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Homilética SUMARIO

1. DOMINGOS 2º A 6º DE PASCUA, CICLO B


1. Del 12 de abril al 10 de mayo de 2015
1. Pórtico, por Mons. Raúl Berzosa, obispo de Ciudad Rodrigo 235
2. Cantar en Pascua, por Antonio Alcalde Fernández 237
3. Recursos para la Pascua: el jardín del resucitado 239

• Domingo 2º de Pascua (12 de abril) 241


• Domingo 3º de Pascua (19 de abril) 249
• Domingo 4º de Pascua (26 de abril) 257
• Domingo 5º de Pascua (3 de mayo) 266
• Domingo 6º de Pascua (10 de mayo) 274

- LA PALABRA: Pedro Fraile Yécora (1ª lectura), Fidel Aizpurúa Donázar (2ª lectura), Óscar
de la Fuente (Evangelio).
- LA HOMILÍA: Esperanza de Pinedo (domingos 2º y 3º), José Antonio García, sj (domingo
4º), Juan Francisco Herrero, sj (domingo 5º) y Juan José Tomillo González, sj (domingo 6º),
- RECURSOS: Donaciano Martínez, Pelayo González Ibáñez y José Luis Saborido Cursach, S.J.
- MÚSICA: Antonio Alcalde Fernández
- ILUSTRACIONES Y COMENTARIOS: Javier Prat Cambra

2. ASCENSIÓN, PENTECOSTÉS, TRINIDAD,


CORPUS, SAGRADO CORAZÓN, CICLO A
Del 17 de mayo al 12 de junio de 2015

• Ascensión (17 de mayo) 282


• Pentecostés (24 de mayo) 289
• Santísima Trinidad (31 de mayo) 297
• Corpus Christi (7 de junio) 305
• Sagrado Corazón de Jesús (12 de junio) 315

- LA PALABRA: Pedro Fraile Yécora (1ª lectura), Fidel Aizpurúa Donázar (2ª lectura), Óscar
de la Fuente (Evangelios).
- LA HOMILÍA: José Moreno Losada (Ascensión, Pentecostés y Trinidad), Sebastián Mora
Rosado (Corpus Christi), Javier García Ruiz de Medina, sj (Sagrado Corazón).
- RECURSOS: Donaciano Martínez, Pelayo González Ibánez y José Luis Saborido Cursach, S.J.
- MÚSICA: Antonio Alcalde Fernández
- ILUSTRACIONES Y COMENTARIOS: Javier Prat Cambra

233
Homilética

3. MISA FAMILIAR. Domingos 2º a 6º de Pascua, Ciclo B


Del 12 de abril al 10 de mayo de 2015
Equipo “Homilética”: Soco Díaz González, Alberto Pérez Pastor, Juan Antonio Pérez An-
drés, Asun Vitores Baciero y J.L. Saborido Cursach 323

En este número colaboran:

• Fidel Aizurúa Donázar, capuchino, profesor de Teología Bíblica en la Facultadde Teología


de Vitoria (Logroño)
• Antonio Alcalde Ferrnández, sacerdote diocesano, párroco, consultor musical de la CEE
profesor de liturgia en la Facultad de Teología San Dámaso (Madrid).
• Mons. Raúl Berzosa, obispo de Ciudad Rodrigo
• Soco Díaz González, educadora, ama de casa y catequista (Valladolid)
• Pedro Fraile Yécora, teólogo biblista (Sant Cugat del Vallés. Barcelona)
• Óscar de la Fuente, sacerdote diocesano, biblista (Velilla del río Carrión. Palencia)
• José Antonio García, sj., acompañante y Director de Ejercicios Espirituales (Madrid)
• Javier García Ruiz de Medina, sj, Director del Secretariado Nacional del Apostolado de la Oración
(Madrid)
• Pelayo González, sacerdote diocesano, párroco y catequeta (Palencia)
• Juan Francisco Herrero, sj, párroco (Badajoz)
• Donaciano Martínez, sacerdote diocesano, profesor de teología y catequeta (Palencia)
• José Moreno Losada, sacerdote diocesano, profesor de teología (Badajoz).
• Sebastián Mora Rosado, Secretario General de Caritas Nacional (Madrid)
• Juan Antonio Pérez Andrés, educador y pastoralista (Valladolid)
• Alberto Pérez Pastor, sj, pastoralista, Presidente de Proyecto Hombre (Tudela. Navarra)
• Esperanza de Pinedo, acj, responsable de Migraciones en el Área de Justicia y Solidaridad
de CONFER
• Javier Prat Cambra, profesor de Religión, dibujante y catequista (Almadén. Ciudad Real)
• José Luis Saborido Cursach, sj, director de las revistas Homilética y Catequética, responsable
de Justicia y Paz de CONFER (Madrid)
• Juan José Tomillo González, sj., pastoralista (Madrid)
• Asun Vítores Baciero, educadora, ama de casa y catequista (Valladolid)

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Homilética PÓRTICO DE PASCUA

PASCUA DE 2015
PÓRTICO
por Mons. Raúl Berzosa, obispo de Ciudad Rodrigo

¡¡Cristo ha resucitado!!

Hemos vivido la Semana Santa, nuestra Semana Grande. Hemos agudizado los ojos del corazón
para mirarle a Él: al Señor de la Vida, del Cosmos y de la Historia; al Hijo de la misericordia entrañable.
Hemos escuchado la invitación del místico: “no tengamos miedo, abramos nuestro corazón y
nuestras entrañas a quien nos conoce mejor que nosotros a nosotros mismos, a quien nos puede lim-
piar y alumbrar de nuevo”.
El gran S. Agustín, enamorado de su Señor, se atrevió a exclamar: “Cristo es fuente de vida: acér-
cate, bebe y vive. Es luz: acércate, ilumínate y ve. Sin su gracia estarás árido. Cristo trabaja en ti, tiene
sed de Ti, tiene hambre en ti y padece tribulación. Y aún El muere en Ti, y tú estás resucitado en El”.
Sólo así podremos entonar el pregón pascual. Y, con el Espíritu del resucitado, que hace nuevas
todas las cosas, volveremos a decir: “¡Creemos en la vida, en la justicia, en la alegría, en la esperanza,
en la fraternidad y en la solidaridad, en la nueva humanidad y en la nueva creación!”.
Entonces, unidos a los jóvenes de Taizé, cantaremos un himno con sabor a no gastado: “El Cristo
resucitado viene a animar una fiesta en lo más íntimo del corazón humano. Nos prepara una primavera
para la Iglesia y para la humanidad. Una humanidad más fraterna y con imaginación y valentía suficien-
tes para abrir caminos de reconciliación, paz y justicia. Una humanidad en la que el hombre ya no sea
víctima del hombre”.

235
Homilética PÓRTICO DE PASCUA

Y, junto al aleluya pascual, podremos proclamar, con el escritor José Cabodevilla un himno de
utopía y esperanza:

Porque Cristo resucitó y es el Hijo,


creemos en el Padre y en los hermanos.
Porque Cristo resucitó y es vida,
creemos en la vida y no en la muerte.
Porque Cristo resucitó y es el camino,
creemos en el futuro y no en el miedo.
Porque Cristo resucitó y es la paz,
creemos en la paz y no en la guerra.
Porque Cristo resucitó y está en los pobres,
creemos en la justicia y no en la opresión.
Porque creemos que Cristo resucitó y está en la comunidad,
creemos en la unidad y no en la división.
Porque Cristo resucitó y se apareció a Pedro,
creemos en una Iglesia confiada a hombres pecadores.
Porque Cristo resucitó y nos da su Espíritu,
creemos que somos hijos amados para siempre.

A partir de la resurrección del Hijo de Dios exclamaremos con San Pablo, el apasionado enamo-
rado de Jesucristo: “Ninguno de nosotros vive ya para sí mismo.. Si vivimos, vivimos para el Señor; si
morimos, morimos para el Señor; en la vida y en la muerte somos de Dios” (Rom 14,7 ss).
A partir de la resurrección del Hijo de Dios podremos hacer la experiencia de Emaús en “clave de
una iglesia sinodal”: Cristo saliéndonos al encuentro; caminando a nuestro lado; iluminando nuestras
sombras; compartiendo la Palabra y el Pan cotidianos, y enviándonos como evangelizadores y sembra-
dores de esperanza. Ojala que así sea.
Vivamos la Vigilia Pascual como “novedad”; unámonos a la alegría de María al ver a su Hijo Re-
sucitado; y, sobre todo, preparémonos a ser “evangelizadores con Espíritu que se abren sin temor a la
acción del Espíritu Santo” (Papa Francisco). Porque, en el horizonte, nos espera un nuevo Pentecostés
para, como apóstoles, salir de nosotros mismos y transformarnos en anunciadores de las grandezas de
Dios. ¡Estamos llamados a anunciar la novedad del Evangelio!.
¡¡Feliz y fecunda experiencia de resurrección; felices y santos días de gracias pascuales y salva-
doras para todos!!

+ Raúl Berzosa, Obispo de Ciudad Rodrigo

236
Homilética CANTAR EN PASCUA

2. CANTAR EN PASCUA
por Antonio Alcalde Fernández

La Pascua cristiana es la fiesta por excelencia, la solemnidad de las solemnidades. La Pascua es


el “paso del Señor”, el paso de las tinieblas a la luz, del pecado a la gracia, de la enfermedad a la salud,
de la muerte a la vida, “de este mundo al Padre”.
La Cincuentena pascual prolonga la fiesta y sigue celebrando el gozoso encuentro y la comunión
con el Cristo glorioso. Cincuenta días de fiesta en honor de Cristo resucitado que se celebran como un
sólo o “gran domingo”. En este tiempo se abandona el ayuno y la oración de rodillas, pues orar en pie
es postura de resucitado.
Ya desde la Cuaresma, nuestro canto de peregrinación hacia la Santa Montaña de la Pascua
tiene resonancias pascuales. Una vez alcanzada la cumbre, al filo de la media noche, en la noche más
bella del año, en la hermosa, bella y santa Vigilia Pascual, ¿cómo no va a estallar el júbilo, el aleluya
que también resucita, el Gloria de los ángeles, el Regina coeli a la Madre del resucitado, el órgano y las
campanas que llevan la noticia, el mensaje pascual a todo el universo?
Pascua es el tiempo de vivir en intensidad los sacramentos pascuales de la Iglesia: Primeras Comu-
niones, Confirmaciones, Unción de los Enfermos, comulgar, al menos una vez al año, “por Pascua florida”…

En Pascua tenemos que conseguir que la liturgia, en su conjunto, suene y resuene como una
gran obra sinfónica: la sinfonía de la nueva creación en Cristo, afinados y vibrantes todos sus instru-
mentos. “Cantad al Señor un cántico nuevo. Resuene su alabanza en la asamblea” canta el salmista.
No podemos olvidar ni separar de la Pascua los cantos al Espíritu Santo. Pentecostés no es fies-
ta aparte, sino plenitud y cumplimiento de lo inaugurado en la noche de Pascua: el Espíritu que resucitó
a Jesús de entre los muertos. Es el culmen de la Pascua. Con las II Vísperas de Pentecostés se apaga
formalmente el Cirio Pascual como final de la Pascua.
Así como el templo aparece con una decoración nueva - abundancia de flores, de color blanco
preferentemente, gran iluminación, manteles blancos, murales, etc.- musicalmente también lo ambien-
tamos con una música que nos hable de fiesta grande, de solemnidad, de majestuosidad, de triunfo, de
victoria. Es muy importante tanto la imagen visual como auditiva que dé el templo donde nos reunimos
para celebrar al que está vivo y presente entre nosotros. “Aquel a quien cantamos resucitado hará que
vivamos reinando con Él para siempre” (San Agustín, Sermón Guelferbytano, 5,4).
En Pascua tenemos que cantar mucho y bien. No cualquier canto, no a palo seco, sino acompañán-
dolo «al son de instrumentos, con clarines y al son de trompetas» (Salmo 97), «con platillos sonoros, con pla-
tillos vibrantes» porque es La Pascua, el paso del Señor. «Todo ser que alienta alabe al Señor» (Salmo 150).

237
Homilética CANTAR EN PASCUA

Si la Cuaresma era un tiempo de austeridad y silencio musical, la Pascua es el tiempo de realce


musical, de abundancia y florecimiento del canto. Es un tiempo de alegría y de gozo para entonar cantos
de fiesta en honor de Cristo resucitado.
Una de las actividades principales de la comunidad cristiana durante el tiempo pascual es el
canto al Señor resucitado, vivo y glorioso. «Sólo el hombre nuevo puede cantar el cántico nuevo» (san
Agustín). La Pascua es la fiesta de las fiestas y «Cristo resucitado —nos dice san Atanasio— viene a ani-
mar una gran fiesta en lo más íntimo del hombre».
No podemos permitir ni aprobar que se gasten todas las energías en preparar bien la Cuaresma
y que lleguemos a la Pascua cansados y agotados y la celebremos de cualquier manera, porque esta-
mos cansados de tantas cosas como hemos preparado en Cuaresma.
La fiesta pascual no termina en la Vigilia ni en el Domingo de Resurrección sino que se alarga a
toda la vida de la Iglesia. En la Vigilia hemos resucitado con Cristo a una vida más renovada y compro-
metida. La celebración del misterio pascual constituye el centro de la fe y de la vida de la Iglesia.
De los cantos pascuales modernos se han popularizado Resucitó, de Kiko Argüello, y Acuérdate
de Jesucristo, de L. Deiss, pero son cantos que se han desgastado y quedan casi como obligatorios en
celebraciones de exequias. La CEL de la CEE nos aporta un moderno canto de entrada para el Tiempo
pascual: ¡Cristo resucitó. Aleluya!.
En el tiempo pascual la Iglesia canta, ora, cree y vive el misterio de Cristo; contempla al Resuci-
tado y experimenta su nueva presencia. En el canto pascual el cristiano eleva sus manos al Resucitado
como la luz madrugadora se eleva hacia el mediodía y a Él se alza la llama del incienso perfumado.
Pascua y Pentecostés forman una unidad indivisible y así se debe considerar en la vida y pastoral
de la Iglesia. La reforma litúrgica, promovida por el concilio Vaticano II, ha recuperado la cincuentena
pascual cuando las Normas universales sobre el Año litúrgico, dice: «Los cincuenta días que van desde
el domingo de Resurrección hasta el domingo de Pentecostés han de ser celebrados con alegría y exul-
tación, como si se tratase de un solo y único día festivo, más aún, como un gran domingo...» ( nn. 22-24).
Cristo resucitado vive y está presente en la Iglesia. Nosotros somos, en el hoy del tiempo, la visi-
bilidad terrestre del Cristo resucitado y glorioso en los cielos. El tiempo pascual celebra el nuevo modo
de estar Cristo misteriosamente presente en la Iglesia. Lo que se manifestaba en el cuerpo visible de
Cristo, ahora ha pasado a los sacramentos de la Iglesia. Cristo está presente en la Iglesia, vive en ella
y en ella se da a los fieles.
Como los discípulos rodeaban a Jesús en su vida histórica, ahora los fieles se reúnen principal-
mente en torno a su Palabra y a la comunión del Pan eucarístico. Cristo es la Palabra viva y el Pan vivo.
Escuchando y acogiendo su Palabra y partiendo y compartiendo el Pan, los cristianos descubrimos a
Cristo entre ellos y experimentamos su presencia.

Antonio Alcalde Fernández

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Homilética RECURSOS PARA LA PASCUA

3. RECURSOS PARA LA PASCUA


EL JARDÍN DEL RESUCITADO (Jn 20,15)
María Magdalena encontró a Jesús resucita- la vida renace, a entrar por los caminos de esta
do en el huerto. Pero pensaba que era el horte- “nueva etapa evangelizadora” (EG 1) a la que el
lano, hasta que Jesús, pronunciando su nombre, papa nos llama, porque sigue estando presente
le abrió los ojos para ver el huerto iluminado con una firme idea: “Sueño con una opción misio-
su presencia resucitada. Jesús era la vida misma nera capaz de transformarlo todo, para que las
viviendo de la vida de Dios y en plenitud. costumbres, los estilos, los horarios, el lenguaje y
Y el huerto se llenó de perfumes, de flores y toda estructura eclesial se convierta en un cauce
colores. Pasó de “huerto” a “jardín”: “el jardín del adecuado para la evangelización del mundo ac-
resucitado”, que vamos a celebrar todos estos tual más que para la autopreservación” (EG 27).
domingos de Pascua. En él irán apareciendo, do-
Elementos simbólicos para la celebración
mingo a domingo, las diferentes flores que brotan
de la vida de Jesús resucitado y que deben brotar Incluso físicamente podemos preparar un pe-
en la vida de quienes, viviendo de su vida, somos queño jardín, un pequeño espacio acotado en el
también resucitados. presbiterio, tal vez con tierra, tal vez con césped
artificial. El centro de ese espacio lo ocupará el
Al hilo de La alegría del evangelio
cirio pascual y una fuente con agua: la luz de
Nuestro papa Francisco, una vez más, nos Cristo resucitado y la fuente del agua bautismal.
servirá para ir jalonando estos domingos con flo- A su alrededor, cada domingo aportaremos,
res, aromas y colores que él mismo nos ha ido entre todos los fieles, empezando por quienes pre-
esparciendo a lo largo de su Exhortación Apostó- paran la eucaristía, tiestos o jarrones con flores
lica Evangelii Gaudium, La alegría del evangelio. de un determinado color cada domingo. Puede
Al papa le encantan las palabras que a veces él ser un modo de que los miembros de la asamblea
mismo inventa, o las recrea. Al comienzo ya de participen activamente en la celebración. Se pue-
su Exhortación, como enunciado del nº 24, nos den colocar en uno u otro momento, sea al final
propone unas cuantas: primerear, involucrarse, de la homilía o en el ofertorio, según la idea que
acompañar, fructificar y festejar… Y habría que cada comunidad tenga de la celebración.
añadir otros términos tan propios suyos como
“balconear”, “empacharse”, “misericordiar”, “ros-
Domingo a domingo
quear”, “sacar el cuero”, “tener cara de vinagre”,
“salir de la cueva”... Son los bergoglismos, como DOMINGO 2º
dicen algunos, cargados de la fuerza expresiva de En el jardín del resucitado crece la flor de LA
su español argentino, porteño o lunfardo. SIMPATÍA.
No vamos a hacer aquí un catálogo de esos Texto de la liturgia: “eran bien vistos de todo el pueblo”
bergoglismos… Sólo elegimos algunas palabras Texto de la Evangelii Gaudium: nn. 268 y 269
que nos ayuden a colorear este “jardín del resu- Flores azules.
citado” y nos acerquen, en esta Pascua donde Testigo: el santo Juan XXIII

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Homilética RECURSOS PARA LA PASCUA

DOMINGO 3º Es la vitalidad recuperada de Saulo-Pablo…


En el jardín del resucitado crece la flor de LA Evangelii Gaudium, nn. 81 y 276.
SABIDURÍA. Flores rojas
Texto de la liturgia: “les abrió el entendimiento” Nicolás Castellanos es testimonio de vitalidad
para que comprendieran las Escrituras.
Texto de la Evangelii Gaudium: nn. 84, 278 y 279. DOMINGO 6º:
Flores amarillas. En el jardín del resucitado crece la flor de… LA
Testigo: Pedro Arrupe DISPONIBILIDAD.
Dice Juan (2ª lectura): “Él nos amó primero” (1Jn
DOMINGO 4º 4,10)
En el jardín del resucitado crece la flor de LA Él “primereó”… el amor. Es la disponibilidad como
FAMILIARIDAD. prontitud para responder, para adelantarse a dar
Texto de la liturgia: “yo soy el buen pastor. Yo co- la respuesta, tomar la iniciativa, atrevimiento…
nozco a mis ovejas y ellas me conocen a mí” Y el evangelio: como el Padre me amó (“prime-
Texto de la Evangelii Gaudium: nn. 87 y 88 reando”), como el Padre nos eligió primero (“pri-
Flores violeta mereando”), así tenemos que hacer nosotros:
Testigo: Pedro Casaldáliga adelantarnos en el amor, adelantarnos en la res-
puesta a las llamadas…
DOMINGO 5º Evangelii Gaudium, n. 24.
En el jardín del resucitado crece la flor de LA Flores blancas
VITALIDAD. San Francisco Javier es testimonio de disponibi-
La vid y los sarmientos. La savia es la que da vida: lidad…
energía, fortaleza, libertad, dinamismo misionero…

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Homilética DOMINGO 2º DE PASCUA

Domingo 2º de Pascua
12 de abril de 2015

El discípulo Tomás bien podría ser un símbolo de la libertad por su decisión de creer, después de
pasar por la duda, por ser humano lleno de miedo antes de convertirse en apóstol de la fe.
Javier Prat Cambra

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Homilética DOMINGO 2º DE PASCUA

LA PALABRA
PRIMERA LECTURA: Hech 4, 32-35 SEGUNDA LECTURA: 1 Jn 5,1-6

El autor de Hechos, San Lucas, con mucha El método de animación que emplea 1Jn con
probabilidad intercala «sumarios» de la vida de aquellos que han decidido quedarse en la co-
la primera comunidad cristiana de Jerusalén: to- munidad sin seguir el señuelo de los sedicentes
dos tienen comunión plena en el pensar, en el espirituales (gnósticos) que se han marchado
sentir y en el compartir los bienes buscando caminos espirituales más
materiales; los apóstolos son testi- brillantes es la exhortación. Y no so-
gos valerosos y Dios aprueba la vida lamente porque la estructura comu-
de la comunidad. Se trata más de nitaria no está organizada y no tiene
una «propuesta» de vida comunita- herramientas de coacción como las
ria bajo la acción del Espíritu Santo tendrá después, sino porque se cree
que del «retrato» de una realidad. Se que exhortar es la mejor manera de
puede leer de tres formas: los ‘lite- llegar al corazón, ya que la adhesión
ralistas’ consideran que todo suce- al Jesús de la pobreza histórica es
dió tal como narra el texto; pecan más una cuestión de corazón que de
de «anacronismo» y de «historicismo ideología religiosa.
ingenuo». Otros consideran, con nos- De ahí que emplee en primer
talgia, que hay que volver al «espíritu inicial» de la lugar el argumento de la “familiaridad”: creer en
primera comunidad que se ha perdido: «cualquier Jesús como Cristo es nacer de Dios y amar a ese
tiempo pasado fue mejor»; pecan de «añoranza Dios que da el ser. O sea, entre quien cree, Je-
del pasado». La tercera lectura, con los ojos de sús y el Padre se establece una corriente de vida
la Pascua, nos pide hacer presente este espíritu indestructible. Esa corriente está basada, como
hoy. Los cristianos están llamados en todas las decimos, en el amor, en el cumplimiento de “sus
edades, en todo momento, más allá de los tiem- mandamientos” que no son otros que el manda-
pos cronológicos o de etapas idílicas de la anti- miento del amor.
güedad, a dar vida al espíritu de compartir en la Efectivamente el amor consiste en “que guar-
fraternidad, de estar alegres en la humildad, de demos sus mandamientos”. Y según la reducción
sencillez en el testimonio. No es una lectura que de Jn 15,7ss todos los mandamientos se conden-
nos revuelva con acritud san y concentran en el mandamiento del amor.
a un «pasado mejor», sino Por eso, la exhortación al amor es primordial en
un acicate para hacerlo esta carta. El amor solidario es la clave de verdad
Estamos en Pascua, Se- vida hoy. La palabra de del itinerario espiritual del seguidor.
ñor, y nuestro corazón
Dios es histórica pero no Ese mandamiento “no es pesado”. La disputa
quiere estar alegre. Por
«historicista»; bebe del pa- abierta en el judaísmo sobre qué mandamientos
eso, Padre, te pedimos
sado histórico, pero no es eran “pesados” (obligatorios) y cuáles “ligeros”
que nuestra alegría se
nostálgica; es palabra viva (de libre cumplimiento) y que aparece reflejada
difunda y se contagie a
nuestro alrededor.
para «aquí, hoy y ahora». en el texto de Mt 11,30 se resuelve en la tradición
Pedro Fraile Yécora evangélica en la certeza que todo lo de Jesús es

242
Homilética DOMINGO 2º DE PASCUA

“ligero”, brota del corazón. Así es: una adhesión les el matiz que mejor ayudaba a fortalecer la fe
obligatoria es una contradicción; sería como un de sus comunidades cristianas. Todos apoyados
amor obligado. La no obligatoriedad, el dinamis- en la experiencia decisiva del triunfo definitivo del
mo del amor es el que garantiza la “victoria so- Dios de la vida.
bre el mundo” porque la fe que vence es la fe que Un aspecto fundamental en la experien-
proviene del amor. Éste es la base de la opción cia pascual es su dimensión comunitaria. Así lo
de quienes se han quedado en ponen de manifiesto los cuatro.
la comunidad. No hay auténtico encuentro con
Y es una victoria mezclada el Señor resucitado al margen de
a la historia y sus trabajos. Por la comunidad. La tumba vacía y
eso es “con agua y con sangre”. las apariciones a personas indi-
De acuerdo con la simbología viduales (o a los dos de Emaús)
joánica (Jn 19,34) la realidad reciben luz definitiva en el en-
de Jesús está hecha de “agua”, cuentro comunitario. Allí recono-
de Espíritu, y de “sangre” de entrega total. Ese cen realmente al Resucitado; allí reciben la fuerza
doble componente es también el que necesita el del Espíritu; y allí son enviados a proclamar a to-
creyente para permanecer lúcido en el seno de la das las naciones la Buena noticia. La comunidad
comunidad: una actitud espiritual y una posición es necesaria en el encuentro pascual.
histórica de solidaridad. El evangelio de Juan finaliza también con esta
Por eso se subraya la necesidad de la “san- experiencia, en un relato en dos partes (el capítu-
gre”, de la solidaridad histórica, de la entrega al lo 21 es un añadido a la redacción final del evan-
débil: “no sólo con agua, sino con agua y con san- gelio). El mismo día de la Pascua, al atardecer,
gre”. Es justamente ahí donde se halla la deficien- Jesús se aparece a los discípulos, que estaban
cia de los gnósticos quienes, buscando caminos reunidos; a los ocho días, de nuevo el Resucitado
espirituales, descuidan la solidaridad. se sitúa en medio de ellos, cuando estaban reu-
Fidel Aizpurúa Donázar nidos. La experiencia es la misma: el Resucitado
y la comunidad. Hay un elemento importante que
EVANGELIO: Jn 20, 19-31 da unidad a ambos relatos: la ausencia-presencia
de Tomás, «uno de los doce»; la incredulidad-con-
Los relatos de la Pascua cierran los cuatro fesión de fe del apóstol.
evangelios. El hallazgo de la tumba vacía y las En el primer encuentro los discípulos pasan
apariciones quieren transmitir la experiencia del del miedo: «encerrados por miedo a los judíos»,
encuentro con el Resu- a la alegría de ver en medio de ellos al Señor. Se
citado que tuvieron los realiza lo que había anunciado en el transcurso
primeros discípulos. Una de la cena de despedida: ha vuelto para estar con
experiencia que se con- ellos; les comunica su paz; reciben la fuerza del
Todo lo que somos y tene-
vierte en fundamento de Espíritu; y son convocados a una misión recibida
mos lo hemos recibido de
la fe en Jesús, Mesías del Padre, a través del Hijo. El grupo de los dis-
ti, Padre. Ahora te lo pre-
Hijo de Dios. Cada evan- cípulos es el destinatario de esta experiencia. El
sentamos para que, trans-
formados por ti, refleje la gelista “utiliza” unas Señor en persona, el que murió en la cruz («mirad
luz y el atractivo que pro- tradiciones, en algunos mis llagas y mi costado»), se presenta en medio
ceden de Jesús resucitado. casos comunes, dándo- de ellos y les llena de la fuerza del Espíritu.

243
Homilética DOMINGO 2º DE PASCUA

Se produce un intermedio en la narración. To- eso, a los ocho días sí está junto a la comunidad
más no está en medio del grupo reunido y duda reunida. Las circunstancias son las mismas, aun-
de su testimonio. Él había escuchado las prome- que ahora no se menciona el miedo. Jesús se diri-
sas que hizo Jesús en la cena y ahora recibe el ge al grupo y solamente después a Tomás. Bastan
anuncio de los apóstoles. Pero duda. La fórmula las palabras de Jesús para que Tomás salga de la
condicional que utiliza («si no veo… si no toco…») duda y haga su confesión de fe (la más profunda
deja traslucir, no obstante, que está abierto a del evangelio). Jesús pronuncia cinco imperativos
creer en lo que le están que hacen innecesario el deseo del discípulo: ver,
diciendo. Ahora bien, quie- tocar… Basta con su palabra.
re tener una experiencia Por eso, serán dichosos los que en el futuro
Que la vida que brota de
directa, al menos como la creerán por el testimonio. La visión física será susti-
Cristo resucitado perma-
que han tenido el resto. tuida por el kerigma proclamado; solo partiendo de
nezca siempre en nosotros
En medio de la duda la escucha del kerigma se puede acceder a la fe.
y en quienes viven a nues-
está abierto a la fe. Por Óscar de la Fuente
tro lado llenando el mundo
de alegría y esperanza.

HOMILÍA
Es curioso. Hoy nos encontramos entre dos
La figura de Tomás nos devuelve
textos (la primera lectura y el Evangelio) que re-
a la dimensión “procesual”
flejan rasgos aparentemente opuestos de la hu-
de nuestra fe.
manidad y de la antropología de los primeros se-
guidores y seguidoras de Jesús. Por un lado, tenemos la primera lectura de Hechos que nos muestra
cómo eran las primeras comunidades cristianas diciéndonos que “lo tenían todo en común…, daban
testimonio de la resurrección del Señor con mucho valor…”, y por otro lado el Evangelio, en el que
nos encontramos con la incredulidad de Tomás, que se resiste a creer mientras no meta la mano en
el costado del Resucitado. Bien parece que la primera lectura refleja una comunidad “intachable”.
No pasa así en el Evangelio, donde la “foto” de Tomás parece salir algo más desenfocada, afeando
al fin y al cabo la imagen del discipulado. Uno y otros son personas seguidoras de Jesús, testigos de
primera hora. En torno a la imagen que de ellos se manifiesta en las lecturas me surgen algunas pre-
guntas: ¿sería realmente tan “perfecta” aquella comunidad y tan “radical” la incredulidad de Tomás?
¿No será que la realidad es más mezclada en unos y otros, incluso en nosotros mismos?
La Biblia es un buen espejo en el que mirarnos y reconocernos los cristianos de todas las épocas.
Tiene sentido acercarnos a las lecturas atendiendo, no sólo a lo que dicen, sino también a aquello
que no expresan con palabras. El Evangelio de hoy puede adentrarnos en una experiencia de recon-
ciliación con nuestras torpezas a la hora de reconocer
La fe no funciona “a golpe al Resucitado en medio de la vida cotidiana. ¿Quién no
de clic”, como los ordenadores. ha dicho alguna vez “¡no lo creo hasta que no lo vea con
mis propios ojos!”? Que una figura como la de Tomás esté descrita así en el Evangelio nos devuelve
a la dimensión “procesual” de nuestra fe, que no funciona “a golpe de clic”, como los ordenadores.

