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Antología de leyendas

Gabriela Ramírez Duran

[TÍTULO DEL DOCUMENTO]


Dedicatoria.

A Dios por permitirme vivir hasta estos momentos y seguir con mis estudios.

A mis profesores por la sabiduría con la que me transmiten los conocimientos.

A mi esposo que me apoya y brinda su ayuda en todo.


Presentación.

Desde el principio, el hombre intento explicar lo que le rodeaba su entorno lo sobre


natural de ahí nacieron las leyendas historias reales que la gente empezó a narrar
pasando de generación en generación y de ciudad en ciudad contando la gente
incluso piensan que algunas de las historias fueron realizadas por dioses demonios
entre otros seres sobrenaturales.

En este pequeño recuento de grandes leyendas actuales se puede ver la inspiración


de las diferentes personalidades que las van contando dándole vida a la misma
leyenda y llenando nuestra mente de fabulosa imaginación que nos hace reflexionar,
asustarnos y creer en algo más.
INDICE DE LEYENDAS.

Leyenda de terror al sonar el timbre.................................................................................... 12


Leyenda de terror El último suspiro de la reina ................................................................ 14
El niño de la cachucha verde .................................................................................................. 18
Leyenda de la casa de las rosas ............................................................................................. 20
Leyenda de la Casa Cuna De Cádiz ....................................................................................... 22
Leyenda de la condesa sangrienta ........................................................................................ 24
La leyenda de la ahorcada María .......................................................................................... 28
Leyenda del Barco Fantasmas Mary Celeste....................................................................... 30
Leyenda del Submarino UB-65 .............................................................................................. 33
El Fantasma del Castillo de San Servando .......................................................................... 36

La Llorona
Cuenta la leyenda, que en un lugar lejano vivía una mujer junto a
sus tres hijitos. A esta familia le iba muy bien, todos eran felices, y
el amor se hacía presente siempre.

Un día, en una noche de invierno, se desató una gran lluvia y


ocurrió algo terrible.

Aquella noche, el padre de esta familia regresó tras muchos años


de haberlos abandonado. Sin él, ellos habían vivido muy felices, ya
que este tipo siempre estaba gritando y andaba siempre en
borracheras, por otro lado, castigaba sin sentido a los niños, así
como también, a la madre.

La mujer rezaba siempre para que este hombre no regresara nunca


más, pero lastimosamente sucedió lo contrario.

Cuando llegó este mal hombre, tiró la puerta de una patada, y gritó
por qué no lo habían recibido. Los niños muy asustados, se
escondieron y la madre por defender a sus hijos, se enfrentó a su
esposo, pero lamentablemente, la mujer fue golpeada y se
desmayó por varias horas.

Cuando ella despertó, buscó a sus hijos por toda la casa, pero no
los encontró ni a ellos ni a su esposo. Decidió continuar con su
búsqueda muy asustada, corrió fuera de la casa bajo la tormenta,
llorando y gritando sus nombres por varios días, meses, años, pero
nunca los encontró.

Un día, después de tanto buscar, la madre murió de tristeza,


tampoco se supo nada de los niños, y nadie los vio jamás, no
aparecieron sus cuerpos o alguna señal del hombre que se los
llevó.

Desde aquel entonces, se dice que el espíritu de esta madre no


descansa y todas las noches se le oye llorar y lamentar con mucha
tristeza por los alrededores de los pueblos.

Las mujeres al oír los lamentos y gritos, corren asustadas tras sus
hijos para esconderlos de ella, ya que se dice, que si los
encuentra, La Llorona se los puede llevar para siempre”.
La ira de la muerte

Esta leyenda cuenta que un joven vivía a lado de su madre, él


creció y decidió vivir solo, su madre al comprender su decisión se
puso triste y se fue a vivir a otro lugar.
Una noche, tocaron la puerta de la casa del joven, pero como ya
era muy noche, él estaba dormido, y entre sueños, escuchó que era
su madre insultándolo y aborreciéndolo.

Al día siguiente, el hombre fue a preguntarle a su mamá de el


porque se había comportado así, llevándose la sorpresa de que su
mamá no había sido.

Entonces, la siguiente noche ocurrió lo mismo, él no hacía caso,


pero a la tercera noche que su madre le decía que ella no había
sido, decidió salir a ver quién era.

Al abrir la puerta se escuchó un fuerte ruido que despertó a todos,


él estaba en su casa agonizando y con cara de mucho terror por lo
que había visto.

Lo que se dice es que la muerte estaba buscando a su madre, y al


no encontrarla se enfureció y se ensañó con él.
El Novio de la Muerte

Cuenta la leyenda que Verónica era una joven alegre, que era de
novia de Fernando, habían planeado casarse y una semana antes,
ella viajó fuera de la ciudad para entregar sus invitaciones.

Cuando llegó el día del matrimonio, ella aún estaba en otra ciudad,
pero decidió vestirse ahí y llegar de frente al matrimonio.

Subió presurosa al auto y sin saber por qué, empezó a tener una
extraña sensación que la puso un poco inquieta. Su tía que iba con
ella, lo notó pero le dijo que los matrimonios siempre son así.
La mañana era triste y el clima muy malo, pues estaba lloviendo
con regular intensidad, cuando ya estaban a 20 minutos de llegar a
la ciudad, en un tramo lleno de curvas, el conductor, inmerso en la
idea de llegar temprano a la boda, aceleró y no pudo controlar el
auto que cayó a un barranco. La joven novia murió
instantáneamente.

Años más tarde, un compañero de su colegio tuvo que viajar solo,


por la carretera donde sucedió el accidente. Eran las 12 de la
noche, y antes de pasar por la curva donde murió Verónica, miró
por el espejo retrovisor de su auto, y no le fue difícil reconocer en
aquella mujer que estaba sentada en el asiento de atrás. Era el
mismo rostro de Verónica, pero éste estaba desfigurado. Sintió
tal terror que le hizo perder el control de todo y se estrelló,
muriendo en el acto.

