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CIENCIAS MILENARIAS

Y APLICACIONES EN EL CONTINENTE AMERICANO


WEWEHKAW I X M AT I L I Z Z OT L IWAN IYEHYECOLIZ ITECH IXACHILLAN

Felipe Lira Montes de Oca


Investigador independiente

L IBRO 1 Proyecto ZE uno


Tlachtin
Observatorios
Prólogo

EE l intento de hacer un libro sobre los observatorios astronómicos en Ixachillan


se convirtió en un estudio que para ser más cierto debió hacerse de 1500 N.E.,
hacia el pasado y basarse en las fuentes originales, tratando de situarse en su
tiempo y espacio.
Si bien es verdad que hay información de zonas arqueológicas, piezas líticas,
edificaciones y esculturas, la realidad es que con una mínima información de
nuestros amoxtin (códices), no se puede afirmar o conformar en forma total
la certeza de las investigaciones de lo que nuestros ancestros consiguieron en su
cultura, pues para ello necesitamos la información del acervo cultural de nuestros
amoxtin (códices) que los españoles quemaron a su llegada, impidiendo con ello
que en la actualidad se conozcan con mayor amplitud y certeza sus ciencias;
médicas, matemáticas, astrónomicas, genéticas, históricas, etc. Y por esta razón
es que el estudio se hace principalmente con la información americana anterior a
la invasión española.
Este trabajo de muchos años es un intento, con sus propias limitaciones,
omisiones y errores, para conocer el cómo y el por qué nuestros antepasados
consiguieron avances en sus ciencias, principalmente en astronomía.

9
A mis padres
A mis hijos
A mis nietos
Al general e ingeniero Francisco Ibáñez Martínez
Al profesor José González Rodríguez
Y a la Generación 47 de egresados de la ESIME-IPN

MM i pleno reconocimiento y agradecimiento al maestro Miguel Ángel Rodríguez


Becerril, sin cuyo apoyo no hubiera podido realizar esta obra.
Mis agradecimientos:
A mis amigos y parientes que me apoyaron,
Al Instituto Politécnico Nacional,
A la Sociedad Astronómica de México,
Al Departamento de Efemérides, Instituto de Astronomía, UNAM,
Al señor Abelardo Rodas Barrios de la Embajada de Guatemala en México, y
Al ingeniero Joaquín Bárcenas del Instituto Nacional de Antropología e Historia.
Y mi pleno reconocimiento al apoyo que me dio la Asociación Científica y Cultural
Tlamatiliz Tonatiuh en la búsqueda del por qué y cómo del logro de sus conocimientos
astronómicos, que fueron parte del apoyo de sus demás ciencias como matemáticas,
biología, medicina, física, botánica, etc., y sus aplicaciones en ingeniería civil,
hidraúlica, arquitectura y otras, así como a los principios y fin de procesos vitales en
general.
También agradezco a las personas que conformaron en principio el grupo de
estudio en 1983 y que por diferentes causas y motivos algunas de ellas no pu-
dieron continuar en él, pero todas están presentes en el intento de desconocer
menos nuestras raíces.

11
12 F ELIPE L IRA M ONTES DE O CA

El grupo inicial de la ACCA lo formaron: Licenciada Yilotl Lira Ocampo.


Licenciado Witliliwitl Octavio Gaytán.
Ingeniero Felipe Lira Montes de Oca (ESIME-IPN). Investigador Florentino Teoyotl Cadena (UNAM).
Ingeniero Luis Trejo Ávila (ESIME-IPN). Investigador Filemón Bautista.
Doctora Laura Trejo de Acosta (ENCB-IPN).
Profesor José González Rodríguez. En el área de idiomas:
Doctora Ivana Monzani, Universidad Degli Studi
Milano, Italia. Licenciado Luis Flores Torres (UNAM, ENAH), Antro-
Licenciada Xochiketzal Lira Ocampo (ESCA-IPN). pología Lingüística-Leyes.
QBP Ixta Alejandra Lira Ocampo (ENCB-IPN). Licenciado Gilberto Díaz Hernández (UNAM),
Licenciada Ixel Lira Ocampo (UNAM), Sicología- Pedagogía.
Leyes. Licenciado Lucio Carpanta Barón (UNAM).
CIENCIAS MILENARIAS Y APLICACIONES EN EL CONTINENTE AMERICANO 13

Índice del libro uno

Capitulado del proyecto uno: Tlachtin 15


Introducción 21
Significado de la portada 35
Capítulo 1. Observatorios 41
Astronomía observada y razonada 42
Rotación 54
Traslación 63
Estructura del Observatorio 113
Capítulo 2. Unidad astronómica de observación (αze) 155
Capítulo 3. Los trece cielos 191
Capítulo 4. Xiuhmopilli y Nawi Ollin 219
Apéndice 239
Fuentes prehispánicas. Zonas arqueológicas 241
Datos en piezas de los museos 243
Datos en amoxtin (códices) 245
Bibliografía general 247
Glosario de palabras aztekatl-nawatl y otras 251
Nota: La conformación de la portada, dibujos y esquemas son del autor, así como las fotografías, salvo lo
contrario en que se da crédito a la fuente en las figuras de amoxtin (códice) en el libro se menciona su
procedencia.

13 En la traducción de palabras aztekatl–nawatl, se usan las letras K, W, Z, en lugar de C, U, H, Q.


Capitulado
Proyecto uno: Tlachtin

Capítulo 1:
Observatorios

Capítulo 2:
Unidad astronómica de observación (αze)

Capítulo 3:
Los trece cielos

Capítulo 4:
Xiuhmopilli y Nawi Ollin

Capítulo 5:
Sistema local y continental de observación y cálculo

Capítulo 6:
Parámetros (Q), cursores, palmas y yugos, candados, etc.

Capítulo 7:
Sistemas de orientación e instrumentación
15
16 F ELIPE L IRA M ONTES DE O CA

Capítulo 8: Capítulo 19:


Espejos de agua Centros científicos: Xillanko-Mexiko y Tenochtitlan-
Mexiko
Capítulo 9:
Tlalohtli (eclíptica) Capítulo 20:
Tira de la peregrinación
Capítulo 10:
Los trece señores del día y los nueve señores de la noche Capítulo 21:
Resultado de cómputo, observaciones, y matrices
Capítulo 11: líticas de cálculo como la “Piedra del Sol” y otros
Planisferios olmekas
Capítulo 22:
Capítulo 12: Correlación del Tonapowalli, calendario civil-solar, con
Breve recordatorio de matemáticas en Ixachillan y los calendarios juliano y gregoriano.
esquema simple de su cosmogonía
Los libros del proyecto 1 son los siguientes:*
Capítulo 13:
Edificaciones, parámetros y obturadores Libro uno: hasta el capítulo 4

Capítulo 14: Libro dos: del capítulo 5 al 9


Infraestructura de comunicación entre centros científicos
Libro tres: del capítulo 10 al 13
Capítulo 15:
Ciudades, centros científicos y centros habitacionales Libro cuatro: del capítulo 14 al 18

Capítulo 16: Libro cinco: del capítulo 19 al 22


Laboratorios hidráulicos bioenergéticos
* Este libro es uno de cinco del proyecto 1 Tlachtin y que comprende
los capítulos 1, 2, 3 y 4 del capitulado de tal proyecto y que se
Capítulo 17: presenta para su registro llevando la misma portada del proyecto 1
Escuela de planificación de tlachtin Tlachtin y el nombre común único del estudio u obra.

WEWEHKAW IXMATILIZZOTL IWAN


IYEHYECOLIZ ITECH IXACHILLAN
Capítulo 18: CIENCIAS MILENARIAS Y APLICACIONES
Mito de los sacrificios humanos EN EL CONTINENTE AMERICANO
CIENCIAS MILENARIAS Y APLICACIONES EN EL CONTINENTE AMERICANO 17

Que lo conforman los proyectos:* Proyecto 5 (makuilli): Antigüedad e importancia de los


centros científicos. Xillanko-Mexiko. Tenochtitlan-Mexiko
Proyecto 1 (ze): Tlachtin
Proyecto 6 (chikuaze): Inicio y reinicio de observaciones
Proyecto 2 (ome): Astronomía, edificaciones y y cálculos astronómicos en Mesoamérica
observatorios
Proyecto 7 (chikome): Secuencia matemática del
Proyecto 3 (yei): Astronomía y amoxtin proceso vital humano en Mesoamérica

Proyecto 4 (nawi): Laboratorios hidráulicos y bio- * El capitulado de los proyectos 2, 3, 4, 5, 6 y 7 será de acuerdo con la
secuencia y profundidad de análisis de estudios, datos y comprobaciones.
energéticos El bosquejo de las portadas para dichos proyectos son las siguientes:
C I E N C I A S M I L E N A R I A S
Y APLICACIONES EN EL CONTINENTE AMERICANO
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Investigador independiente

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P ROYECTO 2 Proyecto OME


Astronomía-Edificaciones

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P ROYECTO 4 Proyecto NAWI


Bioenergía

P ROYECTO 3 Proyecto YEI


Astronomía y Amoxtin
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P ROYECTO 6 Proyecto CHIKUAZE


Inicio y reinicio de observaciones

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Felipe Lira Montes de Oca


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P ROYECTO 5 Proyecto MAKUILLI


Xillanko-Tenochtitlan

P ROYECTO 7 Proyecto CHIKOME


Secuencia matemática
del proceso vital humano
Introducción

UU no de los motivos principales que me orillaron a realizar esta investigación fue


confirmar la existencia de los observatorios astronómicos, pero cuando tratamos
de estudiar nuestras raíces culturales, nos topamos con una anarquía de
información que a veces en lugar de apoyarnos en nuestro trabajo, crea una
confusión bastante grande.

Y la razón es que se ha tratado de estudiar nuestra historia y cultura desde el


punto de vista occidental y a partir de la época de un suceso; esta época es alrededor
de los años 1500 de nuestra era y el suceso fue la invasión española.

Cosa equivocada, porque si bien es cierto que esa época fue un presente, no
debemos olvidar que hubo un pasado que la formó, así como ese presente formará
un futuro. No se pueden evitar las leyes del tiempo y del espacio.

Afortunadamente hay muchos investigadores de gran talento y capacidades


que han tratado y tratan bajo tesis inéditas, de no tomar esa época como
información básica o única, sino como una información más y con el apoyo de la
arqueología y ciencias como la geología, la astronomía y la física, entre otras, tratan
de hacer estudios más completos y no sólo recopilaciones.

La confusión en la información fue creada porque los invasores no estaban


21 capacitados para entender nuestra cultura pues sicológica e intelectualmente no
22 F ELIPE L IRA M ONTES DE O CA

podían comprender ni interpretar una cultura con una Naturalmente algo positivo legaron estos cronistas
ciencia, una filosofía e idiomas madres basados en y fueron los datos de lo que vieron objetivamente a su
la propia naturaleza. llegada y posteriormente en un hábitat en ruinas. Estos
datos actualmente se tratan de interpretar o constatar
Desgraciadamente, los invasores no eran los con criterio más amplio y así analizar científicamente
portadores ni representantes de la gran cultura occi- lo que era nuestra cultura a través de la información y
dental, como la griega, romana, árabe, etc., ni de las concepto que tuvo el invasor de ésta, y se está dese-
inquietudes del renacimiento científico europeo. Lo chando lo que se nota fue tendencioso o justificante,
cual explica su comportamiento no-interpretativo. no tan sólo de sus malos actos en la invasión, sino
también posteriormente.
Además, el idioma del español estaba formado
con partes de los idiomas, árabe, latín vulgar, griego, En la asociación científica y cultural del Anahuak, A.C.
germánico y dialectos africanos, entre otros, y por lo (tlamatiliz tonatiuh), se trató siempre de hacer las inves-
tanto, carecía de una filosofía propia que les permitiera tigaciones y estudios apoyándose en nuestros idiomas
interpretar nuestros idiomas (que sí tenían una filosofía como el azteka, maya y otros que afortunadamente
propia) para una traducción correcta. son vigentes, además, en los ideogramas líticos e informa-
ción en las edificaciones de nuestras zonas arqueo-
En estas condiciones es de suponer que la lógicas y aunque mínima tenemos la información de
información de los cronistas españoles estuviera mal nuestros amoxtin (códices) que se salvaron en la destruc-
interpretada, muchas veces incompleta o equivocada ción de nuestras bibliotecas y casas de libros (amoxkaltin),
y a veces hasta tendenciosa. A su vez, la información destrucción que fue hecha por la “civilización”
que los cronistas recibían de los informantes nativos invasora.
fue exclusivamente la que éstos les quisieron dar y no
debemos descartar que hayan ocultado información Así pues, para el autor los estudios de nuestra cultura
que consideraran muy valiosa o secreta. Además, estos deben ser hechos principalmente del año 1500 hacia el
informantes no eran tlamatinine (sabios o maestros) ni pasado, basados en los idiomas autóctonos y en la
eran los poseedores de los conocimientos de los acervos información que perdura actualmente, piedras, cerámica,
culturales recibidos en el kalmekatl (institución del saber) zonas arqueológicas, edificios, piezas líticas de orientación
o en los amoxkaltin (bibliotecas) que destruyeron los o certificación de datos de campo tanto celestes como
españoles a su llegada. geográficos que debemos estudiar no solamente dentro
de su manufactura, arte o de su ingeniería civil o
arquitectura, sino dentro de su función científica o
CIENCIAS MILENARIAS Y APLICACIONES EN EL CONTINENTE AMERICANO 23

representativa de sucesos naturales en el contexto


D
diurno o cíclico, terrestre o astronómico.

Basados en estas premisas se hizo el estudio de los


llamados juegos de pelota nombre que no corresponde
al asignado por nuestros antepasados:
FIG. 1. Representación del Tlachtli (plantilla horizontal).

tlachtin, derivado de:

tlachtia = mirar, observar

tlachco = lugar de observar o mirar

tlachtli = observatorio

FIG. 2. Tula 2.
tlachtin = observatorios

Si hubieran sido canchas para juego de pelota se


llamarían Ulamaliztin.

Por si esto fuera poco, la conformación física de


los tlachtin no corresponde a una función de juego
de pelota, pues las dimensiones de unos a otros varían
considerablemente, como se podrá observar en estos
FIG. 3. Kopan (Honduras).
ejemplos en las cuales la longitud de cancha o dimen-
sión D es diferente (véase figura 1):

Chichen Itza D = 96 m

Kantona D = aproximadamente 10 m

Tikal (Guatemala) D = 14 m
FIG. 4. Teotenanko.
24 F ELIPE L IRA M ONTES DE O CA

Véanse las figuras 1, 2 y 3 de los tlachtin estudiados Estos datos, simples, pero contundentes, eviden-
en este proyecto. cian que los tlachtin no podrían ser canchas para jugar
pelota, según la “forma clásica” en que los presentan.
Existen casos en los que las diferencias se acen-
túan, como en Tula 2, con parámetro lateral (torreta) Pero la evidencia principal de que los tlachtin no
y que, además, su cancha no es completamente eran juegos de pelota, la dan los ideogramas de algunos
uniforme sino que tiene desviaciones rectas y circu- amoxtin (códices), que nos muestran su función noc-
lares (véanse figuras 2, 5 y 6). turna y estelar a través del glifo de las estrellas. En
las plantillas horizontales de los tlachtin (véanse figuras
En Kopan, Honduras, el tlachtli no tiene aros, sino 9, 10, 11, 12, 13 y 16).
tres cabezas de guacamaya en ambos lados, y tres
parámetros centrales (véanse figuras 3 y 7). Además, en algunos casos nos muestran su relación
con el xomulzen (véanse capítulos 1 y 2). En realidad,
Otro ejemplo evidente es el caso de Teotenanko, la relación xomulzen-tlachtin era obvia, pues la unidad
que tiene espejos de agua en una de sus cabeceras astronómica de observación fue la base para el cálculo
(véanse figuras 4 y 8). y diseño de los tlachtin.

FIG. 5. Tula 2.
CIENCIAS MILENARIAS Y APLICACIONES EN EL CONTINENTE AMERICANO 25

FIG. 6. Tula 2.

FIG. 7. Kopan (Honduras). FIG. 8. Teotenanko.


26 F ELIPE L IRA M ONTES DE O CA

CUADRO 1. Tlachtin estudiados

nαZE
L

I II III
12345678901234567890123456789012 αZE a
12345678901234567890123456789012 A C
b αo
Tipo de plataforma

D B A
a =
2

Acotaciones en metros

Tlachtin orientación
latitud/longitud αZE A b B Bc C X D L αo

Xochikalco (O-E) II 2 9 13.85 9.65 13.15 36 11.5 49.5 68.80 8°


18°42/93°30

Teotenanko (O-E) II 2 7.2 11.08 9.9 14.2 36 12.6 43.2 63 0°


19°6/99°3´

Tajín (O-E) II 2 10.10 15.54 5.05 2.52 15.15 1.6 60.6 70.7 0°
20°24’/97°36’

Tajín (O-E) II 2 10.10 15.54 14.40 20.60 51.30 18 60.6 70.7 0°


20°24’/97°36’

Tula (O-E) II 2 13.20 20.31 12.5 10.5 34.2 6.8 41.55 66.5 4°
20°2’/99°10’ E-S
CIENCIAS MILENARIAS Y APLICACIONES EN EL CONTINENTE AMERICANO 27

CUADRO 2. Tlachtin estudiados

Tlachtin orientación
latitud/longitud αZE A b B Bc C X D L αo

Tula 2 (S-N) II 2 16.5 23.39 15.60 13.20 42.9 10 85.8 117 11°
20°2’/99°10’ 17.00* 26.16*

Tingambato (S-N) III 2 13 20 1.8 1.8 16.6 1.10 39.9 43.5


19°31’/101°45’

Monte Albán 1 (S-N) II 2 5 7.6 8.75 8.75 22.5 6.2 25 42.5 10°
17°15’/96°45’ N-E

Monte Albán 2 (O-E) III 2 5.2 8.0 6.4 8.4 22 6 23.4 36.2 0°
17°15’/96°45’

Daizu (O-E) II 2 6 9.23 7.5 7.5 21 5 24 39 17°


E-S

Yagul (O-E) II 2 6 9.23 9 9 24 6 24 42 17°


E-S

Chichen Itza (S-N) III 2 31 47.70 25 18 67 10 96 146 17°


20°24’/88°31’ N-E

Chakatzinko 2 14.20 21.85 7.2 6.85 20.8 4.5 42.60 57 10°


N-E

* Cambio de posición del punto de observación (b) y variación de A según vestigios.


28 F ELIPE L IRA M ONTES DE O CA

CUADRO 3. Tlachtin estudiados

Tlachtin orientación
latitud/longitud αZE A b B Bc C X D L αo

Tikal Gla (S-N) 2 3.30 5.07 5.48 5.48 14.25 3.60 14.85 25.8 10°
17°6’/89°30’ N-E

Zaculeo Gla (O-E) I 2 6.40 9.84 9.30 6.20 18.80 3 24.80 43.40 30°
E-S

Kopan, Honduras (S-N) 2 6.80 10.46 13.60 6.80 20.00 2.20 29.50 56.70 7°
14°45’/88°50’ N-E

Mexiana, Brasil
0°/49°6’

Uxmal (S-N) 2 11 16.92 15 41 33.0

Palenke (S-N) 2 3.8 5.84 12.20 15.35 32.5 12.5 22.80 47.20

Tikal 2 (S-N) 2 8.40 12.92 8 24.40 25.20 0°


17°6’/89°30’

Tajin (O-E) 2 5.7 8.77 16.60 12.0 29.70 8 25.70 47.90 30°
20°29’/97° E-N
CIENCIAS MILENARIAS Y APLICACIONES EN EL CONTINENTE AMERICANO 29

Como se verá en la figura 15 del Códice Vindo-


bonensis denotan esta medida angular con un valor
de un xomulzen y en la figura 17 del mismo códice con
el valor de dos unidades.

También es importante considerar el código de


colores que en los tlachtin nos muestran las divisiones
diurnas y de estaciones anuales en los cálculos
astronómicos.

Es de lamentar la falta de información puramente


astronómica de los amoxtin dedicados a ésta y otras
ciencias que fueron incinerados por los españoles.
Estamos seguros de que la información perdida
confirmaría aún más lo anterior.

Si todo lo antes referido no es suficiente para


convencer a algunos de nuestros lectores,
señalaremos una razón física y absolutamente objetiva:

La pelota, con un diámetro aproximado de 20 cm y


un peso de 4 kg al golpear continuamente los aros y
paredes los habría maltratado o destruido. En la revi-
sión de los tlachtin que conservan los aros, no hemos
encontrado huellas de mantenimiento hechos en su
época “original”, exceptuando cambios en las edifica-
ciones debidos a razones astronómicas.

Posiblemente, el origen del error de considerar a

FIG. 9. Códice Borgia.


los tlachtin “juegos de pelota”, fue que en ellos, dentro
de sus funciones reales como observatorios astronó-
micos, se hacían ceremonias de graduación o de logros
científicos, que eran simbolizados o festejados con un
juego de pelota en el mismo recinto del tlachtli que no
30 F ELIPE L IRA M ONTES DE O CA

FIG. 10. Códice Borgia. FIG. 11. Códice Nuttal.

FIG. 12. Códice Nuttal. FIG. 13. Códice Vindobonensis.


CIENCIAS MILENARIAS Y APLICACIONES EN EL CONTINENTE AMERICANO 31

FIG. 15. Códice Vindobonensis.

FIG. 14. Códice Laúd.

FIG . 17. Códice Vindobonensis.

FIG. 16. Códice Laúd.


32 F ELIPE L IRA M ONTES DE O CA

era, como se piensa comúnmente, una demostra- Es muy importante considerar como premisa fun-
ción atlética-deportiva, sino un ritual de significación damental que no podemos comparar la tecnología de
científica-deportiva, como lo demuestra la estela del nuestros antepasados con la tecnología occidental,
tlachtli del Tajín (véase el capítulo 18 “Mitos de los porque es obvio que se diferenciaban debido a que
sacrificios humanos”). los materiales usados en la nuestra eran los disponibles
en América y, por razones obvias, diferentes a los
Con las exposiciones anteriores tratamos de com- usados en la tecnología occidental.
probar que los tlachtin no eran “juegos de pelota”. En
las páginas siguientes, comprobaremos que eran, tal También debemos considerar las condiciones en
como su nombre lo indica, observatorios astronómicos. que operaba nuestra tecnología, que era más natural
y sobre todo, que estaba sustentada en un milenario
Iniciaremos nuestro estudio en el capítulo 1 del conocimiento matemático que les dio una concepción
proyecto 1 (tlachtin). En éste, conoceremos el “cómo” más sencilla y directa para crear las técnicas, modelos
y con qué medios obtuvieron los datos astronómicos y mecanismos para sus aplicaciones científicas; es
calculados y expuestos en piezas líticas como la decir, las dos culturas y sus tecnologías tenían carac-
“Piedra del Sol”, la “Piedra de Tizok” y otras más. terísticas propias y diferentes.

En el estudio del “cómo” es que los tlachtin eran Sin embargo, las dos culturas tienen convergen-
observatorios, debemos aclarar que el cálculo y la tec- cias, como son sus tragedias, más o menos comunes.
nología en el diseño de los tlachtin, creados para la
observación e investigación, y el uso de sus ciencias En la cultura occidental, persiste el profundo
astronómicas, cumplían plenamente con sus funcio- dolor por la pérdida del tiempo empleado para lograr
nes asignadas, pero, además, ayudaban a reemplazar los acervos del saber de la Biblioteca de Alejandría,
las observaciones y cálculos directos con parámetros que fue destruida; así como por el crimen de su última
naturales, en los cuales usaron la unidad de observa- directora: Hipatia, que fue descarnada viva por orden
ción astronómica xomulzen (αze) ya descubierta. del arzobispo Cirilo, al que se conoce –ironías de la
historia– como San Cirilo.
La ayuda o reemplazo tuvo por objeto hacer más
accesibles los cálculos y medidas que venían En Ixachillan también se sufrió un dolor similar por
efectuando con parámetros naturales (véase capí- el tiempo milenario empleado para plasmar en nuestros
tulo 2 “Unidad Xomulzen” y capítulo 5 “Sistema Local- amoxtin el saber y conocimientos logrados gracias al
Continental de observación”.) arduo trabajo de milenarias generaciones de nuestros
antepasados. Esta acción ocurrió cuando los invasores
CIENCIAS MILENARIAS Y APLICACIONES EN EL CONTINENTE AMERICANO 33

españoles prendieron fuego en las bibliotecas de c Un centro de estudio terrestre.


Tenochtitlan, Yucatán, Quito, etc. Estos incendios fueron d Basamento o base de algo intelectual o material.
ordenados, entre otros, por Zumárraga, Fray de Landa y e La madre tierra.
los anteriores invasores del Caribe y posteriormente en f Los resultados obtenidos a través de la observa-
toda América. ción en el tlachtli, o sea, el cosmos, represen-
tado a su vez por el ideograma de las estrellas.
En forma concreta y precisa estudiaremos sus g El tlachtli (observatorio).
ciencias y aplicaciones a partir de 1500 y hacia el h Cálculos
pasado, para comprender su cultura.
Este ideograma nos dice:
Cerraremos la introducción con el ideograma del
Códice Nuttal, de importancia fundamental en nuestra “Los cálculos h de un centro de cómputo terrestre
investigación, ya que a través de su estudio c están basados d en la unión del cielo f con la
confirmamos la tesis de los tlachtin como observatorios tierra e a través de la observación y la medida
astronómicos. Véase la figura 18 en la cual en el representada por el tlachtli g”.
ideograma representa:
34 F ELIPE L IRA M ONTES DE O CA

3 La madre tierra

4
Los resultados obtenidos
a través de la observación
en el tlachtli o sea,
el cosmos, representado
a su vez por el ideograma
1
de las estrellas
Un centro
de estudio terrestre

6 El tlachtli
5
Cálculos (observatorio)

Basamento o base de algo


2
intelectual o material

FIG . 18. Códice Nuttal. Confirmación de que los tlachtin son observatorios astronómicos.
CIENCIAS MILENARIAS Y APLICACIONES EN EL CONTINENTE AMERICANO 35

Significado
de la portada

LL a portada de un libro generalmente expresa de manera gráfica y abstracta la


temática de la obra. Aquí no solamente sucede esto; también expone ideogramas
de nuestra cultura que dan la pauta del tema de la obra: Muestra cómo lograron
nuestros antepasados sus avances científicos y la exposición de sus logros,
particularmente en astronomía.

Para su cabal comprensión, desglosaremos la figura de la portada, lo cual dará


pauta para introducirnos al tema de la obra.

En la figura 19 encontramos la significación del cosmos (cielo-Tierra) y en el


punto 1 de dicha página, los elementos siderales, su movimiento, lo que se ve y lo
que no se ve, energía-materia, es decir, el ilwikatl (cielo). Este ideograma está en el
Códice Borgia. La figura de abajo, del mismo códice, significa a nuestra Tierra, la
Tlaltlipaktl, con su materia configurada por la energía, además, la energía radiada
y recibida y su vida.

Ambos ideogramas, cielo y Tierra, dan el concepto del Ikzemitl (cosmos) (véase
los elementos enumerados del 1 al 12 en la figura 19).

De la figura 19 se tiene:
35
36 F ELIPE L IRA M ONTES DE O CA

Ilwikatl (cielo): Tlaltipaktl (Tierra):

1. Inicio o centro de movimiento. 9. Vida.


2. Movimiento y expansión. 10. Energía proyectada o radiada.
6. Energía proyectada o radiada. 11. Materia conformada por la energía.
5. Energía recibida, captada y materia conjunta. 12. Energía recibida.
4. Estrellas visibles.
3. Lo desconocido del universo. Ilwikatl (cielo) Códice Borgia
7. Estrellas y elementos lejanos o invisibles.
8. Lo conocido del cosmos y su búsqueda. 5 3 1 2 4
6
7 8

Significación:

Ikzemitl = Cosmos
Ilwikatl = Cielo
Tlaltipaktl = Tierra

9
10 11 12

Tlaltipaktl (Tierra) Códice Borgia FIG. 19


CIENCIAS MILENARIAS Y APLICACIONES EN EL CONTINENTE AMERICANO 37

Es conveniente remarcar el glifo del Tekpatl Por lo tanto, si hay movimiento, hay velocidad
que significa: Con lo que se busca, con lo que se hurga, para hacerlo; es decir:
con lo que se obtiene el conocimiento. Por lo que sus
principales colores son el rojo y el amarillo (energía Espacio = Velocidad × Tiempo
proyectada o radiada y energía captada y materias
conjuntas). Por lo cual es parte del concepto Tezkatlipoka negro,
representante del tiempo-espacio, (véase figura 22 del
En la figura 20, tenemos la significación de tiempo, Códice Borgia).
espacio y la medida, pues dicha figura es la del Hunab-ku
(dador del movimiento y la medida). Y la medida la da la representación del Hunab-ku
(dador del movimiento y la medida), que además de
su concepto filosófico, nos muestra que el círculo y el
cuadrado fueron base de sus milenarias matemáticas,
como se verá en el capítulo 12 “Breve recordatorio de
matemáticas y esquema simple de su cosmogonía”.

Significación:
Tiempo-espacio
y la medida

FIG. 20. Hunab-ku dador del movimiento y la medida.


38 F ELIPE L IRA M ONTES DE O CA

FIG. 21. Actual representación del tiempo-espacio

FIG. 22. Tezkatlipoka negro, tiempo-espacio.

En la figura 21, se denota la actual representación del tiempo.

Futuro

αze

z
Espacio

Medida Presente

Medida

Espacio Pasado z = Espacio o tiempo


CIENCIAS MILENARIAS Y APLICACIONES EN EL CONTINENTE AMERICANO 39

Lo cual expresa que los sucesos en el espacio y tiempo En la figura 24, se expresa la exposición de los
del pasado conformarán un presente que a su vez será resultados obtenidos, plasmados en calendarios
un suceso que conformará un futuro dentro del líticos.
tiempo-espacio.
Es necesario aclarar que también expusieron en
En las figuras 23 y 24 la significación es: Medios, amoxtin, mosaicos de pisos como el del jaguar (museo
unidad αze y los resultados. En la figura 23, la represen- de La Venta, Tabasco) y el de la Colonia de las Flores en
tación de las plantillas de los tlachtin se muestran como la ciudad de Tampico y en otras diversas formas como
los medios para lograr la medida a través de la planisferios (véase capítulo 11 “Planisferios”).
observación con la unidad o matriz angular xomulzen
con que la hacían.

Significación:
Medios unidad αze
y los resultados.

FIG. 23. Tlachtin plantillas para calcular


espacio-tiempo y movimiento-medida.
40 F ELIPE L IRA M ONTES DE O CA

FIG. 24. Expositor lítico de resultados


para consulta y cómputo planetario-cósmicos.
CIENCIAS MILENARIAS Y APLICACIONES EN EL CONTINENTE AMERICANO 41

Capítulo 1.
Observatorios

PP ara iniciar este capítulo, haremos algunas consideraciones previas, bastante obvias,
de sucesos ocurridos milenios atrás.

El ser humano tuvo sus inicios en la Tierra aproximadamente de 4 a 3 millones


de años antes de nuestra era (A.E.). Y a partir de su aparición en el planeta y hasta
nuestros días, ha tenido una evolución constante.

Esta evolución, ya clasificada y bastante estudiada –aunque todavía


incompleta– nos lleva a edades más cercanas a la actualidad como son las del
homo erectus que vivió entre los 1.5 y los 0.6 millones de años A.E., y la del homo
sapiens arcaico que vivió entre los 600,000 y los 300,000 años A.E.

El humano de esas épocas primero se preocupó por conseguir lo básico para


su supervivencia, como alimentos, refugio más o menos seguro, fuego, etc.;
posteriormente, tuvo necesidad de conocer su hábitat lo cual hacía explorando y
viajando; así conoció lugares de todo tipo: peligrosos, apacibles y algunos
apropiados para vivir en ellos. Evidentemente, todo esto implicaba esfuerzo,
desgaste físico y emocional; así como tiempo en mayor o menor escala. Por todo
esto, era normal que requiriera descanso, en función del trabajo realizado en sus
viajes o exploraciones, así como en su batallar cotidiano.

41
42 F ELIPE L IRA M ONTES DE O CA

Este descanso lo realizaron por lo general al atar- misma que en los otros continentes, debido a la posi-
decer, durante las noches y al amanecer (lo que también ción local del humano en el planeta. lo que determinaba
implicaba la espera de la luz solar para el inicio de su su vida y su forma de supervivencia. Además, “sus cielos”
supervivencia diaria). Esto fue la base que tuvieron para variaban según la posición geográfica de su hábitat.
mirar al cielo (bóveda celeste) y ver los elementos que
en ella había. Esta situación se prolongó durante mucho
tiempo, que debemos medir con una unidad –que serían ZONAS HELADAS

s
las generaciones del hombre en esas épocas.
ZONAS FRíAS

s
s
Así pues, al paso de las generaciones, el hombre ZONAS TEMPLADAS Y CALIENTES
ya no sólo veía esos elementos estelares, sino que
comenzó a conocer algunos de ellos y a distinguir mo-
vimientos y repeticiones de posición de los mismos,
según el paso de las estaciones de frío, calor, lluvia y Con estas condiciones, los habitantes de Ixachillan,
de las condiciones meteorológicas diarias de su lugar. conforme avanzaba su capacidad intelectual, fueron
afinando y perfeccionando su forma de mirar y ver a
Y según su capacidad intelectual, se dio cuenta los elementos estelares en sus cielos, hasta llegar
que era más fácil conocer “su” cielo que conocer su a tener observaciones más sistemáticas –siempre a
propio hábitat, ya que bastaba una noche o un amane- simple vista–, sobre todo de los elementos celestes de
cer para verlo y conocerlo, sobre todo si su descanso mayor magnitud visual.
había sido seguro y placentero.
Inclusive, llegaron a conocer posiciones relativas
Todo esto sucedió tanto en el Continente Americano entre dichos elementos, así como cierta periodicidad
como en los demás continentes donde el humano exis- y movimientos de los mismos, algunos de los cuales
tía y fueron las primeras fases de la astronomía que el ya en la conformación de sus idiomas recibieron
hombre desarrolló. Como es obvio, el adelanto o atraso adjetivos y nombres y fueron complementando una:
de estos conocimientos primigenios de la astronomía
fueron diferentes en cada caso, acordes a la condición ASTRONOMÍA OBSERVADA Y RAZONADA
humana propia de sus épocas y lugares geográficos.
De alguna forma fueron almacenando un acervo de
Las siguientes fases del conocimiento astronómico conocimientos que requerían un estudio posterior o
las veremos exclusivamente en Ixachillan (Continente eran base para observaciones futuras que requerían
Americano), ya que su relación espacio-tiempo no fue la cierta secuencia y comprobaciones.
CIENCIAS MILENARIAS Y APLICACIONES EN EL CONTINENTE AMERICANO 43

Para llegar a esta fase debieron pasar muchísimas


generaciones, que trabajaron buscando estas secuen- En la figura 29, según numeración.
cias y comprobaciones a través de observaciones cada
vez más sistemáticas. 1 División posicional de la bóveda celeste.
2 Lo desconocido de la bóveda celeste.
En los últimos milenios A.E., las formas de almace- 3 Observación sistemática.
nar o perpetuar el acervo de sus conocimientos, fueron 4 Meditación y razonamiento de lo observado.
sus amoxtin (libros) y sus ideogramas líticos. Lo 5 Elaboración de cálculos.
hicieron en forma más funcional, sobre todo en 6 Transferencia a la Tierra.
cuanto a conservar sus adelantos de conocimientos en 7 Resultados.
astronomía en sus amoxtin, a los cuales les dieron
albergue en edificaciones hechas para tal fin, En la figura 30 y según numeración:
haciéndolo en forma especializada respecto a sus
estudios estelares, solares-tierra, lunares, etc., 1. Simiente (conocimientos) de cálculos hechos
confirmando así sus conocimientos. Así, podemos con la αze, sembrados para su florecimiento
mencionar que tenían: (resultados).

Zitlamoxkalli (biblioteca de conocimientos estelares) 2. Germinación (de los conocimientos) y flore-


cimiento de tal germinación con resultados
Tonamoxkalli (biblioteca de conocimientos solares) reales y positivos para tales conocimientos.

