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Convenio UNITEC-IUTA

Aula Cerrada Anaco


Autor: T.S.U Dun U. Eleannys
La Calidad de los procesos y productos y el comportamiento de los
procesos industriales

En primer orden, existe un sinnúmero de definiciones correspondientes a lo que se


entiende por calidad. Según la norma ISO (9000: 2005), la calidad es “el grado en el que un
conjunto de características inherentes cumple con los requisitos”. Asimismo existen una
infinidad de autores que a lo largo del tiempo han establecido su opinión referente a lo que
significa la calidad, y aunque no siempre se habló de ella de la misma manera y todo
dependía de la época en que se encontraban, han llegado a tener ciertas similitudes entre
ellas, por lo que para llegar a la percepción con la que actualmente contamos de la calidad
de tiempo fueron necesarios los aportes de cada uno de estos autores a través del tiempo,
por lo cual para establecer su importancia dentro de una organización resulta muy ventajoso
conocer como fue evolucionando la percepción de la calidad a lo largo de la historia.

En efecto, la idea de calidad empieza a surgir desde tiempos remotos al advertir la


relación del hombre con el resultado de su trabajo y su deseo de superación con el propósito
de hacer las cosas bien. Al ser los trabajos de manufactura manuales (artesanales) en los
primeros tiempos, la calidad suponía hacer las cosas bien a cualquier precio sin importar el
tiempo que tardara y el esfuerzo que eso conllevara. Sin embargo, el concepto de calidad
remotamente establecido durante la época artesanal fue opacado al iniciarse la
industrialización (trabajo mecanizado), donde se tomaba con más importancia el hecho de
satisfacer la demanda de bienes, haciendo muchas cosas en poco tiempo para aumentar los
beneficios, sin importar con qué calidad; tomando protagonismo la cantidad, el tiempo y la
economía más allá que la calidad.

En consecuencia de lo anterior, comenzaron a surgir descontentos por parte de los


clientes, debido a los fallos en los productos terminados, por lo cual empiezan a exigir que
el producto final cumpla con lo requerido y debido a esto se origina el llamado “control de
calidad” o “control final” para ese entonces; de esta modo la calidad volvía a tener enfoque
y la manera de asegurarla era implementando una etapa conocida como “inspección” no
sólo a fin de observación, también siendo necesario implementar instrumentos de medición
para ver si el artículo final resultaba apto para el fin destinado. Esto fue bastante importante
durante la Segunda Guerra Mundial donde era primordial garantizar la disponibilidad de
armamento eficaz sin importar el costo, con la mayor y más rápida producción. Posterior a
la guerra, la premisa fue hacer las cosas bien a la primera a fin de evitar más gastos
económicos y de tiempo para llegar a ser competitivos.

Con base a lo anterior nace una etapa llamada aseguramiento de la calidad o “control de
diseño” a partir de la década de los 50, donde aunque se controlaban los procesos y se
aplicaban tanto medidas preventivas como correctivas, seguían existiendo fallos en la
calidad que se veían reflejados en la vida útil del producto y ocurre la necesidad de empezar
a programar la calidad desde el principio del proyecto, ya no adaptando solo el diseño del
producto al proceso productivo y el resultado final. En esta etapa se empiezan a involucrar
las personas que integran la organización en su totalidad, para asegurar que el resultado de
la actividad sea el esperado se hace alusión a un factor denominado “fiabilidad” dentro del
proceso de calidad y a su vez surgiendo la “Gestión de la calidad”, apreciándose como
precursores de esta idea a los notables Armando Feingenbaum, Philip B., Crosby, Deming
y Joseph Juran.

En consecuencia de lo anteriormente expuesto y debido a los avances de la gestión de la


calidad, surge en la década de los años 90 la teoría de “Mejora Continua” y “Calidad Total”
la cual mediante la administración empresarial centran sus esfuerzos en la satisfacción
permanente de las expectativas del cliente. Por lo antes expuesto, se puede observar la
evolución de la calidad a lo largo del tiempo y se logra dar a conocer que la calidad ha
tenido un largo transcurso para poder posicionarse en la vida actual como un proceso
necesario en las organizaciones que va más allá de la entrega de un producto o servicio
terminado.
Por otro lado, al hablar de calidad resulta necesario hablar de los estados de la misma, estos
fueron reconocidos en lo anteriormente expuesto cuando se hablaba de la evolución de la misma a
lo largo de la historia; estos estados son: el control de calidad, el aseguramiento de la calidad y la
gestión de calidad total. Aunque las mismas funcionan en conjunto para brindarle al cliente los más
altos estándares de calidad, tienen características filosóficas, de alcance, de responsabilidad, en sus
objetivos y en las normas que los diferencian, además de su percepción de la calidad. El control de
calidad se encarga de clasificar los productos de calidad después de su fabricación, mientras que el
aseguramiento de la calidad incorpora la calidad del producto mediante una planificación desde la
fase de desarrollo hasta la entrega, y a su vez la gestión de la calidad total busca dirigir la
organización e incluye la colaboración de todos los empleados para mejorar la calidad de los
productos además de todas sus actividades en general y sus objetivos organizacionales.

En este mismo orden de ideas, las normas de los estados de calidad son distintas para cada uno,
el control de calidad se rige por las especificaciones de producto, mientras que el aseguramiento de
la calidad de la ISO 9001 (1994-2000), 9002:1994, 9003:1994, y la Gestión de calidad total se rige
por la ISO 9004:2000. Además de esto, los conceptos de calidad para cada estado son diferentes,
según el control de calidad; la calidad se obtiene de acuerdo a la aprobación de las especificaciones
del producto final, para el aseguramiento de la calidad, la calidad se obtiene cuando se trabaja
conjuntamente con las normas y se mide con los indicadores estadísticos de desviaciones, y para la
gestión de la calidad total se obtiene según la opinión de los clientes.

