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La Intimidad Como Espectaculo
La Intimidad Como Espectaculo
Paula Sibilia
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Sibilia, Paula, La Intimidad como Espectáculo. Buenos Aires, FCE, 2013
La Intimidad del Espectá culo – Paula Sibilia
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La Intimidad del Espectá culo – Paula Sibilia
predomina la idea de que lo que pasó ya no es, y aumenta la idea en nuestro siglo de que
todo comienza de manera absoluta. La Historia perdió importancia, ya no parece explicar
el presente. Ha dejado de ser esa Roma lineal y sucesiva de capas de pasado y se
acerca a la visión de muchas Pompeyas instantáneas y petrificadas.
Hasta los relojes han dejado de mostrarnos el tiempo, aquellos analógicos alimentaban de
forma geométrica el paso del tiempo al compás del tictac perdiendo sus espacios, al
digitalizarse el tiempo simplemente fluye. La lógica de lo instantáneo ha hecho estallar la
acumulación y la duración. El reloj ya no marca tiempos sociales y productivos porque
todo fluye sin regimentarse.
Al vivir en el instante se privilegia la vivencia y desaparece la idea del sentido. No vivimos
la temporalidad de Roma, en esa ambición teleológica, sino el tiempo petrificado de
Pompeya.
En este marco temporal la instrospección en uno mismo y la retroproyección en el propio
pasado se vuelve impracticable.
La memoria es una práctica que sucede en la duración, y como sucede con Roma la
memoria puede traer a la conciencia todo aquello que hubiera sucedido en el pasado, aún
no lo que carece de relación con el presente. Pero esa experiencia de memoria solo es
posible en un sujeto inactivo, no en aquel dedicado a la acción presente.
Es interesante el ejercicio de suponer un hombre que todo lo recuerda, como lo han
hecho Nietzche o Borges, porque un hombre que no olvida es como uno que no duerme.
Nietzsche avanza aún más en la idea: “Es posible vivir casi sin recuerdos y aún así ser
feliz, como el animal, pero es imposible vivir sin olvidar” y hoy parece que esto último es la
práctica habitual.
Las películas en las que los personajes pierden su capacidad de recordar son un género
en sí mismo en la actualidad, en esa desmemoria se pierde la capacidad de ser del
sujeto, al decir del neurólogo Martin Camarotta “somos lo que recordamos que somos”. La
memoria parece instalarse actualmente en lo tecnológico, en las memorias que servirán
de auxilio para el recuerdo; mientras que la farmacología y la medicina exploran la
posibilidad de borrar nuestros recuerdos, al menos ser selectivos en ese deleteo; una
droga para borrar recuerdos vendería más que el Viagra o el Prozac.
La afirmación en la metáfora de Roma estimuló la escritura de los diarios íntimos en un
ejercicio de introspección y de retrospección para reconstruir una totalidad en base a ese
pasado disperso en el tiempo. Hoy no solo conspira la destemporalización sino también
una tendencia clara a la destotalización y a la fragmentación.
¿Cuál es la función actual del diario íntimo? En este tiempo del ahora, del mosaico, del
presente congelado, lo instantáneo y las memorias artificiales, no tiene función alguna
¿para qué?
En cambio vivimos en una explosión de los blogs en las redes, y un creciente éxito en las
biografías en cualquiera de sus formas, que potencian el interés por las vidas ajenas y
esencialmente del pasado, ese interés por las vidas privadas que también explota la
televisión.
Los blogs no son diarios íntimos sino diarios éxtimos, hechos para ser expuestos, tiempo
congelados del pasado, fotografías de vida detenida, infinitas cápsulas de tiempo
detenido, “prolijas colecciones de tiempo presente ordenados cronológicamente”. Incluso
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La Intimidad del Espectá culo – Paula Sibilia