Meztamoxkalli (biblioteca de conocimientos lunares) La figura 31 nos muestra algunas amoxkaltin de


diferentes disciplinas científicas incluyendo la astro-
Y otras bibliotecas de estudios astronómicos en nomía (estelar).
general. Véanse las figuras 25, 26 y 27 del Códice
Borgia. Para nuestra desgracia, al llegar los españoles, en
su ignorancia y afán destructivo, arrasaron las edifica-
Para reforzar lo expuesto en el Códice Borgia, vea- ciones y quemaron los libros. Debieron ser muchas
mos una posible, aunque incipiente, interpretación de las amoxkaltin existentes en Mesoamérica y natural-
unos bellos ideogramas del Códice Vindobonensis mente eran mucho más los amoxtin (libros) existentes
(véanse las figuras 28, 29, 30 y 31), en las cuales la figura en ellas, pues las piras hechas por los invasores dila-
28 nos muestra kaltin (casas) de estudio basados en la taban varios días consumiendo en sus llamas los
matriz xomulzen (αze) para sus cálculos. acervos científicos de nuestros amoxtin.
44 F ELIPE L IRA M ONTES DE O CA

F IG. 25. Zitlamoxkalli. Códice Borgia.

F IG. 26. Tonamoxkalli.


Códice Borgia.

FIG . 27. Meztamoxkalli. Códice Borgia.


CIENCIAS MILENARIAS Y APLICACIONES EN EL CONTINENTE AMERICANO 45

FIG . 28. Cálculos. Códice Vindobonensis.


Kaltin o cajas de estudios basados en la matriz xomulzen (αze).

Sistema de observación
4

FIG. 29. Observación. Códice Vindobonensis.


46 F ELIPE L IRA M ONTES DE O CA

F IG . 30. Resultados. Códice Vindobonensis.

F IG. 31. Acervo. Códice Vindobonensis.


Amoxkaltin o acervo de diferentes disciplinas.
CIENCIAS MILENARIAS Y APLICACIONES EN EL CONTINENTE AMERICANO 47

Cabe señalar que en esa época, los acervos cientí- bien el doble de la abertura de otros triángulos, lo
ficos guardados para su consulta en nuestras amoxkaltin, importante es que esas condiciones son notadas en
no solamente eran de astronomía, sino de sus demás muchos de los triángulos que llegan a conocer.
ciencias como las matemáticas, medicina, botánica,
ingeniería, arquitectura, etc. Para comprobar esto, tomemos un ejemplo actual:
Durante febrero, aproximadamente 40 o 50 minutos
Dejemos esta aciaga época y volvamos a los antes de la salida del Sol en la zona zenital de nuestro
tiempos en que habían logrado una astronomía obser- cielo (Ciudad de México) un poco hacia el suroeste,
vada, razonada y con observaciones más sistemáticas. se ve casi sola y en forma esplendorosa una figura en
forma de triángulo formada por los ejes imaginarios
En la misma forma, continuaron también sus com- entre las estrellas conocidas actualmente como:
probaciones y secuencias en sus estudios, por lo que
notaron que en el amanecer y atardecer (crepúsculos Spica (X Virgo) de 0.91 magnitud.
astronómicos, civiles, matutinos y vespertinos), las Zavijab (B Virgo) de 3.8 magnitud.
estrellas de mayor magnitud eran las últimas en desa- (B Corvus) de 2.16 magnitud.
parecer, así como las primeras en aparecer en “su
cielo”. Detectaron que formaban ejes imaginarios entre
Spica (α Virgo) Zubijab
sí y con estos ejes figuras geométricas –básicamente α ze (β Virgo)
triángulos, rectángulos, etc. (β Corvus)

Estas figuras celestes se mostraban casi solas en


el cielo aproximadamente veinte minutos actuales antes Esta visión más precisa del “triángulo” es posible
de desaparecer en el amanecer y también sucedía lo por la “desaparición” de las otras estrellas de menor
mismo en el anochecer, antes de integrarse al cielo magnitud provocada por la luz matinal, aunque su
estrellado de la noche plena y aunque persistían las duración es corta, pues dura aproximadamente 30 min.
mismas figuras entre las demás estrellas, no era tan y desaparece por la salida del Sol.
fácil identificarlas como en el crepúsculo vespertino.
Ésta fue una de las visualizaciones que ellos tam-
Con las figuras geométricas –en particular los bién detectaron en los cielos de sus épocas.
triángulos– detectaron a través del tiempo y de la
observación más racional, así como con sus primeros En el ejemplo anterior, la apertura era el doble de
cálculos, que la abertura (ángulo) a partir de una de otras configuraciones similares observadas siempre a
las estrellas que forman este “triángulo” era similar o simple vista.
48 F ELIPE L IRA M ONTES DE O CA

Para denotar actualmente la posición del triángulo, Con base en las conformaciones triangulares
o sea, la ascensión recta y declinación, véase la figura celestes y utilizando su instrumento para comparar
32, y consultando el Atlas Cósmico de la Cecyt, donde aberturas o ángulos, determinaron que el ángulo αze
se localiza a la hermosa estrella Spica en los meses de (xomulzen) sería la zenyotl (unidad) de comparación y la
mayo y junio según se indica (véase figura 33). hicieron su unidad de observación astronómica, ya
que de alguna manera, después de realizar compa-
Se adjuntan las tablas 4 y 5, una tabla de algunos raciones y cálculos previos, comprobaron que αze
“triángulos” formados por ejes interestelares imaginarios. (xomulzen) era la quinta parte del espacio angular for-
mado por su horizonte y su zenit; es decir, la quinta
Aparentemente, la figura 33 no coincide con el ejem- parte del cuadrante de su bóveda celeste.
plo, pero lo que realmente ocurre es que el ejemplo
se tomó aproximadamente a las 5 horas en el mes de Este importante suceso de localizar en sus “cielos”
febrero. Y la figura 33 se tomó solamente para mostrar un espacio angular que era la quinta parte del cuadrante
a la estrella Spica detectada en los cielos, en mayo 22 de su bóveda celeste, y por lo tanto la veinteava parte
y junio 22 a las 20 y 22 horas respectivamente. de la yawilli (circunferencia) vertical de la bóveda celeste
completa, representó la evolución de una “astronomía
Para comprobar que la abertura de los “triángulos” observada y razonada” a una “astronomía observada,
detectados era similar o doble, fabricaron el que razonada y medida” (véase figura 34).
posiblemente fue el primer instrumento astronómico
de Ixachillan, que consistía en dos maderos cruzados Es importante señalar que dividieron la bóveda
y unidos en su centro que tenían la abertura o ángulo celeste en veinte partes en su aspecto vertical y tam-
de los triángulos celestes observados. bién en su aspecto horizontal, logrando así cuadricular
su bóveda celeste, con lo que obtienen precisión al
posicionar los elementos celestes en observación y
αze estudio.

Esta posicionalidad resultado de la división en


El nombre de esta abertura nos ha llegado hasta veinte partes de su esfera celeste tanto vertical como
nuestros días como xomulzen (primer ángulo o ángulo horizontalmente, les facilitó el paso de su astronomía
principal); nosotros lo designaremos como αze. (Véase básicamente estelar al sistema de la Tierra y su más
capítulo 2 “Unidad astronómica de observación” y cercana estrella, el Sol, y lograr conocer los movi-
el capítulo 12 “Breve recordatorio de matemáticas en mientos terrestres.
Ixachillan”.)
CIENCIAS MILENARIAS Y APLICACIONES EN EL CONTINENTE AMERICANO 49

+10

Virgo

β
0 Ecuador

10
α
Spica
Corvus

–20

β
15 h 14 h 13 h 12 h

FIG. 32. Constelaciones Virgo y Corvus con las estrellas Spica (α) y Zubijab (β) y la (β) de Corvus.
50 F ELIPE L IRA M ONTES DE O CA

FIG . 33. Los cielos de mayo y junio.

Esquema sin escala La clave del conocimiento y distinción entre plane-


tas y estrellas que ellos detectaban era la intermitencia
de la luz emitida por las estrellas, que ellos representa-
T ban con el ideograma de un ojo humano con párpado
rojo, cuyo parpadeo daba la intermitencia de la lumi-
nosidad estelar. Los planetas los identificaban por
Posteriormente, les permitió incluir en este sistema sus ciclos cortos y por la falta de parpadeo en la
solar-terrestre a los demás planetas que conforman el emisión de la luz, ya que éstos solamente reflejan la
sistema planetario conocido. luz solar.
CIENCIAS MILENARIAS Y APLICACIONES EN EL CONTINENTE AMERICANO 51

CUADRO 4. Triángulos celestes 1

A α 2E

Elemento o estrella Magnitud Elemento o estrella Magnitud Elemento o estrella Magnitud α 2C


A = Vértice 1 2

Sirus Mintaka 2.2 Kursa


(Canis Major) -1.43 (Orión) 2.35 (Eridanus) 2.8 1

Zavijab (Virgo) 3.8 Spica (Virgo) 0.91 β Corvus (Corvius) 2.66 2

Frocyon Alhena Betelgeuse 0.5


(Canis Minor) 0.37 (Géminis) 1.93 (Orión) 1.1 2

Polux (Géminis) 1.16 Nath (Taurus) 1.65 Alhena (Géminis) 1.93 2

Nath (Taurus) 1.65 Polux (Géminis) 1.16 Alhena (Géminis) 1.93 2

Nath Betelgeuse 0.5 Bellatrix


(Taurus) 1.65 (Orión) 1.1 (Orión) 1.64 1

Nath Betelgeuse 0.5 Alhena


(Taurus) 1.65 (Orión) 1.11 (Géminis) 1.93 2

Υ Centauri (Centaurus) σ Centauri (Centaurus) η Centauri (Centaurus) 1

η Centauri (Centaurus) Tolimán (Centaurus) -0.3 Agena (Centaurus) 0.6 1

Arturus (Bootes) -0.06 Kornethoros (Hércules) 2.8 ξ Hércules (Hércules) 1

Arturus (Bootes) -0.06 β Bootes (Bootes) δ Bootes (Bootes) 1

ξ Hércules (Hércules) β Bootes (Bootes) δ Bootes (Bootes) 1

Alya (Serpent Caudo) Sadir (Cygnus) Vega (Lira) 0.04 2

Deneb (Cygnus) 1.26 Sadir (Cygnus) Glenah (Cygnus) 2

Dschubba Antares 0.86 E. Scorpio


(Scorpio) 2.48 (Scorpio) 1.02 (Escorpio) 2.28 1

A menor magnitud mayor brillo.


52 F ELIPE L IRA M ONTES DE O CA

CUADRO 5. Triángulos celestes 1

A α 2E

Elemento o estrella Magnitud Elemento o estrella Magnitud Elemento o estrella Magnitud α 2C


A = Vértice 1 2

α Triangulis (Triángulos) 3.45 β Triangulis (Triángulos) 3 Υ Triangulis (Triángulos) 1

Menikar Algol 2.06 Hamal


(Citus) 2.54 (Perseus) 3.28 (Aries) 2 2

Algol 2.08 Menikar Hamal


(Perseus) 3.28 (Cetus) 2.54 (Aries) 2 2

Procyon (Cenis Minor) 0.37 Bellatrix (Orión) 1.64 Pleyades (Taurus) 1

Procyon (Cenis Minor) 0.37 Nath (Taurus) 1.65 Pleyades (Taurus) 1

Procyon (Cenis Minor) 0.37 Nath (Taurus) 1.65 Mebsuta (Géminis) 3 1

η Cdias Mayor
(Canis Mayor) Wezen (Canis Mayor) Adara (Canis Mayor) 2

Kas Al Hague (Ofhiuchus) 2.09 Hércules (Hércules) Vega (Lira) 0.04 1

Vega (Lira) 0.04 Hércules (Hércules) Ras Alhague (Ophiuchus) 2.09 1

Markab (Pegasus) 2.5 Sadalmelik (Aquarius) 2.96 λ Acuarius (Aquarius) 2

Fumalhaut (Pilis Austrinos) 1.19 λ Aquarius (Aquarius) Sazaalsud (Aquarius) 2.86 2

Thuban (Draco) 3.6 β Herkad (Ursa Minor) 3.14 Kochab (Ursa Minor) 2.04 1

Alioth (Ursa Mayor) 1.79 Dubhe (Ursa Mayor) 1.81 Merak (Ursa Major) 2.37 1

Vega Alioth Pelaris 1.94


(Lira) 0.04 (Ursa Major) 1.79 (Ursa Minor) 2.37 2

A menor magnitud mayor brillo.


CIENCIAS MILENARIAS Y APLICACIONES EN EL CONTINENTE AMERICANO 53

FIG. 34. Evolución de la astronomía observada y razonada a una observada,


razonada y medida.

ZENIT
(.....)

E
..)

RT
(...

NO
...)
(..
ESFERA
CELESTE
...)
(..

( .. .. .)
HORIZONTE

R
SU
ES
TE

s
s

α KETZXOMULLI
FIG. 35 (Quintillo)
54 F ELIPE L IRA M ONTES DE O CA

La representación la hacían con un círculo colo- usaron para los ciclos de rotación terrestre y para el
reado, con color correspondiente a cada planeta. tlalohtli (traslación de la Tierra alrededor del Sol) o
sea, para designar a los portadores: Tekpatl, Akatl,
Nota: El código de color de los planetas no está Tochtli y Kalli, conocidos como años. Así también los
identificado en forma completa pues hay confusión usaron para designar las cuartas partes de cada una
con el código de colores de funciones solar-terrestre. de las 20 fracciones “horas” en que tenían dividida la
rotación terrestre (ilwitl).
Y por el deterioro de colores en las reproduccio-
nes de algunas amoxtin, basta comparar los colores Con su sistema de cuadricular su bóveda celeste
originales del Códice Borgia en el Vaticano y los colo- y la triangulación interestelar, pudieron fácilmente
res del mismo códice en las reproducciones conocidas, mediante observación y razonamientos lógicos,
por lo que su estudio en este aspecto aún es incompleto. determinar los movimientos antes mencionados, o
sea, rotación y traslación terrestre.
Así, en estas condiciones, a las divisiones vertica-
les las llaman ketzomulli (quintillos); y a las horizontales, ROTACIÓN
xomulnakaze (cuadretes) véanse figuras 36 y 37. A cada
uno de los cuadretes les dan un glifo o nombre que Para la rotación terrestre sus deducciones y observa-
actualmente conocemos como: “glifos de los días”, ciones las hicieron directamente:
esta confusión se debe a que originalmente fueron y
eran usados en su astronomía general como parte de Con base en sus logros obtenidos en astronomía
su sistema cuadricular de posición y era obvio que los estelar, determinaron la posición de su horizonte en
usaran posteriormente también en sus calendarios el equinoccio de primavera, de cuatro estrellas o
solar-cívicos o Tierra-Sol. elementos siderales perpendiculares entre sí
(véase figura 38). Una de estas estrellas la dirigida o
Estos últimos usos son los datos que los espa- posicionada en la prolongación del eje de la “salida”
ñoles conocieron, los cuales tomaron como de uso
sólo para designar exclusivamente los días, pero no son
así, pues sus cálculos y datos mencionados en algunos
de los pocos amoxtin existentes, indican que los usa-
ron en su astronomía general anterior en la designa- I II III IV
ción de las veinte divisiones horizontales de su bóveda
celeste (véase el proyecto 3 “Astronomía Amoxtin”).
Actualmente vemos y sabemos que estos glifos los
CIENCIAS MILENARIAS Y APLICACIONES EN EL CONTINENTE AMERICANO 55

ZENIT ESFERA CELESTE

E
RT
NO
CONTE
CUIZPALIN
SERFILATE LAGARTIJA CALLI
OE MIQUIZTLI CASA
STE MUERTE ZIECATL
MAZATL VIENTO
VENADO
TOCHTLI CIPACTLI
CONEJO CAIMÁN

ATL XOCHITL
AGUA FLOR

IZCUINTLI
PERRO Q

COMATL
TECPATL
MONO
PEDERNAL

OLLIN EST
MALINALLI
HIENA MOVIMIENTO E
ACATL CUZCACUAUITLI
CASA OCILOTL CUAUHTLI ZOPILOTE
JAGUAR ÁGUILA α ZE
R
SU

F IG . 36. Ketzomulli o quintillos


(divisiones verticales).

αZE

XOMULNAKAZE
( CUADRETE )

FIG. 37. Divisiones horizontales conocidas


como xomulnakaze o cuadretes.
56 F ELIPE L IRA M ONTES DE O CA

del Sol en el equinoccio de primavera (véase figura Como era lógico, conocían el movimiento del Sol
39), formando así uno de los ejes principales en sus diariamente por lo que su secuencia de observación
cálculos astronómicos, el eje Tlauhkopan. la hacían de acuerdo a este movimiento solar aparente.

Para este eje Tlauhkopan cuyo significado es: “sobre Fijando un parámetro X en la superficie de la Tierra
el lugar lejano” o bien en otra definición literal sería (véase figura 40) y posesionando su centro de obser-
“la iluminación de lo lejano”, en este caso se toma la vación en la parte anterior a este parámetro A, que
partícula Ko como derivada de la palabra okotl que debió tener forma cuadrangular y cada una de sus
tomaban como idea de iluminación o lo que ilumina. caras A, A2, A3, A4 estaban dirigidas a las estrellas I, II,
III, IV respectivamente y la cara A1, en dirección a la
Los ejes direccionales de estos cuatro puntos de estrella I formando el eje A1- I sería interceptado
referencia celestes los conocemos actualmente en su por la “salida” del Sol formando el eje A1- -
cultura como los cuatro rumbos del universo y se llegan (Tlauhkopan).
a confundir con los ejes cardinales conocidos. Ellos
no usaban el Polo Norte magnético como referencia. Con la cara A, iluminada por el Sol constituyendo
el eje A1- - I
CIENCIAS MILENARIAS Y APLICACIONES EN EL CONTINENTE AMERICANO 57

I I

III I III I

EJE TLAUHKOPAN

FIG. 38 IV FIG . 39 IV

I A2 I

A3
A A1

A4

POSICIONES
APARENTES DEL SOL
2 2
III 3 A I 3 A I
4 4

“SALIDA” DEL SOL

MOVIMIENTO
APARENTE DEL SOL

FIG. 40 IV FIG. 41 IV
58 F ELIPE L IRA M ONTES DE O CA

II POSICIÓN REAL DEL SOL II

MOVIMIENTO
REAL DEL
PARÁMETRO A

4
III 1 A 3 I III A A I
2

“PUESTA” DEL SOL

FIG. 42 IV FIG . 43 IV

Y sus deducciones fueron de que si el Sol era el A4 apuntaba hacia la estrella II


y que la cara A3
que se movía, al transportarse en su movimiento de dicho parámetro era iluminada todavía por
aparente este-oeste hacia su ocaso, el eje A1- I el Sol formando el eje A3— I en lugar del eje
debía ser el mismo y persistir. Y al llegar a su ocaso o A3— — III que era lo que esperaban ver si el Sol
“puesta” iluminaría la cara A3 del parámetro y formaría se hubiera movido, (véase figura 41).
el eje A3- - III (véase figura 41).
Además, observaron la misma “puesta” del Sol que
Pero observaron que el parámetro A no estaba en la cara A1 sólo formaba el eje A1— III por lo que la
su posición anterior véase (figura 42) para que su cara posición del Sol era según el eje A (parámetro)— — I I .I
A siguiera formando el eje A1- I.
Con lo que comprobaron el desplazamiento del
Además, notaron que dicho parámetro ya no parámetro A de su posición inicial a la “salida” del Sol
formaba el eje A- IV con su cara A4 dirigida a tal (figura 40) a la posterior posición en la “puesta” del
estrella, pues sólo tenían la visión solitaria de IV. Sol (figura 42).

Y observando hacia el ocaso del Sol (crepúsculo Por lo anterior determinaron que el movimiento
vespertino) detectaron que el parámetro con su cara circular lo había hecho el parámetro A y por estar fijo
CIENCIAS MILENARIAS Y APLICACIONES EN EL CONTINENTE AMERICANO 59

este parámetro a la Tierra, era la Tierra lo que había Así como tampoco había ocaso del Sol, sino salida
rotado y no el Sol el que se moviera alrededor de la de la referencia o parámetro de la zona iluminada, todo
Tierra (véase figura 43). esto originado por la rotación Terrestre sobre su eje.

Para ratificar este acierto deductivo de la rota- Con lo que confirmaron su concepto del yowalli
ción terrestre y la dirección de giro de la rotación, (noche) sector no iluminado y del tonalli (día) o sea el
observaron a la media noche que el parámetro A sector expuesto a los rayos del Tonatiuh (Sol) que for-
formaba el eje A— IV y en el crepúsculo matutino maban ambos el ilwitl (día completo), véase figura 46.
el eje A— I y en el crepúsculo vespertino el eje Consúltese el capítulo 10 “los trece señores del
A— III por lo que la secuencia del movimiento del día y los 9 señores de la noche”.
parámetro A respecto a las estrellas fue: (véase
fig. 44). Todo lo anterior lo confirma el ideograma del ilwitl
(figura 46) del Códice Borgia, que no es más que la
Media noche A——————— comprobación de la exposición a la luz solar de un
IV
cuerpo o parámetro y su posición dual (contraria) por
Amanecer A——————— I rotación expuesta a la sombra y por lo tanto ya sin el
Anochecer A——————— III
impedimento de la luz solar, tenían la visión del Ikzemitl
(Universo) y lograr ver objetos de luz propia u objetos
Media noche A——————— IV (planetas, Luna, etc.) iluminados por el Sol cuando no
están en la sombra proyectada por la Tierra (excepto
eclipses).
Con lo que se comprobó totalmente el giro
y dirección del movimiento rotatorio del paráme- En el acontecer de la rotación terrestre y la ilumi-
tro A y por lo tanto de la Tierra (oeste-este) (véase nación solar en tal ideograma vemos su profundo
figura 44), y que los rayos de la luz solar tenían una concepto y conocimiento de la mecánica celeste.
dirección única y por lo tanto el Sol era un punto o
cuerpo en el espacio fijo con respecto a la Tierra, y El mismo Códice Borgia nos muestra en las figuras
que no había “salida” del Sol, sino que la Tierra al 47, 48, 49, 50 y 51 los ideogramas del día completo, media
moverse cotidianamente alrededor de su propio eje noche, medio día, crepúsculo matutino (amanecer)
hacía “entrar” al parámetro A o cualquiera otra referencia crepúsculo vespertino (atardecer), y en la figura 52
fija en la superficie terrestre a la zona iluminada por el del Códice Vaticanus 3773 el ideograma de un
Sol, (véase figura 45). crepúsculo vespertino considerando el movimiento
aparente del Sol.
60 F ELIPE L IRA M ONTES DE O CA

I Esquema sin escala

PUESTA DEL SOL

A
III A I
A

SALIDA DEL SOL

FIG. 44. Giro y dirección del movimiento rotatorio de la Tierra y el parámetro IV


A (oeste-este).

Puesta del Sol

A
SOL
I
A

Salida del Sol

FIG. 45
CIENCIAS MILENARIAS Y APLICACIONES EN EL CONTINENTE AMERICANO 61

F IG . 49. Tlahkotonalli
(Códice Borgia).

FIG. 46. Ilwitl (Códice Borgia).

FIG. 50. Tlanezi (Códice Borgia).

YOWALLI
TONALLI

FIG. 47. Ilwitl (Códice Borgia).

FIG. 51. Teotlak


(Códice Borgia).

FIG. 52. Teotlak


FIG. 48. Yowalnepantla (Códice Borgia). (Códice Vaticanus).
62 F ELIPE L IRA M ONTES DE O CA

El lector debe estar enterado que en la alineación C) Medio día.


de los ejes:
D) Zenitales diurnas y nocturnas.
(parámetro) A — (Sol) — (estrella)
F) Las especiales o necesarias las hacían en cual-
las observaciones que hacían para ello nuestros quier momento, dentro de lapsos determinados
antiguos ilwikamatiani (astrónomos) las efectuaban en o de ciclos de acuerdo a sus estudios de
el crepúsculo matutino cuando aparecía el Sol y observación, cálculos, comprobaciones, etc.
desaparecía la estrella, pero el eje parámetro (A) y la
estrella ya lo habían marcado y lo completaban Además, hay que advertir también al lector que,
con la “salida” del Sol al interceptar el eje. fuera del contexto científico de nuestros ancestros, en
general los rumbos del universo pueden considerarse
Y en el crepúsculo vespertino cuando aparecía la como puntos cardinales. Nuestros ancestros no usaron
estrella y desaparecía el Sol, también previamente el polo magnético como norte:
habían marcado el eje A— .
Tlauhkopan como Este.
Lo que confirma que sus observaciones principales
siempre a simple vista, las hacían en el orden siguiente; Witztlan como Sur.

A) Crepusculares, matutinas y vespertinas. Miktlan como Norte.

B) Media noche. Ziwatlan como Oeste.

Para terminar con el tema de la rotación terrestre


véase figura 53.
CIENCIAS MILENARIAS Y APLICACIONES EN EL CONTINENTE AMERICANO 63

EN EL DIAGRAMA: Ilwitl

YOWALLI TONALLI

FIG. 53. Vemos la conclusión a la que llegaron


nuestros ancestros: Rotación terrestre = Ilwitl.

TRASLACIÓN II, III, y IV (aún no se ha encontrado su designación


original) y también usaron un parámetro A, que ahora
Para el movimiento de traslación sus observaciones nombraremos TA y a sus caras TA1,TA2, TA3 y TA4 (véase
básicas fueron anuales, aunque con seguimiento figura 54).
cotidiano.
Aunque ya habían comprobado en su estudio de
Siguieron la misma secuencia que usaron para la la rotación terrestre que el Sol no giraba alrededor de la
rotación terrestre, pero tomando como base los Tierra, lo que veían realmente en sus observaciones
movimientos aparentes de las salidas del Sol a partir era el desplazamiento de las “salidas” del Sol.
del equinoccio de la primavera al solsticio de verano
y al equinoccio de otoño, así como al solsticio de Hacen sus deducciones tomando en cuenta el
invierno. Estos movimientos referidos a parámetros movimiento aparente del Sol en el tlalohtli (traslación
estelares, que bien pudieron ser los mismos que usaron terrestre) e inician sus observaciones en el equinoccio
para comprobar la rotación terrestre, para de primavera hacia el solsticio de verano y equinoccio de
diferenciarlos los llamaremos E, N, O, S en lugar de I, otoño.
64 F ELIPE L IRA M ONTES DE O CA

Así pues en la observación del amanecer o salida estrella O


.Ven que en un momento determinado la
del Sol del día de este equinoccio primaveral detec- salida del Sol se detiene en su viaje al norte, y los siguien-
tan la formación del eje TA1– – que es el eje tes amaneceres inician un viaje aparente de regreso hacia
Tlauhkopan. el sur, es decir, hacia el eje de equinoccios O –––– E.

Y en el crepúsculo vespertino de ese mismo día En el momento en que el Sol se detuvo, que es
obtienen o ven la formación del eje TA1– O, véase el solsticio de verano, denotan que en la salida del Sol
figura 55 que les confirma el eje diametral preconcebido se forma el eje

TA – – x1
O
– TA – E

que no es el eje previsto TA – – N pues el nuevo


en el plano de su horizonte en que habían situado su parámetro x aunque tenía la misma dirección N
sistema parametral O-E y N-S. está situado arriba de, es decir, arriba del plano el
ecuador celeste (véase figura 51).
Y como el plano de su horizonte lo fijaron en el
equinoccio de primavera y por ser un sistema para- Pero lo que en realidad vieron nuestros ancestros,
metral estelar, en realidad lo fijaron en el plano del es lo que también nosotros vemos actualmente. Es
ecuador celeste que a su vez era el plano del ecuador decir, ellos vieron y vemos el viaje aparente a partir
terrestre en ese momento del amanecer equinoccial del Tlauhkopan de las salidas del Sol hacia N
. Pero
(véase figura 56). Inician su observación en el hemis- en un plano ascendente de inclinación constante cuya
ferio norte en el viaje aparente del Sol hacia el norte a culminación es la distancia máxima entre el centro de
partir del eje equinoccial Tlauhkopan. giro y la órbita de traslación de la Tierra en el hemisferio
norte.
Y ven en los siguientes días que la salida del Sol
sigue una trayectoria en dirección E
–––– N apa- Esta culminación es en realidad el punto en que
rentemente en el plano en que fueron fijados sus la salida solar tiende a bajar en el plano incluido de la
parámetros estelares y esperan que una vez llegando tlalohtli (eclíptica) hacia el eje O –––– E. que está
la salida del Sol al eje N
de la estrella debía seguir la en el ecuador celeste y que es obvia su intersección
trayectoria en dirección de la estrella O. con el plano de la eclíptica tiene una inclinación igual
a cero. Y que, además, nos marcan los equinoccios
Pero no fue así, pues a partir del equinoccio de pri- (véase figura 58).
mavera siguieron la trayectoria solar (salida) hacia la
CIENCIAS MILENARIAS Y APLICACIONES EN EL CONTINENTE AMERICANO 65

Esquema sin escala


N N

2 2

TA TA
O 4 1 O 4 1
E E
3 3

S S

FIG. 54 FIG. 55

S N
Ecuador terrestre
Ecua
Ecuado dor c
r celeste elest
e

E E
FIG. 56 FIG. 57
66 F ELIPE L IRA M ONTES DE O CA

Pues bien, este punto donde culmina el ascenso y cálculo y observación (véase capítulo 7 “Instrumentos
comienza el descenso les marcaba la dirección hacia y sistemas de orientación“).
la estrella X1, como se ve en la figura 57, que está en la
misma dirección de N pero arriba de esta estrella. Antes de continuar con el tema, hay que hacer
notar que al mencionar los parámetros E, O, S y N se
Lo mismo pasó en el seguimiento observacional presentan por su gran distancia visual como si fueran
del equinoccio de otoño hacia el solsticio de invierno equidistantes, pero no es cierto, pues la distancia entre
en que vieron el descenso en este plano de las salidas el parámetro A y los parámetros anteriores depende
del Sol hasta llegar a un descenso mínimo con respecto de la lejanía a que están dichas estrellas. También cabe
al plano del ecuador celeste, que era el solsticio de mencionar que se usan las palabras abajo y arriba,
invierno y que el punto que apuntaba hacia la otra pero en realidad no hay tal, pues en el cosmos no
nueva estrella X2 pero abajo del eje A – – S. existe un arriba o un abajo y si se usan tales palabras
es para tratar de dar una mejor exposición y por la
Es decir, abajo del plano del ecuador y cuando las influencia de tales conceptos en la Tierra que se deben
salidas del Sol aparentemente viajaban hacia E
lo a la gravedad terrestre.
hacían ascendiendo del punto más bajo en su viaje en
el Tlalohtli hacia el eje O
–––– E. , o sea, al equino- Lo que sí es real es la dirección entre TA y dichos
ccio de primavera, con lo que llegan a la conclusión parámetros estelares considerados como fijos y cuyos
que el plano del ecuador celeste que tenían determinado, ejes en el caso de crepúsculo matutino. Como ya se
por sus ejes parametrales O –––– E y O –––– X2 había dicho:
(véase figura 58) es interceptado por el plano en que se
mueven aparentemente las “salidas” del Sol y esta inter- El eje TA –– O –– E , antes de la salida del Sol,
sección es en el eje O –––– E, por lo que el plano el eje TA – 1 ya estaba calculado y fijado para ser
real en que se mueven estas salidas solares fue el plano interceptado por la salida del Sol.
formado por los ejes E
–––– X1 y O –––– X2
(véase figura 59) quedando la intercepción como se En el caso del crepúsculo vespertino, el eje A –
muestra en la figura 60. lo fijaban antes de desaparecer el Sol, y lo comple-
mentaban con la aparición de la estrella.
El conocimiento de este plano E X1 O X2
de la eclíptica, lo complementaron después de calcular Es comprensible que las deducciones lógicas y
su posición real respecto al plano del ecuador celeste directas debieron tener un consenso de comprobaciones
con la ayuda del tlachtli monumental instrumento de y cálculos hechos no por un individuo o su genera-
CIENCIAS MILENARIAS Y APLICACIONES EN EL CONTINENTE AMERICANO 67

Esquema sin escala

O O

Equinoccio
de otoño Culminación

X1
N
S

T Ecuad
Equinoccio X2 or cele
ste
de primavera H

E E
Eclíptica FIG. 59
FIG. 58

T X1

S
S N

T
X2

T Plano del ecuador celeste

FIG. 60. Plano en el que se mueven las “salidas” E


aparentes del Sol.
68 F ELIPE L IRA M ONTES DE O CA

ción, sino que fue hecho por generaciones bajo un la tlalohtli (traslación), pero con la ayuda de los cuatro
plan observacional cotidiano y de lapsos necesarios, parámetros estelares conocidos, así como sus ejes
plenamente previstos con las naturales rectificaciones seleccionados sobre todo el Tlauhkopan, fueron las
o ratificaciones a través del tiempo que duraron sus bases de los estudios del movimiento de traslación y
estudios. el cálculo de sus trece cielos (movimiento de precesión)
o desplazamiento de los equinoccios.
Después de estas anotaciones continuamos con
el estudio que nuestros antepasados hacían del movi- Después de las aclaraciones y notas previas, en
miento de traslación. donde se consideró el avance de su astronomía observada
razonada, medida, calculada y lista para comprobarla y
En las observaciones y deducciones referentes a así obtener finalmente una astronomía científica, cuyos
los parámetros estelares, estas deducciones les dieron logros y testimonios son ahora conocidos, el uso
la dirección real de la traslación terrestre alrededor continuo de parámetros estelares y de ejes inter-
del Sol (véase figura 61). parametrales, así como los vastos conocimientos que
debieron tener de elementos y objetos dentro de
Para confirmarlo usaron las observaciones de su astronomía precisamente estelar, contando con
media noche correspondientes a las observaciones un sistema de ubicación cuadricular en su bóveda
matutinas (véase figura 62) y naturalmente les dio la celeste y con la básica matriz angular αze que fue su
misma dirección del movimiento circunstante, por lo unidad de observación astronómica, les permitió hacer
que sus deducciones finales debieron ser que la Tierra uso de estos parámetros estelares y de los ejes de
se trasladaba alrededor del Sol girando cotidianamente observación generados entre sí para obtener ejes
sobre su propio eje y esto lo hacía en un plano diferente entre parámetros naturales de la Tierra y parámetros
al ecuador celeste. Estos planos sólo coincidían en o ejes interestelares (véanse figuras 63 y 64), que
su intersección en el eje O
–––– E en los fueron usados naturalmente para coordinar con mayor
equinoccios (en sus observaciones matutinas) (véase amplitud sus estudios astronómicos.
figura 60).
Al combinar los ejes de las figuras 63 y 64, con el
Los parámetros estelares I, II, III y IV en la rotación, eje primario formado por el ojo humano y el objeto
convertidos en E, N, O y S en la traslación situados en estelar observado (véase figura 65) les dio el eje básico
su ecuador celeste en concordancia con su ecuador de sus estudios astronómicos, formado por el ojo del
terrestre plenamente conocidos y localizados, y los observador, el parámetro Q y el objeto sideral P en
dos parámetros X1 y X2 ocasionales y desconocidos observación, figura 66.
en principio, fueron grandes dudas en sus estudios de
CIENCIAS MILENARIAS Y APLICACIONES EN EL CONTINENTE AMERICANO 69

N Esquema sin escala

En la eclíptica

X1

X1

Equinoccio
de primavera
O TA E
(21 de marzo)

ste
X2

ele
ac
ved

X2

Observaciones matutinas En la eclíptica

Equinoccio de primavera TA
E S
Solsticio de verano TA
X1
Equinoccio de otoño TA
O

Solsticio de invierno TA
X2 FIG . 61
70 F ELIPE L IRA M ONTES DE O CA

Esquema sin escala

X1
Observaciones de medianoche
TA
Equinoccio de primavera TA
E

O E Solsticio de verano TA
TA TA X1
TA Equinoccio de otoño TA
O

Solsticio de invierno TA
X2

X2 FIG. 62

Los primeros usos de la combinación de ejes dos, por ejemplo: A1 A2 A3 –– A partir de A que sería el
terrestres y celestes fueron para tener en cierta forma punto O.
una trasferencia astronómica a la superficie terrestre
y naturalmente para ubicar en determinada fecha y La primera medición era bajar la perpendicular del
momento (hora) el objeto P en estudio. Y fue con eje O-P y localizar A, y la siguiente medición direccional
los parámetros naturales como cerros, montañas, la hacían a partir de A, siguiendo la dirección A-P (estrella)
lagos, sitios escogidos, desembocaduras de ríos para fijar el punto A2 o más y así sucesivamente hasta
(Amazonas), etc., lo que les permitió desarrollar una llegar al punto deseado (véase figura 68).
técnica geodésica, basada principalmente en bajar unas
perpendiculares del eje estelar sobre el parámetro Q Es obvio que tales observaciones y mediciones las
seleccionado o sobre la dirección al parámetro (véase hacían en fechas y momentos previamente calculados,
figura 67). de esta técnica tenemos la evidencia de las torretas
marcadoras; piezas de forma cilíndrica que por lo regular
Cuando se trataba de marcar direcciones se son de un diámetro aproximado de 30 a 40 cm y una
localizaban primeramente puntos intermedios, mínimo altura más o menos de 70 cm de material claro o
CIENCIAS MILENARIAS Y APLICACIONES EN EL CONTINENTE AMERICANO 71

Parámetro Q
terrestre

FIG. 63

Parámetro Q
terrestre

FIG. 64

Ojo humano
O P

Esquema sin escala


FIG. 65

O Observador Q Parámetro P Estrella

FIG. 66

FIG. 67
72 F ELIPE L IRA M ONTES DE O CA

A A1 A2 A3

FIG. 68

pintadas de color blanco con las cuales marcaban los de hechura reciente, aunque centenaria, y es posible
puntos orientadores A1, A2, A3 ...An y que, cumplida que en algunos casos así sea, pues su uso desde milenios
su misión, se volvían a usar en otras misiones similares atrás fue continuado hasta las cercanías de los años
o se les daban otros usos, como el huitzuko, de 1500 de N.E. Aunque nadie sabe cuándo se hicieron
antigüedad milenaria, que se usaba como material de y por qué se encuentran allí, ya sea en el llano o en las
construcción (véanse figuras 69, 70, 71, 72, 73 y 74). zonas montañosas.

