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La familia y su entorno
Año 1 – Enero 2011 – Número 1
Affectivity: Overview
Antonio Porras
Proyecto Hombre
antonioporrast@gmail.com
Lourdes Millán Alba
IES Ciudad Jardín
lmillanalba@gmail.com
www.edufamilia.com
Gabriel Martí Andrés
Asociación Edufamilia
gmartian@uma.es
RESUMEN
ABSTRACT
This paper presents a first approach to the study of affectivity, paying particular atten-
tion to the human person considered as a whole, whose main “dimension” is the spiri-
tual. Therefore, it advocates the existence of a “spiritual affectivity.” It also tries to estab-
lish the ontological and phenomenological status of the psyche. Affectivity, then, perme-
ates the three fundamental dimensions of the person: spirit, psyche, soma.
Keywords: AFFECTIVITY, PERSON, SPIRIT, PSYCHE, FREUD, FRANKL, LUKAS.
1 Desde la perspectiva fenomenológica, como se ha apuntado, la idea de una suerte de “región inter-
media” entre el alma y el cuerpo (o el espíritu y la materia, como algunos prefieren) deriva de la experien-
cia del carácter expansivo y omniabarcante de los sentimientos y estados de ánimo. Como la afectividad y
cada una de sus manifestaciones implican de ordinario alma y cuerpo, no es difícil caer en la tentación de
“colocarlas” en un terreno intermedio, que liga una y otro. Sin embargo, en una visión real (metafísica), no
existe intermedio entre el alma y el cuerpo, sino que aquella es la forma sustancial de este, a quien se une
de manera directa e inmediata. Solo el acto de ser resulta común a una y otro o, más bien, pertenece de
forma más directa al alma, que lo da a participar al propio cuerpo. Pero esta es una cuestión difícil, que
sólo más adelante podrá ser tratada.
Quede claro, tan solo, que la psique, en el hombre, no es una realidad distinta, que se añada al alma es-
piritual y al cuerpo, aunque considerados fenomenológicamente quepa hablar de una esfera más propia-
mente espiritual, de un ámbito más patentemente psíquico y de un dominio predominantemente biológico
o fisiológico.
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2 LUKAS, Elisabeth, Heilungsgeschichten: Wie Logotherapie Menschen hilft. Freiburg im Breisgau: Herder
Verlag, 1998, S. 12 (tr. cast.: Equilibrio y curación a través de la logoterapia. Barcelona: Paidós, 2004, p. 14).
La propia Lukas trae abundantes ejemplos de ese influjo benéfico de lo espiritual en lo biopsíquico.
Baste uno, como botón de muestra, seguido de la afirmación explícita de lo que estamos tratando. Tras una
sola conversación con un “paciente”, en la que se limitó a esclarecer lo que le sucedía, este se vio libre de
sus trastornos. Y comenta Lukas: «¿Curación mediante “no-terapia”? Sea como fuere, el mecanismo de
intensificación se desbarató mediante la actitud espiritual del hombre: “No puedo evitar lo que hace mi
cuerpo”. La inseguridad también desapareció mediante la actitud espiritual: “Sé lo que quiero y lo que no
quiero… Me quedo con mi mujer”. Todo ello había conjurado el peligro de neurosis y había hecho posible
una normalización completa. De aquí podemos sacar la conclusión de que las fuerzas espirituales pueden
influir en la curación de lo psicofísico». LUKAS, Elisabeth: Lehrbuch der Logotherapie: Menschenbild und Methoden.
3. Erweiterte Auflage. München – Wien: Profil, 2006, S. 53 (tr. cast.: Logoterapia: La búsqueda de sentido.
Barcelona: Paidós, 2003, p. 63). Cursivas nuestras.
3 FRANKL, Víktor E.: Das Menschenbild der Seelenheilkunde: Drei Vorlesungen zur Kritik des dynamischen
Psychologismus. Stuttgart: Hippokrates-Verlag GmbH, 1959, S. 88 (tr. cast.: La idea psicológica del hombre.
Madrid: Rialp, 6ª ed., pp. 150-151).
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Antonio Porras – Lourdes Millán – Gabriel Martí, La afectividad: una visión de conjunto
erweiterte Auflage. Ernst Reinhardt Verlag, München – Basel 1987, S. 62 (tr. cast.: Teoría y terapia de las
neurosis: Iniciación a la logoterapia y al análisis existencial. Versión castellana de CONSTANTINO RUIZ-GARRIDO.
2ª ed. Barcelona: Herder, 2001 (1ª ed. 1992), p. 92).
