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Tabla de contenidos
Desde que por pura lógica se impuso el uso de los relojes de ajedrez, controlar el
tiempo se ha convertido en un factor clave cuando jugamos una partida de
ajedrez.
Son muchas las partidas que ganamos o perdemos porque uno de los dos rivales
no ha sabido administrar adecuadamente el tiempo del que disponía. A pesar de
que él que escribe sólo ha perdido una vez por tiempo en una partida de ritmo
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clásico sí que es verdad que he sentido la presión del tiempo en innumerables
ocasiones y no sólo por mi propio apuro, el apuro de mi rival suele condicionar
en muchas ocasiones mi propio juego.
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dominamos y conocemos mucha teoría de aperturas, si dominamos los finales, si
nuestro juego es agresivo o sólido, etc.
Jugadas de la 1 a la 10:
No deberíamos gastar más de 15 minutos de tiempo, es decir, nuestro
objetivo es que nos queden al menos 80 minutos en el reloj. Se supone que
esta fase de la partida la debemos tener preparada y es bastante absurdo
invertir nuestro tiempo en decidir que jugamos cuando deberíamos tenerlo
claro antes de jugar. Obviamente siempre nos pueden sorprender y que no
podamos cumplir con nuestro objetivo, pero no debemos preocuparnos todo
el tiempo que gastemos de más en esta fase del juego deberá ser recuperado
en las siguientes jugadas. En cualquier caso y salvo que nos jueguen un
gambito o una apertura muy agresiva, aunque nos sorprendan y no
conozcamos la apertura lo recomendable es jugar rápido con la jugada más
lógica posible para mejorar nuestro desarrollo.
Jugadas de la 11 a la 20:
Se supone que llegamos al medio juego pero puede que en algún caso aun
estemos siguiendo nuestra preparación casera. En esta fase debemos
adecuar nuestro ritmo y mi recomendación sería duplicar el tiempo gastado
en la fase anterior pongamos 30 minutos, es decir contando con el
incremento deberíamos tener al menos 55 minutos en el reloj al jugar la
jugada 20, es importante decir que gastar 30 minutos no implica que
movamos cada 3 minutos, cada jugada requiere su tiempo y en esta fase es
muy probable que tengamos que fijar un plan de juego profundo y que
alguna de las jugadas nos lleve mucho tiempo y otras apenas segundos.
Jugadas de la 21 a la 30:
A priori es la fase del juego en la que los líos aumentan y por tanto con
seguridad deberíamos dedicarle mucho tiempo, por desgracia un gran
porcentaje de jugadores llega a esta jugada ya con unos 15 minutos en su
reloj lo cual es inconsecuente y convierte lo que queda de partida en un
calvario. Mi recomendación aquí es gastar unos 45 minutos, es decir, al
hacer la jugada 30, nos deberían quedar unos 15 minutos en el reloj.
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Jugadas de la 31 a la 40:
En este punto la partida ya estará más o menos decantada, sabremos si
jugamos a incrementar nuestra ventaja, a luchar por salvarnos o la partida
tiende a tablas, por eso y porque ya nos irá quedando poco tiempo en el
reloj es el momento de poner un ritmo de juego estable, mi recomendación
es que ese ritmo sea minuto y medio por jugada de manera que lleguemos a
la jugada 40 con 5 minutos en el reloj.
De la jugada 40 al final:
Nos ajustaremos a lo que nos quede, suponiendo que hemos cumplido con
el objetivo de disponer de esos 5 minutos deberíamos fijarnos como
objetivo no bajar nunca de los 45 segundos en nuestro reloj.
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Creo importante remarcar que si logramos cumplir el plan de tiempos previsto no
debemos preocuparnos del tiempo que le quede al rival pero si no somos capaces
de cumplirlo es vital que controlemos la diferencia de tiempo restante en el reloj,
si nuestro rival tiene mucho tiempo a favor en su reloj y nosotros estamos ya en
el último minuto las posibilidades de caer derrotado incluso aun teniendo ventaja
aumenta exponencialmente, aun a riesgo de cometer errores es importante reducir
ese tiempo de diferencia como sea al mismo tiempo que aprovechamos los 30
segundos de incremento para aumentar nuestro margen.
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Que quiero decir con esto, en muchas ocasiones tendemos a olvidarnos de que un
buen ajedrecista solamente se pone a calcular variantes como remate para un
plan, es decir, intuyen cuando deben invertir su tiempo en cálculos precisos o si
por el contrario deben reducir al mínimo eso cálculos y simplemente colocar
mejor sus piezas, hacer una jugada de espera para impedir una jugada molesta del
rival o mejorar su estructura de peones.
No te precipites
Nunca aceleres tu juego, es bueno no perder tiempo innecesariamente, pero es
malísimo no haber gastado el que necesitabas. Es decir, no muevas por mover, si
la jugada que has elegido no te convence sigue pensando, sólo en el caso de que
te queden ya sólo segundos debes obviar este hecho. Este es el mayor de mis
defectos y por más que lo conozco e intento evitarlo me resulta casi imposible
corregirlo, pero a lo mejor tú puedes conseguirlo. Y muchas veces me lamento
después diciendo “la tenía ganada”.
Por último, unas cuantas obviedades que no llegan a la categoría de consejos para
controlar el tiempo:
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de Firouzja contra Carlsen en partidas rápidas que son todo un ejemplo de lo
que ocurre cuando pensamos en exceso sin seguir la rutina de jugar constante, el
bloqueo final del iraní en estas dos partidas es el ejemplo práctico perfecto para
que se comprenda lo expuesto.
Fuente: https://chessajedrez.com/como-controlar-el-tiempo-en-ajedrez/