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ZIMMERMANN
EDITORIAL SUDAMERICANA
UNIVERSIDAD DE SAN ANDRÉS
BUENOS AIRES
Agradecimientos
7
nal especializado cumplieron en
reclutamiento y preparación de perso
la formación de los Estados modern os p�eden verse en �?lfram
F ische r y Peter Lund gren, "The Recru1tment and ';I'ra1mng of
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opuestas de un sistema político, dado el dilema que planteaba a fueron ardientes promotores de la reforma electoral de 1912
las nuevas naciones la dicotomía entre orden y libertad. Char hubo quienes rescataban el valor de una aproximación conser
les Hale ha ilustrado cuán influyente resultó ser en América vadora a la política. Indalecio Gómez, ministro del Interior y
Latina la elaboración europea de un "conservadorismo liberal", diseñador de esa reforma, reconoció durante los debates parla
derivado de las experiencias de la Tercera República Francesa mentarios de la nueva ley electoral que el sistema que estaba
y la República Federal Española, que combinaba por un lado por ser transformado había al menos tenido éxito en conformar
elementos de liberalismo político, principalmente a través de una clase conservadora de una voluntad y energía capaces de
garantías constitucionales, y por otro la defensa de un Estado resistir la anarquía, la revolución y el desorden. En esta ver
fuerte y centralizado. Por otra parte, como puede también tiente, el conservadorismo era entendido como una actitud de
apreciarse en los mismos trabajos de Hale, el positivismo influ oposición a los cambios bruscos o violentos en el orden político
yó en la historia política latinoamericana de manera decisiva que pudieran aumentar los riesgos de un retorno a la anarquía
al brindar un canal de reconciliación entre el liberalismo y la y las luchas civiles, y no como una negativa filosófica al avance
tradición del gobierno fuerte, reconciliación justificada por la de los principios liberales y progresistas que había enfrentado
aproximación "científica" a los problemas políticos que las dis el conservadorismo europeo.4
tintas variantes del positivismo ofrecían.2 Existió otra corriente que podría identificarse como con
En la Argentina, tanto la Constitución Nacional de 1853 servadora que, aunque no utilizara esta designación específica
como las reformas institucionales de la década de 1880 refleja mente, tenía varios puntos de contacto con la oposición
ron la coexistencia de fuertes principios liberales y de una doctrinaria a las transformaciones inspiradas por el liberalis
aceptación del espíritu conservador como reaseguro contra la mo que levantaron algunas variantes del conservadorismo eu
peligrosa tendencia a las luchas internas y la anarquía que ropeo. En particular, la oposición católica a las transformacio
habían sido palpables en un pasado no muy lejano. La Consti nes institucionales secularizadoras impulsadas por el
tución Nacional de 1853 había sancionado esa fórmula al se roquismo a partir de 1880 estuvo impregnada de elementos
guir la receta de progreso imaginada por Alberdi: la extensión doctrinarios conservadores. Durante la primera presidencia de
de amplias libertades civiles y económicas junto a una estruc Roca se hizo patente la encrucijada de los liberales que debían
tura de poder político centralizada y concentrada en el Ejecuti construir un Estado nacional: algunas de las reformas institu
vo nacionaJ.3 La continuidad de esta línea de pensamiento se cionales introducidas -la creación del Registro Civil, la
reveló claramente en las preferencias de la dirigencia política secularización de los matrimonios y del registro de nacimientos
del ochenta, que en su mayoría se inclinaba por un enfoque y defunciones, el establecimiento de un sistema nacional de
conservador de la política como garantía de las libertades educación primaria laica- enfrentaron al Estado liberal con la
civiles Y económicas y del gradual perfeccionamiento del orden Iglesia, dando lugar a la confrontación ideológica más impor
político: tanto Roca como Pellegrini (mientras éste se mantuvo tante del período, que reproducía a su vez el conflicto entre el
cercano al primero), por ejemplo, argumentaron en favor de un Estado moderno y la Iglesia que tuvo lugar en la segunda
enfoque gradualista y prudente de los cambios políticos ante mitad del siglo diecinueve en Europa.5 En sus memorias, Ra
b
poniendo la necesidad de un proceso de mejora de há itos y món J. Cárcano describió los enfrentamientos entre liberales y
costumbres a cualquier reforma institucional drástica. Así católicos en Córdoba durante las celebraciones en 1880 por el
como Roca y Pellegrini, entre otros, concebían en cierto mo décimo aniversario de la entrada de las tropas nacionales ita
mento al conservadorismo en términos de la mejora gradual lianas en Roma. Los liberales cordobeses, apoyados por la co
d �l sistema político, para otros el espectacular progreso econó munidad italiana, vivaban por igual a Mazzini, Cavour,
Garibaldi, Roca y Juárez Celman, asociando la lucha de los
�mco del país implicaba una reivindicación de la postergación o
mcluso la completa eliminación del debate político. El presi liberales italianos con la de sus pares argentinos. Los vínculos
�ente ��árez Celm� afirmaba ante el Congreso .en 1889 que entre estos dos grupos tenían ya cierta consistencia: el mismo
1a �ohbca ( ... ) comienza a ser escasa, para bien de nuestra Cárcano era hijo de un inmigrante italiano que había sido
patria, ':( pronto habremos de prescindir de ella o transportar miembro de la Joven Italia y luchado contra los austríacos en
su senbdo a los hechos administrativos". Aun entre quienes 1848. Podía sumarse también el antecedente dado por el en-
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cuentro entre Garibaldi y los liberales argentinos exiliados en preocupación por la limitación del poder estatal y la necesidad
Montevideo durante la era rosista, y el hecho de que varios de construir y utilizar un Estado fuerte como herramienta en
inmigrantes italianos -que compartían se �ti
,
n;li
ent �s liberales el proceso de construcción de la nación. En el caso argentino,
y anticlericales- hab1an reforzado sus comc1denc1as con los además del debate entre católicos y liberales, surgieron argu
grupos liberales argentinos a través de lazos familiares.6 mentos similares en los debates sobre la federalización de la
Estas relaciones no hacían sino presagiar el conflicto en ciudad de Buenos Aires. En 1880, Leandro N. Alero trataba de
tre liberales y católicos argentinos, que alcanzó el pico de defender la autonomía de Buenos Aires contra el proyecto de
mayor intensidad tras el Congreso Pedagógico de 1882 y la federalización, sugiriendo que la cesión de la ciudad de Buenos
consecuente sanción de la ley 1420 de educación en 1884. El Aires implicaba reforzar aún más el ya poderoso gobierno cen
gobierno reaccionó severamente a los actos de oposición de la tral, y darle al Ejecutivo nacional el control sobre el único
Iglesia Católica: el nuncio apostólico fue expulsado y algunos resorte de poder independiente que quedaba en la república.9
profesores de extracción católica perdieron sus puestos. Cuan Tanto la crítica católica de Estrada como la autonomista
do Juárez Celman reemplazó a Roca en la presidencia en 1886, de Alem se nutrían de una línea de análisis del Estado liberal
Miguel Cané, a cargo de la legación diplomática en Madrid, desarrollada por Tocqueville y los doctrinarios franceses, y por
debió asegurar a la opinión pública española, ante los anuncios algunos exponentes del conservadorismo europeo: la construc
en contrario hechos por la prensa local, que el nuevo presidente ción del Estado liberal resultaba en un proceso de centraliza
no tenía intenciones de ordenar la separación de Iglesia y ción política y atomización social, que eliminaba toda institu
Estado. La potencial emigración a la Argentina, razonaba ción intermedia entre los individuos y el Estado. 10 En el caso de
Cané, podía ser perjudicada "alarmando las masas rurales, los católicos, como veremos, esta crítica se extendía al debate
profundamente católicas, con la perspectiva de conflictos y sobre la cuestión social: el Estado liberal era responsable tanto
agitaciones de carácter religioso".7 por el predominio dellaissez {aire económico que abandonaba a
En el plano doctrinario, los católicos basaron su oposición su suerte a los más necesitados, como por el ataque a institu
al liberalismo en las negativas consecuencias que el proceso de ciones intermedias -como la Iglesia- que tradicionalmente ha
secularización tendría en términos de concentración del poder bían servido como refugio para tales emergencias. Pero el cato
en el Estado y la consecuente eliminación de instituciones licismo social no fue la única voz que cuestionó los principios
sociales intermedias. Ya en 1871 José Manuel Estrada -que fue del liberalismo económico que inspiraban buena parte de la
despedido de su cátedra en el Colegio Nacional en 1883- había acción oficial; numerosas otras vertientes, que corrían tanto
advertido sobre por el oficialismo como por la oposición, ofrecieron divergentes
puntos de vista en la materia.
