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ESC. PRIM. FED.

“BENITO JUAREZ” SAN


JERONIMITO, GRO.

PROFESOR: ARMANDO BRACAMONTES CHONA

NOMBRE DEL ALUMNO: ANGEL RAFAEL GARDUÑO


OROZCO

GRADO Y GRUPO: 6°B

MATERIA: ESPAÑOL

TRABAJO: RELATO DE TERROR

TITULO: LA NIÑA Y EL DIABLO

FECHA: 15/ENERO/2022

Mariela era una niña normal vivía con su padre ya que a muy corta edad este se
había separado de su madre así que él se quedó con la niña, era en lo que se
cabe una niña feliz pero al cumplir quince años conoció un chico que a ojos de su
padre era algo extraño, mas que extraño su padre diría que era misterioso.
Mariela y el chico se hicieron más que amigos se volvieron inseparables, ella se
enamoró perdidamente de él. Una noche en uno de sus idilios de amor él preguntó
¿Cuánto era capaz de entregar por su amor?, ella le dijo que todo pero también le
preguntó ¿Qué más esperaba recibir? si ella le había dado todo que más podía
esperar, él la miro con una sonrisa que ella nunca antes le había visto, él le
respondió con voz enigmática una que tampoco ella había llegado a escuchar
antes “tu alma” dijo él, ella no esperaba algo así ya que como buena creyente
hablar de alma eran cosas que solo se manejaban con dios, ella se quedó
pensativa y él se mostró enojado.
Mariela al ver la actitud de su enamorado le dijo que le diera tres días para
pensarlo, el semblante del novio cambio pero no el brillo de sus ojos. Ya caía la
noche y ella corría a casa, no quería tener otra discusión con su padre ya que eran
muchas las escapadas que había tenido para poderse ver con su enamorado. Ya
estaba oscuro y aunque el lugar donde vivía no era peligroso empezó asentir una
sensación de que alguien la seguía, varias veces voltio la mirada para poder
descubrir al presunto perseguidor pero ahí no había nadie, solo esa sensación de
sentir a alguien detrás de ti, alguien que te observa.
Sentía esa mirada sobre su espalda, diría después que mas que miedo a un
asaltante o a un pervertido ella sentía terror. Lo que la perseguía no era un
hombre era un demonio no sabía por qué pero sintió mas que miedo terror, llegó
a casa agitada por la carretera, su padre se preocupó al ver a su hija en ese
estado le preguntó ¿qué le había pasado? ella no encontraba las palabras para
explicarle que se había sentido perseguida pero no era por una persona sola le
dijo que creyó que alguien la perseguía, él abrió la puerta pero ahí no había nadie,
la calle estaba sola y las pocas farolas que funcionaban daban una luz tenue en la
vía. Cerró la puerta y entro de nuevo pero antes de cerrar sintió un viento frío que
le golpeó la cara, no lo diría nunca pero algo le hizo sentir temor.
Desde aquel día todo cambió para Mariela, ya no solo sentía que alguien la
observaba o la perseguía, también era ver sombras en la oscuridad, escuchar una
fuerte respiración, empezó a dormir con las luces encendidas porque si las
apagaba atraía a eso que la atemorizaba tanto, pero que era aquello que quería
de ella.
Llegaron los tres días de plazo que le había dado a su enamorado pero por cosas
del destino no pudieron verse ni ese día ni los diez días siguientes más que todo
porque ella buscaba escusas para no verse con él aunque lo amaba aquella
propuesta había cambiado algo en ella, pero a medida que pasaban los días los
temores en ella crecían, aquello que la perseguía se hacía cada día más fuerte.
La joven estaba a punto de enloquecer, la sombra, la respiración, los pasos que al
principio era una sola sensación, pero cada día era más real, más palpable, todo
llegaba con la oscuridad. La noche para la joven era un martirio aunque ella sabía
que todo era real no quería contarle a nadie la verdad es que no tenía manera
de demostrarlo y no quería que la trataran de loca, la respiración de aquel
demonio aspecto o ser era constante pero también escuchaba un susurro aunque
no era entendible si era tenebroso y macabro, al escucharlo se le erizaba la piel
como si esa voz le entrara por los poros, pasara por su flujo sanguíneo y llegara
hasta su corazón y de ahí a su alma.
Dejo de comer, no quería ir a la escuela porque sabía que debía regresar en la
noche y aquello la seguiría a su casa, tal vez solo la seguiría y le susurraría al oído
pero ella sentía que en cualquier momento le podría hacer daño. Discutió varias
veces con su padre por no querer ir a la escuela. De un tiempo ella tomo la
decisión de verse con su enamorado, no sabía por qué pero él tenía que ver con
todo aquello. Se encontró con él en una cafetería, eran las 12 del día, lo hizo así
porque quería huir de la noche y porque a esa hora tenían aquellos encuentros
