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INTERPRETACION CONTRACTUAL

La interpretación es la operación con la cual se verifica el significado, jurídicamente relevante, del


acuerdo contractual.

Interpretar un contrato quiere decir comprobar el significado de aquello que las partes
dispusieron, o sea verificar el contenido sustancial del contrato.

Lo que se busca o pretende con la interpretación es encontrar el significado del contrato que no
es más que la común intención de las partes.

La interpretación no consiste en encontrar la voluntad específica de cada parte, sino que consiste
en comprobar el contenido sustancial del contrato, del acuerdo, del consenso.

En el proceso de interpretar un contrato, se aplican dos tipos de reglas. La interpretación


subjetiva y la interpretación objetiva.

INTERPRETACIÓN SUBJETIVA: se dirige a desentrañar la intención común de las partes.

“Exigencia de superar el sentido literal del contrato para determinar la común intención de las
partes y acogen como concepto de interpretación del acto la investigación por medio de la
expresión exterior, de la voluntad común de las partes contratantes”

INTERPRETACIÓN OBJETIVA: Procedimiento que asigna un significado a la declaración


contractual. Cuando el significado del contrato es dudosa la intención común de las partes

Nuestro Código Civil, establece varias disposiciones para la correcta interpretación de los
contratos, así:

PRINCIPIOS FUNDAMENTALES:
- EL PRINCIPIO DE LA BUENA FE DEBE ESTAR PRESENTE

- CONOCIDA CLARAMENTE LA INTENCIÓN DE LOS CONTRATANTES DEBE ESTARSE A


ELLA, MÁS QUE A LO LITERAL DE LAS PALABRAS (1618 C.C.)

INTERPRETACIÓN SUBJETIVA: - Comportamiento de las partes


- Interpretación sistemática del contrato y de sus cláusulas
- Las expresiones generales se limitan al objeto del contrato
- Los ejemplos solo tienen valor enunciativo y no limitativo

INTERPRETACIÓN OBJETIVA: Si subsiste la duda en cuanto a lo convenido


- En la duda, hay que darle una interpretación útil a la cláusula
- Clausulas ambiguas se interpretan según las prácticas generales
del lugar de celebración del contrato
- Interpretación en contra del predisponente
- Interpretación en el sentido menos gravoso para el obligado
(gratuito) o que logre el equilibrio de los intereses de los
contratantes (oneroso)

A. CRITERIOS FUNDAMENTALES DE INTERPRETACIÓN:

1.- Común interpretación partes (autonomía contractual).- (1618)


2.- Buena fe (Solidaridad contractual).- (1603)

Común intención de las partes: El punto de partida está representado por el valor objetivo de
la declaración teniendo en cuenta el conjunto de las circunstancias de las cuales ha sido
emitida.-

DOMAT y POTHIER. Predominio de la interpretación común sobre los tipos del contrato.

Se debe investigar cual ha sido la intención común de las partes contratantes más que el sentido
gramatical de los tipos de contrato.-

Se identifican en la doctrina dos concepciones diferentes para conocer la verdadera intención


contractual: la psicológica, que identifica la intención común en la voluntad real de las partes; la
objetiva, identifica la intención común en el valor objetivo del contrato, reconocible en las
declaraciones congruentes y en la conducta de las partes. Ambas posiciones tienen críticas por
ser imprecisas e incompletas.

Para superar la situación hay que concluir que el contrato es un hecho social, en el que las
partes asumen un compromiso en desarrollo de su relación. El significado normal del acuerdo es
el que se puede presumir, en un ambiente socio-económico determinado, a partir de las
declaraciones y a los comportamientos de los contratantes.

