Está en la página 1de 29

Impresionismo

Claude Monet, Impresión: soleil levant, 1872-1873 (París, Museo Marmottan Monet). Cuadro al que
debe su nombre el movimiento.

Impresionismo es la denominación de un movimiento artístico1 definido inicialmente para


la pintura impresionista, a partir del comentario despectivo de un crítico de arte (Louis
Leroy) ante el cuadro Impresión, sol naciente de Claude Monet, generalizable a otros
expuestos en el salón de artistas independientes de París entre el 15 de abril y el 15 de
mayo de 1874 (un grupo en el que estaban Camille Pissarro, Edgar Degas, Pierre-Auguste
Renoir, Paul Cézanne, Alfred Sisley y Berthe Morisot).
Aunque el adjetivo «impresionista» se ha aplicado para etiquetar productos de otras
artes, como la música (impresionismo musical —Debussy—) y la literatura (literatura del
Impresionismo —hermanos Goncourt—),2 sus particulares rasgos definitorios
(luz, color, pincelada, plenairismo) lo hacen de muy difícil extensión, incluso para
otras artes plásticas como la escultura (Rodin)3 y la arquitectura;4 de tal modo que suele
decirse que el Impresionismo en sentido estricto sólo puede darse en pintura y quizá
en fotografía (pictorialismo) y cine (cine impresionista francés o première avant-garde: Abel
Gance, Jean Renoir —hijo del pintor impresionista Auguste Renoir—).5
El movimiento plástico impresionista se desarrolló a partir de la segunda mitad del siglo
XIX en Europa —principalmente en Francia— caracterizado, a grandes rasgos, por el
intento de plasmar la luz (la «impresión» visual) y el instante, sin reparar en la identidad de
aquello que la proyectaba. Es decir, si sus antecesores pintaban formas con identidad, los
impresionistas pintaban el momento de luz, más allá de las formas que subyacen bajo
este. Fue clave para el desarrollo del arte posterior, a través del posimpresionismo y
las vanguardias.

Índice
  [ocultar] 

 1Precedentes
o 1.1Paisajistas ingleses
o 1.2Édouard Manet
o 1.3Corot y la escuela de Barbizon
 2Historia
o 2.1Inicios
o 2.2Florecimiento y primera exposición
o 2.3La difusión
 3Técnica y estética impresionista
o 3.1Colores puros
o 3.2Pincelada gestáltica
o 3.3Forma
o 3.4Variantes en la estética impresionista
 4Algunos pintores impresionistas
o 4.1Pintoras impresionistas
 5Cronología
 6La pintura de la época impresionista en el resto de Europa
o 6.1Alemania
o 6.2Bélgica
o 6.3España
o 6.4Estados Unidos
o 6.5Holanda
o 6.6Hungría
o 6.7Italia
 7Galería de imágenes
 8Véase también
 9Referencias
 10Bibliografía
 11Enlaces externos

Precedentes[editar]

John Ruskin, Importante teórico inglés del Romanticismo, defendía la impresión frente a


la descripción.

Paisajistas ingleses[editar]
En la primera mitad del siglo XIX, en pleno romanticismo, Joseph Mallord William
Turner y John Constable —pintores paisajistas ingleses— sentarían las bases sobre las
que más adelante trabajarían los impresionistas.[cita  requerida]
De Turner los impresionistas tomarían su gusto por la fugacidad, sus superficies borrosas
y vaporosas y el difuminado y mezcla de amarillos y rojos intensos. Así como la
descripción de un momento visual más allá de la descripción formal, en el que la luz y los
colores dan lugar a una «impresión» más poderosa. El máximo exponente de estas
características lo encontramos en Lluvia, vapor y velocidad (1844) National Gallery de
Londres, un cuadro preimpresionista. [cita  requerida] Los impresionistas eliminarán el
componente sublime de la obra de Turner, propio de la pintura romántica.
Édouard Manet[editar]
Édouard Manet, Le Déjeuner sur l'Herbe (1863).  Museo de Orsay.

Édouard Manet, El bar del Folies-Bergère (1881-1882) Courtauld Institute of Art de Londres.

Un autor clave entre los precursores del movimiento impresionista es Édouard Manet. Dos
de sus obras son esenciales en la comprensión de su influencia sobre el grupo.
En su Almuerzo sobre la hierba Manet presenta un bodegón. Pese a que las figuras
representadas son humanas, el autor trabaja el cuadro como si fuera una naturaleza
muerta. Esto se evidencia por la ausencia de conexión de unos personajes con otros, tres
personajes van vestidos mientras que el cuarto está desnudo; las miradas nunca se
encuentran aunque haya un personaje hablando y la disposición en primer (cesta y
comida), segundo (grupo) y tercer término (mujer en el agua) es meramente compositiva.
Este trabajo influenciará a los impresionistas en la desatención del modelo y de la
narración.
Por otra parte El bar del Folies-Bergère evidenciará el deseo de tratar los fenómenos
lumínicos al introducir un espejo al fondo que refleja toda la profundidad de la sala y las
grandes lámparas de araña, iluminación artificial que crea una luz difusa y menos directa y,
por tanto, más difícil de pintar, recordándonos a las escenas festivas de Renoir.
Corot y la escuela de Barbizon[editar]

Camille Corot, Autorretrato
Los impresionistas habían tenido un precedente en Camille Corot y en la Escuela de
Barbizon. Corot tuvo un importante papel en la formulación del Impresionismo, porque
renunció a muchos de los recursos formales renacentistas prefiriendo concentrar su
atención en espacios más planos, más sencillos y en superficies más luminosas. Y,
aunque a diferencia de los impresionistas nunca llegó a fragmentar la luz en sus
componentes cromáticos y siempre organizó y simplificó sus formas para conseguir una
cierta composición clásica, también usó con frecuencia una elevada clave tonal así como,
en términos generales, un frescor y una espontaneidad nuevos en el Salón oficial.

Historia[editar]
Inicios[editar]

Millet, Les Glaneuses (1857), Museo de Orsay.

Con anterioridad al Impresionismo, el marco artístico, era dominado por el eclecticismo, al


que respondió la generación de las rupturas estilísticas, una serie de rupturas que darán
personalidad propia al arte moderno. La primera de ellas o, si se prefiere, su preámbulo, es
el Impresionismo, un movimiento, resultado de una prolongada evolución, que coloca
definitivamente al siglo XIX bajo el signo del paisaje y que busca un lenguaje nuevo
basado en un naturalismo extremo.
Tiende a usar con creciente frecuencia colores puros y sin mezcla, sobre todo los tres
colores primarios y sus complementarios, y a prescindir de negros, pardos y tonos
terrosos. Aprendieron también a manejar la pintura más libre y sueltamente, sin tratar de
ocultar sus pinceladas fragmentadas y la luz se fue convirtiendo en el gran factor unificador
de la figura y el paisaje.
Florecimiento y primera exposición[editar]
Portada del catálogo para la primera exposición impresionista(1874).

