Está en la página 1de 112

Homilética • 2014/4 SUMARIO

1. Domingos 13º a 23º del T.O., Ciclo A.


1. Del 29 de junio al 7 de septiembre de 2014
• Domingo 13º del T.O. San Pedro y San Pablo, apóstoles, (29 de junio) 3
• Domingo 14º del T.O., (6 de julio) 9
• Domingo 15º del T.O. (13 de julio) 15
• Domingo 16º del T.O., (20 de julio) 22
• Santiago apostol, (25 de julio) 29
• Domingo 17º del T.O., (27 de julio) 36
• Domingo 18º del T.O., (3 de agosto) 43
• Domingo 19º del T.O., (10 de agosto) 50
• La Asunción de María, (15 de agosto) 57
• Domingo 20º del T.O., (17 de agosto) 63
• Domingo 21º del T.O., (24 de agosto) 70
• Domingo 22º del T.O., (31 de agosto) 77
• Domingo 23º del T.O., (7 de septiembre) 84

- LA PALABRA: Pedro Fraile Yécora (1ª lectura), Fidel Aizpurúa Donázar (2ª lectura), José
Antonio Badiola (Evangelio 13º-17º); Óscar de la Fuente (Evangelio 18º-23º); Pablo Alonso
Vicente (Santiago y la Asunción de María).
- LA HOMILÍA: Pedro Rodríguez Panizo (domingos 13º y 14º); José Moreno Losada (domingos
15º-17º); J. A. García, sj (domingos 18º-20º); Elías Royón Lara, sj (domingos 21º-23º); Mons.
Vicente Jiménez Zamora (Santiago); Mons. Raúl Berzosa Martínez (la Asunción de María).
- RECURSOS: Donaciano Martínez Álvarez, Pelayo González Ibáñez y José Luis Saborido
Cursach, sj.
- ILUSTRACIONES Y COMENTARIOS: Javier Prat Cambra

2. Misa Familiar. Domingos 13º a 23º del T.O.,


Ciclo A. Del 29 de junio al 7 de septiembre de 2014.
Equipo “Homilética”: Argentina Antón Méndez, Soco Díaz González, Juan Antonio Pérez
Andrés, Alberto Pérez Pastor, sj, Asun Vitores y J.L. Saborido, SJ 91

1
Homilética • 2014/4

En este número colaboran:

• Fidel Aizurúa Donázar, capuchino, profesor de Teología Bíblica en la Facultad de


• Teología de Vitoria (Logroño)
• Pablo Alonso Vicente, sj, profesor de Sagrada Escritura (San Sebastián)
• Argentina Antón Méndez, ama de casa y catequista (Valladolid).
• José Antonio Badiola, decano de la Facultad de Teología de Vitoria (Vitoria).
• Mons. Raúl Berzosa Martínez, obistpo de Ciudad Rodrigo.
• José Antonio García Rodríguez, sj, acompañante y Director de Ejercicios Espirituales (Madrid).
• Soco Díaz González, educadora, ama de casa y catequista (Valladolid)
• Pedro Fraile Yécora, teólogo biblista (Sant Cugat del Vallés. Barcelona)
• Óscar de la Fuente, sacerdote diocesano, biblista (Velilla del río Carrión. Palencia)
• Pelayo González, sacerdote diocesano, párroco y catequeta (Palencia)
• Mons. Vicente Jiménez Zamora, obispo de Santander.
• Donaciano Martínez, sacerdote diocesano, profesor de teología y catequeta
• (Palencia)
• José Moreno Losada, sacerdote diocesano, profesor de teología (Badajoz).
• Pedro Rodríguez Panizo, sacerdote diocesano, profesor de Teología (Universidad Postificia
• de Comillas. Madrid)
• Juan Antonio Pérez Andrés, educador y pastoralista (Valladolid)
• Alberto Pérez Pastor, sj, pastoralista, Presidente de Proyecto Hombre (Tudela.
• Navarra)
• Javier Prat Cambra, profesor de Religión, dibujante y catequista (Almadén. Ciudad
• Real)
• Elias Royón Lara, sj, teólogo de la Vida Religiosa (Madrid).
• José Luis Saborido Cursach, sj, director de las revistas Homilética y Catequética,
• responsable de Justicia y Paz de CONFER (Madrid)
• Asun Vítores Baciero, educadora, ama de casa y catequista (Valladolid)

2
Homilética • 2014/4

Domingo 13º del T.O.


San Pedro y San Pablo, apóstoles
29 de junio de 2014

El apóstol Pedro reconoce al Hijo de Dios presente en el mundo. El apóstol Pablo recibe esa fe, la
entiende y la traduce en el lenguaje del mundo. Después, como el primer misionero de la Iglesia, la
lleva  a ese mundo, limitado entonces al Imperio Romano. Ambos apóstoles mueren en la capital de
ese imperio como testigos del nuevo evangelio, el de JC. Javier Prat Cambra

3
Homilética • 2014/4 DOMINGO 13º DEL T.O.

LA PALABRA
PRIMERA LECTURA: Hech 12,1-11 da valiente testimonio público de que Jesús está
vivo. Este anuncio le cuesta la persecución y la
El texto en su contexto. La escena tiene cárcel. Probablemente en más de una ocasión. La
verosimilitud histórica; el narrador parte de la per- fe se confiesa con la vida, no sólo con los labios.
secución que se desata contra la Iglesia naciente Pedro Fraile Yécora
de Jerusalén, sucedida bajo la autoridad hebrea
de Herodes Agripa, nieto de Herodes el Grande. SEGUNDA LECTURA: 2 Tim 4,6-8. 17-18
Primero va a por la cabeza local de Jerusalén:
Santiago. Luego va a por Pedro, el pescador ga- Este texto se enmarca en la prisión que Pablo
lileo, otra de sus cabezas visibles. En una «inclu- sufrió en Roma: «Yo estoy a punto de ser sacrifica-
sión literaria», el relato comienza y se cierra con do y mi partida es inminente». Se trasluce una cier-
la referencia al rey Herodes y al beneplácito de ta amargura, aceptada, que viene no solamente
los judíos. La escena se escapa de los límites de del hecho de estar en la prisión, sino de la soledad,
una descripción naturalista para tomar toques de el abandono y hasta la traición de cristianos en
narración fantástica: fenómenos cuanto menos los que él había confiado (4,14). Necesita del áni-
sobrenaturales (luces, puertas que se abren). Las mo de Timoteo y de Onesíforo. Por eso quiere que
imágenes sorprendentes al servicio de la narra- pronto vayan a Roma. Un apóstol encarnado en la
ción: Dios ha actuado por medio de su ángel, y lo debilidad de toda persona. Pero de esa debilidad
ha hecho salvando a este inocente. Es seguro que nace la fuerza de sus palabras, ya que un mensaje
hubo persecución y que Pedro fue encarcelado; apostólico desde la comodidad y la vida resuelta
también que su muerte, por el momento, no se no sería un buen mensaje. Puede ser considerada
consumó en Jerusalén. esta carta como el testamento de Pablo, aunque
El texto en la historia de la salvación. Dos no sea de las cartas auténticas del apóstol.
detalles a tener en cuenta: la Iglesia está en ora- A pesar de su dura situación, Pablo cree que
ción cuando Pedro está detenido. La oración de la suya ha sido una vida cumplida: «He comba-
una forma constante por los necesitados, y en este tido bien mi combate, he corrido hasta la meta,
caso por Pedro que da testimonio con su vida de su he mantenido la fe». Los mil avatares por los que
fe, forma parte de la vida de la Iglesia. Segundo de- ha pasado la vida de Pablo no solamente no han
talle: lo detienen en la semana de Pascua. ¿Quiere mermado el enamoramiento inicial, sino que ha
esto decir que así se unió llegado al término cumplido de su camino. Un
más de cerca a la Pasión apóstol desde la verdad humilde de su propia vida
de Jesús? No lo sabemos. vivida con coherencia y con intensidad.
En este día en que cele- Pedro no corona con la La «corona merecida» de la que Pablo piensa
bramos la fiesta de san muerte su vida en Jerusa- ser acreedor se le dará por su integridad de após-
Pedro y san Pablo, haz lén; pero lo hará en Roma. tol, pero sobre todo «por la ayuda del Señor». Sin
que tu Iglesia se manten-
Palabra de Dios ella la debilidad de Pablo habría sucumbido con
ga siempre fiel al Evange-
para nosotros: sentido sus mejores anhelos (Rom 7,18ss). Pero Jesús le
lio que ellos anunciaron,
y celebración litúrgica. ha ayudado a llegar a buen término. Un apóstol
que es el fundamento de
Pedro, después de Pente- que tiene como soporte de su evangelización la
nuestra fe.
costés, es el apóstol que ayuda de Dios es un apóstol que no se ampara en

4
Homilética • 2014/4 DOMINGO 13º DEL T.O.

su fuerza, ni siquiera en su coherencia, sino en sino de hondas experiencias en las que se funda-
aquel que está debajo de todo apostolado. menta la vivencia de seguimiento a Jesús.
Pablo dice que «ha anunciado íntegro el Cuando Pablo asegura que Dios le ha librado
mensaje». Las cartas pastorales, a finales del s. I, «de la boca del león» está queriendo decir que su
salen al paso de las doctrinas que se desvían del apostolado se ha hecho, a veces, en circunstan-
mensaje primitivo, una especie de gnosticismo cias caóticas. Pero de todas ellas ha salido bási-
judaizante. El autor insiste en el valor de una for- camente victorioso. Es un ánimo a quienes le leen
mación correcta en la doctrina básica de la fe. De para que ellos también se lancen sin miedo a la
ahí que la dedicación al mensaje no es solamente vorágine de la vida haciendo la oferta del Evange-
cuestión de enseñanza religiosa, sino manera de lio con decisión. Un apóstol decidido en un medio
mantener vivo el recuerdo de Jesús. La enseñan- no fácil.
za del apóstol no es meramente de contenidos, Fidel Aizpurúa Donázar

EVANGELIO: Mt 16, 13-19 maciones de Jesús que van del presente al futuro
(vv. 17.18.19);
Después de las solemnes fiestas que ponen 3) el versículo final (v. 20) donde Jesús orde-
fin al tiempo pascual reiniciamos el tiempo ordi- na a los discípulos un completo silencio sobre la
nario. Pero este año la fiesta de San Pedro y San cuestión de su identidad. Es un texto fundamental
Pablo cae en domingo, de modo que el evangelio del evangelio, como revelación de la identidad
corresponde la fiesta que celebramos. Estamos de Jesús.
ante el episodio conocido como “Con- Jesús se encuentra fuera de Ga-
fesión de Cesarea”, con el que ter- lilea, en la región de Cesarea de Filipo,
mina la segunda parte del evangelio con los discípulos. Les hace preguntas
mateano (4,17-16,20). En el episodio sobre su identidad, pero distingue ne-
anterior, se acercaban a Jesús los tamente entre la gente y los discípu-
fariseos y los saduceos para ponerle los (“pero vosotros”). La gente ve en
a prueba, y Jesús alertaba a sus dis- Jesús a Juan Bautista, a Elías, a Jere-
cípulos de la doctrina errada de aquellos (16,1- mías, a uno de los profetas; una opinión positiva
12). En la perícopa siguiente (16,21-28), el primer aunque insuficiente: para la gente Jesús es sólo un
anuncio de la pasión y las condiciones para seguir profeta, pero Jesús es más. A la primera pregun-
a Jesús verificarán la “confesión de fe” de nuestro ta responden los discípulos; a la segunda, Pedro.
texto: hoy, Pedro es “piedra”; mañana será “es- Como en otras ocasiones (14,28; 15,15; 16,16;
cándalo”. 17,4; 19,27; 26,33) se subraya el papel de Pedro
La perícopa (de la que el evangelio elude el como el primero entre los Doce (10,2). Pedro hace
v. 20) se divide en tres partes: una confesión explícita de la identidad de Jesús.
1) una conversación de Jesús con sus discí- Es el Cristo y el Hijo del Dios vivo. “Cristo” significa
pulos (vv. 13-16), articulada en dos preguntas de “ungido”: en la Biblia, la unción convierte al ungido
Jesús sobre la opinión de la gente (v. 13) y sobre en rey (p. e. 1Sam 10,1), a quien incumbe la seguri-
la opinión de los discípulos (v. 15), y las respues- dad y el bienestar del pueblo. Así que Pedro califica
tas de los discípulos (v. 14) y de Pedro (v. 16); a Jesús en relación con su pueblo, como rey de Is-
2) una declaración de Jesús referida a Si- rael, mediante el cual Dios comunica la plenitud de
món Pedro (vv. 17-19), articulada en torno a 3 afir- vida a su pueblo. Por su parte, “Hijo del Dios vivo”

5
Homilética • 2014/4 DOMINGO 13º DEL T.O.

expresa la relación de Jesús con Dios: se trata de dice: “Tú eres Pedro”. Y, al igual que “Cristo” indi-
una relación exclusiva entre Dios Padre y su Hijo, ca la misión de Jesús respecto al pueblo de Dios,
singularmente intensa e íntima. “Dios vivo” señala así “Pedro” indica su función en la comunidad
al Dios real y verdadero, lleno de poder y fuerza, fundada por Jesús. Eso lo desarrollan las palabras
creador del cielo y de la tierra, contrapuesto a los siguientes: Jesús habla en futuro, porque Jesús
ídolos vanos y muertos. Dios está en estrecha rela- siempre impulsa al futuro. Con el lenguaje meta-
ción con la vida y todo aquel que se relaciona con fórico de la construcción, expresa su intención de
Dios tiene que ser también edificar su Iglesia sobre un fundamento sólido
portador de vida. (piedra) en la persona de Pedro. Aquí, el término
Las palabras de Je- “Iglesia” (= “asamblea”, “reunión”) se refiere a la
Al recordar a Pedro y a sús (vv. 17-19) comienzan comunidad de quienes están centrados en Jesús.
Pablo, te presentamos, con la bienaventuranza di- Con las enigmáticas palabras “las puertas del Ha-
Padre, toda la diversidad rigida a Pedro, comparable des no prevalecerán sobre ella” Jesús prevé un
que siempre ha habido a la bienaventuranza di- futuro ilimitado de la comunidad eclesial, opuesta
en la Iglesia, con el deseo cha para los discípulos en radicalmente al reino de la muerte (“Hades”): hay
que ésta se siga mante- 13,16: ver, oír, conocer a un contraste total entre el Dios vivo y la muerte.
niendo en la unidad. Jesús y entrar en estrecha Por eso, la asamblea que tiene por centro el Hijo
relación con él convierte del Dios vivo no será vencida por “las puertas de
en bienaventurados. El conocimiento de Pedro no la muerte”. Por último, Jesús confiere a Pedro una
se basa en capacidades humanas, débiles y fali- autoridad especial: las llaves del reino de los cielos
bles (= “carne y sangre”), sino que proviene de la y su capacidad para “atar” y “soltar”. Pedro, auto-
fuente más fiable, de Dios Padre: sólo el Padre co- rizado por Jesús, tiene como labor determinar qué
noce cabalmente al Hijo (11,27) y lo revela (3,17; excluye del reino (“atar”) y qué hace entrar en el
17,5). Después, el solemne “y yo te digo” enfatiza reino (“soltar”). Esa labor no es exclusiva, sino cole-
las siguientes palabras -las centrales- de Jesús. giada, comunitaria (cf. 18,18).
Pedro había dicho: “Tú eres el cristo”; ahora Jesús José Antonio Badiola Saenz de Ugarte

LA HOMILÍA
La Solemnidad celebra a dos gigantes de la fe de todos los tiempos: los apóstoles Pedro y Pablo.
Cristo es el fundamento sobre el que podemos apoyar toda nuestra vida (cf. 1 Cor 3, 11), la verdadera
piedra angular (cf. Ef 2, 20); un fundamento que resiste todas las dificultades y que hace, de quienes
se apoyan en Él, «piedras vivas» (1 Pe 2, 5). En el Evangelio de hoy se le llama
roca a Pedro, por su confesión del Señor como Mesías e Hijo de Dios. Fue de los
primeros llamados al seguimiento de Jesús, testigo fundamental de la resurrec-
ción y tuvo un papel destacado entre los apóstoles y en la Iglesia postpascual. La
primera lectura lo presenta sufriendo la prisión por causa del Evangelio y siendo
salvado por el Único capaz de romper todas las cadenas que atan al hombre.
También Pablo supo entregar su vida al servicio del Evangelio, no sólo al
final de ella con el martirio, sino a lo largo de los días, los meses y los años que siguieron a su con-
versión: en el esfuerzo cotidiano por servir infatigablemente al Resucitado en la evangelización de los

6
Homilética • 2014/4 DOMINGO 13º DEL T.O.

gentiles y en el acompañamiento de las comunidades cristianas, como testimonia el conjunto de sus


cartas. En 1 Cor 9, 24-27 se habla de la «corona de salvación», una imagen que evoca la carrera de los
atletas en el estadio, y que tiene un eco en la segunda lectura. Algunas pistas para la Homilía:
1. La novedad de Jesús desborda de las categorías religiosas de su tiempo. Los discípulos res-
ponden desde lo «creíble disponible» (P. Ricoeur): Juan Bautista, Elías, Jeremías, profetas. Y es que
la novedad la acogemos desde nuestra vejez, desde el conjunto de nuestros «posibles» que se verán
removidos, desfigurados, reconfigurados, y transfigurados por el Señor con su pregunta directa: «Y
vosotros, ¿Quién decís que soy yo?», evitando así el peligro de anestesiar e incorporar como una pose-
sión tranquila la eterna juventud y novedad de Jesucristo.
2. La singularidad, unicidad y novedad de Jesús es reconocida por Pedro en su confesión recu-
rriendo a categorías que hacen mayor justicia a la identidad última de su misterio: Mesías, ungido, el
último y definitivo enviado de Dios que es más que profeta. Hijo, señalando la relación especialísima
de Jesús con Dios su Padre. Esta confesión inspirada y revelada por Dios a Pedro, no fruto de su inicia-
tiva, sino don de su gracia, le vale ser llamado «dichoso», «bienaventurado» por Jesús que se dirige a él
por su nombre original (Simón), transformado en un nombre nuevo (Pedro, Roca), significando con ello
la nueva existencia a la que está llamado y la nueva misión que se le encarga.
3. La misión se evoca con tres imágenes: la roca, las llaves, y el atar y desatar. La primera apunta
a su papel en la comunidad (Iglesia), como el que sirve y confirma a los congregados por la misma
confesión, una confesión que edifica, porque es una expresión de amor, fundamento del edifico del
espíritu. Su ministerio será confirmar la fe de los discípulos y unir dando consistencia y armazón a
la comunidad cristiana. La segunda evoca el hecho de que su ministerio es servicio, administración,
delegación del Señor y no una construcción propia. La última, indica el papel de guía de la Iglesia, su
carisma de discernimiento de lo vinculante, etc. Pedro Rodríguez Panizo

ORACIÓN UNIVERSAL
En este día de la fiesta de san Pedro y san Pablo, presentamos al Señor, por su intercesión, todos
nuestros deseos:
• Por la Iglesia, fundada en el testimonio de los apóstoles Pedro y Pablo, para que, como ellos,
sepamos guardar la unidad fundamental respetando, por otra parte, la legítima pluralidad.
• Por la Iglesia, para que estemos realmente al servicio del mundo, trabajando por la justicia, la paz,
la libertad, los derechos humanos y la necesaria y urgente reconciliación de los pueblos.
• Por el papa, para que, desde su propia debilidad humana, mantenga la firmeza necesaria para
confirmar en la fe a los hermanos y para conseguir la deseada renovación de la Iglesia.
• Por todos nosotros, para que, como el apóstol Pablo, recuperemos la dimensión misionera de
nuestro bautismo y la vivamos con esperanza, alegría, vitalidad y creatividad.
• Para que nos dejemos interpelar siempre por la Palabra provocadora de Dios y salgamos de
nuestras inercias, comodidades y rutinas.
• Para que el señor afiance y aumente nuestra fe en Jesucristo como Hijo de Dios, Mesías y Salvador
del mundo.
Atiende, Padre, nuestras súplicas y ayúdanos a mantenernos firmes en la fe de la Iglesia.

7
Homilética • 2014/4 DOMINGO 13º DEL T.O.

RECURSOS
Al recordar a Pedro y a Pablo, lo que parece evi-
dente es que ambos eran muy diferentes, tanto de
temperamento como de ideas. Hasta llegaron a
pelearse en algún momento. Pero no deshicieron
la Iglesia sino que unieron sus diferentes puntos
de vista para sentirse complementarios y aceptar
la riqueza que supone ser distintos, porque esa es
la multiplicidad y variedad que quiere el Espíritu:
unidos en la diferencia.

LA CARPINTERÍA
Cuentan que en la carpintería hubo una vez
una extraña asamblea. Fue una reunión de herra-
mientas para arreglar sus diferencias. El martillo
ejerció la presidencia, pero la asamblea le notificó
que tenía que renunciar. ¿La causa? ¡Hacía dema-
siado ruido! Y, además, se pasaba el tiempo gol-
peando. El martillo aceptó su culpa, pero pidió que también fuera expulsado el tornillo; dijo que había
que darle muchas vueltas para que sirviera de algo. Ante el ataque, el tornillo aceptó también, pero a su
vez pidió la expulsión de la lija. Hizo ver que era muy áspera en su trato y siempre tenía fricciones con
los demás. Y la lija estuvo de acuerdo, a condición de que fuera expulsado el metro que siempre andaba
midiendo a los demás según su medida, como si fuera el único perfecto.
En eso entró el carpintero, se puso el delantal e inició su trabajo. Utilizó el martillo, la lija, el metro
y el tornillo. Finalmente, la tosca madera inicial se convirtió en un lindo mueble.
Cuando la carpintería quedó nuevamente sola, la asamblea reanudó la deliberación. Fue entonces
cuando tomó la palabra el serrucho, y dijo:
Señores, ha quedado demostrado que tenemos defectos, pero el carpintero trabaja con nuestras
cualidades. Eso es lo que nos hace valiosos. Así que no pensemos ya en nuestros puntos malos y con-
centrémonos en la utilidad de nuestros puntos buenos.
La asamblea encontró entonces que el martillo era fuerte, el tornillo unía y daba fuerza, la lija era
especial para afinar y limar asperezas y observaron que el metro era preciso y exacto. Se sintieron en-
tonces un equipo capaz de producir muebles de
calidad. Se sintieron orgullosos de sus fortalezas
y de trabajar juntos.

Gracias, Padre, por personas que, como Pedro y


como Pablo, siendo diferentes, mantuvieron la
unidad en la Iglesia. Que aprendamos de ellos a
mantenernos unidos en la Iglesia y anunciar así tu
Reino con coherencia de vida.

8
Homilética • 2014/4

Domingo 14º del T.O.


6 de julio de 2014

Venid a mí, nos anima JC, si somos valientes para dejarse llevar por el corazón, más que por la ra-
zón que todo lo mide y lo clasifica. En esto son campeones aquellos que la sociedad minusvalora, y
llamamos minusválidos, porque quizá no son rentables en términos económicos. Javier Prat Cambra

9
Homilética • 2014/4 DOMINGO 14º DEL T.O.

LA PALABRA
PRIMERA LECTURA: Zac 9, 9-10 Palabra de Dios para nosotros: sentido y
celebración litúrgica. Los textos bíblicos mesiá-
El texto en su contexto. Hoy se acepta nicos aportan una luz progresiva sobre el misterio
que el texto profético que conocemos como «Za- de Cristo. Del primitivo mesianismo real, en torno
carías» está formado por dos libros: capítulos 1-8 a un linaje biológico, y a una descendencia some-
y 9,14. Aun teniendo elementos en común, pues tida a las miserias humanas, (la casa de David) se
ambos son claramente postexílicos, la diferencia pasará a un mesianismo escatológico, anunciado
de contenido, estilo y vocabulario así lo hacen por Dios como intervención definitiva suya que in-
notar. El texto que leemos pertenece al segundo augurará el Reino de la paz. En el anuncio del Se-
libro o “Segundo Zacarías”, manteniendo el nom- gundo Zacarías se prefigura Jesús, Mesías de paz.
bre del profeta por no tener otra alternativa mejor. Pedro Fraile Yécora
Para muchos comentaristas habría que situarlo
en el dominio griego en Palestina (finales del s. IV SEGUNDA LECTURA: ROM 8,9. 11-13
y comienzos del III). Época donde las tradiciones
antiguas de Judá se desarrollan, crecen y adquie- El increíble mecanismo de rehabilitación que
ren nuevas perspectivas de futuro. Dios ha ideado y ofrecido a la historia en la muer-
El texto en la historia de la salvación. Za- te salvadora de Jesús ha tenido como fruto directo
carías desarrolla dos tradiciones propias de Judá: una vida liberada de las grandes constricciones
la centralidad de Sión/Jerusalén en la salvación y históricas: el pecado adámico, la muerte esencial
la figura de un Mesías que viene de parte de Dios. y la ley como ejemplo de una normatización que
Sin embargo, introduce una importante novedad: mata. De tal manera que el creyente puede llevar
la llegada de un «rey». ¿De qué «rey» se trata? La realmente una vida nueva, la vida según el Espíritu.
experiencia monárquica de Judá es ambigua. To- No ha de extrañar que este tipo de planteamientos
dos tienen el recuerdo del gran rey David; pero el haya abierto horizontes en la vida de Pablo y de
último descendiente carnal de la «casa de David» muchos creyentes en la historia de la fe. La poten-
había desaparecido con el exilio a Babilonia; ade- cia liberadora del planteamiento es indudable.
más, la imagen de los reyes asirios, babilonios, y En la dialéctica “sujeción a la carne-sujeción
últimamente de los reyes griegos, los herederos al Espíritu” el creyente ha de ver que la suya es una
de los generales de Alejandro Magno, era temida vida sujeta al Espíritu, o sea, en la más grande de
y detestada por la población. Zacarías sorprende las libertades. Entender esta “sujeción” como per-
con su anuncio: primero le añade un posesivo «lle- tenencia religiosa a la que hay que someterse inelu-
ga tu rey»; luego, lo describe no como un rey fuer- diblemente es destruir su enorme carga liberadora.
te, violento y poderoso, rodeado de ejércitos, con Ese Espíritu que libera no es cualquier espíri-
máquinas de guerra... El rey que llega es modesto, tu, sino el de Cristo. Ese tal Espíritu define la iden-
que cabalga en un pollino, que rompe los arcos y tidad del creyente: «el que no tiene el Espíritu de
trae la paz. El «Segundo Zacarías» recoge y adap-
ta la esperanza anunciando un Mesías de paz.

Tú, Padre, quieres que conozcamos a Jesús porque conociéndole a Él, te conocemos a ti. Danos un corazón
sencillo para que podamos escuchar de verdad sui Palabra.

10
Homilética • 2014/4 DOMINGO 14º DEL T.O.

Cristo no es de Cristo». Es decir: quien no tiene en da») que se salda viviendo de acuerdo con él, con
su plan vital los criterios liberadores del Evangelio los modos y criterios de Jesús, en los modos del
y los modos de actuación humanizadora de Jesús amor («no quedéis debiendo nada a nadie, excep-
(eso es su espíritu) no tiene identidad cristiana y, to amor mutuo», dirá en 13,8). El amor es lo único
por lo mismo, no ha incorporado aún la posibili- que puede saldar la deuda contraída por la gene-
dad de un disfrute liberador de la fe. rosidad de Dios. Por eso mismo, la nueva vida en
El dinamismo último de este pano- el Espíritu es, fundamentalmente, una
rama de liberación, el motor, es el amor vida en amor.
increíble del Padre que ha provocado la Ese amor lleva a «dar muerte a las
resurrección de Jesús, la síntesis de su obras del cuerpo», cosa que no conlleva
experiencia creyente. Este amor es el ningún menosprecio a la corporeidad,
que posibilita la nueva vida según el Es- sino a aquello que la denigra, que la
píritu: «el que resucitó a Cristo…vivifica- esclaviza y que la corrompe. De mane-
rá también vuestros cuerpos mortales». No piensa ra que el amor a la corporeidad, el anhelo de su
el creyente que todos estos hondos movimientos salud, el horizonte de su disfrute son las maneras
espirituales provienen de su exclusivo anhelo. De- como se va dando muerte a lo inhumano del cuer-
trás está, activo, el amor vivo del Padre. po. Eso es llevar una vida según el Espíritu, por pa-
Esto hace que el creyente haya contraído radójico que parezca.
una “deuda” con el Espíritu («estamos en deu- Fidel Aizpurúa Donázar

EVANGELIO: Mt 11, 25-30 El evangelio está


formado por dos breves uni-
Retomamos el Tiempo Ordinario con este dades textuales, la primera
hermoso texto mateano. Hasta el capítulo 11 el centrada en el Padre (5 ve- A pesar de nuestro orgullo
nos atrevemos, Padre, a
evangelio ha presentado el proyecto evangeli- ces “Padre” + “Señor”) y la
acercarnos a ti, que escu-
zador de Jesús, basado en la proclamación del segunda, centrada en Jesús
chas a la gente sencilla.
evangelio mediante la enseñanza (Mt 5-7) y me- (5 veces “mi” + “yo”). La pri-
Transforma nuestro co-
diante las curaciones (Mt 8-9). Culmina con el dis- mera (vv. 25-27) es una ora-
razón para que podamos
curso misionero (Mt 10). A partir del capítulo 11 ción de acción de gracias en
conocerte.
comienzan las reacciones. Son reacciones nega- la que Jesús hace descansar
tivas, que ponen en duda o rechazan el programa en la complacencia del Padre las cosas que están
de Jesús. Comienza con Juan Bautista (11,2-15), sucediendo: que los sabios y entendidos le recha-
sigue con la generación presente (11,16-19) y ter- zan, pero es acogido por los pequeños (“la gente
mina con las ciudades impenitentes (11,20-24). de la tierra”). Jesús se autoproclama revestido de
Pero, frente a las dudas o el rechazo, el capítulo toda autoridad (como en 28,18) y único mediador
11 termina reafirmando la identidad de Jesús para revelar a Dios Padre. Es el Padre el que per-
como Hijo enviado del Padre y la validez de su pro- mite que las cosas sucedan como suceden; es el
yecto. El capítulo 12 continuará con las reaccio- Padre el que otorga todo a su Hijo; es el Padre
nes, en este caso de los fariseos, empeñados en el que lo conoce y permite que lo pueda revelar.
no querer reconocer ni aceptar la misión de Jesús Todo permanece en la órbita del Padre, fuente de
ni su persona (12,1-14). todo para Jesús. En cambio, la segunda (vv. 28-

11
Homilética • 2014/4 DOMINGO 14º DEL T.O.

30) se centra en Jesús y en su proyecto (“yugo”). nos hace conocer y nos pone en relación profunda
Jesús, manso y humilde corazón, se nos ofrece con Dios Padre.
como nuestro “descanso”, un término que evoca Además, estamos ante uno de los pocos tex-
la paz interior, la armonía vital, la serenidad para tos que hablan del interior de Jesús: es manso y
afrontar las dificultades de la vida. humilde de corazón. También en las bienaventu-
En un momento de dificultades en la misión ranzas aparecen los mansos y los pobres de espíri-
de Jesús, éste se dirige al Padre con una acción tu. El camino que Jesús propone es el camino que
de gracias. La paradoja enseña que nuestra él mismo ha recorrido. No son valores o virtudes
confianza en Dios no debe decaer a sin más: son las que caracterizan el
pesar de los problemas que nos acu- interior de Jesús y deben caracterizar
cian. Esa confianza tan tenaz está ba- el interior de sus seguidores. La invita-
sada en el “conocer”, utilizado en su ción de Jesús (“venid a mí”) promete
sentido semítico de “estar en rela- descanso, la paz y serenidad proce-
ción con”. Sólo una vida “habitada” dentes de una relación profunda con
por Dios es capaz de mantenerse en pie cuando Dios. El “yugo” y la “carga” de Jesús son ligeros: el
llegan las dudas de Juan, la oposición de la ge- proyecto de Jesús y su empeño por el Reino no con-
neración presente o el rechazo de las ciudades llevan agobios, sino plenitud de ser; no es la “carga
impenitentes. El “conocer” está relacionado con pesada” de escribas y fariseos (23,4): la verdade-
el “revelar”. Sólo se puede revelar con autoridad ra transmisión de Dios no añade sufrimientos a la
lo que se conoce, lo que se experimenta. Así lo vida de las personas; al revés, libera de ellos.
hace Jesús, el Hijo del Dios vivo, que nos revela, José Antonio Badiola Saenz de Ugarte

LA HOMILÍA
1. El Evangelio de hoy comienza con una oración de alabanza y júbilo por parte de Jesús (Mt 11,
25-26) que revela su estrechísima y única relación con el Padre y su donación total a los hombres
(v. 27). En la oración se habla de los sencillos frente a los sabios y entendidos, pues Dios -como dice
Maurice Blondel-, antes de ser un «tema» para penetrar intelectualmente, es una persona a la que
amar; por ello, para creer, no hay que romperse la cabeza sino el corazón, y eso lo comprenden a
fondo los humildes y sencillos que todo lo esperan de Él y en cuyas manos de fiar han depositado
confiadamente la totalidad de sus vidas. De sus manos (decía san Ireneo que son el Hijo y el Espíritu)
venimos (creación) y hacia ellas vamos («en tus manos encomiendo mi espíritu»), y sostenidos por
ellas caminamos hacia Él en nuestra existencia terrena.
Habría que hacer especial hincapié en esta relación única de Jesús y el Padre, fuente de su
actuar, de su hablar, de sus signos poderosos, de sus gestos simbólicos y del conjunto de su vida.
La comunión hondísima que los une se abre a nosotros que podemos ser incorporados, por gracia, a
esa relación como cuerpo de nuestra cabeza. El amor del Padre es la causa del júbilo de Jesús que
lo revela lleno de gracia y de verdad, como diría el final del prólogo joáneo, puesto que lo ha recibido
todo de Él, el Creador del cielo y de la tierra, al que Jesús se refiere con el nombre de Padre. Depender
de Él libera y hace libres para servir.

