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ESCRITOS EN LA MESA

Relato individual_Horacio Todeschini


Pedagogías culturales_2017

Mi interés por la docencia ha estado marcado por algunos docentes más que
por un proyecto concreto. Mi presencia en el aula se alimenta de algunos
aspectos a los que les llamo naturales a lo que le sumo experiencias escénicas
diversas. La inclinación por las conexiones entre las ideas, los conceptos, las
palabras, abrevan de mis variadas experiencias educativas y laborales.

El primer encuentro con el lugar de la enseñanza fue en el living de mi casa.


Inexorablemente, todos los noviembre, mi padre se encerraba entre dos y tres
días a corregir los escritos de todo un año. Llegaba fin de año y sus libretas,
estaban vacías, lo formal de su práctica docente quedaba a un lado, su
preocupación estaba en el aula. Matemática en bachillerato era un fantasma al
cual él podía quitarle la sábana. Estableció con sus estudiante vínculos muy
fuertes que continuaron vivos aún después de su muerte.

Y los escritos estaban ahí, con la solución de los problema como guía, iba
checando uno a uno los no menos de 300 escritos. Me impresionaban las
montañas de papel escrito, al principio sin poder darle un sentido, luego
hurgando en el ejercicio y viendo la resolución, aprendiendo y validando mis
propios avances en bachillerato.

Una vez entré a clase, de observador. Era un 6to. Medicina, estaban


trabajando con funciones, no recuerdo si aprendí algo de matemática, sólo
recuerdo a mi viejo fluyendo, siendo el, siendo feliz, en su ambiente. Quizás
haya sido la primera vez que se presentó la idea de la práctica docente. Si no
fue así de todos modos importante.
Al año siguiente me inscribí en la Facultad de Química. Con muchos tropiezos
llegué a durar casi cuatro años, no puedo decir más que durar acerca de mi
recorrido académico. Pero tuvo dos cosas que identifico como relevantes,
descubrir la matemática en acción en la física, construyendo las ecuaciones
que fueran adecuadas para poder calcular los fenómenos observables. No
sólo fue gozoso abrir esa puerta, también integré una forma de pensar, una
metodología que trasciende cualquier contingencia disciplinar.

El primer giro

La otra situación clave fue la necesidad de trabajar. Desde el comienzo de


1992 recorrí el diario del domingo sin mucho éxito por varios meses. Encontré
un día el aviso de una academia barrial, cerca de facultad, y fui. No tenía
experiencia docente pero la academia no era muy exigente, una habitación
compartida con otros cursos, debía dictar clases de matemática, física y
química en distintos niveles. Me enfrenté con un desafío nuevo, tratar de
enseñar o por lo menos resolver algunas dudas de los muchachos. El vínculo
fue muy bueno, los resultados de los exámenes no. No salvó ninguno de
aquellos a los que preparé. La experiencia fue corta por motivos obvios pero
fue mi primera experiencia docente. Conservo la guitarra que compré con mi
primer trabajo. Cuando terminó el año tenía una guitarra y unos pesos para
enfrentar el verano. Meses antes decidí dejar la facultad pensando en cambiar
radicalmente mis objetivos.

Volví a cantar, me inscribí en la Liccom, hice nuevos amigos que los conservo
25 años después. Concursé en la IGTSS como inspector de condiciones
ambientales de trabajo, gané el concurso. Mi vida cambió de manera radical.
Tenía un trabajo estable, comenzaba una nueva carrera universitaria, me
integraba a un proyecto musical en el que estuve 11 años, Cinemateca me
presentaba un nuevo mundo, sensible, complejo y muy disfrutable.
Algo que valoro especialmente de estos años fue la posibilidad de viajar.
Juntando licencia y ahorros pude visitar Chile, Perú, Bolivia y México. No
conozco una situación más motivante, llena de imágenes, vínculos,
aprendizajes, experiencias vividas que transforman a cualquier persona, por lo
menos a los dispuestos a ser conquistados por otros y otras tierras. Es difícil
describir sensaciones, pero de lo que estoy seguro es del impacto que generó
en mi cada experiencia, un montón de gente, las personas de los lugares, otros
viajeros, mis compañeros de viaje, las ciudades, los lagos y volcanes, el
desierto, la selva, la montaña, el aire puro de los andes y el smog de las
capitales, lo sencillo y lo complejo, la VIDA. No puedo determinar donde se
produjeron los cambios en mi, los sentí en su momento y los siento ahora.

En la facultad al principio todo era confuso, La Liccom se caía a pedazos, en el


94 no hubo inscripciones y del 93 quedamos pocos. En esos años de
reconstrucción fueron algunos docentes los que me marcaron por diversos
motivos, en sus estilos, conocimientos, entusiasmos. El profesor Calabria,
Ganduglia, Hilia Moreira y especialmente la profesora Block. En sus clases me
adentré en el mundo de las relaciones, de las ideas en acción, de la retórica.