Se dice que si viajas solo por esta carretera, no debes de mirar tu


espejo retrovisor, pues Verónica siempre está sentada en el
asiento trasero, tratando de conseguir victimas que sufran igual
que ella.
La Pascualita
Detrás del aparador de un local llamado La Popular, una tienda
de Chihuahua encargada de hacer los famosos vestidos de novia de
la zona, está la Pascualita.

El maniquí permanece ahí desde 1930, cuando la dueña la


adquirió luego de llegar de Francia porque además de ser
sumamente bella y de aspecto realista, se parecía bastante a su
hermana y a ella.

Según se cuenta, desde el primer día en que la novia de cera estuvo


en la La Popular tuvo mucho éxito entre los transeúntes puesto
que era distinta a los demás maniquís de la época: tenía un mejor
acabado en la cera, sus ojos eran de cristal, su pelo y sus pestañas
eran implantes de genuino cabello humano, y su expresión, a
diferencia de las de tantos maniquís de mirada inerte, era viva y
reflejaba emociones, como si tuviera alma.

En la década de los 70, surgieron rumores de que la novia de cera


estaba viva y era capaz de moverse de noche cuando no había
nadie en el local, o que sonreía a las personas que pasaban por ahí.

Los rumores se hicieron más fuertes cuando la dueña falleció, las


personas dijeron que La Pascualita los seguía con la mirada o
que por breves segundos le aparecían venitas rojas en los ojos.
Algunas empleadas renunciaron porque la vieron llorar o moverse,
y otras se negaban a vestirla porque, supuestamente, le aparecían
venas verdosas en las piernas, que posteriormente desaparecían.

Aquí te compartimos también un video con algunas otras leyendas de


terror mexicanas

Leyenda de terror al sonar el timbre.


Hoy en día es muy común que los niños vivan con uno de sus padres, pues las tasas
de divorcios se han duplicado durante las últimas décadas. Esta leyenda de terror
inicia en una noche de abril cuando Fernanda veía un juego de fútbol al lado de su
padre.
“Interrumpimos esta transmisión para informarles que de acuerdo con la redacción
de este canal hace unas horas se escapó un enfermo del hospital psiquiátrico. Les
recomendamos no salir de sus casas, ya que este individuo es extremadamente
peligroso. Si tienen alguna información sobre su paradero, por favor comuníquese
a esta estación”.
– Papá, tengo mucho miedo. Te pido que por favor esta noche no salgas a trabajar.
– Hija, no puedo hacer eso, soy velador. Además en este mes ya he faltado dos
veces puesto tú te enfermaste la semana pasada. Si lo vuelvo hacer, es probable
que me corran y entonces tendrás que vivir con tu madre hasta que vuelva a
encontrar otro trabajo.
– No papito no quiero irme con mamá. Comprendo lo que me dices, pero por favor
ten mucho cuidado.
– Sí Fer, no te preocupes, cerraré la puerta incluso con la cadena. Sólo debes
prometerme una cosa… ¡Pase lo que pase, no te acerques a la puerta aunque oigas
sonar el timbre! ¿Me lo prometes?
– Claro papi. ¿Pero qué pasa si hay un incendio?
– Ya lo sabes, hay un duplicado de las llaves encima del refrigerador, pero
únicamente debes usarlo en caso de que ocurriera algún siniestro.
La niña de 11 años le dio un beso de despedida a su papá y se dirigió a su habitación
a seguir viendo la televisión. Una vez más puso el canal de noticias, en donde se
enteró que el desquiciado del manicomio continuaba suelto.
“Nos informan que el maniático que se fugó esta tarde se le vio cerca de la calle de
los Robles”.
El pavor invadió hasta lo más profundo del ser de Fernanda, ya que sabía que esa
calle se encontraba a unas cuantas cuadras de su domicilio. Apagó el televisor y las
luces para intentar dormir, pero no podía ni siquiera cerrar los ojos, pues
inmediatamente pensaba en situaciones horribles en las que aquel maniático
entraría a su casa y la asesinaría.
Cerca de las 10 de la mañana el sonido del timbre la despertó. Transitó por el pasillo
que conducía a la alcoba de su padre y vio que éste no había llegado a su hogar.
Llegó hasta la puerta y con voz temerosa preguntó:
– ¿Quién es?
A esta pregunta alguien con voz sombría y tétrica le respondió:
– Soy yo hija abre pronto.
La niña no hizo caso y volvió a su cuarto hasta que poco después escuchó las
sirenas de varias patrullas que aparcaban a las afueras de su domicilio.
Una vez más se aproximó a la puerta y alcanzó a escuchar a uno de los gendarmes
que decía:
– Métanlo en la camioneta y llévenlo de vuelta al hospital psiquiátrico. Trae una
sábana para tapar el cuerpo, no quiero que los fotógrafos vean cómo terminó este
pobre hombre.
Fernanda fue a la cocina, jaló un banco y se subió en él para alcanzar el duplicado
de las llaves que estaban sobre la nevera.
Abrió la puerta y lo único que pudo ver fueron un par de camillas. En una de ellas
se encontraba un hombre amarrado gritando incoherencias. Por otro lado, en la
camilla más próxima reposaba el cuerpo sin vida de un hombre. Supo que era su
padre, pues reconoció la esclava de oro que colgaba de aquel brazo lleno de sangre.

