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BIOETICA Y

SALUD MENTAL
En este artículo, elaborado por la pre- conveniente. Así ocurre, por ejemplo,
sidenta y el vicepresidente del Comité de con los avances en ingeniería genética,
Etica Asistencial de Salud Mental de Ala- la priorización en transplantes o la es-
va, se analiza las implicaciones que la bio- terilización de personas con deficien-
ética tiene en el campo de la salud mental. cias.
Los autores repasan los orígenes del con-
cepto de bioética y analizan aspectos pro- -Cambios culturales. La relación tradi-
blemáticos tales como la intimidad, la re- cional había adquirido una nueva di-
presentación o la confidencialidad. Tales mensión en los centros hospitalarios
cuestiones, que en el campo de la aten- con estructura jerárquica y organizativa
ción psiquiátrica se configuran como cru- compleja. Esto propició el enunciado
ciales, son también de importancia funda- de los derechos de los/las usuarios/as,
mental en el campo de los servicios en los años 60. Hoy casi todos los Hos-
sociales, cuyos profesionales se enfrentan pitales cuentan con Carta o Declaración
a menudo a problemáticas similares. de Derechos de los Pacientes.
■ La universalización de la asistencia. El
La relación con el entorno es cada vez modelo económico de limitación de re-
más compleja, en todos los ámbitos, y los cursos plantea una paradoja: por un
avances tecnológicos hacen precisa una lado aumenta la demanda asistencial, y
reflexión ética, que no es otra cosa que la por otro los recursos son restringidos.
combinación de los valores y de los ha-
llazgos técnicos. En el mundo sanitario, la
toma de decisiones se ha complicado en
las últimas décadas debido a los siguien- 1. ¿QUE ES LA BIOETICA?
tes factores:
Según la Enciclopedia de Bioética, ésta
— Cambios en la relación sanitario-pa- se define como "el estudio sistemático de
ciente y en el propio concepto de salud. la conducta humana en el área de las cien-
Los y las pacientes y sus familiares tras cias de la vida y del cuidado de la salud, en
ser informados del procedimiento cuanto que dicha conducta es examinada
diagnóstico y las alternativas terapéuti- a la luz de los valores y de los principios
cas deben manifestar su aceptación o morales". No se trata de una ciencia nue-
rechazo, con lo que la relación se hace va, ya que la ética se ha desarrollado des-
más participativa. de la Grecia clásica. Sin embargo, en este
siglo, determinados hitos, a los que van li-
— Nuevas tecnologías. Implican una serie gados conflictos de valores, han confor-
de conflictos de valores al ampliarse las mando el resurgir de esta ciencia:
posibles aplicaciones tanto terapéuti-
cas como preventivas, y con ello el aba- — En 1948, la redacción del Código de Nu-
nico de decisiones para plantear si lo remberg, que regula la investigación
técnicamente posible es éticamente con sujetos humanos;
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— En 1972, la Primera Carta de derechos doles el mayor beneficio según sus pro-
de los pacientes de la Asociación Ame- pios deseos. Limita los riesgos y perjui-
ricana de Hospitales; cios que pueden surgir en el desarrollo de
la asistencia sanitaria. Según este princi-
— En 1976, la sentencia del caso Karen pio, en los adultos, no se permite ejercer
Ann Quilan donde se ponen los cimien- un beneficio sin tener en cuenta el con-
tos para la creación de los Comités de sentimiento y los deseos de la persona.
Etica; Quienes ejercen este principio son la fa-
— En 1978, el Informe Belmont que desa- milia, las asociaciones de usuarios y fami-
rrolla el concepto de Comité de Etica liares, los servicios sociales y los sanita-
Asistencial. rios.
