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Importación es un término que procede del verbo importar (introducir productos o costumbres
extranjeras en un país). Se trata de la acción de importar mercancías o cuestiones simbólicas de
otra nación. Por ejemplo: “El gobierno planea introducir trabas a la importación de calzado para
no perjudicar a los productores locales”, “La libre importación fomenta el consumo ya que permite
bajar los precios”, “La importación de aquellos materiales que no se producen en el país es
necesaria”.
El Estado suele regular la importación de acuerdo a normativas específicas. Las diferencias entre
las condiciones económicas y las legislaciones de cada país pueden generar distorsiones en el
mercado y perjudicar a los productores nacionales. Si un país subsidia la producción de un bien X y
dicho bien es importado por una nación a precios muy bajos, quienes producen el bien X en el país
importador se verán perjudicados ya que no podrán competir.
A nivel de una economía nacional, la importación puede ser financiada a través del superávit
comercial (el país exporta más de lo que importa), el ingreso de capitales extranjeros (por
inversiones, la actividad turística, etc.) o con endeudamiento público.
Pero la incompatibilidad es tan solo una de las razones por las cuales es necesaria una función de
importación. En el campo del diseño 3D, por ejemplo, los desarrolladores suelen reaprovechar
modelos creados en proyectos anteriores; quienes trabajan en la creación de escenarios para
animaciones y videojuegos no siempre fabrican todos los objetos desde cero, sino que recurren a
librerías públicas (tanto gratuitas como pagas) y a su propio portfolio, del cual importan aquellos
elementos que consideran posibles de reutilizar, luego de realizarles las modificaciones
pertinentes.