según la carta del IH, “homenajear a algunas figuras de la cultura
uruguaya con un criterio que combina el impacto de la escala con
ladiaria.com.uy
Gigantes en las paredes: variaciones
sobre el arte mural, la arquitectura
como lienzo y la paleta de la ciudad
Ignacio Alcuri
14-18 minutos
Una carta remitida por el Instituto de Historia (IH) de la Facultad de
Arquitectura, Diseño y Urbanismo (FADU) disparó en las últimas
semanas una polémica alrededor de la apropiación del espacio
público, en este caso en forma de pinturas murales instaladas
sobre superficies arquitectónicas. La pieza que detonó la discusión
y motivó la intervención pública del IH fue un mural firmado por
GallinoArt que muestra el rostro sonriente de Antonio Grompone,
primer director del Instituto de Profesores Artigas (IPA), estampado
en la fachada lateral de su sede por encargo nada menos que de la
Administración Nacional de Enseñanza Pública (ANEP). El retrato
gigante “perpetrado”, según el IH, sobre un edificio de alto valor
arquitectónico, desnuda el desconocimiento que la población en
general tiene de la riqueza de la arquitectura moderna, más austera
y racional que muchas que la precedieron, y expone la necesidad
de discutir los criterios estéticos que se siguen para actuar sobre la
piel de la ciudad.
Pero este mural no era el primero de José Gallino. Sus trabajos se
multiplican incesantemente en una serie que intenta, siempre
la apelación a la mímesis y el efecto ilusorio asociado a ella”. Para
el Instituto, “el intento de animar y colmar los muros blancos” tiene
“polémicos resultados” y, peor aún, expone una “debilidad teórica:
denota el desconocimiento absoluto de los valores de este edificio
singular y la incomprensión de los criterios proyectuales que
presiden toda obra de arquitectura”.
El edificio en el que funciona el IPA, proyectado por el estudio De
los Campos, Puente, Tournier en 1937, es “una excelente pieza”
que, a criterio del instituto, “es ignorada y violentada por completo”.
El mural, además, “instala la idea de que la arquitectura es un
soporte artístico en potencia, una suerte de esqueleto en espera de
vestimenta. Una hipótesis que reduce lo edilicio a un nivel
elemental y desconoce su dimensión plástica o estética. Un
verdadero malentendido, que ignora la apuesta integral de la
arquitectura y su capacidad de asociar ‘lo bello y lo útil’ en un
mismo gesto”.
Tanto la carta como el muralismo se volvieron tema de
conversación en las redes sociales. “Una gran virtud del
comunicado es haber puesto el tema en la calle, haber abierto el
debate, haberlo puesto en el tapete, porque es algo que hay que
empezar a discutir. Y está faltando mucha discusión, en general”,
dice la arquitecta Laura Alemán, profesora agregada del IH, a la
diaria. “Estas denuncias, estas declaraciones, son parte del trabajo
de extensión que la Universidad tiene que hacer: educar, informar,
aclarar”.
Sobre el tono más bien sarcástico del texto, dice que “no fue
deliberado. Fue una consecuencia del tono de la carta, que es un
tono firme, que tiene cierta ironía. No hay ninguna intención de esa fachada lateral es una sábana blanca, es una medianera. Y es
virulencia deliberada, simplemente tenemos no sólo el derecho una fachada”.
sino el deber de pronunciarnos sobre estas cosas. Con firmeza y
Eduardo Mateo en Jackson y Chaná.
sin tener miedo a las consecuencias, porque de lo contrario uno
Para William Rey, director de la Comisión de Patrimonio del
cae en actitudes condescendientes, demagógicas, de decir lo que
Ministerio de Educación y Cultura, “la relación entre las artes
todo el mundo quiere escuchar. La labor de quien educa tiene que
visuales y la arquitectura tiene larga data y tiene encuentros
ser otra: afirmar las cuestiones en las que hay cierta convicción. En
excepcionales a través de la historia. Incluso en nuestro país, si
este caso, la convicción mayor es que la arquitectura moderna del
pensamos en todo el aporte torresgarciano a la arquitectura, en la
Uruguay tiene mucho valor, que la sede del IPA en particular tiene
cual se hace una sinergia enorme y cada una de las partes
mucho valor, y que la intervención que se hizo es, por lo menos,
integradas dan más que cada una de las partes aisladas. Esta
impertinente o inadecuada”.