— Acontecimientos como la reproducción Hasta este siglo, ambos principios ve-
asistida, la máquina del suicidio de Ke- nían a ser las dos caras de una misma mo-
vorkian, el genoma humano, la legisla- neda. El juramento hipocrático exigía a los
ción holandesa sobre eutanasia, entre médicos que buscaran el máximo benefi-
otros, han sido temas candentes a los cio del paciente y que le preservaran del
que los bioeticistas de renombre han daño. El médico y por extensión todos los
dedicado grandes estudios. sanitarios, en general, eran quienes sabí-
an lo que era bueno o malo para el
En España se ha recorrido un camino si- paciente, y eran por tanto quienes se con-
milar. La bioética ha participado en la dis- sideraban capacitados para tomar deci-
cusión y elaboración de regulaciones sobre siones de salud, aún en contra de la vo-
los derechos de los y las pacientes, el dere- luntad del paciente, de quien se esperaba
cho a la asistencia obligatoria y universal, que respondiera poniéndose en manos de
la regulación sobre trasplantes, o el infor- su médico y acatando las indicaciones te-
me Palacios que introducía los conceptos rapéuticas. Es lo que se conoce como re-
bioéticos en la reproducción asistida. lación paternalista-beneficente.
Fue obra del liberalismo independizar
2. FUNDAMENTACION ambos conceptos al introducir la autono-
mía del paciente. Así, es éste quien puede
En los Estados Unidos, a finales de los y debe decidir en materia de salud y quien
años 70 y de la mano de los grandes bioe- debe aclarar lo que considera su mayor
ticistas, surgen códigos morales que beneficio, como por ejemplo, su bienes-
enuncian sistemas de referencia y meto- tar, su calidad de vida, sus intereses o ne-
dologías. Unos son deontológicos, es de- cesidades en el área de la salud y enfer-
cir, focalizan en los principios éticos, y medad.
otros son consecuencialistas, por tanto El Principio de autonomía implica con-
únicamente consideran el alcance de tales siderar a todas las personas capaces de
decisiones. tomar decisiones respecto a la aceptación
El profesor Diego Gracia, de la Univer- o rechazo de todo aquello que afecta a su
sidad Complutense de Madrid, plantea un propia vida. En Sanidad se trata de acep-
sistema de referencia moral que se basa tar o rechazar las medidas diagnósticas,
en la premisa ética de la igualdad de todas terapéuticas y las alternativas entre las
las personas y que estas merecen igual opciones posibles en cada caso.
consideración y respeto, sin poder ser dis- El Principio de Justicia obliga a tratar a
criminados por ningún motivo. Los gran- todas las personas por igual y no discri-
des teóricos de la bioética en Estados Uni- minarlas bajo ningún concepto. Debe ser
dos, T. Beauchamp y J. Childress, son ejercido por los gestores públicos, los po-
reconocidos, fundamentalmente, por ha- líticos, los jueces y, en general, se trata de
ber establecido los cuatro grandes princi- un principio gestionado por el Estado, que
pios que, a su juicio, son asumibles porto- debe procurar la eficacia y la equidad en la
dos los seres racionales. distribución de recursos y servicios.
Por Principio de No Maleficencia se en- En la toma de decisiones que exige la
tiende "no dañar" a las personas. Se rela- relación asistencial, estos cuatro princi-
ciona con la buena práctica clínica ejerci- pios entran, a veces, en conflicto tanto en-
da por los profesionales de la salud. Su tre sí como con las consecuencias de los
incumplimiento está castigado por la ley. actos clínicos, por lo que se propone que
El Principio de Beneficencia obliga a deben ser dotados de una jerarquía. Así,
hacer el bien a otras personas, procurán- la No Maleficencia y la Justicia marcan los
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"mínimos éticos" exigibles siempre, in- principios y metodología antes expuestos
cluso por la ley, por lo que se les denomi- y propiciar la constitución de los CEA.
na de "primer nivel". Sin embargo, la Au-
tonomía y la Beneficencia, que tienen que El funcionamiento del CEA está regula-
ver sobre todo con los proyectos vitales do por Decreto 143/95 del Gobierno Vasco
de las personas tendrán que respetarse sobre "Creación y acreditación de los Co-
pero no podrán ser exigibles, por lo que mités de Etica Asistencial", que reglamen-
entrarían en el "segundo nivel". ta los objetivos, sistema organizativo,
multidisciplinariedad, carácter consultivo,
y señala las siguientes funciones:
3. COMITES DE ETICA ASISTENCIAL — Discusión, elaboración y promoción de
protocolos sobre problemas éticos que
El sistema sanitario se ha planteado la requieren un planteamiento homogé-
necesidad de crear comisiones que sean neo bien por su elevada frecuencia o
capaces de aportar criterios que ayuden a por sus características especiales. Los
la toma de decisiones cuando los valores protocolos elaborados por comités de
de los profesionales entran en conflicto ética más difundidos son los relativos a
con los de los pacientes y las pacientes y/o la transfusión sanguínea en testigos de
familiares. Así han nacido los Comités de Jehová, criterios de resucitación, crite-
Etica Asistencial (en adelante CEA). rios de donación de órganos, etc.
