Está en la página 1de 35

AMPARO INDIRECTO FOTOMULTA CIUDAD DE MEXICO

JUEZ DE DISTRITO EN MATERIA ADMINISTRATIVA DEL


DISTRITO FEDERAL EN TURNO

PRESENTE

promoviendo por mi propio derecho ante esta


autoridad; señalando como domicilio para oír y recibir
notificaciones así como toda clase de documentos y/o
valores el ubicado ____________________, ante usted
respetuosamente comparezco y expongo:

Por medio del presente escrito y con fundamento en los


artículos 103 y 107 de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos, así como lo numerales 1, 5
fracción I 107, y demás relativos y aplicables de la Ley
de la materia solicito el Amparo y Protección de la
Justicia de la Unión en contra los actos de las
autoridades que más adelantes señalamos como
responsables, por estimarlo violatorio de los Derechos
Humanos que en mi favor consagra la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos y Tratados
Internacionales en los que México es parte, por lo que,
a efecto de ajustarnos al contenido del artículo 108 de
la Ley de Amparo, manifiesto lo siguiente:

I.- EL NOMBRE Y DOMICILIO DEL QUEJOSO:

Ya ha quedado asentado en el proemio de la presente


demanda

II.- NOMBRE Y DOMICILIO DEL TERCER


INTERESADO

No existe.

III.- AUTORIDADES RESPONSABLES

 
ORDENADORAS:

1. Jefe de Gobierno del Distrito Federal, Miguel


Ángel Mancera Espinosa, responsable de la
promulgación del nuevo Reglamento de Tránsito
del Distrito Federal.

EJECUTORAS:

2. Secretario de Seguridad Publica, Hiram Almeida


Estrada, responsable de la aplicación del nuevo
Reglamento de Tránsito del Distrito Federal.

3. Subsecretario de Control de Tránsito, Fernando


Alejandro Martínez Badillo, responsable de
sancionar las infracciones, supervisar el
funcionamiento de los depósitos vehiculares
adscritos a la Secretario, dictar las medidas
necesarios para la operación del sistema de
infracciones y a autorizar los mecanismos de
control y operación para la aplicación de
dispositivos de grúas conforme al nuevo
Reglamento de Tránsito del Distrito Federal.

4. Secretario de Finanzas, Edgar Abraham Zamora,


responsable del a aplicación del nuevo
Reglamento de Tránsito del Distrito Federal.

1. ACTO RECLAMADO

La inconstitucional e inconvencional multa que se


pretende cobrar al quejoso, por la supuesta infracción
al artículo 9 del Reglamento de Tránsito vigente en el
Distrito Federal.
 

Fecha de notificación de la multa:

El día  ___ me fue notificada la multa de tránsito en mi


domicilio ubicado en ____

V.- PRECEPTOS CONSTITUCIONALES


VIOLADOS (Derechos Humanos en términos del
artículo 1 de nuestra Carta Magna):

Se viola en mi perjuicio los artículos 1, 14, 16,  22  de


la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, los artículos 8 párrafo 2 inciso c), 22  de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos.
 

VI.- ANTECEDENTES DEL ACTO RECLAMADO

BAJO PROTESTA DE DECIR VERDAD, manifiesto que


los hechos y abstenciones que me constan y, que
constituyen los antecedentes del acto reclamado son:

1.- Con fecha  _________  me fue notificada la multa


que se impugna en mi domicilio con motivo de que
supuestamente cometí una infracción al Reglamento de
Tránsito del Distrito Federal la cual es inconstitucional
dado que no respeta la garantía de legalidad y
audiencia y además, es excesiva como se hará notar en
los conceptos de violación de esta demanda por lo que
la misma transgrede significadamente mis Derechos
Humanos y en especial el artículo 22 de la Constitución
el cual prohíbe las multas excesivas.
 

VII.- CONCEPTOS DE VIOLACIÓN:

PRIMERO.

Por medio de este concepto de violación se ataca la


inconstitucionalidad del artículo 9 del Reglamento de
Tránsito Vigente para el Distrito Federal, que impone la
multa al quejoso siendo que es violatoria del artículo 22
constitucional, el cual prohíbe la multa excesiva, para lo
cual se requiere que se tomen en cuenta las
condiciones individuales del infractor en concordancia
con el hecho que la motiva.

