Está en la página 1de 4

CONFERENCIA INTERNACIONAL SOBRE ATENCIÓN PRIMARIA DE SALUD DE ALMÁ-ATÁ

SEGÚN LA OMS

Hace 30 años, la Declaración de Alma-Ata definió la atención primaria de salud como un


conjunto de valores rectores para el desarrollo sanitario, un conjunto de principios para la
organización de servicios de salud y una variedad de criterios para abordar las necesidades
sanitarias prioritarias y los determinantes fundamentales de la salud.
Esta ambición, que lanzó el movimiento de salud para todos, resultaba atrevida. Suponía que
una política clara y novedosa podría incrementar el nivel de salud de las poblaciones
desfavorecidas y, de ese modo, conducir al desarrollo general. La Declaración amplió el modelo
médico para incluir factores sociales y económicos, y reconoció que las actividades de
numerosos sectores, incluidas las organizaciones de la sociedad civil, determinaban las
perspectivas de mejorar la salud. Los objetivos generales eran la equidad en el acceso a la
atención, y la eficacia en la prestación de los servicios.
Con especial referencia a la adhesión local, la atención primaria de salud aceptaba la
resistencia e inventiva del espíritu humano y daba cabida a soluciones creadas por las
comunidades y que contaban con la adhesión y el apoyo de ellas. Ante todo, la atención
primaria de salud ofrecía una forma de organizar toda la atención de salud, desde los hogares
hasta los hospitales, en la que la prevención era tan importante como la curación y en la que se
invertían recursos de modo racional en los distintos niveles de atención.
Este enfoque se malinterpretó casi de inmediato. Era un ataque radical contra el cuerpo médico.
Una utopía. Se confundió con centrarse exclusivamente en el primer nivel de atención. A
algunos defensores de la propuesta de desarrollo les parecía barata: escasa atención para los
pobres, una solución de segunda clase para los países en desarrollo.
Tampoco hubiera podido prever el más clarividente pensador, en 1978, los acontecimientos
mundiales que se avecinaban: una crisis del petróleo, una recesión mundial y la introducción,
por parte de los bancos de desarrollo, de programas de ajuste estructural que retiraban los
presupuestos nacionales de los servicios sociales, incluida la salud. A medida que disminuían
los recursos para la salud, los enfoques selectivos en los que se empleaban paquetes de
intervenciones ganaron aceptación con respecto al objetivo previsto de reconfigurar
fundamentalmente la atención de salud. La aparición del VIH/SIDA, la reaparición asociada de
la tuberculosis y un aumento de los casos de paludismo desplazaron la atención de la salud
pública internacional fuera de los programas de base amplia y hacia la gestión urgente de las
situaciones de emergencia de alta mortalidad.
En 1994, un examen de la OMS de los cambios ocurridos en el ámbito sanitario a nivel mundial
desde Alma-Ata concluyó con las sombrías perspectivas de que no se cumpliría el objetivo de
salud para todos para el año 2000.
¿Qué se puede extraer de la experiencia de un movimiento que no consiguió alcanzar su
objetivo? Aparentemente, bastante. Actualmente, la atención primaria de salud ya no se
malinterpreta tan profundamente. De hecho, diversas tendencias y acontecimientos han
aclarado su importancia de una manera que no se podría haber imaginado hace 30 años. La
atención primaria de salud parece cada vez más una manera inteligente de enderezar el
desarrollo sanitario.
La Declaración del Milenio y sus Objetivos de Desarrollo infundieron nueva vida a los valores de
equidad y justicia social, esta vez con vistas a lograr que los beneficios de la globalización se
distribuyan de forma más uniforme entre los países. La epidemia del SIDA reflejó la importancia
de la equidad y el acceso universal de forma sustancial. Con la aparición de la terapia
antirretrovírica, la capacidad de acceder a medicamentos y servicios se convirtió en el
equivalente a la capacidad de sobrevivir para muchos millones de personas.
El atoramiento de los progresos hacia los Objetivos de Desarrollo del Milenio relacionados con
la salud obligó a examinar detenidamente los resultados de décadas de falta de inversión en
infraestructuras, servicios y personal de salud fundamentales. Hemos sido testigos de que las
vigorosas intervenciones y el dinero para adquirirlas no permitirán obtener mejores resultados
sanitarios en ausencia de sistemas eficaces para su ejecución.
El aumento de las enfermedades crónicas ha destapado nuevos problemas: la carga de la
atención a largo plazo sobre los sistemas y presupuestos de salud, los costos que colocan a los
hogares por debajo del umbral de la pobreza y la necesidad de prevención en una situación en
la que la mayoría de los factores de riesgo escapa al control directo del sector de la salud.4 En
otras palabras: justicia, eficacia y acción multisectorial.
En agosto de 2008, la Comisión sobre Determinantes Sociales de la Salud publicó su informe
final.5 Sus argumentos son un llamamiento enérgico para que se preste gran atención a la
salud en todas las políticas gubernamentales y en todos los sectores. Las lagunas existentes en
los resultados sanitarios no son cosa del destino: son indicadores de fallas en las políticas.
Como era previsible, el informe defiende la atención primaria de salud como un modelo para un
sistema de salud que actúa sobre las causas sociales, económicas y políticas subyacentes de
la mala salud.
En octubre de 2008, la OMS publicará su Informe sobre la salud en el mundo relativo a la
atención primaria de salud. Previsto para conmemorar el aniversario de Alma-Ata, el informe
ofrece orientación práctica y técnica para las reformas que pueden equipar los sistemas de
salud de manera que afronten los problemas de salud de complejidad sin precedentes. Aunque
el informe no pretende lanzar otro movimiento social, sí se pide a los dirigentes políticos que
presten gran atención a las expectativas sociales, cada vez mayores, respecto de la atención
de salud: una atención que sea justa, así como eficaz, y en la que se integren muchos de los
valores establecidos con tanta brillantez hace 30 años.