relación es posible y muchas veces necesaria. Pero en general
La cuestión arquitectónica prefiero aquellas manifestaciones de las artes visuales en la
arquitectura cuando son resultado de una mirada de conjunto. En
“La arquitectura como tal no tiene una presencia en el imaginario
esta mirada de conjunto es fundamental la participación del
cultural como lo tienen disciplinas como la pintura, la literatura o la
arquitecto”.
música”, explica Alemán. “La arquitectura no está en el museo, no
“En la medida que haya una buena ponderación de esto, puede
tiene esa aureola sacrosanta que tienen las pinturas. Está en la
agregarse valor. Si esa pintura se ubica de manera indiscriminada y
calle, y se suma el hecho de que no tiene una inserción clara, que
a decisión del pintor, vamos por mal camino. Lo que tenemos que
no se ve como parte de la cultura, y que al estar en el espacio
hacer es pensar muy bien cómo hacerlo. No estoy descartando
público cualquiera se ve con el derecho de alterarla, de agredirla”.
para nada la posibilidad de integrar obra artística a la obra
Con la arquitectura del siglo XX, o arquitectura moderna, el asunto
arquitectónica, pero, repito, es una tarea de pensamiento, de
se agrava. “Cuenta todavía con menos aprecio popular porque es
reflexión, y tratando siempre de que la arquitectura gane en valor”.
más difícil de comprender, porque tiene códigos diferentes, porque
Sin embargo, entiende que sería difícil construir una norma común,
en general carece de ornamentación. Si el mural de Gallino se
por lo que habría que analizar cada caso. “Se requiere un equipo
hubiera hecho en el teatro Solís o en la fachada del Cabildo, las
que evalúe, que valore. Que diga ‘esto aquí no, esto aquí sí’”.
cosas hubieran sido muy distintas, porque son edificios que tienen
El arquitecto Martín Delgado, director de la división de Espacios
otra convalidación cultural; generan otro respeto. La sede del IPA
Públicos y Edificaciones (EPE) de la Intendencia de Montevideo,
es un edificio precioso, realizado por uno de los mejores estudios
dice que los trabajos de este tipo que se realizan sobre edificios de
de arquitectura del Uruguay, pero he escuchado a gente decir que
propiedad departamental, “se evalúan con la ayuda de EPE”. En
cuanto al mural del IPA, asegura que “si hubiera pasado del lado
de la Intendencia, lo hubiéramos revisado”.
“Nos parece que esta discusión que se está dando es buenísima.
La celebramos, y queremos discutir el tema de qué es patrimonio.
Es una discusión que es cultural y política, porque patrimonio no
son las piedras, sino el valor que les damos. Y en estos años de
pandemia, en que el espacio público jugó un rol tan importante, la
intervención cultural y el arte callejero en el espacio público nos
parece muy importante. Que haya arte callejero habla de una
ciudad viva y una cultura inquieta. Cuando la cultura es inquieta
hay opiniones distintas, y nosotros estamos dispuestos a discutir y
participar de esa conversación”, agrega.
Viki Style, en Guayabos y Carlos Roxlo.
La cuestión pictórica
María Noel Silvera, conocida como NoeCor, es pintora muralista.
En marzo, su propuesta fue elegida entre más de cincuenta para
intervenir artísticamente el muro ubicado en la explanada Ángel
Curotto del teatro Solís. En el fallo se destacó que la pieza era
“visualmente contundente” y que dialogaba con el entorno. “Sus
características ofrecen una presencia que convive y comunica un
mensaje claro a través del lenguaje del muralismo. Asimismo,
refleja la diversidad cultural de nuestro país y atraviesa las distintas
generaciones de artistas uruguayas”, decía, aludiendo al objetivo
de la convocatoria, hecha en el marco del Mes de la Mujer.
