terminar bien, ¿no es así?
—Lo haré, una vez que haga que mi jodido dinero valga. —David
aplicó más presión en su brazo.
—Tres…
Lake gritó y agarró sus tetas cuando David trató de bajar su corsé.
Amo rápidamente tomó a Lake para quitarla del camino antes de que
Vincent pudiera empezar su destrucción.
Ella se estremeció cuando vio la cabeza de David estrellarse contra la
mesa de póker, haciendo que las papas volaran en el aire como confeti.
¿A dónde vamos?
Echando un vistazo a Sadie, vio que ella iba a abrir la boca solo para
cerrarla de nuevo mordiéndose la lengua.
Lake articuló un “disculpa” hacia ella, pensando ya en cómo iba a
humillársele el siguiente día. Sabía que Vincent había dicho que ella había
terminado porque su turno casi había acabado, y sabía mejor que de nada
servía discutir con él sobre ello cuando él no se iba a marchar sin ella. Si
él no salía de ahí, su pie iba a regresar a la garganta de David.
Tan pronto y sus brazos pasaron por las mangas, cerró la chaqueta.
—Si…
Lake había esperado salir del elevador con los otros hombres en el
primer piso del casino, pero cuando Vincent no se movió, no tenía ni idea
de a dónde iban.
Se mordió el labio.
—Um, ¿por qué venimos aquí?
Era un lugar muy oscuro. Las paredes eran negras junto con la
mayoría de todo lo demás. Solo había indicios de grises oscuros y
plateados que provenían de varias cosas reflejadas. Era cálido pero fresco,
acogedor pero estructurado, y contemporáneo y victoriano, todo mientras
estaba oscuro sin luz. Nunca habría soñado que le hubiera gustado algo
tan oscuro y libre de cualquier cosa brillante, pero lo encontró totalmente
atractivo e invitante.
—Sí.
Tal vez estaba loca y demente por pensar eso, pero la forma en que
siempre la trataba le hacía fácil justificar sus sentimientos.
Tenía que admitir que lo deseaba tanto, y sabía que él también. Sin
embargo, no sabía cuánto tiempo más podría estar alejándola.
Lake se estaba enfermando por lo mucho que su cuerpo lo quería,
después de solo pensar en él desabrochando su camisa con manchas de
sangre.
Lake lentamente se levantó cuando se dio cuenta que no había ningún otro
lugar para ir. Vincent la llevó de regreso a casa y después de la noche que había
tenido, sabía que huir de él no iba a hacerlo muy feliz. Por mucho que quisiera
huir, solo iba a hacer las cosas mucho peor para ella. Definitivamente no era
prudente probar a Vincent después de que prácticamente intentó matar a un
hombre. Además, había pasado un mes con él, día y noche, y aprendió a
manejarlo. Aunque, sintió un pequeño pellizco en su cabeza mientras se daba
cuenta que su relación podría estar tomando un giro.
Había una perfecta línea de trajes separados por artículos. No pensó que
alguna vez iba a entender cómo en el mundo él era tan inmaculado. No solo
mantenía su aprécienla de esa manera, sino que su casa e incluso su maldito
armario simplemente eran tan impecables.
Al ver el contorno del dinero que había guardado en sus tetas, lo sacó y lo
metió en el bolsillo de la chaqueta de Vincent, que todavía llevaba puesta. La
hacía sentirse barata en cierto modo, y estaba segura de que a un Perfecto
Vincent solo le agradaba por la misma razón que a todos los hombres abajo. En
su mente, no había manera que un dios como él pudiera querer a una basura de
remolque, una chica blanca como ella.
Sus ojos fueron atrapados por algo en el espejo. Volviéndose, miró al final
de su armario. Todo estaba perfectamente en su sitio, pero notó algo que
sobresalía.
Los ojos de Lake se movieron a la entrada del armario para ver a Vincent
de pie sin nada más que una toalla envuelta en la cintura.
Lake volvió a mirar el vestido negro que había usado esa noche en Posion.
—Guardé ese vestido porque quería verte nuevamente con él. ¿Sabes por
qué otra cosa lo guardé?
—Somos solo amigos, ¿recuerdas? —Odiaba que saliera con más susurro
de lo que le gustaba.
—Nena, lo sabes muy bien que no solo quiero ser tu amigo. —Lentamente
movió la otra mano de su cadera, sobre su pecho y cuello, dejando el pulgar
descansar sobre un punto favorito, sintiendo la percusión de su corazón—. ¿Es
eso lo que quieres, ser solo amigos?
Eso fue lo más cerca que vio su lado oscuro en un mes. A ella no le
gustaba que lo hiciera así, y especialmente no le gustaba cuando estaba medio
desnuda en su cama.
—¿Por qué no me dejas besarte o cualquier otra cosa? ¿Soy tan mala?
Realmente creía eso, también. Él solo la lastimó una vez, y había sido ese
día que la dejó en la casa de su madre, pero finalmente pudo ver que lo había
lastimado de igual forma. En su corazón, sabía que él nunca querría hacerle eso
de nuevo, que era el porqué fue más allá para mantenerla feliz.
Las manos de Vincent pasaron por encima de sus medias y sobre la parte
superior de sus muslos desnudos.
—He tenido que verlos caminar en estas cosas y tus tacones, así que
merezco follarte con ellos. —Se levantó y agarró los costados de su ropa interior
de seda negra.
Ella ligeramente levantó las caderas cuando comenzó a tirar de ellas. Sus
mejillas se calentaron por estar nerviosa mientras las deslizaba sobre las medias
y los zapatos de tacón.
—Mierda.
—¿Cómo es que cada jodida parte de ti es tan sedosa? —Su voz sonaba
torturada, igualando su apariencia.
—Nena, estás tan apretada y húmeda para mí. —Se movió hacia su
olvidado pezón y lo chupó hasta que se convirtió en un pequeño nudo apretado
mientras su dedo se deslizaba más profundo.
—Vincent, por favor —gimió, esperando que hiciera algo para darle su
liberación. Tena ganas de llorar cuando, en cambio, retiró los dedos.
—Está bien —le dijo antes que ella profundizara el beso, deslizándole la
lengua dentro de su boca.
Lake le clavó los tacones en el culo, tanto como las uñas en la espalda. Le
estaba permitiendo que retomara el ritmo, pero de alguna manera era demasiado
lento para ella mientras era demasiado rápido, en el sentido que estaba lisa para
correrse en cualquier momento. Sintiendo su pene agrandarse dentro de ella y
escuchando su dolorosa respiración encima de ella, supo que estaba a punto de
estallar, también.
—Tengo que correrme —gimió en voz alta cuando su pene dejó su vagina
solo para volver a sumergirse.
—Córrete para mí, nena. —Su respiración fue desigual antes de chupar la
carne de su cuello en su boca.