12
Homilética • 2014/4 DOMINGO 14º DEL T.O.

2. Al abrirnos a esta revelación nos incorporamos por gracia a ella injertados


en el Hijo. También su amor nos hará expresar el más puro agradecimiento, en
la alabanza y la adoración más rendidas. Al mismo tiempo, nos dará la gracia
para ver nuestros propios límites y pecados a la luz de su Amor, capacitándonos Te damos gracias, Padre,

para la esperanza -que en ellos se anuncia-, el amor y la fe; pero el ejercicio de la por toda la gente sencilla
que ha sabido seguir los
verdadera libertad, en la entrega total al Padre y a los demás, no es un peso abru-
pasos de Jesús. A ellos les
mador, sino un yugo llevadero y una carga ligera, pues nunca faltará su impulso,
has enseñado los valores
inspiración y compañía. Es una invitación a deponer toda autosuficiencia.
de tu Reino y son, para no-
3. Conviene subrayar cómo esta honda experiencia lleva a la lógica del Prín-
sotros, un modelo de vida.
cipe de la Paz que llega en un «pollino de borrica» y no en un caballo de empera-
dor (1ª lectura). El abajamiento, el servicio y la vía de la humildad y la kénosis es «estar en el Espíritu»
(2ª lectura), ser templo de Él que habita en nosotros. El cristiano se siente siempre en deuda de amor
para con Dios y el prójimo, a causa del exceso de gracia que supone siempre la revelación de Dios. En
Él está el fundamento último de nuestra esperanza: el hecho y la fe de que el Espíritu del que resucitó
a Jesús de entre los muertos, vivificará también nuestros cuerpos mortales por el mismo Espíritu que
habita en nosotros (2ª lectura).
4. ¡Cómo no terminar también en la oración de agradecimiento como la del Salmo 144! Si se
ensalza y se bendice al Señor es porque es «clemente y misericordioso»; es decir, porque pone cora-
zón en nuestra miserias (miseri-cordis) y es bueno con todos, «cariñoso con todas sus criatura». Su
fidelidad y su bondad nos sostienen cuando caemos, levantándonos cuando la vida nos «dobla», ya
que siempre viene a nosotros «justo y victorioso» (1ª lectura).
Pedro Rodríguez Panizo

ORACIÓN UNIVERSAL
Nos podemos en tus manos, Señor, y humildemente te presentamos nuestros deseos y necesidades:
• Por la Iglesia, para que Jesucristo, imagen del Padre, sea siempre el centro de toda su vida institu-
cional, económica, organizativa, pastoral y misionera.
• Por todos aquellos que, en la sociedad, lo tienen todo claro y no necesitan escuchar a nadie, olvi-
dándose de los más débiles y vulnerables. Para que se rompa la dureza de su corazón y puedan abrir
los ojos a la vida.
• Por quienes se dedican al estudio de la Escritura, para que no sólo “se rompan la cabeza” con el
estudio, sino el corazón, y así penetren de veras en el conocimiento del Padre.
• Por todas las personas que, en medio de sus dudas y sus dificultades, están abiertos a todas las
respuestas. Que su esperanza sirva de testimonio para los desesperanzados.
• Por todas las personas que pasan por la vida sin hacer ruido, siempre y anónimamente al servicio
de los demás. Para que no se desanimen ante las incomprensiones y desprecios.
• Para que los cristianos, en nuestra vida personal, nos dejemos guiar por el Espíritu más que por
nuestra pretendida lógica y por el sentido común y desechemos de nosotros todo tipo de autosufi-
ciencia.
También nosotros, como Jesús, queremos darte gracias porque enseñas tu evangelio a los sencillos.
Escucha nuestras oraciones y ayúdanos a conocer más profundamente a Jesucristo.

13
Homilética • 2014/4 DOMINGO 14º DEL T.O.

RECURSOS
Al comenzar el itinerario de todos estos domingos, hasta el domingo 23º (7 de septiembre) expresamos
nuestro deseo de conocer de verdad a Jesús, nuestro “camino, verdad y vida”. En este primer domingo, el
evangelio lo dice muy claro: «Nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino al Hijo y
aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar» (Mt 11,27). La última palabra la tiene Dios Padre. Él, por Jesús,
nos ha enviado su Espíritu para poderlo conocer. No se lo ha negado a nadie. Todos tenemos esa posibilidad
porque lo llevamos dentro de nosotros y porque todo, en definitiva, está en el libro abierto del Evangelio.
¿Y qué nos dice el evangelio sobre Jesús para que podamos conocerlo? Nos dice que Jesús anun-
cia y nos muestra el Reino de Dios como semilla que ya está germinando, aunque parezca poca cosa
(Mt 13,31-32). Jesús nos abre a los valores del Reino de Dios.

LOS VALORES DEL REINO:


(1) LA SENCILLEZ
1. POBRES Y RICOS
En una ocasión, el padre de una familia muy rica llevó a su hijo al campo con la intención de que viera lo
pobre que era la gente que allí vivía. Estuvieron todo un día y una noche entera en la casa de un pueblo, con
una familia campesina muy humilde. Al terminar el viaje, de regreso a casa en el coche, el padre le preguntó
a su hijo: “¿Qué te pareció el viaje?” “¡Muy bonito papá!”, contestó alegremente el niño. El padre le volvió a
preguntar: “¿Viste lo pobre que puede llegar a ser la gente?” “¡Sí!”, dijo el niño. “¿Y qué aprendiste?”
El niño calló un segundo y, después de pensar, respondió: ‘’Ummm... pues... , aprendí que nosotros
tenemos un perro en casa y ellos tienen cuatro. Que nosotros tenemos una piscina en medio del jardín
y ellos un río. Que nosotros tenemos en el patio unas lámparas compradas y ellos tienen las estrellas.
Que nosotros tenemos un terreno que llega hasta un muro y ellos el campo”.
Al terminar el relato de lo que había aprendido, el padre se quedó mudo y... su hijo añadió: “Gracias
papá por enseñarme lo pobres que somos”.

2. LA SENCILLEZ
Caminaba con mi padre, cuando éste se detuvo en una curva y, después de un pequeño silencio, me preguntó:
¿Además del trino de los pájaros, escuchas alguna cosa más?
Agudicé mis oídos y algunos segundos después le respondí:
- Estoy escuchando el ruido de una carreta.
- Eso es -dijo mi padre-. Es una carreta vacía.
Pregunté a mi padre:
¿Cómo sabes que es una carreta vacía, si aún no la vemos?
Entonces mi padre respondió:
Es muy fácil saber cuándo una carreta está vacía... por causa del ruido. Cuanto más vacía la carre-
ta, mayor es el ruido que hace.
Me convertí en adulto y hasta hoy, cuando veo a una persona hablando demasiado, interrumpiendo la conversa-
ción de todos, siendo inoportuna o violenta, presumiendo de lo que tiene, sintiéndose prepotente y haciendo de menos a
la gente, tengo la impresión de oír la voz de mi padre diciendo: «Cuanto más vacía la carreta, mayor es el ruido que hace.»

14
Homilética • 2014/4

Domingo 15º del T.O.


13 de julio de 2014

La Palabra de JC vino y cayó en la tierra para todos. La hemos acogido a veces, la hemos perseguido
y silenciado las más de las veces. Algunos miles la han vivido y por ello han muerto muchos de ellos.
Es una semilla que brota en forma de cruz.
Javier Prat Cambra

15
Homilética • 2014/4 DOMINGO 15º DEL T.O.

LA PALABRA
PRIMERA LECTURA: Is 55, 10-11 cará de Babilonia y lo conducirá de nuevo a Judá,
se cumplirá.
El texto en su contexto. El conjunto for- Palabra de Dios para nosotros: sentido y
mado por los capítulos 40-55 (Segundo Isaías), celebración litúrgica. La imagen agrícola es de
también conocido como «Libro de la Consolación», por sí expresiva, especialmente en aquella tierra
ofrece una unidad y coherencia mayor que el res- seca y reseca que ansía el agua. La «palabra de
to del libro de Isaías. Estos capítulos se pueden Dios» como agua de lluvia que cae lentamente
identificar como una obra es sinónimo de vida, de
La Palabra de Dios, como agua
pensada en dos partes, y frescura, de posibilidades
de lluvia, es sinónimo de vida,
enmarcada por un «prólo- inauditas, de fertilidad allí
go» (Is 40,1-11) y un «epílo-
de frescura y de fertilidad donde cae mansamente.
go» (Is 55,6-13), que repiten los mismos temas: la Tanto entonces como ahora, el creyente no des-
vuelta a Jerusalén del pueblo deportado en Babi- precia ni minusvalora la sencillez de la palabra
lonia, como si de un segundo éxodo se tratara, y de Dios, sino que se pone a su escucha de forma
la centralidad y vigor de la palabra de Dios. Nos dócil y obediente.
centramos en el segundo, que nos ocupa en esta Pedro Fraile Yécora
lectura litúrgica. En el «prólogo» se dice que la pa-
labra de Dios «permanece para siempre» (Is 40,8); SEGUNDA LECTURA: Rom 8, 18-23
en el «epílogo» se afirma que la palabra de Dios es
«fecunda» (Is 55,11). A su manera, Romanos elabora una mística
El texto en la historia de la salvación. El de resistencia para hacer creíble la posibilidad
exilio en Babilonia se compara con la esclavitud de una vida rehabilitada por la muerte de Jesús,
de Egipto. En Babilonia gozan de una cierta liber- cosa que conduce a verse libre de toda constric-
tad, pero no pueden volver a casa. El Dios de la ción (pecado, muerte, ley) y a llevar un estilo de
historia, el Dios que es fiel a sus promesas, no vida al aire del Espíritu. Esa mística de resistencia
ha olvidado a su pueblo y decide intervenir. Si se concretiza en el tema de la esperanza, ya que
entonces, en la salida de Egipto, se produjo un cuando uno mira su propia debilidad puede estar
éxodo con portentos, ahora asistirán de nuevo a razonablemente tentado de abandonar esta clase
un segundo éxodo, en su retorno a Jerusalén. Si de anhelos, de creer que el horizonte de la vida
entonces fue Moisés el que según el Espíritu no está a su alcance.
condujo al pueblo, ahora Por eso mismo «la gloria que un día se nos des-
será Dios mismo quien les cubrirá» no alude solamente a la plenitud de la paru-
Tú, Padre, has sembrado guíe. El profeta asume el sía, sino a esa gloria cotidiana que va apareciendo
la semilla de tu Palabra encargo de «consolar» aun en quien vive ya al ritmo del Espíritu. Esa “gloria”
en toda la tierra sin poner pueblo abatido y animarle consiste en la evidencia de que la nuestra es una
condiciones y tu deseo para que ponga sus ojos vida acompañada por Dios que ha puesto su mora-
es que crezca y dé fruto. en la acción salvadora de da en nosotros (Jn 14,23). Por lo que la soledad, el
Haznos tierra buena. Que Dios. La palabra de Dios es desamor, la muerte tienen los días contados.
escuchemos y vivamos tu «firme y fiel»; si él ha prome- A este anhelo de plenitud y de “gloria” se
Palabra. tido a su pueblo que lo sa- suma la creación entera que también «aguarda la

16
Homilética • 2014/4 DOMINGO 15º DEL T.O.

plena manifestación de los hijos de Dios». Porque Efectivamente, la creación «gime con dolores
la filiación no es patrimonio exclusivo de los huma- de parto», la historia está en tiempo de embara-
nos, sino que pertenece al hecho creacional, a todo zo, en época de acarrear materiales para ir cons-
lo salido de la mano amorosa del Padre. Toda la truyendo luego el edificio de la vida en libertad
realidad anhela esa vida según el Espí- y gozo, la vida plenamente humana,
ritu que posibilita la muerte de Jesús. la del Espíritu. Y particularmente los
La frustración en la que vive la humanos «que poseemos las primi-
creación no se debe solamente a «uno cias del Espíritu», que ya conocemos
que la sometió», sino al precio que es todo esto por la experiencia creyente,
necesario pagar para que funcione un «gemimos en nuestro interior aguar-
proceso de liberación histórica. Pero aun así, la dando la hora de ser hijos de Dios». El anhelo de
creación vive con la esperanza «de verse libre de la la filiación plena no es una entelequia sino que,
esclavitud de la corrupción», de saldar cuentas de unido a todo el hecho creacional, suspira por ese
debilidad histórica para tocar con sus dedos el ho- mundo, ese otro mundo posible, que tantas per-
rizonte de lo pleno. Es una manera muy profunda sonas han soñado en épocas pretéritas y en las
de leer el hecho histórico con la que se quiere con- actuales.
tagiar la mística paulina de la esperanza cristiana. Fidel Aizpurúa Donázar

EVANGELIO: Mt 13, 1-23 mento inicial del Reino. Las otras parábolas irán
desarrollando otros aspectos del mismo. 
El capítulo 13 del evangelio de Mateo, que El texto podemos estructurarlo en 3 partes
leeremos en tres domingos sucesivos, contiene el principales, además de la gráfica introducción
tercer discurso de Jesús, en el que cuenta las narrativa (vv. 1-3): Jesús, sentado en la barca; la
siete parábolas del Reino (el sembrador, la ci- gente, de pie en la orilla (esta oposición tácita se
zaña, el grano de mostaza, la levadura, el tesoro hará expresa al final del capítulo: 13,53-58). La
escondido, la perla preciosa, la red). Es el discur- primera parte del evangelio contiene la parábola
so central del evangelio (hay 5) y está dirigido a contada por Jesús (vv. 3-9); la segunda parte con-
presentar el modo en que el Reino de los cielos va tiene la pregunta de los discípulos y la respuesta
haciéndose presente entre nosotros. La sección que Jesús les da (vv. 10-17); la tercera parte pre-
anterior del evangelio (Mt 11-12), que recoge las senta la explicación de la parábola que da Jesús a
reacciones negativas a la misión de Jesús, cul- los discípulos (vv. 18-23).
mina con la escena en que Jesús capacita a los El relato de la parábola es bastante realista.
discípulos para poder hacer la voluntad del Padre Para quienes han sembrado a voleo la imagen les
(12,46-50). En el mismo día, Jesús habla a la mu- resulta familiar. Aunque la llamamos “parábola del
chedumbre en parábolas, pero las explicaciones sembrador”, en realidad, apenas nombra al sem-
sólo las da a los discípulos (cf. v. 10). Esta primera brador, deja de ocuparse de él: desde el v. 4, la
parábola, la del sembrador, nos sitúa en el mo- semilla diseminada pasa a ser el sujeto. Lo más
llamativo es que la parte de la semilla que cae en
tierra buena está presentada igual que las otras

Te presentamos, Padre nuestro, la tierra que somos en la que Tú siembras tu Palabra. Quita las piedras y las
zarzas de nuestra vida para tener abiertos para ti nuestros oídos.

17
Homilética • 2014/4 DOMINGO 15º DEL T.O.

partes, lo cual indica que el objetivo es presentar Is 6,9-10. En ese “ellos”, el pueblo incrédulo, se
las diversas situaciones en las que se acoge la cumplen las palabras de Isaías. Israel cerró sus
Palabra del Reino. Por eso hay tanta insistencia oídos y sus ojos para no entender y convertirse.
en el tema del oír/escuchar. El texto presenta cua- Ahora es una alerta para que eso no suceda con
tro tipos de terreno sobre los que cae la simiente y la comunidad cristiana.
nos invita a reflexionar cuál de ellos refleja mejor Pero, a la vez, la oposición llama a la responsa-
nuestra situación. A Mateo le interesa contraponer bilidad del ser discípulo y a saber demostrarlo; pri-
diversos tipos de terrenos entre sí con miras a la mero siendo tierra buena para la semilla que hemos
exhortación ética, como lo indica el dicho del v. 9. recibido, después siendo sembradores capaces de
La diversa respuesta en frutos de la semi- seguir arriesgando para que la Palabra del Reino
lla es el aspecto más específico del texto: Dios haga rendir el campo del mundo. No podemos per-
no fuerza la respuesta de una conciencia libre. El manecer indiferentes: es necesario escuchar, com-
consentimiento y la prender, interpretar y
colaboración del ser Hay cuatro tipos de terreno sobre los decidirse por un sen-
humano son condi- que cae la simiente, pero Dios no fuerza tido o por otro. Jesús
ciones decisivas para la respuesta de una conciencia libre. implica en esta deci-
la eficacia del proyec- sión a los discípulos,
to de Dios. porque busca verdaderos discípulos que sepan ser
La fuerte oposición “vosotros-ellos” (dis- terreno fecundo para su Palabra. Así lo indica el v.
cípulos-multitud) del v. 11 resulta sorprendente 23, que concluye la unidad de forma positiva: hay
porque hasta el momento la gente ha seguido y personas que son tierra buena para la semilla. La
aceptado a Jesús. La oposición hay que entender- comprensión desemboca en el rendimiento, en los
la a la luz del conjunto del evangelio, que sellará frutos. Aquí estriba el sentido de la parábola: dar fru-
la ruptura entre la comunidad cristiana y el pueblo tos. Las diversas cantidades indican que lo impor-
de Israel. El rechazo de Israel fue tan importan- tante no es el “cuánto”, sino el “qué”.
te para Mateo que quiso iluminarlo con la cita de José Antonio Badiola Saenz de Ugarte

LA HOMILÍA
“Mi palabra… no volverá a mí vacía, sino que hará mi voluntad”
Probablemente, todos hemos experimentado -y quizá más de una vez- la sensación de impacien-
cia, mezclada con la de impotencia, pues lo hemos dado todo para conseguir unos objetivos y no ve-
mos el fruto esperado; creemos que hemos echado lo mejor de nosotros mismos (buena semilla) pero
no acaba de brotar. Situación que se puede dar en los distintos espacios de nuestra vida personal,
familiar, laboral, social, eclesial… Cuando
El Reino de Dios se nos quiere dar
experimentamos estos sentimientos, fácil-
y manifestar en lo gratuito de la vida.
mente concluimos que “la tierra era mala”
e, inmediatamente, nos seducen las ganas de irnos de ese campo a otro; o de que hay “demasiadas
zarzas” y que las tenemos que arrancar cuanto antes; o que trabajamos “de un modo demasiado sen-
cillo y oculto” y que tenemos que buscar un marketing más sonoro y esplendoroso. Claramente son
análisis y sentimientos de “esfuerzo” y “eficacia”. Sin embargo, el Reino parece que anda por otros ca-
minos: “fecundidad y gracia”. El Reino de Dios se nos quiere dar y manifestar en lo gratuito de la vida.

18
Homilética • 2014/4 DOMINGO 15º DEL T.O.

El evangelio de lo gratuito:
Jesús, en su vida, palabra y quehacer existencial, nos ha mostrado algo muy simple y sencillo, a lo
que nos cuesta quizá abrirnos: para Él, la semilla crece de un modo lento, oculto y gratuito, lo hace en
tierras muy distintas y siempre acompañadas por zarzas. Y vive el “ahora” como tiempo de la paciencia
histórica activa, no se duerme sino que sueña, y
Jesús nos invita a entrar
lo hace desde la utopía que se fundamenta en el
en la experiencia de la gratuidad
ser y el decir del Padre. Él se descubre a sí mismo
para mayor conocimiento
como Palabra del Padre que da fruto y no volverá
de su reino y su verdad.
a Él vacío. Por eso su vida fue un trabajo oculto y
silencioso en Nazaret, vivió en los límites y en la finitud, y no le faltaron las zarzas en su entorno, hasta
el punto de la cruz. Pero experimentó la gracia del Padre que se manifiesta en la gratuidad de la vida.
Sintió cómo la semilla cae, se hunde hasta la muerte, pero da vida y fruto, no por la fuerza de uno, sino
por el encuentro de la libertad de Dios y de los hombres que se abren en sencillez a su voluntad. Nos
sentimos invitados por Jesús a ser gratuitos, a asumir lo oculto y silencioso de la vida, la limitación y
la finitud (propias y ajenas), y aceptar la realidad de las zarzas, no deseada pero activa. Él nos invita a
entrar en la experiencia de la gratuidad para mayor conocimiento de su reino y su verdad.

Razones para la gratuidad:


Dios Padre no va a defraudarnos, tan seguro como que la lluvia cae y fecunda la tierra. La fuerza
de su palabra llegará a dar hasta el ciento por uno. Podemos dudar al vernos a nosotros mismos y
descubrirnos “como pobre tierra y con bastantes zarzas en nuestro ser”, y ahí tenemos que aceptar la
gratuidad de Dios que mira cómo permanecemos, aún en la debilidad, en su presencia y escuchando
su palabra; cómo de un modo sencillo y débil queremos anunciarla; cómo tratamos de hacer de ella
vida nuestra. Y es que está dando gratuitamente No debemos buscar otro mundo,
fruto en nosotros y no estamos vacíos. Por eso, sino soñar éste de un modo nuevo.
no debemos buscar otro mundo, sino soñar éste
de un modo nuevo, señalando dónde está ya presente su reino de vida -aunque sea de un modo si-
lencioso y casi oculto- y, sobre todo, anticipándolo, aunque sea de un modo muy limitado, en lo diario
de nuestras vidas y en medio de nuestros ambientes.
José Moreno Losada

ORACIÓN UNIVERSAL
Tu Palabra, Padre, llueve sobre nosotros y es eficaz. Por eso ponemos en ti
nuestra confianza y te expresamos nuestros deseos:
• Por la Iglesia y la nueva evangelización. Para que, antes que evangelizado-
Te damos gracias, Padre, res, nos dejemos evangelizar nosotros mismos y anunciemos la Palabra de
porque todo nos lo regalas Dios con generosidad y sin medir los resultados, libre y gratuitamente.
gratuitamente, sin poner • Por todos aquellos que son mala tierra y no dejan que crezca en ellos la
condiciones. Que aprenda- Palabra de Dios. Para que recuperen el mantillo necesario que reblandezca
mos de ti a vivir ven gra- su corazón y les libere de intereses y prejuicios, y descubran con alegría y
tuidad. libremente la novedad del evangelio.

19
Homilética • 2014/4 DOMINGO 15º DEL T.O.

• Por los agricultores, que esperan de la tierra la posibilidad de una vida digna. Que esta realidad se
imponga sobre los intereses que hacen de la tierra un mercado vergonzoso que condena a la pobreza
a miles de campesinos.
• Por nosotros mismos, para que, a pesar de todos los pesares, sigamos confiando en Dios cuya Pa-
labra es eficaz por encima de nuestras limitaciones.
• Por nosotros y por todos los que creen en Jesús, Hijo de Dios, para que seamos buena tierra y de-
mos buenos frutos al servicio de la humanidad.
Con toda confianza hemos presentado ante ti, Padre, nuestros deseos. De tu mano y con nuestra
buena voluntad dejamos ahora nuestro cuidado.

RECURSOS
LOS VALORES DEL REINO:
(2) LA GRATUIDAD
Uno de los detalles más impresionantes de Jesús, en el evangelio, es ver cómo, una vez que ha
curado a un enfermo, no le dice que se venga con él, sino que lo devuelve a su casa y su familia. Le
basta con verle curado (Mc 8,26; Lc 7,50; 8,38-39). Es la pura gratuidad. Jesús no buscaba prosélitos
sino, en todo caso, discípulos que le sigan libremente. Y está dispuesto a quedarse solo, si los que le
siguen deciden, en un determinado momento, abandonarle (Mc 10, 21-22; Jn 6, 66-67). Jesús, como
el sembrador de la parábola, siembra “a voleo”, sin angustiarse por saber dónde cae el grano. Para el
sembrador, lo suyo sólo es sembrar. El resto no depende de él.

20
Homilética • 2014/4 DOMINGO 15º DEL T.O.

1. EL AMOR ES A FONDO PERDIDO


Había un matrimonio, joven, que tenía dos hijos. Un viernes salieron los padres para cenar. Dejaron
encargado de su hermanito, que sólo era un bebé, al hijo mayor de 12 años. La verdad es que le dio
mucha lata el pequeñín. Al final, el hijo mayor le pasó a su madre una factura.
Escrito en un papel había dejado esta nota:
«porque ha llorado, cinco euros;
porque le he dado de comer, cinco euros;
porque le he dado de beber, dos euros;
porque no me ha dejado tranquilo, seis euros;
porque le he tenido que limpiar, dos euros;
total, veinte euros».

Cuando llegaron los padres, la madre, al ver la factura, colocó los veinte euros y escribió por detrás:
«por los nueve meses que te llevé en mi vientre, un regalo;
porque me levanté mil veces a cuidarte, un regalo;
porque sólo vivo para ti, un regalo;
total, siempre un regalo».
Cuando el hijo se levantó por la mañana y vio la nota de su madre, no tomó los veinte euros.

21
Homilética • 2014/4

Domingo 16º del T.O.


20 de julio de 2014

Ojo con el afán de cortar por lo sano cuando algo no nos gusta, o incluso se sale del molde. Son
muchos los casos en los que la supuesta cizaña escondía el mejor trigo. Nadie nos ha constituido en
jueces, ni siquiera JC se consideró tribunal de nadie. Javier Prat Cambra

22
Homilética • 2014/4 DOMINGO 16º DEL T.O.

LA PALABRA
PRIMERA LECTURA: Sab 12, 13. 16-19 Dios es como un maestro que conduce, guía,
advierte, y corrige con autoridad y mansedumbre a
El texto en su contexto. Algunos comen- la vez, y así hace justicia.
taristas han llegado a afirmar que el libro de la Palabra de Dios para nosotros: sentido
Sabiduría, más que un libro «sapiencial», tal como y celebración litúrgica. La forma ordinaria del
lo entendemos hoy en nuestra cultura, y en su enseñar de Dios es su actuación en la historia. La
aplicación a la literatu- mansedumbre con que
El hombre justo debe ser humano,
ra bíblica, es un libro de Dios ha tratado a los
amigo del hombre,
«teología política». En enemigos de su pueblo
efecto, habla en algu-
como lo es el mismo Dios. es una lección de
nos momentos de «sabiduría», pero se centra más autoridad sin violencia; de poder sin humillación;
en la idea de «justicia» aplicada tanto a la historia, de justicia sin víctimas. El hombre justo debe ser
como a los hombres, como a Dios. El texto que humano, amigo del hombre, como lo es el mismo
leemos hoy está dentro de un «repaso» de la histo- Dios. Justicia y misericordia forman parte del Dios
ria del pueblo de Israel: ¿Cómo se ha comportado que se revela en la Biblia.
Dios con los enemigos del pueblo? ¿Los ha casti- Pedro Fraile Yécora
gado sin piedad? El primer versículo que leemos
recuerda la fe monoteísta: no hay otro Dios fuera SEGUNDA LECTURA: Rom 8, 26-27
de Israel; Él es el creador, cuidador providente de
toda su obra, la rige con justicia. ¿Cómo mantenerse en el anhelo, en la es-
El texto en la his- peranza de que la creación entera, y la persona
toria de la salvación. El con ella, pueden alcanzar los logros de la filiación,
autor del libro mira toda la expansión de lo pleno, la dicha de lo logrado?
En nuestro corazón, Padre,
la historia del pueblo, y ¿Es que la rehabilitación que el amor de Dios ha
hay luz y sombra, trigo y
ve cómo el ser humano ideado en la muerte salvadora de Jesús y que nos
cizaña. Ten paciencia con
con frecuencia cae en el hace libres del pecado, de la ley y de la muerte es
nosotros y ayúdanos para
abuso de poder, mientras algo mecánico que se consigue por el mero he-
que la cizaña no se coma
nuestro trigo. que Dios no necesita la cho de dejar correr el tiempo? No, Pablo elabora
violencia para hacer valer toda una mística de resistencia que haga brotar la
su autoridad. Unos capítulos antes el escritor sagra- esperanza y, con ella, la certeza de que el triunfo
do ha hablado de la «forma de actuar» de los impíos de esta historia es una posibilidad, algo que se
(Sab 2,11a), que tiene como norma la «fuerza» puede conseguir.
que es violencia atropelladora de los más débiles, Esa mística de resistencia para la esperanza
demostrando con ello su prepotencia y cobardía. alberga la certeza de que «el Espíritu viene en ayu-
Dios, sin embargo, perdona a todos porque de verdad da de nuestra debilidad». Nuestra vida no es una
es poderoso. El texto dice: «Obrando realidad desamparada, sola, abando-
así... (esto es, con el castigo moderado nada a su suerte. No estamos presos
y paulatino de los cananeos y con el del azar, del destino. Para Pablo, el
gobierno indulgente de los israelitas), Espíritu, lo vivo de Dios, sostiene la de-
tú, oh Dios, enseñaste a tu pueblo». bilidad que somos y por ello dijo en 2

23
Homilética • 2014/4 DOMINGO 16º DEL T.O.

Cor 12,9 que «la fuerza se realiza en la debilidad». de Jesús. Si ese deseo se va cumpliendo, la crea-
Es decir, en la debilidad que somos habita la fuerza ción sale de su mortal letargo; si no se cumple, las
del Espíritu haciéndola resistente y resiliente. fauces del abismo se tragan a la vida. El creyente
Y cuando «no sabemos pedir lo que nos con- está llamado a colaborar con el Espíritu para que
viene», cuando demostramos que los horizontes el triunfo quede lo más asegurado posible.
de la vida se nos nublan La intercesión del
En la debilidad que somos
y perdemos el norte, «el Espíritu por los creyentes
habita la fuerza del Espíritu
Espíritu mismo intercede es «según Dios», tiene el
haciéndola resistente y resiliente.
por nosotros con gemi- aval de Dios, está empu-
dos inefables», en maneras que no se puede expli- jada por el vivo deseo de Dios de que la creación
car, que se entreveran con el misterio. Pero esta llegue a su mayor plenitud posible. De ahí que la
certeza da a la pobre oración del creyente una po- esperanza tenga el apoyo de Dios y sea mucho
sibilidad de esperanza y de resistencia que hace más que un mero afán de resistir en las opciones
que el triunfo esté garantizado, aunque nuestra tomadas. Este sustrato espiritual es el que hará
percepción de él sea frágil. brotar una actitud nueva que ponga rostro a la
Dios conoce «el deseo del Espíritu» que no rehabilitación de Jesús. Hondos misterios de la
es otro sino que la persona, la historia, lleguen a espiritualidad cristiana.
esa plenitud a la que les abre la muerte salvadora Fidel Aizpurúa Donázar

EVANGELIO: Mt 13, 24-43 de 3 parábolas acerca del Reino de los cielos, que
comienzan de la misma manera (“Otra parábola”) y
Seguimos leyendo/escuchando el discurso la conclusión de todas ellas con una cita de cumpli-
en parábolas. Después de la primera gran pará- miento, típico recurso de estilo de Mateo (13,24-35).
bola y la explicación de la misma, siguen ahora 2) La segunda sección es la explicación que
otras tres parábolas, cada vez más breves, que Jesús da de la parábola de la cizaña, la primera
tocan diversos aspectos del Reino de los cielos que aparece en nuestro texto, marcada por un con-
(13,24-33) y, tras una breve transición (13,34- tundente cambio de destinatarios, de la multitud a
35), la explicación de la primera de ellas, la de los discípulos (13,36-43).
la cizaña (13,36-43). Seguirán otras tres parábo- La primera parábola, la del trigo y la cizaña
las y la conclusión del discurso (13,44-52). Esta- (vv. 24-30) nos dice que el Reino está ya presente,
mos, pues, en el centro del evangelio mateano, abierto a todos según el bondadoso estilo de Dios
y la tercera brevísima de Padre, que envía la lluvia y el sol sobre buenos y ma-
las parábolas de hoy, es los (cf. 5,45). La semilla del Reino coexiste con la
el centro del centro del del mal (la cizaña), que no será eliminada hasta el
Te damos gracias, Padre, evangelio: la levadura que momento oportuno, el de la siega. Por tanto, nuestro
por todas las personas que fermenta una gran canti- empeño no debe ser tanto adelantar el trabajo del
saben ser pacientes y tole- dad de masa. segador (hacer de Dios Juez), sino producir nuestros
rantes con los demás. Que El texto evangélico frutos, conforme a nuestro ser semillas que germi-
su testimonio nos ayude de hoy consta de dos gran- nan. Una llamada a la tolerancia y, desde luego, al
para saber convivir en la des secciones. compromiso militante cristiano.
sociedad sin por ello dejar
1) La primera sección La segunda parábola, la de la semilla de mos-
de luchar por la justicia.
está formada por un grupo taza (vv. 31-32), más breve que la anterior, tiene

24
Homilética • 2014/4 DOMINGO 16º DEL T.O.

una hermosa enseñanza: como la mostaza, el Reino tud incapaz de entender (que adelanta a este mo-
de los cielos crecerá, tendrá dinamismo, ofrecerá mento central del evangelio el rechazo del pueblo
refugio para quien lo necesite. Continúa la apertu- a Jesús) y se dirige sólo a los discípulos, a quienes
ra del reino a todos, a la vez que ofrece seguridad explica la parábola de la cizaña. Destaca la idea
y protección. Es un modelo de juicio: a su tiempo se
El crecimiento eficaz del Reino
para el estilo cristiano. producirá la eliminación de
tiene algo de paradójico
La tercera parábola, lo malo (los “escándalos”)
porque no precisa
la de la levadura (v. 33) y los malos (los que “obran
de grandes manifestaciones
es la central del grupo de iniquidad”). Lo decisivo en
7 parábolas del discurso y,
ni grandes medios. el juicio es el recto obrar. Lo
no por casualidad, la más breve. Describe la fun- importante es que “los hijos del Reino” (la Iglesia)
ción del Reino, de una manera callada y sin pre- lleguen a ser lo que deben ser: una comunidad de
tensiones, pero con gran efectividad. La imagen justos que un día brillarán en
de crecimiento es más intensa ahora. el reino del Padre (v. 43a).
Hay que destacar el aspecto de sorpresa en La idea de juicio en Ma-
Te presentamos, Padre,
las tres parábolas. En la primera, se rechaza la la- teo es muy importante y el
nuestro mundo, que no
bor de escardar para fortalecer la buena semilla; texto finaliza con una conoci-
es blanco ni negro, sino
en la segunda, no se toma como ejemplo un gran da expresión de advertencia
gris. Queremos aceptarlo
árbol (el cedro del Líbano, por ejemplo) sino la mo- a los discípulos. No todo con-
tal como es sin caer en
desta mostaza; en la tercera, sorprende la ingente duce a Dios y deberíamos el pesimismo ni en la
cantidad de harina de la que se habla. Hay un cre- pensar en todos aquellos intolerancia.
cimiento eficaz del Reino que, sin embargo, tiene aspectos de nuestra vida
algo de paradójico por cuanto no precisa de gran- que siguen creciendo junto al trigo pero no serán
des manifestaciones ni grandes medios. cosechados por el Señor.
Después de referir las tres parábolas, cam-
bian los destinatarios: Jesús despide a una multi- José Antonio Badiola Saenz de Ugarte

LA HOMILÍA
“Obrando así enseñaste a tu pueblo que el justo debe ser humano”

Experiencia de vida:
Todos experimentamos con frecuencia deseos de
Queremos ser justos,
que nuestra sociedad y nuestra Iglesia cambien, de una
pero es muy fácil
vez, a mejor. Y, en la medida de nuestras posibilidades,
acabar siendo “justicieros”.
intentamos aportar algo para que así sea. En este deseo
de mejoría seguro que todos estamos de acuerdo, aunque el acuerdo se torna más difícil cuando nos
preguntamos “cómo” debemos hacerlo. Ahí posiblemente discrepemos, y no poco; no es fácil el juicio
sobre la realidad, y cada uno juzgamos desde donde estamos y nos duele. Solemos analizar bien las
situaciones y discernimos entre el trigo y la cizaña, pero fácilmente se nos olvida que también noso-
tros somos parte de esa realidad analizada y que, también, en nuestro interior crecen juntos el trigo
y la cizaña. Es verdad que queremos ser justos, pero es muy fácil acabar siendo “justicieros” y que,

25
Homilética • 2014/4 DOMINGO 16º DEL T.O.

queriendo acabar con el mal, deseemos lo mismo para el que lo hace. Buscamos ser claros en los
análisis pero, a veces, tanto que nos volvemos “dogmáticos e intransigentes”, incluso con nosotros
mismos. Pero no caigamos en la tentación de creer, por estas debilidades, que no es posible cambiar.

