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DOCUMENTO DE POSICIÓN OFICIAL

PAÍS: República de Chile


COMITÉ: ONU HÁBITAT
TEMA: Reconstrucción de ciudades post desastre

El cambio climático y la huella ambiental del hombre son una realidad innegable para la comunidad del siglo
XXI. Esto se evidencia en el incremento de desastres naturales, por ello, es tiempo de que la mentalidad
reactiva ante un desastre se convierta en proactiva y es aquí donde el papel del Estado es fundamental. Chile,
laboratorio natural de desastres, ha aprendido mucho de eso. Por sus características geográficas es el segundo
país más peligroso de Sudamérica en el Reporte Mundial de Riesgo. Prueba de ello fue el trágico terremoto
de 2010 que marcó la historia chilena para siempre. La realidad de Chile exigía soluciones permanentes, las
cuales son necesarias hasta el día de hoy pues en lo que va del 2019 ya se han presentado 3 tipos de desastres
diferentes. Debido a estas razones, las políticas de reconstrucción en Chile demandan un plan a largo plazo
con gestión de riesgos, capacitación e innovación continua. Se trata de hacer de la prevención un estilo de
vida y crear un modelo de ciudad sostenible que permita atenuar los daños, cuidar el espacio ambiental y
generar oportunidades de desarrollo e inclusión social, ya que la pobreza es uno de los factores más
relevantes dentro de este círculo vicioso: Las zonas pobres son las menos informadas acerca de mitigación de
desastres y su índice aumenta después de la catástrofe. Hay desempleo, fallos administrativos, educacionales,
de salubridad y todo repercute en el PBI.
¿Entonces, cómo ha logrado Chile ser el primer lugar en Desarrollo Humano y felicidad en América Latina?
Toda la data histórica que se ha obtenido a lo largo de los años es aplicada día a día para obtener nuevos
aprendizajes y ese es el mejor aporte que Chile puede ofrecer a nivel de comunidad internacional. A lo largo
de los años, se ha podido llegar a la conclusión de que la reconstrucción debe ser integral, es decir, debe
tomar en cuenta la salud mental de los damnificados, esto se refleja cuando se considera su situación previa
al desastre para que las nuevas infraestructuras cumplan sus expectativas de funcionalidad. También debe ser
guiada por un equipo interdisciplinario: Juristas que fiscalicen la labor de la administración pública y adapten
la normativa a las nuevas necesidades, ingenieros y arquitectos que realicen una ordenación territorial y
creen un plan de urbanismo que respete el medioambiente y permita una calidad de vida digna. Además,
debe ser tomada como oportunidad para el desarrollo de comunidades olvidadas. Es la ocasión propicia para
formalizar propiedades que antes se encontraban en zonas de riesgo, lo cual sucede habitualmente en
América Latina.
En el país existe una cultura de investigación que busca poner herramientas al alcance de todos. Por ejemplo,
se ha implementado el uso de la app SIE creada por la chilena Barbarita Lara, un supercomputador con el
programa Geonodo (por convenio nacional) y junto con la ONU se sigue diseñando el modelo de ciudad
flotante que podría ser una alternativa a la problemática de los frecuentes tsunamis. Sin embargo, aún existen
deficiencias relativas a los subsidios pendientes, la normativa y prevención en las zonas costeras y forestales,
etc. A pesar de ello, la expectativa es convertir a Chile en líder mundial de la cultura de la prevención y para
ello establecerá los acuerdos internacionales e interadministrativos necesarios. En ese sentido, Chile propone
el plan Resiliencia al Mando como modelo de solución integral a largo plazo post desastres naturales. Consta
de 4 pilares interconectados: Ley renovada, Inclusión urbano-ciudadana, Tecno-formación y Sector privado.
El primer paso para cambiar el modelo de respuesta es la base legal, esta debe enfocarse básicamente en 3
aspectos: Fiscalización de la Administración pública (un organismo a cargo de un fondo específico),
garantías de derechos humanos en situaciones de emergencia y post-desastre, y destinar fondos específicos
de prevención para cada región. El segundo pilar se basa en capacitar a los municipios pues ellos son la
primera respuesta ante la catástrofe, crear mecanismos de participación para la sociedad civil e incluir como
prioridad a los sectores más pobres. El tercero consiste en auspiciar en proyectos tecnológicos para que se
conviertan en accesibles, además de otorgar becas e invertir en la formación profesional de los agentes
destacados. Por último, se realizarán acuerdos de seguros con el sector privado, además de que determinados
DOCUMENTO DE POSICIÓN OFICIAL

PAÍS: República de Chile


COMITÉ: ONU HÁBITAT
TEMA: Reconstrucción de ciudades post desastre

rubros de empresa podrían aportar con un impuesto específico como retribución por el impacto ambiental
que generan.

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