7 «El antagonismo psiconoético en contraposición al inevitable paralelismo psicofísico es un antago-
nismo facultativo [opcional]. Según esto, la fuerza de obstinación del espíritu es una simple posibilidad y
no una necesidad. Sin duda, obstinarse siempre es posible, pero no siempre le es necesario al hombre. El
hombre siempre puede obstinarse pero no siempre debe. De ninguna manera el hombre debe siempre
hacer uso de la obstinación del espíritu. No necesita siempre solicitar su ayuda. No debe porfiar siempre
con sus instintos, con su herencia y con su medio ambiente por el simple hecho de que los necesita; pues el
hombre se afirma en virtud de sus instintos, gracias a su herencia y a su medio ambiente por lo menos
tantas veces como se afirma a pesar de sus instintos, de su herencia y de su medio ambiente». FRANKL,
Viktor E.: “Grundriß der Existenzanalyse und Logotherapie“; im IDEM: Logotherapie und Existenzanalyse:
Texte aus sechs Jahrzehnten. Weinheim und Basel: Beltz Verlag, 2002 (1. Auflage 1998), S. 62-63 (tr. cast.:
“Elementos del análisis existencial y de la logoterapia”; en Logoterapia y análisis existencial: Textos de cinco
décadas. 1ª edición, 4ª impresión. Barcelona: Herder, 2007, p. 67). Hemos retocado levemente la traducción.
8 «Und so sehen wir, wie dem psychophysischen Parallelismus ein psychonoëtischer Antagonismus
gegenübersteht». FRANKL, Viktor E.: Theorie und Therapie der Neurosen, cit., S. 59 (tr. cast., p. 88).
9 Aunque sólo sea de pasada, pues excede el carácter introductorio de este artículo, nos parecen opor-
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sustantiva, con un adjetivo sustantivado y evitamos el sustantivo “el espíritu”: pues con un auténtico sus-
tantivo sólo se puede designar una sustancia». FRANKL, Viktor E.: “Grundriß der Existenzanalyse und
Logotherapie“, cit., S. 95 (tr. cast., p. 101).
b) Además, como hemos sugerido, sus reflexiones se sitúan más bien en el terreno fenomenológico y no
acaban de ser del todo correctas —como tampoco su terminología— en el ámbito de la ontología propia-
mente dicha. Así lo explica Cardona: «Uno de los exponentes más cualificados de la reacción psiquiátrica a
esos reduccionismos es, sin duda, el ya citado Viktor Frankl, discípulo rebelde de Freud, y de Adler, que es
el fundador de la llamada “logoterapia” o curación por la voluntad de sentido. Sin renunciar a ninguno de
los patentes logros de sus predecesores, él nos ha dicho que el hombre “representa un punto de interac-
ción, un cruce de tres niveles de existencia: lo físico, lo psíquico y lo espiritual”. Aunque expresado con
imprecisión filosófica, lo que ha pretendido es recuperar la antigua tríada “soma-psique-pneuma”». CAR-
DONA, Carlos: “Psiquiatría y antropología filosófica”; en CARDONA PESCADOR, Juan: El síndrome de soledad.
Madrid: Susaeta, 1990, p. 10.
10 LUKAS, Elisabeth: Lehrbuch der Logotherapie: Menschenbild und Methoden. 3. Erweiterte Auflage.
München – Wien: Profil, 2006, S. 24 (tr. cast.: Logoterapia: La búsqueda de sentido. Barcelona: Paidós, 2003, p.
30).
11 FRANKL, Viktor E.: “Grundriß der Existenzanalyse und Logotherapie“, cit., S. 96 (tr. cast., pp. 102-
103).
12 «Am noo-psychischen Antagonismus muß letzten Endes alle Psychotherapie ansetzen». FRANKL,
Viktor E.: “Grundriß der Existenzanalyse und Logotherapie“, cit., S. 96 (tr. cast., p. 103).
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13 LUKAS, Elisabeth: Auch dein Leiden hat Sinn: Logotherapeutischer Trost in der Krise. Mit einem Vorwort
von Kazimierz Popielski. Freiburg im Breisgau: Verlag Herder, 1981, S. 191-192 (tr. cast.: También tu
sufrimiento tiene sentido: Alivio en la crisis a través de la logoterapia. 2ª reimp. México D. F.: Ediciones LAG,
2006, p. 143). Aunque la traducción recoge fielmente el sentido del original, se aleja mucho de la literalidad
del texto, como puede comprobarse: «Frankl hat in seiner Dimensionalontologie Geist, Psyche und Physis
als drei Dimensionen menschlicher Existenz definiert, und zwar ausdrücklich zu dem Zwecke, um nicht
nur die „Mannigfaltigkeit” der genannten drei Dimensionen herauszustellen, sondern zugleich die
„Einheit in der Mannigfaltigkeit” hervorzukehren, und diese Einheit darf nie vergessen werden. Wenn
demnach der Psychotherapeut zu einem konkreten Menschen aus Fleisch und Blut spricht, dann spricht er
nicht zu dessen Psyche, sondern zum ganzen Menschen; er spricht den Geist des Ratsuchenden genauso
an wie dessen Leib.