Evangelio de vida:
En la parábola, Jesús nos enseña algo fundamental: mientras que los
criados se muestran “radicales” con un juicio “claro y determinante” para
acabar con el mal de un golpe y sin rodeos, el dueño, con una respuesta apa-
rentemente ambigua de que pueden confundirse y arrancar también el trigo,
nos anima a ser tolerantes y no excluyentes. Quizá pensaron que el amo no
era todo lo radical que debiera. Pero el juicio ideológico tajante y excluyente no es de recibo en el Rei-
no de Dios. El juicio divino justifica la historia y la vida, y no produce la muerte…, es siempre juicio de
salvación. Posiblemente el amo era capaz de detectar en las personas la existencia de unas “raíces”
–de aquí viene “radical”- que aquellos criados ni siquiera eran capaces de atisbar. Es impresionante
cómo Jesús nos propone el juicio de Dios como único horizonte de todo juicio humano: “sed compa-
sivos –perfectos- como vuestro Padre celestial es com-
El juicio divino es siempre
pasivo –perfecto-”. Con una garantía de salvación: “la
juicio de salvación
medida que uséis, la usarán con vosotros”.

Horizontes de tolerancia e inclusión:


Las posiciones sectarias, intransigentes e incapaces de perdonar y de perdonarse a sí mismos,
no son fácilmente compatibles con las actitudes que deben ser las propias de un discípulo de Jesús.
En la vida no sólo hay blancos y negros, sino que está tamizada por una amplia gama de colores
grises. Respetar el propio ritmo y el de los
Las posiciones sectarias e intransigentes
demás ayuda a que pueda crecer lo mejor
de cada uno. El fallo (propio o ajeno) de-
no son compatibles con las actitudes
manda perdón (perdonarnos y perdonar),
de un discípulo de Jesús.
tolerancia y respeto: sólo así será inicio de un nuevo proceso. La Iglesia, y los cristianos en ella, esta-
mos llamados a portar en nuestra sociedad y en nuestras comunidades el espíritu de la fraternidad
que conduce a la comunión y no la intolerancia que lleva a la exclusión. Frente a la imagen distorsio-
nada de una Iglesia que condena y anatematiza, hoy necesitamos ser reflejo de lo que Cristo es para
nosotros: compasión y perdón.
José Moreno Losada

26
Homilética • 2014/4 DOMINGO 16º DEL T.O.

ORACIÓN UNIVERSAL
A ti, Padre, que haces salir el mismo sol sobre buenos y malo, te dirigimos nuestra oración:
• Por la Iglesia, en la que convivimos buenos y malos, santos y pecadores. Que sea una Iglesia hu-
milde, capaz de reconocer su propio mal. Que, al anunciar el evangelio, sea más amiga de utilizar la
ternura que el bastonazo.
• Por todos los grupos fundamentalistas que, sea cual sea su ideología o religión, pretenden crear
un mundo nuevo mediante el terror y la imposición de sus ideas. Que curen de su ceguera y abran
caminos de tolerancia y de paz.
• Por nosotros mismos, que descubramos el trigo y la cizaña que conviven en nuestro corazón y, antes
de querer cambiar a los demás, empecemos por cambiarnos a nosotros mismos.
• Para que, superando nuestros prejuicios, seamos pacientes y tolerantes con aquellos cuyo interior
desconocemos, sin excluir a nadie por juicios prematuros y precipitados.
• Para que seamos capaces de respetar el ritmo de los demás, ayudándoles a crecer tal como son y
no tal como quisiéramos que fuesen.
Escucha, Padre, nuestra oración, haznos humildes y sencillos, capaces de conocer los misterios de tu Reino.

RECURSOS
LOS VALORES DEL REINO:
(3) LA TOLERANCIA
¿Podemos decir que Jesús fue “tolerante”? Por supuesto, lo fue con sus mismos discípulos, que no
acababan de entender (Mc 8, 14-21), con Santiago y Juan 10, 35-40), pero también con los pecadores
(Jn 8,1-11), porque Dios –decía Jesús- hace salir el sol sobre buenos y malos, y llover sobre justos e
injustos… (Mt 5, 45). Por eso Jesús nos habló también de la paciencia, del trigo y la cizaña y del esperar
un año más para ver si la higuera da frutos…(Lc 13,6-9). Y nos habló de la inclusión de aquellos que,
precisamente, eran excluidos por la sociedad de aquel momento: Mateo (Mt 9, 9-13), el leproso (Mc
1,40-45), la pecadora (Lc 7, 36-50; Jn 8, 1-11), etc.

27
Homilética • 2014/4

LA ROSA Y EL SAPO
Había una vez una rosa roja muy bella; se sentía de maravilla por saber que era la rosa más bella del jar-
dín. Un día comprendió que la gente la miraba sólo de lejos y no se acercaba a ella. Se dio cuenta de que
al lado de ella siempre había un sapo grande y oscuro, y que por eso nadie se acercaba a verla de cerca.

Indignada ante lo descubierto, le ordenó al sapo que se fuera de inmediato. El sapo, muy obediente, dijo:
- Está bien, si así lo quieres.
Poco tiempo después el sapo pasó por donde estaba la rosa y se sorprendió al verla totalmente
marchita, sin hojas y sin pétalos. Le dijo entonces:
- ¡Vaya! ¡Qué mal te veo! ¿Qué te pasó?
La rosa contestó:
- Es que desde que te fuiste las hormigas me han comido día a día, y nunca pude volver a ser igual.
El sapo sólo contestó:
- Pues claro, cuando yo estaba aquí me comía a esas hormigas y por eso siempre eras la más bella
del jardín.

28
Homilética • 2014/4

Santiago, apóstol
25 de julio de 2014

En los palos de la barca de Zebedeo ya se entreveía la cruz de Cristo. Santiago fue el primero de los
apóstoles en vivir y morir la máxima de Dios antes que los hombres. Después lo trajimos hasta Espa-
ña, tierra de pasiones, y lo convertimos en el santo patrón de tan apasionados habitantes.
Javier Prat Cambra

29
Homilética • 2014/4 SANTIAGO, APÓSTOL

LA PALABRA
PRIMERA LECTURA: Palabra de Dios para nosotros: sentido y
Hech 4,33; 5, 12. 27-33; 12, 2. celebración litúrgica. La fe martirial de los pri-
meros cristianos está puesta fuera de duda. En
El texto en su contexto. La fiesta litúrgica de sus orígenes es consecuencia de una época de
hoy conmemora a Santiago, muerto violentamente violencia y de terror, donde el pueblo judío se
en la persecución contra la Iglesia de Jerusalén. El jugaba su misma supervivencia, ante la presión
texto de los Hechos de los apóstoles nos proporcio- de los romanos, y su identidad religiosa ante el
na el «marco social e histórico» de esta circunstancia cristianismo emergente. La fe se confiesa incluso
conocida por la historia. con la propia vida, pero
La fe se confiesa incluso
El relato nos presenta a la fe nunca justifica la
con la propia vida,
los apóstoles, presididos violencia.
pero la fe nunca justifica la violencia.
por Pedro, ante el Con- Pedro Fraile Yécora
sejo de ancianos y autoridades judías de Jerusalén
(Sanedrín). Sus miembros demuestran una gran im- SEGUNDA LECTURA: 2 Cor 4,7-15
potencia ante su desobediencia reincidente: « ¿no
os habíamos prohibido hablar en nombre de “ese Pablo ha tenido que desarrollar sus artes
hombre”? En la intervención del Sanedrín encontra- persuasorias para hacer ver a las comunidades
mos la magnitud que había adquirido la predicación de Corinto, manipuladas en contra de él, que su
apostólica en Jerusalén, siguiendo la instrucción de intención no era otra que la construcción de la fe
Jesús al final del evangelio de Lucas (24, 47) «se en esa ciudad. Ha tenido que desmantelar, una
anunciará el perdón de los pecados... a una, todas las falsas acusaciones
comenzando por Jerusalén». englobadas en una falta de honradez
El texto en la historia de la respecto a ellos. Él dirá que su misión
salvación. El texto recoge el “keryg- nace de un encargo de Dios y que no
ma” («primer anuncio») cristológico en necesita de intrigas o de falsedades
sus elementos esenciales: condena a para demostrarlo. Su autenticidad es
muerte de Jesús por las autoridades ju- su única recomendación.
días; resurrección de Jesús por la acción de Dios; Aunque Pablo palpe su debilidad en la obra
exaltación a la derecha de Dios; ofrecimiento de de misión con los corintios, él cree que, detrás,
conversión y perdón de los pecados para Israel; está la «fuerza extraordinaria de Dios». Por eso, la
testimonio de los apóstoles. El testimonio que dan misión no ha fracasado y, más allá de amarguras,
los apóstoles no es obra de la valentía human, sino él sigue conectado y benigno con la comunidad.
que proviene del mismo Dios a través de ellos, que Esa fuerza es la que sostiene la vida del apóstol,
escuchan y obedecen al Espíritu. Los apóstoles,
así, provocando la exasperación del Consejo, se
encuentran también ellos al borde la muerte.

Santiago, como los demás apóstoles, sellaron con su sangre su fidelidad a Jesús y al Evangelio. Que nosotros,
como cristianos, sepamos mantenernos fieles como él y transmitamos así la Buena Noticia del Evangelio.

30
Homilética • 2014/4 SANTIAGO, APÓSTOL

de todo apóstol. Quizá al manifestarse en un con- vivir del misionero, esté marcado, a veces, por la
texto de debilidad es cuando se percibe que es muerte, el rostro de la entrega.
más “extraordinaria”. Solamente en apariencia es paradójico que,
Las seis antítesis («nos aprietan/no nos pasando tantas penurias, se experimente con
aplastan//apurados/no desesperados», etc.) son tanta vivacidad el amparo de Jesús: «aquel que
situaciones límite. Como dirá luego con un cierto resucitó a Jesús nos resucitará también a noso-
sarcasmo en el cap.11, la vida de Pablo y de sus tros». La certeza del logro se verifica en el triunfo
compañeros ha sido una vida al de Jesús. Si él no hubiera triun-
límite, con la muerte literalmente fado, tampoco ellos tendrían sa-
en los talones. Pero en esas tre- lida. Eso es lo que hace que a
mendas situaciones la vida de ese triunfo se asocien también
Jesús «se ha transparentado». Es los mismos corintios: «nos colo-
decir, lo mismo que en la cruz de cará con vosotros a su lado». Con
Jesús se ha hecho transparente mayor o menor sufrimiento, pero
el amor del Padre a lo humano, todos, Pablo y las comunidades,
así, en el camino sufriente de los lograrán el éxito de la fe. Palabras
misioneros, el amor de Dios a la alentadoras.
historia se hace transparente. «La vida de Jesús Debido al indudable proselitismo de la pri-
se hace transparente en nuestros cuerpos». En mera misión cristiana a la que aluden estos tex-
los cuerpos débiles brilla la fuerza de Jesús soste- tos, se cree que cuantos más crean, más se mul-
niendo y amparando esas vidas. tiplicará la gracia: «al extenderse la gracia a más
Hay una ironía en la expresión del v.12: «Así y más gente, se multiplicará la acción de gracias
la muerte actúa en nosotros y la vida en vosotros». para gloria de Dios». Pablo irá aprendiendo, como
Por la “muerte” de la entrega de Pablo en la co- se verá en Romanos, que el número no es lo deci-
munidad, la vida recorre las venas de las comu- sivo, sino la calidad de la fe, la fe auténtica (Rom
nidades corintias. En realidad, en este trasvase 12,1).
de vida, Pablo también vive, aunque su vivir, el Fidel Aizpurúa Donázar

EVANGELIO: Mt 20, 20-28 Jesús les pregunta si pueden beber


su copa. Pese a lo que pueda parecer a prime-
Este episodio llega justo después del tercer ra vista, Jesús no se está refiriendo a la alegría
anuncio de la pasión con el que aparece en agudo del banquete del Reino sino
contraste. El hecho de que en Marcos, fuente uti- a su sufrimiento y su muer-
lizada por Mateo, sean los hijos y no la madre los te. La imagen de la copa del
que aborden personalmente a Jesús, da a enten- sufrimiento abunda en los Te presentamos, Padre,
der que Mateo ha introducido el cambio para mi- profetas para referirse a la nuestra alegría y nuestra
tigar que dos de los primeros seguidores de Jesús destrucción de Jerusalén y esperanza. No queremos
muestren tan a las claras no haber comprendido el exilio de inicios del siglo ser unos cristianos tristes
su enseñanza y le pidan los dos puestos de honor VI a.C. (Jr 49,12; Lm 4,21; sino unos evangelizadores

en su reino. La respuesta de Jesús que se dirige a Ez 23,32-33; Is 51,17), y del gozo y la esperanza.
Para nuestro país y para
los dos hermanos y no a la madre (20,22) confir- reaparece luego en la Últi-
el mundo entero.
ma esta suposición. ma Cena y en Getsemaní

31
Homilética • 2014/4 SANTIAGO, APÓSTOL

(26,27.39.42). Jesús permanece en la tradición duros de dominación mientras que el modelo


de Israel. Compartir su copa significa tomar parte cristiano es humilde: servidor, i.e. el que sirve a
en su pasión y muerte y en la tradición de sufri- la mesa, y esclavo. El liderazgo cristiano implica
miento de Israel. Los ecos eucarísticos son claros. servicio. La expresión final «dar su vida en rescate
La respuesta afirmativa de los Zebedeos resulta por muchos» es muy densa. Alude consecutiva-
irónica a la luz de su posterior huida y abandono mente al martirio como los Macabeos, a la libe-
de Jesús en el momento de su arresto en el huer- ración de un cautivo por medio de una compra y
to (26,56). a la figura del siervo del Señor (Is 53,11-12). «Mu-
Por su parte, la indignación de los otros diez chos» no significa que el número sea limitado sino
discípulos brota más bien de la envidia como que expresa el contraste entre el «uno» que salva
cabe deducir de las palabras de Jesús. Describe y los «muchos» que son salvados.
el modo de gobierno de los gentiles con términos Pablo Alonso Vicente, sj

LA HOMILÍA
Te damos gracias, Padre, Testigo, discípulo y apóstol
por la fe cristiana que los
apóstoles nos transmi- Durante el año litúrgico, la Iglesia celebra la fiesta de todos los Apóstoles.
tieron y que llegó hasta Hoy, 25 de julio, hacemos memoria de la vida y de la muerte del Apóstol Santia-
nuestra tierra. Te damos go, Patrón de España, nuestro Padre en la fe.
gracias por todos los que Al acercarnos a Santiago tenemos la sensación de encontrarnos con un cre-
en ella han seguido los yente que quiere transmitirnos y contagiarnos una experiencia única. Santiago es
pasos del evangelio y son aquel a quien Jesús llama “hijo del trueno” (por su carácter fuerte, por su fuego en
para nosotros testimo-
las palabras y por su convicción en las acciones). Y ese era el núcleo profundo de
nio de vida. Que también
su experiencia de creyente: sentirse querido por Jesús. Por eso, junto con Pedro y
nosotros sepamos seguir
Juan, Santiago estará como testigo en los momentos cruciales de gozo y de dolor.
esos mismos pasos.
Solamente quien, como Santiago, oye la invitación a permanecer con Cristo y a
compartir su vida, tendrá la posibilidad de convertirse en discípulo y apóstol.
Discípulo es el que sigue al maestro; apóstol es quien apuesta su vida como testigo de la perso-
na y mensaje de su maestro. El itinerario de Santiago fue el paso de discípulo a apóstol.
Después de la Resurrección del Señor predica el Evangelio fuera de Jerusalén, adonde regresa
el año 42. Y es el primero de los apóstoles en dar la vida por Cristo. Durante la Pascua del año 44 es
decapitado por Herodes Agripa (1ª lectura). El texto de los Hechos de los Apóstoles es como su acta
martirial. San Pablo (2ª lectura) hace una teología sobre la vocación martirial, que lleva consigo la
muerte y resurrección: el tesoro del ministerio lo llevamos en vasijas de barro. Cristo se hace presente
en nuestra debilidad, y así manifiesta que es Él y no nosotros quien realiza la obra del Evangelio. San-
tiago, al sellar con su sangre el testimonio sobre la persona y mensaje de Jesús, cumplió su palabra
de “beber el cáliz” (Evangelio).
Si Santiago significa etimológicamente “Dios protege” y en España lo tenemos por Patrón y Pa-
dre en la fe, debemos acudir a Él para que interceda por nosotros en esta nueva etapa de evangeli-
zación, a la que nos convoca el Papa Francisco en su exhortación apostólica Evangelii gaudium (La
alegría del Evangelio).

32
Homilética • 2014/4 SANTIAGO, APÓSTOL

El Papa Francisco, siguiendo la trayectoria del Papa Pablo VI, en la exhortación apostólica Evangelii
nuntiandi (El anuncio del Evangelio) nos exhorta a “la dulce y confortadora alegría de evangelizar”.
Los testigos del Evangelio tenemos que
Los testigos del Evangelio
ser como Santiago, valientes y alegres. De-
tenemos que ser como Santiago,
bemos evangelizar con gozo y esperanza. El
valientes, alegres y esperanzados.
gozo, nos dice San Pablo, es fruto del Espíritu
(cfr. Gál 5, 22). Una actitud del testigo, del discípulo y del apóstol ha de ser siempre la alegría (cfr. Fil
3, 1; 4, 4). La esperanza es el secreto de la vida cristiana y el hálito absolutamente necesario para
la misión evangelizadora. El evangelizador, en cuanto portador de la Buena Nueva, movido por el Es-
píritu Santo, ha de ser testigo de alegría y de esperanza.
“Ojalá el mundo actual -que busca a veces con
La esperanza es el secreto
angustia, a veces con esperanza- pueda así recibir la de la vida cristiana
Buena Nueva, no a través de evangelizadores tristes y y el hálito necesario
desalentados, impacientes o ansiosos, sino a través de para la evangelización.
ministros del Evangelio, cuya vida irradia el fervor de quienes han recibido, ante todo en sí mismos,
la alegría de Cristo” (EN 75).
En la Eucaristía de esta solemnidad encontramos la fuerza para el anuncio alegre y valiente del
Evangelio. Vicente Jiménez Zamora
Obispo de Santander

ORACIÓN UNIVERSAL
Por intercesión de Santiago, patrón de España, presentamos a Dios nuestras súplicas, deseos y
necesidades:
• Por la Iglesia, cimentada en el testimonio de los apóstoles, para que anuncie el Evangelio con ale-
gría y esperanza.
• Por la Iglesia española, para que seamos humildes, sinceros, limpios de ideologías y descentrados
de intereses de todo tipo, para que nuestro testimonio sea creíble ante la sociedad.
• Por nuestro país, plural y complejo, azotado desde hace años por la crisis y sometido a un empobre-
cimiento progresivo, que Santiago nos bendiga e ilumine para encontrar la solución a los problemas
teniendo como centro a la persona y el bien común.
• Por todos quienes realizan el camino de Santiago, y por quienes les acompañan, para que lleguen
a encontrar lo que están buscando.
• Por los católicos españoles, para que sepamos ser discípulos del evangelio y dar testimonio, libre y
gratuitamente, con nuestras obras antes que con nuestras palabras.
Escucha, Padre, las peticiones que ten presentamos en esta fiesta de Santiago. Que, con nuestro
esfuerzo y tu ayuda, lleguen a realizarse todos estos deseos.

33
Homilética • 2014/4 SANTIAGO, APÓSTOL

RECURSOS
1. UN TEXTO

EL VALOR DE LA PERSONA

Al celebrar la fiesta de Santiago, patrón de España, no está


demás recordar el principio de la centralidad de la persona, tal
como lo presenta la Doctrina Social de la Iglesia, que determina,
en medio de los problemas que acucian a este país, el sentido
que debe tener la misma comunidad política, el trabajo, el trato
a los inmigrantes, la familia, la economía, las relaciones interna-
cionales, etc.

La Inviolable dignidad de la persona

«El hombre, comprendido en su realidad histórica concreta,


representa el corazón y el alma de la enseñanza social católica Toda la doctrina social se desarrolla, en
efecto, a partir del principio que afirma la inviolable dignidad de la persona humana». (Compendio de la
Doctrina Social de la Iglesia, nº 107)

«Considerar a la persona humana como fundamento


y fin de la comunidad política significa trabajar, ante todo,
por el reconocimiento y el respeto de su dignidad mediante
la tutela y la promoción de los derechos fundamentales e
inalienables del hombre: «En la época actual se considera
que el bien común consiste principalmente en la defensa
de los derechos y deberes de la persona humana». En los
derechos humanos están condensadas las principales exi-
gencias morales y jurídicas que deben presidir la construc-
ción de la comunidad política. Estos constituyen una norma objetiva que es el fundamento del derecho
positivo y que no puede ser ignorada por la comunidad política, porque la persona es, desde el punto de
vista ontológico y como finalidad, anterior a aquélla: el derecho positivo debe garantizar la satisfacción
de las exigencias humanas fundamentales» (Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, nº 388)

2. UN CUENTO

¿Cómo arreglar el mundo?

Un científico que vivía preocupado por los problemas del mundo, estaba decidido a encontrar las
respuestas necesarias para solucionarlos. Por eso, pasaba día tras día en el estudio de su casa en
busca de respuestas para sus dudas.
Una tarde, su hijo de cinco años entró en el estudio con la intención de ayudarle a trabajar. El
científico, nervioso por la interrupción, le pidió al niño que fuese a jugar a otro sitio. Pero después de
comprobar que no le hacía ni caso, pensó en algo que pudiese distraer su atención. ¡Perfecto! Encontró

34
Homilética • 2014/4 SANTIAGO, APÓSTOL

una revista y vio que en una de sus páginas había un mapa del mundo... ¡justo lo que necesitaba!
Arrancó la hoja, recortó el mapa en muchos trozos y, junto con un rollo de celo, se lo dio a su hijo
diciendo:
- Mira hijo, como te gustan tanto los puzzles, te voy a dar el mundo en trocitos para que lo arregles
sin ayuda de nadie.
Así, el padre quedó satisfecho y el niño también. El padre porque pensó que el niño tardaría más
de una hora en hacerla. El niño porque creyó que estaba ayudando a su padre. Pero después de unos
minutos el niño exclamó:
- ¡Papá, ya!
El padre, en un primer momento, no dio crédito a las palabras del niño. Era imposible que, a su
edad, hubiera conseguido recomponer un mapa que nunca había visto antes. Desconfiado, el científico
levantó la vista del libro que leía, convencido de que vería el resultado desastroso propio de un niño de
cinco años. Pero, para su sorpresa, comprobó que el mapa estaba perfectamente reconstruido: cada
trocito había sido colocado y pegado en el lugar correspondiente. Sin salir de su asombro y mirando
fijamente el mapa, le dijo al niño:
- Hijo, si tú no sabías cómo era el mundo, ¿cómo has podido hacerlo?
- Muy fácil papá, -contestó el niño-, cuando arrancaste la hoja de la revista, vi que por el otro lado
había un hombre. Di la vuelta a los trocitos que me diste y me puse a hacer el puzzle del hombre, que
sabía cómo era. Cuando conseguí arreglar el hombre di la vuelta a la hoja y vi que había arreglado el
mundo... «

35
Homilética • 2014/4

Domingo 17º del T.O.


27 de julio de 2014

Dietrich Bonhoeffer habló y escribió en las cárceles hitlerianas de ese tesoro que le costaría la propia
vida, le fe en JC, la fe en un Reino que es modelo de una sociedad justa, igualitaria, libre, abierta a
las oportunidades, alegre en sus manifestaciones, muy distinta a la Alemania de su época.
Javier Prat Cambra

36
Homilética • 2014/4 DOMINGO 17º DEL T.O.

LA PALABRA
PRIMERA LECTURA: 1Re 3,5. 7-12 Palabra de Dios para nosotros: sentido
y celebración litúrgica. El ser humano siempre
El texto en su contexto. Salomón ha pa- busca encontrar fabulosos tesoros con los que
sado a la historia bíblica como un «rey docto», sueña. Los tesoros son sinónimo de garantía en
«erudito», «hábil», «inteligente». También se dice la vida; de abundancia para no carecer de nada.
de él que es un «rey Sin embargo, en la tra-
El verdadero tesoro está en vivir
sabio», pero si tenemos dición bíblica, y más
ante Dios de forma religiosa y sencilla.
en cuenta el sentido de concretamente en la
la «sabiduría» para la Biblia, que incluye el «temor sapiencial, el verdadero tesoro está en vivir ante
de Dios», habría que matizar más esta palabra. Dios de forma religiosa y sencilla.
Salomón nunca alcanzó la popularidad de su pa- Pedro Fraile Yécora
dre David ni obtuvo el beneplácito de Dios, pues
al final de su vida cedió ante la presión de sus SEGUNDA LECTURA: Rom 8, 28-30
múltiples mujeres y cayó en la idolatría. El texto
de Reyes, sin embargo, que responde a lo que Sigue Pablo elaborando la mística de resis-
se conoce como «teología deuteronomista», lo tencia que haga posible la construcción de una
presenta como un rey que cumple la ley de Dios y vida nueva, según el Espíritu, la vida que posibilita
que hizo algo de un valor sin parangón: construyó la muerte de Jesús a favor de la vida. Una tal mís-
el Templo del Señor. Esto es tica de resistencia era muy
suficiente para entrar en la
Los escogidos, predestinados, necesaria a las comunidades
lista de los grandes reyes.
llamados, justificados, etc. primeras dado que eran pe-
El texto que leemos hoy
son todas las personas, queños grupos perdidos en
va en esta misma línea de
toda la realidad creada. el ancho mar del paganismo,
ensalzar al rey: no quiere riquezas humanas, sino siempre con la amenaza de extinción que afecta
una «sabiduría» (nosotros diríamos «sagacidad» a las minorías. En tal situación, convenía afianzar
o «mano izquierda»), para gobernar bien a su los vínculos sociales y espirituales para mantener
pueblo. El autor de Reyes habla de un «pueblo la difícil identidad de la opción cristiana.
muy numeroso», cuando mejor tenía que haber El principio, sosegante y alentador, de que
dicho «un pueblo duro de cerviz». «quienes aman a Dios todo les sirve para el bien»
El texto en la historia de la salvación. La quiere hacer ver que los di-
riqueza en toda la tradición bíblica es Dios mismo, versos avatares de la vida,
que se nos revela y se nos da a lo largo de la vida. las enormes preocupacio-
Lo que desea el creyente es escuchar la Ley de nes que, a veces, afligen a Tú nos dijiste, Padre, que
Dios; observar sus mandamientos; vivir con recti- los humanos e, incluso, las sólo el que busca, puede
tud en su servicio. La verdadera riqueza y sabidu- aflicciones que derivan de la encontrar. Haznos siem-
ría, para los Libros Sapienciales, es «el temor de opción cristiana pueden vivir- pre buscadores de la vida

Dios», como expresión de una obediencia religio- se como parte de un plan de para llegar a encontrar a
Cristo como el verdadero y
sa, respetuosa y amorosa hacia él. Salomón pide bondad que Dios tiene sobre
único tesoro.
el don del «discernimiento», don que debe acom- las personas. Efectivamente,
pañar cualquier comportamiento sabio y sensato. si Dios es el Padre de las mi-

37
Homilética • 2014/4 DOMINGO 17º DEL T.O.

sericordias y Dios de todo consuelo” (2 Cor 1,3), serie está indicando que la “glorificación”, la ple-
no puede abandonar los frágiles caminos huma- nificación, es la meta a conseguir, meta posible
nos. Su bondad de Padre vela, como dice el Evan- que Dios pone al alcance de quienes ama. Estos
gelio, por los más pequeños elementos del cami- son los elementos nucleares de la mística de re-
nar diario de las personas (Mt 10,30). sistencia de los creyentes en Jesús: el
Aunque la expresión «a los que logro de la dicha, la consumación del
ha llamado conforme a su designio» mundo entendida como plenificación,
parece ser restrictiva, referida solo a el horizonte de vida logrado no son
los cristianos, no hay que leerla así. quimeras, sino posibilidades que bro-
Desde el contexto social aquel, a los tan del hondo corazón de Dios.
cristianos les urge establecer los perfiles de la Así se es «imagen de su Hijo». De esa mane-
comunidad, quién es y quién no es del grupo cris- ra se reproduce lo que Jesús ha sido y ha hecho.
tiano. Por eso elaboran una espiritualidad restric- De este modo es como el seguimiento de Jesús
tiva. Pero, en realidad, el designio de Dios, como re-crea lo que Jesús ha vivido, hacerlo presente
muchas veces lo dijo el mismo Pablo, es que toda en el hoy de la vida. La vida del seguidor dibuja
persona, toda realidad entre en el plan salvífico en el hoy la realidad de Jesús convirtiéndose así,
del Padre. Por eso, el bien que Dios da a la histo- como lo ha sido el Señor, en «icono del Dios invisi-
ria se vuelca sobre toda realidad. ble» (Col 1,15). Estamos tocando fondo en los ar-
Por lo tanto, los «escogidos…predestinados… gumentos espirituales para elaborar una hermosa
llamados… justificados… glorificados» son todas mística de resistencia y esperanza.
las personas, toda la realidad creada. El final de la Fidel Aizpurúa Donázar

EVANGELIO: Mt 13, 44-52 comparación, que para muchos autores es la fir-


ma discreta del autor del evangelio (el escriba que
Continuamos en el capítulo 13 del evangelio se hace discípulo del Reino). La unidad de la sec-
de Mateo, con las tres parábolas que componen ción estriba en la repetición (= inclusión) del tér-
la parte final del Discurso en Parábolas: el tesoro mino “tesoro” al principio (v. 44) y al final (v. 52).
escondido, el mercader de perlas preciosas y la Las dos primeras parábolas tienen elemen-
red echada en el mar. Tras ellas, la conclusión del tos comunes y diversos. En ambos casos se trata
discurso y el comienzo de otra larga sección na- de algo preciado: un tesoro y una perla. En am-
rrativa encuadrada en los capítulos 14 al 17, con bos se da un encuentro y en ambos la persona
diversos aspectos relacionados con la comunidad “va y vende todo
eclesial. lo que tiene” para
Otra vez podemos indicar dos partes en el poder adquirir lo
Te presentamos, Padre,
evangelio. encontrado. En la
nuestra curiosidad y nues-
1) Una sección de tres parábolas: 13,44: pa- primera parábola,
tros interrogantes. Hay
rábola del tesoro escondido; 13,45-46: parábola el encuentro suce-
muchas cosas en la vida
del mercader que busca perlas preciosas; 13,47- de por casualidad. que no llegamos a enten-
50: parábola de la red echada al mar. En la segunda, el der. Pero queremos estar
2) La conclusión a todo el discurso en pará- encuentro es fruto abiertos para llegar a des-
bolas: 13,51-52: los discípulos dicen comprender de la búsqueda (= cubrirlas cuando llegue el
la enseñanza de Jesús y éste les dice una última del esfuerzo). El momento.

38
Homilética • 2014/4 DOMINGO 17º DEL T.O.

Reino de los cielos, que se encuentra “escondido” tad y nuestra responsabilidad, pero no todo está
en la vida, ha de ser encontrado como fruto de dentro de su beneplácito: lo bueno es bueno y
una búsqueda. Son dos dimen- lo malo es malo, y sólo lo bueno
El Reino de los cielos
siones fundamentales de la vida tiene futuro en Él.
está “escondido”
cristiana: la gratitud al amor que Al final, Jesús pregunta a los
en la vida y ha de ser
nos encuentra y el empeño fiel discípulos si han entendido. “En-
encontrado como fruto
por encontrarlo. tender” significa ahora vivir en la
Ante un bien definitivo, la re-
de una búsqueda. clave del Reino, dando frutos. Je-
acción es muy tajante: “vender todo cuanto se tie- sús mismo les enseña a entender y culmina su
ne” para conseguir dicho bien (cf. Mt 19,21: es la discurso con una última parábola. La enigmáti-
misma orden que da Jesús al joven rico). En este ca frase final del evangelio (el señor de la casa
sentido, el texto evangélico nos plantea cuánto es- que saca de su tesoro lo nuevo y lo viejo) plantea
tamos dispuestos a “vender” (= a renun- afrontar nuestra propia vida con todo
ciar) para conseguir el tesoro del Reino aquello que nos hace crecer como per-
de los cielos (cf. 6,33: “Buscad primero sonas y como cristianos. Nos plantea
el Reino de Dios y su justicia”). si somos personas profundas o super-
La parábola de la red, igual que ficiales, si vivimos siendo “señores” de
la de la cizaña, tiene una explicación nuestra vida o si nos “dejamos vivir” por
escatológica con la presencia del Juicio (se re- intereses o ambiciones que nada tienen que ver
pite la misma frase en los vv. 42 y 50). Dios es con el proyecto de Jesús.
bueno y comprensivo, y cuenta con nuestra liber- José Antonio Badiola Saenz de Ugarte

LA HOMILÍA
“Por la alegría que le dio…”
Experiencia de vida:
El Papa Francisco, conocedor de la realidad diaria a pie Un gran enemigo
de calle, nos avisa de que un gran enemigo de la humanidad
de la humanidad y,
y, por tanto, también de la Iglesia, es la acedia –tristeza, des-
de la Iglesia es la acedia,
encanto, pesimismo, desnortamiento-. Él avisa de esta tenta-
la tristeza, el desencanto,
ción que nos lleva a mostrar una Iglesia triste, cristianos que
el desnortamiento.
no aportan alegría a la vida. ¿Qué es lo que nos puede hacer
caer en el desencanto, en la tristeza profunda en los ámbitos eclesiales y sociales? Posiblemente nos
derrumben las complicaciones de la vida, a menudo dura y violenta, en crisis, a no ser que queramos ser
ciegos ante la realidad. Las frustraciones de la vida nos pueden llevar a perder la capacidad de asombro y
a creer que las cosas son así y no pueden ser de otra manera, que no merece la pena buscar, ni luchar por
algo distinto. Cuando eso ocurre, vivimos desmotivados, desorientados, sin horizonte, sin esperanza, sin
luz… faltando la alegría de vivir. Y así no podemos portar el Evangelio, así no podemos ser buena noticia.

El evangelio de la vida:
El Evangelio proclamado en la liturgia de hoy nos habla directamente del Reino de Dios y, si nos
fijamos con atención, nos daremos cuenta que no es el Reino de Dios el que es comparado con un te-

39
Homilética • 2014/4 DOMINGO 17º DEL T.O.

soro o una perla. La com- Jesús, más que anunciar el Evangelio,


paración se establece Él es buena noticia.
entre lo que experimenta
Te damos gracias, Padre, un hombre cuando encuentra un tesoro o una perla y lo que experimenta otro
por el inmenso tesoro de cuando se encuentra con el Reino de Dios. La experiencia común a ambos es
Jesús y el Evangelio. Que la de una alegría tan grande que venden todo lo que tienen, con tal de llegar a
logremos, sin dejar de vi- la posesión íntima y personal de lo que han encontrado. Jesús, más que anun-
vir la vida normal de cada
ciar el Evangelio, Él es buena noticia. Los pobres y sencillos del pueblo vieron y
día, que ellos sean nuestro
experimentaron, al encontrarse con Él, que había motivo para la esperanza y la
único valor definitivo.
alegría. En su modo de ser y
Nuestra Iglesia necesita
de hacer proclamaba la dicha
abrir el corazón a lo nuevo,
de unas bienaventuranzas que conducían al abso-
dejarnos sorprender y asombrar.
luto, a la plenitud de sentido. Los que se acercaron
abiertos a la novedad, con capacidad de asombro –como Pablo-, pudieron descubrir el tesoro autén-
tico: “todo lo estimo pérdida y basura, comparado con el conocimiento de nuestro Señor Jesucristo”.
Y, de ahí, ese mandato transversal e imprescindible para la evangelización: “estad siempre alegres en
el Señor, os lo repito, estad siempre alegres”.