Aclarando que el quejoso está en posibilidad de


impugnar la inconstitucionalidad del artículo en
comento que impone la multa siendo que es el primer
acto de aplicación en la esfera del quejoso y en base al
principio de individualización incondicionada establecido
por el Máximo Tribunal es que se está en posibilidad de
impugnar dicho artículo por ser contrario al artículo 22
constitucional, para tal efecto transcribo la siguiente
tesis de jurisprudencia que a la letra señala:

LEYES AUTOAPLICATIVAS Y HETEROAPLICATIVAS.


DISTINCIÓN BASADA EN EL CONCEPTO DE
INDIVIDUALIZACIÓN INCONDICIONADA.

Para distinguir las leyes autoaplicativas de las


heteroaplicativas conviene acudir al concepto de
individualización incondicionada de las mismas,
consustancial a las normas que admiten la procedencia
del juicio de amparo desde el momento que entran en
vigor, ya que se trata de disposiciones que, acorde con
el imperativo en ellas contenido, vinculan al gobernado
a su cumplimiento desde el inicio de su vigencia, en
virtud de que crean, transforman o extinguen
situaciones concretas de derecho. El concepto de
individualización constituye un elemento de referencia
objetivo para determinar la procedencia del juicio
constitucional, porque permite conocer, en cada caso
concreto, si los efectos de la disposición legal
impugnada ocurren en forma condicionada o
incondicionada; así, la condición consiste en la
realización del acto necesario para que la ley adquiera
individualización, que bien puede revestir el carácter de
administrativo o jurisdiccional, e incluso comprende al
acto jurídico emanado de la voluntad del propio
particular y al hecho jurídico, ajeno a la voluntad
humana, que lo sitúan dentro de la hipótesis legal. De
esta manera, cuando las obligaciones derivadas de la
ley nacen con ella misma, independientemente de que
no se actualice condición alguna, se estará en presencia
de una ley autoaplicativa o de individualización
incondicionada; en cambio, cuando las obligaciones de
hacer o de no hacer que impone la ley, no surgen en
forma automática con su sola entrada en vigor, sino
que se requiere para actualizar el perjuicio de un acto
diverso que condicione su aplicación, se tratará de una
disposición heteroaplicativa o de individualización
condicionada, pues la aplicación jurídica o material de
la norma, en un caso concreto, se halla sometida a la
realización de ese evento.

 
En relación a la garantía en comento se dicho que todo
el artículo 22 constitucional prohíbe la aplicación de
penas prohibidas dado que ellas degradan a la persona
en su integridad y sentimientos con lo vulneran la
dignidad humana, como son las de mutilación e
infamia, la marca, los azotes, los palos y el tormento, y
en general cualesquiera otras penas inusitadas y
trascendentales.

Pero dicha disposición al mencionar sanciones


claramente penales incluye igualmente a la multa
excesiva y a la confiscación de bienes, las cuales es
factible decretar tanto en tratándose de infracciones
administrativas dado que estas son consecuencia del
derecho administrativo sancionador, el cual está a
cargo del ordenamiento constitucional.

Es de señalar que el artículo 22 constitucional que


prohíbe cierto tipo de multas no clarifica cuáles son las
excesivas a las que específicamente se refiere. Por ello
debe intentarse su deslinde.

Si bien el artículo 22 constitucional prohíbe la multa


excesiva, es de mencionar que para que una autoridad
imponga una multa que presente dichos excesos, el
propio artículo 22 no nos proporciona un concepto de
excesividad, sino que para ello es necesario relacionar
armónicamente esta disposición con los conceptos de
proporcionalidad y equidad que establece la fracción IV,
del artículo 31 constitucional. Dado que la multa, como
sanción, no tiene equivalencia real con la contribución
para los gastos públicos a los cuales se refiere la
fracción IV del artículo 31, pero la materia Fiscal
equipara su naturaleza jurídica con las contribuciones,
no cabe duda que la Federación, el Distrito Federal, el
Estado o los Municipios obtienen, de contribuciones y
multas, fondos que deberán aplicar a los gastos
públicos, y es entendible que en ambas situaciones
aparezcan reglas protectoras de las personas que
deben cubrir tanto unas como otras.

Más todavía, los conceptos de proporcionalidad y


equidad establecidos por la Constitución en su artículo
31, fracción IV constitucional por extensión lógica,
deben regir, en armonía con el citado artículo 22, con
las multas  administrativas, porque en todas ellas se
hace imprescindible la necesidad de individualizar la
sanción.

