LA HETEROSEXUALIDAD

ESTUDIADA COMO
UNA IN TITU
ADRIENNE RICH (1929-2012)
lóN
306 ADRIENNE RICH

O ''
ué pasaría si la heterose­
EN CONTEXTO xualidad no fuera innata o
la única sexualidad <<nor­
ENFOQUE
mal»? La heterosexualidad se suele
Heterosexualidad
considerar como un fundamento «na­ El mensaje más pernicioso
obligatoria
tural» de la sociedad; pero Adrien­ transmitido por la pornografía
FECHAS CLAVE ne Rich, influida por la intelectual es que las mujeres son presas
1864 La Ley de Enfermedades francesa Simone de Beauvoir, quien sexuales naturales para los
Contagiosas británica castiga afirmaba que las mujeres habían
hombres y que les gusta;

a las prostitutas infectadas por
sus clientes.
1979 Sexual Harassment oí
Working Women, de la abogada
estadounidense Catharine A
MacKinnon, denuncia que las
mujeres, en el entorno laboral,
ocupan puestos notablemente
inferiores y son sexualizadas
como parte de su trabajo.
1993 La violación marital es
reconocida por fin como delito
en todos los estados de EE UU.
1996 En la obra Theorizing
Heterosexuality: Telling it
Straight, la socióloga británica
Diane Richardson presenta una
serie de ensayos fundamentales
en la crítica de la institución
de la heterosexualidad.
••
sido inducidas a aceptar los roles
impuestos sobre ellas en una so­
que sexualidad y violencia
son congruentes.
ciedad que las consideraba inferio­
res, desafió esta idea en su ensayo Adrienne Rich
«La heterosexualidad obligatoria y la
existencia lesbiana» (1980).
Rich advierte que, lejos de ser
natural, la heterosexualidad es im­
puesta a las mujeres y debe ser vista
como un sistema de poder que fo­ Según Rich, por tanto, se espera
menta un falso pensamiento binario de las mujeres que se comportE¡ln de
-heterosexual/homosexual, hombre/ una forma restringida y pasiva, como
mujer- en el que «heterosexual>1 y dependientes de los hombres; la con­
«hombre» son privilegiados por en­ ducta que no se conforma a estas
cima de «homosexual» y «mujern. La expectativas se considera desviada
heterosexualidad obligatoria, dice, y peligrosa. Las mujeres sexualmen­
presenta «guiones» que son pautas te activas, por ejemplo, son etique­
sobre cómo conducir las relaciones tadas como anormales o tildadas de
y «representarn nuestro género. Así, promiscuas. El patriarcado (sistema
por ejemplo, somos inducidos a pen­ de poder que asume la superioridad
sar en los hombres como sexualmen­ masculina) es para Rich una útil he­
te activos y en las mujeres como se­ rramienta conceptual para explicar
xualmente pasivas, aun cuando no la opresión de la mujer a lo largo del
hay estudios que lo demuestren. tiempo; según ella, es preciso pensar

La heterosexualidad se
presenta como normal; los
hombres son vistos como
activos, y las mujeres
como pasivas.
La heterosexualidad
es promovida y mantenida
por la ideología y por la
fuerza; el lesbianismo
es rechazado y
denigrado.
La
heterosexualidad
debe ser reconocida
como una Institución
y un sistema de poder
que beneficia a los
hombres y subyuga
a las mujeres.
 FAMILIA Y SEXUALIDAD 307
Véase también: Karl Marx 28-31 • Judith Butler 56-61 • R. W. Connell 88-89 • bell hooks 90-95 • Sylvia Walby 96-99 •
Steven Seidman 326-331

