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Ficha 32

ANTROPOLOGIA DE LA SALUD

CARRERA DE ENFERMERIA

La politización de la “cultura” (selección pp


128-134) en:
"Constructores de Otredad, una introducción
a la antropología social y cultural", 2004
Wright, S.
Constructores de Otredad

Una introducción a la Antropología Social y Cultural

Mauricio Boivin
Ana Rosato
Victoria Arribas

E
A

1
Capítulo 3: La construcción del otro por la desigualdad

La politización de la “cultura”1

2
Susan Wright

E n los primeros años de la antropología social moder-


na, los antropólogos anunciaron a la Sección H de la
Asociación Británica sus hallazgos y avances teóricos más
tural en sí. ¿Cuál es el significado de la reciente reaparición
de la cultura como un concepto central en la antropología
británica? El asunto no está confinado al debate discipli-
importantes para el Avance de la Ciencia. Como presiden- nario interno. En la última década, políticos y tomadores
te de esta Sección en 1997, elegí encarar los desarrollos de decisiones han introducido el término ‘cultura’ en el
contemporáneos de uno de nuestros más antiguos con- discurso de diferentes ‘campos’ (Bordieu 1991) de la so-
ceptos, “cultura”, como una manera de continuar esa tra- ciedad contemporánea. A menudo, los tomadores de deci-
dición.3 siones y los comentaristas de los medios atribuyen legiti-
¿Por qué ser tan audaz como para involucrarse con una midad a sus discursos refiriéndose a (la) ‘cultura, en un
palabra sobre la cual Williams (1976: 87) declaró que era sentido antropológico’ –una frase que evita toda revisión
una de las dos o tres más complicadas del idioma inglés y al pretender que hay un significado de cultura (el suyo)
que en la antropología británica, norteamericana y eu- que es a la vez demasiado autoevidente como para que ga-
ropea ha tenido historias complejas, disputadas y muy di- rantice la explicación y demasiado hondo como para que
ferentes? Para mediados de siglo, Kroeber y Kluckhohn se sumerjan en él los no antropólogos. ¿En qué forma los
habían encontrado 164 definiciones en su famosa revisión tomadores de decisiones (ya sean antropólogos o que se
de lo que los antropólogos querían significar por cultura atribuyan legitimidad desde la antropología) están politi-
(1952: 149). Para 1970, cuando la antropología cultural zando la ‘cultura’ y desplegando el concepto en una gama
se estableció en EE.UU. como uno de los cuatro campos de territorios de poder? ¿Cómo pueden los antropólogos
de la antropología, en la antropología británica el término usar sus nuevos enfoques teóricos para explorar y revelar
‘cultura’ casi había desaparecido de vista. En los últimos los efectos de los usos actuales de este concepto en la polí-
diez años, con la ayuda de los estudios culturales, la ‘cul- tica contemporánea?
tura’ ha recuperado el centro de la escena en la antropo- Empezaré por discutir lo que llamo ‘viejos’ y ‘nuevos’
logía británica. El objetivo de este artículo no es hacer un acercamientos a la ‘cultura’. Luego utilizaré dichos enfo-
recuento de cuántas definiciones de ‘cultura’ han gene- ques para examinar cómo, y con qué efectos, los toma-
rado los antropólogos hacia fin de siglo. Más bien, el ar- dores de decisiones*4 han introducido y desplegado el tér-
tículo profundiza en la observación de Kroeber y Kluck- mino ‘cultura’ en tres campos diferentes en los últimos
honn de que “la aparición de estas [definiciones] en el quince años. Primero examinaré el uso que han hecho de
tiempo es interesante –dado que de hecho la distribución la ‘cultura’ los políticos británicos de derecha para hablar
de todo fenómeno cultural ya sea en el espacio o el tiempo de nacionalismo de forma tal que les permitiese distan-
revela significación” (ibid.). El objetivo es tratar la promi- ciarse de las manchas del racismo biológico, y a la vez rein-
nencia (o ‘distribución’ en términos de Kroeber y Kluck- troducir prácticas exclusivas bajo un insidioso disfraz cul-
honn) de la ‘cultura’ en los ‘90 como un fenómeno cul- tural. En segundo término, haré una revisión de cómo es-

1 Publicado en Anthropology Today, Vol. 14, Nº 1, febrero de 1998.


2 La autora es catedrática en Estudios Culturales de la Universidad de Birmingham. Es una antropóloga social que ha investigado cultura política y
los procesos de gobernabilidad en el Reino Unido e Irán.
3 Agradezco al Royal Anthropological Institute por esponsorear mi programa de oradores President’s Day sobre ‘Politización de la “Cultura”’, y la
iniciativa, dirigida por la vicepresidenta, Delphine Houlton, para tratar de mejorar la cobertura de antropología por parte de los medios. Estoy
agradecida con Jane Cowan, Nancy Lindisfarne y Cris Shore por sus muy constructivos comentarios sobre una versión preliminar de este paper.
4 NdT: en el sentido de políticos, o aquellas personas posicionadas con capacidad de tomar decisiones.

