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Amenazas, intenciones y preocupaciones durante una partida de ajedrez

Las tres situaciones que vamos a describir tienen que ver con la manera en que
enfocamos nuestro pensamiento en ciertos escenarios que se producen en el tablero.
Vamos a definirlos y tratar de explicar cómo nos afectan.

LA AMENAZA

Una amenaza que plantea mi rival, es una intención de mi oponente que puede
perjudicar mi posición. Parece obvio, pero tenemos que puntualizar bien cada detalle
para mostrar el fondo de la cuestión.

Evidentemente durante una partida debemos atender a las amenazas de mi rival,


parándolas o anulándolas de algún modo.

Una amenaza no es otra cosa que lo que un jugador haría si pudiese realizar dos
jugadas consecutivas.

LA INTENCIÓN

Una intención de mi rival es una idea que pretende realizar. Cuando descubro, percibo o
intuyo una intención de mi rival, debo descubrir si realmente es una amenaza, antes
de apresurarme a detenerla. Sin embargo, en muchas partidas en cuanto descubrimos
una intención de nuestro rival nos comportamos como si fuera una amenaza,
preocupándose por ella y tratando de evitarla.

Por supuesto cuando descubrimos la intención de nuestro rival, debemos valorar si


se trata de una amenaza. Si no lo es, deberíamos pensar cómo mejorar nuestra
posición sin obsesionarnos con la intención del rival. Teniéndola en cuenta, por
supuesto, pero sin centrarnos exclusivamente en ella.

Aunque resulte paradójico, a veces se ven partidas en las que un jugador está luchando
ferozmente por evitar un plan erróneo del rival. Siempre que veo esto recuerdo un
consejo “cuando tu rival trate de realizar un plan malo, ¡no lo pares! En ocasiones ni
trates de refutarlo. Deja que lo lleve a cabo.”

LA PREOCUPACIÓN

Una preocupación que tenemos durante la partida, es una idea que pienso que
puede llegar a realizar mi rival, y que me resulta molesta. Puede que no sea una
amenaza y, tal vez ni siquiera sea una intención de mi rival. Pero a mi me inquieta.

En algunos casos, esa preocupación se debe a malas experiencias anteriores. Por


ejemplo: en varias partidas nos ganaron pasando una torre al ataque por la tercera fila, y
con frecuencia nos preocupadomos por ese plan, incluso en posiciones que no parece
lógico. No es extraño que tras un ataque mortal en h7 tomemos medidas innecesarias
para que eso no vuelva a ocurrir.
Es importante, y también difícil, saber extraer las lecciones justas de nuestras derrotas,
para que en el futuro nos ayuden a no cometer los mismos errores, pero también para que
no se conviertan en prejuicios. O que acaben estereotipando nuestro ajedrez, quiero
decir, nada de acabar pensando “yo es que no soy bueno en los finales...” “a mi siempre
me ganan en posiciones de enroques opuestos...” “yo no soy bueno en la táctica...” ¡No
por favor! No hay que acabar creyéndose, o incluso diría resignándose a los falsos mitos
que creamos de nuestro juego. Si no somos buenos en finales, tendremos que
estudiarlos, porque no podemos pretender evitar en todas las partidas que se llegue al
final. Si nos ganan siempre en posiciones de enroques opuestos, ¡estudiemos esas
posiciones! ¿Para qué están los libros?... Y si no somos buenos en táctica, ponernos a
resolver problemas, estudiar los principales recursos tácticos.

Por tanto, la amenaza hay que pararla. La intención hay que valorarla (“¿es una
amenaza?”). Y la preocupación hay que definirla. Si no podemos definirla porque no
es una amenaza, ni tampoco una intención de mi rival, deberíamos preguntarnos si
estamos dejando de ser realistas, si estamos preocupados por fantasmas.

Analizar regularmente nuestras partidas debería ayudar a encontrar preocupaciones poco


realistas que a menudo nos influyen en la toma de decisiones de nuestras partidas. En
muchas ocasiones resultará sencillo distinguir una preocupación de una verdadera
amenaza, precisamente cuando trato de definirla, de concretarla.

Cuando describimos una situación en estos términos: “me molestaba que pasara las
piezas a este flanco...” “...me daba miedo que me atacaran por allí en algún
momento...” podemos sospechar que se puede tratar de una preocupación, tal vez
poco realista.

