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Departamento de Ciencias Jurídicas

Carrera de Derecho

DERECHO CIVIL III

Apuntes*

Interpretación de los Contratos

Profesor: Mg. Walter González Morales

*Autorizada reproducción sólo con fines académicos. Copiapó, Junio 2021.


INTERPRETACION DE LOS CONTRATOS

I. INTRODUCCIÓN.

Puede ocurrir que se discuta entre las partes de la relación contractual respecto del
alcance del contrato o de los resultados de la convención celebrada y que los vincula

jurídicamente. Estas discusiones, en el evento que no se pongan de acuerdo, tendrán que ser
solucionadas por la vía de la interpretación del contrato. Llegado a esta etapa, los efectos

totales del contrato no se han producido, y aún más, las partes no están de acuerdo en tales

efectos.

II. TEORÍAS.
En relación a la interpretación del contrato existen dos doctrinas que la explican usando
para ello elementos diversos: sistema subjetivo francés y doctrina objetiva alemana.
1. Sistema subjetivo. De acuerdo al principio de la autonomía de la voluntad, los
efectos del contrato son regulados por la voluntad de los contratantes, por ello, al interpretar el
contrato deberá buscarse necesariamente la verdadera “intención“ que tuvieron los
contratantes al crear la convención. La intención de ambos contratantes y no la manifestación

de voluntad de uno de ellos.

La labor del intérprete es difícil, porque debe investigar las intenciones desarrolladas en
la común manifestación de voluntad. Una investigación de tipo sicológica.

El sistema chileno pertenece a esa doctrina porque el artículo 1560 del Código Civil así

lo expresa: “Conocida claramente la intención de los contratantes,


debe estarse a ella más que a lo literal de las palabras”.

Esta solución es la misma que adoptó en materia testamentaria, según el artículo 1069

del Código Civil: “Sobre las reglas dadas en este título


acerca de la inteligencia y efecto de las disposiciones
testamentarias, prevalecerá la voluntad del testador
claramente manifestada, con tal que no se oponga a los
requisitos o prohibiciones legales.

Para conocer la voluntad del testador se estará más


a la substancia de las disposiciones que a las palabras
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de que se haya servido”.

Andrés Bello toma una postura contraria a la asumida en la interpretación de la ley

cuando dice en el artículo 19, inciso 1°, del Código Civil: “Cuando el sentido de la
ley es claro, no se desatenderá su tenor literal, a pretexto
de consultar su espíritu”. Aquí da relevancia a lo textual de las palabras que a
su espíritu.

Esta adopción de posturas contrarias se explica ya que para el legislador chileno las

partes no son expertos legisladores, técnicos legislativos, y por ello, pueden manifestar en el
contrato algo distinto de lo que pretendían. El legislador, en cambio, sí debe ser experto en
Derecho para dictar leyes.

2. Sistema objetivo. Conforme a este sistema, los contratos deben interpretarse


no acorde a la voluntad subjetiva de las partes sino que al sentido normal de la declaración, de

manera que los efectos jurídicos serán los que le atribuiría cualquier hombre honesto y
razonable. Debe buscarse lo que se denomina voluntad real pero no como sinónima de
voluntad interna, sino como voluntad verdadera. La intención sicológica no interesa al

intérprete, no tiene importancia para determinar los contratos dudosos. No debe quedarse sólo
en el contrato, sino que en todos los elementos de hecho que van junto con el contrato, como

son el objeto, el lugar donde se concluyó el contrato y la finalidad de las partes contratantes.
El juez, en el sistema alemán, debe atribuir a la declaración de voluntad el sentido que le
atribuiría cualquier hombre medio y razonable, vale decir, cómo cumpliría un contrato viéndose

en la misma situación. El juez se forma una imagen objetiva haciendo un análisis comparativo
del acto o contrato pensando en el comportamiento de un hombre razonable y honesto, y en
esa situación, interpreta de acuerdo a ello. Para eso, tiene que recurrir a los usos sociales,
concepto de equidad, etc.

En todo caso, ninguno de los dos sistemas de interpretación de los contratos, sistema

subjetivo y sistema objetivo, utilizan como principio clave de interpretación lo literal de las
palabras.

III. CONDICIONES O PRESUPUESTOS PARA LA EXISTENCIA DE UNA

INTERPRETACIÓN.

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Se presenta una discusión doctrinaria:

Hay quienes afirman que para que se lleve a cabo la interpretación es necesario que el
contrato sea oscuro, porque si es claro, no hay necesidad de interpretarlo, basta con aplicarlo.
Así lo sostiene, por ejemplo, el autor Alfredo Barros Errázuriz.

Para otros, es necesario interpretar todo contrato porque para un intérprete puede ser

claro, pero para otro puede que no lo sea, por ello, todo contrato en que existe una
controversia, necesariamente debe ser interpretado. Lo afirma, por ejemplo, el autor Luis Claro

Solar.

La jurisprudencia es vacilante.