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Capítulo 3: La construcción del otro por la desigualdad

critores y consultores en gerencia de las organizaciones ción de Tylor (1871) de cultura como la totalidad del es-
usan ideas de ‘cultura’ que ellos atribuyen a la antropo- tilo de vida de un grupo o sociedad marcó un punto de
logía, para proponer nuevas formas de organización: pre- partida para los antropólogos sociales modernos:
tenden que ‘desmantelar los niveles’, ‘aplanar las jerar- ‘Cultura’ es ese todo complejo que incluye conoci-
quías’ y formar ‘equipos flexibles’ provenientes de una car- miento, creencias, arte, moral, leyes, costumbre, y cual-
tera de trabajadores que continuamente se recapacitan, quier otra capacidad y hábito adquiridos por el hombre
permitirá la creatividad de base y la autoadministración y [sic] como miembro de la sociedad (Tylor 1871: 1: 1)
el reforzamiento del poder de los trabajadores. Exploraré Si éste fue el punto de partida, no constituyó una base
los costos inadvertidos de dicho fortalecimiento y cómo para el consenso: los antropólogos siguieron senderos di-
bajo la rúbrica de ‘reforzar la cultura corporativa’ acecha vergentes. El enfoque de Tylor consistió en combinar la
una vieja idea de cultura organizacional como herramienta idea romántica de Herder de que las naciones, los grupos
para el control gerencial de arriba hacia abajo. El tercer al interior de las naciones y las personas en diferentes pe-
campo es el del desarrollo exterior, donde la ‘cultura’ re- ríodos tienen culturas distintivas, con una clara idea de
cién está ingresando en el discurso (Wright 1997). Mayor- que cada una de dichas culturas se encontraba en un es-
mente esto es el resultado de un informe de la UNESCO tadio diferente en la evolución de la civilización o en una
titulado Nuestra Diversidad Creativa. Este informe habría progresión hacia la racionalidad europea. Boas rechazó el
de hacer por la ‘cultura’ lo que el reporte Bruntland hizo evolucionismo social de Tylor. Puso el acento en la parti-
por el medio ambiente y el desarrollo, pero hasta ahora ha cularidad de cada cultura como resultado de las res-
pasado desapercibido. Los antropólogos jugaron un im- puestas del grupo a condiciones medioambientales y de
portante rol en la formulación de las ideas de cultura que su desarrollo histórico específico. Al tratar a la ‘cultura’
según propone este reporte, deberían ser las bases para las como el producto de fuerzas históricas y sociales, y no
políticas del desarrollo y la ética a nivel mundial. Los an- biológicas, criticó el determinismo racial (Stocking
tropólogos del desarrollo durante largo tiempo han de- 1974: 221). En Gran Bretaña, Malinowski y sus estu-
seado tener esa influencia. Algunos ven el propósito de la diantes promovieron una crítica diferente de la concep-
antropología como el de comprender los procesos locales, ción racionalista victoriana de ‘hombre’ a través de argu-
nacionales e internacionales por los cuales las personas em- mentar que lejos de ser ‘salvajes’ e ilógicos, cada uno de
pobrecidas son marginadas y alejadas del poder, a fin de los pueblos de África, Asia del Sur y el Pacífico tenían un
influenciar dichos procesos, promover las perspectivas de estilo de vida distintivo, racional y legítimo que debía ser
aquellos que son silenciados, o permitirles hablar y actuar valorado: ‘enfatizar la autenticidad y la coherencia de las
más efectivamente por sí mismos. Cuando los antropó- distintas culturas era una manera de resistir la misión ci-
logos tuvieron oportunidad de actuar como diseñadores vilizatoria fundamental al proyecto colonial europeo’
de políticas y dirigir el tren de la cultura, ¿desplegaron un (Merry 1997). Los antropólogos diferían profundamen-
concepto de ‘cultura’ que hiciera cualquiera de estos obje- te en sus teorías y en los aspectos que cuestionaban del
tivos más alcanzable? En los tres ámbitos los políticos, los pensamiento occidental, pero compartían una idea del
funcionarios y los asesores académicos están usando ‘cul- mundo como formado por ‘pueblos’, cada uno con un
tura’ como herramienta política. Ya sea que los conceptos estilo de vida coherente, o ‘cultura’.
estén siendo desplegados por antropólogos directamente Para 1970, lejos de ser radical, esta idea de que un ‘pue-
involucrados en influenciar y redactar políticas (como en blo’ tenía una ‘cultura’ fue vista como un elemento crucial
la tercera instancia) o que las ideas estén siendo atribuidas del colonialismo. Para los críticos, esta idea de ‘cultura’
a la antropología para su legitimación, en todos los casos creaba entidades fijas en las que Occidente pudiera inter-
ésta está implicada en la politización del término ‘cultura’. venir. Mediante la medición, categorización, descripción,
¿Cómo podemos utilizar nuestra comprensión de los pro- representación y consecuente supuesto ‘conocimiento’ de
cesos políticos para revelar las formas en que los tomadores los otros, los objetos de dicho conocimiento eran transfor-
de decisiones están utilizando ‘cultura’ en un número cre- mados en los sujetos de nuevas formas de poder y control
ciente de ‘campos’, y analizar sus efectos sobre aquellos (Asad 1973, Said 1978). Esta idea otrora progresista tam-
marginados y empobrecidos? bién fue tomada en forma regresiva (en sentido contrario)
por nacionalistas extremos que la usaron no sólo para de-
Viejos significados de cultura fender sus reclamos de independencia y soberanía, sino
A principios del siglo XX tomaron un tono radical las también para profundizar las políticas de xenofobia, exclu-
ideas de ‘cultura’ promovidas por los antropólogos. La no- sión y limpieza étnica.

