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NOVENA DE AGUINALDO

Día 4 sábado19 de diciembre

Oremos por los servidores públicos


El misterio de la Navidad se desenvuelve en un ambiente marcadamente
familiar. Desde el primer momento se habla de esposos, de padres, de Jesús
como hilo de familia. Esta misma realidad es la que ha de estar presente en
nuestros hogares.
Zacarías e Isabel son rectos a los ojos de Dios. Observan
irreprensiblemente todos los mandamientos y ordenanzas del Señor. Sin
embargo, no tienen hijos. Isabel es estéril y ambos ya son viejos. En el
Antiguo Testamento, la esterilidad se considera como uno de los castigos
que Dios impone a una pareja. Pero siguen siendo justos. Toman esto
como la voluntad de Dios para ellos. Pero Dios les manifiesta su
misericordia.
(Antes de comenzar la celebración se hacen las oraciones de todos los días)

DESARROLLO DE LA CELEBRACIÓN

MONICION DE ENTRADA: ¡Muy buenos días tengan todas y todos


ustedes! ¡Nos encontramos en nuestra cuarta Misa de Aguinaldos! Seguimos
avanzando, paso a paso por el camino de preparación para la llegada del Dios-
con-nosotros, el Emmanuel, a nuestros corazones.

Hoy podremos relacionar claramente que la Navidad es la fiesta de la vida.


Sansón y Juan son los hijos de la fe que confía en Dios, de quien espera la
respuesta oportuna, su bendición. Y aunque creamos que no es el momento,
aunque nuestras fuerzas para luchar y descubrir la felicidad se hayan
agotado, el Señor sabrá responder siempre con vida –y vida abundante.
Consagrados desde el seno materno a Dios, sabrán actuar en favor de los
pequeños del Señor, de los necesitados de luz en su caminar de fe.

Decimos: ✠ En el Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

El que ha de venir, vendrá sin tardanza, y ya no tendremos nada que temer,


porque él es nuestro Salvador.

ORACIÓN

Oremos: Señor Dios, que te dignaste revelar al mundo el esplendor de


tu gloria mediante el parto de la Santísima Virgen, concédenos, te
rogamos, poder honrar con fe íntegra el admirable misterio de la
encarnación y celebrarlo siempre con nuestra generosa entrega. Por
nuestro Señor Jesucristo, tu hijo que vive y reina contigo en la unidad
del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.

Liturgia de la Palabra
MONICION: La que será madre de Sansón recibe el anuncio del futuro
nacimiento. Todo lo que se dice de Sansón lo muestra como alguien
consagrado a Dios. Su vida queda sellada por el Espíritu Santo: “El Espíritu del
Señor comenzó a actuar en él” para que obrara en favor de su pueblo.

PRIMERA LECTURA

El nacimiento de Sansón es anunciado por un ángel.

Lectura del libro de los Jueces 13, 2-7. 24-25

En aquellos días, había en Sorá un hombre de la tribu de Dan, llamado Manoa.


Su mujer era estéril y no había tenido hijos. A esa mujer se le apareció un
ángel del Señor y le dijo: “Eres estéril y no has tenido hijos; pero de hoy en
adelante, no bebas vino, ni bebida fermentada, ni comas nada impuro,
porque vas a concebir y a dar a luz un hijo. No dejes que la navaja toque su
cabello, porque el niño estará consagrado a Dios desde el seno de su madre
y él comenzará a salvar a Israel de manos de los filisteos”. La mujer fue a
contarle a su marido: “Un hombre de Dios ha venido a visitarme. Su aspecto
era como el del ángel de Dios, terrible en extremo. Yo no le pregunté de
dónde venía y él no me manifestó su nombre, pero me dijo: ‘Vas a concebir
y a dar a luz un hijo. De ahora en adelante, no bebas vino ni bebida
fermentada, no comas nada impuro, porque el niño estará consagrado a Dios
desde el seno de su madre hasta su muerte”. La mujer dio a luz un hijo y lo
llamó Sansón. El niño creció y el Señor lo bendijo y el espíritu del Señor
empezó a manifestarse en él.

Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL Sal 70

R/ Que mi boca, Señor, no deje de alabarte.


Señor, sé para mí un refugio,
ciudad fortificada en que me salves.
Y pues eres mi auxilio y mi defensa,
líbrame, Señor, de los malvados.
R/ Que mi boca, Señor, no deje de alabarte.

Señor, tú eres mi esperanza;


desde mi juventud en ti confío.
Desde que estaba en el seno de mi madre,
yo me apoyaba en ti y tú me sostenías.
R/ Que mi boca, Señor, no deje de alabarte.

Tus hazañas, Señor, alabaré,


diré a todos que sólo tú eres justo.
Me enseñaste a alabarte desde niño
y seguir alabándote es mi orgullo.
R/ Que mi boca, Señor, no deje de alabarte.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO

R/. Aleluya, aleluya.


Retoño de Jesé, que brotaste como señal para los pueblos, ven a librarnos y
no te tardes. R/. Aleluya, aleluya.