Su mano saltó para cubrirse la boca para sofocar el fuerte grito a punto de
pasar por sus labios. Se corrió en su pene mientras él hizo lo mismo dentro de
ella, lo sospechó de las sacudidas profundamente en su vagina.
Lake apenas podía abrir los ojos cuando él se alejó para quitarle los
tacones y luego acercarle el cuerpo al suyo. Todas las noches que la había
abrazado, su espalda a su pecho, pero era la primera vez que la sostenía
desnuda, y chico, se sentía bien.
—Sadie hace que todas las chicas se depilen con cera regularmente.
—Creo que ella siente lo mismo por ti. —Lake rió soñolienta.
Tuvo que dormir, agotada con una culpable conciencia en su mente. Lake
se sentía incluso más culpable por el hecho de que lo disfrutó tanto y ese maldito
Vincent finalmente la hizo feliz por una vez.
Sentada allí sin nada que hacer, se preguntó dónde había ido Vincent
durante tanto tiempo. Eso la hacía sentir como un cachorro observando a su
dueño mientras esperaba a que regresara o que fuera hora de que ella se dirigiera
al trabajo. Era más o menos una hora y media hasta que usualmente comenzaba
a trabajar, pero ya no podía quedarse allí sentada, sin querer sentirse
desesperada cuando el regresara.
Agarró sus cosas y se dirigió escaleras abajo al casino, a pesar de que
estaba segura que Vincent iba a estar realmente enojado al respecto.
—No lo sé. No me dijo esa parte. Se supone que deberías de estar feliz,
saltar arriba y abajo, o gritar. Alguna mierda como eso, de todos modos.
Moviéndose alrededor, rápidamente agarró su bolso, luego se dirigió a la
puerta, su mente corriendo. Golpeó el botón del elevador para que abriera.
¿Por qué no quería que lo supiera? Claramente, había una razón que le dijo
a Sadie mantenerlo en secreto y porqué no se lo dijo él mismo. Solo una personas
iba a darle la verdad, toda la verdad.
Subiendo al elevador, golpeó el código para llevarla a la cima. Lake iba a la
parte superior da la cadena alimentaria de la maldita mafia. Era otra visita
sorpresa reservada para Dante Caruso.
***
Una vez el club del sótano, Vincent rápidamente se movió a través de los
cuerpos y entró al vestidor, yendo directamente al tocador de Lake y lo encontró
vacío, al igual que su apartamento.
Una mano corrió por su espalda y le apretó el hombro.
—Ella ya no está aquí y sé que no se encargó de tu pene, puedo ayudar con
eso.
Miró por encima para ver a Kim en nada más que bragas rosadas. Su
mano se extendió para agarrarle la garganta, dándole un firme apretón.
—¿Qué le dijiste a ella? —Su voz era letal.
—Me tocas de nuevo, puta, y no te pagarán para follar a los hombres más
drogados y sucios en una habitación limpia con un guardia. Ni siquiera serás una
de las chicas que se follan en las habitaciones del hotel. Tu culo estará en la
esquina de la calle, follando a los hombres más baratos, yendo a sus
desagradables habitaciones de motel y preguntándote si vas a estar viva para
volver a salir por esa puerta. ¿Me entiendes? —Le apretó la garganta un poco
más.
Kim asistió viciosamente lo mejor que pudo cuando Sadie se acercó a ellos.
Vincent finalmente la soltó.
—Y quédate lejos de Lake.
Kim agarró su garganta, jadeando por aire mientras miraba a Sadie para
que hiciera algo.
Sadie cruzó los brazos y golpeó un tacón contra el suelo.
—No sé qué te hace pensar que me importa una mierda, perra. Tienes
suerte que no llegué primero. No tengo que saber lo que hiciste para saber que
mereces más que eso. Ahora saca tu maldita cara fuera de la mía.
Vincet miró a Sadie. ¿Por qué el noventa y ocho por ciento de mí
jodidamente odia sus tripas, pero el otro dos por ciento le agrada al mismo tiempo?
Porque ella era una maldita perra psicótica, y él podía verse reflejado.
—Le has dicho, ¿verdad? —le preguntó.
***
Lake sonrió a cada uno de los que le presentaron. Pensó que Rider
era malo, pero escuchar Razer seguido de mi marido la tenía
preguntándose si había dado una vuelta equivocada en alguna parte.
—Si vas a estar en la ciudad por un tiempo, pasa por nuestra casa
club para una bebida alguna vez —sugirió Rider.
Demonios no.
—Lo pensaré.
—Vincent, ¿cómo…?
—¿Así que tú puedes follar por ahí todo lo que quieras, pero yo no?
¡De hecho, Cash y yo tenemos algo, así que puedes volver a casa ahora! —
estaba gritando y susurrando al mismo tiempo.
Lake miró a sus ojos azul bebé, viendo más allá de su furia a su
dolor por que ella estuviera viendo a alguien más.
¡Abuelo, no!
Él tocó la puerta.
Nero abrió la puerta un segundo más tarde con Elle detrás de él.
—Tú y Elle pueden pasar el rato mientras Nero y yo vamos a
trabajar.
—Lo juro.
—Adiós.
Lake cruzó los brazos y se rascó la nariz antes de que Nero cerrara la
puerta. Estaba todavía molesta con él que iba a trabajar en el casino y que
pensaba que necesitaba una niñera.
¿Disculpa?
—¿Disculpa?
—Ellos son um... muy agresivos, y tienes que aceptarlo. —El tono de
Elle cambió—. Todo de él.
—Sabes que Vincent es un psicópata, ¿verdad? Él tiene un lado
muy, muy malo, que francamente me asusta como la mierda.
Elle le sonrió.
—Aprenderás a amarlo.
Elle era una gran persona para estar cerca y se llevaban muy bien,
convirtiéndose en amigas rápidamente. Lake se relacionaba con Elle en
formas que honestamente no esperaba. Ella no venía de una familia rica,
podía ir a Secundaria Legacy Prep gracias a una beca, y por lo que podía
reunir, Dante tampoco le importaba mucho acerca de ella. Había algo más
que Lake vio en ella, que le recordaba a sí misma, pero no podía encontrar
el motivo del porqué.
—Fue difícil para mí, también, cuando empecé a salir con Nero,
tratando con todas las chicas con las que él había estado. Tuve que verlas
todos los días en la escuela —le dijo Elle.
—Lo siento. Supuse que sabías cuando dijiste que Neron te había
dicho que trabajaba para Dante. Yo era una camarera en su casino
subterráneo. —Ella no quería decirle la siguiente parte particularmente—.
Allí abajo, las chicas tienen que vestirse de lencería.
—Todo lo que me dijo fue que trabajabas para Dante y él tenía que
trabajar todos los días durante el mes siguiente para evitar que Vincent
matara a la gente, haciéndolo parecer como el trabajo más duro del
planeta. No mencionó nada acerca de estar rodeado de chicas o lencería o
estar medio desnudas.
—¿Quieres ir a divertirte?