Leyenda de terror El último suspiro de la reina


Los países de Europa del este, se caracterizan por tener en sus registros varias
historias aterrorizantes. Hoy quiero retomar una de ellas, conocida como la leyenda
de terror de la reina malvada. Cuentan que en una región montañosa había una
monarca que era temida por todo su pueblo. El tiempo de tener descendencia ya se
le estaba agotando y sin embargo no encontraba a quien desposar.
Fue entonces cuando su secretario organizó un evento social en donde asistirían
los jóvenes casaderos de la región. Uno a uno los chicos iban presentándose y la
soberana se limitaba a mirarlos con desdén. Hasta que un muchacho hizo que sus
pupilas se posaran sobre él.
Ipso facto pidió que lo condujeran hasta donde ella estaba:
– Hoy debe ser el día más afortunado de tu vida, pues te he elegido como consorte
real. Dijo la monarca.
– De ninguna manera me casaré con usted, después de lo que sus lacayos hicieron
con mi familia.
– ¡Insolente! ¿Cómo te atreves a hablarme así? No sabes que por menos que eso
puedo pedirle a uno de mis verdugos que te corte la cabeza. Además, ignoro de qué
me acusas.
– Por su culpa mi padre fue azotado hasta morir, al no haber podido pagar la cuota
de impuestos. Él suplicó clemencia y sólo pidió unos días más de plazo para liquidar
la deuda. Sin embargo, su gente no hizo caso y alegó que se trataba de una “orden”.
Mi madre también falleció ese día, dado que no pudo soportar el dolor de observar
esa masacre.
– ¿Te sobrevive algún pariente?
– Sí, mis dos hermanas menores, su majestad.
– Al casarte conmigo, ellas formarán parte de la corte, lo que significa que su
condición de vida mejorará marcadamente. De lo contrario, yo misma haré que los
soldados quemen sus tierras y las dejen viviendo en la miseria, mientras tú te pudres
en un calabozo.
– ¡No, a ellas no les haga nada por favor!
– Entonces te enviaré a una húmeda mazmorra hasta que cambies de parecer.
¡Guardias, llévenselo! Aliméntenlo únicamente con un mendrugo de pan y un vaso
con agua al día.
– Lo que ordene, su majestad.
Pasó una semana y el joven aunque un poco más demacrado, no pronunciaba
palabra alguna. Guardaba sus energías para comer y esperaba paciente a que la
reina se desesperara y lo mandara colgar.
Transcurrieron treinta días con sus treinta noches y la situación era la misma. La
monarca, quien veía a ese joven no como su futuro esposo sino como una posesión,
creyó que ya era suficiente burla y ella misma fue al calabozo a darle un ultimátum
al chico.
– Muchacho esta es tu última oportunidad para aceptar casarte conmigo en buenos
términos. Si mañana a las siete de la mañana no he recibido la respuesta que deseo,
la cabeza de tus hermanas rodará y yo misma me encargaré de que presencies el
espectáculo.
– ¡Usted es una mujer trastornada, que cree que porque tiene poder puede someter
el alma de los demás, pero se equivoca!
A la hora señalada el preso fue sacado de su celda y conducido al patio central del
castillo donde ya se hallaba un encapuchado vestido de negro y sus dos
consanguíneas frente al cadalso.

Trató de zafarse, pero los grilletes estaban hechos de acero sólido con lo que no
consiguió moverse ni siquiera un ápice. Los gemidos y chillidos de sus parientes
bien pudieron haber salido de la mente de cualquier escritor de leyendas de terror.
Cuando todo aquello concluyó al fin, los ojos del joven estaban acuosos y
enrojecidos a causa de tantísimas lágrimas que derramó.
– ¡Es usted una vil serpiente! Ya no puede hacerme daño, me arrebató a las
personas que amaba. Le advierto que debe cuidarse, ya que mi venganza será
mortífera.
El hombre fue devuelto a la mazmorra, únicamente que ahora su dieta sólo estaba
constituida por agua. Obviamente a los pocos días murió de inanición, dejando a la
monarca tal y como había empezado, es decir, buscando a alguien para poder
casarse.
Mientras eso sucedía, los pregoneros informaban al pueblo de los hechos que
habían acontecido en el castillo. Esos relatos llegaron a oídos de un viejo hechicero,
quien había sido buen amigo de la familia del muchacho.
– Es imperdonable lo que esa mujer ha hecho con todos ellos, en especial con ese
joven, pues lo único que él hacía era el bien. Tengo que descubrir la manera de
traerlo de nuevo a este plano terrenal para que pueda vengarse. Caviló el anciano
mientras buscaba sus libros de hechicería.
Encontró uno que recopilaba algunas historias de terror en las que se usaron brebajes,
los cuales permitían a las ánimas convertirse en fantasmas. De manera clandestina
recolectó uno a uno los ingredientes de la pócima y tiró ese brebaje en la tumba del
occiso.
No sucedió nada extraordinario a excepción de unas cuantas nubes negras que
aparecieron en el cielo. Sin embargo, a partir de ese día la reina malvada empezó
a tener pesadillas y a sentir que alguien la perseguía por todas partes.
– ¿Qué le sucede majestad? ¿Otra vez tiene un mal sueño? Preguntó una de sus
criadas.
– Sí. Sueño con alguien que quiere asesinarme pero por más que busco verle el
rostro, éste siempre está cubierto con una máscara roja. Ciertas noches siento la
respiración de ese ser en mi nuca, como si estuviera esperando el momento exacto
de clavarme un cuchillo por la espalda. No puedo seguir así, mis nervios me están
matando.
– Ahora mismo bajo y le preparo un té señora.
– No, no me dejes aquí.
– No tema, los guardias cuidan su balcón y las escaleras.
La monarca se encerró y se recargó en una de las paredes. En ese instante, sus
ojos vieron cómo se materializaba la figura del muchacho que hacía unos meses
había aprisionado en uno de sus calabozos.
De dicha creatura fantasmal se formaron dos fuertes brazos que se dirigieron al
cuello de la soberana estrangulándola sin que pudiera gritar.
Instantes después llegó la criada y escuchó a la soberana exhalar su último suspiro
mientras alcanzaba a susurrar: Fue el fantasma del campesino.