El giro tecnológico

Ya con mi carrera avanzada tenía algunas inquietudes y me acerqué al mundo


de las Mac. Pasé de comprarme una usada (usuario básico) a trabajar 8 horas
en un service oficial de Apple y renunciar a la IGTSS. El francés me invitó a
trabajar con él, aprendí rápido y estuve tres años, cuando me fui tenía cuatro
técnicos a cargo.

Los clientes eran los que trabajaban con las mac, imprentas, fotomecánicas,
productoras audiovisuales y diseñadores. Una nueva pantalla se abrió, nuevas
personas, prácticas, códigos, y yo era el salvador que les solucionaba los
problemas. La mitad de los servicios era en el lugar de trabajo, horas
resolviendo problemas, conversando con muchas personas, conociendo
historias y prácticas. En esos viajes conocí al Lape, nos hicimos amigos y
menos de un año después, junto con Chelo estábamos en nuestro estudio,
GLOT. Fueron doce años muy buenos, afortunados de poder hacer diseño,
especialmente para proyectos culturales y poder vivir de ello. Perro Rabioso, la
OFM, el Teatro Solís, la BCG, TumPac y muchos otros más nos vincularon a la
producción cultural y artística.

El estudio era un espacio donde se podía poner en juego e integrar


experiencias, conocimientos, inquietudes, integrarlos con otros, aprender
especialmente de las conexiones, los bordes en donde el cruce sucede. Nos
permitió expresarnos con libertad, hacernos muy amigos, crecer.

En este tiempo vino la familia, dos hijas, mudanzas...

La BCG es desde hace muchos años una compañía teatral, ya no más una
murga, y desde 2002 he sido parte en escena de seis espectáculos. Son
difíciles las palabras para describir lo que he sentido y vivido arriba y abajo del
escenario. La intensidad de Esmoris en los textos y la dirección junto a la
música del Gonzalo Durán son un complemento perfecto y no he parado de
disfrutar, sentirme identificado y orgulloso de cada espectáculo.

La docencia

En 2008 llega un mail con un llamado para diseñador en la Facultad de


Arquitectura. Hasta 2014 me encargué de la gráfica institucional y editorial de
la facultad. En seis años fui interlocutor de todos los actores de la facultad,
docentes, estudiantes, funcionarios, extranjeros... Durante un tiempo fui una
curiosidad, un no arquitecto (ni siquiera estudiante alguna vez) ocupando un
lugar obvio para su entender, era un bicho raro en donde el médico debía ser
arquitecto o hermano de un arquitecto. Esto me permitió posicionarme en otro
lugar, provocar, fundar mis decisiones con criterios distintos a los que
prefiguraban la mayoría de los actores. Construimos un espacio reconocido en
facultad, se armó un gran equipo con estudiantes de diseño, con gran
visibilidad del trabajo realizado y como resultado natural el diseño de un nuevo
programa visual de la facultad.

En 2010 me presento a un llamado en la Liccom como ayudante para el Dpto.


de especializaciones profesionales. Continúo ahí, estoy a cargo de una
optativa de introducción al diseño gráfico. En este ámbito tengo toda la libertad
para proponer, experimentar, distintos abordajes al curso y a sus estrategias de
enseñanza.

En un encadenamiento de concursos me presenté (2011) para asistente en el


área proyectual de la LDCV, luego como adjunto. Coordino los cursos de taller
de diseño de comunicación visual 3 y 4. Desde 2014 asistente en el área
sociocultural, Comunicación + Problemas de diseño + Re-Presentaciones.

Por un lado una práctica intensa de la docencia, poniendo en juego todas las
experiencia y en particular todo lo que no sabemos que sabemos. Por otro la
necesidad de formarme en la docencia, de ahí el interés por esta maestría.

Me encuentro en este tiempo, comprometido con la enseñanza, formado desde


la multiplicidad, haciendo pasar todo por mi como un antropófago que hacer
carne, digiere lo que es alimento. Mi escuela y liceo en Fray Bentos durante la
dictadura, mi viejo, un laboratorio de química inorgánica, los depósitos de
cadáveres del Bisca (salones de clase absolutamente fermentales), la
profesora Block, La pasión según San Mateo con De Profundis, Apple, la BCG,
Jorge Esmoris, GLOT (el Lape y el Chelo), Palenque y el camino del Inca.
Miro para atrás y lo que veo es diversidad, que convive, se complementan.
Las experiencias me han dado nuevas formas de percibir y de vincularme con
las cosas, intercambios que no controlamos entre un mondo que fluye
ininterrumpidamente y cortes diacrónicos que, como si fuesen muestras de
laboratorio, intentamos tomar como objeto de todas las explicaciones.

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