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TEMA. La Construcción Del Estado Liberal
TEMA. La Construcción Del Estado Liberal
Entre 1833 y 1868 se produce en España un proceso de cambio irreversible que afecta a
todos los órdenes de la vida:
se configura una monarquía constitucional, inspirada en los principios liberales
se sientan las bases de una economía capitalista
se estructura una sociedad de clases.
Las claves del período son:
los partidos políticos liberales (moderados y progresistas)
las constituciones promulgadas (la de 1837 y la de 1845)
los procedimientos de llegar al poder (elecciones con sufragio censitario masculino y
el papel de los pronunciamientos militares)
las actuaciones económicas (entre ellas la desamortización y el ferrocarril).
Este periodo se corresponde con el reinado de Isabel II (1833-1868), en el que distinguimos
dos grandes etapas:
la de las regencias, en que la reina es menor de edad (1833-1843)
la de la mayoría de edad (1843-1868)
En 1844 se celebraron elecciones que dieron la mayoría a los moderados. Se inicia así la
década moderada (1844-54).
Ramón María Narváez, militar y político moderado, formó gobierno basado en los principios
del liberalismo moderado.
Su pretensión era clausura la etapa revolucionaria y normalizar el funcionamiento de las
instituciones liberales. El nuevo Estado debía sustentarse en el predominio del orden y de la
autoridad.
Este periodo se caracterizó por
la represión contra los progresistas
el apoyo al gobierno de la burguesía terrateniente
el falseamiento de los mecanismos electorales para garantizar el triunfo del partido en
el gobierno.
El gobierno preparó una reforma de la Constitución de 1837 y aprobó la nueva Constitución
de 1845 que recogió las ideas básicas del moderantismo:
soberanía conjunta entre el rey y las Cortes
ampliación de los poderes del ejecutivo
disminución de la atribuciones del legislativo
sufragio censitario muy restringido que no superaba el 1% de la población.
supresión de la Milicia Nacional
exclusividad de la religión católica.
La nueva Constitución mantenía gran parte del articulado de la Constitución de 1837 sobre
todo en lo referente a la declaración de derechos aunque las leyes posteriores los limitarán
enormemente.
El moderantismo pretendió consolidar la estructura del nuevo Estado liberal bajo los
principios del centralismo, la uniformidad y la jerarquización.
reforma de Hacienda, Códigos Penal y Civil, Ley de Administración Local (sólo País
Vasco y Navarra conservaron antiguos derechos forales por temor al rebrote del
carlismo),
centralización de la educación
sistema métrico decimal
creación de la Guardia Civil
estructura jerarquizada en la que cada provincia dependía de un poder central en
Madrid del que dependían los gobernadores civiles y de estos los alcaldes de
municipios menores
La actividad e importancia de las Cortes fueron casi irrelevantes, por lo que la oposición al
régimen era extraparlamentaria.
Los levantamientos carlistas se revitalizaron y se produjo la segunda guerra carlista (1846-
1849).
En 1849 una escisión del partido progresista dio origen al partido demócrata, que defendía
el sufragio universal
la soberanía popular
la república como forma de gobierno
los derechos y libertades individuales sin ninguna restricción.
El autoritarismo del gobierno moderado provocó el levantamiento de progresistas,
demócratas y de algunos sectores moderados defraudados con el gobierno.
Esta unión desembocó en el pronunciamiento de Vicálvaro (1854) dirigido por un moderado
descontento, el general O´Donell que fundó un nuevo partido, la Unión Liberal, que
pretendía cubrir un espacio de centro entre moderados y progresistas.
El liberalismo que se impuso a lo largo de casi todo el periodo fue moderado y censitario,
respondiendo a los intereses de la oligarquía dominante.
Dos de los rasgos propios de este periodo fueron la inestabilidad política y el protagonismo
militar en la vida política del país; no sólo porque muchos de los cambios de gobierno
vinieron precedidos de pronunciamientos, sino también por la presencia de militares de
prestigio (guerras carlistas o americana) como líderes de las principales corrientes políticas
de la época (Espartero, O´Donell, Narváez, Serrano, Prim,…) o ya como jefes de gobierno y
ministros.