***
Vincent había pensado que era justo advertir a Sadie que Kim había
terminado, pero no esperaba que Sadie la siguiera. Él la siguió mientras
ella corría a una de las habitaciones en la parte de atrás.
Sadie agarró la parte de atrás del pelo rubio teñido de Kim, tirando
de ella mientras daba sexo oral a un hombre viejo. Ella la apartó tan fuerte
y rápido que el hombre gritó, agarrando sus cosas y corriendo fuera de allí.
—¡OWWW!
—Nad…
—No fue suficiente que te rebajé a ser la puta, ¿verdad? —Ella forzó
a Kim a cerrar la boca, manteniéndola cerrada y haciendo que Kim se
atragantara—. No puedo oírte hablar de todas las arcadas que tendrás
detrás del basurero.
Tan pronto como Sadie dejó su boca, Kim tosió la mayor parte del
cabello y continuó ahogándose llorando, tratando de sacar el resto.
—Espera…
—El segundo mejor tirado al suelo de una perra que he visto. —Nero
aplaudió.
***
—Bueno, ¿dónde creen que las dos van vestidas así? —Se apoyó
contra la puerta y las miró de arriba abajo.
—Te dije que era una mala idea. —Elle miró a Lake—. ¡Ni siquiera
llegamos a pasar la puerta!
***
Sadie soltó su cabello del rodete y luego se acomodó sus rizos,
actuando como si nada hubiera pasado y Kim no estuviera tumbada
desnuda en el suelo, llorando.
—¿Satisfecho?
Amo sonrió.
Amo la siguió.
—Lo siento. Hablaré con ella —le dijo Vincent tratando de parar de
reír.
—No, solo vine a decirles hijos de puta que acabo de dejar a Lake y a
Elle en Poison. —Lucca ya no se veía molesto.
Él le gritó de vuelta:
—¿Por qué mierda es todo culpa de Lake? ¡Estoy seguro de que Elle
ha tenido algo que ver!
Vincent siguió los ojos de Nero hacia donde Lake y Elle bailaban. Las
dos se veían sexys como el infierno juntas, y cada hombre que miraba en
su camino tenía un pensamiento sucio en mente acerca de ellas juntas.
Incluso Vincent lo tuvo.
***
—¡Mantente fuerte! —le gritó Lake a Elle cuando Nero se inclinó para
susurrarle en su oído.
Él sacudió la cabeza.
—No, pero Sadie lo hizo.
No sé cual es peor…
Ella miró por encima hacia Elle para verla bailando y besando a
Nero.
—¿En serio, Elle? No ha pasado ni un minuto.
Vincent rió.
—Sabes, Nero ni siquiera quería trabajar allí abajo. Tuve que
suplicarle. Amó meterse en esa pelea porque esperaba que le pudiera sacar
de trabajar allí abajo.
Si, por favor. Lake pudo sentir la parte baja de su culo se subía
contra sus pantalones. Inclinándose hacia delante suavemente, presionó
su culo contra él más firmemente, sintiendo su duro pene cubierto justo a
través de sus bragas. Rodó sus caderas con la música, moviendo su pene
contra ella.
***
—¿Dónde está Adalyn? —preguntó Lake a la madre de Vincent y a
su padre, que estaban sentados en la sala de estar, viendo la televisión.
Carla sonrió.
—Está arriba en su habitación. Es bueno verte, cariño.
Ella le devolvió la sonrisa, sintiéndose nerviosa por enfrentar a su
mejor amiga por primera vez en lo que parecía una eternidad.
—¿Quieres que vaya contigo? —preguntó Vincent, tomando su mano
en consuelo.
Ella negó con la cabeza, mirando al suelo.
—No, debería hacerlo sola.
Al subir las escaleras, oyó el tono preocupado de Carla preguntarle
qué estaba mal. Vincent se dejó caer en el sofá y puso los pies sobre la
mesa.
—Nada está mal. Lake va a decirle que es mi novia, y vive conmigo.
Se quedó inmóvil cuando oyó los jadeos. ¡Maldición, Vincent! No tenía
vergüenza.
Haciendo su camino hacia la puerta de Adalyn mientras se giraba
para enfrentar a la madre de Vincent era igual de aterradora, se obligó a
golpear y luego entrar.
Adalyn casi gritó y luego saltó de su cama, dando a Lake un agarre
de muerte de un abrazo.
—¿Dónde diablos has estado? —Le dio una palmada en el brazo
antes de darle otro abrazo.
Lake la abrazó por última vez, segura de que su amistad terminaría.
—Um, necesito decirte algo.
—¡Sí, así es! Tienes que decirme por qué desapareciste durante más
de un mes sin devolverme ninguna de mis llamadas y mensajes. —Adalyn
volvió a golpear su brazo.
—Vamos a sentarnos. —Se sentó en su cama y Adalyn se dejó caer a
su lado, dándole una mirada curiosa pero todavía loca.
Lake se mordió el labio, sin saber por dónde empezar. El principio.
Ella necesita oírlo todo.
—Al día siguiente de la fiesta de graduación de Nero, descubrí que
mi padre le debía a Dante mucho dinero, y que iba a hacerle daño. Así que
hice lo único que sabía hacer y me ofrecí a pagarle. Le di todo el dinero del
fondo de la universidad, pero eso no fue suficiente, así que elaboramos un
acuerdo que yo trabajaría para él.
Ella tomó aliento, su visión comenzó a quedar borrosa.
—El trabajo no era exactamente legal, y no estaba orgullosa de lo
que estaba haciendo. Estaba tan avergonzada, y por eso no podía decirte.
—Se limpió ante una lágrima que le recorría la cara—. Luego Vincent se
enteró, y me ayudó durante un mes para salir de la deuda con Dante. Nos
volvimos… —No sabía cómo decirle las siguientes palabras—, cercanos. No
tenía la intención o ni siquiera quería que eso pasara, pero lo hizo, y por
eso me mantuve lejos de ti. No podría enfrentarte. Eres mi mejor amiga,
Adalyn, y siento que te he traicionado. Lo siento mucho.
—Así quee… —Adalyn levantó su ceja—, ¿esto significa que no te vas
a salir de la universidad ahora?
—Adalyn, ¿me escuchaste? Yo y Vincent estamos juntos. —Ella
quiso sacudir algo de sentido en ella. ¡Golpéame en la cara o algo!
Adalyn se encogió de hombros.
—Bueno, sabía que iba a suceder eventualmente.
¿Eh?
—¿Lo sabias?
—Sí, no soy estúpida. Pensé que algo pasó esa noche cuando fuimos
a Poison, y te negaste a decírmelo. —Adalyn levantó la mano—. Por cierto,
puedes guardar eso para ti ahora. No necesito saber qué pasó.
Lake se ruborizó un poco antes de que la tomara por un abrazo.
—Eres la mejor amiga que puedo pedir, y no te merezco.
—Oh, silencio. —Adalyn la abrazó—. No me respondiste. ¿Todavía te
vas para la universidad?