244
Homilética DOMINGO 2º DE PASCUA

La primera lectura, por otro lado, nos puede introducir, como canta Silvio Rodríguez, en la necesidad
de “amar el tiempo de los intentos”, porque, más que una realidad “redonda y perfecta”, esta lectura
apunta hacia aquello a lo que todos y todas
La realidad nunca es redonda
caminamos: el ideal de una comunidad de-
y perfecta sino que apunta al ideal.
mocrática en sus decisiones y generosa en
el compartir de los bienes.
El subrayado que hace la segunda lectura es importante. Necesitamos reconocer existencial-
mente que “los mandamientos de Dios no son pesados, pues todo lo que ha nacido de Dios vence
al mundo”. Lo de Dios nunca es un “pesado”, sino que es anchura, propuesta, camino, encuentro
comunitario, envío y misión… En esta lectura quedan vinculadas, como tantas veces en la Biblia, dos
dimensiones vertebradoras de la existencia: el amor y la fe. Una fe cimentada en el “cumplimiento”
se cae. La experiencia de la Resurrección que atraviesa nuestras vidas nos abre al amor, trasciende
nuestras increencias, nos impulsa más allá del lugar de donde partimos, provoca “ardor en el cora-
zón” y calidez en las relaciones humanas.
Esperanza de Pinedo, acj

ORACIÓN UNIVERSAL

Como Tomás, también nosotros somos torpes para creer y confiar. Pero a pesar de todo, ponemos
nuestra confianza en ti y te presentamos nuestros deseos:

• Que en la Iglesia nos vivamos como comunidad fraterna, de hermanas y hermanos que practican
la solidaridad, la justicia social, la preocupación por los más vulnerables al modo de las primeras
comunidades cristianas que, dinamizados por el espíritu del Resucitado, “lo tenían todo en común
y daban testimonio de Resucitado con mucho valor”
• Que en nuestro mundo, preñado de semillas de alternatividad y Buena Noticia, seamos generado-
res de reconciliación y nos impliquemos en la construcción del Reino aquí y ahora.
• Que como sociedad, nos ayudemos mutuamente a reconocer la Vida que se manifiesta en medio
de lo ambiguo y lo complejo de la realidad, aunque nuestros dedos no toquen inmediatamente esas
señales.
• Que cada una y cada uno de nosotros, no nos impacientemos con los procesos lentos, propios y
ajenos, ni nos asusten nuestras torpezas para reconocer al Resucitado en la vida cotidiana.

Escucha, pues, Padre, nuestra oración y ayúdanos a construir la comunidad ideal que Tú soñaste.

245
Homilética DOMINGO 2º DE PASCUA

RECURSOS
En el jardín del resucitado
crece la flor de LA SIMPATÍA

La imagen de la primera comunidad: “daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús con
mucho valor” (1ª lectura) contrasta con la imagen de los discípulos en el evangelio, “con las puertas
cerradas por miedo a los judíos”… Jesús resucitado les
infunde valor y los envía fuera de la casa: “¡salid!”. Y es
entonces, cuando salen y se acercan a la gente dando
testimonio de lo que están viviendo, cuando despiertan
simpatía y agrado (las traducciones difieren entre “Dios
los miraba con agrado” y “eran bien vistos de todo el pue-
blo”; el original griego dice: “una gran gracia estaba con
todos”…
Pero para despertar simpatía es necesario estar cer-
ca. A Tomás Jesús le dice que “toque”, que se “implique”
en las llagas de Jesús, que son, en definitiva, las llagas
de los crucificados. Acercarse y tocar, dos claves esen-
ciales de la nueva vida que despierta en nosotros el cru-
cificado. Nunca lo lograremos del todo. Nunca el ”ideal”
de la primera comunidad será plenamente realidad, pero
estamos en camino. Y Dios nos invita a ello: a acercarnos
y tocar, a implicarnos…).

Evangelii Gaudium: Implicarse con el pueblo

“Para ser evangelizadores de alma también hace falta desarrollar el gusto espiritual de estar cerca de
la vida de la gente, hasta el punto de descubrir que eso es fuente de un gozo superior. La misión es una
pasión por Jesús pero, al mismo tiempo, una pasión por su pueblo. Cuando nos detenemos ante Jesús
crucificado… redescubrimos que Él nos quiere tomar como instrumentos para llegar cada vez más cerca
de su pueblo amado. (268). Jesús mismo es el modelo de esta opción evangelizadora que nos introdu-
ce en el corazón del pueblo... Cautivados por ese modelo, deseamos integrarnos a fondo en la sociedad,
compartimos la vida con todos, escuchamos sus inquietudes, colaboramos material y espiritualmente
con ellos en sus necesidades, nos alegramos con los que están alegres, lloramos con los que lloran y
nos comprometemos en la construcción de un mundo nuevo, codo a codo con los demás. Pero no por
obligación, no como un peso que nos desgasta, sino como una opción personal que nos llena de alegría
y nos otorga identidad (269).

El jardín:
Hoy lo llenamos de tiestos y jarrones de flores azules.

246
Homilética DOMINGO 2º DE PASCUA

Un testigo: Juan XXIII


El buen papa Juan

A mediados del siglo XX el mundo vivía


una situación tan apasionante como com-
plicada. Los países poderosos mantenían
una relación de guerra fría y construían
armas nucleares, el desarrollo industrial
provocaba conflictos sociales y muchas
utopías soñadas parecían realizables.
La Iglesia, por su parte, aspiraba a
acompañar a este mundo y transmitirle la
luz de Jesucristo, no como dueña de esa verdad sino como madre y maestra.
Entonces llegó al papado un hombre llamado Juan. No traía fama de sabio, aunque en su vida había
intervenido en asuntos difíciles. Tampoco de líder, pues ni su aspecto ni su talante daban ese perfil. Era
anciano, rechoncho, de rostro afable y gestos cercanos, de lenguaje llano y corazón sensible. Cayó bien,
llegó a la gente y esta le llamó “el papa bueno”.
Bondad era la palabra que mejor expresaba su personalidad, que incluía otras cualidades como
sencillez, serenidad, simpatía, clarividencia, sutileza, optimismo, sentido del humor, responsabilidad,…
Promovió la justicia y la paz, y puso a la Iglesia en concilio y en diálogo con el mundo. Fue como un soplo
de aire fresco. Su muerte fue llorada por muchos; dejó tras de sí un rastro y un recuerdo de bondad.

LA MÚSICA
«¡SEÑOR MÍO Y DIOS MÍO!»
«Quien diga que Dios ha muerto
que salga a la luz y vea
si el mundo es o no tarea
de un Dios que sigue despierto.
Ya no es su sitio el desierto
ni en la montaña se esconde:
Decid, si preguntan dónde,
que Dios está ―sin mortaja―
en donde un hombre trabaja
y un corazón le responde»
(J.L. Blanco Vega, Himno de Sexta)

Ambientación musical: “En la mañana de Resurrección”. Momentos de Paz-1.

El Crucificado no está muerto. Ha resucitado. ¡Aleluya!. Alegrémonos y gocemos con Él en su Pascua. El mal no ha
vencido. La muerte ha sido destruida. La vida ha triunfado. Iglesia santa de Dios, comunidad nacida en la Resurrec-
ción: dichosa por creer sin haber visto. Nuestro Dios, de misericordia infinita, reanima la fe de su pueblo con el retorno
anual de las fiestas pascuales. Con la resurrección de Jesús, en primavera, nos nace la Primavera de la Iglesia.

247
Homilética DOMINGO 2º DE PASCUA

Canto de entrada: Cristo resucitó MD 351-1; CLN A 13. Durante estos domingos pascuales podemos
suprimir el rito penitencial y comenzar la Eucaristía con el rito de la aspersión del agua que nos hará
recordar y revivir nuestro propio bautismo. Podemos cantar: “Una fuente de agua viva” CLN 229; o bien
“El Bautismo” CD: Hacia la Pascua (SP). “Una nueva vida” MD 21; CLN 426.
Al rito inicial de la Aspersión del agua seguirá el canto del himno del Gloria CLN C 3.

Salmo responsorial: “Dad gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia”; o bien
el popular de M. Manzano: “Este es el día en que actuó el Señor” CLN 522.

Aclamación al Evangelio: “Aleluya” E 4.

Credo: El canto se va intercalando en la Profesión de fe. A las preguntas del sacerdote respondemos
con un sí rotundo y personal.

Santo: CLN I 13 (“De Angelis”)

Fracción del pan: “Cordero de Dios” con sus tropos. CD: Paz a Vosotros (SP).

Comunión: al acercarnos a recibir el Cuerpo glorioso del Señor, cantamos el cántico nuevo al triunfo del
Hijo de Dios. “Un cántico nuevo” MD 357-2; CLN 206; o bien “El Señor ha resucitado” CLN 216.

Antífona final: “Reina del cielo, alégrate” MD 388; CLN 324. Después del saludo final del sacerdote am-
bientamos la salida del templo con la música orquestal del comienzo: “En la mañana de Resurrección”.

Antonio Alcalde Fernández

248
Homilética DOMINGO 3º DE PASCUA

Domingo 3º de Pascua
19 de abril de 2015

La resurrección de JC no es solo un milagro quizá dentro, quizá fuera de la historia, sino una invita-
ción a vivir, a celebrar, a anunciar todo lo bueno y milagroso de la vida que no tiene fin después de
superar la muerte. Javier Prat Cambra

249
Homilética DOMINGO 3º DE PASCUA

LA PALABRA
PRIMERA LECTURA: Hech 3, 13-15. 17-19 de espiritualidad de pasar por el cauce pobre de
la historia conlleva, entre otras cosas, el encara-
El libro de los Hechos recoge en sus primeros miento del lado débil de la persona, del pecado.
capítulos la actividad ferviente de los primeros Negar la evidencia del pecado es salirse del mar-
apóstoles en Jerusalén. Leemos parte del tercer co de la historia. Por eso, hay que mirar tal reali-
discurso de Pedro después de la curación del pa- dad de frente. La fe en Jesús da recursos necesa-
ralítico en la puerta del Templo. Es un resumen rios para salir al paso de tal asunto.
preciso y precioso del primer mensaje cristiano: El primero es que, aunque el pecado esté te-
Jesús ha sido «glorificado» por el «Dios de nues- nazmente delante, “tenemos a uno que abogue
tros padres». De esta forma se sitúa en el cora- ante el Padre: Jesucristo, el Justo”. Él es el verda-
zón de la fe de Israel. Jesús ha sido «rechazado dero defensor para el creyente. Su defensa, lógi-
y entregado» por los responsables camente, puede más que la fuerza
judíos (curiosamente el autor excul- del pecado. De ahí que el asunto
pa a Pilato). Jesús no es un adve- no sea tanto cómo no pecar, sino
nedizo, sino que es llamado «sier- cómo confiar en quien nos defien-
vo»; él cumple las profecías sobre de, de tal manera que podemos
el Mesías sufriente (de esta forma aspirar a que el tema del pecado
se refiere por dos veces, indirec- quede situado en su justo lugar,
tamente, a los oráculos del Siervo de Yahveh). El controlado y tratado correctamente para que no
final no es la tragedia que llora al hombre justo, nuble la hermosura del encuentro con Dios por el
sino la palabra última que pronuncia Dios: él lo cauce de la historia pobre.
ha «resucitado». Pedro se une a los apóstoles ca- El segundo argumento es que ese Jesús que
lificándose a sí mismos de «testigos». Pedro no se nos defiende es “víctima de propiciación”. Es,
queda en la información, sino que pasa a la exhor- como decía Rom 3,25, esa concreción histórica
tación pidiéndoles que se arrepientan y convier- de los viejos anhelos de liberación del pecado
tan; la consecuencia, el perdón de los pecados. que todas las religiones espirituales han tenido
En pocas líneas asistimos a la proclamación del siempre. Efectivamente, en el Jesús histórico se
«primer anuncio», del «kerygma» de la comunidad hace carne comprobada la realidad de que la gra-
cristiana naciente, que poco a poco se irá desarro- cia triunfa sobre el pecado, de que el perdón se
llando desde sus núcleos fundamentales. logra sin tener que recurrir a ritos anuales, que
Pedro Fraile Yécora la acogida por parte de
Dios está garantizada
SEGUNDA LECTURA: 1 Jn 2,1-5 y que sus brazos siem-
pre están abiertos a su
Vivir la Pascua es dejarnos
Los gnósticos que se han ido de la comuni- criatura. Estas certezas
invadir de la nueva vida
dad buscando caminos espirituales más sublimes espirituales son los fru- que tú, Padre, nos regalas
parecen decirse adornados de impecabilidad. Mu- tos de esa “víctima”, de al hacernos hijos tuyos
chas exaltaciones espiritualistas funcionan así. ese Jesús entregado por en Cristo. Queremos vivir
Pero el autor quiere hacer ver que su propuesta amor. siempre así

250
Homilética DOMINGO 3º DE PASCUA

La tercera valoración es que en ese movimien- nan hacia Emaús encuentran


to de defensa y perdón están englobados “los pe- al Señor, pero solo cuando
cados del mundo entero”. Así es, ese movimiento desaparece descubren quién
Recibe, Padre, las ofren-
no se circunscribe a ritos religiosos o a una de- era. Ahora, en medio de la co-
das que te presentamos.
terminada fe. Todo lo humano, toda la creación munidad reunida tiene lugar
Cambia nuestra mirada
entra en ese nuevo dinamismo. Es, en realidad, la experiencia definitiva del
para que comprendamos
la esperanza creacional la que se alimenta con encuentro.
el misterio de la viuda
estas valoraciones. En el desarrollo de esta como tú lo comprendes y
La prueba definitiva de que esto funciona así aparición se distinguen dos lo amas.
es siempre la misma en 1Jn: la guarda de los man- partes: la primera está cen-
damientos (“En esto sabemos que le conocemos: trada en el tema de la identidad de Jesús (vv.36-
en que guardamos sus mandamientos”). La re- 43); la segunda, en la enseñanza y la misión con-
ducción mandamientos-mandamiento indica que fiada a los discípulos (vv.44-49).
estamos hablando del mandamiento del amor, de La inesperada irrupción de Jesús en escena
la comunión, de la solidaridad. Es decir, todo este colocándose en medio de ellos determina la reac-
edificio espiritual se asienta sobre una solidaridad ción de los discípulos, mezcla de miedo, estupor y
histórica, sobre una preocupación por el hermano alegría. El saludo de Jesús, «Paz a vosotros», con-
y sus necesidades que va más allá de las palabras trasta con su reacción: «llenos de miedo creían
y que se concretiza en hechos de vida. Si esto fa- ver un fantasma». La paz del Resucitado, que
lla, el edificio espiritual está sin cimientos. recuerda el “Šālôm” hebreo, plenitud salvífica de
Fidel Aizpurúa Donázar Dios, despierta temor en los discípulos, que aún
no tienen los «ojos abiertos» para ver al Señor.
EVANGELIO: Lc 24, 35-48 El tema del reconocimiento de la identidad
del Resucitado se hace omnipresente. “Manos y
Los relatos pascuales, en el evangelio de Lu- pies”, “carne y huesos”, “tocar y ver”, “pescado
cas, se desarrollan en unas mismas coordenadas y comer”, indican la intencionalidad del pasaje.
espacio-temporales: en torno a Jerusalén el día Lucas quiere mostrar que es Jesús mismo («Soy
de la Pascua. Todo se entiende a la yo en persona») quien se hace pre-
luz de la resurrección. El ministerio sente. No es un fantasma, ni un
de Jesús y su muerte, así como el “espíritu reanimado”: es el mismo
anuncio misionero que desplegará con quien habían caminado quien
la Iglesia, son iluminados desde la se hace presente en medio de ellos.
Pascua. Jerusalén, donde ha cul- Las manos y los pies ponen de
minado la entrega de Jesús, es el manifiesto la identidad del Resuci-
lugar de inicio del nuevo tiempo de tado: es el mismo que fue crucifi-
la Iglesia. cado. La invitación a “contemplar” y “tocar” hace
El retorno de los discípulos de Emaús a Jerusa- referencia a la realidad corpórea del Resucitado,
lén mantiene esta unidad espacio-temporal. Has- y también a su identificación con el Crucificado.
ta el momento, las experiencias de encuentro con Cruz-muerte y resurrección son parte del único y
el Resucitado han sido parciales, “incompletas”. mismo misterio de Cristo. No se puede entender
Unas mujeres y Pedro llegan hasta el sepulcro, una realidad sin la otra. El Resucitado es el que
pero allí no está el Señor; los discípulos que cami- primero murió en la cruz.

251
Homilética DOMINGO 3º DE PASCUA

La segunda parte del Solo a la luz del misterio pascual podemos com-
encuentro se centra en prender el evento Cristo. En estas palabras se
la enseñanza a los discí- recuerda el contenido central del kerigma primi-
Te damos gracias, Padre, pulos, y en la llamada a tivo: la muerte y resurrección de Jesús, como fue
porque nos has abierto los ser testigos de lo que han anunciado en las Escrituras, es el cumplimiento
ojos para entender la vida experimentado. Las pala- del plan salvífico de Dios.
de un modo nuevo. Que la bras de Jesús no hacen Termina el texto con la invitación al testimo-
mirada de Cristo resucita-
más que recoger el conte- nio. Los discípulos son (en presente) testigos de
do nos haga ver las cosas
nido de la enseñanza que esta experiencia del encuentro con el Resucitado-
como las ves tú.
ya se ha dado a conocer a Crucificado, y del anuncio de la acción salvífica de
lo largo de toda su vida pública. La novedad es Dios en el mundo. Este testimonio será el conte-
que, ahora, los discípulos comprenden plenamen- nido de la “segunda parte” de la obra lucana, el
te lo que Jesús había anunciado. libro de los Hechos de los Apóstoles.
Él es la clave para entender las Escrituras. Óscar de la Fuente

HOMILÍA
Las lecturas de hoy narran, desde una clave existencial, cómo la experiencia de la Resurrección
marca definitivamente la vida de quienes así lo han experimentado. San Ignacio de Loyola, en los Ejercicios
Espirituales, donde el santo busca que el hombre
A la experiencia de la Resurrección
y la mujer orantes enraícen su experiencia
se accede a través
religiosa en la persona de Jesús de Nazaret, nos
de sus “santísimos efectos”
dice que a la experiencia de la Resurrección se
accede a través de sus “santísimos efectos”, es decir que se nos invita a reconocer la Resurrección por las
consecuencias que ésta tiene para nuestras vidas más que por “lo que pasa” en ella.
Pues bien, en la primera lectura de los Hechos de los Apóstolos se pueden apreciar clarísi-
mamente algunos de estos “efectos de la Resurrección”: impresiona la contundencia, libertad y se-
guridad con la que Pedro habla. Parece como si, de pronto, la lengua se le hubiera “desatado”. Su

El Resucitado ofrece discurso es firme y duro de escuchar para sus oyentes.

una nueva clave Se trata de una palabra provocadora, pero no es la

de comprensión de la realidad. palabra de quien quiere “pasar factura”, porque lo úni-


co que desea es afear una conducta y recriminar un
comportamiento mal hecho (la prueba la tenemos cuando dice “sé que lo hicisteis por ignorancia”);
Pedro habla con la seguridad y la libertad de quien se ha dejado tocar y configurar por el Resucitado,
una experiencia que libera de miedos y capacita al ser humano para afrontar el presente y el futuro
en toda su complejidad.
El Evangelio nos trae la narración de ese encuentro con el Resucitado en el que Jesús se hace el
encontradizo sin violentar: ayuda a entender, ofrece una nueva clave de comprensión de la realidad

252
Homilética DOMINGO 3º DE PASCUA

e invita a “comenzar de nuevo” una nueva historia. El Resucitado se acerca, como Jesús siempre lo
ha hecho, respetando la situación vital en la que cada uno está. Cuenta con las reacciones de duda o
alarma que se puedan generar, fruto del encuentro. No se salta los procesos históricos sino que parte
de ellos. En su discurso, remite a la historia como herramienta de comprensión, no como un punto de
llegada, sino como punto de partida. A los discípulos “se les abre el entendimiento”.
Como dice la segunda lectura, no podemos aproximarnos a la Resurrección de Jesús sin hacer-
nos cargo del modo como aconteció su pasión y muerte. Esa experiencia de Resurrección también
nos ilumina y nos regala nuevas claves para com-
La Resurrección arroja luz sobre
prender el propio pecado, personal y estructural.
las dimensiones más oscuras
La Resurrección es una nueva sabiduría que arroja
y ambiguas de la existencia.
luz sobre todas las dimensiones de la existencia,
también sobre aquellas más oscuras y ambiguas. En esta nueva visión de la realidad no pueden que-
dar desconectados el “ser” del “hacer” (“quien dice Yo no lo conozco y no guarda sus mandamientos
es un mentiroso”). Jesús Resucitado, a quien la primera lectura reconoce como “autor de la vida”, nos
precede y acompaña en este nuevo camino.
Esperanza de Pinedo Extremera, acj

ORACIÓN UNIVERSAL

Animados por la fuerza del resucitado, presente en nuestras vidas como en la de Pedro, te presenta-
mos, Padre nuestras peticiones:

• Que la Iglesia, testigo de la Resurrección, permanezca atenta y vigilante a tu presencia que está
habitando toda realidad.
• Que el sueño de Dios de justicia, fraternidad y paz universal lo vayamos construyendo poco a poco,
sin desfallecer, y seamos capaces de alentar los gestos solidarios de las personas que hacen creí-
ble la Buena Noticia de la Resurrección.
• Que esta sociedad, Señor, reciba de ti el regalo de mujeres y hombres profetas que, marcados por
la experiencia de la Resurrección, anuncien con valentía y coraje la nueva tierra y los nuevos cielos
a los que aspiramos como comunidad creyente.
• Que seamos, Padre, contemplativas y contemplativos de la realidad, para que nuestra fe sea creí-
ble. Haz de nuestras casas y de nuestras vidas espacios fecundos de humanización, lugares que
propicien el encuentro con Jesús Resucitado en las personas y colectivos que nos salen al paso
cada día.

Alienta, Padre, dentro de nosotros, la fuerza de tu Espíritu, para anunciar el evangelio con nuestras
palabras y nuestras obras.

253
Homilética DOMINGO 3º DE PASCUA

RECURSOS
En el jardín del resucitado
crece la flor de LA SABIDURÍA

Uno de los “santísimos efectos” de la


resurrección es el hecho de que Je-
sús “les abrió el entendimiento para
comprender las Escrituras”, como
leemos hoy en el evangelio y como
se repite en otros pasajes como el
de Emaús o el del Felipe y el etíope.
“Entender la Escritura” es entender
la vida, esa “sabiduría” que ya pre-
sagiaban los últimos libros de la lite-
ratura judía, los “sapienciales”. “En-
tender la Escritura” es comprender el
sentido de la vida y de las cosas desde Jesús: aprender a vivir, a relacionarse, a situarse en la realidad,
a afrontar los problemas, a pensar en las injusticias y en sus víctimas de una determinada manera, a
vivir el propio pecado (como señala la carta de Juan, en la 2ª lectura)… Entonces “se les abrió el enten-
dimiento”, comenzaron a “pillar de qué iba la cosa”…

Evangelii Gaudium: Cómo actúa Dios en la vida

“Creámosle al Evangelio que dice que el Reino de Dios ya está presente en el mundo, y está desarro-
llándose aquí y allá, de diversas maneras: como la semilla pequeña que puede llegar a convertirse en
un gran árbol… (278) Como no siempre vemos esos brotes, nos hace falta una certeza interior y es la
convicción de que Dios puede actuar en cualquier circunstancia, también en medio de aparentes fraca-
sos… Uno sabe bien que su vida dará frutos, pero sin pretender saber cómo, ni dónde, ni cuándo. Tiene
la seguridad de que no se pierde ninguno de sus trabajos realizados con amor, no se pierde ninguna
de sus preocupaciones sinceras por los demás, no se pierde ningún acto de amor a Dios, no se pierde
ningún cansancio generoso, no se pierde ninguna dolorosa paciencia. Todo eso da vueltas por el mundo
como una fuerza de vida. A veces nos parece que nuestra tarea no ha logrado ningún resultado, pero la
misión no es un negocio ni un proyecto empresarial, no es tampoco una organización humanitaria, no
es un espectáculo para contar cuánta gente asistió gracias a nuestra propaganda; es algo mucho más
profundo, que escapa a toda medida... El Espíritu Santo obra como quiere, cuando quiere y donde quie-
re.. Sigamos adelante, démoslo todo, pero dejemos que sea Él quien haga fecundos nuestros esfuerzos
como a Él le parezca” (279).

El jardín:
Hoy lo llenamos de tiestos y jarrones de flores amarillas.

254
Homilética DOMINGO 3º DE PASCUA

Un testigo: Pedro Arrupe, S.J.

Si existe una “sabiduría cristiana” que con-


siste en contemplar al mundo e implicarse en
él al modo de Jesús, el P. Arrupe fue un sabio
cristiano. No por acumulación de conocimien-
tos sino por adhesión a la persona y al Sueño
de Jesús sobre sí mismo y sobre el mundo.

“Quitad de mi vida a Cristo y toda ella se


derrumbará como un castillo de naipes”, respondió en una ocasión a quien le preguntaba quién
era Cristo para él. En otro documento memorable, dirigido a toda la Compañía, escribió: “Estoy
seguro, Señor: tu imagen sobre mí será capaz de cambiarme”.

No existen, por otra parte, dos Arrupes: el hombre extrovertido, simpático, valiente, arrollador que
traslucía su persona y su innovadora acción apostólica, y el hombre interior que dibujan los apuntes de
sus Ejercicios, las oraciones que han llegado hasta nosotros y sus diez últimos años de cruel enferme-
dad. El P. Arrupe fue un hombre unificado: Cristo y la causa de su Evangelio, fueron en todo momento el
“objeto siempre mayor de su deseo”. Ése fue el motor de su vida. Un motor interior que nunca se redujo
a un ambiguo cristianismo emocional. Su vida entera es testimonio de hasta qué punto le empujó a
mantener sobre el mundo, la Iglesia y la Compañía de Jesús una mirada comprometida… y hasta qué
punto ese modo de mirar el mundo e implicarse en él introdujo en su vida la cruz: Hiroshima, cambios
de orientación en la Compañía de Jesús, descalificación en Roma, su “canto del cisne”: el problema de
los desplazados…
El sabio cristiano es aquel que da con el Misterio que late en lo profundo de toda realidad –Misterio
fundante y acogedor a quien Jesús llamó Padre-, y estructura su vida según la triple secuencia de la ado-
ración, el agradecimiento y el envío. Esa secuencia brilló con luz propia en la vida y muerte del P. Arrupe.
José Antonio García, S.J.

LA MÚSICA
«VOSOTROS SOIS TESTIGOS DE ESTO»

“Vimos romper el día


sobre tu hermoso rostro,
y al sol abrirse paso por tu frente.
Que el viento de la noche
no apague el fuego vivo
que nos dejó tu paso en la mañana”.
(Himno litúrgico)

255
Homilética DOMINGO 3º DE PASCUA

Ambientación musical: “Luz que vence a la sombra” Momentos de Paz-1.

Pascua y conversión, Resurrección y perdón de los pecados, van unidos y resuenan en la liturgia de
hoy. Pedro termina su discurso exhortando a la conversión: “Rechazasteis al santo...matasteis al autor
de la vida... sé que lo hicisteis por ignorancia y vuestras autoridades lo mismo. Por tanto, arrepentíos y
convertíos, para que se borren vuestros pecados”(2ª lectura). Para confesar a Jesús resucitado no basta
con tocad y palpad sus llagas; es preciso comprender las Escrituras y abrirse a la conversión del corazón.

Canto de entrada: “La fiesta del Señor” MD 362-2; CLN 214; o bien “Resucitó el Señor” MD 353-2;
CLN 205.

Antífona responsorial: “Haz brillar sobre nosotros la luz de tu rostro, Señor”

Santo: CLN I 15 (F. Palazón).

Doxología de la Plegaria Eucarística: “Amén” CLN K 5

Fracción del pan: “Cordero de Dios” CLN N 7 (M. Pérez Gutiérrez).

Comunión: “Quédate con nosotros” MD 184; CLN O 28; o bien “Quédate junto a nosotros” MD 184;
CLN O 20.