Los CEA surgen de la necesidad expe- — Consultas de casos clínicos individua-
rimentada por médicos, enfermeras y les de difícil decisión, a petición del fa-
otros profesionales de compartir decisio- cultativo responsable del caso o del
nes que afecten a los pacientes y que equipo de enfermería. Aplicándose el
comportan la contingencia de la incerti- análisis metodológico antes descrito,
dumbre tanto en los resultados de deter- concluyéndose con la redacción del in-
minadas intervenciones diagnósticas o de forme asesor.
tratamiento, como en la valoración de los — Función pedagógica dirigida tanto a la
riesgos y beneficios. formación de los miembros del CEA
Los CEA son comisiones asesoras como a la institución en general.
multidisciplinares capaces de asesorar en — Elaboración del reglamento de régi-
la resolución de los conflictos de valores men interno y las memorias de activi-
éticos que surgen en el desempeño de la dad como exige el decreto.
labor asistencial, pero no sustituyen la
responsabilidad del personal asistencial. Están excluidas como actividades del
Emplean una metodología que se resume CEA:
en cuatro fases:
— Intervención judicial directa. No partici-
— Conocimiento exhaustivo de los datos pa en denuncias por negligencia profe-
relativos al caso, recogiendo informa- sional.
ción de todas las fuentes posibles.
— Juicios sobre la ética de los profesiona-
— Determinación de los conflictos éticos, les, ya que son competencia de las co-
utilizando los cuatro principios enun- misiones deontológicas de los colegios
ciados anteriormente. profesionales.
— Elección del problema ético, discusión — Análisis de problemas socioeconómi-
grupal del mismo y enunciado de posi- cos, de personal, recursos o justicia so-
bles cursos de acción tomados por con- cial que surjan en su ámbito.
senso.
No debemos confundir los CEA con los
— Elaboración del informe asesor dirigido Comités Eticos de Investigación Clínica
a la persona o servicio que ha plantea- acreditados por el Ministerio de Sanidad
do la consulta. para la revisión de protocolos de investi-
gación y ensayos farmacológicos. Su ob-
. La implantación de los CEA en la CAV jetivo es controlar la calidad científica de
ha sido un proceso paulatino que se inició las investigaciones y proteger a las perso-
en 1992, tras detectar interés en el perso- nas que participan en los mismos, asegu-
nal asistencial en temas éticos. De este rando sus derechos.
proceso de formación surgió una centena
de profesionales con conocimientos bási- La diferencia entre los CEA y las comi-
cos en ética y legislación, con el encargo siones deontológicas de los colegios pro-
de difundir en su ámbito de trabajo los fesionales estriba en que estas últimas
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son uniprofesionales y tienen carácter eje- apoyo para la creación de una Comisión
cutivo, por lo que pueden imponer sus re- Promotora que ha estado reuniéndose du-
soluciones y sancionar a sus miembros en rante tres años con el objetivo de estudiar
caso de transgresión de las normas del problemas éticos específicos de la Salud
colegio. Los CEA son multiprofesionales y Mental. A ellos se unieron tres represen-
tienen exclusivamente carácter asesor, tantes de la comunidad para aportar la vi-
como hemos señalado anteriormente. sión de los usuarios y pacientes: uno de
ellos es miembro de ASAFES (Asociación
de Familiares y Enfermos Psíquicos de
4. COMITE ETICO DE SALUD MENTAL DE
Alava) y otro de AFADES (Asociación de
ALAVA
Familiares de Enfermos de Alzheimer de
Alava), ambos a título personal.
