AÑO 11 N.

ºº 11
N. 2020

Atrapaletras ISSN: 2011-4907

Instituto Pedagógico Arturo Ramírez Montúfar - IPARM

Dirección de Bienestar Universitario
Sede Bogotá
 AÑO 11 N.º 11 2020

Atrapaletras
Directoras revista Atrapaletras
María José González Bustos
Mariana Solano Pineda
Nilce Vargas Cárdenas
Asistentes de Dirección
Cristóbal Díaz Piñeros
Sara Valentina Triviño Pulido

Edición
O Nilce Vargas Cárdenas
A

Consejo Editorial
Estudiantes de Décimo A
Instituto Pedagógico Arturo Ramírez Montúfar - iparm Estudiantes de Décimo B
Dirección de Bienestar Universitario Charles Arcel Maussa López
Sede Bogotá Yolima Páez Sanabria
Laura Sofía Parra Ávila
Nilce Vargas Cárdenas
Rectora
Dolly Montoya Castaño Fotografías
Director de Bienestar Universitario Cortesía de estudiantes, familias,
Oscar Arturo Oliveros Garay
profesoras y profesores iparm
Director IPARM
Víctor Manuel Neira Diseño e ilustración de carátula
Coordinación editorial Andrés Felipe Serna Rivera
Dayán Cuesta Pinzón
Editorial Universidad Nacional de Colombia Diseño e ilustración de carátula interior
Diseño y diagramación Ana Paula Bautista Rincón
Andrea Kratzer Adriana Camila Bautista Rincón
Corrección de estilo
Diseño e ilustración de portadillas
Camila Henao Guerrero
Ángel Valeria Palacio Suárez
Correo electrónico
atrapaletras@gmail.com
Ilustración de logo-símbolo
atrapaletrasiparm@gmail.com
Ángel Valeria Palacio Suárez
Revista Atrapaletras
Ilustraciones
ISSN: 2011–4907 (impreso)
Estudiantes de Décimo A
ISSN: xxxx-xxxx (digital) Estudiantes de Décimo B
Publicación anual de 1000 ejemplares Estudiantes del Taller de Artes de Sexto y Séptimo
Impresión
xxxx-xxxx
Bogotá, D. C., Colombia
Los diferentes tipos de textos presentes en la revista
no han sido modificados en su contenido, por ser
un proceso escritural producto de las experiencias
comunicativas de la comunidad estudiantil del
iparm. Las ideas y opiniones de cada escrito son
responsabilidad de sus autores.
CONTENIDO
EDITORIAL ..................................................................................................... 3

CONFINAMIENTO
Habitar a diario: poetizar
Nos habla: Enrique Rodríguez Pérez ............................................................ 6
Jardín.................................................................................................................. 9
Transición A..................................................................................................... 12
Transición B..................................................................................................... 14
Transición C..................................................................................................... 16

REIVENCIÓN
La eterna vigilia
Nos habla: Manuela Arias García................................................................. 20
Primero A......................................................................................................... 21
Primero B......................................................................................................... 22
Primero C......................................................................................................... 24
Segundo B........................................................................................................ 26
Tercero A.......................................................................................................... 29
Tercero B.......................................................................................................... 30
Cuarto A........................................................................................................... 31
Cuarto B........................................................................................................... 34
Quinto A........................................................................................................... 36
Quinto B........................................................................................................... 38

NUEVA NORMALIDAD
Mi camino hacia una crianza consciente
Nos habla: Lady Diana Patiño Cadena........................................................ 44
Sexto A............................................................................................................. 46
Sexto B............................................................................................................. 48
Séptimo A........................................................................................................ 52
Séptimo B........................................................................................................ 54
Octavo A.......................................................................................................... 58
Octavo B.......................................................................................................... 64
Noveno A......................................................................................................... 68
Noveno B ........................................................................................................ 71
Décimo A......................................................................................................... 73
Décimo B ........................................................................................................ 78
Undécimo A..................................................................................................... 82
Undécimo B..................................................................................................... 83
EDITORIAL
B ienvenidos y bienvenidas una vez más a este es-
pacio donde convergen las ideas más creativas del
iparm, donde el pincel y el lápiz se unen para plasmar
la identidad de una comunidad, y donde un mundo
más allá de nuestra imaginación es posible.
Nuestras aulas nos permiten desarrollar vínculos
e ingenio, que ahora se ven forzados a adaptarse
a una pantalla; sin embargo, logramos construir
nuevamente esta revista para demostrar el gran fruto
de nuestro esfuerzo.
Este año ha sido un reto que hemos sabido enfrentar,
aunque para todos ha sido duro adaptarse. Ha
habido desmotivación, añoranza profunda, sueño de
un pronto reencuentro y un cambio de estrategias
para culminar muchos propósitos. Pero, más allá
de estas cosas, nos hemos permitido reflexionar y
entender nimiedades que no teníamos presentes
cuando éramos llevados por nuestra cotidianidad.
Ciertamente, hemos aprendido y culminado uno
de aquellos grandes propósitos, como lo es esta
increíble revista que nos une como institución.
La historia de la humanidad y nuestra formación como
sociedad nos han enseñado la importancia cultural,
social e incluso política de la escritura. Los textos
que leemos y los que creamos son propiedades que
forman nuestra personalidad con el pasar del tiempo,
hasta que llegamos a ser parte de una civilización en
desarrollo. Los grandes escritores que todo el mundo
conoce por cultura general se formaron desde esto,
desde revistas y periódicos escolares, desde páginas
de cuadernos desgastados hasta llegar a su primera
publicación reconocida.
Es por esto y mucho más que sabemos la importancia
de ser leído y leer a otros, de permitir que se conozca
nuestra visión íntima del mundo y de que a partir
de ella se cree una nueva manera de ver las cosas,
teniendo presentes diferentes puntos de vista.
Por cada texto que lee una persona, esta puede
conocer un nuevo mundo, expandir un poco más su
conocimiento y abrir su mente ante nuevas ideas.
Fomentamos la libre escritura en espacios como
estos porque nos formó a través de la historia y nos
seguirá formando en el futuro.
No necesariamente las historias, poemas y cuentos
deben ser textuales. En el iparm nos enseñan a
escribir a través de las artes visuales. Desde que
nacemos nuestra creatividad y habilidad de escribir
florece y crece con cada año de experiencias, eso
debe plasmarse de alguna forma y no hay mejor lugar
para expresarse que en el papel. Esta es la razón de
que una imagen contenga mil palabras y mil palabras
produzcan una imagen.
¿Alguna vez han sentido que hay algo que no pueden
expresar desde su razonamiento lógico? Es algo que
proviene de los sentimientos y el cuerpo necesita
manifestar. Acudimos a esta opción de la escritura
(en cualquiera de sus formas) porque nos permite
liberarnos. Seamos de corta o avanzada edad, en
unas cuantas páginas blancas el tiempo puede dejar
de existir cuando nos sumergimos en ellas, no hay
límites, no hay prejuicios; no hay nadie más que tú,
tu herramienta de escritura y tu vasta imaginación.
Cuando sintamos que nos ahogamos, las artes
escritas y visuales siempre estarán presentes para ser
nuestro espacio de libertad.
Los procesos y resultados académicos logrados a lo
largo de esta pandemia demuestran la formación de
los docentes que ha permitido sobrellevar este cambio
tan grande de la presencialidad a la virtualidad; aquella
búsqueda de herramientas para generar conocimiento
es digna de resaltar. La revista nos permite ver cómo
continuamos superándonos y cómo los estudiantes
siguen produciendo conocimiento.
Este espacio es una salida de lo cotidiano para todos.
Lector, que has llegado hasta aquí para descubrir
lo que se ha logrado en medio de un camino de
incertidumbres y el esfuerzo colectivo por avanzar
ante las adversidades. Te invitamos a indagar en los
pensamientos, los sentimientos y las voces silenciosas
que provienen de los corazones de los estudiantes,
representados a través de las letras y el dibujo.
Gracias a las artes escritas y visuales, encontramos un
hogar permanente y esperamos que, a continuación,
lo encuentres también en el interior de estas páginas.
María José González Bustos | Mariana Solano Pineda
Directoras de la revista Atrapaletras, edición n.º 11
 Expreso escolar
es un espacio radial semanal
hecho por estudiantes del iparm,
que permite expresar diferentes ¿Te sientes preso?
posiciones y percepciones ¡Exprésate!
frente a diversas temáticas
¡EXPRESO
propias del entorno juvenil,
al hacer uso de un ejercicio
ESCOLAR!
comunicativo propio y
significativo como parte de la
comunidad universitaria.

Escúchanos todos los sábados a las 8:30 a.m. por la UN Radio

98.5 FM Bogotá y 100.4 FM Medellín.
En Facebook: Expreso Escolar IPARM
https://www.facebook.com/profile.php?id=100009218325216&fref=ts
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Ideas al muro es un ejercicio periodístico

liderado por los estudiantes del IPARM, que hace
parte del proyecto de medios de comunicación
coordinado por la asignatura de español.
Lea nuestras ediciones mensuales en la página
del colegio http://www.unal.edu.co/iparm/
Nos habla...

Doctor en Estudios Ibéricos y Latinoamericanos de la Universidad François-

Rabelais, Francia. Filósofo y magíster en Filosofía de la Universidad Nacional
de Colombia. Licenciado en Español y Literatura de la Universidad Pedagógica
Nacional. Obtuvo el premio de poesía de la revista El Aguilucho del Gimnasio
Moderno de Bogotá en 1986, el premio de poesía en el “Concurso de
Literatura, 20 años del Fondo de Empleados Docentes de la Universidad
Nacional, fodun” en marzo de 2010 y una mención en el Premio Nacional de
Poesía Porfirio Barba Jacob 2007, en Medellín, con el poemario Entre los tejidos
Enrique de las horas.
Rodríguez Pérez Ha escrito varios libros de poesía: Historia del agua (1987), Inconsistencia de la
Monguí (Boyacá), mirada (2003), Porque la levedad se fue muriendo (2008), En el trance de una ida
Colombia, 1964. (2010), Entre materia y premura (2013) y En el requiem de los ciruelos (2014).
Profesor del Fue editor y compilador del libro Conjuro Capital. Poetas Bogotanos (2009) y de
Departamento de La palabra que se entreteje en el tiempo (2009), además de un libro de ensayo
Literatura de la Ensoñaciones, escrituras Tejidos. Debates: Bachelard-Derrida (2003). También, fue
Universidad Nacional coeditor de la revista Palimpsesto n. º 7. Letras, Pensamiento y Sociedad (2010).
de Colombia. Actualmente es director del Instituto de Investigación en Educación y
coordinador de la Maestría en Educación de la Facultad de Ciencias Humanas
de la Universidad Nacional de Colombia.

Habitar a diario: poetizar

“Lleno de méritos, sin embargo poéticamente, habita el hombre en esta tierra”
Federico Hölderlin

E n el diario transcurrir del día y de la noche, en lo

sencillo del amanecer, al apreciar un gesto del
otro, al contemplar una araña que teje su casa, al ir
caminando por un sendero en medio de árboles li-
geros o frondosos, al detallar la mirada de quien se
despide o llega, ahí está la poesía. Al abrir el salón de
clase, al saludar a los compañeros, ahí está el poema:
nos persigue. La poesía es un modo de estar en medio
de las cosas.
En el transcurrir del tiempo y en toda ubicación
en el espacio, ahí existe el poema. Resuena en no-
sotros porque nosotros mismos somos poema. El
poema no está en los libros de poesía, es nuestro
propio hábitat, es la forma más sutil de habitar, de
percibir y de disfrutar lo que nos rodea.
Los sentidos, los sentimientos y la vida poética
Habitar de forma poética es connatural al ser
humano. Su forma más nítida de vivir se constituye
desde los sentidos y los sentimientos, porque ellos
nos comunican inmediatamente con el entorno.
La vista, el oído, el tacto y el gusto son las formas
de apertura hacia el paisaje, hacia otro y hacia uno
mismo. Los sentidos constituyen nuestras más au-
ténticas experiencias de lo que nos rodea. Estas
percepciones sensoriales nos ayudan a construir las
imágenes, que son formas invisibles e inmateriales de
lo que observamos.
Los sentimientos, de igual forma, son el ho-
rizonte de nuestro actuar. En angustia entramos
inesperadamente, nos enamoramos sin explicación,
caemos en la tristeza, inevitablemente en algún ins-
tante de nuestro vivir. Desde ahí vemos el mundo
como una manera sentimental de estar. Cuando se
fusionan los sentidos, las percepciones y los senti-
mientos en las imágenes, nace el poema, por tanto,
nuestra condición natural es estar en el mundo de
manera poética, inmediatamente, ahí inmersos en
el mundo. De forma que la poesía nos constituye
como seres humanos.

6
Una poética de lo cósmico
“El cielo es la marcha del sol, el curso de la luna, el fulgor
de los astros, las estaciones del año, la luz y el crepúsculo
del día, la oscuridad y la claridad de la noche, la bondad
y la inclemencia del tiempo, el paso de las nubes y la
profundidad azul del éter.
Cuando decimos cielo, estamos pensando ya en los otros
Tres desde la simplicidad de los Cuatro”
Martin Heidegger, Conferencias y artículos.
Si ahondamos más en estas consideraciones,
vemos en el fondo el horizonte último en el que
nos hallamos: entre el cielo y la tierra. Esta fusión la
vemos a diario desde que nos despertamos o incluso
cuando dormimos. El cielo nos cubre, la tierra nos
protege, el cielo parece invisible, puede ser la mo-
rada de los invisibles, de aquellos que siempre han
estado desde antes de que existiéramos: los dioses,
las divinidades, lo sagrado. La tierra está llena de
seres humanos, de objetos, de ciudades, de mares.
Este encuentro, según el poeta alemán del siglo xix,
Hölderlin, es lo que permite “habitar poéticamente”
esta tierra. Cuando vemos el cielo quizá pensamos en
lo divino y cuando deambulamos por la tierra, con-
sideramos nuestra condición humana finita, mortal.
La fusión de estos dos horizontes abre el espacio
del habitar. De esta manera, estamos, mediante los
sentidos y en la cotidianidad, en la dimensión de lo
poético. No tenemos que buscarlo solamente en
los libros de poesía, antes que eso moramos entre
cielo y tierra, por eso, la poesía es lo que deja que
nosotros vivamos, suframos, sintamos, recordemos e
imaginemos. Cuando la luz celeste se funde con lo
terrestre, se forma la imagen poética. Así que somos
como una imagen poética, un reflejo que vive en la
tierra cubierto por el cielo. Esta es nuestra condición
fundamental.
El desafío poético que nos compete
De modo que, en nuestro diario vivir, mediante los
Nos habla...
sentidos, las imágenes y los sentimientos, nos hallamos
en el mundo. Eso significa que nuestra condición de
existir es poética. Si así es nuestro día a día, estar en el
colegio es un modo de habitar. No conocemos la poesía
solo en la clase de español, sino que nos es connatural a
todo nuestro hacer.
En este sentido, la poesía es más que la clase de li-
teratura, es más que aprenderse unos versos o leer unas
obras literarias. Estamos bajo el cielo y caminamos por
la tierra. Así estamos en el colegio, en clases, en experi-
mentos, en escenarios, en descansos, entre diálogos con
nuestros amigos y compañeros. Por eso, nos compete
vivir bajo ese cuidado primordial, bajo la delicadeza de
ese encuentro. Por ello, este entorno en el que nos mo-
vemos merece ser protegido, porque estar en medio de
esa relación indica que se nos ha dado la mejor de las
posibilidades: la de recibir el brillo de lo celeste y poder
andar caminos en la tierra.
La poesía entonces no es una asignatura, es la con-
dición humana por excelencia, por esta razón creamos,
amamos, admiramos, respetamos, soñamos, nos angus-
tiamos o serenamos. De modo que la vida es ese milagro
de estar con los otros, de aprender, de comprender y
de comprenderse. De ahí que se habite poéticamente
siempre que existimos. Estar en la ciudad, ir al colegio,
entrar a clases, jugar, volver y regresar a casa son actos
asombrosamente poéticos.
Esta es una invitación a asumir sensiblemente esa
actitud, ese descubrimiento. Desde que nacemos hasta
que morimos somos expresión de la poesía. Desafor-
tunadamente, hoy vivimos un desequilibrio. Esta pan-
demia ha sido una de las manifestaciones de esa crisis
destructiva del planeta, ha sido una forma de lo que no
es poético porque impide una relación mutua entre cielo
y tierra: el cielo está contaminado, la tierra se está ago-
tando por obra del ser humano.
Así que estamos ante un reto en este tiempo desafor-
tunado y crítico: hacer lo posible por formarnos para cuidar
la tierra y el cielo para evitar el desastre, para reconocer en
el otro esa imagen de lo invisible y respetar su existencia.
Evitar que un humano asesine a otro y que los humanos
que hoy se dicen civilizados dejen de asesinar la tierra, de
contaminar el cielo y todo lo que ellos simbolizan.
Esta es una invitación para ustedes, niñas, niños y
jóvenes del iparm para vivir poéticamente en esta tierra.
Un llamado para aportar a diario actos de protección,
actos de respeto y actos de transparencia. Este planeta
está empobrecido, ha sido explotado y herido de muerte;
requiere que los humanos transformen sus acciones en
favor de la naturaleza, de sí mismos y de los otros para
poder superar esta pandemia planetaria.
7
 Para reiterar este llamado comparto uno de mis
Nos habla...

recientes poemas:
La tríada del tiempo: el espejo
A mi padre la barba se le hizo de un gris acristalado
mientras en una quebradita de agua se afeitaba
el día domingo para la misa de piedra y bruma, hace más de 50 años.
Miré mi rostro y percibí, hace poco, un gris abrumador
en mi barba.
Miré a mi hijo que se bañaba los dientes
con la mirada expectante de la mañana antes de ir al colegio
a sus 4 años de existencia acristalada.
A la vez, yo recorría el rostro de mi padre y su mirada repetía la vuelta
caminando
entre tanto frío de ciruelos, al lado del molino que giraba
como un reloj y dejaba la harina entre mantequilla y panela
en los días ingenuos de sol en el cuarto de adobe.
Mi hijo me miraba y repetía mis movimientos con la mano
con la dedicación de sus cuentos nocturnos
mientras le preparaba la masa para la rutina de la salida de la casa
por el asfalto y el mendigo diario.
En un delgado ensueño
nos vimos los tres
por el parecido del rostro.
Toqué su ropa de pana y sentí mi ropa como si tuviera 2 años.
Percibí su textura como rieles de tren de madera
o zanjas de regadío o surcos de tierra que mi padre hacía con sus bueyes de viento.
Ya perdí la diferencia, mi hijo soy yo que cuida de mi padre a punto de morir,
mi padre soy yo que cuida de mi hijo mientras dibuja su primera letra.
Mi padre me tiene la mano para que dibuje mi primera letra,
mi hijo sigue la mano de mi padre que hace la E de su nombre.
Mi padre ha vuelto en el rostro de mi hijo
y ha hecho posible que vuelva a girar la vida hacia los nacimientos.
Mi hijo tiene mi rostro entre niebla de páramo.
Siento la tibieza de los dos rostros, oculto uno en el otro,
pero ¿soy yo el duplicado?, ¿o padre o hijo?
Entre la somnolencia de la noche que va disminuyendo, mi madre presiona mi pecho
y con la delicadeza del tiempo me señala el ciclo del espejo.

8
Aprendiendo las vocales:
primeros trazos escritos

Confinamiento
Gabriella Bermúdez Gómez | Jardín

Jardín
Arturo Hernández Cortés | Jardín Sara Solano Mesa | Jardín

Iniciación a la escritura:
construyo con recortes mi nombre y el de mis padres

Nyia Diaz Castañeda | Jardín Jacobo Jeréz Calderón | Jardín

9
 Iniciación a la lectura y la escritura:
asociación fonética a partir del nombre
Confinamiento

Josvel Felipe Collazos Ulloa | Jardín

Samay Parra Prieto | Jardín

Jardín

Laura Isabella Delgado Barahona | Jardín

Anahí Eliana Espinosa Bojacá | Jardín

Lilah Susana Molano Mosquera | Jardín

Manuel David Hou Navarro | Jardín

10
 Iniciación a la lectura y la escritura:
asociación fonética a partir del aprendizaje de los días de la semana

Confinamiento
Thomas David Mantilla Forero | Jardín

Jardín
Hyksqa Rodriguez Barreto | Jardín

Miguel Angel Serrano Contreras | Jardín

Martín Alejandro Vergara Santos | Jardín

11
Confinamiento

Un jazmín en mi jardín “Yo amo la naturaleza y ella es hermosa.

“Cuidar la naturaleza”. Yo cuido la naturaleza y mi familia también”.
Hael Samuel Becerra Nitola | Transición A Juliana Lucia Colmenares Iglesias | Transición A
Transición A

“Cuidemos las plantas y las flores,

todos necesitamos de ellas”. “Cuidemos las flores”.
Elena Lucía Pastrán Contreras | Transición A Gabriel Castiblanco Benavides | Transición A

“Si se cortan las flores, las abejas no llevan

“Se debe amar la naturaleza”. el polen para producir más flores”.
Helene Itshahanna Sandino Ríos | Transición A Esteban Rodríguez Castiblanco | Transición A

“La plantas se aman y se cuidan”. “Hay que cuidar el medio ambiente

12 Miguel Fernando Martínez Ramírez | Transición A
y no arrancar las flores”.
Gabriela Jiménez Morales | Transición A
 Confinamiento
“Que no arranquen las flores
porque se marchitan”.
Ana Isabella Martínez González | Transición A Mariana Corzo Muñoz | Transición A

Transición A
“La prehistoria tenía
plantas y animales”.
Federico Montoya Mejía | Transición A “Un jazmín en mi jardín”.
Emily Sophia Mican Díaz | Transición A “Cuidemos la naturaleza”.
Mariana Mónzon Cabrera | Transición A

Historieta del Girasol

“Las plantas necesitan… agua, abono y cuidado”.

Federico Giraldo Díaz | Transición A 13
 Las profesiones:
proyecto que eligieron los estudiantes para este año
Confinamiento

Fotos grupales
en la clase de proyecto

La foto muestra el diseño de instrumentos musicales

luego de la exposición de una estudiante sobre el rock.
Sarita la veterinaria
Transición B

“Había una niña que curaba a los animales.

Un día llegó un oso malito,
ella lo cuidó hasta que se recuperó. Fin”.
Sara Isabella Díaz Niño | Transición B

En la foto los estudiantes realizaron un sombrero de

bombero luego de la exposición de un estudiante.

Pandemia
“Había una vez una doctora llamada Luciana que
ayudaba a personas con coronavirus, tenía una
hija a la que no podía cuidar para no contagiarla;
al terminar la pandemia se encontraron Bumblebee
nuevamente y vivieron felices por siempre”.
“Un día escaneó su vieja forma
Sophia Victoria Peralta Ruiz | Transición B
y se convirtió en camaro viejo”.
14 Dylan Gerónimo Prada Duarte | Transición B

El arquitecto
“Había un niño que vivía en una casa que su
papá había construido y un día ayudó a su
papá a colocar ladrillos. Aprendió a trabajar
Confinamiento
El Mamut
“La familia prehistórica era destructora de
mamuts. Ellos fueron su alimento y su vestido”.
Jhon Jairo Parado Mondragón | Transición B

Transición B
y creció, estudió y fue muy famoso. Yo quiero
ser como él cuando sea grande, arquitecto”.
Cristian David Fuentes Motivar | Transición B

Pepperoni
“Había una vez un chef que hizo una pizza
de pepperoni y le agregó un condimento
Un policía y tres ladrones que era picante sin darse cuenta, cuando lo
probó no le gustó porque picaba mucho”.
“Había un policía llamado Martín, un día vio tres
Ángel Gabriel Sánchez Cárdenas | Transición B
ladrones que robaron una billetera, los siguió
en su patrulla y los atrapó. Esa noche vio una
estrella fugaz y pidió que ellos se volvieran
buenos para que la ciudad viviera feliz siempre”.
Martín Guerrero Muñoz | Transición B 15
 ARAÑA: LA VIUDA NEGRA
Confinamiento

“Arácnido venenoso”
Taashii Marcelo Sanabria León | Transición C
Arácnidos
“Son animales invertebrados, o sea que tienen
un esqueleto interno. Pertenecen al grupo de los
artrópodos y a su vez a los arácnidos. Tienen ocho
patas, su cuerpo posee una cabeza y un cuerpo. Las
garrapatas son como vampiros que chupan sangre”.
Ahsley Villa Escobar | Transición C
Transición C

Isabella Viteri Cardozo | Transición C

“Me gusto cuando la araña

teje su telaraña”.
Isis Gabriela González Fuquene | Transición C

Victoria Zirel Bernal Martínez | Transición C

Escorpión marino gigante fósil

Niko Alejandro Chaparro Beltrán | Transición C
El escorpión arácnido
16 Linda Valeria Navarro Hou | Transición C
 Confinamiento
“Las arañas tienen 8 patas. Las más grandes comen ranas
y algunas se comen a los machos”.
Luisa María Medina Mora | Transición C

Juan Sebastián Guillén Gómez | Transición C

Transición C
“Arácnidos”
Miguel Ángel Alegría Triana | Transición C

“Tejen la telaraña muy rápido”.

Camila Saidiza Sánchez | Transición C

Artrópodos
“Miriápodos +10 patas; Insectos 6 patas;
Arácnidos 8 patas; Crustáceos 10 patas”
Luisa María Medina Mora | Transición C

Chrystalle Cáceres Gómez | Transición C

17
Confinamiento

“Es un arácnido muy peligroso, “Del escorpión

me gusta porque es muy venenosa”. me gusta su aguijón”.
Pedro Alejandro Arguello | Transición C Arlen Sofía Roya Velandia | Transición C
Transición C

“Las tarántulas comen insectos,

“Escogí la araña porque es construyen telarañas, también
inteligentes y hábiles”. tienen depredadores”.
Anamaria Castro Poblador | Transición C Alisson Ruiz Jiménez | Transición C

"Una araña picó a un hombre" “Araña… Gusano”

Cristóbal Hernández Hernández | Transición C Emily Sofía Stephat Rodríguez | Transición C
18
Nos habla...

