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Instituto Lidia C. Leissa.

Trabajo para recuperar Proyecto en Valores

Docente: Veronesi Mariela Alumno:


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Para recordar algunos de los temas desarrollados en el ciclo lectivo 2020

A -¿Qué es la Biblia? La Biblia es el Libro que la Iglesia cristiana considera sagrado, porque
contiene el mensaje de Dios. La Biblia es la PALABRA DE DIOS. A través de ella, Dios habla
con su Pueblo. Le da a conocer como se manifiesta y actúa en el mundo, para hacer de la
historia de los hombres una “Historia de salvación”. “Biblia” es una palabra griega que significa
“los libros”, es decir los Libros por excelencia. Podemos decir que la Biblia es una gran
“biblioteca” una colección de 74 escritos: 47 del Antiguo Testamento y 27 del Nuevo, redactado
a lo largo de más de mil años y reunido después en un solo volumen. En ella encontramos
historias, narraciones folclóricas, leyes, poemas, parábolas, refranes, oráculos proféticos,
cartas y listas genealógicas. Pero, a través de esa gran variedad de estilos y formas, es el
mismo y único Dios que se dio a conocer a su Pueblo, como un Padre a sus hijos. En primer
lugar a Israel, el Pueblo de la Antigua Alianza, y luego a la Iglesia, el Pueblo de la Nueva
Alianza. El Pueblo que nace con Abraham, el primer creyente en la Palabra, y culmina en
Jesucristo, la “ultima” Palabra de Dios Por eso decimos que la Biblia es EL LIBRO DE LA
PALABRA DE DIOS.

Responde:

1-¿Porque la Biblia es un libro sagrado?


2-¿Qué significa la palabra Biblia?
3-¿Cuáles son sus dos grandes partes?
4-¿Cuántos libros contienen cada una de ellas? ¿Qué géneros literarios encontramos?
5-¿Por qué decimos que la Biblia es el LIBROS DEL PUEBLO DE DIOS?

B- Ciclo litúrgico:

Durante el Año Litúrgico, la Iglesia nos invita a celebrar nuestra fe meditando la vida, muerte y
resurrección de Jesucristo, nuestro Señor. 
 Cada domingo “El día del Señor”, día en que Jesús resucito celebramos la Misa y a lo largo
del año celebramos estos tiempos litúrgicos:
Adviento: Tiempo para prepararnos para la fiesta de Navidad y prepararnos para su segunda
venida.
Navidad: Tiempo para celebrar el nacimiento de Jesús
Tiempo Ordinario: Tiempo para celebrar nuestra fe en la vida diaria en relación con Jesucristo.
Cuaresma: Tiempo para prepararnos para el Triduo Pascual y la celebración de la Pascua.
Triduo Pascual, Semana Santa. Tiempo para meditar en la pasión, muerte y resurrección de
Jesús que nos deja el mandamiento del amor.
Pascua: Tiempo para celebrar la gloriosa Resurrección de Jesús.

Responde:
5-¿Que celebramos durante el año litúrgico? Explica cada Tiempo Litúrgico.
6-¿Por qué celebramos la Misa el día Domingo?

C- Conociendo al Padre Luis Jeannot Sueyro

7- El Padre Luis Jeannot Sueyro fue quien con otras personas soñó y fundo nuestro colegio.
Averigua su biografía y busca testimonio de personas que lo hayan conocido y escríbelos.

8- Relaciona estos fragmentos de Poesía del Padre Luis Jeannot Sueyro con alguno de los
tiempos litúrgicos y explica porque.

Fragmentos de Poesía del Padre Luis Jeannot Tiempo Justifica tu respuesta, explica
Sueyro litúrgico porque.
Paz (Plegaria de Nochebuena)
Señor, danos la paz,
La paz bendita de la Nochebuena...
La paz que el mundo ha no ha podido
darnos...
Señor danos La Paz.
Por las madres que tiemblan.
Por los hombres que luchan.
Por los niños que rezan...
Por todos los que aman.
Por el pan y la flor y las estrellas.
Señor, te damos Gloria en las Alturas.
Danos Paz en la tierra. Señor, danos la
paz,
La paz bendita de la Nochebuena.

D- En este tiempo de Pascua te invito a leer el y rezar con la Palabra de Dios y una
reflexión del Papa Francisco.