Se echó hacia atrás en la cama, suspirando.
—Todavía no he decidido.
El trato de Vincent con ella era que si regresaba, él la dejaría irse e ir
a cualquier universidad que quisiera, no importaba cuán lejos. El hecho de
que le hubiera dicho eso le mostraba lo desinteresado que era, y le dolía el
corazón de una manera que la asustaba.
Adalyn se dejó caer en la cama a su lado. Lake sabía en qué estaba
pensando: las dos habían sido amigas durante tanto tiempo que no era
difícil decirlo.
—¿Lo amas?
—No lo sé —susurró ella.
Adalyn apartó la mirada del techo para mirarla.
—Supongo que sería difícil. Es un idiota.
Lake se echó a reír, y luego Adalyn la siguió rápidamente. Ambas
estaban partiéndose de la risa hasta el punto de que se reían tanto y
durante tanto tiempo que se olvidaron de lo que las había hecho comenzar
en primer lugar.
Adalyn era la mantequilla de maní para su jalea, papa frita para su
salsa, soda para su tarta. Se siente bien ver a mi mejor amiga otra vez.
Las dos hablaron de todo lo que se habían perdido de la vida de cada
una durante lo que parecía ser horas, y Lake no estaba lista para que
terminara pronto. Vincent y Nero tenían que trabajar de nuevo esa noche
en el casino para compensar la ausencia de la noche anterior. Si ella no
iba a ser capaz de distraerse de ese hecho por divertirse fuera, iba a traer
la diversión a ella.
Lake le sonrió, sus conversaciones cambiando a qué hacer esta
noche.
—No vas a creer quién vive junto a Vincent.
—¿Quién? —preguntó Adalyn.
—Elle. ¿Quieres venir a pasar el rato conmigo y ella mientras Nero y
Vincent van a trabajar?
Nero no me querrá mucho.
Adalyn ya estaba emocionada.
—¡Oh, Dios mío, sí! Deberíamos invitar a Maria y Chloe también.
—Eres un genio, Adalyn. —Lake rió maliciosamente, pasando por su
lista de contactos y presionando 'llamar' sobre el nombre de Elle.
Nero va a odiar mi maldita tripa.
La Diferencia Entre La Vida Y La Muerte
Traducido por YoshiB
***
***
***
***
Solo lo hice.
—¿Por qué?
Mirando sus ojos, estaba claro que él había estado tan asustado
como ella. Estaba segura de que ver a alguien estrangulando a la persona
que amas tenía que ser difícil, y estaba contenta de no haber estado ahí.
Sin embargo, ella le tenía miedo, sabiendo que estaba tan cerca de ese
lado peligroso de sí mismo.
—V-Vincent...
La besó de nuevo, esa vez con más ternura. Todavía era duro, pero la
besó por ella esta vez, y le dio a Lake lo que necesitaba en ese momento.
Lake no esperaba eso cuando vio unos ojos azules como el agua,
mirándola. Se ablandó de inmediato en él, incapaz de verlo herido.
El suave beso en sus labios combinado con sus palabras hizo que su
corazón doliera hasta el punto de causar dolor.
***
***
Oww...
Al despertarse al día siguiente, sintió dolor de garganta y Vincent no
estaba a su lado, empeorando la sensación. Cuando la somnolencia
desapareció, recordó que la había besado despierta en algún momento
para decirle que tenía que ocuparse de algunas cosas. Lake entendía.
Estaba segura de que tenía que lidiar con lo que había sucedido el día
anterior. Cuanto más lo pensaba, más feliz estaba que estuviera sola.
La idea de que Vincent la follara así, a un paso de la puerta, todavía
tenía la piel de gallina subiendo por sus brazos. Mientras que algunos eran
sacudidas aterrorizadas, los otros se convirtieron en sacudidas de
excitación.
Ella tenía razón; cada vez que follaban se hacía más intenso y menos
control tenía Vincent sobre su lado oscuro.
¿Qué diablos pasó? Fue como…
Lake honestamente no tenía ni idea de cómo había sido, pero
ciertamente no había sido como había pensado que iba a ser el sexo.
Al levantarse de la cama, se tomó su tiempo en el baño,
perezosamente sumergiéndose en la bañera para extraer el dolor de su
cuerpo. Para cuando salió, se sintió cien por ciento mejor. Bueno, casi.
Sus pensamientos acerca de cómo él la había follado todavía le
pesaban en la mente. Lake estaba asustada, simple y llanamente. Tenía
miedo de amarlo. Ciertamente tenía miedo de él. Sobre todo, tenía miedo
de follarlo de nuevo.
Rápidamente se puso una bata que colgaba en la parte posterior de
la puerta, atándola alrededor de su cintura. Abriendo la puerta del baño,
no lo vio al principio, pero cuando lo hizo, Lake se aferró a su pecho,
asustada hasta la muerte.
Mirando al hombre que estaba sentado en la cama, apretó la bata
con más fuerza con las manos temblorosas mientras la miraba de arriba
abajo.
—Q-qué estás...
—Siéntate, cariño —le ordenó Lucca.
Lamiendo sus labios muy secos, encontró sus pies moviéndose
lentamente, su voz hizo que ella hiciera lo que él le pedía. Después del día
anterior, realmente no quería presionar sus botones. Como siempre, si
incluso me deja vivir.
Se sentó suavemente en la cama, manteniendo su rostro hacia
adelante. Había visto lo suficiente de su aspecto andrajoso como para
saber que la noche que había tenido era larga. Cada palabra de su boca
iba a ser precisa.
—Por mucho que me guste que finalmente entiendes que deberías
tener miedo de mí, puedes relajarte. No voy a lastimarte nunca más.
Su voz todavía sonaba fría, así que tuvo que mirarlo para ver si
estaba diciendo la verdad. Él está…
Ella sacudió su cabeza.
—¿No lo harás?
Algo le decía que Lucca Caruso no había tachado a nadie en su lista
de "podría matar si me gusta". Estaba bastante segura de que ni siquiera
el nombre de su hermano Nero había sido tachado.
Él agarró su barbilla con el pulgar y el dedo índice, deteniendo su
movimiento.
—No, no lo haré. Te doy mi palabra.
Obligada a mirar sus ojos enloquecidos, podía ver que el sol de las
ventanas mostraba el verde más que el azul.
—Es por Chloe, ¿no es así?
Lucca la miró un momento, ignorando por completo su pregunta.
—¿Por qué lo hiciste? ¿Arriesgar tu vida por la de ellas?
Lake podía verlo tratando de descubrir por qué posiblemente haría
algo así. Los sentimientos y emociones que poseía eran muy diferentes a
los suyos, pero podía ver más allá de su máscara sin emoción suficiente
para reconocer que compartían los mismos sentimientos sobre Chloe.
—Creo ambos sabemos por qué no podía dejar que la hirieran.