la falta de organización social, que sin aumentar las fu erzas
individuales por su aglomeración libre y orgánica, sin criar
centros competentes de acción y de resistencia, pone toda la
actividad en manos de la autoridad política de la cual los pue Liberalismo e intervencionismo económico
blos esperan en vano los bienes que se prometieron al resignar
se a su omnipotencia. Al analizar la prevalencia del liberalismo económico en la
Argentina de fm de siglo, el historiador británico H.S. Ferns
Estrada argumentaba que la centralización del poder efec concluyó que "ningún país del mundo incluyendo Gran Bretaña
tuada por el Estado liberal sobre otras instituciones sociales implementó durante tanto tiempo políticas económicas y co
culminaría también con la muerte de los "derechos municipa merciales liberales dirigidas a dejar a las fuerzas de mercado
les" y del localismo, y, en definitiva, con la extinción de toda la determinación de qué se producía, quién lo producía, qué se
protección de derechos y libertades que no fuera la del Estado invertía, y dónde se invertía." Queda para los historiadores
central: "Así resulta literal y llanamente cierto que el liberalis económicos juzgar la certeza de este juicio, aunque sí puede
mo promulga la religión del Dios-Estado."8 apuntarse que si bien las discusiones en torno a la política
El diagnóstico de Estrada apuntaba a la ya mencionada económica fueron en general atenuadas por los exitosos resul
tensión existente en el liberalismo latinoamericano entre su
tados alcanzados por las políticas liberales del período, las
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opiniones sobre la amplitud con que debía entenderse el libera criticaba a los políticos que "con una extraña perversidad ... han
lismo económico estaban lejos de ser uniformes, y la constante constantemente abogado por una elevada tarifa protectora".
fue más bien la heterodoxia en la aplicación de tales principios. "La Argentina", concluía, "es claramente un país proteccionis
Desde la sanción del Código de Minería o la política monetaria ta." Y en 1910 Urien y Colombo coincidían describiendo al
de Juárez Celman en los años ochenta, hasta algunas prescrip sistema económico del país como "francamente proteccionis
ciones de Miguel Ángel Cárcano en su estudio sobre el régimen ta".15
de la tierra pública de 1916, fueron acumulándose numerosos Similares desacuerdos surgieron en torno al papel que
ejemplos de disidencias o heterodoxias frente al liberalismo debía cumplir el Estado en otras áreas de la economía. En 1887
clásico. Como ha señaladoTulio Halperín Donghi, "en la Argen el presidente Juárez Celman afirmaba en su mensaje anual al
tina la fe en las leyes de mercado aparecía compatible con el Congreso que era conveniente para la Nación el "entregar a la
reconocimiento de un rol estatal más complejo que el de demo industria privada la construcción y explotación de las obras
ler las barreras legales heredadas del pasado"Y públicas que por su índole no sean inherentes a la soberanía". l6
Una de las áreas en las que la intervención o abstención Ese mismo año, la discusión sobre la provisión de un sistema de
del Estado provocó mayores discusiones fue la de la protección aguas corrientes en Buenos Aires por una compañía privada,
arancelaria a la industria nacional. Desde los debates de 1875- dio pie a diversas opiniones. Por una parte, tanto Eduardo
76, en los que Carlos Pellegrini y Vicente F. López defendieron W ilde, representando al gobierno y a favor del proyecto, como
el proteccionismo, los debates en torno a los aranceles aduane Aristóbulo del Valle, que se oponía al mismo, coincidían en que
ros fueron una nota recurrente en el debate económico nacio "los gobiernos son malos administradores". Por la otra, el gene
nal.12 En 1899 el presidente Roca reconocía a dirigentes indus ral Roca escribía desde Europa preocupado por las negativas
triales que la protección "moderada" resultaba una herramien reacciones que la medida había desatado en la opinión pública
1
ta necesaria para el desarrollo de la industria nacional, y y concluía:
Felipe Yofre, destacado dirigente roquista, confirmaba la con
solidación de Pellegrini como líder de una corriente proteccio A estar a las teorías de que los gobiernos no saben administrar,
nista dentro del Partido Autonomista Nacional, afirmando: llegaríamos a la supresión de todo gobierno por inútil, y debe
"nuestro partido vestirá la escarapela azul y blanca del protec ríamos poner bandera de remate a la Aduana, al Correo, al
teléfono, a los puertos, a las Oficinas de Rentas y a todo lo que
cionismo nacional..." 13 Los dirigentes industriales, a través de
constituye el ejercicio y deberes del poder.17
la Unión Industrial Argentina, por su parte, mantenían una
constante prédica e n favor del proteccionismo, obteniendo cier
En 1901, Marco M. Avellaneda, diputado nacional (y años
to grado de éxito, como en la ley de aduanas de 1906. Ezequiel
más tarde presidente del Departamento Nacional del Trabajo),
Ramos Mejía, miembro del gabinete durante la presidencia de
criticaba al abstencionismo estatal en la economía siguiendo
Figueroa Alcorta (1906-1910), afirmó en sus memorias que en
parecidos argumentos:
aquella oportunidad "el gobierno tomó una actitud completa
mente decidida del lado del proteccionismo", y, más reciente
Por haber seguido a un sociólogo europeo a quien se le ocurrió
mente, Carlos Díaz Alejandro, en su estudio sobre la evolución decir que el Estado era un pésimo administrador, nos hemos
de las tarifas aduaneras en la Argentina, concluyó que tras la desprendido de todos nuestros ferrocarriles, de nuestras gran
modificación de 1906 la política comercial del país no podía ser des empresas y obras públicas, disipando pródigamente una
descrita como librecambista.14 Numerosos observadores con fuente constante y segura de recursos. para el tesoro fiscal.18
temporáneos criticaron lo que se entendía como una política