Artículo principal: Exposiciones impresionistas

El año 1873 marcará un giro característico del Impresionismo: el paso de la fase


preparatoria a la fase de florecimiento. Los tanteos estaban olvidados y el trabajo
adelantado. Pisarro y Monet habían hecho en Londres estudios de edificios envueltos en
nieblas; Alfred Sisley, aún más vaporoso, se les había adelantado por ese camino; Renoir
se hallaba, de momento, bajo la total influencia de Monet; y Edgar Degas empezaba a
tratar los tutús de sus bailarinas del mismo modo que Monet o Renoir las flores del campo.
Todos los impresionistas, incluyendo a Berthe Morisot, eran ya conscientes de formar un
grupo y de tener iguales objetivos que defender. Su primera aparición pública como tal se
estaba fraguando. A fin de pesar más a los ojos del público intentaron atraerse a otros
artistas y fundaron una Sociedad anónima de pintores, escultores y grabadores que, por
fin, en 1874, logró organizar una muestra en los salones del fotógrafo Nadar. En total
participaron treinta y nueve pintores con más de ciento sesenta y cinco obras de las que
diez eran de Degas, la mayor aportación individual del grupo, y entre las que estaba la ya
legendaria Impresión: sol naciente de Monet que, burlonamente citada por un crítico, dio
nombre al grupo.
La difusión[editar]
El Impresionismo se difunde en toda Europa (entre otras cosas, gracias a la facilidad y
rapidez )

Técnica y estética impresionista[editar]

Claude Monet, Catedral de Ruan. En la entrada principal de la catedraldistinguimos azul


ultramar y violetapara las sombras (colores más saturados que la parte superior, más iluminada) al
igual que naranja dentro de la misma zona de sombra para definir los reflejos en la oscuridad.

Colores puros[editar]
La segunda mitad del siglo XIX presenció importantes
evoluciones científicas y técnicas que permitieron la creación de nuevos pigmentoscon los
que los pintores darían nuevos colores a su pintura, generalmente al óleo. Los pintores
consiguieron una pureza y saturación del color hasta entonces impensables, en ocasiones,
con productos no naturales. A partir del uso de colores puros o saturados, los artistas
dieron lugar a la ley del contraste cromático, es decir: «todo color es relativo a los colores
que le rodean», y la ley de colores complementarios enriqueciendo el uso de colores puros
bajo contrastes, generalmente de fríos y cálidos. Las sombras pasaron de estar
compuestas por colores oscuros a estar compuestas por colores complementarios que, a
la vez, creaban ilusión de profundidad. La característica principal es el uso de
complementarios, de la luz a la sombra y en un mismo valor, esto se denomina modulado
del color. Podemos decir que, rompiendo con la dinámica clásica del claroscuro, donde el
contraste se da por valor, esto se denomina modelado del color; el contraste entre claridad
y oscuridad es la que generan la ilusión de profundidad. Asimismo enriquecieron el
lenguaje plástico separando los recursos propios del dibujo y aplicando únicamente los
recursos propios de la pintura: es decir, el color. Para definir la forma, su riqueza de color
les permitió afinar el volumen mediante más matices lumínicos, creando luces dentro de
las zonas de sombra y sombras dentro de las zonas iluminadas recurriendo únicamente al
uso del color. Un buen ejemplo del uso de los colores saturados para luces y sombras
indistintamente lo encontramos en el cuadro La catedral de Ruan de Claude Monet al lado.
Este uso de los colores tendría influencia sobre las primeras vanguardias, especialmente
por el fovismo de Matisse o Gauguin.
Pincelada gestáltica[editar]
Claude Monet, Parlamento  de  Londres. Pinceladas lineales de colores puros dan lugar a una visión
unitaria de atmósfera y gradación de cálidos a fríos.

Seurat, La Parade. Los neoimpresionistas llevaron al extremo esta pincelada gestáltica, en este
caso en forma de puntos, dando lugar a un color y forma unitarios, movimiento denominado
divisionismo o más conocido como puntillismo.

Aunque la teoría gestáltica apareció más adelante, los pintores impresionistas mostraron


plásticamente lo que la psicología de la Gestalt vendría a
demostrar psicológica y científicamentemás adelante: perceptivamente, si se dan ciertas
condiciones, partes inconexas dan lugar a un todo unitario. El uso de
pequeñas pinceladas de colores puros resultó en un todo vibrante; y, aunque las
pinceladas aisladamente no obedecieran a la forma o al color local del modelo, en conjunto
—al ser percibidas global y unitariamente— adquirían la unidad necesaria para percibir un
todo definido. Este recurso fue llevado al máximo por los neoimpresionistas, también
conocidos como puntillistas como Seurat o Signac.
Forma[editar]
Auguste Renoir, La Balançoire. La plasmación de la luz sobre el cuerpo es más importante que la
descripción de su forma.

La descripción de la forma, relegada a segundo plano y dejada a manos del dibujante y no


del pintorqueda subordinada a la definición de las condiciones particulares de iluminación.
Por eso los artistas impresionistas buscarán condiciones pintorescas de iluminación como
retos a su genio, recurriendo a iluminaciones de interior por luz artificial —como Edgar
Degas y sus bailarinas—, la iluminación natural filtrada —como Auguste Renoir y la luz
pasando entre hojas de árboles— o la iluminación al aire libre con reflejos en el agua o
multitudes de gente como Claude Monet. La pintura pasa a ocuparse de aquello que le es
intrínseco: la luz y el color y en ningún caso a la descripción formal del volumen heredada
del clasicismo; Así las formas se diluyen, se mezclan o se separan de forma imprecisa
dependiendo de la luz a la que están sometidas, dando lugar a esa «impresión» que le da
nombre al movimiento.
Variantes en la estética impresionista[editar]
No todos los pintores del grupo fueron iguales y, ni mucho menos, fielmente ortodoxos con
respecto a la estética impresionista. Las sólidas estructuras de luz y sombra de Eduard
Manet fueron realizadas en su mayoría en interiores, después de muchos estudios
preliminares, y tienen la dicción formal del arte de estudio, no la frescura de la pintura al
aire libre. La atmósfera y el color local no eran, ni mucho menos, sus objetivos
primordiales, y cuando representaba lo que parece, a primera vista, un tema
«impresionista» era capaz de cargarlo con tantas ironías y contradicciones que llegaba a
empañar toda su inmediatez.
Dejando aparte a Berthe Morisot, el pintor del grupo que más se le aproxima es Edgar
Degas, con una pintura difícil de comprender por su aguda inteligencia, sus intrigantes
mezclas de categorías, sus influencias poco convencionales y, sobre todo, su tan traída y
tan llevada «frialdad», aquella fría y precisa objetividad que fue una de las máscaras de su
infatigable poder de deliberación estética.
De hecho, ningún pintor del grupo es tan puramente impresionista como Claude Monet. En
su obra el factor dominante es un claro esfuerzo por incorporar el nuevo modo de visión,
sobre todo el carácter de la luz, mientras que la composición de grandes masas y
superficies sirve únicamente para establecer cierta coherencia.
Por su parte, Renoir es el pintor que nos convence de que la estética del Impresionismo
fue, sobre todo, hedonista. El placer parece la cualidad más evidente de su obra, el placer
inmediato y ardiente que produce en él la pintura. Nunca se dejó agobiar por problemas de
estilo y llegó a decir que el objeto de un cuadro consiste simplemente en decorar una
pared y que por eso era importante que los colores fueran agradables por sí mismos.
Sin duda, Camille Pissarro fue el menos espectacular de los impresionistas porque es un
pintor más tonal que esencialmente colorista. Pero, decano del Impresionismo, tuvo un
importante papel como conciencia moral y guía artístico.
Y, por último, trabajando a veces con Renoir y a veces con Monet, estaba Alfred Sisley,
influido por ambos. Durante toda su vida siguió fielmente las directrices de los
impresionistas pero nunca llegó a abandonar «la caza del motivo» y siempre se dejó llevar
espontáneamente, con una facultad de comunicación directa, por
un Romanticismosubyacente y lleno de poesía.
Recordando siempre que la primera manifestación oficial del impresionismo fue la
exposición organizada en 1874 en el estudio del fotógrafo Nadar, al margen del Salón
oficial, por un grupo de pintores
(Bazille, Cézanne, Degas, Monet, Morisot, Pissarro, Renoir, Sisley), cuyas obras motivaron
el rechazo generalizado de la crítica y del público. Un cuadro de Monet, Impresión, sol
naciente, motivó la denominación «impresionismo», creada con intención peyorativa por el
crítico Leroy. Esta primera muestra fue el punto de llegada de un período de formación
iniciado unos quince años antes por un grupo de artistas de la Academia Suiza (Pissarro,
Cézanne, Guillaumin, Monet, Renoir, Sisley, Bazille), quienes, interesados en romper con
los planteamientos pictóricos tradicionales y a partir de las innovaciones de Corot y de los
paisajistas de la escuela de Barbizon, se centraron en la pintura al aire libre y buscaron el
plasmado cambiante de la luminosidad de los paisajes y de las figuras humanas. Durante
este período inicial fue fundamental la figura de Manet, quien, con La merienda campestre
y con Olimpia, se convirtió en el abanderado del antiacademicismo. Tras la primera
exposición, los impresionistas reunieron sus obras en siete ocasiones más (1876, 1877 —
que plasmó el momento de mayor cohesión del movimiento—, 1879, 1880, 1881, 1882 y
1886), a lo largo de las cuales dejaron de participar algunos de los artistas pioneros
(Cézanne, Monet, Renoir, Sisley) y se añadieron nuevos nombres (Cassatt, Gauguin,
Redon, Seurat, Signac). Las primeras publicaciones importantes sobre la nueva tendencia
fueron los artículos de Zola (en L'Évènement) y de Castagnary (en Le Siècle), La nouvelle
peinture (1876), de Duranti, y la Historia de los pintores impresionistas (1878), de Duret. El
impresionismo creó escuela también en otros países europeos; son de destacar
Zandomeneghi en Italia; en España, Regoyos, finales de 1915, Eugenio Hermoso, La
Juma, la Rifa y sus amigas, y 1920 por Sorolla, Claus en Bélgica, Grabar e Isaac
Levitán en Rusia, Steer y Sickert en Gran Bretaña y Sargent, Hassam y Twachtman en EE
UU.
Tenemos que recordar que también implicó a los músicos impresionistas, frente al
dramatismo de los románticos, trataron de aludir más que de afirmar y se expresaron más
por medio de la disociación armónica y del timbre y del color de los instrumentos que por
medio de la melodía. Sus máximos representantes fueron C. Debussy y M. Ravel, aunque
también estuvieron influenciados por esta técnica autores como P. Dukas, F. Delius, A.
Caplet, F. Schmitt o R. Vaughan Williams.

