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Subsidio Semana Santa

Semana Santa en Comunidades Educativas


sentido de vivir semana santa

El sentido que tiene vivir una nueva Semana Santa, es porque no somos los mismos que el año
pasado. Un nuevo horizonte se vislumbra del camino de Jesús, camino que renueva todo.

El jueves Santo al recordar la Última Cena, vemos a Jesús que comparte el pan diciendo: “Este
es mi cuerpo que es dado por ustedes” (Lc 22, 19). Jesús “da” su cuerpo, una acción que es
respuesta al pedido que él mismo hace al Padre: “danos hoy nuestro pan de cada día” (Lc 11, 3);
Y que es respuesta a su misericordia ante la multitud hambrienta: “denles Uds. de comer”
(Lc 9,13). Dándose en la cruz, Jesús se hace respuesta de esperanza, de verdad y de justicia.

Somos testigos de la mirada sincera de Jesús a la humanidad sedienta de fe. Desde lo que somos,
compartimos la vida de quien sufre, este es el sentido del caminar. La autenticidad de la buena
noticia deja ver lágrimas, deja escuchar el aparente silencio de Dios, deja poner al centro a los
que convenientemente ponemos al margen.

En esta semana “se hace memoria” (Lc 22, 19) y se camina hacia la esperanza, llamada
Resurrección. Jesús se identifica en la Última Cena como “Camino, Verdad y Vida” (Jn 14, 6), pues
la vida es camino y la verdad está en el caminar con Jesús hacia a los marginados del mundo.

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Arzobispado de Santiago

En la Semana Santa conmemoramos la Pasión, Muerte y Resurrección de Nuestro Señor


Jesucristo. Para los cristianos, la Semana Santa, resume el misterio de la redención divina del
género humano.

La liturgia de la semana está enmarcada en la conmemoración de tres acontecimientos


principales:

1) La aclamación de Jesús a su entrada en Jerusalén – que se celebra el Domingo de Ramos-,


2) La Pasión y Muerte de Jesús -que celebramos desde el jueves en la noche, pero, sobre todo,
el Viernes Santo.
3) La Resurrección, que celebramos el Domingo de Pascua.

Domingo de Ramos:
¡Bendito sea el Dios de Israel!

El Domingo de Ramos es una fiesta muy popular, quizá la única del año litúrgico en la que se
actualiza lo que hicieron Jesús, sus discípulos, el pueblo. ¿Por qué acepta Jesús esa entrada
triunfal en Jerusalén?... ¿Qué le quiere decir a su pueblo?... ¿Qué dice la ciudad?

¿Y, las palmas verdes, qué significan para la gente?... ¿Para nosotros/as?...¿Cómo contribuir a
profundizar, a espiritualizar estas procesiones populares?

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La celebración de los Ramos, tragedia de la soledad, abandono, sufrimiento, muerte… así seguirá
ese domingo… El árbol de la vida (ramos verdes) se vuelve árbol de la muerte (la cruz)… ¿Imagen,
signos de nuestras vidas?... ¿Qué hacer para unir todo eso, para dar sentido divino a las alegrías
y sufrimientos de la vida?

Con el Domingo de Ramos comienza la Semana Santa, durante la cual, la Iglesia celebra los
misterios de la salvación realizados por Cristo en los últimos días de su vida, comenzando por su
entrada mesiánica en Jerusalén y finalizando con su Resurrección.

Jueves santo:
¡Ha llegado la hora!

Tiempo de mostrar cómo son las cosas, cómo es la propuesta de Dios expresada en Jesús.

A partir de la misa vespertina “en la Cena del Señor”, comienza el Triduo Pascual, que continúa
durante el Viernes de la Pasión del Señor y el Sábado Santo, que tiene su centro en la Vigilia
Pascual y acaba con las Vísperas del domingo de Resurrección.

Jesús nos deja el pan y el vino, su Cuerpo y su Sangre, el alimento de la vida para siempre. El
maestro nos invita a vivir llenos del mismo amor y servicio a la humanidad.

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Arzobispado de Santiago

Viernes santo:
¿Qué hace Dios en una cruz?

Los que pasaban ante Jesús crucificado sobre la colina del Gólgota se burlaban de él y, riéndose
de su impotencia, le decían: “Si eres Hijo de Dios, bájate de la cruz”. Jesús no responde a la
provocación. Su respuesta es un silencio cargado de misterio.

Jesús muere en la cruz. Nosotros lo contemplamos con todo el agradecimiento, y afirmamos


nuestra fe en él: de su cruz brotan la vida y la salvación para toda la humanidad.

Sábado santo:
¿Dónde?
Los discípulos y los amigos de Jesús se mantenían reunidos y aún estaban muy confundidos con
lo que había pasado, estaban tristes porque a su Señor lo habían matado. Fue un día de silencio
y reflexión, tratando buscar nuevas esperanzas. Señor Jesús, a veces no tenemos puesta toda
nuestra confianza en tu Palabra, nos olvidamos fácilmente de tus promesas. Ayúdanos con tu
Espíritu para confiar siempre en ti.

El Pregón Pascual anuncia la alegría de que Dios ha tomado partido por Jesús, mostrándonos así
la fuerza de la Vida por sobre la muerte. La noche más grande, la noche más luminosa.

El amor y la vida han vencido a la muerte. Jesús ha resucitado, y nosotros somos llamados a
resucitar con él. “ALELUYA”.
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Domingo de Resurrección:
“Cristo vive, aleluya”

Ha resucitado el Señor, no está aquí. El domingo muy de mañana, casi apenas salía el sol,
María Magdalena, Salomé, y otras mujeres fueron a la tumba de Jesús para limpiar su cuerpo,
perfumarlo y envolverlo, ya que el viernes no alcanzaron a realizarlo.