Él la miró por un segundo más antes de que la presión aumentara
ligeramente en su barbilla. Luego se soltó.
—Lo que hiciste fue jodidamente estúpido. —Su frío comportamiento
regresó.
Gracias a Dios. Estaba agradecida de que finalmente pudiera mirar
hacia otro lado.
—Lo sé. Ya escuché este discurso de Vincent, así que ahórratelo. —
Si pudiera volver, estaba segura de que lo volvería a hacer.
Lucca rápidamente se paró sobre ella, agarró su barbilla más dura
esta vez y giró ligeramente la cabeza de un lado a otro.
—Él es afortunado, pero todavía puedo ver que aún no te ha roto.
Lake estaba demasiado asustada por sus palabras para incluso
hundirse.
—Alguna vez sientes la jodida necesidad de volver a ver a Dante, no
lo hagas. Vienes a mí.
Ella asintió, sabiendo que era lo que quería.
Él la dejó ir por última vez.
—Te voy a dar un favor de tu elección. Sea lo que sea o cuando sea,
solo me lo pides, y haré lo que pueda para lograrlo.
Ella se mordió el labio inferior.
—¿Cualquier cosa?
—Cualquier cosa, cariño. Desde matar a una persona hasta dejarte
desaparecer... —Su escalofriante voz se desvaneció cuando bajó las
escaleras y salió por la puerta.
Parpadeando, Lake se preguntó si su encuentro sería real. Solo los
ligeros escalofríos que aún le hormigueaban en la barbilla desde donde la
había tocado probaron su existencia. Su ligero paseo por el lado oscuro
con Vincent la hizo sentir ligeramente diferente respecto a Lucca.
Santa jodida mierda.
Sálvame
Traducido por yoshiB
***
Vincent no pudo pasar el día como quiso, en su cama con Lake. Lo
quería especialmente considerando que casi la había perdido el día
anterior.
No recordaba nada después de subir las escaleras y ver a un hijo de
puta estrangulando la vida de Lake. Todo se había vuelto negro hasta que
la había visto asustada. Cuando él se acercó lentamente a ella, lo bueno en
él había luchado contra lo malo.
Cuando finalmente pudo haberla encontrado sola, tuvo que sentirla.
Necesitaba tenerla envuelta alrededor de él, y eso fue cuando comenzó la
guerra en él. Nunca había follado así en toda su existencia, necesitaba a
alguien tan mal en ese instante al punto que ambas versiones de él la
deseaban igualmente. Lo bueno en él la había follado, mientras que el
malo también había tenido la oportunidad de follarla. Una vez que se
había cumplido su liberación, finalmente había mantenido el control
suficiente como para alejar de nuevo la oscuridad. La oscuridad finalmente
había recibido su pequeño probada, y quería más, mucho más.
No debería haber hecho eso.
Estaba enojado consigo mismo de que la había tratado de esa
manera, sabiendo que había estado asustada al final, pero no había sido
capaz de detenerse. No había habido paradas. Simplemente debería
haberse calmado y haberse apoderado de sí mismo antes de que él la
hubiera tocado. Ahí es donde me jodió.
Lake merecía algo mejor que eso después de lo que había hecho. No
merecía tener miedo una vez más en su vida. Vincent ni siquiera la
merecía. Sabía que debería hacerla irse y no darle la opción de irse al final
del verano. Sin embargo, como le había dicho la noche anterior, estoy
jodido.
Vincent respiró hondo y se alisó el cabello. Realmente no era el día
para ser un hombre hecho a sí mismo. Muchas preguntas estaban
sucediendo sobre cómo había pasado la noche. Él no sabía nada más que
lo obvio ya que Lucca estaba manejando la situación. Cuándo o incluso si
descubrieron todos los detalles, él no lo sabría. Vincent seguía siendo solo
un soldado, sin importar quién fuera su padre, el cuál fue por eso que tuvo
que pasar el día trabajando en nuevos detalles de seguridad.
Los códigos fueron cambiados y solo se entregaron a ciertos hombres
en la familia. También había un nuevo guardia en el piso superior que
estaba al lado del elevador. Nunca habían requerido un guardia allí, ya que
la observaba la vigilancia. Además, para llegar a la oficina de Dante, tenías
que caminar por el largo pasillo y luego entrar a la sala de seguridad con
los televisores y los guardias, y finalmente podrías entrar a su oficina. Sin
mencionar que eras un idiota para querer subir a su elevador e ingresar el
código en primer lugar. Sin embargo, alguien todavía lo había hecho y
logró sacar a Al.
Vincent deslizó su tarjeta por la puerta, ansioso por ver a Lake otra
vez. Había odiado dejarla, no queriendo que algo como la noche anterior le
pasara a ella otra vez. Si no fuera por el trabajo y el nuevo guardia, no lo
habría hecho.
Subiendo rápidamente las escaleras cuando no la vio bajar, sintió
déja vu cuando no estaba allí. ¡Mierda, no, no, no! Era como si supiera que
ya no iba a estar en el baño.
Vincent cogió su teléfono y la llamó rápidamente. Al igual que la
última vez, fue directamente al correo de voz. Bajando las escaleras, notó
que sus llaves se habían ido. Ella lo había dejado descaradamente.
Saliendo por la puerta y por el pasillo, se detuvo frente al guardia.
—Chica, cabello castaño claro...
El guardia lo interrumpió:
—¿Alta y caliente? Sí, ella se fue hoy temprano.
Vincent flexionó la mandíbula.
—¿Cuándo? ¿Dijo algo? ¿Notaste algo?
—Supongo que hace un par de horas. Parecía que estaba en una
puta prisa...
Vincent ya estaba corriendo por el pasillo hacia la oficina de Dante,
rezando para que Sal estuviera en la sala de seguridad para ayudarlo a
averiguar dónde había ido.
¡Maldita sea, Lake!
Sabía que algo estaba terriblemente mal. Lo sabía, como siempre lo
hacía con ella. Vincent no pudo soportarlo más. Literalmente lo estaba
matando cada vez que hacía algo así.
¿Por qué me hace esto? Fue hasta el punto que él creyó que ella lo
disfrutaba.
***
—Oh, odiaría…
—Bueno, si insiste.
Él y Maria subieron las escaleras para ver un palo al final del pasillo
apuntalando el techo. ¡Mierda! Corrió por el pasillo, gritándole a Maria que
revisara en busca de Ashley.
Vincent quitó rápidamente el palo del camino con su corazón
palpitando fuera de su pecho. Tiró de la cuerda, desdobló las escaleras y
subió a rastras tan rápido como pudo. Con cada paso que daba, en su
mente repetía: por favor, que esté bien. Por favor, que esté bien. Por favor,
que esté…
—Lake… nena…
***
Los ojos de Lake se abrieron, solo para volver a cerrarlos cuando vio
que era solo un sueño. El sueño empezó a sentirse más real cuando sintió
su cuerpo ser colocado sobre algo suave.
—¿Vincent…?