En la actualidad hay tal cantidad en usos diversos; Otros testimonios de esta técnica son los marca-
construcciones, bases de asientos, mesas, material de dores que se han encontrado en la cima de los cerros y
construcción y aun señalamientos, pero para muchos planicies aun en zonas posteriores a la época en que se
investigadores su función ha pasado inadvertida. inventaron los tlachtin, como Teotiwakan y en las
cercanías de Torreón (Viesca, etc.).
El autor las ha localizado en la frontera de El Sal-
vador y Honduras como bancadas, en Honduras y Estos marcadores tenían la característica de que
Guatemala como soportes en viviendas rurales, en el sus líneas eran punteadas, con pequeños orificios y su
sur y norte de Puebla en diversos usos y abandonados forma consistía por lo regular en dos ejes perpendicu-
en planicies en Guerrero, Coahuila, Tabasco, Veracruz lares entre sí, circunscritos por círculos concéntricos,
y Oaxaca (véanse las páginas 77 y 78). En algunos espirales o curvas adyacente a estos ejes indicadores
lugares son tan conocidas y usadas que las consideran o determinantes del punto central.
CIENCIAS MILENARIAS Y APLICACIONES EN EL CONTINENTE AMERICANO 73

FIG. 69. Huitzuko (Guerrero).

FIG . 70. Huitzuko (Guerrero).

FIG. 71. Huitzuko (Guerrero).


74 F ELIPE L IRA M ONTES DE O CA

FIG. 72. Xochitekatl


(Tlaxcala).

FIG. 73. Museo de Xiuhtetelco


(Puebla).

FIG. 74. Xochitekatl


(Tlaxcala).
CIENCIAS MILENARIAS Y APLICACIONES EN EL CONTINENTE AMERICANO 75

Que bien pudo ser el inicio de la localización direc- FIG. 76.


Akapixka,
cional previa a la marcación de los puntos A mencio- Xochimilco.
nados anteriormente, pero también hay la posibilidad
de que el centro de estos marcadores fuera el punto de
la bajada perpendicular de algún eje celeste, que con-
firmaría su función direccional terrestre, en concordan-
cia astronómica, véanse las figuras 75, 76 y 77.

En la interesante figura 77 se ve el marcador y las


torretas o columnatas de alineación apiladas y listas
para ser usadas.

FIG. 75. Teotiwakan.

FIG. 77. Cerro Colorado,


Teotiwakan.
76 F ELIPE L IRA M ONTES DE O CA

Es más, para dichas alineaciones se usaron bolas Pero nuestra suposición la realizaremos en lapsos
o “pelotas” talladas en piedra con un diámetro aproxi- mínimos y las distancias las reduciremos a medidas
mado de siete centímetros, también como indicadores escalares de un plano actual (página 81).
de alineamientos intermedios entre columnatas, como
lo demuestran los millares de tales “pelotas” líticas en Así pues en nuestra supuesta estancia en su tiempo,
la zona olmeka de Huitzuko. desde La Venta Tabasco por razones de estudio se
requiere analizar un sector de bóveda celeste
Así en esas condiciones y con unos conocimientos determinado con una amplitud de 2 1/2 αze. Que está
en astronomía muy vastos y sobre todo con una matriz situado al Noreste de La Venta a partir del eje Venta-
angular celeste (αze) tomada como unidad de observa- Chichen Itza.
ción, localizaron o precisaron la ubicación de centros de
estudios astronómicos basados en la observación y Con el sistema mencionado antes se trazaría un
cálculos derivados de tales observaciones. Pero lo más eje a partir de La Venta hacia Chichen Itza, que podría
asombroso de esto fue que a partir de ellos, calcularon existir o se le situaba y edificaba. Y nuevamente con
otros centros similares con una interrelación basada en la centro en La Venta y a partir del eje hacia Chichen Itza
matriz angular (αze). Este sistema era continuo sólo limi- y con una amplitud angular de 2 1/2 αze.
tado por sus requerimientos o por fuertes impedimentos,
pues a partir de los nuevos centros se calculaban otros Se trazaría el eje La Venta-Palenke que, como en
y así sucesivamente. el caso anterior, podría ya existir o se le localizaba
situándolo o identificándolo, quedando entonces un
Para una mejor claridad de este sistema, usemos sector de cálculo, observaciones y comprobaciones de
un plano geográfico actual de la zona maya y suponien- 2 1/2 αze tanto astronómico como terrestre a partir
do que estamos situados en su época con los medios de La Venta.
que disponían como era; una matriz angular (αze), una
mejor capacidad visual personal, una menor contami- Pero obligados por razones de estudio, de otro
nación ambiental, equipos o técnicas de marcación y sector de la bóveda celeste y tomando como centro
de indicación direccional (marcadores y columnatas) o vértice Chichen Itza se trazan los ejes Chichen Itza a
edificaciones secundarias y otros, pero sobre todo de La Venta y Chichen Itza a Palenke, que tomará una
tiempo, pues las realizaciones de sus cálculos y com- amplitud de 1 αze.
probaciones no eran inmediatas, ni obra de un indivi-
duo ni de una generación. Siempre por razones de cálculos y estudios,
tomaremos ahora como punto de partida o vértice a
CIENCIAS MILENARIAS Y APLICACIONES EN EL CONTINENTE AMERICANO 77
78 F ELIPE L IRA M ONTES DE O CA

Palenke y trazando el eje Palenke a Kopan (Honduras) y Y así lo intentaron en algunas zonas como la aymara
el eje Palenke, a Tikal (Guatemala), la matriz angular (Tiahuanako), quechua (Machu-Pichu) y la olmeka,
será de 2 αze. cuyos planisferios los hacían centrándolos y represen-
tando la bóveda celeste nocturna en una escultura
A su vez, de Kopan a Uaxatun (Guatemala) con monumental, que a su vez representaba todo lo que en-
prolongación a Uxmal y de Kopan a La Venta con cierra la cabeza del humano (véanse figuras 78 y 79).
una matriz de 2 1/2 αze y así sucesivamente (véase el
mapa pág. 77) de esta suposición que nos llevó a un Para entender este monumental ideograma lítico
imaginario viaje al pasado para situar nuestros ejes y es necesario volver a situarnos en el pasado y visualizar
ángulos, que naturalmente no serían en la misma los sucesos, hechos o funciones de acuerdo con sus
secuencia a la que ellos utilizaron, por sus propios filosofías o necesidades y a los satisfactores de tales
requerimientos, antigüedad de sitios conocidos y los necesidades.
previamente calculados, entre otras razones.
Así por ejemplo, ya inventados los tlachtin, el uso de
Pero lo que sí comprobamos es que ellos usaron proyección de los (Ixketzalonine) fijadores de parámetros
la matriz angular celeste en sus cálculos topográficos (Q) que tenían la necesidad de hincarse constantemente
y geográficos donde la labor de sus topógrafos y para fijar o posicionar dichos parámetros, los obligó a usar
geodatas debió ser excepcional. rodilleras como las que usaron posteriormente los
jugadores de Ulamaliztli (juego de pelota).
Este tema se tratará en forma más amplia tomando
como base los tlachtin estudiados en el capítulo 5, Así también debemos “visualizar” las necesidades
“Sistema local y continental de observaciones y que tuvieron los observadores ikzemitlachianine en
cálculo”. tiempos anteriores a la invención de los tlachtin y aun
después de inventados.
Con el anterior estudio del sistema de ejes y
ángulos, nuestros ancestros tenían la necesidad de Pues bien, estos observadores eran verdaderos
reducir tiempos y espacios territoriales así como las hombres de la noche, ya que su principal función era
grandes distancias entre parámetros. Para satisfacer observar los elementos de la bóveda celeste nocturna,
esta necesidad trataron de centralizar y minimizar que, como ya se había dicho, las principales observa-
tiempos y espacios en este sistema de estudio sin ciones las hacían a la medianoche y en los crepúsculos
perder la total observación de la bóveda celeste para matutinos y vespertinos, con una continuidad mayor
sus cálculos y observaciones. en las condiciones de invierno que son las más
propicias, pues la temporada de nublados y lluvias ha
CIENCIAS MILENARIAS Y APLICACIONES EN EL CONTINENTE AMERICANO 79

menguado y los cielos son más “limpios”. Pero así como del Perú, así como en las partes altas de las zonas
la visión sideral era más adecuada en el invierno, aymara y quechua que datan de 7000 a l0 000 A. E. y
también eran más drásticas las condiciones climáticas que las siguieron usando hasta nuestros días. Cosa
por temperaturas más bajas, sobre todo en los amane- que no sucedió en Mesoamérica, sobre todo en las
ceres, por lo que estos “hombres de la noche” tuvieron zonas bajas, que una vez pasados los tiempos de
que protegerse de estas bajas temperaturas, usando climas fríos, las dejaron de usar.
gorros en sus cabezas, que posiblemente fueron tejidos
con orejeras y sin viseras que les impidieran su visión Ya manufacturadas estas colosales cabezas y en
a las alturas. No se exceptúa que estas protecciones lugares con falta de materiales líticos como las zonas
fueran hechas con otros materiales, como por ejemplo olmecas de Tres Zapotes, La Venta, San Lorenzo, fueron
piel de venado (véanse figuras 78 y 79). Además esto re-usadas como base para marcar directamente visua-
los distinguió en tal función y es por esta razón de lizaciones de elementos siderales en ellas, convir-
distinción que los olmecas usaran la efigie de los tiéndolas en planisferios celestes (véase capítulo 11
observadores nocturnos conformando cabezas “Planisferios Olmekas”).
colosales que muy posiblemente fueron retratos de
observadores distinguidos, caracterizados por la pro- Tal vez la marcación no fue directa, sino que mar-
tección que usaron durante su vida en la función nocturna caron en forma conmemorativa sobre dichas cabezas
de aportación de conocimientos astronómicos. hechos importantes sobre posiciones de estrellas, lluvias
estelares, sucesos importantes, seguimiento de un mismo
Hay que aclarar que en nuestra ancestral cultura elemento sideral, etc., de determinada época. Nótese
no se exaltaba al individuo, sino a lo humano que en las figuras 78 y 79 las marcaciones que fueron hechas
representaba, por lo que posiblemente las cabezas no después de la manufactura de las efigies colosales.
fueron “retratos” de individuos, sino la representación
de la observación humana en las noches en diferentes Son tan incipientes los estudios sobre estos ideo-
zonas caracterizados por la protección o gorros usados gramas colosales que aún no se sabe si los elementos
en dichas zonas, obligados por su función tlachtla faciales de tales cabezas tienen una connotación con
(observación) nocturna que databa de milenios A. E. a las marcas siderales o sólo son parte de la efigie base
finales de las glaciales o en épocas con remanentes de donde se grabó el planisferio (véase figura 80).
los climas fríos de dichas glaciales (véase “Proyecto 6:
Inicio y reinicio de observaciones y cálculos”. Hay otra posibilidad, que estas cabezas fueran
parámetros Q en las observaciones hechas en la zona
Así lo demuestran también los vestigios hallados olmeka, por ejemplo en la meseta artificial de San
de dicha protección tejida en las zonas bajas y costeras Lorenzo que no tuvo los lineamientos circulares o cua-
80 F ELIPE L IRA M ONTES DE O CA

FIG. 78. Museo de Xalapa (Veracruz).

FIG. 79. Museo de la Venta (Tabasco).


CIENCIAS MILENARIAS Y APLICACIONES EN EL CONTINENTE AMERICANO 81

FIG. 80. Museo de Xalapa (Veracruz).

drangulares clásicos en las bases de basamentos o za- a refugiarse en sitios de protección natural como cuevas,
kualtin (pirámides) conocida y que por las dimensio- etc., y suspender la continuidad de sus observaciones
nes en San Lorenzo requería parámetros Q adecuados, y trabajos astronómicos. Una vez pasados estos
es decir, de mayor tamaño y que también representaban fenómenos naturales, y volviendo a la normalidad, las
la observación humana de diferentes regiones o los posibilidades visuales celestes reiniciaron los trabajos
diferentes objetivos siderales en estudio en esas regio- de su secuencia astronómica y fue en esta época que
nes y coincidentes con los estudios de San Lorenzo. reutilizan sus parámetros Q (cabezas colosales) pero,
además, las convierten en planisferios celestes, al marcar
Estas efigies se diferenciaban entre sí principal- en ellas datos astronómicos. Ya se había mencionado
mente por su protección nocturna (gorro o “casco”). que estos datos fueron grabados después de la manu-
factura de las efigies parametrales (cabezas colosales).
Esta situación milenaria debió suceder en épocas Véase capítulo 11 “Planisferios olmekas” y el proyecto
anteriores a fenómenos naturales como glaciaciones o 6 “Inicio y reinicio de observaciones astronómicas en
posglaciaciones o a remanentes de ellas que los obligó Mesoamérica”.
82 F ELIPE L IRA M ONTES DE O CA

Con su sistema de observación y medición basado


en ejes, ángulos y planisferios en las zonas olmekas y
otros sistemas, tanto al Sur como al Norte del conti-
nente, se acrecentó la necesidad de nuestros científicos
de contar con un instrumento o medio que les facilitara
a
sus funciones de investigación y cálculo. Y así, en estas
condiciones, contando con sistemas de observación ya
establecidos, aunque algunos de grandes dimensiones FIG. 81
b

territoriales y prolongados tiempos de operación,


cumplían con su misión.

Sobre todo, contaban con unas matemáticas


basadas en la matriz angular xomulzen (αze) que era la
veinteava parte de la división, tanto vertical como
horizontal, que habían hecho de la bóveda celeste; a
por lo tanto, su aritmética fue vigesimal. Su geometría
la basaron en la relación de dos líneas rectas de α
FIG. 82
diferentes dimensiones, perpendiculares entre sí en b
uno de sus extremos (figura 81) y uniendo los extremos
libres (figura 82) obtenían directamente un ángulo a
interno adyacente a la línea horizontal, lo que les daba
realmente una geometría basada en la triangulación y
la medición angular. Y la correlación con la medida angular actual (con
transportador) sería αze igual a l8°.
Aunque también usaron la división uniforme del
círculo para la obtención de ángulos similares. Sus cálculos de αze los obtenían con la relación
13/40, que comparada con los valores trigonométricos
Así por ejemplo, para nuestros antiguos matemá- actuales da un error de 0.00008.
ticos,en la triangulación el valor de αze en su trazo
directo y práctico, sería una relación a/b en la que a tendría Según se puede apreciar, nuestros ancestros,
un valor de uno (1) y b tendría un valor de tres (3) medidos variando los valores de a y b obtenían los ángulos que
con cualquier unidad de medición lineal (véase figura 83). necesitaban. Véase el capítulo 12 “Breve recordatorio
de matemáticas en Ixachillan”.
CIENCIAS MILENARIAS Y APLICACIONES EN EL CONTINENTE AMERICANO 83

les era suficiente para sus requerimientos y cálculos,


por lo cual no necesitaron la división de 0-360° actua-
les, que, además, posiblemente no conocían.

a 1
=
b 3 1

) αZE

0
FIG. 84
α
b

3 2 1

FIG. 83
Esta concepción matemática debió tener una rela-
ción muy estrecha con su filosofía. Un ejemplo nos lo
da el Hunab-ku maya:

Como se ha mencionado, con el sistema de triangu-


lación directa por medio de dos variables perpendicula-
res entre sí (a y b), obtenían sus ángulos requeridos, por
lo cual adjuntamos una tabla de relaciones para medi-
ciones angulares más usuales (véanse cuadros 6 y 7).Y
que comparados en su trazo directo con los valores
trigonométricos actuales, acusan un error mínimo des-
apercibido por el trazado o apreciación de lo que en
realidad era el trazo de la hipotenusa según la trigo- FIG. 85
nometría actual al unir los extremos libres de los la-
dos a y b. “El dador único del movimiento y la medida”.

La comparación mencionada es sólo eso, una com- A través de esta representación filosófica nos
paración, pues el uso de su sistema de medición angular podremos explicar su concepción de medición angular.
84 F ELIPE L IRA M ONTES DE O CA

CUADRO 6. RELACIONES a/b PARA MEDICIÓN ANGULAR

Relación Valor Ángulo actual Observaciones


a/b 0-90°

01/80 0.0125 43.16 Xiuhopilli : ángulo del desplazamiento de los equinoccios en 52 años
considerando el movimiento de precesión de 26000 años. (Véase capítulo
3 “Los trece cielos” y capítulo 4 “Nawi Ollin y Xiuhmopilli”.)

01/79 0.0126 43.53´ Xiuhmopilli , considerando al movimiento de precesión de 25,800 años.

01/19 0.052 3º

02/19 0.105 6º

06/39 0.176 10º

03/13 0.230 13º

13/40 0.352 18º α ZE Unidad astronómica de observación.


En forma práctica o directa usaban la relación 1/3

03/11 0.363 20º

CUADRO 7. RELACIONES a/b PARA MEDICIÓN ANGULAR

Relación a/b Valor Valor actual Observaciones

10/23 0.434 23º27´ Desplazamiento equinoccio-solsticios: en forma práctica usaban la


relación 7/16

26/40 0.650 33º

28/40 0.700 35º

9/10 0.900 42º

10/10 1.00 45º


CIENCIAS MILENARIAS Y APLICACIONES EN EL CONTINENTE AMERICANO 85

Supongamos un punto P que gira en el espacio La posible medición angular la hacían de la siguien-
que tiene un centro de giro y por lo tanto un vector o te forma:
radio de giro entre el centro y el punto P en movimiento
y engendraría un círculo en una rotación completa a El cuadrado representativo de medida en el emblema
partir de un punto inicial (véase figura 86). o ideograma del Hunab-ku, era dividido en cuadrantes I,
II, III y IV (véase figura 88).

P
) α
O b n
II I

b b
FIG. 86
III IV b = a
b n
Como se verá, las relaciones en su trigonometría eran
de 0 (cero) a 1(uno) y de 1(uno) a 0 (cero). Es lógico que
en un momento dado, la posición del punto P estaría
determinada por el ángulo que formó con respecto al FIG. 88. n divisiones o unidades para formar los valores de a.
centro de giro.
A los lados centrales de los cuadrantes, que están
La medición la hacían por medio del cuadrado cir- sobre el eje directriz, que bien pudo ser el Tlauhkopan o
cunscrito al círculo real que el eje del punto P generaría cualquier otro eje necesario, les dieron un valor b, los
en su movimiento giratorio y que fue la función mate- lados perpendiculares al eje directriz y contrarios al cen-
mática de lo que sería el Hunab-ku de la región maya tro de giro, fueron la línea base también con un valor
(véase figura 87). de b, pero dividido en X partes o unidades determinadas
para formar los valores de a y así obtener la relación a/b.

Los valores de a en los lados perpendiculares po-


dían ser de una sola unidad hasta las X unidades en
que se había dividido este lado, es obvio que podría
haber interpolaciones.

Para mayor claridad en la explicación tomaremos


FIG. 87 un ejemplo en el cuadrante I (véase figura 89).
86 F ELIPE L IRA M ONTES DE O CA

40

30
28

20
II I
b
13
10

0
b b = 40 0

III IV
b

FIG. 89. Ejemplo de cómo dividían el emblema o ideograma del Hunab-ku. En este caso sólo se tomó el cuadrante 1.
CIENCIAS MILENARIAS Y APLICACIONES EN EL CONTINENTE AMERICANO 87

En este ejemplo, el lado perpendicular o de los Este sistema pudo ser hecho o fabricado como ma-
valores de a las divisiones serán 40 por lo tanto N = 40 triz o instrumento de medición angular, grabándolo
que será también el valor de b, que en todos los casos en tablillas fijas o manuales.
tendrá el valor N, es decir, el total de las n divisiones.
Es necesario mencionar que cuando las medidas
De lo cual, si damos un valor de 13 para a la relación de a y b eran de mayor magnitud, la solución era
sería: a/b = 13/40, que daría un ángulo a, que sería un sencilla, vigente en el campesinado y conocida por
ángulo actual de l8º, pero para nuestros ancestros sería la albañiles (véanse las figuras 90, 91, 92, 93, 94 y 95):
relación o matriz angular de observación astronómica
A) Se trazaba o medía b con la unidad escogida.
(αze) y si tomamos a = 28 la relación a/b sería 28/40 que
daría un ángulo a que correspondería a un ángulo = 35º
B) Para la perpendicularidad a/b se proveían de un
actuales, pero a nuestros antiguos matemáticos no les
mekatl (mecate) dividido en tres partes o lados
importaban los 35º, sino la relación 28/40, pues era
medidos con unidades menores de las que se
natural para ellos no usar su sistema de relación a/b en
usaron para medir b o cualquiera otra, estas tres
la medición angular para conseguir angularidades en el
partes tendrían las siguientes dimensiones: 5, 4,
sistema de 0-360°, que no necesitaban.
3 (el mekatl fue unos instrumentos básicos de
medición). Véase y nótese en los ideogramas líti-
Además, les era muy fácil tener un medio que les
cos olmekas como en el Altar 4 (La Venta figura 95).
marcara el valor 28, como un mecate, madero, marca-
ción en el piso, etc., y con medios similares para obte- C) Se posicionaba el mecate sobre el extremo de
ner el valor 40 de b y hacerlos perpendiculares entre sí, b coincidiendo la unión del mecate de sus lados
con lo cual al unir los extremos libres de a y b obtenían 4 y 3 con el extremo de b y su lado 4 se fijaba ten-
la angularidad que necesitaban. Esta unidad la hacían sándolo sobre b, dejando libres las partes 5 y 3
por marcación o físicamente por otro medio y hasta del mecate.
por eje visual en caso de que las variables a y b fueran
de mayores dimensiones. D) Se unían tensando siempre los extremos libres
de los lados 5 y 3 y automáticamente tenían la per-
Como ya se mencionó, las variables podrían ser pendicularidad de la parte 3 sobre la parte 4.
dimensionadas en cualquier unidad, pero es compren-
sible que a y b fueran medidas en cada caso con la En la actualidad lo sabemos por el teorema:
misma unidad escogida y en esta forma obtener por
medio de este sistema la medición angular deseada. “El cuadrado de la hipotenusa es igual a la suma
de los cuadrados de los catetos.”
88 F ELIPE L IRA M ONTES DE O CA

52 = 42 + 32, 25 = 16 + 9 5 4 3

E) Una vez obtenida la perpendicularidad sobre 4, FIG. 91


que por estar fija a b lo estaba también sobre
el mecate, se tomaba sobre esta perpendicular el
valordeseadode a, quetambiénautomáticamente
les daba el valor del ángulo a formado entre el
lado b y la visual al extremo libre de a, que bien
pudiera ser fijado por un parámetro cualquiera. 5 3
4
En el ejemplo anterior dividieron al Hunab-ku
en cuadrantes y aplicaron su sistema de b
medición angular a través de su relación a/b en FIG. 92
el cuadrante I del emblema y esta división en
cuadrantes fue posiblemente el origen
matemático de tal emblema filosófico.

5
3
4
b
b
FIG. 90 FIG . 93

) α 5

4
3

FIG. 94 b
CIENCIAS MILENARIAS Y APLICACIONES EN EL CONTINENTE AMERICANO 89

FIG. 95. Altar núm. 4 (La Venta) ideograma lítico del uso del mekatl.

La división en cuatro partes del cuadrado de la didos en n partes o unidades que tendrían un
medida les dio la conclusión matemática de que en valor de b/n (Véase figura 98). Estas partes se-
esta forma, el cuadrado de la medida, tenía como bases rían seleccionadas para que de acuerdo a la am-
principales los siguientes ejes y el cruzamiento de los plitud de los ángulos a medir en cada cuadrante
mismos. dé en cada caso los valores de que por medio de
la relación a/b se logrará la medición angular. Por
A) Cuatro ejes directrices (véase figura 96), dos de ejemplo véase la figura 89 en la cual en el cua-
ellos para el infinito y los otros dos para el inicio drante I, b igual a 40 que es el valor de n (40) en
normal a partir de cero (powa), que a su vez que se dividió el eje de valores de a.
serían los cuatro ejes de los valores de b en cada
cuadrante. Pero en el cuadrante II el valor de b sería de 8 si
el eje de valores de a hubiese sido dividido en 8
B) Cuatro ejes de la unidad (1). (Véase figura 97). partes iguales, es decir, n igual a 8 y por lo tanto
b sería de igual magnitud.
C) Ocho ejes periféricos que lógicamente tenían los
mismos valores b de los ejes centrales, pero divi-
90 F ELIPE L IRA M ONTES DE O CA

D) El cruce de los ejes del infinito, del cero y de la


unidad (1) o sea, el centro del cuadrado de la
1 1
medida que les indicaba el cero absoluto, de
posición matemática y de posición dual, es decir,
del concepto de lo contrario (véase figura 100).
1 1
Lo que nos explica por qué su cultura estaba basada
FIG. 97
en la dualidad.
(8) (1)
Este centro representativo del cero absoluto lo
(7) (2)
usaban también como powa (empezar) o inicio. Lo
reconocemos actualmente por su ideograma
~

inscrito en sus matemáticas.

Con estos elementos, el Hunab-ku en su función (6) (3)


matemática conformó un sistema sobre todo para FIG. 98
conseguir en sus cálculos de medición angular que (5) (4)
los valores de la relación a/b no tendieran hacia el
II I
infinito, sino que actuaran siempre de un cero (powa)
8 40
hacia la unidad exclusivamente.

Nota: Al tratar el tema anterior desde el punto de vista 8 40

III IV

∞ FIG. 99


(4)

(3) (1)
–0 0
–0 0
(2)
~

FIG. 96 ∞ FIG. 100



CIENCIAS MILENARIAS Y APLICACIONES EN EL CONTINENTE AMERICANO 91

occidental, aparentemente se manejan palabras de cálculo de este medio les complementó su astronomía,
“diferentes culturas”. Pero no hay tal, pues el tronco pues les dio medios para comprobarla, es decir, la
cultural de nuestros tlachkawan (antepasados) es tan hacían científica.
milenario y de gran extensión territorial, que a través
de milenios de uso lingüístico en diferentes regiones Después de cálculos y experimentos que les de-
como la aymara, olmeka, azteka, maya, etc., llegó a bieron tomar mucho tiempo, así como muy largas prue-
formar idiomas propios en tales regiones, pero con el bas, lograron el diseño del instrumento o medio que
mismo concepto cultural. Por lo tanto, es válido usar necesitaban y que fue el tlachtli basado en su
estos conceptos culturales indistintamente en los matriz angular αze, junto con el diseño de instrumen-
diferentes idiomas vigentes que fueron usados por tos, herramientas, parámetros movibles, etc., que lo
nuestra ancestral cultura. complementan. (Véase capítulo 6 “Parámetros Q y
Cursores”.)
Después de esta nota aclaratoria continuamos con
el estudio. En la construcción general de los tlachtin, nues-
tros antiguos arquitectos e ingenieros tuvieron que
Y así con medios matemáticos más definidos, subordinarse a los astrónomos para que la función
entran a una ASTRONOMÍA OBSERVADA , RAZONADA , astronómica fuera la base de la edificación del tlachtli
DIMENSIONADA Y COMPUTADA. (observatorio) y por esta razón los arquitectos e ingenie-
ros a su vez subordinaron la construcción del tlachtli
Con estos apoyos y con un caudal de datos por a la armonía celeste, pues los ciclos y hechos cósmicos
usar, pero también con grandes dudas y cuestiona- son armoniosos con sustanciales excepciones.
mientos como objetos celestes de ciclos más pequeños
(planetas) que sobre todo al tener ya conocimientos Esta subordinación era obvia, pues su base de
de la rotación y translación terrestre se les hicieron construcción era la matriz angular αze, que tenía su
más patentes y con problemas, como la aparición de origen parametral celeste. Y basados en esta armonía,
los parámetros estelares X1 y X2 en sus estudios de tras- los constructores de los Tlachtin y las edificaciones
lación terrestre, así como las causas que hicieron conexas, ya fueran parametrales o no, también las
aparecer tales parámetros, les urgía el medio que hicieron armoniosas, no sólo en el concepto celeste o
les simplificara sus cálculos y observaciones haciendo cósmico, sino consecuentemente en el contexto
estas últimas más accesibles y locales para tener marca- terrestre en que ubican sus edificaciones, en el sitio
ción directa en los logros obtenidos o secuencias en topográfico, que dentro de sus limitaciones o exce-
los estudios que estuvieran haciendo. El diseño y lencias en que calcularon la ubicación, también la
92 F ELIPE L IRA M ONTES DE O CA

hicieron con la unidad angular Xze (véase proyecto núm. las veces que la αze está contenida en el ángulo, por
2 “Edificaciones y astronomía”). ejemplo:

Para que sus edificaciones no rompieran la armonía 2αze, 31/2 αze, etc.
natural del lugar de la ubicación, que fue elegida y
ordenada por razones de cálculo, la construcción la Por lo tanto, comenzaremos precisando y deno-
hicieron con un sentido de belleza y estética que da minando cada parte de la plantilla.
por resultado verdaderas obras de arte, que
afortunadamente aún podemos disfrutar. La primera denominación sería delinear un área
central de observación ocular y las cabeceras, áreas de
Pasemos ya al “cómo” y “por qué” de los tlachtin. ajustes en la operación observacional (figura 101).

La segunda sería designar con las letras A, B, C, D y


P LANTILLA HORIZONTAL L, cada lado de la plantilla horizontal (véase figura 102).

Comenzaremos su estudio a partir de la famosa plan- La tercera denominación sería precisar la unidad
tilla horizontal en forma de doble T conocida como αze con sus componentes a y b (figura 103) en donde
“juego de pelota”. αze determinaría A que es el ancho del área central de
observación, comúnmente conocida como “ancho de
cancha”.

Esta dimensión A, era posiblemente la unidad de


medición lineal en la zona donde se localizaba el tlachtli
y que les sirvió para la medición de sus edificaciones
locales, aunque debieron usar una medida lineal de
uso general en el continente, sobre todo en el trazo
Pues bien, como era lógico que esta plantilla debe- de carreteras y caminos tanto continentales como
ría cumplir con los requerimientos propios de los obser- locales, pues en este caso las carreteras y caminos
vatorios astronómicos y estar basado su diseño en la tienen casi el mismo ancho.
matriz angular xomulzen, la cual se representa como
αze y en las indicaciones de cálculo como nαze, en la Por lo regular A es igual a dos a. La letra b determi-
cual en este caso n es el factor de la αze que podría ser na el centro principal de observación ocular, sobre el
entero o fraccionario o bien se indicara directamente eje del tlachtli, a partir del extremo del área de observa-
CIENCIAS MILENARIAS Y APLICACIONES EN EL CONTINENTE AMERICANO 93

Esquema sin escala

Cabecera

Cabecera
Área de Eje
observación ocular principal

FIG. 101

B
D

Eje αZI a
C
A
principal b

BC

FIG. 102

a a
A
bb a

FIG. 103
94 F ELIPE L IRA M ONTES DE O CA

ción y que normalmente será igual a la mitad de A, o a un maño para mostrar que la visión celeste demarcada
tercio de la distancia D, aunque hay casos especiales. por la xomulzen (αze) era común en ambos.

Se debe enfatizar que en el área de observación Otro de los principales requerimientos que tuvie-
ocular aparte de los centros principales fijos había ron que resolver en el diseño de la plantilla horizontal
centros movibles de observación, aun en las cabeceras. de los tlachtin fue:
(B). La unidad xomulzen (αze) básica en el diseño.
Hecha la anterior aclaración, pasemos a los reque-
rimientos que tuvieron que cumplir en el diseño de la El diseño de la forma de la plantilla
plantilla horizontal y que fueron: fue fundamental para la división del trabajo en el em-
pleo de la unidad αze tanto en su aspecto local como
R EQUERIMIENTOS en el sistema de correlación de observación continental
y entre otros tlachtin locales, pues dicha forma les per-
(A). Visión de la bóveda celeste. mitía cálculos de tiempo y espacio diferentes.

Para lo cual es suficiente (véase figura 104), sin ninguna A pesar de que lógicamente tenían una función
escala y con una bóveda infinitamente reducida, pero astronómica local, que por regla general era el segui-
que es clara para precisar, ver a partir del plano vertical miento de un determinado ciclo o el estudio de un
del zenit hacia el horizonte de una cabecera; observa- elemento sideral, dirigían el eje principal del tlachtli
mos un cuadrante de bóveda celeste y si lo hacemos hacia el sector de bóveda celeste en que estuvieran
hacia la cabecera contraria, obtendremos la visión del los motivos de sus estudios locales.
otro cuadrante opuesto de la bóveda celeste.
Pero la relación tiempo-espacio o espacio-tiem-
El espacio limitado por el plano vertical del zenit y po debió ser uno de los grandes problemas en su di-
el plano del horizonte eran y son visibles a simple vis- seño para lograr la conversión de una medición angular
ta en los tlachtin estudiados (véanse cuadros 1, 2, 3 a una medición lineal en forma directa (véase la figura
de algunos de ellos). 105) según los parámetros I y II.

Esta visión de bóveda celeste a veces era limita- Ya logrado esto, la inclusión básica de la matriz
da por accidentes topográficos, pero estas variantes angular celeste fue directa; véanse los dibujos o figu-
naturales, como cerros, lomas, ríos, etc., eran apro- ras 106,107,108,109 y 110 que por sí solos hablan,
vechados como parámetros naturales. En la figura 104 pues aparte de mostrarnos la base del αze y su distribu-
se muestran dos plantillas de tlachtin de diferente ta- ción en la plantilla nos denota que los lados de ésta
CIENCIAS MILENARIAS Y APLICACIONES EN EL CONTINENTE AMERICANO 95

Esquema sin escala

Zenit
orte
N

Oe
ste

Bóveda celeste

α ZE
Est
e
S ur α ZE

FIG. 104. Los puntos cardinales son del Tlachtli.


96 F ELIPE L IRA M ONTES DE O CA

Esquema sin escala

Elemento sideral

I II
Espacio medido
angularmente Parámetro

Tiempo
medido
en forma
lineal y directa

FIG. 105

nαZE

αZE

FIG. 106 FIG. 107


CIENCIAS MILENARIAS Y APLICACIONES EN EL CONTINENTE AMERICANO 97

nαZE

FIG. 108

Esquema sin escala


5 αZE

8 αZE

2½ α ZE 2½ α ZE

2 α ZE 2 αZE

2½ αZE 2½ α ZE 2 αZE

02
8 αZE 08
2½ + 5 + 2½ = 10 02
2½ + 5 + 2½ = 10 08
5 αZE 20 αZE 20 αZE

FIG. 109 FIG. 110


98 F ELIPE L IRA M ONTES DE O CA

–C, D, Bc, B y L– son parámetros límites y también de observación ocular tlachxiko fuera el centro del
para fijación por medios parametrales de la división o tlachtli, pero por razones de función y diseño multipli-
valores obtenidos directamente en los cálculos efectua- caron y desplazaron este punto a través del eje longitu-
dos. Con lo que en síntesis nos muestra que la plantilla dinal que por lo regular estaba dirigido al sector de la
del tlachtli no es sino una plantilla astronómica con bóveda celeste (Ilwikatl) y que fue fijado previamente
mediciones y cálculos terrestres. Siempre en función por la importancia de los estudios que se realizaron
de αze,, cuya misión celeste es clara y obvia. en este sector.