En un primer concepto, por lo tanto, debe entenderse


que es criterio deducido del propio sistema
constitucional, que para que una multa no resulte
atentatoria para los derechos y garantías de las
personas o sea excesiva, se requiere que las multas se
ajusten a un criterio protector de proporcionalidad y de
equidad, tal y como ocurre en las contribuciones.

Efectivamente, para que una multa no resulte excesiva


y por tanto, violatoria del artículo 22 constitucional,
resulta necesario facultar a la autoridad sancionadora
con el objeto de que se encuentre en condiciones de
correlacionar dos elementos, a saber:

1. Que exista correspondencia entre la cuantía de


la multa y las condiciones económicas del
infractor, y
2. Que la sanción pecuniaria tome en cuenta la
gravedad de la falta.

Por consiguiente, no basta que el ordenamiento


respectivo establezca sólo alguno de los elementos
mencionados, ya que de ser así no se daría oportunidad
al infractor para demostrar si fue o no su intención
causar el daño al incurrir en la conducta prohibida, su
mayor o menor capacidad económica, o bien, su grado
de responsabilidad en la omisión, constitutiva de la
infracción; situación que de no estimarse, podría
ocasionar la imposición de una multa excesiva. De ahí
que, si bien importa la gravedad de la lesión, en razón
del perjuicio que ocasionó al Estado en materia
administrativa, también importa el grado de
responsabilidad o de intención en la conducta del
ciudadano al producir la conducta que dio origen a la
sanción, como la situación económica en que se
encuentra el infractor.

En el caso para analizar lo referente al tema de multa


excesiva es necesario fijar, un concepto de excesividad
para que se califique a una multa de excesiva y
contraria al artículo 22 constitucional.

De la acepción gramatical del vocablo excesivo, así


como de las interpretaciones dadas por la doctrina, y
por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, para
definir el concepto de multa excesiva, contenido en el
artículo 22 constitucional, se pueden obtener los
siguientes elementos:

1. A) Una multa es excesiva cuando es


desproporcionada a las posibilidades
económicas del infractor en relación a la
gravedad del ilícito fiscal.
2. B) Una multa es excesiva cuando se propasa, va
más adelante de lo lícito y lo razonable.
C) Una multa puede ser excesiva para unos,
moderada para otros y leve para muchos.

D) Para que una multa no sea contraria al texto


constitucional, debe determinarse su monto o
cuantía, tomarse en cuenta la gravedad de la
infracción, la capacidad económica del infractor
y la reincidencia de éste en la comisión del
hecho que la motiva.

3. E) La garantía de prohibición de multas


excesivas, contenidas en el artículo 22
constitucional, se presenta en la práctica casi
siempre en relación con la determinación
concreta de la sanción administrativa, pero esta
prohibición comprende también al legislador.
4. F) La multa excesiva puede estar establecida en
la ley que emana del Poder Legislativo cuando
se señalan sanciones fijas que no dan bases
para la autoridad administrativa a individualizar
esa sanción, permitiendo a ésta un actuar
arbitrario, aunque esté dentro de los límites
establecidos en la propia ley.

El sistema impositivo de multas por omisión en el pago


de multas por infracciones al Reglamento de Tránsito
vigente en el Distrito Federal, viola por parte del Poder
Legislativo la prohibición constitucional de imponer
multas excesivas, contenidas en el artículo 22 de la
Carta Magna.

La multa impugnada considera que el artículo es


violatoria del artículo 22 constitucional, el cual prohíbe
la multa excesiva, para lo cual se requiere que se
tomen en cuenta las condiciones individuales del
infractor en concordancia con el hecho que la motiva.

Se considera que el Reglamento que se impugna


contiene multas excesivas, no por el porcentaje que se
establece, sino porque crea un sistema rígido para la
imposición de sanciones en el que cualquier persona es
sancionada en la misma forma, bastando para ello el
que infrinja el reglamento y este sea infraccionado al
notificársele la multa con una imagen de su vehículo
tomada con una cámara instalada por el gobierno del
Distrito Federal en la que se toma la foto en que
comete la infracción al reglamento.