Evangelio según san Lucas 24, 13-35 Ese mismo día, dos de los discípulo iban a un
pequeño pueblo llamado Emaús, situado a unos diez kilómetros de Jerusalén.  En el camino
hablaban sobre lo que había ocurrido. Mientras conversaban y discutían, el mismo Jesús se
acercó y siguió caminando con ellos. Pero algo impedía que sus ojos lo reconocieran. Él les
dijo: «¿Qué comentaban por el camino?». Ellos se detuvieron, con el semblante triste, y uno de
ellos, llamado Cleofás, le respondió: «¡Tú eres el único forastero en Jerusalén que ignora lo
que pasó en estos días!». «¿Qué cosa?», les preguntó. Ellos respondieron: «Lo referente a
Jesús, el Nazareno, que fue un profeta poderoso en obras y en palabras delante de Dios y de
todo el pueblo, y cómo nuestros sumos sacerdotes y nuestros jefes lo entregaron para ser
condenado a muerte y lo crucificaron.  Nosotros esperábamos que fuera él quien librara a
Israel. Pero a todo esto ya van tres días que sucedieron estas cosas.  Es verdad que algunas
mujeres que están con nosotros nos han desconcertado: ellas fueron de madrugada al
sepulcro  y, al no hallar el cuerpo de Jesús, volvieron diciendo que se les habían aparecido
unos ángeles, asegurándoles que él está vivo.  Algunos de los nuestros fueron al sepulcro y
encontraron todo como las mujeres habían dicho. Pero a él no lo vieron».  Jesús les dijo:
«¡Hombres duros de entendimiento, cómo les cuesta creer todo lo que anunciaron los
profetas!  ¿No era necesario que el Mesías soportara esos sufrimientos para entrar en su
gloria?». Y comenzando por Moisés y continuando con todos los Profetas, les interpretó en
todas las Escrituras lo que se refería a él. Cuando llegaron cerca del pueblo adónde iban,
Jesús hizo ademán de seguir adelante.  Pero ellos le insistieron: «Quédate con nosotros,
porque ya es tarde y el día se acaba». Él entró y se quedó con ellos.  Y estando a la mesa,
tomó el pan y pronunció la bendición; luego lo partió y se lo dio.  Entonces los ojos de los
discípulos se abrieron y lo reconocieron, pero él había desaparecido de su vista. Y se decían:
«¿No ardía acaso nuestro corazón, mientras nos hablaba en el camino y nos explicaba las
Escrituras?». En ese mismo momento, se pusieron en camino y regresaron a Jerusalén. Allí
encontraron reunidos a los Once y a los demás que estaban con ellos, y estos les dijeron: «Es
verdad, ¡el Señor ha resucitado y se apareció a Simón!». Ellos, por su parte, contaron lo que
les había pasado en el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan. Palabra del Señor.

El Papa Francisco nos dice: Imaginemos la escena: dos hombres caminaban


decepcionados, tristes… En sus ojos todavía están los sucesos de la pasión, la muerte de
Jesús…
El encuentro de Jesús con esos dos discípulos parece ser del todo casual: se parece a uno de
los tantos cruces que suceden en la vida. Los dos discípulos caminan pensativos y un
desconocido se les une. Es Jesús; pero sus ojos no están en grado de reconocerlo. Y entonces
Jesús comienza su “terapia de la esperanza”. Y esto que sucede en este camino es una terapia
de la esperanza. ¿Quién lo hace? Jesús…

Jesús, sobre todo pregunta y escucha: nuestro Dios no es un Dios entrometido. Aunque si
conoce ya el motivo de la desilusión de estos dos, les deja a ellos el tiempo para poder
examinar en profundidad la amargura que los ha envuelto...

 En el fondo somos todo un poco como estos dos discípulos. Cuántas veces en la vida hemos
esperado, cuántas veces nos hemos sentido a un paso de la felicidad, y luego nos hemos
encontrado por los suelos decepcionados. Pero Jesús camina: Jesús camina con todas las
personas desconsoladas que proceden con la cabeza agachada. Y caminando con ellos, de
manera discreta, logra dar esperanza. ………

Jesús les habla sobre todo a través de las Escrituras…

Luego Jesús repite para los dos discípulos el gesto-cardinal de toda Eucaristía: toma el pan, lo
bendice, lo parte y lo da. ¿En esta serie de gestos, no está quizás toda la historia de Jesús? ¿Y
no está, en cada Eucaristía, también el signo de qué cosa debe ser la Iglesia?....

Es un encuentro rápido, el de Jesús con los discípulos de Emaús. Pero en ello está todo el
destino de la Iglesia. Nos narra que la comunidad cristiana no está encerrada en una ciudad
fortificada, sino camina en su ambiente más vital, es decir la calle. Y ahí encuentra a las
personas, con sus esperanzas y sus desilusiones, a veces enormes. La Iglesia escucha las
historias de todos, como emergen del cofre de la conciencia personal; para luego ofrecer la
Palabra de vida, el testimonio del amor, amor fiel hasta el final. Y entonces el corazón de las
personas vuelve a arder de esperanza.

Todos nosotros, en nuestra vida, hemos tenido momentos difíciles, oscuros; momentos en los
cuales caminábamos tristes, pensativos, sin horizonte, sólo con un muro delante. Y Jesús
siempre está junto a nosotros para darnos esperanza, para encender nuestro corazón y decir:
“Ve adelante, yo estoy contigo. Ve adelante” El secreto del camino que conduce a Emaús es
todo esto: también a través de las apariencias contrarias, nosotros continuamos a ser amados,
y Dios no dejará jamás de querernos mucho. 

“Dios camina con nosotros siempre, siempre. También en los minutos más dolorosos, también
en los momentos más feos, también en los momentos de la decepción, ahí está el Señor y ahí
reside nuestra esperanza. Vayamos adelante con esa esperanza, porque Él está a nuestro lado
caminando con nosotros, siempre”.

9- Lee los dos textos y haz una reflexión personal.

Espero que este trabajo los ayude a integrar lo que hemos desarrollado en el año y les sirva
para conocer un poco más a Jesús.
Fecha de entrega hasta el 28 de abril 2021.

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