Pero su misión terrestre fue conjuntar las funciones Por razones de intensidad de trabajo parametral y
astronómicas que se hacían con parámetros naturales de observación en los lados D fue necesario agregar a
topográficos o geográficos, en un espacio menor; es decir, los puntos o centros del eje longitudinal otros puntos
en el espacio de la plantilla del tlachtli, sin dejar de usar de observación ocular en el área limitada por los la-
los parámetros naturales cuando fueran necesarios. dos D, convirtiendo así a esta zona en una verdadera
área de observación ocular tlachixmanki (véase figura
Así lograron nuestros ancestros tener una planti- 111).
lla calibrada para observaciones y funciones o traba-
jos referentes a elementos de la bóveda celeste y hacer La tlachixmanki era normal que tuviera una cober-
estos trabajos en forma simultánea o no con un siste- tura de 20 xomulzen y para lograrlo sus pisos estaban
ma ya previsto local o continental y a la vez poder graduados y marcados para situar puntos fijos y mo-
operar en forma unitaria en su hábitat. vibles de observación ocular. Estas graduaciones no
se pueden precisar plenamente pues sus vestigios son
Por estas razones, en centros científicos de mayor escasos en los observatorios estudiados, además, de
concentración de estudios y observaciones tuvieron la destrucción y el robo en algunos casos como Mon-
un mayor número de tlachtin, como es el caso de Río te Albán 2, Yagul y Kopan (Honduras), donde un frag-
Verde, San Luis Potosí, Tajín, Kantona, Tikal, etcétera. mento del piso se hallaba en un depósito al aire
Por lo regular, esto sucedía en los lugares de mayor libre, fuera del área del tlachtli.
importancia civil o geográfica. Otro requerimiento fue:
En las calles de Balderas, de la Ciudad de México,
(C). Tener un área exclusiva para observación ocular. fue destruido el observatorio apenas descubierto, sin
dar tiempo a estudiar los indicios de marcación en su
Teniendo calibrada la plantilla horizontal, de acuerdo piso, esto sucedió en l987 para remodelar la Biblioteca
a la unidad xomulzen, fue natural que el punto inicial Nacional. Por lo tanto la graduación y marcación de
CIENCIAS MILENARIAS Y APLICACIONES EN EL CONTINENTE AMERICANO 99

los pisos del área de observación de los tlachtin se hará tlachtin y que es el eje primordial O-Q-P formado por
en futuras investigaciones. el ojo humano, un parámetro centralizador y por el
objeto celeste en observación (véase figura 113). Otro
Sintetizando, el área de observación tlachixmanki requerimiento que debieron cumplir fue:
era y es básica en los tlachtin, pues aparte de situar los
centros de visualización, contenía la representación (D). Tener ajustes para operar su plantilla.
de la medición angular primigenia y base de su geo-
metría (véanse figuras 111 y 112). Estando ya estudiados los requerimientos (A),
(B), (C) y siendo la plantilla del tlachtin una plantilla
Es decir, contenía los valores a y b que conforma- astronómica para estudios y cálculos de la bóveda
ban el triángulo que contenía a la xomulzen (αze). Pero, celeste, era por lo tanto para nuestros antepasados
además, contenía el eje zitlalixtelolotli que regularía el un instrumento de cálculo y observación el cual debía
diseño y función de las estructuras verticales de los tener ajustes de operación (D).

Esquema sin escala

FIG. 111 Centros movibles Centro fijo


100 F ELIPE L IRA M ONTES DE O CA

F IG. 112 Esquema sin escala


P

Q
Δ

a
O

A
b

Ojo del observador αZE a ( Ikatok )


)
b ( Melaztik )
O Q P
Δ
F IG. 113 Zitlalixtelolotli

Los más elementales ajustes de un instrumento son: Los antiguos ingenieros resolvieron estos requisitos en
el diseño del tlachtli según sus necesidades ya previstas, o
El cero, que es la fijación del inicio o final de lectu- posteriormente en el observatorio ya construido.
ras o indicaciones.
En la figura 102 se habían denominado por letras
El ajuste de multiplicación o gama, que es la dis- cada lado de los tlachtin, pues bien, estos lados (o le-
minución o aumento de los lapsos o espacios en que tras) en el dibujo nos muestran su uso para la resolu-
se dividió la lectura o gama total. ción de la cuestión anterior en el diseño.
CIENCIAS MILENARIAS Y APLICACIONES EN EL CONTINENTE AMERICANO 101

Por ejemplo: en un esquema gráfico (véase figura En el caso contrario, para hacer más cortas las
114), se nota fácilmente que para un sector a de obser- lecturas, sólo se necesitaba acercar C a Cl. Esto se
vación común, reflejado linealmente en el lado C, en un conseguía haciendo más largo o corto el lado B, que
tramo dividido en cinco espacios o tiempos por medio en realidad sería el ajuste de gama o multiplicación,
de parámetros Q y con un inicio (cero) al final de X. pues modificaría las divisiones del lado C.

Pero se necesitaban las dimensiones (espacio o La misma figura nos denota que si hacían más gran-
tiempo) más amplias para a su vez subdividirlas para de o pequeño el lado Bc, el inicio o cero marcado con
mayor precisión de lectura. Para lograrlo era lógico la letra X, variaría para un nuevo inicio, por lo tanto el
que con sólo alejar C a C2 las divisiones serían más lado Bc sería el ajuste de cero.
amplias y subdividirlas para tener una visión más ex-
tensa entre parámetro y parámetro.

Esquema sin escala

observado
X
BC

A
C1 C C2

Sector
B

Parámetros Q

FIG. 114
102 F ELIPE L IRA M ONTES DE O CA

Ajuste Esquema sin escala


de gama

B
Ajuste α
BC Cero
de cero

Gama
C

BC

B
FIG. 115

Es necesario mencionar de nuevo que la letra X Los tlatchtin, cuyo diseño tenía los ajustes para las
representaba las observaciones anterior y posterior a necesidades de sus funciones específicas, nos aclaran
la observación del sector de bóveda celeste escogido por qué en sitios con varias funciones como estudios
o determinado e indicaba el inicio de la observación de ciclos, sucesos en sus cielos (13), etcétera, los ha-
de tal sector. cía incrementar el número de tlachtin, su tamaño y
dirección, para poder cumplir con todas las funcio-
Sintetizando (véase figura 115): nes previstas o imprevistas como en los casos de Río
Verde (SLP), Tajín, Cantona y Tikal, entre otros.
El espacio X eran las observaciones anteriores y
posteriores a la observación principal. Ya construidos los tlachtin, si necesitaban ajustes,
éstos se hacían con parámetros adecuados para el
El lado Bc al principio o final de esta observación cero y con paredes internas en las cabeceras
era el ajuste de cero o amplitud de X. para ajustes de Gama Menor como en Tula 2, o con
paredes exteriores para aumento de gama, como en
El lado B era el ajuste de gama. Tajín 1. En ambos casos, tales paredes estaban destina-
CIENCIAS MILENARIAS Y APLICACIONES EN EL CONTINENTE AMERICANO 103

das para posicionar los parámetros requeridos, que


)
designaremos con la letra Q y cuya posición estaría
de acuerdo a las necesidades de su función. O Q P

Estos cuatro requerimientos (A), (B), (C) y (D) no FIG. 116


eran otra cosa que requerimientos que en la parte
horizontal necesitaba el eje O, Q, P (véase figura 116) P
para su función astronómica en donde: Q

O igual al ojo humano


Q parámetro
P estrella o elemento sideral.

Ya en operaciones, la plantilla horizontal y de acuerdo


con el eje O-Q-P el, requerimiento D (ajustes de opera-
ción) fue complementado con el sistema matemático
de factorización-concepto ya en uso.

Es decir, en la marcación directa con parámetros


FIG. 117
Q en los lados A, B y C sobre todo en el lado C (véanse
las figuras 116 y 117).
XC
Para una función, ciclo o parte de ciclo marcado
por los parámetros Q1 y Q2 que representaba la medi- Q1 Q2
da Xc de tal ciclo o función sobre la base de la xomulzen
αze (véase figura 118).

Esta misma medida X servía para usarse en otro


ciclo o función y para ello bastaba tan sólo darle otro
factor adecuado para tal caso. Por ejemplo: tomando
la distancia Xc igual a un xomulnakaze que a su vez se-
ZE
α

ría la vigésima parte del ecuador terrestre e igual a


)

una xomulzen (αze) (véase figura 119).


FIG. 118
104 F ELIPE L IRA M ONTES DE O CA

Ejemplos: el planeta Venus en el sistema solar tiene


un ciclo sinódico respecto a la tierra de 584 días, y nece-
sitaría 584/20 = 29.2 días para recorrer la distancia Xc
prefijada y cuyas lecturas cotidianas las hacían para un
mismo momento (hora) calculado (Véase figura 120).

Para el planeta Marte, cuyo ciclo sinódico es de 780


días, necesitaría 780/20 = 39 días para recorrer la misma
distancia Xc en las mismas condiciones (Véase figura 121).

Por lo tanto, el factor que multiplicaría a la oktakatl


(medida) Xc para valorar el ciclo venusino sería igual
a 29.2. Y el factor que multiplicaría a la oktakatl o Xc en
el caso de Marte sería igual a 39 (véanse figuras 120 y
121).

FIG. 119

29.2 días 39 días

Xc Xc

Venus Marte
ZE

ZE
α

α
)

Factor-concepto del ciclo Factor-concepto del ciclo


FIG . 120 de Venus para Xc. FIG. 121 de Venus para Xc.
CIENCIAS MILENARIAS Y APLICACIONES EN EL CONTINENTE AMERICANO 105

Este sistema de factorización se ve claro y fácil en En la cual como se ve en la figura 123, a la vez
el manejo de los expositores líticos astronómicos que se estudia el sector de cielo principal, se puede
como la “Piedra del Sol”. observar directamente el sector de bóveda celeste con-
trario y no solamente eso, sino también se puede ob-
Véase el capítulo 22 “correlación del Tonapowlli” servar sectores colaterales. Es más si en las
con el calendario Juliano y Gregoriano y el proyecto 2 cabeceras, en los lados B, se posicionan parámetros
“Astronomía Edificaciones y Observatorios”. usando las αze (unidad de observación) de dichas
cabeceras, se observarán en forma repetitiva sec-
Para hacer aún más claro este sistema de factoriza- tores ya observados en los lados D, es decir, secto-
ción básico en el manejo matemático de sus mediciones res que servirán de enlace a la observación del lado B
véase figura 122. El seguimiento en la plantilla horizon- con la observación del lado D y a su vez lo observado
tal del ciclo sinódico del planeta Venus con sus xomulna- en D enlazará la observación del siguiente lado B del
kaze (cuadretes) ya factorizados, o sea, ya multiplicados tlachtli para una secuencia determinada (véase figura
por el factor 29.2 y en la cual se ve la facilidad de marcar 124).
sus mediciones directamente en la plantilla.
En sus sistemas coordinados y de acuerdo a la
Otro requerimiento último y complementario fue dirección de cada tlachtli se sumaba la visión de los
el (F). mismos y así obtenían nuestros antiguos astrónomos
una visión completa en el plano horizontal de la bó-
Que era poder hacer observaciones simultáneas, veda celeste con una secuencia repetitiva o mejor di-
de enlace o de seguimiento más amplio. cho de enlace entre unos y otros tlachtin del sistema
coordinado de observación local y continental, con
Esto fue de fácil solución para nuestra ingeniería lo que podrían observar y estudiar la mecánica celes-
ancestral, pues diseñaron la plantilla en la forma dual, te en los planos horizontales, pues cada tlachtli en sí
es decir, de lineamientos opuestos (no dobles); esta aparte de la observación y estudio global y general
solución es, básicamente, la razón del porqué, la plan- tenía una misión local específica que cumplir, que su-
tilla horizontal tiene la forma clásica de doble T. mada a las misiones de cada uno de los tlachtin daba
una consistencia única de investigación científica
en nuestros antiguos observatorios astronómicos. La
gran ventaja de estos sistemas coordinados, era;
que si por razones meteorológicas u otra causa, algún
tlachtin estaba imposibilitado para una observación
106 F ELIPE LIRA MONTES DE OCA

Esquema sin escala Venus


Ocultación superior

Factor = 29.2
90 días

Estrella de la mañana
Estrella de la tarde

236 días
250 días

Tlauhkopan Este

8 días Ocultación inferior


FIG. 122. Según Códice Dresde.
CIENCIAS MILENARIAS Y APLICACIONES EN EL C ONTINENTE AMERICANO 107

Esquema sin escala

Movimiento aparente

7 8

6
1

Zona de observaciones oculares


Observación Observación
contraria principal

5 2

4 3

FIG. 123
108 F ELIPE LIRA MONTES DE OCA

Esquema sin escala

FIG. 124

plena, los demás tlachtin estaban haciendo la obser- brepondremos algunos de los tlachtin mostrados en las
vación con las variantes propias del tiempo y distan- figuras 125 y 126, sin tomar en cuenta la dirección car-
cia de cada uno y siguiendo las sombras y secuencias dinal de cada uno.
de eclipses solares y lunares con la coordinación de
observatorios previamente seleccionados. Se denota la coincidencia de la unidad xomulzen
entre ellos sin importar tamaño, sólo tomando en cuen-
Para finalizar el estudio de la plantilla horizontal, ta el rumbo del universo (véanse las figuras 127, 128,
habiendo visto que cumplía con los requerimientos 129, 130, 131 y 132).
(A) (B) (C) (D) y (F) impuestos por la función
astronómica que como observatorios requerían, so-
CIENCIAS MILENARIAS Y APLICACIONES EN EL C ONTINENTE AMERICANO 109

Dirección: oeste-este y variantes FIG. 125

23.5°

17
15
10
7
1234
1234 1234 5
OESTE 12341234567
1234
1234567
1234 ESTE
1234
12341234567
1234
1234
5
7
10
15
17

23.5
°

30°

123456Teotenanko
123456Monte Albán 2
Tula 1
Xochikalko
Yaqui
Zaculeo (Guatemala)
0 50 100
ESCALA
110 F ELIPE LIRA MONTES DE OCA

Dirección aproximada hacia el norte FIG. 126

23.5°

17
15
10
7
12345
12345
12345
12345678 5
SUR 12345
12345678
1234
12345
12345678
12345 1234
12345678
NORTE
1234
12345678
1234
1234
1234 5
7
10
15
17

23.5
°

30°

12345 Chichen Itza


12345 Tikal (Guatemala)
Tula 2
Monte Albán 1
Kopan (Honduras) 0 50 100
ESCALA
CIENCIAS MILENARIAS Y APLICACIONES EN EL C ONTINENTE AMERICANO 111

150
ESCALA
FIG. 127
2α ze

Chichen Itza

100
Kopán

50
2α ze Tikal 2α ze

0
Kopan

Tikal

FIG. 128 Timgambato FIG. 129


112 F ELIPE LIRA MONTES DE OCA

2α ze FIG. 130

150
ESCALA
Tula 1

Yagul

100
50
2α ze 2α ze

Tula 1
Zaculeo

0
Uxmal

Dainzu

FIG. 131 FIG . 132


CIENCIAS MILENARIAS Y APLICACIONES EN EL CONTINENTE AMERICANO 113

Estructura del
Observatorio

YY a definida la plantilla horizontal, nuestros antiguos diseñadores e ingenieros pasaron


a la construcción de la estructura de los observatorios sobre las plantillas horizon-
tales correspondientes y asumiendo los requerimientos de ellas, además de los
requisitos propios que la función de la estructura debía cumplir para utilizar la
medición vertical ketzalxomulzen (declinación) que unida a la medición horizontal
xomulnakaze (ascensión-recta) lograba una localización espacial de los objetos
siderales.

Esta localización espacial la obtenían con el eje zitlalixtelolotli cuya utilización


los obligaba al diseño dual como en el caso de la plantilla horizontal.

O (Ojo humano) Q (Parámetro) P (Estrella)

FIG. 133

Así pues, para el diseño estructural de los tlachtin, nuestros antiguos astrónomos
e ingenieros tenían cinco elementos que coordinar para la función básica en la
estructura para la observación de los elementos siderales.

113
114 F ELIPE L IRA M ONTES DE O CA

Estos elementos eran: )


O P
1. Un eje formado por el ojo humano (O) y un
punto sideral (P), por lo regular una estrella FIG. 134

planeta (véase figura 134).

2. Una plantilla horizontal que calculada y di-


señada cumplía con los requerimientos para
observar, estudiar y calcular lo que el eje O-P
veía (véase figura 135).

3. Una unidad de observación astronómica llama-


da xomulzen, que designaremos con la sigla αze
y que fue la base del cálculo y diseño de la
plantilla horizontal. Es necesario asentar que FIG. 135

nuestros ancestros representaban a la unidad


astronómica de observación en sus
ideogramas líticos y amoxtin con un valor
de 1, 2, y 2½ αze y en un rectángulo cerrado
o en forma abierta (véanse figuras 136, 137,
138, y 139).

4. Un parámetro o parámetros en general que FIG. 136


designaremos con la letra Q.

5. El eje Tlauhkopan (oeste-este) en el equinoccio


de primavera, principal directriz en los
parámetros terrestres y celestes.

Comenzaron, como es lógico, con el manejo del


eje O-P y que en la plantilla horizontal, para darle una
dirección única en el instante de la observación, ha-
FIG. 137
CIENCIAS MILENARIAS Y APLICACIONES EN EL CONTINENTE AMERICANO 115

cían intervenir el parámetro Q, formando así el eje


unidireccional O-Q-P (véase figura 133).

Por lo tanto, el problema en el diseño estructural


fue darle verticalidad o altura al parámetro Q, y así
obtener en el eje O-P (figura 141) una observación
espacial, pues ya tenían dos dimensiones en su plano
horizontal y así complementaban con su plano verti-
cal la tercera dimensión.

Es decir, tenían tres posiciones (x, y, z ) de espacio


para posicionar el objeto sideral estudiado, que na-
FIG. 138 turalmente ellos no lo hicieron con las coordenadas
con que se conformó la figura 141, sino que lo hicie-
ron con sus propios elementos de medición horizon-
tal xomulnakaze y de medición vertical ketzaxomulli
(véanse figuras 142 y 143).

Así, para reposicionar los parámetros Q, éstos de-


bían conservar las condiciones que tuvieron en la plan-
tilla horizontal, en donde principalmente marcaban el
inicio y el final de un ciclo o parte de él; tomemos por
ejemplo el movimiento de la estrella P (figura 144), en
donde el inicio de su desplazamiento PX1, lo marca-
FIG. 139 ban con el parámetro Q1, y su posición final PX2 lo
marcaban con el parámetro Q2, con lo cual la dimen-
sión Q1-Q2 pudo ser leída y medida directamente con
el recorrido (espacio) de la estrella P, pero también la
pudieron leer o medir como el lapso (tiempo) empleado
)
en el recorrido.

O Q P
Es decir, empleaban el concepto de Tezkatlipoka-ne-
FIG. 140 gro que representa al espacio-tiempo (véase figura145),
116 F ELIPE L IRA M ONTES DE O CA

Z Esquema sin escala

Q z

X
O
Y
X
Y
FIG. 141

Xomulnakaze en la medición horizontal y ketzaxomulli en la medición vertical αZE

P
P

Q
Q

O O

αZE

FIG. 142 FIG. 143


CIENCIAS MILENARIAS Y APLICACIONES EN EL CONTINENTE AMERICANO 117

P X1 P X2

Q1 Q2

FIG. 144 FIG. 145. Tezkatlipoka-negro representa al espacio y tiempo.

en donde se denota que en la observación y La elevación de los lados fue para posicionar los
medición a las que dedicarían su diseño basado en parámetros Q, cuya ubicación no fue como en los la-
tres dimensiones de espacio, usarían otra dimensión dos de la plantilla horizontal, donde prácticamente
más, el tiempo, para interpretar en la observación y se situaban en los trazos que se habían hecho para
medición a Tezkatlipoka-negro, es decir, al tiempo-es- configurar la plantilla y que sólo eran líneas más o
pacio. menos gruesas que marcaban los lados de dicha plan-
tilla, pero que al elevarse estos lados de su posición
Para conseguir verticalidad en las observaciones inicial requerían de un apoyo para sostener, en su
con su eje O-Q-P, lo hicieron en forma obvia, pues nueva posición elevada, a los parámetros Q y una
mantuvieron su tlachixmanki (área de observación) en superficie dónde situarlos; la operación de situar o
su posición horizontal original al nivel del suelo, y le posicionar era de gran importancia por la rapidez y
dieron altura al parámetro Q elevando los lados del precisión con que debía ser hecha, por lo que esta
tlachtli D, Bc, B, C, los cuales seguirían denominándo- superficie varió en su diseño. Por ejemplo, al elevar el
le como en la plantilla horizontal con las mismas le- lado D, la superficie para posicionar el elemento Q
tras, D, Bc, B, C (véase figura 146). tuvo una nueva anchura determinada en planos hori-
118 F ELIPE L IRA M ONTES DE O CA

zontales o inclinados, según las necesidades que tu- (véase figura 154) y complementar su eje de observación
vieron para fijar el eje O-Q-P, de tal manera que el (véase figura 155). El posicionado del punto O lo ve-
diseño de esta superficie fue variado y configurado o remos más adelante.
predeterminado por cálculo según se requería, dando
un perfil vertical en los extremos del lado D; de estos Ahora, si consideramos a P como fijo y como varia-
perfiles los más conocidos son los de las figuras 147, bles a O y Q, el posicionado de uno u otro, o bien de
148 y 149. Esta superficie configurada es resultado los dos combinados, fue en definitiva la precisión en
de la longitud D y la sección de dicho perfil. En nues- la observación para obtener la certeza de los cálculos
tro estudio seguiremos considerando a esta superfi- previos hechos para tal observación por medio de un
cie como lado D (véase figura 150, la cual nos muestra eje O-Q-P.
la superficie configurada del perfil de la figura 149).
Pero esta superficie configurada D tenía sus va-
Estas superficies configuradas D las perfilaron para riantes en determinados tlachtin, sobre todo en los más
posicionar los parámetros Q, cuya función fue la ubica- “modernos“ o más cercanos a nuestros tiempos ac-
ción de los cuerpos celestes y el cálculo de los mismos tuales, por ejemplo:
en un momento de su tiempo presente y también para
cálculos de tiempos pasados y futuros con la repo- Tingambato, Teotenanko, Kantona 1, Kantona 4,
sición precisamente de estos parámetros Q, como se etc. (estas denominaciones de Kantona no coinciden
verá más adelante. con las que el arqueólogo Ángel García Kook les da en
el trabajo que ha realizado en la zona y que ha abierto
Estos parámetros Q son resultado de la necesi- el campo a la investigación general de nuestra cultu-
dad de hacer unidireccional al eje formado por el ojo ra). Véanse figuras 156, 157, 158 y 159.
humano (O) y el objeto celeste observado (P) (figura
151) y para lograr tal fin, posicionan al parámetro Q Por lo expuesto anteriormente, se ve que la su-
(figura 152), dando por resultado el eje O-Q-P (figura perficie configurada era más amplia o adecuada para
146). el trabajo de nuestros astrónomos, pues en ella pu-
dieron fijar sus parámetros Q y espejos O para deter-
Otra razón para perfilar a la superficie configura- minar espacios, ciclos y lapsos correspondientes en
da fue posicionar en ella también al punto O con el diferentes épocas de sus trece cielos, ya que posible-
auxilio de un espejo; pues en cálculos previos los pun- mente la superficie configurada la usarían de la si-
tos O y Q debían ser fijos para ubicar en el recorrido guiente manera (véase figura 160):
aparente del punto P en el momento preciso calculado
CIENCIAS MILENARIAS Y APLICACIONES EN EL CONTINENTE AMERICANO 119

Tlachixmanki C

Bc

FIG. 146

Perfiles verticales en los extremos del lado D.

FIG. 147 FIG. 148 FIG. 149

Lado D configurando la superficie


del perfil.

FIG. 150
120 F ELIPE L IRA M ONTES DE O CA

P P

~
O O

FIG. 151
)
~ )
FIG. 152

~
O Q
P
)

FIG. 153

Configuración para ubicar por cálculo a P (elemento celeste) según la posición del espejo como ojo humano y Q.

P
MOVIMIENTO APARENTE DE P
)

Q
Q

O O

FIG. 154 FIG. 155


CIENCIAS MILENARIAS Y APLICACIONES EN EL CONTINENTE AMERICANO 121

FIG. 156. Tingambato (foto: Historia del arte mexicano, SEP, INAH, Salvat).

FIG. 157. Teotenanko.


122 F ELIPE L IRA M ONTES DE O CA

FIG. 158. Kantona 1.


CIENCIAS MILENARIAS Y APLICACIONES EN EL CONTINENTE AMERICANO 123

FIG. 159. Kantona 4.


124 F ELIPE L IRA M ONTES DE O CA

Los parámetros Q, posicionados en su presente distancia futura (espacio) de 25 km. Naturalmente, el


determinando un cálculo u observación, al pasar un acervo científico registrado en sus amoxtin y el manejo
tiempo “x” determinado, pasarían a ocupar la posi- de la obtención de datos y cálculos determinaban el
ción Q1 (el numeral de los parámetros corresponde a diseño de la superficie de los lados D en su mecánica
la posición de su ubicación). Otros parámetros ocu- de posicionar los parámetros Q y los puntos O (espe-
parían la posición Q en su nuevo presente y al pasar jo) en superficies como las de las figuras y fotos 157 y
otro tiempo “x”, éstos los situarían en la posición Q1 y 158 y 159.
a los parámetros que ocupaban esta posición los ubi-
carían en la Q 2 y así sucesivamente; con los Todo esto, combinado con los parámetros adi-
parámetros ya posicionados en tiempo y espacio po- cionales externos como edificaciones, configuracio-
drían obtener un acervo de cálculos, observaciones, nes topográficas, etc., los ayudaría en el manejo de la
comprobaciones y datos pasados, y con los datos de posibilidad anterior y de las muchas y variadas que
su presente podrían obtener datos del futuro, pues si debieron tener cuando el diseño de cada tlachtli estu-
manejaban el espacio y el tiempo, era natural que viera determinado de acuerdo a las funciones a com-
manejaran la velocidad de los sucesos, con lo cual era putar en coordinación con los demás lados B1, Bc, C
sumamente fácil calcular futuros ciclos. y la tlachixmanki (área de observación ocular) que
junto con los lados D conformaban el sistema de ob-
servación de los tlachtin, los cuales todos juntos con-
Espacio
= Velocidad tenían los cinco elementos básicos de diseño que
Tiempo
sincronizados y estructurados hicieron posible la con-
Supongamos un ejemplo bastante burdo: formación estructural de cada tlachtli para el manejo
adecuado del eje O-Q-P y en cada caso fuera el ade-
Si conocemos la velocidad de nuestro automóvil, cuado para su función de observación, cálculo y me-
dición que hacían con el empleo de dicho eje, por lo
Espacio = 100 km = 100 km que el manejo de éste eje fue determinante en el dise-
Tiempo Hora 60 min ño de los tlachtin, pues desde el diseño de la plantilla
horizontal el eje O-Q-P fue tomado como el principal
de la plantilla y pasó a ser el eje directriz de la visión
Si vamos a ir a un sitio que está a una distancia de del elemento celeste, que en principio sería el objeti-
25 kilómetros, necesitaremos un tiempo futuro de 15 vo básico de sus estudios y cálculos.
minutos para llegar, o si vamos a viajar a 100 km/hora
en un futuro tiempo de 15 minutos recorreremos una
CIENCIAS MILENARIAS Y APLICACIONES EN EL CONTINENTE AMERICANO 125

TIEMPOS ESPACIOS

Q3 Q3 Q3 Q3
PASADO

Q2 Q2 Q2 Q2

Q1 Q1 Q1 Q1
TIEMPO X

PRESENTE
O Q Q Q Q

Interubicación de Q
Marcando tiempo o espacio en su presente
FUTURO

Superficie configurada o lado D

FIG. 160
126 F ELIPE L IRA M ONTES DE O CA

Así pues, el punto O en el área de observación A- Veamos en primer término la figura 161, que por
D lo hicieron tomándolo también como vértice del efectos del aire en movimiento (viento) está represen-
ángulo de visión celeste que por lo regular era igual a tada por Ehekatl. Nuestros ancestros hicieron cálcu-
dos xomulzen, y teniendo ya determinada la dimensión los astronómicos en diferentes épocas de ese tiempo
A, para fijar o tomar una distancia b a partir de la di- difícil, en este caso ocho con parámetros lunares
mensión A, sobre el eje directriz del área (que des- (cuarto creciente) en las observaciones Noturnus y
pués sería el eje directriz del tlachtli). Esta distancia con parámetros solares en su correspondiente obser-
fue aproximadamente 1.5A y determinó el valor b en vación dual de medio día. Estas observaciones diur-
su triángulo de cálculo, con lo que precisaron el valor nas-nocturnas hechas durante ocho etapas
de la xomulzen, que fue lo decisivo en el diseño de las continuadas de lapsos todavía no determinados, con
demás dimensiones de los tlachtin, que les sirvieron toda seguridad no se trató de duración de lunaciones,
para sus estudios y cálculos solar-tierra y planetarios si no que las lunaciones fueron los parámetros.
además de los puramente estelares.
En la misma figura 161 (.) en su parte inferior, vemos
Lo anterior lo podemos detectar en las tablas 1, 2 la correspondencia que debieron tener de efectos cielo-
y 3 de tlachtin, en las cuales la relación b = 1.5386A Tierra-cielo por la secuencia marcada como huellas
está presente en todos y cada uno de los tlachtin es- de pie (camino) en las observaciones cielo-Tierra y de
tudiados, sin importar dirección ni tamaño. sus cálculos y deducciones que les permitió conocer
la Tierra en esas épocas de condiciones difíciles, que
Para verificar y precisar su sistema basado en debieron ser extremosas sobre todo en cuanto a tem-
reposicionar datos tomados directamente de la inter- peratura, cuyo descenso fue provocado por vientos muy
posición de los parámetros Q en una investigación de fríos que les impidió una observación plena, abierta y
tiempo presente y hacer la reposición íntegra de los normal, pues tuvieron que protegerse en refugios casi
parámetros Q en un tiempo pasado X, y estar en po- siempre naturales o seminaturales desde los cuales
sibilidad de continuar su investigación o estudio en continuaron sus trabajos astronómicos de acuerdo a
un tiempo futuro, según la figura 160, estudiaremos las condiciones operantes.
los datos de una probable época posglacial, provoca-
da por vientos adversos a la vivencia en tal época que En la figura 163 vemos que estas condiciones ad-
los obligó a vivir en refugios naturales, y procurare- versas los obligaron, por falta obvia de movilidad, a
mos hacerlo interpretando los ideogramas del códice “enconcharse” y tener una vivencia casi de tortuga
Selden (rollo) mostrado en forma continuada en las figuras dentro de su refugio, en nuestro caso un Tekpetl (ce-
162, 164 y 166, y en las figuras 161, 163, 165, 167 y 168. rro) o una cueva que los protegió y que les permitió
CIENCIAS MILENARIAS Y APLICACIONES EN EL CONTINENTE AMERICANO 127

(⋅)

FIGS. 161-162. Las conforman las láminas I, II, III, IV, V del Códice Selden
en las páginas 102-113 del libro II “Antigüedades de México” de Lord
Kingsboruugh.
128 F ELIPE L IRA M ONTES DE O CA

(⋅ ) ( ⋅⋅
⋅⋅)

⋅⋅⋅)
⋅⋅⋅
(⋅⋅⋅

⋅⋅⋅⋅)
⋅⋅⋅⋅
(⋅⋅⋅⋅

FIGS. 163-164
CIENCIAS MILENARIAS Y APLICACIONES EN EL CONTINENTE AMERICANO 129

(⋅) ⋅⋅)
⋅⋅
(⋅⋅

⋅⋅⋅⋅)
⋅⋅⋅⋅
(⋅⋅⋅⋅

⋅⋅⋅)
⋅⋅⋅
(⋅⋅⋅

FIG. 165

(⋅ )

(⋅ )

FIG. 167

⋅⋅)
⋅⋅
(⋅⋅

FIG. 168 FIG. 166


130 F ELIPE L IRA M ONTES DE O CA

en tales condiciones conservar y seguir adquiriendo ello el flujo y acomodo de las aguas, que los obliga a
conocimientos, como lo demuestra el humano vivir su nueva era Telli (era de terraplenes) figura 165
“enconchado” pero en posesión de varios Tekpatl (con (.) para librar el nivel de las aguas de los deshielos y en
lo que se adquiere el conocimiento), y que les permi- lo posible dar a la vegetación natural el apoyo huma-
tió variar las condiciones dentro de sus refugios y fue- no como también lo muestra el códice. Como en el
ra de ellos. Figura 163 (.). caso de la era Chikomoztok datada desde las vivencias
prehistóricas de las cavernas hasta los eventuales re-
Una vez pasadas las crisis meteorológicas adversas, fugios por fenómenos meteorológicos de gran dura-
tales conocimientos adquiridos les permitieron reco- ción, fueron usadas por nuestros ancestros para su
menzar su vivencia normal fuera del refugio. Estos organización social.
conocimientos debieron ser generales como vida social,
moral, filosófica, matemática y la maduración de todos En el caso de la era Chikomoztok no se refiere a la
sus acervos culturales adquiridos. traducción literal “siete-cuevas”, sino a la concepción
filosófica del número siete como varios o muchos, que
También les fue posible seguir su vida de inves- es el caso también del número cuatrocientos que en
tigaciones astronómicas, como se ve claramente en igual concepto no se refiere a la cantidad, sino a la
la figura 163 (...) la continuación de la ruta Tempatl- acepción como “muchos” o “varios”. Hecha esta acla-
Zitlalli, ruta de obtención y búsqueda de conocimien- ración continuamos. Una vez terminada la energía, cau-
tos estelares, es decir, continúan con su astronomía sa que provocó la posglaciación, dan por terminada su
confinada temporalmente. (Véase el proyecto núm. 6 ruta de estudios astronómicos que iniciaron a la salida
“Inicio y reinicio de las observaciones y estudios de sus refugios, figura 165 (..). Recomienzan su viven-
astronómicos en Mesoamérica”.) cia normal y sus nuevos conteos de 52 translaciones
terrestres como lo muestra el códice en el encendido
En la misma figura 163 (....) vemos también que del fuego nuevo (xiuhmopilli), figura 165 (...). Ya en su
aparte de la ruta de estudios astronómicos, reinician la vivencia normal, con conocimientos nuevos de la Tie-
nueva secuencia de construcción o reconstrucción de rra y con experiencias como las sufridas en la época
sus centros de estudio y tlachtin y el reacondiciona- posglacial, convierten lo que fue su refugio o refugios
miento de otras regiones conocidas y que en el códice en parte de su hábitat, figura 165 (....) y a la vegeta-
están representadas como cerros. ción natural de sus regiones la transforman en una
agricultura formal, figura 168 (.), adecuada para su
Cuando sube la temperatura al ausentarse los vien- nueva vivencia y para revitalizar al humano, como lo
tos fríos es natural que sucedan los deshielos y con muestra el códice, figura168 (..), en que la mujer zipaktli
CIENCIAS MILENARIAS Y APLICACIONES EN EL CONTINENTE AMERICANO 131

(Tierra) energiza por medio de esta agricultura al cen- no de palabras, pues un dibujo o un esquema dice
tro e impulsor humano (corazón) y lo introduce al más que un conjunto de fonemas escritos. Es por esta
cuerpo a través de la abertura pectoral para darle vida razón que la adquisición de energía o energías, nues-
como lo muestran los humanos que con su pecho tros ancestros la representaban en un diagrama como
abierto, es decir, con la “puerta” abierta, por donde la exposición del corazón para lograrlo.
entró la energía a su corazón éste lo distribuirá como
nutriente, o sea, la sangre por todo el cuerpo para Para entenderlo basta un simple ejemplo: la ener-
darle vida y movimiento, como se ve en el ideograma gía térmica calorífica dada por el Sol a nuestra Madre
de la figura 167 (.) y por el color azul esbozado en él. Tierra es Vida. En nuestros antiguos ideogramas, la
Recuérdese que en nuestra ancestral cosmogonía el obtención de esta energía la representaban como
color azul representa movimiento. la exposición del corazón humano a la fuente que la
daba, es decir, al Sol.
Esta somera interpretación del rollo Selden fue
para confirmar que nuestros antepasados tenían sis- Y los españoles, que no podían interpretar las pa-
temas operativos de observaciones pasadas para co- labras de nuestros idiomas, menos iban a poder in-
ordinar con sus estudios y cálculos de las terpretar las ideas de nuestras culturas. Es por eso
observaciones en sus tiempos presentes, para prever que al concepto de adquisición u obtención de la ener-
y calcular lo que observarían en sus tiempos futuros. gía vital en nuestros ideogramas ellos (los españoles)
(Véase capítulo 12 “Breve recordatorio de matemáti- lo interpretaron como una ofrenda de la víscera
cas y esquema simple de su cosmogonía” y capítulo cardiaca a un dios para que renaciera la luz solar
18 “Mito de los sacrificios humanos”.) cotidianamente. Otra gran tontería interpretativa de
los invasores, pues bastaba sólo con ver el milenario
Por su importancia en el conocimiento de nues- ideograma del ilwitl (día) –figura169–, que es la rota-
tra historia, se debe insistir sobre la interpretación ción terrestre sobre su propio eje.
del ideograma, figura 168 (..) y figura 167 (.), de la
energización del cuerpo humano a través de la sangre En dicho ideograma vemos la iluminación de la
y por supuesto de su distribuidor, o sea, el corazón. parte de la Tierra expuesta al Sol en su rotación diaria
durante su tlalohtli, o sea, su camino o viaje elíptico
La interpretación equivocada que de ella hicieron en el Ilwikatl (cielo). Nótese la relación que nuestros
los españoles es comprensible pues ellos no podrían ancestros dieron al nombre del día (ilwitl) con la con-
entender una cultura con bases científicas y con ex- cepción de la Tierra en el espacio celeste (Ilwikatl).
posición directa de las ideas a través de diagramas y
132 F ELIPE L IRA M ONTES DE O CA

Por lo tanto, es claro que no necesitaban la “ayu- Lo que no es obvio, y se nota tendencioso, es que
da” de ningún dios, ni pagar esta ayuda con una ofren- tal interpretación se fomentara en los tiempos de La
da cardiaca. Es obvio que los españoles hicieran esta Colonia y que aún en las últimas décadas algunos in-
interpretación a su llegada, pues no conocían nuestra vestigadores la acepten como un dogma.
cultura ni los adelantos astronómicos de ella.