________________________________________________________________________________

La Declaración de Alma-Ata posee un total de diez puntos no vinculantes para los estados
miembros, en los cuales se busca dar la base para la construcción de un nuevo sistema de salud
que permita el ejercicio pleno del derecho a la salud.

Los diez puntos de la declaración son:

Definición de salud I

La Conferencia reafirma tajantemente la salud como aquel estado de total bienestar físico, social y
mental, y no simplemente la falta de enfermedades o malestares, siendo un derecho humano
fundamental y convirtiendo a la búsqueda del máximo nivel posible de salud en la meta social más
importante a nivel mundial, cuya realización requiere de la participación de otros sectores sociales
y económicos en adición al sector salud.
Equidad II

La existencia de una gran desigualdad en la calidad de la salud de las personas, entre países
desarrollados y subdesarrollados, así como a lo interno de los mismos países, es política, social y
económicamente inaceptable y es, por lo tanto, una preocupación común de todos los países y no
solamente de los países en vía de desarrollo.

Salud como un asunto socioeconómico III

El desarrollo social y económico, basado en el Nuevo Orden Económico Internacional, es de


importancia básica para el logro cabal del libre acceso a la salud y de la reducción de la brecha
existente entre el nivel de salud de los países en vías de desarrollo y de los países desarrollados. La
promoción y protección de la salud es esencial para un desarrollo económico y social sustentable,
contribuyendo además a mejorar la calidad de vida, la reducción de la violencia y la obtención de
la paz mundial.

El acercamiento al derecho de la salud IV

Los individuos de una sociedad poseen el derecho y el deber de participar, tanto colectiva como
individualmente, en el planeamiento e implementación del cuidado de la salud en sus
comunidades.

Responsabilidad gubernamental V

Los entes gubernamentales tienen una responsabilidad para garantizar el cuidado de la salud de
sus individuos, la cual sólo puede ser obtenida mediante la disposición de medidas sociales y salud
adecuada a las necesidades de los pueblos. El objetivo principal de los distintos gobiernos, las
organizaciones internacionales y la comunidad internacional en las décadas posteriores a la
declaración debió ser alcanzar para el año 2000 un estado de salud que permitiera a las personas
tener una vida económica y socialmente productiva, siendo la APS, la clave para conseguir esta
meta de desarrollo dentro del espíritu de la justicia social.

Definición de atención primaria de salud VI

La atención primaria de Salud (APS), según Alma Ata, es la Asistencia Sanitaria basada en métodos
y tecnologías sencillas, científicamente fundamentadas y socialmente aceptables, que estén al
alcance de los individuos, familias y comunidad; a un coste aceptable por la comunidad y el país
para que pueda cubrir cada una de las etapas del desarrollo.

Componentes de la atención primaria de salud VII

Para la atención correcta de los principales problemas de salud, la atención primaria debe prestar
servicios de promoción, prevención, recuperación y rehabilitación, y por consiguiente:

incluye:

 La educación acerca de los problemas de salud y los métodos de como prevenirlos y


controlarlos.
 La promoción del suministro de alimentos y la nutrición apropiada.
 El desarrollo de una adecuada fuente de agua potable y de salubridad básica.
 El cuidado maternal e infantil, incluyendo la planificación familiar.
 La vacunación en contra de las más importantes enfermedades infecciosas.
 La prevención y control de enfermedades endémicas locales.
 El tratamiento apropiado de enfermedades comunes y lesiones.
 Proporcionar los medicamentos esenciales.

Implica, en adición al sector salud, todos los sectores relacionados con los aspectos del desarrollo
de los países y las comunidades, en particular los sectores de agricultura, cría de animales,
alimentación, industria, educación, vivienda, trabajos públicos, comunicaciones y otros;
demandando los esfuerzos coordinados de todos esos sectores.

Requiere y promueve el máximo de autoestima social e individual, y la participación en la


planeación, organización, operación y control de la atención primaria de salud, haciendo un uso
completo de los recursos locales y nacionales disponibles; para este fin se promocionará la
adecuada educación y aumento de la participación ciudadana.

Confía en los niveles locales y los trabajadores de la salud, incluyendo médicos, enfermeros,
parteros, médicos auxiliares y trabajadores comunitarios, unidos en un equipo bien entrenado
técnica y socialmente para responder a las necesidades de la comunidad.

VIII Todos los gobiernos deberían formular políticas nacionales, estrategias y planes de acción para
iniciar y sostener la atención primaria de salud como parte de un amplio sistema nacional de salud
y en coordinación con otros sectores. Para esto será necesario un ejercicio político que movilice
los recursos del país y use los recursos externos de forma racional.

IX Todos los países deberían colaborar en el espíritu de sociedad y servicio para asegurar la
atención primaria de salud para todas las personas del mundo tomando en cuenta que el logro de
la salud por persona en algún país directamente beneficiará a todos los demás países. En este
contexto la junta OMS/UNICEF informó que la atención primaria constituye una base sólida para el
desarrollo futuro alrededor del mundo.

X Un aceptable nivel de salud para todas las personas del mundo podía lograrse para el año 2000
si se extendía y mejoraba el uso de recursos a nivel mundial para la salud, en vez de ser utilizada
en la adquisición de armamentos y en los conflictos militares. Una política genuina de
independencia, paz y desarme podía y debía liberar recursos adicionales que bien podían ser
utilizados en la aceleración del desarrollo económico y social.

También podría gustarte