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Capítulo 3: La construcción del otro por la desigualdad

En el marco de una enorme crítica, los componentes torizados que no eran atemporales ni uniformemente
de esta idea de cultura fueron desarmados. Los funciona- compartidos.
listas británicos, por ejemplo, fueron criticados por haber Si bien los antropólogos han desarrollado nuevas ma-
tratado (una) ‘cultura’ en pequeña escala, como una en- neras de pensar acerca de la ‘cultura’, estas ‘viejas ideas’ se
tidad definida organizada a través de las instituciones eco- han filtrado del discurso académico y, como demostra-
nómicas, sociales y políticas que interactuaban como un remos más adelante, aún se utilizan ampliamente en el len-
‘todo’ autocontenido basado en un equilibrio estático. guaje público. Las principales características de esta ‘vieja
Esto claramente había sido una ficción, dado que la ma- idea de cultura’ aún en curso son:
yoría de los lugares estudiados, por remotos que fueran, es- • entidad definida de pequeña escala
taban siendo visitados no sólo por antropólogos sino tam- • características definidas (lista de rasgos o atributos)
bién por mercaderes, misioneros y administradores de la • inamovible, en equilibrio balanceado o autorepro-
colonia. Las sociedades no eran ni inmutables ni delimi- ducido
tadas, sino parte de un orden mundial dominado primero • sistema subyacente de significados compartidos:
por el colonialismo y más tarde por las naciones estado, el ‘cultura auténtica’
capitalismo internacional y las agencias internacionales. • individuos homogéneos, idénticos.
Estos elementos habían sido dejados afuera de una imagen
de las ‘culturas’ como entidades ahistóricas y autoconte- Nuevos significados de cultura
nidas (Gough 1968). Las condiciones políticas y económicas cambiantes a las
Antropólogos de variadas creencias fueron también que Asad se refería eran el fin del colonialismo europeo y la
criticados por tratar a la ‘cultura’ como si fuera un con- expansión continuada hacia nuevas áreas de relaciones de
junto de ideas o significados compartidos por toda una producción e intercambio basadas en el capital. Más re-
población de individuos homogéneos –empíricamente, cientemente, éstas incluirían la organización internacional
no era ese el caso.5 Asad (1979) criticó a los antropólogos de la producción y el consumo, la difusión de las redes de
británicos por buscar la ‘cultura auténtica’ única de otra comunicación globales, y la integración internacional de
sociedad en la forma de un sistema integrado de ‘signifi- los sistemas financieros. Estos cambios han provocado
cados esenciales’ auténticos que se autoreproducían sin movimientos obreros al interior de los países y del sur al
importar el cambio económico y político. Si los antropó- norte del globo, como lo ejemplifica una mujer con la que
logos construían el orden social a partir de ‘significados me encontré en el parque de mi South Tottenham recien-
esenciales’ que no cambiaban en nuevas condiciones his- temente. Ella es una asiática que creció con una educación
tóricas y económicas, ¿cómo podía ocurrir la transforma- inglesa en Trinidad y ha trabajado en Inglaterra durante
ción social? En cambio, argumentó, los ‘significados esen- 15 años en enfermería y administración. Está aprendiendo
ciales’ eran discursos que algunas personas tenían auto- hindú en clases nocturnas a fin de poder conversar con los
ridad de hacerlos autoritarios a través de vaciar parientes a los que visita en India. Su experiencia, y la de
continuamente el espacio de discursos radicalmente o- su familia, de la migración obrera colonial, diáspora eco-
puestos. El problema que según Asad los antropólogos de- nómica postcolonial y turismo ‘de base’ hablan de lo que
bían analizar es cómo un discurso autorizado es produ- Hall llamó ‘historias dislocadas y etnicidades hibridizadas’
cido en circunstancias históricas particulares. En un ar- (1993: 356). Tal como los antropólogos han argumen-
tículo que yo tomo como punto de partida para el tado por muchos años (Cohen 1974, Macdonald 1993), y
desarrollo de lo que llamo ‘nuevos’ acercamientos a la cul- más recientemente Hall y otros exponentes (Morley y
tura,6 Asad argumentaba que los antropólogos habían de- Chen 1996) de los estudios culturales en Gran Bretaña lo
finido equivocadamente, como ‘cultura auténtica’, ideolo- han dejado en claro, las identidades culturales no son in-
gías dominantes históricamente específicas o discursos au- herentes, definidas o estáticas: son dinámicas, fluidas, y

