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propuestas para mejorar la eficiencia de los derechos, tomando en cuenta el desarrollo

sostenible y humano

Derecho a la salud:

 Desafíos para la salud pública y el desarrollo sostenible


Para modificar el statu quo. El desarrollo económico, social y del medio ambiente pueden tener
objetivos distintos y desarrollarse en distintas direcciones, mientras que el desarrollo sostenible
solo puede lograrse fijando objetivos y metas acordados con anterioridad, que movilicen
recursos y comprometan a las partes interesadas en acuerdos multisectoriales y multilaterales en
pos de un futuro común, "el futuro que queremos". Entre el 8 de febrero del 2012 y el 13 de
junio del 2012, la Organización Panamericana de la Salud realizó una serie de seminarios en los
que se trataron las cuestiones más importantes relacionadas con el desarrollo sostenible y la
salud. En esta serie de seminarios hacia Rio+20, realizados semanalmente, se presentaron los
datos probatorios necesarios para fundamentar algunas de las afirmaciones más importantes
relacionadas con la salud, que luego fueron aprobadas por los Estados Miembros en el
documento de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible. Se hizo
hincapié, por ejemplo, en que la reducción de los riesgos ambientales en el aire y el agua, y los
generados por los productos químicos, pueden prevenir hasta un cuarto de la carga mundial de
morbilidad general y que las políticas de promoción de las energías más limpias podrían reducir
a la mitad el número de defunciones en la niñez causadas por neumonías y disminuir
sustancialmente el número de personas que sufren neumopatías crónicas. Es preciso trascender
la retórica al referirse a “la salud en todas las políticas”, así como a “la salud para el desarrollo”
y “el desarrollo para la salud”, y convertir estas consignas en hechos.
1. La salud es un insumo importante para el desarrollo sostenible. Sin salud no hay
desarrollo sostenible; las personas sanas son más capaces de aprender, trabajar y contribuir de
manera positiva a sus economías y sociedades.
2. El desarrollo sostenible producirá más salud. El desarrollo más inteligente en sectores
como el transporte, la vivienda, la energía y la agricultura, puede generar más beneficios
colaterales a la salud y menos riesgos, en particular para las enfermedades no transmisibles
(ENT). Por ejemplo, las estrategias que promueven la actividad física pueden conducir a una
disminución de los factores de riesgo tales como la obesidad.
3. Pero sólo si la salud es un criterio clave para la selección de las políticas y planes de
desarrollo sostenible. Si bien existe la expectativa de que la salud se beneficiará de las
iniciativas de desarrollo sostenible, esto podría no suceder automáticamente. Las oportunidades
para “la salud en la economía verde” no han sido plenamente explotadas por los sectores de la
salud y del desarrollo. Es importante que la “economía verde” dé prioridad a las intervenciones
que promuevan la salud de la mayor cantidad posible de personas. Esto requiere que los riesgos
y beneficios de las estrategias de desarrollo sean explícitos y que el sector económico también
los tenga en cuenta.
4. El sector de la salud puede liderar este proceso. El sector de la salud puede generar
evidencia sobre qué políticas son buenas para la salud mediante la medición de las iniciativas de
desarrollo sostenible; también puede promover la adopción de las Evaluaciones del Impacto en
Salud (EIS)1 y ayudar a establecer objetivos, definir indicadores y monitorear cómo las
políticas aplicadas por otros sectores contribuyen a la salud. Además, el sector de la salud puede
dar el ejemplo al tornar “verdes” sus propias operaciones y actividades.
La salud y el desarrollo sostenible están estrechamente relacionados. No en vano,
garantizar una vida sana y promover el bienestar de todas las personas nos permitirá
construir sociedades prósperas, según la ONU.
El acceso a la salud y el bienestar es un derecho humano y, por ello, el Objetivo de Desarrollo
Sostenible (ODS) 3 de la Agenda 2030 pretende garantizar que todas las personas,
independientemente de su poder adquisitivo, puedan acceder a los más altos niveles de salud y
asistencia sanitaria. Sin embargo, a pesar de que en los últimos años se ha avanzado
significativamente en la mejora de la salud y el bienestar de las personas, la ONU advierte de
que todavía persisten desigualdades en el acceso a la asistencia sanitaria.
En las últimas décadas se ha avanzado significativamente en relación con el aumento de la
esperanza de vida y la reducción de algunas de las causas de muerte más comunes relacionadas
con la mortalidad infantil y materna, pero la ONU advierte de que si no se producen mayores
avances y cambios no seremos capaces de lograr el ODS 3.
Todavía hoy, muchas regiones alrededor del mundo se enfrentan a graves riesgos para la salud,
como las altas tasas de mortalidad materna y neonatal, la propagación de enfermedades
infecciosas y no transmisibles o una mala salud reproductiva. “Cada año mueren más de 6
millones de niños menores de 5 años, y solo la mitad de todas las mujeres de las regiones en
desarrollo tienen acceso a la asistencia sanitaria que necesitan. Por otro lado, epidemias como el
VIH/SIDA medran donde el miedo y la discriminación limitan la capacidad de las personas para