El niño de la cachucha verde


Erasmo y su esposa subieron a su auto con la intención de dirigirse a la playa, pues
por una cosa y otra habían pospuesto sus vacaciones por más de tres años.
– Bien sabes que detesto salir de noche a carretera, me da terror que por no ver
bien las indicaciones del camino vayamos a parar a un barranco o algo así. Dijo la
mujer.
– Mi vida ten calma, yo conduciré tranquilo. Además creo que deberías verle el lado
positivo, ya que mañana a primera hora podrás estar bañándote en el agua cristalina
del mar que tanto te gusta.
Encendieron la radio para escuchar música, hasta que la mala recepción de la
antena lo impidió.
– ¿Trajiste la USB?
– No, lo siento. La olvide en la mesa del comedor. Respondió Erasmo.
Ambos permanecieron en silencio por un par de horas. Sin embargo, y más que
nada por la aprensión a que su esposo se quedara dormido al volante, ella decidió
empezar una conversación.
– ¿Te acuerdas de aquellas historias de miedo que escuchábamos por Internet?
– Sí, eran buenísimas. Me encantó la del fantasma que se aparecía en aquella casa
abandonada cada vez que llegaba una nueva familia con la intención de rentarla.
– ¡Imagínate los escalofríos que deben haber sentido los niños!
De pronto se hizo un silencio profundo, pues el tema de los infantes era algo que
casi nunca tocaba esa pareja, debido a que por varios años se habían sometido a
tratamientos médicos para tener familia y pese a sus esfuerzos no lo consiguieron.
Luego la esposa de Erasmo giró la cabeza y le comentó:
– Mira a ese niño sacando la cabeza por la ventanilla. Yo no sé cómo sus padres
no le llaman la atención.
– ¿Qué niño?
– Ahí Erasmo, no me digas que no viste al muchachito de gorra verde que viene en
el auto que se encuentra a mi derecha.
– Amor, creo que te hace falta dormir. Esta carretera está más sola que un panteón,
quiero decir a excepción de nosotros no está circulando nadie.
– Llámame loca o lo que quieras pero yo lo vi.
Tres cuartos de hora más tarde, el hombre detuvo el vehículo sorpresivamente, ya
que vio un cuerpo tirado en la rampa de auxilio.
– ¿No es el niño de la cachucha verde? Le preguntó a su cónyuge.
– Sí, parece que es él. ¿Por qué no te bajas a ayudarlo? Puede que esté herido.
El sujeto bajó de su carro y se acercó lentamente hasta donde estaba la criatura. La
levantó con cuidado y se percató de que una de sus piernas estaba rota.
– No te preocupes hijo, te llevaremos a un hospital.
En eso estaba cuando notó un olor putrefacto que emanaba del cuerpo del niño.
Quiso gritar de terror, al ver que estaba cargando un organismo en
descomposición pero la voz no le respondió. Con bastante sigilo levantó la visera
de la gorra, para apreciar el rostro de la entidad y quedó boquiabierto al observar
que aquello era un cráneo lleno de agujeros. Posteriormente subió a su automóvil y
condujo hasta llegar a su destino.
Esa pareja tuvo suerte, pues según me cuentan el niño de la cachucha verde ya ha
cobrado la vida de al menos 20 conductores en esa carretera.

Leyenda de la casa de las rosas


La mayoría de las personas en la colonia “las Fuentes” y sus alrededores, estaban
conscientes de que no debían poner un pie en aquella propiedad, pues aparte de
tener cientos de letreros de advertencia por considerarse monumento histórico, la
construcción era ruinosa y deplorable, muy lejano al majestuoso edificio que fue en
sus épocas de gloria, cuando le habitaba una prestigiosa actriz.
La fachada colonia y ostentosa aún se notaba, sobre todo porque no hacia juego
con el entorno, que había ido progresando con el paso de los años. Solo los más
ancianos recordaban la trágica historia de la joven que vivió ahí, la cual contrajo
matrimonio cuando se encontraba en la cumbre de su fama, pero ni tiempo tuvo de
disfrutar pues su marido se suicidó durante la luna de miel y ella volvió triste a casa,
para iniciar un encierro total hasta el día de su muerte.
Pero como es bien sabido, hay personas a quienes las advertencias les parecen
retos, sobre todo a los jóvenes aburridos que rondaban por las cercanías, quienes
se esforzaban por hacer apuestas, desafiándose unos a otros para entrar y robarse
alguno de los carísimos objetos que según contaban aún quedaban dentro de la
mansión.
Carlos era el nuevo chico en la calle, así que le obligaron a entrar en la antigua casa,
a manera de iniciación, él no la había pisado jamás, así que le fue fácil perderse,
pues en verdad aquello era un laberinto a punto de venirse abajo en cualquier
momento. Buscaba impaciente la salida, cuando se topó con ella, una hermosa
mujer de piel blanca, con una abundante melena negra brillante que resaltaba sobre
un rojo vestido de gala. Su sonrisa era tan intensa que volvía a la vida aquellos
muros a cada paso que daba, los escombros formaban maravillas, los pisos
relucían, las paredes se llenaban de color, mientras una dulce tonada de piano
sonaba en el fondo.
Tan absorto estaba el chico en la belleza de aquella joven que se olvidó de la
realidad, solamente caminaba detrás de ella, perdido en sus encantos, ignorando el
grito de sus compañeros, que a través de las ventanas le pedían regresar. Ellos no
podían ver a la hermosa mujer, solo a su nuevo vecino caminando hechizado entre
los escombros, desconectado del mundo…sabían que algo iba mal, se
desagarraban la garganta llamándole, hasta quedar sin aire en los pulmones, pero
era inútil, estaba atrapado en los recuerdos de aquella torturada alma que no podía
descansar en paz, añorando a su amado, al cual por desgracia, Carlos se parecía
demasiado.
Ese era el destino del chico, como si el espectro de la actriz lo hubiese llamado
desde lejos, para venir a sustituir un amor perdido, y darle vida a muerto, pues desde
aquel día, los jardines de la mansión florecieron, se llenaron de rosas, coloridas y
hermosas. Las risas de una pareja feliz inundaron el lugar, aquellos que se
atrevieron a mirar, dijeron haber visto al pobre Carlos consumiéndose en los brazos
de aquel espectro, que le robaba la vida de a poco; pero él siempre sonrió. Incluso
en el momento que la actriz le succionó el espíritu de aquella defraudada cascara
humana, el parecía muy feliz de haberse liberado de aquella carga, para poder
disfrutar a rienda suelta un romance con la mujer de rojo, ahora que pertenecía a
su mundo.
Ahora las cosas han cambiado, nadie se acerca a la casa de las rosas porque se
habla de una pareja de espectros, que bailan y ríen a rienda suelta todas las noches.