casuales, no los admitían por ser menores de edad. Él se veía serio y taciturno
como si supiera de antemano la respuesta que ella le iba a dar. Mariela le dijo que
nunca entregaría su alma, esta solo le pertenece a Dios, de remate él se paró de
un salto de la silla, sus ojos casi que echaban fuego, señalándola con el dedo le
dijo que le daría una última oportunidad, tenía esa noche para cambiar de opinión
o si no lo iba a lamentar y la dejo ahí sentada.
Mariela quedo sin saber qué hacer, aquello le daba más temor aun, ¿que podría
hacer él? ¿Tendría poder para atacarla? En la noche descubrió que en verdad si
era algo demoniaco y tenía mucho poder, cuando llego la noche, Mariela muy
pronto se fue a su cuarto quería taparse con las mantas y esconderse ahí hasta el
amanecer, no solo tenía la bombilla de su cuarto encendida, habían 2 lámparas
mas, ella creía que la luz lo ahuyentaría pero que equivocada estaba. Serían las 8
de la noche cuando en todo el lugar se fue el fluido eléctrico, Mariela no grito, no
quería preocupar a su padre, pero sabía que todo era por él, cuando estaba
pensando en esto, una ráfaga de viento abrió la ventana y entro en la habitación,
Mariela se cubrió con sus mantas pero sabía que de nada le serviría pues él
estaba ahí. Las mantas volaron lejos se hizo un torbellino incontrolable, todo en la
habitación volaban de lado a lado, los cuadros caían, las mesas volaban, la cama
se sacudía como si un ser grande e infernal la moviera, ella gritaba, su padre
afuera trataba de abrir la puerta del cuarto pero esta estaba cerrada con llave.
Mariela nunca la había cerrado, ella escuchaba esa voz que antes era un susurro,
ahora era perfectamente audible e infernal; le decía ”MARIEEEEEELA ERES
MIIIA, MARIEEEEELA ERES MIA” la niña gritaba y lloraba, era él aunque no era
su voz porque la que escuchaba era cavernosa y demoniaca sintió cuando algo le
roso la cara pero a los pocos segundos un ardor inaguantable cubrió toda su cara,
se llevó la mano al lugar donde provenía el dolor y aunque no había sangre si
sentía la marca del lugar donde había sido atacada.
En la habitación por fin se vio una sombra tan grande como una de las mantas que
ella usaba y se fue sobre ella, a medida que la iba cubriendo por completo ella
sentía un calor insoportable cuando la sombra la cubriera por completo, ella iba a
morir quemada, esa sombra aunque no se le veían llamas era fuego vivo cuando
ya iba a ser cubierta por completo y ella gritaba ya no del terror sino del dolor que
le producía aquel fuego su padre entro derribando la puerta, el torbellino junto con
la sombra negra salió de la habitación quebrando a su paso todo lo que hubiese
sido vidrio incluida la ventana por donde salió.
La habitación era un caos por completo, no había nada bueno todo estaba roto. El
padre abrazo a su hija Mariela y vio lo que tenía en su cara, lo que a primera vista
pensó que era una suciedad era una quemadura como si le hubiesen puesto un
hierro caliente, la niña a pesar de que creía que nunca le contaría a nadie le
confeso todo a su padre, hasta los encuentros furtivos que había tenido con su
enamorado, el padre no creyó conveniente reprocharle por lo ocurrido en esos
momentos. La abrazo y le dijo que no se preocupara, que Eugenia la vecina sabía
qué hacer.
Eugenia era una mujer mayor, aunque se veía fuerte y sana Mariela no sabía que
ella tuviera esos conocimientos pero ese día descubrió que sabía mucho del tema;
les dijo que el joven como tal es un demonio, usa la apariencia humana para
enamorar jovencitas, cuando las ha enamorado y se siente seguro de ese amor
les pide su alma, si ellas les dicen que si ya no hay marcha atrás pero si por el
contrario se niegan él es un demonio vengativo y acaba con sus vidas. Pero no
puede ser visto por nadie más que sea su víctima por esto huyo cuando el padre
de Mariela entro en la habitación, ahora para ahuyentarlo lo principal es hacer una
oración de repudio y unos riegos de una planta llamada ruda, esta no admite que
el vuelva a entrar en la casa, si es posible sembrar algunas en la casa y
mantenerlas más que todo en las ventanas y en las puertas... la oración es esta
dijo Eugenia “Yo te repudio en nombre de Jesús, en nombre de un solo dios
verdadero, el mismo que tiene poder en el cielo como en el infierno, te exijo que
regreses al infierno a donde perteneces” después de esto Mariela no volvió a
sentir nada aunque desde entonces le teme a la oscuridad ella nunca olvidara lo
vivido y para que así sea tiene una cicatriz en su cara esto es una forma de
demostrarle que es real a quienes no creen.

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