IV. ¿CUÁLES PODRÍAN SER TEÓRICAMENTE LAS RAZONES O CAUSA QUE


MOTIVAN UNA CONTROVERSIA?

1. Ambigüedad en el contrato. Estamos en presencia de una convención que admite


dos o más sentidos que son diferentes. Si nos preguntamos ¿a qué se debe? Hay
que tener presente que las palabras del lenguaje corriente no siempre
corresponden a las utilizadas en lenguaje jurídico. Ejemplo: esposos y cónyuges,
bienes muebles.
2. Oscuridad en el contrato. Cuando el contrato no presenta ningún sentido
determinado. Así, por ejemplo, leída una cláusula pareciera que el contrato fuera
compraventa, pero leída otra, parece donación.
3. Los términos del contrato pueden ser claros pero no están suficientemente
explicitados. Los autores señalan como ejemplo aquella cláusula que prohíbe la
construcción a ambos costados de un muro divisorio. No se explicita cuál es la
parte agraviada.
4. Los términos del contrato son claros pero excesivos. Ejemplo: En un contrato de
arrendamiento se dice que las reparaciones serán de cargo del arrendatario, pero
la inclusión de esta cláusula da lugar a dos interpretaciones diferentes: las partes
quisieron decir que el arrendatario tuviera a cargo reparaciones locativas, por
ejemplo, limpieza. Si se toma en este sentido la cláusula no sería excesiva; las
partes contratantes tuvieron intención de poner a cargo del arrendatario no sólo
reparaciones locativas sino también reparaciones mayores.
5. Los términos del contrato son claros, pero utilizó términos que pueden acarrear
dudas. Por ejemplo: “Dejo bienes a hijo mayor”, resulta que tiene dos hijos
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mayores, uno del primer matrimonio y otro del segundo matrimonio. La
jurisprudencia francesa ha dicho que el hijo mayor es el del primer matrimonio.

V. REGLAS DE INTERPRETACIÓN (SISTEMA SUBJETIVO).

Son aquellos principios que sirven de base al intérprete para averiguar la verdadera
intención de las partes contratantes. Todas son normas de apoyo al intérprete, buscando el

objetivo de determinar la verdadera intención de las partes. La solución tiene que darla el
intérprete, las reglas solamente indican el camino a seguir.
El principio rector en materia de interpretación de contratos es el artículo 1560 Código

Civil. Saliéndonos de este principio rector que ilumina el sistema subjetivo, veremos las reglas

en particular de interpretación, ordenándolas en tres grupos: primer grupo: reglas vinculadas


con los elementos internos del contrato. Son reglas intrínsecas; segundo grupo: reglas

vinculadas con los elementos externos del contrato. Reglas extrínsecas; y tercer grupo: reglas
subsidiarias de interpretación o aplicación.

Primer Grupo: Aspecto interno del contrato. Las reglas están en los artículos 1564,
inciso1º; 1562 y 1563, inciso 1º, del Código Civil. A saber:

1. Artículo 1564, inciso 1º, del Código Civil. “Las cláusulas de un


contrato se interpretarán unas por otras, dándose a cada una
el sentido que mejor convenga al contrato en su totalidad”.
Esta regla prescribe que el intérprete debe analizar el contrato en su conjunto. Debe interpretar
el contrato tomando las cláusulas contractuales unas en relación con otras. El contrato
constituye un todo, por consiguiente, las cláusulas no pueden analizarse unas desvinculadas
de otras, sino que en su totalidad e integridad, porque las cláusulas están relacionadas unas
con otras. Por ejemplo, una cláusula puede estar explicitada por otra.

2. Artículo 1562 del Código Civil. “El sentido en que una cláusula
puede producir algún efecto, deberá preferirse a aquel en que
no sea capaz de producir efecto alguno”. Esta regla parte del supuesto
que una determinada cláusula contractual es susceptible de dos sentidos diferentes, de
manera que si la tomamos en un sentido la cláusula no produce efecto, pero si la tomamos en
otro sentido la cláusula produce efecto. Se debe preferir el sentido en que la cláusula produce
un efecto y desechar el sentido que aplicada no produce efecto alguno, esto porque la
intención de las partes al contratar es producir efectos jurídicos. Por ejemplo, A y B celebran
un contrato y se establece que B podrá pasar por “sus predios”, pero resulta que ambos tienen
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predios, sin embargo, tomando en el sentido que si B tiene un predio no hay efecto porque
puede pasar por él, lo que realmente se quería decir era que B pasara por los predios de la
otra parte que es A.