El reto de la alegría evangélica:


Nuestro mundo y nuestra Iglesia necesitan, hoy más que nunca, La alegría se fragua
abrir el corazón a lo nuevo, dejarnos sorprender y asombrar por el va- en el corazón.
lor de lo sencillo y lo diario. Necesitamos, como Salomón, un corazón
que escuche en el fragor de la vida la brisa de la presencia de la bondad de nuestro Dios que ama a
todos los hombres y quiere que se salven y lleguen al conocimiento de la verdad. La alegría no nos va a
llegar por factores y cambios externos; se fragua en el corazón, ahí donde nos encontramos con la intimi-
dad que nos lleva al conocimiento de Cristo y con la profundidad de la vida y nuestra tarea en medio del
mundo. Sabemos que “un cristiano triste es un triste cristiano”; ese
Un cristiano triste
es el mayor obstáculo para que nuestros hermanos se puedan encon-
es un triste cristiano.
trar con el Evangelio. Abramos, desde hoy y para siempre, el corazón
al Espíritu para recibir el don de la alegría del resucitado y llevarlo a nuestro mundo diario.
José Moreno Losada

40
Homilética • 2014/4 DOMINGO 17º DEL T.O.

ORACIÓN UNIVERSAL
Jesús nos ha dicho que quien busca, encuentra y quien pide, recibe. Así nos presentamos ante ti,
Padre, como pedigüeños confiados, para expresarte nuestros deseos:
• Que la Iglesia se mantenga en la alegría o la recupere si la perdió, para que pueda anunciar el Evan-
gelio como una noticia buena para el mundo.
• Por todas las personas que viven en la resignación y han dejado de buscar, vencidos por el fatalis-
mo. Quer recuperen la capacidad de soñar.
• Para que nosotros, los creyentes en Jesús, no perdamos la capacidad de sorprendernos y vivamos
abiertos a la novedad del Reino que se hace presente en cualquier momento, en medio de la vida de
cada día.
• Para que realmente hagamos la experiencia del encuentro con Jesucristo y sea éste el tesoro en
función del cual vivamos todo lo demás.
• Que seamos unos cristianos alegres y esperanzados, sin falsos optimismos ni pesimismos, testigos
creíbles para una nueva evangelización.
Te presentamos, Padre, estos nuestros deseos y ponemos toda nuestra confianza en ti.

RECURSOS

LOS VALORES DEL REINO:


(4) CAPACIDAD DE ASOMBRARSE
¿Se asombró alguna vez Jesús? En el evangelio hay al menos dos episodios en los que Jesús se asom-
bra ante algo inesperado y valioso: “¡Qué grande es tu fe!”, es lo que le dice a la mujer cananea (Mt
15,21-28) y al centurión romano (Lc 7, 1-10). Y lo mismo cuando descubre la fe de los sencillos (Lc
10,21). Precisamente es de todo lo contrario de lo que acusa a los fariseos, que ya lo saben todo y por
eso están cerrados a la novedad de la Buena Noticia del Reino (Mt 23,13. 23…). Porque Dios es siempre
un “Dios mayor”…Sólo aquel que está abierto a la sorpresa es capaz de descubrir el tesoro.

1. ENSÉÑAME A MIRAR
Diego no conocía la mar. El padre lo llevó a descubrirla. Viajaron al sur.
Ella, la mar, estaba más allá de los altos montes, esperando.
Cuando el niño y su padre alcanzaron por fin aquellas cumbres de arena, después de mucho cami-
nar, la mar estalló ante sus ojos. Y fue tanta la inmensidad del mar, y tanto su fulgor, que el niño quedó
mudo de asombro.
Y cuando por fin consiguió hablar, temblando, tartamudeando, pidió a su padre: ¡Ayúdame a mirar!

2. LA FELICIDAD
En cierta ocasión, se reunieron todos los dioses y decidieron crear al hombre ya la mujer, y pla-
nearon hacerlo a su imagen y semejanza. Entonces uno de ellos dijo: - Esperen; si los vamos a hacer
a nuestra imagen y semejanza, van a tener un cuerpo igual al nuestro, fuerza e inteligencia igual a la

41
Homilética • 2014/4 DOMINGO 17º DEL T.O.

nuestra, y debemos pensar en algo que los diferencie de nosotros; de no ser así, estaríamos creando
nuevos dioses. Debemos quitarle algo, pero ¿qué le quitamos?
Después de mucho pensar, uno de ellos dijo:
- ¡Ah, ya sé! Vamos a quitarles la felicidad; pero el problema va a ser dónde esconderla, para que
no la encuentren jamás.
Propuso el primero:
- Vamos a esconderla en la cima del monte más alto del mundo.
A lo que inmediatamente repuso otro:
- No; recuerda que les dimos fuerza, y alguna vez alguien subirá y la encontrará; y si la encuentra
uno, ya todos sabrán dónde está.
Luego propuso otro:
- Entonces, vamos a esconderla en el fondo del mar.
Y otro contestó:
- No; recuerda que les dimos inteligencia, y alguna vez alguien construirá algo por donde pueda
entrar y bajar; y entonces la encontrarán.
Uno más dijo:
- Escondámosla en un planeta lejano de la Tierra. y le dijeron:
- No; recuerda que les dimos inteligencia, y un día alguien construirá una nave en la que puedan
viajar a otros planetas y la descubrirán, y entonces todos tendrán felicidad y serán iguales a nosotros.
El último de ellos era un dios que había permanecido en silencio, escuchando atentamente cada
una de las propuestas de los demás dioses, y analizó calladamente cada una de ellas; entonces rompió
el silencio y dijo:
- Creo saber dónde ponerla para que realmente nunca la encuentren.
Todos se volvieron asombrados y preguntaron al unísono:
- ¿Dónde?
- La esconderemos dentro de ellos mismos; estarán tan ocupados buscándola fuera, que nunca la
encontrarán. Todos estuvieron de acuerdo, y desde entonces ha sido así: el hombre se pasa buscando
la felicidad sin saber que la lleva consigo.

42
Homilética • 2014/4

Domingo 18º del T.O.


3 de agosto de 2014

A la misa del pan y del vino acudimos los creyentes en JC. A la misa de los panes y los peces acuden
los hambrientos del mundo. Hagámoslo en la memoria de JC, es su sacramento para hoy, en la mesa
y el altar del primer y del tercer mundo, según la liturgia de la justicia del Reino.
Javier Prat Cambra

43
Homilética • 2014/4 DOMINGO 18º DEL T.O.

LA PALABRA
PRIMERA LECTURA: Is 55, 1-3 parte debe aprender a discernir «lo que alimenta
y sacia» de lo que vano, falso, incapaz de saciar el
El texto en su contexto. El poema perte- hambre profundo del ser humano.
nece al final del Segundo Isaías, que como bien Palabra de Dios para nosotros: sentido y
sabemos, repite dos hilos teológicos: uno, la vuel- celebración litúrgica. Es un texto, que exhorta a
ta a Judá desde el destierro en Babilonia, como la vida, a fiarse de las promesas de Dios ¿Qué les
si de un «segundo éxodo» que emprende todo espera allí? Saciar su hambre y su sed: alcanzar
el pueblo se tratara. El segundo hilo es el de la la meta. Pero no basta con creerlo, sino que hay
reconstrucción de Jerusalén, que se cita bajo el que ponerse en camino: hay que ser protagonista,
nombre teológico de aunque sea inci-
No basta con cualquier alimento;
Sión, ciudad elegida piente, modesto, con
hay que saber dónde está el agua y el pan
por Dios. La buena ciertas dificultades,
que necesita el corazón humano.
noticia que se anun- de este camino que
cia es que Jerusalén, que fue devastada, va a ser lleva a Jerusalén. Todos están impelidos a que se
reconstruida. La ciudad, que en un tiempo no po- pongan en camino, todos se saciarán, pero todos
día ofrecer nada, ahora deben levantarse de su postración y comenzar a
invita a comer manjares caminar. Tampoco basta con cualquier alimento;
sustanciosos y a beber es necesario saber dónde está el agua y el pan
El mundo, Padre, está lle-
en abundancia. Sorpren- que necesita el corazón humano.
no de sufrimiento: ham-
de el final, el «sello con Pedro Fraile Yécora
bre, pobreza, guerra, injus-
la alianza perpetua» y
ticia, incomprensión. Jesús
la «promesa a la casa SEGUNDA LECTURA: Rom 8, 35. 37-39
nunca pasó de largo ante
de David», pues no son
el dolor de la gente. Que
también nosotros sepa- temas específicos de Canta Pablo la certeza de la salvación con
mos implicarnos como se la teología del Segundo una loa al fidelísimo amor de Dios a la historia,
implicaba Jesús. Isaías, si bien no des- amor que no se va a quebrar por muchas y acera-
entonan con el resto del das que sean las dificultades por las que pase la
libro, que es un texto de consolación y de espe- vida humana. Es otra manera de construir la místi-
ranza, asegurando que hay futuro y que el futuro ca de resistencia que anime a la esperanza. Saber
lo trae Dios mismo. que el caminar humano está siempre acompañado
El texto en la historia de la salvación. Dios por la realidad de Dios, tener la certeza de que Dios
ha prometido y Dios ha cumplido; pero entre «pro- ha puesto su morada en los fondos de la existencia
mesa y cumplimiento» hay un tiempo de prueba, (Jn 14,23) no solamente engendra sosiego, sino
de espera, de maduración. Ya sucedió al salir de que da una visión nueva de la vida: aquella que
Egipto, cómo tuvieron que pasar por el «tiempo» brota del saberse siempre acompañado, nunca
real y «salvífico» de la travesía del desierto. Aho- solo. Desde ahí se pueden encarar los múltiples
ra el pueblo, aún bajo el yugo de los babilonios, avatares de los caminos humanos.
debe hacer su travesía hasta llegar a Jerusalén, la La pregunta retórica « ¿Quién podrá apartar-
ciudad santa. Tiempo necesario y tensión dramá- nos del amor de Cristo?» lleva en sí misma una
tica entre la promesa y el cumplimiento. Por otra respuesta: nadie ni nada podrá apartarnos del

44
Homilética • 2014/4 DOMINGO 18º DEL T.O.

amor fiel de Jesús. No tanto porque seamos noso- profundidad) está indicando la total imposibilidad
tros quienes, en el mejor de los supuestos, no nos de ser apartado del amor que Cristo tiene a la
separemos de él, sino porque es él quien, en cual- historia. Por eso mismo, entender y hablar de una
quier circunstancia, nunca se aparta de nosotros. historia como una realidad rechazada, condena-
Por eso, la serie “aflicción-angustia- da, negativa, frustrada es menospre-
persecución-hambre-desnudez” que ciar al acompañante y triunfador por
dibuja el todo de las dificultades se su amor de toda realidad negativa
ve disipada por el cálido amor de Je- que se quiera. Por el contrario, habrá
sús que está siempre a la vera del que considerar siempre la realidad
caminar humano. histórica con el amor de Jesús inte-
Este cúmulo de enormes contratiempos que grante de ella. Desde ahí desaparecen las nega-
contiene la vida puede ser vencido fácilmente tividades y las visiones peyorativas de lo creado.
«por aquel que nos ha amado». Al final, es el amor No hablamos de supuestos, sino de un
el verdadero camino para superar las dificultades. «amor manifestado en Cristo Jesús», de un amor
Y como Jesús ha sido un dechado de amor, como al que se ha vito-oído-tocado como dice 1 Jn 1,1.
el Padre ha planteado su designio Es decir, Pablo hace unos plan-
Nadie ni nada podrá
desde el amor, las dificultades teamientos totalmente tocables,
apartarnos del amor
que conlleva nuestra pertenencia de algo comprobado y vivido por
fiel de Jesús.
a la historia serán vencidas con muchos, de una realidad que está
«sobreabundancia de gracias» como ha dicho el ahí. Despojar a toda esta mística de resistencia
mismo Pablo (Rom 5,15). Dudar de que las difi- del realismo histórico que contiene es abocarla a
cultades puedan ser vencidas sería lo mismo que un espiritualismo sin raíz. Desde ese “tocar” a Je-
dudar de la potencia y del vigor del amor de Jesús. sús se puede construir el camino de la esperanza
La serie de fórmulas de totalidad (muerte- y encajar cualquier camino de dificultad histórica.
vida, ángeles-principados, presente-futuro, altura- Fidel Aizpurúa Donázar

EVANGELIO: Mt 14, 13-21 terminar la acción milagrosa que se relata a con-


tinuación.
Una breve introducción sitúa el milagro Tres momentos componen la narración del
de la comida sobreabundante. Jesús se retira milagro de la comida sobreabundante, compo-
a un lugar apartado, pero la gente, que conoce sición que dirige la
las obras que realiza, corre tras él. El lugar soli- atención al momento
tario y la comida abundante evocan en el lector central del relato. La
Te presentamos, Padre, el
el tiempo del éxodo y el maná en el desierto. En acción es provocada,
sufrimiento de la gente
esta descripción inicial sobresale el uso del ver- en esta ocasión, por los
que conocemos y la que
bo «sentir compasión, conmoverse las entrañas», discípulos, a través de
leemos en la prensa o ve-
término técnico que expresa a un tiempo la com- un diálogo con Jesús.
mos en la televisión. Que
pasión en lo más hondo de la persona y la acción Su propuesta es lógica: no seamos indiferentes a
a favor de quien sufre. A Jesús «se le conmueven están en lugar solitario, tanto dolor y que, aunque
las entrañas» como a Dios cuando contempla la se hace tarde y la gente nos parezca poca cosa,
opresión de su pueblo. De algún modo, este verbo necesita comer; convie- nos impliquemos de ver-
pone en movimiento el dinamismo que va a de- ne que se vayan a bus- dad como podamos.

45
Homilética • 2014/4 DOMINGO 18º DEL T.O.

car alimento. Jesús responde con un imperativo como va a realizar a continuación. El tiempo me-
que enfatiza su autoridad a la vez que exige la in- siánico ha irrumpido con Jesús, el tiempo de la
tervención directa de los discípulos: «dadles voso- sobreabundancia y la saciedad. Dios interviene a
tros mismos de comer». Sus palabras despiertan favor de su pueblo.
curiosidad: “¿Qué va a suceder?”. La segunda acción (dar) vuelve la vista a los
No hay comida suficiente, discípulos. Quienes no podían ha-
apenas unos panes y unos peces. cer nada para alimentar a tanta
Los discípulos, realistas, no pueden gente, reciben una nueva tarea.
hacer nada. Un nuevo imperativo Por sí mismos no eran capaces;
por respuesta: «Traédmelos». Jesús con Jesús sí pueden dar de comer
actúa una vez más con autoridad y a la multitud.
subraya al mismo tiempo el desvalimiento, la impo- El último momento del relato sirve para
sibilidad de los discípulos para responder a la nece- constatar el milagro. La sobreabundancia de la
sidad de la gente. Sin Jesús no pueden nada. intervención salvífica de Dios -«fueron saciados»-
La tensión va in crescendo. Todos, discípul- queda de manifiesto por el número de cestos que
os, muchedumbre y lector, miran al Maestro espe- sobraron y por el ingente número de personas que
rando qué hará. Dos verbos, en forma personal, se saciaron. Más allá del posible valor simbólico
dominan la acción: «pronunció la bendición» y de los números y del hecho histórico al que se re-
«dio» el pan. Recuerdan la cena judía del Sabbat y fiera el milagro, importa constatar la plenitud de
de la Pascua así como la fracción del pan que, en vida y de salvación que ha llegado con Jesús.
recuerdo de la última cena, celebraban las comu- La sobreabundancia del amor, la compasión
nidades cristianas. («se le conmovieron las entrañas») ha provocado la
La primera acción (bendecir) centra la mira- sobreabundancia del milagro («fueron saciados»).
da en Jesús, que alaba a Dios porque se preocu- Amar sin medida hace posible vivir en plenitud.
pa y cuida a su pueblo como hizo en el desierto y Óscar de la Fuente

LA HOMILÍA
El principio misericordia. Jesús no pue-
¿Qué nos produce la cercanía
de pasar ante las situaciones humanas de su- a tanto sufrimiento como nos rodea?
frimiento o de necesidad sin sentirse llamado ¿Indiferencia? ¿Mala conciencia?
a intervenir. Jesús es misericordia en acción; ¿O implicación?
está hecho así. Por eso cura a los enfermos, por eso da de comer a la multitud. El motor que le empu-
ja es siempre el mismo: la misericordia. Expresiones como “se compadeció”, “se le conmovieron las
entrañas”, “le dio lástima”, etc. atraviesan los evangelios, incluido el de hoy.
¿De dónde le nace a Jesús ser y actuar así y no de otra ma-
nera? Jesús es así -misericordia en acción- porque su Padre, Dios,

46
Homilética • 2014/4 DOMINGO 18º DEL T.O.

es también así. Él es la “imagen perfecta” del Padre. Por eso, al encontrarnos con Cristo nos encon-
tramos con Dios. Y porque Él es hermano nuestro -nuestro hermano mayor- nos recomienda: “sed
misericordiosos como mi Padre del cielo es misericordioso”.
Puestos junto a Él, atrevámonos a preguntarnos: ¿Qué produce en nosotros la cercanía a tanto
sufrimiento y tanta necesidad, material y espiritual, como nos rodea? ¿Tal vez indiferencia o fastidio?
¿Tal vez una mala conciencia que se traduce en no querer ver? ¿O tal vez una conmoción del corazón
que nos empuja a implicarnos según nuestras posibilidades, a la zaga de Jesús?

Los discípulos se hacen cargo Dadles vosotros de comer. A Dios le conmue-


del hambre de la gente ven, no sólo nuestras necesidades espirituales sino
pero no se encargan de ella. también, y en un primer plano, las corporales como
son la enfermedad y el hambre. Los discípulos se ha-
cen cargo del hambre que va a pasar aquella multitud si no compran pan, pero no se encargan de ella:
es problema de la gente, no suyo; que vayan a la ciudad vecina y compren pan.
Para Jesús, sin embargo, el hambre de los otros es problema suyo y enseña a sus discípulos que
ha de ser también problema suyo. Y, en la perspectiva eclesial y eucarística en la que está escrito el
pasaje, problema de la Iglesia, problema nuestro.
Un campesino centroamericano de Solentiname dijo en cierta Podemos tener
ocasión: “Jesús demuestra que podemos tener mucho con poco”. Ante mucho con poco.
la poca fe de los discípulos -“si aquí no tenemos más que cinco panes y dos peces” (sus provisiones,
probablemente)-, Jesús hace el milagro de que lo poco repartido se multiplique hasta sobrar.
¿No es cierto que el don total de unos pocos sigue haciendo milagros también hoy…?

El hambre de los otros Llamados a ser mediadores del amor y la misericordia de


es problema nuestro Dios. Este relato de la multiplicación de los panes aparece cinco ve-
ces en los evangelios (dos en Marcos, 2 en Mateo y una en Juan). Una señal clara de la importancia que
jugó en las iglesias primitivas. Frente a otros acentos de Marcos y Juan, a Mateo le interesa resaltar:
- la soberanía y el poder de Jesús ante la poca fe de sus discípulos,
- el Reino de Dios como un banquete en el que hay pan para todos,
- la Eucaristía como realización anticipada de ese banquete del Reino cuyo pan es el mismo
Cristo y,
- finalmente el carácter mediador de la Iglesia y sus ministros, representada en la actividad
de los discípulos.
La Iglesia entera tiene como única finalidad ser mediadora del amor y la misericordia del Dios
hacia el mundo y del agradecimiento y la respuesta de la humanidad a Dios expresada en el cuidado
de su Creación.
Teniendo bien claro que así como la misericordia de Dios abarca a todos los hombres y a todo
el hombre (cuerpo, mente, espíritu) así también la acción de la Iglesia, de todos los creyentes, ha de
dirigirse por igual a todas las necesidades del ser humano y de todos los seres humanos.
¡Cómo resuenan a esta luz las palabras del Papa Francisco cuando define a la Iglesia como “hospi-
tal de campaña”, como “llamada a las fronteras”…, y a sus ministros como hombres “con olor a oveja”!
José A. García, sj

47
Homilética • 2014/4 DOMINGO 18º DEL T.O.

ORACIÓN UNIVERSAL
Padre, Tú preparas la mesa y bendices cuanto hay en ella para que se haga don y alcance a todos;
te pedimos:
Danos tu pan y tu palabra
• Por la iglesia y todos los creyentes, para que sepa responder con amor y misericordia a las necesi-
dades de los hombres. Oremos.
• Para que la eucaristía, mesa compartida que preside el Padre de todos, haga crecer en nosotros el
compromiso de hacer del mundo la mesa redonda de fraternidad. Oremos.
• Para que quienes solo se rigen por la ley del mercado vuelvan su mirada hacia los que expulsan
fuera de él y aprendan a compartir lo que tienen. Oremos.
• Para que surjan entre los creyentes vocaciones entregadas a la edificación del Reino de Dios en la
vida pública. Oremos.
• Para que quienes dedican su vida a promover el ministerio de la caridad y del pan compartido con-
serven su ánimo y puedan expandir con gozo su camino de fraternidad. Oremos.
• Para que no separemos nunca el sacramento de la eucaristía del sacramento del hermano. Oremos.
Enséñanos a compartir el pan y a multiplicar la solidaridad para que el mundo se llene de risas y
canciones y nos reconozcamos como familia humana; abre hoy tu mano y sácianos con tus favores.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

RECURSOS
LOS VALORES DEL REINO:
(5) LA IMPLICACIÓN COMPASIVA

Imposible contemplar a Jesús, hablar de Él, sin que aparezca en primer plano la misericordia: “miseri-
cordia quiero y no sacrificio” (Mt 9,13). Es la imagen de Jesús ante la muchedumbre hambrienta (Mc
6,34), o ante la viuda de Naím (Lc 7,13), etc. Y lo que nos cuenta en la parábola del buen samaritano (Lc
10, 29-37). La transformación de las estructuras exige el contacto directo y compasivo con la realidad
concreta de las personas que sufren.

48
Homilética • 2014/4 DOMINGO 18º DEL T.O.

1. LOS DOS HERMANOS


«Dos hermanos, uno soltero y otro casado, poseían una granja cuyo fértil suelo producía abundante
grano, que los dos hermanos se repartían a partes iguales.
Al principio todo iba perfectamente. Pero llegó un momento en el que el hermano casado empezó
a despertarse sobresaltado por las noches, pensando: “No es justo. Mi hermano no está casado y se
lleva la mitad de la cosecha. Yo tengo mujer y cinco hijos, de modo que, cuando sea anciano, tendré todo
cuanto necesite. Sin embargo, ¿quién cuidará de mi pobre hermano cuando sea viejo? Necesita ahorrar
para el futuro mucho más de lo que actualmente ahorra, porque su necesidad es mayor que la mía”.
Entonces se levantaba de la cama, e iba en secreto a donde vivía
su hermano y vaciaba en el granero de éste un saco de grano.
También el hermano soltero comenzó a despertarse por las no-
ches y a decirse a sí mismo: “Esto es una injusticia. Mi hermano tiene
mujer y cinco hijos y se lleva la mitad de la cosecha. Yo no tengo que
mantener a nadie más que a mí mismo. ¿Es justo acaso que mi her-
mano, cuya necesidad es mayor que la mía, reciba lo mismo que yo?
Entonces se levantaba de la cama y llevaba un saco de grano al granero de su hermano.
Un día, se levantaron de la cama al mismo tiempo y tropezaron uno con otro, cada cual con un saco
de grano a la espalda.
Muchos años más tarde, cuando ya habían muerto los dos, el hecho se fue conociendo por toda
la comarca. Y cuando los ciudadanos decidieron levantar un templo, escogieron para ello el lugar en el
que ambos hermanos se habían encontrado, porque no creían que hubiera en toda la ciudad un lugar
más santo que aquél».

49
Homilética • 2014/4

Domingo 19º del T.O.


10 de agosto de 2014

El apóstol Pedro tuvo miedo de que zozobrara su barca. Francisco, el Papa, tuvo miedo al ser elegido
para la barca de la Iglesia. A ambos les anima JC, ayer y hoy, porque las tormentas no dejan de arre-
ciar, así es la naturaleza del mundo, también en la comunidad humana que es la Iglesia.
Javier Prat Cambra

50
Homilética • 2014/4 DOMINGO 19º DEL T.O.

LA PALABRA
PRIMERA LECTURA: 1 Re 19,9 a. 11-13 a. ta. Primero, tenemos que pararnos a escuchar.
Luego tenemos que aceptar que puede cambiar
El texto en su contexto. Elías ha huido de nuestra imagen de Dios ¿No será que buscamos
la reina Jezabel. Ha sido capaz de enfrentarse a Dios allí donde no está: en lo tremendo y desco-
al poder opresor del rey de Israel y ha puesto su munal, en lo espectacular y fantástico, en lo terri-
vida en juego para defender la verdadera religión. ble y avasallador? El susurro obliga a estar aten-
Ha llegado incluso a tos a lo pequeño, a lo
Tenemos que aceptar que puede
usar las armas. Perse- insignificante, a lo que
cambiar nuestra imagen de Dios.
guido por la reina, se pasa inadvertido. Es la
refugia en el monte Horeb, lugar de la revelación presencia de Dios en lo cotidiano que se despre-
para Moisés. Lejos de los gritos de la batalla se cia por creerlo sin valor ni consistencia.
oculta en una gruta. Dios «va a pasar», se va a Pedro Fraile Yécora
«revelar»: ¿estará en la violencia del huracán?
¿Acaso en el terremoto que no deja nada en su SEGUNDA LECTURA: Rom 9, 1-5
sitio? ¿O quizás en el fuego que no deja huellas?
El ardoroso profeta defensor de los derechos Este texto pertenece a un amplio apartado de
de Dios, obedece y espera. Sin embargo queda Romanos (caps.9-11) en el que Pablo hace una hon-
desconcertado cuando descubre que Dios no está da reflexión sobre lo acaecido con Israel. Él nunca
en el Dios «ruidoso», «tronante», «destructor», sino renunció a su ser judío. Y desde esa fidelidad a sus
en el susurro de la brisa, en el silencio elocuente. raíces históricas no llega a entender cómo su pueblo
El texto en la historia de la salvación. Los se ha cerrado tan en banda a la propuesta de Jesús.
grandes personajes de la historia de la salvación Una reflexión hecha desde el amor y desde el dolor.
son personas con una trayectoria semejante. Han Una reflexión que deja la puerta abierta para una ul-
oído la llamada de Dios; también se han rebela- terior fase histórica de la espiritualidad donde Israel
do con frecuencia contra él; han llegado incluso, pueda ocupar como tal un lugar en el concierto de la
en algunos casos como Moisés o Elías, a huir. fe humanizadora de Jesús.
El encuentro con Dios en la Biblia no es cosa de La reflexión de Pablo es desde «mi concien-
personas psicológicamente infantiles o de timora- cia iluminada por el Espíritu Santo». Es decir: des-
tos que huyen de los problemas. Elías no es un de lo más profundo de la sensibilidad humana y
profeta cobarde, pero tiene una imagen de Dios creyente. Si la percepción del otro como distin-
que tiene que corregir; Dios busca y, si el humano to, como alejado, como enemigo se hace desde
se deja encontrar, se pro- planteamientos religiosos el riesgo es indudable.
duce un encuentro que, Únicamente puede tener algún sentido desde una
aunque no se apacible, es postura que mezcle amor y aprecio, sufrimiento y
Tenemos miedo, Señor.
fructífero. abrazo a lo que no se comprende, desde una re-
Y el miedo nos hace ver
Palabra de Dios flexión de tipo ecuménico. Por eso Pablo no argu-
fantasmas. Necesitamos
oír tu voz que nos llama a
para nosotros: sentido menta desde verdades religiosas, sino desde una
la confianza. Tenemos fe y celebración litúrgica. “conciencia iluminada”.
en ti, Señor, pero ayuda a Una vez más, el Dios de Lo que realmente interesa a Pablo es «el bien
nuestra incredulidad. la Biblia nos desconcier- de mis hermanos». El gran anhelo para con quien

51
Homilética • 2014/4 DOMINGO 19º DEL T.O.

tiene posiciones religiosas, u otras, las promesas, todo. Y sin embargo,


distintas es que el bien se haga misterio del corazón humano, no ha
creciente en su vida, que la dicha saltado en ellos esa chispa del amor
alcance cotas altas, que la felicidad a Jesús y, por el contrario, se ha pro-
llame a la puerta de su casa. No se pagado la hoguera de su rechazo y
trata pues de “convertir” a nadie, de su odio. Es el misterio de lo os-
sino de elevar su nivel de gozo vital. curo, de la incomprensible inhuma-
Para ello, dice Pablo, estaría nidad, de la dureza de las opciones
dispuesto a ser «un proscrito lejos de religiosas en toda su crudeza.
Cristo». Lo terrible de la expresión está indicando el Sobre todo, al pueblo de Israel le avala la evi-
fuerte dolor que anida en el corazón del apóstol. dencia de que a él pertenece «según la carne, el
Estar lejos de Cristo sería peor que la muerte. Pues Mesías, que está por encima de todo». Nunca ha-
hasta eso se aceptaría en beneficio de su familia bría que olvidar que, histórica e incluso religiosa-
humana, histórica, cre- mente hablando, Jesús
Si la percepción del otro como distinto
yente en la que Pablo es judío, no cristiano.
se hace desde planteamientos
ha vivido sus horas más Esta pertenencia a la
religiosos, el riesgo es indudable.
humanizadoras. familia judía devuelve a
Considera Pablo que los de su pueblo tienen Jesús su evidencia encarnacional. Por eso, de al-
todos los elementos para acercarse al Dios de gún modo, Jesús les pertenece. Y esa pertenencia
amor y de reconciliación que propone el Evange- deja la puerta abierta al posible amor.
lio: la pertenencia a Israel, la elección, la gloria
de la presencia de Dios, la alianza la ley, el culto Fidel Aizpurúa Donázar

EVANGELIO: Mt 14, 22-23 figura caminando sobre el mar. No han de temer.


Es Jesús mismo quien se presenta junto a ellos: «Yo
Tras el milagro de la comida sobreabundan- soy». Domina el encuentro esta solemne afirma-
te, Jesús y los discípulos se alejan de la muche- ción que trae a la mente la autorevelación de Dios
dumbre saciada. De nuevo la pregunta sobre la en el Sinaí. Jesús manifiesta su identidad salvífica.
identidad de Jesús se va a situar en el centro. « Pedro es el protagonista de la segunda esce-
¿Eres tú el que tenía que venir?» (Mt 11,3). na. Resulta evidente la importancia que el após-
Desde el punto de vista de la estructura narra- tol Pedro tuvo en la comunidad mateana, porque
tiva, el relato se divide en tres partes, claramente este encuentro no es narrado en los relatos para-
diferenciadas. Comien- lelos (Marcos y Juan). Ahora es Pedro quien quiere
za con el encuentro acercarse a Jesús. Su duda inicial («si eres tú…»)
de Jesús, que camina se transforma en grito de súplica ante la adversi-
sobre las aguas, con el dad. No se trata de una invocación litúrgica, como
El pan y el vino de la Eucaris-
grupo de los discípulos puede parecer («Señor, ¡sálvame!»), sino, más
tía son aparentemente poca
que están en la barca. bien, es la muestra de la angustia y el desamparo
cosa, como nosotros mis-
A la angustia e inse- del hombre que no puede salvarse a sí mismo.
mos. Te presentamos, Padre,
guridad que provoca Solo la intervención de Jesús salvará la situación.
nuestra debilidad, para que
la tormenta se une el La tercera escena dirige la atención nueva-
tú nos des tu fortaleza.
miedo al ver venir una mente al conjunto de los discípulos que están en

52
Homilética • 2014/4 DOMINGO 19º DEL T.O.

la barca. Ante lo que han contemplado reaccionan los. No se trata de una demostración de su poder,
con una solemne profesión de fe cristológica que sino de la manifestación de la acción salvífica de
volveremos a escuchar más adelante, primero en Dios a favor de su pueblo.
boca de Pedro (Mt 16,16), y des- La segunda dirección es se-
pués en el centurión al pie de la cruz ñalada por el encuentro de Pedro
(Mt 27,54): «Tú eres el Hijo de Dios». con Jesús. En el apóstol se refleja
La acción salvífica de Jesús es ma- la figura del discípulo que duda, que
nifestación de su filiación divina. vacila en su fe. Lejos de una imagen
En las tres escenas aparece esta idealizada, presenta los contornos
identificación: en la primera es Él mismo quien se de quien, optando por seguir al Señor en medio de
revela («Yo soy»); en la segunda, Pedro, desde la las dificultades de la vida, duda. El camino de la fe
duda («si eres tú»); y, por fin, el conjunto de los no está exento de dudas. Apoyado en Jesús, que le
discípulos («Tú eres el Hijo de Dios»). tiende la mano, podrá superar la prueba.
Desde el punto de vista del contenido, dos Sin Jesús a nuestro lado no podemos nada. El
direcciones marcan el texto. En primer lugar, lo viento en contra, la barca zarandeada, la duda, la
que acabamos de señalar. Se trata de un encuen- falta de confianza,… y la mano puesta en la del Se-
tro de profunda relevancia cristológica, con la re- ñor. El ideal del discípulo no es el que pide salvación,
velación de la identidad de Jesús: es el Hijo de sino el que confía en la presencia salvífica de Dios.
Dios, el que salva a Pedro y al resto de los discípu- Óscar de la Fuente

LA HOMILÍA
Jesús, un hombre de tres tiempos. Así definía a Jesús el cardenal Martini: “un hombre de tres
tiempos”. El primer tiempo de Jesús es el de la acción: Jesús cura, anuncia el Evangelio del Reino,
defiende a los pobres, da de comer a la multitud, llama y envía a los discípulos… Si se le quita a Jesús
ese tiempo queda irreconocible. No es él.
Jesús, que encuentra a Dios
Pero ese primer tiempo no lo dice todo de Jesús. Los
mientras va de camino,
evangelios atestiguan, como en el relato de hoy, que Jesús
a veces se sale del camino
pasa, de vez en cuando, a un segundo tiempo: el de la ora-
ción, el de un cara a cara con su Padre fuera del alcance de
para encontrar a Dios.
la gente. Dice un autor a este respecto: “Jesús, que encuentra a Dios mientras va de camino, a veces
se sale del camino para encontrar a Dios”. Se trata del mismo Dios, pero buscado y encontrado de otra
manera. Este segundo tiempo no es contra el primero, es a su favor. Es el tiempo del discernimiento, de
la pregunta hecha a Dios cara a cara, del recibirse sólo de Él para consagrarse sólo a su Reino. Sin ese
tiempo, Jesús queda igualmente mutilado, ideologizado, sin sus raíces en su Padre, Dios.
Jesús vive todavía en un tercer tiempo: el tiempo de los discípulos a los que dedica muchos
esfuerzos de formación; de los amigos y amigas en los que busca
apoyo, descanso, gozo…

Te damos gracias, Padre, porque en medio de la noche de nuestra vida y de la situación mundial, Tú no estás
lejos ni dormido. A pesar de todos los pesares, confiamos en ti.