En el ámbito de la Salud Mental siem- En Abril de 1998, el CEA-SM ha sido
pre ha existido una inquietud por los valo- acreditado por el Departamento de Sani-
res y los dilemas éticos relacionados con dad del Gobierno Vasco, haciéndose pú-
la asistencia a los pacientes mentales. En blico en Resolución del Boletín del País
la asistencia psiquiátrica se trabaja no Vasco. Desde este momento se ha oficiali-
sólo con la patología, sino también con el zado su existencia, se ha procedido a su
medio en el que reside el paciente, los divulgación con el fin de posibilitar que re-
acontecimientos vitales que inciden sobre ciba consultas de asesoramiento y que
la enfermedad, el grado de autonomía o pueda elaborar recomendaciones consen-
de incapacidad, las relaciones interperso- suadas sobre dilemas éticos que es preci-
nales, el desempeño laboral o educacio- so protocolizar.
nal y además de tratamientos farmacoló-
gicos y psicoterapéuticos se emplean
técnicas de rehabilitación que propicien la 5. CONFLICTOS ETICOS EN LA
integración en el medio habitual del pa- ATENCION PSIQUIATRICA
ciente.
Van a surgir dilemas éticos a lo largo Algunos de los problemas éticos que
del procedimiento psicoterapeútico. Por se plantean en psiquiatría son comunes a
una parte, conflictos comunes a otras es- los de otras especialidades médicas, tales
pecialidades médicas, como los relativos como la confidencialidad, la intimidad o la
a la información, la confidencialidad, el información y el consentimiento informa-
buen hacer médico en la praxis, la distri- do. Pero la alta frecuencia de situaciones
bución justa de recursos, etc. Pero por en las que se debe cuestionar la autono-
otra, también, se presentan conflictos es- mía o capacidad del enfermo para decidir
pecíficos, como los relativos a la compe- añaden una complejidad específica a la
tencia o capacidad de los pacientes a la atención psiquiátrica.
hora de decidir sobre su tratamiento o en-
fermedad, la designación de las personas A continuación vamos a repasar algu-
que deben sustituir esta toma de decisio- no de estos temas:
nes en los pacientes incapacitados para
ello, el ingreso y los tratamientos involun-
tarios, etc. . 5.1. La confidencialidad
Un grupo de profesionales -psiquia-
tras, psicólogos, personal de enfermería El derecho a la confidencialidad se re-
y trabajadores sociales- que trabajan en coge en la Ley General de Sanidad, art. 10:
diversos dispositivos de Salud Mental - "... confidencialidad de toda la informa-
como el Hospital Psiquiátrico de Alava, ción relacionada con su proceso y con su
el Hospital Psiquiátrico Aita Menni, Asis- estancia en instituciones...". Debido al
tencia Psiquiátrica Extrahospitalaria de gran número de profesionales que inter-
Alava y el Servicio de Psiquiatría del Hos- vienen en la atención psiquiátrica (psi-
pital de Santiago-, decidieron hace algu- quiatras, psicólogos, enfermeros, trabaja-
nos años aunar esfuerzos de formación y dores sociales, auxiliares de clínica,
estudio para, a la larga, constituir el Co- monitores, terapeutas ocupacionales,
mité de Etica Asistencial de Salud Mental etc.) y por las características de la infor-
de Alava. mación obtenida a través de las entrevis-
tas, tanto concerniente al paciente como a
Algunas de estas personas habían par- la familia, el guardar la confidencialidad
ticipado en la formación previa organiza- debida suele ser problemático. Así, la con-
da por Osakidetza y fueron el germen y fidencialidad de la información es una
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obligación cada vez más difícil de cumplir, otros datos que permitan la identificación
pero obliga a todas las personas que, de del paciente, si éste no ha dado su con-
una u otra manera, intervienen en la asis- sentimiento expreso.
tencia sanitaria o tienen conocimiento de
la información por su actuación laboral Los conflictos éticos pueden surgir,
(secretarias, admisión, informática...). también, en la vida hospitalaria cotidiana:
intimidad en el aseo, en las habitaciones,
Los contactos con familiares, estructu- intimidad en las exploraciones físicas, etc.
ras sociales o laborales, cuando el pacien- En numerosas ocasiones, la organización
te no ha dado permiso para que se revele del trabajo en hospitales y residencias
su condición de enfermo, suponen un hace que este derecho sea menoscabado
conflicto ético. Igual sucede cuando se y se acceda a baños o habitaciones sin te-
emiten informes a otros profesionales o ner en cuenta que la persona puede dese-
entidades sociales sin conocimiento del ar realizar el aseo o ser vista en situacio-
paciente. En las comunicaciones a terce- nes que le dan pudor, por el menor
ros, lo más prudente será utilizar de modo número de testigos, aunque se trate de
sistemático el criterio de "mínima infor- profesionales.
mación necesaria".