Despedimos a la asamblea cantando “La Pascua con María” en el CD: María en los Tiempos Litúrgicos
(SP)

Antonio Alcalde Fernández

256
Homilética DOMINGO 4º DE PASCUA

Domingo 4º de Pascua
Jornada mundial de oración por las vocaciones
26 de abril de 2015

San Romero de América, decía Casaldáliga, es el ejemplo de pastor que da la vida por los suyos.
Murió asesinado en marzo de 1980, mientras celebraba la misa, en medio de una cruel guerra civil.
Su voz llamaba a la paz y el perdón. Javier Prat Cambra

257
Homilética DOMINGO 4º DE PASCUA

LA PALABRA
PRIMERA LECTURA: Hech 4, 8-12. SEGUNDA LECTURA: 1Jn 3,1-2

El texto que leemos es continuación del do- La 1Jn recupera la vieja idea profética de que
mingo pasado. Pedro y Juan, después de haber la respuesta al amor que Dios tiene a la persona es
curado al paralítico y anunciar el «kerygma» pú- el amor al otro, “la justicia y el derecho” (Is 5,1ss).
blicamente, son arrestados y conducidos al Sa- El Evangelio, con su equiparación entre ambas rea-
nedrín (jefes del pueblo y ancianos). Recordemos lidades, amor a Dios-amor a la persona, indicará
que Jesús es condenado a muerte por el Sanedrín que el modo como Dios quiere que se le ame es
bajo la acusación de blasfemo. Pedro ya no tie- amando al otro (Mt 22,36-40). La 1Jn parece que-
ne el miedo que le atenazó la noche de la entre- rer decir que, de algún modo, el amor al prójimo es
ga, sino que ahora habla con “primero” porque visibiliza el
libertad y claridad. Ellos no amor a Dios. Por eso, para este
son «magos» ni «curanderos», escrito es claro: es hijo de Dios
sino que han curado al para- quien ama a su prójimo.
lítico en el «nombre» de Jesús Desde ahí se puede con-
(por tres veces se insiste en templar y percatarse del tipo
el «nombre»). Es Jesús quien de amor que Dios ha tenido
hace posible y real la curación. A continuación Pe- a la historia: un amor que lleva a llamarnos hijos
dro aprovecha para echarles en cara que son res- (“Nos ha llamado hijos de Dios, pues ¡lo somos!”).
ponsables de la muerte de Jesús, pero que Dios Es el argumento de la total identidad, de la filiación
mismo le ha devuelto a la vida. El crucificado es verdadera. El énfasis que pone el autor indica su
el resucitado; identidad en la persona, pero una firme certeza y también el peligro en que los gnós-
nueva situación: no pertenece al mundo de los ticos ponen a la comunidad diciendo que llamarse
muertos; está vivo. Pedro cita el salmo 118,22, hijo de Dios es una aberración, ya que nadie puede
personificado en esta situación: ellos han recha- igualarse al “Sublime”. Pero el autor no se desdice
zado a Jesús, que ha sido constituido por Dios en de su profunda fe en que el amor del Padre eleva a
«piedra angular», piedra de salvación. Pedro con- la realidad creada a la categoría de “hija”.
cluye contundentemente: «no hay otro que pueda Esta profunda relación de Dios con la criatura
salvar». El Sanedrín se ha no la puede conocer “el mundo”, los mecanismos
quedado en la Ley pregun- inhumanos de la historia “porque no le conoció
tado «quién ha curado y a Él”. Es que puede uno darse de muy religioso,
Reunidos en torno al altar, con qué autoridad». Pedro pero es preciso “conocer” al Padre, tener una ex-
Padre, queremos partici- proclama que el «nombre» periencia gozosa de filiación, más allá de la pobre-
par en la alegría de tener de Jesús resucitado, su za de la vida. Como esos gnósticos no han tenido
a Jesús como amigo. A él
persona entregada, su tal experiencia, discuten y cuestionan el argumen-
le gustaba llamarnos sus
nueva vida glorificada, es to de la identidad, hasta el punto de que les pare-
ovejas y nosotros que-
portador de salvación para ce una aberración.
remos tenerle siempre
cuantos creen en él. Más aún, esta fase histórica, por estar constre-
como nuestro pastor.
Pedro Fraile Yécora ñida a grandes limitaciones, no puede manifestar

258
Homilética DOMINGO 4º DE PASCUA

totalmente la hermosura de la filiación: “Aún no se fatiza la importancia de


ha manifestado lo que seremos”. La utopía cristia- esta proclamación. Dios
na mantiene el anhelo de una vivencia plena, to- se había erigido en pas-
talmente gozosa, de la filiación. Lo que ahora vive, tor de su pueblo frente a Contigo, Padre, queremos
aunque envuelto en penumbra, es suficiente para los falsos pastores que se compartirlo todo y sentir

alimentar la esperanza de que esto mismo será aprovechaban de él y no que somos tu familia, re-
unidos en torno a la mis-
vivido en plenitud. Es lo que el lenguaje religioso lo cuidaban. Jesús es aho-
ma mesa donde Jesús nos
llama bienaventuranza, cielo, eternidad. ra el pastor definitivo que
ofrece su vino y su pan.
Y remacha: “lo veremos tal cual es”, compren- cumple la promesa hecha
deremos entonces “cómo Dios nos ha comprendi- por Dios. La solicitud de
do” (1Cor 13,12), la idea de amor y de acogida que Dios por su pueblo (guía, cuida, protege, reúne) se
Dios ha tenido siempre con nosotros y que, debido a manifiesta plenamente en Jesús, el buen pastor.
nuestra limitación, muchas veces no hemos llegado El rasgo que identifica a este buen pastor es
a percibir. Entonces, caídos los velos de la historia dar la vida por su rebaño. No es como los asalaria-
débil, llegaremos a entender que el camino iniciado dos (en ellos se veía a los líderes del pueblo), que
en el seguimiento a Jesús era el camino acertado. se aprovechan del rebaño y ante las dificultades
Solamente manteniendo vivas las grandes intuicio- lo abandonan a su suerte. El buen pastor entrega
nes se puede llegar a sostener la solidaridad comu- su propia vida. Nadie se la quita, sino que Él, vo-
nitaria aunque sea en modos de pobreza. luntariamente, es quien la entrega. La obediencia
Fidel Aizpurúa Donázar al Padre que lleva al extremo del amor muriendo
en la cruz, se refleja en la imagen del pastor que
EVANGELIO: Jn 10, 11-18 vela siempre por su rebaño.
La relación que establece el pastor con sus
La imagen de Jesús como buen pastor es ovejas es de conocimiento mutuo. No se trata
una de las que han estado más presentes en la de un conocer intelectual-nocional. El campo se-
conciencia de los cristianos, siendo la primera re- mántico del verbo remite a su uso en el contexto
presentación de Jesús en el arte paleocristiano. semítico. Conocer implica toda la realidad de la
Es una imagen de profundas persona: inteligencia, afectivi-
raíces culturales (del ámbito dad, acción, relaciones… Co-
pastoril), así como de rico sim- nocer es entrar en comunión
bolismo para el pueblo judío, con el otro. La comunión que
debido al uso que las Escritu- existe entre el Padre y el Hijo
ras hicieron de ella, sobre todo, aunque no solo, es el fundamento de la relación del pastor con su
los profetas. Así, en el trasfondo de la identifica- rebaño. El conocimiento-amor es el que lleva al
ción de Jesús como buen pastor resuenan las pa- pastor a dar la vida. Las ovejas lo saben y perma-
labras de Ezequiel: «Yo (el Señor) suscitaré para necen junto a Él.
ponérselo al frente (de mi pueblo) un solo pastor Pero no todas las ovejas forman parte del re-
que las apacentará» (cfr. Ez 34). baño. El buen pastor también ha recibido la misión
Después de presentarse como «la puerta del de atraer a todos a formar parte del mismo y úni-
redil por la que han de entrar las ovejas», ahora co rebaño, bajo la guía del mismo y único pastor.
Jesús se autoproclama buen pastor. La fórmula El cuidado del pastor no se limita a los estrechos
«yo soy», utilizada dos veces al inicio de frase, en- márgenes de un pueblo (Israel), sino que se abre

259
Homilética DOMINGO 4º DE PASCUA

a la totalidad de la huma- sino que implica el cumplimiento de lo que Dios


nidad (mundo gentil, paga- había establecido desde el principio. El plan de
no). Las primeras comuni- Dios, que se ha revelado al pueblo elegido, alcan-
Te damos gracias, Padre, dades experimentaron ya za su cumplimiento en la llamada del único pastor
por tener a Jesús como desde los inicios la apertu- a formar un único rebaño con toda la creación.
nuestro buen pastor. Tú le
ra de la fe más allá de los El mandato que el buen pastor ha recibido del
conoces a él y él nos cono-
límites estrechos del pue- Padre es la entrega de la propia vida: amar hasta
ce a nosotros. Que noso-
blo: la universalidad de la el extremo de lavar los pies a los discípulos, de
tros podamos conocerte
llamada del buen pastor. morir en la cruz expresando el amor definitivo que
como Jesús te conoce a ti.
La expresión «es necesa- Dios tiene a la humanidad.
rio que los atraiga» no solo Óscar de la Fuente
expresa una “obligación”,

HOMILÍA
Situación de la escena: Jesús tiene frente a sí a los mismos fariseos que “echaron fuera”, es decir,
que excomulgaron al ciego de nacimiento en el capítulo anterior. En contraposición con ellos, malos
pastores, se presenta Jesús como Buen Pastor…

1. “Yo soy el buen Pastor”. ¿Qué características tiene este autorretrato que hace Jesús de sí mismo?

- El Buen Pastor conoce a sus ovejas y ellas a él, es decir, crea una relación personal con ellas, crea
familiaridad;
- Al buen Pastor le importan las ovejas, cada una de ellas, y esto les da confianza y seguridad;
- El buen Pastor da la vida por las ovejas, la expone en defensa suya, ante la presencia del lobo.
- Ese Pastor bueno es, además, un Pastor universal cuya meta es reunirnos a todos en un solo rebaño
y bajo un solo pastor. Hacer del mundo una familia de hijos e hijas bajo el amor de Dios (2ª lectura).

He ahí cuatro características del autorretrato de Jesús como buen Pastor. ¡Qué distinto de los
fariseos y de lo que acaban de hacer con el ciego de nacimiento…!

Reflexión. Todos nosotros, incluido quien preside esta eucaristía, somos ovejas de ese Pastor
bueno. Él hace que seamos familia de Dios, nos da confianza y seguridad, crea pertenencia, sueña
un rebaño de inclusión total… ¿No es una dicha vivir así, con él y bajo su guía? ¿Lo agradecemos
suficientemente?

260
Homilética DOMINGO 4º DE PASCUA

2. Nosotros, los “pastores” de la comunidad. Ante este icono de buen Pastor, se impone una mirada
hacia nosotros los sacerdotes, representantes de Cristo “cabeza y pastor” (“Pastores dabo vobis”).

- Nuestro retrato dista mucho del suyo. En muchas ocasiones nos falta cercanía, tiempo, contacto,
conocimiento mutuo… Os pedimos perdón por ello.
- Nos importáis, es cierto, pero cuando nos comparamos con el buen Pastor, nos vemos muy pobres,
poco generosos, impotentes para hacer que nuestra Parroquia sea un ámbito de familia y de per-
tenencia…
- Y sobre todo, eso de exponer la vida y darla por vosotros… En fin, no somos él, ni como él, pero sí
deseo de parecernos cada día más a él, de ser representación entre vosotros del buen Pastor. A la
vez que os pedimos perdón, os rogamos que nos ayudéis a lograrlo…

3. Todos somos oveja y pastor. Toda la comunidad parroquial, incluido su pastor, somos ovejas del
único Pastor, Cristo Jesús. Todos por igual estamos llamados a sentir hoy que somos conocidos por él;
que le interesamos personalmente, no en abstracto; que dio su vida por nosotros…
Pero hay más, algo en lo que hemos de detenernos: que todos somos pastores de los demás a
imitación del Buen Pastor.

En el bautismo cada uno de nosotros fuimos configurados con Cristo, llamados y habilitados
(empoderados) para “reproducir la imagen de Cristo”, como dice san Pablo (Rom 8,29), la imagen de
Cristo Pastor.
Nuestro mundo roto, tan herido, necesita de la presencia de pastores al estilo de Jesús, pasto-
res que reproducen las cuatro características: Tanta falta de relaciones personales, no anónimas…;
tantas personas abandonadas, no queridas por nadie, sobrantes, por quienes nadie se interesa, a
quienes nadie cuida ni cura, ni defiende…
Ser buen pastor tiene muchos campos y muchas versiones: puede comenzar con quienes viven
a nuestro lado y lo pasan mal; puede continuar con las gentes de nuestra parroquia a quienes atiende
Caritas parroquial u otras organizaciones; puede alargarse por nuestra implicación en movimientos
que promueven una mayor justicia social…

Acoger a Cristo en nuestro corazón como Pastor de nuestras vidas y ser pastores buenos para
los demás…, tal es la invitación que la Palabra de Dios nos dirige en este cuarto domingo de Pascua.

Paso a la Eucaristía. Jesús es Pastor y también Pasto, “alimento”. Ambas cosas se realizan en
esta Eucaristía.
José Antonio García, sj

261
Homilética DOMINGO 4º DE PASCUA

ORACIÓN UNIVERSAL

Hermanos y hermanas: pidamos juntos a Dios, al hilo de la Palabra que hemos escuchado, por la fa-
milia humana, por el mutuo conocimiento y apoyo de cuantas formamos esta comunidad parroquial,
por la aceptación en nuestro corazón de Jesús como Buen Pastor…

• “Jesús es la piedra angular, ningún otro puede salvar”. Por el Papa y todos los pastores de la Iglesia.
Para que no se erijan en salvadores sino que con su vida y su palabra representen en la Iglesia y en
el mundo al Buen Pastor, el único Salvador… Roguemos al Señor
• “Mirad qué amor nos ha tenido el Padre para llamarnos hijos, pues lo somos”. Para que crezca en
todos nosotros la experiencia interna de que todos somos hijos del mismo Padre, y por tanto her-
manos y hermanas universales… Roguemos…
• “Yo soy el Buen Pastor, conozco a mis ovejas y las mías me conocen”. Que acojamos a Cristo como
ese Pastor que nos conoce, guía y alimenta; y que aprendamos de él a ser pastores buenos para
los demás… Roguemos…
• “Y habrá un solo rebaño y un solo Pastor”. Por la humanidad entera, para que llegue ese día soñado
por Jesús –rotas ya las cadenas de la violencia, de la injusticia, de la indiferencia…-- en que todos
seamos “familia humana” bajo el amor y Dios. Roguemos…

Oremos: Escucha, Padre bueno, nuestra oración. Que en esta Eucaristía aceptemos con agradecimien-
to y responsabilidad a Cristo nuestro hermano que quiere ser para nosotros Pastor y también Pasto: el
que nos conoce y nos guía, el que nos alimenta con su vida entregada. Por Cristo Nuestro Señor.

RECURSOS
En el jardín del resucitado
crece la flor de LA FAMILIARIDAD

“Yo soy el buen pastor”, leemos hoy en la liturgia. “Yo


conozco a mis ovejas y ellas me conocen a mí igual
que el Padre me conoce y yo conozco al Padre”. Todo
forma una unidad de comunión y de comunidad, de
familia fraterna. Porque, ¿qué es Dios sino una fami-
lia? Una familia indisolublemente unida, en la que
también entramos nosotros como “hijos” en el Hijo
(2ª lectura de la carta de Juan). Jesús, como pastor,
nos crea como familia. Y con su talante, crea fraterni-
dad y familiaridad. ¡Qué bien estar juntos!

262
Homilética DOMINGO 4º DE PASCUA

Evangelii Gaudium: ¡Qué bien estar juntos!

“Hoy… sentimos el desafío de descubrir y transmitir la mística de vivir juntos, de mezclarnos, de


encontrarnos, de tomarnos de los brazos, de apoyarnos, de participar de esa marea algo caótica que
puede convertirse en una verdadera experiencia de fraternidad, en una caravana solidaria, en una san-
ta peregrinación... Si pudiéramos seguir ese camino, ¡sería algo tan bueno, tan sanador, tan liberador,
tan esperanzador! Salir de sí mismo para unirse a otros hace bien. Encerrarse en sí mismo es probar
el amargo veneno de la inmanencia, y la humanidad saldrá perdiendo con cada opción egoísta que
hagamos” (87)…
“El ideal cristiano siempre invitará a superar la sospecha, la desconfianza permanente, el temor a
ser invadidos… Porque, así como algunos quisieran un Cristo puramente espiritual, sin carne y sin cruz,
también se pretenden relaciones interpersonales sólo mediadas por aparatos sofisticados, por panta-
llas y sistemas que se puedan encender y apagar a voluntad. Mientras tanto, el Evangelio nos invita
siempre a correr el riesgo del encuentro con el rostro del otro, con su presencia física que interpela, con
su dolor y sus reclamos, con su alegría que contagia en un constante cuerpo a cuerpo… El Hijo de Dios,
en su encarnación, nos invitó a la revolución de la ternura (88).

El jardín:
Hoy lo llenamos de tiestos y jarrones de flores violeta.

Un testigo: Pedro Casaldáliga.


“Riego las hojas verdes”

En el relato de PEDRO CASALDÁLIGA creyente,


profeta, brota también la flor de la familiaridad.
El místico siempre humaniza, se humaniza y nos
humaniza.
Cuando baja al infierno del “trabajo esclavo” o
siente las fauces de la muerte de la injusticia, como Pedro Casaldáliga, comprometido, se torna más
humano, sensible, vulnerable, cariñoso, corporal, afectivo. El beso te humaniza.
En el conflicto de tierras que padecen los “posseiros” de Santa Teresinha, su talante familiar se hace
cercanía y se solidariza con ellos para defender sus tierras. Y así canta en “La Hoz y la Gavilla”:

Por mi pueblo en lucha vivo,
con mi pueblo en marcha, voy.

Parece que Pedro intuyó el “Jardín del Resucitado”

“Riego las hojas verdes..


Doy cada día tres o cuatro miradas protectoras
Y sorprendo a la creación haciéndose…”

263
Homilética DOMINGO 4º DE PASCUA

Muchas florecillas de Pedro crecieron hermosas en el campo de Araguaia, como frutos del Reino, en
un campo de minas que matan la vida y te impiden vivir sin esperanza.
Pero la flor de la familiaridad, de su cercanía se hacía prioridad con los pueblos indígenas, que son
los más pobres, como personas y como pueblo. Pesaba sobre ellos la pena de muerte. Cuando sus
tierras, su floresta, sus casas, su hábitat maravilloso, el mismo lago Tapirapé son pasto, codicia de los
poderosos, allí estaba como uno más de la familia, cercano, sufriente, Pedro Casaldáliga para compartir,
buscar salidas y nunca para romper la familia que formaban todos juntos en las alegrías y en los que-
brantos, en las consolaciones y desolaciones.
Florecía la flor de la familiaridad en la espesura de la vida y en la esperanza de la lucha.
El “seny” catalán marca la vida de Pedro: el buen sentido, cariño, afecto, amor. Y, sobre todo, brota
la flor de la familiaridad, en el “jardín Resucitado”, que nos hace iguales en fraternidad y nos incita a la
fiesta del RESUCITADO.
Nicolás Castellanos Franco, obispo

LA MÚSICA
«EL SEÑOR ES MI PASTOR, NADA ME FALTA»

«Es Dios el que busca al hombre


aunque el hombre no lo sepa;
aquel que vuelve al redil
encuentra la puerta abierta»
(J.A. Olivar, La oveja negra)

Ambientación musical. Tema: “Oveja perdida”. Momentos de Paz-11.

Los cristianos de la Iglesia primitiva popularizaron la figura de Jesús en la imagen del Buen Pastor con una
oveja sobre sus hombros. Preferían representarse a su Señor así, antes que crucificado. El Buen Pastor era
para ellos una imagen amiga, símbolo de la bondad, de la solicitud amorosa, del amor a toda prueba, y así ha
llegado hasta nosotros. ¡Qué acertada imagen para un mundo que camina, sin rumbo y sin guía!

Canto de entrada: ”El Señor es mi pastor” CLN 538; o bien, “Gloria y honor a ti”. CLN A 8.Coral del S.
XVI. MD 4-1; “Reunidos en el nombre del Señor” MD 73; CLN A 9

Canto del Gloria: CLN C 4.

Salmo responsorial: “La piedra que desecharon los...”

264
Homilética DOMINGO 4º DE PASCUA

Aclamación al Evangelio: “Aleluya” CLN E 1.

Credo: “Yo creo, Señor...”

Santo: CLN I 6 (Gorostidi).

Doxología de la Plegaria Eucarística: “Amén” popular. CLN K 7.

Comunión: Hoy abundan las ofertas de nuevos pastos, nuevos caminos, nuevas fuentes. Jesús resuci-
tado, el Cordero, se nos presenta con la sencillez y la bondad del Buen Pastor que conduce a su pueblo
a las fuentes de agua vivas que calmarán la sed de los hombres. “Cristo resucitó” MD 351-1; CLN A 13.
“En praderas de agua fresca” CLN O 3; o bien “Oveja perdida, ven” en el CD Habla, Señor (SP); “Tu eres,
Señor, el pan de vida” MD 163; CLN O 41.

Final: Despedimos la asamblea sonorizando el templo con la parábola “El Buen Pastor”. CD Parábo-
las-2, de F. Palazón (SP).
Antonio Alcalde Fernández

265
Homilética DOMINGO 5º de Pascua

Domingo 5º de Pascua
3 de mayo de 2015

La Palabra da sentido a otras palabras fuertes, importantes, fundamentales. La Palabra alimenta a


otras palabras que a lo largo de la historia han movido a santos y a personas comprometidas con la
humanidad.
Javier Prat Cambra

266
Homilética DOMINGO 5º de Pascua

LA PALABRA
PRIMERA LECTURA: Hech 9, 26-31 SEGUNDA LECTURA: 1Jn 3,18-24

El texto litúrgico comienza hablando de «Pa- 1Jn es calificada, porque lo es, como un tex-
blo», si bien el libro de los Hechos no lo llamará to altamente espiritual que versa sobre el amor.
con este nombre hasta unos capítulos más ade- Pero, más allá de sus formulaciones late un tre-
lante (Hch 13,9); es una concesión para facilitar mendo realismo: todo lo que se diga sobre el
a los oyentes la identificación del apóstol, pues amor hay que concretarlo en obras de amor con
continúa la narración llamándole «Saulo», confor- el prójimo. La comunión, término clave en la car-
me al original griego. Después de su «conversión», ta, es preciso entenderla como honda solidaridad.
Saulo predica en Damasco, donde es perseguido Eso es, justamente, lo que han abandonado los
y de donde huye a Jerusalén. Allí los discípulos espirituales (gnósticos) que se han ido de la co-
desconfían de él porque conocen su vida anterior munidad tras espiritualidades más sublimes. Muy
buscando la destrucción de la Iglesia naciente. espirituales pero insolidarios, eso es lo que el au-
Estamos ante un resumen anticipado de lo que tor no puede aceptar.
será el resto de la vida de Saulo/Pablo: anuncio De ahí que su principio inamovible sea que
público de Jesús, persecución de sus adversarios, “no amemos de palabra ni de boca, sino con
traslado urgente a otro lugar para hacer lo mismo. obras y según la verdad”. Porque la persona tien-
En este caso el traslado es a Tarso, su ciudad na- de a creer que lo que dice es lo que vive. Pero,
tal, donde permanecerá hasta que vaya a buscar- en realidad, es justo lo contrario: lo que vive es la
lo Bernabé para comenzar los viajes misioneros. medida de su verdad. Más aún, cuando 1Jn afir-
La segunda parte del texto, que es en realidad un ma que hay que amar “según la verdad” se refiere
sumario de las actividades de la Iglesia, que ja- a la verdad que es el modo de amar de Jesús. Ese
lonan el libro de los Hechos, insiste en un Iglesia modo está formulado en Jn 13,34-35 como un
que vive en paz. Sorprenden estas palabras «de amor asimétrico: amar aunque no sea uno ama-
paz», pues en el capítulo anterior se habla de la do. Una solidaridad que no postula reciprocidad.
persecución contra la comunidad de Jerusalén Estamos en los horizontes anchos y hermosos del
tras la ejecución de Esteban y la actividad violen- amor solidario.
ta de Saulo antes de su Un tal amor es el verdadero “tranquilizante”
conversión (Hch 8,1-3). cuando la conciencia pone delante la inevitable
El autor de Lucas insiste debilidad histórica: “Así tranquilizaremos nuestra
sobre todo en que la Igle- conciencia ante Él”. La solidaridad es la manera
Tú nos has renovado por
dentro, Padre, y quieres
sia crece y se fortalece como la conciencia se queda tranquila. Puede
que vivamos como hijos por la acción del Espíritu uno ser débil, pero si es solidario puede estar se-
tuyos, no como obreros Santo, verdadero prota- guro de la acogida de Dios. Y la razón es clara:
tuyos asalariados. Enséña- gonista del libro y de la “Dios conoce todo” y sabe del fondo humano de
nos a vivir en libertad. acción misionera de la quien practica la solidaridad. Ese tal se halla en el
Iglesia. camino de Jesús, el gran solidario.
Así se llega a tener “plena confianza ante
Pedro Fraile Yécora Dios”, a erradicar los ancestrales miedos ante lo

267
Homilética DOMINGO 5º de Pascua

divino. El amor al hermano se constituye así en viña era identificada con el pueblo que Dios ha
cauce de confianza, en seguridad de la acogida elegido como heredad; una viña que no siempre
de Dios. En el fondo, cuando se ama se gana, ha producido los frutos esperados.
cuando se entrega al hermano se une a Dios. Y Juan utiliza esta alegoría haciendo de ella una
desde esa certeza se puede tener la seguridad de lectura cristológica. El comienzo de la misma en-
que “cuanto pidamos lo recibiremos de él”. Por- fatiza esta tipología: «Yo soy la vid verdadera». Je-
que Dios no se deja ganar en gene- sús es el verdadero Israel, el pue-
rosidad y ésta desata la ternura del blo elegido. Sobre Él se constituye
corazón de Dios. el nuevo pueblo de Dios. Por eso,
Y en el pensamiento circular de solo quien está unido a la vid po-
1Jn se vuelve a remachar el princi- drá formar parte de él.
pio básico de toda esta espirituali- Dos términos dominan la ale-
dad: el mandamiento de amor que goría. El verbo «permanecer» apa-
compete al cristiano es “creer en el nombre de su rece siete veces. Orienta el sentido de la imagen.
Hijo Jesucristo y que nos amemos unos a otros Los sarmientos no pueden vivir por sí mismos;
como él nos mandó”. Es decir: aceptar con amor necesitan estar unidos a la vid. El discípulo debe
el valor, el brillo oscuro, del humilde caminar his- permanecer injertado en Jesús, vid verdadera, si
tórico de Jesús y traducir la verdad de ese amor quiere tener vida y dar fruto. No se trata de una
en la solidaridad de unos para con otros. Esos son unión doctrinal y teórica. «Permanecer en la vid»
los elementos básicos de la espiritualidad de 1Jn. subraya con fuerza la comunión con Cristo. El ver-
Cuanto más los repite, más se afianza la fe de bo con la preposición «en» implica una vinculación
la pobre comunidad que se ha quedado porque decisiva, una adhesión existencial, por medio de
quiere ser fiel a lo que brota del Evangelio. la cual Cristo está unido definitivamente al discí-
Fidel Aizpurúa Donázar pulo, como el discípulo lo está a Cristo.
La decisión de permanecer unidos a Jesús-vid
EVANGELIO: Jn 15, 1-8 es una tarea personal del discípulo. Es él quien
debe optar por vivir esta adhesión definitiva. No
En el ambiente peculiar de la Última cena, el es automática. El uso del imperativo (v.4) y el paso
evangelio de Juan sitúa una serie extensa de pa- entre la tercera persona (impersonal) a la segunda
labras de Jesús que forman lo que se denomina del plural, indican la exigencia de una respuesta
“discursos de despedida”. Se trata de un material personal: lo que se dice de modo general, para to-
muy variado, con una constante literaria: forman dos, ha de ser asumido existencialmente por cada
parte de un largo monólogo de Jesús. Dirigido a uno. Es la respuesta que se
los discípulos, a quienes llama amigos, tienen un espera del discípulo.
tono de despedida, a la vez que sirven de ilumina- El sintagma «fruto-dar
ción para lo que ha de llegar en breve: la pasión- fruto» aparece seis veces
Jesús resucitado nos ha
gloria de Jesús. en la alegoría. Es el re-
comunicado una nueva
El capítulo 15, dentro de estos discursos, se sultado de permanecer
vida que nos llena por
inicia con la “alegoría de la vid y los sarmientos”. unido a la vid. Solamente dentro de la cabeza a los
La imagen de la viña, además de fuertes conno- pueden dar fruto los sar- pies. Que nunca perdamos
taciones antropológicas y culturales, para el pue- mientos que están unidos esta vitalidad que Él nos
blo de Israel tenía un significado muy especial. La a la vid; de ella dependen, ha regalado.

268
Homilética DOMINGO 5º de Pascua

porque no tienen fuerza por sí mismos. La comu- fruto»). No se dice expresamente cuál es el fruto
nión con Cristo es la garantía de fecundidad en la que dará el discípulo que permanece unido a la
vida del discípulo. La “inmanencia vid. Podemos pensar que la radi-
recíproca” del “discípulo en Cristo” cal entrega de Jesús en obedien-
y “Cristo en el discípulo” determina cia a la voluntad del Padre es el
la posibilidad o no de dar fruto. fruto más granado que puede dar
La dimensión existencial («per- el discípulo que permanece exis-
manecer en») deriva, ahora, hacia tencialmente unido a la vid.
el hacer, su dimensión ética («dar Óscar de la Fuente

HOMILÍA
En el marco entrañable y dramático de la cena, Jesús entrega su testamento espiritual, instru-
yendo a los discípulos sobre la esencia de la vida cristiana y exhortándoles a permanecer unidos en
fidelidad al proyecto que les había convocado.
En ese momento sublime define, en síntesis, su propia identidad y la de los discípulos, a partir
de la imagen, tan cercana y expresiva, de la vid y la viña. La reiteración en los
conceptos que emplea, “permanecer”, “en mí, “dar fruto”, nos centra en tres
aspectos fundamentales de su mensaje.

1. Vinculación amorosa con Él. Te damos gracias, Padre,


por la vitalidad que Jesús
“Yo soy la verdadera vid, y mi Padre es el labrador”. Para quienes han te-
ha opuesto en nuestros
nido conciencia de ser parte de Israel, la viña del Señor, y han oído al maestro
corazones comunicándo-
hablar en parábolas de viñas y viñadores, perciben en la expresión una preten-
nos tu Espíritu. Que nuca
sión de exclusividad y autenticidad que habla de vida y de una realidad nueva. decaiga nuestro ánimo.
Jesús es vid de cuya savia han de vivir los sarmientos unidos a él; es el tronco
del que brotan los miembros de un nuevo pueblo que el Padre labrador cuida
personalmente para que den fruto abundante. Es la garantía de la fecundidad.
“…vosotros los sarmientos”. El deseo
Sólo la vinculación con Jesús
más profundo y el ruego más insistente de
garantiza que la savia de su Espíritu
Jesús en estos momentos de despedida es
corra por nuestras venas.
que se mantengan vitalmente unidos a él y a
su evangelio. “Permaneced en mí”… y que “mis palabras (mi evangelio), permanezcan en vosotros”. Si no
se mantienen firmes en lo aprendido y vivido junto a él, si no viven de su Espíritu, no podrán subsistir y su
vida será estéril. Sólo la vinculación íntima y permanente con él y el contacto directo con su evangelio y su
proyecto de reino garantizará que la savia de su Espíritu corra por sus venas; es la fuente indispensable
de la que han de beber. Permanecer, a pesar de las dificultades y cansancios. “Sin mí no podéis nada”.
Sin la experiencia y el conocimiento interior de la persona de Jesús se quedarán sin vitalidad.

269
Homilética DOMINGO 5º de Pascua

2. Para dar fruto

La segunda constante de todo el pasaje es “dar fruto”. El Padre labrador cuida su viña para que
dé más fruto. A partir de una escena tan conocida como la poda, Jesús dirige su atención hacia el otro
extremo de la planta, allí donde han de brotar los frutos. Si miramos una cepa, observamos que los
frutos están en los sarmientos. No se trata sólo de asegurar la propia supervivencia, retener para sí
la fuerza vital y autocomplacerse con la vistosidad exterior. De manera casi espontánea nos parece
obligado relacionar la fe y las obras. La fe ha de traducirse en obras. “La fe sin obras es fe muerta”.
Ni se trata tampoco de producir frutos
Fruto abundante será un hombre nuevo
de calidad mediocre. Hay que contar con la
dinamizado por el Espíritu.
poda dolorosa de los sarmientos estériles y
la de los brotes menores que malograrán la fecundidad de la cepa. Se espera un fruto de “calidad”
suprema, digno del Espíritu de Jesús y con el que el Padre labrador recibe su gloria. Fruto abundante
será un hombre nuevo dinamizado por el Espíritu; es Cristo mismo viviendo en los hermanos.

3. Unidad

El contexto de la cena en que están pronunciadas las palabras de Jesús y la imagen de la vid
añaden un tercer elemento esencial en la vida del nuevo pueblo de Dios: la unidad de los discípulos
entre sí; por ellos circula la misma savia, en Los discípulos están unidos entre sí:
ellos permanece el mismo evangelio, con por ellos circula la misma savia.
ellos se constituye el pueblo de Dios uno
y diverso.
En la primera lectura se nos narran los primeros pasos de Pablo en la comunidad de Jerusalén.
Su presencia suscita temor y recelo porque aún estaba fresco el recuerdo de sus persecuciones.
Bernabé hace ver a los apóstoles que también él ha sido alcanzado por el resucitado y que ha dado
muestras de ser un testigo apasionado de Jesús y de su causa. “Mi vida es Cristo”, dirá él. Desde
que ha experimentado la vida del resucitado circulando por sus venas todo lo juzga pérdida con tal
de ganarlo a él. Desde que ha sido injertado en la cepa que es Jesús su vida se dilata en frutos. En el
jardín del resucitado crece la flor de la vitalidad. Es la vitalidad recuperada que le da energía, libertad,
dinamismo misionero.
El espíritu del resucitado sigue hoy vivo y activo en innumerables testigos.