Desde que tuve el conocimiento, siempre he sentido fascinación por la

Manuela Arias García
Los tres componentes de
mi corto nombre no son lo
suficientemente descriptivos
sobre la persona a la
que identifican. Por eso,
voy a apoyarme de estas
líneas para señalar que
soy Manuela, egresada del
iparm en 2018 y aspirante a
bióloga desde entonces.
literatura. Me dejo admirar por los textos que leo y encuentro belleza
en esa danza que compone un escrito: la manera en que las letras
se unen para formar melódicas palabras, que a su vez se coordinan
para hacer parte de una idea, marcada siempre por el ritmo de la
puntuación.
Como la música, la pintura y todas las formas de arte, la escritura es
el medio para dar libre expresión a todo aquello que llevamos dentro.
Considero que la mejor receta para escribir es permitir que las nuevas
experiencias sean parte de nuestra vida.
Así, la aceptación de nuestra humanidad y la humildad para reconocer
que cualquier momento es una oportunidad de aprendizaje son
herramientas que nos pueden permitir encontrar un motivo para
justificar nuestra existencia.

La eterna vigilia
E mpezar siempre es difícil. La elección de una pa-
labra que sea merecedora de la apertura a nuevos
mundos, la precursora de mares de sentimientos y
de líneas que traen consigo un pedacito del alma de
su creador, resulta una responsabilidad casi mortal.
Quizás por ese temor a elegir la incorrecta, o tal vez
porque existe la posibilidad de juntar las letras de
aquella detonante, la que desencadenaría una ma-
raña de ideas y secretos, que entre la espesura de la
timidez y la confusión no quisieran ser revelados; es
por el miedo a empezar que infinidad de grafemas se
quedan solitarios e incomprendidos.
Se conoce como la enfermedad de la eterna vigilia,
ataca al 100 % de la población en diferentes etapas de
su vida, y, aunque tiene cura, es muy extendida, pues
se reproduce a través de los rumores concebidos a su
alrededor. Así, las mejores incubadoras de la eterna
vigilia son dos ideas opuestas pero muy poderosas. La
primera plantea que la escritura está inherentemente
relacionada con la experimentación de sentimientos
profundos e intensos en nombre del portador. Lo que
se desconoce es que la inspiración puede venir de
cualquier parte y que la única emoción necesaria para
escribir es el deseo de hacerlo.
La segunda, contraria a la anterior, se instala en la
mente de los más inseguros y les hace creer que, pese
a contar con todas las ideas e inspiración, producto
de sentimientos y experiencias latentes que quieren
ser develadas, no deben atreverse a explorar el uni-
verso de las letras, porque para ello se necesita gran
conocimiento de las estructuras y reglas de redac-
ción. Como se puede observar, nuevamente se trata
de sucias artimañas para impedir que los dolientes
crean en su capacidad.
En momentos como aquel, la eterna vigilia hace
honor a su nombre, ocasionando que los enfermos se
mantengan siempre en la víspera de lo que pudo ser,
insomnes en una realidad que no los deja apropiarse
de sus sueños, de sus ideas, de su potencial. Como
se mencionó anteriormente, se trata de una afección
remediable. La cura consiste en erradicar todas aque-
llas ideas que fomentan el miedo y la inseguridad por
desempeñar la actividad que nos permitió trazar la
historia.

20

La serpiente cantante
É rase una vez una serpiente que deseaba cantar
y cuando creció encontró un lugar donde podía
mostrar su melodiosa voz que se llamaba canta
conmigo y después se encontró al director de la
orquesta.
—Hola, soy Luisa.
—Hola, soy Pedro y esta es mi orquesta.
—¡Wow wow wow! Que gran orquesta, ¿podría parti-
cipar? —preguntó Luisa.
—No no no no.
—¿Qué fue eso? —preguntó Luisa.
—No se debe dejar a las serpientes cantar aquí.
—Pues es mi amiga. –le dijo Pedro al dueño del lugar
—. Por favor.
Verónica Rubio López | Primero A
Valiente nunca se rinde
V aliente, el león que siempre tenía miedo. Un día
llegó un ratón llamado Triste, siempre estaba
feliz y un día lo invitó a dar un paseo, pero le daba
miedo; su amigo lo ayudó a vencer el miedo. Ahora
Valiente nunca se rinde.
Samuel José Quintero Valenzuela | Primero A
Reinvención
El Leñador y el águila
H abía una vez un leñador recostado en un árbol;
cuando él dijo:
—¡Qué linda madera tiene este árbol!¡Voy a talarlo!
El Leñador empezó a talar. El Águila llegó y dijo:
—¿Por qué cortas nuestro árbol?
—Porque quiero esta madera bonita.
El Águila asustada porque su hogar caería y no
Primero A
habría sombra advirtió al leñador que se arrepenti-
ría. Mientras recogía la madera El Sol se ponía más
caliente, pero ya no había sombra. Arrepentido,
El Leñador se dio cuenta de su error.
Juan Emilio Darwin Mojica Valderrama | Primero A
El tigre y el ratón
H abía una vez un tigre y un ratón que eran amigos
pero ¡BOOM! Tenían un problema…el tigre de-
rrumbo el castillo del ratón, el ratón se puso bravo y
le reclamó, ahora son buenos amigos.
Aaron Samuel Galvis Miranda | Primero A
21
Reinvención

El lugar increíble Los papás y el hijo casi perdido

H abía una vez unos personajes que estaban en una

nave, sus nombres eran Landa y Lobi, luego lle-
garon a marte y vieron el hombre de arena, intentaron
destruirlo pero no pudieron, pero uno si se escondió
para lograrlo, después vinieron muchos malos les
dispararon algunos, Landa y Lobi corrieron a su nave
volaron lejos y vivieron felices por siempre y colorín
colorado este cuento se acabado.
Dylan Zabala López | Primero B
Primero B
H abía una vez en un bosque una familia de ardi-
llas que vivía en un árbol muy grande y lindo, una
noche al papá ardilla el dio mucha hambre y le dijo a
la mamá ardilla que mientras el hijo dormía, fueran a
buscar algo de comer, salieron, y al escuchar la puerta
el hijo se levantó y se fue al cuarto de juegos, sus
papás volvieron con la comida y fueron a buscar al
hijo y ¡Oh! sorpresa no estaba en su cama, empezaron
a buscarlo por todo lado asustados, hasta que el papá
se acordó de su cuarto preferido y allí lo encontraron.

Al fin todos comieron felices.

Rescatando a la princesa Matías Sebastián Chávez Ávila | Primero B

H abía una vez una princesa y un príncipe que es-

taban enamorados y vivían en una casa. La prin-
cesa estaba recogiendo flores, cuando llegó una bruja
y la secuestró. El príncipe se quedó llorando. La niña
sabía dónde estaba la princesa. Llevó al príncipe a la
montaña y el príncipe venció a la bruja y los tres vi-
vieron felices.
Mía Valentina Peralta Saiz | Primero B

El edificio raro

H abía una vez un edificio donde sucedían cosas

raras, ahí vivían el pato Farki, Mamut y Antoño;
Farki y Mamut eran villanos, capturaban a los hu-
Terror en el parque de dinosaurios manos que vivían en el edificio, Antoño notó que
cada vez había menos personas, y se fue a investigar,

H abía una familia que estaba visitando el parque

de dinosaurios, de repente unos dinosaurios
hambrientos se les aparecieron por el camino y los
escuchó ruidos que venían del apartamento de Farki
y Mamut, entró y vio que los tenían atrapados, luchó
contra esos malvados animales y los liberó volviendo
atraparon para comérselos. Hasta que llegó una di- a la normalidad.
nosauria herbívora y los ayudó a escapar. Valeria Silva España | Primero B
Gabriela Lucia Martínez Díaz | Primero B
22

Los ratones
É rase una vez unos ratoncitos que vivían en un árbol
del bosque que tenía un hueco y ahí hicieron su
casita y eran muy felices hasta que un día escucharon
un ruido extraño y se asomaron para saber que era,
cuando se asomaron se dieron cuenta que un señor
estaba cortando su casita y se pusieron a llorar porque
no tenían a donde ir, entonces una ardillita les dijo
que la siguieran a su casa que quedaba en otro árbol
para vivir con ella y fueron felices por siempre.
Ángela Buitrago Acero | Primero B
Primero B
Las aventuras de mango
E ra sábado en la noche, estaban los hermanos
Mona, Viernes, Moca y Mango jugando a la pelota
en la montaña en Moniquirá. Mango era el menor de
los cuatro y tenía sueño entonces se acostó a des-
cansar y a ver las estrellas cuando sintió le dio dolor
en la pata y se despertó llorando, sus hermanos
fueron a ver qué le pasaba y empezaron a discutir al
sentirse culpables. Después de un rato una araña café
le dijo a Viernes que mordió a Mango.
Luego llegaron los papás y ya era hora de dormir
y todos trajeron sus camas menos Mango y los her-
manos trataron de poner a Mango en su cama porque
Mango no se podía poner de pie, después la araña le
dijo a Viernes que había una flor que podía curar a
Mango. Moca fue a buscarla, la encontró y la llevó a
la casa. Luego la araña la cortó con sus dientes y con
su telaraña lo curó, y vivieron felices para siempre.
Antonia Aldana Hincapié | Primero B
La niña y su papá
H abía una vez una niña que caminaba por el bosque
con su padre y al pasar por una cueva la niña le
Reinvención
pidió a su papá dejarla entrar para ver que había
adentro, pero cuando la niña entró se puso a llorar
porque vio a un monstruo de colores, el monstruo la
saludo pero la niña solo le dijo que se fuera a los que
monstruo le hizo caso y desapareció para siempre.
María Juliana Toro Hernández | Primero B
El pajarito y su mamá
H abía una vez un pajarito llamado Cupido, peque-
ñito, recién nacido que no tenía casi plumas. Su
mamá Rosalba le llevaba gusanitos para alimentarlo
pero el pajarito no quería comer gusanitos porque le
daba mucho pesar. Entonces se estaba enfermando
y estaba muy flaco. Su mamá decidió llevarle frutas
que encontraba en los árboles y así el pajarito se puso
bonito y con muchas plumas.
Juanita Suárez Gallego | Primero B
Primero B
La mala suerte de la abeja
H abía una vez, un niño estaba sentado bajo un
árbol del parque jugando con su celular. Cuando
el niño se dio la vuelta, vio que se le acercó una abeja
gigante. El niño asustado salió corriendo, pero la
abeja le perseguía y el niño se tropezó con una roca
y se cayó. Pero cuando la abeja iba a picar al niño, un
sapo que estaba cerca sacó su lengua y se comió a la
abeja de un solo bocado. El niño estaba a salvo, feliz
y contento.
Said Castell Sánchez | Primero B
23
 El mago

H arry Potter es un niño, Harry Potter tiene una ba-

rita, él ayuda sus amigos. Él es muy feliz, él hace
Reinvención

hechizos y tiene dos amigos.

Un mago, el mago es un niño, él está en una casa
de paja en la mitad de un bosque. El mago es Harry
Potter, él fue donde estaban los laberintos y se en-
contró con una lagartija que lo iba a atacar.
La lagartija es mitad hombre y mitad lagartija, el
mago con un hechizo así se defendió.
Se armó una fiesta en el bosque, donde hicieron
malvaviscos, estaban haciendo una fogata y piñata,
se divirtieron todos, Harry Potter y la lagartija se hi-
cieron amigos.
Samuel Esteban Ballen Poveda | Primero C
Primero C

Las cabritas del monte

E n un monte muy lejano vivían las cabritas en una

choza, todas las tardes salían al río a jugar con
las margaritas, un día cuando las cabritas jugaban se
acercó el oso y las asustó mucho, ellas le echaron agua
del río para que se fuera, así el oso salió corriendo a
lo alto de la montaña sin dejar rastro alguno. El oso
siguió su camino encontrando a la súper luna quien
alumbró con un rayo de luz todo su cuerpo, el oso
asustado al ver su sombra siguió caminando y se re-
fugió en el monte.
Al día siguiente las cabritas nuevamente salieron
muy felices a jugar al río, pero encontraron unas
huellas gigantes y siguieron el camino que estaba
marcado por las huellas, las cabritas se fueron desa-
pareciendo una a una y se convirtieron en colibrí, tor-
tuga, cuy y león, cada animal buscó un lugar donde
vivir porque sabían que cada mes en luna llena po-
drían volver a encontrarse.
Luna Jenay Chindoy Jamioy | Primero C

24
 Gato Mágico Bolsillo
M i gato mágico tiene muchos colores y le gusta
mucho la torta de mora vive en el bosque le
gusta bailar y tiene un bolsillo mágico y con él ayuda
a sus amigos, Mari y Robin son los vampiros amigos
del gato Mágico Bolsillo. Les gusta mucho chuparles
la sangre a los animales y asustan a la gente.
Un día, se encontraron los vampiros y el gato, ese
día discutieron porque los vampiros se enteraron que
el gato le regaló una pulsera a su amiga gata y a ellos,
eso los puso bravos, muy bravos.
Entonces, el gato Mágico Bolsillo con su amiga
gata, que se llama Linda Bolsillo le regalaron a los
vampiros pulseras de la amistad que eran mágicas
que los convertía en vampiros buenos. Después, hi-
cieron una fiesta y comieron pastel y tomaron jugo de
mora bailaron, jugaron y fueron felices para siempre.
Fin.
Isabella Acevedo Ortegón | Primero C
El oso feliz y el oso que no es feliz
H abía una vez un oso feliz que vivía en un bosque
con animales y también había un oso que no es
feliz. El oso feliz se fue a investigar y se perdió en el
bosque, muchas abejas le mostraron el camino y los
animales vieron al oso, y el oso que no es feliz en-
contró una casa con animales y se volvió feliz.
Linda Isabella Escobar | Primero C
Reinvención
Las aventuras de Fesai y Vegesh
U
n día Fesai salió a caminar y estaba todo tran-
quilo, tenía el poder de hacerse chiquito, sacar
la maldad y tirar bolas de energía buena, vivía en el
planeta tierra. Entonces llegó Vegesh un personaje
villano en una nave redonda y se bajó, iba a buscar a
Fesai así que lo atacó, Fesai se convirtió en chiquito y
luego creció le lanzó una bola de energía buena, pero
Vegesh envió a otro planeta a Fesai. En ese planeta
Fesai encontró unos marcianos y ellos le dieron una
nave para volver a la tierra. Entonces se fue al planeta
Primero C
tierra buscó a Vegesh y le entregó una bola de energía
buena para que no fuera más malo. Se volvieron
amigos y entrenaron juntos para vencer la maldad.
Simón Matías Morillo Rodríguez | Primero C
Juan el aventurero
J uan va al bosque en busca de un tesoro perdido.
Un día en medio de su aventura se perdió y eligió
un camino peligroso, sin saberlo cayó en una trampa
de animales salvajes, gritó y gritó ¡Auxilio! ¡Auxilio!
Muy fuerte, después de un largo rato un guardabos-
ques lo escuchó y lo rescató, lo llevó a su casa, allí
Juan el aventuro se recuperó y fue feliz para siempre.
Juan José Acosta Herrera | Primero C 25
 Cartas en tiempos de pandemia.
Ejercicio de escritura y catarsis: familias-niños
Reinvención

Q ué triste es el mundo sin la sonrisa de los niños,

las calles y los colegios, están vacíos… pero sé
que pronto nos volveremos a ver… Mientras llega ese
momento intercambiemos cartas.
Un abrazo enorme.
María Fernanda Castro Granados | Segundo B
Segundo B

H ola profe, buenas tardes.

Profe te quiero contar que yo todos los días
me he portado muy bien, y estoy con mi mamita, mi
hermanita y mi papá.
He ayudado en mi casa y he hecho tareas, he co-
loreado, he dibujado, he dormido, he jugado, también
he hecho ejercicio y un spa.
Quiero volver al colegio, extraño mis compa-
ñeros, extraño tus regaños, extraño las profes, ex-
H ola profe Paola, hola a todos, espero que estén
muy bien en sus casas, les cuento que estoy ha-
ciendo un curso virtual con un artista llamado Puño.
traño el parque, pero confío en Dios que esto va a
pasar.
Sara Valentina Herrera Dussán | Segundo B
Los extraño mucho.
María Fernanda Castro Granados | Segundo B

26
 Escritura creativa
a partir del libro Palabras que me gustan de la autora Clarisa Ruíz

Reinvención
Segundo B
Emma Naranjo Gómez
Hani Gutiérrez
Laura Díaz Moreno
Martín Olivos Camelo
Esteban Rico
Elisa Obando Jaimes
Juan Manuel Gutiérrez Rincón
| Segundo B

27
 Afiche publicitario
para nuestro café poético
Reinvención
Segundo B
Emma Naranjo | Segundo B
Juán Manuel Gutiérrez | Segundo B
28
Taller de poesía infantil
“Palabras del corazón”
Mi Gata
Mi gata Cloe es muy dormilona y dulzona,
es suave y abrazable,
gordita pero bonita,
anda maullando y saltando.
Es amarilla como una granadilla.
Emma Naranjo Gómez | Segundo B
El koala que yo aprecio
M i koala es un peluche que me acompaña toda
la noche,
su saco rojo como el verano.
Su pelaje gris, como la luna;
sus patas grandes, sus manos tiernas,
blancas y suaves son sus orejas,
me da un amor que es infinito
y cada día me brinda más en la noche más oscura,
es una luz por eso lo quiero cada vez más.
Laura Díaz Moreno | Segundo B
 Viajando por el mundo
É rase una vez un humano llamado Pablo, es un
explorador que viaja por el mundo, es valiente,
aventurero, y curioso, todo empezó cuando fue a la
Antártida y se encontró con Hielito, un pingüino azul
que es más pequeño de lo normal y es muy amigable
y divertido. Pablo y Hielito fueron al noroeste del Pa-
cífico y se encontraron con Colorín, un frailecillo cor-
niculado, es valiente, nada muy rápido y sabe mucho
sobre peces, cuando fueron a Canadá era primavera,
aprovecharon para ir al zoológico para conocer más
especies de animales, después escucharon un ruido,
Colorín voló y vio leñadores cortando árboles y Pablo
dijo ¡no lo hagan! Pero los leñadores dijeron; no es-
tamos cortando árboles, practicamos para una obra
de teatro. Todo quedó claro y se rieron después de
lo ocurrido.
Juan David Rodríguez Zamora | Tercero A
El día chévere
E ra una tarde muy fría y una niña llamada Sarita,
ella estaba aburrida entonces decidió llamar a su
amiga Laura y quedaron en verse en el centro comer-
cial para ir al cine, Laura era puntual pero Sara no.
Laura no sabía que su gatica Lili la seguía, cuando
entraron al cine la gatica pasó debajo de todas sillas
para encontrar a su dueña. La gatica se quedó viendo
la película muy emocionada y en una escena apare-
cieron muchos animales entonces ella de felicidad
maulló así que Sara y Laura salieron corriendo porque
todos las estaban mirando, no pudieron ver el final
de la película. Después fueron al parque y aunque
estaba haciendo mucho frío decidieron caminar, de
repente había una pista de hielo fueron a patinar, allá
les dieron botas a: Sara, Laura y la gatica Lili. Sara no
sabía patinar pero Laura porque era una gran amiga
le enseñó a patinar mientras la noche caía, cada vez
hacía más frío entonces se fueron a sus casa a tomar
chocolate con masmelos.
Juana Lucia Melo Santamaría | Tercero A
Reinvención
Rescatando la piedra lunar
E ra una mañana soleada en el bosque de Budapest
y, Trichot; un joven lobo de ocho años aficionado a
la arquería, ágil y amable, su hermana Poket de cinco
años; amable como su hermano. Iban rumbo al río
para encontrarse con Jack, un príncipe lobo de ca-
torce años. Jack es alto y fuerte, y les habló sobre una
piedra lunar que tiene contacto con las montañas y
eso hace que no se derrumbe, y los lobos la protegen
en lo alto. Esa piedra mantiene a Budapest en pie pues
tiene contacto con la luna y eso hace que montañas
no se derrumben, si la conexión se pierde durante
dos noches; Budapest y la piedra se desintegrarían.
Tercero A
Jack mandó llamar a sus hermanos pues son
lobos valientes y muy guerreros, que deben enfrentar
al malvado doctor Waybe. Un científico que hace
investigaciones y experimentos con mecanismos
magnéticos para lograr tener grandes cantidades de
energía. Su objetivo: dominar el planeta, y la noche
anterior envió a su dragón negro a robar la piedra
lunar. Para ese momento solo quedaban treinta seis
horas para rescatarla y volver al altar.
Después de mucho caminar, Trichot y Poket se
encontraron con su hermano Jack; les dijo la vieja
águila vio al dragón negro llevarse la piedra en los
colmillos, la piedra los dirigió hacía el templo sagrado
de la jungla, lugar donde el doctor Waylrie tenía su
laboratorio. Trichot que era un gran conocedor del
lugar, elaboró un mapa para llegar al templo, por su
parte Poket hizo una brújula y Jack hizo armas, cons-
truyeron un refugio. Al día siguiente los hermanos
se fueron al templo, cuando al pisar la entrada escu-
charon una trampa que se activa, habían tres cuartos:
uno tenía un robot, el segundo tenía el dragón y el
tercero tenía al doctor Wabre. Poket dijo: yo voy por
esta hojalata. Trichot se fue y se encontró un mons-
truo magnético y Trichot pensó que si le daba al
centro con una de sus flechas lo vencería, así lo hizo.
Jack por su parte se enfrentó al dragón y gracias a sus
armas logró vencerlo. Tomaron la piedra y corriendo
la llevaron al altar, Budapest se ha salvado.
Alejandro Casas Rodríguez | Tercero A
29
Reinvención
Un día en la cuarentena
M e despierto cada mañana y veo a mi hermana
estudiando, y tomo el desayuno, luego voy a
mi clase virtual con la profesora y mis compañeros
del colegio, después de terminar la clase hago las ta-
reas con mi mamá y luego puedo jugar con mi gato,
y juego con agua en el patio es muy divertido, des-
pués almuerzo y siempre hay postre, y luego veo tele
un rato, en la cuarentena yo me siento relajada y no
estoy triste, mi familia está bien y me apoya mucho.
Tercero B
En las noches mi mamá nos lee un cuento y hacemos
la oración dando gracias por el día.
Anna Isabella Flórez Casas | Tercero B
Cuarentena
E n esta cuarentena hemos hecho mucho, como jugar
parqués, ajedrez, dominó y cocinar. Gracias a Dios
hemos estado bien y nos hemos cuidado. Pudimos
viajar a mi finca, nos fuimos en el carro y nos fuimos
con tapabocas, y mientras llegábamos yo jugué con
el celular. Nos quedamos 13 días y nos devolvimos a
Bogotá, volvimos con una gatita que ahora es nuestra
mascota, su nombre es Lulú. Aprendí mucho allá,
como por ejemplo: escalar montañas, coger frutas de
los árboles, hacer un columpio en el árbol con una
rueda de carro y una cuerda, aprendí muchas cosas,
visité a mi prima y jugué con una vecina y me divertí.
Emily Daniela Barbosa Vargas | Tercero B
30
Conhoja y el virus mortal
E n Conhoja un día un virus mortal llegó, todos los
habitantes se asustaron y el virus se esparció. Las
clínicas llenas y el total de infectados era 500, recu-
perados 300, muertos 10, activos 200. Una familia
con 6 integrantes mi papá Minato, mi mamá Kushina,
mi abuelita Tsunade, mi hermana Saori, mi prima Sa-
cura y yo Naruto.
Nos cuidábamos mucho, jugábamos en casa,
veíamos películas y nos procurábamos por lo que
pasaba.
Afuera y a pesar de todas las consecuencias pasá-
bamos momentos divertidos, mi familia y yo estamos
bien y espero que todo vuelva a la normalidad y adiós.
Damián Esteban Ángel Gutiérrez | Tercero B
El virus y Gabriela
H abía una vez una niña llamada Gabriela Gaona
que siempre iba al cole y de repente un virus
llegó y todos se encerraron en sus casas.
Dicen que el virus se originó en China el virus se
llama covid-19 hace que a las personas les de fiebre,
tos seca, cansancio, molestia, dolor y dificultad para
respirar.
Muchas personas han muerto por este virus por
eso a Gabriela Gaona y a su familia les tocó quedarse
en casa que es a lo que llaman cuarentena.
Un día Gabriela se enteró que sus vecinos se en-
fermaron de covid-19 entonces Gabriela se asustó
porque su amiguito vecino se enfermó de covid-19
después de estar enfermos se tuvieron que quedar
en la casa por muchísimos días después los vecinos
se recuperaron y las cosas se pusieron mucho mejor
ahora Gabriela está feliz porque ha aprendido a hacer
muchas cosas y ha pasado tiempo con su familia, Ga-
briela quiere que todo termine para volver al colegio
y estar con sus amigos.
Gabriela Gaona Muñoz | Tercero B
 Cuento
E n un mundo diferente en el que solo existían los
felinos, que era como cualquier ciudad, con los
trancones, los problemas económicos y en un apar-
tamento vivía un gatito que cuando grande quería ser
un doctor. Ahora ponía mucho cuidado en las clases
de biología. Hasta que un día la profesora de biología
le dijo que quería hablar con él a solas y le dijo que
sabía algo sobre cómo podía entrar al mundo humano
y que ella era su tía abuela. El gatito se sorprendió
ante estas palabras y se desmayó. Cuando despertó
estaba en casa de un amigo y el amigo le dijo que sus
padres habían muerto, el gatito se echó a llorar, su
sueño de ser doctor murió. Ya habían pasado 18 años
desde la muerte de sus padres, ahora vivía en la casa
de un amigo y se volvió el gato Batman y derrotó a
muchos.
Juan José Zabaleta Bustos | Cuarto A
La Momia
H ace mucho tiempo en Egipto vivía una hermosa
niña llamada Amalia, y era la única heredera del
trono. Su madre murió y su padre, o sea el rey, se casó
con una mujer llamada Cleopatra, y tuvieron una hija
llamada Nefertaty. Cuando Amalia recibió la noticia,
se puso tan brava que hizo un trato con el mal, y el
mal le dio una daga con una piedra roja que le per-
mitía matar, dar vida eterna y revivir, entonces mató
al padre, la esposa y a Nefertaty. Le iba a dar vida
eterna a un hombre, pero le dispararon y la convir-
tieron en una momia por toda la eternidad.
Saray Sophia Orduña Porras | Cuarto A
El colegio de las ratas
E n el barrio Soratama, de la parada 12, había un
colegio que se llamaba Ratani, o el colegio de
las ratas. En el curso 4z había tres ratas: Yoli, Yuli
y Yeli. Yoli era una rata inteligente, linda y chévere,
Yuli era una rata traviesa y muy buena en Educación
Física, y Yeli era una rata muy creída y perezosa. Un
día se fueron a jugar a la mesa de la casa y había dos
gatos llamados Tina y Mono, Yoli, usó su inteligencia
para escapar de ellos, Yuli usó su agilidad para huir
de ellos, pero Yeli no pudo sobrevivir porque era
perezosa y la costumbre de que le hagan todo, no le
funcionó.
Isabella Bernal Collazos | Cuarto A
El Coronavirus
U n día en la selva un animal se puso muy enfermo
y de pronto murió. Los científicos investigaron
Reinvención
hasta que se dieron cuenta que era un virus que aún
no tenía cura. Entonces los científicos intentaron
hacer una cura para el virus, pero no lograron hacer
una fórmula para el virus. Y el virus sigue contagiando
animales y también personas hasta que las personas
tuvieron que lanzar una bomba nuclear para que el
virus no contagiara a las personas.
David Alejandro Garzón Sarmiento | Cuarto A
La Tortuga
H
abía una vez una tortuga que era maestra de
taekwondo y un diciembre le llegó una jirafa,
un hipopótamo y un rinoceronte que no saben tae-
kwondo, pero sabían el orden de las clases y la tor-
tuga no tenía paciencia y todas las clases los regañaba
y les decía que por qué no aprendían hasta que se les
saltó la paciencia que renunciaron y nadie quería tra-
bajar con ella. Y un día la jirafa, el hipopótamo y el
rinoceronte volvieron a clase y le dijeron a la tortuga
Cuarto A
por qué los regañaba tanto, que no importaba porque
era su amiga y que los regañara todo lo que quisiera
y que no les importaba, y la tortuga dijo que no los
iba a regañar porque los quería y les dijo que su cum-
pleaños era mañana, pero nadie quería ir. Y cuando
salió le estaban preparando una fiesta sorpresa por
el día de su cumpleaños. Compraron globos, serpen-
tinas y pastel, y cuando la tortuga despertó se llevó
una sorpresa cuando vio su fiesta.
Laura Alejandra Cortés Forero | Cuarto A
31
 Momo de Michael Ende
Reinvención