proteccionista y de privilegios a los industriales. Por un lado, la Por su parte el diario La Nación empre n.dió en 1906 una
lucha contra la protección aduanera se convirtió en una de las intensa campaña en favor de la nacionalización de los servicios
banderas del Partido Socialista. Por otro, algunos de los nume públicos. El primer paso fue una serie de editoriales atacando
rosos estudios sobre la evolución argentina aparecidos en la "la peregrina teoría de que el Estado es mal administrador y
primera década de este siglo atacaban la política proteccionista que conviene confiarlo todo al capital privado (. .. ) En todos los
del gobierno. En 1908, un observador británico, N. L. Watson, países bien administrados se tiende a la oficialización de los
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servicios públicos como un medio de abaratarlos, evitar los característica común a las llamadas regiones de asentamiento
trusts, los monopolios y las confabulaciones. . . " Al mismo tiem reciente:
� �
po se abogaba por una polític� es at�l m � firme � ontra los
latifundios y a favor de una meJOr distnbuc1on de la tierra, y se La era que valorizó los principios dellaissez {a ire liberal fue la
introducía a la dependencia económica como un serio peligro, misma en la que el conocimiento científico despertó el optimis
mo en la creencia de que la gente podía ejercer control sobre su
dada la participación del capital extranjero en los servicios
ambiente y sobre su destino. En las fluidas soc1edades de
públicos argentinos: "políticamente independizados, estamos
asentamiento reciente, estas dos tradiciones se fusi onaron
en una dependencia económica tal, que ni aun los asuntos exitosamente en una filosofía política pragmática que combina
internos podemos dirimir por nosotros mismos. La voluntad ba nociones e c o n ó micas liberales c o n el acti v i s m o e
argentina se quiebra o se dobla contra la muralla del capital intervencionismo gubernamental. 21
extranjero ... " Finalmente se reclamaba expresamente la nacio
nalización de los servicios públicos (principalmente electrici El pensamiento político liberal de fines de siglo, por otra
dad, teléfonos y ferrocarriles), lo que se describía como "un parte, estaba fuertemente marcado por una profunda transfor
anhelo que se difunde cada vez más... " En un paso seguramente mación: desde los primeros intentos de John Stuart Mill por
vinculado con esta campaña, Emilio Mitre, probablemente res fusionar preocupaciones liberales individualistas con inquietu
des más cercanas a la tradición socialista, hasta la reelabo
ponsable de esta línea editorial, diputado nacional y líder del
ración de un "nuevo liberalismo" británico basado en una con
Partido Republicano, promovió en el Congreso la sanción de la
cepción "positiva" de la libertad en autores como T.H. Green, o
ley 5315, conocida como la "ley Mitre", que establecía un minu
Leonard Hobhouse (que tendría su expresión política en el
cioso control del Estado del proceso de fijación de las tarifas
ministerio liberal de Lloyd George de comienzos de siglo), e
ferroviarias. 19
incluyendo al "solidarismo" francés de la Tercera República, a
Para otros la intervención estatal en la economía estaba
las variantes reformistas sociales en el liberalismo alemán o al
fundada en la cláusula constitucional que encargaba al Con
reformismo social en la Restauración española, y -más cerca
greso la promoción y establecimiento de la inmigración, de
nos a la experiencia argentina- a los movimientos progresistas
ciertas industrias y obras públicas, lo que además resultaba
en Australia, Canadá y los Estados Unidos, una buena parte
comprensible en un país joven:
del liberalismo occidental apuntaba hacia una extensión del
papel del Estado en la solución de ciertos problemas sociales,
aquí, donde el capital apenas comienza a existir, (. . . ) el Estado que convergería en muchos de esos casos con las propuestas del
debe atender todos los ramos; debe operar en los negocios como reformismo socialdemócrata.22
contratista, apoyando el establecimiento de industrias a través
Como veremos, en la Argentina este tipo de Interpretacio
de premios y recompensas, y estimular la introducción de capi
nes no era privativo de ninguna línea partidaria en particular,
tales e inmigrantes. 2 0
sino que se extendía por todo el espectro político.
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oficialismo motivó en parte la explo
�
siv:a c �rta e renuncia que repr esentantes en el Congreso. Proyectos de legislación social
El partido radical merece más su título por los procedimientos Yo miro estas leyes de mejoramiento social, no como leyes socia
que le son favoritos que por su programa. Representa un simple listas, sino como leyes de civilización y de progreso; y si fuera
movimiento de indignación contra lo existente, antes que un posible clasificarlas, las llamaría más bien leyes antisocialistas,
partido de doctrinas revolucionarias. Sus aspiraciones se basan porque vienen a romper las diferencias existentes entre las
en la reforma moral del país más que en la reforma política. clases . . . , porque tienden a borrar los surcos abiertos por las
Quiere la pureza del sufragio, la integridad administrativa, con tendencias del sectarismo y por los prejuicios que dividen la
otras nobles y vagas aspira ciones, que lo mismo po drían figura r sociedad.
en el programa de un partido con servador. Aparte de esto, no ha
hecho ninguna afirmación claramente revolucionaria en las Si bien Araya parecía rechazar y condenar el enfoque
cuestiones religiosas y sociales que tanto preocupan hoy al socialista por clasista y sectario, alegando que el radicalismo
radicalismo de otros países. 25
apuntaba a un ideal de armonía entre clases, quedaba claro
que en el plano electoral los radicales estaban dispuestos a
Cuando el radicalismo anterior a 1916 se involucró en el
competir abiertamente con los socialistas por el voto obrero.