Por lo que hace a la definición gramatical del término


excesivo, conlleva la idea de algo que puede ser
comparado entre sí, y solamente se puede ir más
adelante de lo debido, lo lícito o razonable, cuando
existe algo que es debido, lícito o razonable.
Al crearse un sistema de multas fijas, no existe forma,
desde el punto de vista legal, de saber cuándo una
multa es excesiva, o sea, cuándo va más allá de lo
razonable, ni mucho menos cuándo es arbitraria o
desproporcionada.

Es en ese sentido, que se considera que el sistema que


contiene el Reglamento de Tránsito de Distrito Federal
es violatorio del artículo 22 constitucional, pues instala
un sistema rígido para la imposición de sanciones, sin
que se establezca para la autoridad administrativa el
deber de individualizar el monto de la sanción al caso
concreto.

De la lectura del artículo que establece la multa, se


puede observar que de la lectura se aprecia que para
establecerla el artículo marca un parámetro de un
mínimo a un máximo lo cual permite a la autoridad fijar
la sanción en base a la gravedad del hecho y la
condición económica del sujeto, es en base a estos
lineamientos que una multa impuesta por una autoridad
administrativa no sea excesiva, al contrario sucede con
la multa que se impugna dado que en la misma la
autoridad pasa por alto los lineamientos antes dichos
dado que de manera arbitraria impone una multa sin
tomar en cuenta lo establecido por la jurisprudencia en
base a que para imponer una sanción consistente en
pena pecuaria debe considerar ante todo la condición
económica del sujeto y no imponerla arbitrariamente
dado que con ello vulnera el derecho humano a la
seguridad jurídica en base a la individualización de
sanciones.

Es por ello que la multa al no fijarse en base a un


parámetro en que se motive  por qué se impone la
sanción es que su aplicación no está en función de
circunstancias conforme a las cuales se individualice la
multa por la autoridad administrativa.

Debe concluirse que el sistema de las multas que tienen


un parámetro de un mínimo a un máximo, pareciera
haber sido para que las autoridades administrativas
tuvieran que razonar el monto de la multa impuesta,
dado que al imponerla sin observar los parámetros y
analizar la condición económica del gobernado es
notoriamente injustificado.

Por lo que hace a la forma en cómo se obtiene la foto


con la que se impone una multa es que en base a ese
método es que la autoridad al basarse en la foto
tomada por una máquina que no puede percibir la
gravedad de la infracción y la capacidad económica del
sujeto es que fija la multa lo cual es contrario a las
garantías de seguridad jurídica y legalidad porque,
dado que no es posible que exista una correcta
fundamentación y motivación de esa forma vulnera lo
señalado en los artículos 14 y 16 de la constitución que
consagran la garantía de legalidad la cual para poder
tenerse por satisfecha debe estar fundada y motivada
de forma correcta el acto que se reclama, para que de
esta forma exista la certeza jurídica de que el quejoso
le han sido respetados sus derechos fundamentales
frente a cualquier acto, para lo cual se transcribo lo
dispuesto por dichos artículos:

ARTÍCULO 14. A ninguna ley se dará efecto


retroactivo en perjuicio de persona alguna.

Nadie podrá ser privado de la libertad o de sus


propiedades, posesiones o derechos, sino mediante
juicio seguido ante los tribunales previamente
establecidos, en el que se cumplan las formalidades
esenciales del procedimiento y conforme a las leyes
expedidas con anterioridad al hecho.
ARTÍCULO 16. Nadie puede ser molestado en su
persona, familia, domicilio, papeles o posesiones, sino
en virtud de mandamiento escrito de la autoridad
competente, que funde y motive la causa legal del
procedimiento.

En base a ello esta garantía se encuentra


estrechamente vinculada con la garantía de seguridad
jurídica, en la cual descansan varios principios del
derecho mexicano, siendo regida en principios esta
garantía como los son dos de los pilares que nuestra
constitución reconoce en la garantía que consagra el
derecho humano a la seguridad jurídica, siendo estos el
de fundamentación y motivación, siendo que de esta
forma se satisface que el gobernado al sufrir una
afectación a su esfera jurídica este en posibilidad de
defenderse, o en su caso este seguro del estado no
abusa de su poder y que la afectación que realiza se
sustente en circunstancias de hecho y sustento de
derecho, dado que no es posible percibir por el medio
que usa la autoridad como lo es la fotomulta es que no
puede observarse y tener en cuenta  la calidad del
sujeto y sobre todo que tan grave es la infracción
cometida y con ello la autoridad es que en base a un
parámetro calcula el monto a pagar sin observar los
motivos para imponer la multa lo cual hace que esta
vulnere los derechos de seguridad jurídica y los
prohibidos por el 22 constitucional como lo es la multa
excesiva.