Honey Johanna Barrera Pinto | Cuarto A

David Alejandro Garzón Sarmiento | Cuarto A

Cuarto A

Miguel Alejandro Canchón González | Cuarto A

María Victoria López Alfonso | Cuarto A

Mariana Guaje Camelo | Cuarto A

32
 Copla
E ste es el amor, amor
el amor de mi vida
que en Roma me espera

Reinvención
El ajedrecista para ser una feliz familia.
más famoso del mundo
La vida es como la luz,
H abía una vez un niño que no sabía jugar ajedrez.
Estaba tomando clases de ajedrez, y nada que
le salía. Sus amigos y su familia ya habían ganado
la muerte es la oscuridad,
pero mi corazón
está lleno de bondad.
torneos de ajedrez, él era Lucas, un niño flaco, alto
y amable. Pero un día ocurrió algo terrible: murió
Cuando volvamos al colegio
su abuelo que tenía 98 años por cáncer de pulmón.
vamos a jugar,
Lucas estaba triste, pero entre cosas del abuelo en-
pero en la casa
contró un papel que decía: el mejor ajedrecista del
vamos a trabajar.
mundo, con un número: 3134646485. Este señor
Ana María Castañeda Aristizábal | Cuarto A
vivía en Bogotá, pero Lucas estaba en Manizales, y
su cumpleaños era el día siguiente, Lucas cumplía en
Halloween y no se podía perder nada, pero sus papás Trabalenguas
le dieron un carro con licencia para conducir. En-
tonces fue rápido a Bogotá, fue a la dirección y tomó
clases así fue como se convirtió en el ajedrecista más
famoso del mundo.
P ica pica pica Pedrito, pica pica pica la
luna, pica pica pica la flor, en este día de sol.
Ana María Castañeda Aristizábal | Cuarto A
Benjamín Arnedo Salazar | Cuarto A
Jeringonza

Cuarto A
Mis días en cuarentena

H abía una vez un niño que le gustaba jugar en el

celular e ir a visitar a su padre, también le gus-
taba jugar con su perrita; su perrita que era de color
blanco y café, también tenía una gran pelota y le gus-
taba saltar con ella, también hacia tareas, veía tele,
videos, dibujar, también le gustaba grabar videos con
sus dos tíos y el niño no le gustaba nada de comida
hasta que un día comenzó a probar huevo, queso y
muchas cosas.
Juan Sebastian Poloche Guevara | Cuarto A
L asara cusuru-asara-rensere-tesere-nasara ha-
sara sisiri-dosoro musuru-ysyry asara-busuru-r-
risiri -dasara porsoro-quesere usuru-nosoro nosoro
asara-prensere-desere musuru-chosoro porsoro
insiri-tersere-netsere essere massara disiri-verse-
re-tisiri-dosoro asara-prensere-dersere ensere elsere
cosoro-lesere-giosiorio
(La cuarentena ha sido muy aburrida porque uno
no aprende mucho por internet, es más divertido
aprender en el colegio).
Laura Alejandra Cortés Forero | Cuarto A

Poema
Mariposa del Viento

M ariposa del viento que fabulosa estás

mariposa del viento tan cálida y natural
tu brillo reluciente
mariposa del viento quiero verte, verte, verte.
Honey Johanna Barrera Pinto | Cuarto A

33
 El zorro que era diferente
H abía una vez un zorro que nació diferente a los
demás, había nacido con las orejitas blancas,
Reinvención
pero a él no le importaba. Cuando el zorrito fue
al colegio todos los demás lo miraban, ya que los
zorritos tienen las orejitas naranjas. La profesora
lo recibió, el zorrito se portaba muy bien, pero los
demás no lo querían. Él tenía un amigo que lo quería
como era. Cuando el zorrito se volvió grande era el
jefe de una empresa, pero los otros zorros que no
lo querían cuando eran chiquitos, excepto su buen
amigo Alejandro, tuvieron que disculparse, ya que
era su jefe, pero su amigo, no.
Santiago Caicedo Bogoya | Cuarto B
El zorro bromeador
H abía una vez un zorro llamado Flipy, a él le en-
cantaba hacer bromas a los demás: los hacía
caer, les escondía cosas y los molestaba. Un día, a
los que les hacía bromas se reunieron y planearon
una broma para él. A él no le gustó para nada y
aprendió, y no volvió a hacer bromas a los demás.
Cuarto B
María Alejandra Silva España | Cuarto B
El apocalipsis zorro
H abía una vez un país en el que solo vivían zo-
rros. Un día un científico trataba de inventar un
suero que curara todas las enfermedades. Llegó el
día de la prueba, pero todo salió mal, el zorro ya no
era un zorro común y corriente, era un zorro zombie.
El virus se esparció a todos los zorros, excepto a
tres zorritos llamados Diego, Santiago y Alejandro.
Ellos eran los únicos que sabían detener el virus, era
con agua. Llevaban años haciendo una máquina que
esparciera agua por todo el mundo, lo lograron y
encendieron la máquina. Lo habían logrado, todo el
mundo había vuelto a la normalidad.
Ilmar Alejandro Prieto Irreño | Cuarto B
34
El Rinoceronte
H abía una vez un rinoceronte que vivía en África.
Todos los días él tenía que aguantar calor y sed en
un desierto. Tuvo que caminar mucho todos los días sin
descansar ni dormir. Entonces el rinoceronte hizo un
viaje caminando hartísimo, llegó a los Estados Unidos,
consiguió una casa y al lado de la casa había tiendas.
Pero tenía poca plata para comprar algo, solo le alcan-
zaba para el agua. El rinoceronte compró una botella
de agua, muy feliz se la tomó. Entonces el rinoceronte
quiso tener un trabajo y lo tuvo. El rinoceronte feliz
con su trabajo consiguió muchísima plata y se compró
un iPhone 11 y un Xbox 360, etcétera. Fin.
Cristian Camilo Arias Silva | Cuarto B
Reencuentro con la felicidad
El sol había despertado,
todo estaba preparado,
tapabocas gel y saco
íbamos a la Virgilio Barco,
jugando, corriendo, saltando,
nos divertimos hasta el cansancio,
perseguimos a Maximiliano,
el cuadrúpedo enano,
¡nadie pudo apresarlo!
jadeando, ladrando y brincando
él también quedo infartado.
Regresando al nido temprano,
el sol tomo su descanso,
una ducha caliente, sonrisa de lado a lado,
todos terminamos relajados,
la luna se fue despertando,
dormimos en sueño pesado,
como sino hubiéramos descansado,
en más de mil millones de años.
María Alejandra Silva España | Cuarto B
 Coplas
E
ste es el amor amor
que llevo en mi interior
y por esa razón
quiero brindártelo yo.
Yo no soy de por aquí
yo vengo de la playa
y allá desayunamos
fruta con papaya.
La vida es como la luz
la muerte es muy oscura
cuando las dos se mezclan
forman una locura.
Cuando volvamos al colegio
volveremos a jugar
ya que pasó el covid
vamos a disfrutar.
Allegra Rodríguez Vera | Cuarto B
Y o no soy de por aquí
vengo de un lugar lejano
nadie me entiende por ahí
pero tengo un recuerdo cercano.
La vida es como la luz
no hay nada negativo
de la oscuridad sale un bus
ahí todo es positivo.
Cuando volvamos al colegio
aprenderemos otra vez
encontraremos nuestros privilegios
y nos abrazaremos también.
Ana Monserrat Suárez Aguirre | Cuarto B
Trabalenguas
C uando compartimos con amigos
Reinvención
másmelos estamos melos
gomelos como los chocmelos
y gocemos con los compañeros.
Alan Samuel Parales Ortiz | Cuarto B
V amos corriendo rápido
como un rayo rompiendo
el record de risa,
riéndonos a carcajadas
porque la rana se cayó
de la rama al río Rin.
Allegra Rodríguez Vera | Cuarto B
M ireya y los otros miraban estrellas
a ver cuál de ellas se estrella.
Si ninguna estrella se estrella,
seguirán mirando estrellas.
Laura Camila Patiño Gutiérrez | Cuarto B
Cuarto B
C amila esta de cumpleaños, cumple cinco años,
los amigos: Camilo, Carla, Carlos, Carolina, Ca-
silda, Casimiro y Catalina comen churros, como los
churros están calientes prefieren ir a correr.
Camilo, Carla, Carlos, Carolina, Casilda, Casimiro
y Catalina con Camila se caen al charco.
Nayra Manuela Bogoya Martínez | Cuarto B
N oñi le hace a Ñino una seña para que Nañe y
Ñena miren la nube de piña,
Ñanu y Nuña piña en la nube ven, pero Nuñe y
Ñenu teleraña ven.
Noñi, Ñino, Nañe, Ñena, Ñanu, Nuña, Nuñe y
Ñenu en el parque felices el cielo ven.
Sara Valentina Sissa Rincón | Cuarto B
35
 SIE Durante la sequía le estuvieron pidiendo agua a
SIE y ella siempre les decía:

C uenta la leyenda que en el Río Amazonas había un

hermoso paisaje y una maravillosa tranquilidad.
—Perdón, pero es para que se den cuenta lo va-
liosa y necesaria que es el agua.
Reinvención

Lo más maravilloso allí era el agua, pero los ha-
bitantes del Amazonas no comprendían eso y todos
desperdiciaban el agua, por ejemplo: los niños y
niñas jugaban con ella y los adultos la contaminaban
echando basura en las tuberías y estas llegaban a los
ríos y mares.
Realmente eran muy pocos los que la cuidaban,
pero un día, desde el río Amazonas apareció una mujer
de gran estatura que todo su cuerpo estaba hecho de
agua; era SIE la diosa del agua y fue al pueblo y les
preguntó a todos
—¿Por qué ustedes no cuidan el agua? —y ellos le
respondieron:
—Porque nosotros pensamos que no la nece-
sitamos y además tenemos mucha y nunca se va a
acabar— a lo que ella contestó:
—¡Ah en serio!, entonces voy a hacer esto: los
dejaré cuarenta y ocho horas sin agua— y ellos le
Quinto A
Después de pasado ese tiempo, una vez regresó
el agua, cada persona se tomó más de un vaso de
agua y SIE les dijo:
—Vamos a hablar sobre lo que acaban de pasar en
estas cuarenta y ocho horas, les voy a explicar porque
el agua es tan importante —entonces la mayoría de
las personas dieron su opinión sobre lo que les pasó
y después SIE les dijo:
—El agua es el elemento más importante para la
vida. Es de una importancia vital para el ser humano,
así como para el resto de los animales y seres vivos
que nos acompañan en el planeta tierra, ellos com-
prendieron lo sucedido.
Después de eso nunca más volvieron a desperdi-
ciar el agua.
María José Ramírez Rondón | Quinto A

dijeron:
—Eso es imposible —y ella les dijo:
—No lo es para mí, porque yo soy SIE, la diosa
del agua.
Y ellos después de escuchar eso se empezaron a
reír y dijeron;
—Haz lo que nos acabas de decir y si cumples con
eso, dejaremos de burlarnos de ti por lo que tú crees
que eres.
Entonces, ella a la media noche, en menos de
cinco minutos mientras todos dormían hizo que ya El tigre y el cazador
no hubiera más agua en el Amazonas. A la mañana
siguiente, fue un habitante a preguntarle a SIE que
si al fin había cumplido con lo que ella había dicho y
E n el río Magdalena hay un dios en forma de tigre
que es el protector de todos los ríos, sus aguas
son cristalinas, a sus alrededores hay muchos árboles
ella le respondió que el mismo fuera a revisar y él eso
verdes, cafés, amarillos, naranjas y rojos con flores
hizo, quedó asombrado porque se dio cuenta de que
rosadas, el sitio es tranquilo y se siente un silencio
sí había sucedido; entonces él fue a decirle a todos
que produce mucha paz. Un día el dios tigre comía un
los habitantes, pero también se rieron de él, justo
rico pescado que recolectó del río, de pronto escuchó
como se habían reído de SIE. Él les dijo si no le creían
que un fugitivo se había escapado de la prisión por
fueran a revisar a sus casas, en efecto, cuando ellos
tráfico ilegal de animales y por cazar sin permiso, el
fueron a ver se dieron cuenta que nadie tenía agua, en
tigre se preparó para proteger su territorio de ese ser
principio no les pareció importante, pero al pasar de
malvado; pero el cazador vio un túnel y se escondió
las horas y ver que necesitaban el agua, para comer,
ahí, metiendo también unos químicos, el dios tigre
bañarse, alimentar a los animales, cuidar de sus cul-
lo buscó hasta que vio unas huellas de zapatos y las
tivos y plantas, simplemente para vivir. Todos se dis-
siguió, ahí se encontró con el cazador, quien estaba
culparon con SIE y ella los perdonó; pero les dijo:
echando unos químicos en el río que lo ponía de
—No olviden que ahora van a quedar sin agua
color verde como la basura, olía a podrido y estaba
cuarenta y ocho horas, perdón, pero es lo que les dije
matando a los peces. El tigre se lanzó hacia el cazador
y yo no incumplo mis promesas.

36
para detenerlo, los dos cayeron al piso y el tigre le
dijo al cazador:
—¡No hagas eso! porque estás matando los ani-
males que viven dentro del agua y a los que viven
en la tierra los vas a dejar morir de sed. ¿Quieres
eso? ¿Quieres dejar morir también a los humanos?
¿Quieres hacer que todos mueran? ¿Eso quieres?, el
cazador respondió:
—Sí, eso es lo que yo quiero, que todos desapa-
rezcan, eso es lo que quiero, porque todos me han ol-
vidado, me han ignorado, todos estos años, además,
¿cómo me vas a derrotar? si ni tienes poderes jajaja-
jajajaja, eres solo un pobre tigre que cree que es un
guardián, el dios tigre le respondió:
—Eso es lo que tú crees, pero mira yo sí tengo po-
deres, te lo demuestro con mi súper velocidad ¡PUM!,
¡PAM!, ¡ESCLASH!, ¡BOOM! No más, por favor, si
quieres me voy y me entrego a la policía, pero no más
por favor. El dios tigre le respondió:
—Bueno, pero yo te voy a acompañar hasta la es-
tación de policía y así me aseguraré que no vuelvas a
hacerle daño a nuestra naturaleza.
Mariana Arce Cárdenas | Quinto A
Los guardianes de Chingaza
E n el departamento de Cundinamarca se encuentra
el parque Chingaza, en él se encuentran unas la-
gunas, a esas lagunas las cuidaba un oso de anteojos
llamado granados, un venado llamado Panela, un
puma llamado Ric, un tucán llamado Pol, un zorro
gris llamado Col y un cóndor llamado Ford.
A las lagunas iban muchos turistas, un día unos
turistas fueron y votaron basura a las lagunas, Ford
los vio y se fue a avisar a Granados, Panela, Ric, Pol
y a Col.
Cuando Ford les avisó, se fueron todos a bus-
carlos, cuando los encontraron se asustaron y se
dieron la vuelta, los guardianes del parque fueron
rápidos y rodearon a los turistas. Granados les dijo a
los turistas que no los iban a dejar ir hasta que reco-
gieran toda la basura que habían tirado a las lagunas.
Cuando los turistas estaban recogiendo la basura
de las lagunas, se les olvido unos plásticos, cuando se
estaban yendo se convirtieron cada uno en un animal
diferente.
A los guardianes del parque no les gustaba tener
basura en las lagunas ni menos en su parque, los
turistas se volvieron guardianes del parque y así en
estos momentos hay muchos guardianes del parque.
Ana Isabella Florido Manjarrés | Quinto A
Reinvención
Los cuatro elementos
E
n un pueblo llamado Chanchito había una gran
flora y fauna, un río en el que se bañaban y lavaban
ropa, pero un señor llamado Felipe malgastaba el
agua del río y cazaba los animales, en esta población
también vivía un señor llamado Enrique que cuidaba
la naturaleza y defendía a los animales.
Quinto A
Un día Felipe le disparó a un venado, Enrique al
ver esto se enfureció y le gritó, Felipe se llevó el ve-
nado, lo disecó y lo colgó en una pared de su casa.
Los Dioses al ver toda esta maldad se enfurecieron y
llevaron a Felipe a un templo con cinco tronos, el del
medio estaba vacío y en los otros había cuatro dioses,
el primer dios dijo:
—Te otorgamos 4 poderes, yo te daré el poder del
agua —el segundo dijo:
—Yo te daré el poder fuego —el tercero dijo:
—Yo te daré el poder del aire —y el cuarto dijo:
—Yo te concederé el poder de la tierra —Felipe
respondió:
—Gracias, pero ay, olvídenlo —y volvió a su
pueblo.
Entonces los dioses decidieron otorgarle los po-
deres a Enrique.
Felipe continuó malgastando el agua y Enrique
señaló el agua y creó una ola que le cayó a Felipe y
quedó empapado, empezó una pelea, Felipe le dis-
paró a Enrique y este lo esquivó, la pelea continuó por
un largo rato y como resultado Felipe quedó muy mal
herido, al notarlo Enrique usó el agua para sanarlo,
Felipe al notar el verdadero poder de los elementos y
que son dadores de vida, prometió cambiar y dedicar
su vida a cuidarlos y preservarlos, los dioses al notar
el gran corazón de Enrique le dieron el puesto del
trono vacío como guardián de los elementos.
Juliana Andrea Castilla Ramírez | Quinto A
37
 El Caballero Valiente Una noche lluviosa, Héctor se encuentra en la
plaza central con Abomasnow y le dice al monstro:

H ace muchos años existió un caballero llamado

Héctor, el más valiente y fuerte de todo el pueblo;
—¡TÚ NO ME DAS MIEDO! Y el monstro le
responde:
Reinvención

este pueblo estaba ubicado en medio de un bosque —¡EN SERIO HOMBRECITO, TÚ NO ME

de la región pacífica colombiana y se llamaba Cyn-
daquil, tenía casas coloniales, las calles eran empe-
dradas, y había una iglesia en la plaza central donde
los habitantes se reunían cada domingo.
Héctor, nuestro héroe poseía una espada de
fuego que era su poder, él era alto, tenía ojos azules
y era un poco flaco pero fuerte, a él le gusta proteger
a su pueblo.
Un día salió del pueblo a visitar a su madre que
vivía a miles de kilómetros de allí, días más tarde se
entera de que en Cyndaquil se estaban desapare-
ciendo muchas personas, y llegaba poca agua a las
casas.
Héctor decide volver al pueblo a averiguar qué
estaba pasando. Le preguntó al alcalde que se lla-
maba Juan García, él dijo que se desaparecían las per-
sonas que vivían solas, los vecinos relatan que Arturo
llevaba ratos en no salir de su casa y nunca lo vol-
vieron a ver, así que decidieron dar aviso al alcalde,
Quinto B
DETENDRÁS!
Al instante Héctor saca su espada de fuego y
Abomasnow quedó sorprendido, el monstruo le co-
mienza a lanzar cuchillas de hielo y Héctor atacó, el
monstruo lo empujó y le rompió la espada a Héctor,
comenzó a correr y a lanzarle cosas y Abomsnow se
fue debilitando, y Pedro le dio una espada de fuego y
mató a Abomasnow, y el alcalde y las personas Cyn-
daquil le agradecen a Héctor. Y a partir de entonces
no volvieron a desaparecer más personas y el agua
llegaba en cantidad normal.
Alejandro Salas Ortega | Quinto B

el alcalde dijo:
—Yo revisé la casa y no lo encontré, me pareció
muy curioso que en la sala había mucha agua; él fue
el primero en desaparecer, pasado los días desapa-
recieron más personas; se podía ver que en las casas
de las victimas había siempre agua. Además, cada día
llegaba menos agua a las casas.
Héctor esa noche se va para a donde Pedro, un
amigo de la infancia quien vive solo, porque el pen-
saría que en ese sector llegaría el monstruo, ellos
estaban hablando de lo que sucedía, cuando estaban
juntos escucharon un ruido extraño, ellos se aso-
maron a la ventana y vieron a un monstruo de hielo
que se estaba llevando una amiga, y salen corriendo,
pero no logran alcanzarlo.
El monstruo se llamaba Abomasnow y le gustaba
La leyenda del Copetón Fantástico
llevarse a las personas para congelarlas, con lo cual
desperdiciaba mucho el agua, hasta tal punto que
el pueblo se estaba quedando sin agua. El mons-
C uentan que hace alrededor de 300 años existía
un lugar lleno de agua tan cristalina como un dia-
mante, con diversas plantas y flores de abundantes
truo vivía en una cueva a las afueras de Cyndaquil, colores que parecían recordar un arcoíris y deliciosos
era gordo estaba hecho de hielo con ojos oscuros y aromas que producían un estado de intensa paz. Los
medía dos metros de estatura. El solo sale de noche torcaces, copetones, monjitas, tinguas, parameros
porque si sale de día Abomasnow se derrite, el de- y mirlas al igual que curíes, lagartijas y ranas vivían
testa el color y fuego y el solo come helados. en un completo paraíso, contaban con suficiente es-
pacio y alimento para vivir, tanto así, que solo sabían
cantar y saltar de alegría.