Los discípulos regresaron y María Magdalena se quedó ahí, y en esos momentos se le apareció
Jesús, pero ella no lo reconoció, pensó que era un jardinero y le pidió que si él había sacado el
cuerpo que por favor lo devolviera. Entonces Jesús le dijo “¡María!”. Ella reconoció la voz del
Señor y le dijo “Maestro”.

La resurrección de Jesús es la mejor noticia que nos pueden haber dado, y la mejor noticia que
nosotros podemos compartir con nuestros amigos y familiares. Cristo Jesús, que por amarnos
murió y resucitó de los muertos. Éste es el día esperado por todos los hombres. Éste es el día
en que todo comienza de nuevo, goce la tierra inundada de luz tan brillante, huyan las sombras
antiguas, aléjese el miedo.

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CELEBRACIÓN DE RAMOS

Ambientación

Preparativos: Lugar de la bendición de los Ramos. Ver si habrá representación por parte de los
estudiantes, ver palmas para quién represente a Jesús y los apóstoles. Qué forma de procesión
se hará, Música de fondo, agua bendita en el lugar de la bendición de los ramos. Ornamentos
rojos, cruz alta, lugar para la proclamación de las lecturas.

Lectores que se necesitan: Guía, lector 1, Salmista, lector para las preces.

Motivación de inicio:
Guía:
Nos hemos reunido esta mañana para empezar la celebración de la Semana Santa; es decir,
seguir a Cristo paso a paso y revivir los acontecimientos del misterio de nuestra salvación: el
Misterio Pascual. Dos aspectos de nuestra redención: la cruz y la gloria; el paso de la cruz para
llegar a la gloria: hay que morir para resucitar.

Hoy, nosotros aclamaremos a Cristo, nuestro Rey y Redentor, igual que los hebreos, con palmas
y ramos, símbolo de vida y de victoria; que nuestra alabanza sea una profesión de fe y un
compromiso para seguir al Señor en su camino hacia la cruz a través de ella hacia el triunfo
definitivo.

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Monición antes de la lectura del Evangelio: Evangelio Mt 21, 1-11


Escucharemos ahora la proclamación solemne del hecho histórico de la entrada de Jesús en
Jerusalén. En el entusiasmo de la alegría, no olvidemos que el Reino de Cristo no es de este
mundo.

Monición mientras se prepara la procesión:


Guía: Que esta procesión que vamos a comenzar ahora, nos haga comprender lo que debe ser
nuestra vida dedicada a su servicio, siguiéndolo fielmente, paso a paso.

Indicación (al terminar la procesión): Terminada la procesión, una vez dentro de la iglesia, se
entona un canto de aclamación y se pasa directamente a la oración.

Monición después de la entrada procesional:


Guía:
Hemos iniciado hoy la celebración de la Semana Santa, después de la larga preparación
cuaresmal. Y la hemos iniciado recordando la entrada victoriosa de Jesús en Jerusalén.
Porque sabemos que su camino, el camino doloroso de la cruz, no termina con la muerte,
sino que es fuente de resurrección y de vida.

ORACIÓN DE LOS FIELES


Guía:
Invoquemos, hermanos a Cristo, aclamado por los humildes al entrar hoy a Jerusalén y
pidámosle la paz en la fe y el amor fraternal.

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Arzobispado de Santiago

R: Venga tu Reino de paz y de amor.

1. Por el mundo que anhela la paz y la justicia, para que Cristo nuestro Salvador lo encamine a
lograr la sinceridad de las conciencias. Roguemos al Señor.

2. Pidamos especialmente por los enfermos, por los que pasan tribulación, por quienes están
solos, por todos los que padecen necesidad, para que se sientan confortados y unidos a
Cristo. Roguemos al Señor.

3. Por todos los que estamos aquí presentes, para que sintamos a Cristo Rey como un
compromiso de vida cristiana, cada día más entregada al servicio de nuestros hermanos.
Roguemos al Señor.

4. Por todos los miembros de esta comunidad educativa, para que celebremos de tal modo
estos días santos que progresemos en nuestro camino de seguimiento a Cristo. Roguemos
al Señor.

MOTIVACION DE DESPEDIDA:
Guía:
Volvamos a nuestras salas, movidos por el amor y la esperanza, no olvidando lo que hoy
hemos celebrado, ya que la gloria se adquiere a precio de muerte de cruz.

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Ahora que hemos comenzado a celebrar el Misterio Pascual, tenemos que seguir al Señor hasta
en su camino: el Jueves Santo, en la Misa de la Cena del Señor; el Viernes Santo, en el Vía Crucis
y sobre todo el sábado por la noche, en la Vigilia Pascual.

CELEBRACION DE VIERNES SANTO (VIA CRUCIS)

AMBIENTACION
Se sugiere la procesión del Vía Crucis por alrededor del colegio o en los pasillos o patios del
interior del colegio. Preparación de las 14 estaciones con mesas pequeñas con mantel, flores,
velas, carteles de la estación correspondiente.

MOTIVACIÓN INICIAL:
Guía:
El vía crucis es una invitación a involucrarnos en ese espacio donde Jesús se entregó por
amor a todos. El Vía Crucis significa “camino de la cruz “ recordándonos los momentos
más fuertes que vivió Jesús desde el momento en que fue arrestado, hasta su Muerte en la
Cruz y su Sepultura.