MONICION: Lucas nos irá presentado las circunstancias que rodearon


el nacimiento de Juan Bautista y el de Jesús. En ambos, Dios quiere
manifestarse como quien trae la Salvación a la humanidad. En Juan
encontraremos las características de los antiguos consagrados que
hacían una vida ascética, como signo de la consagración total a su
misión. Paralelamente, como Sansón, Elías y los profetas, Juan
predicará la conversión sin profundas teorías sino con ejemplos
sencillos.
EVANGELIO

+ Del santo evangelio según san Lucas (1, 5-25)


A. Gloria a ti, Señor.

En tiempos de Herodes, rey de Judea, había un sacerdote llamado Zacarías,


de la clase sacerdotal de Abías. Su mujer, llamada Isabel, era descendiente
de Aarón. Ambos eran justos a los ojos de Dios y seguían en forma
irreprochable todos los mandamientos y preceptos del Señor. Pero no tenían
hijos, porque Isabel era estéril; y los dos eran de edad avanzada. Un día en
que su clase estaba de turno y Zacarías ejercía la función sacerdotal delante
de Dios, le tocó en suerte, según la costumbre litúrgica, entrar en el Santuario
del Señor para quemar el incienso. Toda la asamblea del pueblo permanecía
afuera, en oración, mientras se ofrecía el incienso. Entonces se le apareció el
Ángel del Señor, de pie, a la derecha del altar del incienso. Al verlo, Zacarías
quedó desconcertado y tuvo miedo. Pero el Ángel le dijo: “No temas,
Zacarías; tu súplica ha sido escuchada. Isabel, tu esposa, te dará un hijo al
que llamarás Juan. Él será para ti un motivo de gozo y de alegría, y muchos se
alegrarán de su nacimiento, porque será grande a los ojos del Señor. No
beberá vino ni licor; estará lleno del Espíritu Santo desde el seno de su madre,
y hará que muchos israelitas vuelvan al Señor, su Dios. Precederá al Señor
con el espíritu y el poder de Elías, para reconciliar a los padres con sus hijos y
atraer a los rebeldes a la sabiduría de los justos, preparando así al Señor un
Pueblo bien dispuesto”. Pero Zacarías dijo al Ángel: “¿Cómo puedo estar
seguro de esto? Porque yo soy anciano y mi esposa es de edad avanzada”.
El Ángel le respondió: “Yo soy Gabriel, el que está delante de Dios, y
he sido enviado para hablarte y anunciarte esta buena noticia. Te
quedarás mudo, sin poder hablar hasta el día en que sucedan estas
cosas, por no haber creído en mis palabras, que se cumplirán a su
debido tiempo”. Mientras tanto, el pueblo estaba esperando a
Zacarías, extrañado de que permaneciera tanto tiempo en el
Santuario. Cuando salió, no podía hablarles, y todos comprendieron
que había tenido alguna visión en el Santuario.
Él se expresaba por señas, porque se había quedado mudo. Al cumplirse el
tiempo de su servicio en el Templo, regresó a su casa. Poco después, su
esposa Isabel concibió un hijo y permaneció oculta durante cinco meses. Ella
pensaba: “Esto es lo que el Señor ha hecho por mí, cuando decidió librarme
de lo que me avergonzaba ante los hombres”.

Palabra del Señor.


Gloria a ti, Señor Jesús.

Reflexiones

Profesión de fe

Creo en Dios Padre, Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Y en


Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia
del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de
Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos,
al tercer día resucitó entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la
derecha de Dios Padre, Todopoderoso. Desde allí vendrá a juzgar a vivos y a
muertos. Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia Católica, la comunión de
los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida
eterna. Amén.

ORACIÓN DE LOS FIELES

Señor, mientras esperamos tu venida, te pedimos suplicantes por aquellos


que trabajan en funciones públicas, sirviendo en favor del bien común.
Oremos todos juntos. R. Señor, bendícenos.
 Te pedimos Señor por todo el personal sanitario de nuestro país,
especialmente por los médicos y enfermeras que durante esta
pandemia del COVID-19 han trabajado valientemente en favor de
la vida de los demás incluso entregan-do la propia vida. Oremos al
Señor. R. Señor, bendícenos.
 Te pedimos Señor, por el ejército y todas las instituciones de
seguridad de nuestro país para que luchen a diario por un país más
justo dejando a un lado el egoísmo y bienestar propio. Oremos al
Señor. R. Señor, bendícenos.
 Por todos aquellos que de alguna u otra manera han trabajado
incesantemente durante esta pandemia sin descanso, para que el
Señor les colme de alivio a sus mentes y sus corazones. Oremos al
señor. R. Señor, bendícenos.
(Intenciones libres)

Señor, Dios nuestro, acoge favorablemente nuestras súplicas y concédenos


tu ayuda en las tribulaciones, para vernos reanimados por la venida de tu Hijo
Jesucristo. Él que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.

Sabiendo que estamos en las manos del Padre, le dirigimos con la mayor
confianza la plegaria misma de Jesús. R/ Padre nuestro

Oración de Comunión espiritual:

Creo, Jesús mío, que estás realmente presente en el Santísimo Sacramento


del altar. Te amo sobre todas las cosas y deseo recibirte dentro de mi alma,
pero no pudiendo hacerlo sacramentalmente, ven al menos espiritualmente
a mi corazón. Y como si ya estuvieras conmigo, te abrazo y me uno contigo.
Quédate conmigo y no permitas que me separe de Ti. R. Amén.

Se leen los gozos

Oración final

Que la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo


descienda sobre nosotros y permanezca para siempre. R. Amén.

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