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Domingo 33 del Tiempo Ordinario

Se Nos Ha Confiado Mucho

Dios, el Señor, confía en nosotros más de lo que quizás nosotros


confiamos en nosotros mismos. Él nos confía muchísimos talentos
y cualidades, no solamente para realizarnos plenamente como
personas y llegar a ser los cristianos que él nos ha llamado a ser, sino
también para construir la Iglesia y el Reino de Dios. ¡Qué tremenda
confianza! Él se pone a sí mismo, su Iglesia y el Reino en nuestras
manos! Esa confianza se convierte en nuestra responsabilidad.
Pidamos a Jesús, el Señor, que nos dé la gracia de saber responder
plenamente a la profunda confianza de Dios en nosotros.
DESARROLLO DE LA CELEBRACIÓN

Decimos: ✠ En el Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Yo tengo designios de paz, no de aflicción, dice el Señor. Ustedes me


invocarán y yo los escucharé y los libraré de la esclavitud donde quiera que
se encuentren.

GLORIA

Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor.
Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te
glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre
todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo, Señor Dios, Cordero de Dios,
Hijo del Padre; tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros;
tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás
sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres
Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la
gloria de Dios Padre. Amén.

ORACIÓN

Concédenos, Señor, Dios nuestro, alegrarnos siempre en tu servicio


porque la profunda y verdad era alegría está en servirte siempre a
ti, autor de todo bien. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive
y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos
de los siglos. Amén.

Liturgia de la Palabra

PRIMERA LECTURA

Trabaja con sus hábiles manos.


Del libro de los Proverbios: 31, 10-13.19-20. 30-31

Dichoso el hombre que encuentra una mujer hacendosa: muy superior a las
perlas es su valor. Su marido confía en ella y, con su ayuda, él se enriquecerá;
todos los días de su vida le procurará bienes y no males. Adquiere lana y lino
y los trabaja con sus hábiles manos. Sabe manejar la rueca y con sus dedos
mueve el huso; abre sus manos al pobre y las tiende al desvalido. Son
engañosos los encantos y vana la hermosura; merece alabanza la mujer que
teme al Señor. Es digna de gozar del fruto de sus trabajos y de ser alabada
por todos.

Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL del salmo 127,1-2.3.4-5.


R/. Dichoso el que teme al Señor.

Dichoso el que teme al Señor


y sigue sus caminos:
comerá del fruto de su trabajo,
será dichoso, le irá bien.
R/. Dichoso el que teme al Señor.

Su mujer como vid fecunda,


en medio de su casa; sus hijos,
como renuevos de olivo,
alrededor de su mesa.
R/. Dichoso el que teme al Señor.

Ésta es la bendición del hombre que teme al Señor:


"Que el Señor te bendiga desde Sión,
que veas la prosperidad de Jerusalén,
todos los días de tu vida".
R/. Dichoso el que teme al Señor.
SEGUNDA LECTURA

Que el día del Señor no los sorprenda como un ladrón.

De la primera carta del apóstol san Pablo a los tesalonicenses: 5, 1-6

Hermanos: Por lo que se refiere al tiempo y a las circunstancias de la venida


del Señor, no necesitan que les escribamos nada, puesto que ustedes saben
perfectamente que el día del Señor llegará como un ladrón en la noche.
Cuando la gente esté diciendo: "¡Qué paz y qué seguridad tenemos!", de
repente vendrá sobre ellos la catástrofe, como de repente le vienen a la
mujer encinta los dolores del parto, y no podrán escapar.
Pero a ustedes, hermanos, ese día no los tomará por sorpresa, como un
ladrón, porque ustedes no viven en tinieblas, sino que son hijos de la luz y del
día, no de la noche y las tinieblas. Por lo tanto, no vivamos dormidos, como
los malos; antes bien, mantengámonos despiertos y vivamos sobriamente.

Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO

R/. Aleluya, aleluya.


Permanezcan en mí y yo en ustedes, dice el Señor; el que
permanece en mí da fruto abundante R/. Aleluya, aleluya.

EVANGELIO

Porque has sido fiel en cosas de poco valor, entra a tomar parte en
la alegría de tu señor.