Le vamos a acompañar haciendo silencio en nuestro interior, compartiendo con Jesús su


enorme sufrimiento, su soledad en esta hora tan terrible, donde nos demuestra el amor
infinito que nos tiene, a pesar de nuestras deficiencias, y le vamos a dar gracias por haber
entregado su vida por AMOR.
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PRIMERA ESTACIÓN: JESÚS ES CONDENADO A MUERTE


Guía:
Jesús fue condenado injustamente; y yo también muchas veces he sido regañado o
castigado injustamente. Pero yo mismo he juzgado y rechazado a los demás también en
muchas ocasiones. Pediré perdón a Dios.

Lector:
Jesús siempre dijo la verdad e hizo el bien.

“No juzguen para no ser juzgados. Porque con el criterio con que ustedes juzguen se les juzgará,
y la medida con que midan se usará para ustedes. ” (Mateo 7, 1-2)

Jesús, Tú aceptaste morir por mí para que yo tenga vida eterna y me haga hijo de Dios. Enséñame
a apreciar siempre tu sacrificio.

Hoy abrimos el corazón a Ti, Señor Jesús, para aprender verdades: el amor es más fuerte que el
odio, el amor no entiende de límites ni de intervalos, la Vida se nos da a chorros cuando Tú subes
camino del calvario. ¡Gracias, Señor por tu amor!

SEGUNDA ESTACIÓN: JESÚS CON LA CRUZ A CUESTAS


Guía:
En la carga de la cruz iban representados todos nuestros pecados. Cristo nos salva a todos,
y quiere que yo sea su discípulo, siguiendo paso a paso el camino que Él ha recorrido, o
sea, cargando sin debilidad la “cruz” de mis deberes y trabajos.
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Nos dejemos de considerar la Pasión y vida de Cristo, que es de donde nos ha venido
y viene todo bien” ¡La CRUZ! Es signo y recuerdo de la entrega con más pasión y más
gratuidad jamás vivida, expresión del amor tan grande de Dios.

Lector:
“... pero donde abundó el pecado, sobre abundó la gracia” (Romanos 5, 20).
Cuando el camino es áspero y las cargas insoportables, sabemos que Tú nunca nos dejas solos.
Vamos a recorrer con Jesús el camino de la Cruz.

Queremos seguirle, entrar con ÉL en el misterio de la Cruz, para que también su Vida Nueva, se
haga presente en nosotros.

Señor, Jesús crucificado, te pedimos que nos ayudes. Enséñanos y danos fuerzas para cargar con
nuestra cruz, una cruz de madera, una cruz sin brillo, una cruz que a veces se hace insoportable
pero contigo, Señor, podemos llevarla con amor.

TERCERA ESTACIÓN: JESÚS CAE EN TIERRA POR PRIMERA VEZ


Guía:
El peso de la cruz es insoportable para el cuerpo fatigado y herido de Jesús, que cae por
primera vez, dando a entender que los pecados de la humanidad, significados en la cruz,
eran muy graves.
Como cristiano, debo tomar mis “cruces” de cada día. Pero muchas veces me escapo y
dejo mis clases, mis tareas, mis trabajos. Pediré al Señor su gracia para tomar mi cruz y
cuando caiga por haber cometido una falta, levantarme animoso.
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Lector:
Señor, caído con la cruz a cuestas, ayúdanos a soportar las cruces de la vida con la convicción de
que están traspasadas de resurrección, pues Tú, Señor, has vencido y nos ayudas a vivir a tope,
ayudando a todos los caídos a levantarse y volver al Hogar de tu Corazón.
Señor Jesús, tu ternura nos levanta; tus ojos nos regalan una mirada de compasión para los que
están caídos. Nos llenas de fuerza para afrontar desde la FE tantas situaciones de sufrimiento.
Tú, Señor, sostienes nuestra vida.

CUARTA ESTACIÓN: JESÚS ENCUENTRA A SU MADRE


Guía:
Entre los gritos furiosos de la turba y los gemidos de las mujeres, Jesús puede sentir los
suspiros de su Madre, que es testigo de los tormentos de su Hijo.

Marìa Madre quería mucho a su Hijo, como todas las mamás del mundo aman a sus hijos.
Por eso sigue a Jesús en la Pasión. Ella quiere cooperar en la salvación de todos los
hombres. Me pone el ejemplo para tener buen corazón con las personas necesitadas: los
pobres, los tristes y los enfermos.

Lector:
Nuestro Señor nos ha dejado a su Madre para que nos acompañe en nuestro camino. María sale
a nuestro encuentro. ¡Cuántas veces salen las madres al encuentro de sus hijos! Su presencia
fortalece, ¡y de qué manera! Ella es el mejor camino que nos lleva a Jesús. Después de Dios, Ella
es quien más merece nuestro amor.

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QUINTA ESTACIÓN: JESÚS, AYUDADO POR UN CIRINEO


Guía:
Simón nos recuerda a las pequeñas comunidades con su característico compromiso por el
bien común, un profundo arraigo en los valores éticos y la apertura al Evangelio. Merecen
atención y cuidado. El Señor no quiere «que se pierda uno solo de estos pequeños».

Lector:
Del Evangelio según san Lucas (23, 26) Cuando le llevaban los soldados, echaron mano de un
cierto Simón de Cirene, que venía del campo, y le cargaron la cruz para que la llevara detrás de
Jesús.

En Simón de Cirene tenemos al prototipo del discípulo fiel que carga con la cruz y sigue a Cristo.
Al arrimar el hombro a toda situación injusta y dolorosa, ¡somos cirineos de Jesús! ¿Cómo es
que necesitas mi ayuda, Señor Jesús? Aquí estoy para llevar contigo la Cruz.