En el caso de niños maduros y adoles-
centes, salvo en situaciones de riesgo 5.3. El proceso de información y el
como las anteriormente señaladas, prima consentimiento
el derecho a la confidencialidad en asun-
tos de salud ya que se consideran actos En el artículo 10 de la Ley General de
personalísimos. Sin embargo, debido a la Sanidad se recoge el derecho de los pa-
necesaria implicación de la familia en al- cientes a la información: "... derecho a
gunos tratamientos, se deberá negociar que se le dé en términos comprensibles, a
con el menor que sea él, o el terapeuta en él y a sus familiares o allegados, informa-
su presencia, quien informe a los padres ción completa, verbal y escrita sobre su
sobre el diagnóstico y evolución de su proceso, incluyendo diagnóstico, pronós-
problema. Está generalmente asumido tico y alternativas de tratamiento...". Se
que el o la terapeuta puede faltar a la con- establece así mismo el derecho "... a la li-
fidencialidad, en aras de un bien de mayor bre elección entre las opciones que le pre-
rango como es la vida humana. sente el responsable médico de su caso,
siendo preciso el previo consentimiento
El respeto a la confidencialidad, desde escrito del usuario para la realización de
el punto de vista ético, puede extenderse cualquier intervención, excepto en los si-
a otros ámbitos del espacio sociosanita- guientes casos:
rio, como los recursos sociales, tanto resi-
denciales como comunitarios. Todas — cuando el o la paciente no esté capaci-
aquellas personas que por su condición tado/a para tomar decisiones, en cuyo
de trabajadoras tengan conocimiento de caso el derecho corresponderá a sus fa-
datos personales o relacionados con la miliares o allegados;
vida de las personas a las que atienden
deben guardar la confidencialidad de los — cuando la no-intervención suponga un
mismos. riesgo para la salud pública;
— cuando la urgencia no permita demo-
ras por poderse ocasionar lesiones irre-
5.2. La intimidad versibles o existir peligro de falleci-
miento".
Consagrada en la Constitución Espa- La información al paciente es un dere-
ñola de 1978 y en la Ley General de Sani- cho de éste y un deber de los sanitarios,
dad (1986) en su artículo 10, implica no ir tanto desde el punto de vista ético como
más allá de lo estrictamente imprescindi- legal, y este derecho a la información se
ble en la exploración, en la entrevista ha de desarrollar a lo largo de toda la re-
acerca de sus antecedentes personales, lación clínica. En el proceso de informa-
familiares y sociales, e incluso en la prác- ción se encuentran implicados los si-
tica de determinadas pruebas necesarias guientes elementos:
para elaborar un diagnóstico correcto. El
respeto a la intimidad de los pacientes im- — Voluntariedad. Que el acto de informa-
pide también la publicación, en obras ción sea voluntariamente aceptado por
científicas y en otros medios de comuni- los sanitarios y que se pongan los me-
cación social, de fotografías, videos u dios para realizarlo.
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— Información en cantidad y calidad sufi- plean de modo indistinto. Esto viene deri-
cientes y en términos comprensibles vado de la transcripción de los términos-
como para que el paciente lo compren- usados en inglés (competencyy capacity),
da. Incluirá el diagnóstico, pronóstico y que hacen alusión a una dimensión jurídi-
alternativas terapéuticas. co-legal el primero y psicológico-empírica
el segundo. Siendo, pues, más correcto
— Se valorará la capacidad y competencia hablar de capacidad, definiremos ésta
de la persona para poder tomar la deci- como aquel estado psicológico empírico
sión. en que podemos afirmar que la decisión
— Se tendrá en cuenta la validez y auten- que toma un sujeto es expresión real de
ticidadcon que se ha tomado esta deci- su propia identidad individual, es decir, de
sión, es decir, si se ajusta a los valores su autonomía moral personal.