Buena fe: en caso de dudas las partes deben interpretar las cláusulas con un espíritu de
reciprocidad, lealtad.-

C.C. Colombia art. 1603 = “Los contratos deben ejecutarse de Buena fe.-

B.- REGLAS DE INTERPRETACIÓN SUBJETIVA

Las reglas primarias de interpretación subjetiva son las de:

a. La interpretación según la buena fe (1603)


b. La interpretación literal
c. La interpretación global
d. La interpretación sistemática
e. La interpretación funcional
f. La interpretación presunta de las expresiones generales
g. La indicaciones ejemplificativas
Las reglas subsidiarias, serían las aplicables en la interpretación objetiva, esto es cuando
aplicados los criterios subjetivos no ha sido posible entender la intención de los contratantes.

a. Buena fe: Es un precepto fundamental de lealtad y de claridad.


La buena fe no tiene un contenido preestablecido, sino que es un principio de solidaridad
contractual que se especifica en dos aspectos fundamentales: el de salvaguardar (hacer lo
posible para proteger el interés de la contraparte dentro de los límites de un sacrificio apreciable)
y el lealtad (información, claridad, secreto).

Este principio de buena fe impone:

a. No suscitar una falsa confianza;


b. No especular con esa falsa confianza y
c. No desconocer la confianza razonable generada en la contraparte

Para el intérprete, debe adecuar la interpretación del contrato al significado en el que las partes
podían razonablemente confiar, en relación con las circunstancias concretas. En términos
negativos, el intérprete no puede dar interpretaciones capciosas en contraste con la causa del
contrato o con el espíritu del acuerdo.

b. Interpretación literal.
Si bien se dice que no se debe estar a lo literal sino al espíritu, hay que aclarar que la norma se
aplica cuando la intención es clara, no debe apegarse a la letra menuda del contrato.

El intérprete debe necesariamente acudir a la letra del contrato. Así hay que darle a las palabras
el significado usual o técnico, dependiendo del tipo de contrato o si existe una definición
contractual.

c. La interpretación global (1622)


La intención común se debe deducir del comportamiento asumido por las partes, antes, durante y
después de celebrado el contrato.

Hay que tener en cuenta que las palabras impuestas en el contrato, fija en un momento el querer
de las partes, pero el comportamiento de las partes es el aspecto dinámico de lo acordado. Las
partes empiezan a ejecutar una serie de actos que son consecuencia directa de lo acordado.

El comportamiento global de las partes comprende también el comportamiento de cada parte en


particular, en cuanto asuma valor de reconocimiento de un significado favorable a la otra o en
cuanto sea aceptado, sin protestas.

Hay que ver también, como fue el comportamiento de las partes en negocios que ellas
celebraron en el pasado. Si el contrato es el mismo, entre las mismas partes, es claro y
presumible que el comportamiento sea similar. Pues de lo contrario, si alguna de las partes
quisiera modificar algún comportamiento, deberá advertirlo con claridad dentro del contrato.

d. Interpretación sistemática.(1622)
Las cláusulas del contrato se deben interpretar unas por medio de las otras, para atribuir a cada
una el sentido que resulta del acto en su conjunto.

Las cláusulas no se pueden interpretar de manera aislada, como si fueran islas, puesto que
todas concurren a formar un todo unitario y encuentran su razón de ser en la reglamentación
coherente del negocio.

En esta fase se deben incluir todos los documentos anexos y demás disposiciones que hacen
viable la contratación.

C.C. “Cláusulas del contrato se interpretaran unas por otras, dándole a cada una el sentido que
mejor convenga al contrato en su totalidad.

e. Interpretación funcional.(1620)
Las expresiones con más de un sentido, se deben entender, en la duda, en el sentido que más
convenga a la naturaleza y al objeto del contrato.

El significado de los que las partes acordaron no se puede comprobar adecuadamente si no se


tienen en cuenta la razón práctica del negocio, es decir, su causa concreta; es la causa que
justifica el contrato y el reglamento respectivo.

f. Interpretación presunta de las expresiones generales y las indicaciones


ejemplificativas.(1623)
Las expresiones generales usadas en el contrato no comprende sino los objetos sobre los cuales
las partes se propusieron contratar. Las expresiones generales se deben entender como
referidas a la materia contratada, circunscrita al interés práctico que el contrato pretende realizar.

