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Los aceros microaleados, que contienen típicamente titanio y/o niobio y/o vanadio, en

cantidades generalmente por debajo del 0,1%, son conocidos y empleados desde hace varias
décadas. Sus propiedades mecánicas son más elevadas que las correspondientes a aceros al
carbono equivalentes (del mismo contenido de carbono). El endurecimiento por la
precipitación de carbonitruros es responsable por este incremento en las propiedades. A
medida que los precipitados formados son más pequeños, mayor es el endurecimiento
experimentado.

Por ejemplo, un estudio de JFE Steel se centra en la obtención de aceros laminados en caliente
de alta resistencia para suspensiones automotrices, con el objetivo de disminuir el peso. Para
conformarlos se necesita una alta capacidad de estiramiento. Es ideal tener una estructura
ferrítica sin presencia de perlita ni de cementita de cierto tamaño, y obtener la alta resistencia
mediante el endurecimiento por precipitación de finos carburos. Para esto se diseñó un acero
de 0,04% C, 1,5% Mn y 0,30% Mo y se verificó el efecto de contenidos variables de titanio.

Se obtuvieron carburos alineados muy finos, de 3 µm (FIGURA 4). El aporte del endurecimiento
por precipitación de los nanocarburos se calculó en 300 MPa, de dos a cuatro veces el
aportado por precipitación de carburos en los aceros microaleados convencionales. El
resultado en cuanto a capacidad de estiramiento, que se atribuyó al excelente alargamiento
local, fue muy bueno. El grado de acero se implementó industrialmente con la denominación
comercial NanoHiTen [

un trabajo de la Universidad de Alberta sobre chapa de acero laminado en caliente API X100
para tubos soldados, proveniente de SSAB Canadá. Sobre este acero, aleado con molibdeno y
cobre, y microaleado con titanio, niobio y vanadio, se buscó caracterizar los nanoprecipitados.
La compleja composición y la distribución de tamaños hizo difícil la cuantificación,
particularmente de los precipitados más pequeños. Se separaron los precipitados mediante
disolución química y electrolítica y se analizaron mediante microscopía electrónica de
trasmisión y de barrido y difracción de rayos X.

Una forma de facilitar la obtención de nanoprecipitados es el enfriamiento ultrarrápido de la


chapa antes del bobinado. Se ha estudiado por ejemplo a escala laboratorio el efecto de un
enfriamiento a 80°C/s, sobre la formación de nanoprecipitados en aceros de bajo carbono
microaleados con titanio, niobio y vanadio [18].

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