Leyenda de la Casa Cuna De Cádiz


El 18 de agosto de 1947, una tremenda explosión se produce en las inmediaciones
de los Astilleros Echevarrieta Larraiga, de Cádiz, una de las empresas más
importantes en construcciones navales, esta enorme explosión destruyó por
completo la Casa Cuna y acabó con la vida diecinueve muchachos, nueve niñas,
doce sirvientas y cinco monjas. Muchos de los cadáveres no consiguieron ser
identificados debido a que sus cuerpos se encontraban aplastados, mutilados e
irreconocibles, y fueron enterrados anónimamente en fosas comunes. Otros nunca
se encontraron y se los dio definitivamente por desaparecidos.
La Casa Cuna se fundó como hospicio de la ciudad de Cádiz en el año 1621. Su
función era acoger a niños recién nacidos llevados por sus madres, por estar estas
imposibilitadas económicamente, o por no oponerse a la sociedad de la época
trayendo al mundo hijos ilegítimos. A estos infantes se les denominaban como
”Niños del Hospicio”, criados, cuidados y educados por monjas de la caridad
ayudadas por enfermeras, amas de leche y cuidadoras.
Después de la explosión, se procedió a la total demolición de los restos del
edificio y en su lugar se construyó la Institución Generalísimo Franco, que años
después paso a llamarse Institución Provincial Gaditana.
Esta nueva Institución era un colegio estrictamente femenino dirigido por religiosas,
algunas alumnas eran internas y se quedaban en los dormitorios del colegio, los
cuales estaban ubicados en la misma zona donde un día estuvieron los de la Casa
Cuna. A partir de ahí, empezó a crearse la leyenda.
Las alumnas percibían cosas extrañas, sobre todo en las madrugadas, escuchaban
llantos de bebés, risas y carreras de niños. Percibían extrañas sombras en las
ventanas, incluso presencias que las vigilaban en cada rincón. Pronto estas
experiencias comenzaron a suceder también frente a los familiares que iban ahí de
visita.
Tales acontecimientos activaron los nervios de las monjas, quienes prohibieron
rotundamente hablar sobre el tema, pero no pudieron evitar los cuchicheos de las
alumnas, que intercambiaban sus vivencias y compartían cuentos de terror entre
ellas. Pronto no hubo necesidad de eso, ya que los hechos hablaban por si solos.
En una ocasión, una chica fue directamente a su habitación después del almuerzo
y se tiró por la ventana. Afortunadamente no sufrió daños mayores, y al ser
reprendida enérgicamente por su acto, no hacia más que responder a sus
cuidadoras que fue empujada al vacío, por una fuerza invisible. Las estudiantes
eran testigos de puertas que se cerraban solas, fuertes golpes de desconocida
procedencia y campanas que sonaban a todas horas. Alguna afirmó ver el espectro
de una monja vestida a la antigua usanza en el patio del colegio.
Posteriormente, a principios de la década de los 90, el edificio se convirtió en la
sede de Radio Onda Litoral, y esta vez los testigos de los hechos mencionados,
fueron sustrabajadores.
Mientras se encontraban en el estudio de grabación, a través del cristal vieron un
grupo de niños con vestiduras de varias décadas atrás, que corrían a través del
pasillo. Sabiendo que no había razón para que se encontraran ahí, salieron del
estudio y encontraron el pasillo completamente vacío. Al extender la búsqueda por
todo el edificio, tampoco obtuvieron resultados.

Hoy día se ubica allí una oficina del INEM, el personal no habla de lo que ocurre
dentro, pero si se pregunta a los gaditanos sobre los fenómenos inexplicables en
la ciudad, todos hacen referencia a la antigua Casa Cuna. Según ellos, los niños
trágicamente desaparecidos siguen deambulando por el lugar con sus llantos y
lamentos, sin encontrar el consuelo ni el descanso que necesitan, junto a las monjas
que ese día corrieron con la misma suerte de ellos.