38
 El Humedal Juan Amarrillo ubicado en la ciudad vecino llamado Rodrigo que arrojaba sus residuos
de Bogotá, en la localidad de Suba y parte de Enga- en el Humedal a altas horas de la noche, atacó por
tivá, acogía a todos estos animales y plantas, pero la espalda al ave pero el arma que había usado para
cuando el hombre empezó a vivir cerca de este lugar herir al animal fantástico resultó ser muy débil para

empezaron a ocurrir cosas horribles, muchas per-
sonas contaminaban el lugar dejando sus desechos
en horas no adecuadas y empleándolo como sitio
para abandonar lo que ya no usaban, talaban los ár-
boles y arrancaban las plantas para tener más espacio
para ellos sin darse cuenta que con ello afectaban
su propia vida, habían olores desagradables todo el
tiempo, el aire empezó a contaminarse por la falta de
árboles, los animales sufrían enfermedades y no te-
nían suficiente alimento ni lugar para vivir.
Sin embargo, algunos habitantes de la zona no
contentos con la situación intentaban persuadir a sus
vecinos irresponsables diciéndoles que lo que hacían
afectaba la comunidad y también a los animales y
plantas que vivían allí, pero aquellos irresponsables
jamás hacían caso y continuaban contaminando y ta-
lando árboles. Mientras tanto los animales estaban
tristes y enfermos, había muerto un famoso Pato del
Humedal, un Copetón le decía a su amigo Paramero
que se estaban quedando sin comida y muchos es-
Reinvención
las plumas de hielo con las que se defendió, así que el
golpe fue devuelto lastimando su rostro, por el golpe
recapacitó y viendo la destrucción del Humedal se
sintió conmovido, corrió a contarles a sus vecinos y
conocidos el extraño suceso. Óscar despertó después
de haber recibido semejante chorro de agua, (el que
a su vez desapareció misteriosamente) y explicó al-
terado que jamás volvería a perjudicar el Humedal,
más bien emprendería acciones que contribuyeran a
la limpieza y conservación del mismo siempre bus-
cando el apoyo de la comunidad.
Desde entonces esta ave se conoce como “el Co-
petón fantástico” y se ve merodeando en los cuerpos
de agua de Bogotá y Cundinamarca en compañía de
un misterioso hombre que dice ser un antiguo le-
ñador, juntos protegen los entornos acuáticos y cas-
tigan a quienes inconscientemente contaminan los
recursos hídricos.
Diego Alejandro González Tiuso | Quinto B

Quinto B
taban enfermos, por ejemplo, su vecina Monjita tenía
a su hijo enfermo, el señor Torcaz tenía dificultad
para respirar, además muchos nidos se habían caído
porque los árboles se habían deteriorado, saucos,
alisos, arbolocos, pinos, cipreses, y araucarias se es-
taban secando y cayendo por el agua contaminada.
Días después, mientras un reconocido leñador y
carpintero del sector, llamado Óscar, estaba en sus
labores diarias cortando un gran árbol, un Copetón
volaba al mismo tiempo buscando comida, en el
mismo instante que caía el árbol al ser cortado, el Co-
petón se atravesó y recibió un gran golpe, cayendo
agonizante, justo antes de morir tuvo un deseo ex-
traño que lo impulsó a comer la última hoja de un
Sauco que pasó ante sus ojos. De pronto tras una es-
truendosa explosión resurgió el Copetón, pero esta
vez convertido en un ave fantástica hecha completa-
mente de agua con alas brillantes y cristalinas. Óscar
el leñador, herido por la explosión y asombrado por
tan extraordinaria criatura se desplomó, entonces el
ave extrajo toda el agua contaminada del Humedal
mientras nueva agua pura emergía en el lugar, re-
sentido por los actos del leñador le disparó toda el
agua sucia que había extraído en un solo chorro. Los
animales celebraban lo ocurrido con gran alboroto,
pero en ese momento se sumó al enfrentamiento un

39
 La transformación de Oregón
E n Estados Unidos, Oregón es un pueblo que queda
escondido entre el hermoso valle de Tilupán, un
Reinvención
lugar de ensueño donde sus habitantes gozaban de
armonía y mucha salubridad. Sus fuentes hídricas,
el cielo azul y el verde de sus montañas hacían con-
trastar la mirada de quien lo visitara, anhelando
nunca salir de aquel bello lugar.
Pasó el tiempo y a Oregón llegaron un grupo de
personas que provenían del sur de México para ra-
dicarse durante un tiempo, debido a la poca venta
de su mercancía. Los Picanes, como solían llamarse,
fabricaban artesanías con diferente tipos de mate-
riales y su llegada a Oregón causó gran sensación;
el comercio de la región se fortaleció, generando
prosperidad.
Sin embargo, aquellos inmigrantes no tenían
conciencia ambiental, pues en las noches mientras
todos los habitantes dormían, ellos aprovechaban
que nadie los veía y tiraban la basura sobrante de los
materiales con que fabricaban las artesanías. Con el
paso de los años el lugar hídrico estaba estancado
por la basura, hasta el agua se ponía turbia, ni la lluvia
Quinto B
podía desestancar el río o moverlo. El ambiente se
tornó de olor a basura y esto hizo que se marchitaran
las plantas.
Un año después, el río seguía igual, el pueblo
había construido una represa natural para intentar
descontaminar un poco el río. Los pueblerinos no se
aguantaban el olor a basura y el ruido de los animales
quienes iban a comer de los desechos. Una noche, una
manada de mapaches empezaron a comer la basura
mientras que otros animales olfatearon el basural
y se unieron a darse un gran banquete de desechos
tóxicos que pasadas unas horas estos animales resul-
taron muertos.
Al día siguiente un señor de la tercera edad es-
taba caminando hacia el río para coger frutos de los
árboles y al ver los animales muertos y la inmensa
contaminación en que se encontraba el río quedó
muy sorprendido; se sentó en una roca a llorar como
un niño. Decía:
—¡¿Por qué somos tan inhumanos?! ¡Qué nos
cuesta cuidar nuestro hogar, los animales, nuestra
madre naturaleza! Y en un ataque de valentía seco
las lágrimas de su rostro y corrió como un niño. Se
acercó a la plaza de mercado y dijo con voz fuerte y
chillona:
—Señores y señoras, les quiero manifestar sobre
la importancia del agua. El agua es un recurso muy
40
especial que nos da la vida y no la podemos desper-
diciar ni contaminar, pero lastimosamente no le pres-
taron atención.
En medio de su impotencia el abuelo regresó a
casa y en medio de suspiros y con el corazón en la
mano empezó a suplicarle a los dioses que le ayudara
a crear conciencia a todos los habitantes de Oregón
para eliminar por completo la contaminación del río y
la mortandad de los animales. Esos dioses eran Zeus
y Poseidón, que escucharon sus súplicas. Instantá-
neamente, los dioses ya estaban en la casa del abuelo,
quien les contó lo que había visto en esa triste ma-
ñana. Zeus y Poseidón al llegar al río desataron una
tormenta para lograr limpiar el río de toda los dese-
chos que fueron arrojados por los Picanes. Los dioses
no dudaron en ningún momento en echar del pueblo
a los Picanes. Desde ese día, Oregón aprendió una
gran lección; la importancia de escuchar al prójimo y
de cuidar los recursos naturales.
Samuel Andrés Monzón Cabrera | Quinto B
Los gigantes de la Sierra Nevada
U
na vez en unos hermosos bosques húmedos, con
majestuosos picos nevados y abundante flora y
fauna. Era la mente del mundo donde se originaba
el equilibrio de la naturaleza y de la vida humana.
Allí había cuatro gigantes, seres espirituales. Ellos
eran Arhuaco, Wiwa, Kankuamo y el más importante
Kogi. Cada uno tenía dos días de la semana asignados
para cuidar. Wiwa lunes y martes; Arhuaco miér-
coles y jueves; Kankuamo viernes y sábado, y Kogi el
domingo.
La función de estos guardianes gigantes era
cuidar el territorio en los días asignados. Pero ¿por
qué Kogi era el más especial y sólo cuidaba un día?
Porque él era el mayor y según esta comunidad con-
formada por indígenas y sus ancestros, el mayor de
la tribu es el líder, por ser considerado el más sabio y
por lo tanto, todos le respetan y le obedecen.
Este fue su método durante mucho tiempo, pero
Kogi, al creer que había entrenado bien a los otros
guardianes, decidió que era su momento, que por fin
podía ir al más allá en paz con sus ancestros, y conver-
tirse en uno de ellos. Debido a esto los gigantes de-
bían escoger a otro para que fuera el más importante,
el más sabio y por supuesto, su líder. Esto les tardo
algún tiempo mientras que hacían sus pruebas. Tris-
temente, los humanos, que nacen con el instinto del
bien y del mal, a veces dejan invadir su corazón y sus
venas por la oscuridad de la avaricia en los ríos fríos
de su alma. Al ver que no había nadie cuidando los
domingos, fueron a explotar el lugar, talaron árboles,
mataron animales pero sobre todo, le colocaron quí-
micos de todos los tipos al agua de las cascadas y la-
gunas, luego la embotellaron, la marcaron, la sellaron
y se la llevaron. Esto hicieron con toda el agua que
pudieron transportar. El lugar quedó hecho un com-
pleto desastre.
Al día siguiente, Wiwa se dio cuenta que allí, sin
lugar a dudas, había ocurrido algo terrible, e inme-
diatamente alerto a los demás guardianes, ellos to-
maron calma y tomaron medidas ¡y allí comenzó la
pelea! o…bueno…como lo dirían los humanos: “una
milagrosa toma de conciencia”. Los gigantes, inge-
niosamente invocaron a sus dioses y ancestros en un
ritual espiritual. Cuando todos ellos ya estaban ahí,
trajeron a los humanos que destruyeron el lugar y les
hicieron una toma de conciencia en la que se vieron a
ellos mismos y a sus futuras generaciones afectados
por sus daños al medio ambiente. Cuando terminó,
los dejaron ir, pero desde allí nunca volvieron a hacer
algún tipo de daño al medio ambiente, ya que todos
se convirtieron en defensores. Ellos no eran gigantes
en tamaño, pero sí en su lucha por el planeta. Ellos
se llamaron ambientalistas y viajaron por todo el
mundo dando testimonio de este genial hecho. De
esta manera, la Sierra Nevada de Santa Marta volvió
a ser el lugar sagrado que sostiene el equilibrio de la
vida humana en Colombia y en el mundo.
Heset María Becerra Nittola | Quinto B
Drakaris, el protector del agua
H ace mucho tiempo, en el sur de Bogotá, la la-
guna de Tibanica era un espejo que reflejaba la
Reinvención
inmensidad del cielo dentro de sus aguas, toda la po-
blación le tenía miedo a la bestia que protegía la la-
guna, la bestia se llamaba Drakaris, nadie se acercaba
a la laguna en el día, pero un grupo llamado “Ataúd
risueño” acudía todas las noches. Contaminaban
y malgastaban el agua siguiendo las órdenes de su
líder, quien se llamaba Fragmentado, pues tenía múl-
tiples personalidades.
Un día, Drakaris empezó a atacar la aldea más
cercana llamada “Titan”, estaba furioso al darse
cuenta que el agua empezó a desaparecer, los ani-
males a morir y la laguna a putrificarse. El cacique le
explico a la bestia que el grupo “Ataúd risueño” era
el que desperdiciaba el agua y causaba todos estos
males, el cacique también le dijo sobre su líder y lo
escurridizo que era.
Drakaris, el cacique y otros indígenas guerreros
esperaron hasta la noche, vieron a Fragmentado,
pero estaba muy diferente, hay comprendieron todo,
Fragmentado era un dios maligno él era el dios de las
Quinto B
bromas y actos malos. Todos se lanzaron a la batalla
los indígenas estaban ganando, hasta que Fragmen-
tado ayudo a los suyos, nadie estaba en pie excepto
Drakaris y Fragmentado, la batalla fue mortífera pero
el bien gano. Drakaris se hizo de la fuerza de los ani-
males y lanzo un último ataque que logro destruir a
Fragmentado acabando con todo el mal que había
causado Fragmentado.
Desterraron a Fragmentado y atraparon al resto
del grupo de Ataúd risueño, Drakaris agradecido
con el pueblo y los animales se comprometió a
protegerlos.
Gabriel Andrés Bravo Preciado | Quinto B
41
 Quinto B Reinvención

42
Nos habla...
Mi camino hacia una crianza consciente
Lady Diana Patino Cadena
Contadora Pública de profesión,
egresada de la Universidad
Nacional de Colombia; madre de
tiempo completo de, hoy, tres
adolescentes; mujer en busca
de su camino de despertar de
consciencia para poder llevar una
vida con propósito.
44
E ste 2020 ha sido un año diferente, lleno de cambios. Luego de seis
meses de transitar en esta nueva normalidad, siento que hoy mi única y
más grande responsabilidad es poder transmitir a mis hijas, desde el amor,
mi verdad, una que puede que solo yo entienda, porque solo yo conozco
mi camino recorrido, pero ese es el que me ha llevado a entender que no
es bueno guardarse las cosas, y ya que no puedo hacerlas ver el mundo a
través de mis ojos, mi responsabilidad es decirles lo que pienso para que
entiendan que soy un ser integral, con virtudes y defectos, y que, además
de su mamá, soy mujer, hija, amiga, soy yo.
Soy un ser humano que ha tomado decisiones que han traído con-
secuencias, y cuando vuelvo atrás, veo con agradecimiento todo, real-
mente todo lo que ha sucedido, porque es lo que me ha traído acá, al lugar
donde me encuentro, donde soy feliz, no por casualidad, sino por decisión.
Porque he podido entender que solo yo puedo optar por autogestionarme
y solo yo puedo tener las riendas de mi vida. Entiendo que, aunque hay
cosas que no me gustan, no me agradan, puedo transformarlas desde mi
interior, eligiendo y sabiendo que, si me equivoco, será una experiencia
más, y necesito ver qué me aportó dicha situación, cómo transformar mi
equivocación en crecimiento y aprendizaje.
No siempre he sido tan clara en mis pensamientos. Como familia
hemos atravesado situaciones que nos pusieron en riesgo, llevándonos a
buscar ayuda y resolver desde raíz nuestras dolencias, esas que cada una
iba sobrellevando como podía a su manera; y ahí, solo ahí, entendí que,
si no tomaba cartas en el asunto, ya no habría vuelta atrás, ya no podría
reparar el daño, podría ser definitivo y tener las peores consecuencias para
quienes más amo.
Y comenzamos el camino hacia la confrontación con aquello que
guardábamos, fuimos cuatro mujeres afrontando como familia que nece-
sitábamos orientación, sanación. Reconocí que la situación me superaba
y que la mamá fuerte que he mostrado desconocía cómo actuar; sin em-
bargo, encontramos el apoyo y asesoría en un “ángel”, como la llamo yo,
una mujer que con su profesión y desde su experiencia como psicóloga
nos guio, dándome las palabras que no sabía que necesitaba, pero que me
ayudaron a ver más el camino: “estás haciendo lo mejor: buscar ayuda”.
Así, emprendimos un viaje que no sabíamos a dónde nos llevaría o qué
nos traería. No fue fácil, el afán tan humano que nos hace impacientes al
no ver resultados inmediatos se manifestaba en mí. Entendí que debíamos
trabajar de manera individual y como familia en este, nuestro proceso.
Comenzamos con conversaciones en las que podíamos hacer “catarsis”;
al final de la noche nos contábamos qué había pasado en nuestro día,
positivo y negativo, nos escuchábamos de una mejor manera, y yo, como
mamá, me sentía menos perdida en mi rol.
Nadie te explica que tener tres adolescentes con diferentes necesi-
dades, en ocasiones, es angustioso; aun así, muy juiciosas, hicimos el tra-
bajo en equipo y los resultados fueron maravillosos, llenamos nuestro

tanque de herramientas con novedosos hábitos que
nos hicieron crecer y vimos cambios notables en
la convivencia y la relación, y, aunque como madre
e hijas (y ellas entre hermanas) hemos tenido una
buena relación, ahora veíamos una mejor versión.
Creo que la definición correcta es que desde ese mo-
mento empezamos a construir una relación sana.
Este 2020 estamos viviendo momentos reta-
dores e históricos, en el mundo exterior pasan mu-
chas situaciones que nos pueden llegar a perturbar,
pero es importante sensibilizarse con lo que pasa
dentro de nosotros, en nuestra mente, en cada pen-
samiento que se atraviesa, en cada experiencia vivida.
Yo por mi parte estoy haciendo un trabajo de intros-
pección que pueda impactar mi vida y la de quienes
me rodean.
Hoy más que nunca busco el bienestar mental
y emocional de mis hijas y el mío, siento que es mi
deber como madre. La pandemia llegó para refor-
zarme lo que debo observar y agradecer, buscando
siempre lo mejor, y al mismo tiempo, aceptando lo
que soy hoy para poder construir con bases sólidas lo
que quiero lograr.
Tengo la convicción de que podemos mirar más
hacia adentro en cada situación, pues estamos en la
posibilidad de cambiar todo aquello que sí contro-
lamos y que nos genera incomodidad. Estoy traba-
jando en la capacidad de cuestionarme cada tradición,
cada acto, cada sensación y pensamiento que se ge-
neran en mí; cuando me encuentro incómoda me doy
el permiso de preguntarme: “¿esta molestia de dónde
Nos habla...
viene?”, ya que en ocasiones solo vamos en automá-
tico sin preguntarnos por qué hacemos las cosas.
Y como la vida no es una lista que “debamos
cumplir”, decidí que es necesario reencontrarme y
reconectarme con mi esencia, dejando de lado las
creencias y costumbres de otros para comenzar a
vivir plenamente las mías y ser ejemplo para mis hijas,
no solo con palabras sino con acciones.
Decidí empezar a trabajar en mí, en mi hogar;
aunque en este texto hablo más de mí, quiero hacer
un llamado para que, desde nuestro rol de padres,
aprendamos a escuchar a los hijos. Si bien es cierto
que he tenido un cambio, lo que mayor satisfacción
me genera es el lazo que hemos logrado construir en
familia, no como la mamá que impone por su posi-
ción de autoridad, sino de escuchar, de entender, de
guiar, de explicar, pero también de reconocer que me
equivoco o que mi verdad no necesariamente es la de
mis hijas.
He abierto la mente a realizar una crianza cons-
ciente y desde el AMOR, pues considero que esta
bella palabra enmarca y lleva consigo comprensión,
respeto, empatía y compromiso, y yo he decidido
ser y construir mi felicidad, no sin obstáculos o pro-
blemas, porque sí que los hay, pero con un nivel de
consciencia diferente se pueden asumir con mayor
tranquilidad.
Agradezco la invitación a publicar mi relato, y
quiero dedicarlo a mis tres tesoros (Nico, Dani y
Stefis), mis maestras de vida, quienes tienen la pri-
micia y mayores detalles de la misma.
45
Nueva normalidad
Rincón poético
(Versos inspirados en la obra literaria
El libro de las preguntas de Pablo Neruda)

¿Dónde dejó la luna llena su

saco nocturno de harina?
E n su bolsillo a veces lo dejaba, a menudo mal es-
taba, casi saliéndose del bolsillo apenas se que- Rincón de las
daba y otras veces se le olvidaba, por eso la luna es
una despistada. historietas
Juan Pablo Flórez Camelo | Sexto A

L o guardó para poder brillar aún más en las noches

oscuras.
Rio Cárdenas Guevara | Sexto A

L o dejó en el distante espacio hace millones de años

y ya no puede recordar en qué lado lo dejó.
Gabriel Santiago Díaz Celis | Sexto A

¿Cuál es el pájaro amarillo que

llena el nido de limones?
Sexto A

E s aquel que tiene ácido en el corazón.

Amayal Barú Palacios Barahona | Sexto A

E s el pequeño colibrí que mantiene con vida el fan-

tástico bosque con mil tipos de bellas flores.
Carlos Antonio Martínez Sacchitelli | Sexto A

E s el que tiene rota su alma por dentro.

Mayra Alejandra Sánchez Guerrero | Sexto A

¿Conversa el humo con las nubes?

C onversan sobre la hermosura de la tierra vista
desde las alturas.
Thomás David Rodríguez Sáenz | Sexto A

L as nubes no hablan con el humo porque creen que

las puede manchar.
María Alejandra Carvajal Morales | Sexto A

S olo se hablan con miradas, ya que las nubes no

quieren oscurecer su alma.
Sara Isabel Anahí Barón Amazo | Sexto A Juan Esteban Torres Cangrejo | Sexto A
N o, porque tienen envidia de que el cielo las abraza
y las cuida.
Carlos Antonio Morantes Mestre | Sexto A

46
 Nueva normalidad
Sara María Páez Sanabria | Sexto A

Sexto A

Valeria Cañas Vesga | Sexto A

Juan Esteban Rodríguez Cárdenas | Sexto A

47
 Rincón poético
Nueva normalidad

(Versos inspirados en la obra literaria El libro de las preguntas de Pablo Neruda)

¿Dónde dejó la luna llena su ¿Conversa el humo con las nubes?

saco nocturno de harina?
E l humo conversó con las nubes antes de caer de

L a Luna dejó su saco nocturno de harina girando ellas a un mundo solitario.

para que en un momento la pueda tapar, pero la
dejó en el lado oscuro de la tierra para que todos los
que nos perdamos lo pudiésemos ver en la oscuridad.
Simón Espinel Rivera | Sexto B
Gabriela Valentina Trujillo Aguilera | Sexto B
S í, y se unen como un incienso para darle aroma al
mundo.
Samuel Andrey Merchán López | Sexto B

L a Luna le dejó su saco de harina al Sol para que él

se acordara de ella siempre que él sintiera calor,
porque el saco de la luna era más fresco que la brisa. E l humo no conversa con las nubes porque ellas se
alejan de él para evitar la gris tristeza.
Sara Mora Ortuño | Sexto B Samuel David Garavito | Sexto B

L a Luna dejó su saco al lado del Sol, pero el Sol tra-

vieso lo regó para hacer las estrellas.
¿Cuál es tu pregunta poética?
Nikoll Quintero Pabón | Sexto B
S i en las noches brillan las estrellas, ¿cómo brilla la
linterna de una luciérnaga?

L a luna llena lo lleva puesto y se lo quita lenta-

mente en cada cambio de luna, hasta quedar com-
pletamente desnuda. ¿
Alexandra Orjuela Martínez | Sexto B
Por qué lloras por alguien que no te valora, mien-
tras tienes esperando en la puerta a una fila de per-
Sexto B

Federico Santos Lozada | Sexto B sonas que se mueren por verte feliz?
Mariana Castillo Rozo | Sexto B

¿ Quién prende el Sol en las mañanas?

Michael Daniel Segura | Sexto B

Rincón de las historietas

48 Juan David Riaño Ángulo | Sexto B

 Nueva normalidad
Sexto B
Angie Valentina Caicedo Alberto | Sexto B
Carlos José Lozano Gómez | Sexto B

Laura Daniela Arias Morales | Sexto B

Juan Pablo Torres Cangrejo | Sexto B 49

Nueva normalidad

Rincón de la música
Cuídate
No sé si te has dado cuenta,
que estamos en cuarentena,
hay gente sufriendo afuera, por la enfermedad.
Los médicos están luchando,
ayudando a la humanidad,
arriesgando sus vidas y también su bienestar.
CORO
Por eso te queremos invitar,
a que ayudes al mundo salvar,
es algo muy sencillo de hacer,
quédate en casa y cuídate.
Es hora de reflexionar,
la vida como un ciclón,
¡para!, tómate un momento para respirar.
Con amor y gratitud
Estábamos felices en un día soleado
y llegamos tristes en un día nublado.
CORO
Qué pasa, qué pasa aquí, que dejan tanta tarea
y no podemos salir.
Lávate las manos con agua y jabón
cuando salgas y entres de la calle por favor.
CORO
Gracias médicos y enfermeras y a toda el área de la
salud
por poner sus vidas en riesgo con amor y gratitud.
Quédate en tu casa y no vuelvas a salir por qué
corres riesgo si te cogen por ahí.
No expongas tu vida por favor, puede ser peligroso
para ti y para mí.

No pienses que es un castigo, Letra y música: Sara María Páez Sanabria y

es otra oportunidad, Saray Dayana Rivera Molano | Sexto B
Sexto B

para pasar más tiempo con papá y mamá.

No te preocupes por el dinero,

si hay que empezar de nuevo, se empieza de cero,
porque Dios y la familia van primero.

por eso cuídate,

por eso cuídate,
por eso, CUÍDATE.

Letra y música: Juan Pablo Torres y

Juan Esteban Torres | Sexto B

50
 Nueva normalidad
Estoy en mi casa
Me levanto por la mañana
y miro por la ventana.
Me entristece no poder salir
pero me gusta estar aquí
compartiendo con mi familia.

Yo estoy aquí en mi casa

porque estamos en cuarentena
no queremos enfermar
y las reglas de aislamiento debemos respetar.

Muchas cosas hemos hecho

para el tiempo ocupar
jugamos, vemos tele,
películas y más,
pero las tareas no debemos olvidar.

CORO
Las tareas hemos realizado
actividades al Classroom hemos enviado,
virtualmente nos encontramos
y por otros medios nos comunicamos.

Sexto B
De esta situación que estamos viviendo
algunas cosas me ponen contento,
duermo y descanso un poco más,
pero mis horarios tuve que organizar.

Si tú quieres estar bien

en casa quédate
en casa quédate
cuídate y cuida a los demás.
cuídate y cuida a los demás.

