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INTRODUCCIÓN
¿Es esto vivir sin seguir ninguna regla? Winch argumenta que no.
- Las normas que sigue el fraile son rígidas y explícitas. Las del rebelde, en
cambio, serán autoimpuestas, pero necesarias para que este autoproclamado
anarquista pueda evaluar si sus propias acciones encajan con su deseo de
maximizar su libertad.
- Este tipo de normas se refiere a los criterios de corrección que cada agente
tendrá en cuenta cuando evalúe sus propias acciones o cuando justifique sus
propias elecciones.
- Al actuar, cualquier agente, incluido un rebelde que reniegue de las normas,
sabe razonar por qué ha obrado de la manera en que lo ha hecho, y sabe
también evaluar, por ejemplo, si sus acciones han honrado o no su propia idea
de libertad.
El problema de este enfoque, no obstante, es que, al definir las normas de forma muy
inclusiva y general, no nos permite distinguir los comportamientos que se caracterizan
por un tipo especial de normatividad: como en el caso de las normas morales o
sociales puesto que nos hace falta explicar por qué en estos casos la regla influye en
nuestro comportamiento de una manera peculiarmente intensa.
El concepto de norma social según Cristina Bicchieri: tipo de regla que está a caballo
entre la norma legal y la norma moral. Se trata de normas que cumplimos o que
estamos dispuestos a cumplir cuando existe un número suficiente de personas que
creen que se deben de cumplir y que espera de nosotros que las cumplamos.
Una misma regla puede tener distinto valor para distintos individuos pudiendo ser una
norma social o una norma moral.
La ignorancia pluralista: situación en la que una comunidad sigue una norma social a
pesar de que una mayoría de individuos desearía no seguirla. Se da en aquellos casos
en que los individuos se hayan formado expectativas empíricas y normativas erróneas
La idea de punto focal o centralidad: Schelling defendió la idea de que los agentes son
a veces capaces de centrar su atención en un elemento diferenciador de uno de los
equilibrios que resultaría en principio equivalente a todos los demás.
INTENCIONALIDAD COLECTIVA Y HECHOS INSTITUCIONALES
Searle utiliza esta idea de performatividad del lenguaje y destaca su centralidad en los
fenómenos sociales: nuestras instituciones o nuestra organización social no podrían
existir sin esta capacidad del lenguaje de hacer cosas.
- Para Searle, la realidad social no está, al contrario que la realidad física,
compuesta únicamente de hechos brutos (hechos que sólo dependen de la
existencia de entidades físicas), sino que está también conformada por lo que
él ha dado en llamar hechos institucionales.
Este enfoque tenía el propósito de comparar rasgos culturales entre poblaciones con
el fin de poder formular y ratificar enunciados acerca de las condiciones de existencia o
transformación de los distintos sistemas sociales.
EL MÉTODO COMPARADO
Definición: utilizaremos el concepto de método comparativo en un sentido estrecho:
se entiende así que por método comparativo nos referimos a estudios basados en un
número limitado de casos.
Es decir, tratamos de que estos dos grupos que vamos a comparar se diferencien sólo
en el hecho de que uno de ellos ha estado expuesto al factor X (grupo de tratamiento)
y el otro grupo no ha estado expuesto a este factor (grupo de control).
En el caso de que en efecto se haya conseguido un verdadero control sobre todos los
factores que pueden influir en la variable de interés (en la notación estándar
denominamos a esta variable de interés con una Y griega), una diferencia en el valor de
Y entre el grupo de tratamiento y el grupo de control se interpreta como el efecto
derivado de la supuesta causa.
OBSERVACIÓN Y MANIPULACIÓN
El problema de la ciencia social sería precisamente que el objeto de estudio (o sujeto
de estudio) es consciente de ser estudiado, y por tanto reacciona a este estudio en
consecuencia.
El dilema de la tercera variable: la lista de “terceras variables” o “causas comunes” es
potencialmente infinita y no podremos descartar. La manera de escapar de este dilema
reside en la posibilidad de manipular y controlar la realidad que observamos.
El relativista de la verdad: afirma que la verdad de una proposición depende del modo
en que los conceptos que aparecen en ella se articulan en una comunidad particular.
La teoría de Kuhn: defendió que las teorías eran parte de paradigmas científicos más
generales. Las cosas no se verían por tanto del mismo modo según el paradigma al que
cada cual esté adscrito. No hay un punto de vista externo a los propios paradigmas
desde el que accedamos a su base empírica. Sólo es posible recuperar parcialmente la
evidencia que cuenta como tal en un paradigma ajeno y, en este sentido, uno y otro
serían inconmensurables: no cabe determinar la referencia de un término científico
con independencia del sentido que este reciba en un paradigma particular. No hay, por
tanto, datos empíricos universales. La posición de Kuhn reivindicaría así la posibilidad
del relativismo. Kuhn defiende que las teorías dependen de las practicas de una
comunidad científica y que estas dependerían de los intereses más amplios de la
sociedad a la que aquella comunidad pertenece. Los datos empíricos dependerían de
las categorías semánticas (el vocabulario) de cada comunidad y no servirían, por tanto,
como base común para su contrastación.
La teoría de Bloor: propuso que la sociología debía explicar el conocimiento científico
como creencias colectivas de una comunidad. El aprendizaje de una lengua es un
proceso social en el que mediarían siempre otros adultos que dirigirían la atención del
niño al medio. Así también, quien aprende una ley científica se basa en una experiencia
comunitaria, no individual. Bloor cree que en la constitución de las teorías científicas es
decisiva una articulación coherente de la red de leyes que organiza nuestra
experiencia, pero para Bloor, además, esta coherencia expresa intereses sociales.