“Comparto al 200% que tiene que existir un diálogo entre la
arquitectura y la pintura mural, así como también tiene que haber
diálogo con quienes habitan esos espacios. Pero no estoy de
acuerdo con que haga bien hablar en un tono tan general”, dice
Silvera sobre la carta del IH. Cree que ni toda arquitectura aporta
valor estético, ni toda intervención urbana tiene valor artístico.
“Hubiera sido más valioso ese texto si se planteara únicamente
como una opinión sobre un caso particular, y no como algo que se
pueda transpolar a todos los casos”.
“Comparar a la arquitectura en general con un cuadro de Miguel
Ángel es absurdo. Basta ver la cantidad de edificios ‘caja de
zapatos’ que se construyen todos los días. Y proponer que la
arquitectura no es un lienzo también es un absoluto errado. Puedo
nombrar mil casos en los que la pintura trabajó en conjunto con la
arquitectura, que sí sirvió de lienzo y con total éxito. Si hay algo
‘gravísimo’, no es que alguien pinte y quiera homenajear a gente
que de alguna forma u otra es referente, sino la falta de diálogo de
todas y todos para pensar la ciudad en la que queremos vivir”.
Sobre qué iniciativas públicas favorecerían esta clase de
expresiones, menciona la generación de plataformas “que unan
instituciones o personas que necesiten murales con artistas que los
pintan”, el apoyo a artistas “con más fondos para su formación,
generación de obra y difusión”, la educación “sobre el inmenso
potencial del arte como herramienta para comunicar, modificar
espacios y mejorar la convivencia”, y la generación de “espacios de
debate en donde podamos hablar sobre qué clase de ciudad
queremos, poniendo a todos los pesos pesados sobre la mesa”.
Eso incluiría hablar de temas como “publicidades monstruosas y
marquesinas que tapan arquitecturas patrimoniales”.
José Enrique Rodó, del muralista Alfalfa, en Andes y Canelones.
Alemán no está de acuerdo con las observaciones sobre el “tono
tan general” de la carta pública. “Hay una cantidad de murales de
Gallino en la ciudad, que, más allá de gustos, están generando una
especie de saturación visual. Lo digo desde el punto de vista ser una expresión libre, casual o accidental, y se transforma en un
personal. Sin embargo, no nos pronunciamos contra eso porque no ‘deber ser’. Tiene que haber color. Tiene que haber verde por todos
tenemos autoridad ni legitimidad para hacerlo en términos lados”.
generales. Si alguien está pintando las medianeras, está en el Sobre esta cuestión de “Montevideo, ciudad gris”, Silvera piensa
marco de lo posible. Ahora, cuando hay una agresión a un edificio algo parecido. “Esa frase tiene una connotación negativa que no
público y patrimonial, es decir, que es de todos, y que todos hemos
comparto. Uruguay no es un país con cultura de colores brillantes y
valorado como un bien preciado para la sociedad, y quien está
dudo que lo sea en algún momento, y eso está bien. Me hace ruido
detrás es nada menos que la ANEP, se suman diferentes grados de
usar la palabra ‘gris’ como sinónimo de aburrido o sin gracia. Creo
gravedad. Por eso es muy diferente”.
que hay mucho para ver en la ciudad, y dentro de los murales, que
El sociólogo Ricardo Klein también tiene opinión sobre el asunto. es mi tema, cada día veo cosas nuevas y de gran calidad. Así que,
“La creación y presencia de murales le otorga nuevas fisonomías al ¿es gris? Sí. ¿Es malo eso? No necesariamente”.
hábitat cotidiano de la ciudad y sus habitantes, y esto es muy
Eduardo Galeano, del muralista Cobre, en Sarandí y Colón.