Leyenda de la condesa sangrienta


Su nombre auténtico era Erzsébet Báthory (Isabel, en castellano), más conocida
como “La Condesa Sangrienta“, debido a los macabros y sádicos crímenes que
cometió, en su búsqueda por conservar la eterna juventud.
Isabel nació en 1560 en la región de Transilvania, pertenecía a una de las familias
más adineradas y poderosas de Hungría. Se le dio una educación algo inusual para
su tiempo, cuando muchos nobles ni siquiera sabían leer y escribir, ella hablaba
húngaro, latín y alemán, también estuvo en contacto desde pequeña con la alquimia
y el esoterismo, prácticas ampliamente conocidas por su dinastía.
A los 15 años fue obligada a casarse con el conde Ferenc Nadasdy, gran guerrero
conocido como “El Caballero Negro” por su forma tan cruel de dirigirse en la batalla.
Se fueron a vivir en el sombrío castillo de Csejthe en los Cárpatos, donde ella
pasaba la mayor parte del tiempo en compañía de su odiada suegra Úrsula, durante
esta etapa mediante la correspondencia, intercambiaba con su marido técnicas de
castigo y tortura, las cuales ella aplicaba con los criados, administrando el castillo
con mano de hierro. La ausencia de su marido fue la causa de que Erzsebet buscara
refugio en numerosos amantes de ambos sexos de los que pronto se aburrió,
buscando entonces entretenerse con prácticas esotéricas. A pesar de esto, el
matrimonio tuvo tres hijas y un hijo.
Luego de la muerte de su esposo en 1604, Darvulia, también conocida como “La
Bruja del Bosque“, una de las mejores amigas y cómplices de Erzsebet se mudó
al castillo. Sin la vigilancia de su marido, la Condesa dio rienda a toda su psicopatía,
echó de ahí a su suegra, luego montó un siniestro laboratorio en los sótanos del
castillo para dedicarse a las prácticas de magia negra en búsqueda de la eterna
juventud, pues para entonces tenía ya 44 años y su enorme belleza se le estaba
escapando.
Junto a su mentora, diseñó un aparato de tortura llamado “La virgen de Hierro” una
muñeca de tamaño natural que se utilizaba en sus ritos de sangre. Era de metal,
con cabellera rubia, joyas, maquillaje y siempre se presentaba desnuda, tenía un
mecanismo a modo de cripta donde podía entrar una persona, la parte interna
estaba forrada por puñales, ganchos y demás que eran calentados a rojo vivo; al
cerrarla la persona sufría el apuñalamiento junto con otros dolores hasta la muerte.
Convencida de que la única forma para anular el envejecimiento era bañarse o
beber sangre de estas doncellas cometió atroces actos con ayuda de sus sirvientas
para obtenerla y disfrutarla. Jo Ilona y Dorko, eran sus fieles ayudantes y las
encargadas de buscar a muchachas de entre 12 y 18 años para ponerlas a
disposición de su ama, quien bajaba regularmente hasta el sótano para darles
mordiscos y masticar la carne arrancada aliviando así sus malestares físicos.
Durante más de 10 años, los campesinos del lugar veían el carruaje de la condesa
buscando chicas humildes para prometerles una vida mejor; si se negaban, eran
llevadas a la fuerza. La gran cantidad de cadáveres fueron primero enterrados con
cuidado en las inmediaciones de la fortaleza pero al final, solo eran dejados en los
campos sin ningún problema. A pesar de que la población expresaba su
descontento ante tales prácticas oscuras. Erzsebet gozaba de impunidad por su alta
cuna, y el cuidado en elegir solo sirvientas y campesinas, que esa época eran
menos que nada, lo cual fue distinto tras la muerte de Darvulia, otra vez se quedó
sin límites y raptaba también a jóvenes de buena familia y solo así el rey Matyas
envió al conde Thurzo para investigar el caso. Cuando el conde él entró con sus
soldados en el castillo allí estaban a la vista, cadáveres torturados, sangre
derramada y la propia condesa disfrutando de uno de sus depravados baños.
En el juicio, Isabel se negó a declarar, acogiéndose a sus privilegios nobiliarios. Fue
condenada a cadena perpetua, tapiaron su habitación y allí vivió emparedada
durante casi cuatro años, mientras que sus cómplices murieron ejecutados. Nunca
mostró arrepentimiento ni llegó a entender por qué la condenaron. Murió el 21 de
agosto de 1614.
Terminaba así la historia de terror de la Condesa Sangrienta a quien sus más de
650 víctimas la llevaron a formar parte en la historia de los asesinos en serie,
ostentando el titulo de la peor depredadora que haya tenido la historia del
crimen. Todo por una macabra búsqueda de la belleza.
Actualmente, los documentos existentes demuestran la unión entre la familia
Bathory y la de Vlad Tepes (“El Empalador”, aquel que daría origen a la historia de
Drácula). Stephen Bathory, fue quien dirigió la misión que devolvió a Tepes al trono
en 1476. Además, los antepasados húngaros de este estaban relacionados con el
clan Bathory.
La leyenda de la ahorcada María
Durante muchos años y según consta en las actas del antiguo convento de la
Concepción, las monjas enclaustradas en tan sombrío lugar, sufrían las apariciones
de una blanca y espantable figura en habito de monja, colgada de uno de los
arbolitos de durazno. Cada vez que alguna de las novicias cruzaba el patio por las
noches, y se detenía a mirarse en las cristalinas aguas de la fuente que en el centro
había se topaba con aquello. Tras ellas, balanceándose al soplo ligero de la brisa
nocturnal, veían a la novicia pendiendo de una soga, con sus ojos salidos de las
órbitas y con su lengua fuera de los labios retorcidos y resecos; sus manos juntas y
sus pies apuntando hacia abajo. Las monjas huían despavoridas clamando a Dios
y cuando volvían acompañadas de la madre superiora, aquella horrible visión se
había esfumado. Sucedió así por varios años, noche a noche y monja tras monja,
el fantasma de la novicia colgaba del durazno espantándolas a todas, haciendo que
sus rezos, misas y penitencias valieran poco para alejar la visión macabra de su
jardín.
La fantasmal aparición de aquella monja ahorcada, quería solamente que se supiera
la verdad de lo sucedido muchos años antes, cuando la joven y bella doña María de
Ávila, perteneciente a lo mejor de la sociedad de su tiempo se enamoró de Joaquín
Urrutia, un hombre de posición social muy inferior a la suya y que trataba de
convertirla en su esposa para así ganar mujer, fortuna y linaje. Los hermanos de
María (Gil y Alonso) descubrieron las intenciones del joven, y sabiendo que solo lo
movía la ambición, le ofrecieron una buena cantidad de dinero con la condición de
que se fuera definitivamente de la ciudad; el joven aceptó y se marchó sin
despedirse de la mujer que tanto lo amaba.
Esto sumió a María en una profunda depresión. Finalmente, viendo tanto sufrir y
llorar a la querida hermana, Gil y Alonso decidieron convencerla para que entrara
de novicia al convento de la Concepción diciéndole que Urrutia jamás regresaría a
su lado, pues había muerto. Sin mucha voluntad doña María entró al convento, sin
dejar de llorar su pena de amor.
Se dice que al descubrir la traición de todos sus seres queridos, tomó un cordón, y
caminó hasta la fuente donde se reflejó por última vez, ató la cuerda a una de las
ramas del durazno y rezó pidiendo perdón a Dios por lo que iba a hacer, y sin
pensarlo dos veces se lanzó golpeando sus pies en el borde de la fuente. Y allí
quedó, balanceándose como un péndulo blanco movido por el viento. Encontraron
el cuerpo tieso de María colgando. Dado que se trató de un suicidio, no pudo ser
enterrada en tierra consagrada, de acuerdo a las disposiciones católicas
Un mes después, una de las novicias vio la horrible aparición reflejada en las
aguas de la fuente. A esta aparición siguieron otras, hasta que se prohibieron las
salidas de las monjas a la huerta después de la puesta de sol. Al deducir que el
alma de la joven andaba penando, las autoridades comenzaron a investigar,
tomando por culpables a los hermanos Ávila, pues habían sido ellos los que de
alguna manera encaminaron a María a terminar con su vida.
Así que los juzgaron y sentenciaron a muerte, el 16 de julio de 1566, los dos fueron
degollados. La casa donde vivieron fue destruida y arada con sal, ya que de acuerdo
con algunas costumbres de la época, ésa era la única forma en que el alma de la
moja pudiera descansar en paz.

