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Aureli Caamaño, Jaime Carrascosa, Ana Oñorbe. (1994). Alambique. [Versión electrónica].

Revista Alambique 2

Los trabajos prácticos en las Ciencias Experimentales

Aureli Caamaño
Jaime Carrascosa
Ana Oñorbe

Palabras clave: Ciencia, Experimentos, Investigaciones

Sin duda la ciencia es una actividad práctica, además de teórica, y una gran parte de la actividad científica tiene lugar en
los laboratorios y en las investigaciones de campo. Si la enseñanza de las Ciencias ha de promover la adquisición de una
serie de procedimientos y habilidades científicas, desde las más básicas hasta las más complejas (investigar y resolver
problemas haciendo uso de la experimentación), es clara la importancia que los trabajos prácticos y las salidas de campo
han de tener en el currículum de ciencias en todos sus niveles. Y ello a pesar de las graves dificultades que parecen pesar
en la programación y realización de estas actividades en nuestro país.

Dada la importancia didáctica y la extensa investigación que se está realizando sobre los trabajos prácticos y las salidas de
campo en la enseñanza de las Ciencias Experimentales, hemos querido dedicar este segundo monográfico de la revista
Alambique a este tema.

Diversos autores han propuesto clasificaciones de los trabajos prácticos según sus objetivos fundamentales y han sugerido
un uso diversificado de estas actividades. En estas tipologías se ha diferenciado entre: experiencias, encaminadas a "vivir"
los fenómenos; experimentos ilustrativos, cuyo objetivo es ilustrar y favorecer la comprensión de conceptos, principios y
leyes; ejercicios prácticos, destinados al aprendizaje de habilidades prácticas, intelectuales y de comunicación, y de las
técnicas y estrategias de investigación; e investigaciones, actividades diseñadas para dar a los estudiantes la oportunidad
de trabajar como científicos y tecnólogos en la resolución de problemas.

Los problemas planteados en las investigaciones pueden ser de índole teórica (por ejemplo, establecer la relación entre la
presión y el volumen de un gas a partir de una hipótesis o predicción realizada en el marco del modelo cinético-molecular),
o de carácter práctico (problemas planteados en el contexto de la vida cotidiana), cuyo objetivo fundamental es permitir el
aprendizaje de lo que algunos autores han llamado la comprensión procedimental de la ciencia.

La discusión de si el aprendizaje de los procesos debe hacerse aisladamente o en el transcurso de la resolución de


investigaciones, ha centrado un debate entre una visión atomística de la enseñanza de los procesos (proceso por proceso)
y una visión holística (en el marco de investigaciones). En general la perspectiva constructivista del aprendizaje de las
ciencias se ha decantado por una visión holística en el aprendizaje de los proceso y, de hecho, la mayoría de autores en
este monográfico se declaran partidarios de esta orientación en el diseño de las actividades prácticas.

El grado de apertura de los trabajos prácticos y los factores de los cuales depende ha sido otro de los aspectos más
investigados en relación a los trabajos prácticos de tipo investigativo en los últimos años. Diversos trabajos muestran que
factores como la forma de enunciar el problema, la elección del método, y el número de soluciones posibles condicionan el
grado de apertura de una investigación, y en consecuencia, su grado de dificultad.

Todos estos aspectos hemos querido que queden reflejados en este monográfico sobre los trabajos prácticos.

Los dos primeros artículos del monográfico hacen referencia a los trabajos prácticos en la Educación Primaria y en la
Educación Secundaria, respectivamente.

Rosa Mª Pujol aborda los trabajos prácticos en la Educación Primaria e Infantil, analizando las diferencias entre la
observación libre y dirigida, y las experiencias encaminadas a plantear y aprender una dinámica de trabajo experimental.

Juana Nieda realiza una descripción de los trabajos prácticos más frecuentes en la Enseñanza Secundaria en las aulas y en
las salidas que se organizan, así como de los problemas, los prejuicios y las inercias que condicionan la planificación y la
realización de tales actividades, desde su experiencia como inspectora de educación en Madrid.

Josep Corominas y María Teresa Lozano abordan en un tercer artículo el papel de las experiencias y de los experimentos
ilustrativos, destacando la importancia de los trabajos prácticos cualitativos y semicualitativos con objeto de "vivir" los
fenómenos y ayudar a la formación de los conceptos y a la comprensión de leyes y principios.

Los trabajos prácticos investigativos son tratados en los cuatro artículos siguientes, siempre al hilo de algún ejemplo
ilustrativo.
Ramon Grau se pregunta por lo que hace difícil una investigación y propone elementos para poder establecer una
progresión en la dificultad de las investigaciones para adaptarlas a las capacidades del alumnado.

El trabajo de campo y el aprendizaje de la Geología son abordados por Emilio Pedrinaci, Leandro Sequeiros y Enrique
García de la Torre en un artículo en que, frente a los modelos de salidas tradicionales, defiende una propuesta alternativa
de las salidas como tratamiento de problemas, desde una perspectiva constructivista.

José Lillo trata de los trabajos prácticos de Ciencias Naturales como actividad reflexiva, crítica y creativa, y defiende una
orientación de los trabajos prácticos como planteamiento y solución de situaciones problemáticas.

Rod Watson describe los aspectos que han de ser considerados cuando se planifican y se realizan investigaciones en el aula
con objeto de variar su grado de apertura y adaptarlas a las necesidades de los estudiantes.

Por último, José Payá realiza una selección bibliográfica sobre los trabajos prácticos, cuya lectura recomienda a "aquellos
lectores cuya avidez intelectual sobre este tema no haya sido todavía satisfecha".

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