- ¿Alimento mi fe en el contacto directo y personal con el evangelio?


- ¿Comparto mi fe en comunidad o vivo aislado y por libre?
- ¿Considero que mis obras son dignas de un seguidor de Jesús de modo que quienes las ven
puedan glorificar al Padre que está en los cielos?

Juan Francisco Herrero García, sj

270
Homilética DOMINGO 5º de Pascua

ORACION UNIVERSAL

Unidos a Jesús y dispuestos a dar frutos de vida, podemos orar con confianza.

• Por la Iglesia, sus comunidades y pastores, para que se liberen de todo lo que sea apariencia y sus
obras tengan sabor a evangelio.
• Por los que han perdido la fe o tienen dificultades para creer, para que se acerquen con confianza
al evangelio y se reencuentren con Cristo, camino, verdad y vida.
• Por los profesionales de la comunicación, para que hagan su trabajo sirviendo a la verdad y al en-
tendimiento entre las personas y grupos sociales.
• Por los miembros de nuestra comunidad, para que por la unión con Cristo, vid verdadera, demos
frutos de justicia y de paz.

Acoge nuestras peticiones y concédenos permanecer en el amor que recibimos de ti. Por Jesucristo
Nuestro Señor. AMÉN

RECURSOS
En el jardín del resucitado
crece la flor de LA VITALIDAD.

Evangelii Gaudium: La fuerza


de vida del resucitado

“Su resurrección no es algo del pasado;


entraña una fuerza de vida que ha pene-
trado el mundo. Donde parece que todo
ha muerto, por todas partes vuelven a
aparecer los brotes de la resurrección.
Es una fuerza imparable. Verdad que mu-
chas veces parece que Dios no existiera:
vemos injusticias, maldades, indiferencias y crueldades que no ceden. Pero también es cierto que en
medio de la oscuridad siempre comienza algo nuevo, que tarde o temprano produce un fruto. En un
campo arrasado vuelve a aparecer la vida, tozuda e invencible. Habrá muchas cosas negras, pero el
bien siempre tiende a volver a brotar y a difundirse. Cada día en el mudo renace la belleza, que resucita
transformada a través de las tormentas de la historia. Los valores tienden siempre a reaparecer de
nuevas maneras, y de hecho el ser humano ha renacido muchas veces de lo que parecía irreversible.
Esa es la fuerza de la resurrección y cada evangelizador es un instrumento de ese dinamismo” (276).

271
Homilética DOMINGO 5º de Pascua

El jardín:
Hoy lo llenamos de tiestos y jarrones de flores rojas.

Un testigo: Nicolás Castellanos, obispo.


¡Estrenar vida cada mañana!

Hace treinta años que conozco a Nicolás Castellanos


(obispo emérito de Palencia y misionero entre los pobres
de Bolivia). Ya entonces le oí tantas veces esta frase:
“Estrenar vida cada mañana”.
Hoy, cuando ya ha cumplido los 80 sigue repitiéndo-
la; ¡y sigue viviéndola!
¡Pura vida! Pura energía. Va corriendo; no sabe ni
quiere estar ocioso. Madruga, sueña, proyecta. Cuando ya ha cumplido 23 años en la Bolivia empobreci-
da, cuando tiene tantos sueños cumplidos (hospital, colegios, becas, comedores, iglesias, hogares para
niños y adolescentes trabajadores, vivero de microempresas, universidad, residencia para universita-
rios, piscinas, polideportivos, orquesta…) aún sigue entusiasmándose por nuevos proyectos y sueños. Y
a la vez tiene el gesto cotidiano y sencillo de agacharse porque no acepta un papel o un plástico tirado
a su alrededor. Vive rodeado de basura en el Plan 3000, en un rincón empobrecido de la emergente
Bolivia, pero sueña con un mundo limpio, renovado. Del “basural” al “jardín”, el del resucitado.
Y la fuerza del Espíritu se hace en él dinamismo imparable que sacude todo a su alrededor. Enamo-
rado del Dios de la Vida remueve todo a su alrededor para que esa vida sea también y sobre todo para
los pobres.
Cada mañana, una de sus primeras tareas… ponerle una flor al santísimo. Él mismo es una flor en el
jardín del resucitado. Una flor de vitalidad y de frescura que se abre cada día dispuesta a estrenar nueva
vida. La nueva vida de la Pascua que vive y anuncia entre los pobres a los que ha hecho sus hermanos
de mesa y masa. El buen pastor que sigue los pasos del Buen Pastor. A su lado todo es vitalidad, fuerza,
energía… A su lado nada ni nadie se queda estancado. ¡Pura vida!
José Negueruela

LA MÚSICA
«YO SOY LA VID, VOSOTROS LOS SARMIENTOS»

“Somos piedras vivas,


templo del Señor,
miembros de su Cuerpo,
Iglesia en construcción.
Pueblo reunido,
viña de elección,
pueblo reconciliado,
testigos de su amor”
(Velado-Alcalde, Piedras Vivas)

272
Homilética DOMINGO 5º de Pascua

Ambientación musical: “Instrumento de tu paz” en Momentos de Paz-11.

En la liturgia de hoy se nos habla de una relación de intimidad entre Cristo y su Iglesia con la ima-
gen de Cristo vid- su pueblo, los sarmientos-. Esta unión con Cristo vid, lograda con el bautismo, se ha
de hacer cada vez más consciente, firme y duradera a través de la escucha asidua de la Palabra y la
celebración de la Eucaristía. En ella, los cristianos bebemos el vino de la nueva y eterna alianza, sacado
de la vid verdadera. La Iglesia, permaneciendo unida a la vid, ”se iba construyendo y progresaba en la
fidelidad al Señor, y se multiplicaba animada por el Espíritu Santo”.

Canto de entrada: Por el Bautismo hemos sido injertados a la Vid y llamados a una vida nueva en Cris-
to. Cantamos: ”Nacidos en las fuentes bautismales”. CD Espíritu Santo: Guíanos (SP); “Una nueva vida”
MD 21; CLN 426; o bien, “Iglesia peregrina” MD 19; CLN 408. “Un cántico nuevo” MD 357-2; CLN 206.

Antífona responsorial: “El Señor es mi alabanza en la gran asamblea”.

Aclamación al Evangelio: “Aleluya” CLN E 2.

Credo: “Sí. Yo creo. Sí. Yo creo en ti, Señor”. Se va intercalando la respuesta cantada a las preguntas en
la formulación de la fe. (La música la tenemos en el Domingo II de Pascua).

Santo: CLN I 7 (C. Erdozáin).

Fracción del pan: “Cordero de Dios” de A. Alcalde en el CD Paz a Vosotros (SP).

Comunión: Ser sarmientos de la vid es vivir adheridos a la persona de Jesús. Esta adhesión la reali-
zamos siguiendo a Jesús en su modo de vivir, amando y dando vida hasta dar la propia vida, como el
Buen Pastor que da la vida por sus ovejas. Cantamos: “El viñador” MD 78; CLN 411; . “Tú eres la vid
verdadera” CD Jesucristo, la Buena Noticia (SP); “Véante mis ojos”. MD 98-2; CLN 272; o bien, “Quédate
junto a nosotros” MD 184; CLN O 20.

Final: “Id y enseñad” MD 20; CLN 409.

Antonio Alcalde Fernández

273
Homilética DOMINGO 6º DE PASCUA

Domingo 6º de Pascua
10 de mayo de 2015

Es un mandamiento que no necesita ser un mandato, porque JC nos muestra que es algo natural al
ser humano. Las personas necesitamos hacer tándem con los demás. El que no posee nada se da a
sí mismo. Javier Prat Cambra

274
Homilética DOMINGO 6º DE PASCUA

LA PALABRA
PRIMERA LECTURA: es la que salva al texto de un
Hech 10, 25-26. 34-35. 44-48 espiritualismo inconsistente.
Las certezas se acumulan
Queremos seguir cele-
El paso más delicado que tuvo que dar la pri- en el texto. La primera de ellas
brando con alegría todo
mera comunidad cristiana de Jerusalén fue su es que “todo el que ama ha na-
este tiempo de Pascua en
apertura a los paganos incircuncisos. En el libro cido de Dios y conoce a Dios”.
que Jesús resucitado se
de los Hechos, antes del «concilio» o «asamblea Quien ama va experimentado hace presente en nuestras
de Jerusalén» (Hch 15), donde se trata el tema de en sí mismo como un nuevo vidas y ser testigos ante
la circuncisión de los paganos, se nos presenta el nacimiento. Eso no puede pro- los demás de nuestra fe
episodio de Pedro y el centurión Cornelio. Pedro venir sino de la fuente misma en Jesús.
recela de los paganos, por lo que Dios le comunica del amor que es Dios. Nacer
en forma de visión (animales puros e impuros) que de Dios es algo que necesita del amor; sin amar no
nadie es impuro. El texto de hoy recoge esta ense- se puede nacer de Dios aunque sea él quien haya
ñanza con las palabras de Pedro: «Dios no hace dado la posibilidad de amar al crearnos. Y además,
distinciones con el que practica la justicia, sea de saber de Dios solamente se sabe en la medida en
la nación que sea». El protagonista principal, in- que se ama porque conocer a Dios no es cuestión
cluso por encima de Pedro y Cornelio, con toda su de deducciones intelectuales sino de experiencias
casa, es el Espíritu Santo (se nombra tres veces). de amor en lo cotidiano del camino vital.
Tiene lugar un «nuevo Pentecostés»: el Espíritu La segunda certeza es que “Dios es amor”
desciende sobre todos, hablan en lenguas. Hay un que habría que traducir por: Dios es relación pura,
rechazo inicial de los «creyentes circuncisos», pero solidaridad total, donación al otro sin límites. En
Pedro argumenta con rapidez y contundencia: no definitiva se trata de un amor práctico, que incide
se puede negar el bautismo a quien ha recibido el en la vida la persona. No es un amor sin carne,
Espíritu Santo. El don del Espíritu, en este caso, con el peligro de espiritualismo que eso conlleva-
antecede al bautismo y lo prepara. Texto de aper- ría. De ahí que la medida de la comprensión de
tura, de amplitud de miras. No podemos «contro- Dios viene visibilizada por la calidad relacional de
lar», «marcar pautas» o «dirigir» al Espíritu Santo. la persona. Una habla de la otra.
Pedro Fraile Yécora Además, la gran prueba visible de que Dios es
relación de amor está en la persona humilde de
SEGUNDA LECTURA: 1Jn 4, 7-10 Jesús. Su historia de generosidad entregada es la
prueba evidente de que Dios ama a la historia., Si
El gran tratado sobre Dios como amor que es alguien dudaba de Dios, si alguien creía que se
1Jn se traduce en un aserto que devuelve al terre- desentendía de la historia, si alguien piensa que
no histórico ese descubrimiento del amor de Dios: a Dios no le importa lo nuestro, habrá de mirar al
solo quien ama conoce a Dios. Por espiritual que pobre Jesús de Nazaret: su humilde pero hermosa
parezca, el texto de 1Jn está fuertemente enraiza- historia de amor entregado es la prueba irrefuta-
do en la historia. Los comportamientos solidarios, ble de que Dios se ha volcado a lo nuestro, de que
históricos, desvelan si realmente se ha entendido ha echado su suerte en nuestro lado, de que nos
o no que Dios es amor. Esa fidelidad a la historia acompaña indefectible y fielmente.

275
Homilética DOMINGO 6º DE PASCUA

La finalidad de la vida de Jesús es para dar del “lavatorio de los pies”, se recoge nuevamente
vida: “para que vivamos por él”. De ahí que quien en este momento. Las palabras utilizadas en uno
se sitúa en la onda del amor de Dios manifesta- y otro caso son literalmente las mismas. Proba-
do en Jesús ha de engendrar vida en torno a sí. blemente en la comunidad joánica este precepto
La amenaza de una vida estéril ocupaba un lugar central. No olvi-
ha de quedar conjurada si se ha demos que en 1Juan, nacida en el
comprendido bien que la gran vo- entorno de estas comunidades, el
cación del creyente, como la de precepto del amor también tiene
Jesús, es vivir y dar vida. un lugar importante.
La correcta comprensión de El origen del amor está en el
la realidad del amor es, según 1 Padre. Así lo expresa la primera
Jn, percibir el amor fontal de Dios comparación: «Como el Padre
y su visibilización en Jesús que me ha amado, así también yo os
es “propiciación por nuestros pecados”, es decir he amado». No se trata de un amor nacido de la
posibilidad de vida nueva para nosotros. Ese es atracción o el deseo humanos, ni tampoco de la
el itinerario de amor que ha de concluir en una amistad humana. Es el amor que tiene su raíz y
vida en amor que reproduzca en la historia el amor origen en la misma existencia de Dios. La relación
del Padre y el amor visto en el camino histórico con el Hijo es una relación de amor absoluto, que
de Jesús. La exhortación alcanza grandes profun- se desborda en el amor que el Hijo tiene a la hu-
didades porque grandes son también las profundi- manidad. Esta es la razón de ser del mandato de
dades del amor. «amarse unos a otros» (cfr. 1Jn 4,8s).
Fidel Aizpurúa Donázar El amor entre el Padre y el Hijo es un amor
de comunión al que está llamado el discípulo. Por
EVANGELIO: Jn 15, 9-17 eso, ya «no son llamados siervos, sino amigos»,
porque están en comunión con el Padre, como
La “alegoría de la vid y los sarmientos” conti- lo está el Hijo. La relación entre la vid y los sar-
núa con las palabras que la liturgia propone para mientos, expresada anteriormente en términos
este domingo. El ambiente es el mismo: la cena de de unión existencial con el Hijo («permanecer en
Pascua y el tono confidencial de los “discursos de mí»), se desarrolla ahora como amor de comunión
despedida”. La atmósfera está cargada de memo- («Como el Padre me ha amado, así también yo os
ria, de tristeza por lo que está a punto de ocurrir, y he amado»).
de esperanza ante el futuro Esta comunión existencial tiene su expresión
que se abrirá después de la en la vida, en la dimensión ética de las relaciones
pasión-gloria. interpersonales. Jesús no habla de un amor que
El núcleo de estas pa- se encierra en la realidad del ser, sino que este
Con tu mirada, Padre, todo
lo haces bueno y nos invi-
labras es el mandato del amor se manifiesta en el hacer: se realiza en la
tas a disfrutar contigo de amor. Los términos “amor” historia. El tiempo verbal que expresa el amor de
todo lo creado. Queremos y “amar” aparecen nueve Jesús («como yo os he amado») dirige la mirada
estar siempre a punto veces, dominando el conte- hacia la cruz, porque es allí donde se vive definiti-
para responder al amor nido del mensaje. El discur- vamente y para siempre ese amor del Padre y del
que nos tienes. so sobre el amor mutuo, con Hijo. Su vida entregada es la manifestación de su
el que culmina la escena amor. Toda su existencia, glorificada en la cruz, ha

276
Homilética DOMINGO 6º DE PASCUA

sido expresión del amor de comunión al que el y es ahora la vida del discípulo, si quiere respon-
discípulo es convocado. der al amor de comunión que Dios ha tenido. Solo
Así, la dimensión ética del amor permaneciendo unidos a la vid po-
se despliega en cumplir los manda- dremos dar fruto; el fruto mayor de
tos de Jesús. Del mismo modo como vivir el mandato de «amarnos unos
Él lo ha realizado, el discípulo debe a otros» es entregar la vida hasta el
orientar su vida: «Nadie tiene un extremo, como nos lo enseñó Jesús.
amor más grande que quien da la
vida». Esta ha sido la vida de Jesús Óscar de la Fuente

HOMILÍA
Te damos gracias, Padre,
Aunque en el calendario nos quede lejos la Navidad, podemos recordar que,
porque tú has sido el pri-
cuando el Hijo viene a ser totalmente uno como nosotros, lo es por la respuesta
mero en amarnos a noso-
afirmativa de una mujer de entre los nuestros, María, y que viene, además, a
tros. Que estemos siem-
vivir su humanidad como todos, sin distinguirse, pero desde el lugar que ocupan
pre disponibles para hacer
y desde el modo de obrar de aquellos que muchas veces no esperamos que sean
lo que tú quieres para el
ellos quienes muestren a Dios y con el testimonio de aquellos cuya palabra no mundo.
cuenta: extranjeros y pastores.
Sin embargo, el impulso y el apasio-
El amor de Dios es para todos,
namiento de los que conocieron a Jesús,
incluso para aquellos que no lo esperan
y le reconocieron resucitado, se ve forta-
o lo rechazan.
lecido por el Espíritu Santo que no puede
dejar de hacerse presente en toda persona que busca a Dios: “Dios no hace distinciones”. Su amor es
para todos, incluso para aquellos que no lo esperan o hasta lo rechazan. Él ama incondicionalmente.
Escuchando el Evangelio de Juan, podemos pensar que, cuando Jesús habla de “elección”, lo
hace también hoy para nosotros, no sólo para sus discípulos. Hoy esta palabra es para todo el que
pueda y quiera escuchar. “Yo estoy en el Padre y el Padre está en mí, y os llamo amigos”. ¡Qué palabra
para subrayar¡: AMIGO. Todo lo que sé del amor lo sé porque vivo el amor de mi Padre. Jesús habla
del Dios que es AMOR.
De niños y jóvenes, en la catequesis o en casa, nos han dicho muchas palabras sobre Jesús: es
el Mesías, el Salvador, el Hijo de Dios, el Emmanuel…. Y también nos han dicho: “Jesús es tu amigo”.
¡Somos amigos¡ ¡Él quiere ser nuestro amigo¡ ¡Quiere ser mi amigo¡ Y yo, ¿estoy dispuesto a ser de
“sus amigos”?
La amistad verdadera se fragua a lo largo de la vida. No es automática ni es interesada. Es
gratuita, totalmente. Tanto, que puede ser prelu- La amistad verdadera se fragua
dio de la máxima expresión de amor: dar la vida a lo largo de la vida,
por otro. El amor de los padres se expresa plena- no es automática ni interesada.
mente en que “dan la vida por sus hijos”. Jesús
da la vida por nosotros, y además es nuestro amigo.

277
Homilética DOMINGO 6º DE PASCUA

Jesús, con su Padre y el Espíritu Santo, eligieron estar con nosotros. Ellos tienen el deseo de
que el amor triunfe en nuestro mundo y, como quien va primero por delante -“primereando”-, nos pide
“dar fruto” y que “nos amemos unos a otros”. Las dos cosas juntas, inseparables. ¿Cuál es el fruto del
amor? Más amor, AMOR con mayúsculas.

Amarnos unos a otros Estamos avanzando en nuestra

como yo os he amado Pascua y sabemos que “amarnos unos a otros,

pasa necesariamente por la cruz. como yo os he amado” necesariamente pasa


por la cruz, las cruces de cada día. Él dio su
vida por todos nosotros. ¿Cómo saber que amamos como Él nos amó? ¿Cómo saber que nuestro fruto
durará? ¿Cómo sabernos amigos de Jesús? Si estamos disponibles para cargar la cruz que salva, la
cruz elegida por amor, igual que Él nos eligió. Igual que Él eligió ser uno como nosotros y llevar en Él
a toda la humanidad a su plenitud. A todos si distinción. Porque Dios no hace distinciones.
Juan José Tomillo González, sj

ORACIÓN UNIVERSAL

A ti., Padre, que nos has hecho amigos de tu Hijo Jesucristo, te pedimos de todo corazón:

• Para que la Iglesia sea un lugar de acogida donde todos se sientan elegidos por Dios para dar fruto,
sin distinción alguna.
• Para que el fruto de los que gobiernan los destinos del mundo sea compartido por todos, especial-
mente por los que menos tienen.
• Para que nuestros hermanos y hermanas marginados por las estructuras injustas de este mundo
encuentren en nosotros personas dispuestas a amarlas como Él nos amó.
• Para que quienes están o se sienten solos y sin amigos, no se abandonen a su soledad sino que
saquen fuerza de flaqueza para salir de sí mismos y se acerquen a los demás.
• Para que estemos dispuestos a hacer de nuestra comunidad un lugar de amistad al modo de Jesús
y vivamos el mandamiento del amor con la alegría que brota del Espíritu.

Escucha, Padre, nuestras oraciones y danos un corazón de amigo que abrace a todos los hermanos.

278
Homilética DOMINGO 6º DE PASCUA

RECURSOS
En el jardín del resucitado
crece la flor de LA DISPONIBILIDAD

“Él nos amó primero”, nos dice hoy la carta de


Juan. El amor, pues, es lo importante, porque Dios
es amor, y sólo de amor podemos vivir: “Como el
Padre me amó, así os he amado: permaneced en
mi amor y amaos unos a otros, porque sois mis
amigos”… Dios nos “primereó” en el amor. No es-
peró. Se adelantó, como el padre de la parábola.
“Primerear”, como dice el papa es, como Dios,
echarse a andar antes casi de que te lo pidan. Es
disponibilidad. Y esta es otra flor que brota direc-
tamente del jardín del resucitado. “Como Dios nos
amó”, es decir, “primereando”…

Evangelii Gaudium: “Primerear”

“La Iglesia en salida es la comunidad de discípulos misioneros que primerean, que se involucran, que
acompañan, que fructifican y festejan. “Primerear”: sepan disculpar este neologismo. La comunidad
evangelizadora experimenta que el Señor tomó la iniciativa, la ha primereado en el amor (cf. 1 Jn 4,10);
y, por eso, ella sabe adelantarse, tomar la iniciativa sin miedo, salir al encuentro, buscar a los lejanos
y llegar a los cruces de los caminos para invitar a los excluidos. Vive un deseo inagotable de brindar
misericordia, fruto de haber experimentado la infinita misericordia del Padre y su fuerza difusiva. ¡Atre-
vámonos un poco más a primerear! Como consecuencia, la Iglesia sabe “involucrarse”… La comunidad
evangelizadora se mete con obras y gestos en la vida cotidiana de los demás, achica distancias, se
abaja hasta la humillación si es necesario, y asume la vida humana, tocando la carne sufriente de Cristo
en el pueblo. Los evangelizadores tienen así «olor a oveja» y éstas escuchan su voz. Luego, la comunidad
evangelizadora se dispone a “acompañar”… Fiel al don del Señor, también sabe “fructificar”. Por último,
la comunidad evangelizadora gozosa siempre sabe “festejar” (24).

El jardín:
Hoy lo llenamos de tiestos y jarrones de flores.

Un testigo: San Francisco Javier.


«Pues, ¡sus!, heme aquí»

Francisco Javier murió agotado en las costas de China el 3 de diciembre de 1552. Para todo el mun-
do ha quedado como la imagen prototípica del misionero. Si ya su “celo apostólico” podría considerarse
como una nueva flor del “jardín del resucitado”, no puede ser menos en él la flor de la disponibilidad. En

279
Homilética DOMINGO 6º DE PASCUA

la famosa biografía que el P. Recondo escribió de Javier, aparece preciosamente descrita esta bella flor
javieriana, de la que fue testigo el jesuita Pedro de Rivadeneira:

“El 11 de marzo, Mascareñas1 tuvo la audiencia de despedida con Paulo III, y


éste le dio su bendición para el viaje. Estaba ya impaciente, pues Bobadilla, a quien
se le había llamado oportunamente el día que fue elegido con Rodríguez, no acaba-
ba de llegar. El 14 de marzo llegó por fin, deshecho, con fiebres de Malta, fatal,
sin que el médico y sus compañeros pudieran permitirle emprender el viaje
con Mascareñas. Había que buscar un sustituto, pues ni Mascareñas podía
esperar más ni llegar a Portugal sólo con un clérigo de París, después de
haber conseguido una pareja. Sólo quedaba uno de los maestros de París,
antiguo, de los de primera hora, y ése era el secretario, Maestro Francisco.
Íñigo, doliente en cama, llamó a Maestro Francisco y le habló:
- «Maestro Francisco: Ya sabéis cómo por orden de Su Santidad, han
de ir dos de nosotros a la India, y que habíamos elegido por uno a Maes-
tro Bobadilla, el cual por su enfermedad, no puede ir, ni el Embajador
aguardar que sane; esta es vuestra empresa».
Entonces, el bendito Padre, con mucha alegría y presteza, respondió:
- «Pues, ¡sus!, heme aquí».
El tiempo urgía y todo se hacía de prisa. Mascareñas aceleró el despacho de los breves con
el nombramiento de legados pontificios a favor de Rodríguez y Javier. Los cardenales no se dieron
tanta prisa. Maestro Francisco, hilo y aguja, remendó «ciertos calzones viejos y no sé qué solanilla»,
luego fue al Vaticano a pedir la bendición del Papa, se despidió de sus amigos y de Madonna Faus-
tina, que le prometió frecuentar los sacramentos , y escribió todavía, el mismo día de su partida,
una triple declaración: de pertenecer a la Compañía de Jesús, de dar su voto como General de la
Compañía a Ignacio, y de profesar votos de pobreza, castidad y obediencia. Luego cerró y selló el
documento, escribiendo en la envoltura: «Esta es la carta de Francisco para los de la Compañía».
Llegó la hora de la separación. Faltaba tiempo para todo, e Iñigo no podía darle una carta de
recomendación para los señores de Loyola o añadirle una instrucción acomodada a su persona, se-
gún acostumbraba en la despedida de sus discípulos. Ambas cosas prometió enviárselas a Bolonia.
Cuando Javier, enfundado en su pobre sotana, se despidió de Ignacio, éste se la abrió por el
pecho para comprobar si llevaba suficiente ropa; al comprobar que sólo llevaba la camisa sobre
la piel, le dijo:
- «¿Así, Francisco, así?»
Y ordenó que le diesen más ropa. Abrazó a todos, y abandonando el palacio Frangipani, con su
breviario y algunos escritos se dirigió a la casa de Pedro Mascareñas. Montó a caballo y salió en el sé-
quito del embajador. Era el 15 de marzo de 1540. Iba muy alegre, inesperadamente elegido a última
hora. «Se partió con tal semblante, que en fin bien se veía que Dios le llamaba» (Pedro Rivadeneira).
José Mª Recondo, S.J. “San Francisco Javier”,
Ed. BAC, Madrid 1988, pp. 265-267

1.- Pedro Mascareñas era el embajador de Juan III de Portugal en la Corte pontificia, siendo paspa Paulo III (1540).

280
Homilética DOMINGO 6º DE PASCUA

LA MÚSICA
«ESTÁ CLARO QUE DIOS NO HACE DISTINCIONES»

«Tengo mis preferencias. Por el que está prisionero,


Por el hijo que está lejos, hasta que recobre su libertad.
hasta que regrese. Por el que pasa dificultades,
Por el que está enfermo, hasta que las haya superado»
hasta que recupere la salud. (Sabiduría persa)

Ambientación musical. “Canto de alabanza” Coral de L. v. Beethoven. Adaptación A. Alcalde. CD: Ha-
bla, Señor (SP).

Cuando nos acercamos al final de la Pascua, la liturgia vuelve a recordarnos el testamento del Señor:
“Esto os mando: que os améis unos a otros”. Quien ama conoce a Dios, porque Dios es amor. Los cris-
tianos hemos conocido el amor y hemos sido elegidos para amar. La Iglesia está destinada a manifestar
el amor de su Señor, gratuito y universal, desinteresado y generoso, abriéndose a los gentiles y derri-
bando los muros de las razas, lenguas, grupos, formas religiosas, porque “el don del espíritu también
se derrama sobre los paganos”.

Canto de entrada: “Cristo resucitó” MD 351-1 CLN A 13; “Bautizáos” en el CD Piedras Vivas (SP); o
bien, “Cristo nos da la libertad” MD 94; CLN 727.

Salmo responsorial: ”El Señor revela a las naciones su salvación”

Aclamación al Evangelio: “Aleluya” E 4.

Santo: CLN I 1 (gregoriano).

Aclamación al Memorial: CLN J 21.

Comunión: “Cristo te necesita para amar” MD 66; CLN 729; o bien “Un mandamiento nuevo nos dio el
Señor” (Popular); o bien “Donde hay caridad y amor” MD 179; CLN O 26.

Antífona final: Nos despedimos en la celebración cantando “Danos un corazón grande para amar” MD
59; CLN 718.
Antonio Alcalde Fernández

281
Homilética LA ASCENSIÓN DEL SEÑOR

Solemnidad de la Ascensión del Señor


17 de mayo de 2015

La ascensión de JC es un descenso del Norte poderoso al Sur empobrecido, de la liturgia a la cari-


dad, de arriba abajo, de la gloria a la miseria, para redimirla, para salvarla, para cambiarla.
Javier Prat Cambra

282
Homilética LA ASCENSIÓN DEL SEÑOR

LA PALABRA
PRIMERA LECTURA: Hech 1, 1-11 SEGUNDA LECTURA: Ef 1, 17-23

Lucas busca explícitamente la continuidad La carta a los Efesios es el gran documento


entre el evangelio de Jesús («mi primer libro») y el de la unidad eclesial. Como se enuncia en 1,10, el
nacimiento de la Iglesia. La continuidad está mar- secreto designio de Dios, su proyecto acariciado,
cada por distintos elementos: el protagonista es su sueño más querido es “hacer la unidad del uni-
Jesús en su vida y en su misterio salvífico. El se- verso por medio del Mesías”, llegar a ese punto
gundo nexo de unión es el Espíritu Santo; primero, omega en el que todo quede incluido, “lo celeste y
prometido (Lc 24,49; Hch 1,5), pronto enviado (Hch lo terrestre”. El lento caminar de los procesos his-
2); el mismo Espíritu presente en la vida de Jesús, tóricos no hace menguar un ápice la hermosura
ahora es el que mueve, bautiza y envía a los após- del secreto designio de Dios. Se va realizando en
toles a la misión. El tercer elemento es Jerusalén: la medida en lo permiten los tiempos.
en el evangelio, Lucas comprende la vida de Jesús Desde esta perspectiva se elevan a Dios una
como una «subida a Jerusalén», que ahora se ex- serie de bendiciones o peticiones. La primera es
plicita como centro desde el cual se expandirá la la de que Dios dé “espíritu de sabiduría y de re-
salvación: «desde Jerusalén hasta los confines de velación para conocerlo”. Se trata de intuir el se-
la tierra». Lucas quiere explícitamente que la «as- creto designio de Dios para admirarse de él y para
censión» forme parte del acontecimiento salvador colaborar con él. Esto demanda una experiencia
de Jesús: es una secuencia completa: «anuncio del profunda de la realidad del Dios enamorado de
reino-pasión-resurrección-ascensión». Para explici- su creación. Esta experiencia hará comprender su
tar el esquema de la «ascensión», san Lucas usa la proyecto sobre el hombre y dará la seguridad de
voz pasiva: «fue llevado al cielo», que las traduccio- su realización. Es una verdadera revelación que se
nes convierten en voz activa «subió» o «ascendió»; sitúa en lo primigenio de la experiencia cristiana.
el evangelista se sirve de un esquema vertical que La segunda petición es que “ilumine los ojos de
coloca la divinidad en las alturas (mentalidad se- vuestro corazón”. Esta petición de iluminación vital
mítica). Los apóstoles no terminan de comprender; es necesaria para contener y contribuir a que se disi-
ellos siguen en el pensamiento judío que habla de pen las sombras en las que la historia ha envuelto la
una «restauración» de Israel. Por eso es necesario realidad del designio de Dios cuando ha caminado
que el Espíritu Santo sea el que inaugure y lleve no hacia la unidad de todos, sino hacia su desinte-
adelante este nuevo tiempo gración, hacia el desamor. Desde tal iluminación se
salvífico. Los apóstoles no entenderá “la esperanza…la riqueza de gloria…la
deben emprender la tarea extraordinaria grandeza de su poder para con noso-
En esta fiesta de la As- de una restauración política tros”. Desde ahí se comprenderá el actuar salvífico
censión celebramos la o religiosa de un sistema del amor del Padre para con la historia.
victoria de Cristo sobre (sea el que sea), sino que Y esto ha tenido un cauce que se ve, que se
todo tipo de muertes. Que su misión es ser «testigos» puede contrastar y que se concretiza en Cristo
sepamos vivir en noso- del resucitado. “resucitado de entre los muertos y sentado a su
tros esa misma victoria derecha”. Es decir, la evidencia de que Dios quie-
siguiendo los pasos de Je-
Pedro Fraile Yécora re reunificar todo es la fuerza desplegada en el
sús en nuestra vida.