53
Homilética • 2014/4 DOMINGO 19º DEL T.O.

No es anécdota, es estructura de la fe cristiana. Siempre acecha el peligro de vivir la fe polari-


zadamente en un solo tiempo, o en dos… Implicación, oración, comunidad son tres ejes (interconec-
tados entre sí y que se alimentan mutuamente) de
Implicación, oración, comunidad
una fe madura.
son tres ejes interconectados
¿Cómo vivo yo esos tiempos, hacia cuál de
de una fe madura.
ellos me escoro…en detrimento de los otros dos?

Al igual que Jesús, el Resucitado vive siempre vuelto hacia la Iglesia y el mundo. Jesús
“fuerza” a los discípulos a que se vayan en la barca y despide a la multitud. Quiere irse solo al monte
a orar. Pero le resulta imposible desentenderse de la barca (la Iglesia) y de los remeros (los apóstoles)
amenazados por el viento y la tempestad. Al amanecer baja del monte y echa andar sobre las aguas…
El miedo y la inseguridad de los discípulos y el peligro de que la barca se hunda refleja situa-
ciones reales de las primeras comunidades y también nuestras. Además están solos, “Jesús no está
con ellos” esta vez. Es la misma impresión que nos atenaza a nosotros hoy ante el eclipse de Dios en
nuestra cultura. ¿Cómo no sentir el miedo, la inseguridad, la amenaza de que el mar (símbolo de la
muerte) nos va a tragar?
Pero, ¿es realmente cierto que estamos solos, que el Señor se ha olvidado de nosotros? El
evangelio de hoy afirma que no: que somos continuamente vistos por el Resucitado; que el Señor vive
vuelto siempre hacia nosotros, com-padeciendo nuestras si-
tuaciones como si fueran suyas, porque lo son, y dispuesto
El Señor vive vuelto
continuamente a echar a andar hacia ellas para quitarles su
siempre hacia nosotros.
poder. El Soberano es Él, no la tempestad.
Es consolador que sea así. Pero ¿nos relacionamos con Cristo en esa clave de su interés por
nosotros? Y si Él es nuestro Señor, aquel a quien queremos de verdad amar y seguir, ¿vivimos como
Cristo “vueltos hacia las dificultades de los demás”, dispuestos a echar a andar hacia ellos?

No temáis, soy yo. La tempestad, el viento y sobre todo el miedo hacen que los remeros con-
fundan a Jesús con un fantasma. El miedo, ayer y hoy, crea fantasmas. Pero del interior de lo que
toman por un fantasma sale una voz conocida: “No temáis, soy yo”. Todo un símbolo. Dios no crea los
fantasmas, ni las tormentas, ni el sufrimiento, ni las amenazas de muerte; de todo eso se encarga la
dura realidad… Pero del fondo de todos ellos emerge un
Dios no crea los fantasmas.
Voz: “No temáis, aquí estoy yo para que no os destruyan.
De todo eso se encarga
¿A quién vais a entregar vuestra fe y confianza? ¿A quién
la dura realidad. vais a invocar, al miedo o a mí?
Y ahí aparece Pedro, ese remero que tanto nos retrata… Mientras confía en Jesús y mira hacia
él, camina sobre las aguas, vence al miedo y a la muerte. Cuando fija sus ojos en el viento y en la
tormenta, en el poder de las dificultades, y se remite a ellas, se hunde.
“¡Qué poca fe! ¿Por qué has dudado?” ¿Por qué vives las dificultades y sufrimientos de la vida
como si no estuvieran “habitados” por mí? Yo no los creo, pero vengo en ellos para estar contigo y
ayudarte a que no te destruyan…
José A. García, sj

54
Homilética • 2014/4 DOMINGO 19º DEL T.O.

ORACIÓN UNIVERSAL
Pidamos juntos al Señor que no nos falle nunca nuestra confianza en él.
• Pidamos por la comunidad cristiana, simbolizada aquí en la barca que avanza en la noche del lago,
para que ponga siempre su confianza en Dios y todos los creyentes puedan ayudarse y animarse en
medio de la travesía. Oremos.
Padre, escúchanos.
• Pidamos de un modo especial por todos los que se arriesgan, como Pedro, pero luego les entra el
miedo a ahogarse en el mar de este mundo; ayúdales a reconocerte en medio de las dificultades de
la vida. Oremos.
• Pidamos de un modo especial por los que se encuentran dominados por la angustia de la vida,
pensando que nadie sale a su encuentro ni les ayuda en la necesidad. Oremos.
• Pidamos por los orantes contemplativos, como Elías o Jesús, para que, al subir a la montaña de su
encuentro con Dios, no se olviden de las necesidades de los pobres de la tierra. Oremos.
• Oremos por todos nosotros, para que sepamos escuchar el susurro de Dios en nuestra vida, más
allá de los fuegos, terremotos y tormentas que a veces nos dominan. Oremos.
• Que, desde la montaña de la oración, sepamos descubrir las necesidades de todos los que se fa-
tigan y sufren sobre el mar de este mundo y seamos brisa que alivia y alienta, y no fuego o huracán
que destruye. Oremos.
A ti, Dios Padre, que siempre nos escuchas, elevamos una vez más nuestras súplicas. Acoge nuestra
plegaria y el lamento de todos los que sufren, ayudándonos por medio de tu Hijo Jesucristo.

RECURSOS
LOS VALORES DEL REINO:
(6) LA CONFIANZA

El miedo crea fantasmas y uno sólo vive para ellos. Atemorizados, nos colocamos en un rincón sin atre-
vernos a mover. Entonces las dificultades se hacen enormes y nos vencen. «Los males de nuestro mun-
do –dice el papa Francisco- y los de la Iglesia, no deberían ser excusas para reducir nuestra entrega y
nuestro fervor… Una de las tentaciones más serias que ahogan el fervor y la audacia es la conciencia de
derrota que nos convierte en pesimistas quejosos y desencantados con cara de vinagre» (Evangelii Gau-
dium, 84-85). El antídoto del miedo es la confianza, la fe. El Señor vive vuelto siempre hacia nosotros.

55
Homilética • 2014/4 DOMINGO 19º DEL T.O.

1. EL RITO DE LOS INDIOS CHEROKEE


Cuando un niño empieza su adolescencia, su padre lo lleva al
bosque, le venda los ojos y se va dejándolo solo.
El muchacho tiene la obligación de sentarse en un tronco toda la
noche y no puede quitarse la venda hasta que los rayos del sol brillan
de nuevo en la mañana. No puede pedir auxilio a nadie. Una vez que
sobrevive esa noche, él ya es un hombre. No puede hablar con los
otros muchachos sobre esta experiencia, pues cada chico debe entrar
en la adultez por su cuenta.
El chico, lógicamente, está aterrorizado. Puede oír toda clase de
ruidos… Bestias salvajes que rondan a su alrededor, lobos que aúllan,
Quizás algún humano que puede hacerle daño.
Escucha el viento soplar y la hierba crujir, sentado estoicamente
en el tronco, sin quitarse la venda. Esa es la única manera en que
puede llegar a ser un adulto.
Por último, después de esa horrible noche, aparece el sol. El muchacho se quita la venda… Enton-
ces es cuando descubre a su padre sentado junto a él. Su padre no se ha ido, ha velado toda la noche
en silencio, sentado en un tronco para proteger a su hijo del peligro sin que él se de cuenta.

56
Homilética • 2014/4

La Asunción de María
15 de agosto de 2014

María e Isabel, embarazadas de JC y Juan, proponen darle la vuelta a la tortilla del mundo. Lo que
está para arriba volverlo boca abajo. Lo que hoy nos parece inevitable, según el sistema económico
imperante, mañana será otra cosa, según la justicia de Dios.
Javier Prat Cambra

57
Homilética • 2014/4 LA ASUNCIÓN DE MARÍA

LA PALABRA
PRIMERA LECTURA: para siempre las potestades maléficas que atena-
Ap 11, 19a; 12, 1. 3-6a. 10ab zan al género humano (dragón). La «salud/salva-
ción» y la «autoridad/poderío» pertenecen a Dios y
El texto en su contexto. La Apocalíptica no a su Hijo. El futuro del mundo y de la historia no
es un «género literario» entre otros muchos bíbli- está sometido al mal, a las potencias violentas y a
cos, sino que se equipara a la literatura histórica, la injusticia que dictan la última palabra, sino que
sapiencial o profética. La «literatura apocalíptica», pertenece a Dios.
heredera de la profecía, lleva al Palabra de Dios para no-
El futuro del mundo
límite las imágenes simbólicas. sotros: sentido y celebración
y de la historia
No se trata ni de un lenguaje litúrgica. María es la mujer que
no está sometido al mal
descriptivo, ni de un lengua- engendra en Cristo a la nueva
je esotérico (que oculta extraños mensajes). La humanidad; es también imagen de la Iglesia que
apocalíptica, leída dentro de la Escritura, es una acoge en su seno a los redimidos por Cristo. El
forma literaria al servicio de la comunicación de futuro no es de pecado, de muerte, de destruc-
la «Palabra de Dios»; por tanto es una palabra ción, sino de perdón, vida y cumplimiento de la
de salvación, no ociosa o fantástica. El libro del salvación.
Apocalipsis presenta los textos en coherencia con Pedro Fraile Yécora
la revelación cristiana: el verdadero revelador es
Cristo mismo. La escena se abre ante una visión SEGUNDA LECTURA: 1Cor 15, 20-27a
del «cielo-espacio de Dios», con dos elementos
salvíficos: el santuario y el arca de Dentro del variado temario
la alianza. Aparecen «señales»: la que desarrolla 1 Cor y que refleja las
«mujer» coronada de estrellas hace inquietudes de las comunidades de
referencia al amor de alianza en- Corinto, dedica Pablo un amplio es-
tre Dios y su pueblo; también a su pacio al tema de la resurrección. Su
fecundidad, pues está de parto: el intención general no es tanto hablar
niño que va a nacer será quien lleve del más allá, sino iluminar el más
la historia a su plenitud. El dragón es la realidad acá con la esperanza de la plenitud de la dicha
de la violencia y de la injusticia presentes en la que, desde Jesús, se ha hecho más anhelante en
historia. el caminar humano. No es, pues, una escatología
El texto en la his- para la huida de la historia, sino para la ilumina-
toria de la salvación. ción y el aliento en el camino histórico, un camino
Desde estas claves de abierto a posibilidades de plenitud porque «si la
Hoy celebramos el triunfo lectura, la Iglesia ha visto esperanza es sólo para esta vida…somos los más
total de María, su pleni- en la mujer del texto que desgraciados de los hombres». Es preciso abrir los
tud como persona incluso leemos a María como horizontes al máximo.
más allá de la muerte. «nueva Eva». Gracias a su Jesús resucitado es, según Pablo, «primer
Concédenos, Padre nues- palabra obediente –fren- fruto de los que duermen», fruto hermoso y en
tro, participar un día, con
te a la desobediencia de sazón, fruto de vida. No se puede plantear la re-
ella, de la misma plenitud.
Eva- han sido vencidas surrección de Jesús desde la perspectiva de un

58
Homilética • 2014/4 LA ASUNCIÓN DE MARÍA

juicio que censura y condena, sino desde el logro sías») no está estableciendo ningún modo histó-
y la cosecha. Por eso, la idea de una vida abierta a rico en el hecho resurreccional, sería una banali-
lo pleno ha de conllevar la certeza del gozo mayor, dad. Quiere decir que es por Jesús, así lo cree su
de la dicha más colmada. Si lo que se piensa del seguidor, que se abren las posibilidades de vida a
más allá abruma la conciencia y la sensibilidad de toda persona, porque todos «son del Mesías» (no
la persona, algo no va bien, algo no encaja con la únicamente quien ha sido cristiano). Es decir, la
propuesta básica de Jesús. utopía del horizonte pleno lo lidera Jesús y quien
se entrega como él y se beneficia toda la comuni-
Si lo que se piensa del más allá
dad humana.
abruma la conciencia, algo no
El signo evidente de que se ha llegado al te-
encaja con la propuesta de Jesús.
cho de la esperanza, al sueño logrado de la uto-
Es preciso entender la dialéctica «un hombre pía es la desaparición de la muerte: «como último
trae la muerte/otro la vida (Adán/Jesús)» como un enemigo aniquilará la muerte». De ahí que todo
modo catequético al gusto midrásico de la época. lenguaje de vida es lenguaje resurreccional, y
Pero, en realidad, la muerte hace parte del cami- toda colaboración al triunfo de la vida habla de la
nar humano y también la vida. Jesús ha trabajado posibilidad del logro total de un mundo “sin muer-
hasta la extenuación por ensanchar los límites de te”, como soñara el vidente de Apocalipsis (21,4).
la vida y hacer que la muerte tuviera el menor es- Lo dicho: una escatología para iluminar y animar
pacio posible. Esa es justamente la tarea de quien el camino histórico. El triun-
entiende la utopía del horizonte de resurrección, fo de María habla esta cla-
de plenitud que nos ofrece la propuesta de Jesús. se de lenguajes.
Todo lo que es nuestro, es
Cuando Pablo dice que hay un “turno” en la Fidel Aizpurúa Donázar
más un regalo tuyo que
resurrección (primero Jesús, luego «los del Me- una conquista de nuestros
brazos. María lo sabía y te
EVANGELIO: Lc 1, 39-56 de Isabel mientras la madre daba siempre las gracias.
se llena de Espíritu Santo Como ella, te presenta-
El pasaje escogido supone la intersección de (1,41.44). Ambos son te- mos ahora, Padre, toda
las dos historias paralelas que Lucas relata en su mas queridos por Lucas: la nuestra vida para que tú
primer capítulo, la del nacimiento de Juan y la del alegría que produce la pre- la lleves a plenitud.

nacimiento de Jesús. Lo hace a partir del encuentro sencia de Dios y la acción


de las dos mujeres que han visto sus límites supe- del Espíritu Santo. Con todo, permanece vivo el
rados, la ancianidad por parte de Isabel y la virgini- contraste entre Isabel y María, que ha concebido
dad por parte de María, para concebir vida en su por obra de él (1,35).
seno. Son dos mujeres que caminan juntas con la Isabel declara a María y al fruto de su vien-
fuerza de Dios. En su encuentro no predomina la tre benditos (1,42), la proclama “madre de su Se-
acción sino el diálogo, del que Lucas se sirve para ñor” (1,43) y dichosa por haber creído: las cosas
ayudar a la comprensión de lo que está sucediendo dichas por el Señor se cumplirán (1,45). Es la pri-
por parte del lector u oyente del evangelio. mera bienaventuranza del evangelio que subraya
Tras la Anunciación, María no se guarda para otro tema muy lucano, la confianza en la palabra
sí la experiencia vivida sino que con rapidez sale de Dios que se cumple siempre. Además nos en-
y la comparte. Si a ella antes el saludo del ángel contramos ante una afirmación cristológica. Jesús
la turbó, ahora el suyo hace saltar de gozo al hijo es llamado Señor igual que lo es Dios, por lo que

59
Homilética • 2014/4 LA ASUNCIÓN DE MARÍA

Isabel prolonga lo que el ángel comunicó a María: En contraste con Zacarías es el canto de una mu-
su hijo sería el Hijo de Dios. jer creyente antes del nacimiento de su hijo.
La respuesta de María llega en forma de María alaba y se alegra porque Dios ha mira-
cántico, conocido como el Magnificat do la humillación de su esclava que en
por la primera palabra de la traducción griego tiene sentido social, lo último en
latina. Está inspirado en el cántico de la escala social. Los versículos finales
Ana (1 Sam 2,1-10) pero enriquecido (1,51-55) tienen un carácter escatológi-
con material de los salmos y de los pro- co en clave de liberación. La acción de
fetas. Manifiesta el paralelismo típico Dios ya ha comenzado y está en marcha
de la poesía hebrea y ayuda a interpre- pero aún no ha concluido. En el texto se
tar la narración. El canto de María por entrecruzan los planos religioso, social
lo que Dios ha hecho en ella se extiende a lo que y ético. Percibimos el movimiento de Dios que
Dios hace por todos los que le temen, incluyendo abaja a unos y ensalza a otros. Jesús lo anunciará
a Israel con el nacimiento del Mesías. María apa- en las bienaventuranzas y maldiciones (6,20-26)
rece como símbolo de su pueblo, como luego que- y lo realizará en su ministerio.
dará patente en las palabras de Simeón (2,34). Pablo Alonso Vicente, sj

LA HOMILÍA
¿Qué aporta a nuestro caminar y a nuestra vida, el dogma de la Asunción de María?
La primera respuesta es ésta: en la Asunción vemos que en Dios “hay espacio para el hombre”,
que en Dios cabe el hombre; que Dios es “la casa” con muchas moradas de la que habla Jesús (cf.
Jn14, 2). Sí; Dios es la casa del hombre. Y la Virgen María, uniéndose a Dios, se hace también casa y
morada para cada uno de nosotros.
En el dogma de la Asunción, hay otro aspecto
En Dios no sólo hay espacio
complementario, como si fuera la otra cara de la mo-
para el hombre; sino que,
neda: no sólo en Dios hay espacio para el hombre;
en el hombre hay también
sino que, “en el hombre también hay espacio para
espacio para Dios.
Dios”. Esto lo vemos realizado en María, que es el
Arca santa que lleva la presencia de Dios. En nosotros hay espacio para Dios y esta presencia de Dios en
nosotros se realiza por la fe cuando abrimos las puertas de nuestro ser para que Dios entre en nosotros
y dé vida y luz a nuestro ser. Tenemos que abrirnos a Dios, como se abrió María: «He aquí la esclava del
Señor, hágase en mí según tu Palabra» (Lc 1,38). Abriéndonos a Dios no perdemos nada. Al contrario:
nuestra vida se hace más rica, más bella y más grande. Suelo repetir que los dos mandamientos para un
cristiano, se corresponden con las dos primeras Bienaventuranzas:
ser pobre de espíritu, que equivale a “dejarse amar por Dios”, a

Te damos gracias, Padre, por nuestra madre María. Tú entraste en ella y ella entró en ti. Al celebrar esta fiesta,
te pedimos que nos ayudes para parecernos a ella para que también nosotros entremos en tu casa ahora y
para siempre.

60
Homilética • 2014/4 LA ASUNCIÓN DE MARÍA

dejarnos trabajar interiormente por el Espíritu Santo. Y ser manso, que es lo mismo que “dejar a Dios
ser Dios”, a no echarlo de nuestra vida o vivir como “si Dios no existiera”. En definitiva, a buscar no sólo
mis derechos o los justos derechos de los demás, sino los derechos de Dios.

¿A dónde nos conducirá todo lo anterior? Tenemos que abrirnos a Dios,


Hoy se habla mucho de hacer un mundo me- como se abrió María
jor; no “otro mundo” sino de “este mundo, otro”. Un
mundo que se aleja de Dios, no se hace mejor, sino peor. Sólo la presencia de Dios puede garantizar
también un mundo bueno, bello, justo y fraterno. Sólo en Dios la esperanza es segura: Dios nos im-
pulsa y apoya, ya aquí, mientras vivimos; y, cuando muramos, nos asegura que no iremos al vacío: Él
nos espera; y, en Él, encontraremos a la Madre y a los nuestros. Es el tercer aspecto a destacar del
Dogma de la Asunción: María, asunta al cielo, es la alegría y fuerza, ya de nuestra vida y esperanza
real de la Vida eterna, de esa Vida para siempre.

¿Cómo resumir, entonces, lo nuclear de la Asunción?


María fue un corazón grande, con
María es aurora de la Iglesia triunfante
dos caras: un espacio de Dios en nosotros
y consuelo y esperanza
y un espacio de Dios para nosotros. Ade-
del pueblo todavía peregrino.
más, María nos alienta en la esperanza
porque Dios, del que salimos un día, nos espera en su seno trinitario. Ésta es la sinfonía de esta
fiesta: María es aurora y esplendor de la Iglesia ya triunfante y, al mismo tiempo, es el consuelo y la
esperanza del pueblo todavía peregrino, como dirá el Prefacio de hoy.
Raúl Berzosa, Obispo de Ciudad Rodrigo

ORACIÓN UNIVERSAL
Presentamos al Señor nuestras peticiones por medio de nuestra Madre María en este día en que
celebramos su Asunción.
• Por la Iglesia para que, como María, sea una casa siempre abierta a Dios, dispuesta a la sorpresa
del Espíritu.
• Por nuestro mundo tan complejo, atravesado por la injusticia y la violencia, para que entre en él la
ráfaga de oxígeno de Dios, amigo de la vida.
• Por todos los hombres y mujeres que buscan un sentido para su vida, para que descubran en ellos
a Dios, como fuente de humanización.
• Por todos nosotros y nuestras comunidades, para que dejemos que Dios entre en nuestra casa y la
llene de alegría.
• Por todos nosotros, para que vivamos siempre esperanzados, fijos nuestra mirada en María, cuyo
destino, realizado en su Asunción, es primicia del nuestro.
Escucha, Padre, estos deseos que hoy te presentamos por intercesión de nuestra Madre, María.

61
Homilética • 2014/4 LA ASUNCIÓN DE MARÍA

RECURSOS
“María es aurora y esplendor de la Iglesia ya triunfante y, al mismo tiempo, es el consuelo y la esperanza del
pueblo todavía peregrino, como dirá el Prefacio de hoy”. Es anuncio de resurrección, de nueva vida presente
ya aquí, pero todavía sin llegar a plenitud. Es como el menú del restaurante: lo mejor está al final…

QUÉDESE CON EL TENEDOR


A una mujer muy conocida en su pueblo le diagnosticaron una enfermedad irreversible y le dieron
tres meses de vida. Así que decidió empezar a poner sus cosas en orden. Llamó a un sacerdote para
discutir algunos aspectos de su última voluntad. Ya en su casa, le dijo qué canciones quería que se can-
taran en su funeral, qué lecturas hacer y el traje con el que deseaba ser enterrada. La mujer también
pidió ser enterrada con su Biblia favorita. Cuando parecía que ya todo estaba en orden y el sacerdote
estaba a punto de irse, la mujer recordó algo muy importante.
-Hay algo más -dijo exaltada-. Es muy importante. Quiero ser enterrada con un tenedor en mi mano
derecha.
El sacerdote se quedó mirando a la mujer, sin saber qué decir y, después de un momento, dijo:
- Claro que sí, no hay ningún problema pero... ¿me podría decir la razón? La verdad es que estoy
intrigado con la solicitud.
La mujer prefirió no explicar nada en ese momento. Le dijo al sacerdote que no se preocupara, que
ya lo sabría a su debido tiempo. Lo único que le entregó fue una carta sellada que le pidió que leyera
en la misa de su funeral.
Como estaba previsto, a los tres meses la mujer murió. Al ser tan conocida, a su funeral asistió
un gran número de personas, prácticamente todo el pueblo. Cuando pasaban por delante de su ataúd,
todos veían el precioso vestido que llevaba, su Biblia favorita y... ¡un tenedor en su mano derecha!
Llegado el momento de la misa, el sacerdote leyó en público la carta que la mujer le dio meses
atrás:
«Durante muchos años he asistido a comidas y cenas de compromiso. El mejor momento de todas
y cada una de ellas era cuando, ya casi al final, los camareros se llevaban los platos y decían “quédese
con el tenedor”. Era mi parte preferida porque llegaba el postre. Lo mejor estaba por venir».

62
Homilética • 2014/4

Domingo 20º del T.O.


17 de agosto de 2014

El Dios de JC tiene ojos para la fe de los creyentes cristianos, y también para los musulmanes, los bu-
distas, los hindúes, los judíos, los animistas… siempre que haya fe en sus manifestaciones religiosas,
a veces lejanas e incomprensibles para nuestras latitudes mentales.
Javier Prat Cambra

63
Homilética • 2014/4 DOMINGO 20º DEL T.O.

LA PALABRA
PRIMERA LECTURA: Is 56, 1. 6-7 humanos, Dios anuncia la salvación a toda la
humanidad, sin distinciones de razas, lenguas o
El texto en su contexto. Sorprende el co- culturas, pues cada ser humano ha sido creado a
mienzo de la profecía del Tercer Isaías, dirigida «a imagen y semejanza del mismo Dios. El proyecto
los extranjeros», tradicio- amoroso de Dios rompe
nalmente excluidos de la
El universalismo de Isaías nuestros criterios reduc-
salvación de Dios, en un
es un anticipo del universalismo cionistas al igual que
momento tan delicado
de Jesús y de su evangelio. el oráculo del Tercer
para el pueblo de Israel. Los deportados han vuelto Isaías es un jarro de agua fresca en medio de
del exilio y los nuevos gobernadores, encargados de una época intolerante y excluyente con los que
la restauración por las autoridades persas, tienen no pertenecían oficialmente al pueblo de Israel. El
que asegurar un germen de población netamente universalismo del Tercer Isaías es un anticipo del
judía sobre la que asentar el futuro. El Templo des- universalismo de Jesús y de su evangelio.
truido por Nabucodonosor aún no ha vuelto a ser Pedro Fraile Yécora
reconstruido en su esplendor. Fueron tiempos muy
duros donde se recelaba de todo lo extranjero y se SEGUNDA LECTURA: Rom 11, 13-15. 29-32
impusieron con intolerancia normas de pureza en
nombre de la identidad que excluía a los «no judíos». La reflexión que Pablo hace sobre la histo-
El texto en la his- ria de Israel, incapaz de acoger la propuesta de
toria de la salvación. Jesús, da un giro y se vuelve a los de origen paga-
¿Cómo entender, por no: «os digo a vosotros los gentiles». Éstos pueden
Tú, Padre, amas a todos tanto, esta profecía de llegar a pensar que, al no ser judíos, no han incu-
los hombres y mujeres por Isaías? No se cuestiona rrido en el fallo de Israel y la soberbia y el menos-
igual, aunque te inclinas que la salvación, que precio de los judíos puede afectar a las relaciones
por los más débiles. Que- proviene y es de Dios comunitarias (es de suponer que en la comunidad
remos parecernos a ti, lu- mismo, va a llegar; pero de Roma había hermanos de componente pagano
chando por una sociedad
¿será sólo para los judíos y alguno también de origen judío). Es una inge-
inclusiva y abierta.
o, como dice Isaías, nuidad pensar que la fidelidad tenga que ver con
alcanzará incluso a otros el origen étnico; depende de las propias opciones
pueblos? Es verdad que también a ellos se les que uno tome y vaya construyendo.
exige guardar los mandamientos al igual que los La “emulación” de la que habla el apóstol es
israelitas; además tienen que observar el sábado y de componente fraterno. No se trata de sembrar
perseverar en el espíritu de la alianza, según este la envidia entre judíos y paganos, sino de animar a
texto. Sorprende también cómo el monte Sión, el ambos a aceptar el plan del Evangelio. Desde ahí
Monte Santo de Jerusalén, se transforma en «casa Pablo sueña con la posibilidad de que Israel ocupe,
abierta y de acogida» para todos los pueblos. El en un tiempo ulterior de la historia, un lugar impor-
Templo de Jerusalén adquiere aquí un cariz y talante tante en la espiritualidad evangélica: « ¿qué será
abierto que, sin embargo, luego no lo tendrá. su reintegración sino un volver de la muerte a la
Palabra de Dios para nosotros: sentido y vida?». Puede parecer imposible la aceptación del
celebración litúrgica. Los límites los ponen los Evangelio por parte del judaísmo, como es imposi-

64
Homilética • 2014/4 DOMINGO 20º DEL T.O.

ble volver de la muerte a la vida. Pero si el valores evangélicos desde su judaísmo y


judaísmo acepta algún día, será tan mara- alcanzar así la misericordia, el gozo de vivir
villoso como asistir al milagro enorme de en la perspectiva del Evangelio. No esta-
uno que vuelve a la vida. mos hablando de “conversiones”, sino de
La “rebeldía” de la que habla Pablo acogida a valores y de referencia a Jesús
es la posición de quien se cierra a los va- no tanto como Dios de una religión, sino
lores del Evangelio, más que a los valores como inspirador de un estilo de vida.
de una religión (no está constituido el cristianis- En el fondo, Dios quiere «tener misericordia
mo como religión en este momento inicial de la de todos». Es decir, el Evangelio quiere ofrecer un
fe cristiana). Esa rebeldía es la que ha motivado marco donde quepan todos, más allá de la opción
que la misión cristiana se haya dirigido a paganos religiosa o incluso no religiosa del individuo. Por-
y, por ella, éstos hayan que el Evangelio es, no
obtenido misericordia. Se
El Evangelio quiere ofrecer un marco hay que olvidarlo, más
han abierto para ellos las
donde quepan todos, más allá que una religión, espacio
puertas del Evangelio.
de la opción religiosa o incluso más amplio, paradigma
Si los judíos ven «la no religiosa del individuo. más acogedor.
misericordia obtenida por vosotros», por los paga-
nos, quizá se planteen la posibilidad de abrirse a los Fidel Aizpurúa Donázar

EVANGELIO: Mt 15, 21-28 Señor (este título aparecerá tres veces en boca de
la mujer). La reacción de Jesús es desconcertan-
El encuentro de Jesús con la mujer cananea te. No responde nada. Rompe la comunicación.
es uno de los encuentros más sorprendentes de Rechaza el contacto con esta mujer. El lector es-
cuantos aparecen en el primer evangelio. Narrati- pera una explicación ante esta reacción.
vamente se construye en torno a tres diálogos: la Los discípulos inician el segundo diálogo. No
mujer y Jesús; los discípulos y Jesús; y, nuevamen- aparece con claridad si piden una “respuesta com-
te, la mujer y Jesús. El tercero de estos, el más pasiva” de parte de Jesús ante la situación de la
desarrollado, supone el clímax de la perícopa. mujer, o si, simplemente, están “incómodos” ante
Llama la atención que en este encuentro, el los gritos y la cercanía de una mujer extranjera. Aho-
protagonismo es de la mujer. Ésta provoca el en- ra Jesús sí responde, manteniendo la negativa a la
cuentro; en dos ocasiones toma la iniciativa de la petición. Hemos de entender esta reacción desde
conversación; “replica” a las palabras de Jesús; y el trasfondo de la teología mateana. El pueblo de
consigue, finalmente, lo que rogaba. Se debe te- Israel es el primer destina-
ner en cuenta que se trata de una mujer, con el tario del mensaje de Jesús;
significado social y religioso que tenía en la época, su llamada a la conversión Queremos dejar ante tu al-
y que, además, es cananea, es decir, extranjera, ha sido prioritaria. Será a la tar, Padre, todos los prejui-
no perteneciente al pueblo de Israel. luz de la Pascua cuando los cios por los que creamos
El primer diálogo lo inicia la mujer. Su situa- discípulos relean la misión división entre nosotros y
ción es dramática, como pone de manifiesto la na- de Jesús en clave universa- en la sociedad. Queremos
rración: la hija atormentada por un demonio; ella lista y no excluyente. aprender a compartir un

grita para ser atendida; y, suplica (una oración de La mujer interrumpe mismo pan sin exclusio-
nes ni exclusivismos.
carácter litúrgico) a Jesús, a quien reconoce como el diálogo de Jesús y los

65
Homilética • 2014/4 DOMINGO 20º DEL T.O.

discípulos. A pesar de ser excluida por Jesús, vuel- símil utilizado por Jesús, responde al desplante.
ve a pedir, a suplicar su ayuda con una actitud de Su petición no significa quitar nada a los hijos de
veneración y esperanza (por segunda vez le lla- Israel, sino ir más allá en la sobreabundancia del
ma Señor, dentro de una invocación de carácter amor. Dios no puede limitarse. Ofrecer la salva-
litúrgico). Jesús rechaza nuevamente a la mujer. ción a unos, no debe significar negársela a los
En este caso con unas palabras que suenan ofen- demás.
sivas. El desprecio que manifiestan no Ante estas palabras, Jesús no
está tanto en la comparación hijos/Is- puede hacer otra cosa que conceder
rael – perro/extranjero, como en la con- a la mujer aquello que pedía. La fe de
firmación de que la salvación que busca la mujer, a pesar de las negativas que
la mujer es exclusiva y excluyente: «a las ha recibido, ha provocado “un vuelco”
ovejas perdidas de Israel». en la narración. Dios ha llamado al pueblo de Is-
Cuando parece que la conversación debía rael, pero no se ha limitado en regalar su amor.
terminar, la mujer replica las palabras de Jesús. El mensaje del Evangelio es para todos; no hay
Con total reverencia (tercera vez que le llama Se- nadie excluido.
ñor) reconoce su autoridad, pero con el mismo Óscar de la Fuente

LA HOMILÍA
Imaginemos por un momento la comunidad cristiana en la que Mateo escribe su evangelio. Hay en
ella cristianos provenientes del judaísmo que no ven con buenos ojos que se admita en la comunidad
a los paganos, y que se oponen a esta práctica. Para convencerlos, el evangelista apela al ejemplo de
Jesús, que encuentra en ellos (antes en el Centurión y ahora en la mujer siro-fenicia) una fe ejemplar.

Una mujer que no admite el no por respuesta. Es tan grande el dolor por su hija enferma y tal su
fe en Jesús que, al primer silencio de Jesús, responde gritando y gritando detrás de él y el grupo de
los discípulos. No admite que siendo Jesús quien es pueda pasar indiferente ante su sufrimiento. Hay
cosas que ese tipo de fe no puede soportar…
Los evangelios nos invitan con frecuencia a la “insistencia en la oración”. No porque Dios se
muestre insensible o remolón a nuestras súplicas y hubiera que vencerle a fuerza de perseveran-
cia. Es más bien porque la insistencia mide, calibra, la profundidad de nuestra
fe-confianza en Dios. Eso es
La insistencia en la oración mide
lo que admira Jesús en esta
y calibra, la profundidad Te damos gracias, Padre,
mujer como antes en el Cen-
de nuestra confianza en Dios. porque nos has creado
turión: “mujer, qué grande es
como una única familia
tu fe”; “jamás he encontrado en Israel una fe tan grande”. ¿Es así, como la de
de hijos tuyos y hermanos.
esta mujer, nuestra fe-confianza en Dios cuando le invocamos en nuestro sufri- Ayúdanos a abrir el cora-
miento o el de nuestros hermanos? zón para que no exclu-
(Pero veamos más detenidamente el desarrollo de la escena, siempre yamos nunca de nuestra
desde la perspectiva del evangelista que la escribe…). casa a quienes necesitan
de nosotros.