Aus diesem Grunde läßt sich auch die Freude, die wir erleben, nicht in den psychischen Bereich allein
zwängen, sosehr wir geneigt sind, sie als Gefühlsqualität diesem zuzuordnen. In der Freude schwingt ein
kleines Quantum „Geist” mit, und Freude schlägt sich ein klein wenig im Organismus nieder wie jeder
andere psychische Aspekt auch. Menschliche Existenz ist die Verbindung ihrer Dimensionen, ist eben das
Einende in der Vielschichtigkeit oder, wie Frankl es nennt, „die anthropologische Einheit in der
ontologischen Mannigfaltigkeit”. Wer oder was Einfluß auf Menschen nimmt, wirkt sich immer in allen drei
Dimensionen aus, an denen menschliche Existenz teilhat»
14 HILDEBRAND, Dietrich von: The Heart: An Analysis of Human and Divine Affectivity. South Bend (India-
na): St. Augustine’s Press, 2007 (1st ed., 1965), p. 5. (tr. cast.: El corazón: Un análisis de la afectividad humana y
divina. Traducción: Juan Manuel Burgos. Madrid: Palabra, 1997, p. 34). Damos el texto completo: «This
misinterpretation of the affective sphere is in part due to the fact that this sphere embraces experiences of
very different levels—experiences ranging from bodily feelings to the highest spiritual experiences of love,
holy joy, or deep contrition».
15 MALO, Antonio: Antropología de la afectividad. Pamplona: 2004, EUNSA, p. 136.
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16 FRANKL, Víktor E.: La idea psicológica del hombre, cit., pp. 28-29.
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17 LUKAS, Elisabeth: Lehrbuch der Logotherapie, cit. S. 174-175 (tr. cast.: Logoterapia: La búsqueda de sentido,
cit., p. 198).
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d) O, por acudir a muestras más sencillas y cotidianas, que una mala di-
gestión entorpece la capacidad intelectual y el gozo que suele ir aparejado al
buen funcionamiento del intelecto o a la conversación con un amigo; que la co-
rrecta circulación de la sangre incrementa el bienestar físico-psíquico y mil
ejemplos más de todos conocidos.
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19 «Sich nicht genügend zu informieren oder gedankenlos zu sein, würde in der Erwachsenenwelt
bedeuten, die geistige Kontrolle über das eigene Verhalten gelockert zu haben und emotionalen Gelüsten
zu folgen […].Hier überwiegt ein emotionales Angstgefühl, eine Unsicherheit wider besseres Wissen, es
könnte Schlimmes passieren. Die vernünftige Einsicht wird von den Wellen der Psyche überspült […].Was
beiträgt, sie positiv zu lösen und die geistige Kontrolle zu bewahren, ist die Fähigkeit des Menschen, von
sich selbst abzusehen und sich mit etwas anderem zu be fassen als mit dem jeweils eigenen emotionalen
Zustand…». LUKAS, Elisabeth, Heilungsgeschichten, cit., S. 96 (tr. cast., pp. 105-106).
20 HILDEBRAND, Dietrich von: The Heart, cit., p. 23 (tr. cast., p. 62).
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2.7. Comparemos
Y, entonces, las diferencias se tornan casi infinitas.
a) Ciertamente, cualquier ser humano afirma alguna vez, y con razón,
que está viendo un azul intenso maravilloso (un color).
Pero es mucho más normal y habitual que, en esas mismas circunstancias,
diga: estoy viendo un cielo esplendoroso, de un azul espectacular; o, en otros
casos: veo venir a mi hermano (una persona), una procesión o un desfile, una
casa de estilo colonial, un paisaje, un coche a toda velocidad, etc.
Traduciéndolo, para lo que nos ocupa: lo que en efecto ve el ser humano en
condiciones normales son realidades concretas y determinadas, dotadas de signi-
ficado, y no simples colores.
Y esto es así porque, de hecho, la acción de ver no se da suelta, desligada, sino
que forma parte de una percepción más compleja, en la que ponemos en juego,
junto con la vista, y entre otras facultades, la imaginación, la memoria y, en fin
de cuentas, la inteligencia, capaz de conocer la realidad en sí misma, con su sig-
nificado o modo de ser propio.