SEXTA ESTACIÓN: LA VERÓNICA ENJUGA EL ROSTRO DE JESÚS


Guía:
Una mujer, llamada Verónica, tiene compasión de Jesús, viendo su aspecto desfallecido y
maltratado, lleno de sangre y sudor. Quiere aliviarlo un poco secando la cara con un paño
limpio; en el paño queda impreso el rostro de Jesús. El gesto de esta mujer tan gratuito
y valiente, nos pone de manifiesto lo que es el amor. Solo cuando consolamos y cortamos
el flujo de los que sangran podemos descubrir y bordar en nuestro pañuelo el rostro de
Cristo.

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Lector:
Señor, te damos gracias por tantas verónicas valientes que limpian el rostro de los “otros Cristos”
que son nuestros hermanos. Te pedimos que surjan muchas verónicas, que sean capaces de
ayudar y servir con amor.

SÉPTIMA ESTACIÓN: JESÚS CAE EN TIERRA POR SEGUNDA VEZ


Guía:
El camino hacia el Calvario parece interminable. Jesús se agota cada vez más y cae de
nuevo, bajo el enorme peso de la cruz. Contemplemos a Jesús caído por segunda vez,
deshecho de dolores, por su inagotable amor y misericordia para con nosotros pecadores.
ÉL nunca se cansa de perdonarnos. Es un Dios de AMOR, que nos sale al encuentro como
al hijo pródigo, para acogernos con los brazos abiertos.

Lector:
Reconocemos, Señor, que estamos marcados por heridas profundas: soledad, fracaso, desprecio,
falta de afecto, sumergidos en el pecado. Caídos al dar por bueno lo que es mediocre y al
llamar virtud a lo que es cántaro agrietado. Abrazados una y otra vez a la mentira. Y Tú, Señor,
nos esperas paciente. Si caemos por segunda vez, Tú nos das la mano. Que aprendamos a ser
misericordiosos y pacientes con los demás.

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OCTAVA ESTACIÓN: JESÚS CONSUELA A LAS MUJERES DE JERUSALÉN


Guía:
Al pasar por un sitio conocido como “Calle de la Amargura”, Jesús escucha las
lamentaciones de un grupo de mujeres, que lloran por Él. Sacando fuerzas de entre su
debilidad, Jesús les dice: “No lloren por mí, sino por ustedes, y por sus hijos”.

Lector:
Nunca nadie como Jesús dio un papel tan protagonista a la mujer. Quiso beber del cántaro de
la Samaritana, perdonó a la que tanto amó, se dejó embalsamar y querer por ellas. A las mujeres
abatidas de la tierra, Tú, Señor Jesús, les dices palabras de aliento; eres el Amigo verdadero.

NOVENA ESTACIÓN: JESÚS CAE EN TIERRA POR TERCERA VEZ


Guía:
Cualquier piedra en el camino es un obstáculo para Jesús, que camina herido, goteando
sangre, con la vista nublada. De esta forma, cae por tercera vez.

Cristo ha caído, está en tierra, tirado por tanto dolor. ¿Hay alguien que le quiera
ayudar? Todos lo han abandonado. Se levanta por sí solo y prosigue otra vez el camino
del Calvario. Hoy Jesús sigue tirado en los enfermos, en los pobres, en los huérfanos y
ancianos abandonados.

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Lector:
En nuestras penas y desalientos Cristo nos dice que se las encomendemos a Él y Él nos animará.
“Vengan a mí todos los que están afligidos y agobiados, y yo los aliviaré.” (Mateo 11, 28)

En nuestro mundo vemos pueblos enteros caídos, incapaces de ponerse en pie. Gentes
desorientadas, sin saber qué hacer ni por dónde ir. ¡Tantas personas sin camino, sin conocerte!
Pero si abro los ojos desde el suelo, te veo a Ti, caído por nosotros, gritando al oído: ¡ÁNIMO!,
¡LEVÁNTATE!

DÉCIMA ESTACIÓN: JESÚS, DESPOJADO DE SUS VESTIDOS


Guía:
Cuántos viven despojados de trabajo, de la dignidad de personas, de ver sus derechos
pisoteados. Jesús se despoja de las vestiduras y lo presentan sin nada, sólo con su Amor al
Padre y a todos, y con su Verdad proclamada a los cuatro vientos.

Y Tú, Señor Jesús, te dejas desnudar de la vida para vestirme con una túnica de alegría.
¡Cuánto amor el tuyo! ¡Cuánta ingratitud la mía! Nos lo ha dado todo. Se ha despojado
hasta de su Madre, que nos la entregará como Madre nuestra.

Lector:
Señor, despójanos de todo lo que nos aparte de Ti, no dejes que caigamos en la tentación de
la desesperanza, de instalarnos en la queja. Despójanos del pecado que nos aparta de Ti, de la
tristeza inmensa de una vida vivida sin Dios.

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UNDÉCIMA ESTACIÓN: JESÚS CLAVADO EN LA CRUZ


Guía:
Como si tensasen las cuerdas de una guitarra, así han clavado a Jesús. Como bandera
clavada en lo alto de un monte. Como “signo de contradicción”. Como quien lo ha dado
todo. Jesús es crucificado es la mejor declaración de Amor del Padre a cada corazón
humano. Cuando creas que nadie te quiere, ni te recibe, ni te ha declarado su amor, la
contemplación en tu oración del Crucificado siempre te devolverá la esperanza.

Lector:
En lo alto de la Cruz se distingue el triunfo de la Vida sobre la muerte. Jesús no es un fracasado.
Lo absurdo es vencido por el amor y la esperanza.
Al pie de la Cruz abro mis manos y recojo tu amor. ¿Cuándo se despertará mi amor por Ti?
Gracias, Padre, por darnos a tu Hijo, es tan grande tu amor. Gracias Jesús por reconciliarnos con
Dios en tu entrega generosa.