debate de la cuestión social lo hizo más por consideraciones
Un año más tarde, el mismo Araya afirmaba en la Cámara de
prácticas que ideológicas. Tras la sanción de la ley Sáenz Peña
Diputados:
los radicales montaron una eficaz maquinaria política a través
de los comités, distribuyendo pan, leche y carne a bajos precios,
Es natural que no sólo al partido socialista pueda interesar lo
y lanzando una campaña de organización de los consumidores que signifique una situación ventajosa para el obrero, porque el
"para oponer a los excesos de los trusts la acción de conjunto de pueblo trabajador es el que constituye las nueve décimas partes
los compradores organizados". En un número de la Revista de la población del país y comprende la sustancia de todos los
Argentina de Ciencias Políticas de 1915 dedicado al radicalis partidos . . .
mo, se destacaba esta evolución:
Al mismo tiempo, Araya dejaba en claro que sus preocupa
El pan radical, la leche radical, la carne radical, la semilla ciones por la reforma social no tenían vinculación con lo que se
radical (y luego el alojamiento radical y el homestead radical)
conocía como socialismo de Estado, ni implicaban una indebida
demuestran bien que el partido desea esa moderada interven
expansión de la esfera de acción estatal. Más aún, en su proyec
ción del Estado que corrige los rigores del laissez {aire económi
to sobre seguro contra accidentes de trabajo, Araya otorgaba el
co para con los pobres, los desarmados en la lucha, moderada
intervención a la que los ingleses dan el acertado nombre de manejo y administración del mismo a asociaciones privadas: "a
"paternalismo". Es un excelente punto de programa mínimo, cada momento tenemos ocasión de ver que en casi todos los
económico-social. asuntos atendidos por el Estado existen deficiencias tales que
lo colocan a un nivel completamente inferior al desempeño que
Los propósitos electoralistas de este nuevo paternalismo cumplen las empresas privadas". Además de una cuestión de
radical fueron rápidamente denunciados por la prensa eficiencia, Araya retomaba la idea de armonía social que podía
anarquista, que atacó a los radicales duramente.26 ser puesta en peligro por el inevitable faccionalismo implícito
Que tras la sanción de la ley Sáenz Peña los radicales en la lucha por el control del aparato estatal:
estaban ansiosos por aparecer como una alternativa a los socia
listas para el voto obrero quedó demostrado por algunos de sus Considero que el Estado no es más que el gobierno, un grupo de
50 51
personas qu �, por 1o genera
l representan un partido y con el adulaciones y desprecio: ¿qué importa si la soc1edad se enri
Partido 1d �as que le son �
pro ias y que muchas veces encarnan
. . , · ·
quece?28
·
egoísmo de asociacJOn, y que, por cons1gu1en-
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ego¡smo de cuerpo
• .
los mtereses soc1a es.
t E:, no es la encarnación de todos Éstos eran argumentos adelantados por los movimientos
católicos sociales y por los conservadores continentales euro
En su proclamado propósito de superar las divisiones de
peos, particularmente en Francia, Alemania y España, y serían
clase y su desconfianza hacia la expansión del Estado, el enfo
retomados por los sucesores de Estrada en laArgentina.29 Esta
que de la reforma social expresado por el r�dical Aray � se
sucesión se encarnaría principalmente en los Círculos de Obre
asemejaba al de otras fuerzas políticas refornnstas de comien
ros Católicos creados en la década de 1880 y que apuntaban a
zos de siglo, desde el "nuevo liberalismo" �ritáni co y el
la difusión y defensa de los principios católicos entre los traba
"solidarismo" francés, hasta algunas de las vertientes " progre
jadores, y luego a contrarrestar la creciente influencia del
sivas" norteamericanas. Otras fuerzas opositoras al oficialismo
socialismo en el movimiento obrero. En 1884 José Manuel
liberal con otras líneas de emparentamiento con el reformismo
Estrada informaba a la Asociación Católica de la existencia del
d
social e las naciones más desarrolladas, tuvieron su expresión
primer círculo con 250 afiliados. La encíclica Rerum Novarum
en el movimiento social católico y en el Partido Socialista.
de León XIII (1891) dio gran impulso a la formación de estas
asociaciones, y en 1895 el padre Federico Grote fundó en Bue
nos Aires la Federación de Círculos Obreros Católicos que con
El movimiento social católico
taba al año siguiente con representaciones a lo largo del país
sumando 17 círculos con 4.000 afiliados. En 1902 existían 50
Como se ha mencionado, los dirigentes políticos católicos
círculos con más de 13.000 afiliados y para 1913 habían crecido
que se enfrentaron a las reformas liberales del r oqu smo no
.
� a 70 círculos con casi 24.000 afiliados.30
dudaban en responsabilizar al proceso de seculanzac1ón des
Existían además un buen número de agrupaciones católi
atado por el liberalismo por los emergent�s conflictos soc ales. � cas diferenciadas de los Círculos de Obreros. En 1902, con un
En 1884 Estrada advertía sobre las relaciOnes entre capital y
programa orientado a la organización de gremios y corporacio
trabajo:
nes profesionales, se fundó la Liga Democrática Cristiana, que
luego cambiaría su nombre por los de Unión Democrática Cris
Esos antagonismos, que pronto se convierten en verdaderas
dislocaciones sociales, arrancan de un orden económico y moral tiana y Unión Democrática Argentina. La nueva organización
que no se removerá sino por la restauración de los principios adhería explícitamente a los principios de la democracia cris
cristianos (... ) Erróneamente se llama a ese conflicto "la cues tiana dictados por León XIII en Graves de Communi. En 1909,
tión social" como si la conflagración de los intereses y de los siguiendo una recomendación del Tercer Congreso Nacional
�
instintos fu ra un hecho inherente al Estado de sociedad, según Católico de 1908, se fundó la Liga Social Argentina, que tenía
la fórmula de Darwin trasladada a la sociología positivista. No como propósitos alentar la organización social bajo los princi
es tal, señores: es un derivado de la cuestión religiosa. pios cristianos, la lucha contra las "tendencias subversivas" en
la sociedad, y el elevamiento moral e intelectual en todas las
Además de los nefastos efectos sobre la capacidad de re
profesiones y clases sociales. La Liga agrupaba entre sus direc
signación de unos y de caridad de otros que Estrada atribuía a
tores a los más prominentes líderes del movimiento católico
la secularización liberal, su análisis se extendía a los funda
argentino: Emilio Lamarca, Santiago O'Farrel, Mons. Migu �l
mentos doctrinarios de la economía liberal: de Andrea, Alejandro Bunge y el padre Gustavo J. Franceschi.