Pero el fantasma de María continuaba apareciéndose en el árbol de duraznos o en


las aguas de la fuente. Finalmente, se decidió talar el duraznero y destruir la fuente.
Se pensaba que de esta forma todo terminaría, pero no fue así: el fantasma de la
ahorcada María siguió apareciendo, esta vez, pendiendo del aire en donde una
vez estuvo el árbol de duraznos.
Leyenda del Barco Fantasmas Mary Celeste

El Mary Celeste fue un bergantín construido en 1861. Algunos pensaban que el


navío tenía mala suerte ya que sus dos primeros capitanes murieron ahogados

antes y durante el viaje inaugural.


El 7 de noviembre de 1872 zarpó desde de Nueva York, transportando hacia Italia,

1.701 barriles de alcohol. El capitán Benjamín S. Briggs estaba al mando, llevaba a su

mujer e hija de dos años. Y una tripulación de siete hombres.


El barco fue hallado a la deriva y sin nadie abordo, el 5 de diciembre de 1872, por

el bergantín Dei Gratia. La comida estaba servida y todavía caliente, la ropa y


pertenencias, estaban en su lugar. El diario de navegación mostraba la última

anotación el 24 / 11 / 1872; sin mencionar algo que pudiera explicar la desaparición


de la tripulación.

Quienes abandonaron el barco lo hicieron a toda prisa, sin recoger provisiones, pero
llevando consigo los documentos del barco, el sextante, el cronómetro. Al no

encontrar La Yola se cree que huyeron en ella, y siendo tan pequeña sin duda fue
sobrecargada y volcó, dando un trágico final a toda la tripulación.

La versión oficial afirma que una fuga de gases del alcohol que se transportaba, hizo
pensar al capitán que podría ocurrir una explosión o envenenamiento y ordenó

desalojar el barco inmediatamente.


Otras teorías dicen que:

El barco fue abandonado en un momento de pánico, ante el peligro de naufragar


frente a una tempestad, o una tromba. Pero los botes salvavidas estaban aún en el

barco y no presentaba ningún tipo de destrozos. Se especuló que la tripulación fue


capturada por una banda de piratas, un OVNI, e incluso una monstruosa criatura
marina hambrienta, conocida como Kraken.
En suposiciones más oscuras, se cuenta que los marineros en plena borrachera,

asesinaron al capitán y su familia, huyendo a bordo de otro barco. También que la


comida o el agua estaban contaminadas, causaron alucinaciones y trastornos

mentales que llevaron a todos a lanzarse por la borda. Tal vez fue el capitán quien
se volvió loco y lanzó a todos fuera de barco. Pero misteriosamente…no se

encontraron indicios de violencia.


Sin duda la más inquietante menciona que el barco llevaba como polizón a un

psicópata asesino que vendió su alma al Diablo a cambio de permitirle escapar

de la cárcel. Estaba afectado de peste que contagió a la tripulación. Cuando Satanás


se presentó a cobrar su deuda, dejó penando aquella alma en la embarcación, y ante

los extraños ruidos que se escuchaban cada noche, conociendo su fama de maldito,
los miembros de la tripulación presa del pánico, abandonaron el barco. Quienes

quedaron a bordo desaparecieron uno a uno, hasta que el capitán quedó solo, pero…
una noche de tormenta vio salir de una escotilla, una figura demoniaca, que tomó el

timón mientras él se arrojó al mar para escapar… vio como el barco se alejaba con
Satanás al mando.

Después de los misteriosos sucesos, cambió frecuentemente de propietario,


vendiéndose por debajo de su valor, pues nadie quería navegar en un “barco

embrujado”. Hasta llegar a manos de Parker quien lo destruyó en un intento de


fraude al seguro.
Al poco tiempo, Parker se arruinó y murió. Uno de sus cómplices se suicidó y el otro
murió en un hospital psiquiátrico. Al final, el maleficio del Mary Celeste había

vencido…
Leyenda del Submarino UB-65

En 1916, Alemania emprende la construcción de una nueva flota de submarinos, en


Brujas, Bélgica. En uno de ellos, el UB-65, una viga se deslizó y aplastó a dos hombres,

uno de los obreros falleció, convirtiéndose en la primera víctima de una cadena de


extrañas muertes ocurridas en torno a esta nave. Luego, tres tripulantes murieron

asfixiados al llenarse de gases la sala de máquinas. Estos dos acontecimientos que

parecían simples accidentes, fueron sólo el principio de algo más grande.