283
Homilética LA ASCENSIÓN DEL SEÑOR

humilde Jesús, en su pobre obra de unificación y ascensión), y una de carácter discursivo (envío
de amor. Esa vida sencilla ha sido signo elocuente misionero). Una serie de indicaciones tempora-
de que el designio de Dios es el amor que unifi- les guían el ritmo narrativo: «el primer día de la
ca todo aquello que se halla disperso y dividido. semana, muy temprano», «después de esto», «por
Las grandes intuiciones espirituales último», y «después de hablar con
cobran rostro en Jesús. No hay posi- ellos». Las apariciones preparan las
bilidad de equívoco. palabras del mandato misionero, que
Este humilde señorío de Jesús al se verifica tras la ascensión del Señor
que Dios “ha puesto todo bajo sus Jesús al cielo.
pies”, señorío para el amor, pasa a Las dos primeras apariciones se
la comunidad cristiana: “lo dio a la orientan hacia el encuentro definitivo
Iglesia”. Es decir, la comunidad cris- de los Once con el Resucitado. El es-
tiana está llamada a contribuir de manera decidi- quema es similar: aparición, a María Magdalena y
da al secreto designio de unificación de todo por a dos discípulos de camino; vuelta al grupo donde
el amor. Esa ha sido la obra de Jesús, esa ha de narran lo ocurrido; reacción de incredulidad. La
ser la de su comunidad. La comunidad es así el tercera aparición rompe este ritmo. Ahora el en-
complemento necesario del amor del Padre que cuentro es con los Once reunidos, a quienes Jesús
llena totalmente el universo. A ella le corresponde reprocha su falta de fe. Pero, inmediatamente, sin
con la conducta visibilizar el designio de amor que que conozcamos la reacción de estos, reciben el
invade y va unificando la historia. encargo de anunciar el evangelio.
Fidel Aizpurúa Donázar El imperativo de Jesús («proclamad el evange-
lio») es categórico. La forma verbal utilizada pone
EVANGELIO: Mc 16, 15-20 de manifiesto la urgencia del mandato, así como
la efectividad inmediata del mismo. El encargo que
El final del Evangelio de Marcos, el llamado reciben los Once no es una tarea de futuro, sino
“Apéndice canónico” (Mc 16,9-20), probablemen- algo que ya, en el ahora histórico, ha de realizarse.
te no pertenecía al texto original del evangelio. La Es urgente anunciar el evangelio. El final del relato
diferencia de estilo y vocabulario, la “incoherencia” pone de manifiesto el cumplimiento del encargo.
con el desarrollo narrativo, y el hecho de que Mateo El mandato recibido enfatiza la universali-
y Lucas parecen no conocer estos versículos, son dad de la misión. Así aparece subrayado en tres
indicios claros que avalan esta teoría. En un tiem- ocasiones: «ir a todo el mundo», «anunciar a toda
po no lejano de cuando se criatura», «proclamar por todas partes». El destino
concluyó el evangelio, se del evangelio no se circunscribe a un ámbito local.
añadió este apéndice, finali- Se dirige a todo ser humano, en cualquier lugar
Tú bajaste, Señor, hasta zando de modo similar a los donde se encuentre. Por eso, exige de todos una
lo más hondo de la condi- otros evangelios: aparición respuesta: la fe o la incredulidad serán el juicio de
ción humana compartien- del Resucitado en persona, salvación o condenación al final de los tiempos.
do con nosotros alegrías y envío misionero, y (como en La adhesión creyente, por medio de la predi-
penas. Que compartamos Lucas), ascensión al cielo. cación, tendrá como consecuencia una serie de
contigo también nuestra Este apéndice se de- signos maravillosos, que serán la confirmación a
vida para llegar juntos a
sarrolla en tres partes; dos su propia fe. Importa destacar que estos signos se
tu Reino.
narrativas (apariciones y cumplirán «bajo el nombre de Jesús», es decir, bajo

284
Homilética LA ASCENSIÓN DEL SEÑOR

la autoridad y el poder de Jesús. No son privilegios plimiento del mandato misionero. Jesús no aban-
dados a los creyentes, dona a los discípulos, sino
sino que se trata de la que sigue presente confir-
confirmación del poder mando la predicación con
sobre el mal que tiene el los signos que realizarán
evangelio, es decir, el anuncio de la muerte y resu- en su nombre. Es una presencia que no ha faltado
rrección del Señor Jesús. nunca en la misión evangelizadora de la comuni-
Concluye el pasaje con el acontecimiento de la dad cristiana.
ascensión-glorificación del Resucitado, y el cum- Óscar de la Fuente

Te damos gracias, Padre


HOMILÍA nuestro, porque en Cristo
nos has enseñado lo que
Ascender en el amor significa ganar y perder,

Decía Jesús que el que quiera ganar su vida –asegurarla- la perderá y el subir y bajar. Ayúdanos a
vivir siempre a la misma
que esté dispuesto a perderla –arriesgarla- la ganará. Su propia vida nos lo ha
altura que Cristo, para que
mostrado: aquél que se despojó de su rango haciéndose uno de tantos es ahora
nos lleves adonde Él llegó.
el glorificado y exaltado, ante quien se dobla toda rodilla y toda lengua proclama
que Jesucristo es el Señor. No
No hay mayor ascenso
hay mayor ascenso que la experiencia de ser ama-
que la experiencia de ser amado
do como hijo y descubrir ahí la mayor exaltación.
como hijo
Es el crucificado el que resucita, Él es el Señor
de los cielos. Ésta es la verdadera ascensión, cuando queda manifiesto que el hijo amado del Padre,
en quien Él se complace, ha sido reafirmado paternalmente en la alegría de la resurrección. Ahora ya
no queremos el éxito por el éxito, ahora queremos la vida fecunda, la que se instaura en el amor de
la entrega a los hermanos, la que se entierra en el amor y da fruto en abundancia, a la que se accede
cargando con su cruz.
Nuestro mundo nos seduce con la pasión
La seguridad no viene dada
de un éxito que nos invita a separarnos de la
por nuestro poder o riqueza,
realidad, para construir nuestro propio mundo
sino por la fraternidad que genera
aislado y seguro; Dios nos llama a la fraternidad
paz y serenidad.
donde sólo existe el mundo del amor en el que
cabemos todos, y la seguridad no viene dada por nuestra fuerza, poder o riqueza, sino por la frater-
nidad que genera paz y serenidad y posibilita el gozo de la vida en lo diario y en lo pequeño. Todos
ascenderemos en Cristo resucitado, no hay ascensiones particulares, sólo hay ascensión comunitaria
de toda la humanidad y de toda la historia en Él, con Él y por Él.

¿Qué es eso de la Ascensión?

En el momento de las ascensión, la reacción de los discípulos fue quedarse allí “parados miran-
do al cielo”, no se movieron hasta que “dos hombres vestidos de blanco les dijeron: «Galileos, ¿qué

285
Homilética LA ASCENSIÓN DEL SEÑOR

hacéis ahí parados mirando al cielo?»”. Sólo entonces reaccionaron y comenzaron a recorrer la doble
etapa eclesial que el Señor les había encargado en el momento de la ascensión:
- “Seréis mis testigos en Jerusalén”→”Se volvieron a Jerusalén”
- “Seréis mis testigos hasta los confines del mundo” →”Ellos fueron a proclamar la Buena Noticia
por todas partes”

Audaces y creativos, ya es tiempo de gracia

Hoy nosotros no podemos quedarnos “pa- Hoy no podemos dejar de ser


rados mirando al cielo”, no podemos vivir de testigos de Jesús ante los hombres.
espaldas a “Jerusalén” y “al resto del mundo”,
no podemos dejar de ser “sus testigos” ante los hombres. Estamos llamados, pues, a ser sus testigos
y para ello él nos ha regalado distintos “carismas” a cada uno de nosotros a fin de “edificar el cuerpo
de Cristo”. Más aún, para que este “cuerpo de Cristo”, todos nosotros, vivamos “de acuerdo con la
vocación a la que hemos sido llamados” (esto es: ser y anunciar la Buena Noticia), para ello se nos
ofrecen unas pautas de conducta muy concretas:

- “Sed siempre humildes y amables, sed comprensivos;


- Sobrellevaos mutuamente con amor;
- Esforzaos en mantener la unidad del Espíritu
- Con el vínculo del amor”

Ésta es nuestra misión en y como Iglesia


José Moreno Losada

ORACIÓN UNIVERSAL

Puestos los ojos en ti, que miras a nuestra tierra, te presentamos nuestros deseos y peticiones:

• La Ascensión es exaltación del Crucificado por amor. Para que nuestra Iglesia entregue su mano a
los descartados de nuestra sociedad y levante a los abatidos. Roguemos al Señor.
• La Ascensión culmina el camino de Jesús. Para que nuestras autoridades públicas faciliten posibi-
lidades de superación a los más débiles. Roguemos al Señor.
• La Ascensión anuncia que la vida tiene meta feliz. Para que surjan profetas positivos que señalen
horizontes de bien a nuestro pueblo. Roguemos al Señor.
• La Ascensión exige no quedarnos mirando al cielo. Para que nosotros salgamos de esta reunión
decididos a ser trabajadores creativos del Reino. Roguemos al Señor.

Danos tu Espíritu, Señor, para que siempre actuemos según tu voluntad.

286
Homilética LA ASCENSIÓN DEL SEÑOR

RECURSOS
Evangelii Gaudium: Una Iglesia en salida

En la Palabra de Dios aparece permanentemente este dinamismo de “salida” que Dios quiere provo-
car en los creyentes. Abraham aceptó el llamado a salir hacia una tierra nueva (cf. Gn 12,1-3). Moisés
escuchó el llamado de Dios: “Ve, yo te envío” (Ex 3,10), e hizo salir al pueblo hacia la tierra de la pro-
mesa (cf. Ex 3,17). A Jeremías le dijo: “Adondequiera que yo te envíe irás” (Jr 1,7). Hoy, en este “id” de
Jesús, están presentes los escenarios y los desafíos siempre nuevos de la misión evangelizadora de la
Iglesia, y todos somos llamados a esta nueva “salida” misionera. Cada cristiano y cada comunidad dis-
cernirá cuál es el camino que el Señor le pide, pero todos somos invitados a aceptar este llamado: salir
de la propia comodidad y atreverse a llegar a todas las periferias que necesitan la luz del Evangelio (20).

UN POEMA: UN PUEBLO CAMINA

Somos un pueblo en marcha, otra ciudad en esta ciudad.


no una tribu instalada Que no somos unos paseantes despistados.
ni un clan de situados. Somos una comunidad que camina.
No somos una manada domesticada,
un dócil rebaño de mansos bueyes Somos un pueblo en marcha,
que rumian, callan y sestean. gente dinámica, inquieta,
Tenemos agallas y lo que hay que tener insatisfecha de sí misma
para salvar vallas, soltar amarras y del estado de cosas.
y abrir caminos. Que no somos un pueblo
Somos una comunidad que camina. que simplemente sobrevive.
Somos un pueblo que lucha,
Somos un pueblo que marcha, que no se limita a subsistir.
un ejército imparable, Somos una comunidad que camina.
una fuerza incontenible.
No somos ni patos apresurados Somos un pueblo en marcha,
ni caballos desbocados. río que pasa y riega,
Somos árboles podados agua que cala, ola que insiste.
que, a su tiempo, retoñan. Que no somos agua estancada
Somos una comunidad que camina. o aire viciado, que apestan.
No somos humo ni niebla.
Somos un pueblo en marcha Somos lluvia y paraguas.
buscando otra ciudad para esta ciudad, Somos una comunidad que camina.
otro modo de vivir y de convivir,
de encontramos y de compartir; Joaquín Suárez

287
Homilética LA ASCENSIÓN DEL SEÑOR

LA MÚSICA
«LA HORA DE LA IGLESIA»

“¿Y dejas, Pastor santo, y tú, rompiendo el puro


tu grey en este valle hondo, oscuro, aire, te vas al inmortal seguro?”
en soledad y llanto; (Fray Luis de León)

Ambientación musical. Tema: “Il Signor non è morto”. Himno de Pascua de Mascagni, de la ópera
Cavallería rusticana.
La Ascensión del Señor es una liturgia de alabanza pascual en honor de Cristo Resucitado. Jesús
se eleva al cielo y da a sus discípulos las últimas recomendaciones,-como el padre a sus hijos antes de
partir para un largo viaje,- enviándolos por todo el mundo a anunciar su Evangelio. Pero no están solos,
abandonados. “El Señor cooperaba con ellos confirmando la palabra con las señales que les acompa-
ñaban”. La Ascensión del Señor no es el fin de su presencia entre los hombres, sino el comienzo de una
nueva forma de estar presente: a través de su Iglesia. Es la hora de la Iglesia.

Canto de entrada: “Aleluya. El Señor es nuestro Rey” MD 228; CLN 515; o bien “Piedras vivas” en el CD
del mismo título (SP); “Peregrinos de la paz” MD 52.

Canto del Gloria: CLN C 1 (“De Angelis).

Salmo responsorial: “Dios asciende entre aclamaciones; el Señor, al son de trompetas”

Aclamación al Evangelio: “Aleluya” E 13.

Procesión de ofrendas: “Bendito seas, Señor” CLN H 5.

Santo: CLN I 2 (Aragüés).

Aclamación al Embolismo: CLN M 3 (M. Alonso).

Rito de la paz: “Sea la paz” CLN N 1

Comunión: “Cerca de Ti, Señor”. Coral inglesa, S. XIX. CLN 702; “Reúne, Señor, a tu Iglesia” MD 189;
“Id y enseñad”(= Sois la semilla) MD 20; CLN 409; “Te conocimos al partir el pan” MD 178; CLN O 25.

Antífona final: “Anunciaremos tu Reino, Señor” MD 9-1; CLN 402.


Antonio Alcalde Fernández

288
Homilética PENTECOSTÉS

Solemnidad de Pentecostés
24 de mayo de 2015

El Espíritu de Dios nos mueve, como a los discípulos/as, hacia la humanidad, con un corazón encen-
dido, con un entendimiento abierto y universalizado, en todas las direcciones.
Javier Prat Cambra

289
Homilética PENTECOSTÉS

LA PALABRA
PRIMERA LECTURA: Hech 2, 1-11 ción de lo diverso, es novedad que se sale de lo co-
mún, es comienzo de una nueva vida según Dios.
Desde el punto de vista fenomenológico, Pente- Pedro Fraile Yécora
costés es fiesta judía y cristiana que toma su nom-
bre de los «cincuenta días» que siguen a la Pascua. SEGUNDA LECTURA: Gal 5, 16-25
Para los judíos es fiesta de recolección al principio
del verano; para los cristianos marca el don del Es- La carta a los Gálatas, dentro de su convul-
píritu Santo culminando la presencia de Jesús en- sión y de su aspecto “volcánico” es un formidable
tre nosotros tras sus apariciones pascuales. Des- tratado sobre la libertad cristiana. Muchos han
de el punto de vista histórico, el visto en este texto un horizonte
acontecimiento de Pentecostés de respiro para la opresión de
marca el inicio de la expansión los mismos sistemas religiosos.
del cristianismo por toda la cuen- Pero, eso sí, san Pablo deja claro
ca mediterránea. Los judíos que que la libertad no puede guiarse
habían acudido a Jerusalén con por “los deseos de la carne”. Es
motivo de una de las tres fiestas decir, la hermosa libertad puede
de peregrinación (Pascua, Pente- llegar a corromperse por ambi-
costés y Tabernáculos), vuelven ciones solapadas que, ampa-
a sus lugares de origen (multitud radas en la libertad, impongan
de pueblos y regiones); muchos su ley de opresión. La libertad
de ellos comunican las novedades de Jerusalén: el ha de caminar en la dirección que marca el Es-
acontecimiento cristiano, la Pascua y el don del Es- píritu. Una libertad espiritual es aquella que, en
píritu. Desde el punto bíblico, que lee la Palabra de último término, procura el bien del otro y fomenta
Dios con una unidad de sentido (una sola Alianza el amor desinteresado.
en dos Testamentos), Pentecostés es la oposición Recurriendo a una tópica lista de vicios, se-
a Babel, símbolo de disgregación. En Babel el peca- gún el gusto de la época, el apóstol describe el
do provoca la dispersión de los pueblos manifesta- camino errado de quien confunde libertad con el
do como «incapacidad de egoísmo. Efectivamente, el egoísmo es el denomi-
comunicarse» y expresado nador común de todas esas disfunciones huma-
literariamente como diver- nas puestas una detrás de otra. El aferramiento
sidad de lenguas. Por el a la Ley tiene ese mismo denominador común del
Tú, Padre, nos unes a to-
contrario, en Pentecostés egoísmo. Por eso lleva al callejón sin salida de
dos los creyentes en un
el Espíritu convoca, con- una vida inhumana. El vigor de la espiritualidad,
solo pueblo. Envía sobre
grega, une. Siendo de dis- en tal caso, ha de medirse por la densidad de hu-
el mundo y sobre todos
tintos pueblos y culturas, manidad que se tiene.
nosotros la riqueza de tu
todos se entienden y son Una trayectoria espiritual está marcada por la
Espíritu para que, como lo
deseaba Cristo, podamos capaces de convivir. Pen- generosidad, la entrega y, en definitiva, el amor.
vivir unidos y en paz. tecostés es manifestación Para san Pablo, la libertad sin amor es algo im-
del Espíritu, es congrega- pensable. Las conductas que buscan el interés

290
Homilética PENTECOSTÉS

egoísta deterioran y vacían las relaciones huma- se al Espíritu, es usado en el


nas. Las que buscan el bien del otro generan bue- NT solamente por la tradición
na relación. Estas segundas son las conductas joánica (Jn 14,16.26; 15,26;
Que el Espíritu Santo, que
espirituales, aquellas que conectan con el Espí- 16,7; 1Jn 2,1). Posee un rico
tú, Padre, nos has comu-
ritu, el deseo de Dios de que la vida llegue a las campo semántico que pone
nicado, nos ayude a com-
mayores cotas de plenitud y de dicha posible. de relieve la importancia que
prender lo que realmente
La cruz de Jesús ha sido la manifestación su- tiene en el seno de la comu-
significa partir el pan y be-
prema de la entrega y la generosidad, la derrota nidad: es “el que viene en ber el vino en nombre de
del egoísmo. De ahí que “crucificar la carne con ayuda, abogado, defensor, el Jesús resucitado.
sus pasiones y deseos” no es una ascesis nega- que consuela y anima, inter-
tivizadora o un rechazo de la “carnalidad”, de la cesor, el que testifica a favor de alguien, maes-
historia humana. Es reorientar las vivencias hacia tro…”, tanto en relación con la fe, como en la rela-
la entrega, la buena relación y el amor. En ese ción de la comunidad con “el mundo”.
caso, llevar una vida espiritual se confunde con El tercer anuncio le describe como aquel que
llevar una vida en amor relacional. da testimonio (15,26-27). Es una
Si se quiere medir la densidad de de sus funciones más importan-
la espiritualidad es preciso com- tes. Es testigo a favor de Jesús en
probar la calidad de la relación. el mundo, porque su testimonio
De ahí que “marchar tras el depende de Él. Procede del Padre
espíritu” supone eliminar toda ac- y es enviado al mundo por el Hijo.
titud de rivalidad, superioridad y de Así, la Pasión-Gloria de Jesús abre
la conciencia aislada ante la situa- la puerta a la presencia definitiva
ción del otro. Una vida en los pará- del Espíritu en medio del mundo.
metros del Espíritu es aquella que Su venida supone la gloria definiti-
manifiesta su sensibilidad hacia las situaciones va de Jesús junto al Padre.
de dolor ajeno y que responde a tales situaciones El testimonio del Espíritu se prolonga en el
con un compromiso real. La espiritualidad sin car- testimonio de los discípulos. Existe una corriente
ne es un fantasma. interna en este “dar testimonio”, que arranca del
Fidel Aizpurúa Donázar envío de Jesús como testigo del Padre, se conti-
núa en el testimonio del Espíritu a favor de Jesús,
EVANGELIO: Jn 15, 26-27; 16, 12-15 y se prolonga definitivamente en la acción de la
comunidad. Su testimonio deriva del plan estable-
Dentro de los “discursos de despedida” recogi- cido por el Padre.
dos en la Última Cena, Juan distribuye cinco breves Los discípulos han de dar testimonio de todo
perícopas en las que el protagonista es el Espíritu. cuanto han vivido y aprendido junto a Jesús. «Es-
Son las cinco “sentencias-anuncio” del Paráclito, el tar conmigo desde el principio», más allá de su
Espíritu Santo, el Espíritu de la verdad. Jesús pro- aspecto temporal, se refiere al origen y sentido de
mete a los discípulos que recibirán el Espíritu que su testimonio. Jesús es el contenido de ese testi-
acompañará, guiará, defenderá… a la Iglesia. monio; su misión, realizada como entrega definiti-
A través de estas sentencias, Juan describe va, es el sentido de recibe este testimonio. Han de
las funciones que el Espíritu desarrolla a favor de ser testigos no solo de la gloria, sino también de
la comunidad. El término “Paráclito”, para referir- toda su misión y de su entrega definitiva.

291
Homilética PENTECOSTÉS

El quinto anuncio des- El Espíritu es encargado de introducir al dis-


cribe otra dimensión fun- cípulo (=comunidad) en la verdad revelada y de
damental del Paráclito: es acompañar su camino. La función que recibe se
Padre nuestro, que nos el que conduce a la verdad realiza dentro de la comunidad y en su favor. Ha
has regalado la vida, que plena (16,12-15). Jesús ha de penetrar en el sentido de la vida y misión de
nos dejemos iluminar sido la revelación definitiva Jesús, lo que significa la muerte y resurrección
siempre por tu Espíritu,
de Padre. Toda su vida ha del Hijo como manifestación del amor hasta el
que nos habita, y apren-
estado al servicio de esta extremo que Dios tiene al mundo. Ahora bien, su
damos a vivir unidos res-
revelación. Lo que el Padre misión es guiar, acompañar, enseñar… lo que ha
petando y amando todas
le ha dado es lo que Él ha recibido.
nuestras diferencias.
entregado al mundo; solo La comunidad cristiana cuenta con la presen-
quien conoce al Hijo tiene acceso al Padre. El Es- cia del Paráclito quien dará a conocer el sentido
píritu no añade una revelación nueva; recibe el pleno de la misión de Jesús, manifestación del
encargo de continuar la revelación del Hijo, guian- amor de Dios, y la guiará en el testimonio misio-
do hacia la verdad plena. Su misión es vicaria: no nero en medio del mundo.
revela nada propio, sino lo que ha recibido del Hijo. Óscar de la Fuente

HOMILÍA
Entra hasta el fondo…

“Y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si tú le faltas por dentro, riega la tierra en sequía,
sana el corazón enfermo, salva al que busca salvarse”. Mil veces podríamos proclamar la secuencia
de Pentecostés, y mil veces desearíamos que el Espíritu entrara hasta el fondo de nuestra alma y
fuera nuestra luz.
El hombre se siente zíngaro perdido en el tejado del universo, no sabe a dónde ir, ni como bajar,
pero necesita caminar, es huérfano de sentido y busca un espíritu que lo mueva y lo lleve a saciar su
deseo más profundo de vida en el amor. Y nosotros, sin darnos cuenta, hemos recibido su Espíritu, el
que nos trae la alegría y el consuelo, el que nos sana y nos alimenta en la vida, el que nos defiende y
nos fortalece, el que nos aconseja y nos empuja, el que nos llena de sabiduría e inteligencia. Como un
tesoro en vasija de barro lo tenemos, y necesitamos despertarnos para saber que nos ha sido dado
para adentrarnos, como enviados en el mundo, y llevar su luz y su fuerza a todos los que la necesitan.
Nos han llenado del Espíritu, para ser pre-
Nos han llenado del Espíritu,
goneros en la mañana, cuando todavía la borra-
para ser pregoneros en la mañana
chera del mundo no ha pillado el corazón de lo
humano, dejando un hueco a la libertad personal para recibir la gracia de este Espíritu que se mul-
tiplica cuando se derrama y se expande. Bendito bautismo que nos ha regenerado en el Espíritu de
Cristo y ha hecho que le pertenezcamos para siempre y que nada nos pueda separar de su amor
¿Pero habita el Espíritu entre nosotros?

292
Homilética PENTECOSTÉS

Tú nos habitas y nos vives

Se hace necesario preguntarnos qué es “eso” del Espíritu Santo, dónde poder encontrarlo: ¿en
nuestra Iglesia de 2015?, ¿cómo descubrir en ella su presencia?, ¿en cualquiera de nosotros?
Aquella gente de hace dos mil años descubrió su
El aire y el viento del Espíritu
presencia de un modo muy sencillo: al abrir los ojos y
es la unidad en la diversidad.
contemplar a aquel grupo de personas, poco antes
asustadas, que habían cambiado por completo; y que cuando les preguntaban, quizá sólo respondían
que habían sentido el “aire” de Jesús, se habían dejado llevar por su “viento”. Y la gente constataba
que tenían “el aire” de Jesús (como cuando decimos: “Este niño “se da aire” a su padre). Este dato
nos interpela a nosotros y nos cuestiona: ¿Qué “viento”, qué “aire” sopla en mi vida? ¿y en la vida de
la Iglesia? ¿y en la de la sociedad? O de otro modo: ¿A quién “nos damos aire”? El aire y el viento del
Espíritu es la unidad en la diversidad.

Para que sean uno…


Como en Pentecostés, donde hay muchos pueblos y ¿Qué “viento”, qué “aire”
muchas lenguas (“partos, medos, elamitas…”); pero, al de- sopla en nuestra vida?
jarse llevar por el Espíritu, forman el nuevo pueblo unido.
Aquí la diversidad no es un obstáculo, sino una riqueza. Una comunidad, que, movida por el Espíritu,
proclama con toda coherencia que “Jesús es Señor” (Rom 10, 9). Lo que aquellos cristianos enten-
dían en sentido exclusivo “el único” Señor (I Cor. 8, 6). Ellos, movidos por el Espíritu, llevan este con-
vencimiento suyo hasta sus últimas consecuencias. ¿Y nosotros?
José Moreno Losada

ORACIÓN UNIVERSAL

En este domingo de Pentecostés queremos sentirnos como aquel grupo de apóstoles, marcados para
siempre por la luz y la fuerza del Espíritu y llenos de palabras de vida y de semillas de esperanza. Oremos:

VEN ESPÍRITU SANTO


Y ENTRA HASTA EL FONDO DE NUESTRO CORAZÓN

• Por la Iglesia, para que el Espíritu llene los corazones de sus fieles, y encienda en ellos la llama de
su amor, roguemos al Espíritu del Señor. Oremos:
• Por la sociedad: para que sepamos discernir en ella los signos y presencias del Espíritu y así culti-
vemos y defendamos la verdadera libertad, roguemos al Espíritu del Señor. Oremos:
• Por todas las asociaciones y organizaciones que trabajan por hacer posible un mundo mejor: para que
el Espíritu les ilumine y les dé lucidez, fortaleza y perseverancia, roguemos al Espíritu del Señor. Oremos:
• Por todas las víctimas de cualquier tipo de persecución, opresión, violencia e injusticia, para que
el Espíritu impulse siempre personas por las que se sientan consoladas, acompañadas y defendidas,
roguemos al Espíritu del Señor. Oremos:

293
Homilética PENTECOSTÉS

• Por todos nosotros, para que sepamos escuchar al Espíritu y dejarnos llevar por Él para ser testigos
y transmisores del mensaje del Evangelio, roguemos al Espíritu del Señor. Oremos:

Padre, te invocamos y te presentamos nuestras peticiones con la confianza que nos da el Espíritu
Santo. Que ese mismo Espíritu del Señor nos ayude a recorrer el Camino, a proclamar la Verdad y a
promover la Vida. Por el mismo Jesucristo nuestro Señor. Amén.

RECURSOS
Evangelii Gaudium: El todo es superior a la parte

“El modelo no es la esfera, que no es superior a las partes, donde cada punto es equidistante del centro
y no hay diferencias entre unos y otros. El modelo es el poliedro, que refleja la confluencia de todas las
parcialidades que en él conservan su originalidad. Tanto la acción pastoral como la acción política pro-
curan recoger en ese poliedro lo mejor de cada uno. Allí entran los pobres con su cultura, sus proyectos
y sus propias potencialidades. Aun las personas que puedan ser cuestionadas por sus errores, tienen
algo que aportar que no debe perderse. Es la conjunción de los pueblos que, en el orden universal,
conservan su propia peculiaridad; es la totalidad de las personas en una sociedad que busca un bien
común que verdaderamente incorpora a todos”. (236).

UN POEMA: “Pueblo”

Somos un pueblo, para atraer a todos a su casa


un pueblo nuevo, y hacer un solo pueblo
un pueblo en marcha. de toda la tierra.
Un día estaremos todos.
Somos tu pueblo santo, Señor.
Somos un pueblo mesiánico. Mientras llega ese día,
y llevamos a cuestas, como Abraham, llevamos en la entraña
la Tierra Prometida, sangre de hijos y hermanos.
oculta pero real, y gritamos:
imperfecta pero verdadera, «¡Toda mujer es mi hermana
poseída y a la vez añorada. y todo hombre, mi hermano!
Llevamos tus bienes mesiánicos, Señor. Los más hermanos son los pobres.
Nuestro hermano mayor es Jesús».
Somos el Pueblo de Dios,
un pueblo muy especial, Y seguimos caminando en la arena.
el pueblo que Dios se ha forjado para sí, Patxi Loidi

294
Homilética PENTECOSTÉS

LA MÚSICA
«LA HORA DEL ESPÍRITU»

«A nuestros corazones
la hora del Espíritu ha llegado,
la hora de los dones y del apostolado:
lenguas de fuego y viento huracanado.
Oh Espíritu, desciende,
orando está la Iglesia que te espera;
visítanos y enciende,
como la vez primera,
los corazones en la misma hoguera»
(B. Velado, Himno litúrgico)

Ambientación musical. «Ésta es la hora en que rompe el Espíritu...». CD Quiero creer (Ed. San Pablo).
La hora del Espíritu ha llegado a nuestros corazones. La fuerza del Señor nos invade. El Aliento de
vida transforma nuestro desierto en mil vergeles. Llama de amor viva: danos el lenguaje de la entrega,
danos el don de la comunicación y la humildad. Haznos comunidad de amor; haznos Iglesia abierta a
todos. Irrumpe con tu viento impetuoso en nuestras casas, proyectos e instituciones. ¡Asombrosa Pre-
sencia! que fermentas los mostos de amor y de esperanza, y nos abrazas uno a uno con tu presencia
nombrando nuestros nombres “tatuados en tus manos”.