DUODÉCIMA ESTACIÓN: JESÚS MUERE EN LA CRUZ


Guía:
Ha muerto con los ojos cerrados para no ver nuestra realidad; sus ojos son demasiado
limpios para quedarse sólo en nuestras miserias. Ha muerto con los pies clavados
entregando su Amor, a través de la Iglesia, que como el amor de una madre, siempre
espera de noche y de día a que volvamos al Hogar. Ha muerto con el corazón abierto y
para decirnos que las puertas de su costado están siempre abiertas y que no tiene secretos
con nosotros.

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Pequeño en la cuna y pequeño en la cruz, pero fuerte para fortalecer toda rodilla vacilante.
Nacido en el silencio y muerto en la soledad, pero dando siempre motivos de aliento a
todos los abatidos.

Lector:
Tu semilla de amor ya está sembrada en nuestro corazón; el fruto no tardará en asomarse. “Si
el grano de trigo muere, da mucho fruto”, nos dice Jesús.

DECIMA TERCERA ESTACIÓN: JESÚS EN LOS BRAZOS DE SU MADRE”


Guía:
Allí estaban los brazos de su Madre, los brazos de la Iglesia acogiendo y entregando
desde su pobreza a Jesús a la humanidad. Pensamos en tantas madres con sus hijos en sus
brazos muertos por el odio, la guerra, el terrorismo, la droga. María y la Iglesia acogen
en su seno a la humanidad más sufriente. En silencio llora con los que lloran. Les ofrece la
esperanza cierta de que “si morimos con Él, viviremos con Él”. Juntos andemos, Señor”.
Deseo acompañarte en el camino del Calvario pero dame fuerzas porque soy cobarde,
siento miedo, pero, contigo lo puedo todo.

Lector:
Toda una vida en los brazos de la Madre; la que sintió el primer aliento, recoge ahora el último
suspiro. ¡Todo se ha cumplido! Señor Jesús, abro mis brazos para acogerte, como María. Al tocar
tu cuerpo muerto, tu amor me recorre por dentro, tu vida vence mi pecado. ¡Gracias, Señor,
porque es eterna tu misericordia!

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DÉCIMO CUARTA ESTACIÓN: JESÚS ES PUESTO EN EL SEPULCRO


Guía:
Desde la FE, convencidos de que ningún sepulcro puede retener el grito imparable de la
vida, porque “la muerte no es el final de la vida”, Con la Resurrección de Jesús, todos
resucitaremos para vivir más allá del monte de las lágrimas, donde gozaremos plenamente
de la presencia de Dios. Todo será: PAZ, ALEGRÍA, FELICIDAD, AMOR.

Lector:
Señor Jesús cerramos los ojos y nos ponemos confiadamente en tus manos. Tú eres el único
Dios, El único que no defraudas, que nos amas hasta dar la vida. Tú conoces nuestra pequeñez,
pero te decimos de corazón: que se haga en nosotros tu voluntad, tu proyecto de amor. Amén.

ORACIÓN FINAL
Guía:
Padre amado, hemos realizado el camino recorrido por Jesús; ayúdanos a valorarlo como
muestra de amor y entrega. Derrama sobre nosotros el Espíritu de la Verdad para que
nos enseñe a vivir la comunión y a ser testigos de la vida en el mundo. Que tu amor esté
siempre en nuestro corazón para contagiar a todos la alegría de sabernos hermanos. Que
mostremos este amor orando intensamente por todos, Amén.

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RETIRO DE SEMANA SANTA PARA ESTUDIANTES

MOTIVACIÓN
Guía:
En los días de Semana Santa dedicamos un tiempo a la oración personal y comunitaria. En
estos días muchas comunidades educativas tienen la posibilidad de reunirse, de encontrarse,
y por tanto es un momento adecuado donde cada curso puede orar y reflexionar juntos.
Procuremos entregar parte de una mañana para seguir cultivando los vínculos de amor y
fraternidad entre sus miembros.

Preparar algún lugar de la sala, para crear un ambiente de oración. Se puede colocar una
mesa con un Crucifijo, un cirio y una Biblia sobre ella.

LOS GESTOS:
Guía:
Es importante invitar a realizar algunos gestos de respeto y cariño, reconociendo el gran amor
de Dios por nosotros, como por ejemplo, “arrodillarse delante de la cruz por un momento”,
“besar la cruz”, “colocar las manos sobre la cruz, como pidiendo bendición” u otro.

DESARROLLO DEL RETIRO: (Profesor/a, Estudiante delegado de pastoral, estudiantes)


Profesor/a:
El educador invita al lugar donde han preparado para realizar la reflexión y les recuerda la
importancia de reunirse para orar juntos al Señor. Una vez ahí los invita a ponerse en la
presencia del Señor diciendo juntos: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.
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Estudiante delegado de pastoral:


Enciende el cirio y ánima a sus compañeros a realizar el gesto pre acordado ante la cruz que se
encuentra sobre la mesa. Posteriormente invita a rezar o el siguiente himno

HIMNO DEL OFRECIMIENTO DEL HIJO


Padre, Padre, Padre me pongo en tus manos.
Haz de mí lo que quieras, sea lo que sea, te doy las gracias,
lo acepto todo con tal que tu Voluntad se cumpla en mí y en todas tus criaturas.

No deseo nada más, Padre; no deseo nada más.


Yo te ofrezco mi alma y te la doy con todo el amor de que soy capaz, porque deseo darme, ponerme
en tus manos, sin medida con infinita confianza, porque Tú eres mi Padre.

Uno de los estudiantes invita a reflexionar la siguiente pregunta:


¿Qué es para ti, ponerse en manos del Señor?, luego de un momento de silencio se invita a
compartir lo reflexionado.