Del santo Evangelio según san Mateo: 25, 14-30


A. Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos esta parábola: "El Reino de los
cielos se parece también a un hombre que iba a salir de viaje a tierras lejanas;
llamó a sus servidores de confianza y les encargó sus bienes.
A uno le dio cinco millones; a otro, dos; y a un tercero, uno, según la
capacidad de cada uno, y luego se fue. El que recibió cinco millones fue
enseguida a negociar con ellos y ganó otros cinco. El que recibió dos hizo lo
mismo y ganó otros dos. En cambio, el que recibió un millón hizo un hoyo en
la tierra y allí escondió el dinero de su señor. Después de mucho tiempo
regresó aquel hombre y llamó a cuentas a sus servidores. Se acercó el que
había recibido cinco millones y le presentó otros cinco, diciendo: 'Señor, cinco
millones me dejaste; aquí tienes otros cinco, que con ellos he ganado'. Su
señor le dijo: 'Te felicito, siervo bueno y fiel. Puesto que has sido fiel en cosas
de poco valor, te confiaré cosas de mucho valor. Entra a tomar parte en la
alegría de tu señor'. Se acercó luego el que había recibido dos millones y le
dijo: 'Señor, dos millones me dejaste; aquí tienes otros dos, que con ellos he
ganado'. Su señor le dijo: 'Te felicito, siervo bueno y fiel. Puesto que has sido
fiel en cosas de poco valor, te confiaré cosas de mucho valor. Entra a tomar
parte en la alegría de tu señor'. Finalmente, se acercó el que había recibido
un millón y le dijo: 'Señor, yo sabía que eres un hombre duro, que quieres
cosechar lo que no has plantado y recoger lo que no has sembrado. Por eso
tuve miedo y fui a esconder tu millón bajo tierra. Aquí tienes lo tuyo'.
El señor le respondió: 'Siervo malo y perezoso. Sabías que cosecho
lo que no he plantado y recojo lo que no he sembrado. ¿Por qué,
entonces, no pusiste mi dinero en el banco para que, a mi regreso,
lo recibiera yo con intereses? Quítenle el millón y dénselo al que
tiene diez. Pues al que tiene se le dará y le sobrará; pero al que tiene
poco, se le quitará aun eso poco que tiene. Y a este hombre inútil,
échenlo fuera, a las tinieblas. Allí será el llanto y la desesperación' ".

Palabra del Señor.


Gloria a ti, Señor Jesús.

Reflexiones
Reflexión para dialogar en familia.

Se puede iniciar el diálogo de familia con estas preguntas u otras parecidas:


¿Cuántos siervos tiene el Señor? ¿Qué entrega a estos siervos? Eran 3 y les
entrega talentos.
¿Qué son los talentos? (Se deja que hablen y adivinen qué puede ser). Una
forma de medir riqueza equivalía a 34 kilos de oro.
¿Saben cuánto vale un talento ahora en el presente? (Se les puede pedir que
hagan el cálculo 1 kilo = 64.300 $ Luego 34 x 64.300= 2.186.200$ ¡Muchísimo
dinero!)
¿Cuántos talentos entrega al Primer siervo? ¿Y al segundo? ¿Y al tercero? Al
primero 5 talentos, al segundo 2 talentos y al tercero 1 talento.
Cuando regresa el dueño ¿Qué le entregan los siervos? El primero con los
cinco talentos ganó otros cinco, el segundo con los dos gano otros dos. El
tercero enterró el talento y le devolvió el talento al dueño.
¿Qué les dijo el Señor al primero y al segundo siervo? Los felicitó y los invitó
a la alegría del Señor.
¿Qué le dijo al tercero? Lo regañó, lo llamó siervo inútil, que no había hecho
nada con el talento, Y lo castigó.
¿Y qué creen que significa esta parábola/historia que nos cuenta Jesús?
(Dejemos que ellos piensen y respondan.)

Tras este breve diálogo, y el papá o la mamá pueden dar una breve
explicación.

Lo importante en esta parábola son los talentos. Valen muchísimo


dinero. Ya sabemos que el Dueño es Dios, la pregunta es qué
significan los talentos. Los talentos significan los dones que
recibimos de Dios.
Se les puede preguntar ¿Me pueden decir algún don que hayan
recibido de Dios?
La vida es el primer don, el amor de Dios, las cualidades que
tenemos, la familia que hemos recibido, los amigos etc.
¡Hay multitud de talentos que recibimos de Papá Dios! Lo que quiere el
Señor, es que utilices esos dones para ayudar a los demás, para alabar y
bendecir a Dios. Los dones no son exclusivamente para ti, son para los otros.
El ultimo siervo era un flojo y no muy listo, por eso enterró su talento y no lo
utilizó. Y el Señor quiere que usemos sus dones para hacer un mundo mejor.

Reflexión sobre la Palabra.

Estamos en el penúltimo domingo del año litúrgico, las lecturas nos invitan a
reflexionar sobre qué hacemos con nuestra vida, con los dones que Dios nos
concede. El Evangelio nos presenta la parábola de los talentos. El Señor, que
va a viajar, entrega sus talentos a sus siervos “A uno le dio cinco talentos; a
otro, dos; y a un tercero, uno, según la capacidad de cada uno.” ¿Qué es un
talento? Un talento corresponde a 34 kilos de oro. ¡Es mucho dinero! Al
regresar el Dueño cada siervo le da cuenta de lo que ha hecho con sus
talentos. Mientras que los dos primeros siervos habían obtenidos más
talentos, el último de los siervos, le devuelve su único talento al Señor. Esta
es la respuesta del Dueño: “El Señor le respondió: ‘Siervo malo y perezoso.
Sabías que cosecho lo que no he plantado y recojo lo que no he sembrado.
¿Por qué, entonces, no pusiste mi dinero en el banco para que, a mi regreso,
lo recibiera yo con intereses?”