Grupo Cantantes en casa

Letra y música: Nicolás Gómez Bautista y
Juan Manuel Piraquive Montoya | Sexto B

51
 Viaje en la Isla del Tiempo
Nueva normalidad
E staba en el barco con el capitán Clark, el mar es
muy tenso no se ve la isla que nos dijo el cocinero
en la cafetería; era una noche muy pasiva, estaba
entusiasmado, era mi primer viaje; yo estaba con mi
perro y me llamó el capitán, él no tenía el ojo de-
recho, era muy gruñón, voluminoso y tenía la denta-
dura en oro. Me dijo que había visto algo moviéndose
en el agua, luego sentimos que se movía el barco, me
mareé con esos fuertes movimientos, vi un tentáculo
en el estribor y vimos un calamar muy grande, parecía
hambriento, y destruyó el barco matando todo lo que
estaba a su paso.
Me desperté viendo a mi alrededor mucha vege-
tación, era una isla tropical cerca del mar Atlántico,
era muy raro porque en la derecha había plantas ne-
gras y tétricas, y en el lado izquierdo muchas flores
de todos los colores. Me fui por el lado izquierdo, era
bonito con plantas de todo tipo, vi una planta súper
rara, parecía prehistórica, y vi entre ellas una cola
de un reptil muy grande, tenía mucho miedo de qué
podía ser, se dio la vuelta, vi su rostro y era un gran
dinosaurio. Así que corrí hasta la playa, me colgué de
una liana y me trepé a un árbol grande. Me esperó 3 o
Séptimo A
quizás 4 horas y perdió el interés, o tal vez encontró
otra presa que, incauta, pasaba por allí.
Atemorizado por el dinosaurio me fui por el lado
oscuro, era tétrico. En el fondo del bosque sombrío vi
un soldado con un raro uniforme, como si no fuera de
esta época y le pregunté:
—¿Quién eres? —no me respondió, luego me
miro tan fijamente que me inundo un sentimiento de
miedo y desconfianza, me dijo:
—¿Quién eres? —y respondí:
—Soy un marinero. Estaba viajando en mi barco
pero naufragamos —. Me dijo que fuera con él, termi-
namos de ver el bosque y había una gran civilización,
personas importantes que murieron en el pasado, o
así lo creía.
Me volví prisionero, unos soldados ponían una
especie de cuerda sobre mí. Tenía hambre y sed,
desde que el calamar gigante destruyo el barco no
había probado bocado. En donde estaba era un lugar
poco higiénico, había lodo en todos lados, era como
una cárcel, pero un soldado me dio una camiseta en
buen estado y me abrió la celda; no me gustaba lo
que estaba pasando, lo seguí y estábamos en una es-
pecie de Tribunal, cada paso que daba era como si el
tiempo se detuviese.
Me miraban todos, como si estuvieran juzgán-
dome, la tensión era grande. El juez empezó a hablar,
me dijo que me fuera de la isla o sino mi castigo sería
la muerte; me quedé siete u ocho semanas, me dieron
52
comida y todo hasta que unos guerreros empezaron
a atacar la aldea.
Luego de eso se desato una batalla campal; em-
pezaron una revuelta. Eran unos espartanos con es-
padas de hierro; murieron muchas personas. En esa
Guerra me convertí en un héroe ganando la batalla.
Me dejaron estar el tiempo que quisiera en la aldea, el
líder de la aldea me dijo que había una isla mitológica
que tiene todo tipo de seres, pero que al entrar tuviera
cuidado, me dio el mapa y un barco nuevo y resis-
tente, dije “gracias”, me fui y vi a mi perro, estuve con-
tento y lo llevé en la nave, y fuimos a Hundbanbound.
Nicolás Díaz Barón | Séptimo A
El viaje por las estrellas
T
odo empezó en el año 2030, yo estaba en el curso
de Exploración Galáctica; era uno de los cientí-
ficos de más alto rango y nos habían ordenado buscar
cómo llegar a otras galaxias en el menor tiempo
posible, y eso hicimos. Experimentamos por ocho
meses, parecía que no lográbamos nada, cada vez
que estábamos cerca, algo fallaba o explotaba, hasta
que se me ocurrió una idea de la cual me arrepen-
tiría más adelante: pensé que si podíamos absorber
la energía de las estrellas, lo lograríamos, pensé que
podíamos absorberla para utilizarla como gasolina, lo
que le daría vida nueva y especial a la nave. Todos los
científicos pensaron igual que yo, lo único en lo que
no pensamos fue que consecuencias traería. Así que
construimos un extractor de energía estelar y los in-
genieros construyeron la nave 200578, donde cabía
el extractor de energía estelar.
Un año y medio después de haber empezado las
construcciones, estaban planeando el despegue, los
tripulantes éramos 100: iban 20 personas que podían
pilotar la nave, de ingenieros y científicos íbamos
40, mantenimiento 15 y astronautas 25. Así que ini-
ciamos la misión, partimos en marzo del año 2032, la
expedición duraría diez años. Estábamos abordando
y uno de mis buenos amigos, Marco, estaba muy ner-
vioso, igual que yo. Lo único que nos mantenía en esa
nave antes del despegue era que queríamos ver si era
posible nuestro experimento de extraer energía de
las estrellas, así que inicio el despegue.
Dos años después de haber despegado nos en-
contrábamos a 10 días de probar por primera vez
nuestro experimento, faltando cada vez menos días,
todos los tripulantes estaban preparando todo, está-
bamos nerviosos, cuando por fin llegamos a la pri-
mera estrella, por suerte todo salió a la perfección,
pero nos asombró que apenas le quitamos la energía
salió de su órbita y quedamos impactados, pero, aun
así, no hicimos nada al respecto y continuamos diri-
giéndonos a la siguiente estrella.
Pero no todo iba a ser tan fácil, una noche como
casi todas, los pilotos estaban cambiando de turno,
los astronautas revisando toda la nave, los de man-
tenimiento haciendo mantenimiento a algunos mo-
tores, los ingenieros descansando y nosotros, los
científicos, nos turnábamos para verificar que la
energía de la estrella no se deshabilitara. Y en un mo-
mento se acabó la tranquilidad, un astronauta grito
“lluvia de meteoritos”, pero no solo era eso, la es-
trella que se había salido de curso venía con la lluvia
de meteoritos y los pilotos, desafortunadamente, no
alcanzaron a esquivarla y choco con el tanque de la
gasolina.
Sí, así es, quedamos varados en medio del es-
pacio, se había destruido el tanque, así que, si que-
ríamos continuar, los mecánicos tenían que construir
un tanque desde cero. Y así fue, empezaron a cons-
truirlo; pero, aun así, todos los tripulantes no es-
taban confiados de que lo lograrían, no tenían todas
las partes faltaban unas piezas muy especiales para
lograrlo, la desesperación empezó.
Apenas habían pasado 5 años en total y la comida
para diez años se estaba acabando, por suerte Marco
y yo guardábamos la calma y conservábamos comida,
y todos los días intentábamos conectar la energía de
la estrella al motor, pero no lo lográbamos, muchos
tripulantes fallecieron y la comida se había acabado;
a Marco y a mí nos quedaba muy poco. Y un día por
fin lo logramos, todo los tripulantes festejaron, co-
menzamos el viaje de regreso a la tierra, solo mirá-
bamos las estrellas contemplándolas como lo mejor
de la vida. Volvimos a la tierra, muchos enfermos o
muertos, pero volvimos y juramos no volver a in-
tentar sacarle la energía a una estrella y más bien va-
lorarlas porque nos habían salvado la vida.
Dayana Valentina Montaña Lemus | Séptimo A
Viajemos a aquel sueño infinito
D espués de tantos planes y pruebas fallidas para
iniciar un viaje, pensé
—¿Qué sería yo sin una aventura descabellada? —
En ese momento lo único que medité fue en aquello
que me hacía feliz, y fue en ese instante que entré en
un leve sueño. Cuando desperté…me levanté en una
cueva, no sabía qué estaba haciendo ahí.
—Es un lugar hermoso —fue lo único que me pasó
Nueva normalidad
por la cabeza, así que me paré y caminé por la cueva
y me encontré con unos carteles que decían: “Bien-
venidos a la Cueva de Grjótagjá”. Segundos después
tuve nuevamente un sueño, abrí los ojos y estaba
en mi cuarto. Esto duró unos cuantos meses con el
mismo sueño, así que un día cuando estaba en la
cueva no me dormí, sino que decidí investigar.
Fui caminando por la cueva, me encontré con
unos carteles que decían “Para pasar deberás pasar
unas pruebas que no son fáciles, aceptar o rechazar”,
así que le di aceptar. Segundos después sentí que el
mundo se me iba; ¡claro!, algo me estaba llevando,
había caído en un túnel, en cuanto le di aceptar se
abrió y ahí estaba yo en aquel lugar oscuro. Segundos
después, empecé a ver luces. La cueva en su interior
tenía un pequeño lago hermoso, su agua era muy
clara, eso es lo único que recuerdo.
Después seguí caminando en aquel lugar extraño
y hermoso; luego de varias horas caminando, me en-
contré con un señor que estaba lavando sus zapatos y
dañando aquella agua transparente, así que me acerqué
a decirle que estaba mal y me respondió con un:
—¿Te atreves a venir a insultarme? ¿No sabes
Séptimo A
quién soy? —la verdad no sabía quién era él. Mo-
mentos después me dijo que era el gobernador de
Tailandia, que quería hacer plantearme un desafío
por ser tan irrespetuoso con él, así que acepté.
Me dijo que el desafío era pasar todas las
pruebas, le respondí:
—Ok, acepto.
Sus queridos asistentes, que eran igual de presu-
midos a él, fueron los jueces y los que decidían cuáles
pruebas y en qué lugar iban a ser. Así que iniciamos
con las pruebas.
La primera era la lucha contra un dragón, la gané.
Seguimos con la otra, era una prueba de equilibrio,
perdí. La última prueba era la decisiva, juego de me-
moria, fallé.
Aquel lugar tan hermoso y con agua clara no lo
volví a ver, abrí mis ojos y estaba en aquel lugar lla-
mado mi cuarto. Me frustré y así termina esta historia,
lo más hermoso que te puede pasar es una aventura
descabellada, lo que conoces solo pasa una vez, lo her-
moso solo pasa una vez, las oportunidades solo pasan
una vez, por eso cuando tengas alguna oportunidad,
disfrútala, no seas como este aventurero que solo so-
ñaba y nunca disfrutó, sé loco y aventurero como yo,
pero nunca sueñes, y lo más importante, disfruta.
Atte.: Tu loco aventurero.
Mariana Hernández Hernández | Séptimo A
53
Nueva normalidad
Darmaxland
una aventura dimensional
E ra un día soleado y hermoso en DarMaxLand, así
que decidimos dar un paseo. Darwin y yo nos
pusimos nuestras armaduras, y cuando volteamos
vimos a Lolo, mi gato, y a Jake, el perro de Darwin,
echados durmiendo, así que decidimos despertarlos.
Fingimos ser atacados por un monstruo, y enseguida
nuestras mascotas saltaron de la cama para ayu-
darnos sin saber que se trataba de una broma.
—¡Bien despiertos! ¿No ven que hace un hermoso
día? —. Ellos nos miraron con cara de enojados, pero
logramos que nos acompañaran.
Caminando por el pueblo nos encontramos con
la maestra Natalia, a los niños les encantaban sus
clases; vimos a la panadera Marta, quien hacía unos
cupcakes súper exquisitos y, finalmente, fuimos a la
biblioteca que dirigía Lecturia. En ese momento co-
menzó todo.
Ella estaba muy agitada y nos dijo:
—Yo estaba organizando los libros cuando es-
cuché un ruido muy extraño, y cuando fui a revisar de
Séptimo B
dónde venía, me encontré con tres tipos que salían
de un portal luminoso de color fluorescente y se lle-
varon todo.
Esto no se podía quedar así, construimos una
máquina dimensional guiándonos de un libro de Lec-
turia, a lo que Lolo respondió de forma impresionada:
—¡Vaya, en la biblioteca se encuentra de todo!
Regresamos a casa por nuestros escudos, antor-
chas, espadas, una brújula, comida, bebida y nues-
tras mascotas. Ellas estaban con el rabillo entre las
patas y suplicándonos que no las lleváramos, pero las
íbamos a necesitar en este viaje.
Al otro día seguimos nuestra aventura en bús-
queda de aquellos sujetos, pero una llamada nos de-
tuvo, era Natalia muy asustada diciendo que habían
vuelto los mismos intrusos y que no se iban a ir si
nosotros no aparecíamos para darles todas nuestras
riquezas.
Nosotros decidimos volver para darles una buena
golpiza, pero cuando Darwin colocó las coordenadas
de nuestra dimensión no funcionó, estábamos con-
fundidos porque no podíamos volver, pero otra lla-
mada de Lecturia nos alertó, diciéndonos que habían
roto la máquina de nuestro mundo y que era casi
imposible que pudiéramos regresar, pero que co-
nocía a un sabio anciano, que vivía en una cueva en el
bosque, que nos podía guiar en la búsqueda de otra
de esas máquinas.
54
Después de estar un buen rato dando vueltas en-
contramos la cueva y a lo lejos un pequeño anciano
que nos decía:
—¿Qué han venido a buscar? —a lo que yo
respondí:
—Venimos de parte de Lecturia.
—¡Ohhhh Lecturia! claro, claro, síganme —Nos
llevó a un cuarto muy pequeño y nos enseñó un viejo
mapa que estaba lleno de polvo y nos dijo:
—Deben encontrar el desierto de Karakum en
Turmequistan, ahí van a encontrar un pozo gigante
llamado la puerta al infierno.
Empezamos nuestro viaje y por fin encontramos
el desierto, y con una motivación del tamaño del
monte Everest nos dijimos el uno al otro y a nuestras
mascotas:
—Solo falta encontrar el pozo.
Y si se preguntan si lo encontramos, pues dé-
jenme decirles que estamos frente a él. Estábamos
muy felices, agarramos una cuerda, la amarramos a
nuestras mascotas y ellas bajaron por la máquina. Le
colocamos nuestras coordenadas y finalmente vol-
vimos, pero cuando llegamos dijimos:
—¡Vamos, tiernas mascotas, denles una golpiza a
esos bandidos y échenlos de nuestro pueblo!
Y así fue como la aventura de las máquinas di-
mensionales pasó a ser una victoriosa historia en
todo DarMaxLand.
Andrés Felipe Rosas Mendoza | Séptimo B
El viaje de una Mariquita
H ola mi nombre es Marianne, soy fotógrafa y soy
una mariquita de color menta. Vivo sola en un
acogedor aparta-champiñón (un apartamento en
un champiñón) en un octavo piso; tiene dos habita-
ciones, una es mí estudio de fotografía, un balcón y
una sala-comedor. Me gusta mucho tomar fotos al
aire libre, por eso he decidido irme de campamento
al bosque por un par de días. Un gran bosque lleno
de claros, arroyos y maravillosas flores.
Salgo de mi aparta-champiñón, cierro con llave y
bajo por las escaleras de color marfil, las cuales están
en un pasillo muy estrecho, son tan duras como la
corteza de un abedul; durante mi descenso, no me
encuentro con alguien conocido, pero voy pensando
en todas las fotos que tomaré y lo hermoso que debe
estar el bosque.
Cuando llegó a la recepción, un cuarto con mu-
chas ventanas, plantas y un pequeño cubículo donde
 Nueva normalidad
se sienta el portero, me encuentro con él, es una Nos encerraron
mariquita amarilla. Me pregunta a dónde voy y le
respondo: Llegó sin avisar en la ciudad China Wuhan
—Al bosque a tomar unas fotografías. era el covid-19 que vino a matar
—No vayas, están ocurriendo cosas muy extrañas porque nos quedó grande la tarea de
en todo el bosque. En los claros, los árboles se van, cuidar a nuestro planeta... nuestro hogar.
los arroyos se están llenando de algo negro muy
pegajoso y las flores están apareciendo aplastadas, En un mundo golpeado por una gran pandemia
y lo peor del caso, el bosque se está haciendo más debemos seguir mas estables
pequeño. los doctores y científicos
—¡¿En serio?! ¿Nadie ha hecho nada al respecto? de todas las naciones
—Sí, pero… quienes han intentado hacer algo, no trabajan sin descansar para una
se vuelve a saber de ellos… una vacuna encontrar.
—Voy a hacer algo de todas formas, aunque me
cueste la vida… Me voy. En el país de origen ya lo
—Cuídate… tiene controlado
Salgo de la recepción y me encamino al bosque. pero en España, Italia y Europa
Desde mi aparta-champiñón hasta el bosque hay tres no lo pudieron soportar por su
días de vuelo constante. El camino de salida de la gran Irresponsabilidad y la curva de infección deben
ciudad es muy bonito; hay flores azules y rojas por estabilizar.
el lado derecho de la vía, por el izquierdo hay flores CORO
moradas y rosadas, este paisaje tan hermoso dura 1 En unos años esto

Séptimo A y B
kilómetro. Después viene un arroyo de aguas muy habrá pasado, pero por el momento
cristalinas. Siguiendo el recorrido vienen a aparecer, debemos seguir luchando para
cada 5 km exactamente, 3 pueblos formados única- ganarle a la pandemia que encerrados
mente por mariquitas rojas (en estos pueblos colo- y aislados nos ha dejado.
ridos, las casas están tan juntas las unas a las otras
que la única manera de ir de un lugar a otro es vo- En Brasil y Ecuador la pandemia
lando; los habitantes son muy estrictos respecto azoto
al cumplimiento de sus muy estrictas reglas); por pero nosotros podemos prevenir
suerte, puedo volar un día y una noche completa sin lo que otros países les paso.
parar, así no paro en estos pueblos.
Al pasar por allí, vi unas montañas, tan altas El país más poderoso derrotado ha sido
como un panal de abejas colgado de un árbol con por el terrible enemigo que al
unos lagos igual de azules al cielo. Ha caído la noche mundo desafiado
y me detengo en una llanura de pasto que parece ser
infinita para tomar unas fotografías del paisaje, pero Por el covid-19 empresas han cerrado
cuando la tomó notó algo extraño en el ambiente. Se y muchos trabajadores sin sueldo se han quedado
vuelve pesado, el aire se vuelve casi irrespirable y una los deportistas también han sufrido el cambio
niebla oscura como la noche lo cubre todo, pero en y sin salario los han dejado.
medio de esta niebla, veo una luz que se acerca a ve-
locidades inimaginables hacia mí, me hago hacia un Terminamos esta canción con
lado y logro ver la cosa que tiene esa luz: es amarilla, un abrazo de corazón para que
más alta que un Hyperion, tiene una trompa y, en la responsablemente superemos
punta de esta, tiene algo que se parece a un capa- esta dificil situacion
razón de las mariquitas con dientes que iban arran-
cando la tierra. ¿Qué serán estos extraños animales? Letra y música:
Nicolás Díaz y
Verónica Puerto Rodríguez | Séptimo B Samuel Rozo | Séptimo

55
Nueva normalidad
Sentimientos de cuarentena
El trabajo me molesta no tengo tiempo de hablar, lo
único que hago es estudiar.
Estoy un poco cansada pero debo terminar.
Me gusta aprender pero esto es trabajo de más.
Extraño jugar, bailar y saltar,
también con mis amigos estar,
cuando termine los voy a llamar.
Estar sin mis amigos es aburrido,  y a mis amigos ya empiezo a extrañar.
extraño sus risas y el tiempo perdido.
Voy a llamar a mis amigos para poder hablar.
Tengo ganas de ¡jugar!
Podría cocinar, ver series, escuchar música y bailar,
también podría ver tele y cantar.
CORO
Quedarnos en casa es una opción, para salir pronto
de esta ocasión.
Llenarnos de esperanza y escuchar esta canción.
En esta cuarentena lo mejor es disfrutar,
para con nuestros seres queridos poder estar en
Séptimo A y B
calma, 
es triste no poder ver a tus amigos, ni jugar,
no es lindo estar lejos de aquellos que amas porque
sus caras ya ni puedes ver,  es muy triste la situación
quisiera poder ver a mis abuelos y a sus brazos
saltar,
darles un beso en la mejilla para que sepan lo mucho
que los amo,  y sin protección
la cuarentena también nos ayuda a reflexionar.
En esta cuarentena los animales están en paz, las
personas no los hieren más
y sorprendidos nosotros estamos al ver que ellos
muy felices van,
eso no quita el hecho de que a mis amigos quiera
abrazar, a mis abuelos y a mis tíos verlos ya.
CORO
Quedarnos en casa es una opción, para salir pronto
de esta ocasión.
Llenarnos de esperanza y escuchar esta canción.
Letra y Música: Salomé García y
Laura Mariana Montaña | Séptimo
56
¿Porque eres así cuarentena?
Que nos tienes a todos encerrados en la cueva
por qué sabes que si salimos
nos contagiamos, enfermamos y en poco tiempo
morimos. (X2)
En esta cuarentena ya no se en que pensar
esto llegó tan repentino como una estrella fugaz
salir me hace falta necesito respirar
En este tiempo no he hecho más que pensar
en todas las vidas que se ha llevado este horrible
mal
pero hay personas que dicen “mira el lado positivo”
pero que va a tener de positivo una enfermedad.
CORO
Porque eres así cuarentena
que nos tienes a todos encerrados en la cueva
por qué sabes que si salimos
nos contagiamos, enfermamos y en poco tiempo
morimos. (X2)
Me siento a ver la televisión
y veo que hablan de tanto dolor
y para arreglarla hay que actuar con valor.
Los médicos están tristes
y de forma irresponsable
no pueden brindar atención.
CORO
Porque eres así cuarentena
que nos tienes a todos encerrados en la cueva
por qué sabes que si salimos
nos contagiamos, enfermamos y en poco tiempo
morimos. (X2)
Letra y Música: Santiago Guaje y
Andrés Felipe Rosas | Séptimo
 Nueva normalidad
Una y otra vez

Vamos a pensar
que esto nos da felicidad
pero en realidad
nos está matando una y otra vez.

Sé que para algunas personas

esto es normal
pero saben
que están sufriendo
y seguirán en aislamiento.

CORO
Pues ya salir al sol
van a volver ese colegio
y tantas cosas que han pasado
que ya no lo pueden creer.

Al salir van a llorar

de tantas cosas que se han perdido
aunque ya sabrán
que esto nos unió

Séptimo A y B
con nuestras familias
otra vez.

Letra y Música: Daniel Rodríguez y

Juan Sebastián Silva | Séptimo

Lo que te quiero
¿Como me siento en esta realidad? Mis pensamientos
y sentimientos hoy te quiero expresar
yo te quiero cantar que ya no puedo soportar el
encontrarme y descubrirme hoy aquí sin poder escapar.

CORO
A veces siento que mi día está gris, pero hay algo que
me hace sonreír: es mi familia que ya está aquí.

Lo que me alegra de la pandemia es la

descontaminación.
En el planeta aire más puro ya podemos respirar.
Cuando escape de esta locura quiero contigo reflexionar
para sentirme emocionada ya que logramos conversar.

CORO
A veces siento que mi día está gris,
Pero hay algo que me hace sonreír:
Es mi familia que ya está aquí.

Letra y Música: Valentina Parales y

Karol Estefanny Cárdenas | Séptimo
57
 Cuento
Nueva normalidad
real-maravilloso
El reflejo de la próxima primavera
E ra una mañana de agosto, el viento movía sin cesar
las hojas secas de los árboles. Martina llegaba de
un día pesado de trabajo en la empresa; lo primero
que hizo fue alimentar a su cachorro Roco, que con
un gran salto la había saludado. Luego, Martina se
dirigió a su cuarto, tomó una siesta de 30 minutos;
como todos los miércoles y viernes, se sentó en su
tocador de mármol y empezó un poco a retirar su
maquillaje, luego de eso, peino su cabello, pues en
esos días el viento era muy fuerte, así que decidió ce-
rrar la ventana, pero cuando la cerró escucho una voz
muy suave que decía “ábrela que no me hace bien el
encierro”.
Martina se acerca a su tocador y toca la madera
buscando de dónde provenía la voz; sin embargo, el
espejo la interrumpe “no la muevas que ella no tiene
que ver”. Martina se sorprende y le pregunta “¿cómo
es que puedes hablar?”, el espejo le dice: “es parte
Octavo A
de una maldición, pero para mí esto no es tan malo
como lo que va a pasar”, el espejo continua diciendo:
“yo llevo en esta casa desde que el invierno de 1980
inundó las calles con su nieve, he visto todo tipo de
rostros, redondo, alargados, morenos, pálidos, expre-
siones tristes, alegres, enojadas y enamoradas, pero
nunca había visto un rostro parecido al tuyo”. Mar-
tina muy sorprendida dice: “y, ¿qué tiene mi rostro?”
El espejo dijo: “son tus ojos, con cada primavera
su brillo aumenta y tu sonrisa cambia, te he hablado
hasta ahora porque temo que a la llegada del próximo
invierno su brillo te controle y tu sonrisa se apague.
La única opción para que tu no vayas a cambiar es
romperme y despojarte de tus inseguridades y men-
tiras”. Martina un poco asombrada y avergonzada se
quedó pensando, pero luego de un rato el espejo os-
cureció el reflejo de la habitación y Martina se sentó
cerca a la ventana en espera de la próxima primavera.
Ana María Sepúlveda Garzón | Octavo A
58
La vetusta decoración
D espués de tres meses de ansiosa espera, el 30
de noviembre, Miguel va por fin a la casa de su
abuelo Simón para rescatarlo a él y a Socorro del
Pilar, su madre.
Llegó a una casa mortecina y antigua, con un
jardín descuidado y triste. La vivienda de don Simón
tenía decoración que el niño no veía en ningún otro
lugar, como un rosario que ocupaba la mitad de una
pared, o una ilustración de la historia de Jonás. Pero
la que más le gustaba era un vetusto busto.
Miguel nunca fue un niño de muchos amigos,
decía que los sentimientos de los humanos impedían
una verdadera amistad, por lo que su único amigo era
el plateado busto que seguía reluciente a pesar de su
larga estadía en la casa. Cuando más lo comprobó fue
un tormentoso día en el que le contó una cagada que
había hecho en la iglesia, y de su amigo solo obtuvo
un “¿es malo?”.
La señora Pilar del Socorro nunca lo comprendió,
la única vez que supo la razón de sus acciones fue
cuando cumplidos los 18 años, un 18 de mayo, su hijo
se desentendió de ellos y nunca lo volvió a ver. Le
dijo a su padre: “yo si lo presentía, esto me hace com-
prender mi sueño con agua sucia de febrero”.
Julieta Mora Ortuño | Octavo A
La rara historia de Roberto,
un niño simple
E
ra un muy buen día, estaba haciendo sol, Antonio
y Roberto estaban jugando en la cancha, y sin
querer, Antonio mojó el balón con pintura roja de
un proyecto que harían en la escuela. Creyó que si
el balón estaba con pintura, no pasaría nada, pero al
fallar un tiro de penales hizo que se dirigiera hacia la
pared blanca en la que estaban pensando hacer un
mural con todos los del pueblo pintados, haciendo
que se generara una mancha un poco curiosa. An-
tonio sin pensarlo dos veces intentó quitar la mancha
de pintura, pero antes de que lo lograra su papá lo vio
y al instante se enfureció y decidió castigar a su hijo.
Antonio muy triste va a su cuarto y duerme, pero de
repente se acuerda de la mancha de pintura que tenía
la forma del pueblo ardiendo.
Antonio al instante llamó a su amigo Roberto, él
dice que también pensó en eso. Se reunieron lo más
pronto posible, pero desafortunadamente estaba
lloviendo y la lluvia quitó la pintura. Entonces ellos
fueron a hablar con el padre de Antonio, le intentaron
explicar, pero simplemente él los ignoró, ya que se-
guía enojado; así que los amigos pensaron que lo