Estudiante: Realiza la lectura de la Palabra de Dios Filipenses 2, 1-11


Si de algo vale una advertencia hecha en nombre de Cristo, si de algo sirve una exhortación nacida
del amor, si vivimos unidos en el Espíritu, si ustedes tienen un corazón compasivo, llénense de
alegría teniendo unos mismos sentimientos, compartiendo un mismo amor, viviendo en armonía
y sintiendo lo mismo. No hagan nada por rivalidad o vanagloria; sean, por el contrario, humildes
y consideren a los demás por superiores a ustedes mismos. Que no busque cada uno su propio

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interés, sino el de los demás. Tengan, pues, los sentimientos que corresponden a quienes están
unidos a Cristo Jesús.

El cual, siendo de condición divina, no considero codiciable el ser igual a Dios. Al contrario, se
despojó de su grandeza, tomó la condición de esclavo y se hizo semejante a los hombres. Y en su
condición de hombre, se humilló a sí mismo haciéndose obediente hasta la muerte, y una muerte
de cruz.

Por eso Dios lo exaltó y le dio el nombre que está por encima de todo nombre, para que ante el
nombre de Jesús se doble toda rodilla en los cielos, en la tierra y en los abismos, y toda lengua
proclame que Jesucristo es el señor, para gloria de Dios Padre”.

Profesor/a:
Invita a los estudiantes a dejar resonar en el corazón la Palabra proclamada, escogiendo alguna
frase que más les llame la atención y que les interpele. Luego de un momento expresamos,
libremente y con sencillez, la palabra o frase que resonó significativamente en nuestro interior.

Delegado Pastoral:
Una vez terminada la lectura, invita al compartir la reflexión orando en voz alta la siguiente
oración:

Desde mi realidad. Mi vida está llena de luces y de sombras, acerca de mi pedestal de mi sitio
en la sociedad. ¿Quién soy? ¿Qué lugar me corresponde, en la sociedad? ¿Qué puesto de
importancia me corresponde en el lugar de trabajo, entre mis amistades?

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El Señor Jesucristo, Nuestro Maestro y Señor, se abaja. Desciende, hasta colocarse en el nivel
del más pequeño. Renuncia a la categoría que le era propia por ser Hijo de Dios. Jesús, no hizo
alarde de su condición. Llegó a ser “como uno de tantos”. Se hizo servidor entre los servidores.

¿Qué caminos nuevos de servicio me llama a recorrer?

Me pides un corazón nuevo, un corazón de carne, que sea compasivo y lleno de ternura. Un
corazón que sea sencillo ante las necesidades de nuestros hermanos, especialmente de
los más pobres y humildes. Un corazón que nos lleve a encontrarnos contigo, a descubrirte
preferentemente en el rostro y en el dolor de tantos hermanos que hoy necesitan de nosotros.
Ayúdanos a tener los mismos sentimientos tuyos y buscar siempre realizar tu Voluntad asistidos
por el Espíritu Santo.

(Se puede colocar una música suave que permita la oración personal durante unos minutos, de
acuerdo a la estructura familiar, si hay niños el tiempo es más breve, de lo contrario puede ser más
prolongado)

Profesor/a:
Luego del momento de silencio los invita a poner en común nuestras oraciones, expresadas en
alabanzas, agradecimientos, peticiones o repitiendo un versículo de los textos leídos.

1. Pidamos al Señor por nuestra familia, para que siga acompañándonos y fortaleciendo nuestro
amor y compromiso con los que menos tienen. Roguemos al Señor

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Una vez que han terminado de realizar las peticiones el profesor invita a tomarse de las manos
y juntos rezar el Padre nuestro.

Estudiante:
Un modelo de fidelidad, servicio y entrega la Señor, fue María su Madre, pidámosle a ella, que
nos acompañe y nos ayude en nuestro camino de ser buenos discípulos de hijo Jesucristo. La
saludamos con el mismo saludo realizado por el ángel Gabriel: Dios te salve María, llena eres de
gracia…

Profesor/a:
Bendición final, los invito a ponerse frente al altar para recibir la bendición del Señor: Que Dios,
que siempre nos guarda y mantiene en su amor, nos bendiga a todos,
Él que es Padre, Hijo y Espíritu Santo, Amén.

Se puede finalizar con un canto y con un saludo de paz.

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RETIRO DE SEMANA SANTA / PARA EDUCADORES

AMBIENTACIÓN
Se sugiere reunirse en alguna de las salas más adecuadas de la comunidad educativa. Asimismo,
disponer de lugares donde los participantes puedan ubicarse tranquilamente para la reflexión
personal.

Procurar un clima de silencio y reflexión motivando con un ejercicio de respiración para


lograr el silencio exterior e interior.

Invitar a hacer el ejercicio para disponerse a vivir el momento viene a continuación de modo
que pueda ser fructífero, expresando que el ejercicio consistirá en hacer una respiración
diafragmática.

Explicar qué es y qué se obtiene:


- Es una respiración esencial ya que el diafragma es considerado como nuestro segundo
corazón.
- En el primer momento de inspiración, el abdomen se hincha. El suave descenso del
diafragma ocasiona un masaje constante y eficaz en toda la masa abdominal. Poco a poco
toda la parte baja de los pulmones se llena de aire.
- La inspiración debe ser lenta y silenciosa. Si no nos escuchamos respirar, la respiración
tendrá la lentitud deseada. Si nos escuchamos significará que estamos inspirando
demasiado rápido.