Por su parte, las indicaciones ejemplificativas pone de presente la presunción del carácter no
taxativo de los ejemplos que se dan para explicar un pacto. Así, si se dan ejemplos en el texto
contractual, no con ello se quiere decir que solo a esos ejemplos es que se aplica el contrato,
pues fue la intención de mostrar una que otra circunstancia o hecho al que se le aplica el
contrato (tales como, por ejemplo, entre otros, etc)

C.- REGLAS DE INTERPRETACIÓN OBJETIVA


Cuando las reglas de la interpretación subjetiva no alcanzan a descubrir la intención de las
partes, es necesario acudir a las reglas de interpretación objetiva.

Las reglas de interpretación objetiva tienen un orden de aplicación en los que prevalecen:

a. El principio de conservación del contrato


b. La regla de interpretación según los usos
c. La regla de interpretación en contra del autor de la cláusula
d. La regla de interpretación equitativa y más favorable al obligado a título gratuito

a. El principio de conservación del contrato (1620)


El contrato o las cláusulas en particular, se deben interpretar en el sentido en el que puedan
tener algún efecto, y no en aquel en el que no puedan tener ninguno.
Si existen dos posibilidades o alternativas útiles del contrato, se debería preferir la que permita la
máxima expansión de la disposición negocial.

b. La regla de interpretación según los usos (1621)


Las cláusulas ambiguas se deben entender según lo que se practica generalmente en el lugar en
que se celebró el contrato.

Los usos y costumbres concurren a determinar el contenido del contrato. Esta regla se basa en
el hecho o consideración de que el contrato se adecúa, normalmente, al significado que en un
determinado ambiente socio-económico se le reconoce.

El uso debe probarse por la parte que lo alega.

c. La regla de interpretación en contra del autor de la cláusula (1624)


Una regla interpretativa particular prevé que las cláusulas incluidas en condiciones generales de
contrato, o en contratos predispuestos por una parte, se deben interpretar, en la duda, en el
sentido más favorable al adherente.

La regla de la interpretación contra el predisponente pone a cargo de éste, la carga de evitar


ambigüedades en el texto contractual.

El predisponente debe hacer las condiciones fácilmente conocibles y entendibles. Debe informar
su existencia y poner a disposición del adherente, y utilizar un lenguaje que sea de fácil
inteligencia pues, de lo contrario, las cláusulas pueden ser interpretadas en su contra.

Esta regla se debe imponer a la regla de interpretar las cláusulas según los usos, pues las
empresas podrían abusar de su posición contractual. El empresario no puede, amparándose en
la falta de claridad del texto contractual, hacer referencia a una práctica o uso local.

d. El principio de equidad
Si la aplicación de los cánones de interpretación, subjetiva y objetiva, no ayudan, el contrato
debe interpretarse en el sentido menos gravoso para el deudor, si se trata de un contrato
gratuito, y en el sentido que mejor desarrolle un equilibrio entre los intereses de las partes, en
caso de ser un contrato oneroso.

La equidad se define como un justo balance de los diferentes intereses, en relación con los fines
y la naturaleza del negocio.

INTEGRACION CONTRACTUAL
Es un proceso diferente, pero complementario al de la interpretación contractual. La integración
consiste en las determinaciones que hacen parte de la relación contractual y que tienen su origen
en la ley o en otras fuentes externas al contrato (fuentes heterónomas)

El contrato obliga a las Partes no sólo a lo que se expresó, sino también a todas las
consecuencias que se derivan de la ley o, a falta de ella, según los usos y la equidad.
La integración puede ser imperativa o supletiva, según la normatividad aplicable. Será
imperativa, aun en contra de la voluntad de las partes; mientras que es supletiva, en el caso de
ausencia de disposición contractual.