Si podemos definirla con concreción “ví que si mi rival pasaba la dama a h5 y el


caballo a g5 no podría defenderme de su ataque contra el punto h7” seguramente
estaremos hablando de una amenaza, y no una preocupación.
Tips para calcular mejor en nuestras partidas de ajedrez

1. Tener presente la valoración general

De nada sirve que seamos capaces de calcular muchas jugadas si no vamos en la


dirección correcta. Tener en cuenta la valoración general ayuda no solamente a encontrar
el plan correcto, sino que facilitará que se nos ocurran ciertas jugadas o combinaciones.

2. Jugadas candidatas

Antes de embarcarnos en un largo proceso de cálculo es importante definir con qué


jugadas contamos como posibles movimientos. Puede ser que en el mismo proceso de
cálculo descubramos ideas que nos sugieran otras candidatas, pero desde el primer
momento debemos tener claro cuáles son las dos o tres principales alternativas.

3. Primero variantes forzadas

Cuando tenemos claras las jugadas en las que vamos a profundizar, y sobre todo cuando
nos hallemos en posiciones de ataque, será importante comenzar con las variantes
forzadas. Esto nos puede hacer ahorrar tiempo, ya que al ser líneas forzadas no se
ramifican tanto las posibilidades y podemos avanzar bastante en nuestro cálculo,
gastando pocos minutos y energía.

4. Localizar posibles jugadas intermedias

Tener presentes los jaques u otras posibles amenazas que se pueden convertir en
jugadas intermedias ayuda a evitar errores en el cálculo durante nuestras partidas de
ajedrez.

5. Dominar el Sistema Algebraico

¿Puede servirnos el sistema algebraico a calcular mejor en ajedrez?


Soy un convencido que esto es asi. El cálculo no se realiza exclusivamente imaginando
los movimientos, sino que en muchas ocasiones recurrimos al lenguaje. ¿Acaso no
pensamos algunas veces nombrando las jugadas? En ocasiones se ve a jugadores que
mueven los labios y casi susurran las jugadas que van calculando. Pues bien, usarlo
correctamente me permitirá retomar el hilo con mayor facilidad si me pierdo en algún
momento.

6. Evitar interferencias.

En largas variantes que requieren de mucha profundidad es habitual confundirnos en


nuestro análisis porque contamos con que en cierta casilla hay una pieza que estamos
viendo físicamente en ese momento, pero que en nuestras variantes puede haberse
movido. El estar viendo físicamente las piezas a veces provoca este tipo de interferencias
por lo que no es extraño ver a algunos jugadores que tratan de calcular mirando al infinito.
Puede ser recomendable dejar de mirar el tablero al calcular variantes muy largas para no
recibir las interferencias que nos puede producir el sentido de la vista.
7. La regla de “la mirada fresca”

En determinadas posiciones necesitamos efectuar un cálculo largo de variantes, por la


complejidad de la posición o por tratarse de un momento crítico en la partida. Esto
evidentemente implica tener que dedicar un buen rato a nuestro análisis. A veces nos
hallamos enzarzados en profundizar más y más, a veces repasando variantes que ya
hemos calculado y pasan los minutos y seguimos sin tener las cosas claras. Pero claro,
hay que tomar una decisión. ¿No les ha pasado que después de mover nos damos
cuenta de algún detalle importante? ¡Sí, justo después de mover!

En el mismo instante que soltamos la pieza. Esto tiene una explicación: nuestra manera
de mirar la posición cambia dependiendo de la tensión que tengamos. No nos hallamos
con la misma tensión al tener que tomar una decisión que cuando ya la hemos tomado.

Pues bien, lo que propongo es tratar de conseguir una “mirada fresca” sobre la posición
antes de mover. Ser capaces de “cambiar el chip” y mirarla con otros ojos. Puede ayudar
levantarnos y mirar la posición desde la perspectiva del rival (tratando de no convertir ese
ejercicio en una exhibición de originalidad). Alejarnos por un segundo de la perspectiva
que tenemos puede ayudarnos a conseguir esa mirada fresca que puede ayudarnos a
advertir algún detalle que se nos escapaba.

8. Las emociones en el proceso de toma de decisiones

https://thezugzwangblog.com/como-controlar-las-emociones-en-una-partida-de-ajedrez/

https://www.youtube.com/watch?v=FHYb2ysLrEI

Kasparov nos habla de la importancia que tiene controlar nuestras emociones en el


proceso de toma de decisiones.

Por ultimo, un hermoso problema compuesto por Richard Guerrero, experto en ajedrez de
ataque, que los invito a resolver, teniendo en cuenta los tips mencionados.

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