SOL

SOL

FIG. 169. Milenario ideograma del Ilwitl (día) o rotación terrestre sobre su propio eje.
CIENCIAS MILENARIAS Y APLICACIONES EN EL CONTINENTE AMERICANO 133

Afortunadamente, en la actualidad, con estudios rio y clásico de los tlachtin siguiendo siempre el diseño
multidisciplinarios, se trata de abordar temas como dual de la plantilla horizontal (véase figura 170), en el
éste en forma más razonada y científica. (Véase capí- cual predominan los accesos a los lados D para la ope-
tulo 18 “Mito de los sacrificios humanos”.) ración rápida y precisa de posicionar los parámetros
Q. (Véanse las figuras 171, 172, 173 y 174 en las cua-
Bajo estas condiciones de conocimientos, experien- les se detecta el diseño dual mencionado.)
cia y necesidades, llegaron al diseño estructural prima-

FIG. 170
134 F ELIPE L IRA M ONTES DE O CA

FIG. 171. Chichen Itza. Maqueta del


Museo Nacional de Antropología.

FIG. 172. Kopan.

FIG. 173. Tula 1.


CIENCIAS MILENARIAS Y APLICACIONES EN EL CONTINENTE AMERICANO 135

FIG . 174. Monte Albán I.

FIG. 175. Ikzemitlachianine.

En la figura 175 (.), se muestra la representación de la


observación humana en la imagen de un observador
astrónomo (Ikzemitlachianine) la cual se identifica gene-
ralmente por los parámetros Q sostenidos en la cintura
a veces simbólicamente por la plantilla receptora co-
nocida actualmente como yugo. Y en la foto 176 se
muestra la operación humana de fijar o posicionar
los parámetros Q (.) y se hace con la imagen de un
ixketlaloni (posicionador), que se identifica por llevar una
petaquilla (..), figura 176 de tlatzkiltilli (masilla adheren-
(.)
te o pegamento), para fijar los parámetros Q en forma
permanente o temporal; también lo distingue su rodi-
llera de protección para hincarse continuamente en su
operación de ubicar los parámetros. (Véase capítulo 6
“Parámetros y cursores”.)

Como ya se había dicho antes, las funciones princi-


pales de estos parámetros Q eran marcar para medir
directamente tiempos o espacios y hacer unidireccio-
nal el eje O-P, formado por el ojo humano y la estrella
observada y convertirlo en el eje O-Q-P.
136 F ELIPE L IRA M ONTES DE O CA

Ya conformado este eje zitlalixelolotli su manejo o


uso lo hicieron en dos opciones básicas: La primera
en forma directa: ojo humano (O) parámetro (Q) es-
trella (P) (véase figura 177).

En este manejo directo se ayudaron a veces de


espejos horadados, (véanse figuras 178 y 179) y de
orificios más sofisticados (figuras 179 y 182). Estos orificios
debieron fungir como puntos O, pero también pudieron
operar como parámetros Q. Usaron también los co-
nocidos tetlachko, aro con orificio de mayor tamaño
empotrados en los lados D de los tlachtin, que por ser
fijos los empleaban en observaciones y cálculos de
ciclos de duración conocida, ya fueran estelares o re-
feridos al sistema Sol-Tierra, (véanse figuras 180, 181
y 183).

) . .
(..)
O Q P

FIG. 177

FIG. 176. Ixketzaloni.

123
123
123
123
) 123
123 . .
123
O 123 Q P

FIG. 178
CIENCIAS MILENARIAS Y APLICACIONES EN EL CONTINENTE AMERICANO 137

) . .
12345
12345
O 12345 Q P

FIG. 179

FIG. 180

FIG. 181
138 F ELIPE L IRA M ONTES DE O CA

FIG. 182. Museo Nacional de Antropología.

FIG . 183. Xochikalko.


CIENCIAS MILENARIAS Y APLICACIONES EN EL CONTINENTE AMERICANO 139

La segunda opción del manejo y uso del eje fue altura es de aproximadamente un metro y es común
en forma indirecta; con espejos de obsidiana, jade, a todos tlachtin estudiados.
cristal sobre oro o plata, etc., de forma plana o cón-
cava (véanse figuras 184 y 185). Éstos tenían como El diseño dual de los tlachtin fue lo que permitió
función hacer fijo el punto O (ocular) una vez que hacerlo. Véanse figuras 186 y 187, última que mues-
hubieran posicionado al espejo en la colinealidad del tra cómo posicionaban el espejo en el lado D contra-
eje Q-P que el ojo del astrónomo debía captar por rio al otro lado D donde se encontraba el parámetro
medio del reflejo en el espejo y para lograrlo debía Q que conformaba, con el objeto celeste observado,
situarse adecuadamente. el eje Q-P, al cual se alineaba el espejo O para obtener
el eje unidireccional O-Q-P.
El situarse en forma firme y adecuada lo conse-
guían al apoyar sus manos a una altura H de 90 a 100 cm Naturalmente que las leyes elementales de la ópti-
actuales, que es la altura H de la pared D hasta su borde ca de reflexión en los espejos planos o cóncavos esta-
para dar comienzo a las superficies configuradas. Esta ban implícitas en esta mecánica de observación, ya

FIG. 184. Espejos de jadeíta.


Museo Nacional de
Antropología.
140 F ELIPE L IRA M ONTES DE O CA

FIG. 185. Espejo de obsidiana


enmarcado en madera refleja
estatuilla. Museo Natural de
Historia, Nueva York.

fueran por cálculo o experimentación directa al colo- 1. El rayo incidente, la normal y el rayo reflejado
car el espejo en el plano horizontal o inclinado de la se encuentran en el mismo plano. (Véase
superficie configurada o lado D, (véanse figuras 193, figura 188.)
194 y 195), así como la foto del portaespejo.
2. El ángulo de incidencia es igual al ángulo de
En estas figuras se denota el mecanismo tan fun- reflexión (véase figura 188). Espejos cóncavos
cional para posicionar el espejo, que era tan preciso (véase figura 189).
como el usado en el posicionado de los parámetros
Q (“palmas”) (ver capítulo 6 “Parámetros, cursores, 3. El rayo que llega al espejo cóncavo paralelo al
palmas, yugos, aros, rieles, candados, etc.”) eje principal se refleja pasando por el foco.
(Véase figura 190.)
Algunas de las leyes elementales de óptica men-
cionadas con anterioridad son espejos planos:
CIENCIAS MILENARIAS Y APLICACIONES EN EL CONTINENTE AMERICANO 141

) )

FIG. 186. Primera opción.

12
12
12
)

FIG. 187. Segunda opción.


Normal

In
cid
en
te
do
ja
fle
Re f c
β
α R

Distancia focal
= —Radio
—————
FIG. 188 FIG. 189 2
142 F ELIPE L IRA M ONTES DE O CA

4. El rayo que llega al espejo pasando por el foco


se refleja paralelo al eje principal. (Véase figu-
ra 191.)

f c En cuanto a los espejos de agua usados como


complementarios en los tlachtin y que nuestros
) ancestros usaban para observaciones zenitales, de
alerta y de preparación de futuras o próximas obser-
FIG. 190
vaciones predeterminadas, éstos tenían un nivel cons-
tante de agua por medio de un drene o desagüe según
se tratara de recipientes o depósitos (véase figura 192).

f
.
)

FIG. 191

12345
1234 12345
1234
1234 12345
1234
1234 12345
12345
1234
1234 12345
12345
1234 12345 H
1234
1234 12345
12345678901234567890123456789012123456789012345678901234567890
12345
1234
12345678901234567890123456789012123456789012345678901234567890
12345
123412345678901234567890123456789012123456789012345678901234567890
12345

FIG. 192
CIENCIAS MILENARIAS Y APLICACIONES EN EL CONTINENTE AMERICANO 143

)
FIG. 193

P
Q P
Q
O O

) )

FIG. 194 FIG. 195


144 F ELIPE L IRA M ONTES DE O CA

La altura del drene era para tener una capa fija de te y en forma continuada por generaciones, inde-
agua que les daría un error constante por refracción pendientemente de los problemas y adversidades
debido a la diferencia de densidad del aire y del agua y propias para cumplir su misión a través de centurias
que al hacer sus observaciones y mediciones directas y milenios, lo cual podemos percibir a través de la
iba incluido en tales observaciones, medidas o cálcu- información olmeka, de donde se deduce que esta
los, que habían hecho ayudados por los parámetros constancia operativa fue la que les dio su gran avance
colocados en el fondo del espejo, principalmente ca- astronómico.
nicas o rodajas pétreas coloreadas o a veces indica-
ciones o marcas talladas en dicho fondo. (Véase Para comprender mejor esto volvamos a realizar un
capítulo 8 “Espejos de agua”). viaje imaginario al pasado, situándonos en su tiempo y
tomando un ejemplo sencillo, hagamos una observación
Con el uso de los diferentes tipos de espejos com- como ellos la hacían, observemos el ciclo sinódico del
plementaron su segunda opción del manejo de los planeta Venus, que para nuestros ancestros, según el
ejes O-Q-P. Habiendo mostrado al tlachtli desde amoxtin (códice) “Dresde”, sus tiempos eran, como es-
su plantilla horizontal calculada de acuerdo a la uni- trella matutina 236 días, una ocultación de 8 días, como
dad de observación αze y a la estructura de tal plan- estrella vespertina 250 días, otra ocultación de 90 días,
tilla y esta estructura diseñada para el uso y manejo para una duración total de 584 días (véase figura 196).
de los ejes mencionados, y los apoyos de algunos
medios de operación como parámetros Q, y por Así, situados ya en su tlachixmanki (área de obser-
los espejos O y faltando por mostrar los sistemas vación) marcamos con el parámetro Q1 en el lado C del
en las esquinas de algunos tlachtin que les ayuda- extremo norte, el inicio de Venus como estrella matu-
ron posteriormente con el seguimiento cotidiano tina (véase figura 198). Al final de la trayectoria como
de la tlalohtli, o sea, la traslación terrestre en el estrella de la mañana, que duró 236 días, marcamos
plano eclíptico, así como otros sistemas adicionales este final con el parámetro Q2 en el lado C (sur).
dentro de los mismos observatorios y en forma de
instrumentos manuales que también operaron en Después habrá una ocultación de 8 días cuyo final
sus orientaciones, cronometría, calendarios y en otras será el principio como estrella vespertina marcando
funciones, y sobre todo por la participación humana con el parámetro Q3 y al cabo de 250 días terminaría
como el ilwikamationi (astrónomo), el: ikzemitlachianine su trayectoria como estrella de la tarde, lo cual mar-
(observador), el fijador de parámetros y espejos el caríamos con el parámetro Q4 y a partir de este
ixketzaloni y el palewiani que era el ayudante general, el parámetro comenzaría otra ocultación que duraría 90
desempeño humano, aunque realizado por individuos, días y que terminaría en Q1 que ya habíamos marca-
fue hecho y planeado para llevarse a cabo diariamen- do como inicio de los ciclos sinódicos venusinos. Con
CIENCIAS MILENARIAS Y APLICACIONES EN EL CONTINENTE AMERICANO 145

esta marcación directa usando los parámetros Q1, Q2, Era natural que los xomulnakaze estuvieran
Q3 y Q4, obtuvimos los resultados exclusivamente en ya marcados en el tlachtli, pues eran en realidad la
tiempos del ciclo estudiado (véase figura 198). representación de la unidad astronómica de observa-
ción αze con la cual los antiguos astrónomos habían
En nuestra imaginaria estancia en el pasado, ha- dividido en 20 partes el ecuador celeste y el ecuador
ciendo esta simple observación en su tiempo y con terrestre.
sus medios, nos dimos cuenta que los parámetros
usados, Q1,Q2,Q3, y Q4, tenían formas diferentes para Pues bien, estos parámetros Q usados en la mar-
cada una de las marcaciones hechas para realizar los cación en el observatorio, tenían formas diferentes
cálculos del tiempo del ciclo, ayudados por su siste- de acuerdo a su función operacional y cuyo estudio
ma vigésimal de los xomulnakaze, y de su sistema de de sus formas todavía no se ha hecho.
factorización que nos daría un valor de 29.2 días por
cada xomulnakaze (véase figura 197).

Ocultación 29.2 días


superior

Marte
90

250
236

Venus

Ocultación
inferior Tierra

FIG. 196. Ciclo sinódico del planeta Venus. FIG. 197


146 F ELIPE L IRA M ONTES DE O CA

90 días

Q4 Q1

ESTE
OESTE

236 días
250 días

Q3 Q2
8 días
C
B

D P Q1 – Q 2 Estrella matutina
Q2 – Q 3 Ocultación inferior
Q3 – Q4 Estrella vespertina
C Q4 – Q1 Ocultación superior

FIG. 198. Marcación directa del ciclo sinódico de Venus usando los parámetros Q1-Q2-Q3 y Q4.
CIENCIAS MILENARIAS Y APLICACIONES EN EL CONTINENTE AMERICANO 147

Estos parámetros Q de uso en el tlachtli mismo, Continuando en nuestra imaginaria estancia en su


hoy los conocemos como “Palmas”, (véanse figuras tiempo, después de haber determinado y marcado los
199, 200 y 201 del Museo Nacional de Antropología, tiempos del movimiento aparente de Venus,
la figura 202 del museo regional de Xiuhtetelko y la hubo que precisar en un instante determinado la alti-
figura 203 del museo de Xalapa en las cuales se nota tud del planeta y para hacerlo nos auxiliamos de
en la parte inferior su sistema para la fijación precisa y un iknextilwaztli, o sea, de un instrumento indicador
rápida en la marcación de sus observaciones). que era una tablilla de madera con un brazo de orien-
tación hacia el objeto en estudio y cuyo sistema de
El sistema o método para la fijación se estudiará en medición angular era similar al de un cuadrante del
el capítulo 6 “Parámetros, palmas, yugos, etcétera”. Hunab-ku maya. Pero con un mecanismo de opera-

FIG. 199. Museo Nacional de Antropología. FIG. 200. Museo Nacional de Antropología.
148 F ELIPE L IRA M ONTES DE O CA

FIG. 201. Museo Nacional


de Antropología.

FIG. 203. Museo de Xalapa.

FIG. 202. Museo de Xiuhtetelko.


CIENCIAS MILENARIAS Y APLICACIONES EN EL CONTINENTE AMERICANO 149

ción muy funcional para lograr la marcación directa Este lado a serviría también como parámetro Q
de la altura del objeto observado y que la medición en del punto de giro del brazo indicador tomado como
sus cálculos fuera dentro de valores de 0 (cero) a 1 punto O; pero si la localización fuera de 2½ αze (45º)
(uno) y de 1 (uno) a 0 (cero), además de que la indica- hasta 5 αze (90º) la referencia directa de la localiza-
ción de la altura dada por el brazo indicador tuviera ción sería de mayor dimensión y fuera de la tablilla y
una referencia cómoda y accesible para el astrónomo tendiendo al infinito (véase figura 205).
o usuario, por ejemplo, para una indicación de una
altura cuyo ángulo de localización fuera de cero hasta Para evitar esta situación la solución que le dieron
2½ αze su referencia sería en el lado a del mismo nuestros antiguos matemáticos fue sencilla, basada
cuadrante de la tablilla y en el caso de un ángulo de en la dualidad, haciendo que el cuadrante tuviera dos
2½ αze el valor de la referencia tendría el valor total lados graduados a y a’ iguales ambos con graduaciones
del mismo lado a (véase figura 204). equivalentes a lectura de 0 a 2½ αze a partir de su unión
con los lados b y b’ que también serían iguales y per-

INFINITO

REFERENCIA
REFERENCIA

a
a = Q

b FIG. 204 b FIG. 205


150 F ELIPE L IRA M ONTES DE O CA

pendiculares entre sí (véase figura 206), y así obtener sus


graduaciones de cálculo a y a1 con valores de 0 a1 en
donde su valor de 1 sería cuando a=b y a’=b’ que sería
cuando la lectura fuera 2½ αze.
0 1
La mecánica de lectura en el cuadrante la hacían
a’ de 0 a 2½ αze en el lado a y a partir de su unión con b,
0 1 pero a partir de su unión con a la lectura sobre este
lado era de 2½ αze a 0; de donde los cálculos de me-
dición según su relación geométrica tenían una se-
cuencia corrida de 0 a1 y de 1 a 0 en sus lecturas.
b’
2½ α ZE
a La lectura de 1 a 0 sería en el lado a’. Con lo cual
indicaban y medían la lectura angular correspondien-
2½ α ZE te en el cuadrante del círculo inscrito con graduación
0 FIG. 206 confirmada de 0 a 5 αze (véase figura 207).
b 0

Una vez descrito el Iknextilwaztli lo usamos en la con-


tinuación de nuestro estudio de los movimientos aparen-
tes de Venus, utilizando el lado b como indicador del
horizonte, dirigimos el lado b hacia la perpendicular pro-
0 yectada por el planeta Venus al horizonte y movimos el
2½ α ZE brazo indicador del instrumento en dirección al planeta,
a consiguiendo automáticamente el ángulo en el instrumento
1 2 que nos determinaba la altitud (declinación) de Venus en
2½ α ZE
5 el instante determinado (véanse figuras 208 y 209).
4 2½
3 α
ZE
2 Regresando de nuestra imaginaria estancia en el
2
pasado y estando ya en nuestro presente, quedamos
convencidos de la sencillez y precisión con la que
1 1
nuestros ancestros hacían sus marcaciones directas
en sus observaciones y cálculos con sus medios, sis-
temas e instrumentos. Lo que explica la eficacia que
0

0 FIG. 207
b
CIENCIAS MILENARIAS Y APLICACIONES EN EL CONTINENTE AMERICANO 151

ZENIT
HORIZONTE

a’

a
SUPERFICIE
b’ CONFIGURADA
b
FIG. 208

Punto O

estos medios aparentemente simples les dieron en el fragmento de un ideograma lítico que muestra una
manejo de la mecánica celeste. función astronómica realizada por el humano a través
de un iknextilwaztli (instrumento indicador) (véase fo-
En Mixco el Viejo, Guatemala, el autor tuvo la opor- tografía de la figura 209).
tunidad de ver un instrumento del tipo del descrito
antes pero no le fue permitido fotografiarlo, ni siquiera El estudio e interpretación de dicho instrumento
tocarlo, por su extremo deterioro a través del tiempo. no se ha precisado todavía, porque la pieza exhibida
es sólo un pedazo del ideograma completo, pero por
Según su poseedor, era una tablilla para medir el su contenido es suficiente para precisar su función de
tiempo, y por la reconstrucción mental de lo que se indicación y cálculo.
vio, es muy posible que así fuera, pues en los vestigios
de su tallado se notaban referencias a los xomulnakaze Además del adecuado y buen desempeño de sus
y otras líneas rectas y curvas de las que no se logró medios y complementos de operación se debe cons-
precisar su función, pero sin duda, la tablilla debió tatar la gran cantidad de tales medios como tlachtin,
tener una función astronómica. etcétera, que había y operaban en Mesoamérica. En
México hay registrados más de 600 tlachtin, aunque
Pero hay otras evidencias de este tipo de instru- naturalmente la cantidad era mayor.
mental; en el Museo Nacional de Antropología hay un
152 F ELIPE L IRA M ONTES DE O CA

P
Venus

Bóv
eda
cele
ste
Horizonte

Zenit

) α a
b

0 1
0 1 2 2½

5 4
3 2
2 P
Al zenit

1 1

0 0
0
Al horizonte
FIG. 209. MNA.
CIENCIAS MILENARIAS Y APLICACIONES EN EL CONTINENTE AMERICANO 153

Esta cantidad nos dice del gran desarrollo de la elementos requeridos en sus estudios y los cambios a
ciencia astronómica en Mesoamérica y en el conti- través del espacio-tiempo (Tezkatlipoka-negro),
nente, y se debe tomar en cuenta la operación en provocando el movimiento (Tezkatlipoka-azul) de la ma-
conjunto de todos y cada uno de ellos en la coordina- teria y energía (Tezkatlipoka-rojo) que generó la vida en
ción continental, que los obligó a un cálculo matemá- la Tierra (Tezkatlipoka-blanco)conocido como Ketzalkoatl
tico previo para la ubicación de cada uno de los cuando se trata de la vida humana.
centros científicos (hoy conocidos como zonas ar-
queológicas), para conformar su sistema de observa- Por lo expuesto hasta aquí se detecta que el tlachtli
ción y cálculo, de acuerdo a los estudios que se era un medio que operaba como una planilla celeste
efectuaban en los centros científicos de cada hábitat, de y para cálculos terrestres, pues a través de su apli-
para que la relación matemática entre centro y cen- cación y operación del conocimiento de la mecánica
tro estuvieran de acuerdo al sector de su “cielo” que celeste condicionaba a la naturaleza y vida humana
les correspondía estudiar en la coordinación general en la Tierra al conocimiento celeste a través de la cien-
del estudio de los elementos existentes observados a cia astronómica, por lo que bien pudiera considerarse
simple vista en la bóveda cósmica y debieron haberlo al tlachtli como una “ecuación viva” de cuatro varia-
hecho a través de una gran extensión territorial, para bles y una constante. Como resultado el conocimien-
lograr el conocimiento de la mecánica celeste de los to requerido:

[
Tlachtli= αze O + M + C H
]
En donde:

αze = Unidad astronómica de observación


O = Observación
M = Medida
C = Cálculos
H = Hábitat
CIENCIAS MILENARIAS Y APLICACIONES EN EN EL CONTINENTE AMERICANO 155

Capítulo 2.
Unidad astronómica
de observación (αZE)

PP ara comenzar este capítulo, se debe aclarar que debió ser el capítulo 1, pues como
se precisó en el capítulo anterior, la unidad de observación fue descubierta y
determinada milenios antes de su empleo básico en la invención y diseño de
los tlachtin, pero por secuencia en el estudio de tales observatorios astronómicos
en el continente, se tomó a los tlachtin como capítulo 1 y así se dejó, pues no
afectaba al estudio este orden.

Así que retomando el tema de la xomulzen, que fue determinada por observa-
ción directa de los ejes interestelares de figuras imaginarias formadas por dichas
estrellas, en este caso las figuras eran triángulos (véanse los cuadros 4 y 5, en el
capítulo 1).

Dada la antigüedad de nuestra cultura, la determinación de la xomulzen y


sus consecuentes derivaciones en los avances astronómicos debieron ser hechas
en “cielos limpios” de pocas nubes o sin ellas, que les permitieron una continuada
visualización a simple vista, lo cual debió suceder en climas de bajas temperaturas,
de poca vaporización de agua para formar nubes, por lo que pudo ser en la última
glaciación (Wisconsin) que como es natural, en zonas cercanas al Ecuador, las
155 condiciones eran menos drásticas que en el Sur o Norte del continente.
156 F ELIPE L IRA M ONTES DE O CA

Así, nuestros ancestros tuvieron sobre todo en la conchas o corazas de tortugas y armadillos gigantes,
zona mesoamericana condiciones de observación y así como conchas de los gliptodontes, que por tener
cálculo de seguimiento continuo que les permitió con- dimensiones aproximadas de 2.5 m de longitud y 1.5 m
solidar las derivaciones propias del conocimiento de ancho y altura era posible habitarlas para prote-
de la xomulzen, las principales fueron la división en 20 gerse de las inclemencias meteorológicas y que nues-
partes del Ecuador celeste y la misma división en su tros antepasados rememoraban en sus amoxtin
parte vertical de la bóveda. históricos.

En estas condiciones, los avances en sus ciencias Lo anterior fue confirmado por las investigacio-
astronómicas, botánicas, matemáticas, biológicas, nes del doctor Ameghino, que en el Río Frías, cercano
etc., debieron ser muy considerables, pese a las con- a Buenos Aires en la actual Argentina, logró hallazgos
diciones propias de la glaciación, así como del vulca- consistentes en restos humanos y de fogatas fosiliza-
nismo activo que afectaba la conformación geológica dos y otras evidencias dentro de conchas prehistóricas
de las zonas en tales épocas, por lo que las soluciones que comprueba que fueron habitadas por humanos.
de los problemas que enfrentaron y que tuvieron que Estos hallazgos y sus estudios sitúan al hombre
resolver, les dieron una gran capacidad para acumu- amerindio en el final del Terciario.
lar conocimientos para su aprovechamiento vital en
su presente y futuro. La confirmación del doctor Ameghino, en cierto
modo, es reconfirmada por datos mesoamericanos de
Pero por datos en sus ideogramas líticos y amoxtin los pocos ideogramas líticos conocidos que mencio-
se detecta que el sostenido y continuado avance en sus nan o muestran en su conformación ideológica esta
ciencias, sobre todo en la astronómica, fue parcial- protección o símbolo proteccional de las conchas,
mente suspendido, pues un recrudecimiento de las principalmente de tortuga; también este símbolo se
condiciones meteorológicas en la mencionada era gla- denota en amoxtin como “el Códice Rollo- Selden”,
cial o en un periodo posglacial que los obligó a refu- mostrado en la figura 214. (Véanse también las figu-
giarse, como era natural, para proteger su vivencia ras 210, 211, 212, 213 y 215 del Museo Nacional de
cotidiana. Sufriendo los consiguientes impedimentos Antropología de México y la figura 216 del Museo de
en su avance cultural, su capacidad creativa y su afán Xalapa, y en la figura 217 a la “Gran Tortuga” de
por conseguir el saber les hicieron sortear en la mejor Quirigua, Guatemala.)
forma los impedimentos de tal situación, que aunque
les hizo vivir épocas casi prehistóricas en las cuales Para profundizar en esto, consúltese el proyecto
los ancestros de nuestros ancestros también tuvieron núm. 6 “Inicio y reinicio de observaciones astronómi-
que habitar lugares protegidos como cavernas y aun cas en Mesoamérica”.
CIENCIAS MILENARIAS Y APLICACIONES EN EN EL CONTINENTE AMERICANO 157

FIG. 210

FIG. 211

FIG. 212
158 F ELIPE L IRA M ONTES DE O CA

FIG. 213. Museo Nacional


de Antropología.

FIG. 214. Códice o Rollo Selden.

FIG. 215. Museo Nacional


de Antropología.
CIENCIAS MILENARIAS Y APLICACIONES EN EN EL CONTINENTE AMERICANO 159

FIG. 216. Museo de Xalapa. FIG. 217. Museo Nacional de Antropología.

Por ser en realidad escasos los conocimientos de ción, orientación, cronometría, etc., propios del tlachtli
estos datos, el tema no ha sido estudiado a fondo por para complementar las funciones del observatorio con
nuestros investigadores actuales. las de un gran instrumental de marcación directa en
las observaciones y cálculos, para lo cual contaba con
Así fue la vivencia y el batallar de nuestros ances- parámetro y sistemas apropiados y que, además, en
tros para lograr sobrevivir en situaciones difíciles, que algunos casos tenía aditamentos complementarios
les rememoraban las situaciones similares de su pre- para funciones como en la determinación cotidiana
historia y que a su vez sus ancestros vivieron. Pero de la tlalohtli (eclíptica) como se verá más adelante.
nuestros antepasados en las épocas difíciles de la
glaciación o posglaciación mencionadas, tenían ya un El instrumento xomulwaztli estaba formado por
avance cultural que les ayudó en la supervivencia y, dos barras de madera cruzadas y unidas en su centro
dentro de condiciones limitadas, seguir avanzando con giro forzado para conservar la posición de las
en sus conocimientos generales, acrecentando su barras o brazos después de haber sido giradas (véanse
acervo general, sobre todo el astronómico, que fue figuras 218, 219 y 220), de una reproducción de tal
apoyado básicamente por el conocimiento de la instrumento el cual tenía en uno de los brazos cuatro
xomulzen, sus matemáticas, por lo que fue su primer ranuras previamente calculadas que servían para mar-
instrumento astronómico el xomulwaztli, que facilitó el car los valores principales de la medición angular
uso y manejo de tal unidad y que posteriormente pasó 1αze, 2 αze, 2½ αze y 5 αze.
a formar parte de los demás instrumentos de medi-
160 F ELIPE L IRA M ONTES DE O CA

FIG. 218

FIG. 219

FIG . 220
CIENCIAS MILENARIAS Y APLICACIONES EN EN EL CONTINENTE AMERICANO 161

La marcación de estos valores la hacían por sim- Este uso y manejo del xomulwaztli, no sólo fue de
ple tacto y a plena oscuridad en sus observaciones campo, sino que nuestros antepasados lo debieron
nocturnas, pues al girar los brazos de su instrumento, hacer también en sus centros de cálculo y observa-
bastaba tan solo al observador introducir la uña en la ción, como lo demuestra la figura 222 (Códice Bodley
ranura correspondiente al valor deseado y ésta servi- A-2) y otra certificación similar se ve en la figura 223 y
ría de tope para obtener en la medición el valor angu- como es natural, siguieron usando este instrumento
lar requerido (véase la figura 221). hasta complementarlo con los tlachtin como se ve en
la figura 224, correspondiente al Códice Bodley A-2, y
La razón que debieron tener para fijar por tacto el de este mismo Códice, las figuras 226 y 230.
ángulo de medición en su instrumento fue para evitar
la luz artificial como hogueras, teas, etc., para ver mar-
cas o lecturas en sus instrumentos, igual como lo ha-
cen los astrónomos actuales que evitan cualquier luz
artificial cuando hacen sus observaciones.

FIG. 223

FIG . 221

FIG . 222 FIG . 224


162 F ELIPE L IRA M ONTES DE O CA

FIG. 225 FIG. 226

FIG . 227

FIG. 229
FIG. 228
CIENCIAS MILENARIAS Y APLICACIONES EN EN EL CONTINENTE AMERICANO 163

a la xomulzen y para ello empleaban la abertura de los


dedos de la mano, para las mediciones angulares
aproximadas, igual que actualmente una medición
angular sideral aproximada, la hacemos usando el
grueso del dedo pulgar extendiendo el brazo hacia el
punto por medir.

Como se mencionó, no se sabe tiempo o época


en que se inició este uso, lo único que puede asegu-
rarse es que fue después del descubrimiento de la
FIG. 230 xomulzen y cuando el empleo de esta unidad estaba ya
en plena utilización, pues justamente basada en el va-
En la figura 231, vemos la mención de la unidad lor de la αze se tomó la medición angular aproximada
xomulzen, también mostrada en las figuras 228 y 229. con la abertura de los dedos, ya que nuestros antepa-
Se debe notar que en la figura 231 está la representa- sados se dieron cuenta, que, extendiendo la mano y
ción de un paquete o atado que contiene a la xomulzen, abriendo los dedos en forma normal, sin forzarlos,
una mano, un ojo (visión), basados o asentados en la obtenían aproximadamente un cuadrante 5αze consi-
cantidad veinte, o sea, en el sistema vigesimal. Este derando los ejes de los dedos al tomar sus medicio-
sistema, como se dijo en el Capítulo 1, nace justamen- nes, para lo cual apuntaban el dedo pulgar al zenit y
te con el empleo de la unidad αze, que es la quinta con el dedo meñique marcaban el horizonte. Esto en
parte de su cuadrante celeste que les permitió dividir
en veinte partes completamente identificadas con
glifos bien definidos, tanto ecuatorial como meridia-
namente y que les dio una imaginaria cuadrícula posi-
cional de la bóveda celeste completa de la cual ellos
empleaban en sus observaciones y cálculos la corres-
pondiente mitad de bóveda que veían a partir de su
horizonte y hacia su zenit.

No se sabe cómo ni cuándo en una forma to-


talmente práctica, y por consecuencia aproximada,
comenzaron a utilizar la mano humana para observa-
ciones ocasionales del cuadrante celeste de acuerdo FIG. 231
164 F ELIPE L IRA M ONTES DE O CA

el caso de que la mano se utilizara


para mediciones verticales, y era
natural, pues ellos ya habían dividi-
do el cuadrante en cinco partes y
correspondiendo a cada parte el va-
lor de un xomulzen, y detectaron que
entre el dedo meñique y el anular
se formaba un ángulo = 1αze y en-
tre el medio y el índice también se
formaba un ángulo = 1 αze y entre
el índice y el pulgar había 2 αze y
los ejes de los dedos coinciden en la
palma de la mano como se muestra
en la figura 232 en la posición ver-
tical, pero su utilización
podría hacerse horizontalmente y
así ubicar en forma aproximada a
una estrella o elemento sideral en
el cuadriculado imaginario de la
bóveda celeste, ya que este cuadri-
culado estaba basado en la unidad
de observación αze.

Esta forma de posicionar a un


elemento celeste por medio de los
dedos de la mano, lo confirmamos
al contemplar el monumento núm.
46 de San Lorenzo, el cual muestra
un elemento sideral, posiblemente
una estrella que fue ubicada por
medio del sistema manual descrito
(véase figura 233).
FIG. 232 y 233
CIENCIAS MILENARIAS Y APLICACIONES EN EN EL CONTINENTE AMERICANO 165

Como es obvio, este sistema fue de gran ayuda


práctica para mediciones angulares que, posterior-
mente era ratificado o rectificado por instrumentos
de mayor precisión, incluyendo el tlachtli; tanto es así,
que esta ayuda práctica la usaron en mediciones y
observaciones las mujeres de los agricultores, que si
bien empleaban en el campo este sistema manual ellas
tenían el apoyo casi inmediato de aditamentos, de
orientación y cálculos astronómicos. Estos aditamen-
tos eran precisamente los contrapesos de sus mala-
cates para hilar, los cuales tenían grabados trazos y FIG. 235
datos direccionales y de cálculo.
El sistema manual descrito no sólo debió ser usado
Véanse figuras 234, 235 y 236, de algunos con- en la vida cotidiana en tierra, sino que también debió
trapesos y la foto de un antiguo malacate completo ser usado en sus costas y mar abierto de Ixachillan, na-
(figura 237). En las figuras 234 y 235, vemos que las turalmente en igual forma práctica e independiente del
mujeres daban dos funciones a los malacates, la pri- uso de instrumentación náutica de precisión apropia-
mera, hilar y la segunda, usar el contrapeso del malaca- da para su marina mercante, de correo, de transportación
te como aditamento en funciones astronómicas y de cultural, etc., que ellos tenían en sus costas del Conti-
orientación. nente para la comunicación de éste y sus islas y vice-
versa, así como la comunicación entre islas.

Antes de entrar en detalle sobre el sistema de na-


vegación marítima de nuestros antepasados, conoz-
camos unos testimonios de testigos oculares de las
épocas de los años 1500, que confirman que en Amé-
rica había navegación marítima no sólo costera, sino
de alta mar. Los testigos oculares fueron Cristóbal Co-
lón en sus diarios y De las Casas en sus datos; ellos
hacen tal confirmación en los mares del Caribe y que
debió abarcar los demás mares del continente.