Algunos pintores impresionistas[editar]


 Frédéric Bazille
 Gustave Caillebotte
 Paul Cézanne (considerado impresionista, aunque más adelante dejará el grupo y
se anticipará al Cubismo)
 Edgar Degas
 Armand Guillaumin
 Édouard Manet (considerado el precursor por excelencia de la pintura
impresionista)
 Claude Monet (el más prolífico y quien más definió la estética del grupo)
 Camille Pissarro
 Pierre-Auguste Renoir
 Henri Rouart
 Alfred Sisley
Pintoras impresionistas[editar]

 Marie Rosalie Bonheur


 Marie Bracquemond
 Mary Cassatt
 Eva Gonzalès
 Catherine Madox Brown
 Berthe Morisot
 Marianne North

Cronología[editar]
Línea del tiempo de los impresionistas franceses

La pintura de la época impresionista en el resto de


Europa[editar]
Alemania[editar]
Los criterios que se utilizan para evaluar el fenómeno estilístico internacional, llamado
Impresionismo, es la proximidad o el alejamiento respecto a la pintura francesa de este
período. Esto es válido también para los países de habla germana. 6
Entre los precursores alemanes de la pintura al aire libre podemos mencionar: Karl
Blechen (1798-1840); Carl Gustav Carus (1789-1869); Johann Georg Dillis (1759-
1841); Wilhelm Leibl (1844-1900); Adolph von Menzel (1815-1905); Carl Schuch ( 1846-
1903); y, Johannes Sperl (1840-1905).
Muchos pintores impresionistas alemanes tuvieron estadías más o menos prolongadas en
París, que había desplazado a Roma como meca de la peregrinación. Este
desplazamiento fue fuertemente impulsado por el surgimiento de academias, escuelas
privadas de arte y por las exposiciones universales que se organizaron en París desde
1855.
Algunos pintores de la época, con sus obras más significativas son:

 Lovis Corinth (1858-1925); [1]
 El negro "Otelo", 1884, Óleo sobre lienzo 78 x 58,5 cm
 Autorretrato con esqueleto, 1896, Óleo sobre lienzo 66 x 86 cm [2]
 Desnudo acostado, 1899, Óleo sobre lienzo 75 x 120 cm
 Autorretrato con su mujer y copa de champán, 1902, Óleo sobre lienzo
98,5 x 108,5 cm [3]
 En el jardín de Max Halbe, 1899, Óleo sobre lienzo 75 x 100 cm
 Día del Emperador en Hamburgo, 1911, Óleo sobre tela 70 x 90,5 cm
 Retrato de Juluis Meier-Graefe, 1917, Óleo sobre lienzo 90 x 70 cm [4]
 Autorretrato con sombrero de paja, 1913, Óleo sobre lienzo 98 x 66 cm
 Pascua en el Walcheunsee, 1922, Óleo sobre lienzo 60,5 x 80 cm [5]
 Autorretrato con sombrero de paja, 1923, Óleo sobre cartón 68,5 x 84
cm [6]

 Ferdinand Hodler (1853 - 1918); [7]


 Manzano en flor, hacia 1890, Óleo sobre lienzo 26,5 x 40 cm
 Retrato de Louise Delphine Duchosal, 1885, Óleo sobre lienzo 55 x 46
cm [8]

 Leo von König (1871-1944); ver información en alemán


 Gotthard Kuehl (1850-1915); ver información en alemán
 Wilhelm Leibl (1844-1900); [9]

 Walter Leistikow (1865-1908);[10] ver información en alemán


 Puesta de sol en el Lago de Grunewald, 1898, Óleo sobre lienzo 167 x 252
cm [11]

 Max Liebermann (1874-1935); [12]
 Cervecería con jardín en Múnich, 1884, Óleo sobre lienzo. 95 x 69 cm
 Las desplumadoras de gansos, hacia 1870/71, Óleo sobre lienzo. 172 x
118 cm (considerado por los críticos berlineses como "ideal absoluto de la fealdad"
 Hora de recreo en el orfelinato de Ámsterdam, hacia 1881/82, Óleo sobre
lienzo. 78,5 x 107,5 cm
 Mujer con cabras, 1890, Óleo sobre lienzo. 127 x 172 cm
 Convento de Steven en Laiden, 1889, Óleo sobre lienzo. 78 x 100 cm
 Muchachos bañándese, 1898, Óleo sobre lienzo. 122 x 151 cm
 Jóvenes en la playa, 1900 [13]
 El merendero "De Oude Vinck" en Leiden, 1905, Óleo sobre lienzo. 71,7 x
88 cm
 El hombre de los papagayos, 1902, Óleo sobre lienzo. 102,3 x 72,3 cm [14]
 La avenida de los papagayos en el zoológico de Ámsterdam, 1902, Óleo
sobre lienzo. 88 x 72,5 cm [15]
 Escena de playa en Nordwijk, 1908, Óleo sobre lienzo. 663 x 80,5 cm
 Carrera de caballos en los Cascinem, 1909, Óleo sobre lienzo. 52,5 x 74
cm
 Autorretrato, 1911, Óleo sobre lienzo. 81 x 65 cm

