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ESTADO DE DERECHO Y

DERECHOS HUMANOS
CENTRO UNIVERSITARIO OCTAVIO PAZ

1 DE JUNIO DE 2023
MARIA ADRIANA RUBALCAVA DURAN
JULIO CESAR RUVALCABA RAMIREZ
ESTADO DE DERECHO Y DERECHOS HUMANOS
El verdadero desarrollo en nuestro país es necesario promover y proteger el goce y pleno disfrute de
los derechos contemplados en la Carta de los Derechos Humanos y otros instrumentos
internacionales.
El término de Estado de derecho empieza a ser utilizado por la ciencia jurídica y política alemana del
siglo pasado para designar una relación específica entre la forma política llamada Estado y el
derecho, relación que va más allá de un gobierno limitado que envuelve su actuación en el ropaje de
las normas jurídicas. El estado como aparato de gobierno y de administración se presenta con el
rostro del poder de supremacía del que la acción estatal se vale frente a los ciudadanos.
El estado de derecho aparece como el servidor, rigurosamente controlado, de la sociedad y queda
sometido a un sistema cerrado de normas jurídicas o, sencillamente, identificado con ese sistema de
normas, así que se convierte en solo norma o procedimiento. Aristóteles, en su obra la política, habló
de las leyes como principios provenientes del raciocinio humano y lo relaciona con las distintas
formas de gobierno definidas según los distintos tipos de constitución posibles. Por su parte, los
filósofos llamados estoicos propusieron explícitamente que las leyes no tenían otro antecedente que
un acuerdo contractual entre los hombres que luego las obedecerían mientras, los llamados sofistas
habían propuesto en su momento que toda verdad política, incluidas desde luego las leyes, surgía de
una retórica cuyo objetivo último era conseguir el consentimiento de los ciudadanos. La descripción
que realiza de las relaciones de poder como resultado de las virtudes no morales, sino prácticas y
estrategias de los hombres reales preparó el camino para pensar que las leyes derivaban de la
voluntad de los hombres y no de la de Dios. Por su parte Hobbes para dar respuesta a esta
situación, estableció algunos conceptos que serían decisivos en todo el pensamiento político
posterior, porque su fuerza proviene de la voluntad de los contratantes y no de algún tipo de decisión
divina.
Las leyes que el soberano promulgue serán, por consiguiente, leyes justas en la medida en que
serán vistas como extensión de la voluntad de los hombres unidos por el contrato. La idea de que
existen derechos naturales que no se pierden con él con trato no tardaría mucho en aparecer, y sería
hacia el final del mismo siglo XVII cuando el filósofo John Locke reformularía la teoría del contrato a
partir de la noción de libertad individual irrenunciable, este pensador inglés daría un paso adelante al
proponer esta legitimidad. Las ideas políticas de Locke ofrecen ya dos rasgos distintivos de la noción
de estado de derecho, por un lado, la concepción de que el derecho emana de la voluntad de los
ciudadanos y se orienta a garantizar el ejercicio de sus libertades y derechos fundamentales ya en
este punto se dice que la vigencia del derecho sólo es legítima cuando está sostenida por los actos
de libre elección de los ciudadanos. En este sentido, la legalidad carece de legitimidad si no es
soportada por la decisión y vigilancia ciudadanas. Con esta interpretación, establecía la doctrina
política llamada liberalismo, centrada en las nociones inseparables de derechos individuales
irrenunciables y gobierno mandatario y limitado con ello, la figura omnipotente de un gobierno
despótico que podía imponer a los súbditos todas las leyes que juzgase convenientes quedaba
deslegitimada no obstante, la noción de ley se había postulado en una clave que ya nunca se
abandonaría la de su justicia vinculada a la decisión ciudadana y a ciertos derechos humanos
básicos.
El filósofo francés Juan Jacobo Rousseau agregaría nuevas ideas a esta noción de ley como
soberanía ciudadana. Partiendo de un esquema similar a los de Hobbes y Locke, Rousseau se
planteó también el contrato social como una salida del estado de naturaleza y la inauguración de la
sociedad políticamente organizada. Para Rousseau, los hombres son libres por naturaleza, y la
renuncia a esta libertad implicaría la renuncia a su propia condición humana.
Dicho de otro modo, los hombres reciben una libertad cívica o política a cambio de su libertad natural
Rousseau no otorga la soberanía a ningún gobernante, sino que la mantiene en el cuerpo social
creado por el contrato; por lo tanto, el único soberano es el pueblo mismo reunido, es decir, la
comunidad política. Toda decisión, toda norma y toda acción pública deberán venir de esta
comunidad deliberante y ejecutiva. De este modo, cada uno de los miembros, ahora convertido en
ciudadano, no obedecerá a nadie en particular porque nadie en particular manda, sino que seguirá
obedeciéndose a sí mismo porque todo acto de la comunidad política es visto como propio por cada
uno en las leyes se identifican la libertad individual y el bienestar social sin caer en contradicciones,
porque, en opinión de Rousseau, la libertad individual sólo puede ser plenamente ejercida en el
marco de la voluntad general que asegura las condiciones públicas que la hacen posible. Emmanuel
Kant Este pensador trató de justificar a plenitud la fundamentación de las leyes públicas en la razón y
libertad individuales, este pensador alemán culmina la tradición moderna del contrato social
adecuándola a una justificación de la ley a partir de la noción de autonomía moral de los individuos
Aunque Kant desarrolla toda una argumentación previa de orden moral que servirá de fundamento a
su concepción de la política y de las leyes, aquí, partiremos sólo de la idea kantiana de la razón auto
legisladora, es decir, de su idea de que la libertad natural de los hombres se caracteriza por la
capacidad de dotarse a sí misma de leyes morales y jurídicas que guían de manera recta su
conducta práctica. Cuando la política es regida por normas jurídicas generales y abstractas, tenemos
como consecuencia la protección de los derechos individuales por medio de un poder político
coactivo y la actuación del gobierno limitada por los derechos ciudadanos.
Así entonces ningún sistema legal que carezca de los requisitos mínimos exigidos por los
pensadores liberales que hemos revisado podría ser un genuino Estado de derecho. Así entonces, el
concepto de Estado de derecho es una respuesta al Estado absolutista, caracterizado por la
ausencia de libertades, la concentración del poder y la irresponsabilidad de los titulares de los
órganos del poder En primer sentido el Estado de derecho es aquel en el que están garantizados los
derechos de libertad de los ciudadanos, en un segundo sentido, Estado de derecho es aquel Estado
en el cual el poder político está limitado por el derecho, en un tercer sentido.
Estado de derecho es aquel Estado en el cual todo acto de ejercicio del poder político está sujeto al
principio de legalidad. Así, todo Estado tiene que ser Estado de Derecho en sentido formal, puesto
que todo Estado tiene que constituir un orden coactivo y todo orden coactivo tiene que ser un orden
jurídico.
No cualquier Estado ni cualquier derecho conforman un Estado de derecho únicamente, aquel
Estado controlado por el derecho y aquel derecho legítimo democrático. En resumen, el Estado de
derecho es aquel Estado en el que autoridades e individuos se rigen por el derecho, y éste incorpora
los derechos y las libertades fundamentales, y es aplicado por instituciones imparciales y accesibles
que generan certidumbre.