66
Homilética • 2014/4 DOMINGO 20º DEL T.O.

Jesús juega el papel de un fundamentalista. Dios no divide a la humanidad


Los argumentos que utiliza Jesús en la primera en hijos y perrillos, sino que todos
parte del diálogo bien podrían ser los de un fun- estamos llamados por igual
damentalista judeo-cristiano de las comunidades como hijos e hijas.
a las que se dirige Mateo: “la salvación de Dios es
para Israel, no para los paganos; no está bien tomar el pan de los hijos para echárselo a los perrillos;
los paganos no deben formar parte del banquete del Reino, ni de la Iglesia…”. Habría en este pasaje
una fina ironía por parte de Mateo que, por un momento, pone en boca de Jesús palabras que no
concuerdan con él, sino con quienes no aceptan la universalidad de la Buena noticia de Jesucristo…
Lo que cuenta de este pasaje es en definitiva:
- que Jesús se deja vencer por esta mujer curando finalmente a su hija en virtud de su fe.
- que no es la pertenencia a una raza, nación, ideología, etc., lo que confiere la salvación sino la
confesión de fe en el Jesús como Señor, como Hijo de David...
- que Dios no divide a la humanidad en hijos y perrillos, sino que todos estamos llamados a sen-
tarnos por igual en torno a la mesa del Padre como hijos e hijas.
En luchar por que, en nombre del propio Cristo, vaya desapareciendo esa divisoria nos jugamos
hoy los cristianos y la Iglesia nuestra credibilidad. Mejor dicho, la credibilidad del Sueño de Dios sobre
la humanidad como sueño de inclusión de todos, y especialmente de los sufren…

Fijos los ojos en Jesús. Así nos invita a vivir la carta a los Hebreos que acabamos de escuchar. En
nuestra vida siempre tenemos los ojos puestos en algo o en alguien. Eso es siempre así aunque nos
empeñemos en no reconocerlo o incluso en negarlo... El gran problema es en qué o en quién pone-
mos los ojos: en el dinero, en mi yo, en un modelo humano, en Cristo…
Con el Papa actual se está produciendo un hecho que debería hacernos pensar: cuanto más
cercanos se hacen sus gestos y su lenguaje a los de Jesús, más universalmente aceptada se hace su
persona y también su mensaje. ¿Por qué?
En la lucha por la inclusión
¿No será porque hemos experimentado que
nos jugamos los cristianos y la Iglesia
no son las ideas, ni siquiera las “ideas sobre
la credibilidad del Sueño de Dios sobre
Jesús” las que nos salvan, sino su persona
la humanidad.
y su modo de proceder, su misericordia, su
verdad, belleza y bondad? ¿No necesitaremos volver más a Jesús, contemplarlo más, conocerlo mejor
para amarlo más y, desde ese “humus” espiritual, pro-seguir su causa más decididamente? ¿Fijos los
ojos y el corazón en Él, modelo en el que configurar nuestra vida de fe?
José A. García, sj.

67
Homilética • 2014/4 DOMINGO 20º DEL T.O.

ORACIÓN UNIVERSAL
Oremos al Señor, nuestro Dios, Él es nuestro auxilio.

Escúchanos, Señor.

• En un mundo plagado de barreras y exclusiones, haz que tu Iglesia sea casa de puertas abiertas y
espacio de acogida en el que de verdad se practique la justicia y el derecho. Oremos.
• Tú que amas a todos y tienes puestos los ojos y el corazón especialmente en aquellos que nuestra
sociedad margina, convierte hacia ellos nuestra mirada. Oremos.
• Tú que haces salir el sol sobre buenos y malos, sobre justos y pecadores, arranca de nosotros todo
germen de intolerancia y discriminación. Oremos.
• Tú que a todos amas, haz que no seamos sordos a tu llamada en el grito de auxilio de los pueblos
del tercer mundo. Oremos.
• Haz que cuantos celebramos la eucaristía, en la que Jesucristo, tu Hijo, se nos da todo entero
compartamos con los necesitados, no solo las migajas que nos sobran sino todos nuestros bienes.
Oremos.
Como la cananea, también nosotros sabemos que no nos es debida tu salvación, tu amor; que es
puro regalo tuyo. Te pedimos tener siempre un corazón agradecido. Por Jesucristo nuestro Señor

RECURSOS
LOS VALORES DEL REINO:
(7) LA APERTURA

Es difícil pensar en un Jesús con prejuicios culturales. Pero, ¿qué significa si no el episodio de la mujer
cananea, cuando Jesús dice aquello de “no está bien echar a los perros el pan de los hijos”, como lee-
mos en el evangelio de hoy? Y algo parecido aparece en el diálogo con la samaritana: “Vosotros adoráis
lo que no conocéis; nosotros adoramos lo que conocemos, porque la salvación viene de los judíos”… (Jn
4,22). Los prejuicios nos llevan a error y a veces, esas mismas
personas de las que no nos fiamos son, precisamente, las que
nos dan la lección más hermosa. Como la cananea…

LA TAZA DE CALDO
Una señora mayor que iba de viaje entró en un autoservicio.
Fue a la barra y pidió un tazón de caldo, lo pagó, lo depositó en una
bandeja y se dirigió a su mesa. Se sentó pero, cuando se disponía
a tomar el caldo, se dio cuenta de que no había pedido pan. Se
levantó, pidió un bollo de pan, lo pagó y regresó a su mesa.
Pero, ¡sorpresa!, un hombre color se encontraba tranqui-
lamente tomándose su caldo. La vieja se dijo a sí misma: “No

68
Homilética • 2014/4 DOMINGO 20º DEL T.O.

me dejaré robar”. Dicho y hecho, se sentó al lado del negro, partió apresuradamente el pan en pedazos,
los desmigó dentro del tazón y se puso a comer lo que quedaba de caldo en su tazón. Seguidamente el
negro se levantó y, segundos después, volvió a la mesa con un abundante planto de espaguetis y dos
tenedores.
- Señora, le invito a compartir este plato, le dijo el negro.
La vieja, sorprendida, se lo agradeció y comenzó a comer los espaguetis, alternándose con el ne-
gro, hasta que se acabaron. Inmediatamente, el negro se levantó, se despidió de la vieja y emprendió
camino hacia la puerta del local. La vieja, sin salir de su asombro, lo siguió con la mirada. Pero justo
cuando el negro iba a traspasar la puerta ella se dio cuenta de que su bolso había desaparecido. Pensó
que la invitación había sido una eficaz estrategia de distracción que había dado lugar a una ingenua
confianza. Pero, cuando se levantó para gritar “¡al ladrón!”, se dio cuenta de que dos mesas más allá
había un tazón de caldo. Se acercó y comprobó que estaba lleno y que ya estaba frío. Era su tazón de
caldo. Al lado de la mesa había una silla con su bolso colgado. Se había equivocado de mesa cuando
volvió de comprar el pan.

69
Homilética • 2014/4

Domingo 21º del T.O.


24 de agosto de 2014

Las llaves del Reino que entregó JC a Pedro bien pudieron ser las de su dura cabeza, poco dada a
entender la amplitud de horizontes de su maestro. Su corazón era más dado a moverse, a impulsos
apasionados, a veces a confesar, a veces a negar a quien sería el motivo de su vida.
Javier Prat Cambra

70
Homilética • 2014/4 DOMINGO 21º DEL T.O.

LA PALABRA
PRIMERA LECTURA: Is 22, 19-23 Palabra de Dios para nosotros: sentido y
celebración litúrgica. Las llaves como símbolo
El texto en su contexto. Es el único orácu- de autoridad pertenecen al ámbito universal.
lo del profeta Isaías dirigido contra una persona: Tener las llaves y poder hacer uso legítimo de ellas
Sobna. Isaías, como los otros profetas, suelen di- manifiestan la capacidad de tomar decisiones,
rigir los oráculos bien contra un Imperio (Asiria), de «abrir lo oculto» y «cerrar otras estancias o
un pueblo (Edom), una ciudad (Tiro), un grupo estamentos de la vida». Este símbolo de autoridad
humano (sacerdotes, príncipes) o al mismo pue- real ha pasado dentro de la misma Biblia a otros
blo (Judá, Israel). Sobna es un alto funcionario textos; entre ellos al evangelista Mateo.
extranjero de la corte del rey Ezequías; a él se le Pedro Fraile Yécora
encomendarían las principales misiones en el go-
bierno del pueblo. No está claro el motivo de su SEGUNDA LECTURA: Rom 11, 33-36
condena y destitución: ¿por construirse un mau-
soleo?, ¿por dispendio de dinero? Isaías recoge El himno final con el que se concluye el gran
en su oráculo este cambio de poder, que pasa a apartado de Romanos sobre la historia de Israel leí-
las manos de un tal Eliacín. Los símbolos de la au- da desde el rechazo a Jesús no es una mera conclu-
toridad que lo revisten (bandas, túnicas) pasan de sión lírica. Es la “explosión” del “místico”, de aquel
uno a otro; es de singular importancia el detalle que ha ahondado, de quien se ha detenido, de quien
de las llaves. El gesto de la entrega de las llaves ha discernido y valorado desde criterios hondos. Al
a un personaje supone confiarle la autoridad, la final, es poner en manos de Dios lo que los huma-
toma de decisiones, el gobierno. nos no llegamos a captar. Por eso mismo, más allá
El texto en la historia de la salvación. El poder de su hermosura, estas palabras manifiestan la con-
pasa de las manos de un alto dignatario extranjero a dición de creyente profundo del apóstol.
otro dignatario que pertenece a la «casa de David». El Los caminos de Dios
profeta Isaías recoge dos hilos teológicos en su obra: son insondables porque Dios
uno centrado en la permanencia de Sión-Jerusalén plantea sus caminos
como ciudad elegida por él; el otro, la promesa davídica desde un amor profundísimo.
según la cual Dios asegura que un «hijo de David» La «generosidad-sabiduría-conocimiento» de
reinará sobre el pueblo. Dios son para Pablo un “abismo”. Es decir, no
Con este oráculo contra se puede llegar al fondo de la cuestión. Siempre
Sobna, Isaías recupera quedará el misterio. Es cierto que el ahondado
Hay muchos hombres y
ambas promesas de Dios. discernimiento paulino no solamente lleva hasta
mujeres, Padre, que pre-
Dios dirige la historia de las puertas del misterio, sino que lo rastrea. Pero,
guntan a los creyentes
su pueblo, confiando su al final, hay que dejar abiertas todas las cuestio-
quién es Jesús. Nos cuesta
pastoreo al rey y a los nes y hay que saber encajar las preguntas que no
responder a esa pregun-
ta. Ilumínanos, pues, para
ministros de su casa. Su tienen respuesta. Esta apertura es un dinamismo
que de la abundancia del función es la de ser «padres» espiritual que lleva a nuevos ahondamientos.
corazón pueda hablar del pueblo, no gobernantes Los caminos de Dios son “insondable-irras-
nuestra boca. que lo explotan. treables” porque Dios plantea sus caminos desde

71
Homilética • 2014/4 DOMINGO 21º DEL T.O.

un amor profundísimo. Y dado que los humanos misterio. Desde ahí (como en el caso de Job) se
caminamos con frecuencia alejados del amor, por podrá ver que hablamos de Dios “de oídas”, con
eso se nos hacen los caminos de Dios irrastrea- escasa experiencia. Pero las situaciones históri-
bles. El rechazo a Jesús más que una cuestión cas, incluida la postura de Israel, hay que leerlas
religiosa o dogmática es una cuestión de amor. desde experiencias más que desde preguntas.
Por eso mismo, si Israel y Confesar que Dios
El rechazo a Jesús
cualquiera quieren valorar es «origen-guía-meta» del
las propuestas de Jesús,
más que una cuestión universo es terminar con
habrá que hacerlo de una
religiosa o dogmática una profunda confesión de
perspectiva de amor. De lo
es una cuestión de amor. confianza en quien está en
contrario, la cosa es muy difícil. el subsuelo de la historia trabajando por la vida.
Las preguntas encadenadas que ponen a la Es poner en manos de Dios lo que se escapa de
persona ante el misterio (« ¿Quién conoció...fue nuestras manos. Es acoger profundidad el miste-
consejero…le ha dado primero?») no tienen res- rio y disponerse a colaborar en su línea con buen
puesta precisa. Lo que buscan es que el creyente ánimo.
se ponga en la mayor desnudez posible ante el Fidel Aizpurúa Donázar

EVANGELIO: Mt 16, 13-20 ponen de relieve el contraste entre la opinión de la


gente y la de los discípulos. El Hijo del hombre, para
El pasaje de la “confesión de Pedro” en la algunos, era un profeta, en línea con el Bautista,
región de Cesarea de Filipo supone el momen- Elías o Jeremías. Un personaje con cierta relevan-
to culmen de la segunda parte del evangelio de cia, sí, pero uno más dentro de una lista de profetas.
Mateo (4,17-16,20). A lo largo de estos Nada que ver con su pretensión mesiánica.
capítulos se ha presentado a Jesús como La segunda pregunta presenta dos
Mesías, en sus obras y palabras, y qué diferencias notables. El sujeto («voso-
tipo de mesianismo es el suyo. Su activi- tros») está al comienzo de la interroga-
dad ha provocado diferentes reacciones, ción. De este modo el énfasis recae sobre
y sobre todo, el rechazo por parte de los el destinatario de la pregunta y, por tan-
líderes del pueblo, y el aparente fracaso to, la respuesta personal que se espera.
de su misión. No se trata de dar una opinión, como antes, sino
Este relato se de- de implicarse personalmente. El interrogante de
sarrolla en dos partes: la Jesús va directo a cada uno. En segundo lugar, el
confesión de Pedro, y la objeto de la pregunta se hace más concreto: «yo»,
Aquí tienes, Padre, la fe
que hemos heredado de
triple respuesta de Jesús. el mismo Jesús. El Hijo del hombre, por el que se
la Iglesia por medio de La pregunta, que se diri- preguntó anteriormente, ahora se identifica con Él
nuestra familia y amigos. ge al conjunto de los dis- mismo. También así se enfatiza el sentido de la
No queremos que sea una cípulos, va a ser respon- respuesta esperada. Es Jesús mismo quien exige
fe simplemente heredada, dida personalmente por una decisión personal.
sino hecha vida en cada Pedro, lo que provocará Cuando esperamos la respuesta de los dis-
uno de nosotros. Ayúda- las palabras de Jesús. cípulos, toma la palabra Pedro: «Tú eres el Hijo de
nos, Padre, a personalizar Las dos preguntas, Dios…». Su respuesta es eco de la que el grupo
nuestra fe. construidas en paralelo, de los discípulos había expresado en la barca (Mt

72
Homilética • 2014/4 DOMINGO 21º DEL T.O.

14,33). Pero va más allá. Jesús es el Mesías espe- de la iglesia («edificaré mi iglesia»); y lo es sólo
rado, el Hijo de Dios que vive en la historia, que se en relación a la confesión de fe que acaba de
hace presente liberando a su pueblo («el Dios que proclamar.
vive, el Viviente»). «Atar y desatar» era una expresión que en el
Las palabras dirigidas a Pedro se judaísmo se utilizaba en el contexto de
organizan en tres breves dichos. Es de- la interpretación autorizada de la Ley.
clarado «bienaventurado, dichoso», no Quien recibía este “poder” ostentaba
por sus méritos, sino porque las pala- la función de ser garante de la recta
bras que acaba de pronunciar tienen su comprensión de la Ley de Moisés.
origen en el Padre. Reconocer al Mesías Pedro, roca sobre la que se asentará la
es un don de Dios que el hombre por sí iglesia, recibe también la misión de ser
mismo no puede realizar. el garante del anuncio del evangelio, de modo que
Pedro es constituido en «piedra firme» sobre a toda la humanidad pueda alcanzar el gozo de
la que Jesús va a edificar su propia iglesia. Es la la vida en el Reino. Solo en fidelidad a Jesús, a
primera vez que aparece el término “iglesia” en quien confiesa como Mesías, podrá desempeñar
el evangelio de Mateo (sólo aparecerá de nuevo su misión.
en 18,17). Pedro es la roca, pero no el “dueño” Óscar de la Fuente

LA HOMILÍA
El texto de la lectura continua del evangelio de Mateo nos presenta en este domingo un episo-
dio que aparece en los tres sinópticos. Supone un hito importante en el camino de Jesús. Se trata
de identificar al Maestro. ¿Quién es? Jesús mismo hace la pregunta a cerca de lo que la gente y los
mismos discípulos piensan de Él. En los tres evangelios, Pedro contesta en nombre de los doce con
una declaración que se aleja de la opinión de la gente: ¡tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo! Jesús
afirma que ha sido el Padre quien le ha revelado tal afirmación.
En los tres evangelios, Jesús anuncia inmediatamente después su pasión y su resurrección y
añade una enseñanza sobre el camino de los discípulos que será un seguirle a Él, al crucificado. En
los tres evangelios sigue el relato de la Transfiguración en la que de nuevo se hace referencia a la
muerte y resurrección.
Pero solo en el Evangelio de Mateo aparece, después de la confesión de Pedro, la concesión del
poder de las llaves del Reino, el poder de atar y desatar, unida a la promesa de Jesús de que edificará
sobre él –Pedro- la Iglesia como sobre una roca. Son dos episodios diversos aunque relacionados
íntimamente en la persona de Pedro. Vamos a detenernos en el primer episodio: la pregunta acerca
de quién es Jesús.
La tradición ambienta la escena al inicio del camino que conduce a Jerusalén, la subida a Jeru-
salén, al centro de la historia de la salvación, donde Jesús será sometido a la pasión y será crucifica-
do, donde resucitará, y donde nacerá la Iglesia.
La pregunta de Jesús tiene una relación di-
La respuesta a la pregunta
recta con esta subida a Jerusalén, con los anun- de quién es Jesús para ti no puede
cios de su pasión y muerte que se escalonan a lo ser aprendida sino personal.

73
Homilética • 2014/4 DOMINGO 21º DEL T.O.

largo del camino. La res- Debemos cuestionarnos


puesta, que no puede ser si nuestras vidas están siendo
“aprendida,” sino perso- respuestas vividas a la pregunta
Te damos gracias, Padre, nal, está ligada a nuestro por la identidad de Jesús
porque nos interpelas y modo de seguir a Jesús; que la gente se hace.
nos obligas a responder
se pregunta a los discípu-
con respuestas no apren-
los, a los cristianos, es decir, a los que confesamos nuestra fe en Jesús en
didas de memoria. Danos
su seguimiento: ¿nuestras vidas qué dicen de Jesús? ¿nuestras vidas cómo
tu luz, Padre, para vivir
manifiestan esa fe en Jesús? Los que nos ven actuar o intervenir en diver-
más hondamente la fe
que hemos recibido.
sos ambientes, ¿descubren algún rasgo que haga referencia a Jesús, a su
evangelio? Si la fe se debilita y se pierde en nuestros ambientes sociales y
culturales y llega incluso a no tener sentido esa pregun-
La Palabra de Dios
ta, nuestras comunidades cristianas, cada uno de no-
tiene necesidad
sotros, debemos cuestionarnos si nuestras vidas están
de mediaciones,
siendo respuestas vividas a esta pregunta por la identi-
de testimonios de vida,
dad de Jesús que nuestros contemporáneos se hacen.
para que sea transparente.
La Palabra de Dios, el evangelio, que nos revela quién es
Jesús, tiene necesidad de unas mediaciones, de testimonios de vida, para que sea transparente. El
anuncio de Jesús, la evangelización a la que estamos llamados todos los cristianos, está condiciona-
da por el testimonio de vida. El Sínodo de la Evangelización afirmó: “esta fe no se puede transmitir en
una vida que no es el modelo del evangelio, o en una vida que no encuentra su sentido, de verdad y
de futuro, basada en el evangelio”.
La evangelización Podemos recordar, para terminar, las palabras de
está condicionada Pedro en el evangelio de Juan, también en respuesta

por el testimonio de vida. a una pregunta de Jesús: ¿también vosotros queréis


marcharos?: “Señor, ¿a dónde iremos? Solo tú tienes
palabras de vida eterna”. Solo Jesús puede llenarnos, solo siguiendo a Jesús podemos ser felices y
encontrar sentido a nuestra vida, en Él encontraremos siempre la acogida de un corazón de bondad
y misericordia que nos salva.
Elías Royón Lara, sj

74
Homilética • 2014/4 DOMINGO 21º DEL T.O.

ORACIÓN UNIVERSAL
Oremos al Padre para que nos sostenga en los momentos de tribulación.
• La Iglesia está llamada a ser luz de las gentes. Para que no se ponga a sí misma como centro sino
a Jesús y el reino de Dios, del que ella es germen, signo e instrumento. Roguemos al Señor.
• Oremos por el Papa Francisco, sucesor de Pedro, para que se deje llevar por el Espíritu de Jesús,
confirme en la fe a los hermanos y promueva la unidad de las iglesias. Roguemos al Señor.
• Oremos para que florezcan en la iglesia nuevos carismas que manifiesten la riqueza y pluralidad del
Espíritu. Roguemos al Señor.
• Oremos para que los jóvenes, asaltados cada día por ofertas de consumo fácil e inmediato, descu-
bran que su vida se logrará en la medida en que se abran a los demás. Roguemos al Señor.
• Oremos por las comunidades cristianas acosadas y perseguidas; para que con sus obras se acredi-
ten como agentes de reconciliación y de reconstrucción de la justa paz. Roguemos al Señor.
• Oremos por nuestra comunidad, para que confesándose seguidora de Jesucristo no caiga ni en la
presunción ni en la cobardía. Roguemos al Señor.
Cumple, Señor, tu promesa y libera a tu pueblo de todo lo que le aparta de la estela de tu Hijo que vive
y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo por los siglos de los siglos. AMÉN.

RECURSOS
LOS VALORES DEL REINO:
(8) UNA FE PERSONALIZADA

Jesús nos urge para que nuestra fe no sea algo que recibimos de oídas, sino que sea algo personal.
Porque una fe que sólo se vive “de oídas” es una fe que una simple ráfaga de viento puede echar abajo.
Deberíamos preguntarle al mismo Jesús cómo vivió Él mismo su fe. Y vemos en el evangelio cómo Je-
sús, ciertamente, desde su adolescencia, personalizó su fe ahondando su religiosidad judía y llamando
a Dios “Padre”, lo que sorprende a los doctores y a sus padres (Lc 2, 46-49). Más sorprendente aún
es el nombre particular que Jesús da a Dios: “Abbá” (Mc 14,36), que indica una profunda relación de
intimidad, la misma que aparece en el evangelio del domingo 14: “nadie conoce al Padre sino el Hijo… y
nadie conoce al Hijo sino el Padre” (Mt 11,27). Esa personalización de la fe es la que Jesús nos enseña
como uno de los valores del Reino.

75
Homilética • 2014/4 DOMINGO 21º DEL T.O.

ECHAR RAÍCES

Cerca de un arroyo de aguas frescas, había un pequeño bosque. Los árboles eran muy variados.
Todos gastaban las energías en ser altos y frondosos, con muchas ramas y perfumes, pero quedaban
débiles y tenían poca fuerza para echar raíz. En cambio un laurel dijo: “Yo, mejor, voy a invertir mi savia
en tener una buena raíz; así creceré y podré dar sombra y hojas a todos los que me necesiten».
Los otros árboles estaban muy orgullosos de ser bellos. Y no dejaban de admirarse y de hablar de
sus encantos Y así se pasaban el tiempo, mirándose y riéndose de los demás.
El laurel sufría continuamente sus burlas. Se reían de él, le decían: “¡Laurel!, ¿para qué quieres
tanta raíz? Míranos a nosotros, todos nos alaban por nuestra bella imagen. ¡Deja de perder tu energía
en lo que ni se ve, ni llama la atención! ¡Preocúpate más de tu apariencia! Sólo así serás reconocido y
apreciado”.

Pero el laurel estaba convencido de lo contrario, no le preocupaban las alabanzas, deseaba crecer
fuerte y por eso andaba preocupado por sus raíces.
Un buen día, vino una gran tormenta, y sacudió, sopló y resopló sobre el bosque. Los árboles más
grandes, que tenían un ramaje inmenso, se vieron tan fuertemente golpeados, que por más que grita-
ban no pudieron evitar que el viento los volteara.
En cambio el pequeño laurel, como tenía pocas ramas y mucha raíz, apenas si perdió unas cuantas
hojas. Entonces todos comprendieron que lo que nos mantiene firmes, no son las apariencias, sino lo
que está oculto en las raíces, dentro de tu corazón.

76
Homilética • 2014/4

Domingo 22º del T.O.


31 de agosto de 2014

La cruz de JC no es imposible de sobrellevar, está hecha a la medida de las fuerzas de cada cual.
Eso sí, Dios nos ha dado las capacidades suficientes para mucho más de lo que creemos, o bastante
más de lo que la sociedad consumista y enemiga del sacrificio nos da a entender en la publicidad de
la vida fácil y satisfecha. Javier Prat Cambra

77
Homilética • 2014/4 DOMINGO 22º DEL T.O.

LA PALABRA
PRIMERA LECTURA: Jer 20, 7-9 SEGUNDA LECTURA: Rom 12, 1-2

El texto en su contexto. El profeta Jeremías A lo largo de su vida, san Pablo se ha mo-


añade a los oráculos contra las naciones, o contra vido en la certeza absoluta de que las grandes
los grupos humanos que manipulan la palabra de experiencias de la fe se viven en el marco de la
Dios a su antojo, una exposición de su intimidad. comunidad, en el metro cuadrado de la relación
Uno de los grandes atractivos de este profeta es con el otro. Por eso todas sus cartas contienen
que pone por escrito en primera persona sus lu- largos pasajes donde se habla de la vida comu-
chas con Dios. Son bien conocidas las llamadas nitaria descendiendo a niveles de absoluta con-
«confesiones» de Jeremías. El texto de este domin- cretez. Eso pasa en la carta a los Romanos. Tras
go pertenece a la quinta (Jer 20,7-18), sin duda haber expuesto de modo pormenorizado el formi-
la más dura si la leemos en su totalidad (especial- dable mecanismo de rehabilitación que el amor
mente los versículos 14-18). El texto litúrgico sólo del Padre ha ideado en la muerte de Jesús y sus
propone el inicio de la confesión. Es la experiencia enormes consecuencias (liberación de la ley, del
de un hombre que vive la vocación con tensión (me pecado y de la muerte), el apóstol desciende en
sedujiste), con lucha interna (me forzaste), ante la la segunda parte, durante cinco largos capítulos
que cede finalmente (me pudiste). Es curioso ver (12-15) a la arena de la comunidad. Y ahí trata de
cómo no presume de su condición de anunciador traducir sus experiencias espirituales.
de la palabra divina; todo lo contrario, ella es moti-
No es necesario salirse
vo de oprobio, burlas y rechazo.
El texto en la historia de la salvación. Je-
de la materia para ofrecer
remías no es un ‘profesional’ de la Palabra de Dios
a Dios el culto razonable.
en su sentido peyorativo, no hace de ella su oficio
Este se halla sembrado
ni su fuente de ingresos. La fragilidad misma del en lo humano.
profeta hace que tenga la tentación de abandonar La perspectiva general desde la que habrá
su misión, de ceder. Pero, y esta frase salta los que leer toda esta segunda parte de Romanos
límites de la temporalidad, la palabra de Dios es es la del «culto razonable», o «auténtico». Pablo
«fuego ardiente, encerrado en los huesos», que no había conocido y vivido el culto judío; conocería
se puede contener. De esta forma la voz profética también, por sus largos viajes y su contacto con
atraviesa toda la historia de la salvación. el paganismo, los cultos paganos. Y él habla de
Palabra de Dios para no- un culto “razonable”, auténtico,
sotros: sentido y celebración no como los otros. ¿Cuál es ese
litúrgica. La palabra de Dios no culto? Evidentemente no el culto
Tú nos enseñas, Padre,
viene por la carne (herencia, en- cristiano, todavía no creado. Es el
que el secreto de la vida
tendimiento) sino por el don de culto en la vida, el que se ofrece a
está en entregarla, no en
Dios (fuego abrasador e inconte- Dios en los caminos históricos, de
poseerla, y eso es todo lo
nible). La experiencia profética no humanización, que recorre la per-
contrario de lo que la so-
se vende ni se compra, es un re- ciedad nos ofrece. Ayúda-
sona desde los inicios de su anda-
galo de Dios a su elegido. nos, Padre, a vivir contra dura por la tierra. Ese culto en la
Pedro Fraile Yécora corriente. vida es el auténtico.

78
Homilética • 2014/4 DOMINGO 22º DEL T.O.

De ahí que le mejor ofrenda de tal culto sea en la vida, lugar donde Dios quiere ser honrado y
la de «presentar vuestros cuerpos como hostia amado. Salirse del marco de la vida es siempre pe-
viva». La corporalidad como ligroso y es senda amena-
No hay que buscar caminos
ofrenda básica del culto ra- zada de múltiples trampas,
extraños para celebrar
zonable. Es decir, las mane- cuando no de intolerables
ras como se trata y vive la
el misterio de Dios. Este se halla hipocresías.
corporalidad constituyen la
sembrado en lo humano. Lógicamente ha de
materia del culto verdadero, la “bendita materia” acompañar a este culto una actitud de profundo
de la que hablaba Teilhard de Chardin. No es ne- “discernimiento” que ayude a percibir en la ba-
cesario salirse de la materia para ofrecer a Dios el rahúnda de la vida “lo bueno-lo que le agrada-lo
culto razonable. No hay que buscar caminos extra- perfecto”. Un discernimiento que ha de hacerse
ños para celebrar el misterio de Dios. Este se halla con benignidad crítica. Benignidad para acoger
sembrado en lo humano. El culto que Dios quiere incluso la debilidad; sen-
La primera conse- tido crítico para poner las
es aquel se da en la vida
cuencia es «no ajustarse a cosas en orden y no caer
este mundo, sino transformarse por la renovación en un pasotismo inoperante. El culto razonable
de la mente». Se demanda una nueva mentalidad, pertenece a esa “mística de ojos abiertos” que
una manera distinta de entender el hecho históri- lee la realidad desde una fuerte experiencia de fe.
co. Porque el culto que Dios quiere es aquel se da Fidel Aizpurúa Donázar

EVANGELIO: Mt 16, 21-27 sobre el verdadero significado del seguimiento.


Parece que no entienden que la muerte no es el
El texto de este domingo da inicio a la terce- final, sino que conduce a la resurrección.
ra parte del evangelio de Mateo. Hasta este mo- Jesús camina hacia
mento se ha presentado a Jesús como el Mesías Jerusalén consciente de lo
prometido, según las Escrituras, manifestado a que va a suceder. La pasión
Te ofrecemos, Padre, el
través de sus obras y palabras. La mirada, ahora, y la muerte forman parte del
culto que tú prefieres:
se va a dirigir hacia la entrega en la cruz y el seño- plan salvífico de Dios. Mateo
nuestra propia vida entre-
río definitivo del Mesías. El mesianismo de Jesús utiliza un verbo técnico que
gada por amor a ti en los
pasa por la pasión y la muerte en cruz. Precisa- debemos traducir como «es demás. Acéptala con cari-
mente, el primer anuncio de la pasión-muerte- preciso, es necesario». Con ño y danos tu fuerza para
resurrección es un resumen de todo lo que va a él expresa a un mismo tiem- poderlo realizar.
suceder a lo largo de esta tercera po, una doble
etapa del evangelio. realidad: el
La estructura de esta perícopa plan de Dios ha de seguir adelante,
es utilizada por Mateo en los tres se debe cumplir a pesar del sufri-
anuncios de la pasión: un anuncio por parte de miento y la muerte hacia los que camina Jesús;
Jesús, es seguido por la incomprensión-rechazo pero, a la vez, pone de relieve la plena aceptación
por parte de los discípulos, a lo que Jesús respon- de este destino por parte de Jesús. Él, libremente,
de con una instrucción sobre el seguimiento. Los decide que se cumpla el plan que Dios prometió
discípulos no aceptan un mesianismo que pasa desde antiguo. Y es un proyecto de salvación, por-
por la cruz. Por eso, Jesús sigue instruyéndoles que su final es la resurrección.

79
Homilética • 2014/4 DOMINGO 22º DEL T.O.

Pedro, como los demás discípulos, no acep- frimiento, y se convierte en obstáculo para que se
ta este destino: el sufrimiento y la cruz no pueden realice el plan de Dios. Por eso, ha de colocarse de-
formar parte del plan de Dios. Las palabras que trás de Jesús y, como discípulo, seguir aprendiendo
le contesta Jesús nos transportan al momento de lo que significa «cargar con la cruz» y «renunciar a
las tentaciones. Entonces, como ahora, la tenta- uno mismo». Una mejor traducción sería «ven de-
ción era la misma: abandonar el plan de salvación trás de mí (en mi seguimiento), Satanás».
trazado por Dios. Entonces fue Conecta, así, con las pa-
Satanás; ahora es Pedro quien labras dirigidas a los discípulos.
se coloca como «piedra de obs- Pasión y seguimiento se implican
táculo» en el camino de cumplir mutuamente. La cruz está integra-
la voluntad de Dios. da en el plan de Dios. El Mesías
La traducción «¡Quítate de mi vista!», no es fiel acoge este proyecto y acepta la cruz, que es paso
al sentido de la expresión mateana. Utiliza un tér- hacia la resurrección. Y este es también el camino
mino que aparecía ya en la llamada a los primeros del discípulo: «abrazar la cruz», «negarse a sí mismo»,
discípulos, y que ahora vuelve a usar, en la ense- «perder la propia vida». El seguimiento al que llama
ñanza que les dirige. Por eso, hemos de entenderla Jesús es una opción de vida. No significa perder, sino
en clave de seguimiento. Pedro no comprende el precisamente encontrar la vida verdadera.
destino de Jesús, un Mesías que pasa por el su- Óscar de la Fuente

LA HOMILÍA
El texto del Evangelio de Mateo que acabamos de pro- Desde una cultura
clamar continúa el episodio del domingo pasado: la confe-
de la satisfacción,
sión de Pedro y la promesa de Jesús de construir su Igle-
cuando aparece el dolor,
sia sobre esta piedra -Pedro-. Jesús
no sabemos qué hacer.
inicia el camino hacia Jerusalén. Es
No sabemos integrarlo
el primer anuncio de su pasión y su
desde la fe en Jesucristo.
Te damos gracias, Padre, muerte, que se repetirán dos veces
por la entrega que Jesús más, siempre con el mismo esquema narrativo, sobre todo en el evangelio de
hizo de su vida por fide- Marcos: anuncio de lo que sucederá al Hijo del Hombre, pasión, muerte, resu-
lidad a ti y amor a la hu-
rrección; reacción de los discípulos ante las palabras de Jesús; necesidad de
manidad. Que, como Él ha-
cargar con la cruz de Jesús en su seguimiento.
gamos de nuestra vida un
El anuncio de Jesús proclama sin ambigüedades que tendrá que sufrir y
poema de amor, dándola
morir; unas palabras claras que echan por tierra los planes mesiánicos de los
entera a ti y a los demás.
discípulos; los planes salvíficos, el designio del Padre, era muy diferente. Los
discípulos no entienden y con frecuencia aspiran a un mesianismo de poder y de gloria. Por eso la
cruz les dejará paralizados. Después de la resurrección, Jesús tendrá que insistirles: “era necesario
que el Cristo padeciera”… La decepción del grupo viene expresada por los dos de Emaús: “nosotros
esperábamos”. Pero ¿qué podían esperar? Jesús no les había prometido otra cosa, sino participar con
Él en su camino hacia el calvario…, seguirle con la cruz de cada día.
La reacción de Pedro no se deja esperar: se lleva aparte a Jesús, se pone a increparle: “¡¡no es

80
Homilética • 2014/4 DOMINGO 22º DEL T.O.

Hay un dar la vida que implica posible, no te sucederá tal cosa…!!” Es la reacción
la cotidianidad perseverante, del espíritu del mundo: “piensas como los hom-
la sensibilidad atenta, bres, no como Dios”. Es la reacción de cada uno
la sonrisa, el servicio y el perdón. de nosotros, de los espíritus mediocres, de los que
nos contentamos con lo “normal”. Acaba de confe-
sar que Jesús es el Cristo, ama a Jesús, pero se engaña. No es posible entender el Reino sin la luz del
Espíritu. Es fácil engañarse. Vivimos en medio de una cultura de la satisfacción, buscamos satisfacer
siempre todas nuestras apetencias, y cuando en nuestra propia vida o en nuestro entorno familiar
aparece el dolor, la enfermedad, el fracaso, no sabemos qué hacer, no hemos aprendido a hacerles
frente, a integrarlas y, desde nuestra fe en Jesucristo, asumirlas identificándonos con Jesús…
Al anuncio de la pasión siguen las palabras de Jesús que desea incorporar a los discípulos a
la misma suerte que el Maestro. La fidelidad al seguimiento implica “cargar con la cruz y seguirle”;
cargar con nuestra cruz, pero también se nos puede pedir cargar con la cruz de otros a los que, como
hermanos, tenemos que acompañar, consolar, ayudar a entender, compadecer… En este contexto
Jesús expresa una de las paradojas más significativas del evangelio: “quien quiera salvar su vida la
perderá, quien la pierda por mí la ganará”. Es la paradoja de la vida de Jesús: morir para vivir. Amar
hasta dar la vida, amar hasta el extremo. Pero también hay un dar la vida, un darse, que no implica ni
el martirio ni entregas heroicas, sino la cotidianidad perseverante, la sensibilidad atenta a responder
a las necesidades que descubrimos en el día a día, desde la sonrisa al saludar hasta el servicio gra-
tuito y el perdón a quién me ha ofendido.
La Palabra del Señor en este Evangelio nos
Qué sentimos al aplicar las palabras
debe llevar a reflexionar y preguntarnos en algún
de Jesús a nuestra vida:
momento de esta semana qué siento al leer es-
felicidad, realización,
tas palabras de Jesús, aplicándolas, en mi vida,
ambición, dinero, prestigio
a temas tan existenciales como la felicidad, la
realización, la ambición por el poder, el dinero, el prestigio… ¿Se adaptan bien o rechinan?
Elías Royón Lara, sj

81
Homilética • 2014/4 DOMINGO 22º DEL T.O.

ORACIÓN UNIVERSAL
Confiando en la bondad de Dios a Él acudimos para expresarle que atienda nuestra oración.
• Pidamos por la iglesia para que, confiando en el amor de Dios, supere con entrega y alegría las
dificultades que nacen del anuncio del evangelio. Oremos.

