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Floridablanca 05 de febrero del 2021

Presentado por RAUL BRICEÑO VALENCIA


UBICACIÓN LÓGICA DEL ACTO O NEGOCIO JURÍDICO CAPÍTULO 1 OSPINA
FERNANDEZ

1.Leer y hacer un mapa conceptual del capítulo 1 (UBICACIÓN LÓGICA DEL ACTO O
NEGOCIO JURÍDICO) del libro de Ospina Fernández.
2. Leer de la pagina 10 (II. La autonomía de la voluntad privada en el derecho moderno) a la
página 26 (Hasta donde inicia el CAPÍTULO III) del libro de Ospina Fernández denominado
TEORIA GENERAL DEL CONTRATO Y EL ACTO JURÍDICO, hacer un resumen del
mismo y subirlo.

LA AUTONOMÍA DE LA VOLUNTAD PRIVADA EN EL DERECHO MODERNO

No siempre la expresión “autonomía privada” ha sido plenamente acogida. La literatura jurídica ha


preferido utilizar el término “autonomía de la voluntad”, se confiere a la voluntad y se entiende, en
general el poder de darse normas por si, por lo cual el concepto de autonomía, en cierta forma, a
identificarse con el concepto de soberanía. Esta autonomía puede ser concedida por el estado a una
autoridad, caso en el cual estamos frente a las normas que constituyen el ordenamiento jurídico, que
son obligatorias para todos, o bien atribuido a los sujetos privados,

quienes de esta manera pueden dictar normas para regular sus propias conductas. Tal segunda
potestad recibe el nombre de “autonomía privada”. Se dice, por ello, que en virtud de esta autonomía
los hombres soberanos para vincularse obligatoriamente entre sí, dentro de los cauces del
ordenamiento jurídico. Así mismo la autonomía de la voluntad es un principio que llevado al derecho
privado, se constituye en su característica fundamental no ha recibido una noción legal y ello lo hace
ser un principio no escrito. Su noción o concepción es puramente doctrinaria. La autonomía de la
voluntad es un principio básico del derecho contractual que otorga a la persona la facultad de crear,
por voluntad propia, una determinada situación jurídica que el derecho positivo debe respetar.

El acto voluntario o la manifestación de la voluntad tienen relevancia jurídica siempre que haya sido
producto de una decisión libre y espontánea del ser humano. La libertad, como expresión máxima del
ser libre de la persona y como valor determinante de su existencia, lleva implícita una dimensión
social, es decir el hombre libre sólo es auténticamente libre en relación con los demás. Debido a ello
la libertad del ser humano no es una facultad absoluta, está limitada por el deber de no dañar a los
demás. En este sentido se dice que ``La libertad es como un ave que para volar necesita de la
resistencia del aire. La libertad necesita de otras existencias libres y de cosas, La libertad es
coexistencia´´.

Este principio que sustenta el Derecho Civil hace posible las relaciones jurídicas de los particulares.
En una sociedad, la libertad como libre albedrío ejercido sin límite alguno, llevarían al desorden y al
caos, pues bien, se dice que la libertad ilimitada del ser humano lleva consigo el germen de su propia
destrucción.

La autonomía de la voluntad como máxima expresión de la libertad consustancial del ser humano, es
la potencia creadora, es la facultad que tiene la persona de autorregular sus intereses privados. El
fundamento del carácter relativo de la autonomía privada es la necesidad de coexistencia ordenada y
pacífica que requiere una sociedad. Quién más idóneo que el ser humano, que consciente del peligro
del ejercicio ilimitado de su libertad, para establecer límites a sus actos a través de normas generales
y obligatorias. Por lo tanto, en un sentido muy general, la persona tiene libertad para ejercitar
facultades y derechos y también para conformar las diversas relaciones jurídicas que la atañen. Frente
a la necesidad de orden y coexistencia pacífica, surge el Derecho como orden normativo de conductas
libres y espontáneas. Este para ser un orden obligatorio se establece en un conjunto de normas
conocidas, aceptadas y obligatorias para todo.
Cual, si bien las personas tenían autonomía para pactar o estipular contratos, una vez expresada su
voluntad esa misma autonomía no podía deshacer lo que se había pactado, pues era también un
principio del derecho civil que los contratos deben cumplirse conforme se habían pactado. La doctrina
civilista sostiene que el fundamento de la autonomía privada la explican dos teorías: la teoría
individualista y la teoría normativista. Por otro lado, cabe destacar que las ideas humanistas han
procurado la socialización de las relaciones jurídicas patrimoniales y creemos que éstas explican de
manera suficiente el fundamento de la autonomía de la voluntad. Es importante entonces, exponer las
diversas teorías que sobre el tema han sido elaboradas por la Teoría General del Derecho Contractual,
las que, entre otras preguntas deben responder si es sólo la voluntad de los contratantes la que crea el
vínculo contractual o si se requiere la conjunción de aquella voluntad con la ley.

La autonomía de la voluntad es sostenida en dos teorías una es la teoría individualista que sostiene
los derechos subjetivos no derivan de un derecho objetivo primordial, sino de la esencia misma del
hombre, por lo cual es totalmente autónomo para regular sus intereses que es lo que justifica a la
autonomía de la voluntad; esa autonomía, esa dependencia trajo consigo muchas consecuencias y es
por ello que a consecuencia de esa libertad no controlada, surge una teoría que va poner un pare o en
si controlando a la teoría individualista, la teoría normativista, la cual expresa que la autonomía
privada le es concedida a la persona por expresa delegación del ordenamiento jurídico, el cual para
no entorpecer el trafico económico-jurídico, confía a los particulares la autorregulación de sus
intereses dentro de los cauces que señale la ley, es por ello que en al actualidad uno puede realizar
todo tipo de contratos pero siempre teniendo en cuneta los parámetros que la ley establece.

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