5 No intentaré resumir todos los debates de los ’70 en la antropología norteamericana, británica y francesa sobre dónde residía la ‘cultura’ –en una
estructura de actual relaciones sociales (Radcliffe-Brown), en un conjunto subyacente de valores, ideas y principios que informaban todos los do-
minios de la organización social, económica y política (Evans-Pritchard), en un patrón superorgánico de fuerzas abstraído de eventos y comporta-
miento observados (Kroeber), en un plano de sistemas de símbolos culturales (Schneider), en los procesos de la mente humana que producen
sistemas simbólicos formalmente similares (Lévi-Strauss), en las mentes de los individuos, como un algoritmo etnográfico de lo que necesitan sa-
ber para operar como miembros de la sociedad (Goodenough), o como sistemas interconectados de signos comprensibles, a través de los cuales la
acción simbólica pública puede ser interpretada (Geertz). Existen numerosos resúmenes de ese tipo, como por ejemplo Keesing (1974).
6 En contraste con la usual delineación de un giro en antropología de estructura a significado, al centrarme en el artículo de Asad, estoy dando signi-
ficación a un giro de ‘significados esenciales’ a ‘disputa’.

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Constructores de Otredad

construidas situacionalmente, en lugares y tiempos parti- cionales y globales dentro de relaciones de poder desi-
culares. Este no es tan sólo un fenómeno urbano occi- guales? ¿De qué forma la disputa está enmarcada por prác-
dental de los ’90. En una tribu en Irán en la que desarrollé ticas y reglas implícitas –o los actores las desafían, fuerzan
un trabajo de campo en los ’70, la población estaba for- o reinterpretan también como parte de la disputa? En un
mada por capas de refugiados. Identidades múltiples se flujo de acontecimientos, ¿quién tiene el poder para de-
negociaban constantemente: se mantenían o reinventaban finir? ¿Cómo evitan que otras maneras de pensar respecto
conexiones con personas en las tribus de las que habían es- de estos conceptos sean escuchadas? ¿Cómo se las arreglan
capado; no había una cultura definida, consensual, autén- para hacer que sus significados resistan, y cómo utilizan las
tica, ahistórica. Los desarrollos teóricos de los estudios cul- instituciones para tornarlos autorizados? ¿Con qué resul-
turales, y de la antropología postestructural y feminista, tados materiales?
nos han llevado a comprender que las ‘culturas’ no son, ni Sue Reinhold (1993) plantea estas preguntas a fin de
fueron nunca, entidades naturalmente definidas. revelar en detalle el proceso de lucha ideológica en la Gran
La fractura del concepto central de la antropología so- Bretaña de los ’80. Se disputaba el poder para definir la ac-
cial nos ha llevado a mirar nuevamente al colonialismo. titud del estado respecto de la homosexualidad en Gran
Ortner (1984) cuestionó la imagen original del poder co- Bretaña y tornar esa definición en autorizada mediante la
lonial y ‘la fuerza destructora del capitalismo’ haciendo legislación. En el contexto de una atmósfera de homofobia
impacto sobre, e insertándose en, una ‘cultura local’ indí- y ataques a golpes a los ‘queer’, un grupo en Haringey hizo
gena. Ella y otros han sido críticos de la manera en que campaña para contrarrestar los estereotipos negativos de
tanto el colonialismo como la ‘cultura local’ aparecen personas gay disponibles para los chicos en las escuelas.