importante. Asimismo, se trata de una práctica artísticocultural que
Klein suma otro aspecto: “La idea de ser una ciudad gris no
remite a la idea de que ‘la ciudad es de todos’, y confluye en el
deviene simplemente por la ausencia o presencia de color en
concepto del derecho a la ciudad. Tengamos en cuenta que toda
Montevideo. Si uno lee, por ejemplo, a Onetti, hay una idea de
ciudad está en constante tensión porque se trata de algo que está
ciudad en la que está presente ese gris persistente, y jamás habla
vivo, y desde la mirada de una ciudad más humana creo que es
de arte urbano. Es decir, dentro de los imaginarios posibles que
muy valioso que se haga arte urbano”.
pueden asociarse a Montevideo como ciudad está, precisamente,
La cuestión cromática la idea de la ciudad gris”. Y agrega que “este argumento no sólo
parte de los artistas urbanos; hay una ciudadanía, así como
“Hay cierto lugar común que dice que Montevideo es gris y,
instituciones, que también están de acuerdo con esta idea”.
además, que está mal que sea gris. Como si el gris fuera mala
palabra”, dice Alemán. “París es una ciudad gris y es una de las La cuestión académica
más lindas del mundo. Montevideo tiene su propia identidad, que
Finalmente, Alemán habla de la distancia entre la posición
se construye en el tiempo; no somos el Pelourinho de Bahía (en
académica, expresada en la carta, y la opinión popular. “Siempre
Brasil), somos Montevideo, con todo lo bueno y lo malo que eso
ha habido una distancia entre los argumentos de la academia y el
tiene. Nadie va a venir a instalar un régimen autoritario para que
gusto masivo. No se trata simplemente de un gusto, o un tema
todo tenga que estar gris o blanco, porque eso sería terrible. Pero
personal: hay un tema de educación. La academia, la FADU en
el color se está convirtiendo en una especie de imposición. Deja de
este caso, tiene argumentos para decir por qué la sede del IPA es
un edificio que debe ser respetado”. una dimensión que le exige atender diversos compromisos, incluso
en el exterior, y no estaba disponible.
“Esa distancia es difícil y es dolorosa, porque hay acusaciones de
elitismo, de que hablamos desde una torre de marfil, y yo no creo Leé más sobre esto: Los murales de David de la Mano
que sea así. Creo que el deber de la academia es educar y dar
argumentos. Después la gente los tomará o no los tomará, pero no
hay que ser complaciente, sino que hay que dar argumentos. Por
supuesto que las cosas se dirimen en un plano democrático: nadie
va a imponer nada. Simplemente tenés que dar criterios,
argumentos, y ayudar a proteger las obras que son valiosas por
una convalidación que no solamente es académica, sino que
muchas veces también es popular”.

Carlos Páez Vilaró, en Guayabos y Vázquez.

En un mundo en el que no todos pueden acceder a la universidad,

dice, “hay diferencias entre los que pueden estudiar y los que no,
los que tienen ciertos argumentos racionales y los que no. Eso
genera resentimiento, es inevitable. Genera distancias sociales,
distancias económicas, y lamentablemente es parte del mundo
capitalista. Eso no lo vamos a resolver nosotros. Quizás por eso a
veces la voz de quienes se dedican a una materia específica puede
ser oída con cierto resentimiento”, como pasó a veces con los
médicos durante la pandemia. “Así como cuando hay un tema de
salud hay que escuchar a los que saben, cuando hay un tema de
arquitectura es lo mismo. Tenemos que escuchar a la gente que
está formada en eso. Cuando quiero entender la obra de James
Joyce, acudo a alguien que sabe de literatura. Hay que tener un
poco de respeto por quienes se formaron en determinada disciplina
y tienen algo para decir”.

En esta nota falta, como es notorio, la voz de José Gallino. Pero no

se debe a un intento de eludirla, sino a que su trabajo ha tomado