Está en la página 1de 2

La oración de las doce verdades.

Hola estimados suscriptores, amantes de lo oscuro. En esta ocasión les traemos una historia paranormal
que seguro no dejará indiferente a nadie.

Agárrate de tu silla y disfruta del terror de este artículo.

Elena vivía en Ciudad de México. Su vida había sido difícil, pero siguió adelante. Su madre la crió sola
y con mucho esfuerzo.

Nunca supo quién era su padre, ni él se molesto en presentarse.

Y paradojas del destino, la historia se iba a repetir. Había conocido a un joven apuesto que le prometió
ponerle el mundo a sus pies, pero todo resultó ser mentira y se vio sola y con un embarazo en su octavo
mes de gestación.

Al principio pensó que la vida para ella se había acabado, que no conseguiría salir adelante. Pero
recordó lo que su madre; ya fallecida, trabajó para que ella tuviese una existencia mejor, y decidió
pelear por su pequeña Carmen.

Y así lo hizo.

Con mucho esfuerzo, en cuanto se recuperó del parto se puso a trabajar. Consiguió que su sobrina
cuidara al bebé mientras ella estaba fuera y así fueron pasando los meses.

El primer año fue muy feliz, la pequeña era sana y muy alegre. Sin duda merecía la pena el sacrificio.
Pero las preocupaciones pronto llegaron, poco después del primer cumpleaños empezó a notar cosas
muy extrañas en Carmencita.

Una noche, cuando llegó a casa de su sobrina, después de trabajar, creyó ver cerca de la azotea tres
puntos de luz, como si fuesen bolas de fuego. No le dio más importancia y pensó que se trataría de un
reflejo en el cristal.

Pero con el paso de los días, empezó a preocuparse porque los veía a menudo. Además, cada vez que
sucedía su hija lloraba intensamente.

Después de un tiempo decidió contárselo a su sobrina. Pensaba que ésta pondría cara de incredulidad e
incluso se reiría. Pero no, la miraba atentamente y asentía con la cabeza.

Dijo que había notado que en determinadas horas, la niña se comportaba de forma extraña y aparecía en
posturas imposibles.

Ella no había visto las bolas de fuego pero enseguida advirtió a su tía de que podía ser brujería.

Debía ponerle solución, pues se decía que había espíritus que querían llevarse a los bebés.

manuelverdugo.com
Se asustó un poco, pero decidió esperar a ver que pasaba. En aquellos momentos, no creía mucho en lo
paranormal, ni se imaginaba lo que iba a cambiarle la vida.

Y el primer paso, fue que de repente a la pequeña empezaron a aparecerle cardenales en el cuerpo. No
entendía como podía salirle uno nuevo cada día.

En ese momento, decidió contactar con un experto en ocultismo. Él le dijo que efectivamente; eran
almas que querían robarle a su niña. Eran peligrosas y cuando se fijaban en alguien se hacía difícil
escapar.

Le recomendó rezar la oración de las doce verdades mientras anudaba un hilo rojo.

Esa misma noche, tan pronto vio las luces a lo lejos y en compañía de su familia, se puso a rezar. Todos
se quedaron petrificados cuando empezaron a escuchar unos fuertes golpes por toda la casa. Hasta que
de repente cesaron y las luces desaparecieron.

La pequeña se calmó y ella pensó que todo se había acabado, Pero no, la cosa fue a peor.

Con el paso de los días, su sobrina empezó a notar que las cosas en casa se movían de sitio, escuchaba
portazos estando sola y en algunas ocasiones hasta fuertes risas.

Desesperados, volvieron a consultar con el experto, que les recomendó rezar la misma oración, pero
ahora; con un círculo de sal. Y así lo hicieron; prepararon todo y una noche, en plena calle se pusieron a
recitar la oración alrededor del círculo.

Cuando apenas habían comenzado, todos se asustaron al escuchar unos gruñidos terribles, pero no
veían nada. Y de repente, en medio del círculo se dibujó la silueta de una mujer cayendo desde el cielo.

Esa figura se retorcía de dolor como si estuviera ardiendo en el infierno. Los gritos eran tan fuertes que
asustaron a varios vecinos, que salieron corriendo de sus casas y se pusieron también a rezar.

Justo cuando terminaron la oración, la silueta desapareció. Las cosas desde entonces comenzaron a ir
mejor. Pero son conscientes de que mientras la niña sea pequeña, esa alma condenada puede volver en
cualquier momento.

manuelverdugo.com

También podría gustarte