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Introducción. ................................................................................................................................. 3
Objetivos. ...................................................................................................................................... 4
Breve introducción a la lofoscopia. ............................................................................................... 5
Dactiloscopia. ................................................................................................................................ 6
Equipo necesario. Procedimiento. Técnicas. ................................................................................ 9
Evolución de la dactiloscopia. ..................................................................................................... 13
Conclusiones. .............................................................................................................................. 16
Referencias bibliográficas. .......................................................................................................... 17
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Introducción.
Las huellas dactilares no son exclusivas de la criminalística, son también objeto de estudio
en relación a la identificación humana de otras disciplinas como por ejemplo la biometría,
definida por el Biometric Consortium como métodos automáticos de identificación de
una persona tomando como referente algunas características fisiológicas de ésta. En los
diferentes tipos de biometría están el iris, el ritmo cardíaco, el ADN, las huellas
dactilares…
El motivo por el cual hemos escogido este tema para el trabajo es porque creemos que
como criminólogos es de vital importancia conocer las diferentes técnicas de
identificación de personas. El hecho por el que nos centramos en la dactiloscopia es
debido a que queríamos ampliar los conocimientos que tenemos de ésta.
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Este trabajo pretende desarrollar los conceptos claves de la dactiloscopia como ciencia y
valorar su efectividad dentro del ámbito de la criminalística para así determinar si existen
mejores técnicas de identificación que ésta. Para su desarrollo recurriremos a fuentes
secundarias sacadas principalmente de internet, es decir, nos basaremos en estudios ya
fundamentados para tratar de evaluar los diferentes documentos en relación a la
dactiloscopia a lo largo de la historia y así dar respuesta a las cuestiones planteadas en los
objetivos. Todos los documentos que se mencionen a lo largo del trabajo serán
especificados en la bibliografía.
Objetivos.
- Explicar las técnicas más nuevas a través de un recopilatorio de estudios desde el inicio
de sus usos.
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Breve introducción a la lofoscopia.
La lofoscopia es una palabra cuyas raíces provienen del griego: lofos significa cresta y
skopein (scopia), examinar. Por ende, la lofoscopia es el examen de las huellas dejadas
por una parte cualquiera de la epidermis siempre y cuando ésta tenga crestas.
Se la considera la ciencia que estudia las diferentes clases de dibujos pailares que
aparecen en las yemas de los dedos de las manos, palmas y plantas de los pies de todo ser
humano. De igual manera, es la disciplina científica que engloba los procesos de
dactilotecnia, reseña, clasificación e identificación de los relieves epidérmicos existentes
en la piel de fricción de manos y pies.
La primera, es aquella que estudia los dibujos formados por las crestas papilares de las
plantas de los pies, que también tiene dibujos o huellas llamadas podogramas. Se usan
especialmente en la identificación de niños recién nacidos. En las plantas se encuentran
dermatoglifos en arco, en asa, verticilos y campos libres. La segunda, estudia los dibujos
formados por las crestas epidérmicas de las palmas de las manos.
En cuanto a la dactiloscopia, hablaremos de ella más adelante ya que supone el eje central
del presente trabajo.
Además, existen otras huellas que pueden ser de interés para el reconocimiento de
personas y éstas serían la queiloscopia y la rugoscopia que analizan, respectivamente, las
marcas de los labios y del paladar.
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Dactiloscopia.
Primeramente, cabe hacer mención a las capas de la piel, éstas son: la epidermis, la dermis
y los tejidos subcutáneos. Es la epidermis la más superficial y donde se forman las crestas
junto con sus dermatoglifos (Figuras formadas por las crestas. Carecen de pelo, células
sebáceas y pigmentación, pero sí contienen células sudoríparas y terminaciones
nerviosas).
La dactiloscopia como tal, analiza las huellas dactilares. Es decir, las impresiones que
dejan las yemas de los dedos manchados por tinta, sudor u otro líquido sobre una
superficie y que forman dibujos constituidos por líneas.
Las partes en las cuales se divide un dactilograma se llaman sistemas y hay tres de ellos:
Se denominan limitantes, por otra parte, a las crestas que a modo de frontera separan a
unos sistemas de otros.