mejor que podían hacer era estar preparados en caso
de que algo pasara.
Se fueron al cuarto de Antonio, llevaron cosas
para comer y entretenerse y esperaron por 5 días. Al
papá de Antonio lo llamaron del colegio y le pregun-
taron por qué su hijo había faltado 5 días seguidos. Al
instante fue al cuarto y sacó a Antonio y a Roberto a
patadas del cuarto, y ahí es donde todo empezó.
Al torpe narrador se le olvidó decir que era uno
de los lugares con mayor producción de petróleo,
dicho esto, podemos seguir. Tan pronto como el papá
de Antonio los sacó a patadas del cuarto, llovió, pero
llovió como jamás en otro lugar del universo había
llovido. Impactó un trueno cerca de la fosa de pe-
tróleo, pero a nadie le importó, solo Antonio y Ro-
berto advirtieron que el trueno cayó encima del pozo
petrolero, pero cuando lo habían dicho, ya era muy
tarde.
Todos murieron excepto los dos niños, pero Ro-
berto no tenía ninguna herida, ya que era otro ser.
Habló con Antonio explicando que él era un demonio
cuya misión era provocar esta explosión. Tan pronto
como Roberto le dijo eso a su “amigo” Antonio sim-
plemente desapareció.
Miguel David Moreno Lozano | Octavo A
El éxito que salió caro
E n una finca cafetera vivían dos jóvenes: un hombre
y su hermana, ellos dependían de ellos mismos, ya
que sus padres murieron de tuberculosis y lo único
que les dejaron fue su finca cafetera, la cual no era
muy útil, ya que llovía mucho y las matas se aho-
gaban, y la hermana creía que esto sucedía porque el
hermano siempre entraba a la casa con el paraguas
abierto.
Un día muy lluvioso, una teja se cayó y se inundó
toda la casa, esto sucedió un viernes 13. La hermana
enfadada pensó que esto sucedió debido al día y al
paraguas, ella se va a dormir en el piso, ya que la cama
se había mojado, el hermano también enfadado, se va
a dormir.
Él sueña con un hombre con buen aspecto y
este le ofrece riquezas a él y a su hermana, el joven
desesperado acepta, estrecha su mano y de inmediato
se despierta.
Meses después empezó a crecer café en la finca
y empezaron a vender mucho, tal así que se convir-
tieron en la empresa de café más grande de Colombia.
Nueva normalidad
Unos años más tarde el joven cumplió 20 años, poco
tiempo después se enfermó y una noche el joven
soñó con el mismo señor, pero esta vez más viejo,
arrugado y feo, y el joven de inmediato sufre un paro
cardiaco y muere.
Nicolás Alexander Bocanegra Garzón | Octavo A
El Sueño
A lonso Cabezas fue a hacerle el mandado a su
enorme madre como todos los días y aprovechó
el momento para comprar unos dulces en aquella
tarde de octubre en la tienda de Don Jaime.
Sin embargo, el niño empezó a ver cosas que no
tenían sentido, como, por ejemplo, que su mamá
recolectaba las uñas que se comía en un triste ja-
rrón de cristal, lo que le parecía muy asqueroso, o
que viera a la señora Marta Rosales comiéndose el
azúcar en aquellos sobres que dan en las panaderías,
sabiendo que ella es una señora muy amargada que
le prohibieron comer dulce por sus problemas con la
diabetes. Pero todo empezó a ponerse más extraño
cuando vio que había pequeños puntos acariciando
Octavo A
sus espaldas como pequeñas hormigas. Esto no le
importó y siguió con sus compras. De repente vio a
un señor nuevo por el pueblo, le pareció muy extraño
porque nunca nadie había ido a visitar a ese pueblo
y luego lo vio a los ojos, de alguna manera se asustó
mucho, pero se dio cuenta de que podía hacer lo que
deseara, y entonces deseó tener muchas cosas, pero
se emocionó tanto que despertó y se dio cuenta de
que todo este tiempo había estado en su fría habita-
ción y que todo fue un sueño. Pero lo que no sabía es
que seguía estando en otro sueño.
Santiago Esteban Forero Suárez | Octavo A
La libertad en el encierro de un libro
A licia vivía en una bella casa de campo, no era muy
grande, pero era lo necesario para vivir con su
madre, Leonor. Era un espacio muy acogedor con una
vista a los grandes pastizales que le hacían imaginar
cientos de cosas que podría hacer en ellos, y materas
que colgaban del techo con amapolas blancas y rojas.
Su madre se la pasaba echada en el sofá, le-
yendo Me before you, mientras Alicia se sentaba bajo
la sombra de los árboles mirando las imágenes de
los cuentos de hadas y duendes, ya que aún no sabía
59
Nueva normalidad

Microrrelato
leer. Creo que ese amor por los libros lo heredó de
su madre, pues, cuando el sol pegaba en la ventana,
Leonor se iba a la orilla de la laguna a escribir en un
libro pequeño; mientras redactaba, se le podía ver
una sonrisa disimulada. La esclavitud del sol
Tras muchos años de paz en Vichada, exacta-
mente 14, Alicia decidió dejar su hogar, creía que
no debía hacer nada allí tras la muerte de su madre.
E ra hora de dormir, pero nadie durmió esa noche,
pues en vez de luna, era sol. Al siguiente día todos
se fueron a sus trabajos, aún estaba el sol y la luna
Partió hacia Bogotá, donde su tía Amparo vive en una
nunca más volvió.
casa pequeña en el barrio Germania. Iba muy seguido
a la biblioteca Luís Ángel Arango, esa era la única
Ana María Sepúlveda Garzón | Octavo A
manera en la que mataba su dolor, leyendo libros, se
había convertido una obsesión, una necesidad diaria.
Leía de todo tipo de libros, pero sobre todo aquellos ¿El engaño, es la muerte?
que ayudaban a superar la depresión, los que aconse-
jaban a los jóvenes para llevar una vida “plena”.
Un día como cualquier otro, Alicia llegaba a la
E l magistrado, al ver su engaño y sentirlo en el
alma, en su oficina elegante, intelectual, donde no
le faltaba nada, pensó que iba a ser fácil. Pero el dolor
biblioteca, ya sabía hacia que parte debía dirigirse.
y la culpa lo acosaban en un sinfín de momentos, per-
De repente, vio un libro pequeño con una portada
duraba en su esencia. No quería dejar lo que tenía por
muy bella, se llamaba Consejos para mi pequeña niña.
esa fría, enigmática y oscura celda, ese lugar de almas
Antes de abrirlo el libro le habló y le dijo: “tú eres
reclusas que no tenía fin. No sabía que pensar, ser un
la pequeña indicada”, Alicia no se sorprendió, pues
corrupto, mentiroso y avaro, o tener que perderse en
esa biblioteca tenía la fama de que los libros hablan,
ese espacio frío. En ese instante vio lo que perdía y
aunque realmente era la primera vez que le sucedía
Octavo A

lo que ganaba, y tomó una decisión que muchos con-

eso.
templan, pero poco llevan a cabo: vio un cuchillo,
Al abrirlo notó que todas las páginas estaban
lo usó y cayó al piso. En ese momento su familia no
en blanco, no podía creerlo, lo cerró para dejarlo de
supo que hacer.
nuevo en su lugar, el libro le dijo: “Alicia, tu madre
desde el cielo te acompaña. Me dejó como encargo
Juan Sebastián Hernández González | Octavo A
decirte que seas feliz y ya que te dije lo más impor-
tante, empieza a leerme, que los libros son la puerta
a la libertad”, tras abrir el libro notó que sus páginas El piso está temblando
estaban llenas de consejos para vivir feliz y libre-
mente, lo que estaba buscando desde la muerte de
su madre.
L a dejé en su casa, platicamos un rato al frente, su
sonrisa me deslumbraba, sus ojos me encantaban:
era perfecta, la chica de mis sueños. Era muy tarde,
la luna llena se posaba en el centro del cielo, todas
Sofía Ángulo Álvarez | Octavo A
las estrellas brillaban, el ambiente era frío. Nos des-
pedimos, era una encantadora noche, dijo ella, nos
miramos y sus dulces labios se acercaron a los míos,
no había sentido nada igual. Me fui pensando en ella,
concluyendo que solo ella me movía el piso.

Luckas Ospina Bernal | Octavo A

60

Composiciones
musicales
Todos pendientes
CORO
Todos pendientes debemos estar, si del covid-19
nos queremos salvar... (X2)
El covid-19 nos trajo muchas dificultades, nos
cambió la rutina en nuestros hogares,
el presidente cuarentena decretó, para que todos
nos cuidemos.
Si la cuarentena no vas a respetar, si te da
coronavirus no te vayas a quejar,
quédate en casa y vas a ayudar a que está pandemia
pueda finalizar...
CORO
Todos pendientes debemos estar, si del covid-19
nos queremos salvar... (X2)
El 6 de marzo todo cambió, cuando el primer caso se
confirmó,
muchas personas se alarmaron, mientras otros poca
atención prestaron,
el 25 de marzo en cuarentena entramos para que
todos nos resguardáramos,
muchas personas tienen que salir para ellos y su
familia poder sobrevivir...
Esto no es fácil, hay mucha confusión, entre las
personas de nuestra nación,
muchos ayudan a los demás, otros en casa
permanecerán,
otros están encargados, de tener nuestro país en el
mejor cuidado.
Esta pandemia también trajo cosas positivas,
como la libertad de los animales,
del cuidado de los mares, lo puro de los manglares,
lo verde de los bosques y la contaminación cae,
de esto nos podemos alegrar, ojalá siga así, pero sin
la enfermedad...
CORO
Todos pendientes debemos estar, si del covid-19
nos queremos salvar... (X2)
Letra y Música: José Luis Acosta | Octavo A
Nueva normalidad
CORO
Coronavirus vete de aquí
Coronavirus vete de aquí,
que a mi familia estás fastidiando
coronavirus vete de aquí, 
que a las personas tú ya estás matando.
En tu casa has de estar, y muy bien la pasarás, 
con tu familia has de estar para disfrutar y mejorar,
y la alegría te va a ayudar.
Aburrido no puedes estar, es mejor este tiempo
disfrutar,
leer cantar y bailar, todo esto te va a ayudar,
entretén a tu familia para disfrutar, 
y así muy bien la pasarás.
CORO
Coronavirus vete de aquí,
que a mi familia estás fastidiando,
coronavirus vete de aquí, 
que a las personas tú ya estás matando.
Octavo A
Tú a este parque ya no debes ir 
porque el contagio siempre está allí.
A los extraños tú no tocarás 
porque del contagio no te salvarás.
Pasatiempos puedes disfrutar, 
lo más importante es juntos estar
toda la gente se ha de cuidar,
o si no esto nunca se va a solucionar.
CORO
Coronavirus vete de aquí,
que a mi familia estás fastidiando
coronavirus vete de aquí, 
que a las personas tú ya estás matando.
Coronavirus vete ya
y no nos molestes más
coronavirus vete ya 
nadie te quiere por acá.
Mientras que se va,
cuídate mucho por el día
y lávate las manos para
que se vaya de una vez por todas.
Letra y Música: Lucas Alejandro Pérez Chavarro,
Daniel Alberto Pérez Chavarro y
Diego Alejandro Figuereo Hernández | Octavo A
61
Nueva normalidad
El covid-19
El Gobierno ha creado una crisis mundial
para que no podamos salir a la calle a bailar,
dicen que los chinos un murciélago comieron
y por esto miles de personas... (Chasquido) ...
fallecieron.
Culpan a China por provocar esta crisis, pero nadie
habla más del Isis.
Todo este problema nos hace reflexionar que la
calidad de vida debe mejorar.
CORO
Muchos infectados en la calle afectados.
Por el covid protestamos en la casa encerrados.
Ansiedad, depresión, miedo, estrés y soledad es lo
que la cuarentena nos hace pasar.
Esto afecta a los de tercera edad y en verdad nos
tiene que preocupar.
CORO
Muchos infectados en la calle afectados.
Octavo A
Por el covid protestamos en la casa encerrados.
Letra y Música: Julián Santiago Olarte Garzón,
Luckas Ospina Bernal y
Juan Andrés Rincón Campo | Octavo A
Infierno en el cielo
Vibra la alarma en la mañana,
que cada día me levanta,
todo vuelve a comenzar y ahí despierta la realidad.
Al abrir los ojos pienso
en cómo se detiene el tiempo
transcurre un día nuevo,
sin salir de casa.
Muero de aburrimiento
ya perdí la noción del tiempo,
recorriendo cada habitación,
cada pasillo de la casa.
Escuchando el lento sonido del reloj,
recordando como todo comenzó...
Una despedida que llegó sin avisar,
cancelaron las clases de una semana,
62
un mes y casi un año
y ahora el ciclo no tiene final:
ya extraño a mis amigos y aburridos sé que están,
que ironía, que ironía, al saber lo que venía
porque estábamos felices de que llegara este día,
pero es triste porque ahora ya ha llegado
y no es lo que yo había anhelado,
es un infierno en el cielo.
Bueno qué más da,
igual me tengo que levantar,
hay una reunión a las 7:00 am,
que fatal, que mal,
me voy a volver loca, 8 horas sentada,
intentando alimentar mi alma de pura esperanza.
CORO
No, no, ¡No! No sé qué haceeeer,
me siento como en una jaula,
sabiendo que mañana será igual que hoy,
y observando por una ventana
que refleja la salida que ahora está sellada,
un ciclo sin fin,
estoy en el infierno del cielo.
CORO
No, no, no sé qué haceer,
me siento como en el paraíso del silencio,
con más tarea que contacto,
ya he olvidado la cara de mis amigos,
he olvidado lo que era madrugar,
el salir a caminar,
el salir de casa,
el mundo exterior,
es un infierno en el cielo.
 Nueva normalidad
Al mismo tiempo escribo con un lápiz de mentiras,
un esfero desgastado,
el borrador lo he olvidado aquel viernes,
en los pasillos del lugar,
que por mucho he anhelado
ahora ese lugar está deshabitado.
Bueno, no lo extraño tanto,
pero si a mis amigos que intentan librarse de las...
clases virtuales,
terminar rápido las tareas para poder descansar
y este día terminaaar.

Sin embargo, no todo es malo,

pues ya le he ganado a mi mamá en el clásico
parqués por décima vez,
he reforzado mis habilidades en la cocina,
hasta he hecho una torta cocida en microondas.

Pero… al menos estamos bien, ¿No?

Hay personas que ganaban su dinero cada día

y con eso les alcanzaba para vivir día a día.
Algunos sufren en sus casas

Octavo A
y ahora no tienen salida.
Personas que no tienen internet
o una laptop para estudiar,
hacer tareas para su aprendizaje aumentar,
pues para sus padres ahora lo más importante es
sobrevivir encerados y estar juntos como familia.

Ahora por más que el aburrimiento abunde,

tenemos que agradecer que tenemos una casa
y lo necesario para seguir adelante.

Muchas gracias por escuchar esta historia.

tómala para reflexionar,
y no te quejes más, organiza tus horarios,
haz videollamadas con tus amigos y así pasaras un
buen rato.

Letra y Música: Nini Alexandra Torres,

Sara Gabriela García y
Juliana Florido | Octavo A

63
 Cuento
Nueva normalidad

real-maravilloso
Una carta al tiempo
Un 16 de marzo de 1820 en la mañana, Paula,
con tan solo 16 años, despierta curiosamente ani-
mada. Soñó que encontraba un objeto que sacaría
muchos secretos a la luz, sin embargo, no tuvo la
oportunidad de verlo. Se arregla, desayuna y sale en
busca de Pablo, su mejor amigo desde los 7. Se dirigía
a contarle su sueño cuando se lo encuentra mitad de
camino, en medio del bosque, el habla y dice que
soñó que ella encontraba un objeto que cambiaría
la historia, imaginaron que tal vez podría ser real,
porque cuando ambos sueñan lo mismo es real.
Se dirigen en busca de dicho objeto desconocido,
pero se encuentran con la noticia que el alcalde del
pueblo fue asesinado la noche del día anterior y pre-
fieren dejar sus sueños a un lado e irse a investigar
No es un mal de ojo
sobre el asesinato.
Cuando se dirigen a investigar, escuchan que un
caballo habla, y por experiencia saben que cuando
U n día, a mediados de marzo, los ojos amanecieron
diferentes, sintieron que todo había cambiado, el
aire era hostil, el ambiente era pesado, no entendían
Octavo B

eso pasa es porque realmente algo terrible le pasó
a alguien. De inmediato reconocen que fue al al-
calde; exaltados se dirigen a buscarlo y encuentran
una piedra al lado del cuerpo del alcalde, pero por
las marcas en su piel descubren que en verdad fue
asesinado con un cuchillo de mantequilla, y cuando
tratan de investigar, de nuevo los detiene algo dife-
rente: alguien se entrega como el asesino. Ellos no le
creen y siguen investigando.
Los amigos descubren quien fue el verdadero
asesino, gracias a la piedra, ya que esta les mostró
la imagen exacta del momento del homicidio. La es-
posa del alcalde tenía la maña de jugar con cuchillos
cuando estaba nerviosa por alguna fiesta, y al día si-
guiente sería el cumpleaños del alcalde y al jugar con
estos solo optó por matarlo, y al que se entregó lo
obligo a mentir a cambio de un pastel de por vida, de
los mejores que ella hacía.
Nini Alexandra Torres Mesa | Octavo B
64
exactamente qué pasaba, por qué esa mañana nada
se veía igual. Dicen que una mirada vale más que mil
palabras, que los ojos son el reflejo del alma y eso era
lo que mostraban, destellos de miedo, incertidumbre
y desesperación.
Aunque era el inicio de la primavera todo se veía
lúgubre. Los ojos reflejaban terror, angustia, pero
eran valientes, daban la cara. Todos los demás se ha-
bían ocultado, temblaban, temían perder el sabor y
el olor, la esencia de la vida; su única salvación podía
ser esa mascarilla que los cubría, su único escudo
ante un enemigo misterioso, silencioso, que entraba
sin ser visto y acaba con el aliento, las ilusiones y
esperanzas.
No parecía un mal de ojo, de aquellos que las
abuelas predecían, si alguien no usaba su amuleto o
no era bautizado. Parecía un castigo divino o infernal,
una cuenta cobrada a tanta destrucción de la natura-
leza, ojo por ojo, sería la consigna.
No importaba si se trataba de ojos negros,
verdes, cafés, azules o miel, todos estaban aterrados
y sin embargo daban la cara.
Cinco meses después muchos ojos se cerraron
para siempre, otros lograron volverse a abrir, muchos
ya no tenían más lágrimas para expresar su dolor,
otros brillaban llenos de fe de que pronto la vida
les iba a dar otra oportunidad, los seres supremos
se iban a apiadar de la humanidad porque ya habían
aprendido la lección.
Andrés Fernando Sierra Chaparro | Octavo B
 Nueva normalidad
Una última sonrisa escalofriante Los fantasmas de Ben

M enma estaba tranquila mientras tocaba el vio-

lonchelo, eran las 6:00 p.m., ya llevaba tocando
una hora, tocaba sin cometer ningún error como si
fuera un robot; la audiencia estaba muy impactada
por su increíble habilidad, pero al mismo tiempo,
aburridos, ya que Menma tocaba sin ningún sen-
timiento. Menma estaba sola en el escenario con
mucho público, pero para ella solo estaba tocando
en un cuarto oscuro, detestaba tocar pero sus padres
la obligaban, sentía un enorme aburrimiento al pre-
sionar las cuerdas y mover el arco.
Menma levantó la vista de la partitura y de entre
toda esa oscuridad se fijó en un ser luminoso que flo-
taba camino a ella, la joven chica volteo los ojos con
desagrado.
Miró su rosario en su muñeca con la que presio-
naba las cuerdas y a mitad de la presentación se lo
sacó y lo boto al piso. Las luces empezaron a titilar
y el suelo empezó a temblar, todos los espectadores
salieron de la habitación espantados, pero Menma
permaneció sentada en una profunda tranquilidad,
cuando ya estaba sola en el cuarto gritó:
—Aún es muy temprano para que ya estés pertur-
E n 1987 nació Ben, un niño que podía comunicarse
con fantasmas, a los 5 años su padre lo llevó al
jardín, donde se sentía bien porque tenía muchos
amigos, pero los veía grises y con la misma ropa.
Con el tiempo se dio cuenta que ellos no comían y
volaban, entendió que eran fantasmas. Cuando Ben
estaba en el colegio consiguió un amigo real: Iván.
Eran inseparables hasta que Iván sufre un accidente
y muere.
Ben no sufre con su muerte porque el fantasma
de Iván empieza a acompañarlo siempre.
El papá de Ben era el carnicero del pueblo. Un día
muere en un atraco, Ben intenta convocar a su padre,
pero no tiene la suficiente fuerza por el odio que
tiene hacia el mundo por el asesinato. Se concentra
y practicando logra convocar fantasmas a diario para
que le ayuden a encontrar a su padre. Después de 3
meses lo logra convocar, y él le cuenta que recuerda
la voz de su asesino, que es una voz muy familiar. 
Es entonces cuando Ben y los demás fantasmas
comienzan la búsqueda del asesino. Un día hacía un
calor intenso, como si estuvieran en el infierno, y ob-
servan como tres atracadores robaban una tienda.

Octavo B
bando mi presentación, ¿no crees? —. El titileo y el Ben los sigue porque su padre le dijo que esa era la
temblor se acabaron inmediatamente y al frente de la voz del asesino. Llegaron a la casa de su tío, en el só-
cara de Menma apareció un ser luminoso del tamaño tano, donde guardaban el botín de cada robo. Ben
de un pitufo levitando en el aire, tenía la apariencia los delató con la policía y vivió feliz rodeado de sus
con una gran sonrisa que emanaba felicidad. amigos fantasmas.
—Otra vez, por qué carajo estás aquí de nuevo —
dijo Menma. Miguel Ángel Tovar Rincón | Octavo B
La criatura dio una pequeña carcajada y dijo:
—Veo que llevas contigo un rosario y unas ca-
nicas de pantano ¿creíste que me repelarías así de
fácil?, vamos, te conozco desde hace un año, ¿por qué
de repente te desagrado?
—Nunca me has caído bien y ya me estas moles-
tando mucho —expresó Menma con un tono brusco.
El ser que acompañaba a Menma dejó de sonreír
y puso una cara muy seria y unos ojos sin empatía, y
le dijo:
—Lamentablemente, hoy no solo vengo a moles-
tarte, he recibido órdenes directas de mi jefe. Para ser
concretos tengo que borrarte —. La cara de seriedad
de Menma cambió rápidamente a una cara de temor
y dijo:
—bo…borrarme. ¿A qué te refieres? —. La expre-
sión feliz y tranquilizante de la deidad cambió lenta-
mente a una maliciosa y perturbadora. 

Juanita Palacios Cifuentes | Octavo B

65
Nueva normalidad

Ella no estaba, solo el sueño

E staba dormida, juró que estaba dormida, pero se

sentía tan real su presencia que no sentía no estar
allí con ella de nuevo, justo como solíamos estar cada
vez que nos veíamos y moríamos de risa por las ocu-
rrencias de la otra. Aunque me hace sentir muy triste,
quiero que vuelva a ocurrir, quiero que verla reír otra
vez, comer paleta de fresa y caminar... Bueno, pa-
searla en la silla de ruedas mientras camino y observo
todo alrededor, todo con lo que solíamos bromear; y
son las mismas cosas que tendré que ver eventual-
mente cuando volvamos al pueblo y recorramos ese
hermoso e increíble parque.
Pese a que todo me hace pensar en ella, cada vez El bosque, la ciudad y ella,
que pienso en ese lugar, quiero estar ahí; sin embargo, la de toda mi vida
tendré que seguir con mi vida, sólo espero poder se-
guir soñando con ella. Como sea, me iré mamá, nos
veremos cuando vuelva. E staba ahí sentado en la montaña de un bosque,
viendo el paisaje y comiendo una deliciosa man-
zana. Mientras escuchaba los bellos sonidos de la
Llevo tres días sin recordar qué sueño, no lo
puedo ni imaginar, lo único que sé es que quiero estar naturaleza, me percaté de que aquellos árboles se
bien, quiero pensar que sigo siendo fuerte y que no transformaban en una hoja de papel, los sonidos se
afecte este tema en mí una vez más; sin embargo, no parecían cada vez más y más a un automóvil. Aquel
puedo evitarlo y creo que está bien, es mi extraña aire fresco se transformó en un olor desagradable
Octavo B

manera de demostrarle que todavía la quiero con lo- y aquella deliciosa manzana se transformó en una
cura y que la sigo recordando día tras día. pluma para escribir. Y me di cuenta de que esa era
No puede ser, no puedo creer esto y no lo tomes la cruda realidad. Decidí seguir en aquel maravilloso
mal, pero esto es increíblemente irreal y aunque amo mundo, pero esta vez la manzana era un corazón,
vivirlo, quiero entender qué está pasando. Juro ha- aquellos árboles se transformaron en un ramo de
berla visto, juro haber estado frente a ella pero no fue flores, y esos sonidos eran su voz cantando, que pa-
un sueño, no estaba dormida siquiera, pero de la nada recía que hiciera crecer más flores. Me desperté con
ya no veía nada de lo que anteriormente veía. Todo el corazón palpitando lleno de tristeza por recor-
se volvió negro, tan negro que pensé haber muerto… darla, a ella que me dio la vida, pero ya la perdió, mi
Han pasado 2 semanas desde que la veo y me sigue, querida mamá.
en cualquier lugar que esté, ella está ahí, a mi lado o
en mi espalda, pero no habla, no mueve su cabeza, ni Lucas Alejandro Pérez Chavarro | Octavo B
sus brazos, solo está sentada en la silla de ruedas y así
me sigue. También, escucho una voz qué debo hacer y
a dónde debo ir; sin embargo, no es la suya, no es su
manera de respirar, ni de hablar.
He decidido que debo ir a un psicólogo o hasta a una
medium, que hable con ella y me diga si necesita algo.
No, mamá, definitivamente el psicólogo no me
ayudó, todas las noches la veo. Ahora sólo en las
noches, pero la sigo viendo y me da bastante nervio-
sismo que no pueda estar en paz. Decidí que iré a ver
una bruja o cómo sea que se llame.

Natally Duque Jiménez | Octavo B

66
 Nueva normalidad
Microrrelato
De sol y luna

Y así me quedé viéndolos con sus bellos brillos,

el sol con su gran esplendor y maravillosidad, y
la luna siempre tan hermosa y blanca, siempre ele-
gante; el sol y la luna siempre cerca, pero lejos, sin
poder verse el uno al otro, aunque ambos sabían que
el otro existía. Cuando era de noche la luna era capaz
de ver algunos rayos del sol y el sol podía percibir el
reflejo de la luna, lo que más querían era poder bailar
uno con el otro, principalmente cuando sonaba una
canción llamada eclipse.