Entrada: “Renueva entre nosotros, oh Señor” en el CD: ”Espíritu Santo, guíanos” (SP) “Envía, Señor, tu
Espíritu” MD 373; CLN 254; ”Oh Señor, envía tu Espíritu” de L. Deiss MD 372; CLN 252.

Canto del Gloria: CLN C 6.

Salmo responsorial: “Envía tu Espíritu, Señor, y repuebla...”.

Secuencia: Un buen declamador podía recitarnos, con unción, la secuencia; o bien escucharla, en gre-
goriano, procurando que la asamblea tenga el texto castellano mientras se canta.

Santo: CLN I 5 (C.Halffter).

295
Homilética PENTECOSTÉS

Embolismo: CLN M 3.

Rito de la paz: “La paz” de A. Alcalde en Paz a Vosotros (SP).

Comunión: “Hombres nuevos” MD 59; CLN 718; “Reúne, Señor, a tu Iglesia” MD 189. “Os dejo la paz”
CLN 752.

Como antífona final podemos cantar “Reina de los Apóstoles” en el CD María en los tiempos litúrgicos.
Y durante la salida del templo, como fin de las fiestas pascuales, sonará el Aleluya de G. F. Haëndel.

Antonio Alcalde Fernández

296
Homilética SANTÍSIMA TRINIDAD

Solemnidad de la Santísima Trinidad


31 de mayo de 2015

El Dios cristiano es el Dios del papa Francisco, el Padre de la paz, comprometida y activa, el Hijo de
la justicia, que toma partido por los empobrecidos, el Espíritu de la libertad tolerante, que acepta y
respeta las opciones de los demás. Javier Prat Cambra

297
Homilética SANTÍSIMA TRINIDAD

LA PALABRA
PRIMERA LECTURA: Dt 4,32-34. 39-40 SEGUNDA LECTURA: Rom 8,14-17

El libro del Deuteronomio debe ser leído con el El mecanismo de rehabilitación que Dios ha
trasfondo del exilio de Babilonia, verdadero punto ideado para el bien de la historia en la sangre de
de inflexión y arranque en la fe del pueblo de Is- Jesús y que libra de las grandes construcciones
rael. Todos los pueblos de la antigüedad tenían (pecado, Ley, muerte adámica) posibilita el llevar
sus dioses; cada pueblo presumía de que su dios una nueva vida, la vida según el Espíritu. Pablo cree
era más fuerte que el del vecino. El monoteísmo realmente que la opción cristiana es el camino de
israelita fue el resultado de una una nueva vida. La ruptura re-
larga y dolorosa experiencia. La ligiosa y, sobre todo, existencial
crisis del exilio, cuando Israel que el apóstol ha experimenta-
estuvo a punto de desaparecer do en su vida le lleva a la cer-
para siempre como pueblo, le teza de que el estilo de vida del
sirvió de acicate y de renovación teológica. Dios cristiano es, en realidad, un camino de vida nuevo.
no le había abandonado, sino que era el pueblo El presente texto quiere describir el horizonte
quien se había obstinado en dar repetidamente de tal estilo de vida, el de quienes “se dejan llevar
la espalda a Dios. No hay muchos dioses, sino un por el Espíritu de Dios”. Esos tales han orientado
«único Dios», que es el «creador» del hombre; que su vida al logro de la filiación porque “son hijos de
habla cara a cara con su pueblo; que le ha prote- Dios”. Es decir, el logro de una vida nueva tiene
gido y liberado de sus enemigos. ¿Qué pide Dios a su arranque en el corazón mismo del Padre, en
cambio? Dios quiere que el creyente no tenga un su Espíritu. El logro de la filiación no es, pues, un
corazón dividido; que le «reconozca» como único mero empeño humano sino, sobre todo, una obra
Dios; que a él sólo le sirva y le ame; y que, como del amor de Dios sobre la historia. Esta fontalidad
prueba de este amor, cumpla sus mandamientos. espiritual es decisiva a la hora de comprender la
Dos detalles importantes a tener en cuenta: los posibilidad de un nuevo modo de vida.
mandamientos son «para que seas feliz tú y tus El nuevo estilo de vida es el de la filiación.
hijos»; Dios no quiere amargar la vida a nadie. Se- Cuando Pablo dice que somos “hijos adoptivos…
gundo, «para que prolongues tus días en la «tie- que pueden gritar ¡Abbá!” está poniendo el acento
rra» que Dios te va a dar. Es un error hablar de no en la diferencia hijos adoptivos-hijos naturales,
«suelo», pues uno de los temas en que insiste el sino en la semejanza. El hijo adoptado y el “na-
Deuteronomio es la prome- tural”, Jesús, dan el mismo grito porque ambos
sa y posesión de la «tierra» están en el mismo nivel, en el de la filiación. Este
(Tierra prometida), unida a argumento de la semejanza es la base de la vida
la alianza. Si el pueblo cum- nueva: la conciencia de que se es hijo, de que al
En este día en que celebra-
ple los mandamientos de la ser creada se le otorga a la persona la posibilidad
mos la Trinidad, enséña-
nos, Padre, a comprender
alianza, permanecerá en la de vivir en la vida nueva de los hijos (Jn 1,12). Es-
cómo eres un solo Dios sin «tierra»; de lo contrario la tamos en la hondura del ser cristiano.
ser un dios solitario. perderá. Esto es en lo que están concordes el Espíritu,
Pedro Fraile Yécora el anhelo de Dios, y nuestro espíritu, nuestro pro-

298
Homilética SANTÍSIMA TRINIDAD

pio anhelo. La nueva vida de la filiación hace que resurrección, ha recibido


el Espíritu de Dios, espíritu de amor, se plenifique todo el Señorío del Padre.
y logra que nuestro espíritu humano llegue a un Sus palabras revelan el
horizonte impensado, el estilo nuevo en libertad misterio de su persona: Padre: de la misma ma-

y en amor. La filiación trae beneficios para todos. el que obedeció hasta las nera que transformas el
pan y el vino en alimento
La prueba de que la filiación es real consiste, últimas consecuencias en
de vida, transforma nues-
dice Pablo, en que el creyente hereda como Jesús. fidelidad a la misión reci-
tro corazón para que sea
En tiempos en que no heredaba sino el primogéni- bida del Padre, es quien
siempre un corazón de
to, se viene a decir, en el lenguaje de la paradoja, ahora goza de «toda fuer-
hermano.
que todos heredamos, que todos somos “primo- za/poder sobre el cielo y
génitos” como Jesús. Los beneficios de la filiación la tierra». Dios legitima y
nos afectan profundamente y nuestra vida puede valida la enseñanza y actuación de Jesús, hacién-
aspirar a la dicha plena, a los bienes duraderos, al dole Señor-vencedor sobre toda la creación.
amor sin sombras. Es importante notar el carácter solemne de las
El sufrimiento con él, con palabras de Jesús. En apenas
Jesús, las pruebas que no se le tres versículos utiliza cuatro ve-
van a ahorrar al cristiano en su ces el término “todo/a”: «todo po-
nuevo estilo de vida, son tam- der – todos los pueblos – todas
bién puerta para la herencia, las cosas – todos los días». El ca-
como ha ocurrido en el caso de rácter de sus palabras es absolu-
Cristo que ha tenido que encajar to y abarca la totalidad. Tanto su
las debilidades del hecho histórico. De esa mane- encargo como su promesa son definitivos: el poder-
ra, las dificultades adquieren un horizonte distin- autoridad recibido es el fundamento del mandato y
to: ya no son meramente situaciones humillantes, garantía de su presencia en medio de ellos.
sino que en su interior se halla el brillo oscuro de El encargo que reciben los Once recuerda el
lo pobre, pero brillo al fin y al cabo. envío misionero. Es necesario salir, ponerse en
Fidel Aizpurúa Donázar camino, ir de un lugar a otro. El imperativo, «ha-
ced discípulos», domina el mandato recibido. No
EVANGELIO: Mt 28, 16-20 se tata, en este momento, de predicar ni anunciar
el evangelio. Su misión es construir el nuevo pue-
El encuentro de Jesús con los Once en el blo de Dios, un pueblo de discípulos que acogen
monte de Galilea cierra el evangelio de Mateo. la enseñanza del Maestro, y la ponen en práctica.
La narración no describe, propiamente, una apa- El alcance de esta tarea es universal: «todas
rición del Resucitado. El interés se centra en la las naciones» son destinatarias del encargo reci-
declaración de Jesús, el encargo que hará a los bido. La apertura universal de la enseñanza de
discípulos. La afirmación final del texto cierra la Jesús se hace ya definitiva. Abarca tanto a los ju-
“gran inclusión” del evangelio, que comenzó con díos, destinatarios de la primera alianza, como a
el anuncio del nacimiento del “Emmanuel, Dios todo el mundo “pagano”.
con nosotros”, y concluye con la promesa de Je- «Bautizar y enseñar» dependen del imperativo
sús: «estaré con vosotros todos los días…». «haced discípulos». Son dos verbos que explican
El texto se presenta como una especie de “tes- el sentido del verbo principal. El bautismo al que
tamento del resucitado”. Él ha sido exaltado tras la se refiere no se debe entender en el sentido que

299
Homilética SANTÍSIMA TRINIDAD

tiene actualmente en la “cumplimiento”. Es una invitación a la praxis, a vi-


Iglesia. Más que como vir como Jesús vivió; es decir, cumplir la voluntad
“rito de iniciación”, se del Padre, en obras y palabras.
Unidos a Jesús resucitado,
entiende como “signo de La declaración final del evangelio es la garan-
te pedimos, Padre nues-
pertenencia a la comuni- tía de que todo lo que Jesús ha prometido se reali-
tro, que tu Espíritu habite
dad cristiana”. Los bauti- zará. Su presencia constante, definitiva, recuerda
en nuestros corazones
para que vivamos unidos
zados son el grupo de los al “Dios que está” junto al pueblo, en todo mo-
del mismo modo como que tratan de vivir como mento, y al mismo Jesús que ha estado al lado
tú vives en la unidad y la discípulos, obedientes a de los suyos. Jesús se compromete a no olvidarse
comunión de Padre, Hijo y la voluntad del Padre. de los suyos, a acompañar el caminar, no siempre
Espíritu. La segunda aclara- fácil de la Iglesia. Esta presencia permanente se
ción, «enseñando a guar- desvela en otras palabras: «Estaré con vosotros
dar todo», dirige la mirada a la vida terrena de todos los días hasta el fin de los tiempos»… por-
Jesús, sus obras y palabras, manifestación de su que «cuando hicisteis estas cosas a los peque-
mesianismo. Él es el único y definitivo Maestro del ños… a mí me lo hicisteis» (cfr. Mt 25,31ss).
que aprender. «Guardar las enseñanzas» no tiene
un sentido de “conservación”, sino más bien de Óscar de la Fuente

HOMILÍA
Un Dios solo, pero no solitario

Desde la sociología se afirma que somos desde los demás en un tanto por ciento muy elevado
de nuestro ser personal. No podemos ser sin los otros. Y esto no es una debilidad sino un signo de la
riqueza de nuestro ser social y comunitario. Por eso nos entendemos divinamente cuando miramos
a Dios en su trinidad.
Es cierto que creemos en un solo Dios, pero no Creemos en un solo Dios,
en un Dios solitario. Él se nos ha manifestado en la his- pero no en un Dios solitario
toria de la salvación como Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Su quehacer nos ha mostrado su esencia amorosa y relacional, que ha sido expresada y derramada en
la comunión con todos nosotros. Por eso nos sentimos Hijos del Padre en el Hijo, hermanos en Cristo,
y parte de ese amor trinitario en el que nos adentra la acción del Espíritu. Ahí enraíza nuestra Iglesia
llamada a la comunión y a ser sacramento de unidad de los hombres entre sí y de éstos con Dios.
Creemos nuestro credo cuando, a imagen
Creemos nuestro credo
de nuestro Dios trinitario, creamos la comuni-
cuando creamos la comunidad
dad universal fundada en la fraternidad de una
universal fundada en la fraternidad.
sangre que nos habla de la alianza nueva y eter-
na. Toda la creación y, con ella, toda la humanidad, estamos llamados a explotar en el corazón trini-
tario y amoroso de lo Divino. Celebrar la Trinidad es celebrar nuestra comunión y nuestro horizonte
amoroso y divino, el que se nos ha manifestado en la historia de la salvación:

300
Homilética SANTÍSIMA TRINIDAD

- Gratuitamente escogió a un pueblo de entre el Celebrar la Trinidad


resto de los pueblos (I lectura) es celebrar nuestra comunión
- En su Hijo nos ha hecho hijos suyos (II lectura)
- Y cuyo Espíritu nos acompaña en nuestro caminar por la vida (Evangelio)

Es en esta experiencia de revelación salvífica de Dios donde Él se nos ha manifestado como


uno y trino, como único y comunitario. La palabra de Dios proclamada hoy nos ayuda a entrar esa
contemplación:

Creemos en un Dios Único (I lectura)


- Un Dios celoso
- Que no acepta la presencia de otros dioses
- Pues él es el único que nos ha salvado

Es, pues, un Dios que nos invita a


- No crear otros dioses
- Hacernos presentes en la historia salvando, liberando

Creemos en un Dios Comunidad (Evangelio)


- “Un Dios solo, pero no solitario”1, como
dijeron nuestros antepasados en la fe
- Un Dios que es “amor compartido”
- Y cuyo “amor compartido” se ha derramado
en nosotros

Es, pues, un Dios que nos invita a


- Construir la fraternidad
- Compartiendo con los demás nuestra vida

Creemos en un Dios Apertura-Acogida (II lectura)


- En su Hijo nos ha hecho-acogido (como)
hijos
- Por puro amor, gratuitamente, hacia no-
sotros
- Para que salgamos de toda esclavitud

Es, pues, un Dios que nos invita a
- Acoger gratuitamente a todos
- Ser espacio de encuentro para todos
- En especial para todos los que no se sienten acogidos
José Moreno Losada

1.- VI Concilio de Toledo, q. 638 (DS 490)

301
Homilética SANTÍSIMA TRINIDAD

ORACIÓN UNIVERSAL

Llamados a ser imagen del Dios comunidad y conscientes de que sólo con su ayuda podemos restau-
rar la imagen desfigurada que ofrecemos, le pedimos:

AYÚDANOS, SEÑOR

• Pedimos por la Iglesia universal, para que sus comunidades sean alegres y servidoras y ofrezcan al
mundo el testimonio limpio de familia de los hijos de Dios. Oremos.
• Por los representantes de las religiones, para que el Espíritu de Dios que sopla donde quiere les
guíe al encuentro y la colaboración mutua en el servicio a todo lo humano. Oremos.
• Por los que se encuentran alejados de Dios, para que la gracia del Señor y el testimonio de los cre-
yentes les ayuden a encontrar la luz que necesitan para abrirse al Espíritu de Dios. Oremos.
• Por cuantos son excluidos del cuerpo social, para que su clamor desde los márgenes sea la llamada
que movilice la responsabilidad de los cristianos y descubran la fuente del amor que es Dios. Oremos.
• Por los cristianos y cristianas que han seguido la vocación a la vida contemplativa, para que su oración
y estilo de vida sean testimonio de las relaciones gratuitas con el Señor de la vida y fecunden al mundo
de gratuidad. Oremos.
• Por cuantos hemos sido bautizados en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo, para que
no invoquemos el nombre de Dios en vano, sino que acojamos al Dios vivo y a Él sólo adoremos en
espíritu y en verdad. Oremos.

Que tu bondad, oh Dios Padre, ilumine nuestra vida; que la Palabra de tu Hijo brille en nuestras pa-
labras y en nuestras acciones; y que el amor y el fuego de tu Espíritu nos haga crecer cada día en el
amor y en la fe.

RECURSOS
Evangelii Gaudium: Comunión en las diferencias

“De este modo, se hace posible desarrollar una comunión en las diferencias, que sólo pueden facilitar
esas grandes personas que se animan a ir más allá de la superficie conflictiva y miran a los demás en su
dignidad más profunda. Por eso hace falta postular un principio que es indispensable para construir la
amistad social: la unidad es superior al conflicto. La solidaridad, entendida en su sentido más hondo
y desafiante, se convierte así en un modo de hacer la historia, en un ámbito viviente donde los conflic-
tos, las tensiones y los opuestos pueden alcanzar una unidad pluriforme que engendra nueva vida. No
es apostar por un sincretismo ni por la absorción de uno en el otro, sino por la resolución en un plano
superior que conserva en sí las virtualidades valiosas de las polaridades en pugna”. (228).

302
Homilética SANTÍSIMA TRINIDAD

UN POEMA: ¡Qué hermosa es tu casa! Casa universal: cada uno


con su creencia y sus dudas,
¡Qué hermosa es la Comunión que queremos: con sus ideas y sus vivencias,
en la casa de la Fraternidad! con su pecado y sus esperanzas
En comunión con los que no creen igual, y con su buena voluntad.
con los que no celebran igual, ¡Qué hermosura de Unidad!
con los que no piensan igual.
Entre los que buscamos ¡Qué hermosa es la Iglesia que queremos:
un mismo sentir fundamental. casa siempre abierta de puertas
y ventanales transparentes,
Una comunión que no se rompa soleados, aireados!
por las tensiones, sino que las asuma. Hogar de los que buscan,
Una comunión que no se quiebre familia de familias,
por las divergencias, sino que las haga converger. comunidad de comunidades,
Una comunión que no encubra iglesia de iglesias.
las discordias, sino que las afronte y supere. ¡Qué hermosura de Iglesia!
¡Qué hermosura de Comunión!
¡Qué hermosa es la Comunidad que queremos:
[Qué hermosa es la Unidad que queremos: residencia de Dios en la tierra,
una Iglesia plural en una Casa Común! presencia de Dios en el barrio,
Donde cada creyente tenga su palabra, lugar de comunión eclesial,
su carisma y su compromiso; espacio de encuentro comunitario!
el teólogo, su aclaración; Casa siempre en construcción,
el profeta, su denuncia. siempre reformándose,
y cada comunidad, su estilo, según los planos del Maestro de obras.
su expresión de la fe. ¡Qué hermosura de Comunidad!
Joaquín Suárez

LA MÚSICA
«EL SEÑOR ES EL ÚNICO DIOS »

«Y lo que creemos de tu gloria,


porque tú lo revelaste,
lo afirmamos también de tu Hijo,
y también del espíritu Santo,
sin diferencia ni distinción.
De modo que, al proclamar nuestra fe
en la verdadera y eterna Divinidad,
adoramos tres Personas distintas,
de única naturaleza
e iguales en su dignidad».
(Prefacio propio).

303
Homilética SANTÍSIMA TRINIDAD

Ambientación musical: “El alzar de mis manos”. Momentos de Paz-13.

El misterio de la Santísima Trinidad es la síntesis de la fe cristiana. Creer en la Trinidad no es cues-


tión de altos razonamientos teológicos sino de vivir la fe profundamente y experimentar personalmente
que Dios nos ama, que está cercano a nosotros, aunque nosotros nos alejemos de Él; un Dios al que
podemos llamar “Padre” porque nos ha hecho hijos adoptivos, aunque nosotros no nos reconozcamos
-muchas veces- hermanos unos de otros. Él es el único Dios, allá arriba en el cielo, y aquí abajo en la
tierra. ¡No hay otro!

Canto de entrada: “Un solo Señor” CMD 5-1; CLN 708; “Alabaré” CLN 612.

Salmo responsorial: ”Dichoso el pueblo que el Señor se escogió como heredad”.

Aclamación al Evangelio: “Aleluya. Amén”. CD Un solo Señor (Pax).

Presentación de ofrendas: “Este pan y vino” CLN H 4.

Santo: CLN I 7

Aclamación al Memorial: CLN J 2.

Doxología de la Plegaria Eucarística: “Amén” (C. Gabaráin) CLN K 10.

Fracción del Pan: “Cordero de Dios” CLN N 3 (M. Manzano).

Comunión: “Comiendo del mismo pan” MD 180; CLN O 27. “Acerquémonos todos al altar” CLN O 24;
MD 170; “Canta mi alma tu grandeza” MD 187; CLN O 34. Como antífona final cantamos “Anunciando
tu venida” CLN 614; o bien, “Cristo, luz de los pueblos”.

Antonio Alcalde Fernández

304
Homilética CORPUS CHRISTI

Solemnidad del Santísimo Cuerpo


y Sangre de Cristo
7 de junio de 2015

Quienes comparten el pan de la eucaristía deben compartir el pan de la mesa, la mesa de los recur-
sos económicos y las oportunidades de llegar hasta ellos.
Javier Prat Cambra

305
Homilética CORPUS CHRISTI

LA PALABRA
PRIMERA LECTURA: Éx 24,3-8 SEGUNDA LECTURA: Heb 9,11-15

El Sinaí es el centro literario y teológico de la El sacerdocio existencial de Jesús, su vida


marcha del pueblo por el desierto y, por extensión, ofrecida y transformada, lo sitúa en parámetros
es la referencia del judaísmo posterior. En él se totalmente distintos a los del sacerdocio de cual-
proclama la «alianza de Dios con su pueblo». Nos quier religión. Éstos son, con frecuencia, inefica-
movemos en un anticipo literario ces y estériles por su inevitable
de lo que más adelante se cum- formalismo. Y en lugar de con-
plirá en el Templo de Jerusalén, tribuir a la transformación de la
donde se sacrificarán animales en persona, crean una religiosidad
el altar del Templo. Es de destacar sociológica que no llega a dar sen-
en este texto que Moisés «pone tido al camino humano. Es la suya
por escrito» las palabras de Dios, una utilidad manifiesta porque, en
y que más tarde «lee en voz alta», el fondo, trata a la persona como
el «documento de la alianza»; notas curiosas que si fuera un menor, alguien que no puede salir ade-
proponen a Moisés como redactor, pero claramen- lante por sí mismo. Justo el camino contrario es el
te anacrónicas en la historia del texto y en la tra- del sacerdocio existencial de Cristo: toca el fondo
vesía del desierto. Sin embargo, lo que más nos de la realidad para transformarla en adulta y para
interesa aquí es la renovación de la alianza por que pueda ser la vida toda el ámbito de la ofrenda
medio de la sangre. La sangre es de animales, no a Dios.
de los presentes; hay una distancia entre el que El sacerdocio de Cristo tiene dos rasgos defini-
ofrece y la víctima ofrecida (sangre ajena y exter- torios: hace referencia a “bienes definitivos” y su
na). Parte de la sangre se derrama parte sobre el templo “no es de este mundo”. Es decir, apunta
altar, y parte sobre el pueblo (Dios y comunidad). a lo más definitivo de la persona, a la transfor-
La sangre, en aquella mentalidad, era portadora mación por amor. De tal manera que no hay que
de vida. Compartir la sangre es compartir la vida. andar con cultos cíclicos temporales, sino que lo
Asperjar la sangre sobre el pueblo implica a «todo construido en amor permanece. Pero, además, al
el pueblo». La Biblia se lee no ser de este mundo, se quiere decir no que no
como una sola Palabra de toque a la historia, sino que no funciona con los
Dios; es una sola Alianza intereses egoístas de este mundo, sino que se
en dos Testamentos. La realiza en la generosidad y amor de los plantea-
Al celebrar hoy la Euca-
«sangre» como renovación mientos del Evangelio. En definitiva, el sacerdocio
ristía como Cuerpo real y
de la alianza, una alianza de Jesús hace referencia al amor. Sin él, no es
presente de Cristo resuci-
precaria e insuficiente, posible.
tado, ayúdanos, Padre a
prepara, apunta y anticipa Por eso no usa las técnicas sacrificiales de
vivir en profundidad esta
Alianza de amistad que tú la nueva alianza que para siempre (la sangre de machos cabríos con los que
has hecho con nosotros. Y los cristianos, tendrá cum- se hacían los ritos del perdón), sino que la historia
que nunca la rompamos. plimiento en Jesucristo. pobre de Jesús, su sangre derramada por amor,
Pedro Fraile Yécora es el signo de alianza de su nuevo sacerdocio.

306
Homilética CORPUS CHRISTI

Eso es lo que puede lograr la “liberación eterna”, EVANGELIO: Mc 14, 12-16. 22-26
la total liberación, esa que no consiguen los ritos
cíclicos, siempre sujetos a repetición. Los relatos de la Pasión se abren con la cena
La buena voluntad de los sacrificios rituales pascual de Jesús con los discípulos. El ambiente
es también algo de un cierto valor porque desvela en que se desarrollan los acontecimientos es el
el anhelo humano de conectar con la divinidad. de la fiesta de Pascua; las indicaciones tempora-
Pero se queda tan corto en su sueño que prácti- les y espaciales dan unidad al relato y un carácter
camente resulta inservible. Sin embargo, la vida narrativo especial.
ofrecida de Jesús, su entrega total sellada con su Era costumbre que durante las fiestas de la
sangre, logra el viejo anhelo inscrito en los cora- Pascua, los habitantes de Jerusalén ofrecieran
zones creyentes de llegar al ámbito de lo divino. a los peregrinos que subían a la ciudad habita-
Ese pobre sacerdocio existencial ligado al amor es ciones o locales en las casas, donde celebrar la
el que logra lo que el boato cena. A esta costumbre se
de los grandes ritos no ha refiriere la primera parte de
conseguido nunca. este pasaje. Los discípulos
Y eso que consigue es piden indicaciones a Jesús
“purificar nuestra concien- sobre dónde comer la Pas-
cia de las obras muertas, llevándonos al culto de cua. Su respuesta recuerda la entrada en Jerusa-
Dios vivo”. O sea: el sacerdocio de Cristo aligera lén, si bien con un sentido diverso.
cualquier peso de conciencia por lo que abre un Jesús domina la escena. Los imperativos con
camino de liberación y de respiro que da una pers- que se dirige a los discípulos lo ponen de mani-
pectiva nueva sobre la vida. Y, además, convier- fiesto: «id a la ciudad», «seguid a aquel hombre»
te el simple vivir en el culto que Dios realmente y «preparad la cena». Es plenamente consciente
quiere, la vida ofrecida en amor a los demás. En de lo que va a suceder y lo asume con total liber-
verdad estamos hablando de “otro” sacerdocio. tad. Quiere dar sentido a la voluntad de Dios que
El viejo sueño de la alianza que ha acompaña- se realizará en la entrega en la cruz. No se trata
do el iter histórico de Israel cobra un impulso y un de cumplir un ritual ordinario (preparar la cena),
marco definitivos en el sacerdocio existencial de sino de preparar al discípulo para que entienda
Jesús. De tal manera que la promesa tras la que y acoja el futuro que le espera si camina detrás
anda la alianza se hace una realidad lograda. No del Maestro.
podría la vieja espirituali- Tras los preparativos tiene lugar la cena. El re-
dad de Israel haber soña- lato es sobrio; va a lo esencial, lo que subraya un
do un camino como éste. carácter litúrgico. Las primeras comunidades lo
No podemos partir y co- La corporalidad entregada utilizaban, probablemente, en sus celebraciones-
mer juntos el pan de la Eu-
de Jesús, su vida ofrecida, memorial de la entrega de Jesús.
caristía sin hacernos soli-
es la que abre las puertas Los gestos y palabras sobre el pan recuerdan
darios de todos los que, en
a una etapa nueva y distin- los relatos de la multiplicación de los panes (Mc
nuestra tierra, se sienten
ta sin las frustraciones de 6 y 8). Mientras en aquellos el alimento fue el
excluidos y viven la vida
los mecanismos religiosos pan, ahora es el propio Jesús quien se entrega
como amenaza. El pan de
la Eucaristía es promesa y con el ánimo nuevo del como auténtico y definitivo alimento. Se utiliza
de un mundo nuevo que a Evangelio. el binomio “cuerpo – sangre”, en lugar de “carne
todos nos compromete. Fidel Aizpurúa Donázar – sangre”, quizá más lógico. Hablar de “cuerpo”

307
Homilética CORPUS CHRISTI

equivale a referirse a “la totalidad de la persona” de Dios está vinculada a la sangre derramada del
de Jesús. El mandato de “comer la persona de Je- Hijo unigénito.
sús” es la invitación a entrar en comunión total Por otro lado, derramar la sangre dispone al
con Él, pan partido y repartido. No de forma sim- discípulo para entender el significado de la cruz. La
bólica, sino en total y absoluta comunión de vida. entrega de la vida hasta el extremo es la señal de
El primer gesto se completa con el paralelo la salvación definitiva realizada por Dios. Entrar en
sobre la copa de vino. Jesús la refiere a su pro- comunión con Jesús (comer su cuerpo y beber su
pia sangre. Por un lado, sangre) significa formar parte del nuevo pueblo de
recuerda la alianza de Dios la alianza y acoger el propio destino de Jesús.
con el pueblo en el desier- Las palabras sobre la copa se amplían con un
to. Por medio de la sangre dicho de carácter profético y de contenido escatoló-
Te damos gracias, Padre,
de los novillos sacrificados gico. La vida de Jesús y la comunión definitiva con
porque nos has enseñado
dónde y cómo podemos y
se estableció una alianza Él se abren a un futuro de esperanza. La muerte
debemos celebrar la Euca- de fidelidad, signo de la inminente no será el final, sino que está llamada a
ristía: en la vida y la lucha liberación efectuada por una nueva realidad en plenitud, que será regalada
por la justicia. Que éste Dios. Ahora, Jesús es el también a toda la humanidad. La entrega de Jesús
sea siempre para noso- signo de la nueva alianza en la cruz es signo de la liberación definitiva, de la
tros el lugar donde partir que Dios sella con toda la nueva alianza de Dios con su pueblo.
el pan con los hermanos. humanidad. La salvación Óscar de la Fuente

HOMILÍA
EUCARISTÍA: ALIANZA EN LA VIDA

La Eucaristía es el sacramento central de nuestra vida. Esta sentencia la hemos escuchado


miles de veces de maneras y formas diversas. También hemos escuchado y dicho, otras tanta veces,
que la Eucaristía es pesada, aburrida, formal… ¿Cómo enlazar ambas experiencias que son tan reales
como contradictorias? Habitualmente proponemos dos caminos diferentes para tratar de solucionar
estas contradicciones. Unas veces profundizamos en el sabor teologal de la Eucaristía. Su trascen-
dencia, espiritualidad, misterio. Otras, sin embargo, nos empeñamos en cuidar la celebración para
hacerla más próxima, participada, expresiva y estética. Ambos caminos son necesarios y debemos
seguir profundizando en ellos. Pero donde la Eucaristía se muestra en su mayor radicalidad y profun-
didad es cuando se convierte en una “Alianza en la vida”. En esta Alianza, la Eucaristía muestra su
aroma trascendente y su fragancia vital y comunitaria. Cuando celebramos la presencia del Misterio
encarnado en medio de la vida.