y a la trayectoria vital de la persona y
no hay coacciones internas o externas Hay que dejar claros tres aspectos:
que incidan sobre la decisión, de tal for- — La capacidad no debe entenderse
ma que la invaliden. como un absoluto, sino como un conti-
El Proceso de Información y Consenti- nuum entre la autonomía total o capa-
miento consiste en la explicación, a cidad plena y la ausencia de autonomía
un/una paciente atento/a y mentalmente o capacidad nula. Es difícil imaginar
competente, de la naturaleza de su enfer- tanto a una persona absolutamente au-
medad, así como del balance entre los tónoma para todos sus actos como a al-
efectos de la misma y los riesgos y bene- guien que fuese absolutamente inca-
ficios de los procedimientos diagnósticos paz para todos los actos de su vida.
y terapéuticos recomendados, para a con- — La evaluación de la capacidad -como
tinuación solicitar su aprobación para ser serie de habilidades mentales necesa-
sometido a estos procedimientos. La pre- rias para tomar decisiones- en el ámbito
sentación de la información al paciente clínico se ha de referir siempre a una
debe ser comprensible y no sesgada; la decisión concreta. Se trata de evaluar la
colaboración del paciente debe ser conse- "capacidad para", no la capacidad en
guida sin coerción; el médico no debe sa- abstracto genérico. En el campo de la
car partido de su potencial dominio psico- relación asistencial sanitaria la capaci-
lógico sobre el o la paciente. dad lo sería para dar consentimiento a
Respecto a la información a los fami- la realización de un procedimiento
liares, siempre es deseable y conveniente diagnóstico o terapéutico propuesto.
consultar con el propio paciente respecto — Por principio, y mientras no se de-
a si autoriza que se informe a su familia y muestre lo contrario, ha de haber una
-en caso de autorización- lo deseable es presunción de capacidad para todas las
informarla en su presencia. Habrá ocasio- personas.
nes en las que haya que dejar plasmado
en un documento (Documento de Con- Históricamente se ha tendido a identi-
sentimiento Informado para...) el consen- ficar enfermedad (y más aún enfermedad
timiento escrito para una determinada mental) con capacidad limitada. Enferme-
prueba diagnóstica o acto terapéutico. dad mental e incapacidad/incompetencia
no son sinónimos. Algo similar ocurre con
Para la comprensión del tema por par- las personas ancianas en los que el decli-
te del paciente, la información oral y las ve tiende a confundirse con incapacidad.
explicaciones son siempre más importan-
tes que lo escrito. La cantidad de informa- Algunas de las situaciones en las que
ción a aportar ha de ser la suficiente para la determinación de la capacidad es im-
que cada paciente concreto pueda decidir. portante por su trascendencia son:
También han de ser verbales la discusión
en profundidad de los beneficios posibles, — El momento del ingreso en hospitales o
de las alternativas, así como de las conse- residencias, para valorar si la decisión
cuencias de no realizar el procedimiento es autónoma y consecuente con sus va-
diagnóstico o terapéutico propuesto. lores vitales.
— Durante el proceso de información y
consentimiento informado para prue-
5.4. Competencia y capacidad bas diagnósticas o tratamientos, sobre
.odo, en los que comportan mayores
Competencia y capacidad son dos tér- riesgos por los efectos secundarios o
minos que en el lenguaje bioético se em- por la gravedad de la enfermedad.
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5.5. Decisiones de sustitución el que esté capacitado para ello (arts. 162
y 267 del Código Civil).