Diego Andrés Pecha Gutiérrez | Octavo B

Aquella vez

E ra un día muy caluroso en donde, sin cautela, de-

cidió nadar junto con su amigo de la barca. En ese
momento reflexionó sobre sí mismo y sobre él, su

vida vacía a causa de sus errores tan llenos. Era raro
ver cómo, mientras al pensar en su pasado, obser-
vaba lentamente la felicidad. Su alma se regocijaba
al tiempo que se quemaba. Era desconsolador, que al
ver que quería seguir con su familia, ya era tarde. Sus
errores lo habían condenado, pues mientras su alma
estaba con su familia, su cuerpo estaba en el infierno
de su conciencia.
Jacobo Torres Flóres | Octavo B
Octavo B
Microrrelato
E ra una tarde llena de alegría, el viento soplaba
haciendo que el pasto, las flores y los árboles se
vieran lindos, pero sobre todo el cabello de ella se
veía hermoso, combinaba con su mirada y su sonrisa,
era la tarde perfecta.
Los dedos de ella se entrelazaban con los de él,
caminaban sin ninguna preocupación y felices. Es-
taban en un parque lleno de vida, en el que la gente
se podía relajar, pero cuando ellos pasaban la gente
sentía envidia de esa relación; ellos eran felices, no
les interesaba lo que la gente pensara, pero la gente
era distinta, solo sentían envidia y odio hacia ellos, se
preocupaban más por las relaciones de los otros que
por las de ellos, la gente no podía vivir feliz si veían a
alguien en una situación mejor.
La gente necesitaba un cambio, preocuparse
por sus vidas sin que les importe las de los demás,
la gente necesita amor real. Sin darse cuenta, el mu-
chacho y la muchacha ayudaban a la gente a darse
cuenta de que su vida tenía que importarles más que
las de los demás, a que tenían que aprender a amar
de verdad.

Juan Andrés Rincón Campo | Octavo B

67
 Cuento
Nueva normalidad
Instrucciones para amar
P rimero, reflexionemos sobre la idea del amor;
¿cómo comienza?, ¿cómo transcurre?, hasta
¿cómo se acciona? De repente, cuando menos te lo
esperas, cuando no lo pides, llega, habita en esa per-
sona que te atrapa con su mirada, con su forma de ser,
te envuelve, y te lleva a un camino que no esperas.
De un momento a otro esa persona se transforma en
algo tan importante, tan mágico e inigualable y te
encariñas. No entiendes cómo sucedió y de pronto
se convierte en tu centro de atención, en el cual te
puedes quedar mirando cada detalle sin aburrirte, sin
pensar en algo malo, se convierte en tu vista perfecta.
Claro, hay que tener en cuenta que el amor tiene
sus altibajos, convirtiéndose en una montaña rusa
constante, llena de emociones. Somos vulnerables a
este sentimiento, mientras más abundante sea, más
se convierte en tu todo. Puedes ser tan vulnerable
como te imagines, pero al final, luchas por ese amor
Noveno A
sin importar el miedo, combatiendo cada obstáculo
que se oponga a ese amor. El hecho de amar pasa
a ser tan inexplicable, sabes qué sientes y qué tan
fuerte, pero el porqué es tan inédito.
Te das cuenta de que, entre una risa, una mirada,
pueden encontrarse tantas emociones, ser irrempla-
zables, que piensas que al lado de esa persona todo
está bien, encuentras tranquilidad, te da paz cuando
no esperabas sentirla, empiezas a querer sus virtudes,
sus cualidades, su pensamiento, hasta querer cada
defecto que podría tener, que son únicos en sí, te
llenan de amor, de esperanza. Cuando ocurre, amas
tan incondicionalmente, desesperadamente e inigua-
lablemente y no esperas nada a cambio, te basta con
sentir cada día que pasa. Cuando sientes todo ese
amor, es cuando amas sin condición, y no, no se nece-
sitan instrucciones para amar solo debes sentir.
Isabella Ayala Rodríguez | Noveno A
68
Instrucciones para jugar
J ugar, ¿quién no lo ha hecho alguna vez?, los niños
lo hacen muy a menudo por el hecho de que solo
quieren divertirse. Cuando los niños solos o en com-
pañía ejercitan diferentes habilidades, que son im-
prescindibles para poder desarrollarse en plenitud
para la vida, los juegos son como ensayos de nuestra
sociedad, siendo un aprendizaje simbólico de gran
importancia.
En el cerebro humano existen células nerviosas
llamadas neuronas, las cuales cumplen con el objetivo
de generar estímulos mediante neurotransmisores.
En el caso de los niños, se evidencia la activación de
serotonina, ya que esta ayuda a regular el estado de
ánimo; en el caso de la dopamina, se evidencia la re-
compensa de placer y favorece la reducción del es-
trés, al jugar se sienten diferentes emociones, pero
¿por qué pasa esto?
Durante el juego el niño aprenderá que a veces
se gana y en otras ocasiones se pierde, sin embargo,
lo ideal es que en la infancia se busque la parte posi-
tiva de las cosas y que la experiencia les quede como
aprendizaje. Por este motivo, las emociones juegan
un papel primordial en el juego de los niños, porque
les ayudarán a entender sus sentimientos.
Para jugar se necesita cumplir las reglas, ya que
las reglas son una forma de garantizar el orden en el
grupo donde pertenecen. Para que sean efectivas, las
reglas son de obligatorio cumplimiento por parte de
todos los miembros del espacio donde se aplican.
Cabe resaltar que la importancia de la experiencia
del juego es divertirse y no ser tan radical en pensar
que solo existen dos destinos, ganar o perder.
Valentina Ardila Vargas | Noveno A

Instrucciones para
lavarse los dientes
P rimero que todo, debemos recordar que el la-
vado de dientes es tres veces al día, diariamente.
También recordemos que esta actividad es esencial y
buena para pensar (en algunas ocasiones). Ahora sí,
para un lavado de dientes, dirígete a tu baño, relájate
y ten paciencia, esta actividad no se puede realizar
de una manera brusca, te puedes lastimar; teniendo
claro esto, al llegar a tu baño, vas a recoger tu ce-
pillo y la crema dental, aplícale la crema a tu cepillo,
no mucha, no hay que desperdiciar, después de esto
moja el cepillo, solo la parte donde está la crema,
recuerda cerrar la llave, tampoco podemos desper-
diciar agua. Al tener el cepillo listo, vas a hacer movi-
mientos hacia arriba, abajo y en círculos alrededor de
todos tus dientes y por las encías; por consiguiente,
vas a lavar tu lengua para hacer más efectiva esta ac-
tividad. Para finalizar, vas a pasar un hilo dental por
todos tus dientes, vas a lavarte la boca con agua y
vas a lavar tu cepillo para dejarlo limpio. Recuerda
dejar limpio el espacio que usaste, y un extra, puedes
tomar enjuague bucal para más frescura.
Ana Sofía Sotelo Roa | Noveno A
Instrucciones para ser parca
¿ Qué es la vida? La vida te lleva en una barca por
un lago lleno de lamentos; susurros recorren tus
oídos al surcar sus aguas, en ellas viajan almas feliz-
mente encadenadas y sometidas, la tormenta de su
ambiente hace que te preguntes ¿por qué no unirte
a ellas?
Sujeta, en su mano derecha, la voz que te des-
encadena a tu propia prisión, oscura, aterradora
y siniestra. En su mirada opaca, se ve el claro final
indescifrable, pero no el camino que estás a punto
de comenzar, la expresión en su rostro demuestra
incertidumbre, su vestidura rasgada, pero aun así
pulcra y el desvanecimiento de sí misma al final de su
acto, expresa hostilidad, su silencio profundo, mien-
tras recorre junto a ti aquel camino efímero y desco-
nocido, genera colapsos en tu mente acerca de lo que
vienes a hacer allí ¿Existe un propósito? ¿Cuál será el
de aquel anónimo acompañante?  muchos problemas. Nadie quiere terminar así, el gran
Es una noche más, la epifanía nocturna cayó con
claridad, no temas, las luces del fondo del pasillo
no llevan a ningún lado, aquí sigue la barca que nos
llevará al destino final. Siéntete vivo y disfruta el ca-
mino que queda por delante, escucha los susurros
Nueva normalidad
que generan las almas perdidas, siente cómo pasa
el aire frío por tus mejillas mientras se congelan tus
dedos y, sobre todo, no dejes de mirar al frente, el
camino es visible cuando los ojos no quieren ver y
ese agujero oscuro pronto será aún más opaco. Dis-
fruta del paisaje y que la incertidumbre no te haga
caer en la ignorancia, saca de la nada el remo para
avanzar y si no lo encuentras, tranquilo, aún hay un
puesto disponible en el lago de los perdidos. Cuando
no sientas tus manos, tus piernas no se muevan y tus
ojos se vuelvan grisáceos, intenta parar la barca, no
lo lograrás; esto es un camino sin retorno, es un la-
berinto de finales, pero no lo olvides, disfrutaste el
camino, la vida se trata de eso, pronto llegaremos al
indeseado destino, mientras tanto sigue disfrutando
su deseada tortura. 
Al final, aquellas instrucciones eran dadas por mi
reflejo en el lago al que pertenecía mi alma, mi anó-
nimo acompañante era la parca que acompañaría mi
vida y mi vida tan solo era yo, era mi propia parca y me
llevaba a mi propio agujero. 
Angie Paulet Garzón Romero | Noveno A
Noveno A
Rutina en el reloj
L os relillos son aquellos que hacen que un reloj fun-
cione, se dividen el trabajo en turnos de 12 horas.
Un relillero normalmente se levanta, se arregla y está
listo para comenzar su turno en la mañana. Si es que
eres afortunado consigues un puesto libre de polvo
y mugre en cual te sientas cómodo para trabajar sin
descanso por 12 horas, y, aunque suene agobiante,
de hecho, es muy sencillo. Te sientas enfrente de una
palanca, cada 20 minutos tienes que activarla y por la
gran cantidad de relillos el reloj funciona a la perfec-
ción. Durante esas horas no suele ocurrir nada extraño,
a menos que algún pobre desafortunado no haya po-
dido escoger un buen puesto o tenga un problema con
la oxidación. Si eso llegara a pasar, en menos de un se-
gundo el lugar estaría lleno de flecheros que evitarían
que el reloj se retrase y todos pierdan sus trabajos,
ya que claramente, si una persona que nos tiene y ve
que su reloj no funciona, simplemente lo deshecha,
lo que es muy común con los relojes antiguos, que no
suelen tener un buen sistema de limpieza, lo que da
sueño de todo reloj es nunca parar, solamente ciclos
infinitos de 12 horas.
Ana María Sabogal Prado | Noveno A
69
 Composiciones Soy la misma misión
Nueva normalidad
Detrás de un mundo lleno de desinterés,
musicales la vida pasa corriendo
y en el borde del vacío
mil personas van cayendo  
sumidos en la oscuridad,
Cuarentena a rezos quieren escapar.
Miro mi ventana y veo cómo todo para. 
En un cajón se encierran los recuerdos del ayer y En su triste soledad,
vemos cómo en los medios la lluvia no se calma la vida van a abandonar, 
una avalancha de mentiras nos envenena la cabeza. lo que algún día pensaron lograr, 
solo se resume a una idea triste y sin final.
El mar y el cielo volvieron a encontrarse y
por fruto de su amor sus hijos han de salvarse. RAP
Duele darse cuenta cómo el mundo se derrumba,  Soy la misma misión
vivimos en un engaño el cual es nuestra propia la misma persona, pero con otros ojos
tumba. traigo una nueva visión:
CORO somos una revolución.
Se extingue la raza humana que nunca aprendió que Joven es sinónimo de amplitud
esto  poca experiencia, pero mucha actitud,
se trata de vivir más no de sobrevivir. escuchando a mis ancestros
Una esencia de dolor que invade nuestro cuerpo  escribo mis manifiestos.
ya aprendimos a gritar en contra del viento.
Soy colombiano, bogotano, un hermano
Noveno A

Una tragedia en común es la realidad, mi tierra es conocida por mujeres y narcos.

la cual mucha gente no quiere afrontar. Tierra donde los gringos matan por bananos.
Mucha gente trata de sobrevivir en esta La misma donde el que habla es secuestrado.
situación, pero hay otros que no tienen buen valor. Donde los adultos no saben votar, pero si se saben
el credo.
Ladrones vestidos de traje se esconden en sus Si la salud o la educación no es, cuál es peor.
tronos, Pero pregunta por fútbol y todo saben quién es el
robando la esperanza, la cual no es de uno es de mejor jugador.
todos.  No recalco lo malo del país
Engañan a un país por un dólar con 5 centavos,  solo te muestro el problema y su raíz,
y mientras tanto el pueblo sufre y llora a automatización no es igual a educación
sus fusilados lo que se necesita son valores no llenar un pizarrón.
que cayeron en combate para luchar contra esta
desigualdad  No hago esto por moda
que hoy mata este bello lugar. lo hago porque me nace
sin importar si ora o llora 
Letra y Música: Santiago Aguilar, el reloj sigue dando la misma hora.
Daniela Hernández y
Salomé Barreto | Noveno A La vida pasa corriendo
tal como lo hace una familia cuando una bomba está
cayendo.  
El pensamiento crítico está muriendo, 
igual que los niños por falta de alimento,
ya perdió la carrera si solo dinero está persiguiendo. 
Los partidos son una máquina de inventos.

La ignorancia mata.

Letra y Música: Ana Sofía Sotelo Roa,

Angie Paulet Garzón Romero y
70 Tomás Bocanegra Ramírez | Noveno A

Instrucciones para sonreír
S onreír es algo muy importante y difícil de manejar.
Sonreír puede estar bien, como puede estar mal.
Así, la exhibición de los dientes en la sonrisa se puede
interpretar de dos maneras: puede dar la impresión
de que se está fingiendo, si los dientes son proyec-
tados excesivamente, e incluso puede tomarse como
un gesto de hipocresía. Por el contrario, no ense-
ñarlos podría implicar incomodidad, insatisfacción.
Ahora bien, existe ese punto intermedio que es mos-
trar un poco los dientes (sin exagerar), el cual va a dar
la impresión de auténtica felicidad.
Las instrucciones para sonreír son realmente
sencillas, pero muy importantes. No fingir, si lo que
siente es felicidad, sonría. De lo contrario, necesi-
tará un mayor esfuerzo para ocultar la falsedad de su
gesto, no olvide el detalle de los dientes. Igualmente,
es muy importante identificar el momento adecuado
para sonreír, y en caso de querer acompañar el gesto
con el sonido de la risa, no está de más tener en
cuenta el tono de ésta: debe ser un sonido moderado,
pues las carcajadas fuertes generan incomodidad a
los externos.
Finalmente, para reír basta con ser uno mismo;
no porque alguien se ría está obligado a reírse. Debe
reírse cuando se desee. No olvidar que la risa no
debe ser usada para infringirle algún tipo de daño a
alguien, úsela para ser usted mismo y expresarse de
buena forma.  precedida por un sexagenario doctor que fungía ese
Ana Julieta Moreno García | Noveno B
Instrucciones para dormir
M uchas personas tienen dificultades para que-
darse dormidas, esto puede llegar a ser muy
frustrante. Cuando se reducen tus horas de sueño, al
siguiente día no tendrás energías y, en consecuencia,
podrás tener mal humor.
Hay muchas medidas que puedes tomar para
lograr conciliar el sueño, como empezar a mejorar
el ambiente de tu habitación. Ahora bien; ¿cómo
puedes hacerlo? Cuando buscas la manera de tener
un ambiente frío y oscuro te puedes quedar dormido
más rápidamente. Dicho ambiente debe ser óptimo,
pues si es muy frío no te dejará dormir.
Nueva normalidad
Así mismo, si apagas las luces y aparatos electró-
nicos, haces que, al encontrarte en total oscuridad,
tu cerebro procese que es hora de dormir. También
te sirve acomodar tus almohadas y tu colchón de
tal forma que estos queden cómodos y listos para
dormir.
Igualmente, trata de dormirte en un espacio am-
plio y libre de ruidos, ponte ropa cómoda, si deseas
báñate con agua caliente y trata de distraerte con
algo, por ejemplo, leyendo un libro. Finalmente, re-
laja tus músculos y cierra los ojos. Lograrás y sentirás
lo valioso que es para tu cuerpo y para tu vida conse-
guir reconciliar el sueño.
Paula Catalina Jaramillo Quintero | Noveno B
Inconvenientes con los
Noveno B
acostumbrados nepotismos férreos
E n una oficina del departamento de recursos hu-
manos del Ministerio del Trabajo, Empleo y
Seguridad Social, se organizó una sesión para la asig-
nación de dos vacantes de empleo; una para buró-
crata público de ostentosa remuneración, y otra para
la de artífice de contubernios en cualquiera de las
dos principales compañías privadas de telecomunica-
ciones del país: Amarillismo Col. o F.T.N (Fútil Tele-
comunicaciones Nacional). La sesión era únicamente
día: Juan Mario Pombo Valencia, se llamaba, y era un
avezado catador patronímico para la buena consan-
guinidad. Entrando y saliendo de la oficina se encon-
traba la solapada del catador, una sum vecinita que se
llamaba: Estela Mayerli Rodríguez González.
—Estela, haga pasar al primero —gritó levemente
el catador.
—Don Juanma, ¿el primero en llegar o el pri-
mero en sentarse en la primera silla? —replicó la sum
Estela.
El doctor catador se estremeció, no le era fácil
lidiar con las perogrulladas de su facilitarista, todavía
más, sabiendo que se trataba de una pasante vecinita.
Insufló durante casi un minuto y dejó salir el aire con
una potencia tal que pareciera que él mismo quisiera
atrofiar su meato auditivo.
—¡Obviamente el primero que pronunció un
ala, carachas! ¿Es que no les enseñan nada en esas
71
 universidades charras de La Circunvalar? —Estela com-
Nueva normalidad
pungidamente replicó:
—Discúlpeme don Juanma. — Segundos después
se dirigió a un mozo alto y rubio.
—Pase usted, mi don —dijo mientras se le hume-
decían un poco los ojos.
—¿Su nombre completo? – indagó con una
mirada afable el catador.
—Juan José Santos XXVII Michelsen —respondió
el joven.
—¿Hijo de Don Tomás Santos, el célebre lagarto
de Estocolmo y ex prócer de la República?
—Ese mismo, mi queridísimo don. Discúlpeme la
osada interrupción: ¿Se encuentra usted dentro de
las afortunadas amistades de mi padre? –. El catador
hizo un ademán y levantó la mano derecha en señal
de regodeo.
—Por supuesto, don Juan, juntos nos graduamos
de El Campestre casi por las mismas fechas—. El man-
cebo con desenvoltura preguntó:
—¿Entonces no hace falta nada más para que
ponga en duda mi prosapia y me otorgue raudamente
el empleo de artífice?
—Ninguna —contestó alegremente el catador—.
Está usted de lo más calificado para el trabajo, es
Noveno B
más, debería sentirse muy orgulloso de seguir los
pasos de su tan honorable padre.
—Es lo que más desea mi corazón —vociferó albo-
rozado el nuevo artífice.
—Tenga usted la bondad de darle mis saludos y
felicitarlo por tener un nuevo artífice en la familia,
don Juan.
—Eso haré, queridísimo don.
Tiempo después de haber hablado sobre las mi-
nucias de la contratación, el catador y el nuevo artí-
fice se despidieron, no sin antes pactar un partido de
golf en el club tan conocido por los doctores. Acto
seguido, don Juanma volvió a llamar a gritos a su fa-
cilitarista para que le transmitiera al otro aspirante su
disponibilidad.
—Puede pasar, don sumercé —le dijo la vecinita
a un aspirante miope, de mediana edad y de risos
negros.
—Gracias, china —respondió el hombre. La mujer
quedó enmudecida por esa respuesta.
—¿Nombre completo?—. El catador se entrecortó
al ver la austera y muy mal llevada figura que tenía al
frente.
—Wilson Steven Ardila Sarmiento, mi don, para
servirle.
El catador tardó un rato en contestar mientras
salía de su estupor.
72
—¿Quién lo dejó entrar? ¿Revéleme ahora sus
intenciones condenado vecinito?
—¡Vea a este doctor! ¿Cómo así que quién lo
dejó pasar?, pos obviamente el recepcionista cuando
le dije completico mi nombre, hasta él mismo me
oprimió los botoncitos del ascensor y obviamente me
vine aquí para conseguir el puesto de celador que se
solicitó—. No terminó de responder la otra pregunta
cuando el catador gritó:
—Estela, llámeme al recepcionista ahora mismo,
¿cómo así que dejó pasar por error a un vecinito,
cuando él muy bien sabe el chicharrón que nos co-
mimos antes?
La utilitarista muy asustada, pero aún más intri-
gada por la encomienda de su patrón le preguntó:
—Don Juanma, ¿es que antes ya habían confun-
dido a otro vecinito con un doctor? —. Al catador se
le pusieron los ojos blancos y rugió:
—¡Pues claro, el desguarambilado delfincito del
galán dejó pasar hace un año a una López y desde en-
tonces no la hemos podido sacar de la alcaldía!
Cristhian Camilo Roldán Suárez | Noveno B
Etiqueta y prelaciones
E n nuestra familia siempre ha existido un rasgo
propio y es el respeto hacia los demás. Mi mamá
siempre nos ha enseñado a expresarnos de manera
libre, pero adecuada, a vestirnos a la moda, pero
siempre conservando el respeto por nosotras mismas.
En una reunión familiar, mi primo, que trabaja
en un bar, nos contó acerca de los sobrenombres de
sus compañeros, todos relacionados con el mundo
animal como, por ejemplo, “patas planas”, “la rata”,
“el chigüiro”, “marrana rosa” y “el búfalo”, entre otros.
Para nosotros fue motivo de reflexión en razón a que,
una vez que se coloca un apodo, por lo general, es
para toda la vida.
Pero, nuevamente, digo que en nuestra familia
no existen sobrenombres entre nosotros, pero sí
identificamos a las personas por los apodos, por
ejemplo, en el ambiente del fútbol como Radamel “El
Tigre” Falcao, Albeiro “El Palomo” Usurriaga, y otros
que hacen honor al folclor colombiano como Jackson
“Cha, cha, chá” Martínez, Édison “El Gigo” Mafla y
Luis “La Puya” Zuleta.
Sí quiero expresar que el no aceptar los sobre-
nombres para una persona no es por querer dife-
renciarnos del resto de la sociedad. La verdad nos
parece que se puede afectar la autoestima generando
problemas de identidad, más cuando son para discri-
minar, resaltar defectos físicos o de comportamiento.
Sahara Valentina García Barrera | Noveno B
 Poemas
Biche
Bebé que te atoras con la leche,
tú que llegaste de repente,
que cada vez que haces berrinche
haces mover toda la gente.
Tú siendo tan biche
ante tu presencia nadie es indiferente,
pronto pasearás en coche
y verás todo velozmente.
Eres un ser que inspiras ternura
porque eres un pedacito de cielo
que me hace brillar los ojos.
Tú con tu hermosa gordura
me haces sentir anhelo
de cumplir todos sus antojos.
Mónica Lizeth Moya Martínez | Décimo A
La malquerida
Y la vida nos da vueltas sin explicar,
nos marca un rumbo que no podemos imaginar,
nos tiene sumisos para esperar
mirar a los ojos a aquel rostro singular.
¿Y sin ella qué seríamos?
pues de allí venimos y para allá vamos
con la luz y oscuridad de la mano caminamos.
Y es que se aferró a mi madre de donde me alimentó,
de aquel nido donde por primera vez me admiró,
y gracias a Dios que de mi ser de luz se desprendió
su pequeño pajarito jamás perderla, fue lo que más
añoró.
Y algún día nos volverá invisibles
seres intocables,
pero nunca inexistentes.
María Camila Garay Patiño | Décimo A
Nueva normalidad
Solo tú
Te aprecio, te admiro,
te considero por tus sufrimientos,
para ser tan joven
ya es algo marchito.
Te extraño, te necesito,
no verte es mi abstinencia,
pensar en ti calma mis ausencias,
aunque tú ya ni me recuerdas.
Te molesto, te fastidio
cuando te ruego que me escribas,
cuando trato de llamar tu atención a toda costa
cuando te reprocho que solo me utilizas.
Te quiero, solamente te quiero,
Dos palabras que no te puedo pronunciar a la cara,
Por eso siempre estaré para ti
Así tú ya no lo estés para mí.
Sofía Adriel Rodríguez Obando | Décimo A
Décimo A
Mercedes
Tu mirada, tus ojos, tu risa,
tu valentía, tus años de experiencia,
de los cuales aprendo cada día más.
Fuiste tú la que dio vida a la mujer más importante
de la vida,
a la que por ella hoy estoy aquí escribiéndote esto,
porque por tu esfuerzo hoy estamos donde estamos.
Hoy te vengo a dar las gracias por lo que fuiste y
eres,
un gran ejemplo para todos, una mujer
extraordinaria,
que esos regaños nos han servido para crecer como
personas,
y todo eso es gracias a ti,
con estas palabras te doy las gracias por haber
existido,
ser la persona que nos da la felicidad
y la que nos mantiene unidos
gracias.
Juan Sebastián Monroy Palencia | Décimo A
73
 El dolor
Nueva normalidad
El amor con la noche que ves alma;
la marea con la luna creciente,
el dolor del corazón como flama;
ante el amor que le das al latente.
El arduo sabor doliente del alma;
florece de forma resplandeciente,
el error de mi cariño con drama;
la desesperación de ser doliente.
Yo no nací para amar en el mundo;
la noche ya fue testigo del llanto,
espinas en mi pecho sofocando.
Él la amaba, estaba sospechando
del ingrato amor que tuvo desencanto,
la ruptura con ella y el mundo.
Adriana Camila Bautista Rincón | Décimo A
Cheems
Ese perro que tanto quiero,
Décimo A
causa de mi risa sonora,
tu mirada seria,
que dice más de mil palabras.
La hamburguesa, tu principal alimento,
el queso tu nombre es.
La mascota de internet,
el shitpost tu criador es.
Mis sentimientos te acogieron desde la primera vez
que te vi,
tu cuerpo cautivó mi mirar,
tu ternura me enamoró aún más.
Cuando te olviden
te tendré un lugar en mi corazón,
pues tú te has ganado mi respeto y mi amor.
Andrés Felipe Serna Rivera | Décimo A
74
La cárcel amoblada
Días atrás fuimos al parque a jugar balón,
mi familia y yo nos divertíamos,
mientras jugábamos los animábamos,
éramos felices en la ambientación.
Pero un virus nos dejó en un apretón,
y en el aburrimiento caímos,
a la cuarentena cedimos,
soñando salir recostado en el almohadón.
Ya no queremos estar encerrados,
nos urge salir para poder seguir la vida,
y volver a ver a nuestros amigos.
Salir de esta casa acorazada,
no soportaría estar muchos años,
ya quiero salir de esta celda.
Erick Santiago Niño Lancheros | Décimo A
Sueños
Mientras yo solo quería dinero
deje ir a una amor en vano;
y terminé solo en medio del llano
así que me fui en un velero.
Todo con la intención de encontrarte
me deje llevar por otros caminos
y te seguí hasta el final de los ríos,
no moría esta emoción de amarte.
Seguí de frente con mi destino
y aun con mi desencanto
correría a darte mi canto.
Mi corazón dolido y cautivo,
pero te busco con todos mis sentidos
en mis sueños dormidos.
Diego Alejandro Martínez Bohórquez | Décimo A
 Pensamientos
De mi vida ellos y ellas me perdieron
en ella, mi existencia, nunca estuvieron ahí,
en mi corazón y en mi alma nunca los viví
porque, incluso en horas de agonía, nunca me
tuvieron.
Con este soneto les escribo para que me escuchen
porque, cuando los veo, puedo hasta mentir
que incluso el mismo cielo me cuesta sentir,
para que tu valentía y mi oscuridad nunca luchen.
Mis escritos pueden ser un poco clásicos
pero, no es lo que vengo a compartir,
a veces, al leerme, pueden ser nostálgicos.
Y sé muy bien que ellas y ellos se pueden reír
porque nunca tuve valor a esconder mi pensamiento,
si no te gusta lo que lees, te puedes ir.
María Camila Marín Chaparro | Décimo A
Mulier fortis
Hola hermosa y pequeña rosa,
tú toda una diosa
tan sabia y poderosa
maravilla majestuosa.
Tú que iluminas mi ser
y pintas de vida
con tus ojos color miel
todo un atardecer.
Tú, bella mujer
que has sido tan fuerte
y has aprendido a quererte.
No quiero dejarte
pero mereces a alguien
que si sepa valorarte.
Julieth Valentina Olarte Ramírez | Décimo A
Camino andante
Estar embrujado, hipnotizado
Y con decisión para la ilusión.
Sentirte en conflicto, disgusto
Y completamente paralizado.
Seguir un sendero prefabricado.
Con ganas de crear una explosión,
Que esta me deje en adaptación,
Inclusive me deje atorado,
Nueva normalidad
Pero que por un amor andante,
No me tenga que ver insatisfecho,
Así éste esté apasionante.
Y que por mucho que vean que yo lucho,
Porque mi esfuerzo es admirable,
Que mi amor no me vea de cuncho.
Sara Valentina Collazos Salamanca | Décimo A
Un sueño lejano
Con cuánta crueldad te han separado,
antes de siquiera poder comenzar,
imagino verte sin desesperar,
quiero oír que no me has olvidado.
No asiré tu mirar añorado,
encerrada solo la he de pensar,
aguantar sin permitirse desmayar,
esperando el momento ansiado.
Contemplarte será mi alegría,
al fin cuando pueda hacerte mío,
Décimo A
ojalá pronto llegue aquel día.
Por favor toma mi amor sin lío,
sino mi alma se abatiría,
yo por esta ensoñación me guío.
Mariana Solano Pineda | Décimo A
Ante exeatis
Linda y dulce caperuza,
tan encantadora con tu capa roja
tan hermosa como las rosas
y con tu sonrisa maravillosa.
Te quiero tanto
te extraño demasiado,
que daría lo que fuera
para tenerte a mi lado.
Eres tu esa persona que
me provoca felicidad y
me trae tranquilidad.
Tu mirada me trae calma,
el sentir tu palpitar me relaja y al
besar tus labios me siento en casa.
Catalina Lancheros Fuerte | Décimo A
75
Nueva normalidad
Siete emociones
Son el lunes y el martes
dos días simples, el lunes
para algunos un nuevo comenzar,
para otros el día sin final.
El martes y miércoles dos días,
que pasan y que solo hacen anhelar.
Dos días en los cuales pasas la vida,
pero los quieres olvidar.
El jueves la pronta llegada de una fiesta anhelada
la puerta del evento
al cual todos quieren entrar.
El viernes día anhelado, por fin ha llegado.
Sábado y domingo no los alcanzo a nombrar,
se van con un simple respirar.
Santiago Cruz Gómez | Décimo A
El pueblo de la luna
Mientras el río fluye entre las rocas
Décimo A
al compás de un cielo estrellado bailan
las mujeres, y en tropel ellas cantan
a sus maridos hundidos en cuevas.
Cuando vuelvan llenos de hollín, oigan
el llanto de la luna recordando.
Aquellos días sin males merodeando
por los caminos que ahora ellos tiznan.
Llega el sol, callan los llantos lunares.
Se danza y se canta por vez última.
Vuelve el vagón cargando a los hombres.
El pueblo cansado corre a soñar.
Durante el sol los niños aprenden, mas
el pueblo despierta con la luz lunar.
María José González Bustos | Décimo A
76
Solitud
Si desde lo alto del firmamento
podría yo escribir una balada
en silencio llamando una tonada
escuchando el sonido violento.
 