 Adolf Friedrich Erdmann von Menzel (1815-1905);[16]


 Partida del Rey Guillermo I al ejercoto el 31 de julio de 1870, 1871, Óleo
sobre lienzo 63 x 78 cm

 Christian Rohlfs (1849-1938); [17]
 Bosque de abedules, 1907, Óleo sobre lienzo 117 x 75 cm [18]
 Max Slevogt (1868-1932); [19]
 Danza de la muerte, 1896, Óleo sobre lienzo 102 x 123 cm [20]
 El hombre de los papagayos, 1901, Óleo sobre lienzo 81,5 x 65,7 cm
 Vista hacia el Alster en Hamburgo, 1905, Óleo sobre lienzo 59 x 76 cm
 Jardín de flores en Neu-Cladow, 1912, Óleo sobre lienzo 66 x 83 cm
 El jardín de la villa de los Steinbart en Berlín, 1911, Óleo sobre lienzo 85,5
x 105,5 cm
 Retrato de la Sra. C., 1917, Óleo sobre lienzo. 71 x 52 cm

 Wilhelm Trübner (1851-1917); [21]
 El restaurante en la Isla de las Mujeres, 1891, Óleo sobre lienzo 48 x 65 cm
 Portal del convento de Neuburg cerca de Heidelberg, 1913, Óleo sobre
lienzo 62 x 80 cm

 Fritz von Uhde (1848-1911); [22]


 Hijos de pescadores en Zandvoort, 1882, Óleo sobre lienzo 60 x 80 cm.
Cuadros enraizados en la herencia del realismo.
 La hermana mayor, 1885, Óleo sobre cartón 48,5 x 33 cm
 Ejercicio de tambores (Tambores bávaros), 1883, Óleo sobre madera 72 x
95 cm. El pintor otorga gran importancia al carácter aleatorio de la composición,
que sin embargo concretizó después de numerosos dibujos previos y estudios. El
público tubo bastante dificultad, en apreciar esta obra, al mismo tiempo
monumental y casual.
 La marcha hacia Belén (Marcha dura), hacia 1890, Óleo sobre lienzo 117 x
126 cm.
 Dos hijas en el jardín, 1892, Óleo sobre lienzo 145,5 x 116,5 cm. Obra
mucho más impresionista, tanto desde el punto de vista de la temárica, como
desde el punto de vista del color.
 En el jardín (Las hijas del artista), 1906, Óleo sobre lienzo 70 x 100 cm

 Lesser Ury (1861-1931); [23]
 Walter Richard Sickert (1860-1942)

 Albert Weisgerber (1878-1915); [24]
 Paseo a caballo por el Jardín Inglés de Múnich, 1910, Óleo sobre lienzo 60
x 70,5 cm

 Heinrich von Zügel (1850-1941).


En general, el "hallazgo" de las nuevas tendencias de la pintura francesa, es reconocida
por los pintores alemanes, a partir de los años 90. Algunos autores consideran que estas
afirmaciones tienen por finalidad evitar que fuera puesta en duda la originalidad de la
propia pintura.
Bélgica[editar]
Con la proclamación del Reino de Bélgica en 1830, y a causa del creciente sentimiento
nacionalista, surgieron esfuerzos destinados a perfilar un arte belga independiente. El arte
belga, derivado de las tradiciones de los Países Bajos, y que con los pintores
flamencos Peter Paul Rubens (1577-1640) y Pieter Bruegel el Viejo (1525/30-1569) podían
enorgullecerse de una importante tradición pictórica propia, pero a mediados del siglo XIX,
se encontraba bajo una fuerte influencia de sus vecinos franceses. En los años sesenta y
comienzo de los setenta fue adquiriendo fuerza la admiración de la nueva pintura francesa,
especialmente de Courbet, Millet, Degas y Manet.7
Sin embargo el Impresionismo entró con vacilación y demora en la pintura belga. En esta
penetración tuvo un importante rol la llamada Escuela de Tervueren. En 1884 surgió el
grupo llamado Les XX (Los Veinte), del cual participaba, como fundador, uno de los
pintores más famosos de la época, Isidore Verheyden ( 1846-1905), quien se manifestaba
escéptico respecto a las últimas consecuencias del impresionismo, lo cual lo condujo más
tarde a abandonar el movimiento. Una de las discípulas más conocidas de Verheyden
fue Anna Boch ( 1848-1936) quien también pertenecía al “Les XX”, percibía con gran
lucidez la problemática y las tendencias del arte moderno. La pintora compró muy pronto
obras de Seurat y Gauguin, y adquirió la única pintura que Van Gogh logró vender en el
transcurso de su vida. El grupo de “Les XX” tuvo un rol fundamental en la entrada, la
difusión y el conocimiento de la pintura impresionista en Bélgica.
En el grupo de "Les XX" se encontraban, entre otros:

 Georges Lemmen (1854 - 1930) [25]


 Autorretrato - 1890 - Óleo sobre lienzo - 43 x 38 cm (estilo puntillista)
 Vista del Támesis - 1892 - Óleo sobre lienzo - 62 x 86,7 cm (estilo
divisionista)

Puesta de sol sobre la nieve - Guillaume Vogels

 Guillaume Vogels (1836 - 1896) [26]


 Alfred William Finch (1854 - 1930) [27]
 Los almiares de heno - 1889 - Óleo sobre lienzo - 32 x 50 cm (estilo
puntillista)
 Théo van Rysselberghe (1862 - 1926) van Rysselberghe
 Grandes nubes, fiordo de Christiania - 1893 - Óleo sobre lienzo - 50,8 x 63
cm (estilo divisionista)
 Retrato de Auguste Descamps, el tìo del pintor - 1894, 64 x 53 cm - (estilo
divisionista)
 Familia reunida en un huerto - 1890, 115,5 x 161,5 cm
 Fernand Khnopff (1858 - 1921) [28]
 Henry van de Velde (1863 - 1957) [29]
 Mujer en la ventana - 1889 - Óleo sobre lienzo - 111 x 125 cm (estilo
puntillista)
 Sillones en la playa en Blankenberge - 1888 - Óleo sobre lienzo - 71 x 100
cm (estilo puntillista)
Para varios pintores del grupo de "Los Veinte", la manera impresionista
y neoimpresionista no fue otra cosa sino una etapa de transición hacia las
corrientes simbolistas y expresionistas, fenómeno que se ha intentado atribuir a un
componente místico de la pintura flamenca.
España[editar]
Niño en las rocas, de Sorolla (1905).

El gallinero, de Regoyos (1912).