Sólo un punto queda por aclarar en esta conclusión


respecto a que el artículo 22 constitucional, si bien
contiene preferentemente sanciones penales, en
materia de multas puede referirse, a las que impongan
otras normas no penales, como las administrativas.

Sirven de apoyo a lo antes expuesto, las tesis de la


Segunda Sala, publicadas en las páginas 756 y 2187 de
los Tomos XLVIII y LXXXV, de la Quinta Epoca del
Semanario Judicial de la Federación, que dicen:

“MULTA EXCESIVA. En el texto constitucional


respectivo, sólo quedó consignada la prohibición de
imponer multas excesivas, pero sin darse la definición
de ellas ni establecer normas que bastaran para
calificar las sanciones pecuniarias, en los casos que se
presentaran en la práctica. Por otra parte, el concepto
exacto del constituyente, no puede conocerse, debido a
que en la sesión respectiva del Congreso en que se
votó el artículo 22, no llegó a tratarse la cuestión, ni el
dictamen de la Comisión que lo formuló, contiene ideas
sobre el particular. Por tanto, para establecer un
criterio sobre la fijación de las multas, la Segunda Sala
de la Suprema Corte de Justicia adopta la teoría que
consiste en dejar al criterio prudencial del juzgador, en
cada caso particular, la calificación de si una multa es
excesiva o no, debido a que este criterio es el más
jurídico y justo, dado que no es posible establecer una
norma general, que atienda a las condiciones
económicas de cada infractor, que, en definitiva, es la
única circunstancia que puede tenerse en cuenta para
valorar con equidad el carácter de la multa aplicada;
sin que pueda admitirse la tesis de que el criterio para
juzgar si una multa es excesiva o no, depende de la
aplicación del máximo o mínimo que fije la ley, en
correspondencia con la gravedad de la infracción, pues
aun en el caso de que se aplique el mínimo, la multa
podría ser excesiva para una persona, por el reducido
valor de su patrimonio, y para otra no, por la cuantía
de sus bienes, por lo que, para imponerla, debe tenerse
presente en cada caso, dos elementos fundamentales:
que exista correspondencia entre la cuantía de la multa
y la fortuna y condiciones económicas del infractor, y
que la sanción pecuniaria esté en proporción con el
valor del negocio en que se cometió la infracción que se
castiga.”
“MULTAS EXCESIVAS. QUE DEBE ENTENDERSE POR
TALES. La Suprema Corte ha sentado la tesis de que:
no existiendo una base legal que permita calificar
cuándo debe estimarse como excesiva una multa, el
juzgador necesita tener en cuenta los dos elementos
que siguen: que exista correspondencia entre la cuantía
de la multa y las condiciones económicas del infractor y
que la sanción pecuniaria esté en proporción con el
valor del negocio en que se cometió la infracción que se
castiga de acuerdo con la tesis transcrita, multa
excesiva es aquella que no corresponde a las
condiciones económicas del penado o que es
notoriamente desproporcionada con el valor del negocio
en que se cometió.”

Así las cosas el artículo 22 de la Constitución Política de


los Estados Unidos Mexicanos, que establece la
prohibición de multas excesivas es por ello que al
estudiar el precepto con el que se impone la multa es
que se considera inconstitucional porque dicho precepto
señala una cantidades base a un parámetro sin que se
funde ni motive por qué la autoridad llega a la
conclusión que la imposición de la multa es por estar en
el supuesto que establece en la multa, sin dar
oportunidad al quejoso de saber el motivo del caso en
concreto el monto de la multa tomando en cuenta la
capacidad económica del infractor, la gravedad de la
conducta a sancionar y la mayor o menor trascendencia
del asunto en que se cometió la falta, ya que es
precisamente esa falta de oportunidad individualizadora
lo que conduce a considerar que una multa es contraria
a lo dispuesto por el artículo 22 de la Constitución.

SEGUNDO CONCEPTO DE VIOLACION

El presente concepto de violación es referente a que el


acto que por medio de este juicio de garantías se
combate viola en perjuicio del quejoso la garantía de
audiencia contenida en los artículos 14 y 16 de la
Constitución los cuales a la letra señalan:

ARTÍCULO 14. A ninguna ley se dará efecto


retroactivo en perjuicio de persona alguna.