En el momento de su primera salida al mar, antes de sumergirse, el capitán ordenó

a un marinero ir a proa a realizar una inspección de las escotillas, una inspección que
debía realizarse de manera rutinaria, pero el marinero saltó por la borda siendo

atrapado por el remolino del submarino, lo cual se consideró un suicidó. Una vez
iniciada la inmersión, el capitán ordenó estabilizar la nave, pero los mandos se

bloquearon y nada funcionaba, la nave continuó descendiendo hasta chocar con el


fondo del mar, quedando inmóvil alrededor de 12 horas, sumergido en el fondo del

mar. El agua se filtraba y nuevamente comenzó a llenarse de gases, pero en ese


momento, tan extrañamente como se había hundido, comenzó a moverse y ascendió

a la superficie.
Luego de estos extraños sucesos fue enviado a los astilleros para ser revisado en

seco. A los pocos días fue declarado apto para el servicio. Durante el abastecimiento
del submarino, un torpedo explotó súbitamente, matando en el acto al segundo

teniente y ocho marineros. Fue remolcado al dique donde un marinero aseguró


haber visto al segundo teniente (el que había muerto en la explosión) de pie en la

proa y con los brazos cruzados, otro marinero vivió días después la misma situación
y desertó.
A pesar de todo lo acontecido, el UB-65 era una nave aprobada para navegar y

acudió a un servicio en el estrecho de Dover. Durante esas operaciones, una noche


en el cuarto de vigilancia, dos marineros aterrados fueron a hablar con el oficial al

mando para contarle que habían visto al segundo teniente fallecido, habían subido
a bordo con rumbo a la proa de la nave. Sin explicación el fantasma se paró, se volvió

y se quedó observándoles de brazos cruzados, mirándoles muy fijamente. Dos días


más tarde, el fantasma reapareció, siendo visto por el comandante esta vez se

ordenó una investigación. Para tranquilizar a la tripulación, el submarino fue

exorcizado, pero las apariciones del fantasma continuaron.


Al regresar a la base, ésta se encontraba bajo un fuerte ataque aéreo, lo cual no

afectó a la tripulación ya que lo único que deseaban era abandonar la nave. En los
momentos que el capitán bajaba la pasarela, fue muerto al ser alcanzado por la

metralla.
En la siguiente misión del UB-65 un tripulante se suicidó, un artillero se volvió loco y

el primer maquinista estuvo a punto de perder la vida en un inexplicable accidente.


El comandante pidió el traslado y toda la tripulación fue cambiada. La nueva

tripulación embarcó en junio de 1918 para una misión en el Canal de la Mancha.


El 10 de julio de 1918, el L-2 un submarino americano, se encontró al UB-65

navegando a la deriva frente a las costas de Irlanda y creyó que estaba abandonado.
Decidieron remolcarlo y cuando el capitán miró por el periscopio vio una extraña

figura que permanecía de pie, con los brazos cruzados en la proa de la nave
remolcada. Entonces el UB-65 explotó de repente y se hundió. A bordo de él había

34 marinos.
La investigación prosiguió después de la guerra pero ningún nuevo elemento pudo
explicar lo que había pasado. El UB-65 y su tripulación fantasma, tal vez siga

navegando en las profundidades los mares eternamente.


El Fantasma del Castillo de San Servando

El Castillo de San Servando en Toledo, ha tenido variados habitantes desde su


remota construcción, allá en época árabe. Cuando estuvo bajo el cobijo de los

Caballeros Templarios se originó la leyenda que se relata a continuación.


En una noche fría de noviembre con fuertes vientos que alborotaban la lluvia, los

vigías y Don Nuño Alvear hacían la guardia mientras los demás descansaban

plácidamente. El centinela vigilaba desde una pequeña habitación y casi caía


dormido al no tener más entretenimiento que observar la danza del fuego en su

pequeña chimenea, pero junto a los silbidos del viento creyó escuchar una
tenebrosa y estremecedora voz.

Momentos más tarde alguien llamó a la puerta. Tal vez era algún necesitado, pero
no había que confiar en los que andaban errantes a tan altas horas. El recién llegado

dialogaba con los soldados de la entrada suplicando albergue, mientras Don Nuño,
intranquilo, escuchaba tras la puerta. Su voz tenía un acento. Minutos más tarde se

presentó en la cámara del Templario un viejo canoso de larga y blanca barba. Sus
manos huesudas sostenían a duras penas el báculo de peregrino, y sus pies

descalzos se arrastraban penosamente por las losas del pavimento. Don Nuño,
estremecido, se puso de pie dirigiendo su temerosa mirada al anciano, que le dijo: -

Por fin me presento ante vos-,-¿De dónde venís y a dónde os dirigís?- preguntó el
guardián con voz temblorosa,-De dónde vengo es un enigma, pero allí he de regresar

de nuevo- contestó el viejecillo.


Don Nuño no pudo comprender las palabras del visitante, estaba demasiado

asustado para pensar, se frotaba los ojos para comprobar que no fuese un sueño y
al saber que no, preguntó de nuevo al anciano: –Decidme, ¿quién sois y a qué habéis
venido?-,-A por vos. O mejor aún, a por vuestra alma, que escapa de vuestro pecho
como el humo escapa de la llama. Ahora estáis en mis manos. ¡Soy vuestra muerte!–

respondió tranquilamente el anciano mientras el cuerpo del Templario era invadido


por un escalofrió que le obligaba a gritar por ayuda -Es inútil, en vuestro pecho no

queda fuerza para el más leve soplo. Debéis afrontar vuestro destino- exclamaba
pacíficamente el señor de barbas blancas -¡Os lo ruego, -dejadme! – suplicaba Don

Nuño, -De nada sirven vuestros ruegos ante los testimonios de los que os acusan ante
Dios. ¡Mirad, mirad!-.

Entonces, entre las llamas de la chimenea, se reflejaron dolientes rostros. Don Nuño

los reconoció a todos, cada uno de ellos había sufrido a manos del cruel Templario.
Había musulmanes a quien crucificó, doncellas que arrojó por un precipicio al

negarse a satisfacer sus sucios deseos, los pacíficos peregrinos que huían humeando
en carne viva al serle derramado aceite hirviendo desde lo alto de las torres del

castillo. Todas las escenas fueron revividas por don Nuño, que cayó al suelo
echándose las manos a los ojos sintiendo que le ardían las entrañas, se le nubló la

vista, el corazón comenzó a agitársele bruscamente y un zumbido retumbó en su


cerebro.

Al despuntar el alba uno de los soldados se dirigió a la cámara de don Nuño,

comprobando con espanto que éste se hallaba muerto en el suelo, con el pelo más
blanco, y con abundante sangre manando de su nariz, boca y ojos. Del misterioso

peregrino no supieron nada.

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