Las lágrimas rodaron otra vez por sus ojos cuando se dio cuenta que
él era real. Se incorporó y envolvió sus brazos alrededor de su cuello,
sosteniéndolo tan fuerte como fue capaz.
—Por supuesto que sí. Siempre iré por ti, nena. —Le acarició el pelo
para que lo mirara y después limpió la lágrima que caía por su mejilla—.
¿Por qué no iría por ti? ¿No he ido por ti cada vez?
Cuando sus labios chocaron contra los de ella, no fue como otro
beso que le hubiera dado antes. Este beso sostenía otra promesa diferente,
una de posesión. Su boca se adueñó de la suya en una larga y caliente
caricia. Su cuerpo se estremeció cuando él se apartó y ella se encontró
cara a cara con la oscuridad dentro de él.
Maria subió suavemente las escaleras mientras ella seguía sin poder
apartar la vista de sus claros ojos azules.
—Quiero que te quedes aquí arriba con Maria. —Su voz fue tan fría
como sus ojos.
Oh, Dios.
—¿Por qué?
Lake podía ver que su madre y John se habían vuelto locos, y lo que
sea que se merecieran por herirla era algo que ella nunca podría tomar en
sus propias manos, por lo tanto, la elección no dependía de ella. Aun así…
Vincent cerró la puerta del ático sin sentirse mal por lo que estaba a
punto de hacer. Verla allí arriba así, sin saber si iría a salvarla, lo había
matado casi tanto como pensar que no estaría viva. No iba a arrepentirse
de lo que estaba a punto de hacer, y seguro que no lo lamentaba.
Dirigiéndose hacia el otro pasillo, entró por la puerta abierta de la
habitación. Maria le había dicho que Ashley no estaba allí, pero también le
había dicho que debería echarle un vistazo a su habitación.
Al entrar y mirar a su alrededor, vio bolsos y bolsas de cosas, todo
sin usar o usado, las etiquetas todavía en todo. Él supo de inmediato que
eran todas las cosas que su madre probablemente había comprado para
Lake, solo que Ashley las había tomado. A pesar de que Ashley no podía
usar la mayoría de los artículos, claramente le importaba una mierda,
simplemente quería tomar todo lo que pudiera de Lake.
Honestamente, era increíble la cantidad de cosas que podría haber
devuelto y todavía no lo hacía. Ashley también podría haberlo tirado, pero
no lo hizo. En cambio, lo había acumulado mientras miraba
constantemente el dominio que tenía sobre Lake. Era obvio que los
sentimientos de John por Lake habían deformado la mente de Ashley
también. Ambos querían controlarla, pero esa jodida mierda finalmente
había llegado a su fin.
Al bajar las escaleras, Vincent vio que Nero y Amo habían tenido el
placer de atarlos a las sillas de la cocina.
—Mierda, gracias a Dios. No puedo tomar estos estúpidos jodidos ni
un segundo más —dijo Amo, atando las muñecas de John detrás de su
espalda.
—No hay forma de que esta perra sea la madre de Lake. —Nero puso
las llaves de los coches sobre la mesa.
John comenzó a reír.
—Te dije que ella está muert…
El puño de Vincent golpeó su cara justo sobre su nariz ya rota,
causando un sonido terrible que estalló.
—Hijo de puta, no digas eso de ella otra vez. Ella no está muerta, y
jodidamente lo sabes.
John no se inmutó.
—¡Lo está! Ella no es nada sin mí, ¡al igual que su pedazo de mierda
de madre no era nada antes de mí! ¿Sabes por qué la llamo basura de
remolque?
Levantando un grueso calcetín de la mesa, Vincent comenzó a
sacudirlo, escuchando todas las monedas adentro.
—Porque su jodido padre nació y se crió en un parque de casas
rodantes. Sus padres probablemente eran malditos retardados
endogámicos. Y su madre es una puta que lo dejó para joder a alguien con
dinero. ¿Sabes qué es basura más basura? ¡Maldita basura! — Comenzó a
reír de nuevo—. Incluso la llamaron Lake porque la follaron en un lago, y
ahí fue donde fue concebida. ¿Lo ves? Es una maldita retrasadita como su
padre y una maldita puta...
Vincent movió el calcetín lleno de monedas en su cara, y luego
comenzó a golpearlo con él. El sonido de pequeñas piezas de metal
golpeando la carne dura lo satisfizo al escuchar llorar a la madre de Lake.
Pam forzó su rostro en la dirección opuesta, incapaz de mirar la
brutalidad de lo que estaba haciendo.
—¡Por favor, él me obligó a hacerlo! ¡Nunca lastimaría a mi bebé!
Deteniendo la golpiza, Vincent dejó a John mientras comenzaba a
toser sangre para enfocarse en su madre, agarrándola de la cara y
apretando su mandíbula.
—¿Te golpeó para atraerla aquí? No veo ningún maldito hematoma.
Cada vez que venía aquí, fingías que no sabías lo que él y Ashley le
estaban haciendo, pero ya lo sabías. Haces una jodida novela para ella
cada vez, llamándola "cariño" y "bebé", comprándola. Todo fue solo para
mantener la boca cerrada y hacer que siguiera viniendo todos los fines de
semana, porque si no lo hacía, entonces apuesto a que no te dejaba gastar
nada de su dinero.
Pam negó con la cabeza.
—No, eso no es...
Su mano se cerró sobre su garganta.
—Dime la maldita verdad, perra.
—¡Está bien! —Se atragantó—. ¡Le gustaba verla limpiar y llorar! Él
es mi esposo; se supone que debo mantenerlo feliz. Si lo mantengo feliz, él
devuelve el favor. ¡Así es como funciona!
La miró, escuchando la cosa más enferma que había escuchado en
su vida. Alzando el calcetín hacia atrás, la golpeó fuerte y rápido en un
lado de la cabeza varias veces, dándole una muerte semi-rápida. La perra
le había dado a Lake, pero necesitaba desesperadamente matar a uno de
los dos si quería hacer que el otro sufriera más. Estaba a punto de follar a
los dos con sus malditas bocas, pero necesitaba sacar la muerte del otro.
Dirigiéndose a John y dándole unos cuantos golpes más en las
costillas, se metió el calcetín lleno de monedas en la boca.
—Hijo de puta, mientras te sientas aquí y mueres, quiero que
pienses en cómo nunca podrás llamar a Lake por otro nombre, cómo
nunca serás capaz de decirle qué hacer, cómo nunca verás caer otra
lágrima en su cara. Te mató pensar cómo nunca pudiste vencerla después
de todos estos años, ¿no? Sabías que nunca te pertenecía, y luego, cuando
ella se fue y no regresó, te diste cuenta de que nunca ibas a poder
terminar lo que has intentado hacer durante años.
Vincent agarró uno de los tanques de gasolina de la mesa y comenzó
a mancharlo.
—Lake es mía, hijo de puta. Nunca fue tuya, y nunca lo será.