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Arzobispado de Santiago

- En un segundo momento, al exhalar o espirar, los pulmones se vacían y ocupan un lugar


muy restringido. Es importante vaciar al máximo los pulmones y expulsar suavemente
la mayor cantidad posible de aire. Después de haber vaciado a fondo los pulmones, la
respiración exige ponerse en marcha otra vez. El vientre se relaja y comienza el proceso
de nuevo. Durante el mismo es esencial inspirar y espirar por la nariz y mantener la
musculatura abdominal relajada.
- Una respiración eficaz, hace fluir los sentimientos, unifica el cuerpo y hace aumentar la
satisfacción y calidad de vida. Es recomendable para bajar la ansiedad cuando asaltan
ideas a la mente que oprimen el corazón.

Sigan las indicaciones por favor:


- Pongan sus manos sobre el abdomen, “la guatita”, esta deberá irse inflando de a poco de
acuerdo a la respiración.
- Pongamos toda nuestra atención en nuestra respiración.
- Tomemos aire por la nariz, en 8 o tiempos contados lentamente, lo mantenemos por otros
8 tiempos y luego lo exhalamos en 8 tiempos. Lo hacemos 3 veces.
- Lo haremos por 3 veces más, pero ahora añadiremos lo siguiente: al inspirar pensemos que
nos estamos llenando de Dios y al exhalar que botamos todo aquello que nos aleja de Él.
Sigamos…inspiremos…

Presentar la propuesta de oración- reflexión.

Proyectar el PPT.  AL CRISTO DE LA BUENA MUERTE 2017.ppsx

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Subsidio Semana Santa

Al término de la proyección, entregar fotocopiado por separado, el poema y las indicaciones


para la reflexión y oración personal.

Posteriormente compartir en grupos de 2 o 3 personas el producto de la reflexión y oración.

Finalmente, reunirse en asamblea para celebrar una liturgia o la Eucaristía.

MOTIVACIÓN DE INICIO
Les pedimos mantener el clima de silencio conseguido con el ejercicio de respiración. La
propuesta para este año que nos ayudará a vivir el Triduo Pascual, está basada en un hermoso
poema inspirado en la figura tallada del cuerpo de Jesús, después de ser bajado de la cruz.

Proyectaremos un PPT, que muestra en primer lugar una breve reseña de la escultura del Cristo
de Mena y luego el tema de la reflexión- oración, el poema Al Cristo de la Buena Muerte, de José
María Pemán.

Al término de la proyección, entregaremos fotocopiado por separado, el poema y las indicaciones


para orientar el momento de reflexión y oración personal para lo que dispondrán de 20 a 30
minutos. Solicitamos respetar el silencio del otro sin interrumpirle.
Al cumplirse ese tiempo, es importante compartir con 2 o 3 personas el producto de la reflexión
y oración, en un don gratuito de aportar al otro con el propio testimonio.

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Arzobispado de Santiago

Finalmente, nos reuniremos en asamblea a celebrar una (Liturgia o la Eucaristía) para ofrecer los
frutos recogidos en la reflexión personal y grupal.

El Triduo Pascual es el periodo de tiempo en el que la liturgia católica conmemora la Pasión,


muerte y Resurrección de Jesús, constituyendo el momento central de la Semana Santa y del
año litúrgico.

Oración:

Señor Jesucristo, Camino, Verdad y Vida,


rostro humano de Dios y rostro divino del hombre,
enciende en nuestros corazones
el amor al Padre que está en el cielo
y la alegría de ser cristianos.

Danos siempre el fuego de tu Santo Espíritu,


que ilumine nuestras mentes y despierte en nosotros
el deseo de contemplarte, el amor a los hermanos,
sobre todo a los afligidos, y el ardor por anunciarte.

Amén.

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Subsidio Semana Santa

MOMENTO PERSONAL DE REFLEXIÓN Y ORACIÓN

Pauta de trabajo personal: El Cristo de Mena

Indicaciones:

1. Crea un ambiente propicio para reflexionar y orar. Preocúpate del zona que elijas, de la luz,
de donde te sientas y del silencio, para que el lugar te ayude a dialogar en calma con Dios

2. Respira profundamente varias veces y relájate.

3. Ponte de presencia del Padre del Cristo. Si te preocupa algo déjalo en las manos del Señor,
encárgaselo y confía. Regálate este momento para estar a solas con Él, lentamente haz la
señal de la Cruz… si lo necesitas hazlo más de una vez.

4. Contáctate con tu interior. ¿Qué sientes? Reconoce las emociones que están en tu corazón.
¿Qué ocupa tu mente? ¿Hay algo ahí que el video provocó? ¿Qué es?..

5. Busca una oración que te ayude a ponerte en presencia del Señor y pídele que todo lo que
hagas en este momento sea para conocerlo mejor y servirlo.

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Arzobispado de Santiago

6. Lee el poema lentamente, detente en las frases que despiertan algún sentimiento en ti y ahí
te quedas cuanto sea necesario… continúa hasta detenerte nuevamente. No es importante
que lo leas todo, lo verdaderamente fundamental es que te quedes “masticando” lo que hace
eco en tu corazón.

7. Conversa con el Señor como se habla con un amigo, eso es orar. Ábrele tu corazón, también
haz silencio interior para escuchar qué te quiere decir a ti.

8. Termina examinando qué ocurrió en el momento de reflexión-oración.


¿Cómo te sientes? ¿Qué texto o idea te marcó más? ¿Tuviste dificultades para orar? ¿Qué
sucedió? ¿Con qué te quedas? ¿Qué puedes concluir?