Si te busco en oscuro quebranto
ya anhelando palabras de nada
soñando con la vida pasada
que me llama en las noches de encanto.
Pero en las esquinas de las letras,
ahí, callada encuentro tu figura
que ya dispara tus balas expertas.
 
Que expresa realidad y ternura
siempre llama las calladas letras
y esto se acaba sin premura. 
Laura Sofía Romero Méndez | Décimo A
La muerte
Si me vas a llevar, llévame ahora
que ha llegado el momento de estar a tu lado.
Llévame contigo, oh, gran señora,
que te recibiré como una vieja amiga, eso está
garantizado.
Llévame hasta tu seno suavemente,
piadosamente, casi con cariño,
que me quiero dormir tranquilamente
como en los brazos de su madre un niño.
Yo no quiero alejarme de este mundo
con dolor, con tristeza y de improviso
como algún triste perro vagabundo.
Prefiero, si tú quieres, un aviso
para poder tomar un último suspiro
y en tu pureza blanca, así me deslizo.
Angie Lizeth Guerrero Lizarazo | Décimo A
 Composiciones

Nueva normalidad
musicales
Nada será igual
El sol en aquellos días mi rostro no añoraba,
me incomodaba su resplandor, y de él
no disfrutaba.
Compartía con mis amigos
momentos de alegría,
pero a veces no valoraba lo que
tenía.
Te quiero solo a ti
CORO CORO
Nuestra forma de pensar ha sido transformada, Te quiero solo a ti
al extrañar lo que hacíamos solo a ti, solo a ti.
nos enseñará a valorar,
cada momento que vendrá Cambias mi vida y yo empiezo a ser feliz,
porque ya todo cambió y nada será igual. con tu mirada color maíz.
¿Encerrados a dónde iremos? CORO
A los lugares nuestros Te quiero solo a ti
donde sentíamos libertad, solo a ti, solo a ti

Décimo A
que nos han sido prohibidos,
solo tenemos recuerdos y la esperanza de ir a ellos Desde que te vi, yo te vi y me partí,
extrañamos aquel tablero de letras lleno. mi corazón se volvió tan feliz
y desde ahí comencé a decir
CORO que te quiero para mí y solo para mí, 
Nuestra forma de pensar ha sido transformada que mi corazón está sonriendo
Al extrañar lo que hacíamos y mi alma va subiendo y 
nos enseñará a valorar, que con tus ojos me estoy muriendo, 
cada momento que vendrá y esta soledad me abruma todo el tiempo.
porque ya todo cambió y nada será igual.
Por eso lávate las manos Mi corazón está de luto por tu amor,
Quédate en tu casa. desde que te fuiste ya no soy el mismo,
me preguntan qué por qué ya no sonrío cuando sale
Letra y música: Catalina Lancheros Fuerte, el sol
Mariana Solano Pineda, y yo sin responderles, pienso que es porque ya no
Luis Soto Charry y estás conmigo,
Eric Almeida | Décimo A y que cada vez que veo el sol me acuerdo del amor
que he perdido;
todas las noches pienso que te podré recuperar,
pero me acuerdo de que ya estas con alguien más
y mi vida se derrumba en cada paso que en mi cuarto
doy.

Letra y música: Roger Sánchez,

Erick Niño,
David Zapata y
Lenyn Chipatecua | Décimo A

77
Nueva normalidad
Avanzaremos
Aislados, encerrados, apresados
llevamos segundos, minutos, días
pensando en superar estas pérdidas
para regresar felices amándonos.
Encerrados creciendo lentamente,
aprendiendo confinados a amar
el sueño de vernos es como el mar
magnífico y grande armoniosamente.
Abandonado, agobiado, cansado
esforzarnos, para el cambio que viene
el futuro, mostrará el avance dado.
Signaremos el cambio que conviene
avanzar sin olvidar el pasado
en alto la patria se mantiene.
Nicolle Fernanda Vanegas Patiño | Décimo B
Sueños
Décimo B
Puedo ver sin estar viendo, puedo sentir sin sentirte
quisiera abrazarte, pero tampoco puedo
los extraño tanto que ya quiero irme
sin embargo, yo me quedo.
Cuanta tristeza que viene con estrés
quiero dormir mil horas y soñar
pero tengo los ojos cuadrados a su merced
imagino el momento de volvernos a encontrar.
Solo es mi mente, pero se siente tan real
este encierro me enloquece
no puedo aguantar más.
Pero esto espero no dure tanto
sé que pronto acabara
y podremos vernos, eso espero.
Sara Valentina Triviño Pulido | Décimo B
Perseverancia
Escribir este soneto se me complica
aunque intente hacerlo esto en mí no aplica
yo lo hago, ustedes se ríen
y aun pensándolo nada se escribe.
No sé qué más poner
creo que dejaré aquí,
exponiéndome a un bajo
78
por eso continúo con mi trabajo.
Sigo intentándolo
Complicado, pero solucionándolo
como todo en la vida, porque hay que vivirla.
Concluyo aquí, es el fin
aunque no quede bien, estoy feliz
porque una vez más pude salir.
Nicolás Daniel Ramírez Camargo | Décimo B
Mi punto de vista
Estoy acostado en la cama de mi cuarto
y no sabes lo mucho que estoy harto
recordar los momentos que pasaron
y como me abrazaron.
Encerrado y separado nos alejamos de la gente
como si fuéramos ese delincuente,
todos con miedo de no infectarse
y el gobierno con miedo de no quebrarse.
Deberíamos es reflexionar y todos empezar
a cambiar, dejar la hipocresía
como si fuéramos personas vacías.
Empecemos a tener conciencia y agradecer
con obediencia porque nunca sabemos
cuando será nuestra última permanencia.
David Alejandro Zapata Cardozo | Décimo B
Tú...
Tú, hermosa como el atardecer en la sabana,
yo un pobre iluso, antiestético,
que rompe todo esquema de la belleza,
tú, un sueño inalcanzable, impalpable, impensable.
Tú, con tus profundos ojos color miel que se resaltan
con tus crespas pestañas,
me gritan aléjate, en cambio mis ojos al
contemplarte quedan sin palabras,
daría lo poco que tengo porque me regales una
sonrisa
demarcada por tus hermosos labios rojos.
Eres el lucero que más brilla en la noche bogotana,
eres la hermosa melodía que cantan los ruiseñores
en las mañanas,
me domas con el don de tu ternura.

Pero tú, me rechazas y es imposible obligar a amar,
falsos amores me han dejado en cuidados paliativos
y tú lo único que haces,
es acelerar el proceso triturando los pocos
fragmentos que hoy es mi corazón.
Lenyn Chipatecua Rodríguez | Décimo B
Lo difícil de un soneto
Qué difícil es hacer un soneto
lo intento, pero no puedo lograr
con un buen comienzo poder arrancar,
y muchos intentos boto al cesto.
Con la segunda estrofa comencé
no sé si poder seguir la estrofa,
y ¿si mejor me duermo en el sofá?
debe ser mejor que lo recomience.
Voy por la mitad, ya casi acabo
ojalá lo que falte sea fácil
no sé, no me gusta lo que escribo.
Estoy muy cansado y estoy débil
intento pensar, pero no escribo
bueno, creo que no fue tan difícil.
Daniel Steven Rentería Ruiz | Décimo B
Melodía de amor
Si se junta un tambor, una melodía,
y mucho amor de ti saldrá una
gran inspiración, que hará temblar de
pasión a toda una nación, si…
Logras cambiar el sentido del alma,
a través de una melodía de pasión
en ti cambiará la esencia de tu cantar,
y esto te hará cambiar ya.
Tu sonido será confuso en
medio de un bosque de instrumentos.
Ya no serás tú y tu tambor, tú…
Serás una cuerda más de este
concierto de guitarras, en donde tu
pasión queda presa por su coro.
Roger Santiago Sánchez Villarreal | Décimo B
Nueva normalidad
La moneda
Yo no quiero perderme en mí, no lo quiero;
llegar a lo más profundo y quedarme ahí,
donde la tristeza se apodera y las lágrimas llegan
no quiero, lo odio y lo detesto.
El problema es que me siento sola entre tanta gente,
demasiadas palabras, pero muy pocas escuchadas.
Y en la búsqueda de la soledad, solo encuentro
monedas,
¿Monedas? Gente de dos caras, así prefiero matarme
conmigo misma.
Solo quiero dejar de estar conmigo y poder borrar
todo,
pero estos pensamientos me llenan de valor y temor
de que no estoy sola ahogándome en arena
movediza.
Quiero dejar de pensar porque mi propio
pensamiento me consume,
al mismo tiempo saber que alguien sabe lo que me
Décimo B
pasa.
Pero me dejaré llevar antes de ser otra moneda en
esta sociedad.
Leonora Alejandra Moreno Vargas | Décimo B
El último aliento
La tristeza profunda ahora abunda
los sonidos errantes estancados,
la canción ya va sonando muy aguda
los encantos ya se dan olvidados.
Por el final en el extraño mundo
la sirena va estando ya esperada
buscando ya de a poco fue encontrando
ha muerto ya en la nada desolada.
Estas luces se fueron apagando
la vida ya ha perdido su camino
un hueco se ha ido de a poco formando.
Ya todo se ha vuelto lo antes ajeno,
ya todo ha ido perdiendo su sentido,
ya todo no se va a encontrar divino.
Ana Paula Bautista Rincón | Décimo B
79
Nueva normalidad

Distancia
Ojos cual astros
luz que ilumina mi día,
saca de la oscuridad una sonrisa.

Mirada que da calor

cual fénix al salir de las cenizas
abrasa mi corazón y le devuelve la vida.

Presente sin estarlo

vive en la mente de un muchacho inquieto,
en la mente de un chico
que desea tenerla en sus brazos.

Aunque se añore con toda el alma,

aunque la distancia sea corta
no podemos estar juntos,
por la situación que solo deplora.

Juan José Alba Murillo | Décimo B

Cuando pienses en mi encontrarás
una mujer que te ama con toda bondad
Mofletes queriendo darte el mundo, sus lunas
Décimo B

Y simplemente están existiendo y deseos, aunque acabó en amistad.

sin hacer mucha cosa inaudita,
de vez en cuando te miran diciendo
con su mirar fijo en ti, maldita.
¡Oh!, claro que esto en su expresión,
¡Oh!, pero esto no es ningún secreto,
que los gatos no hablan en efecto,
pero se entienden a la perfección.
Y usualmente no hacen gran cosa
en dormir y comer son muy expertos,
también son increíblemente tiernos.
Y si mi vida dependiera de ti
no podría dejar de ser tan feliz
porque no dudaría en morir por ti.
Y es que sin ti mi vida sería infeliz
ni con el amor que te tuve admití
que antes de morir, te di un cáliz.
Lina María Fernanda Vásquez Montejo | Décimo B

Y aunque usualmente son gruñones Memorias

e increíblemente bipolares En tu infancia recordaste a todos
son los gatos animales hermosos. desde tu primer juguete, hasta tu familia
todo se borra conforme creces, fantasmas
Valeria Moreno Huertas | Décimo B recuerda, todavía eres una niña.

Esos recuerdos te lastiman, está bien

Esperanza de vida
Tu mirada es la luz de mi vida
es la ventana de amor en mis días,
en mi corazón no habrá salida
encerrado el resto de sus días.
sonríe todo lo que puedas, está bien
llora todo lo que quieras, está bien
crece sin miedos, eres más fuerte.
Revivir esto es volver a tu inocencia
es volver a esos días de felicidad
sentir de nuevo a tu familia.

Laura Sofía Peña Barbosa | Décimo B

80

Momentáneo
Viajando cual nube me encuentro
por el cielo buscando un destello
viéndote a ti, cariño mío,
eres de mi vida el mayor tesoro.
Oh, te halle a ti pureza infinita
vida de mi vida, mi corazón eterno
mundo perfecto el que encuentro
que no sea efímera esta vida.
Si pasara fugaz igual te buscaría
esta o mil vidas más te hallaría
hallaría la felicidad infinita.
Felicidad que solo causas tú
un momento que a la vida agradezco
por estar a tu lado, mi cielo.
María Alejandra Bohórquez Sarmiento | Décimo B
Mi realidad
¿Es necesario el fin del mundo?
Para tener la cita perfecta
¿Dónde te abrazas, con quién?
Tu otro yo, también te abraza.
Lo raro de un abrazo más profundo
es durante un final feliz,
ahí es el lugar perfecto
estás tú y tú por siempre.
Nueva normalidad
Me opongo a amarte antes que a mí
tú no eres, soy yo
mi cuerpo lo sabe.
Cuando sientas el amor verdadero
la realidad está en ti,
el sentimiento nació de tu lado.
Luna Sofía Ruiz Hurtado | Décimo B
Ataraxia
En cuanto llegaste mi corazón te vio
en cuanto dirigiste tu voz hacia mí
una profunda ataraxia mi ser sintió
mi espíritu desvestí.
Eres mi razón de ser,
porque cada vez que te veo
veo que eres la razón de mi día a día nacer
porque mi cabeza es un volcán, eso es lo que siento.
Porque gracias a ti desapareció la confusión
por ti el abismo de las dudas ya no está,
Décimo B
produces en mí una gran calidez.
Cuando te siento, ocurre esa divina sensación,
pues mi cuerpo de ti se fiará,
serás tú el juez.
Cristóbal Díaz Piñeros | Décimo B
81
Nueva normalidad
Los intolerantes
La oscuridad del firmamento me envolvía.
Mi cuerpo se marchitaba como una flor
y mi nueva ruta había sido decidida.
Sabía que debía partir con dolor.
Me apagaba mientras oía sus voces,
esas que tiempo atrás me carcomían.
¿Escapar? Imposible, eran veloces.
Te torturaban, y ellos lo sabían.
Pensar diferente, tener otra expresión,
fue mi delito y mi pena de muerte.
Rabia, tristeza profunda y depresión,
y una noche se dio mi suerte.
¡Oh vida! ¿Por qué se odia al diferente?
¡Oh vida! ¿Por qué me condenas así?
Ahora solo es mi madre quien lo siente.
Pues en mi propia tristeza me consumí.
Una cuerda cuelga en mi habitación,
como una pluma la silla se ha caído.
La intolerancia fue su obsesión,
y yo de este mundo me he ido.
Undécimo A
Sebastián Sánchez Mesa | Undécimo A
El último encuentro
Allí estabas sentado pensando,
como explorar ese mundo que
se nos fue privado de estar,
tras una pantalla, sin estabilidad
emocional, lo único que apreciaba
es esa soledad infernal, como
aquella tarde en que no volvimos
aquel lugar.
Parecía un sueño, no poderte
tocar, como cuando podíamos
salir a caminar. Todo es
irreal, ya no lo soporto más.
No puedo vivir en este
mundo alejado de la sociedad,
necesito salir y volver a esa
tranquilidad.
María Alejandra Sedano Ángel | Undécimo A
82
Petunia
Eras una de esas novelas que hay que leer hasta el
final varias veces.
La historia de un millón de trampas
una aventura, un libro de fantasía
la epopeya cansada de una persecución dolida.
Nuestra separación ha sido tan suave que molesta,
como el ruido blanco, que, aunque no se escucha,
enloquece
y no ha honrado ni mi carácter, ni el tuyo.
Así que no he venido a pedirte un “para siempre”
no voy a intentar ser tu tierra y tu música
no he venido a pedirte que te quedes.
Pero si eres tan amable, concédeme un último baile
y te prometo que será el mejor baile de nuestra
historia.
Y si esta es la despedida:
dedícame todas las lágrimas que me has estado
guardando
o estallemos en llamas y así el invierno dejara de
hacernos daño.
Ángel Valeria Palacio Suarez | Undécimo A
El mejor día
Mi esposo abusa de su fuerza,
me lastima,
así que salgo
en busca de un mejor día.
Llego a mi espacio laboral, 
solo siento a mi jefe,
me desgasta y me detiene,
no sé cómo continuar.
Salgo con mis compañeros
de ventaja social,
me humillan y me dañan
pero no me siento mal.
Regreso con una sonrisa,
no sé qué tan real es,
solo quiero mejorar, 
y no llorar esta vez.
Juan Manuel Galindo Melo | Undécimo A
 Sociedad sin valores

Nueva normalidad
A lo largo de este camino,  La historia de dos lagos
he podido observar este mundo destruido,  Dos mundos dentro de mí,
la tristeza y melancolía que me suscita  uno sin ti llevado a lo oscuro,
una sociedad de valores destruidos. el otro como un lago al lado tuyo,
sin embargo, en todo esto mentí.
El odio que pudre al amor
hace que la amargura reine en el corazón. La historia me presenta dos rumbos
La envidia no es más que la frustración  un lago, al borde otro lago,
al no tener, lo que otro obtuvo con dedicación.  me río en uno, en el que estoy contigo,
en otro, solo veo oscuridad y ninguna claridad.
La venganza, tan cruel y mala
como el que asesina sin sentir nada. La superficie del lago tuyo veo agua clara con un día
Más respeto, más unión es lo que se necesita  despejado,
para crecer como sociedad.  la superficie del lago sin ti, se ve tenebroso, poco
deseoso,
Si no solucionamos esto ya, escojo el lago tuyo, me lanzo sin pensarlo,
la amargura nos consumirá pero al no conocer el fondo me quedo ahogado. 
ocasionando que ni consigo mismo se tenga amistad, 
si no cambiamos, la soledad de nuestro lado jamás Fue una gran mentira,
se apartará.  al nadar al fondo del lago conociendo cada parte,
me llevo la gran sorpresa de eso que no me
Daniel Fernando Martínez P | Undécimo B imaginaba,

¡Oh, tu, reino!
Donde el tiempo vale oro y se llama actualidad,
existe un reino muy lejano que reside junto al mar.
¡Oh, tu, reino! ¿acaso no estás viendo?
La desgracia ocurre y la solución se está yendo.
Y es aquí donde la noche tenebrosa perdura,
el despiadado tiempo se congela,
los árboles que nacen torcidos,
jamás sus troncos enderezan.
¡Oh, reino! Y ¿Dónde están tus reyes,
aquellos que moldean a tus queridos seres?
La luz vespertina que traen consigo
será la llegada de un nuevo destino.
Los troncos se enderezan,
su reino embellece,
y aquellos que cambian,
bajo la luz eterna florecen.
Hanna Karyme Failach Rojas | Undécimo B
Undécimo B
un lugar lleno de basura y nada parecido a lo que
aparentaba.
Diego Méndez Dimaté | Undécimo B
La existencia de la ejecución
En ese pequeño árbol,
mi mente se dispersaba.
Mis pies desampararon el mármol,
en otra alma me encontraba.
Mi magno anhelo de libertad,
estaba al borde de llegar.
Al reflejarse en ella mi voluntad,
mi amor, la luz va a radiar.
La esencia en mi cuello sanará.
Volteará la silla donde sienta mi lealtad.
El peso de la cuerda me tendrá,
arribará mi plena tempestad.

Su instintivo estado de inocencia,

en su prodigioso rostro destella.
La muerte en su espeso cuerpo se acerca,
y mi pena en su alegre soledad se expresa.

Valeria Estefanía Suarez Gallego | Undécimo B

83
Nueva normalidad

El ocaso de la revolución
En una noche fría y callada
llego la idea de una revolución por la madre tierra
como un aire de esperanza
se oyen las voces gritando por el cambio.

Un cambio para salvar a la Tierra

y la ilusión de que se mueva algo
es como un primer amor que te llena de vida y
emoción
la fuerza y entusiasmo hacen derramar lágrimas en
cada uno de los involucrados.

A pesar de las ganas al pasar de los días se hace más

difícil continuar
cada día hay menos combatientes
como una triste brisa de otoño la intensión
desapareció
la lucha se esfuma y la soledad se empodera.

El pueblo se cansó y la revolución sus promesas

incumplió
Undécimo B

la decepción ahogó a todo el que puso su alma en la

causa
lo peor llegó, el olvido, olvido de la causa, del dolor,
de la fuerza y de la lucha
en una noche fría y callada, la revolución nunca
volvió.

Luna María López Montoya | Undécimo B

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 ISSN 2011-4907
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9 772011 490002

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