En 1914 contaba con 5.743 miembros y 184 centros en todo el
Esta escuela desde Smith, su patriarca, hasta los más gárrulos
país.31
�
y vacíos sofi tas de nuestros tiempos, considera el trabajo como
Como se ha mencionado, los fundamentos de la perspecti
.
una función social, cuyos resultados y peripecias se deben enca
rar en el conjunto, desdeñando todos los accidentes de detalle, va católica de la cuestión social de comienzos de siglo continua
...y en suma, el aspecto moral de la distribución de la ri queza. ban los lineamientos dictados por Estrada en la década del
(. ..) Sucumba enhorabuena la clase obrera, obJeto a la vez de ochenta, y se basaban en una severa acusación al liberalismo Y
52 53
en un reclamo por el ret or no a una re�rgani�ación de la socie
_
de su abolengo, puesto que la masonería es el brazo ejecutivo y
_ engen
dad sobre los pr inc i pi os cristianos. El liberahsmo hab1a el instrumento del judaísmo; éste la gobierna, y frecuentemente
drado e l "laissez {aire, laissez passer de la escuela los núcleos de los llamados "Grandes Orientes" son consistorios
manchesteriana ( .. ) con todas sus consecuencias prácticas" y
.
israelitas.
había promovido el empobrecimiento espiritual que constituía
la verdadera fuente del conflicto social: "La cuestión social es Para esta interpretación, era esa conspiración judea
producida por la combinación de varios elementos que se pue masónica la que impedía que la Iglesia Católica aportara la
den reducir a uno solo (. .. ) Ese elemento es el individualismo verdadera solución a la cuestión social.34
exagerado, o para darle un nombre menos técnico pero más Desde un punto de vista práctico, sin embargo, el movi
claro: el egoísmo, el dios yo". La Iglesia Católica debía ser miento social católico no persiguió durante el período una línea
restaurada a un lugar de preeminencia, y la unidad espiritual militante en tal dirección. Sus acciones se orientaron principal
en sus principios aseguraría el regreso de la estabilidad y la mente en dos líneas: por una parte la atracción de la clase
armonía en la vida social: "la llamada cuestión social (. .. ) sólo trabajadora hacia organizaciones como los Círculos de Obreros
puede tener acertada y segura solución bajo las inspiraciones Católicos; por el otro, la participación de sus dirigentes en el
de una sana y pura moral como es la que enseña y difunde el desarrollo de programas de legislación social y obrera desde el
cristianismo".32 Estado. Los diputados católicos O'Farrel, Caferatta y Bas
En cuanto a las propuestas institucionales concretas, al promovieron numerosos proyectos en el Congreso, mientras
gunas vertientes dentro del movimiento católico enfatizaban la que Alejandro Bunge, que fue director de los Círculos, alcanzó
necesidad de atemperar los excesos y errores implícitos en el una considerable cuota de influencia dentro del Departamento
capitalismo y la democracia liberal a través del establecimien Nacional del Trabajo (véase el capítulo 9). La influencia ideoló
to de un sistema que reconociera el valor de las corporaciones y gica del movimiento social católico sobre el debate de la cues
el principio de la representación funcional. Algunos ejemplos tión social, en consecuencia, adquirió mayor peso a través de la
tomados del periódico católico Acción Democrática ilustran es acción de determinados individuos en posiciones de cierto po
tas preocupaciones. En 1914 se reproducía un detallado pro der, que participaron en el desarrollo de un programa modera
grama de acción elaborado por la Unión Democrática Cristiana do de reforma social, que por su peso dentro del movimiento
que incluía entre sus propuestas de política social el reconoci obrero o las organizaciones profesionales de signo católico. Un
miento legal de los sindicatos, el cumplimiento de la legislación fenómeno similar se dio con la participación de dirigentes so
laboral existente, la jornada laboral de ocho horas, un salario cialistas en algunos de los programas e instituciones diseñados
mínimo legal, la responsabilidad de los empleadores por los por reformistas liberales.
accidentes de trabajo, la organización de fondos de pensiones y
bolsas de empleo y la creación de un ministerio del trabajo y de
consejos profesionales que facilitaran su gestión. Sobre la orga El socialismo y "la burguesía inteligente"
nización política del Estado se recomendaba la sustitución del
La primera organización de signo socialista creada en el
Senado "político" existente por uno "profesional", anticipando
país, el Club Vorwarts, fundado en 1882 por inmigrantes ale
de ese modo la preferencia por la representación funcional o
manes que llegaron al país exiliados por las leyes antisocia
corporativa que cobraría fuerza en la política argentina duran
listas de Bismarck, declaraba como su objetivo la cooperación
te las décadas del veinte y el treinta.33 Las páginas de Acción
en la realización de los objetivos del socialismo, como eran
Democrática también anunciaban una teoría conspirativa que
entendidos en el programa del partido socialdemócrata ale
se volvería sumamente popular para la extrema derecha de las
mán. Con la fundación del Partido Socialista Obrero en 1895 se
décadas siguientes:
consagró en el país la línea reformista del socialismo europeo
basada en el reconocimiento de la política parlamentaria y el
La impulsión primera y el lanzamiento de la idea socialista es
impulso al cooperativismo, principios que Juan B. Justo había
completamente judía . . . El socialismo nació y tuvo por cuna la
logia masónica, y esto basta ya en realidad como demostración absorbido del partido socialista belga con el que mantuvo con
tactos en su viaje de 1895.35
54
55
Desde su primer congreso nacional y en sus primeros d e violencia anarquista, los socialistas fueron vistos por buena
documentos oficiales, el partido manifestó su adhesión a una �
parte de la opinión pública como parte de mismo fenóm �no
�
aproximación "le �alista" o "parl�mentarista" al S_?�ial smo : l � conflictivo, y debieron enfrentar las negativas consecuencias
_
participación activa de los trabaJadores en la pohtica oficial de tal asimilación, entre los liberales con preocupaciones por la
era el camino para conseguir las mejoras buscadas. Para Justo cuestión social se simpatizaba con las intenciones de los socia
la política era un campo en el que la clase trabajadora debía listas y se diferenciaba claramente a los dos grupos. Así, el mi
luchar por sus intereses, y, en consecuencia, el congreso funda nistro del Interior, Joaquín V. González, informando al Congre
dor del partido sugirió a las asociaciones obreras que recomen so en 1904 sobre choques armados entre la policía y obreros du
daran a sus miembros el voto por el Partido Socialista en las rante las celebraciones del 1 de Mayo, ponía especial cuidado
o
elecciones nacionales. Las relaciones entre asociaciones obre en distinguir entre las dos vertientes del movimiento obrero:
ras y partido, sin embargo, estuvieron lejos de ser armónicas y
se convirtieron en una permanente fuente de conflictos y divi una de tendencias ordenadas y regulares, compuesta por los que
siones internas, siendo el surgimiento del llamado "sindicalis en realidad pueden llamarse los verdaderos factores del trabajo
nacional, y la otra de elementos menos respetuosos de las for
mo puro" dentro del partido la más importante.36 En 1908, el
mas institucionales que la República se ha dado, y que se incli
criminólogo italiano Enrico Ferri, un miembro prominente del
nan a los procedimientos violentos y al desconocimiento de las
socialismo de su país, describió al partido argentino como una
leyes esenciales de la organización política.39
mezcla de "partido obrero", con un programa económico limita
do, y "partido radical" en lo político (en la tradición del radica
González era un entusiasta partidario de la colaboración
lismo francés), pero lo d e s c a lificaba como un partido con los dirigentes del socialismo en la elaboración de un pro
auténticamente socialista, principalmente por la falta de con
t:
grama de reforma social, y a aj o a varios de ellos p ru:_a l a
diciones objetivas en el país para justificar la existencia de tal _
preparación d e s u proyecto d e codigo l �b �ral (véase e l capitulo
partido.37
8). Por otra parte, también desde el socialismo podían verse las
Los socialistas enfrentaban una dura competencia en las
ventajas de tales esfuerzos. José Ingenieros no sólo expresó sus
asociaciones obreras al chocar con la rotunda negativa de los simpatías por el proyecto de González sino que aprovechó la
anarquistas a participar en la política partidaria o a luchar por
oportunidad para delinear y defender los términos e n que
reformas parciales. Los socialistas favorecían una aproxima _
socialistas y liberales podían colaborar. En una entrevista con
ción gradualista a la reforma social, rechazando lo que conside el periódico anarquista La Protesta, Ingenieros comenzó por
raban el "revolucionismo extremo" postulado por los anarquis
alabar a "dos tendencias socialistas importantísimas" que con
tas. En su Teoría y práctica de la historia (1909, 1915) Juan B.