Eucaristía como promesa

El cristianismo es una promesa de Dios a su pueblo que se sella con la alianza del amor. La
Eucaristía es la rememoración de esa nueva alianza del Amor. Por eso, la Eucaristía es promesa de

308
Homilética CORPUS CHRISTI

un mundo nuevo sostenido en el Amor. Pero, ¿cómo vivir


La Eucaristía es promesa
en estos tiempos la promesa en el Amor? Para muchos
de un mundo nuevo
hermanos y hermanas nuestros la vida más que una pro-
sostenido en el Amor.
mesa es una “amenaza”. Para nuestros jóvenes, el futuro
es una amenaza; para muchos pueblos del mundo el presente significa inseguridad; para los pobres
y excluidos, la vida es puro riesgo; para tantas personas enfermas del alma, la existencia se expresa
a golpe de soledades.
En este contexto, la Eucaristía se alza como promesa de un mundo nuevo que nos hace compro-
meternos con el mundo y exclamar como el pueblo, en la primera lectura, “haremos todo lo que ha
dicho el Señor y le obedeceremos”.

Eucaristía como compromiso

¿Y qué nos dice el Señor? Que nos hagamos, como Cristo, “sacrificio” para redimir a nuestros her-
manos y hermanas, para ofrecer al mundo la liberación. Dios no nos pide sangre de corderos, ni rituales
vacíos para adorar a dioses muertos. Dios nos dice que nos hagamos, como Cristo, pan partido para
alimento del mundo. Resuena el mandato evangélico “dadles vosotros de comer” (Mc 6, 37) en la vida
y para la vida. No caben elucubraciones, no son posibles interpretaciones espiritualistas y evasivas. La
Eucaristía nos ratifica en el compromiso con los
Dios nos dice que nos hagamos
más pobres y excluidos. Para hacernos carne y
pan partido para alimento del mundo.
sangre con nuestros prójimos.

Eucaristía como encarnación


En el evangelio hay una pregunta que a veces pasa desapercibida. ¿Cuál es la habitación donde
voy a comer la Pascua con mis discípulos? Más allá de la descripción que el texto explicita, es im-
portante hacerse la pregunta sobre ¿dónde estamos dispuestos a comer la Pascua? La pregunta se
gira en interrogante existencial sobre nuestras presencias y ausencias. Porque el lugar de la Pascua,
donde el pan y el vino se hacen carne y sangre, nos sitúan en la vida y la lucha por la justicia. “Ama
y vive la justicia” es el lema que Cáritas tiene en su Campaña Institucional y que sitúa la “habitación
para comer la Pascua” en el centro de la vida: la celebración del Amor y la lucha por la justicia que
son la misma Eucaristía, que es alianza en la vida.
Sebastián Mora Rosado

309
Homilética CORPUS CHRISTI

ORACIÓN UNIVERSAL

La presencia sacramental de Cristo entre nosotros aumenta nuestros deseos de un mundo justo y
solidario. Por eso, Padre, queremos que escuches la voz de tu pueblo:

• Que los que dirigen la Iglesia sean los primeros en acercar la mesa del pan y del vino de Jesucristo
a los más alejados.
• Que los que tienen responsabilidades políticas y económicas en el mundo favorezcan con sus de-
cisiones a los más empobrecidos.
• Que los que sufren enfermedad y marginación encuentren alivio en los que comulgamos el cuerpo
y la sangre de Cristo.
• Que la comunidad celebre la eucaristía como punto de partida para salir al encuentro de los más
necesitados.
• Que cada uno de nosotros comulgue con Cristo sabiendo que comulgamos con los demás.

Jesucristo, entregado en cuerpo y sangre, ayúdanos a reconocer que estás en cada uno de los más
pequeños de la sociedad en la que vivimos. Amén.

RECURSOS
Evangelii Gaudium: No a una economía de la exclusión

<<Así como el mandamiento de “no matar” pone un límite claro para


asegurar el valor de la vida humana, hoy tenemos que decir “no a
una economía de la exclusión y la inequidad”. Esa economía mata.
No puede ser que no sea noticia que muere de frío un anciano en
situación de calle y que sí lo sea una caída de dos puntos en la bolsa.
Eso es exclusión. No se puede tolerar más que se tire comida cuando
hay gente que pasa hambre. Eso es inequidad. Hoy todo entra dentro
del juego de la competitividad y de la ley del más fuerte, donde el
poderoso se come al más débil. Como consecuencia de esta situa-
ción, grandes masas de la población se ven excluidas y marginadas:
sin trabajo, sin horizontes, sin salida. Se considera al ser humano
en sí mismo como un bien de consumo, que se puede usar y luego
tirar. Hemos dado inicio a la cultura del “descarte” que, además, se
promueve. Ya no se trata simplemente del fenómeno de la explotación y de la opresión, sino de algo
nuevo: con la exclusión queda afectada en su misma raíz la pertenencia a la sociedad en la que se vive,
pues ya no se está en ella abajo, en la periferia, o sin poder, sino que se está fuera. Los excluidos no son
“explotados” sino desechos, “sobrantes”.>> (53)

310
Homilética CORPUS CHRISTI

UN POEMA: Grandes ideales

Ahora que nadie cree en los grandes ideales,


nosotros afirmamos
que hay un ideal eterno,
que es la persona humana,
la mujer y el hombre.

Ahora que nadie cree en los grandes proyectos,


nosotros afirmamos
que hay un proyecto inextinguible,
que son los pobres.

Ahora que nadie cree en las grandes utopías,


nosotros afirmamos
que hay una utopía que no muere,
que es la solidaridad y la justicia.

Y porque así lo afirmamos y creemos,


estamos dispuestos a apostar por esos grandes ideales
y llevarlos a la práctica,
aunque nos quedemos solos.

Patxi Loidi

LA MÚSICA
«YO SOY EL PAN VIVO BAJADO DEL CIELO»

«Oh Dios, que en este sacramento admirable


nos dejaste el memorial de tu pasión,
te pedimos nos concedas venerar de tal modo
los sagrados misterios de tu cuerpo y de tu sangre,
que experimentemos constantemente en nosotros
el fruto de tu redención»
(Oración Colecta)

Ambientación musical: “Éste es el pan de los hijos” en Momentos de Paz-13.

Dios renueva su alianza de amor con su pueblo cada vez que éste se reúne a celebrar la Eucaristía,
Memorial del Señor. Nos entrega su Cuerpo y Sangre como alimento para el camino. Unámonos a Jesús
Sacramentado para compartir y ser solidarios con todos los hombres y demos a Dios el culto que Él

311
Homilética CORPUS CHRISTI

quiere: ser adoradores “en espíritu y en verdad”. Pidamos también que el Señor conceda a su Iglesia el
don de la paz y la unidad, significado en las ofrendas sacramentales que presentamos.

Canto de entrada: Nos sentimos pueblo convocado en el nombre del Señor para celebrar la Eucaristía
que es “sacrificio y banquete de su amor”. Cantamos: “Peregrinos de la paz” MD 52; o bien, “Alrededor
de tu mesa” MD 71; CLN A- 4; “Comiendo de un mismo pan” CLN O 27; MD 180.

Canto del Gloria: CLN C 1.

Salmo responsorial: “Alzaré la copa de la salvación, invocando el nombre del Señor”.

Santo: CLN I 2.

Aclamación al Memorial: CLN J 22

Fracción del pan: “Cordero de Dios” N 2, de Aragüés, al que es muy fácil adaptar diversos tropos para
esta fiesta.

Comunión: “Yo soy el pan de la vida” CD: Al Atardecer de la vida (SP); “Este es el pan de los hijos” MD
190; “Cristo te necesita para amar” MD 66; CLN 729; “Tú eres, Señor, el pan de vida” MD 163; CLN O
41; “Dice el Señor” en el CD Sacramento Permanente (SP).

Como canto final de la asamblea cantamos el Himno del C. E. Internacional de Sevilla: “Cristo, luz de los
pueblos”. CD: Sacramento Permanente (SP)

Conviene tener preparada una buena selección de cantos populares y de nuevas melodías litúrgicas para
aquellas ciudades o pueblos donde se haga la procesión del Corpus. Por ejemplo: Cantemos al amor de los
amores. Una espiga. Lauda Ierusalem. Beberemos la copa. Un mandamiento nuevo. Adoro devote. Cristo
te necesita para amar. Ubi Caritas. Oh buen Jesús. Altísimo, Señor. Quédate junto a nosotros. Alabado sea
el santísimo...etc. Si disponemos de una buena coral para interpretar polifonía en las estaciones podemos
sugerir, entre otros: “Quédate buen Jesús” (L.Iruarrízaga). “Pan divino y gracioso” (F. Guerrero). “Ave verum”
(Mozart). “Qué buen año es el del cielo” (F. Guerrero).”Panis angélicus” (C. Frank).

Antonio Alcalde Fernández

312
Homilética

Un nuevo canto para la comunión


en el Tiempo Pascual

313
Homilética

COMENTARIO
El Cuerpo y la Sangre de Cristo son manjar para un pueblo que está en camino. Ya podemos comer
al mismo Dios. Cristo no sólo nos da su mensaje de amor, sino que por amor se da a sí mismo como
alimento. El maná en el desierto prefigura el don de Cristo en la Eucaristía, entramos en comunión con
Él y con los hermanos. Cristo es el pan vivo bajado del cielo. Danos, Señor, siempre ese pan. Pan vivo
que nos da la vida.
Dios renueva su alianza de amor con su pueblo cada vez que éste se reúne a celebrar la Eucaristía,
Memorial del Señor. Nos entrega su Cuerpo y Sangre como alimento para el camino. Unámonos a Jesús
Sacramentado para compartir y ser solidarios con todos los hombres y demos a Dios el culto que Él
quiere: ser adoradores “en espíritu y en verdad”. Pidamos también que el Señor conceda a su Iglesia el
don de la paz y la unidad, significado en las ofrendas sacramentales que presentamos.
Nos sentimos pueblo convocado en el nombre del Señor para celebrar la Eucaristía que es “sacrifi-
cio y banquete de su amor”.

En medio del hondo silencio eucarístico, el canto nos evoca las palabras de Jesús sobre el Pan de vida,
tal como nos lo transmite Juan (6, 32.35.50-51; 10,14). “Danos, Señor, siempre ese Pan, Pan vivo que
nos da la vida” (Jn 6,34) (Durante la adoración, especialmente si es prolongada, con lecturas del evan-
gelio de S. Juan).

314
Homilética SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Solemnidad del Sagrado Corazón


de Jesús
12 de junio de 2015

El Corazón de Dios es el Corazón de JC, el corazón que fue traspasado en la cruz. Dios, el ingeniero
de la creación, piensa con el corazón de JC, el artesano que salvó el mundo. Javier Prat Cambra

315
Homilética SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

LA PALABRA
PRIMERA LECTURA: Os 11,1. 3-4. 8c-9 SEGUNDA LECTURA: Ef 3, 8-12. 14-19

Oseas es profeta del Reino del Norte (Israel) El designio del corazón del Padre, el secreto
en el siglo VIII. Es testigo de las guerras civiles que alberga la intimidad de Dios es la unificación
con el reino del Sur (Judá) y también de la cruel- del universo, la gran reconciliación. Para ello, el
dad que usan los asirios, señores de la región Mesías es el ejecutor de ese designio de unidad
en aquel momento. Efraín es otro nombre para creando la humanidad nueva. Es, para el autor,
llamar a Israel (es una de las dos una humanidad igualitaria, en la
tribus que componen la «Casa de que paganos y judíos, toda perso-
José»: Efraín y Manasés). Históri- na, tiene acceso a la herencia pro-
camente es un texto interesante metida, a la alianza que el antiguo
porque recuerda sus orígenes judaísmo consideraba que era pa-
egipcios (Efraín y Manasés, hi- trimonio exclusivo de Israel. Esas
jos de José, nacen en Egipto; el estrechas fronteras han saltado
pueblo de Israel sale de Egipto). por los aires cuando se ha desve-
Nos interesa más el mensaje teológico: Dios re- lado, por Jesús, la hermosa realidad de un Dios de
cuerda cómo ha tratado con cuidado exquisito y todos y para todos.
delicadeza a Israel/Efraín en su infancia. Le ha El autor se sabe enviado a anunciar a los
atraído hacia él, le ha dado de comer. Aparecen gentiles esta hermosa realidad de la herencia
dos versos únicos en paralelismo sinonímico: «se compartida, “la riqueza insondable que es Cris-
me revuelve el corazón, se me conmueven las to”. Y esto es así porque Cristo desvela el secreto
entrañas». Dios tiene «entrañas maternas» (tema designio de Dios en los modos sencillos de una
que desarrolla en el capítulo 2 de este mismo vida entregada. Desde ahí se ilumina el misterio
profeta). ¿De dónde proviene el tema de la «cóle- “escondido desde el principio de los siglos” pero
ra divina»? El libro de Oseas denuncia la idolatría que ha sido puesto de manifiesto en los tiempos
continua de su pueblo Israel/Efraín que le aban- nuevos del Evangelio. Se están desvelando los
dona para buscar el favor de los baales (dioses vericuetos del corazón amoroso del Padre en el
cananeos). Todo parecería esperar un castigo sin corazón entregado de Jesús.
remedio, pero Dios no actúa como los humanos, Esta es “la multiforme sabiduría de Dios”, los
sino que actúa confor- modos sublimes y profundos que el corazón de Dios
me a un corazón mise- tiene de relacionarse con la historia. Y esos modos
ricordioso. De nuevo un son los que nos hacen saber que “tenemos libre y
El corazón de Cristo es un paralelismo sinonímico. confiado acceso a Dios”, que la persona no está per-
corazón abierto que derra- Dios dice de él mismo: dida en el universo, que la soledad más compacta
ma amor sobre el univer- «soy Dios y no hombre; queda rota por el amor envolvente del Padre, que lo
so. Que sepamos, Padre, santo y no enemigo». La divino no está en un terreno inaccesible y que, por lo
acoger ese amor para ternura y la misericordia tanto, se puede mezclar al cotidiano caminar de las
aprender a amar.
tienen la última palabra. personas. “Sabiduría” de un corazón que acompaña
Pedro Fraile Yécora amoroso el itinerario de la historia.

316
Homilética SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Desde ahí se puede “doblar la rodilla...” para La primera escena es


pedir “los tesoros de su gloria”, los mismos bienes peculiar, de profunda car-
de Dios que pueden hacer que la persona halle la ga simbólica, y nada fácil
La Eucaristía es el centro
dicha del mismo corazón de Cristo. Estos tesoros de interpretar. Su carácter
de nuestra vida cristiana,
son: “robustecerse en lo profundo del ser…que simbólico ha dado lugar a
porque en ella se nos da
Cristo habite en el corazón…que el amor sea raíz multitud de comentarios y por entero Jesús resucita-
y cimiento”. Son realmente tesoros de alto precio lecturas exegéticas diver- do. Bendice, Padre, el pan
que contribuyen a que surja de ellos la persona, sas. Entre ellas destacan y el vino que te presen-
la comunidad y la humanidad nuevas. Estas cer- las interpretaciones alegó- tamos, para que nuestra
tezas espirituales vienen del corazón del Padre y ricas que realizaron los Pa- vida sea la respuesta a al
se instalan en el corazón de la persona. La vida de dres de la Iglesia. amor de Jesucristo por to-
Jesús es la que nos ha abierto a esta conciencia La dimensión histórica dos nosotros.

de amor, a este trasvase de corazones. del acontecimiento se pone


Así se “llegará a una plenitud” porque la senda de manifiesto a través de dos referencias. Los ju-
del amor es camino que tiende a plenitudes y no díos, principalmente sus dirigentes, estaban pre-
se queda a medio camino. De ahí que la plenitud a ocupados por las normas rituales de pureza, y pi-
la que se accede por el amor del corazón de Cristo dieron a Pilato que quitase de la cruz los cuerpos
es nada menos que “la plenitud total de Dios”, la de los crucificados. La exposición pública de los
dicha misma que alberga el corazón generoso de cadáveres en el día festivo era motivo de impure-
Dios, el disfrute que causa al Padre el éxito de la za, era «una maldición de Dios» (Dt 21,23).
vida. Todo eso pasa el corazón humano. Por otra parte, la muerte en cruz era lenta,
Fidel Aizpurúa Donázar además de extremadamente dolorosa. Por eso
era necesario “acelerar” el proceso, infringiendo
EVANGELIO: Jn 19, 31-37 una crueldad mayor: se quebraban las piernas de
los ajusticiados, produciendo una muerte inme-
La muerte de Jesús en la cruz, amor llevado diata. Lo que piden los judíos no es extraño, des-
hasta el extremo en obediencia al Padre, es el lu- de el punto de vista histórico. No podemos saber
gar del triunfo definitivo, de la manifestación de si en el caso de Jesús y de los dos ladrones los
su gloria. La soberanía de Cristo se manifiesta acontecimientos se produjeron así, pero al menos
plenamente al entregar la vida. Es el es verosímil.
momento decisivo en el cuarto evan- Los soldados no siguen un or-
gelio, hacia el que confluye y del que den lógico al cumplir el mandato. El
emana el sentido de la vida de Jesús narrador quiere dejar en tercer lugar
y del discípulo. a Jesús, porque la interpretación del
El relato de la Pasión finaliza con hecho va más allá del relato históri-
dos acontecimientos que sirven, a la co. Tiene un carácter simbólico.
vez, como preparación a lo que suce- Cuando llegan los soldados Je-
derá en la mañana de la Pascua. El sús ya ha muerto, por eso era tan
primero, propio de la tradición joánica, es la lan- innecesario quebrarle las piernas, como asestar-
zada en el costado de Jesús, del que brota sangre le una lanzada. Para destacar la importancia de
y agua; el segundo, el descendimiento y sepultura lo sucedido, el evangelista apela a su testimo-
del Señor. nio personal: «ver – dar testimonio verdadero –

317
Homilética SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

creer». Es un testimonio solemne, dirigido directa- rácter pascual de la muerte de Jesús.


mente al lector: «para que vosotros creáis». La fe La segunda cita (Zac 12,10) está tomada de
va más allá del suceso histórico. Lo relevante es un oráculo que canta la liberación de Jerusalén.
su significado para la fe del creyente. La “mirada al que traspasaron” apela a la conde-
Dos citas escriturísticas interpretan el suceso. na del justo, que se convierte, a su vez, en motivo
Ninguna de las dos es literal. La primera se refiere de conversión y de gracia. El costado abierto al
a la cena del cordero pas- que mirarán adquiere un valor salvífico universal;
cual (Ex 10,46; Nm 9,2). será motivo de bendición para todo el que lo con-
Jesús es el Cordero de la temple desde la fe.
Que aprendamos, Padre, a nueva alianza que Dios se- “Sangre y agua”, muerte redentora del justo,
vivir el mismo amor que el lla con el pueblo. Su sangre que elevado en la cruz es signo de salvación uni-
corazón de Cristo ha pues- derramada es signo de la versal. Del costado de Cristo muerto en la cruz
to en nuestros corazones muerte redentora que in- brota un río de vida nueva: el amor del Padre que
para que entre todos cons- augura esta nueva alianza. llegó hasta el extremo.
truyamos un mundo justo, La mirada se dirige al ca- Óscar de la Fuente
donde reine el amor y la
fraternidad universal

HOMILÍA
EL CULTO AL CORAZÓN DE CRISTO
Una pequeña introducción a modo de contexto

La fiesta del Corazón de Jesús está unida directamente al culto que, desde hace siglos, se
comenzó a dar al Corazón de Cristo. Para conocer su valor es muy importante conocer la encíclica
Haurietis aquas [HA] (“Beberéis aguas con gozo en la fuente del Salvador”, cfr. Is 12, 1). La publicó
el papa Pío XII el 15 de mayo de 1956, al cumplirse cien años desde que el beato Pío IX mandase
celebrar la fiesta del Sagrado Corazón de Jesús en la Iglesia universal (1856).
En el cincuentenario de esta encíclica, 15 de mayo de 2006, el papa Benedicto XVI escribió una
carta al Superior General de la Compañía de Jesús, Peter-Hans Kolvenbach en la que citaba de esta
manera al santo papa Juan Pablo II (1986): “El Concilio Vaticano II, al recordarnos que Cristo, Verbo
Encarnado, nos ‘amó con corazón de hombre’, nos asegura que ‘su mensaje, lejos de empequeñecer
al hombre, difunde luz, vida y libertad para el progreso humano’, y que nada fuera de él ‘puede llenar
el corazón del hombre’ (cf Gaudium et Spes, nn. 22, 21). Y añadía: “Son bien conocidos los abun-
dantes frutos espirituales producidos por la devoción al Corazón de Jesús. Expresándose sobre todo
en la práctica de la Hora Santa, la confesión y comunión de los Primeros Viernes de mes, ha servido
para estimular generaciones de cristianos a orar más y recibir con más frecuencia los sacramentos
de la Penitencia y de la Eucaristía. He ahí medios que sigue siendo deseable proponer a los fieles”.
El antiguo adagio que dice así: Lex orandi, lex credendi, enseña que la Iglesia cree como ora.
Cómo es esta “oración” en la liturgia de la fiesta del Sagrado Corazón de Jesús nos pondrá en bue-
na pista para saber cómo es su “creencia” correspondiente.

318
Homilética SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

La ternura de Dios

Sabemos que Dios, mediante su palabra en la Sagrada Escritura, entra en diálogo amoroso con
nosotros sus hijos. ¿Qué ha querido decirnos, en esta fiesta del Sagrado Corazón de Jesús, a través
de las lecturas que acabamos de proclamar?
El texto del profeta Oseas (Os 11, 1.3-
Lo propio de Dios y su grandeza
4.8c-9) nos revela preciosamente los senti-
es que sabe, puede y quiere perdonar.
mientos del corazón de Dios. Comienza po-
niendo ante nuestros ojos la imagen del amor paternal. Son expresiones de gran ternura: “Cuando
Israel era joven, yo lo amé”, “yo enseñé a andar a Efraín, lo alzaba en brazos”, “con correas de amor
lo atraía”, “me inclinaba y le daba de comer”. Pero el pueblo, tercamente, no había correspondido a
este amor. El destierro que los avatares de la historia le hicieron sufrir en Babilonia sobre todo, Dios
lo aprovechó para llamarle a la conversión. Su corazón está rebosante de misericordia: “No actuaré
en el ardor de mi cólera” “no volveré a destruir a Efraín, porque yo soy Dios y no hombre”. Sí, lo propio
de Dios es el perdón. Es tan grande que sabe, puede y quiere perdonar.

El corazón atravesado de Cristo

En cualquier caso, el mejor reflejo de los sentimientos del corazón de Dios, profetizado por
Oseas, será el Corazón del Hijo de Dios hecho hombre. En él anidó y palpitó un infinito amor, divino y
humano, al Padre y a los hombres. Un amor que le llevó a entregarse por nosotros, como nos decía
san Juan en el evangelio de hoy (Jn 19, 31-37). Él quiso que de su corazón traspasado brotaran agua
y sangre (cf. Jn 19, 34), expresión de los sacramentos de la Iglesia. Ese corazón, así roto por la lanza
del soldado, quedó abierto para que “todos puedan beber con gozo de la fuente de la salvación” (Pre-

El corazón de Cristo quedó abierto facio; cf. Is 12, 3). La frase última del evangelio

para que todos puedan “beber de hoy: “Mirarán al que atravesaron” (cf. Za 12,

de la fuente de la salvación”. 9), ha tenido valor para los cristianos de todos


los tiempos.

El amor, un programa de vida

De ese amor de Cristo nos hablaba la Carta En el Corazón de Cristo aprende


a los Efesios (Ef 3, 8-12.14-19). Un amor “que el corazón del hombre a conocer
trasciende toda filosofía”, es decir, que supera su verdadero y único destino.
cuanto podemos nosotros conocer humanamen-
te (Ef 3, 19). San Pablo desea que ese amor sea comprendido por todos, para poder llegar a nuestra
plenitud cristiana; y nos exhorta a que Cristo habite en nuestros corazones por la fe, y que el amor sea
nuestra raíz y nuestro cimiento. ¡Gran programa de vida!
Como decía Juan Pablo II: “En el Corazón de Cristo aprende el corazón del hombre a conocer el
verdadero y único sentido de su vida y su destino; a comprender el valor de una vida auténticamente
cristiana, a guardarse de ciertas perversiones del corazón, a unir el amor filial a Dios con el amor al
prójimo. De esta forma, sobre las ruinas acumuladas por el odio y la violencia, podrá ser construida la
civilización del amor, tan deseada: el reino del Corazón de Cristo”.
Javier García Ruiz de Medina, sj

319
Homilética SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

ORACIÓN UNIVERSAL

Tú, Padre, nos has mostrado el corazón de Cristo, amigo y hermano de todos nosotros. Escucha, por
tanto, el latido necesitado de tu pueblo:

• Que los líderes de la Iglesia piensen y actúen como pastores sensibles de corazón y acojan las
diferentes sensibilidades que surjan en el pueblo cristiano.
• Que los gobernantes del mundo sientan como propio el sufrimiento de los pueblos de la tierra, para
que sus decisiones sean realmente liberadoras.
• Que los que sufren persecución por su fe se vean apoyados por las autoridades políticas y religiosas.
• Que nuestra comunidad se deje llevar por el corazón a la hora de atender las situaciones de pobre-
za más cercas a nosotros.
• Que el corazón de cada uno de nosotros se sienta traspasado solidaria y compasivamente por el
dolor y sufrimiento de los que están cerca de nosotros.

Sagrado Corazón de Jesús, probado en el amor en la cruz, ayúdanos a probarnos en el amor en la


realidad del día de hoy. Amén.

RECURSOS
Evangelii Gaudium: Una Iglesia de corazón abierto

“La Iglesia está llamada a ser siempre la casa abierta del Padre. Uno de los signos concretos de esa aper-
tura es tener templos con las puertas abiertas en todas partes. De ese modo, si alguien quiere seguir una
moción del Espíritu y se acerca buscando a Dios, no se en-
contrará con la frialdad de unas puertas cerradas. Pero hay
otras puertas que tampoco se deben cerrar. Todos pueden
participar de alguna manera en la vida eclesial, todos pue-
den integrar la comunidad, y tampoco las puertas de los sa-
cramentos deberían cerrarse por una razón cualquiera. Esto
vale sobre todo cuando se trata de ese sacramento que es
“la puerta”, el Bautismo. La Eucaristía, si bien constituye la
plenitud de la vida sacramental, no es un premio para los
perfectos sino un generoso remedio y un alimento para los
débiles. Estas convicciones también tienen consecuencias
pastorales que estamos llamados a considerar con pruden-
cia y audacia. A menudo nos comportamos como controla-
dores de la gracia y no como facilitadores. Pero la Iglesia
no es una aduana, es la casa paterna donde hay lugar para
cada uno con su vida a cuestas”. (47)

320
Homilética SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

UN POEMA: Envíame el amor

En el país del Amor quiero habitar, No quiero el amor


y de amor construir mi casa. que no conoce medida,
porque, como un vino espumoso
Amor será mi vecino, amor será mi amigo; que ha desbordado su vaso,
lo demás me da igual. corre a derramarse en un momento.

El amor me acaricia y me hace vivir, Envíame el amor,


el amor hará mi fuerza. que es fresco y puro como tu lluvia,
que bendice la tierra sedienta
Del amor siempre hablaré y llena las jarras de barro de la casa.
y al amor consagraré mi tiempo.
Envíame el amor
Del lecho del amor haré mi lecho, que quisiera abismarse
el amor es la almohada bajo mi cabeza. hasta el centro del ser,
y desde allí brotar
En el océano de amor nadaré. como savia invisible,
Beberé el agua de amor. a través de las ramas del árbol de la vida,
dando origen a frutos y a flores.
Con quien de amor sufre
compartiré mi vida. Envíame el amor,
que contiene el corazón tranquilo
En la jaula de mi corazón en plenitud de paz.
encierro el amor. Brahamen Chandidas
Rabindranath Tagore

LA MÚSICA
«VENID A MÍ TODOS LOS CANSADOS Y AGOBIADOS»

«Se me revuelve el corazón,


se me conmueven las entrañas.
No cederé al ardor de mi cólera,
no volveré a destruir a Efraím;
que soy Dios, y no hombre;
santo en medio de ti,
y no enemigo a la puerta»
(Oseas,11)

321
Homilética SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Ambientación musical: “Estáte, Señor, conmigo”. Momentos de Paz-12.

El corazón de Jesús es un amor que acoge, ama y salva, sin límites ni fronteras, contemplado bajo la
forma del pastor que busca la oveja descarriada, espera a la perdida, cura a la que está herida y fortalece
a la enferma. Es un corazón que late al unísono, en sintonía, con los problemas de la humanidad.”Venid
a mí todos los cansados y agobiados y encontraréis vuestro descanso”.

Canto de entrada: “La alianza nueva” MD 371; CLN 203; ”El Señor nos llama” MD 74; CLN A-5;o bien:
“En praderas de agua fresca” CLN O 3.

Salmo responsorial: “Sacaréis aguas con gozo de las fuentes de la salvación”.

Aclamación al Evangelio: “Aleluya” CLN E 4.

Santo: CLN I 3 (M. Manzano)

Padre Nuestro: CLN L 1, Fórmula A.

Aclamación al Embolismo: CLN M 2

Fracción del pan: “Cordero de Dios” CLN N 3 (M. Manzano)

Comunión: “Al atardecer de la vida” MD 97; CLN 739; o bien, “Te alabamos” en el CD Sacramento
Permanente (SP).

Final: Despedimos a la asamblea pidiendo que la Eucaristía que acabamos de celebrar nos dé un cora-
zón grande para amar y fuerte para luchar. Cantamos “Cristo te necesita para amar”

Antonio Alcalde Fernández

322
Homilética

MISA FAMILIAR
PASCUA 2015
Domingos 2º a 6º de Pascua
Del 12 de abril al 10 de mayo de 2015

Podemos tener presente, a lo largo de estos cinco domingos, un panel dividido en cinco partes, que
puede tener diversas formas, según lo que se vea más conveniente, más fácil, más sugerente…: “la
rueda” de la Pascua, “la noria” de la Pascua, “el abanico” de la Pascua, “la bufanda” de la Pascua…
Todo ello según el siguiente esquema:

MIL CARAS

Domingo 2º

DESCUBRIRLE
MIL PANES

Domingo 3º

COMPARTIR
MIL MANOS

Domingo 4º

CUIDAR
MIL FLORES, MIL RACIMOS

Domingo 5º

AGRADECER
MIL CORAZONES

Domingo 6º

AMAOS

323
Homilética MISA FAMILIAR

DESCUBRIRLO

COMPARTIR

LA NORIA
AMAOS DE LA
PASCUA

CUIDAR

AGRADECER

324
Homilética MISA FAMILIAR - 2º DOMINGO DE PASCUA

Domingo 2º de Pascua
LAS MIL CARA DE JESÚS
12 de abril de 2015

Para preparar: Túnica blanca de Jesús, pintura roja para las llagas, sábana, juguete

Monición de entrada: Buenos días. De nuevo nos juntamos a la vuelta de vacaciones. Ya va quedando
muy poco para las Primeras Comuniones y queremos vivir muy cerca de Jesús. El día de Pascua, además
de celebrarlo entre amigos, celebramos ante todo ese día en que Jesús resucitó y está vivo. Él nos acom-
paña aunque no lo veamos con los ojos de la cara. En la Eucaristía de hoy vamos a ver cómo Jesús se fue
apareciendo a sus amigos y vamos a escuchar las cosas que les dijo.