Los pacientes incapaces de consentir a La obligación de quienes deciden es
una decisión clínica tienen el mismo dere- hacerlo de forma sustitutoria, es decir, no
cho a poder decidir ante pruebas diagnós- decidir como ellos querrían ser tratados
ticas o tratamientos que los pacientes ca- en la situación del paciente, sino como el
paces; sin embargo, tal derecho está paciente quisiera ser tratado. Así, las deci-
limitado por su incapacidad. Las decisio- siones de sustitución se pueden basar en
nes de sustitución o representación son los siguientes supuestos:
una forma de tomar decisiones de salud
en nombre de pacientes incapaces. Esta — Deseos del paciente: son las preferen-
forma de proceder está basada en el Prin- cias expresadas por el paciente mien-
cipio de Autonomía. tras era competente y se pueden apli-
car a la actual decisión a tomar. La
La persona que sustituye la decisión declaración puede hacerse bien de pa-
autoriza una intervención clínica sobre el labra y ante testigos o bien por escrito
paciente basando su decisión en lo que en los llamados "testamentos vitales".
cree ser mejor para el representado. Se ha
considerado que los clínicos no son las — Valores y creencias: son menos especí-
personas adecuadas para ello, ya que ca- ficos que los deseos y permiten a la
recen de conocimientos relevantes sobre persona que sustituye al o la paciente
los valores, calidad de vida deseada y de- tomar la decisión a la luz de otras elec-
seos íntimos de la persona incapaz. Sin ciones que aquél ha realizado. Los re-
embargo, se considera que alguien próxi- presentantes del paciente intentan re-
mo, generalmente de la familia, es la que construir la voluntad del paciente para
comparte valores, creencias e incluso se esta situación clínica. No puede aplicar-
ha podido hablar con ella, en otras oca- se este criterio a personas que no ha-
siones, sobre decisiones a tomar en situa- yan sido capaces en algún momento de
ciones parecidas y así, pueden decidir de su vida, como oligofrénicos o niños.
una forma muy aproximada a como lo ha- — Mayor interés: se basa en las estima-
bría hecho el propio paciente en la situa- ciones objetivas sobre los beneficios y
ción considerada. riesgos del tratamiento. Un sustituto
elige lo que a su parecer promueve me-
En estudios realizados con una mues-
jor los intereses del o de la paciente, es
tra de ancianos preguntándoles sobre si
decir, aquello que puede proporcionarle
desearían que se les prolongara artificial-
el mayor bien.
mente la vida, el 88% de los sanos y el
87% de los que padecían una enfermedad
crónica respondían negativamente (Kes-
sel y Cois, 1994). 5.6. La representación

El proceso de decisiones de sustitu- La situación normativa en el derecho


ción plantea dos interrogantes importan- de nuestro país puede resumirse en:
tes: ¿Quién debería tomar la decisión por
la persona incapaz? y ¿cómo podría to- a) Los representantes legales de los y las
marse? Siguiendo a Pablo Simón, intenta- pacientes menores no emancipados
remos responder a ambas cuestiones. incapaces de hecho son aquellos que
ejercen la patria potestad.
Desde el ámbito de la legislación, en el
b) El representante legal de un/una pa-
art. 10.6 de la Ley General de Sanidad se
ciente incapacitado/a judicialmente es
legisla la intervención en las decisiones de
el que ha designado el/la Juez por sen-
sustitución: "el paciente tiene derecho a la
tencia firme de incapacitación.
libre elección entre las opciones que le
presente el o la responsable médico de su c) Los familiares o allegados.
caso, siendo preciso el previo consenti-
miento escrito del usuario para la realiza- d) La persona designada voluntariamente
ción de cualquier intervención excepto... por el presunto incapaz antes de serlo.
cuando no esté capacitado para tomar de- e) Otros: instituciones tutelares.
cisiones, en cuyo caso el derecho corres-
ponderá a sus familiares o personas a él — Representantes legales de los pacien-
allegadas..." En cuanto a los incapacita- tes menores: Con relación a la toma de
dos legalmente, va a ser su representante decisiones por parte de los menores,
legal, es decir su tutor o defensor judicial.