Ayúdanos, Señor.

• Pidamos para que quienes deciden el destino de los bienes de la tierra unan objetivos y esfuerzos
en la búsqueda del bien más universal. Oremos.
• Mientras que escuchamos la invitación a cargar la cruz de cada día, muchos carecen de lo más
elemental para vivir. Para que seamos capaces de hacernos cargo de la cruz que en parte hemos
cargado injustamente sobre ellos. Oremos.
• Por todas las víctimas laborales, por las personas que han sufrido accidentes y catástrofes para que
la luz de la fe ilumine a sus familiares. Oremos.
• Para que todos seamos más respetuosos con la naturaleza, patrimonio que hemos recibido de Dios,
y sepamos disfrutar responsablemente de ella. Oremos.
• Por nosotros mismos, por nuestras familias, por nuestra comunidad, para que sepamos discernir
los signos de los tiempos y, renovados con la luz del evangelio, hagamos presentes entre nosotros los
valores del reino de Dios. Oremos.
Haz que valoremos, Dios y Padre nuestro, el gran don de la vida. Por JNS

RECURSOS
LOS VALORES DEL REINO:
(9) LA ENTREGA

Llegamos a uno de los puntos centrales en los que Jesús nos muestra los valores del Reino: la entrega
de la vida. No es necesario referirnos a Jesús para ver que fue Él quien primero vivió esa entrega, para
invitar después a sus amigos a llevarla a cabo. “Nadie me quita la vida –dice Jesús en el evangelio- ,
yo la doy voluntariamente” (Jn 10,18). Y ése es el sentido del último suspiro de Jesús: “E inclinando la
cabeza, entregó el espíritu” (Jn 19,30).

DAR LA VIDA
Hace muchos años, cuando trabajaba como voluntario en un hospital de Stanford, conocí a una
niña llamada Liz que sufría una extraña enfermedad. Su única oportunidad de recuperarse aparente-
mente era una transfusión de sangre de su hermano de 5 años, que había sobrevivido milagrosamente
a la misma y había desarrollado los anticuerpos necesarios para combatirla.
El doctor explicó la situación al hermano de la niña, y le preguntó si estaría dispuesto a dar su san-
gre a su hermana. Yo lo vi dudar solo un momento antes de lanzar un gran suspiro y decidir:
-Sí, lo haré, sí eso salva a Liz.

82
Homilética • 2014/4 DOMINGO 22º DEL T.O.

Mientras la transfusión continuaba, él estaba acostado en una cama al lado de la de su hermana,


sonriente, mientras nosotros lo asistíamos a él y a su hermana y veíamos retornar el color a las mejillas
de la niña.

Entonces la cara del niño se puso pálida y su sonrisa desapareció. Él miró al doctor y le preguntó
con voz temblorosa
- ¿A qué hora empezaré a morirme?
Siendo solo un niño, no había comprendido al doctor; él pensaba que le daría toda su sangre a la
hermana.

83
Homilética • 2014/4

Domingo 23º del T.O.


7 de septiembre de 2014

La corrección fraterna es, en JC, acercarse para acompañar al que duda antes que castigar, para
arrimar el hombro y reconstruir con el otro antes que reprochar, para ponerse en su lugar y perdonar
antes que exigir. La corrección en JC es más amor que otra cosa.
Javier Prat Cambra

84
Homilética • 2014/4 DOMINGO 23º DEL T.O.

LA PALABRA
PRIMERA LECTURA: Ez 33, 7-9 presentes y las futuras. Los
profetas son estos hombres
El texto en su contexto. Ezequiel vivió en «clarividentes» que tienen Tú nos has hecho, Padre,
dos momentos cruciales de la historia de Israel que abrir los ojos de las guardianes de nuestros
que desembocan de forma natural en dos etapas personas encegadas y obs- hermanos para ayudarnos
de su predicación. La primera etapa, marcada por tinadas en su error. Misión unos a otros a crecer como
la inminente destrucción de Jerusalén, es una de entonces y de siempre. personas y creyentes. Ayú-
llamada a la conversión del pueblo, esperando Pedro Fraile Yécora danos, Padre, a crear fra-
que el cambio radical de ternidad entre nosotros y
Cada uno es responsable
actitud vaya acompañado en nuestra sociedad.
de sus actos
por un giro en la historia.
La segunda etapa, compartiendo la vida de los SEGUNDA LECTURA: Rom 13, 8-10
desterrados, es una llamada a tener esperanza;
ya no vale con «quejarse» de que todos sufren por Cuando Pablo elabora la espiritualidad co-
el pecado de los otros. Cada uno es responsable munitaria en sus cartas, y de manera amplia en
de su historia y de sus consecuencias. El profeta Romanos, quiere poner rostro al amor ya que la
se siente llamado por Dios a ser «centinela», «vi- espiritualidad del amor tiende a ser difusa. Y si es
gía», «vocero» de esta nueva situación. Lo mismo difusa, la comunidad no se construye. Por eso la
que un centinela en la muralla tiene el encargo de carta va desgranando consejos y cauces de vida
avisar si hay un peligro inminente, así el profeta para un estilo de vida comunitario cordial y familiar.
es el centinela que advierte al pueblo de un com- Está aún lejos la concepción de la comunidad cris-
portamiento desviado o peligroso que lo lleve a su tiana como una organización religiosa, cosa que se
destrucción. esbozará en las cartas del “tercer Pablo” (1 y 2 Tim,
El texto en la historia de la salvación. Es- Tit, 2 Tes). Volver al cauce de lo familiar es una con-
tamos en un momento crucial en el desarrollo mo- secuencia de la lectura actual de Romanos.
ral de la teología bíblica. Este texto es testigo de Desde ahí es desde donde anima Pablo a no
un cambio que supone el atribuir las desgracias deber nada «más que amor». Y la razón es contun-
del pueblo a una «culpa colectiva», como si de un dente: «el que ama su prójimo tiene cumplido el
destino fatal se tratara, a plantear la responsabi- resto de la ley». Esta certeza anidaba en el judaís-
lidad individual. Cada uno es responsable de sus mo y en el mismo Jesús, teniendo en éste el amor
actos. Esto no invalida la mirada atenta del pro- los perfiles del amor práctico y concreto, verdadero
feta, haciendo su misión inútil, sino que le da un cimiento de la espiritualidad del reino (Lc 10,37).
nuevo carácter: él es el responsable de proyectar El resumen de la ley y la equiparación del amor al
una mirada lúcida y de tener una voz potente y prójimo con el amor a Dios que Jesús hace en el
clara que avise sobre todo a los incautos y menos Evangelio van en la misma línea (Mt 22,34-40).
perspicaces del peligro que se avecina. La serie de mandamientos negativos que se-
Palabra de Dios para nosotros: sentido y ñala Pablo («no cometerás adulterio-no matarás-
celebración litúrgica. En todo grupo humano hay no robarás-no envidiarás») está queriendo indicar
personas perspicaces, con una «inteligencia natu- el anhelo de quien quiere cumplir la ley y la difi-
ral», que les hace ver con claridad las situaciones cultad por llegar a esos parámetros de coheren-

85
Homilética • 2014/4 DOMINGO 23º DEL T.O.

cia y perfección que se escapan, con frecuencia, En el aparentemente anodino ideal de “no
a las posibilidades humanas. El planteamiento hacer daño” está encerrada una gran sabiduría:
de una vida en amor es «Uno que ama a su próji-
justamente la mejor sa-
La jungla de preceptos que elabora mo no le hace daño». Son
lida. Desde ese amor las
toda religión es transitable ideales de ética de míni-
prescripciones legales
y resumible en el camino del amor. mos pero constituyen el
se sitúan en un segundo lugar que no les resta cimiento de la espiritualidad humana, de la rela-
importancia sino que abren más posibilidades de ción y, por ello, de la experiencia creyente.
cumplimiento por el amor que las orienta. «Amar es cumplir la ley entera». Este era el
La llamada “regla de oro” que el Evangelio gran anhelo del judaísmo: cumplir la ley (Sal 118).
consigna (Mt 7,12) y que el mismo Evangelio tradu- Este imposible desde los preceptos se hace posi-
ce en el mandamiento del ble en el cauce del amor.
Amar es cumplir la ley entera
amor (Mt 22,39) sirve de Porque el cauce del pre-
base a Pablo para hacer de él un resumen de “los cepto, al que frecuentemente conduce la expe-
mandamientos” (reducción como en Jn 15,12). La riencia religiosa, se muestra ineficaz para cumplir
jungla de preceptos que elaboró el judaísmo y que el designio de Dios que pretende esconder la ley.
elabora toda religión es transitable y resumible en Mientras que el amor lo hace visible, palpable y
el camino del amor. Tratar al mismo amor de “man- alcance de la mano.
damiento” resulta algo impropio porque el amor es Fidel Aizpurúa Donázar
siempre voluntario, “ligero” como diría Mt 11,30.

EVANGELIO: Mt 18, 15-20 Jesús acerca de la atención a “los más pequeños”


y del perdón al hermano pecador. El seguimiento,
El cuarto discurso del evan- sobre el que Jesús está instruyen-
gelio de Mateo, el más breve de do a los discípulos, se verifica tam-
los cinco, tiene como destinatarios bién en la comunión entre ellos.
directos a los discípulos y, a tra- El texto es directo, interpela al
vés de ellos, a toda la comunidad lector. El uso del pronombre de 2ª
cristiana, de entonces y de ahora. persona singular («tú») sitúa la con-
Es un discurso de marcado acento comunitario, versación en el plano personal. El discípulo concre-
en el que insiste sobre to, tú, yo, escucha estas palabras de Jesús. Se tra-
el comportamiento mu- ta de tu relación con el hermano. A la vez, el hecho
tuo entre los discípulos. de que no se mencione ningún tipo concreto de
Parece evidente que en pecado, hace que todos nos podamos sentir refle-
El perdón es la base de la
la comunidad de Mateo jados en la situación descrita. ¿Qué hacer en estos
fraternidad que queremos
existían problemas de casos? ¿Qué trato tener con el hermano pecador?
construir. Te presentamos,
convivencia-comunión Se entiende, evidentemente, que el hermano peca-
Padre, nuestro propósito
de aprender a perdonar, entre sus miembros, y el dor es cualquier miembro de la comunidad.
porque no es fácil hacerlo. evangelista quiere recu- Los primeros versículos (15-17) exponen lo
Danos tu fuerza y tu luz. perar las enseñanzas de que se conoce tradicionalmente como la “correc-

86
Homilética • 2014/4 DOMINGO 23º DEL T.O.

ción fraterna”. Parece que esta práctica era ha- implicada en el esfuerzo
bitual en las comunidades cristianas. No obstan- por «ganar» al pecador. El
te, Mateo no pretende aquí describir el proceso retorno del hermano peca-
Te damos gracias, Padre,
disciplinar a seguir frente al hermano pecador. El dor es una responsabilidad
porque has hecho de la
objetivo de la corrección fraterna no es castigar al comunitaria. comunidad la presencia
pecador, sino, al contrario, conseguir recuperarlo, Termina la perícopa real de Jesús resucitado.
«ganarlo» de nuevo para la comunidad. La volun- con una declaración solem- Que vivamos así la frater-
tad de Jesús es que «no se pierda ninguno de es- ne: «Donde dos o tres se nidad y seamos testimo-
tos pequeños» (18,12-14). Por eso, la comunidad reúnen en mi nombre, allí nio, ante el mundo, de que
debe hacer todo lo posible para que el pecador no estoy yo en medio de ellos». es posible la utopía.
se pierda. Recuerda el
La pretensión de esta práctica inicio del evangelio: «Dios con noso-
no es, por tanto, excluir, castigar. Es tros» (1,23), y anticipa el final: «Estoy
cierto que el propio sujeto se puede con vosotros todos los días hasta el
auto-excluir de la comunidad. Pero fin del mundo» (28,20). La fuerza y
todos los esfuerzos de ésta están la presencia de Jesús no van a fal-
dirigidos a que el hermano vuelva tar. No hemos de identificar la expre-
a la comunión. Toda la comunidad está implica- sión «dos o tres reunidos en mi nombre», con un
da en el perdón del pecado. Por eso, el poder de encuentro de carácter litúrgico-celebrativo. Es eso,
«atar y desatar» que en otro momento fue dado a y mucho más. Reunirnos en el nombre de Jesús
Pedro (Mt 16,19), ahora se ofrece a la comunidad. es encontrarnos con la misma intención de Jesús:
Es la Iglesia la que tiene en sus manos facilitar que se cumpla la voluntad del Padre, que el mundo
la reconciliación, el perdón, el retorno del peca- se asemeje, cada vez más, al proyecto salvífico de
dor. Porque esta es la voluntad de Dios. Toda la Dios; un proyecto de fraternidad.
comunidad, «con un mismo sentir» (18,19), está Óscar de la Fuente

87
Homilética • 2014/4 DOMINGO 23º DEL T.O.

LA HOMILÍA
El texto del evangelio que acabamos de proclamar Frente al individualismo
es uno de los cinco grandes discursos donde el evangelis- de nuestro entorno,
ta ha recopilado diversas enseñanzas de Jesús sobre la Dios nos sigue pidiendo
comunidad. El texto está dirigido a los discípulos de una que seamos guardianes
comunidad donde hay problemas. Se pueden adivinar di-
de nuestros hermanos.
visiones entre diversos grupos, problemas de conviven-
cia. Para iluminar esta situación, Mateo exhorta a prestar especial atención a los pequeños y a tener
un corazón dispuesto siempre al perdón.
El discurso de Jesús se abre con la pregunta de los discípulos “¿quién es el más grande en el
Reino de Dios?” Jesús afirmará con absoluta rotundidad que es necesario hacerse como niños para
entrar en el Reino, porque ellos son los más importantes. Esta enseñanza de Jesús rompe un tabú
social de su tiempo: el niño no tenía ningún derecho legal, apenas se le consideraba. Se trata de un
cambio de valores que inaugura el anuncio del Evangelio.
El texto que la liturgia nos ofrece hoy tiene como núcleo particular el perdón. Pero al final Jesús
ofrece el principio donde se inspira la comunidad cristiana: la certeza de que Jesús vive en ella: “don-
de hay dos o tres reunidos en mi nombre allí estoy yo, en medio de ellos”. Y se hace referencia explí-
cita a la oración en común, que es escuchada por el Padre. No son oraciones individuales, sino que
brotan de la fraternidad que presupone siempre la oración
En la comunidad cristiana
por excelencia: “Padre nuestro”.
todos somos guardianes
Dios ha creado al hombre para la solidaridad, para el
unos de otros
amor mutuo. Pero el hombre en los inicios eligió su propio
yo frente a la realidad del otro, frente al amor y la fraternidad. A la pregunta de Dios por el hermano
responde con una respuesta insolidaria, egoísta: “¿acaso soy yo guardián de mi hermano?”. El in-
dividualismo de nuestro entorno y que está tan dentro de todas las estructuras sociales, continúa
elaborando esta respuesta y la justifica de mil maneras. Y sin embargo, Dios nos sigue pidiendo que
seamos guardianes de nuestros hermanos. En la comunidad cristiana todos somos guardianes unos
de otros, todos custodios de nuestros hermanos, precisamente por esa presencia de Cristo Resuci-
tado en medio de la fraternidad. Sin esta realidad comunitaria no es posible entender el perdón del
que nos habla Jesús.
La comunidad necesita en su interior una serie de fuerzas que la construyen y la cohesionan.
En ella debe reinar la paz, la concordia, las relaciones interpersonales, la acogida mutua, la compren-
sión, el respeto mutuo etc. Pero no podemos olvidar que está construida sobre instrumentos débiles
que con facilidad pueden desviarse hacia el indivi-
Construir puentes, dialogar,
dualismo y la ruptura de la comunión. La comunidad
escuchar, acoger la diversidad,
debe ejercer en esos momentos las funciones más
restaurar la paz, facilitar
decisivas de la fraternidad: la búsqueda de la recon-
el perdón son actitudes
ciliación. No es necesario que interpretemos desde
que deben anidar
nuestras categorías y circunstancias las diferentes
en nuestros corazones.
modalidades que el texto ofrece. La enseñanza del

88
Homilética • 2014/4 DOMINGO 23º DEL T.O.

evangelio va al fondo de la cuestión: construir puentes, dialogar, escuchar, acoger la diversidad, bus-
car modos para restaurar la paz, facilitar el perdón son actitudes que deben anidar en nuestros co-
razones para que en el momento necesario surjan y actúen. Tenemos delante una tarea ciertamente
importante que afecta a nuestra presencia en la sociedad civil en los ámbitos familiar, social, laboral,
político etc. Vivimos con frecuencia en situaciones donde, por diversos motivos, se crea violencia,
división. El Señor, como a seguidores suyos, nos pide que, siendo constructores de paz y creadores
de perdón, sigamos siendo custodios de nuestros hermanos.
Elías Royón Lara, sj

ORACIÓN UNIVERSAL
Nuestro mundo, nuestra sociedad, necesita el perdón y la misericordia para superar las barreras del
resentimiento y el odio. Se lo pedimos a Dios nuestro Padre, rico en perdón y misericordia.
• Pidamos por la Iglesia de Dios, para que sea lugar de acogida y reconciliación en medio de los en-
frentamientos y las desavenencias. Oremos.
• Pidamos por los miembros de la comunidad, para que nos sintamos corresponsables unos de otros
y sea posible la verdadera corrección fraterna. Oremos.
• Pidamos por nuestras familias, para que a través del amor y la ternura sepamos vivir la grandeza
del perdón. Oremos.
• Por todas las víctimas que sufren en propia carne el pecado de los demás, para que la demanda de
justicia no sea excusa para negar el perdón. Oremos.
• Pidamos por los que cumplen condena en las cárceles, para que encuentren medios e instituciones
que les ayuden a reinsertarse en la sociedad. Oremos.
• Por nuestra comunidad (parroquial) para que abramos siempre las puertas de nuestro corazón a la
indulgencia y a la compasión.
Padre Nuestro, “rico en misericordia”, concédenos cooperar sin descanso en la reconciliación y bien-
estar de todos. Por J.C.N.S.

89
Homilética • 2014/4 DOMINGO 23º DEL T.O.

RECURSOS
LOS VALORES DEL REINO:
(10) LA FRATERNIDAD

Un valor del Reino que nos muestra Jesús en este domingo de los primeros días de septiembre, que
para algunos es comienzo de curso: el valor de la fraternidad, porque en ella se hace presente Jesús
resucitado, que es esencialmente “comunión”: “Donde dos o tres estéis reunidos…” (Mt 18,20). Pero
no es fácil vivir en fraternidad. Siempre hay, inevitablemente, heridas. Por eso es necesario aprender
el arte del perdón, y Jesús lo coloca precisamente en el centro de su oración, la que él nos enseñó:
“perdónanos nuestras deudas, así como nosotros hemos perdonado a nuestros deudores” (Mt 6,12).

LA ARENA Y LA PIEDRA
Dice una leyenda que dos amigos viajaban por el desierto y, en un determinado punto del viaje,
discutieron y uno le dio una bofetada al otro. El otro, ofendido, sin nada que decir, escribió en la arena:
“Hoy, mi mejor amigo me pegó una bofetada en el rostro”.
Siguieron adelante y llegaron a un oasis donde resolvieron
bañarse. El que había sido abofeteado y lastimado comenzó a
ahogarse, siendo salvado por su amigo. Al recuperarse, tomó
un estilete y escribió en una piedra: “Hoy, mi mejor amigo me
salvó la vida”.
Intrigado, el amigo preguntó:
- ¿Por qué después que te lastimé, escribiste en la arena
y ahora escribes en una piedra?
Sonriendo, el otro amigo respondió:
- Cuando un gran amigo nos ofende, deberemos escribir
en la arena donde el viento del olvido y el perdón se encargará de borrarlo y apagarlo. Por otro lado,
cuando nos pase algo grandioso, deberemos grabarlo en la piedra de la memoria del corazón, donde
viento ninguno en todo el mundo podrá borrarlo.

90
Homilética • 2014/4

MISA FAMILIAR
domingos 13º a 23º del T.O.
Del 29 de junio al 7 de septiembre de 2014

Domingo 13º del T.O.


San Pedro y San Pablo, apóstoles
29 de junio de 2014

1. Mensaje:
Hoy celebramos la fiesta de aquel que nombró Jesús para seguir al frente de la Iglesia, san Pedro, y al
primer gran evangelizador, san Pablo. Dos gigantes del cristianismo.

2. Peticiones de perdón:
San Pedro y san Pablo, a pesar de ser grandes, también fallaron. Uno negó a Jesús y el otro persiguió
a Jesús antes de su conversión. Las personas grandes también fallan. Nosotros también fallamos. Por
eso, comenzamos la celebración reconociéndonos pecadores y sintiéndonos queridos por Dios a pesar
de nuestros fallos.

• Señor: reconocemos que a veces fallamos. Por eso te decimos Señor ten piedad.
• Señor, gracias por perdonarnos siempre. Cristo ten piedad.
• Señor: enséñanos a ser como Tú y perdonar como Tú. Señor ten piedad

3. Monición del Evangelio


Jesús llevaba mucho tiempo predicando. Una parte del pueblo le escuchaba y le seguía con entusias-
mo, pero las autoridades no. Jesús quería saber por qué le seguían y un día se lo preguntó a su grupo
de amigos

4. Evangelio: Mt. 16, 13-19


Narrador: Lectura del santo evangelio según san Mateo. En aquel tiempo, al llegar a la región de
Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos:
Jesús: ¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?
Narrador: Ellos contestaron:
Discípulo: Unos que Juan Bautista, otros que Ellas, otros que Jeremías o uno de los profetas.
Narrador: Él les preguntó:
Jesús: Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?
Narrador: Simón Pedro tomó la palabra y dijo:
Pedro: Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo.

91
Homilética • 2014/4 MISA FAMILIAR - DOMINGO 13º DEL T.O.

Narrador: Jesús le respondió:


Jesús: ¡Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás!, porque eso no te lo ha revelado nadie de carne y
hueso, sino mi Padre que está en el cielo. Ahora te digo yo: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra
edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará. Te daré las llaves del reino de los
cielos; lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo, y lo que desates en la tierra quedará
desatado en el cielo.
Narrador: ¡Palabra del Señor!

5. Nos preguntamos:
• ¿Alguien sabe qué significa Pedro? ¿Por qué cambió Jesús de nombre a Simón?...
• ¿Cuál es nuestra roca/cimiento?...

Conforme lo dicen, se va escribiendo en un papel que abarca el frente de un escalón el presbiterio.


Luego se les invita a ponerse encima de esa roca y se hace una oración guiada, con las cosas que han
escrito. No dejar de poner a Jesús y a Pedro / apóstoles. No olvidar tampoco la acción de gracias

• ¿Pedro se portó siempre bien con Jesús?... (recordar entre todos…)

6. Comentarios:
• A pesar de eso, Jesús le miró con cariño y Pedro aprendió a no ser cobarde otra vez.
• Dios siempre está junto a nosotros, aunque no lo veamos, para ayudarnos como a Pedro.
• Valorar y agradecer a Dios personalmente y en familia, por todas las “rocas” que ha puesto en nues-
tra vida, desde Jesús y los apóstoles, pasando por todas las generaciones que han hecho posible
nuestra fe en Él.

7. Ofertorio: Una piedra con el nombre


de Jesús
Te presentamos, Señor esta piedra. En ella
está escrito tu nombre. Queremos que la fe en
Ti y el amor de tu mensaje, sea el cimiento de
nuestras vidas.

8. Acción de gracias
Te damos gracias, Padre bueno, porque ellos nos enseñaron a creer
porque los que creemos en ti, a todos los cristianos.
en Jesús y en el Espíritu Santo, Te damos gracias, Padre bueno,
somos una familia. por la fe que hemos heredado
Sabemos que nuestros tatarabuelos en la familia de la Iglesia.
se llamaban Pedro y Pablo, Pero auméntanos la fe.
y hoy hemos celebrado su fiesta

92
Homilética • 2014/4 MISA FAMILIAR - DOMINGO 14º DEL T.O.

Domingo 14º del T.O.


6 de julio de 2014

1. Mensaje:
Los evangelios de estos domingos nos hablan de la predicación de Jesús. Él se dirige a los humildes
y sencillos, que son los que están capacitados para escuchar, por no estar prisioneros de su propia
vanidad y soberbia. Y lo hace con palabra sencillas, en un lenguaje de parábolas e imágenes plásticas
de la vida ordinaria.

2. Peticiones de perdón
A los chulos y creídos apenas les escuchamos. No nos gustan sus palabras. Y si son chulos y creídos
tampoco se esfuerzan ellos por escuchar a los demás, sólo les gusta que los demás les escuchen. Le
decimos a Dios que nos ayude a ser humildes y sencillos… y le pedimos perdón por las veces que no lo
somos .

• Señor: reconocemos que a veces fallamos. Por eso te decimos Señor ten piedad.
• Señor, gracias por perdonarnos siempre. Cristo ten piedad.
• Señor: enséñanos a ser como Tú y perdonar como Tú. Señor ten piedad.

3. Evangelio: Mt. 11, 25-30

Sale Jesús y un grupo de niños se pone a su alrededor hablando todos a la vez.. Jesús les hace
señas para que se sienten y se callen. Y les lee el Evangelio:

Narrador: Lectura del santo evangelio según san Mateo. En aquel tiempo, exclamó Jesús:
Jesús: Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los
sabios y entendidos y se las has revelado a la gente sencilla. Si, Padre, así te ha parecido mejor.
Todo me lo, ha entregado mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al
Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar. Venid a mi todos los que estáis
cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Cargad con mi yugo y aprended de mí, que soy manso y
humilde de corazón; y encontraréis vuestro descanso. Porque mi yugo es llevadero y mi carga
ligera.»
Narrador: ¡Palabra del Señor!

5. Nos preguntamos:
Un pozal lleno a mitad de agua. Dentro de él, una esponja y una piedra. El sacerdote o un catequista o
animador/a habla a la asamblea con cierto misterio, como si de magia se tratara:

93
Homilética • 2014/4 MISA FAMILIAR - DOMINGO 14º DEL T.O.

Mirad lo que va a salid de aquí. Una piedra… Y escurre agua… ¿Mucha o poca?... Es que dentro de ella
no recibe nada y no tiene nada que dar. Lleva muchas horas en el agua, pero no se ha dejado llenar de
agua… (La introduce varias veces y ocurre lo mismo. Pero de pronto lo que se saca es una esponja) ¡Una
esponja! (dejar que suene el agua escurriendo). ¡Está llena de agua! Y si la volvemos a introducir, vuelve
a llenarse de agua… Y la da a los demás…(Con las palabras que parezcan oportunas, puede repetirse la
acción, de manera que se capte la atención). ¿Qué aprendemos de la piedra y de la esponja? (Dejarse
llenar con corazón abierto y sencillo. No cerrarse con corazón orgulloso…).

• ¿Quién o quiénes no pueden entender a Jesús? ¿A quiénes “les resbala” las cosas que Jesús nos
enseña? ¿Por qué?
• ¿Quién o quiénes comprende mejor a Jesús? ¿Quiénes “se dejan empapar” por él? ¿Por qué?

6. Ofertorio: Una familia lleva el pan y el vino y, además,


cada uno con una esponja.

Te presentamos, Señor esta/s esponja/s. Que-


remos que sean signo de nuestro corazón que
quiere dejarse empapar de ti y de tus ense-
ñanzas.

7. Acción de gracias
Jesús,
te doy gracias por todas las personas
que son como las esponjas,
que pueden empaparse de ti,
para escuchar tu voz
y seguir tus enseñanzas.
Yo quiero también ser así,
como una esponja para ti.
Quiero conocer tu vida, tus palabras,
tus gestos de amor verdadero.
Quiero prestar mucha atención
a lo que nos decís cada domingo en la Misa.
Quiero aprender a vivir como discipulo
y seguir tus pasos.¡Que así sea, Señor!

94
Homilética • 2014/4 MISA FAMILIAR - DOMINGO 15º DEL T.O.

Domingo 15º del T.O.


13 de julio de 2014

1. Mensaje:
Dios nos ha regalado a todos la semilla de su Palabra y nosotros tenemos que ser tierra buena para
que pueda crecer en ella, cada uno de nosotros y como familia. Tenemos que ser una “maceta familiar”
para el Señor.

2. Evangelio: Mt. 13, 1-23


Narrador: Lectura del santo evangelio según san Mateo: Aquel día, salió Jesús de casa y se sen-
tó junto al lago. Y acudió a él tanta gente que tuvo que subirse a una barca; se sentó, y la gente
se quedó de pie en la orilla. Les habló mucho rato en parábolas:
Jesús: Salió el sembrador a sembrar. Al sembrar, un poco cayó al borde del camino; vinieron
los pájaros y se lo comieron. Otro poco cayó en terreno pedregoso, donde apenas tenía tierra,
y, como la tierra no era profunda, brotó en seguida; pero, en cuanto salió el sol, se abrasó y por
falta de raíz se secó. Otro poco cayó entre zarzas, que crecieron y lo ahogaron. El resto cayó en
tierra buena y dio grano: unos, ciento; otros, sesenta; otros, treinta. El que tenga oídos que oiga.
Narrador: ¡Palabra del Señor!

3. Nos preguntamos:
Jesús nos dice que la Palabra de Dios –el evangelio- es como una semilla que depende de dónde caiga
para que crezca o no.
• ¿Qué significa la semilla que cae al borde del camino?; ¿y el terreno pedregoso?; ¿y las zarzas?;
¿y la tierra buena…?
• ¿Qué pasa entonces?: vamos a escenificarlo con cuatro niños que nos representan a nosotros según
el tipo de tierra que somos. Entre todos, tenemos que interpretar la actitud de cada en relación con
lo que contiene cada recipiente, y con la enseñanza del evangelio:

Se trata de colocar cuatro recipientes (jardineras): el primero (1) está lleno de escombros; el segundo
(2), de piedras; el tercero (3), de hojarasca; y el cuarto (4), de tierra. Junto al 1, se coloca un niño sen-
tado en el suelo y de espaldas a él, mirando al infinito…; junto al 2, se coloca otro niño tumbado boca
abajo como muerto; junto al 3, otro niño atado de pies y manos; junto al 4, otro niño de pie, con los
brazos alzados y la cabeza mirando hacia arriba.

1) ¿Qué hay en cada recipiente?


2) ¿Qué está haciendo cada niño? Sacamos ahora cuatro carteles: “A MEDIAS”; “SE AHOGA”;
“SE LA COMEN”; “LA ACOGEN”.
3) ¿Dónde ponemos cada cartel y por qué? ¿Y qué nos sucede entonces?
4) ¿Cuándo somos cada una de esas tierras? ¿Por qué?
5) ¿Qué nos enseña hoy Jesús?

95
Homilética • 2014/4 MISA FAMILIAR - DOMINGO 15º DEL T.O.

Se puede usar también un Power Point con la parábola del sembrador:

Con música: http://www.youtube.com/watch?v=TMqZoSHCpbo (Duración 2:57)


Cantada: http://www.youtube.com/watch?v=wGDeGlHHJvg (Duración 3:41)

4. Peticiones de perdón
• Porque a veces somos semillas vagas que no se esfuerzan por dar fruto. Señor, ten piedad.
• Por las zarzas que nos impiden crecer y desarrollarnos. Cristo, ten piedad.
• Por olvidar, a veces, que tú eres nuestro sembrador y jardinero que nos quiere y nos cuida. Señor, ten
piedad.

5. Ofertorio
Podríamos poner una macetita de plástico, una
bolsita de compost y unas semillitas (de verano,
p.ej. la prímula). En la maceta, una pegatina que
diga: “Queremos ser buena tierra para ti”. Se tra-
ta de cuidarla entre todos en familia como signo,
hasta verla crecer y dar fruto.