Dejando el tanque, miró a Nero y Amo.
—Llenen el resto de la casa mientras consigo a Lake y Maria.
Nero y Amo asintieron antes de recoger los tanques y comenzar a
ponerse a trabajar.
Vincent subió las escaleras, todavía sin remordimiento. Los dos lo
habían perdido por completo desde la última vez que estuvo allí. Esas
'personas' ya no eran personas. Por eso no los trataba como personas.
Ella es una maldita retardada como su padre y una maldita puta.
Pasó una mano tranquilizadora por su cabello, diciéndose a sí
mismo que no sería mucho más.
Es por eso que te vas a quemar, hijo de puta.
***
—¿A dónde vas? —Lake envolvió sus brazos alrededor del cuello de
Vincent, deteniéndolo de intentar atar su corbata.
Él agarró su trasero, levantándola del suelo y haciéndola envolver
sus piernas alrededor de su cintura.
—Tengo que ir a trabajar. ¿Aún no estás cansada de follarme?
Lake había sido follada por Vincent sin misericordia durante dos
noches seguidas. Y mierda, no, no estoy cansada de ello aún. Aunque, no
pensaba que él necesitaba saber eso.
Se mordió el labio inferior, tomándolo entre sus dientes.
—Un poco.
Sus ojos se enfocaron en ella, pero el sonido de un toque en la
puerta lo hizo gruñir.
—Estás con suerte que él esté aquí; de lo contrario, te haría
inclinarte y te azotaría por ello.
¿Eh, por favor?
Después que la dejó en el suelo, agarró su mano y empezó a llevarla
por las escaleras mientras ella sacaba la imagen sexy de su mente.
—¿Quién está aquí?
Él le dio uno de sus besos calientes que siempre le hacían olvidar
todo lo que estaba pensando.
—Volveré esta noche, y no creas que no te azotaré por eso cuando
vuelva. —Dejó un desastre la sala de estar mientras se acercaba a abrir la
puerta.
—Espera, no… —Lake giró su cabeza para ver a su padre de pie en
el marco de la puerta. Lágrimas comenzaron a llenar sus ojos. No lo había
visto en tanto tiempo.
Corriendo hacia él, rompió a llorar cuando finalmente fue capaz de
abrazarlo de nuevo.
—Te extrañé mucho.
—Yo también a ti, mi niña.
***
Había pasado una semana sin nada más memorable que follada
constante. Gracias a Dios.
Era lindo por casi no ser asesinada por una semana completa; sin
embargo, ella estaba comenzando a sentir la necesidad de ser un poco
mala. Había aprendido que un poco de maldad era bueno. Disfrutaba
siendo azotada por tanto el lado bueno y malo de Vincent. De acuerdo, tal
vez más por el malo.
Lake se subió sus calcetas un poco más y luego bajó su nuevo
vestido, pensando sobre toda la diversión que ella y Sadie habían tenido al
comprar con la tarjeta de crédito de Vincent. Sadie, por supuesto, había
tenido la mayor diversión gastando su dinero y hacerla comprar todo un
ropero completo de ropa de encaje de varias tiendas de sexo. Incluso
cuando él había visto la cuenta de la tarjeta de crédito, había dicho que
valía completamente la pena.
También había pasado toda la semana diciéndole que su deuda ya
estaba saldada y que iba a quedarse mucho más que el verano. Vincent
incluso había llenado una aplicación para ella para ir a la universidad en
la Ciudad Kansas. Lake no había dicho ni una palabra en respuesta, sin
embargo, y podía ver que eso lo estaba poniendo un poco enojado, que ella
no había completamente acordado. Pero eso va a cambiar por completo esta
noche.
—¿Realmente vas a hacer esto de nuevo? —dijo Elle nerviosamente
mientras salían hacia el pasillo y se colocaban en frente de la puerta.
Lake la miró fijamente, su mano ahuecándose sobre la puerta.
—Um, ¿cómo fue el sexo cuando llegaste a casa?
Elle rápidamente tocó la puerta.
Riendo ante su amiga, quedó en silencio cuando la puerta se abrió
de golpe.
—Eh… eh… estábamos preguntándonos si…
Ambas chicas tragaron con sus gargantas muy secas mientras sus
ojos iban hacia el muy sudado y musculo cuerpo, solo en pantalones
vaqueros colgando bajo sobre sus caderas.
—¿Sí, cariño? —Lucca le sonrió, cruzando sus brazos mientras se
inclinaba contra el marco de la puerta, su cuerpo completamente
bloqueando la vista.
Lake estuvo perdida un momento antes de que sus ojos volvieran a
su rostro.
—Nos preguntábamos si podrías llevarnos a Poison de nuevo —dijo
ella de golpe.
Mirándolas de nuevo, sus ojos observaron sus cuerpos.
—Tengo una mejor manera de ponerlos celosos, cariño. ¿Les
gustaría entrar y descubrirlo?
Si…
Elle se aclaró la garganta.
—No, gracias. Vamos a bailar, pero Vincent y Nero pagaron al
guardia para asegurarse de que no nos salgamos.
Lake mordió su labio, sacudiendo su cabeza cuando la miró por una
respuesta, incapaz de hablar. Ella tenía miedo de que su voz la traicionara.
Sus ojos rodaron sobre ellas una última vez.
—Es una pena. Denme diez minutos.
Las cabezas de Elle y Lake se movieron a un lado mientras él
cerraba la puerta, esperando asomar la mirada dentro. Cuando la puerta
se cerró, ambas soltaron la respiración.
—Maldita sea, ¿es malo que haya querido entrar? —Lake comenzó a
caminar en círculos, abanicándose a sí misma.
—Infiernos, no. También quería ver qué había allí, y jodidamente lo
odio. —Elle inclinó su espalda contra la pared, recostando la parte
posterior de su cabeza.
Lake miró a Elle.
—¿Equipo Lucca?
Elle la miró de vuelta.
—Tal vez por una hora… o un día…
Sip… un día a lo mucho.
Ambas prácticamente saltaron cuando la puerta se abrió, un fresco
Lucca duchado y vestido apareció.
—¿Están seguras de que no están tratando de ponerlos celosos? —
preguntó Lucca, caminando por el pasillo.
Elle trató de explicar:
—No, el punto no es ponerlos celosos. Ni siquiera bailamos con
nadie.
—Sí, es solo para divertirnos y ponerlos un poco enojados cuando
lleguemos a casa —agregó Lake.
—Ya veo. —Lucca pasó al guardia. Luego el guardia detuvo a Lake y
Elle detrás de él.
—Ustedes saben muy bien que no puedo dejarlas ir por el elevador,
especialmente cuando se ven así. Nero y Vincent me despedirán y patearán
mi trasero.
Lucca apretó el botón y sacó un par de billetes de cien de su bolsillo.