cordaban con su pensar. Una era la que aceptaba la "participa
Justo afirmaba que "la idea de una repentina transformación
ción en el gobierno burgués", como en el caso de Millerand en
social que establezca de golpe un orden perfecto, va perdiendo
Francia· la otra era la que postulaba el "apoyar al gobierno
terreno en la mente del pueblo a medida que se ocupa éste con
� �
cuando ealiza r formas socialistas", como la fracción socialis
más inteligencia de los problemas de cada día". Esta actitud
ta de Turati en Italia. Conviene reproducir el resto del diálogo
llevó a los socialistas a repudiar el principio de la huelga
entre Ingenieros y el representante anarquista porque resume
general revolucionaria, que los anarquistas y sindicalistas
claramente las dos posiciones frente al reformismo:
veían como el instrumento más apropiado para sus fines de
transformación social, y a adoptar en cambio el reformismo Ingenieros: Usted me concederá que esas dos tendencias son las
legalista instrumentado a través de la participación parlamen más recientes dentro del movimiento socialista, las más moder
taria. Con gran insistencia La Vanguardia instaba a sus lecto nas . . .
res a abandonar la obsesión anarquista por la "gimnasia revo Periodista: Las más aburguesadas.
lucionaria" y a confiar en la participación política de los traba Ingenieros: Hasta eso le concedo; las más aburguesa das. Y así
jadores, a través de sus representantes en el Congreso, como el debe ser. Mientras el Partido Socialista s e limitó a ejercer una
mejor camino. ss acción de crítica, puramente negativa en el orden político (como
_ _
la acción actual de los anarquistas), pudo mantenerse 1ntrans1-
Si bien frecuentemente, y en particular durante los picos
56 57
gente y libre de tocamientos con la burguesía. Pero cuando
último, en 1912 el diputado Adrián Escobar concluía u n largo
resolvió colocarse dentro de la legalidad, participando de hecho
elogi o del "socialismo evolucionista" europeo recordando que
en la vida política burguesa con el fin de ejercer una acción
los representantes más destacados del socialismo argentino,
política positiua, no ya de pura crítica sino de realización de su
programa, se colocó en la necesidad inevita ble de estar de ac uer Justo y Palacios, eran "burgueses que han abrazado con todo
do con la burguesía inteligente,toda vez que ésta resolvió reali entusiasmo la causa socialista", y enfatizando la importancia
zar reformas de carácter socialista . . .4o de los antecedentes académicos de ambos.42
Escobar destacaba así una importante característica de la
Esta colaboración con la "burguesía inteligente" tenía dirigencia socialista que explicaba el prestigio de que ésta
como contrapartida la exclusión del debate sobre la cuestión � �
gozaba en el establishment P?lí ico, y que facili aría �1 intento
social de los partidarios de posturas extremistas, alejados del de acercamiento desde el ofic1alismo: la predommanc1a de pro
estudio "científico" de estos problemas: "desde que el socialismo fesionales de destacada carrera en sus respectivos campos en
se ha fundado sobre bases científicas serias, ha dejado de ser los cuadros dirigentes del partido. La dirigencia partidaria
accesible a la inteligencia infantil de las muchedumbres".41 socialista estaba compuesta por dos grupos profesionales: los
Ingenieros dejaba sentadas así las bases sobre las cuales se médicos (Justo, Repetto, Dickmann, Augusto Bunge) y los abo
asentarían los intentos de colaboración entre los liberales gados (Palacios, Del Valle Iberlucea, Bravo), de�tro de lo� cua
reformistas y los socialistas. les algunos habían alcanzado una gran reputac16n profeswnal:
Las sesiones de la Cámara de Diputados fueron uno de los Justo y Palacios enseñaban en la Universidad de Buenos Aires,
ámbitos donde quedó expuesta la voluntad de los reformistas Del Valle Iberlucea en la Universidad de la Plata. El partido
liberales -la "burguesía inteligente" de Ingenieros- de superar había atraído además a algunos de los más brillantes intelec
a sus colegas socialistas en esa "acción política positiva". En tuales y escritores de la épóca, como José Ingenieros, Leopoldo
1904 el diputado Belisario Roldán (h), que había presentado el Lugones, Roberto Payró y Manuel Ugarte.43
_
prrmer proyecto de seguro contra los accidentes laborales, afrr Existían, además de estas similitudes en cuanto a la com
maba que posición social y al enfoque de la reforma social, otras impor
tantes coincidencias. Por una parte, las posturas en favor del
la pretendida burgue-sía gubernamental argentina está librecambio y del patrón oro que mantuvo el socialismo lo
reali
zando, sin jactan?ia y sin ademanes descompuestos, todo
cuanto acercaban frecuentemente a las posiciones de los liberales or
el programa mínuno del socialismo militante tiene en sí
mismo todoxos en materia económica. Por la otra, el anticlericalismo
de discreto o de factible (. .. ) ¡Y no es que el socialism
despacio: es que la burguesía ha andado más ligero!
