Está en la página 1de 4

2020

Orientación
Vocacional
Ocupacional.

PROYECTO DE VIDA.
VANESA ECHEVERRÍA.
Vanesa Echeverría.

En el año 2005 finalicé mis estudios secundarios en la escuela a la que concurrí


durante 14 años, desde el nivel inicial. Teniendo 18 años no sabía que era trabajar, ni
cuáles eran las opciones de estudio, ni tampoco sabía sobre las famosas profesiones
ubicadas socialmente en lo más alto de las que tanto se habla y menos aún podía pensar
en dinero o en el rédito económico.

En aquel momento sólo pensaba en amigas, en el viaje de egresados, en la fiesta


de egresados y en otras cuestiones que hacen a la vida de un adolescente. Seguir una
carrera era una obligación, una presión, una decisión que debía tomar en lo inmediato,
para luego recibirme y trabajar. No había modo en mi familia de empezar a estudiar y
abandonar.

Tenía muchas amigas, muchas más que ahora, ya que contaba con tiempo para
dedicarles. Una de ellas, llamada Verónica, una de mis primeras amigas de la infancia,
ella vivía frente a mi casa y era 3 años más grande que yo. Verónica me sugirió que
estudie en el Instituto “Pinos de Anchorena”, ya que ella estudiaba allí el Profesorado
en Educación Inicial. Entonces me dijo: podrías estudiar mecánica dental en el mismo
lugar, donde yo estudio maestra de inicial y así podríamos vernos en los recreos. Yo sin
saber qué era eso de mecánica dental, acepté y me inscribí. En definitiva, algo había que
estudiar, y en ese entonces no importaba qué.

Allí transcurrí 3 años de estudio, mi amiga dejó su carrera, por lo cual jamás nos
cruzamos en los recreos y además cursábamos en edificios distintos, ella estudiaba en
el edificio de educación y yo en el de salud, por lo que nunca nos hubiésemos podido
ver en los recreos.

En Pinos de Anchorena conocí mucha gente nueva, diferente a la que venía


frecuentando. Al principio me sentía perdida porque ya no contaba con mi grupo de
referencia del secundario. En el 2do año supe que eso no era lo que me gustaba, sin
embargo, dejar nunca fue una opción, por lo que decidí hacer un año más y recibirme.

Al año de recibirme comencé a trabajar en un laboratorio dental, aun sabiendo


que eso no era para mí. Pasaba 8 horas de lunes a viernes raspando prótesis, reparando
prótesis, recibiendo impresiones con saliva y sangre, encerrada con otros compañeros
Vanesa Echeverría.

entre 4 paredes y el ruido de las maquinas, pero era un trabajo y yo tenía tan sólo 22
años. Ese trabajo me permitió comprarme mi primer auto, por lo que decidí, ya que los
tiempos en auto son más rápidos, utilizar parte del tiempo para comenzar a estudiar la
“Licenciatura en Trabajo social” en la U.N.M.D.P. Un espacio aún más distinto de los que
venía experimentando. Fue allí donde por primera vez conocí la educación pública y todo
lo que ese mundo implica, con todos sus matices.

Al trabajar 8 horas en el laboratorio y con las demandas que la facultad implicaba


no pude terminar mis estudios, llegué hasta 3er año de la Licenciatura en Trabajo Social.

Fue en el verano del 2014 cuando preparando un final para esta carrera, pensé
en la docencia como una posibilidad. Faltaban 3 días para que termine la inscripción en
el instituto de formación docente número 19. Hice el curso de ingreso, aprobé y ese fue
un camino sólo de ida. Renuncié a mi trabajo en el laboratorio, en el cual había
permanecido durante 5 años.

En el 2014 comencé entonces el Profesorado en Educación Primaria donde


Conocí personas maravillosas, profesores dedicados, gente comprometida con la
situación social del país y de todos los tiempos. Me enamore de ese lugar. Terminé la
carrera en 4 años como estaba prevista. Antes de recibirme, ya en el 3er año de estudio
comencé a trabajar en escuelas públicas de la provincia y seguí conociendo ese mundo
atrapante de la educación.

Al año siguiente de haber terminado el profesorado de educación primaria, en


el 2018 comencé en la universidad Fasta el Profesorado y la Licenciatura en
Psicopedagogía, donde tengo como objetivo inmediato recibirme en algunos meses
más.

Actualmente trabajo en una escuela de jornada completa de 8 a 16 hs en un


contexto particular, donde no dejo de aprender.

En conclusión, me hubiese gustado y fue lo que realmente necesité al terminar


el secundario, orientación vocacional para decidir y guiar mi camino que sin dudas
estaba y está en lo social, en la educación, en lo humanístico, en la relación con las
personas, en el vinculo con el otro, en la enseñanza, en el aprendizaje, en la pedagogía…
Vanesa Echeverría.

Descubrí sola este camino impensado, escuché a mi interior, me animé y me


decidí a cambiar, en busca de algo que me hiciera sentir que ese era el lugar donde debía
quedarme. Siendo muy agradecida siempre con las posibilidades que tuve de aprender
y de elegir.

Mi proyecto de vida como mecánica dental fue absolutamente modificado, pero


de modo espontaneo, lo que me llevó muchos años, por eso es que resalto y destaco la
importancia de la orientación vocacional. En mi caso me deje llevar por lo que sentía
internamente. Pero de haber recibido en aquel entonces la orientación acorde hubiese
empezado mucho antes a transitar este recorrido.

Hoy me encuentro afianzando día a día mis conocimientos en los distintos


espacios educativos, tanto como docente y como alumna, con convencimiento, con
dedicación y con amor.

Mi proyecto de vida es ser una profesional que esté siempre acorde a las circunstancias
que se presenten, me encuentre trabajando en el lugar que me encuentre, ya que la
Licenciatura abre nuevos caminos. Pienso en muchos posibles lugares en los que me
gustaría trabajar, pero prefiero no adelantarme y que la vida me siga sorprendiendo, yo
mientras tanto me voy a

encargar de hacer lo correcto académicamente, seguir capacitándome, para estar


preparada cuando se presenten las oportunidades o llegue el momento de tomar
nuevas decisiones.

También podría gustarte