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en el recientemente firmado convenio tomar la decisión sanitaria más ade-
de Oviedo se establece, por una parte, cuada.
la edad de 12 años a partir de la cual
debe oírsele antes de decidir sobre lo — La representación voluntaria: El repre-
que puede ser de su interés y, por otra, sentado concede a otra persona un po-
la posibilidad de ser oído, aún antes de der de representación para que tome
dicha edad, si tuviera suficiente juicio decisiones sanitarias por él cuando se
moral y madurez. En cualquier caso es encuentre incapacitado para ello. Esta
conveniente evaluar el nivel de compe- persona puede tener con él, lazos fami-
tencia del menor para cada decisión liares o no. Aunque en la Ley General
concreta y en ese momento. El criterio de Sanidad no se habla de ello, parece
que debe guiar las decisiones sanita- razonable que esta persona pudiera te-
rias de los padres en representación de ner prioridad de representación frente
sus hijos debe ser el del mayor "bene- a los familiares o allegados. La repre-
ficio" para el menor. Si la decisión no sentación se debe dar en documento
es beneficente con el menor, y la toma escrito y suele restringirse exclusiva-
de decisión no es urgente, los médicos mente a decisiones relativas a la vida,
podrán solicitar del juez que nombre un muerte, salud o enfermedad del repre-
defensor judicial que represente al me- sentado.
nor y decida por él (art. 163 Ce). En caso
de urgencia, el/la médico podrá actuar — Instituciones tutelares: Para aquellas
profesionalmente de la mejor manera personas que carecen de familiares o
para proteger los intereses de salud del allegados, las fundaciones tutelares
niño o niña. pueden ser quienes ejerzan las decisio-
nes de sustitución y representaciones
de los mismos, incluso para aquellos
- Representación de pacientes legalmen- pacientes ingresados en hospitales de
te incapacitados: Será el/la juez quien larga estancia u hospitales psiquiátri-
mediante sentencia del proceso judicial cos que precisan que se tomen decisio-
de incapacitación declare incapaz a la nes sobre su salud general, de forma
persona y determine el régimen de tu- que el Principio de Beneficencia sea
tela o guarda a que haya de quedar so- ejercido por terceras personas y no por
metido el incapacitado (art. 210 Ce). En los propios sanitarios.
la tutela se establece el siguiente orden
de preferencia en el ejercicio de estas Finalmente quedaría señalar que en
funciones: cónyuge con el que conviva, nuestro país, las llamadas declaraciones
padres, persona o personas designa- de decisiones anticipadas o testamentos
das por éstos en sus disposiciones de vitales son documentos de escaso uso, en
última voluntad, descendientes o as- los que se recogen los valores y deseos de
cendientes que designe el juez. personas que, en el caso de volverse inca-
paces para decidir, quieren que se tomen
-Familiares y allegados: Tradicional- determinadas resoluciones en su nombre.
mente, había sido la familia la que ha-
bía tomado decisiones sanitarias por
el/la paciente pero sin que se ofreciese
un respaldo legal a esta situación. Es el 5.7. Conflictos de justicia: el derecho a la
art. 10 de la Ley General de Sanidad el asistencia y La distribución de
que legisla quien debe tomar las deci- recursos
siones de sustitución, aunque en ella
no queda explicitada cómo se debe to- El paciente mental, en ámbitos sanita-
mar la decisión, quién es el familiar o rios no psiquiátricos, es visto muchas ve-
allegado, ni cómo se puede controlar si ces como alguien difícil de entender y que
la decisión perjudica o lesiona los inte- puede crear problemas, lo cual es, sin
reses de la persona incompetente. Po- duda, residuo de viejas e irracionales acti-
demos utilizar el mismo orden referido tudes hacia la enfermedad mental obser-
para la tutela, pero en algunas ocasio- vadas a lo largo de la historia de la medi-
nes será otro familiar más lejano o un cina. También el o la paciente anciano/a,
allegado que conviva con el paciente por su patología y en muchas ocasiones
quien mejor conozca sus deseos. Por por la problemática social asociada, es
ejemplo, de dos ancianas que conviven visto/a como un/una paciente/a. Así, la
en un piso tutelado, probablemente persona paciente mental y el anciano o
será esta allegada quien con preferen- anciana pueden verse discriminados a la
cia sobre sus familiares sea capaz de hora de recibir asistencia sanitaria, se les
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da antes el alta o se les niegan medios (Convenio de Oviedo), Madrid, Asocia-
diagnósticos o terapéuticos. ción de Bioética Fundamental y Clíni-
ca,1997.
Ambos, por otra parte, se encuentran
en zonas no prioritarias de la asignación DRANE, FJ., "Competency to give an infor-
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de justicia que se lleven a cabo políticas nical assessments", JAMA, 1984, 252:
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