recibir los servicios que necesitan a fin de llevar una vida sana y productiva”, según la
organización. De esta manera, con un alto porcentaje de la población afectado por una salud
deficitaria y graves limitaciones para acceder a instalaciones sanitarias adecuadas, “el desarrollo
no puede ser adquirido ni mantenido”.
En este contexto, la ONU pide más iniciativas para lograr erradicar una amplia gama de
enfermedades y hacer frente a numerosas y variadas cuestiones persistentes y emergentes
relativas a la salud. “Si nos centramos en proporcionar una financiación más eficiente de los
sistemas de salud, mejorar el saneamiento y la higiene, aumentar el acceso a los servicios
médicos y proveer más consejos sobre cómo reducir la contaminación ambiental, lograremos
progresos significativos en ayudar a salvar las vidas de millones de personas”, señala.
Contexto general de los procesos de planificación en salud en Bolivia:
La Política de Salud Familiar Comunitaria Intercultural (SAFCI) aprobada en 2008, generó
cambios conceptuales en la gestión de la salud, siendo sus objetivos:
1) Contribuir a eliminar la exclusión social en salud.
2) Mejorar las condiciones de vida de la población.
En Bolivia con la promulgación del Código de Salud en 1978 se da inicio a una serie de planes
sobre políticas públicas en el sector, políticas que han ido evolucionando, flexibilizándose y
haciéndose cada vez más descentralizadas y participativas.
Actualmente, la salud está reconocida como un derecho en Bolivia. La Constitución Política del
Estado garantiza el acceso gratuito al servicio de salud para toda la población (Art.35 ‐37, CPE)
y obliga al Estado a hacerse responsable de efectivizar este derecho (Art. 36 ‐37, CPE).
Asimismo, el Estado también garantiza la participación de la población en la gestión de salud
(Art. 40, CPE), lo cual otorga a la población la posibilidad de participar en la determinación de
los problemas del servicio de salud y su resolución.
En la actualidad el Gobierno prepara la implementación del Sistema Único de Salud (SUS) que
tiene como objetivo lograr que todo el sistema público, incluida la seguridad social, funcione de
manera concertada, que tenga la misma calidad, las mismas prestaciones y permita el acceso de
todos los bolivianos a la atención médica gratuita.
La SAFCI, aprobada por el DS 29601 del 11 de junio de 2008, constituye el marco general del
funcionamiento del sistema nacional de salud, “se constituye en la nueva forma de sentir,
pensar, comprender y hacer la salud, que involucra, vincula y articula a los médicos académicos
y tradicionales con la persona, familia, comunidad y sus organizaciones en los ámbitos de
gestión y atención de la salud”.
El Sistema Nacional de Salud, definido como “el conjunto de entidades, instituciones y
organizaciones públicas y privadas que prestan servicios de salud bajo la regulación del MSD”,
establece tres niveles de atención:
• El primer nivel de atención, encargado de la promoción, prevención, consulta ambulatoria e
internación de tránsito, está conformado por los puestos de salud, centros de salud, policlínicas
y poli consultorios, medicina tradicional y brigadas móviles de salud.
• El segundo nivel de atención comprende la atención ambulatoria de mayor complejidad y la
internación hospitalaria en las especialidades básicas de medicina interna, cirugía, pediatría,
gineco‐obstetricia, anestesiología, con servicios complementarios de diagnóstico y tratamiento,
y opcionalmente traumatología.
• El tercer nivel de atención está constituido por la atención ambulatoria de especialidad, la
internación hospitalaria de especialidad y subespecialidad, los servicios complementarios de
diagnóstico y tratamiento de alta tecnología y complejidad; sus unidades operativas son los
hospitales generales e institutos u hospitales de especialidades.
• La Red de Salud Municipal está conformada por los establecimientos de primer y segundo
nivel de atención, que funciona bajo la responsabilidad del Coordinador de Red nombrado por
el respectivo DILOS. A partir de 2013 el Gobierno Municipal será responsable de la provisión y
administración de la infraestructura, equipamiento, suministros e insumos médicos del primer y
del segundo nivel de atención.
• La Red de Salud Departamental está conformada por las redes de salud municipales
y los establecimientos de salud del tercer nivel de atención del departamento. La
responsabilidad técnica de esta red recae sobre el Servicio Departamental de Salud, y la
responsabilidad administrativa sobre la Gobernación, responsable de la gestión de los recursos
humanos. A partir de 2013 la Gobernación será responsable de la provisión y
administración de la infraestructura, equipamiento, suministros e insumos médicos del tercer
nivel de atención.
• La Red Nacional de establecimientos de salud está conformada en total por los 3553
establecimientos de salud de Bolivia, que están estructurados en cinco subsectores: Público,
Seguridad Social, Instituciones privadas, Iglesia y ONGD. De éstos el 92% corresponde al
primer nivel de atención (“puestos de salud” y “centros de salud”), el 6,5% al segundo nivel (”
hospitales básicos”) y el 1,5% al tercer nivel (“hospitales generales” e “institutos
especializados”).

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