Saludo del sacerdote: Felices Pascuas a todos. Ya pasó la Cuaresma. Ya pasaron todos esos días de
preparación para la mayor fiesta del año: la Pascua. ¿Cuántos llegasteis en la ficha de la cuaresma has-
ta el final? ¿Cuántos estuvisteis en la procesión de Ramos?¿Cuántos fuisteis a las procesiones? Vamos
a comenzar esta eucaristía aprendiendo a ver cómo Jesús vive entre nosotros y es nuestro amigo. Y si
le hemos fallado en algo como amigos, comenzamos pidiéndole perdón.

Peticiones de perdón:
• Aunque seas nuestro amigo, Señor, a veces fallamos y luego nos arrepentimos. Por eso te decimos,
Señor ten piedad.
• Aunque nos gusta pensar en ti y sentirte cerca de nosotros, a veces te olvidamos. Por eso te decimos,
Cristo, ten piedad.
• Ya sabemos que vives en todas las partes y especialmente en los demás. Pero a veces nos insulta-
mos y nos peleamos. Por eso te decimos, Señor, ten piedad

Evangelio: Juan 20, 19-31

Representación: La aparición a Tomás

(Están los apóstoles juntos, vestidos con túnicas y todos hablando. Tomás les dice):

Tomás: ¡Que no me lo creo!…


Apóstoles (Insistiendo): Que sí, que sí, Tomás…
Tomás: ¡Estáis locos!…¡Si no meto mis dedos en sus llagas, no me lo creo!
(Entra Jesús por detrás de Tomás. Va vestido con una túnica blanca manchada de sangre en la
herida del costado. Le toca a Tomás en el hombro)

Jesús: Tomás…
Tomás: ¡Que no me lo creo!... (Volviéndose) ¿Eeeh?... (Sorprendido, se inclina ante Jesús).

325
Homilética MISA FAMILIAR - 2º DOMINGO DE PASCUA

Jesús: Tomás… Mete tus dedos aquí (señala sus llagas. Le coge su mano y le introduce un dedo
en una llaga)
Tomás: ¡Señor mío y Dios mío…!
Jesús: Has creído porque has visto. ¡Dichosos los que crean sin haber visto!

Una vez acabada la escena, vuelven todos a sus sitios

Comentario niños y mayores


• ¿Por qué ha creído Tomás? (Que respondan)
• ¿Nosotros vemos a Jesús como le ha visto Tomás? (Que respondan)
• Los que quieran, pueden decirle a Jesús lo mismo que dijo Tomás, pero tapado con una sábana ima-
ginándonos que Jesús está detrás aunque no le vemos.

Sale Jesús y se le tapa entre dos con una sábana. Algunos niños que quieran -¡los catequistas ponen
orden!- van pasando por grupos y, postrados ante el Jesús que no se ve, dicen como Tomás: “Señor mío
y Dios mío”.

• ¿Y si Jesús sale por aquí?... (El sacerdote se va moviendo y señalando hacia la puerta de la salida de
manera que todos los niños miren hacia allí dando la espalda a la sábana tras la que está escondido
Jesús. Mientras tanto, Jesús se va fuera -¿a la sacristía?- sin que le vean y su lugar lo ocupa otro niño
sin túnica y normal, que está jugando con algo, sentado de medio lado). ¿Le diríamos lo mismo?...
(Vuelve el sacerdote hacia el altar haciendo que los niños vuelvan su mirada con él) ¿Y si nos dicen
que no vemos a Jesús porque no está, porque es mentira, porque no está detrás de todas las cosas?
(Señala la sábana) ¿Qué diríamos que hay detrás de esta sábana? ¿Estará ahí Jesús resucitado o no?
(Los niños comentan) ¿Seguro?... (Descubren la sábana y se ve al niño jugando) ¡Vaya sorpresa!...
A lo mejor tenían razón… (A los niños) ¿Tenían razón?... (Que respondan) ¡Claro que está…! ¡Porque
Jesús vive en todas las personas! Este niño que juega también está representando a Jesús.
• Vosotros, los mayores, ¿qué os parece? De cara a la fe de los pequeños, ¿os parece importante el
modo como vivimos los mayores la fe en Jesús? ¿Por qué?
• Según eso, ¿cuántas caras os parece que tiene Jesús hoy en día, en medio de nosotros? (Jesús
resucitado, HOY TIENE MIL CARAS!)
• Todos los niños repiten: ¡JESÚS TIENE MIL CARAS!
• Así, pues, ¿qué hemos aprendido hoy? (Que respondan. El sacerdote –o el catequista que anima el
comentario-, puede hacer un breve resumen de todo).

Oración en silencio. Es muy importante dejar un espacio de silencio para reposar todo lo visto y oído.
Pero es necesario que un adulto –el sacerdote o un catequista- vaya ayudando a orar con los niños,
sugiriendo sentimientos…

Peticiones
• Jesús: te pedimos por toda la iglesia, para que nos enseñe que Tú vives en todos los rincones del
mundo y que quieres mucho a todos los hombres. Roguemos al Señor.

326
Homilética MISA FAMILIAR - 2º DOMINGO DE PASCUA

• Jesús: Queremos verte en todas las personas y en todas las cosas. Danos ojos en el corazón para verte.
Roguemos al Señor.
• Jesús: los ojos del corazón a veces sólo ven los caprichos que nos gustan. Te pedimos que no nos
cieguen los caprichos. Roguemos al Señor.
• Jesús: Nos dijiste que vives en todos los pobres y necesitados. Queremos aprender a verte en ellos
más que en ningún otro sitio. Roguemos al Señor.
• Jesús: te pedimos por los que van a hacer este año la Primera Comunión, para que sean siempre muy
buenos amigos tuyos. Roguemos al Señor.

Ofertorio: Es el momento de presentar el panel que hayamos preparado con “las mil caras de Jesús”
y una palabra: DESCUBRIRLE. Primero ponemos el “esquema” de noria, de rueda, de abanico, etc., y
luego vamos colocando en él, este domingo, las caras, el título, las flechas, etc.

Acción de gracias
Te damos gracias, Jesús, Estás presente también
porque estás vivo hoy y siempre en este pan de la Eucaristía.
en medio de nosotros. Te damos gracias, Jesús,
Vives en nuestro corazón. por las mil caras que tienes
Pero además estás presente y porque contigo
en todas las personas, nunca estamos solos.
en los niños y en los mayores, ¡Gracias, Jesús!
en los que ríen y en los que lloran.

Domingo 3º de Pascua
LOS MIL INVITADOS DE JESÚS
19 de abril de 2015

Para preparar: El mantel y todos los objetos del altar en una mesa aparte para ser colocados con los
niños sobre el altar en la homilía. Bendiciones de la mesa para repartir.

Monición de entrada: Buenos días. Ya queda muy poco para las Primeras Comuniones y queremos aprovechar
muy bien estas últimas semanas de preparación para algunos de vosotros y vosotras. La parroquia os invita a pa-
dres y niños a que os preparéis muy bien para estas fechas tan importantes. Esta eucaristía nos ayudará a estar
más unidos a Jesús.

Saludo del sacerdote: Estos domingos de Pascua estamos recordando todas las veces que Jesús se apa-
recía resucitado a sus amigos. Jesús se hacía tan real y presente que hasta comía con ellos. También come
con nosotros cuando celebramos la Eucaristía. Y nos da a comer el pan que es su cuerpo. Jesús siempre lo
bendecía antes de compartirlo. Hoy comenzamos esta eucaristía con la mesa sin preparar. Luego la pondre-
mos. Pero antes, vamos a comenzar diciendo a Jesús que queremos recibirle y que perdone nuestros fallos.

327
Homilética MISA FAMILIAR - 3º DOMINGO DE PASCUA

Peticiones de perdón
• Cuando nos damos cuenta de que fallamos, luego nos arrepentimos, aunque sea tarde. Por eso te deci-
mos, Señor ten piedad.
• Aunque sabemos que estás cerca de nosotros, a veces nos olvidamos de ti. Por eso te decimos, Cristo,
ten piedad.
• Te queremos pedir también perdón porque no acabamos de verte presente en los demás. Por eso te
decimos, Señor, ten piedad

Evangelio: Lucas 24, 35-48

Comentario niños y mayores


Los apóstoles fueron testigos de muchas cosas de Jesús. Y llevaron a todos los rincones su testimo-
nio. Contaron todo lo que predicó Jesús, y todo lo que hizo. Una de las cosas que contaron fueron las
comidas que hacía Jesús con ellos. Hoy, en el evangelio, aparecía comiendo un pez. Pero lo que más
recordaban era la Última Cena con Él.
- ¿Qué fue “la última cena”?
- ¿Qué se comió en esa cena?
- ¿Recordáis alguna comida especial que hizo Jesús, además de la “última cena” y de la
“multiplicación de los panes”?
- ¿Quiénes os parece que son, para Jesús, los invitados principales para comer con él? (los
pobres)
- ¿Qué es lo primero de todo que hay que hacer cuando vamos a comer? ¿De quiénes nos
tenemos que acordar de un modo especial?
- ¿Conocéis alguna bendición de la mesa?

Vamos a repartir algunas bendiciones para que no las olvidemos cuando comamos en casa.

Se reparten bendiciones de la mesa, con mención a los pobres. Mientras se reparten, se puede es-
cuchar la bendición de la mesa de la “Misa de la alegría” (Grupo “Siempre así” y Carlos Mejía Godoy)

Aquí estamos jubilosos  tu gracia en este alimento 


los miembros de esta familia  es el mejor condimento 
para compartir gozosos  para nuestro paladar… 
nuestro pan de cada día. 
En este espacio vacío 
Ya está la mesa dispuesta  siempre habrá un plato de más 
con su mantel de cuadritos  esperando todos juntos 
y en el centro, rebosando primor,  al hermano trotamundos 
diez bougambillas en flor.  que algún día volverá. 

Bendice, Señor, bendice  Ya está la mesa dispuesta…


lo que vamos hoy a saborear: 

328
Homilética MISA FAMILIAR - 3º DOMINGO DE PASCUA

1. Bendícenos, Señor, a nosotros y bendice estos alimentos que vamos a tomar. Da pan a los que
tienen hambre y hambre de Dios a los que tienen pan. Amén.
2. Bendícenos, Señor, a nosotros y bendice estos alimentos que vamos a tomar. Haz que no les
falte el pan a los que pasan hambre. Amén.
3. Gracias, Señor, por los alimentos y la compañía familiar. Danos tu bendición y ayúdanos a
compartir con los que no tienen pan. Amén.

• Algunos de vosotros os estáis preparando para una comida con Jesús: la “primera comunión”. Hoy
vamos a preparar el altar, para que veáis cómo es esa comida con Jesús.

Se llama a los niños para que se pongan alrededor del altar y vayan preparando la mesa, trayendo los
objetos de la comida: mantel, velas, patena con formas, cáliz, vino y agua. El sacerdote o algún catequis-
ta va explicando, en diálogo con mayores y pequeños, el sentido de cada objeto: “¿Por qué ponemos un
mantel?”, “¿por quié traemos velas?”, “¿qué es una patena?”, etc.

• El mantel: No todos los días se come con mantel, pero la Eucaristía es una comida especial
• Las velas: Antiguamente, como no había luz eléctrica, se ponían velas en la mesa para poder ver.
Hoy ya no son necesarias. Pero se siguen poniendo porque son la señal de que Jesús está presente
entre nosotros como una luz que siempre nos ilumina.
• La “patena”: Para comer, ponemos platos. A este plato más especial lo llamamos “patena”, que es
una palabra latina que significaba “plato”.
• El “cáliz”: del latín “calix”, copa. Para beber necesitamos vasos o copas. En la misa usamos una
“copa” especial, bien bonita, porque será el vino que, cuando lo compartimos en memoria de Jesús
resucitado, lo mismo que el pan, Jesús mismo se hace presente en medio de nosotros.
• Las “formas”: Son pan, hecho con trigo y agua, pero sin levadura, en recuerdo del pan que comían los judíos
en la cena de la Pascua, que es la cena que tomó Jesús con sus amigos: la “última cena”… Se llama pan
“ázimo”… Antes era pan normal, pero era difícil repartirlo cuando venía mucha gente. Por eso se inventó esta
forma más práctica: las “formas”. Así se hace ver también lo especial que es ese pan que, cuando lo compar-
timos en memoria de Jesús resucitado, él mismo se hace realmente presente entre nosotros.
• El agua: El agua de la misa no es para beber. Para beber está el vino. El agua de la misa es para lavar
las manos, la patena, y el cáliz. Pero también para echar unas gotas de agua en el vino como símbolo
de Jesús que, siendo el Hijo de Dios (el vino) es igualmente un hombre (el agua).

Oración en silencio: Como todos los domingos, reservamos este espacio para hacer unos minutos de
oración en silencio. Pensamos en la mesa del altar, en el hecho de comer con Jesús, en los pobres que
tienen que ser siempre los primeros invitados, en el pan de la Eucaristía, etc.

Peticiones
• Jesús: te agradecemos el maravilloso mundo que nos regalaste y los seres queridos que nos rodean y nos
quieren. Y te pedimos que sepamos verte en todas las personas y en todas las cosas. Roguemos al Señor.
• Jesús: te agradecemos el pan que nos alimenta y la familia con la que compartimos el pan. Y te pedi-
mos que sepamos compartirlo generosamente con los que no lo tienen. Roguemos al Señor.

329
Homilética MISA FAMILIAR - 3º DOMINGO DE PASCUA

• Jesús: Nos dijiste que vives en todos los pobres y necesitados. Queremos verte en ellos más que en
ningún otro sitio. Roguemos al Señor.
• Jesús: te pedimos por los que van a hacer este año la Primera Comunión, para que sean siempre muy
buenos amigos tuyos. Roguemos al Señor.

Ofertorio: Es el momento de presentar el panel que hayamos preparado con “los mil panes” de “los mil
invitados” de la mesa de Jesús, y una palabra: COMPARTIR

Después del Prefacio: En las misas no podemos sentarnos todos alrededor de la mesa, porque no
cabríamos. Pero hoy vosotros vais a estar rodeando el altar para ver bien de cerca lo que hizo Jesús con
el pan. Bien formales asistiremos al momento más importante de la Última Cena: cuando bendijo el pan
y lo partió convertido en su cuerpo. (Los niños de la catequesis suben al altar)

Acción de gracias
Te damos gracias, Jesús, Que nunca seamos indiferentes
por esta mesa que nos preparas ante el hambre que sufren tantos hermanos,
todos los domingos. y que seamos solidarios para ayudar
Queremos estar siempre preparados a todos los que lo necesitan.
para recibirte y estar contigo Que cada Eucaristía
en la Eucaristía. sea una verdadera fiesta
Necesitamos encontrarnos contigo Gracias por pensar en nosotros
en el pan que alimenta y que da vida. y darnos la alegría de poder recibirte
Que nunca nos falte el hambre de ti, para crecer en nuestra fe,
las ganas de que llenes nuestro corazón. nuestra esperanza
y nuestro amor a los demás.

(A partir de un texto de Marcelo A. Murúa en buenasnuevas.com)

Domingo 4º de Pascua
MIL MANOS PARA ACOGER Y CUIDAR
26 de abril de 2015

Para preparar: Cabezas de oveja y de lobo (ojos recortados); pastor; Power point de la oveja perdida.

Monición de entrada: Buenos días. Hoy es el último domingo de abril. Y estamos en vísperas de comenzar
el nuevo mes de mayo con el “día de la madre” y luego, más adelante, las “primeras comuniones”. Vamos a
comenzar esta celebración cantando a Jesús, mientras entra el sacerdote acompañado de los monaguillos.

330
Homilética MISA FAMILIAR - 4º DOMINGO DE PASCUA

Introducción: El domingo anterior aprendimos preparar una mesa bonita para Jesús. Hoy ya la tene-
mos preparada porque todos los domingos es la fiesta de Jesús en la que celebramos que Jesús ha
resucitado y está vivo en medio de nosotros. Es bonito volver a compartir la mesa con Jesús. Pero antes
volvemos a decirle que nos perdone y en silencio nos dejaremos de nuevo abrazar por Él.

Peticiones de perdón
• Señor. Nos gusta recibir el abrazo de tu perdón y de tu cariño. Por eso te decimos: Señor, ten piedad.
• Señor: nadie perdona con más cariño que Tú. Por eso te decimos: Cristo, ten piedad.
• Señor: enséñanos a perdonar como Tú nos perdonas. Padre bueno, que nos quieres a todos: Señor,
ten piedad.

Introducción al Evangelio: El Evangelio que vamos a leer hoy es el del Buen Pastor. Algunos seguro que
hemos visto, al menos en la tele, rebaños de ovejas con pastores. Pero a lo mejor nunca habéis visto en
el monte una oveja perdida, sin saber qué hacer ni por dónde ir, expuesta a que le coman los lobos. De
eso nos va a hablar el Evangelio. Jesús es el buen pastor, dispuesto a defender a sus ovejas.

Evangelio: Juan 10,11-18

Comentario niños y mayores


• ¿Os acordáis del deber que pusimos el domingo pasado? (Bendecir la mesa pensando en los que no
tienen pan)... ¿Cuántos lo habéis cumplido?
• Pensando ahora en el evangelio que hemos escuchado, Jesús es el buen pastor. (Sale Jesús, disfra-
zado de pastor). ¿Quiénes son las ovejas de Jesús? (Se saca a algunos niños y se les coloca junto a
Jesús disfrazados con las cabezas de oveja que se tienen preparadas).

• ¿Estamos todos siempre dentro del rebaño de Jesús, siguiéndole? (Solemos estar con un pie dentro
y otro fuera…).
• Y cuando se escapa una fuera del rebaño, ¿qué es lo mejor que puede
hacer Jesús? (Se le manda salir del rebaño a una de las ovejas)…
• ¿Y si no vuelve?
• ¿Y si le persigue el lobo? ¿Qué hará el pastor? (Sale otro niño disfra-
zado con la carteta del lobo e intenta cogerla. El pastor lucha contra
el lobo y la salva).
Se puede poner el Power point de la oveja rebelde que se escapa:
http://www.youtube.com/watch?v=TGmQh-LiKrU

331
Homilética MISA FAMILIAR - 4º DOMINGO DE PASCUA

• En el mundo hay muchos que quieren ser nuestros “pastores”. ¿Podemos poner ejemplos?
• ¿Son esos nuestros mejores “pastores”?
• ¿Pero quiénes son ahora los “pastores” del rebaño de Jesús?
• Hoy es el día de la oración por las vocaciones de los pastores. Tenemos que pedir, hoy y todos los
días, para que haya pastores. Y para valorarlos de verdad.
• Y para que seamos ovejas buenas, que sepamos vivir unidas, compartir todo y muy cerca siempre
de Jesús.

Oración en silencio: Como todos los domingos: Jesús resucitado es el buen pastor que nos reúne.
Aunque tiene “mil ovejas” que cuidar, nos conoce y nos cuida uno a uno… Y quiere que le conozcamos a
él personalmente… Y quiere que en el mundo haya “mil manos” que cuiden a los demás como buenos
pastores. Pedimos para que haya muchos…

Peticiones
• Jesús, Tú eres el Buen pastor de todos los hombres. Ayúdanos a ser buenas ovejas. Roguemos al Señor.
• Jesús, a veces somos ovejas que se pierden y nos dejamos guiar por malos consejos. Ayúdanos para
que no nos separemos de ti ni nos perdamos. Roguemos al Señor.
• Jesús, te pedimos que haya niños que quieran sr buenos pastores como Tú, para cuidar el rebaño de
la Iglesia. Roguemos al Señor.
• Para que haya muchos niños y niñas que escuchen tu palabra para ser sacerdotes, misioneros y misioneras,
Jesús, te pedimos por todos los sacerdotes, hombres y mujeres que se dedican a cuidar a tu iglesia.
• Roguemos al Señor.

Ofertorio: Es el momento de presentar el panel que hayamos preparado con “las mil manos” de “las mil
ovejas”, y una palabra: ACOGER Y CUIDAR

Después del Prefacio: En las misas no podemos sentarnos todos alrededor de la mesa, porque no
cabríamos. Pero hoy, como el domingo pasado vosotros vais a estar rodeando el altar para ser como el
rebaño de Jesús, muy cerca de Él. (Se llama a los niños de catequesis para subir al altar)

Acción de gracias
Te damos gracias, Jesús, Que trabajen por la Justicia y la Verdad.
por todas las personas Acompáñalos siempre
a las que tú llamas y sigue llamando cada día
para ser nuestros pastores. a más jóvenes, hombres y mujeres
y te pedimos por todos ellos para ser pastores de todos
para que sigan tu camino, porque el trabajo es mucho
y sean siempre fieles a tu llamada. y los trabajadores son pocos.
Que ayuden a todos Gracias, Jesús, por todos nuestros pastores.
como lo hizo tu Hijo Jesús.

332
Homilética MISA FAMILIAR - 5º DOMINGO DE PASCUA

Domingo 5º de Pascua
MIL FLORES PARA AGRADECER
Y MIL RACIMOS PARA DAR
3 de mayo de 2015

Para preparar: Sarmiento; post-it y bolis; corcho blanco; canción proyectada; poesías

Monición de entrada: Buenos días. Hoy es el primer domingo de mayo, un mes al que llamamos mes
de las flores y que lo dedicamos a María. En este mes también, muchos niños van a celebrar su Primera
Comunión en esta parroquia y en muchas otras parroquias del mundo. Hoy, primer domingo de mes, mu-
chos de vosotros habréis felicitado a vuestra madre y le habréis hecho un regalo, porque es el día de la
Madre: la de la tierra y la del cielo. Por eso, al comenzar esta celebración, vamos a dedicarle un canto de
felicitación a la Virgen mientras recibimos al sacerdote y a los monaguillos: “Hoy te quiero cantar”: https://
www.youtube.com/watch?v=s5OCrTHZ6IE

Saludo del sacerdote


¿Cuántos de vosotros habéis felicitado a vuestra madre?... Y los que no lo habéis hecho todavía, seguro
que lo haréis más tarde… Hemos comenzado la celebración felicitándole a María con un canto. Ahora le
vamos a pedir perdón a su Hijo Jesús, por todas las veces que nos portamos mal con Él y con los demás.

Peticiones de perdón
• Tú, Señor, siempre nos esperas con los brazos abiertos. Por eso te decimos: Señor ten piedad.
• Nadie nos cuida y nos perdona con más cariño que tú, Señor. Por eso te decimos: Cristo, ten piedad.
• Señor: nos gustaría aprender a perdonar y acoger como Tú lo haces. Por eso te decimos: Señor, ten
piedad.

Introducción al Evangelio: No sé cuántos de aquí sabéis qué es un sarmiento y qué es la vid. (Pregun-
tar). Seguramente habréis visto montones de sarmientos secos que se emplean para asar en barbacoa.
Esos sarmientos no valen más que para ser quemados, porque arrancados ya no pueden dar uva. Así
dice Jesús que ocurre con el que se separa de Él.

Evangelio: Juan 15, 1-8

Comentarios niños y mayores


(Enseñar un sarmiento seco) ¿Puede dar uva? ¿Por qué? ¿Y los que están unidos a Jesús qué frutos
dan? (Que lo digan)
• Las mamás y los papás, ¿pueden ser “un espejo” para sus hijos en el modo de comportarse? ¿Pode-
mos poner algún ejemplo “bueno” y algún ejemplo “malo”?

333
Homilética MISA FAMILIAR - 5º DOMINGO DE PASCUA

• Frutos buenos que dan las madres: (Se reparten papeletas y bolis: que los escriban, ayudados por
ellas, las madres, y que las pinchen en el corcho. Se pueden leer algunas de ellas)
• ¿Se puede aprender todo en una “escuela de padres”? ¿Por qué? ¿Qué se necesita para ser madre o padre?
• Las que si dan frutos buenos son las madres. Adivinanza: Hay una madre que, en toda la historia, es
la que ha dado al mundo el fruto mejor… ¿Cuál es?
• ¿Quién enseñó a María a ser madre?
• Este mes de Mayo, el mes de las flores, tenemos que pensar algo bonito en familia: poner una estam-
pa con flores, rezarle todos los días en familia una Ave María, hacer el mes de las flores, etc.

Oración en silencio
Se escucha –y si se sabe, se puede acompañar- una canción dedicada a todas las madres y princi-
palmente a la Virgen :“Madre”, de María Carrasco: http://www.youtube.com/watch?v=drr9E-WTGCU.
Esta canción puede ayudarnos hoy a orar en silencio, una vez escuchada. Ayudar a orar dando alguna
sugerencia suave y acompasada…

Peticiones
• Jesús: gracias por todas nuestras madres y por nuestros padres. Cuídales mucho, como ellos cuidan de
nosotros. Roguemos al Señor.
• Jesús: que sepamos aprender muchas cosas buenas de ellos. Y ayúdales a corregir las cosas malas
que tengan. Roguemos al Señor.
• Jesús: gracias por compartir con nosotros tu madre la Virgen María. Ayúdanos a ser buenos hijos
suyos. Roguemos al Señor.
• Te pedimos, Jesús, por todas las madres del mundo. Sobre todo, por las que no saben cómo alimentar y
educar a sus hijos porque son pobres. Roguemos al Señor.
• Jesús, te pedimos por todas las familias de esta parroquia. Y para que tengamos mucha devoción y
cariño en todos los hogares a nuestra madre la Virgen. Roguemos al Señor.

Ofertorio
Es el momento de presentar el panel que hayamos preparado con “las mil flores” para agradecer y “los
mil racimos” para dar. Y una palabra: AGRADECER

Despedida
Poesías a las madres y felicitación a los cumpleañeros.

Te damos gracias, Jesús, y sabe lo bueno que es estar contigo.


por tu madre María, Gracias por ella
que es también nuestra madre. y también por nuestras madres.
Ella nos conoce y nos cuida, Cuídalas y haz que sean buenas.
y quiere que te vayamos conociendo Te damos gracias por ellas, Jesús.
un poco más cada día, Te damos gracias por María,
porque ella te conoce muy bien tu madre, que es también madre nuestra.

334
Homilética MISA FAMILIAR - 6º DOMINGO DE PASCUA

Domingo 6º de Pascua
MIL AMIGOS COMO JESÚS
10 de mayo de 2015

Para preparar: El Jesús de cartón con la cabeza hueca (“fotocoll”, para que se asomen)

Monición de entrada: Buenos días. Estamos ya en el mes de las Primeras Comuniones. Es también el
mes de mayo. Tenemos nuestra “rueda” casi completa, pero, para terminarla, vamos a seguir escuchando
las palabras que dijo Jesús a sus amigos en su última cena de despedida. Recordaréis que les dijo que se
amaran mucho y que vivieran muy unidos. Hoy vamos a seguir escuchando otro trocito de su sermón de
despedida. Y damos comienzo a la celebración, poniéndonos de pie y cantando, mientras entra el sacer-
dote acompañado de los monaguillos.

Saludo del sacerdote: En el nombre del Padre… Ya hemos llegado al mes de las Primeras Comuniones,
y seguimos con el mes de María y las fiestas de Pascua. Vamos a decir al Señor, que nos perdone, como
hacemos todos los domingos.

Peticiones de perdón
• El domingo pasado dimos gracias por las madres, pero algunas veces que nos portamos mal con ellas.
Por eso te pedimos: Señor ten piedad.
• Por todas las veces que nos olvidamos de saludar a María y de rezarle con cariño: Cristo, ten piedad.
• Porque a veces no somos buenos hermanos ni buenos amigos: Señor, ten piedad.

Introducción al Evangelio: El domingo pasado leímos un trozo del Evangelio


en el que Jesús nos habló de la vid y los sarmientos y cómo, unidos a Él, damos
frutos. Hoy leemos otro trocito del discurso de Jesús en la “última cena”. Jesús
sigue muy emocionado y cariñoso. Les quiere mucho y les manda que se quie-
ran ellos también mucho.

Evangelio: Juan 15, 9-17


Las palabras de Jesús las lee un niño colocado en el “fotocoll”

Narrador: En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: “Como el Padre me ha amado, así os he
amado yo; permaneced en mi amor. Permaneceréis en mi amor cuando cumplís los mandamien-
tos; es lo mismo que hago yo, que permanezco en el amor de mi Padre guardando sus mandamien-
tos. Os he hablado de esto para que mi alegría esté en vosotros, y vuestra alegría sea completa”.
Jesús: Éste es mi mandamiento: que os améis unos a otros como yo os he amado. Nadie tiene amor
más grande que el que da la vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos, cuando hacéis lo que yo
os mando. No sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os he elegido y os he destinado
para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto dure. Esto os mando: que os améis unos a otros.
Narrador: Es Palabra del Señor.

335
Homilética MISA FAMILIAR - 6º DOMINGO DE PASCUA

Comentario niños y mayores


• ¿Os acordáis de lo que nos dijo Jesús el domingo pasado? (La vid y los sarmientos…)
• ¿Qué nos añade hoy Jesús en su discurso? (Amaos unos a otros…)
• Imaginaos que Jesús se dirige a vosotros y os da consejos para este último domingo antes de la fiesta
de la Ascensión. ¿Qué os diría hoy?

En el “fotocoll” se van asomando niños y padres para, desde allí, dar esos consejos en nombre de Jesús.
Para empezar, pueden estar ya preparados algunos niños y padres, con frases de los domingos anterio-
res: “descubrir a Jesús en todas las personas”, “compartir”, “cuidar a las ovejas”, etc.

Oración en silencio: motivarla con lo que hayan dicho.

Peticiones
• Jesús, te pedimos por sus familias, para que les ayuden a ser siempre amigos tuyos. Roguemos al Señor.
• Jesús, te pedimos por todos los niños que nacen en familias pobres. Roguemos al Señor.
• Jesús, te pedimos para que cada día seamos mejores. Roguemos al Señor.
• Jesús, te pedimos por todos los cristianos, para que escuchemos tus consejos y nos amemos unos a
otros. Roguemos al Señor.

Ofertorio: Es el momento de presentar el panel que hayamos preparado con “los mil amigos” como
Jesús. Y una palabra: AMAOS

Acción de gracias
Gracias, Jesús, por ser nuestro amigo. que tu amor permanezca con nosotros.
Queremos vivir unidos
como tú estás unido con nosotros. En todo el mundo, Señor:
En nuestras familias, que tu amor permanezca con nosotros,
en nuestro grupo de amigos, y ayudemos a construirlo
en nuestra escuela, Señor: siendo cada día más buenos,
que tu amor permanezca con nosotros. más generosos,
más atentos a los que sufren,
En nuestro barrio, más fieles a tus palabras.
en nuestra ciudad, ¡Que así sea, Señor!
en nuestro país, Señor: (Marcelo A. Murúa. Buenasnevas.com)

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