FIG. 234
166 F ELIPE L IRA M ONTES DE O CA

FIG. 237

FIG. 236
CIENCIAS MILENARIAS Y APLICACIONES EN EN EL CONTINENTE AMERICANO 167

Comencemos con datos de De las Casas, del en- que es la parte del Norte, a donde yo estaba posado para
cuentro de Cristóbal Colón con un solitario correo que ir a la Isla de Cuba [...], y me mostró el indio que al oessu-
navegaba en alta mar bajo sus propios conocimien- doeste ir a ella [...] y así navegué fasta el día al oessudoes-
tos de navegación y orientación marítima entre la Isla te [...]
Santa María y la Isla Fernandina, en un viaje que inició
en San Salvador. Complementamos lo anterior con el informe de
De las Casas:
En este camino entre la Isla Santa María y ésta, a quien
puso por nombre Isla Fernandina, toparon un solo in- [...] Con esta esperanza, Martes a la media noche alzo
dividuo en una canoa chiquita, que llevaba el pan de las velas y comenzó a navegar el oessudoeste, y lo mismo
estas tierras que es el cazabi, como el de esta isla Es- el Jueves 25 de Octubre, hasta las nueve del día navegaría
pañola de que después se hará mención, y una calaba- 10 leguas poco más, después de las nueve en adelante
za de agua y en una cestilla, traía unas cortezuelas verdes mudo el camino a la hueste, y andarían hasta las tres del
y dos blancas, moneda de castilla de lo cual conocieron día 11 leguas y entonces vieron tierra 5 leguas della y eran
que aquel venía de San Salvador y había pasado por la de siete o ocho islas en luengo, todas de Norte a Sur, a las
Santa María e iba a la Fernandina a dar nuevas de los cuáles llamó por el poco fondo que tenían, las islas de
cristianos el cual como había andado mucho remando arena; dijéronle los indios que habría de allí a Cuba, anda-
solo en su canoita y debía venir fatigado, vínose a la nao dura de día y medio de sus barquillos o canoas, surgió en
del Almirante, y luego mandó que lo metiesen el y su ellas el Viernes, Sábado 27 de Octubre, salido el sol man-
barquillo dentro. (Cerca de la isla dejolo ir). dó levantar velas para ir su camino de Cuba desde aque-
llas islas de arena, y hasta poner el sol, anduvieron 17
Con lo anterior se certifica que había navegación
leguas al Sur Sudeste, y antes de la noche, vieron tierra de
marítima en canoas individuales. Busquemos otra cer-
Cuba.
tificación en las indicaciones de navegación que los
nativos hicieron a Colón para llegar a Cuba como a
Del mismo diario de Colón: “[...] Los indios que
Pinzón, capitán de la Pinta con el mismo fin. Y en
iban en la carabela Pinta, dijeron que detrás de aquel
ambos casos resultaron ciertas, lo que demuestra que
cabo había un río, y del río a Cuba había cuatro
en nuestro continente ya había conocimientos para
jornadas y el capitán de la Pinta, que entendía que
situar en tiempo y espacio las necesidades marítimas.
esta Cuba era Ciudad [...]”.
NOTAS DEL DIARIO DE COLÓN:
Otro testimonio es en el cuarto viaje, cuando Colón
[...] Miércoles 24 de Octubre. Esta noche a media noche, encalló su maltrecha flota al norte de Jamaica, y manda
levanté las anclas de la Isla Isabella del Cabo del Isleo, por auxilio a la Isla La Española a indios en sus canoas
168 F ELIPE L IRA M ONTES DE O CA

y medios, acompañados por un español. “Que envío muy prácticos marineros que se rigieran por la aguja y
por vía y mano de indios [...]”. “Y gran maravilla será carta de marear, fue cosa cierta [...].
si allá llega [...]”.
Aprovechamos la información de estos testigos
Los indios en un viaje normal de cinco días, cua- presenciales para tener datos de las canoas en las
tro noches, arriban a La Española y cumplen la mi- cuales nuestros ancestros aplicaban sus conocimien-
sión. Y naturalmente el viaje no fue una maravilla sino tos de navegación cuyo tamaño, según su función y
uno de tantos viajes que ellos hacían. Otro testimo- necesidades, variaba su dimensión (eslora) y compa-
nio también de B. de las Casas pero ya en el año 1516, remos con la eslora de la carabela Santa María; que
cuando unos indios cautivos en las bodegas de un era de 25.6 m, La Pinta con 17 m y La Niña algo me-
barco español en Cuba logran escapar y matar a sus nor que La Pinta y para ello se calcula la correlación
custodios, roban la nave española y huyen en ella a con las medidas en metros.
su isla de donde habían sido capturados y, como prue-
ba que habían llegado, dejan en su isla los restos que- Dato de C. Colón.
mados de la nave en que escaparon.
“Hallaron una canoa de un madero, tan grande
[...] Suben harto más ligeramente por la jarcia que los como una fusta de 12 bancos, muy hermosa, varada
marineros y sueltan sus velas y comienzan a navegar debajo de una ramada...” Aproximadamente 16.20 m.
derechos a sus islas, que distan de allí 250 leguas.
Los marineros y gente española, que se holgaban “Vieron una almadía o canoa de 95 palmos de
paseándose por la ribera, dizque vieron tan desenvuelta longuera de un solo madero, muy hermosa y que en
y ardiomente alzar las anclas y tender las velas y guiar ella cabrían y navegarían ciento cincuenta personas...”.
el nauto como sellos todos estuvieron dentro, espan- Aproximadamente 21.37 m.
tados comienzan a capear y dar voces, creyendo ser
los compañeros, llamándolos y diciendo si habían per- Sobre el anterior dato, De las Casas comenta:
dido el seso, pero después vieron los muchos indios “No es maravilla, porque en aquella isla hay muy
que andaban tan ligeros echando mano de las cuerdas gruesos luengos y odoríferos cedros colorados y,
y aparejos y guiando el navío por el mismo camino por comúnmente todas las canoas hacían de aquellos
donde vinieron, comenzaron a entender que aquello preciosos árboles [...]”.
era por mal de sus compañeros, y que los indios los
habían muerto y se iban para su tierra. Los cuales estu- Dato de C. Colón: “Todos éstos indios que venían
vieron mirando hasta que desaparecieron y no supimos con aquella india, dizque venían en una canoa que es
en cuántos días pero logró llegar a ella, como si fueran su carabela, en la que navegan de alguna parte...”
CIENCIAS MILENARIAS Y APLICACIONES EN EN EL CONTINENTE AMERICANO 169

tenían un uso general según necesidades o concep-


No requiere correlación ni comentario pues Co- tos.
lón lo dice todo, y también de Cristóbal Colón es el
siguiente dato: “Las canoas de ellos son muy grandes Y como era natural, basados también en la xomulzen
y de mejor hechura que no son estas otras y más li- (αze) tenían una división vigesimal meridional cuyas
vianas, y en el medio de cada una tienen un aparta- divisiones llamaron mamakuitetl (quintillos). Pero lo más
mento como cámara en que vi que andaban los importante de estas divisiones ecuatorial y meridional
principales con sus mujeres.” fue que obtuvieron un cuadriculado en toda la bóve-
da celeste, parecido a la división en 88 constelaciones
Hasta aquí de testimonios de testigos oculares y a la ascensión recta y declinación en que actual-
de nuestras canoas y de la navegación en ellas y ex- mente se divide a la bóveda celeste.
pliquemos el por qué y cómo nuestros indios sabían
navegar en costas y alta mar. Su cuadriculado imaginario les permitió cientí-
ficamente posicionar con precisión las estrellas y ele-
NOTA mentos celestes, en instantes y lapsos determinados.
Ya con estos conocimientos y medios, era fácil para
Los testimonios y datos marítimos anteriores, fueron nuestros astrónomos y científicos posicionarse en el
tomados del estudio del capitán de altura Juan Ávalos tiempo y espacio. Pero debemos considerar que no
Guzmán. toda la población eran científicos o astrónomos, sino
habitantes que requerían conocimientos astronómicos
Continuemos con el por qué y cómo de su orienta- para su vivencia cotidiana, como los campesinos en
ción y navegación marítima en América. La razón es tierra y marinos en costas y mares, para satisfacer
simple, y era que en Ixachillan se tenía ya una ciencia estas necesidades astronómicas en sus labores dia-
astronómica y los medios para estudiarla, aplicarla y tra- rias, para lo cual tenían información previamente cal-
bajar en ella. Estos medios eran waztin (instrumentos) culada y determinada y que se exponían públicamente
observatorios (tlachtin) que, a su ver, también eran instru- en piezas líticas (actualmente conocidas como calen-
mentales de medición y cálculos de marcación directa darios, estelas, cresterías, etc.).
basados en una unidad de observación astronómica,
que también era su unidad de medición angular, y apo- Además, tenían información y educación en los
yándose en esta unidad llamada xomulzen, tenían una kalmekatl; información hasta con el juez en los tian-
división ecuatorial (20 partes) plenamente identifica- kiztin, cuyo Consejo contaba con médicos, matemá-
da con un glifo para cada una de tales divisiones, que ticos, astrónomos, etc., y que estaban obligados a
bajo un sistema de factorización por concepto éstas responder a preguntas generales, entre ellas las
170 F ELIPE L IRA M ONTES DE O CA

astronómicas y no sólo a la legalidad y orden comer- Supongamos una canoa pequeña que en un mo-
cial en los tiankiztin, en lugares de tierra firme o islas. mento de su boga nocturna en alta mar, requiere orien-
Además, tenían un sistema práctico manual que aun- tarse; para ello bastaba al navegante abrir los dedos
que aproximado, les bastaba para sus necesidades de su mano izquierda, extendida horizontalmente y
cotidianas, de acuerdo a su experiencia y habilidad; viendo hacia la proa de su canoa y apuntando el es-
como ya se mencionó, este sistema consistía en usar pacio entre sus dedos índice y medio hacia una refe-
la abertura de los dedos de sus manos para obtener rencia que sería alguna estrella cercana a su horizonte
una indicación aproximada de orientación y medicio- y si veía que la estrella se movía aparentemente del
nes angulares. He aquí el porqué que sólo era tener dedo índice al dedo medio, su proa estaba apuntan-
conocimientos y medios. do hacia el Sur; y si la estrella en su movimiento se
movía del dedo medio al dedo índice, entonces su
Ahora veamos el cómo y lo haremos en el caso de proa apuntaba hacia el Norte (véase figura 238).
la navegación marítima para lo cual usaremos el siste-
ma manual en canoas pequeñas de un solo navegante Ahora para la boga en mar abierto en el día, el
en la que sus manos, aparte de bogar, le permitían método era parecido, con su mano extendida y dedos
orientación y en naves mayores, con mayor número abiertos y con la vista frente a su proa y apuntando
de hombres, podrían contar con aditamentos o ins- sus dedos índice y medio al Sol, y si éste se movía del
trumentos más precisos, como medallones, pectora- dedo índice al dedo medio, su proa apuntaba al Sur y
les, que al igual que los contrapesos de los malacates, si el Sol aparentemente se movía del dedo medio al
tenían indicaciones grabadas y datos astronómicos, dedo índice su proa apuntaba al Norte.
información de tierra adentro o costera, incluso un
navegante con mayores conocimientos astronómicos. Esta información diurna la podrían obtener obser-
vando la sombra producida por la luz solar, pues
Hay que hacer notar que los medallones y conocían el movimiento aparente del Sol.
pectorales –véase figura 241– eran de oro y por esta
pequeña razón fue lo primero que intercambió o arre- Esto habría roto el asombro y el maravillarse
bató Cristóbal Colón en sus viajes, fueron las prime- de Cristóbal Colón y de Bartolomé De las Casas,
ras remesas de este metal a España según la propia que no podrían imaginarse cómo indios desnudos,
información en su diario. sin compás ni carta de marear, podrían navegar en
alta mar.
Así pues, comencemos la explicación aplicando el
sistema manual.
CIENCIAS MILENARIAS Y APLICACIONES EN EN EL CONTINENTE AMERICANO 171

Pero Cristóbal Colón y De las Casas no sabían que Además, estaban ayudados por los milenarios
estos indios desnudos, sí tenían un compás de cinco conocimientos astronómicos de Ixachillan, por pocos
puntas con abertura angular conocida, la xomulzen, y de estos conocimientos que tuvieran los indios des-
las puntas eran los cinco dedos de sus manos, así pues, nudos de nuestras islas, eran mayores a los que pu-
tomando con aproximación en sus mediciones a la dieran tener los españoles. Por ejemplo, nuestros
xomulzen y apoyados en la división ecuatorial de 20 navegantes podrían medir su tiempo de boga en la
xomulzen, la cual en su horizonte marino era fácil de noche, pues en Ixachillan la unidad xomulzen dentro de
concebir, con su compás de cinco puntas podrían ha- su sistema matemático de factor-concepto, represen-
cer las correcciones y ajustes de su boga para tener taba la veinteava parte de la rotación terrestre (hora).
una derrota acertada para la noche y el día respectiva- Así pues en el Continente Americano se conocían los
mente (véanse figuras 239 y 240). movimientos reales de la Tierra y obvio los movimien-

SUR

ice
Índ
io
Med

io
ESTE Med OESTE
ice
Índ

Mov. aparente
NORTE

FIG. 238
172 F ELIPE L IRA M ONTES DE O CA

bo
m
Ru
o
e stin

Án rro
ad

de
t
rro

gu
De

de

lo
)
)

ZE
α
α ZE

ta
3(
Pulgar
(2

ce
io
ed

di
Ín
M

α ZE)
la r (1
Anu

Meñique (0 α ZE)
Canoa

FIG. 239

bo
R um
o
e stin
Án rro

ad
de

t
rro
gu

De
de

lo
Pulgar (5 α ZE)

)
ZE

)
α

α ZE
ta
(3

(2
e

io
dic

ed
Ín

M
)
lar ( 1 α ZE
Anu

Meñique (0 α ZE)
Canoa

FIG. 240
CIENCIAS MILENARIAS Y APLICACIONES EN EN EL CONTINENTE AMERICANO 173

2. La división ecuatorial tanto horaria como de


espacio con parámetros estelares.

3. El puntual de proa como punto indicador.

4. Referencia de las estrellas O1 y O2 al inicio


de la travesía.

El viaje será del punto A al punto B y durará 30


horas de boga durante el cual haremos una bitácora
que nos dará una clara visión de nuestra posición
tiempo-espacio.

Veamos el principio del viaje en la figura 242 y


después de 8 horas de boga en la figura 243, y a las
FIG. 241
18 horas de boga en la figura 244 y el final de nuestro
hipotético viaje en la figura 245.
tos aparentes de los astros, cosa que en esa época en
Europa eran quemados vivos, castigados, encarcela- La finalidad de nuestro viaje imaginario es mos-
dos, los que científicamente estudiaban tales temas trar que al realizarlo estamos detectando la capaci-
(Giordano Bruno, Galileo, Copérnico, etc.). dad de nuestros antepasados para situarse en el
espacio a través de su tiempo de boga, pues las refe-
Pues bien, para terminar con este tema marítimo, rencias eran estelares tanto para el tiempo como para
volvamos a situarnos en su tiempo y hagamos un hi- el espacio.
potético viaje en una de nuestras antiguas canoas,
teniendo como elementos para guiarnos: Todo lo anterior lo detectamos en nuestra rudi-
1. La unidad xomulzen en la medición de tiempo mentaria bitácora al referirnos para el tiempo de boga
y espacio. En tiempo nos referimos a la hora al círculo horario de la bóveda celeste que, a su vez,
nuestra que es igual 1.2 de la hora actual, pues está determinado por parámetros estelares seleccio-
tenían dividido al ilwitl (rotación terrestre) en nados que están en el espacio.
20 partes, siendo el amanecer (salida del Sol)
la hora 5 y el medio día la hora 10; el ocaso la En la figura 242 de nuestro viaje se muestra la
hora 15 y la media noche la hora 20. posición que teníamos en el Punto A, de algún lugar
174 F ELIPE L IRA M ONTES DE O CA

FIG. 242
10

Rayos solares

Rayos solares
11 9

Rayos solares
12 TONALLI
8

Rayos solares
13 7
TIERRA

14 6

Tlauhkopan
15 5

A
16 4

Mo
real vimien
de l t Estrella 1
17 a Ti o 3
erra
Horizonte Movimiento
Estrella 2
horario 18 2
aparente
JOWALLI
de la bóveda de los astros
19 1
celeste 20 incluyendo el Sol

Boga a partir Posición de A según Ángulo de derrote Eje horario de la Observaciones


de A horas A-O 1 y con proa a partir de A- O1 bóveda celeste al
hacia O 1. cual apunta la proa

0 2 αZE 2 α ZE 3½ α ZE El punto B al inicio de la


antes de la salida = hora 1½ boga está en el eje que
Véase del sol = hora 3 a partir del Tlauhkopan
figura 242 apunta hacia la O 2 que
está en la hora 2.
CIENCIAS MILENARIAS Y APLICACIONES EN EN EL CONTINENTE AMERICANO 175

FIG. 243
10

Rayos solares

Rayos solares
11 9

Rayos solares
12 TONALLI
8

Rayos solares
13
re Mo 7
al vim
de ie
la nto
Tie
14 rra
6

Tlauhkopan
15 5

A
16 4
TIE
RR
A

Horizonte 17 Estrella 1 3
Movimiento
horario
Estrella 2 aparente
de la bóveda
18 JOWALLI 2 de los astros
celeste
19 1 incluyendo el Sol
20

Boga a partir Posición de A según Ángulo de derrota Eje horario de la Observaciones


de A horas A-O 1 y con proa a partir de A- O1 bóveda celeste al
según derrota cual apunta la proa

8 Han transcurrido 8 Igual derrota ½ hora antes del En el punto B será medio-
horas de boga y por 2 α ZE mediodía día = hora 10. Recuérdese
Véase la rotación terrestre = hora 9½ que el Zemillwitl o sea la
figura 243 la posición de A = rotación terrestre está
hora 11 o sea 6 dividido en 20 horas y se
horas después de la comienza a contar a partir
salida del Sol de medianoche
176 F ELIPE L IRA M ONTES DE O CA

FIG. 244
10

Rayos solares

Rayos solares
11 9

Rayos solares
12 TONALLI
8

Rayos solares
13 7
TI
ER
RA
14 6

Tlauhkopan
15 5

A
M de
re

16 4
ov la
al

im T
ien ier
to ra

Horizonte 17 Estrella 1 3
Movimiento
horario Estrella 2 aparente
de la bóveda 18 JOWALLI 2 de los astros
celeste 19 incluyendo el Sol
1
20

Boga a partir Posición de A según Ángulo de derrote Eje horario de la Observaciones


de A horas A-O 1 y con proa a partir de A- O1 bóveda celeste al
según derrota cual apunta la proa

18 Se suman otras 10 Igual derrota Hora 19½ media En este momento en el


horas más de boga hora antes de la punto B será medianoche =
Véase y por la rotación medianoche horario y se han bogado 18
figura 244 terrestre A señala a horas a partir del punto A
la hora 1 o sea una
hora después de
medianoche
CIENCIAS MILENARIAS Y APLICACIONES EN EN EL CONTINENTE AMERICANO 177

FIG. 245
10

Rayos solares

Rayos solares
11 9

Rayos solares
12 TONALLI
8

Rayos solares
Movimiento
13 real de la Tier
ra 7

14 30 horas 6
de boga

15 5

A
16 4

TIERRA
Horizonte 17 Estrella 1 3
Movimiento
horario
Estrella 2 aparente
de la bóveda
18 JOWALLI 2 de los astros
celeste
19 1 incluyendo el Sol
20

Boga a partir Posición de A según Ángulo de derrota Eje horario de la Observaciones


de A horas A- 1 y con proa a partir de A- O1 bóveda celeste al
en arribada cual apunta la proa

30 El punto A marca Igual derrota 3½ hora antes En el momento de la


hacia la hora 13 y hasta de la puesta del arribada en el punto B se
Véase será 8 horas la arribada Sol: igual a la hora terminó el viaje y la boga
figura 245 después de la salida 11½ hasta el final duró 30 horas, en el punto
del Sol. Recuérdese del viaje B han pasado 4 horas
que la salida de Sol después de la salida del Sol
= hora 5 = hora 12
178 F ELIPE L IRA M ONTES DE O CA

de la Tierra, pero también nuestra ubicación respecto situar los elementos siderales por medio de la xomul-
a la estrella O1, y en la figura 245 vemos que nuestra zen y la división cuadriculada de la misma bóveda, les
posición terrestre es en el punto B pero con referen- fue fácil situar a los elementos estelares en el planisfe-
cia a otra estrella On no mostrada en la figura 245 y en rio actual, que tiene también división posicional
el punto A, estará posicionado On. Por lo que nuestro (ascensión recta y declinación), incluyendo las 88
viaje en tierra fue el punto A al punto B, pero en constelaciones y que en alguna forma es similar al
el espacio fue de la referencia a la estrella O1, a la sistema posicional que ellos usaban (xomulnakaze-
referencia respecto a la estrella On. Tal situación ketzaxomulli o mamakuitetl); basado en la xomulzen que es
la sabían y manejaban nuestros ancestros para situar- la quinta parte del cuadrante celeste en observación.
se en la Tierra, no importa que fuera en alta mar, y
ubicarse en el espacio; por lo tanto su navegación en Así por ejemplo, en la figura 247, tomaron a Sirio
dirección y posición era acertada, lo que demuestra como vértice de su sistema y a partir de esta estrella
la importancia del uso de la xomulzen en su vida coti- uno de los ejes determina a Procyon, otro eje a Tejar
diana. Pero la aplicación de la xomulzen fue principal- posterior (u Géminis), el siguiente eje a Betelgeuse, el
mente en procedimientos técnico-científicos, como eje contiguo ubica a las pléyades pasando tangente al
fue determinar que los ejes que unían entre sí a cen- cinturón de Orión y el último eje posiciona a Saphir.
tros científicos y de estudio tuvieran una relación an-
gular previamente calculada de acuerdo a dicha Como un segundo ejemplo, tomaron como vértice
unidad. Véase capítulo núm. 5 “Sistema Local y Con- de sus ejes a Nath (Btaurus) véase figura 248, determi-
tinental de Observación y Cálculo”. nando con un eje a Pollux (B Géminis) y con otro a Alhena
(Y Géminis) y a Gomeisa (βCanis-Minor), pasando muy
Para complementar la concepción de la aplica- cerca de Procyon, con el siguiente eje a 2210 pasando a
ción de la xomulzen en sus diferentes formas, verifique- un lado de la 2237 (Nebulosa la Roseta) y a continua-
mos un viaje inverso, es decir, que nuestros ancestros ción a Betelgeuse y con el último eje a Bellatrix (y Orión).
hagan un viaje imaginario a nuestro tiempo y de acuer-
do al ideograma de su época, figura 246 del Códice Naturalmente esta aplicación para lograr tales
Fejerevay-Mayer, que muestra el sistema manual y ubicaciones, nuestros ancestros en sus épocas la hacían
estrellas localizadas con tal sistema, por lo que nues- directamente en la bóveda de sus correspondientes
tros ancestros hipotéticamente ya en nuestra época cielos y de acuerdo a sus sistemas de observación cien-
harían una aplicación de la unidad con tal sistema, tíficos o prácticos según el caso y obviamente diferen-
sobre algún planisferio (1950-2000) que les hubiése- te el tiempo transcurrido o requerido para visualización
mos proporcionado, tal como se muestra en la figura de los distintos elementos celestes en estudio.
247, pues a nuestros antepasados, acostumbrados a
CIENCIAS MILENARIAS Y APLICACIONES EN EN EL CONTINENTE AMERICANO 179

3
PLEYADES
TEJAR

1 4

BETELGEUSE
PROCYON
5

SAPHIR

FIG. 246
SIRIO

FIG . 247
180 F ELIPE L IRA M ONTES DE O CA

POLLUX
1 β NATH

ALHENA

GEOMEISA BETELGEUSE
BELLATRIX

2 2210

4
5

FIG. 248
CIENCIAS MILENARIAS Y APLICACIONES EN EN EL CONTINENTE AMERICANO 181

Pero el imaginario viaje de nuestros antepasados


a nuestras épocas fue para demostrar que sus méto-
dos o sistemas eran vigentes en un planisferio actual
que sintetiza el conocimiento de la bóveda celeste
con sus elementos conocidos.

Con los datos y lo expuesto en el capítulo 1, y


lo que se ha mencionado en este capítulo 2, se muestra
que la utilización de la xomulzen aun en forma aproxi-
mada, era básica en la aplicación científica, técnica y
en el manejo de los conocimientos astronómicos y
matemáticos.

La aplicación científica y técnica se verá más am-


pliamente en el proyecto 2 “Astronomía, Edificaciones FIG. 249. Museo Nacional de Antropología.
y Observatorios”, por lo que en Ixachillan y sobre todo
en la región de Mesoamérica, sus habitantes tomaron
a la unidad xomulzen como la representación o emble-
ma del conocimiento astronómico-matemático y a su
vez, también como emblema de distinción o título de
los astrónomos o generaciones en función astronómica
(véanse las figuras 249, 250, 251, 252, 253 y 254), así
como a las generaciones que se iniciarían o se dedica-
ran a ella, es decir, generaciones que estaban nacien-
do para tales funciones matemáticas o astronómicas
(véanse figuras 255, 256, 257, 258 y 259).

Como lo demuestran los ideogramas líticos


olmekas, mayas, etc., así como en amoxtin (véanse
figuras 260, 261, 262, 263 y 264, de las cuales las
260, 261 y 262 son del Códice Fejerevary-Mayer y las
263 y 264 son del Códice Vaticanus 3773.
FIG. 250
182 F ELIPE L IRA M ONTES DE O CA

FIG . 251. Museo Nacional de Antropología.

FIG. 252. Museo Nacional de Antropología.

FIG. 253. Museo Nacional de Antropología.

FIG. 254. Museo Nacional de Antropología.


CIENCIAS MILENARIAS Y APLICACIONES EN EN EL CONTINENTE AMERICANO 183

FIG. 255

FIG . 256

FIG. 257
184 F ELIPE L IRA M ONTES DE O CA

FIG. 258

FIG. 259

En la figura 260, aunque no está representado el cada uno, vemos que sí existe el emblema del conoci-
símbolo o emblema del conocimiento astronómico- miento astronómico en el ideograma, pero con brazos de
matemático, sí está indicado en cuatro ocasiones un dimensión angular de dos xomulzen y cuyos ejes perpen-
valor angular de dos xomulzen, que corresponden a la diculares coinciden en el centro del cuadrado interno.
prolongación de los lados de los cuatro brazos de la cruz
formada en el ideograma, en un caso la prolongación de Lo que alerta a los investigadores que hemos caí-
los lados tiene su vértice en la mitad lateral del cuadrado do en el error de confundir la simetría estética, arqui-
central, que bien pudiera referirse al Hunab-ku, y en el tectónica, etc., con la simetría de lineamientos
otro caso, el vértice está en el glifo del Sol, fuera del de cálculos o funciones específicas que nuestros anti-
cuadrado central. Consúltese el proyecto núm. 2. “Astro- guos sabios combinaban con la simetría estética,
nomía y Amoxtin”; y los otros dos vértices no marcados arquitectónica o simplemente geométrica, para dar
en la figura, tampoco son simétricos respecto al cuadra- a una función o cálculo una forma bella con simetría
do central. Pero si analizamos los ángulos exteriores propia dentro de los ideogramas en manufacturas, edi-
entre brazo y brazo, cuyo valor es de 3 unidades (αze) ficaciones o monumentos.
CIENCIAS MILENARIAS Y APLICACIONES EN EN EL CONTINENTE AMERICANO 185

FIG. 260

FIG. 261
186 F ELIPE L IRA M ONTES DE O CA

FIG. 262 FIG . 263

FIG. 264
CIENCIAS MILENARIAS Y APLICACIONES EN EN EL CONTINENTE AMERICANO 187

Una síntesis de la aplicación que hacían de la unidad calizada por un recuadro en la figura 265 (véase la figura
xomulzen, la vemos en uno de los ideogramas (figura 266) y en la que vemos una plantilla o guía de ángulos
265) y que hoy conocemos como la “Piedra del Sol” y con valores basados en la xomulzen y que posiblemente
que fue creado para consulta general de datos para fueron usados en la elaboración del ikzemipowalli (“ca-
cálculos de estudios por realizar o para tomar datos lendario”) o en una secuencia angular no conocida ni
o resultados ya obtenidos con la utilización de la uni- estudiada. Y estos valores angulares (véase figura 266)
dad mencionada así como para el manejo de las 20 según la numeración que los marca son:
xomulzen, en que dividieron el ecuador celeste (véase
figura 267) y que representaba un valor total o un todo 1 IGUAL A 5 α ze
en conceptos astronómicos de objetos o elementos 2 IGUAL A 2½ α ze
en estudio, pero en forma independiente para cada 3 y 5 IGUALES A 2 α ze
caso en particular, como ciclos de elementos celes- 4 IGUAL A 3 α ze
tes, finales de procesos matemáticos, etc., en que el 6 y 7 IGUALES A 1 α ze
todo contaba con veinte partes consecutivas, y a su
vez la veinteava parte (xomulnakaze) del todo, tenía un Así pues, consideramos al “Calendario Azteca” o
factor calculado, que al ser multiplicado por veinte “Piedra del Sol” ya constituido; denotamos que con
daba como resultado el valor total del todo, lo que les su matriz vigesimal en combinación con su sistema
dio un sistema de factorización-concepto, pues usa- factor-concepto servía plenamente a nuestros ante-
ban la misma matriz (división ecuatorial celeste) de pasados en sus cálculos de espacio y tiempo. Por
veinte partes y con sólo cambiar el factor para cada ejemplo: si lo usaban con la weypowalli o Cuenta Gran-
uno de los diferentes conceptos, obtenían el valor re- de que era de 1040 años que al dividirla entre veinte:
querido. Esta matriz la vemos marcada como base de 1040 ÷ 20= 52 años, o sea, un xiuhmopilli por lo que
cálculos en la monumental pieza que en sí es un el factor de cada cuadrete (xomulnakaze) era 52.
ikzemipowalli (calculador cósmico) para uso y de consulta
en cálculos con su sistema factor-concepto y con lo cual Pero lo más importante de este “Calendario” y los
obteníanunagamadedatosquevandesdelaxiuhkuatome otros que se conocen, así como estelas líticas, amoxtin,
(movimiento de precesión), la tlalohtli (movimiento de edificaciones, etc., son los exponentes del conocimien-
traslación), el ilwitl (movimiento de rotación) y la to astronómico y matemático representado por el em-
interrelación entre estos movimientos terrestres, in- blema de la xomulzen y cuya transmisión desde los
cluyendo datos de ciclos planetarios y otros. tiempos de nuestros ancestros hasta nuestros días,
nos hacen nuestros sabios abuelos.
Pero, además, en la parte exterior izquierda del
ikzemipowalli y que es la parte no labrada, la cual está lo-
188 F ELIPE L IRA M ONTES DE O CA

FIG. 265

FIG. 266

FIG. 267
CIENCIAS MILENARIAS Y APLICACIONES EN EN EL CONTINENTE AMERICANO 189

FIG . 268

FIG. 269

Obelisco: Transmisión del conocimiento astronómico y matemático.


Museo Nacional de Antropología.

FIG. 270
190 F ELIPE L IRA M ONTES DE O CA

Una representación de esta transmisión es el obe- nuestro tiempo ancestral o pasado, fue efectuada una
lisco conmemorativo procedente de Atlitzintla, cono- transmisión de conocimientos científicos hacia su fu-
cido como Alvarado, Veracruz, y que actualmente turo; por tal motivo fue hecho este obelisco conme-
se encuentra en el Museo de Antropología de Méxi- morativo, para nuestros días o presente actual, fue y
co (véase figura 268) y en el cual vemos claramente es el futuro de nuestros antepasados, por lo tanto es
cómo el conocimiento científico representado por el válido tomar este obelisco como la representación de la
emblema de la xomulzen, pasa de la mano de una ge- transmisión del conocimiento o saber de nuestros abue-
neración a otra (véanse figuras 269 y 270). Esta admi- los a sus descendientes actuales.
rable pieza nos comunica que en un presente de
CIENCIAS MILENARIAS Y APLICACIONES EN EL CONTINENTE AMERICANO 191

Capítulo 3.
Los trece cielos

EE ste capítulo es para mostrar el enlace del acervo de sus observaciones, experimentos
y cálculos puramente estelares con los conocimientos de los movimientos de
rotación y traslación de la Tierra respecto a la estrella más cercana a ella, o sea, el
Sol, en que la Tierra forma parte del sistema planetario de tal estrella.

Con este enlace lograron completar el conocimiento de la ubicación de las es-


trellas en lapsos muy grandes y en forma independiente de la posición visual de las
mismas estrellas en los movimientos de rotación traslación, pues en observaciones
sistemáticas y continuadas en miles de años detectaron que, en ciclos determinados
por cálculo, las posiciones estelares tenían variación en su ubicación para un mismo
momento en un lapso dentro de los ciclos calculados y con respecto a parámetros
naturales terrestres, principalmente configuraciones topográficas, como montañas,
etc., y notaron esta desviación a través de usar el eje O-Q-P, formado por la visual
del ojo del observador dirigido a un parámetro Q y con dirección a P; en nuestro
caso una estrella determinada ON (véase figura 271).

)
N
191 FIG . 271
192 F ELIPE L IRA M ONTES DE O CA

Pero este eje se convirtió en su eje Tlauhkopan, cuando hacen intervenir un segundo parámetro que es
precisamente el Sol (véase figura 272), durante el equinoccio primaveral.

)
N
FIG. 272

La intervención de este segundo parámetro lo orientado o día primario dirigido. Este segundo nom-
hacían en los equinoccios. bre de la unidad indica claramente su conformación
celeste, pues a través de un señalamiento primario
En estas condiciones detectan que en un lapso hecho por su eje Tlauhkopan, que les indicaba el pro-
bastante amplio, en que la visión del Tlauhkopan per- pio desplazamiento en los parámetros estelares en la
manece constante hasta el segundo parámetro, o sea, bóveda celeste en una dirección después de
el Sol, pero no así con la estrella ON que ha tenido un transcurrir varios intervalos de 260 rotaciones o
pequeño desplazamiento respecto al eje y aunque este zemilwitl. En este estudio se usará indistintamente el
desplazamiento es pequeño y ha transcurrido en un nombre de ikzemilwitl o el de zemilwitl para facilidad de
tiempo grande, es perceptible dentro de una genera- exposición, ya que esta unidad así está incluida en su
ción de astrónomos y las siguientes generaciones. Para consenso astronómico-matemático.
medir estos pequeños espacios y grandes tiempos lo
hacían con mediciones directas, aprovechando ante- Las plenas observaciones y cálculos del desplaza-
riores datos parametrales, así como de conteo de su miento de la indicación o señalamiento del Tlauhkopan
astronomía estelar. Los datos parametrales anteriores en los parámetros estelares fue lo que les permitió
es difícil localizarlos, pues la información de ellos de- conocer y precisar con este desplazamiento al movi-
bió estar asentada en los amoxtin que los españoles miento de precesión de la tierra a la cual llamaron los
incineraron, pero no así los datos de conteo de los dos Xiuhkoatzin (véase la figura 273). Representada en
cuales aún persisten como la weypowalli o cuenta vie- la “Piedra del Sol”.
ja de 1040 años, así como una cuenta menor: el
Ikzemiwitl (día celeste) de 260 días, que les servían como El estudio de este movimiento lo hicieron basán-
unidades de tiempo que usaban en el cómputo de dose naturalmente en los datos registrados a través de
sus observaciones exclusivamente estelares. La uni- miles de años y apoyando sus cálculos en sus dos uni-
dad Ikzemilwitl (día celeste o cósmico) también lo co- dades de tiempo vigentes en sus épocas, y que eran
nocían como Zemilwitl cuya traducción es: día la cuenta weypowalli de 1461 (ikzemilwitl) y la del pro-
CIENCIAS MILENARIAS Y APLICACIONES EN EL CONTINENTE AMERICANO 193

celeste en las secuencias de los estudios que realiza-


ron durante milenarias rotaciones y translaciones te-
rrestres. Dichos sectores fueron los espacios
expositores de las estrellas y elementos que eran ob-
servados y estudiados durante los lapsos cíclicos trans-
curridos en los mencionados movimientos de rotación
y translación.

Estos espacios de bóveda celeste fueron en sec-


tores predeterminados y posiblemente fueron
escogidos por los elementos celestes a estudiar o por
selecciones que después de largas observaciones y
cálculos de diversos parámetros terrestres que enmar-
FIG. 273 Xiuhkoatome
caban sectores celestes apropiados que lógicamente
estaban en la topografía del hábitat donde se situaba
pio ikzemilwitl de 260 rotaciones terrestres, y en sus el centro de estudio y que eran planicies, cerros, monta-
cálculos obtuvieron un valor de 25 weypowalli para el ñas, etc., y que en sus matemáticas vigentes, les dieron
ciclo de precesión y cuyo valor en ekzimiwitl fue de 25 una relación de 18/73 como medición angular para los
× 1461= 36525 lapsos de 260 rotaciones.