6. Acción de gracias
Gracias, Padre, por habernos sembrado
en la tierra de nuestra familia, porque en ella
hemos podido crecer y desarrollarnos.
Gracias por tus cuidados de Padre.
Gracias porque nos invitas a dar mucho fruto.
Confiamos, con tu ayuda,
en no caer en terrenos peligrosos
que nos impidan crecer y dar fruto.
Gracias, Padre, por tu Palabra

7. Despedida y envío:
En este tiempo de verano, invitar a mirar en familia el campo y ayudar a reflexionar sobre el misterio de
la vida y la belleza de la creación. No olvidar el evangelio de hoy, para reflexionar sobre las piedras y las
zarzas de unas vacaciones no cristianas.

96
Homilética • 2014/4 MISA FAMILIAR - DOMINGO 16º DEL T.O.

Domingo 16º del T.O.


20 de julio de 2014

1. Mensaje
Jesús, con la parábola del trigo y la cizaña, nos enseña que el Reino de Dios se realiza en medio de un
mundo donde no está tan claro lo bueno y lo malo. Por eso hay que sabes a un tiempo lucha y convivir
con el mal.

2. Evangelio: Mt 13, 24-43

Narrador: Lectura del santo evangelio según san Mateo. En aquel tiempo, Jesús propuso otra-
parábola a la gente:
Jesús: El reino de los cielos se parece a un hombre que sembró buena semilla en su campo;
pero, mientras la gente dormía, su enemigo fue y sembró malas hierbas en medio del trigo y se
marchó. Cuando empezaba a verdear y se formaba la espiga aparecieron también las malas
hierbas. Entonces fueron los criados a decirle al amo:
Criados: Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde salen las malas hierbas?
Narrador: Él les dijo:
Amo: Un enemigo lo ha hecho.
Narrador: Los criados le preguntaron:
Criados: ¿Quieres que vayamos a recogerla?
Narrador: Pero él les respondió:
Amo: No, que, al arrancar las malas hierbas, podríais arrancar también el trigo. Dejadlos crecer
juntos hasta la siega y, cuando llegue la siega, diré a los segadores: Arrancad primero las malas
hierbas y atadla en montones para quemarla, y el trigo almacenadlo en mi granero.
Narrador: ¡Palabra del Señor!

3. Nos preguntamos:
• Qué es el campo (el mundo… y cada uno de nosotros)
• Qué son el trigo y las malas hierbas (Palabra de Dios y la semilla y las voces del Mal)
• ¿Habéis visto en los tiestos cómo suelen salir malas hierbas? ¿Habéis visto también campos con muy
malas hierbas? Crecen y se extienden muy pronto: ¿qué hacen entonces los labradores? (Cuando
empiezan a salir en la huerta, las quitan a tiempo porque luego es imposible)
• Es que hay malas hierbas que hay que quitar a tiempo: las del corazón y las de las huertas bien
cuidadas. Pero hay otras malas hierbas en el mundo que son muy difíciles de quitar. Si las arrancas,
te llevas también las buenas plantas. Eso pasa en el mundo muchas veces: ¿Qué hay que hacer?...
• En el campo las malas hierbas estropean las cosechas y así se produce menos frutos. ¿Pasa eso
mismo con las personas? Según Jesús, ¿qué tenemos que hacer?

97
Homilética • 2014/4 MISA FAMILIAR - DOMINGO 16º DEL T.O.

• Pero también tenemos que ayudar y esforzarnos por cambiar el corazón de los hombres y del mundo
(y el nuestro). Cuanto antes mejor. Y sólo se admiten las azadas del amor y la justicia. Las del odio,
discriminación, etc. no se admiten. Luchar contra el mal es una cosa, y necesaria, pero no machacar
al malo.

4. Peticiones de perdón
• Por no quitar a tiempo las malas semillas que crecen dentro de nuestro corazón y nos impiden crecer.
Señor, ten piedad.
• Por no tener paciencia con las limitaciones y fallos de los demás. Cristo, ten piedad.
• Por no esforzarnos suficientemente por mejorar el mundo. Señor, ten piedad.

5. Ofertorio: dos azadas: la del AMOR y la de la JUSTICIA.


Te presentamos, Padre, estas dos azadas, con el deseo de quitar el mal de nuestras vidas, con fuerza y
decisión, pero también con mucha paciencia y cariño.

6. Acción de gracias
Gracias, Padre
porque nos has enseñado
a querer a todos, buenos y malos,
porque así es como tú
haces salir el sol para todos.
Gracias porque nos enseñaste
a luchar contra el mal,
pero no contra las personas,
aunque sean malas.
Gracias porque nos enseñas a perdonar
y a esperar con paciencia
porque también nosotros
tardamos en ser mejores de lo que somos
y tú no nos arrancas de tu tierra.
Gracias, Padre bueno.

98
Homilética • 2014/4 MISA FAMILIAR - DOMINGO 17º DEL T.O.

Domingo 17º del T.O.


27 de julio de 2014

1. Mensaje
El Reino de Dios es el tesoro que Jesús nos invita a buscar. Pero también el mismo Jesús es un tesoro
que vale más que todos los demás que podamos imaginar.

2. Evangelio: Mt 13, 44-52.

Como hicimos en otro domingo, sale Jesús y un grupo de niños se pone a su alrededor hablando
todos a la vez... Jesús les hace señas para que se sienten y se callen. Y les lee el Evangelio:

Narrador: Lectura del santo evangelio según san Mateo. En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente:
Jesús: El reino de los cielos se parece a un tesoro escondido en el campo: el que lo en-
cuentra lo vuelve a esconder y, lleno de alegría, va a vender todo lo que tiene y com-
pra el campo. El reino de los cielos se parece también a un comerciante en perlas fi-
nas que, al encontrar una de gran valor, se va a vender todo lo que tiene y la compra.
Narrador: ¡Palabra del Señor!

3. Nos preguntamos:
• ¿De estos tres ejemplos cuál os ha gustado más? (Recordarlos)
• Nosotros también podríamos poner ejemplos. Cuando nos encontramos dinero o un juguete perdido,
etc. ¿qué hacemos?... ¡Intentar primero buscar a su dueño! Pero si es imposible encontrarlo, ¿qué
nos pasa?... (Alegría, lo contamos a los demás,…)
• Hay tesoros que no se ven con los ojos, pero que se guardan en el corazón. ¿Qué tesoros encontra-
mos y los guardamos en el corazón?: Cuando nacemos encontramos el amor de nuestros papás. Y
los guardamos tanto, que si nos separan de ellos no sentimos muy mal. ¿Qué otros tesoros?...
• ¡El tesoro de Jesús!
• Un tesoro se cuida mucho. Se utilizan cajas fuertes y alarmas para protegerlos. ¿Cómo se guarda el
tesoro de Jesús?... (En la caja fuerte de la oración y con la alarma de la conciencia, que me avisa
cuándo me aparto de Él)
• Hay personas, como los misioneros y misioneras, sacerdotes, etc. que se encontraron con el tesoro
de Jesús y lo dejaron todo para seguirle.

4. Peticiones de perdón
• Por no quererte con todo el cariño que mereces, Señor, ten piedad.
• Por no querer a los demás con ese mismo cariño que se merecen, Cristo, ten piedad.
• Porque a veces ponemos el amor a las cosas por encima del amor a las personas, Señor, ten piedad.

99
Homilética • 2014/4 MISA FAMILIAR - DOMINGO 17º DEL T.O.

5. Ofertorio: Una caja fuerte o un cofre con corazones


Señor, te presentamos nuestros deseos de llenar de amor y de cariño la caja fuerte de nuestro corazón

6. Acción de gracias
Gracias, Padre, por nuestros padres
y por todas las personas
que nos han enseñado a querer.
Gracias porque Tú nos enseñas
a ser felices queriendo a los demás.
Gracias porque te tenemos a Ti
como el gran tesoro de nuestras vidas.
Gracias porque, hagamos lo que hagamos,
tu cariño nunca nos abandona.

Domingo 18º del T.O.


3 de agosto de 2014

1. Mensaje
Los pequeños gestos, los pequeños detalles con Dios y con los demás son importantes. Es importante
sumar esfuerzos y poner cada uno lo que está en nuestras manos, uniéndonos a los demás para todo
lo que sea necesario de cara al bien de todos.

2. Evangelio: Mt 14, 13-21

Narrador: Lectura del santo evangelio según san Mateo. En aquel tiempo, al enterarse Jesús
de la muerte de Juan, el Bautista, se marchó de allí en barca, a un sitio tranquilo y apartado. Al
saberlo la gente, lo siguió por tierra desde los pueblos. Al desembarcar, vio Jesús el gentío, le dio
lástima y curó a los enfermos. Como se hizo tarde, se acercaron los discípulos a decirle:
Discípulos: Estamos en despoblado y es muy tarde, despide a la multitud para que vayan a las
aldeas y puedan comprar para comer. 
Narrador: Jesús les replicó:
Jesús: No hace falta que vayan, dadles vosotros de comer.
Narrador: Ellos le replicaron:
Discípulos: Si aquí no tenemos más que cinco panes y dos peces.
Narrador: Jesús les dijo:
Jesús: Traédmelos.
Narrador: Mandó a la gente que se recostara en la hierba y, tomando los cinco panes y los dos
peces, alzó la mirada al cielo, pronunció la bendición, partió los panes y se los dio a los discípu-

100
Homilética • 2014/4 MISA FAMILIAR - DOMINGO 18º DEL T.O.

los; los discípulos se los dieron a la gente. Comieron todos hasta quedar satisfechos y recogieron
doce cestos llenos de sobras. Comieron unos cinco mil hombres, sin contar mujeres y niños.
¡Palabra del Señor!

3. Nos preguntamos:
• ¿Qué pensó Jesús al ver tanta gente sin comer?
• ¿Qué pensaron los discípulos?
• ¿Qué les contestó Jesús?
• Y después, ¿qué hizo Jesús?
• ¿Eran muchos los panes a repartir?
• Jesús no era ni es un mago. Es decir, que no hizo un truco de magia. Si no hubo magia, ¿por qué dice
el evangelio que hubo para todos? ¿Cómo pudo ser?
• ¿Nos pasa eso alguna vez también a nosotros? ¿Cuándo?
• ¿Hay cosas que, como esos panes, son poca cosa y, sin embargo, suponen mucho…? (Que lo digan
los niños).
• ¿Qué “pequeños detalles” podemos tener con Dios? (la oración de la noche es como el beso a Dios al
acostarse). ¿Y con los demás? (dejar cosas, sonreír,…) ¿Y en el trabajo y el orden (hacer las tareas,…)
• Todo esto, ¿tiene algo que ver con el hambre en el mundo? (Si repartimos bien los alimentos del
mundo, sobrarían como para otra humanidad. En lugar de eso, de 7.000 millones de hombres,
1.000 millones viven y mueren con hambre…)

Otras pautas para el diálogo:


- La importancia de lo pequeño.
- La suma de pocos consiguen el milagro de ser mucho. Hay mil ejemplos: los tapones de plásti-
co solidarios, El último copo de nieve que hace romper la rama, las colectas solidarias,…
- La importancia de la actitud en lo pequeño: una sonrisa, un beso, un pequeño obsequio,…
conmueven y transforman el corazón del que lo recibe.
- La mirada de Jesús a Pedro, le transformó el corazón.

4. Peticiones de perdón
• Por descuidar los detalles y no valorar las cosas pequeñas, Señor, ten piedad.
• Por no ser suficientemente solidarios, Cristo, ten piedad.
• Por no saber mirar a los demás como Jesús, que miraba
siempre pensando cómo ayudar, Señor, ten piedad.

5. Ofertorio: En una mesa pequeña, extendemos un


mantel y colocamos un plato con algunos trocitos de
pan. Salen unos cuantos niños y llenan el plato con
más trocitos de pan.

En este plano con trocitos de pan, Padre nuestro, que-


remos añadir también los nuestros como símbolo de

101
Homilética • 2014/4 MISA FAMILIAR - DOMINGO 18º DEL T.O.

que, aunque tenemos poco para dar a los demás, si lo unimos a los de todos, será mucho para ayudar
a mucha gente. Queremos que sea así en todo el mundo para que nadie pase hambre.

6. Acción de gracias
Gracias, Padre nuestro, porque nos enseñas
a mirar a los demás como los miras Tú,
dándonos cuenta de lo que necesitan.
Gracias por nuestras manos,
por nuestros pies,
por todas nuestras cualidades.
Gracias porque, con todas esas cosas,
podemos relacionarnos unos con otros,
podemos querernos y ayudarnos.
Enséñanos a descubrir
todo lo que podemos hacer
para ayudar a los demás
cuando lo hacemos todos juntos.
Gracias, Padre, por todos los que se unen
para hacer un mundo mejor y más feliz.

Domingo 19º del T.O.


10 de agosto de 2014

1. Mensaje
Tenemos que arriesgarnos a salir de nuestra comodidad para hacer lo que tenemos que hacer, o para
ayudar a otros, o en cualquier necesidad, poniendo nuestra confianza en Jesús aunque nos cueste ha-
cerlo y a pesar de las dificultades que podemos encontrar.

2. Evangelio: Mt 14, 22-33

Narrador: Lectura del santo evangelio según san Mateo. Después que la gente se hubo saciado,
Jesús apremió a sus discípulos a que subieran a la barca y se le adelantaran a la otra orilla,
mientras él despedía a la gente. Y, después de despedir a la gente, subió al monte a solas para
orar. Llegada la noche, estaba allí solo. Mientras tanto, la barca se había alejado mucho de tierra
y era sacudida por las olas, porque el viento soplaba en contra. De madrugada se les acercó
Jesús, andando sobre el agua. Los discípulos, viéndole andar sobre el agua, se asustaron y gri-
taron de miedo, pensando que era un fantasma. Jesús les dijo en seguida:
Jesús: ¡Ánimo, soy yo, no tengáis miedo!»

102
Homilética • 2014/4 MISA FAMILIAR - DOMINGO 19º DEL T.O.

Narrador: Pedro le contestó:


Pedro: Señor, si eres tú, mándame ir hacia ti andando sobre el agua.
Narrador: Jesús le dijo:
Jesús: Ven.
Narrador: Pedro bajó de la barca y echó a andar sobre el agua, acercándose a Jesús; pero, al
sentir la fuerza del viento, le entró miedo, empezó a hundirse y gritó:
Pedro: ¡Señor, sálvame!
Narrador: En seguida Jesús extendió la mano, lo agarró y le dijo:
Jesús: ¡Qué poca fe! ¿Por qué has dudado?
Narrador: En cuanto subieron a la barca, paró el viento. Los de la barca se pusieron de rodillas
ante él, diciendo:
Discípulos: Realmente eres Hijo de Dios.
Narrador: ¡Palabra del Señor!

3. Nos preguntamos:
• ¿Qué pasó cuando los discípulos iban en la barca?
• ¿Qué pensaron los discípulos al ver a Jesús en el lago?
• ¿Qué les dijo Jesús?
• ¿Qué hizo Pedro?
• ¿Por qué se hundía?
• ¿Qué o quién le salvó?
• A nosotros, ¿qué cosas nos dan miedo?
• ¿Hay cosas que dejamos de hacer porque tenemos miedo?
• ¿Qué nos enseña Jesús en esas ocasiones?

Otras pautas para el diálogo:


- Si alguien te pide ayuda y tú estás jugando o cómodamente sentado, ¿qué haces?...
- Y si se trata de una pelea y tienes que ir a separar con miedo a que a ti también te peguen,
¿qué haces?
- Estamos cómodamente en nuestra barca. Jesús está en todos, especialmente en los pobres y
los que necesitan ayuda. Tenemos que decir como Pedro: -“Es Jesús” y salir venciendo nuestra
comodidad, incluso corriendo a veces algún riego para poder ayudar. Pero también tenemos
que decir muchas veces: -“Jesús, ayúdame”, como Pedro.

Algunas conclusiones:
• Pedro salta de la barca. El Papa Francisco, nos pide “salir” para “salar”. Dentro de la barca no
habría tenido problemas.
• La fe exige riesgo, salir, y el caminar no está exento de dudas: ante las fuerzas de las olas,
Pedro dudó. La vida cristiana es riego, aventura.
• La fe ante la duda: es el grito de Pedro: «Señor, sálvame». Y el grito de Jesús: “No tengáis
miedo”.

103
Homilética • 2014/4 MISA FAMILIAR - DOMINGO 19º DEL T.O.

4. Peticiones de perdón
• Por que, aunque decimos que somos cristianos, vivimos un cristianismo muy cómodo…, Señor, ten
piedad.
• Porque pocas veces estamos dispuestos a complicarnos la vida a favor de los demás, Cristo, ten
piedad.
• Porque tenemos poca confianza en Jesús, Señor, ten piedad.

5. Ofertorio: Traemos la imagen de una mano muy grande, que mira hacia abajo. Se invita a todos a
levantar los brazos y las manos hacia esa mano grande. Y pedimos:

Querido Padre Dios: Necesitamos de ti en miles de ocasiones. Por eso extendemos hacia ti nuestras ma-
nos, como Pedro, porque sabemos que, a pesar de todos los pesares, estamos seguros en ti. Ayúdanos
a confiar en ti y danos valor para superar nuestros miedos. Enséñanos a echar una mano a los demás
como Jesús se la echó a Pedro.

6. Acción de gracias:
Gracias, Jesús, por invitarnos
a caminar contigo.
Gracias por echarnos una mano
cuando parecía que nos íbamos a hundir.
Gracias porque nos ayudas
a vencer nuestros miedos e inseguridades.
Gracias porque llenas de buenos deseos
nuestro pequeño corazón.

104
Homilética • 2014/4 MISA FAMILIAR - DOMINGO 20º DEL T.O.

Domingo 20º del T.O.


17 de agosto de 2014

1. Mensaje
Como Jesús atendió a la mujer extranjera, así nosotros, aunque nos cueste, tenemos que aprender a
querer y tratar bien a los que no son como nosotros y a los que vienen de otros países para salir de la
pobreza, del hambre, de la persecución o de la guerra.

2. Evangelio: Mt 15, 21-28


Narrador: Lectura del santo evangelio según san Mateo. En aquel tiempo, Jesús se marchó y se
retiró al país de Tiro y Sidón. Entonces una mujer cananea, saliendo de uno de aquellos lugares,
se puso a gritarle:
Mujer: ¡Ten compasión de mí, Señor, Hijo de David! Mi hija tiene un demonio muy malo.»
Narrador: Él no le respondió nada. Entonces los discípulos se le acercaron a decirle:
Discípulos: Atiéndela, que viene detrás gritando.
Narrador: Él les contestó:
Jesús: Sólo me han enviado a las ovejas descarriadas de Israel.
Narrador: Ella los alcanzó y se puso de rodillas ante él, y le pidió:
Mujer: Señor, socórreme.
Narrador: Él le contestó:
Jesús: No está bien echar a los perros el pan de los hijos.
Narrador: Pero ella repuso:
Mujer: Tienes razón, Señor; pero también los perros se comen las migajas que caen de la mesa
de los amos.
Narrador: Jesús le respondió:
Jesús: Mujer, qué grande es tu fe: que se cumpla lo que deseas.
Narrador: En aquel momento quedó curada su hija. ¡Palabra del Señor!

3. Nos preguntamos:
• ¿Cómo era la mujer que se acercó a Jesús?
• ¿Qué le pedía?
• ¿Cómo reaccionó Jesús?
• ¿Y los discípulos?
• ¿Qué quería decir Jesús con esa frase de “no está bien echar a los perros…”?
• ¿Cuál fue la respuesta de la mujer? ¿Qué significa?
• ¿Qué hizo Jesús, al final? ¿Por qué?
• Jesús se resistía a ayudar a una mujer porque no era judía como él, porque era “diferente”.
¿Quiénes son para nosotros “diferentes”?
• ¿Somos iguales en algo? ¿En qué?
• ¿Cómo nos enseña Jesús que debemos tratarlos?

105
Homilética • 2014/4 MISA FAMILIAR - DOMINGO 20º DEL T.O.

Salen ahora diversos personajes, disfrazados y con un cartel que les identifica: un PRESO, un NIÑO
MALO, un SENEGALÉS, un ENFERMO, una MADRE CON 4 HIJOS, un ANCIANO… Presentamos tres bo-
cadillos y preguntamos a la asamblea a quién se lo daríamos. La solución sería partir por la mitad cada
bocadillo y darle a cada uno lo mismo porque todas las personas somos iguales…

Algunas pautas para el diálogo


- Explicación comprensiva: la mujer era extranjera. Y Jesús se sentía llamado a actuar sólo con
los judíos. Además, en aquel tiempo hablar con mujeres extranjeras estaba mal visto, aunque
eso a Jesús nunca le importaba. La mujer le pide algo muy fuerte: si no eres capaz de darme
pan, al menos dame migajas de las que caen de la mesa y se las comen los perros. Pero no
se refería al pan, sino a que también tuviera un pequeño detalle de cariño curando a su hija,
aunque fuera extranjera.
- En tiempo de Jesús llamaban demonios a muchas cosas que hoy les ponemos nombres de
enfermedades.
- Podemos aprender muchas cosas: querer y tratar bien, como Jesús, a los que vienen de otros
países. No discriminar a nadie. Ayudar a los demás como Jesús.
- ¿Ayudamos sólo a nuestros amigos?... ¡A los pobres no hay que ayudarlos por buenos o malos,
sino por pobres! Buenos o malos, son hermanos que nos necesitan.

4. Peticiones de perdón
• Porque hacemos diferencias entre personas, según como nos caigan…, Señor, ten piedad.
• Porque nos cuesta sentir que todas las personas son iguales ante ti, Jesús, y por tanto ante nosotros,
Cristo, ten piedad.
• Porque tenemos poca fe en Jesús y tiramos muy pronto la toalla, Señor, ten piedad.

5. Ofertorio: un ramo de flores todas ellas diferentes y de distintos colores.


O una caja de pinturas de todos los colores.

Te presentamos, Padre, este ramo de flores (esta caja de pinturas) porque,


lo mismo que ellas, todas las personas, por muy diferentes que seamos,
somos valiosas ante ti porque han salido de tu mano, y así queremos tratar
a todo el mundo, como los tratas tú.

6. Acción de gracias
Te damos gracias, Padre, Por los que ríen y los que son serios.
por la gente diferente, Por los que saben cantar
por los que son blancos y por los que son negros, y por los que son buenos deportistas.
o amarillos, o morenos. Por los niños y por las niñas.
Por los que hablan en español Por todos, Padre, te damos las gracias,
o hablan en gallego, catalán o euskera. porque a todos nos has hecho tú,

106
Homilética • 2014/4 MISA FAMILIAR - DOMINGO 21º DEL T.O.

Domingo 21º del T.O.


24 de agosto de 2014

1. Mensaje:
Jesús es más que un libro. Es una persona y quiere ser nuestro amigo porque es el Hijo de Dios y nos
quiere como hermanos.

2. Evangelio: Mt 16,13-17 (no se leen los vv. 18-20).

Narrador: Lectura del santo evangelio según san Mateo. En aquel tiempo, al llegar a la región de
Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos:
Jesús: ¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?
Narrador: Ellos contestaron:
Discípulos: Unos que Juan Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o uno de los profetas.
Narrador: Él les preguntó:
Jesús: Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?
Narrador: Simón Pedro tomó la palabra y dijo:
Pedro: Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo.
Narrador: Jesús le respondió
Jesús: ¡Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás!, porque eso no te lo ha revelado nadie de carne y
hueso, sino mi Padre que está en el cielo.
Narrador: ¡Palabra del Señor!

3. Nos preguntamos:
Podemos haber preparado una diapositiva con varias imágenes de Jesús, sacadas de Internet. Dialo-
gamos:
• ¿Cuál de todas esas imágenes nos gustan más? ¿Por qué?
• ¿Cómo nos imaginamos nosotros a Jesús?
• ¿Qué cosas habéis oído que dice la gente sobre Jesús?
• ¿Qué nos han dicho en la catequesis sobre Jesús?
• Pero a ti, ¿qué es lo que más os gusta de Jesús? ¿Por qué?
• Y esas cosas, ¿cómo las sabéis, de dónde os las habéis sacado, quién os lo ha enseñado? (como le
dijo Jesús a Pedro: eso nos lo enseña el Padre…)
• ¿Cómo nos lo enseña nuestro Padre Dios? (escuchándolo en el evangelio, tratando con Él en la ora-
ción, atendiendo a los catequistas y otras personas…).

Algunas pautas para el diálogo:


- Jesús, ¿quién eres Tú? Si Jesús nos pregunta quién es, tenemos un chivato para decírnoslo: El
Padre. Todos los buenos amigos de Jesús, lo han aprendido de Él. ¿Pero cómo nos lo dice?...
¡Hablando con Él, rezando!

107
Homilética • 2014/4 MISA FAMILIAR - DOMINGO 21º DEL T.O.

que eres- En
el Padre
el catecismo
de la vida.
nos dicen muchas cosas de Jesús. En los libros escribimos todo lo que hemos
aprendido de Él hablando con él y con el Padre Dios y leyendo los Evangelios. ¿Qué hemos
aprendido?... (Que lo digan)
- Todas esas cosas son de libro. Pero lo importante es que Jesús sea algo de mi vida, no sólo de
libro. Que sea mi amigo, que le quiera, que escuche sus consejos y los cumpla,…

4. Peticiones de perdón
• Porque muchas veces sólo conocemos de ti, Jesús, lo que otros nos cuentan, en vez de buscarte
directamente en el evangelio, Señor, ten piedad.
• Porque nos olvidamos de hablar contigo, Jesús, y no tenemos tiempo para dedicarte un rato, Cristo,
ten piedad.
• Porque, aunque oímos lo que nos aconsejas, muchas veces no te hacemos ningún caso, Señor, ten
piedad.

5. Ofertorio: Una familia se adelanta y


presenta una Biblia abierta puesta so-
bre las manos, todas juntas, de todos.

Jesús: queremos que seas algo impor-


tante en nuestra vida, en cada uno de
nosotros y en nuestra familia, y que es-
tés siempre presente en ella.

6. Acción de gracias
Creo en ti, Jesús, amigo, compañero,
que caminas a mi lado
a lo largo de toda mi vida.
Creo en ti, Jesús, y en tu mensaje,
en tus palabras de vida
y quiero aprender a cumplirlas.
Creo en ti, Jesús, Dios bueno,
que me regalas la vida, la familia, los amigos.
Creo en ti, Jesús, y en la vida que entregaste
por amor a todos nosotros en la cruz.
Creo en ti, Jesús, y en tu resurrección
sobre la muerte.
Creo que estás vivo en medio de nosotros.
Creo en ti, Jesús, y por eso te pido
que cada día aumentes mi fe,
mi esperanza y mi amor a los demás.
¡Que así sea, Señor!
Marcelo A. Murúa (buenasnuevas)

108
Homilética • 2014/4 MISA FAMILIAR - DOMINGO 22º DEL T.O.

Domingo 22º del T.O.


31 de agosto de 2014

1. Mensaje:
Como dice Jesús, el que lo quiere todo para él, se queda sin nada. En cambio, el que lo da todo a los
demás, se llena de felicidad.

2. Evangelio: Mt 16, 21-27

Narrador: Lectura del santo evangelio según san Mateo. En aquel tiempo, empezó Jesús a expli-
car a sus discípulos que tenía que ir a Jerusalén y padecer allí mucho por parte de los ancianos,
sumos sacerdotes y escribas, y que tenía que ser ejecutado y resucitar al tercer día. Pedro se lo
llevó aparte y se puso a reprenderle por sus palabras:
Pedro: ¡No lo permita Dios, Señor! Eso no puede pasarte.
Narrador: Jesús se volvió y dijo a Pedro:
Jesús: Quítate de mi vista, Satanás, que me haces tropezar; tú piensas como los hombres, no
como Dios.
Narrador: Entonces dijo Jesús a sus discípulos:
Jesús: El que quiera venirse conmigo, que se niegue a sí mismo, que cargue con su
cruz y me siga. Si uno quiere salvar su vida, la perderá; pero el que la pierda por mí la en-
contrará. ¿De qué le sirve a un hombre ganar el mundo entero, si arruina su vida?
¿O qué podrá dar para recobrarla?
Narrador: ¡Palabra del Señor!

3. Nos preguntamos
• ¿Qué les explicaba Jesús a sus discípulos?
• ¿Qué hizo entonces Pedro?
• ¿Qué le contestó Jesús? ¿Por qué?
• ¿Qué nos enseñó entonces Jesús a todos nosotros?

Vamos a presentar ahora una serie de alternativas para preguntarnos cuál de esas dos cosas es la
mejor o más fácil:
- Estudiar o copiar
- Cocinar o pedir una pizza
- Pintar una felicitación o comprarla hecha
- Quedarse a ver la tele o salir con los amigos
- Comer lo que me gusta o comer de todo
- Dar un pez o enseñar a pescar
- Dejarse copiar o decir que no
- Que me hagan los deberes en casa o hacerlos yo

109
Homilética • 2014/4 MISA FAMILIAR - DOMINGO 23º DEL T.O.

• ¿Se parece esto a lo que les pasó a Pedro y a Jesús en el evangelio?


• ¿Qué le enseñó Jesús a Pedro y qué nos enseña a nosotros?
• ¿De que nos sirve tenerlo todo si perdemos el cariño?
• ¿De qué nos sirve tenerlo todo si al final no somos felices?

Pautas y sugerencias para el diálogo:


- “¿De qué le sirve al hombre…?” Esta frase del Evangelio se la repetía san Ignacio a san
Francisco Javier, y le ayudó a entregarse del todo a Jesús. Francisco, como Ignacio tenía unos
planes diferentes: llenarse de honores, cargos, etc.
- “El que quiere salvar su vida, la perderá; pero el que la pierda por mí la encontrará”: es como
decir que el que quiera llenarse de cosas egoístamente, se quedará sin nada; y el que entregue
su vida a Jesús y a los demás, se encontrará lleno a rebosar. ¿Qué querrá decir eso?
- Llevar un balde de agua, con un tazón, una botella cerrada y una jarrita para servir. Echar
agua al tazón hasta que se llene. Echar agua en la botella para que resbale por los costados.
Explicación: La botella cerrada es el egoísta que se llena de cosas y no da a nadie. La Palabra
de Dios y las necesidades de los demás le resbalan y no penetran en él. Con el tiempo caduca
el contenido y se pudre y se queda sin nada. El tazón es el hombre que lo entrega todo y está
vacío de egoísmo. Cuando llueve la Palabra de Dios o las necesidades de los demás, escucha
y recibe. Así, se va llenando del amor de Dios y de los demás y es feliz. De esta manera, el que
quiere todo para él se queda sin nada. Y el que da todo a los demás, se llena de felicidad.

4. Peticiones de perdón
• Por ser comodones y no afrontar las cosas que no nos gustan, Señor, ten piedad.
• Por dar más importancia a tener cosas que a tener amigos, Cristo, ten piedad.
• Por no ser constantes cuando las cosas nos cuestan, Señor, ten piedad.

5. Ofertorio: Una familia lleva en procesión una cruz, precedida de velas, hasta el altar.

Te presentamos, Padre, esta cruz, porque en ella es donde Jesús entregó su vida por amor a nosotros.
Queremos decirte que, aunque nos cueste, estamos dispuestos a seguirle. Pero necesitamos tu ayuda.

6. Acción de gracias
Te damos gracias, Padre, por Jesús y el que es generoso y lo da todo
que pasó su vida haciendo el bien es el que de veras es feliz.
y pensando en los demás. Te damos gracias, Padre,
Él nos dejó en herencia su amor por todas las personas que han entregado su vida
en vez de un montón den dinero, por amor a los demás, como Jesús.
porque nos dijo que el que lo quiere todo para él,
se queda sin nada;

110
Homilética • 2014/4 MISA FAMILIAR - DOMINGO 23º DEL T.O.

Domingo 23º del T.O.


7 de septiembre de 2014

1. Mensaje:
Como nos enseña Jesús, hemos de aprender a dejarnos corregir y a saber ayudar a otros corrigiendo sus
fallos para hacernos mejores unos a otros.

2. Evangelio: Mt 18,15-20
Como otras veces, apenas hay posibilidad de escenificar el evangelio, pero puede intentarse con imaginación.
Narrador: Lectura del santo evangelio según san Mateo. En aquel tiempo, dijo Jesús a sus dis-
cípulos:
Jesús: Si tu hermano peca, repréndelo a solas entre los dos. Si te hace caso, has salvado a tu
hermano. Si no te hace caso, llama a otro o a otros dos, para que todo el asunto quede entre
dos o tres testigos. Si no les hace caso, díselo a la comunidad, y si no hace caso ni siquiera a la
comunidad, considéralo como un hombre sin fe o un pecador. Os aseguro que todo lo que atéis
en la tierra quedará atado en el cielo, y todo lo que desatéis en la tierra quedará desatado en el
cielo. Os aseguro, además, que si dos de vosotros se ponen de acuerdo en la tierra para pedir
algo, se lo dará mi Padre del cielo. Porque donde dos o tres están reunidos en mi nombre, allí
estoy yo en medio de ellos. »
Narrador: ¡Palabra del Señor!

3. Nos preguntamos:
• ¿Cómo nos aconseja Jesús que tenemos que actuar cuando surgen problemas entre nosotros?
• ¿De veras nos sirven esos consejos o es imposible llevarlos a cabo?
• ¿Hay que acusar a los demás de sus fallos o no?
• ¿Cuándo solemos acusar?

Pautas para el diálogo:


- Reglas de oro para decir los fallos de los demás:
- Que se haga con cariño.
- Que no se haga por venganza o para sacar yo un beneficio, sino para ayudarle a ser mejor.
- Que no se pregone por todas partes: sólo a los que puedan ayudar, y en primer lugar al intere-
sado, tratándole de ayudar.
- Ser capaz de escuchar a los demás cuando nos dicen nuestros fallos.

4. Peticiones de perdón:
• Porque no sabemos corregirnos unos a otros, sino que nos echamos culpas sin cariño ni respeto,
Señor, ten piedad.
• Porque muchas veces acusamos a otros por venganza, por envidia o para sacar provecho, Cristo, ten piedad.
• Porque no sabemos (ni queremos) escuchar cuando nos dicen nuestros fallos, Señor, ten piedad.

111
Homilética • 2014/4 MISA FAMILIAR - DOMINGO 23º DEL T.O.

5. Ofertorio: Un grupo de personas (niños y grandes) rodean el altar formando cadena, y permanecen
así el resto de la celebración.

Querido Dios: con esta cadena de personas queremos expresar que, cuando estamos unidos y nos
queremos, estamos unidos a ti y tú estás en medio de nosotros, como dijo Jesús. Ayúdanos a perdonar
y a dejarnos corregir.

6. Acción de gracias
Gracias, Padre, por enseñarnos
a vivir como hermanos.
Gracias por enseñarnos a perdonar
y reconstruir nuestras relaciones humanas.
Gracias por enseñarnos cómo amar,
y darnos el ejemplo del mayor amor.
Gracias por la madre que nos diste,
que nos cuida y nos acompaña siempre.
Gracias por tu Palabra
tan clara, tan sencilla, tan llena de vida.
Gracias por invitarnos a seguirte
construyendo el Reino de Dios en la tierra.
Gracias por confiar en nosotros
e invitarnos a colaborar con tu misión.
Gracias por enseñarnos
a vivir en comunidad.
Gracias por la madre Iglesia,
que es nuestra gran familia.
Por todo, gracias Señor.
Marcelo A. Murúa (buenasnuevas)

112

También podría gustarte