La pintura española aportó una fuerte contribución al impresionismo francés. La


entonación grisácea y terrosa predominante en algunas obras de Velázquez (1599-
1660), Murillo (1618-1682), Francisco de Zurbarán (1598-1664) y Francisco de
Goya (1746-1828), despertaron gran interés entre los impresionistas franceses,
especialmente en Manet, que manifestó una gran admiración por la "Edad dorada" de
la pintura española, y visitó España en 1865 una única vez, aunque su admiración por este
país es anterior a este viaje, y le llegó a través de un amigo de su padre, el crítico de
arte Charles Blanc.8
El impacto de la revolución del impresionismo en los pintores españoles no es algo muy
claro. Obviamente, se conocían las innovaciones técnicas y estéticas, pero su aplicación
no fue ni inmediata ni total. El uso de la pincelada suelta no tiene por qué ser una
influencia impresionista por sí, y estaba presente con anterioridad en la pintura española.
El plenairismo en la pintura de paisaje se venía empleando también. Los efectos luminosos
y cromáticos son las verdaderas novedades. No obstante, hay una genérica consideración
como "impresionistas" o "pre-impresionistas" de muchos pintores del último tercio del siglo
XIX. Muchos de ellos evolucionaron hacia el impresionismo a partir
del realismo (denominación también muy problemática). También se utiliza la etiqueta
"luminista" (no menos ambigua), especialmente para los pintores valencianos (luminismo
valenciano) de entre los que destacan Joaquín Sorolla o Teodoro Andreu. Otros nombres
que se suelen asociar al impresionismo español son Darío de Regoyos, Ignacio Pinazo,
o Aureliano Beruete. Avanzado el final del siglo, especialmente en Cataluña, cambian los
presupuestos estilísticos de la pintura de vanguardia, que se redefine
como modernismo (modernismo catalán, Santiago Rusiñol, Ramon Casas).
Véase también:

 Adolfo Guiard
 Anselmo Guinea Ugalde
 Luis Jiménez y Aranda, (1845 - 1928)
 Martín Rico, (1833-1908)
 Luis Gallardo, (1868-1937)
 Marceliano Santa María, (1866-1952)

  Wikimedia Commons alberga contenido multimedia sobre Impresionismo


español.
Estados Unidos[editar]
Artículo principal: Impresionismo americano

Véase también: Colonia artística de Old Lyme

Holanda[editar]
La pintura holandesa del siglo XVII tuvo una gran influencia en los pintores impresionistas
franceses de la Escuela de Barbizon, quienes encontraban en los paisajes de Salomon
van Ruysdael (1600 - 1670), por ejemplo, una concepción de la naturaleza moderna que
correspondía a sus propias aspiraciones. Los impresionistas franceses también
reconocieron esas cualidades y en la década de los sesenta, los pintores Frans Hals (1585
- 1666) y Jan Vermeer (1632 - 1675) despertaron profundo interés de aquellos artistas. En
la obra de Hals apreciaban especialmente la pincelada ancha y libre, mientras que en
Vermeer admiraban la virtuosa coloración. 9
Los pintores franceses de la época impresionista conocieron estos pintores, no solo a
través de los cuadros expuestos en el Museo del Louvre, sino que también a través de los
artículos del crítico de arte francés Théophile Thoré (1824 - 1869), y a través de
numerosos contactos personales. Monet, por ejemplo consideraba al holandés Johan
Barthold Jongkind (1819 - 1869) como su maestro más importante, junto a Boudin. En
Jongkind se pone de evidencia, en forma muy especial la acción reciproca que se dio entre
los pintores holandeses y franceses, que resultaron más tarde muy importantes para el
impresionismo.
En esta línea tuvo importancia, en las décadas de los setenta y ochenta, la
llamada Escuela de la Haya, de la cual participaron, entre otros:
 Floris Arntzenius (1864 - 1925);[30]  Matthijs Maris;[42]
 Adolph Artz [31]  Willem Maris (1844 - 1910); [43]
 Gerard Bilders [32]  Anton Mauve (1844 - 1910); [44]
 Johannes Warnardus Bilders (1811 -  Hendrik Willem Mesdag;[45]
1890); [33]  Taco Mesdag
 Bernard Blommers [34]  Sina Mesdag-van Houten [46]
 Hendrik Pieter Bremmer (1871 - 1956)  Albert Neuhuys [47]
(Divisionista)  Willem Roelofs (1822 - 1897); [48]
 Théophile de Bock [35]  Philip Sadée
 Johannes Bosboom [36]  Julius van de Sande Bakhuyzen [49]
 Paul Gabriël [37]  Willem Bastiaan Tholen
 Johannes Hubertus Leonardus de  Jan Theodorus Toorop (1858 -
Haas [38]
 Jacob Hendricus (1837 - 1899); 1928) [50] (Círculo Artístico de la Haya)
 Matthijs Hendricus (1837 - 1917);  Johannes Hendrik Weissenbruch (1824 -
 Gerrit van Houten [39] 1903).
 Jozef Israëls (1824 - 1911); [40]  Willem de Zwart [51]
 Jacob Maris [41]
Hungría[editar]
La autoestima de los húngaros resultó profundamente dañada a raíz del fracaso de su
sublevación contra los Habsburgo en 1848/49. El país, caracterizado por una producción
agropecuaria basada en el latifundio, se encontraba significativamente retrasado respecto
a los países de Europa Occidental. Este hecho ha influenciado también el desarrollo de las
artes en este período. Las principales motivaciones para los artistas húngaros de este
período se encontraban la representación de la propia historia nacional, y los festejos en
torno a las celebraciones del “milenio” de la conquista del país por parte de los jinetes
magiares, y el descubrimiento y valoración de las particularidades de la vida popular y de
las particularidades del paisaje.10
Mihály Munkácsy (1844 - 1900) contemporáneo de Monet y Liebermann, adquirió buena
reputación internacional en Düsseldorf y en París, donde permaneció entre 1872 y 1896.
Su fama se basó en su vigoroso realismo, pero manteniendo simultáneamente una eficaz
“pintura de salón”, utilizando una amplia gama de temas que fueron desde las escenas de
la alta sociedad y lujosas decoraciones hasta obras en torno a dramas sociales y las
cruentas luchas de liberación. La luz y el color, en las obras de Munkácsy no fueron
influenciadas por la pintura al aire libre, siendo que solamente sus estudios tenían esa
frescura e impulsiva espontaneidad.
László Páal (1846-1879), amigo de Munkácsy, vivió sus pocos años creativos en una
situación muy difícil en París y Fontainebleau. Después de estudiar en Múnich, fue quien
introdujo los principios de la Escuela de Barbizon en la pintura húngara.
Los principales pintores húngaros que se adhirieron al Impresionismo son:

 László Páal (1846-1879) [52]
 Camino en el bosque de Fontainebleau, 1876, Óleo sobre lienzo, 65 x 46
cm

Pradera con amapolas

 Pál Szinyei Merse (1845 - 1920) [53]


 Globo cautivo, 1878, Óleo sobre lienzo, 41,5 x 39 cm
 Fiesta de mayo o Desayuno al aire libre, 1873, Óleo sobre lienzo, 123 x
161,5 cm [54]
 Pradera con amapolas, 1896, Óleo sobre lienzo, 39 x 63,2 cm

 Károly Ferenczy (1862 - 1917) [55]


 Octubre de 1903, Óleo sobre lienzo, 126 x 107 cm
 Día de verano, 1906, Óleo sobre lienzo, 100 x 103,2 cm [56]

 József Rippl-Rónai (1861 - 1927)[57]


 Cuando se vive de los recuerdos, 1904, Óleo sobre cartón, 70,5 x 103 cm
 Dama en un vestido con pintas blancas, 1889, Óleo sobre lienzo, 187 x 75
cm
Italia[editar]
Artículo principal: Macchiaioli