o ande también operó como un factor de acercamiento: alarmado por
la creciente influencia del movimiento social católico en las
Y en 1905 el diputado liberal Emilio Gouchón insistía en organizaciones obreras, el socialista Alfredo Palacios propuso
que la legislación ya aprobada y los proyectos presentados ante la creación de los "Círculos de Obreros Liberales" como un
la Cámara demostraban que "los que no se titulan socialis p o s i b l e m ecanismo p a r a contrarresta r el r e b r o t e del
tas clericalismo.« También a través de la masonería, que promovía
van mucho más lejos que los representantes del socialis
mo". la organización de "Congresos de Libre Pensamiento", l a coope
Adolfo Mujica predecía que el carácter evolucionista
de los
socialistas los llevaría a abandonar progresivamente sus ración entre liberales y socialistas se orientó a la elaboración
de de programas de reforma social que contrarrestaran la influen
mandas más utópicas y a coincidir en un programa más
mode
rado, "y al fin acabaremos por entendernos todos: los burgue cia clerical. En el congreso de 1906 particip3U"on en proyect�s
ses _
se abrazarán con los socialistas". Carlos Delcass e, introdu de tal carácter liberales como Agustín Alvarez y Em1ho
cien Gouchón y socialistas como Alfredo Palacios, Enrique Del Valle
do en 1904 un proyecto sobre jornada laboral de ocho
horas Iberlucea y Enrique Dickmann.45
sostenía: "el Congreso es socialista, como yo tambié
cuando no tengamos la etiqueta de tal", y en 1907,
n, a � Por último como veremos en los capítulos siguientes, el
en un debate
sobre la regul ación del trabaj o de menores, insistí �
acercamiento e tre intelectuales liberales y socialistas adqui
a: "el Parla
mento argentino _
es el primer socialista de la república . . . " Por rió gran importancia en el mundo universitario, donde las
inquietudes reformistas en lo social recibían el impulso de una
58 59
..
fundamentación "científica" que facilitaba la superación de las 869. Sobre el conflicto Iglesia-Estado en las naciones que más influ
disidencias políticas o ideológicas. yeron sobre el debate en la Argentina véase D. Mack Smith, ltaly. A
Modern History. (The University of l\fichigan Press, 1959), pp. 89-99;
R. Carr, Spam 1808-1939. (Oxford: Oxford Uruvers1ty Press, 1966),
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·
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PP· , �84-85, pa�a una 1lustrac10n de la influencia que tuvo 1985), p. 90; y "¿Para qué la inmigrac ión?", pp. 466-67 . Sobre las
poht1ca argentma el republicano español Emili en 1�· confrontaciones entre liberales' y católicos anteriores a 1880 véase
o C as t e 1ar, qulen
-como señala Hal . , e- e�carnaba para muchos pensadores latinoameri- Néstor T. Auza, Los católicos argenlinos (Buenos Aires: Ediciones
f-�no� � expres10n mas gen� i:" a del conservadorismo liberal. Sobre Diagrama, 1962), pp. 11-25.
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octubre de 1886,
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de la
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ncana, 19 84); Tuho Halperin Donghi, "Una NacióEditor ial Sudame
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_
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s J. M. Estrada, "Discurso pronunciado
en la Convención Consti
�onseru?-_<!-or (1815 -1898). (Caracas: Biblioteca A;acu�ho ����)t pp .
ento
tuyente de la provinci a de Buenos Aires, el 6 de octubre de 1871 al
lX-XXXVlll. '
'
discutirse el artículo relativo a libertad de enseñan za", en Dtscursos.
1 3 Sob�e la influen ia que la constitución (Buenos Aires: Edicione s Estrada , 1946), vol. 1, p. 107; J.M.
� chilena de 1833 tuvo en 2 vols.
e pensan:1ento alberdiano, cf. N. Botana, La tradición repub
_ en de Portale r la licana · Estrada, "Problemas argentinos", en T. Halperín Donghi, ed., Proyec
sobre el r�g1m sanción de la constitución chilena ' to y construcción de una nación, p. 447; J.M Estrada, "Discurs
o de
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c{j S. C�lher, Ideas c:nd PolLtLcs of Chilean Independence 1808- en J. L. Romero y L. A.
183J Clausura del Congreso Católico" (1884),
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, 4 Par� el pe samiento de
� Roca y Pellegrini en esta materia ' Leandro N. Alem, "Debate sobre la capitalización de Buenos
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;��\Y 190 �, �n H. Mabragaña, Los mensajes (Buenos Alres, '1910)
1892 1899
Destino (Buenos Aires: Editorial Raigal, 1955), vol. 6, pp.
294-306
5 _
ra ��:rrez �elman, Mabt;.agaña, Los mensajes, vol. 4,
: 1o
Cf. Larry Siedentop, "Two Liberal Traditions", en AJan Ryan,
p. Ús. . . �a�e �am 1en T1m Duncan, Government by Audacit ed. The Idea of Freedom. Essays in Honour of IsaLah Berlín (Oxford:
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-:'ers�dad de Melbourne, 1981, sobre los fundamentos del si�tema blicana, pp. 130-39.
Juans ta, Y Charles Hale, The '!"" nsformation of Liberalism, donde
se
11
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es..tud�_ a el ..desarrollo de �na s1mila D:
r oposición entre "administración" Tulio Halperin Donghi, "Argentina: Liberalism in a Country Boro
-
Y_ pohtica en el pens!'lmunto de los científicos mexicanos de fines
de Liberal•' en Joseph L. Love y Nils Jacobsen, eds., Guiding the lnuisi
s1glo pasado. Indalec10 Gome : z citado en Osear Cornb · '
ble Hand. Economlc Liberalism and the State in Latín
American
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���� ora en la política argentina", DE, vol. 14, 197 5, �; ���� History (New York: Praeger Publish ers, 1988), 105.
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� n de
� Carlos Floria, "El clima
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erran_ Y Gallo, eds., LaArgentina del Ochentalaalquere lla escolar" en
Centenario , pp. S 51- otoño en primav era: previsi ones sobre la cris1s de la agricultura
60 61
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Aires: Editorial Sudamericana, 1987), pp. 253-276. impuls aban la intervención estatal en la economía durante el perío
12 José Carlos Chiaramonte, Nacionalismo
y liberalismo econó
do.
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17 Wilde y A. del Valle en DSCS, 1887, p. 160, citado por O.
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�
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� � Cornblit, "La opción conservadora", p. 604 . Carta de Roca a Agustín
pp. 123- de Vedia, citada por Carlos lbarguren, La historia que he vivido, p.
144. Un anáhs 1s cnt1co de algunas interpretaciones
erróneas en 104. Probablemente, la oposición de Roca se basaba más en la evolu
torno al �roteccionismo y la industrialización argent
ina puede verse ción de la opinión pública y en las dificultades ocasionadas por el
� n Ezequ � el Gallo, "Agrarian Expansion and Industrial Development proyecto político de J uárez Celman que alrededor de un desacuerdo
m Argenti a, 1880-1 930", Raym
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St. Antony s Papers, No. 22 (Oxford: Oxford
University Press 1970). 18
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13
Sobre Roca y los industriales, cf. D.C.M . Platt
Á
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& Charl s Black 1972)
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62 63
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•
. �( ondres: Methuen, 1983).