Para facilitar el estudio y cálculo del movimiento


de precesión a través del desplazamiento del
Tlauhkopan, dividen a la bóveda celeste en un deter-
minado número de “cielos” (véase figura 274). Esta
división fue el verdadero enlace de las dos primeras
fases de su astronomía, la estelar y la Sol-Tierra. Pero Tierra
dentro de la segunda fase y ya con el conocimiento
de la división del ecuador celeste en veinte partes,
hicieron de la xomulzen su unidad astronómica de ob-
servación y con las nuevas unidades de la fase Sol- elo
Ecuador celeste Ci
Tierra la utilizaron conjuntamente en sus cálculos en
el ensamble de ambas fases. Naturalmente estos cie-
los los tenían localizados como sectores de la bóveda FIG. 274
194 F ELIPE L IRA M ONTES DE O CA

parámetros escogidos y que fue básica para seleccio- En consecuencia, teniendo la esfera celeste divi-
nar tales parámetros (véase figura 275), pues resultó dida en 26 partes o cielos:
que el valor calculado era la veintiseisava parte del
ecuador celeste; por esta razón fijaron también en 26 1 cielo= 26000/26=1000 años
partes o cielos la división que para la indicación en la
bóveda celeste efectuaba el eje Tlauhkopan al despla- Posiblemente estos resultados obligaron a nues-
zarse por efecto del movimiento de precesión terres- tros ancestros a tener una unidad de tiempo común a
tre que, como se dijo, tenía una duración de 25 la fase estelar y a la fase Tierra-Sol, para que a su vez,
weypowalli = 36525 ikzemilwitl, pero tomando las uni- la unidad estelar la weypowalli pudiera ser manejada
dades de tiempo de la segunda fase Tierra-Sol y que en la matriz de cálculo compuesta de 20 partes, lo
eran: que fue fácil solución, pues:

Ilwitl = Una rotación de la Tierra sobre su eje 1040/20 = 52 años.

Xiwitl = Una traslación = 365.25 ilwitl

Por lo que el valor de la presesión es igual a 36525


(Ikzemilwitl) y tomando el valor de esta unidad igual a
260 Ilwitl o días, por lo que el movimiento de presesión
tendría un valor de:

36 525 × 260 = 9 496 500 días

y de acuerdo a la traslación de 365.25 el valor sería:


1 cielo
9 496 500 = 26000 años o XIWITL
9 496 500 = 26000 años o xiwitl
365.25 = 26000 años o XIWITL

Y naturalmente la weypowalli= 1040 años.


73 18

FIG. 275
CIENCIAS MILENARIAS Y APLICACIONES EN EL CONTINENTE AMERICANO 195

Al nacimiento de esta nueva unidad del enlace la por la concepción dual de su cultura, consideraron al
llamaron con toda razón xiuhmopilli (nuestro hermoso movimiento del eje de la Tierra con un principio de
niño). Y de acuerdo a su sistema de factorización en su cero años en un determinado punto hacia otro punto
matriz de cálculo la weypowalli, tendría un factor = 1, diametralmente opuesto en un recorrido de 13000
en donde cada cuadrete sería igual a un xiuhmopilli. años y de este punto (13000 años) y en forma dual o
contraria al punto inicial, empleando también 13000
Como ya se había dicho antes, el movimiento de años para hacer un total de 26000 años para reiniciar
precesión lo representaron como los dos xiuhkoatzin y el nuevo periodo de precesión (véase figura 276).

Eje eclíptica

ra
Tier
Eje
26000 años

13000 años
Cero años

stre
rt erre
ado
Ecu

23°27’
Eclíptica 7
16

Ecu
ado
r te
rres
tre

FIG. 276
196 F ELIPE L IRA M ONTES DE O CA

La concepción dual del tiempo-espacio en 13000 vieran ligados a su astronomía, por ejemplo, sus ca-
años en un sentido y 13000 años en sentido contrario, lendarios cívicos, que incluso también los computa-
dio origen a llamar trece cielos a la división de la bóveda ban en su matriz de cálculo (véase capítulo 4
celeste en trece cielos duales de 1000 años cada uno. “Xiuhmopilli-Nawi Ollin” y capítulo 22 “Correlación del
tonapowalli con los calendarios juliano y gregoriano”).
En la xiuhkoatzin, representadas en la “Piedra del
Sol”, precisamente en el eje del principio y fin del con- Así nuestros antepasados resumieron en piezas
teo de los cielos, nuestros antiguos matemáticos, líticas el contexto dentro de sus trece cielos o
con el cuadrete trece akatl precisaron la dimensión física xiuhkoatzin a los tres movimientos principales de la Tie-
de un cielo y con esta medida fue con la que calcula- rra en el espacio y tiempo infinito (véase figura 278).
ron los cielos en esta pieza lítica (véase figura 277).
Así también, introducen dentro de la información
Con el conocimiento de los trece cielos duales, en sus amoxtin las nuevas unidades del enlace astronó-
nuestros ancestros usaron con mayor frecuencia la mico y estas unidades son el xiuhmopilli de 52 años y el
cifra trece en sus cálculos conceptuales en el enlace tlalpilli de 13 años así como el conteo de 13 en 13 de
de sus fases astronómicas para lograr la sincronía en las revoluciones terrestres o días y convierten su uni-
tiempo en los cómputos de los tres principales movi- dad el ikzemiwitl o zemiliwitl (260 días) en otra unidad
mientos de la Tierra, que fueron y son: La rotación, la más de enlace pero con el nombre de tonalamatl, o sea,
translación y la precesión. el referente a su antigüedad, que estaba registrada pre-
cisamente en el amatl (papel) de sus amoxtin
Surgiendo así este enlace, la unidad tlalpilli tiene astronómicos, con el nombre ya de tonalamatl. El uso
una traducción como “El niño de la Tierra”, muy ade- de esta unidad fue básico en los cálculos de sus otras
cuado para el enlace cielo-Tierra a través de su astro- ciencias como la genética y la ecología.
nomía y también comienza el conteo de las rotaciones
o días de 13, con lo cual lograron incluir el ikzemilwitl A esta unidad algunos investigadores históricos y
en la matriz de cálculo pues: 1 ikzemilwitl= 20 trecenas recopiladores de las apreciaciones españolas, la llaman:
de días, así como también: Calendario Religioso, Calendario Astrológico, Calen-
dario Satánico, etc., pero estos recopiladores no con-
1 xiuhmopilli= 4 tlalpilli= 4 × 13= 52 años= 13 nawi-ollin cibieron que era una unidad de cálculo de nuestros
ancestros en sus estudios astronómicos y terrestres, por
Pero lo más importante fue que con tal cifra tre- ejemplo: en las observaciones y cálculos meteoroló-
ce; lograban una continuidad en el tiempo infinito en gicos, en la traslación y en particular en la estación
sus cálculos matemáticos que en alguna forma estu- zohpantla (verano) que por su etapa lluviosa y de nu-
CIENCIAS MILENARIAS Y APLICACIONES EN EL CONTINENTE AMERICANO 197

Cero años 26000 años Un cielo = 1000 Xilutl (años)

s
s

s
s

s
s
1 13

s
12

s
2

s
11

s
3 s
s s
10 s
s 4 s
s
9
s
5
s s
s

8
s
6

s
s
s

7
7

s
s s
s

6
8

s
s s
s

5
9

s
s s
s 4
10

s
s

3
11

s
2
s

12
s

s
s

13 1
s
s

s
s

s
s

FIG. 277 13000 años


198 F ELIPE L IRA M ONTES DE O CA

Polo eclíptica

Polo celeste Polo celeste

Tierra

Eclíptica

Ecuador celeste

FIG. 278
CIENCIAS MILENARIAS Y APLICACIONES EN EL CONTINENTE AMERICANO 199

blados no era muy apropiada para sus observaciones Con esta simple concepción meteorológica, los
celestes y, además, la posición de esta etapa era cons- recopiladores de la apreciación española debían ha-
tante en el ciclo de traslación o xiwitl. ber notado que llamar al tonalamatl calendario religio-
so, de vaticinios, satánico, etc., era incorrecto, pues
Para manejar las dificultades visuales en la obser- en el esquema de la figura 279, se ve claramente en
vación y a la vez tener una apreciación conveniente forma objetiva, la variación posicional del zohpantla o
para sus estudios y cálculos dentro de las ciencias verano dentro del ciclo del tonalamatl. En el cual to-
afines a la astronomía, hacen variable la posición de mando el lapso de difícil observación visual y con un
zohpantla, y para lograrlo la enmarcan y computan promedio de 105 días, incluido el verano, se nota cla-
dentro de la unidad zemilwitl o tonalamatl (260 días), y ramente la variación posicional del zohpantla dentro
así tener la posición de zohpantla o verano de 91 días de los ciclos del tonalamatl y detectando también que
en un ciclo de 365.25 días (en Mesoamérica tiene un cada siete ciclos hay un tonalamatl que está libre de la
promedio aproximado de 105 días la etapa de visuali- etapa difícil, es decir, con cielos limpios que incluyen
zación celeste difícil) y así obtener la correlación de las tres estaciones restantes; tonazko (otoño), zekuitzpan
posición y tiempos de estudio de la etapa meteoro- (invierno), izkalli (primavera) y así obtenían una se-
lógica del verano en la secuencia de los tonalamatl cuencia programada de la visualización de la bóveda
dentro de los ciclos de traslación o xiwitl hasta ser celeste en y para sus estudios correspondientes en la
coincidentes cada xiuhmopilli o 52 años. Tierra.

1 365.25 Acotación: años


2
3
4
5
6
7
1 8
2 9
3 10
4
5
105 6
7
8
9
10
260 11
12
13
14
15

260
36.5
FIG. 279
200 F ELIPE L IRA M ONTES DE O CA

Independiente de su función como unidad de netas-Tierra, etc. (Véase capítulo 7 “Sistemas de Orien-
tiempo en sus estudios astronómicos, y por lo ya ex- tación e Instrumentacion”).
puesto, notamos el manejo que hacían de un ciclo de
lapso menor dentro de otro ciclo de lapso mayor en Este sistema de cálculo fue detectado al analizar
el kawitl (tiempo medible) dentro del kanitl o tiempo al instrumento indicador iknextilwaztli en las figuras
infinito para situar en el tiempo-espacio una etapa 280, 281 y 282, y en la pieza misma se denotó que el
meteorológica terrestre en la secuencia de la obser- brazo indicador de este instrumento tiene una venta-
vación celeste. nilla para leer las indicaciones o datos de la matriz de
su propia plantilla y además la punta de este brazo indi-
En estas condiciones de enlace astronómico y cador tiene un doblez en forma de Z (Zeta) y la altura
estudios terrestres era obvio que requirieran mejores de este doblez es igual al grueso del iknextilwaztli, lo
medios que los ayudaran en sus estudios; uno de que indica que esta punta no solamente indicaba la
estos medios eran los sistemas adicionales en los dirección y altura de un objeto celeste observado, sino
tlachtin, que les permitían el seguimiento cotidiano del que también indicaba en un plano que estuviera al
movimiento aparente del Sol, que les determinaba nivel de su base (véanse figuras 283 y 284).
el movimiento real de la Tierra en el plano en que movía
alrededor del Sol, o sea, en el plano de la eclíptica, y así
entrar simultáneamente a su tercera fase que fue la
planetaria, para complementar su ciencia astronómica.

Otro de los medios de esta etapa de enlace y


complementación, fue sin duda el iknextilwaztli, cuya
función era la de instrumento indicador, como se men-
cionó en el capítulo 1, pero a su vez era parte de un
sistema calculador junto con otras plantillas de matri-
ces que previamente fueron determinadas por cálculo;
estas plantillas fueron hechas en piezas de piedra, en el
amatl de los amoxtin o en edificaciones circulares, y con-
formaron el sistema de cálculo directo, que junto con
su sistema de factorización conceptual les ayudaría en
sus estudios planetarios y en la marcación directa de
los cálculos de tales estudios y por supuesto de los
resultados obtenidos como posiciones sinódicas pla- FIG. 280
CIENCIAS MILENARIAS Y APLICACIONES EN EL CONTINENTE AMERICANO 201

FIG. 282

FIG. 281

FIG. 284

Plantilla graduada

FIG. 283 Amatl

FIG . 284
202 F ELIPE L IRA M ONTES DE O CA

El plano en que se realizaba la indicación podría ser


un ikzemiwaztli lítico (la matriz de cálculo de un planisfe-
rio estampado en amatl) o bien en una edificación cir-
cular, que en su base superior tuviera determinada
matriz de cálculo previamente delineada o marcada y
esta matriz podría ser terrestre o de algún objeto celes-
te que iba a ser computado en combinación con la
matriz del iknextilwaztli, que a su vez pudo ser para Tierra
o para objetos celestes, principalmente planetas.

Al computar las indicaciones de las dos matrices


FIG. 285
en uso y utilizando el brazo indicador como cursor,
además de usar los factores-conceptos y marcaciones
correspondientes, obtenían los resultados requeridos.

El iknextilwaztli operando individualmente, se com-


portaba como un transportador actual (véase figura
285). Y al conformar con la segunda plantilla el instru-
mento calculador, la función de este instrumento com-
binado era similar a la función de la regla de cálculo
usada en las décadas de los 40 y 50 del siglo pasado
(véase figura 286).

Al mencionar esta similitud de funciones, es na- FIG. 286


tural que se detecte la diferencia de tamaño y mate-
riales usados en la tecnología mesoamericana, pero así lo hicieron, que la segunda plantilla debía ser de
también se detecta que el uso de la función de estos mayor superficie para las indicaciones y marcaciones
instrumentos mesoamericanos, fue milenios antes necesarias y de tal forma, que el iknextiwaztli actuara
que el uso del mencionado transportador y regla de sobre la matriz de la segunda plantilla, por lo que el
cálculo del siglo pasado, al referirnos a la diferencia calculador podría ser del mismo material o de mate-
de tamaño y material empleado para su manufactura, riales diferentes, de manera que el tamaño primor-
hay que hacer notar que como su uso era de marcación dialmente de la segunda plantilla determinaba el
directa tanto en sus cálculos e indicaciones, vieron y material usado, así por ejemplo:
CIENCIAS MILENARIAS Y APLICACIONES EN EL CONTINENTE AMERICANO 203

a) Si el powatzin o calculador era para uso manual dos en el capítulo 1, o con pequeñas columnas y cuan-
y personal, por lo regular en forma de pectora- do la marcación sería en forma permanente, la hacían
les, el material empleado era el oro en ambas por medio de parámetros fijos, de edificaciones se-
plantillas y su tamaño pequeño y posiblemen- cundarias, o con columnas a cierta profundidad, etc.;
te usaron también el jade para los de tamaño por lo que el material empleado en el iknextilwaztli, fue
un poco mayor. piedra o madera, sobre todo en este material para
facilidad de uso, y el material de la segunda plantilla
b) Si la utilización era para fines académicos y fue el propio de la edificación circular y el tamaño fue
docentes, el iknextilwaztli (primera plantilla) ac- mayor, como lo podemos constatar en la actualidad al
tuaría sobre piezas parecidas a la “Piedra de contemplar las edificaciones circulares que apoyándose
Tizoc”, que sería la segunda plantilla y en este en sus paisajes, incluyendo su horizonte, consiguieron
caso el iknextilwaztli sería de madera para facili- no solamente su marcación y delineamiento, sino tam-
dad de operación y la segunda plantilla sería bién conseguían fijar en “sus cielos”, los resultados
pétrea y para calculadores de mayor tamaño marcados y delineados como lo fueron en:
posiblemente ambas plantillas eran líticas.
Kalixtlawaka
c) Para cálculos en su presente y futuro, la segun- Chichen Itza
da plantilla debía tener una superficie más am- Ixtapaluka (ya destruida y desaparecida)
plia para marcar datos futuros que debían ser Zempoala
permanentes durante lapsos muy grandes y que Kuikuilko
debían ser computados y sincronizados con las Sabinito Tamaulipas
marcaciones movibles o temporales de lapsos Las Yakatas de Michoacán
menores de los cálculos inmediatos. La Gran Plataforma del lado oriente del Iztaccihuatl, etc.

Estas superficies amplias las consiguieron hacien- Las matrices usadas en las primeras y segundas
do la segunda plantilla en forma de edificación circular plantillas del sistema calculador (personal, académi-
que en su base superior tuviera calculada y delineada co, edificación circular), fueron similares a las que se
su matriz apropiada, e incluso dicha matriz podría ser muestran en la figura 287, cuyas divisiones y partes
adicionada y bien podría ser para cálculos terrestres o de sus matrices, eran de 38, 29, 40, 20, 8, 16, etc., y el
de cualquier otro objeto celeste, y al ser computada número de matrices en varias plantillas era de uno,
con la matriz del iknextilwaztli, obtenían los resultados dos, tres, según su aplicación y en algunas segundas
requeridos para su marcación temporal o momentá- plantillas aparte de su función astronómica, fueron
nea que hacían con parámetros como los menciona- posteriormente usados sus laterales para grabar
204 F ELIPE L IRA M ONTES DE O CA

ideogramas narrativos, históricos o de otra índole,


como se ve claramente en los laterales en la segunda
plantilla académica o docente “Piedra de Tizoc”, y en
la que está en la sala Mexica, ambas en el Museo Na-
cional de Antropología.

El fijar en “sus cielos” los resultados de estudios


específicos, les permitió manejar con mayor precisión
su mecánica celeste apoyándose en los medios que
tenían, como grandes acervos de datos, instrumentales
y matemáticas apropiadas.

Para comprender mejor lo anterior, hagamos tres


ejemplos del empleo de estos powaltin (calculadores),
dos en forma general y un tercero lo haremos transpor-
tando su milenario uso a nuestros tiempos actuales en
una plantilla circular muy conocida, como lo es Kuikuilko
y que el autor conoce bastante bien, pues trabajó en
instrumentación y control automático en la empresa
Loreto y Peña Pobre, en las tres fábricas de la zona,
durante 20 años a partir de 1956 y recuerda bien que,
don Carlos de la familia Lenz, le mencionaba de una
larga “bancada” de piedra que se encontraba al oeste
de la Av. Insurgentes a la altura de un mercado actual de
artesanías muebleras y esta bancada para ser removi-
da por el DDF, tuvo que ser fragmentada en varios tra-
mos. La deducción es que esta “bancada” bien pudo
ser un parámetro de Kuikuilko en forma de columna y que
como la columna recientemente encontrada en
Kuikuilko por el INAH y que bien podría tratarse del siste-
ma de parámetros fijos que nuestros ancestros usaban
para las segundas plantillas en forma de edificaciones
circulares y que marcaban datos anteriores o futuros. F IG. 287
CIENCIAS MILENARIAS Y APLICACIONES EN EL CONTINENTE AMERICANO 205

Además de la anterior razón para hacer el tercer


ejemplo en Kuikuilko, se deben tomar otras razones
como era el manejo que se hacían ahí de los ejes
Tlauhkopan, base de sus ciencias físico-matemáticas y
astronómicas y el manejo que también hacían del eje
de Witzilopochtli, que era base de sus ciencias botáni-
cas, genética y de medicina, pues a partir de tal eje y
con un espacio de 2.6 αZE=46.8º (grados actuales) y
en un tiempo de 182.625 rotaciones o días, junto con
el movimiento aparente del Sol se iniciaba el despla-
zamiento de una temperatura invernal a una tempe-
ratura primaveral y a una temperatura de verano de
igual espacio y tiempo y en forma dual o contraria se
desplazaba de una temperatura de verano a una de
otoño y nuevamente a una invernal.

A su vez, en los mismos espacios y tiempos y en


forma también dual y con el mismo inicio, se indica-
ban las variaciones de la incidencia de los fotones de
la luz solar, así como de otros efectos solares que nues-
tros antepasados utilizaban y computaban en sus otras
206 F ELIPE L IRA M ONTES DE O CA

ciencias antes mencionadas y era a partir del inicio c) Una segunda plantilla con matriz de 20 divisio-
hacia el norte del movimiento aparente del Sol y que nes idénticas a las divisiones de su ecuador
sucedía precisamente en el solsticio de invierno, al cual terrestre y celeste.
apunta el eje de Witzilopochtli, y a este inicio nuestros
ancestros llamaban cariñosamente el nacimiento d) Los factores-concepto de Venus y Tierra (FcV
de Witzilopochtli o tonapilli, es decir, el nacimiento del y FcT):
niño Sol.
FcV = c. sinódico = 584 = 36.5
Otra razón de selección fue la correlación de ejes Matriz 16
de Kuikuilko con otros centros de estudio de gran an-
tigüedad y relevancia científica cuyo enlace angular FcT = traslación = 365.25 = 18.26
entre tales ejes fue previamente calculado con refe- Matriz 20
rencia a la unidad de observación astronómica (∝ze)
(véase el plano de la figura 288 y las figuras 289 y e) Y con los ejes: Tlauhkopan
290, que sólo tienen indicación angular, sin escala
longitudinal). Hechas las aclaraciones anteriores, ha- Eje de la conjunción superior Tierra-Sol-Venus
gamos el primer ejemplo: previamente determinado

Será el cálculo sinódico de una determinada La manera o mecánica de utilización de este sis-
posición de Venus, para definir la posición apa- tema de cálculo era (véase figura 291):
rente del Sol en la eclíptica y con ello determinar
la posición sideral de la Tierra y para lo cual nues- 1. Fijar su segunda plantilla orientada en dirección
tros antiguos matemáticos y astrónomos conta- del eje 2 Tlauhkopan al inicio de ollin (media noche).
ban con:
2. Posiciona su iknextilwaztli centrándolo encima
a) El conocimiento sinódico de Venus=584 ro- de la segunda plantilla apuntando el inicio de
taciones terrestres o días sus divisiones hacia el eje 2 de la conjunción
superior Tierra-Venus y con el brazo móvil de
b) El iknewxtilwaztli con una matriz en este caso su indicador, apuntaban hacia Venus en el mo-
de 16 divisiones, similar a una de las matri- mento del estudio posición A, en el eje 3, y a
ces de la “Piedra de Tizoc” que tiene tres ma- través de la mirilla del brazo tomaban la lec-
trices de 16, 40 y 48 divisiones. tura de las divisiones de su matriz a partir del
eje 2, en la figura del ejemplo serían 3.
CIENCIAS MILENARIAS Y APLICACIONES EN EL CONTINENTE AMERICANO 207

20.00

19.50 19.50

C. Gordo

ZE
2α Teotiwakan 19.40
19.40

ZE

Tenayuka Texkoku
ZE
α
ZE
α

19.30 19.30

Tenochtitlan 4α ZE
2α ZE

19.20 19.20
C. de la Estrella
Kuikuilko Tlapakoya
½αZE
Xochimilko Chalko

19.10
Amekameka

Popokatepetl 19.00

99.00 98.50 98.40 98.30


FIG. 288
208 F ELIPE L IRA M ONTES DE O CA

3. La lectura de la matriz venusina la multiplica-


5α ZE
ban por el factor FcV para obtener el tiempo
Tula de desplazamiento venusino del eje 2 al eje 3
4α ZE y que era 3 × 36.5 = 109.5 días, pero a su
vez este tiempo era el mismo que empleó la
Teotiwakan Tierra en su traslación hasta el momento A de
Tenayuka estudio de Venus y también a partir del eje 2,
por lo que dividiendo el tiempo encontrado
Tezkoko
entre el factor FcT terrestre obtenían:
3αZE
1½ 109.5 = 5.995 aproximadamente 6 divisiones
α 18.26 de la matriz terrestre.
2α ZE

ZE Tlapakoya
C. Estrella
Kuikuilco Hacia este valor apuntaban el extremo del brazo
Amekameka
indicador en la matriz terrestre y se obtenía el eje 2
Xochimilco
Popokatepetl que determinaba la posición aparente del Sol en la
FIG. 289
eclíptica, con lo que obtenían la posición sideral de
la Tierra para el momento en que Venus se encuentra
en la posición A, sobre el eje 3.

Ahora bien, el segundo ejemplo será con el estudio


Teotiwakan sinódico del planeta Marte, cuyo ciclo es de 780 días
α ZE y en el cual, siguiendo la misma mecánica de utiliza-

Tenayuka ción del sistema calculador, pero ahora usando en el
Texkoko iknextilwaztli una matriz de 40 divisiones (véase figura
1α Z
E
292), y por lo tanto con un factor FcM=780= 19.5.
40
ZE

Kuikuilko Tlapakoya En consideración el tiempo α2 desplazamiento de


Marte del eje 2 al eje 3 que es de 7 divisiones en la
matriz de Marte, por lo que el valor del tiempo α2
Popokatepetl
será de 7 × 19.5 = 136.5 días. Este valor obtenido lo
dividían por el factor FcT obteniendo: 136.5 = 7.47
FIG. 290 divisiones de la matriz terrestre. 18.26
CIENCIAS MILENARIAS Y APLICACIONES EN EL CONTINENTE AMERICANO 209

Matriz Tierra = 20

FLT = 18.26

Matriz Venus = 16

F CV = 36.5

Ciclo sinódico de Venus = 584 días


1 Tlauhkopan

2

Eje
conjuncional
α2

Cálculo sinódico de Venus


α4

3
Posición A
de Venus
α3

4 Posición eclíptica de la Tierra

FIG. 291
210 F ELIPE L IRA M ONTES DE O CA

Matriz Tierra = 20

FC T = 18.26

Matriz Marte = 40

FCM = 19.5

Ciclo sinódico de Marte = 780 días


Tlauhkopan
1

2 α1

Eje
conjuncional
α2
α4

Cálculo sinódico de Marte

3
α3

Posición A
de Marte

Posición eclíptica de la Tierra


4
FIG. 292
CIENCIAS MILENARIAS Y APLICACIONES EN EL CONTINENTE AMERICANO 211

Esquema s/escala excepto distancias


planetas en U.A. distancia Tierra-Sol

Tlauhkopan
0 0.5 1.0 1.5
arte
Ó rbita M Bóveda y ecuador
celeste infinitamente
reducidos
ie rra 0
1 23 Bóveda celeste
t aT 21 de marzo
r bi 2 22
Ó abril
Órb
ita M marzo 21
3

mayo erc
urio
4

febrero

20
5

junio

19
enero
6

julio

18
7

diciembre

agosto 17
8

16

noviembre
9
15

septiembre octubre
10 14
11 12
13

23 de
septiembre

FIG. 293
212 F ELIPE L IRA M ONTES DE O CA

A partir del eje 2 y con este valor lo marcaban de la conjunción mencionada y considerando a la
con la punta del brazo indicador en la matriz terrestre Tierra como centro del movimiento solar aparente y
y obtenían la dirección del eje 4 de la posición apa- sobreponiendo en el centro la plataforma superior
rente del Sol en la eclíptica para determinar la posi- de Kuikuilko con una dimensión sin escala pero muy
ción de la Tierra en el momento en que Marte estaba aumentada, las matrices de 16 (Mercurio) y de 20 (Tierra)
en la posición A, sobre el eje 3. (véase fig 294).

Para el tercer ejemplo, que será como ya dijimos La figura 295, muestra la posición espacial de la
en Kuikuilko, debemos aclarar sobre la situación en el conjunción superior de Mercurio.
espacio de la parte del sistema planetario que nos
ocupa: Así pues, dando valores al eje 2 que será la fecha
de la conjunción superior de Mercurio el 30 de abril
La Tierra y los tres planetas de los ejemplos, giran de 1994, previamente marcada en la plataforma su-
alrededor del Sol en órbitas determinadas de acuerdo a perior por el parámetro Q2 que indica al eje 2 y sobre
sus distancias respecto al Sol, tomando la U.A. (distan- esta indicación se posiciona el inicio de la matriz de
cia Tierra-Sol), lo cual se nota tomando como centro Mercurio. El siguiente paso será dirigir el brazo indica-
al Sol en el momento de la conjunción Tierra-Sol-Mer- dor hacia la posición A, de Mercurio, que será el eje 3
curio (véase figura 293). y se toma la lectura en la mirilla entre el eje 2 y el eje 3 que
será de 1.5 divisiones de la matriz de Mercurio y de
Para el estudio sinódico en el momento de la con- acuerdo con el factor-concepto Fc de Mercurio
junción, la Tierra se considera como el centro del 116 = 7.25 en donde la lectura representa
movimiento aparente del Sol, pero las órbitas de los 16
planetas seguirán siendo siderales y con centro en el 7.25 × 1.5 = 10.875 días.
Sol a lo largo del movimiento aparente del mismo.
Como es natural, la posición A en el eje 3 fue
Hecha la aclaración pasemos al tercer ejemplo, marcada por el parámetro Q3 en la plataforma.
que haremos en nuestros tiempos en el año de 1994,
en el centro de observación y cálculo de Kuikuilko, Para conseguir el buscado eje 4 de la posición solar
aunque podría ser otra cualquiera edificación circular aparente, basta dividir el valor de 10.875 entre el fac-
y otra fecha actual, en las que se usará el calendario tor Fc de la matriz terrestre:
gregoriano y también se usarán para comprobación
las 24 divisiones actuales del ecuador celeste, o sea, 10.875 = 0.595 aprox. 0.6 divisiones de la matriz terrestre
la ascensión recta (a). Usando la figura 293 y a partir 18.26
CIENCIAS MILENARIAS Y APLICACIONES EN EL CONTINENTE AMERICANO 213

Esquema s/escala excepto distancias


planetas en U.A. distancia Tierra-Sol

Tlauhkopan
0 0.5 1.0 1.5
Marte
Órbita Bóveda y ecuador
celeste infinitamente
Eje 2 reducidos
ie rra 0
1 23 Bóveda celeste
t aT
r bi 2 us
21 de marzo
22 Calendario
Eje 4 Ó a Ven abril
Órbit terrestre gregoriano
Órb marzo
ita M 21
3

mayo erc
urio
4

febrero Ascensión

20
recta
Eje 3
5

junio

19
Δ Q1
ΔQ2
ΔQ4
enero
6

ΔQ3

julio

18
Posición A
Mercurio
7

diciembre

17
agosto
8

noviembre 16
9
15

septiembre octubre
10 14
11 12
13

23 de
septiembre

FIG. 294
214 F ELIPE L IRA M ONTES DE O CA

Marte Marte

Mercurio
Mercurio

Venus
Venus
Mercurio

Tierra Tierra

FIG. 295 FIG. 296

Con este valor de 0.6 contado a partir del eje 2 Véanse en las figuras 295 y 296, la posición apa-
sobre la matriz terrestre, por la punta del brazo indica- rente del Sol en el espacio para el momento A, des-
dor con lo cual dicho brazo marcará el eje 4 que estará pués de la conjunción Tierra-Sol- Mercurio, y con
dirigido a la posición solar aparente para el mismo mo- referencia al Tlauhkopan.
mento A, de Mercurio y cuyo fechamiento es de:
En el ecuador celeste de la figura 294, la ascen-
30 abril + 10.875 días = 30 abril + 10 días + sión recta el eje 4 es aproximadamente de 3 h 15 min.
+ 21 h = 10 mayo a las 21 h Y para comprobar se consulta el anuario astronómico
CIENCIAS MILENARIAS Y APLICACIONES EN EL CONTINENTE AMERICANO 215

de 1994 y para mayo 10 a las 21 h da una ascensión Weypowalli= 20 Xiuhmopilli


recta de 3 h 10 min, en donde la diferencia entre el Weypowalli= 260 Nawi Ollin
esquema y el anuario: Weypowalli= 1040 Xiwitl (años)

3 h 15 min – 3 h 10 min = 5 min También tenían un gran acervo milenario de co-


nocimientos estelares que les darían datos para
Es muy aceptable como error por la apreciación de lograr matrices y factores-concepto para estudios de
valores y el trazo mismo del esquema de la figura 294, tiempos mayores, como los 13 cielos duales, todo esto
lo que verifica que el uso del sistema de cálculo powatzin para usar los instrumentales de cálculo directo, como
que usaban nuestros antiguos astrónomos tenía pre- el sistema empleado por los avances de su ciencia
cisión para los cálculos en que lo emplearan. astronómica y los medios para lograrlo, debieron te-
ner otros sistemas de cálculo directo aún no estudia-
Los ejemplos anteriores fueron para determinar la dos, así como otros ejes parametrales tal vez celestes,
posición aparente del Sol, por medio de matrices y aparte de ejes conjuncionales y del eje Tlauhkopan y
factores-concepto a partir de la posición A, de determi- sobre todos sistemas espacio-tiempo, como los 13
nados planetas y con referencia a ejes de conjunción cielos duales y que fue el por qué de la gran precisión
de los mismos planetas con la Tierra y utilizando el siste- en sus cálculos astronómicos hoy conocidos.
ma de cálculo formado por la matriz del iknextilwaztli,
y una segunda plantilla con matriz terrestre, pero como Era natural que para tal capacidad científica, una
es lógico, se podría usar también la matriz terrestre milenaria y continuada constancia en observaciones y
en el iknextilwaztli y en la segunda plantilla la matriz de estudios con un gran apoyo matemático y era obvio
determinados planetas y siguiendo la mecánica de que tuvieran una tecnología de recopilación y acopio
operación ya descrita del sistema de cálculo, se pue- de datos con una técnica de lectura fácil y de segui-
de obtener la posición de los planetas para una posi- miento continuado y que lograron al hacer que las ho-
ción o fecha A, de la Tierra. jas de sus amoxtin se desplegaran en forma lineal para
obtener también en forma lineal la lectura de parte o
Pero también en los anteriores ejemplos en que la del total de lo expuesto en los textos de los amoxtin
unidad usada fue el ilwitl o día, y fue suficiente en sus (véase figura 297).
cálculos planetarios en los ejemplos mostrados, nues-
tros antepasados tenían unidades mayores como: Esta milenaria tecnología de impresión y lectura
fácil y continua actualmente se vuelve a usar en los
Xiwitl = 365.25 días registros que también son plegables de los instrumen-
Tonalam Ikzemitl = 13 Nawi Ollin tos de medición y control automático de procesos
216 F ELIPE L IRA M ONTES DE O CA

industriales; tal sistema también es utilizado en com- actualmente en el Museo Amparo de Puebla, Pue., y que
putación con tan sólo una diferencia de milenios con con el emblema de la xomulzen, que como ya habíamos
las épocas en que fueron utilizados por nuestros an- dicho, representaba sus conocimientos y ciencia
tepasados (véase figura 299), en la que vemos un re- astronomica y con el símbolo de la floración de simien-
gistro o carta de un control industrial y nótese la te, nos dice en el ideograma: “La ciencia astronómica
similitud con el amoxtin de la figura 297. da florecimiento a la simiente que se base en ella”.

Así, en amoxtin de fácil consulta, nuestros antiguos Con toda seguridad, se referían a sus otras cien-
sabios transmitían los conocimientos de su presente, cias que se basaban o apoyaban en los conocimientos
pasado y para su futuro, desgraciadamente muy pocos astronómicos.
se salvaron de su destrucción en los años 1500 y poste-
riormente. A pesar de esta desgracia, todavía podemos Nota: La figura 298, es una fotografía de la pieza
estudiar sus conocimientos y conocer algunos men- original que se encontraba en conservación (marzo
sajes como el de la zona olmeka que se encuentra de 1997) y que el Museo Amparo nos permitió tomar.

FIG. 297
CIENCIAS MILENARIAS Y APLICACIONES EN EL CONTINENTE AMERICANO 217

FIG . 298

FIG . 299
CIENCIAS MILENARIAS Y APLICACIONES EN EL CONTINENTE AMERICANO 219

Capítulo 4.
Xiuhmopilli y Nawi Ollin

PP ara nuestros antiguos astrónomos el xiuhmopilli no solamente fue una unidad de


52 años que enlazaba los cálculos de la fase astronómica estelar y la fase Sol-Tierra,
sino que también fue la concepción del cambio de la visión de la bóveda celeste
perceptible en una generación y la siguiente. Esta visión de la bóveda celeste la
consideraban como la piel de un jaguar acariciada o barrida por el eje Tlauhkopan
en un lapso de 52 traslaciones (años), véanse figuras 304 y 310 de la representa-
ción del ideograma Xipe-totek del Códice Borgia.

Este barrimiento en el xiuhmopilli les mostraba la visión del sector de bóveda


celeste (piel cósmica) que cambiaría al cabo de los 52 años que duraba cada
xiuhmopilli, para que en los posteriores 52 años, la sección de bóveda observada
sería remplazada por la siguiente y nueva sección (piel) en la continuidad de la
visión celeste indicada por el Tlauhkopan, naturalmente que el conocimiento por
calculo y observación del cambio de piel (visión celeste), que era en sí la correc-
ción posicional del Tlauhkopan en el cielo sobre un nuevo parámetro celeste. Re-
cuérdese que el eje Tlauhkopan estaba formado; por el ojo del observador un
parámetro Q terrestre, el Sol y una determinada estrella (véase figura 300). Y esta
reposición de la indicación celeste del Tlauhkopan se apoyaba en el sistema cuadri-
cular que tenían al haber dividido su bóveda celeste en 20 partes horizontales y 20
partes verticales, en el cual se hallaba ubicado el parámetro estelar ON que forma-
ba el Tlauhkopan y que sería corregido o reemplazado por otro nuevo parámetro al
219 inicio del siguiente ciclo de 52 años.
220 FELIPE LIRA MONTES DE OCA

Nuestros ancestros tenían un sistema de marca- la consideraron constante para sus cálculos y estudios
ción directa en sus estudios y cálculos. Basado en esto, durante el lapso de 52 traslaciones (años) y hacían la
era natural que el empleo de esta unidad enlazadora corrección necesaria al final de tal lapso, aunque te-
de 52 años, lo hicieran en forma adecuada casi espe- nían la capacidad para hacer correcciones de menor
cial debido a su relación y magnitud espacio-tiempo tiempo, algo similar a la corrección que se hace cada
en el movimiento de precesión (26,000 años), pues el 50 años en los planisferios que usamos actualmente,
lapso de tal unidad, el desplazamiento angular del eje por ejemplo el planisferio usado para comprobaciones
Tlauhkopan, era muy “ cerrado”, pues tenía una rela- para este estudio es de la época 1950-2000.
ción 1/80 que correlacionada con las mediciones an-
gulares actuales, apenas tendría un valor de 43.16 Pues bien, la medición en el sector de bóveda ce-
(minutos angulares), y por tal motivo a esta indicación leste correspondiente, fue de la siguiente manera:

)
Q N
FIG. 300

Consideran al eje Tlauhkopan con sus componen-


tes habituales, pero en este caso el parámetro Q lo
formaron de dos partes –una parte con un eje visor y
la otra con una señal luminosa– (véase figura 301).