como entidades unitarias en esta imagen (Asad 1993: 5). Sus oponentes locales utilizaron sus conexiones con los
¿Qué mejor elección de un espacio en el cual desafiar esta miembros conservadores del Parlamento, quienes se apro-
imagen que el tipo de locación en la que el viejo concepto piaron del significado de los términos clave del debate, in-
de ‘cultura’ fue fundado: una isla remota a mitad de ca- virtiéndolo. El término ‘promover’ fue en principio usado
mino en el cruce del Océano Pacífico? Merry (1997) es- en la campaña para ‘promover imágenes positivas’ de la
tudió el Hawaii de los siglos XIX y XVIII, y encontró que homosexualidad; los miembros del Parlamento los acu-
un impresionante surtido de gente desde Noruega a China saron a su vez de ‘promover la homosexualidad’. En suce-
estaba presente en lo que ella denomina no una ‘comu- sivos debates parlamentarios, ‘promover’ se hizo entender
nidad local’ sino una ‘zona de contacto’. En un espacio no como seducir a chicos ‘normales’, lo cual se equiparó a su
delimitado, esta mezcla de personas recurría a las prácticas vez con un ataque a ‘la familia’, la base del orden en el
de sus diversos lugares de origen, a la luz de sus intereses Estado, y por ende con la ‘subversión’. El grupo de miem-
del momento, para decidir cómo organizar el trabajo, el bros del Parlamento tuvo éxito e insertó una nueva cláu-
comercio y las relaciones sociales. Las disputas tuvieron sula a la legislación en curso por la cual el gobierno local
lugar entre personas en relaciones asimétricas de poder, puede declarar ilegales las acciones o el uso de recursos que
respecto de sus múltiples y contradictorias lógicas cultu- ‘promovieran’ la aceptación de la homosexualidad como
rales. Cada actor procuraba maniobrar, en situaciones po- una ‘supuesta relación familiar’. Este nuevo significado del
líticas y económicas impredecibles, para definir o asegu- término ‘promover’, y sus términos asociados, autorizados
rarse el control de símbolos y prácticas. Los símbolos y las mediante la legislación estatal, tuvieron efectos materiales:
ideas nunca adquirían un conjunto de significados cerrado los estereotipos negativos fueron apoyados, y las autori-
o íntegramente coherente: eran polivalentes, fluidos e hí- dades locales se volvieron reticentes respecto de hacer
bridos. Los términos clave cambiaban su significado en di- gastos en servicios o cuestiones para personas gay que pu-
ferentes momentos históricos. Cuando una coalición de dieran ser interpretados como fuera de la ley en un caso
actores ganaba ascendencia en un momento histórico par- testigo. Reinhold (1993: 471-2) señala similitudes entre la
ticular, institucionalizaba su significado de los términos disputa por imágenes positivas y otras campañas en contra
clave como ley. de las minorías durante el gobierno de Thatcher. Los con-
El de Merry es un buen ejemplo de la nueva idea de servadores de derecha usaron la autoridad del Parlamento
cultura como un proceso conflictivo de construcción de para proyectar significados negativos de términos y sím-
significado. El conflicto se da en torno del significado de bolos clave relativos a las minorías étnicas, mineros y otras
términos y conceptos clave. ¿Cómo son construidos y dis- categorías a las que marginaron, excluidas de su noción
putados estos conceptos por parte de actores diferencial- dominante de ‘britishness’, demonizadas como una ame-
mente posicionados quienes apelan a vínculos locales, na- naza para el orden, y subversivas para el estado.