Por otra parte, el objetivo de toda empresa es alcanzar el éxito, cumplir con sus metas
organizacionales y mantenerse perdurable a lo largo del tiempo, es decir, ser altamente competitiva
dentro del mercado en el que opere o la actividad económica que desarrolle, por lo cual la calidad se
ha convertido en un requisito primordial para la consecución de ese objetivo, es por eso que se
estipula que la competitividad y la calidad trabajan en conjunto. La competitividad no es más que la
capacidad que tiene una organización de mantener ventajas comparativas que le permitan alcanzar,
sostener y mejorar una determinada posición en el sector en el que interactúe. La competitividad
incide en la forma en que se plantea o desarrolla cualquier negocio, lo que impulsa una evolución en
el modelo empresarial y en la persecución de la calidad total.

Por lo antes expuesto, cada vez resulta más necesario innovar en nuevas técnicas, normas y
procedimientos que le permitan a la organización y a todos sus integrantes lograr la calidad total o
por lo menos estar más cerca de ella. Dentro de esta necesidad nacen las normas ISO, especialmente
la ISO 9001:2000, donde se establecen pautas, herramientas y procedimientos a usar dentro de una
organización para el aseguramiento de la calidad y permiten valorar las técnicas que son útiles para
ese objetivo, establecer que mejoras podemos llevar a cabo como participantes activos dentro de
una organización y a qué técnicas estadísticas, de medición y/o control podemos recurrir para el
monitoreo de los procesos industriales.

Así pues, para que exista el término “calidad” debe existir un proceso; un proceso industrial es
todo conjunto de actividades entrelazadas o interrelacionadas que reciben determinados insumos
(entradas) que son transformados en un resultado (salidas), ya sea un bien o un servicio. El
comportamiento de los procesos industriales debe ser monitorizado puesto que es lo que nos va a
indicar el grado de calidad con el que se cuenta y cuáles son las fallas para su posterior corrección y
mejora. Así mismo, la capacidad de un proceso industrial de cumplir los requisitos de calidad
depende de su variabilidad, es decir, el enemigo de todo proceso es la variación, siendo la
variabilidad inevitable. Cuando se fabrica un producto o se presta un servicio, es materialmente
imposible que dos resultados sean exactamente iguales, no importa cuál sea la característica de
desempeño que uno mida de un proceso, dicha característica presentará alguna variabilidad a
medida que el proceso se repite; lo importante es que esto pueda controlarse de modo que evitemos
que el proceso entregue frecuentemente resultados no conformes.

Por lo tanto, la variabilidad es un indicador clave de la capacidad que tiene un proceso para
cumplir con la calidad requerida (asegurando que el valor real del resultado del proceso se
encuentre dentro del rango de tolerancia). El resultado de un proceso industrial varía debido a dos
tipos de variabilidad. La primera se conoce como variabilidad por causas comunes, la que depende
de la forma en que se realiza el proceso (materiales, método, herramientas, personal o entorno) y la
cual puede reducirse sólo por medio de un cambio del sistema o método del proceso; por su parte el
segundo tipo se conoce como variabilidad por causas especiales, producida por fuentes externas al
proceso. Aparecen en forma esporádica, afectando al patrón aleatorio de las causas comunes y
sacando al proceso de control. Debido a ello, son más fácilmente reconocibles y presentan una
menor dificultad para su corrección. Este tipo de causas se analizan y se corrigen de modo que, en
lo posible, no sucedan nuevamente.
Por lo antes mencionado, para el control de la calidad se suele recurrir a la estadística
descriptiva y a herramientas estadísticas que permiten controlar la variabilidad existente en un
proceso. Especialmente se habla del control estadístico de procesos, el cual es una metodología que
monitorea el desempeño de un proceso con el objeto de identificar causas especiales de
variabilidad, verificar si un proceso es o no estable, medir la variabilidad común del mismo y
determinar su capacidad, este se apoya en los gráficos de control. Por medio de esta metodología,
una empresa puede demostrar a sus clientes la capacidad de sus procesos para cumplir con una
característica crítica de calidad de un producto o servicio.

En síntesis, siempre existe la necesidad frecuente en los procesos industriales de evaluar


la variabilidad y tendencia central de una característica de calidad para así compararla con
sus especificaciones de diseño. La capacidad de proceso es el grado de aptitud que tiene un
proceso para cumplir con las especificaciones técnicas deseadas; cuando es alta, se dice que
el proceso es capaz, cuando se mantiene estable a lo largo del tiempo, se dice que el
proceso está bajo control y cuando no ocurre esto se dice que el proceso no es adecuado
para el trabajo o requiere de inmediatas modificaciones. Y a modo de concluir de acuerdo a
lo antes expuesto, considerando el mundo tan cambiante en el que vivimos, es necesario
adecuar a las organizaciones y sus integrantes de tal manera que se puedan adaptar a las
nuevas filosofías y exigencias del mercado para la consecución de la Calidad Total.
Referencias Bibliográficas

Gutarra M, V. Implementación De Los Círculos De Calidad En El Instituto Superior


Tecnológico –Itec.

International Organization for Standaritation: Norma ISO 9000:2005.

International Organization for Standaritation: Norma ISO 9001:2000.

La Calidad y su Evolución (Autor desconocido)


Tecnología de la Producción “La variabilidad en el proceso”. Recuperado el 2/10/2020
de https: //sites.google.com/site/tecnologiadelaproduccionman/control-estadistica-del-
proceso/variabilidad-en-el-proceso.

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