Innato: un patrón será innato si se desarrolla por igual en una amplia gama de
circunstancias
Adquirido: Un patrón será adquirido, en cambio, cuando varía dependiendo del
contexto en el que se desarrolle.
Clase interactiva: Sucede a veces que se crea un concepto para categorizar a un grupo
de personas y este concepto tiene efectos sobre las propias personas clasificadas. Este
constructivismo es radicalmente relativista, pues el fenómeno analizado depende de la
existencia de un concepto que no es, en ningún caso, universal.
LA RELATIVIDAD LINGÜÍSTICA
Siguiendo a Eduardo Bustos, podemos distinguir cuatro versiones de la tesis de la
relatividad lingüística:
4. Las diferentes visiones del mundo inducidas por lenguas diferentes son
inconmensurables entre sí
- Representa una versión radical del relativismo cultural, que es una tesis
diferente de la del relativismo lingüístico
En la medida en que el relativismo cultural (la tesis 4) esté basado en el relativismo
lingüístico no será una amenaza para nuestra mutua comprensión.
Incluso si nuestros conceptos influyen sobre nuestra percepción del mundo, no nos
impiden compartir evidencias empíricas sobre las que contrastar nuestras teorías. Por
tanto, el relativismo cognitivo es más una posibilidad teórica que una amenaza real
sobre nuestra comunicación.
Casi todas las tesis del relativismo cultural se pueden articular en dos (Hollinger):
(i) la cultura, y no la biología, explica la diversidad del comportamiento humano;
(ii) esta diversidad es tal en nuestro mundo que debiera inspirar antes respeto
tolerante que comparaciones peyorativas.
Dos usos:
(i) sirvió para cuestionar metodológicamente la presunción de que el punto de vista de
la cultura a la que pertenece el investigador es correcto y debe prevalecer sobre el de
los sujetos de la cultura estudiada
(ii) se le pudo dar también un uso político para criticar aspectos de la propia cultura
El relativismo cultural no sería así una forma de relativismo cognitivo, sino todo lo
contrario: para garantizar la objetividad de la evidencia antropológica, tratamos de
suspender los juicios de valor que pudieran contaminarla. Como veremos en el tema
siguiente, el relativismo cultural se parece más bien al relativismo moral y tiene
consecuencias sobre la neutralidad de la antropología como ciencia (el punto (ii) de
Hollinger).
TEMA 9 – CIENCIA Y VALORES
¿En qué medida es posible garantizar su imparcialidad?
RELATIVISMO MORAL
Emotivismo: teoría moral que afirma que nuestros juicios de valor no son sino
expresión de nuestros sentimientos.
Para Weber, un acuerdo sobre nuestros valores últimos es imposible, pues son
necesariamente subjetivos, expresión de nuestros intereses personales. Sin
neutralidad valorativa, no habría ciencia social. Si no somos neutrales, el relativismo
moral derivará en relativismo cognitivo.
El caso del marxismo soviético sirve además para ilustrar que la relación entre hechos
y valores en las ciencias sociales no es puramente teórica. No se trata sólo de que los
valores condicionen nuestras opciones metodológicas. La metodología científica
adoptada sirve también para organizar las políticas aplicadas para realizar tales
valores.
Consenso científico mínimo sobre los valores que se persiguen para facilitar el
progreso científico.
- En un supuesto objetivo común
- Comparamos las dos políticas distintas
- Dos grupos comparables
- Se aplica aleatoriamente
- Se mide la variable estudiada en ambos grupos
- Si mide una diferencia estadísticamente significativa (si es azar o si se debe a
políticas aplicadas)
Más que entender la neutralidad valorativa como un postulado absoluto (el científico
social es capaz de abstraerse de sus propios valores), podemos interpretarla como una
condición necesaria (pero no suficiente) para el progreso científico: debemos ser
capaces de acordar métodos de análisis que sean tan neutrales como sea posible,
respecto a nuestros valores en conflicto, para garantizar el progreso científico. No está
claro que sea posible encontrarlas en todos los casos, pero la alternativa no es mejor:
las metodologías políticamente comprometidas (con independencia de cuál sea su
signo) son una fuente segura de controversias irresolubles.
El sesgo de confirmación actúa por igual en todos nosotros y nos inclina a preferir la
evidencia más acorde con nuestras ideas preconcebidas (por ejemplo, nuestros valores
y prejuicios).
La única forma de paliar esta situación es mediante una aplicación más rigurosa del
método científico, como la que sugieren filósofos de la estadística como Deborah
Mayo y Aris Spanos, que reduzca la arbitrariedad con la que a menudo se cuantifican
probabilidades en ciencias sociales. O, al menos, obligando a los expertos a formular
predicciones precisas y llevando un registro de sus aciertos y fracasos para poder
calibrar su fiabilidad.
En cualquier caso, a pesar de sus defectos, la virtud del enfoque cuantitativo es que, al
menos, nos permite tratar de controlar nuestros sesgos e intereses a través de una
serie de reglas metodológicas sobre cómo reunir e interpretar datos. En los enfoques
cualitativos, por interesantes que puedan ser sus conclusiones, la posibilidad de
alcanzar consensos que superen nuestras diferencias ideológicas parece todavía
menor. (TEMA 1)