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Capítulo 3: La construcción del otro por la desigualdad

En los ejemplos arriba mencionados pueden identifi- Ninguna ideología, por más hegemónica que sea e im-
carse tres momentos en estos procesos de disputa por la bricada en las instituciones y la vida cotidiana que esté, se
construcción de significado. El primero corresponde a in- encuentra fuera de disputa; el de ‘cultura’ es un concepto
tentos desembozados por parte de agentes identificados por dinámico, siempre negociable y en proceso de aprobación,
redefinir símbolos clave que dan una particular visión del discusión y transformación. Actores diferencialmente posi-
mundo, de cómo la gente debiera ser y comportarse, y de cionados, con inventivas impredecibles, apelan a, retrabajan
qué debiera verse como la ‘realidad’ de su sociedad e his- y fuerzan en nuevas direcciones los significados acumulados
toria: en pocas palabras, una ideología. Un segundo mo- de ‘cultura’ –incluyendo los viejos y nuevos significados
mento es cuando dicha visión del mundo se institucionaliza académicos. En un proceso de reclamar poder y autoridad,
y trabaja mediante un poder que ya no requiere agentes. todos están tratando de sostener diferentes definiciones,
Foucault ha documentado cómo el conocimiento acerca de que tendrán diferentes resultados materiales. En suma, las
la salud mental, la sexualidad y la criminalidad en los siglos características de las nuevas ideas de cultura son:
XVIII y XIX se tornó la base sobre la cual se construyeron —‘la cultura es un proceso activo de construcción de sig-
las instituciones. Estas prácticas institucionales moldearon nificado y de disputa sobre la definición, incluyendo la
percepciones, categorías, valores y comportamientos. Un de sí misma’ (Street 1993: 2);
tercer momento es cuando un término clave que implica —personas posicionadas en formas diferentes en relacio-
una nueva manera de pensar acerca de un aspecto de la vida nes sociales y procesos de dominación, usan los recur-
entra en otros dominios (fuera de las actividades del estado) sos económicos e institucionales que tienen disponi-
y se torna una manera de pensar difusa y prevaleciente en la bles para intentar hacer que su definición de una
vida cotidiana. Por ejemplo, Emily Martin (1994) encontró situación resista, para evitar que las definiciones de
que ‘flexible’ se tornó un término clave en primer lugar otros sean escuchadas, y para cosechar el resultado
cuando las personas reaccionaban al virus del SIDA/VIH material;
repensando el sistema inmune y las respuestas defensivas del —los espacios no están restringidos –las personas apelan a
cuerpo. Sorprendentemente, el término ‘flexible’ y las imá- conexiones locales, nacionales, globales;
genes del sistema inmune rápidamente entraron al dominio —la manera en que se forman conjuntos de conceptos es
del empleo para describir los atributos de los trabajadores y históricamente específica, y las ideas nunca constituyen
las compañías postfordistas: autoadministrados, automejo- un todo cerrado o coherente;
rados y formadores de equipos. En un corto tiempo, ver- —en su forma hegemónica, la cultura aparece como
siones extremas de estos atributos flexibles, que habían sido coherente, sistemática, consensual, como un objeto,
síntomas de una enfermedad mental, fueron reinterpre- más allá de la acción humana, no ideológico –como la
tadas en forma positiva como habilidades para el empleo vieja idea de cultura.
(Martin 1997). ‘Flexible’ se movió rápidamente a través de
tres áreas diferentes de la vida en EE.UU. –inmunología,
empleo y salud mental– y se tornó imagen prevaleciente de
una nueva manera de ser.
En su forma más segura, una ideología aparece como
hegemónica. Esto es, se torna tan naturalizada, dada por
hecho y ‘verdadera’ que las alternativas están fuera de los
límites de lo imaginable. Tal como lo sugieren Comaroff y
Comaroff (1992), en su dimensión hegemónica, la cultura
aparece como coherente, sistemática y consensuada. Pro-
cura aparecer como un objeto, una cosa más allá de la ac-
ción humana, no ideológica en lo más mínimo: en pocas
palabras, como la vieja idea de cultura auténtica. Tal como
lo mencionamos más arriba, los mismos antropólogos pre-
viamente habían confundido a las ideologías hegemónicas
con la auténtica cultura, y en el proceso, apoyaron a aque-
llos miembros de la comunidad con el poder ascendiente
para definir las características de su ‘cultura’ y proyectarla
como atemporal y objetiva.

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Capítulo 3: La construcción del otro por la desigualdad

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