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En función de la existencia o no de delta (lugar donde se juntan las tres limitantes que
pueden tener un aspecto de triángulo o de un trípode) y del lugar donde éste se encuentre,
los dactilogramas se clasifican en cuatro grandes grupos:
Adeltos: Aquellos que carecen de delta, fruto de que no tienen sistema nuclear.(1)
Dextrodeltos: Son los que disponen de un único delta situado a la derecha del
dactilograma. (2)
Sinistrodeltos: También monodeltos, cuentan con un solo delta situado a la
izquierda del dibujo dactilar. (3)
Bideltos: Presentan dos deltas, cualquiera que sea la situación de estos. Además
de este nombre tienen otro denominado verticilos, por ser característica de su
sistema nuclear la aparición de formas verticilares, es decir, formas de
remolinos.(4)
http://criminologiaycriminalisticafb.blogspot.com.es/2015/02/los-dactilogramas-y-los-4-tipos.html
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La fórmula dactiloscópica es una serie ordenada de letras, números y signos, mediante
los cuales se clasifican en un archivo las huellas dactilares de una persona. Ello permite
localizar con cierta rapidez la huella o huellas de un individuo entre aquellas que puedan
haber archivadas.
Existen varios tipos de formulación, dependiendo del número de dedos de la persona y
cuyos dactilogramas disponga el analista para poder usar en la búsqueda. Puede ser
monodactilar, pentadactilar o decadactilar. La primera se refiere a la de un solo dedo de
una mano, la segunda a la de los cinco de la misma mano y, la tercera, a los diez dedos
de ambas manos.
Ésta fórmula por sí sola no certifica la identificación dactilar, pues son los puntos
característicos o minucias los que sí acreditan de forma científica la correspondencia entre
dos dactilogramas. En lo referente a cuántos puntos característicos son necesarios para
establecer la identidad de una persona a través de la dactiloscopia, hay que decir que no
existe normativa legal al respecto ni unanimidad científica internacional.
Para extraer las huellas dactilares de la escena de un crimen es necesario en primer lugar
saber dónde buscarlas. Evitando las zonas donde se presupone que abundarán, como por
ejemplo el pomo de una puerta. Se recomienda centrarse en los objetos que tienen más
probabilidades de haber entrado en contacto directo con el sujeto, como sería el caso de
un arma.
El equipo que se necesita para la extracción y revelado de una huella dactilar incluye
objetos cotidianos pero imprescindibles para trabajar sobre ella, su objetivo es evitar la
contaminación en las pruebas obtenidas y facilitar el trabajo al personal. Así los guantes,
bolígrafos, tijeras y gafas serán indispensables para acceder a la zona y proceder a la
búsqueda de huellas.
La fuente de luz que se utiliza para emprender la búsqueda de indicios debe ser portátil,
es decir que funcione con batería, y de buena calidad, que proyecte una luz fuerte y
uniforme. Se utiliza para iluminar la evidencia o para facilitar la detección de huellas
latentes. El personal usa gafas para estudiar la escena a través de esta luz, o bien, con un
filtro incorporado en la misma luz.
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Las huellas dactilares son indicios muy frágiles, de manera que antes de iniciar cualquier
procedimiento para determinar la identidad de dicha huella, debe fijarse la imagen sobre
papel fotográfico.
Una vez detectada la huella que se quiere extraer, cobra relevante importancia la
superficie sobre la cual está. Existen dos tipos de superficies sobre la cual pueden
encontrarse: las superficies porosas, que ocasionan complicaciones dependiendo del tipo
de reactivo que se utilice, pues este tipo de superficie es muy pegajosa; y, las no porosas,
que serían las más pulidas. Las huellas dactilares suelen conservarse notablemente mejor
en las superficies lisas que en las porosas, de eso depende el tipo de brocha y de reactivo
que se utilizará para adquirir la huella.
La brocha sirve principalmente para distribuir el polvo sobre la huella latente, así como
para extraerla. Dependiendo de la medida de la huella que queramos extraer, así como de
la superficie sobre la cual esté, la brocha constará de unas medidas y fibras específicas.
Para extraer la huella de la superficie y así poder analizarla, utilizando la brocha como
instrumento se debe poner sobre ésta un reactivo. Existen dos tipos de reactivos: los
físicos y los químicos; el tipo que usemos dependerá de la superficie, tanto de su textura
como de su color.