DERECHOS HUMANOS COMO UN ELEMENTO ESENCIAL DEL


ESTADO DE DERECHO.
Entre los elementos necesarios podemos señalar que esta la división de poderes distribución del
poder en diferentes funciones garantiza que el poder del Estado no se concentre en una sola
institución, sino que se distribuya permitiendo mayor eficiencia y los debidos controles evitando
arbitrariedades y abuso de este. Cicerón y antes de él, Polibio atribuía el éxito y la estabilidad de la
República romana a la sabia combinación, en una constitución mixta, de elementos monárquicos,
aristocráticos y democráticos. Que el poder detenga al poder Montesquieu sigue siendo el principio
de la separación de poderes, ya sea que ésta asuma un estilo más confrontacional, como en el
sistema presidencial de los Estados Unidos, o más cooperativo, como en los regímenes
parlamentarios europeos. El imperio del derecho con este elemento debemos entender la obediencia
a las normas establecidas, ya que las normas deben ser expresión de la voluntad popular y deben
someterse a ella tanto gobernantes como gobernados. La distribución del poder en diferentes
funciones garantiza que el poder del Estado no se concentre en una sola institución, sino que se
distribuya permitiendo mayor eficiencia y los debidos controles evitando arbitrariedades y abuso de
este
Principio de legalidad: El principio de legalidad responde a la contraposición entre el gobierno de los
hombres y el gobierno de las leyes, según la cual, en el primer caso, los gobernados se encuentran
desprotegidos frente al arbitrio del gobernante y, en el segundo, los súbditos cuentan con elementos
para conocer los límites y alcances del ejercicio de la autoridad. Si estos requisitos se cumplen
aumentan las posibilidades de que los gobernados cuenten con niveles aceptables de certeza y
seguridad jurídica Desde esta óptica, el concepto adquiere una dimensión más amplia se trata de un
Estado democrático de derecho, ya que no basta con la existencia de normas con ciertas
características, sino que las mismas deben ser la manifestación indirecta de la voluntad popular
La estructura básica de la sociedad, es decir, en el sistema de instituciones fundamentales que
permiten calificar de democrática a una determinada sociedad Estado de derecho no es equivalente
a la justicia social, pero, y esto es esencial, ningún modelo de justicia social razonable puede ser
alcanzado sino a través de los cauces del Estado de derecho, El Estado de derecho choca con los
sistemas totalitarios y autoritarios, La democracia está conformada, entonces, como un modelo con
cuatro dimensiones, cada una de ellas correspondiente con los cuatro tipos de derechos
fundamentales los derechos políticos, los derechos civiles, los derechos de libertad y los derechos
sociales, Sin embargo, es insuficiente para definir a la democracia, por lo que se requiere de las
cuatro dimensiones de forma conjunta para poder hablar de democracia constitucional, con base en
la cual se sustrae a todo poder decisional, tanto público como privado, la disponibilidad de los
derechos fundamentales en su conjunto. El paradigma de la democracia constitucional se impuso
luego de la Segunda Guerra Mundial para evitar que se produjeran en lo sucesivo experiencias del
tipo nazi o fascista. Esta democracia sustancial resulta el complemento necesario de la democracia
formal (poliarquía), porque la democracia es forma, pero también sustancia.