El desarrollo que el impresionismo tuvo en Italia fue algo particular, gracias a la


experiencia de Federico Zandomeneghi y Giuseppe De Nittis, y de los Macchiaioli, más
próximos, sin embargo a la tradición del Cuatrocento del siglo XV.11
Se destacan en el período los pintores:

 Giovanni Boldini (1842 - 1931);[58]


 Retrato de Mlle Lantelme, 1907, Óleo sobre lienzo, 227 x 118 cm

 Giuseppe Abbati (1836 - 1868);[59]


 Paisaje de Castiglioncello, 1863, Óleo sobre madera, 10 x 30 cm

 Giovanni Fattori (1825 - 1908);[60]


 La rotonda de Palmieri 1866, Óleo sobre lienzo, 12 x 30 cm
 Almiar, después de 1872, Óleo sobre madera, 24 x 43 cm [61]

 Silvestro Lega (1826 - 1895);[62]


 Bajo la pérgola, 1868, Óleo sobre lienzo, 75 x 93,5 cm [63]
 Mazzini moribundo, 1873, Óleo sobre lienzo, 76 x 96,6 cm [64]
 La lectura, 1875, Óleo sobre lienzo, 38,5 x 22,5 cm

 Serafino de Tívoli (1826 - 1892);[65]


 Vincenzo Cabianca (1827 - 1902);[66]
 Adriano Cecioni (1836 - 1886);[67]
 Raffaelo Sernesi (1838 - 1866);
 Pratone alle Cascine, hacia 1860, Óleo sobre cartón 12 x 19,5 cm [68]

 Telemaco Signorini (1835 - 1901);[69]


 El suburbio Porta Adriana en Ravenna, 1875, Óleo sobre lienzo, 66 x 100
cm
 La sala de dementes de San Bonifacio, Florencia, hacia 1866/67, Óleo
sobre lienzo, 63 x 95 cm [70]
 Gugliermo Ciardi (1842 - 1917);
 Mies de oro, 1883, Óleo sobre lienzo, 132 x 275 cm

 Giuseppe De Nittis (1846 - 1884);[71]


 Victoria Embankment, Londres, 1875, Óleo sobre lienzo, 19 x 31 cm
 Desayuno en el jardín, hacia 1884, Óleo sobre lienzo, 81 x 117 cm [72]
 Federico Zandomeneghi (1841 - 1931);[73]
 Pescando en el Sena (El Sena) 1878, Óleo sobre madera, 16 x 29 cm
 Le Moulin de la Galette, 1878, Óleo sobre lienzo, 80 x 120 cm
 Plaza de Amberes en París, 1880, Óleo sobre lienzo, 100 x 135 cm
 Juegos en el Parque Monceau, Óleo sobre lienzo, 73 x 92 cm
 Señora en la pradera, 1895, Óleo sobre lienzo, 46 x 38 cm
 Retrato de una muchacha joven, hacia 1893 - 1895, Óleo sobre lienzo, 60,5
x 73,5 cm

 Gaetano Previati (1852 - 1920);[74]


 En la pradera, 1889/90, Óleo sobre lienzo, 62 x 56,5 cm

 Giovanni Batista Segantini (1858 - 1899);[75]


 Mediodía sobre los Alpes (Día de viento), 1891, Óleo sobre lienzo, 77,5 x
71,5 cm [76]
 El arado, 1890, Óleo sobre lienzo, 116 x 227 cm [77]

 Giacomo Balla (1871 - 1958);


 La novia de Villa Borghese, 1901, Óleo sobre lienzo, 60,5 x 90 cm

 Umberto Boccioni (1882 - 1916);[78]


 Retrato de la pintora Adriana Bisi-Fabbri, 1907, Óleo sobre lienzo, 52 x 95
cm

 Giuseppe Pellizza de Volpedo (1868 - 1907); [79]


 Ropa al sol, 1905, Óleo sobre lienzo, 87 x 131 cm

Positivismo

Henri de Saint-Simon.
Auguste Comte.

John Stuart Mill.

El positivismo es un pensamiento filosófico que afirma que el conocimiento auténtico es


el conocimiento científico y que tal conocimiento solamente puede surgir de
la afirmación de las hipótesis a través del método científico. El positivismo se deriva de
la epistemología que surge en Francia a inicios del siglo XIX de la mano del pensador
francés Saint-Simon, de Auguste Comte, y del británico John Stuart Mill y se extiende y
desarrolla por el resto de Europa en la segunda mitad del siglo XIX. Uno de sus principales
precursores en los siglos XVI y XVII fue el filósofo, político, abogado, escritor y canciller de
Inglaterra Francis Bacon.
Esta epistemología surge como manera de legitimar el estudio científico naturalista del ser
humano, tanto individual como colectivamente. Según distintas versiones, la necesidad de
estudiar científicamente al ser humano nace debido a la experiencia sin parangón que fue
la Revolución francesa, que obligó por primera vez a ver a la sociedad y
al individuo como objetos de estudio científico.

Índice
  [ocultar] 
 1Características
 2Reacción
 3Corrientes positivistas
 4Véase también
 5Referencias
o 5.1Bibliografía

Características[editar]
Estas corrientes tienen como características diferenciadoras la defensa de
un monismo metodológico (teoría que afirma que hay un solo método aplicable en todas
las ciencias). La explicación científica ha de tener la misma forma en cualquier ciencia si
se aspira a ser ciencia, específicamente el método de estudio de las ciencias físico-
naturales. A su vez, el objetivo del conocimiento para el positivismo es
explicar causalmente los fenómenos por medio de leyes generales y universales, lo que le
lleva a considerar a la razón como medio para otros fines (razón instrumental). La forma
que tiene de conocer es inductiva, despreciando la creación de teorías a partir de
principios que no han sido percibidos objetivamente. En metodología histórica, el
positivismo prima fundamentalmente las pruebas documentadas, minusvalorando las
interpretaciones generales, por lo que los trabajos de esta naturaleza suelen tener
excesiva acumulación documental y escasa síntesis interpretativa.
Auguste Comte formuló a mediados del siglo XIX la idea de la creación de
la sociología como ciencia que tiene a la sociedad como su objeto de estudio. La
sociología sería un conocimiento libre de todas las relaciones con la filosofía y basada en
datos empíricos en igual medida que las ciencias naturales Una de sus propuestas más
destacadas es la de la investigación empírica para la comprensión de los fenómenos
sociales, de la estructura y el cambio social (razón por la que se le considera padre de
la sociología como disciplina científica). Comte presenta a la historia humana en tres fases:

