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PRIMERA IGLESIA BAUTISTA DE YARACUY

MINISTERIO DE SANIDAD Y RESTURACIÓN


(Tomado del libro Debo perdonar, pero… De C. Lynch)

¡NO PUEDO PERDONARME A MI MISMO!

La culpa, el remordimiento y la vergüenza por un pasado inmoral, cobran su precio.

-¿Alguna vez ha confesado sus faltas morales a Dios?

- ¿Dios le ha perdonado?

Quienes sienten la necesidad de perdonarse a sí mismos convierten el tema del perdón en


algo más difícil de lo que es. Por la confusión que existe entre perdonarse a sí mismo y el perdón
de Dios, es difícil, si no imposible, poder obtener la sensación interior de libertad que viene como
resultado de experimentar el genuino perdón de Dios.

¿QUIÉN ESTÁ SEÑALANDO CON DEDO ACUSADOR?

- Si cree que Dios le perdonó, entonces ¿Quién está todavía señalándole con el dedo
acusador? Nadie, yo mismo (a).
- ¿No se siente acusado o juzgado por Dios, pero se siente condenado por ud. Mismo?
- ¿Cree que necesita un perdón adicional, por encima del perdón que Dios ya le ha dado?

Leer: Romanos 8: 31 al 39

… ¿Quién acusará a los escogidos de Dios? El que justifica es Dios. V.33

- ¿Quién es el que justifica?


- ¿Pues si Dios es el que justifica, ¿ quién otro puede acusar a los escogidos de Dios? ¿Quién
más puede acusarla?
¿Quién es el que condenará? (Lectura)V. 34
- ¿Quién es el que osará condenarle?
- ¿Por qué?
Porque… Cristo es el que murió; más aún es el que también resucitó; quien además, está
a la diestra de Dios y que también intercede por nosotros. V.34
- ¿Estamos incluidos en el quien de las primeras preguntas?
Entiende que si debiera perdonarse a sí misma debiera también ser capaz de
justificarse sensatamente? (declararse inocente). Esto es imposible solo Dios puede
justificar. Para perdonarnos a nosotros mismos, debemos primero condenarnos y
señalarnos a nosotros mismos y esto solo trae como resultado culpabilidad falsa.
FALSA CULPABILIDAD:
La falsa culpabilidad dificulta el perdón. Enturbia nuestras mentes y nos impulsa a
sentir la necesidad de buscar el perdón de nosotros mismos en un intento para obtener
alivio desesperadamente.
-¿Qué es la culpa?
- ¿Ha pedido perdón a Dios por sus faltas morales?
- ¿Le perdonó?
-¿Entonces merece ser reprochado?
-¿Qué dice la Biblia en 1 Jn 1:9?
-¿Le perdonó o no?
- Entonces ¿Es digno de culpa todavía?

PRUEBA POLIGRÁFICA DE LA VERDAD


La falsa y la verdadera culpa son sentidas de la misma manera, estas deben ser
sometidas a la prueba de la veracidad de la Palabra de Dios. Cuando se sienta culpable
después de haber confesado a Dios su pecado conocido y haberse arrepentido (dejar de
hacer lo que estaba haciendo), debe preguntarse:
¿Soy digno de culpa aunque ya he sido perdonado por Dios? ¡No! Ya no soy digno de
culpa. Debe aceptar esto por fe ante la palabra de Dios. Los sentimientos van a seguir
posteriormente. La culpa falsa si no la vemos tal como es, puede hacernos percibir
equivocadamente que necesitamos perdonarnos a nosotros mismos.
Otra gran confusión que puede llevar a alguien a sentir la necesidad de perdonarse es
el pesar, la tristeza. La pena y el remordimiento son emociones normales como parte del
proceso de duelo por cualquier pérdida. La pena saludable comienza admitiendo que una
pérdida ha ocurrido; este es un paso importante para superar la negación. Entonces viene
la respuesta emocional de la ira, luego el especular con Dios, o el pensamiento mágico que
desea que la pérdida nunca hubiera ocurrido, o que alguien hubiera hecho algo para
detenerla. Normalmente después viene la tristeza y finalmente la aceptación de la
pérdida.
Después de realizada la obra redentora de la cruz, Dios nos mira a través de la
perfecta justicia de Jesucristo y así las acusaciones del enemigo no surten ningún efecto.
Siempre el diablo prosigue su tarea de acusación contra nosotros, pero la obra expiatoria
del Calvario ha sido realizada y consumada. (Apocalipsis 12: 10)
Diablo en el griego significa “acusador de mala intención. “

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