Al eje visor le dan la forma (véase figura 302) que


tenía la representación del Tlauhkopan en sus amoxtin
e ideogramas líticos (véase figura 304) (Xipe-Totek) del
Códice Borgia en la misma página.

La señal luminosa la producían en un brasero, ali-


Parámetro Q mentado posiblemente con brea o chapopotli para su
ignición (véase figura 303). Antes de continuar la ma-
nera de la medición del xiuhmopilli, surge una pregun-
ta, ¿Por qué se subdividió el parámetro Q en dos
partes? (véase figura 301).
Tlauhkopan
FIG. 301
CIENCIAS MILENARIAS Y APLICACIONES EN EL CONTINENTE AMERICANO 221

FIG. 302

FIG . 304

La respuesta está al enlazar su fase estelar con su


fase Sol-Tierra, pues en las observaciones que les sir-
vieron para encontrar las dimensiones de sus 13 cie-
los duales posiblemente las encontraron o confirmaron
en la observación del parámetro estelar x que con-
formaba el Tlauhkopan que determinaron desde el
Huixachitlan (Cerro de la Estrella), y al pasar el tiempo
plenamente registrado en sus amoxtin, detectan que,
después de 1000 años, el parámetro estelar x que
conformaba el Tlauhkopan del Cerro de la Estrella, es-
taba sobre el eje que une al Huixachitlan y Tlapakoya
(véase figura 305), y que el ángulo β (Beta) de relación
16/65 formado por el Tlauhkopan del Cerro de la Es-
trella y el eje del mismo Huixachitlan y Tlapakoyan
correspondía al ángulo β de los 13 cielos duales.
FIG. 303
222 FELIPE LIRA MONTES DE OCA

Huixachititlan
(C. de la Estrella) Movimiento real
de los Tlauhkopan
Kulhuakan Tlauhkopan
(Lugar de los antiguos)
β Tlapakoyan x

Tlauhkopan

Kuikuilko Akozpan
x
16
β = Movimiento aparente
65
de la extrella x

FIG. 305

Pero ya en su fase Sol-Tierra los lapsos no podrían sí, deciden iluminar a los dos para una óptima visuali-
ser tan amplios como en su anterior fase estelar. Por zación (véase figura 306). Y para asegurar que la
lo que deciden hacerlo, como era de esperarse, con visualización estuviera sobre los ejes correspondien-
la unidad de enlace de 52 años y era lógico que tes, agregan una segunda parte al parámetro Q que
con estos lapsos menores no tuvieran los parámetros fue el visor, que como ya se dijo tenía la forma
apropiados para una secuencia de mediciones conti- de representación del Tlauhkopan y además podía
nuadas, por lo que optan hacerlas a partir de un de- variarse su tamaño desde aproximadamente 8 cm has-
terminado Tlauhkopan y un parámetro previamente ta unos 2 metros, por lo que podían usar estos visores
calculado para un espacio correspondiente a los 52 según su tamaño y con sólo alejarlos o acercarlos al
años y aprovechando justamente el desplazamien- ojo del observador según fuera necesario obtenían una
to aparente del mismo parámetro estelar del visual correcta, siempre que estuvieran sobre los ejes
Tlauhkopan de referencia y para lograr la visualiza- de sus respectivas señales luminosas (véase figura 307).
ción de los parámetros Q muy cercanos entre
CIENCIAS MILENARIAS Y APLICACIONES EN EL CONTINENTE AMERICANO 223

El ángulo α muy amplificado

NX

N
b

Q1
N
β

Q2
1
α =
80
FIG. 306

FIG. 307
224 FELIPE LIRA MONTES DE OCA

Estos visores se pueden apreciar en las figuras


308 a 317.

Obtenida la respuesta del por qué en el xiuhmopilli


el parámetro Q lo componía dos partes, un visor y una
señal luminosa, pasamos a la mecánica de esta medi-
ción, en sí bastante sencilla, pero altamente funcional.

Una vez determinado el Tlauhkopan a través del


visor y su respectivo parámetro Q1 y a su vez calcula-
do el segundo parámetro Q2 de acuerdo al ángulo alfa
de relación a/b=1/80 (véase 307), detectaron que la
estrella N del Tlauhkopan, que de acuerdo al movi-
FIG. 308 FIG. 309
miento de precesión de la Tierra, tendría un movi-
miento aparente de desplazamiento para que al final
de 52 años estuviera sobre el eje del segundo pará-
metro Q2 y en este momento se apagaría el fuego de
este parámetro Q2 y se encendería el fuego del paráme-
tro Q1, del Tlauhkopan (Fuego nuevo) o inicio del
xiuhmopilli (nuestro hermoso niño). Y que naturalmente
el Tlauhkopan de referencia ya no tendría como
parámetro estelar a la estrella N sino que apuntaría
a un nuevo parámetro estelar Nx.

Por lo que en síntesis, el xiuhmopilli sería la co-


rrección a la indicación que el Tlauhkopan hiciera res-
pecto a los parámetros estelares según el movimiento
de presesión de la Tierra, pero a su vez servía para
medir el ciclo procesional, anotando tal medición en
piezas líticas que simbólicamente guardaban como
xiuhmopilli y sucesos transcurridos de algún modo da-
ban datos, aún no estudiados sobre el ciclo ya conta-
do (véanse figuras 318 a 322). FIG. 310
CIENCIAS MILENARIAS Y APLICACIONES EN EL CONTINENTE AMERICANO 225

FIG. 314

FIG. 311

FIG . 312

FIG . 313 FIG. 315


226 FELIPE LIRA MONTES DE OCA

FIG. 316 Es natural que el conteo del xiuhmopilli lo hicieran


de acuerdo a los movimientos reales de la Tierra y cuan-
do a la matriz de cálculo de la Tierra le habían asignado
nombre y glifo a cada uno de sus xomulnakaze (cuadrete)
y, además, el conteo de sus xiuhkoatzin (13 cielos duales),
lo calcularon a partir del decimotercer cuadrete conta-
do en dirección al movimiento de precesión, y que al
dar nombres y glifos a los cuadretes de la matriz le co-
rrespondió el nombre de Akatl, quedando este cuadrete
o punto de cálculo en las xiuhkoatzin como 13 Akatl.

Por esta razón el xiuhmopilli tuvo un inicio en su


conteo al final de Ze-tochtli o principio de Akatl. Pues los
inicios de las cuentas de los 52 años los tomaban en un
año o portador del Nawi Ollin y que eran: Tochtli, Akatl,
Tekpatl y Kalli, y la dirección del conteo de acuerdo a
los movimientos terrestres mencionados.

Pero ya en su fase Sol-Tierra y su sincronización


FIG. 317 con su tercera fase astronómica, que era la planetaria,
así como sus necesidades calendáricas-civil-solares,
el inicio del xiuhmopilli se comenzó en 2 Akatl y con
dirección acorde al movimiento aparente del Sol y por
supuesto de las estrellas.

Ambos inicios fueron vigentes hasta la época


Tenochka según el requerimiento de cálculo celeste o
cálculos Tierra-Sol, planetarios y calendarios. Aún que-
dan datos de ello, pues precisamente en el Huixachitlan
o Cerro de la Estrella, se puede precisar dónde fueron
colocados los parámetros Q1 del Tlauhkopan y el Q2
previamente calculado y que es posible hayan tenido
una separación aproximada entre ellos de 25 metros
CIENCIAS MILENARIAS Y APLICACIONES EN EL CONTINENTE AMERICANO 227

FIG. 318

FIG. 320

FIG . 319
228 FELIPE LIRA MONTES DE OCA

FIG. 321 y de acuerdo a la relación angular a/b = 1/80, por lo


que la distancia b sería la separación de los parámetros
Q al ojo del observador y sería de 25 × 80 = 2000
m, y que coincide con el centro de observación y cál-
culo de Kulhuacan (Lugar de los antiguos). Actualmen-
te es un ex convento agustino con museo local y en el
cual se encontró el visor (figura 306) y el brasero (fi-
gura 307). Lo que confirma que Kulhuacan sí fue pun-
to de observación y cálculo del xiuhmopilli con
parámetros ígneos en el Cerro de la Estrella. Se dedu-
ce que era probable que lograda la corrección en este
momento y en forma ceremonial cívico-científica, ha-
yan prendido un fuego de mayores dimensiones que
comunicaba a los habitantes del nacimiento de un
nuevo xiuhmopilli para que se siguiera usando el eje
Tlauhkopan, pero ya con un nuevo parámetro este-
lar y por lo tanto en los
usos especiales o de aplicación
científica de tal eje se corrigie-
ran o reubicaran las marcaciones
terrestres con indicación
sideral.

FIG . 322
CIENCIAS MILENARIAS Y APLICACIONES EN EL CONTINENTE AMERICANO 229

NAWI OLLIN tro partes del Nawi Ollin y a estas cuatro partes o
xiwitl las llamaron Nawi Oliniani para sus cómputos
Dentro del movimiento de traslación, el Nawi Ollin es en la matriz terrestre de cálculo, les dieron a estos
el ciclo de cualquier meridiano y parámetros terrestres portadores el nombre de cada cuarta parte de dicha
para tener el mismo eje indicador respecto al Sol; si matriz, y estos nombres fueron: Tekpatl, Kalli, Tochtl y
tomamos en cuenta que el movimiento de traslación Akatl en el sentido real de los movimientos de la Tie-
tarda 365.25 rotaciones o días en efectuarse, el ciclo rra. Por lo que ya en su dinámica terrestre alrededor
mencionado se realizará en 4 movimientos de trasla- del Sol, apoyándose con la unidad xiwitl y por simple
ción como claramente lo indica su nombre Nawi Ollin observación detectar el ciclo completo. Y para ello
“Cuatro movimiento o cuarto movimiento” = 1461 bastó fijar en su Tlauhkopan un parámetro A con posi-
días (véase figura 323). ción inicial contraria al Sol, es decir, a la media noche
(véase figura 323). Y notaron que el primer movimien-
Pues bien, este ciclo de cuatro movimientos lo to de traslación o portador tekpatl, el parámetro A ter-
tomaron en la fase estelar de su astronomía como una mina ¼ de rotación terrestre delante de la posición
unidad de tiempo, junto con el ikzemilwitl y la weypo- inicial de dicho parámetro.
walli en donde:
La posición del parámetro A en el segundo porta-
1 Ikzemilwitl = 260 rotaciones o días dor Kalli era ½ de rotación posterior a su posición
1 Weypowalli = 260 Nawi Ollin inicial.

Y el propio Nawi Ollin = 1461 ilwitl o rotaciones. En el tercer portador Tochtli termina ¾ de rota-
ción respecto a su posición inicial.
Estas tres unidades fueron básicas en sus obser-
vaciones y cómputos celestes en tal fase. El cuarto portador Akatl termina 4/4 de rotación
respecto a la posición inicial, o sea, la misma posi-
Pero como ya se había dicho antes al sumar su ción que tenía al comienzo de los cuatro movimientos
fase Sol-Tierra y planetaria, necesitaron de nuevas o portadores con los que termina el ciclo del Nawi
unidades, como el xiuhmopilli y el tonalamatl (ikzemil- Ollin, en su contexto estelar debido a que se contó
witl), respectivamente. en la dirección de los movimientos reales de la Tierra.

Fue en estas circunstancias cuando la unidad xiwitl Pero estando ya en sus fases Sol-Tierra y planetaria,
tomó gran relevancia en sus cálculos terrestres, debieron contabilizar también al Nawi Ollin tomando
planetarios y celestes, así como para formar las cua- en cuenta el movimiento aparente del Sol y en este
230 FELIPE LIRA MONTES DE OCA

Nawi Ollin comienza


a contarse a partir
del final de Akatl
medianoche = 0 horas

10 5h
eclíptica
A 15
1er portador Tekpatl
20
termina al
amanecer = 365.25 días

2o portador Kalli
termina al
mediodía = 730.5 días
A

3er portador Tochtli


termina al
atardecer = 1 095.75 días

A
4 portador Akatl
o

termina la
medianoche = 1 461 días

A FIG. 323. Movimientos reales de la tierra.


CIENCIAS MILENARIAS Y APLICACIONES EN EL CONTINENTE AMERICANO 231

caso los Nawi Oliniani o portadores tuvieron la se- glifo y nombre de cada una de las 20 partes. Y que
cuencia: Primer portador Tochtli, segundo Kalli, terce- siendo la matriz de cálculo se le podía asignar ubica-
ro Tekpatl, y cuarto Akatl (véase figura 324). ción en un principio o inicio de función según fuera
necesario, por lo tanto al Tlauhkopan lo hacen pasar al
final del cuadrete tekpatl y principio del cuadrete Ollin.
Nawi-Ollin comienza
a contarse a partir
del final de Akatl Que en contexto cotidiano sería la media noche
medianoche = 0 horas
15
de Tekpatl o principios de Ollin (media noche). Con lo
15 5h cual la visión de los cuatro portadores del Nawi Ollin
1 er portador Tekpatl
tendría un principio y final en Kalli, en el cuadrete
termina al 20 tekpatl (véase figura 325, y dentro de su sistema de
amanecer = 365.25 días
factorización concepto, tendría un factor de 73.05 por
cuadrete.
2 o portador Kalli
termina al
mediodía = 730.5 días
Así en estas condiciones el Nawi Ollin y sus cuatro
portadores fueron utilizados en los cálculos terrestres,
que obviamente seguían ligados a la astronomía, y
3 er portador Tochtli
termina al esta utilización fue para conformar el tonalpowalli
atardecer = 1 095.75 días (conteo-solar) y también para delinear su calendario
civil, que era administrativo, de trabajo, comercial y
de relaciones civiles en general, que fue basado total-
4 o portador Akatl
termina la mente en el Nawi Ollin pero en forma repetitiva cada
medianoche = 1 461 días 1461 rotaciones o días.

Para computar este calendario cívico, dividen a cada


portador en dos lapsos; uno mayor de 18 partes de
FIG. 324. Movimiento aparente del Sol. 20 días cada una y otra menor de 5.25 días.

Pero siendo contabilizado el Nawi Ollin a partir del Naturalmente y de acuerdo a su sistema de factori-
eje Tlauhkopan en sus aspectos astronómicos y apo- zación-concepto, estos lapsos fueron contabilizados
yándose en la matriz de cálculo terrestre, esta matriz con factores apropiados en cada caso y para el lapso
era la división en 20 partes concéntricas de los ecua- mayor el factor fue 72 y para el menor 1. Y la suma de
dores celeste y terrestre ya identificada por número, estos lapsos factorizados en los cuatro Nawi Oliniani
232 FELIPE LIRA MONTES DE OCA

(portadores) les daba el valor de Nawi Ollin (1461 días).


Estas operaciones conjuntas las hicieron en un solo Que terminan en el primer cuarto del día
recorrido de los 20 xomulnakaze o cuadretes de la ma- Malinalli (Amanecer). Y la suma de estos re-
triz de cálculo. sultados es:

La mecánica de este conteo fue como sigue (véanse 360 + 5.25 = 365.25 días
figuras 325 a 328):
(Véase figura 320.)
1. La matriz se divide en cuatro partes de 5 cua-
dretes cada una, correspondiendo a cada 5. En el segundo portador Akatl la secuencia es
portador. la misma; a partir del inicio de Malinalli se mul-
tiplican sus cinco cuadretes por su factor:
2. Comienzan sus conteos tanto para los lapsos
mayores y menores, al inicio de Tekpatl en su 5 × 72 = 360 días
cuadrete Ollin (media noche).
También a partir del Malinalli obtienen 5.25 × 1
3. Toman los nombres y glifos de los cuadretes = 5.25 días, con lo que se obtienen 360 +
de la matriz para designar a los días. 5.25 = 365.25 días, que sumados a los de
Tekpatl, tienen 365.25 + 365.25 = 730.5, ter-
4. Comienzan su contabilidad en el portador minando en el segundo cuarto (medio día) de
Tekpatl en el cuadrete Ollin multiplicando su Mazatl (véase figura 326).
factor 72 por sus cinco cuadretes correspon-
dientes donde el resultado es: 6. Para el conteo del tercer portador Tochtli, es lo
mismo sumando 365.25 + 365.25 + 365.25 =
72 × 5 = 360 días. 1095.75 días y terminando en el tercer cuarto
(atardecer) del día Ehekatl (véase figura 327).
E inmediatamente a partir también de Ollin
los 5.25 cuadretes de su lapso menor, que mul- 7. Por último, el portador Kalli da fin al ciclo con
tiplicados por su factor 1 dan por resultado: una suma de 1095.75 + 365.25 = 1461 días y
terminando en el cuarto/cuarto de Ollin (véa-
5.25 × 1 =5.25 días se figura 328).
CIENCIAS MILENARIAS Y APLICACIONES EN EL CONTINENTE AMERICANO 233

Zipaktli Xochitl Kiawitl


Ehekatl

Tekpatl
Kalli

Kuetlpalin Ollin

Xochitl Kiawitl
Koatl Kozkakuahtli

Tekpatl
Mikiztli
Kuauhtli
Inicia Tekpotl
Mazatl
Lectura 1 Ozelotl
Ollin
Lectura x 72
1Fin Akatl Inicia Tochtli Akatl
Kozkakuahtli
Tochtli Lectura x72
Inicia Akatl
Atl Kuauhtli
Malinalli
Itakuintli Ozomatl
FIG. 326

Mazatl Ozelotl

Factor-concepto Tochtli Akatl


para cada cuadrete:
Lectura x72
De portador = 72 Atl Malinalli
De nemotemi = 1
Itakuintli Ozomatl Lectura x1

FIG . 325 Inicia Akatl Término Tekpotl


234 FELIPE LIRA MONTES DE OCA

Lectura x1
Inicia Tekpatl

Lectura x72
Zipaktli Xochitl Kiawitl
Ehekatl
Tekpatl
Kalli

Kuetlpalin Ollin

Koatl Kozkakuahtli

Mikiztli
Kuauhtli

Mazatl
Ozelotl

Inicia Tochtli Akatl


Tochtli
Lectura x72
Atl
Malinalli
Itakuintli Ozomatl

FIG. 327
CIENCIAS MILENARIAS Y APLICACIONES EN EL CONTINENTE AMERICANO 235

Inicio Tekpatl
Lectura x72
Zipaktli Xochitl Kiawitl
Ehekatl Lectura x72
Tekpatl
Kalli
Lectura x1 Fin Tekpatl
Kuetlpalin Ollin Fin Nawi Ollin

Koatl Kozkakuahtli

Mikiztli
Kuauhtli

Mazatl
Ozelotl

Akatl
Tochtli

Atl
Malinalli
Itakuintli Ozomatl

FIG. 328
236 FELIPE LIRA MONTES DE OCA

Como se dijo, el calendario cívico es repetitivo, sumando los mismos cuadretes usados con el factor
por lo cual el inicio del nuevo ciclo civil comenzará de 1, lo que justificaba su nombre de cuadretes o días
nuevamente al inicio de Ollin. ya contados o vividos, o sea, nemotemi.

El Nawi Ollin, que en realidad es un ciclo, tomado Como es lógico suponer esos días aparte de su
como unidad de tiempo, fue de máximo apoyo en los función como “balance” debieron tener otra aplica-
cómputos astronómicos en sus fases estelares, Sol- ción en el tiempo- espacio (véase cap. 22 “Correla-
Tierra, planetaria, así como en la fase calendárica te- ción del Tonapowalli con los calendarios Juliano y
rrestre, en su aspecto civil, y siendo anterior al Gregoriano”).
xiuhmopilli, pero ya juntos, ambos apoyados por la
unidad de observación astronómica la xomulzen, die- En cuanto a las 18 veintenas que representaban
ron origen al empleo combinado de todas sus unida- a cada uno de los ciclos naturales o previamente de-
des en uso y en su fase calendárica civil terrestre se le terminados del comportamiento terrestre a lo largo
tomó como un ciclo de trabajos y funciones en su del xiwitl, hacían depender estos comportamientos en
vida cotidiana, pues dividen el Xiwitl en 18 veintenas el calendario Solar-civil a través de calendarios apro-
y 5.25 días complementarios. A estos 5.25 días los piados incluidos en los fechamientos de su calendárica
llamaron nemotemi (los vividos o ya contados), que no terrestre-civil, como en agricultura, medicina, etcétera.
eran sino el tiempo posterior a las 18 veintenas que
empleaban para evaluar; resucitadas, planes cumpli- Estos calendarios insertos en su calendario civil,
dos o no, y planear su programa y lineamientos para les permitían conocer los inicios o ciclos naturales pre-
el siguiente xiwitl. determinados para funcionar o trabajar en ellos den-
tro de su calendario civil.
Todo ello basado en lo obtenido en los días de
trabajo y funciones (360) de sus 18 veintenas que re- Pero, además, y de acuerdo a su red interconti-
cién habían pasado y vivido. nental determinada matemáticamente, contar con
centros científicos para la observación astronómica,
Por esta primera razón fue que a los 5.25 días de y aunque su fase calendárica era terrestre, su depen-
“balance” referente a los anteriores 360 días los llaman dencia astronómica era tomada en cuenta. Así pues,
nemotemi. Además, tenían una segunda razón, que era estos centros científicos aportaban, por simple cono-
el computar el calendario civil en la matriz de cálculo cimiento de su hábitat, datos para inicios o ciclos na-
que la representaba junto con el Nawi Ollin y en la me- turales en su zona de comportamiento terrestre
cánica de este cómputo, después del conteo del porta- específico. Por ejemplo, si tomamos el ciclo de traba-
dor con el factor de 72 días complementaban el xiwitl jo agrícola en la cuenca del Valle de México, este tra-
CIENCIAS MILENARIAS Y APLICACIONES EN EL CONTINENTE AMERICANO 237

bajo lo iniciaban a la mitad de la veintena Atlakahualo A. Determinación de la xomulzen.


“las primeras lluvias” y lo hacen precisamente en el día
Ozomatli. Y por esta causa, en algunas investigaciones B. La división de los ecuadores celestes y terrestre
en correlación con calendarios Juliano y Gregoriano, se por medio de la xomulzen en 20 partes, lo que
han sufrido errores al considerar estos inicios de calen- originaría la formación de la matriz de cálculo
darios de función o trabajo y que están dentro del ca- geoastronómica que les facilitó el conocimiento
lendario cívico-solar, con el inicio precisamente del y medición de los principales movimientos de la
calendario cívico. Un ejemplo más, en la zona quechua Tierra: Rotación, traslación y precesión.
del Perú tenían dos inicios agrícolas en su calendario
civil, un inicio para las partes altas de su hábitat y otro C. Conformación de sus matemáticas.
para las partes bajas.
D. Invención de instrumentación y observatorios
Los españoles por su falta de conocimientos te- astronómicos (tlachtin) basados en la xomulzen.
rrestres astronómicos al recabar fechas no lograron
distinguir fechas cívicas, astronómicas, agrícolas, bio- E. Aplicación de sus instrumentales astronómicos
lógicas, etc., por lo que tomaron por ejemplo un ini- incluyendo al propio tlachtin como tal y al
cio agrícola como inicio de vida civil cotidiana. Y en Powatzin. Así como el empleo de su matriz de
las recopilaciones coloniales persistieron los errores cálculo en los cómputos para un mayor cono-
que llegan hasta nuestros días. cimiento de los sistemas Tierra-Sol y Tierra-
Planetas.
Al finalizar los capítulos 1, 2, 3 y 4 que conforman
el libro uno, hemos tratado de mostrar el porqué y el Para nuestros ancestros, en su segunda fase astro-
cómo de las aplicaciones de la ciencia astronómica de nómica (Tierra-Sol), el Nawi Ollin fue la unidad de cóm-
nuestros antepasados. puto del movimiento de la Tierra alrededor del Sol,
pero tomando en cuenta la diaria rotación terrestre;
El porqué fue su necesidad de saber y su gran además, sirvió de enlace con las otras unidades del
capacidad intelectual y constancia de observación pla- cálculo en los tres movimientos básicos de la Tierra
neada y estudios plenamente delineados durante pe- (precesión, traslación, rotación), y una de sus aplica-
riodos milenarios para lograr la parte del saber o ciones en la vida del humano fue su calendario cívico
conocimientos que requerían. solar, o sea, el Tonapowalli.

El cómo, fueron los conocimientos y medios bási- En la actualidad, la correlación con los calenda-
cos conseguidos en este caso en la astronomía, como: rios occidentales Juliano y Gregoriano es difícil de ha-
238 FELIPE LIRA MONTES DE OCA

cer, pues tales calendarios fueron hechos basados en dible) en el Kanitl (tiempo infinito) que nuestros cien-
el movimiento de traslación, sin tomar en cuenta el tíficos usaban en su concepto Tezkatlipoka negro (es-
movimiento de rotación de la Tierra, por lo que sus pacio-tiempo).
tiempos medibles (años o traslaciones de 365 y 366
días), no son ciertos, pues la traslación es de 365.25 En los siguientes capítulos (en libros posteriores)
días o rotaciones, por lo que las mediciones julianas o seguiremos demostrando el cómo de la consecución
gregorianas no concuerdan con el Kawitl (tiempo me- de su ciencia astronómica.
CIENCIAS MILENARIAS Y APLICACIONES EN EL CONTINENTE AMERICANO 239

Apéndice

E E ste primer libro comprende sólo los capítulos 1, 2, 3 y 4 del Proyecto 1 (Tlachtin)
que tiene un total de 22 capítulos que conforman cinco libros y fue escrito en
forma sencilla, dirigido a un mayor número de lectores, procurando evitar en lo
posible la forma académica o estrictamente científica y la investigación y estudio
se hizo con base en los antecedentes prehispánicos que están en las zonas ar-
queológicas, ideogramas, así como códices y datos de museos.

Por lo tanto, los antecedentes e información bibliográfica fueron usados casi


como comprobación para saber que la tesis de la obra era viable y que sería una
más en la inmensa mayoría de tesis expuestas, algunas en trabajos científicos y
simposios internacionales.

Naturalmente que las comprobaciones técnicas o científicas se hicieron ba-


sándose en los conocimientos de las ciencias actuales.

Lo que se debe remarcar es que el estudio e investigaciones inherentes se


hicieron directamente en las zonas arqueológicas, piezas líticas, amoxtin y datos de
museos y sobre todo, tratando de situarnos en el tiempo de nuestros antepasa-
239 dos, con su observación a simple vista y con los medios de que disponían.
240 FELIPE LIRA MONTES DE OCA

Pero en nuestro presente hicimos simuladores y C, H y U, por lo que considera que si está equivocado
plantillas de algunos medios o instrumentos ances- acepta la censura y rectificación de las personas cali-
trales para facilidad de estudio y comprobación en su ficadas en el tema, pues él no es hablante del idioma
función y resultados. ni lingüista.

Además, se aclara que el uso de las letras K y W en También aclara el autor que el libro 1 (uno) y la
el idioma aztekatl nawatl es sólo el uso de fonemas de secuencia del mismo, se encuentra en los libros 2, 3,
una tendencia lingüística que así lo propone, indepen- 4 y 5 que forman el proyecto número uno (Tlachtin)
dientemente del uso de las letras y fonemas C, H y U cuya tesis será ampliada y analizada en forma más
usado por los españoles, en La Colonia y actualmen- profunda y analítica en los proyectos:
te. El autor reconoce plenamente el uso de las letras

PROYECTO 2: Astronomía, Edificaciones y Observatorios.

PROYECTO 3: Astronomía y Amoxtin.

PROYECTO 4: Laboratorios Hidráulicos y Bioenergéticos.

PROYECTO 5: Antigüedad e importancia de centros científicos:


XILLANKO-MÉXICO
TENOCHTITLAN-MÉXICO

PROYECTO 6: Inicio y reinicio de observaciones y cálculos astronómicos en Mesoamérica.

PROYECTO 7: Secuencia matemática del proceso vital humano en Mesoamérica.


CIENCIAS MILENARIAS Y APLICACIONES EN EL CONTINENTE AMERICANO 241

Fuentes prehispánicas.
Zonas arqueológicas

1. Xochikalko 12. Chichen Itza

2. Teotenanko 13. Chakaltzinko

3. Tajín (1) 14. Tikal (1) (Guatemala)

4. Tajín (2) 15. Zaculeo (Guatemala)

5. Tula (1) 16. Kopan (Honduras)

6. Tula (2) 17. Mexiana (Brasil)

7. Tingambato 18. Uxmal

8. Monte Albán (1) 19. Palenque

9. Monte Albán (2) 20. Tikal (2) (Guatemala)

10. Dainzu 21. Xiuhtetelko

241 11. Yagul 22. Kantona (1, 2 y 3)


242 FELIPE LIRA MONTES DE OCA
CIENCIAS MILENARIAS Y APLICACIONES EN EL CONTINENTE AMERICANO 243

Datos en piezas
de los museos

1. Museo Nacional de Antropología e Historia.

2. Museo de Xalapa.

3. Museo de Oaxaca.

4. Museo de Tula.

5. Museo de Teotenanko.

6. Museo de Xiuhtetelco.

7. Museo de La Venta.

8. Museo de Akatitla.

9. Museo de Tenayuca.

10. Museo Amparo (Puebla).

11. Museo de Córdoba.

12. Museo de Tikal.

13. Museo de Zaculeo.

243 14. Museo de Kopan.


244 FELIPE LIRA MONTES DE OCA
CIENCIAS MILENARIAS Y APLICACIONES EN EL CONTINENTE AMERICANO 245

Datos en amoxtin
(códices)

1. Borgia. 8. Boturini.

2. Dresden. 9. Bodley.

3. Laúd. 10. Selden.

4. Vindobonensis. 11. Selden (Rollo).

5. Vaticanus 3773. 12. Borbónico.

6. Fejervary (Libro 1) 13. Aubin.

7. Nuttal.

245
246 FELIPE LIRA MONTES DE OCA
CIENCIAS MILENARIAS Y APLICACIONES EN EL CONTINENTE AMERICANO 247

Bibliografía general

Nota: La elaboración del proyecto Tlachtin se basó en el análisis directo, de campo,


en datos de zonas arqueológicas, piezas líticas, amoxtin, datos de piezas de museos
y con indicaciones del idioma Aztekatl Nawatl

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CIENCIAS MILENARIAS Y APLICACIONES EN EL CONTINENTE AMERICANO 251

Glosario de palabras
aztekatl, nawatl y otras

Akatl Caña
Amatl Papel
Amoxtin Libros
Amoxkalli Biblioteca
Amoxkaltin Bibliotecas
Atlakahualo Las primeras lluvias, lo que dejaban las aguas
Chapopotli Brea
Ehekatl Atardecer
Ekzimiwitl Día cósmico de 260 rotaciones terrestres
Hunab-ku Dador del movimiento y la medida
Ihkatok Línea perpendicular
Iknextilwaztli Instrumento indicador
Ikzemitl Cosmos, Universo
Ikzemilwitl Día celeste, día cósmico
Ikzemitlachianine Observadores del cielo
Ikzemipowalli Contador cósmico, calculador celeste
Ikzemiwaztli Matriz de cálculo de un planisferio estampado en amatl
Ilwikatl Cielo, bóveda celeste
Ilwikamatiani Astrónomo
Ilwitl Rotación terrestre, día completo (noche y día)
251 Ixachillan Continente Americano
252 FELIPE LIRA MONTES DE OCA

Ixketzalonine Fijadores de posiciones


Izkalli Primavera
Kalli Casa
Kalmekatl Justificación del saber
Kaltin Casas
Kanitl Tiempo infinito
Kawitl Tiempo medible
Kantona Lugar solar, lugar de energía
Ketzalxomulzen Declinación
Ketzaxomulli Cuadrante angulado
Ketzomulli Quintillos
Malinalli Amanecer
Mazatl Medio día
Meetztli Luna
Meztamoxcalli Biblioteca de conocimientos lunares
Mekatl Mecate
Melatztik Línea horizontal
Miktlan Norte, lugar de reposo y mutación
Nawi Ollin Cuatro movimientos, unidad de tiempo de 1461 días
(4 años)
Nawi Oliniani Portador (un año)
Nemontemi Lo ya vivido, glifos ya utilizados en el conteo de cada porta-
dor (un año) con un factor de uno en la matriz de 20 y que
en el cálculo de las veintenas tuvieron n factor de 72
Okotl Ocote
Oktakatl Medida
Ollin Medianoche
Palewiani Ayudante
Powa Cero
Powalli Cuenta
Powaltin Calculador
Tekpatl Lo que hurga (pedernal) símbolo del conocimiento
Tekpetl Cerro
CIENCIAS MILENARIAS Y APLICACIONES EN EL CONTINENTE AMERICANO 253

Tempatlzitlalli Ruta de obtención y búsqueda de conocimientos estelares


Telli Era de terraplenes
Teotlak Atardecer
Tetlachko Aro de piedra en los Tlachtin
Tezkatl Espejo
Tezkatlipoka El humear del espejo (ver en el tiempo)
Tezkatlipoka azul Movimiento
Tezkatlipoka blanco Vida = KETZALKOATL (vida en la Tierra)
Tezkatlipoka negro Tiempo-espacio
Tezkatlipoka rojo Energía-Materia
Tiankiztin Mercados
Tlachtia Observar
Tlachtin Observatorios astronómicos
Tlachixmanki Área de observación
Tlachtla Observación
Tlachtli Observatorio
Tlachxawan Antepasados
Tlachxico Punto inicial de observación ocular
Tlahkotonalli Medio día
Tlalohtli Traslación de la tierra alrededor del Sol
Tlalpilli Niño de la tierra
Tlaltipaktl Tierra (planeta)
Tlamatiliz Conocimiento
Tlaneztli Amanecer
Tlatzkiltilli Masilla adherente
Tlauhkopan Eje del equinoccio primaveral (Este)
Tonalpowalli Cuenta solar, traslación terrestre (365.25 días)
Tonalamatl Unidad de 260 rotaciones (días) igual pero posterior al
Ikzemilwitl
Tochtli Conejo
Tonalko Otoño
Tonalli Día, iluminación terrestre por el Sol
Tonamoxkalli Biblioteca de conocimientos solares
254 FELIPE LIRA MONTES DE OCA

Tonatiuh Sol
Ulamaliztli Juego de pelota
Waztli Instrumento
Waztin Instrumentos
Weypowalli Cuenta vieja, unidad de tiempo de 1040 años
Witztlan Sur
Xiko Ombligo, centro
Xilutl Años
Xipe-totek Cambio de piel en primavera
Xiwitl Traslación terrestre, año, unidad de tiempo de 365.25 días
Xiuhkuatome Movimiento de precesión
Xiuhkoatzin Trece cielos
Xiuhmopilli Unidad de tiempo de 52 años (fuego nuevo)
Xomulli Triángulo
Xomulnakaze Cuadrantes angulados
Xomulwaztli Instrumento astronómico de medición
Xomulzen Primer ángulo, unidad astronómica de observaciones
(18 grados actuales)
Xohpantla Verano
Yawilli Circunferencia
Yowalli Noche
Yowalnepantla Media noche
Yukahtli Cero
Zakualtin Pirámides
Zenyatl Unidad de comparación
Zekotzpan Invierno
Zemilwitl Rotación terrestre
Zipaktli mujer
Zitlalli Estrella
Zitlalixtelolotli Eje de observación estelar a partir del ojo humano
Zitlamoxkalli Biblioteca de conocimientos estelares
Ziwatlan Oeste
Zohpantla Verano
CIENCIAS MILENARIAS Y APLICACIONES EN EL CONTINENTE AMERICANO 255

Impreso en los Talleres Gráficos


de la Dirección de Publicaciones
del Instituto Politécnico Nacional
Tresguerras 27, Centro Histórico, México, DF
Abril de 2004. Edición: 1000 ejemplares

CUIDADO EDITORIAL: Carolina Varela Hidalgo


DISEÑO DE PORTADA: Gerardo López Padilla
FORMACIÓN: Laura Varela M.
SUPERVISIÓN: Manuel Toral Azuela
PROCESOS EDITORIALES: Manuel Gutiérrez Oropeza
PRODUCCIÓN: Martha Varela Michel
DIVISIÓN EDITORIAL: Jesús Espinosa Morales
DIRECTOR: Arturo Salcido Beltrán

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