3. Artículo 1563, inciso 1º, del Código Civil. “En aquellos casos en que
no apareciere voluntad contraria deberá estarse a la
interpretación que mejor cuadre con la naturaleza del
contrato”. Esta regla dispone que cuando los términos de un contrato tienen dos o más
sentidos, deben ser interpretados tomando el sentido que esté de acuerdo con la naturaleza
del contrato, vale decir, aquel que normalmente es atribuido por el derecho común. Por
ejemplo, un contrato de arrendamiento entre A y B por dos años y $ 30.000.- de renta, puede
tener dos sentidos, por un lado, que la renta sea de $ 30.000.- por los dos años de duración
del contrato o bien que la renta sea de $ 30.000.- mensuales. Según la regla descrita, debe
interpretarse de acuerdo a la naturaleza del contrato según el derecho común, y conforme a
ello, la renta se paga mensualmente.

Segundo Grupo: Aspecto externo del contrato. Las reglas están en los artículos 1564,
incisos 2º y 3º; 1561 y 1565 del Código Civil.

1.Artículo 1564, inciso 2°, del Código Civil. “Podrán también


interpretarse por las de otro contrato entre las mismas partes
y sobre la misma materia “. Esta regla permite acudir a otros contratos celebrados
entre las mismas partes contratantes y que versen sobre la misma materia, sean anteriores o
posteriores, si es que ellos sirven para determinar la intención de las partes en el contrato que
se trata de interpretar.

2.Artículo 1564, inciso 3°, del Código Civil. “O por la aplicación


práctica que hayan hecho de ellas ambas partes, o una de las
partes con aprobación de la otra”. Esta norma da una regla diferente, dice
que el intérprete debe observar lo que las partes hicieron en la práctica. La Corte Suprema ha
dicho que esta regla tiene especial importancia respecto de contratos posteriores que
conllevan obligaciones de dar o hacer, ya que nada puede clarificar más la interpretación de un
contrato que la ejecución de las partes contratantes. Se tiene en consideración la aplicación
práctica que hayan hecho ambas partes o una de ellas con la aprobación de la otra. Por
ejemplo, una parte cumple y la otra no dice nada, entonces esa era la intención de ambas.
Con ambas reglas de interpretación, el legislador permite al intérprete buscar la
intención de las partes contratantes más allá de los términos del contrato.

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3.Artículo 1561 del Código Civil. “Por generales que sean los
términos de un contrato, sólo se aplicarán a la materia sobre
que se ha contratado”.Esta regla aplica la denominada interpretación restringida del
contrato. Se debe restringir la interpretación de cláusulas que por su generalidad podrían tener
aplicación diferente. Por ejemplo, celebro transacción y doy finiquito general y amplio,
declarando que nada se adeudan ¿Podrá aplicarse este finiquito a otros contratos celebrados
entre las partes? Según la regla de interpretación descrita, la respuesta es negativa, sólo se
aplica al contrato del cual se trata y no es aplicable a forma extensiva a otros contratos.

4. Artículo 1565 del Código Civil. “Cuando en un contrato se ha


expresado un caso para explicar la obligación, no se entenderá
por sólo eso haberse querido restringir la convención a ese
caso, excluyendo los otros a que naturalmente se extienda”.
Regla que rechaza el argumento llamado “a contrario sensu” en virtud del cual podría
entenderse que si las partes contratantes se refieren a un caso, no quisieron aplicarlo a otros.
La regla de interpretación descrita rechaza este argumento y dice que cuando en un contrato
se ha expresado un caso para explicar la obligación debe aplicarse a todos los casos a que
naturalmente se extienda.
Existe una aparente contradicción entre el artículo 1565 y el artículo 1561, ya descritos,
pero lo que ocurre es que son reglas distintas y por lo tanto contradictorias, dependiendo de

las circunstancias el intérprete verá si aplica la regla restrictiva o la extensiva.

Tercer Grupo: Reglas subsidiarias. Se aplican en el evento de no aplicarse las reglas


internos o externas. Están en los artículos 1563, inciso 2º, y 1566, inciso 2º, del Código Civil.

1. Artículo 1563, inciso 2º, del Código Civil. “Las cláusulas de uso común
se presumen aunque no se expresen”. Según esta regla, se subentienden en el
contrato las cláusulas que son usuales en él, aunque no hayan sido explicitadas por las partes.
Más que interpretación es de aplicación y está plenamente de acuerdo con lo dispuesto en el
artículo 1546 del Código Civil. Por ejemplo, las reparaciones locativas en el contrato de
arrendamiento.

2. Artículo 1566 del Código Civil. “No pudiendo aplicarse


ninguna de las reglas precedentes de interpretación, se
interpretarán las cláusula ambiguas a favor del deudor. Pero
las cláusulas ambiguas que hayan sido extendidas o dictadas
por una de las partes, sea acreedora o deudora, se
interpretarán contra ella, siempre que la ambigüedad provenga
de la falta de una explicación que haya debido darse por

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ella”. Para resolver definitivamente el problema, el legislador le dice al intérprete que
frente al contrato dudoso créale al deudor, a menos que el deudor fuese el que redactó el
contrato, porque en ese caso, las cláusulas se interpretan en contra del redactor. Es más bien
una regla de solución o aplicación que de interpretación.

//WGM-2021

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