A menudo nos ponemos en el lugar de este siervo y pensamos que su


castigo es exagerado, que el Señor es demasiado exigente. Pero la
clave de todo es el valor de lo entregado, puesto que un solo talento
son 34 kilos de oro ¿Cuánto valdría en la actualidad? Dios es un
despilfarrador de dones. Da dones sin medida. Y quiere que esos
dones los aprovechemos para compartirlos con los que no tienen. Y
si nosotros los hemos recibido gratis, los debemos también dar gratis.
Aquel que enterró el talento y no quiso negociar es un flojo. No hizo
ningún mal; pero dejó de hacer el bien. Y esto es lo peor que nos
puede pasar: Nuestros mayores pecados, son habitualmente de
omisión, las cosas buenas que pudimos hacer y no hicimos.
Este Evangelio es un llamado para que abramos los ojos y evaluemos nuestra
vida para que cuando vuelva el Señor tengamos algo que ofrecer. Como nos
dice S. Pablo en la segunda lectura: “son hijos de la luz y del día, no de la
noche y las tinieblas. Por tanto, no vivamos dormidos, como los malos; antes
bien, mantengámonos despiertos.”
Puedes preguntarte ¿Qué dones he recibido del Señor? ¿Qué hago con ellos?
¿Doy frutos para Dios y los demás?

Profesión de fe

Creo en Dios Padre, Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Y en


Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia
del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de
Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos,
al tercer día resucitó entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la
derecha de Dios Padre, Todopoderoso. Desde allí vendrá a juzgar a vivos y a
muertos. Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia Católica, la comunión de
los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida
eterna. Amén.

ORACIÓN DE LOS FIELES

Pidamos, hermanos, al Señor que escuche nuestras súplicas y acoja con


bondad nuestras peticiones, digamos con fe y devoción: Te rogamos,
Señor. R/. Te rogamos, Señor.

1. Para que el Señor, el único que puede inspirar y llevar a término


los buenos propósitos, multiplique el número de fieles que,
abandonando todas las cosas, se consagren exclusivamente a él
en la vida religiosa, roguemos al Señor. R/. Te rogamos, Señor.

2. Para que Dios, al que han de servir los poderes humanos,


conceda a los jefes de las naciones, buscar la voluntad divina,
temer a Dios en el cumplimiento de su misión y acertar en sus
decisiones, roguemos al Señor. R/. Te rogamos, Señor.

3. Para que Dios, que ha creado los alimentos para los seres vivos, mire
con misericordia a las creaturas que en distintos lugares pasan hambre
y les conceda el alimento necesario, roguemos al Señor. R/. Te
rogamos, Señor.

4. Para que el Señor, que nos ha dado el mandamiento nuevo del amor,
nos dé fuerza para amar a nuestros enemigos y para cumplir su
precepto de devolver bien por mal, roguemos al Señor. R/. Te
rogamos, Señor.

(Intenciones libres)

Dios nuestro, que has confiado al hombre los bienes de la creación y de la


gracia, escucha nuestras oraciones y haz que nuestro trabajo multiplique los
dones que tu providencia ha puesto a nuestra disposición; que siempre
estemos atentos y en vela, mientras esperamos el regreso de tu Hijo, de
manera que podamos alegrarnos de que en el último día nos llame servidores
fieles y cumplidores, buenos y de toda confianza, y entremos así en el gozo
de tu reino. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Sabiendo que estamos en las manos del Padre, le dirigimos con la


mayor confianza la plegaria misma de Jesús. R/ Padre nuestro

Oración de Comunión espiritual:


Creo, Jesús mío, que estás realmente presente en el Santísimo
Sacramento del altar. Te amo sobre todas las cosas y deseo recibirte
dentro de mi alma, pero no pudiendo hacerlo sacramentalmente, ven
al menos espiritualmente a mi corazón. Y como si ya estuvieras
conmigo, te abrazo y me uno contigo. Quédate conmigo y no
permitas que me separe de Ti. R. Amén.
Oración final

Hermanos: Nuestra vida, con todo lo que somos y tenemos, no es de nuestra


propiedad, ya que es como un fondo de inversión recibido de Dios. Es un
préstamo suyo, no para guardarlo seguro en un "agujero en la tierra", sino
para hacerlo producir del mejor modo posible, cada uno según su habilidad.
Que Dios omnipotente nos dé fuerza y valor para servir con todo nuestro
ser a él y a los hermanos. Para ello, que la bendición de Dios todopoderoso,
Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre nosotros y permanezca para
siempre. R. Amén.

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