en el poder del hombre sobre la mujer por tanto, lleva consigo una insidio­
como la clave para entender la posi­ sa garantía de normalidad.
ción subordinada de esta.
Tácticas opresivas
El poder de la ideología Karl Marx aprmó que el capitalismo
Rich examina los muchos medios por es mantenitlorn parte, mediante
los que la ideología de la heterose­ acciones viblentas como la conquista
xualidad obligatoria fuerza a la mujer y la esclavitud. La heterosexualidad,
a las relaciones sexuales con hom­ sostiene 'Rich, puede ser considerada
bres. La desigual posición de ambos de forma similar: bajo condiciones de
sexos en el mercado laboral, asimis­ heterosexualidad obligatoria, hom­
mo, puede resultar en la dependen­ bres y mujeres no eligen ser hetero­
cia económica de las mujeres. Y el sexuales u homosexuales con más
extendido mito de que en los espa­ libertB.d que un obrero que elige el
cios públicos las mujeres están bajo trabajo asalariado.
el peligro de la violencia masculina, Junto a la violencia simbólica de
y deben limitar sus movimientos y la ideología, a menudo se usa la vio­
Películas como Instinto básico, donde
buscar la protección masculina, es lencia física para controlar la con­ las asesinas eran lesbianas, respaldan la
otro ejemplo de cómo la mujeres son ducta de las mujeres. Actos como la idea del lesbianismo como algo desviado
coaccionadas en las relaciones he­ mutilación genital femenina y el cas­ y amenazante, y de la heterosexualidad
terosexuales. Son alentadas a verse tigo por el adulterio de la mujer o el » como algo normal.
a sí mismas como presas sexuales,
y a los hombres como depredadores
sexuales «naturales» (algo reforzado Las prendas de vestir que restringen el movimiento
por creencias como la del peligro de de las mujeres están diseñadas, según Rich, para
los desconocidos); así, las relaciones inhibir su libertad y evitar que participen de la
heterosexuales ofrecen a las mujeres esfera pública con independencia
de los hombres: así ellos pueden
una (falsa) sensación de seguridad. mantenerlas bajo control dentro de
Pese al creciente número de per­ la heterosexualidad obligatoria.
sonas que optan por retrasar el ma­
trimonio, muchas jóvenes aún lo ven
como algo normal e inevitable en su
vida: esta expectativa es un aspecto
notable del argumento de Rich sobre
la naturaleza obligatoria de la hete­
rosexualidad. De nuevo, la ideología
ayuda a apuntalar la heterosexuali­
dad mediante la difusión de narra­
ciones románticas en cuentos como
Cenicienta o películas como Titanic.
La idea de la heterosexualidad
es tan prevalente en la sociedad que
se presupone que las personas son
heterosexuales a menos que decla­
ren otra cosa. Y cuando lesbianas o
gais «salen del armario», son vistos
como más sexuales que quienes no
lo han hecho. La heterosexualidad, Tacones altos
308 ADRIENNE RICH
lesbianismo niegan la sexualidad de
las mujeres. Matrimonios infantiles y
concertados, imágenes pornográficas
que representan a la mujer disfrutan­
do con la violencia y la humillación
sexuales, abuso sexual de niñas, in­
cesto... todo impone la sexualidad
masculina sobre la mujer. Muchas na­
ciones occidentales no reconocieron
la violación marital hasta la década
de 1990: un reflejo de la creencia de
que la mujer debe someterse sexual­
mente a su marido. «Usar a las mu­
jeres como objetos en transacciones
masculinas», dice Rich, es otra tác­
tica opresiva de la heterosexualidad
obligatoria, como pone de manifiesto,
por ejemplo, el tráfico de mujeres para
la explotación sexual y el uso de pros­
titutas para el placer sexual.
La idea, persistente en algunas
culturas, de enviar al hijo varón a la
escuela porque los niños permane­
cerán en la familia, mientras que las
niñas la dejarán para unirse a la de
su marido tras el matrimonio, implica
que solo el 30 por ciento de las niñas
del mundo recibe educación secun­
daria; y una educación pobre implica
inevitablemente unas pobres pers­
pectivas laborales. Otro método por
el cual se mantiene el poder mascu­
lino es la exclusión de las mujeres de
Adrienne Rich
••
[La heterosexualidad] es
algo impuesto, manejado,
••
organizado, propagado y
mantenido a la fuerza.
Adrienne Rich
los clubs exclusivos y de actividades
de ocio como el golf, donde pueden
concretarse importantes negocios.
Así es como la heterosexualidad
puede ser entendida como una ins­
titución que opera mediante rígidos
constructos sociales de género y se­
xualidad. Estas ideas de género son
reforzadas por un considerable con­
trol social, que incluye la violencia. El
objetivo es mantener a la mujer den­
tro de la heterosexualidad y asegurar
que permanezca subordinada.
El borrado y la negación del les­
bianismo en la historia y la cultura
es otro de los medios para mantener
la heterosexualidad. Rich sostiene
Feminista, poetisa y ensayista,
Adrienne Rich nació en 1929 en
Maryland (EE UU). La vida en su
hogar resultó tensa a causa de las
diferencias religiosas y culturales
de sus padres.
Aunque luego se declararía
lesbiana, Rich se casó, en parte
para desvincularse de su familia.
Durante esa época logró un puesto
como profesora en la Universidad
de Columbia. Su experiencia como
esposa y madre obstaculizaba su
potencial intelectual y radicalizó su
postura política. Se comprometió en
las protestas contra la guerra, a la
vez que se implicó activamente en
que la sociedad está identificada
con lo masculino, lo que significa
que es un lugar donde los hombres
y sus necesidades se colocan por
encima de las necesidades de las
mujeres. Estas sienten la necesidad
de resultar bellas para los hombres,
y dan más valor a las relaciones ro­
mánticas con los hombres que a la
amistad con las mujeres. Rich llama
a las mujeres a probar y remodelar
sus vidas alrededor de otras mujeres;
en otras palabras, a identificarse con
lo femenino. No es que exhorte a las
mujeres a abandonar a los hombres
y acostarse con mujeres; más bien
Rich pretende que todas las mujeres
experimenten eso que, acaso, solo
ha estado al alcance de las comu­
nidades lesbianas, es decir, amar a
otras mujeres.
El continuo lesbiano
Rich desafía las preconcepciones
sobre lo que es una lesbiana: no es
alguien que odia a los hombres o se
acuesta con mujeres, sino simple­
mente una mujer que ama a las mu­
jeres. Esta idea es conocida como
«lesbianismo político11 , que Rich y
otras autoras ven como una forma de
resistencia al patriarcado, más que
como una simple preferencia sexual.
movimientos feministas y a favor
de los derechos civiles. En 1997
rechazó la Medalla de las Artes,
que iba a imponerle el presidente
Clinton, como protesta contra las
desigualdades en EE UU.
Obras principales
1976 Nacemos de mujer: la
maternidad como experiencia
e institución.
1979 Sobre mentiras, secretos
y silencios.
1980 «La heterosexualidad
obligatoria y la existencia
lesbiana».