1. Fase teológica o mágica: corresponde a la infancia de la humanidad; en esta


época las personas dan explicaciones mágicas de los fenómenos naturales,
utilizan categorías antropológicas para comprender el mundo
y técnicas mágicas para dominarlo. También creen que ciertos fenómenos son
causados por seres sobrenaturales o dioses.
2. Fase metafísica o filosófica: en este estadio el hombre deja de creer en seres
sobrenaturales y ahora comienza a creer en ideas. Por lo que las explicaciones
son racionales, se busca el porqué de las cosas, y se sustituye a los dioses por
entidades abstractas y términos metafísicos.
3. Fase científica o positiva: es la definitiva. En esta etapa, según Comte la mente
humana renuncia a la búsqueda de ideas absolutas y en vez de esto, ahora se
dedica a estudiar las leyes de los fenómenos. El conocimiento se basa en la
observación y la experimentación, y se expresa con el recurso de la matemática.
Se busca el conocimiento de las Leyes de la Naturaleza para su dominio técnico.
Además afirma que no es posible alcanzar un conocimiento de realidades que estén más
allá de lo dado, de lo positivo, y niega que la filosofía pueda dar información acerca
del mundo: esta tarea corresponde exclusivamente a las ciencias.
Dentro de esta, desde la perspectiva de Leopold Von Ranke, se dice que el historiador es
imparcial, ya que es capaz de superar fobias, predilecciones o emociones.
De acuerdo al positivismo clásico: basta con reunir cierta cantidad de hechos
documentados para que surja la ciencia de la historia.
El positivismo asume la cuantificación para que los historiadores puedan estar seguros de
sus afirmaciones mediante la medición de los historiadores, aunque cuando ésta se
convierte en la única solución aparece el problema de negar la veracidad a todo lo que no
esté cuantificado.
Reacción[editar]
Artículo principal: Antipositivismo

Como reacción a la epistemología positivista, surge, principalmente en Alemania, la


epistemología hermenéutica. Entre las críticas que se le hacen al positivismo está la
incapacidad que posee el método de las ciencias físico-naturales para conocer sus objetos
de estudio (la sociedad, el hombre, la cultura), los cuales poseerían propiedades como
la intencionalidad, la auto-reflexividad y la creación de significado, que serían dejados de
lado por la epistemología positivista. A su vez, dentro de la hermenéutica, cabría una
crítica a la búsqueda de leyes generales y universales, pues deja de lado necesariamente
los elementos que no pueden ser generalizados. Así, algunos hermeneutas defienden un
conocimiento idiográfico (de conocimientos más precisos, pero menos generalizables), que
uno nomotético desde la hermenéutica, se planteó la necesidad de conocer las causas
internas de los fenómenos, cuestión que se alejaba de la explicación externa de estos. Así
en vez de buscar la explicación, los hermeneutas buscan la comprensión de los
fenómenos.
Durante el siglo XX, a partir de los estudios de Bertrand Russell y otros, el filósofo Ludwig
Wittgenstein elabora el texto Tractatus Logico-Philosophicus, que sirve de inspiración para
el surgimiento del Círculo de Viena, grupo de intelectuales que tuvo como objetivo el alejar
definitivamente a la ciencia de la metafísica, a partir del desarrollo de la lógicade Russell.
Esta propuesta plantea un método basado en la experimentación, observación y
recolección objetiva de datos a fin de buscar explicaciones a las causas que originan los
fenómenos.

Corrientes positivistas[editar]
Entre las corrientes positivistas se puede mencionar al positivismo ideológico,
al empiriocriticismo, al positivismo metodológico o conceptual al positivismo analítico,
al positivismo sociológico, al positivismo realista y al neopositivismo (empirismo lógico o
neopositivismo lógico). Los enfoques sociologistas en filosofía de la ciencia y
epistemología han sido tradicionalmente los principales críticos del positivismo, aunque
ambas posturas no son necesariamente contradictorias.
En el campo del Derecho el denominado positivismo jurídico o iuspositivismo, no tiene una
relación directa con el positivismo filosófico, sino con el concepto de Derecho positivo(la
consideración del Derecho como creación del ser humano).
En el campo de la psicología se puede mencionar al Conductismo o Psicología
conductista, como pioneros en la aplicación de la metodología científica al estudio de la
conducta humana. Actualmente en la Psicología conviven múltiples escuelas, muchas de
las cuales se basan en el positivismo para el estudio del ser humano. Entre dichas
escuelas o enfoques destaca el Cognitivo-Conductual. Cabe mencionar el avance
arrollador de la neurociencia, que toca problemas mentales que antes parecían
inescrutables.

Véase también[editar]
 Antipositivismo
 Cientificismo
 Fisicalismo
 Neopositivismo

Simbolismo
La muerte del sepulturero de Carlos Schwabe forma un compendio visual de los principales temas
del simbolismo. Muerte, ángeles, nieve y las dramáticas poses de los personajes.

El simbolismo fue uno de los movimientos literarios más importantes de finales del siglo


XIX, originado en Francia y en Bélgica. En un manifiesto literario publicado en 1886, Jean
Moréas definió este nuevo estilo como «enemigo de la enseñanza, la declamación, la falsa
sensibilidad y la descripción objetiva"». Para los simbolistas, el mundo es un misterio por
descifrar, y el poeta debe para ello trazar las correspondencias ocultas que unen los
objetos sensibles (por ejemplo, Rimbaud establece una correspondencia entre las vocales
y los colores en su soneto Vocales). Para ello es esencial el uso de la sinestesia.
El movimiento tiene sus orígenes en Las flores del mal, libro emblema de Charles
Baudelaire. El escritor Edgar Allan Poe, a quien Baudelaire apreciaba en gran medida,
influyó también decisivamente en el movimiento, proporcionándole la mayoría de imágenes
y figuras literarias que utilizaría. La estética del simbolismo fue desarrollada por Stéphane
Mallarmé y Paul Verlaine en la década de 1870. Para 1880, el movimiento había atraído
toda una generación de jóvenes escritores cansados de los movimientos realistas.

Índice
  [ocultar] 

 1Evolución
o 1.1Orígenes y precursores
o 1.2La llegada de los poetas malditos
 2Movimiento
o 2.1Definición y estilo
o 2.2El manifiesto simbolista
o 2.3Prosa y teatro simbolista
o 2.4Poetas más representativos
o 2.5Influencia en la literatura hispana
 3El simbolismo en otras artes
o 3.1La escultura simbolista
o 3.2Pintura simbolista
o 3.3Simbolismo pictórico
 3.3.1Los representantes
 3.3.2La escuela de Pont-Aven
 3.3.3Los nabis
 4Referencias
 5Enlaces externos

Evolución[editar]
Orígenes y precursores[editar]

Charles Baudelaire, precursor del simbolismo.

El simbolismo fue en sus comienzos una reacción literaria contra el naturalismo y