Nadie podrá ser privado de la libertad o de sus


propiedades, posesiones o derechos, sino mediante
juicio seguido ante los tribunales previamente
establecidos, en el que se cumplan las formalidades
esenciales del procedimiento y conforme a las leyes
expedidas con anterioridad al hecho.

ARTÍCULO 16. Nadie puede ser molestado en su


persona, familia, domicilio, papeles o posesiones, sino
en virtud de mandamiento escrito de la autoridad
competente, que funde y motive la causa legal del
procedimiento.

En ese orden de ideas, a efecto de verificar la legalidad


de la mencionada determinación, en principio, es
menester precisar el alcance del artículo 14 de la
Constitución Federal, que en su párrafo segundo
establece que nadie podrá ser privado de la libertad o
de sus propiedades, posesiones o derechos, sino
mediante juicio seguido ante los tribunales previamente
establecidos, en el que se cumplan las formalidades
esenciales del procedimiento y conforme a las leyes
expedidas con anterioridad al hecho.

La garantía de audiencia constituye el principal


instrumento de defensa que tiene el gobernado frente a
actos de cualquier autoridad que pretendan privarlo de
sus derechos más preciados, como son la vida, la
libertad y sus propiedades, tan es así que incluso se
reconoce en diversos documentos de carácter
internacional, tales como en el artículo 8.1. de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos, que
señala que toda persona tiene derecho a ser oída con
las debidas garantías y dentro de un plazo razonable,
por un Juez o tribunal competente independiente e
imparcial establecido con anterioridad por la ley, en la
sustanciación de cualquier acusación penal formulada
contra ella, o para la determinación de sus derechos y
obligaciones de orden civil, laboral, fiscal o de cualquier
otro carácter.

El acto de privación como la multa regido por lo


dispuesto en el artículo 14 constitucional, es aquel que
constituye un fin por sí mismo con existencia
independiente y no el que únicamente es un medio
para la consecución de otro acto. En el primero de
ellos, el fin perseguido por el acto radica en privar al
sujeto de sus bienes, propiedades, posesiones o
derechos con carácter definitivo; en cambio en el
segundo, la privación no constituye la intención
teleológica del acto, sino una medida de tipo provisional
y accesoria para el logro de un objetivo diverso.
Así, aunque en ambos casos el acto produce o puede
generar una privación, sólo aquel cuyo sentido es
definitivo se encuentra regido por la norma
constitucional de referencia pues, atendiendo a su
naturaleza, se garantiza al gobernado que no debe
llevarse a cabo sin que se le brinde la oportunidad de
ser oído en defensa de sus intereses, con la debida
amplitud, por la evidente gravedad que el acto reviste.

Por lo que, si esa afectación tiene como propósito privar


al gobernado de sus bienes, entonces se actualiza el
supuesto previsto en la norma constitucional y se
genera su consecuencia, a saber: la obligación de la
autoridad de otorgar al sujeto y en forma previa al
acto, la garantía de audiencia; mientras que cuando el
fin del acto no estriba en esa privación definitiva, sino
que constituye una medida accesoria o preventiva, se
estará entonces frente a una privación provisional, es
decir, frente a un acto de molestia respecto del cual no
es indispensable que, previamente a él, se brinde al
sujeto la referida garantía.

La distinción entre actos de privación y actos de


molestia deriva, precisamente, de lo dispuesto en los
artículos 14 y 16 de la Constitución Federal, que erigen
los derechos de audiencia y de legalidad,
respectivamente, en contra de los actos de la
autoridad; y esa diferenciación deriva de la naturaleza
del acto, de su razón teleológica y no en primer término
de los efectos que produce. Esto último se pone de
manifiesto si se considera que tanto los actos a que se
refiere el artículo 14 constitucional, como aquellos a
que se contrae el numeral 16 de la Constitución,
pueden producir, en mayor o menor medida, directa o
indirectamente, una “privación” en la esfera jurídica del
gobernado causándole una afectación, sea por la
indisponibilidad de sus bienes, por la disminución de su
patrimonio, por la imposición de una carga u obligación
que de no existir el acto no tendría que soportar o
cumplir, etcétera; de tal manera que si se atendiera
solamente a los efectos del acto, resultaría carente de
sentido la distinción entre actos de privación y actos de
molestia, puesto que ambos pueden generar esa
“privación” y, en esa medida, todo acto de autoridad
que afectara la esfera jurídica de un gobernado no
podría realizarse sin la previa garantía de audiencia.