El lesbianismo puede considerar­
se, así, como un continuo que incluye
a aquellas que se sienten atraídas se­
xualmente por las mujeres y a aque­
llas que pueden ser heterosexuales
pero están políticamente ligadas a
otras mujeres. Esto no significa que
existan grados de experiencia les­
biana, siendo las <<menos» lesbianas
más aceptables socialmente. Lo que
Rich sugiere es que siempre ha ha­
bido mujeres que se han resistido
a la forma de vida obligatoria y han
existido dentro y fuera del continuo
durante siglos: desde las mujeres que
en la Europa de los siglos xvI y xvu
eran colgadas o quemadas por bru­
jas -a menudo por vivir al margen del
patriarcado- hasta las «chicas de la
bocamina de Wigarn, trabajadoras de
una mina de carbón que a finales del
siglo XIX escandalizaron a Gran Bre­
taña al insistir en vestir pantalones.
El concepto de Rich de un conti­
nuo lesbiano ha provocado un notable
debate, debido en parte a que puede
verse como una desexualización del
lesbianismo y a que permite a las fe­
ministas reivindicarse como parte
del continuo sin someter su hetero-
sexualidad a examen. Sheila Jeffreys,
feminista radical británica, sostiene
que tal concepto permite a las muje­
res heterosexuales continuar sus rela­
ciones con los hombres al tiempo que
se sienten políticamente reconoci­
das. Pero la fuerza del trabajo de Rich
reside en que, en lugar de criticar a
las mujeres heterosexuales, critica la
heterosexualidad como institución.
Las ideas de Rich desafían asi­
mismo el binomio hetero/homo y, por
tanto, anticipan las de teóricos queer
como la profesora estadounidense
Eve Kosofsky Sedgwick, quien man­
tiene que la identidad sexual es un
constructo de la cultura occidental, y
rechaza además la suposición de que
estas construcciones de la sexuali­
dad son tan solo un asunto de grupos
«minoritarios>> como lesbianas y gais.
Un cambio conceptual
Las ideas propuestas por Rich en su
ensayo de 1980 han supuesto quizá el
cambio conceptual más importante
en los estudios sobre la sexualidad,
al invitar a considerar la heterose­
xualidad como una institución. Esto
no se había hecho nunca antes por-
FAMILIA Y SEXUALIDAD 309
Las brujas eran temidas y perseguidas
por su <mlteridad». A finales del siglo xv
se creía, entre otras cosas, que tenían
el poder de provocar la impotencia y la
infertilidad en los hombres.
que, como apunta la socióloga britá­
nica Caro! Smart, la identidad hete­
rosexual, como la identidad colonial
blanca, ha mantenido una fácil supe­
rioridad y ha permanecido invisible
debido a que se ha constituido a sí
misma como la norma. Como resul­
tado del trabajo de Rich, feministas
heterosexuales como la socióloga bri­
tánica Stevi Jackson han continuado
desmontando la heterosexualidad.
La feminista francesa Monique Wit­
tig, por su parte, afirmó en 1992 que
la heterosexualidad es un régimen
político basado en la subordinación
y la usurpación de la mujer.
La reciente noticia sobre el abuso
sexual de niñas por parte de cier­
tos famosos en Reino Unido, o el se­
cuestro de más de 200 colegialas
en Nigeria por el grupo y ihadista
Boko Haram, son ejemplos patentes
de cómo la heterosexualidad sigue
imponiéndose a muieres y niñas. Y
los argumentos planteados por Rich
siguen guiando la exploración sobre
la heterosexualidad como estructura
••
social y política. •
La institución patriarcal
de la maternidad no es más
«condición humana)) que la
••
violación, la prostitución
o la esclavitud.
Adrienne Rich