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Docente: Carlos Dayro Botero

Estudiante: Rubén Darío Trejos Galvis


Sociología y Antropología de la Religión
Escrito sobre la hoja de coca y su importancia
en la no estructuración de sus procesos místicos
a través de la mentalidad occidental

Las tradiciones ancestrales están constituidas por una serie de herramientas espirituales y
materiales, espirituales desde sus rituales y percepciones entre otras, rituales que en gran medida
expresan una cosmovisión, una cosmología de su realidad, una forma observada y vivida de su
realidad de acuerdo a sus costumbres. Lo material desde sus artefactos religiosos y ordinarios,
tales como, el cepo, bastón de poder, etc. Por nombrar algunos, los cuales les ayudan a
estructurar de manera más completa y respetuosa sus procesos de interacción social a través del
tiempo y el espacio de sus contextos propios, conceptos que difieren sustancialmente de la
concepción occidental que de ellos ejerce tales conceptos, interacción que forja los lazos
familiares y comunitarios que les permiten crear su propia identidad.

Hay elementos propios, autóctonos, nacidos de ellos y para ellos, elementos físicos que
desempeñan una profundidad religiosa, mística de su humanidad; tal es el caso de la hoja de coca
en las comunidades indígenas de la región andina de Suramérica. Es en este elemento botánico,
material y terrestre donde podemos evidenciar lo materialmente físico y lo espiritual. La hoja de
coca representa para estas comunidades el eje central de sus variados y originales ejercicios y
rituales religiosos, un eje fundamental en sus costumbres de vida, en su educación, etc. Que hacen
atractivo e interesante su perspectiva y vivencia diaria a partir de la hoja de coca. Es por ello que la
hoja de coca a aparte de guardar propiedades nutricionales muy completas, guarda y expresa (a
quienes la toman con el debido respeto) cualidades que les permite resarcir al hombre de sus
problemáticas de orden externo e interno. Sus propiedades han sido permeadas por perspectivas
y metas demasiado variadas, van desde la producción de alucinógenos, hasta la generación de
medicinas para el cuerpo humano; desafortunadamente en aquel trasegar histórico y maleable del
hombre occidental, éste le ha dado un mal y pésimo uso, se ha extraviado y ha hecho extraviar
totalmente la esencia comunitaria y mística de las comunidades indígenas a partir de su mal uso
con la hoja de coca.

¿De qué manera el hombre occidental puede percibir los rituales indígenas a base de la hoja de
coca?, o encerremos un poco más el cuestionamiento planteando la gran importancia que le dan
los occidentales a los procesos místicos de la hoja de coca por parte de las comunidades indígenas,
¿Por qué distorsionan su significado y sentido original para beneficios excluyentes?

Son cuestionamientos complejos, sus respuestas o posibles respuestas desde el acercamiento nos
pueden conducir a la especulación, para ello tratare de remitirme a la experiencias observadas y
que probablemente podamos describir para realizar el acercamiento, el cual nos ayudará a dejar
las puertas abiertas a la reflexión. Con la llegada de la modernidad al destino del hombre,
entendida ésta como el proceso de desarrollo intelectual desde métodos científicos, avance en la
estructuración de teorías, y por ende de pensamiento, aquel hombre que se vio abocado a
esquematizar cualquier proceso o acción a estructuras intelectuales y teóricas, reduciendo las más
variadas y diversas concepciones a un conjunto de reglas y normas que pretender dar forma al
conocimiento; esta reducción de las perspectivas por un mal cálculo e irrespeto por parte de
estructuras occidentales a vivencias místicas indígenas, suponen un pequeño y diminuto punto de
vista de la gran comprensión que puede ofrecer la ciencia como tal. La reducción y extremismo
occidental ha generado una visión un poco burlesca de los procesos rituales y de los estilos de vida
de las comunidades indígenas. Burlas que menosprecian, socavan y destajan la cultura y la
dignidad de las comunidades indígenas, afirmando como falacia todo aquello que ellos practican,
viven y sienten como algo real y que le dan un sentido, no solo humano, sino también supra
humano, tomando precisamente estas formas de vida religiosa, estas formas de vida mística,
como algo descabellado, una locura en los procesos que ejercen a través de la hoja de coca los
rituales y normas y estilos de vida en su contexto comunitario, pero ante ello planteamos una
objeción crítica hacia su reducida visión occidental preguntando lo siguiente: ¿No es más
descabellado destruir la existencia humana a través de un mal uso de esta planta botánica y
mastica?, ¿Cómo podríamos llamar a sus procesos de elaboración de alucinógenos con base a esta
planta medicinal y ancestral, sino un claro ritual de genocidio y exterminio lento de la vida
humana?. Es claro que las críticas que la mentalidad moderna occidental lanza hacia éstas
comunidades indígenas y hacia sus tradiciones ancestrales de la hoja de coca, radica en una
proyección contradictoria de sus acciones de réplica de algo que no han podido comprender, de
saber tanto que no saben nada y por lo tanto no comprenden.

Las costumbres algo descritas y mucho no, pretenden dar a expresar un llamado de atención ante
las herramientas y procesos que se implementan para estudiar y explicar caminos que han estado
mucho antes del advenimiento de la modernidad en el mundo, y aún más en esta parte de del
continente americano. Herramientas y procesos que estigmatizan los estilos de vida y distorsionan
con un margen abismal el sentido original de éstos, extrapolando y sublimando lo realmente
importante y perdiendo el control de aquello que extrapolaron y sublimaron, reflejado en las
humillaciones hacia éstas comunidades por un lado, y atentando contra la demás población
occidental por su mal manejo y haciendo chivos expiatorios a aquellas comunidades por otro lado.
La reflexión hasta el momento seria la siguiente: ¿Hasta qué punto el hombre moderno occidental
será capaz de aceptar que no puede controlar todo aquello que se le presenta?, ¿Hasta dónde su
razón y su lógica se detendrá ante sus propios límites de compresión y reconocimiento para no
resquebrajarse uno a otro y lavarse las manos diciendo que no existe, o no es real y por lo tanto es
descabellado?

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