9. Busca algunas una o dos personas para compartir tu experiencia.

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Subsidio Semana Santa

POEMA AL CRISTO DE LA BUENA MUERTE

Cristo de la Buena Muerte, Fue que ese rostro, Señor,


el de la faz amorosa, y esa ternura al tallarte,
tronchada como una rosa, y esa expresión de dolor,
sobre el blanco cuerpo inerte más que milagros del arte,
que en el madero reposa. fueron milagros de amor.
¿Quién pudo de tal manera
darte esta noble y severa Fue, en fin, que ya no pudieron
majestad llena de calma? sus manos llegar a tanto,
y desmayadas cayeron...
No fue una mano: fue un alma ¡y los ángeles te hicieron
la que talló tu madera. con sus manos, mientras tanto!
Fue, Señor, que el que tallaba
tu figura, con tal celo Por eso a tus pies postrado;
y con tal ansia te amaba, por tus dolores herido
que, a fuerza de amor, llevaba de un dolor desconsolado;
dentro del alma el modelo. ante tu imagen vencido
y ante tu Cruz humillado,
Fue, que, al tallarte, sentía siento unas ansias fogosas
un ansia tan verdadera, de abrazarte y bendecirte,
que en arrobos le sumía y ante tus plantas piadosas,
y cuajaba en la madera quiero decirte mil cosas
lo que en arrobos veía. que no se cómo decirte...

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Arzobispado de Santiago

¡Frente que, herida de amor, Quiero, Señor, en tu encanto


te rindes de sufrimientos tener mis sentidos presos,
sobre el pecho del Señor y, unido a tu cuerpo santo,
como los lirios que, en flor, mojar tu rostro con llanto,
tronchan, al paso, los vientos! secar tu llanto con besos.

Brazos rígidos y yertos, Quiero, en santo desvarío,


por tres garfios traspasados besando tu rostro frío,
que aquí estáis; por mis pecados besando tu cuerpo inerte,
para recibirme, abiertos, llamarte mil veces mío...
para esperarme, clavados. ¡Cristo de la Buena Muerte!

¡Cuerpo llagado de amores! Y Tú, Rey de las bondades,


yo te adoro y yo te sigo; que mueres por tu bondad
yo, Señor de los señores, muéstrame con claridad
quiero compartir tus dolores la Verdad de las verdades
subiendo a la cruz contigo. que es sobre toda verdad.

Quiero en la vida seguirte, Que mi alma, en Ti prisionera


y por sus caminos irte vaya fuera de su centro
alabando y bendiciendo, por la vida bullanguera;
y bendecirte sufriendo, que no le lleguen adentro
y muriendo bendecirte. las algazaras de fuera;

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Subsidio Semana Santa

Que no ame la poquedad Señor, aunque no merezco


de cosas que, van y vienen; que tu escuches mi quejido;
que adore la austeridad por la muerte que has sufrido,
de estos sentires que tienen escucha lo que te ofrezco
sabores de eternidad; y escucha lo que te pido:

Que no turbe mi conciencia A ofrecerte, Señor, vengo


la opinión del mundo necio; mi ser, mi vida, mi amor,
que aprenda, Señor, la ciencia mi alegría, mi dolor;
de ver con indiferencia cuanto puedo y cuanto tengo;
la adulación y el desprecio; cuanto me has dado, Señor.
Y a cambio de esta alma llena
Que sienta una dulce herida de amor que vengo a ofrecerte,
de ansia de amor desmedida; dame una vida serena
que ame tu Ciencia y tu Luz; y una muerte santa y buena.
que vaya, en fin, por la vida ¡Cristo de la Buena Muerte!
como Tú estás en la Cruz:
de sangre los pies cubiertos,
llagadas de amor las manos,
los ojos al mundo muertos,
y los dos brazos abiertos
para todos mis hermanos. José María Pemán

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Arzobispado de Santiago

PARA LLEVAR A CASA…

Cristo de la buena muerte


Mena, un imaginero ¡Ese realismo, te asusta!
Cogió la gubia en su mano, Y el corazón se te encoge,
Y fue a buscar un madero. ¡tanto dolor en un cuerpo!
¡Yo no sé, que es lo que vio Sus músculos y tendones
Mena dentro del madero! Desgarrados por los hombres.
Pues su mano deslizo la gubia ¡tan suavemente!...
Que, una cara allí esculpió y una delicada frente, ¡Que maldad del ser humano!,
El, con un Cristo soñaba, cuando vienen a ayudarnos,
¿con que moneda pagamos?,
¡y lo esculpió cual pensaba!
solo con desprecio y odio
Un cuerpo bello y doliente,
y la envidia...¡no digamos!
Y que de una cruz colgara,
Pues todo se basa en eso.
Por la maldad de la gente. ¡Yo soy más que mis hermanos!
¡Tal vez, ese Cristo estaba Ese Cristo que salió,
escondido en el madero, De las manos y la gubia,
y su mano con la gubia, En Málaga se quedo,
lo sacara de su encierro. Y la Málaga cantaora,
Es, que si miras al Cristo, La que le reza y le llora,
No entiendes que un ser humano... Orgullosa ella se siente
Pueda plasmar el dolor De tener tan gran tesoro...
De un Cristo crucificado. Cristo de la buena Muerte.
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Subsidio Semana Santa

El, cuando sale a la calle


Y la Legión lo pasea...
La calle se tambalea...
Es el dolor reprimido
Al ver ese cuerpo inerte
De ese hombre tan divino,
¡Cristo de la Buena Muerte!

(Antología Fondaesperanza)

Fuentes:
http://www.donbosco.org.ar/recursos_tematica.php?categoria=28
http://www.comentario_al_evangelio_dominical_jesuita_juan_bytton/1216612
http://www.javerianacali.edu.co/reflexiones-de-semana-santa#sthash.HTsCxenm.dpuf
http://www.caminodeemaus.net/espiritualidad/via-crucis-de-la-cruz-de-los-jovenes/

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