Los reactivos físicos son el único método probado que funciona sobre superficies
húmedas, los más comunes son: el polvo negro, que se utiliza sobre superficies muy claras
y se recomienda usarlo con la brocha de fibra de vidrio o la de pelo de camello. El polvo
blanco, por el contrario, se aplica a las superficies más oscuras. La sangre de dragón, de
un color rojizo, se usa en superficies de cristal. El polvo magnético se usa en superficies
no texturizadas y las brochas más recomendadas para este tipo de reactivo son la de pelo
de camello, la de fibra de vidrio y la de Marabou. Y, para las huellas que están muy
adheridas a la superficie debido su antigüedad, se recomienda el uso del polvo gris.
Cuando se aplica el polvo a la huella latente hay que tener presente que se debe hacer de
forma muy ligera y con poca cantidad. En el momento en que empiecen a dibujarse las
crestas, el movimiento de la brocha debe ir en el mismo sentido que éstas.
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Cuando los reactivos físicos están limitados debido al estado de la huella, porque está
incompleta o borrosa y hay peligro de deformarla, se utilizan reactivos químicos ya que
reaccionan con los componentes del sudor y proyectan una figura más nítida y detallada.
Los reactivos químicos más usados en este ámbito son: la vaporización de yodo, la
ninhidrina, el DFO, el nitrato de plata.
La ninhidrina reacciona ante los aminoácidos y las proteínas que se desprenden del cuerpo
y se utiliza en superficies porosas. Para la técnica hay que mezclarla con alcohol etílico o
acetona, luego se aplica la solución uniformemente al documento. A continuación, se deja
el documento a la luz solar y el revelado de huellas estará en unos diez días
aproximadamente, para acelerar el proceso algunos investigadores les proporcionan calor.
No interfiere con el consecutivo análisis con nitrato de plata siempre y cuando no haya
estado expuesto a soluciones fijadoras.
El DFO actúa de manera similar a la ninhidrina pero con una mayor proporción de
revelado, este componente reacciona ante los aminoácidos del sudor. Se recomienda
usarse en superficies porosas que no hayan estado en contacto con el agua, pues los
aminoácidos se disuelven en el agua.
El nitrato de plata suele utilizarse en las superficies porosas que no estén húmedas, se
aplica en una concentración del 3% y se esparce la solución uniformemente sobre el
documento dejándolo a continuación en un cuarto oscuro. Cuando esté seco se expone a
la luz solar o a una fuente de luz artificial hasta que las huellas se hayan oscurecido.
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Una vez tenemos la huella bien definida en su superficie, a veces, es necesario
transportarla a otra superficie más ligera para poder manipularla. Para levantar la huella
de su superficie original, no debe usarse cinta de envoltura normal ya que forma burbujas
de aire que dificultan seriamente el análisis a la hora de estudiar el indicio.
Por lo mencionado, los transportadores más comunes son: una película virgen, un papel
fotográfico o una cinta adhesiva. La película y el papel fotográfico deben someterse a un
baño con fijador para a continuación pasarlo por agua y secarlo, después se humedece la
película y por el lado de más adhesión se presiona sobre la huella; el papel fotográfico
solo sirve con las huellas reveladas mediante polvos oscuros. La cinta adhesiva se
manipula con el dedo pulgar e índice, extendiendola hasta que cubra la huella que se
quiere extraer, se coloca sobre la huella con suavidad para evitar la formación de burbujas
de aire y con el dedo pulgar ejercer una suave presión sobre la cinta. Se tiene que tener
en cuenta que durante ese proceso la imagen se ha invertido.
Para poder transportar la huella sin que se contamine se debe empaquetar en cajas de
cartón, papel manila o papel kraft y es muy importante que no estén expuestos a la fricción
con este material.
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Existen nuevas técnicas de análisis de huellas dactilares que se han desarrollado con las
tecnologías, como por ejemplo el análisis de sonda de kelvin el cual es más preciso y deja
intacta cualquier evidencia de ADN mientras extrae una huella digital. Se basa tanto en
la medición del potencial de la tensión eléctrica como de la superficie conductora
reflejando así la imagen de la huella dactilar. Este método solo funciona en superficies
metálicas y es extremadamente caro.
Evolución de la dactiloscopia.
Asimismo, en la antigua China, la utilización de huellas digitales era una práctica común
en documentos oficiales, contratos, préstamos y papeles de deuda. Los documentos más
antiguos, con fecha comprobable, datan del siglo III A.C. y hacen referencia a una
práctica que llevaba muchos años de uso. Aunque se han encontrado registro que avalan
la creencia de que los chinos usaban las huellas digitales como método de identificación,
los investigadores no han podido establecer si estaban al tanto del carácter de unicidad de
las huellas digitales.