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Sobre
e_l proceso de convergencia entre el progresivismo, el reformis Editorial Docencia, 1987), vol. I: Grote y la estrategia social, p. 74;
mo
h?eral Y la s� ctal democracia, véase James T. Kloppenberg,
.
Uncertain Tercer Censo Nacional, vol. 10, p. 93. Un ejemplo de la visión que del
Vtcto ?. Soctal Democracy and Progress ivism in European socialismo tenían los promotores del movimiento social católico ar
and
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'
23 _1?. -
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form�ct � n de los partidos", p. 135. Sobre diferencias en
algunas (Buenos Aires, 1904).
provtnc1as cf. G. Heaps-N elson, "Argentine Provincial 3 1 Auza, Aciertos y fracasos, vol. I, pp. 156-188; vol. II: Monseñor
Politics"·
De Andrea, realizaciones y conflictos, pp. 219-264; Sandra McGee
'
Karen L. Remmer, Party Competition, pp. 100 249.
2� La dec�si�n de Malina se basaba tambi
é
n en lo que considera Deutsch, Counterreuolution in Argentina, 1900-1932. The Argentine
ba e �a� desVIaciOnes del partido de los principios del liberalis Patriotic League. (Lincoln: The University of Nebraska Press, 1986),
mo
e�on omtco que había apoyado tradicionalmente en favor del p. 53.
_ protec
ctomsmo aduanero. Cf. Pedro C. Malina, La Unión Cívica Radical. 3 2 Las citas han sido tomadas de Gustavo J. Franceschi, "El
Su
programa y sus dirigentes (Córdoba, 1909). gobierno de la calle", La Semana, 4 de junio de 1909, pp. 5-6, y de
• 25 Vicente Blasco Ibáñez, Argentina y sus grandezas. (Madrid Pedro Olaechea y Alcorta, "Ora et Labora. Lema de los Círculos de
_ :
; �
Edtto tal spañ l� Ameri ana, 1910), p. �44. Subrayado
� � _ agregado. Obreros", La Semana, 1 de diciembre de 1905, p. 7.
Umón Ctvi�a Radtcal, Abaratamtento de la vtda. Consejos 33 "Programa de la Unión Democrática Cristiana", en Acción
, .
uttle � a los �onsumtdores. (Buenos Aires, 1915), p. 1; R. Wilmart, "El Democrática, No. 26, 20 de septiembre de 1914.
partido rad1cal. Su ubicación", RACP, vol. X, 1915, p. 369;
"El pan 34 "El socialismo es de origen judío", en Acción Democrática,
� azo Y el que�o parlamentario", La Protesta, 4 de marzo
de 1915, y enero de 1915.
,
La olla pohtica y el puchero radical" La Protesta 13 de
1915.
' , marzo de 35Jacinto Oddone, Historia del socialismo argentino (1896-1911)
(Buenos Aires: Centro Editor de América Latina, 1983), vol. I, p. 8;
27 En DSCD, 1912, vol. II, pp. 129-30, Araya presenta
ba su Richard J. Walter, The Socialist Party of Argentina, 1890-1930
proyecto de ley sobre seguro obligatorio para emplead
_ os y obreros (Austin: University of Texas Press, 1977), p. 20; Donald F. Weinstein,
firmado Junt me te con otros diputados radicales entre
� � _ los que se Juan B. Justo y su época (Buenos Aires: Ediciones de la Fundación
contaban Jose LUis Cantilo, Emesto Celesia y Marcelo
T. de Alvear. Juan B. Justo, 1978), pp. 34-35. Sobre la formación política e ideológi
Las restantes declaraciones en DSCD, 1913, vol II ' pp. 503-4· y' ca de Justo véase también Jorge E . Dotti, "Justo lector de El Capital»,
DSCD, 1914, vol. III, p. 189.
en Jorge E. Dotti, Las vetas del texto ( B uenos Aires: Puntosur, 1990),
28 "Info
�e del presidente de la Asociación Católica, leído en la pp. 89-136, y la reciente biografia intelectual de Luis Pan, Juan B.
Asamblea Ordmana del 15 de mayo de 1884", y
"Discurso pronunc1a- Justo y su tiempo (Buenos Aires: Editorial Planeta, 1991).
64 65
B J sto "Coop
eración obrera" (1898), p. 2 1 , en Obras 41Ingenieros, "La legislation", en Terán, José Ingenieros: Pensar
" Juadn J�a� 'Justo
B.
completas
(Bs.As.: Editorial La Vanguardia, . 1978); la nación, p. 170.
oria del . socw
e
st . vol . I , p. 63 . Sobre 1�s dlVlS 42DSCD, 1904, vol. 1, pp. 483, 459-65, 647; DSCD, 1905, vol. 1, p.
J Oddone, H,
· ltsmo, . �. o �es
· el partid o véase M1chael F. Mullaney, "The Argentine Sociahst 70 ; DSCD, 1907, vol. 1, p. 116; DSCD, 1912, vol. l, pp. 375-76;
��ty 1890-193 0: Early Development and Interna} Schisms", tesis Belisario Roldán (h), Discursos Completos, pp. 132-33.
doctoral, Universidad de Essex, 1 9 8 3 , pp. 6 2 - 1 0 3 . Para el 43R. Walter, The Socialist Party of Argentina, pp. 33-40, 60-64.
surgimiento del sindicalismo "puro" o "revolucionario• y sus relacio Véase también M. Mullaney, "The Argentine Socialist Party•, capitu
nes con el socialismo, Jeremy Jennings, Syndicalism in France. A lo 4, para un análisis del surgimiento tras �a Primera Guerra M �
Study of Ideas (Londres: Macmillan, 1990); para la historia de esta
dial de una dirigencia "obrera" opuesta al hderazgo de los "profesio-
corriente en la Argentina, Julio Arraga, Nociones del sindicalismo nales".
(Buenos Aires: Biblioteca de "La Acción Obrera", 1913); Sebastián
.
H Finalmente Juan B. Justo decidió descartar la
idea: si bien
Marotta, El movimiento sindical argentino (Buenos Aires: Ediciones Justo reconocía que los socialistas podían tener ;ierta afinidad co � el
Libera, 1975). liberalismo insistía en que ambos grupos deb1an permanecer dife-
renciados. N. Repetto, Mi paso por la políti�a, pp. 54-57:
37 Este diagnóstico fue inmediatamente rechazado por Juan B.
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