RETOS DEL ESTADO DE DERECHO


El principal reto político de una democracia en consolidación para hacer valer el estado de derecho
es igualar los conceptos de legalidad y legitimidad, clarificar el concepto de autoridad democrática y
legítima y fomentar la exigencia ciudadana para hacer cumplir al gobierno. En este sentido la
ciudadanía tiene que desterrar la idea que sólo unos cuantos pueden hacer valer el Estado de
derecho, tiene que confiar en sus instituciones y hacer valer su derecho a exigir cuentas con base en
la legalidad que le otorga el Estado, Así, la aplicación del Estado de derecho en México tiene que ir
de la mano de la superación de una legitimidad basada en la impunidad y la negociación de la ley.
Como señala Díaz Müller el desafío de la modernidad radica en la alternativa de traer a buen puerto
a la mayoría de los países sumidos en el subdesarrollo.
LA PROBLEMÁTICA ACTUAL MEXICANA
Se puede señalar que el marco institucional prevaleciente impide, en la práctica, que un importante
sector de la población tenga acceso a la seguridad jurídica, al tiempo que tolera que ciertos grupos
se coloquen abierta mente por encima de las leyes. Lo grave de esta situación consiste en que es
principalmente el gobierno el que desobedece las leyes. Paradójicamente en el papel, la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos.
No sólo se consagran las garantías de certeza y seguridad jurídicas, sino que además se incluye al
principio democrático y a la noción de derechos fundamentales desde el punto de vista del “principio
democrático hemos avanzado considerablemente, pero en el ámbito del respeto a la legalidad
estamos en pañales, violar la ley es cotidiano En nuestro país, el orden jurídico y la justicia sufren
graves problemas. Para comenzar, podemos afirmar que no se tiene un conjunto de principios de
derechos claros y respetados por todos. La Encuesta Nacional sobre Cultura Política y Practicas
Ciudadanas
muestra que la democracia mexicana se ha cimentado sobre una débil cultura de la legalidad, fruto
de la desconfianza de los ciudadanos hacia sus instituciones, de diversos los rastros de autoritarismo
todavía vigentes La Encuesta Nacional sobre Cultura Política y Practicas Ciudadanas, muestra que
la democracia mexicana se ha cimentado sobre una débil cultura de la legalidad, fruto de la
desconfianza de los ciudadanos hacia sus instituciones, de diversos los rastros de autoritarismo
todavía vigentes
En resumen, se puede apreciar que México, a pesar de los muchos es fuerzos que se han realizado,
no se ha logrado establecer un gobierno que cumpla con estos requisitos mínimos de eficacia y
legalidad. A pesar de la falta de una policía judicial que efectivamente imponga el orden y de un
Poder Judicial capaz de obligar a las policías, a la burocracia y a los particulares, a sujetarse en
todos los casos al derecho, paradójicamente no existe el problema de la violencia o anarquía
generalizada.

COCLUSION
¿Que buscamos que aún no encontramos? El respeto a los derechos humanos y un Estado que sea
fiel representación de la legalidad, se han escrito tantos textos sobre el estado y aun mas sobre los
derechos y garantías individuales que entre tantos se ha perdido el camino hacia lo que debíamos
llegar, los pésimos actores que hemos tenido en el poder son pieza clave de que todo se reforma a
su interés y conveniencia, dejando de lado a los que algún día lo hicieron llegar adonde esta, tal
párese que es una historia de nunca acabar, se necesita al pueblo en su camino ala cima pero
estando ahí se olvidan dar la vuelta y mirar a los que lo hicieron llegar ahí, pero es responsabilidad
nuestra hacer valer nuestros derechos y garantías si queremos cambiar al mundo debemos empezar
por nosotros dándonos el valor que merecemos y preparándonos, con una buena educación para así
poder educar alas siguientes generaciones que hoy en día su principal preocupación son las redes
sociales y que incluso han llegado a darles derechos a los animales en lugar de pelear por los suyos,
se supone que la educación debería ser gratuita pero no lo es, he visto de primera mano que la
necesidad te impide seguir los estudios, esto lo vi cuando fui a integrar niños a las escuelas, el
primer motivo de deserción de estudiantes es la economía la falta de dinero para comprar útiles
zapatos e incluso no poder comprar los materiales para hacer la tarea aunado al bullying de los
demás compañeros y peor aun los problemas en casa por la economía familiar son detonantes para
seguir teniendo un México con falta de preparación y seguiremos siendo una fabrica de obreros o
como muchos países nos ben “ la mejor mano de obra o mejor aún la más barata” es tiempo de
romper con estos estereotipos y darle paso aun México mejor preparado.

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