—Eres un mejor hombre que yo. Al menos yo hubiera tenido que
pedirles follarlas para dejarlas pasar. —Colocó el dinero en el bolsillo de la
chaqueta y envolvió sus brazos alrededor de los hombros de Lake y Elle—.
Aunque haz eso, y cortaré tu jodida garganta.
—No, señor, no lo haré. —El guardia retrocedió, dejándolas pasar.
—Me aseguraré de decirles que pongan una buena pelea, y mereces
más dinero por lo que haces. —Dejó a las chicas entrar al elevador.
El guardia asintió hacia él.
—Gracias señor.
Las bocas de Lake y Elle estaban en el suelo mientras la puerta se
cerraba.
Santo Jesucristo Dios todopoderoso, lamento…
—Entonces, ¿no quieres que le diga a Nero y Vincent que están en
Poison? —Lucca rompió el silencio cuando el elevador bajó unos cuantos
pisos.
Lake le reveló la otra razón por la que habían querido que él venga.
—Nop, nosotros queremos totalmente que lo hagas.
—¡Ahí están! Rápido, actúen sexy como lo hicimos la última vez. —
Lake rápidamente se movió detrás de Elle y colocó sus manos en sus
caderas, moviéndose detrás de ella.
—¡Oh, mierda, se ven enojados! —gritó Elle, mirando por la esquina
de su ojo con cuidado.
—Solo porque ellos ven lo que estamos usando. Lo superarán. —
Lake movió el cabello rubio-fresa de Elle a un lado de manera sensual, lo
que también mostraba sus increíbles pechos.
Ella observó a Nero colocarse en frente de Elle mientras ella sentía
manos envolviéndose en su cintura y dándole la vuelta. Estaba ansiosa por
descubrir con qué Vincent se iba a encontrar. La mejor jodida parte era ser
capaz de follar a dos chicos sin que sea traición. Lake se había aclamado
ser completamente la chica con más suerte en el mundo.
Su cabello fue agarrado y fue forzada a mirar en los ojos brillantes.
Mmm… Vincent malo.
Prácticamente leyendo su mente, agarró su cabello apretadamente,
jalándola hacia abajo así su boca estaba ampliamente abierta para que su
lengua se deslice dentro y la posea.
—Sabes que no tienes permitido usar mis jodidos trajes sin mí, y
sabes el castigo por escapar de mí —le gruñó.
Ella ya estaba sin aliento cuando él dejó de besarla.
—Y-yo no escapé de ti. Me aseguré que Lucca me trajera aquí a salvo
y le dije que te dijera a dónde estaba yendo. Pensé que te gustaría
encontrarme así aquí para ti. —Ligeramente se levantó el frente de su
vestido, revelando las calcetas altas de encaje.
Girándola y poniéndola de espaldas, sus manos fueron a lo alto de
sus muslos, luego agarraron sus caderas, jalándola contra su pene duro.
—Lo hago, así es lo mucho que lo aprecio, nena.
Lake movió sus caderas de la forma en que siempre lo mataba a él,
rodando su trasero hacia atrás en él hasta que su pene estaba
perfectamente entre las mejillas de su trasero.
—Buena chica —la aduló antes de morder su cuello.
Jodidamente amo cuando dice eso.
Ella continuó el movimiento, sintiéndolo ponerse más duro con cada
giro de sus caderas. Lake lo había tenido completamente erecto y
gruñendo en cuestión de minutos. Un par de giros más, y él…
Vincent fue sacado de su sueño cuando Lake fue jalada de su
agarre. Alzando la mirada, Elle la había jalado para bailar en frente de ella
mientras Nero bailaba presumidamente detrás de Elle. Todos estaban
bailando en un tren sensual, del cual Vincent no era parte.
Lake se rio de él cuando trató de agarrarla de vuelta pero Elle y Nero
mantuvieron sus caderas, evitando que se vaya.
—Te dije, imbécil, que te devolvería todo por tu mal cálculo —siseó
Nero y se rió de él al mismo tiempo.
—Hijo de puta, yo no te interrumpí cuando Elle estaba chupando tu
pene en el ropero. —Agarró de vuelta a Lake cuando Elle soltó sus manos
en sorpresa—. Esperé incluso después de eso.
Lake se rio histéricamente mientras Vincent rápidamente la movía a
través de la multitud, lejos de Nero. Vincent luchaba tan sucio como
hablaba, y ella no creía que Nero iba a volver a hacer eso pronto.
Llevándola a un sitio silencioso en la parte de atrás, la empujó
contra la pared, recostando su mano sobre su garganta y frotando su
pulgar sobre su pulso.
—Te amo.
—Yo también te amo —le dijo ella, dejándole sentir que era cierto. No
había esperado esas palabras de él después de haberla empujado contra la
pared. Mmm… amo el Vincent bueno.
—¿Lo haces? —continuó frotando su pulso.
Ella miró hacia sus ojos azules bebé.
—Le pedí a Lucca mi favor hoy.
Su pulgar dejó de moverse.
—¿Qué le pediste?
Viendo el nerviosismo en sus ojos hizo que su corazón anhele
deshacerse de este.
—Le pedí que convierta a mi padre en un hombre hecho a sí mismo.
Alejando sus manos de su cuello, las colocó al lado de su rostro.
—¿Lo hiciste? —susurró con fuerza, presionando su cuerpo en el de
ella.
—Sí —susurró ella de vuelta, diciéndole que era su para siempre en
una palabra.
Ese único favor de Lucca era la única cosa que la hubiese alejado de
Ciudad Kansas y de Vincent para siempre.
Lake había tomado el consejo de Lucca de buscar en Google las
reglas de la mafia y encontró que solo unas cuantas veces en la historia
una familia famosa había convertido a un mafioso sin raíces italianas.
Cuando ella le había pedido que esta fuera una de sus excepciones, Lucca
le había dicho que lo lograría. Ella había sellado su suerte para siempre en
el momento en que pidió que su padre sea convertido. No había el escapar
de la mafia cuando tu padre era convertido. Aunque no importaba.
Planeaba quedarse con Vincent hasta el fin de los tiempos.
Él siempre me encontrará. Siempre me salvará. Es mi familia ahora.
Yo soy suya. Para siempre.
Cuando él la besó con fuerza y ella vio la pasión en sus ojos, una ola
de placer corrió a través de ella que lo complació.
La mano de Vincent fue debajo de la parte posterior de su vestido, y
encontró que no estaba usando bragas. Apretó su trasero desnudo.
—Buena chica.
Todos sufren de un día malo.
Otros sufren durante meses.
Solo debes saber que el sol se elevará mañana,
Y luego el viento puede soplar en tu cabello de nuevo.
Rendirse es fácil,
Pero la vida misma vale la pena.
Así que despierta mañana.
Es otro día más cerca, otro paso hacia sentir el viento.
Vale la pena despertar mañana para ver terminar tu
sufrimiento.
-Sarah Brianne.
Chloe (Made Men #3)
La Bestia y el Coco.
¿A quién escogerá?