Los efectos extra convencionales serán siempre integrativos de la relación contractual, no le


cambian su naturaleza y se ven absorbidos dentro de su disciplina. La integración puede dar
lugar a obligaciones adicionales de las partes, que su desconocimiento o violación constituirá
incumplimiento de la parte.

a. LA BUENA FE:
La buena fe se presenta como regla de conducta a la que se deben someter las partes.

La buena fe es una fuente primaria de integración de la relación contractual, que prevalece


incluso sobre las disposiciones contractuales, pues tiene un valor de precepto de orden público.

La buena fe no impone un comportamiento de un contenido preestablecido. La buena fe es una


cláusula general que exige comportamientos diferentes, positivos u omisivos, en relación con las
circunstancias concretas de la relación.

La buena fe en sentido objetivo o corrección se remite a la idea de la solidaridad contractual.


Este principio de buena fe impone dos cánones de comportamiento: lealtad y salvaguarda.

Así las partes deben obrar correctamente con la otra, y deben actuar de manera que se
preserven los intereses de la otra, con independencia de las obligaciones contractuales
específicas.

Obviamente, este principio no puede ir más allá de un sacrificio apreciable. A las partes les
obliga a salvaguardar la utilidad de la otra dentro de los límites en que ello no signifique un
sacrificio apreciable.

Buena fe no se debe confundir con la diligencia, pues esta última significa el empleo adecuado
de energías y medios idóneos para la realización de un determinado fin. En las relaciones
obligacionales y en la vida de relación, la obligación de diligencia impone el esfuerzo volitivo y
técnico adecuado para satisfacer el interés del acreedor y para no lesionar los derechos ajenos.

La corrección, por el contrario es una norma de conducta que impone a la parte la consideración
del interés que no es objeto de una tutela jurídica específica, pero que, sin embargo, el
contratante debe salvaguardar en virtud de la solidaridad contractual.

Comportamientos típicos que genera el canon de lealtad


 No suscitar intencionalmente una falsa confianza.
 No especular con una falsa confianza.
 No desconocer la confianza, que razonablemente se ha generado en la otra parte.

Comportamientos típicos que genera el canon de salvaguarda


 Ejecución de prestaciones no previstas en el contrato (aquellos que son necesarios para
salvaguardar los intereses de la otra parte, siempre que no implique un sacrificio
importante)
 Cambios en el comportamiento propio (cambiar prestaciones y cargas, para salvaguardar
los intereses de la contraparte)
 Tolerancia a la modificación de la prestación de la contraparte (siempre y cuando no vea
perjudicado, de manera apreciable, el propio interés)
 Deber de avisar y advertir sobre información que pueda incidir en la ejecución del
contrato

b. LA LEY: El contrato es regulado por las normas generales y particulares, tales como son las
normas imperativas y las normas supletivas

Normas imperativas: Inderogables que prevalecen sobre las disposiciones contractuales.


Las normas imperativas se aplican directamente a la relación contractual, no obstante que
las partes hayan dispuesto en su contra.

Las normas imperativas pretenden proteger el orden social y restringe e impide


disposiciones redactadas por las partes que puedan atacar esa utilidad social.

Normas supletivas: se aplican y regulan el contrato, salvo que las partes hayan dispuesto
otra cosa.

c. CONTRATOS COLECTIVOS: Un contrato particular puede verse afectado y corregido en la


medida en que exista un pacto colectivo del cual, el contratante sea parte. (trabajadores)

d. COSTUMBRE, USOS Y PRÁCTICAS


Los usos y costumbres concurren a determinar el contenido del contrato. Esta regla se
basa en el hecho o consideración de que el contrato se adecúa, normalmente, al
significado que en un determinado ambiente socio-económico se le reconoce

La costumbre, en materia comercial, tiene fuerza de ley, y como tal se aplica a las
relaciones contractuales.

E. EQUIDAD

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