Así, el principio de seguridad jurídica consiste en


otorgar certeza al gobernado respecto de una situación
o actuación de las autoridades, sin que ello implique
que el legislador deba precisar, de manera específica,
un procedimiento para cada una de las relaciones
jurídicas que se entablen.

En todo caso, debe entenderse que el derecho


fundamental de seguridad jurídica, en su expresión
genérica, exige del legislador el establecimiento de
normas que otorguen certeza a los gobernados y que al
mismo tiempo sirvan de orientación a la autoridad para
imponer la sanción a las autoridades.

De tal suerte, que la ley debe contener los elementos


mínimos, pero precisos para hacer valer el derecho del
gobernado y para que sobre el particular, la autoridad
no incurra en arbitrariedades, por lo que constituye una
de las bases del sistema jurídico mexicano, tendente a
garantizar que los gobernados tengan la certeza
jurídica respecto de la forma en que habrán de
conducirse los órganos del Estado.

Asimismo, el principio de seguridad jurídica tiene por


objeto que se tenga el conocimiento pleno respecto de
las reglas establecidas en la ley y que regirán y
delimitarán la actuación de las autoridades de todos
niveles.
Por otra parte, cabe destacar que el gran desarrollo de
la actividad administrativa ha exigido el establecimiento
de las estructuras necesarias para proporcionar un
eficaz y eficiente funcionamiento del sector público,
tendente a satisfacer las necesidades de la población,
por lo que es frecuente la expedición actos formalmente
legislativos o reglamentarios en los que el Congreso de
la Unión o el presidente de la República habilitan a un
órgano de la administración para regular una materia
concreta y específica, sea que ésta haya sido objeto de
regulación con anterioridad o que no lo haya sido, de
acuerdo con los principios y lineamientos convenidos en
la propia norma habilitante.

La actuación de la autoridad habilitada se encuentra


acotada por los principios de reserva de ley y de
subordinación jerárquica que consisten, el primero, en
que cuando una norma constitucional reserva
expresamente a la ley la regulación de una
determinada materia, excluye la posibilidad de que ello
pueda hacerse en otras normas secundarias, como el
reglamento u otros ordenamientos de menor jerarquía
normativa; el segundo principio, en que el ejercicio de
la facultad reglamentaria no puede modificar o alterar
el contenido de la ley de la que derive, es decir, no
puede ir más allá de lo previsto en ella.
Es asi como en base a que no se da la posibilidad de
audiencia es decir probar y alegar en un termino de ley,
y que culmine con una resolución, que se consideran
formalidades esenciales del procedimiento y sin
observarlas se imponga una multa que es un acto
privativo es que se vulneran los derechos
fundamentales del quejoso consagrados en los artículos
14, 16 y 22 constitucionales por lo que la multa que se
impugna debe ser declarada inconstitucional.

TERCER CONCEPTO DE VIOLACIÓN

El presente concepto se hace valer en el sentido de que


las multas impuestas con motivo de las infracciones de
tránsito llamadas fotomultas, son inconstitucionales y
vulneran el derecho fundamental a la seguridad jurídica
dado que los recursos que se generan con la imposición
de estas no van directamente al Estado para que se
aporten al gasto publico siendo que parte de ellas son
aportadas a favor de la empresa que tiene la concesión
de las cámaras para las fotomultas, que si bien es
cierto existió una licitación para que funcionar la misma
no debe desentenderse de su naturaleza dado que hay
una concesión del servicio público, figura que se
presenta cuando el estado no cuenta la infraestructura
necesaria para dar un servicio a los ciudadanos, es que
da la facultad a los particulares para que ellos puedan
prestarlo lo cual no puede considerarse que suceda que
estos particulares obtenga una ganancia de las
sanciones que aplica el estado por infracción a sus
reglamentos, dado que por la naturaleza de servicio
esta no puede compartir sus fines con os ingresos que
obtiene el estado por concepto de multas, esto porque
conforme lo señala el artículo 31 fracción IV de la
Constitución, señala que es obligación de los mexicanos
contribuir al gasto público, como es de explorado
derecho las multas se convierten en ingresos al estado
para el gasto público y este sea utilizado en beneficio
de los mexicanos es decir, para que los gobernados
obtengan beneficios con el dinero que se aporta al
gasto público lo cual con la medida de que las
empresas se beneficien por la imposición de multas a
los gobernados dado que con ello no se cumple con la
finalidad de aportar al gasto publico, siendo que se
divide y con ello se vulnera la seguridad jurídica de los
gobernados de que sus aportaciones por multas no van
de manera directa al estado para que con ello se
beneficie a las personas.
Para estar en aptitud de que su Señoría pueda
constatar el dicho de que los recursos que se obtienen
de las fotomultas no van directamente al gasto público
y que parte de ella es en favor de las empresas
privadas es que se transcribe la cláusula que establece
esta condición, la cual es visible en la página de
internet en donde se encuentra el contrato celebrado
por el Gobierno del Distrito Federal y las empresas
privadas la cual señala:

LA SECRETARIA SE OBLIGA A PAGAR A EL PRESTADOR


DEL SERVICIO UN PORCENTAJE FIJO DE COBRO POR
INFRACCION EQUIVALENTE A 46% DEL INGRESO
EFECTIVO, POR CONCEPTO DE LAS SIGUIENTES
NFRACCIONES INVASION DE CARRIL CONTRARIO O
CONFINADO; IDENTIFICACION DEL USO DE
DISTRACCIONES DURANTE LA CONDUCCION DE UN
VEHICULO; CIRCULAR EN SENTIDO CONTRARIO;
REALIZAR VUELTAS PROHIBIDAS; NO RESPETAR
INDICACIONES DE SEMAFOROS Y TRANSPORTAR A
MENORES DE 10 AÑOS DE EDAD EN CUALQUIERA DE
LOS ASIENTOS DELANTEROS, DE CONFORMIDAD A
LAS DISPOSICIONES DE TRANSITO VIGENTES Y QUE
ESTARAN CONTENIDAS EN LAS BOLETAS.
EL PAGO AL PRESTADOR DEL SERVICIO SE REALIZARA
POR INFRACCION PAGADA LO QUE SIGNIFICA QUE
ANTES DE PAGAR EL SERVICIO SE DEBERA
DETERMINAR EL NUMERO DE INFRACCIONES QUE
FUERON EFECTIVAMENTE, PAGADAS POR LOS
CIUDADANOS Y EN BASE A ELLO SE REALIZARA EL
PAGO CORRESPONDIENTE.

De la anterior lectura, se puede apreciar que como ha


indicado los recursos que se obtienen del pago de
multas, no van directamente a contribuir al gasto
público y es así como hay una violación al derecho
fundamental de seguridad jurídica dado que el gobierno
del Distrito Federal destina los recursos de las
sanciones a un particular siendo que concesiono una
actividad exclusiva del estado como lo es la seguridad
pública y la seguridad vial siendo que la concesión es
por la obtención de un beneficio a causa de un servicio
público delegado a los particulares con lo cual existe
una vulneración al derecho humano de acceso a una
adecuada administración publica dado que el estado
pretende beneficiar a particulares con los recursos de
los cobros de las multas las cuales deben aportarse al
gasto público tal y como lo prevé la Constitución y
tener la seguridad jurídica que los recursos que se
aportan al estado se usan de manera correcta.
 

CAPITULO DE SUSPENSION

En términos de los artículos 124, 125, 126, 128, 129 de


la Ley de Amparo, solicito la suspensión  del acto
reclamado, para el efecto que el quejoso no esté
obligado a pagar la multa referida hasta en tanto este
H. Juzgado estudie el fondo del presente juicio de
garantías ya que de lo contrario se consumaría la
violación a los Derechos Humanos que aquí expongo.

Por lo anteriormente expuesto y fundado, a Usted C.


JUEZ DE DISTRITO DE AMPARO EN MATERIA
ADMINISTRATIVA, respetuosamente pedimos:

 
PRIMERO.- Tenerme por presentado en términos de
este escrito, demandando el amparo y protección de la
Justicia de la Unión, en los términos establecido en el
cuerpo del presente libelo.

SEGUNDO.- Admitir la presente demanda, solicitar a


las autoridades responsables rindan informes
justificados.

Atentamente

____________________________

También podría gustarte