Los primeros estudios sobre las crestas de la piel en el mundo occidental, se hallan en un
escrito elaborado en 1684 por el inglés Nehemiah Grew, quien realizó observaciones de
naturaleza anatómica.
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Sin embargo, los primeros estudios científicos de los dibujos papilares se realizaron en la
segunda mitad del siglo XVII cuando los anatomistas Mercelo Malphigi, Ruysch y
Albinus observaron en los dedos dibujos en forma de espiral y remolino, reconociendo
otros parecidos en las palmas de las manos y en las plantas de los pies.
En 1798 el alemán J.C. Mayer determinó que las disposiciones de fricción de las crestas
de los dedos eran únicas. Posteriormente, en 1823 el profesor Johannes Evangelist
Purkinje publicó la hasta el momento más detallada descripción de las huellas: nueve
patrones clasificados en latín con sus ilustraciones. Si se analizan, se puede advertir lo
que años más tarde sería clasificado como arcos, remolinos y curvas. Su investigación fue
meramente anatómica y no mencionó que las personas podían ser identificadas por los
patrones que describió.
No fue hasta el año de 1858 cuando se hizo la primera aplicación práctica de este
conocimiento. William Herschel comenzó a obtener impresiones de tinta de la palma de
la mano. Éstas eran usadas a manera de firma en documentos, en aquellos lugares en los
que las personas no sabían leer ni escribir.
El uso de los relieves dactilares fue por primera vez objeto de un estudio científico por el
antropólogo inglés Francis Galton (1822-1911). Los mismos verificaron tanto la
invariabilidad de las huellas digitales a lo largo de toda la vida de un individuo, como su
carácter distintivo aun para gemelos idénticos. Los estudios de Galton estuvieron
orientados a la determinación de las características raciales hereditarias de las personas y
determinó algunas características de las huellas que todavía se usan hoy en día para su
clasificación. Basándose en ellas, Galton propuso su utilización para la identificación
personal en reemplazo del inexacto sistema Bertillon (método antropométrico-descriptivo
que consistía en una somera descripción del delincuente basándose en una serie de trece
mediciones efectuadas sobre cabeza y miembros. La descripción del individuo se
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convertía en una fórmula permitiendo confirmar la identidad de un detenido), entonces
en uso.
En 1891, Juan Vucetich elaboró las primeras fichas dactilares del mundo, con las huellas
de 23 procesados; luego de verificar el método con 645 reclusos de la cárcel de La Plata
(Argentina), en 1894 la Policía de Buenos Aires adoptó oficialmente su sistema.
En 1905, este sistema dactiloscópico (inicialmente denominado icnofalangometría) fue
incorporado por la Policía de la Capital Federal (futura Policía Federal Argentina) y en
1907 la Academia de Ciencias de París informó públicamente que el método de
identificación de personas desarrollado por Vucetich era el más exacto conocido en ese
momento.
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Conclusiones.
Las huellas dactilares han sido un referente para la identificación humana desde la antigua
Persia. Sin embargo, no fue hasta el siglo XVIII que se dataron los primeros estudios
caracterizando sus peculiaridades. A pesar de la poca información que se tenía antes, los
estudios se precedieron a lo largo de los años encontrando nuevas evidencias que
desarrollaban mejor las técnicas de identificación basadas en las huellas dactilares. A
pesar de los avances, no fue hasta 1995 que se incorporó este sistema de identificación en
la Policía Federal de Argentina y a raíz de ahí, en otros países.
La ciencia que se basa en el análisis de los dibujos de las crestas papilares formados en la
epidermis, de las yemas de los dedos, para determinar la identidad de un individuo se
denomina dactiloscopia y es una rama de la lofoscopia, que analiza las crestas papilares
de la piel. La figura que da lugar el conjunto de crestas papilares, a partir de la cual es
posible la identificación de una persona, se denomina dactilograma. La fórmula del
dactilograma consta de un conjunto de letras, números y signos que describen las
minucias detectadas de las crestas papilares, estas características son clasificadas y la
concordancia de varias minucias significa una posible identificación.
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Referencias bibliográficas.
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