La vista, en el hombre, arroja un resultado humano, que es el de conocer la
realidad como es en sí, aunque de manera nunca exhaustiva, siempre un tanto
modificada, y acompañada por la posibilidad de errar y de perfeccionarse.
b) El animal, por el contrario, tampoco percibe propiamente colores, sino
que —poniendo en juego asimismo su imaginación y su memoria, y lo que so-
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3. Conclusión
Con absoluta conciencia detenemos en este punto nuestro artículo. Al
hacerlo, pretendemos subrayar la relevancia inigualable de lo que en él hemos
esbozado: a) a saber, y en primer término, que en la afectividad humanad pue-
den distinguirse diversos niveles, aunque ciertamente interpenetrados; b) en
segundo término, y con mayor énfasis, que la afectividad más propiamente
humana es la que tiene lugar en los dominios del espíritu e impregna desde él a
las restantes dimensiones de la persona: la psíquica y la biológica; c) por fin, y
para terminar, que incluso cuando ese nivel superior experimenta dificultades
para “hacerse notar” o su actividad resulta impedida, sigue siendo lo radical-
mente específico y caracterizador de la persona humana, lo que la configura
como tal.
Así lo resume Frankl:
Se trata, en el terreno espiritual, de aquella dimensión que hemos omitido hasta aho-
ra cuando hablábamos de lo somático y de lo psíquico, como dimensiones de la existen-
cia humana y de las posibles enfermedades humanas; para el pleno ser-hombre, para su
“totalidad” […] es necesaria esta tercera dimensión, la espiritual, pero no quizá simple-
mente añadida como una dimensión en sí, sino que, sin ser ella la única es, sin embargo,
la verdadera dimensión del existir humano, puesto que el hombre como tal no se consti-
tuye sino en aquellos actos (espirituales) en los que se eleva, por así decirlo, del plano
somático-psíquico a la dimensión espiritual.21
Dando por sentado el primer extremo, nos detendremos brevísimamente en
apuntalar los dos restantes. De acuerdo con lo visto, mientras que cabe hablar
de cierto paralelismo psico-biológico, en el sentido de que ambas dimensiones
de la persona “funcionan” de ordinario de manera conjunta, el nóus no sólo tie-
ne una dinámica propia, que lo distancia de las otras dos, sino que a menudo se
enfrenta expresamente a ellas:
El análisis existencial revela una espiritualidad intacta e intocable que queda aun
detrás de la psicosis y apela a una libertad que se encuentra aun por cima de la psicosis:
la libertad de enfrentarse con la psicosis de una manera o de otra: bien sea defendiéndo-
se de ella o bien conciliándose con ella. En otras palabras: el análisis existencial, en tanto
que es psicoterapia o tan pronto como llega a ser logoterapia, descubre no sólo lo espiri-
tual, sino que apela también a esta espiritualidad, apela a una potencia resistente espiri-
tual.22
Como sabemos, para referirse a ese enfrentamiento acuñó Frankl una serie de
expresiones casi inéditas en el ámbito de la psiquiatría y de la psicología de
21 FRANKL, Viktor: Theorie und Therapie der Neurosen, cit., S. 48-49 (tr. cast., pp. 72-73).
22 FRANKL, Viktor: Theorie und Therapie der Neurosen, cit., S. 58 (tr. cast., p. 87).
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23 «El análisis existencial, en tanto que es psicoterapia o tan pronto como llega a ser logoterapia, descu-
bre no sólo lo espiritual, sino que apela también a esta espiritualidad, apela a una potencia resistente espi-
ritual [eine geistige Trotzmacht]». FRANKL, Viktor: Theorie und Therapie der Neurosen, cit., S. 58 (tr. cast., p. 87).
24 «Dieses korrelative Verhältnis aber ist ein wesentlich anderes als etwa das zwischen Psyche und
Physis. Im Gegensatz zum obligaten psychophysischen Parallelismus gibt es ja etwas, was wir bezeichnen
als den fakultativen noo-psychischen Antagonismus». FRANKL, Viktor E.: “Grundriß der Existenzanalyse und
Logotherapie“, cit., S. 90 (tr. cast., pp. 96).
25 FRANKL, Viktor: Theorie und Therapie der Neurosen, cit., S. 58 (tr. cast., pp. 89-90).
26 FRANKL, Viktor: Theorie und Therapie der Neurosen, cit., S. 61 (tr. cast., p. 91).
27 LUKAS, Elisabeth: Lehrbuch der Logotherapie, cit., S. 30-31 (tr. cast., pp. 37-38).
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28FRANKL, Viktor E.: “Grundriß der Existenzanalyse und Logotherapie“, cit., S. 83 (tr. cast., pp. 88-89).
29FRANKL, Viktor E.: “Grundriß der Existenzanalyse und Logotherapie“, cit., S. 85, Anmerkung 1 (tr.
cast., p. 91, nota 13).
30 FRANKL, Viktor: Theorie und Therapie der Neurosen, cit., S. 63 (tr. cast., p. 93).
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