el realismo, movimientos anti-idealistas que exaltaban la realidad cotidiana y la ubicaban
por encima del ideal. Estos movimientos provocaron un fuerte rechazo en la juventud
parisina, llevándolos a exaltar la espiritualidad, la imaginación y los sueños.1 El primer
escritor en reaccionar fue el poeta francés Charles Baudelaire, hoy considerado padre de
la lírica moderna y punto de partida de movimientos como el Parnasianismo,
el Decadentismo, el modernismo y el simbolismo. Sus obras, entre las que destacan Las
flores del mal, Los pequeños poemas en prosa y Los paraísos artificiales, fueron tan
renovadoras que algunas de ellas fueron prohibidas por considerarse oscuras e inmorales,
al retratar sin tapujos el uso de drogas, la sexualidad y el satanismo. El primer movimiento
descendiente de esta ideología postromántica sería el parnasianismo.
Los simbolistas fueron separándose del parnasianismo porque no compartían la devoción
de este por el verso perfecto. El Simbolismo se inclinaba más bien hacia el hermetismo,
desarrollando un modelo de versificación más libre y desdeñando la claridad y objetividad
del parnasianismo. No obstante, varias características parnasianas fueron acogidas, como
su gusto por los juegos de palabras, la musicalidad en los versos y, más que nada, el lema
de Théophile Gautier del arte por el arte. Los movimientos quedaron completamente
separados cuando Arthur Rimbaud y otros poetas se mofaron del estilo perfeccionista
parnasiano, publicando varias parodias sobre el modo de escribir de sus más prominentes
figuras.2
La llegada de los poetas malditos[editar]
Otros dos precursores del simbolismo fueron los franceses Arthur Rimbaud y Paul
Verlaine. Estos dos poetas, que para esa época tenían una azarosa relación amorosa,
fueron decisivos para el arranque del movimiento. Rimbaud, que contaba con 17 años, fue
el más influyente, al buscar lo que llamó su alquimia del verbo en la cual trataba de
convertirse en vidente por medio del desarreglo de todos los sentidos. Con este pretexto
pasó a sumirse, junto a Verlaine, en toda una ola de excesos. Vagabundeaba día y noche
por las calles de París para luego presentarse en las reuniones literarias con la ropa sucia
o en estado etílico, hechos que rápidamente le dieron mala fama y el sobrenombre
de enfant terrible. Sus obras más representativas fueron Una temporada en el
infierno e Iluminaciones.
En cuanto a Verlaine, su libro de crítica literaria Los poetas malditos se convirtió en el más
influyente escrito dentro del Simbolismo hasta esa época, mostrando la verdadera esencia
del movimiento. En él se exponían ensayos sobre Tristan Corbière, Arthur
Rimbaud, Stéphane Mallarmé, Marceline Desbordes-Valmore, Villiers de L'Isle-Adam, y
"Pobre Lelian" (anagrama del propio Verlaine), poetas que Verlaine bautizó como malditos.
Verlaine expuso que dentro de su individual y única forma, el genio de cada uno de ellos
había sido también su maldición, alejándolos del resto de personas y llevándolos de esta
forma a abrazar el hermetismo y la idiosincrasia como formas de escritura. 3 También
fueron retratados como desiguales respecto a la sociedad, al llevar vidas trágicas y
entregarse con frecuencia a tendencias autodestructivas; todo esto como consecuencia de
sus dones literarios. El concepto de Verlaine del poeta maldito fue en parte tomado del
poema de Baudelaire llamado Bendición, que abre su libro Las flores del mal.4
Después de esto, Paul Verlaine pasó a convertirse en el líder
del decadentismo (movimiento literario hermano del Simbolismo) y Stéphane
Mallarmé (1842–1898) pasó a ser la figura más representativa del Simbolismo, en especial
después de publicar su libro Una tirada de dados jamás abolirá el azar, creando un
lenguaje hermético cercano al antiguo culteranismo español y a la sintaxis del inglés y
reuniendo semana a semana a decenas de seguidores del movimiento en su casa.

Movimiento[editar]

El pecado por Franz Stuck

Definición y estilo[editar]
La poesía simbolista busca vestir a la idea de una forma sensible, posee
intenciones metafísicas, además intenta utilizar el lenguaje literario como
instrumento cognoscitivo, por lo cual se encuentra impregnada de misterio y misticismo.
Fue considerado en su tiempo por algunos como el lado oscuro del Romanticismo. En
cuanto al estilo, basaban sus esfuerzos en encontrar una musicalidad perfecta en
sus rimas, dejando a un segundo plano la belleza del verso. Intentaban encontrar lo
que Charles Baudelaire denominó la teoría de las «correspondencias», las secretas
afinidades entre el mundo sensible y el mundo espiritual. Para ello utilizaban determinados
mecanismos estéticos, como la sinestesia.
El manifiesto simbolista[editar]
Los simbolistas creían que el arte debía apuntar a capturar las verdades más absolutas,
las cuales sólo podían ser obtenidas por métodos indirectos y ambiguos. De esta forma,
escribieron con un estilo altamente metafórico y sugestivo. El manifiesto simbolista,
publicado por Jean Moréas, definía al Simbolismo como enemigo de la enseñanza, la
declamación, la falsa sensibilidad, la descripción objetiva y señalaba que su objetivo no
está en sí mismo, sino en expresar el Ideal: 5 là des apparences sensibles destinées à
représenter leurs affinités ésotériques avec des Idées primordiales."
(En este arte, las escenas de la naturaleza, las acciones de los seres humanos y
todo el resto de fenómenos existentes no serán nombrados para expresarse a sí
mismos; serán más bien plataformas sensibles destinadas a mostrar sus
afinidades esotéricas con los Ideales primordiales. 6 )
Prosa y teatro simbolista[editar]
En contraste con la importancia que tuvo en la poesía, el Simbolismo tuvo una
repercusión menor en la narrativa y el teatro. Aun así aparecieron novelas como A
contrapelo, de Joris-Karl Huysmans, que exploraba diversos temas relacionados con la
estética simbolista. Esta novela, en la que casi no existe trama, expone los
gustos decadentes del recluso y rebelde conde Des Esseintes. Oscar Wilde imitó esta
novela en numerosos pasajes de su obra El retrato de Dorian Gray. Otra obra
importante en prosa simbolista es Cuentos crueles de Villiers de L'Isle-Adam.
En cuanto al teatro, el énfasis en la vida de ensueños y fantasías que promovían los
simbolistas hizo difícil su completa aceptación por parte de críticos y corrientes
contemporáneas. Sin embargo la obra Axël, también de Villiers de L'Isle-Adam, fue
definitivamente la obra teatral más influenciada por el Simbolismo. En la obra, después
de un conflicto inicial, un príncipe y una princesa se enamoran y pasan horas haciendo
maravillosos planes para el futuro. Pero luego, al aceptar que la vida jamás podría
cumplir dichas ilusiones y expectativas, ambos se suicidan. Otra obra teatral con gran
carga simbolista es la tragedia Salomé de Oscar Wilde.
Poetas más representativos[editar]

 Charles Baudelaire (1821-1867)
 Conde de Lautréamont (1846-[[1870≤])
 Stéphane Mallarmé (1842-1898)
 Jean Moréas (1856-1910)
 Germain Nouveau (1851-1920)
 Arthur Rimbaud (1854-1891)
Coin de table, retrato colectivo de los simbolistas. Paul Verlaine y Arthur
Rimbaud sentados a la izquierda por Henri Fantin-Latour

 Albert Samain (1858-1900)
 Paul Valéry (1871-1945)
 Paul Verlaine (1844-1896)
 Villiers de L'Isle-Adam (1838-1889)
Influencia en la literatura hispana[editar]
El simbolismo literario hispano, con algunos importantes antecedentes peninsulares
como Gustavo Adolfo Bécquer y Salvador Rueda, se subsumió en un movimiento más
general conocido como Modernismo, que empezó en Hispanoamérica.
Se encuentra Simbolismo ya en los cubanos Julián del Casal y José Martí, en el
colombiano José Asunción Silva, en el mexicano Manuel Gutiérrez Nájera y otros
autores posrománticos americanos como el argentino Leopoldo Lugones,el
uruguayo Julio Herrera y Reissig, Ricardo Jaimes Freyre, Amado Nervo, Salvador Díaz
Mirón, Guillermo Valencia, o el peruano, José María Eguren; el nicaragüense Rubén
Darío, gran introductor del Modernismo en España, lo asimiló y difundió.
En España lo cultivaron Antonio y Manuel Machado, Juan Ramón Jiménez, Francisco
Villaespesa y Ramón Pérez de Ayala entre los más importantes.

El simbolismo en otras artes[editar]


Paralelamente a la preocupación del impresionismo por la pintura al aire libre contra el
academicismo oficial y a los intentos de construcción científica de la pintura por el
llamado puntillismo, se desarrolla una nueva concepción sobre la función y objeto de la
pintura. Los simbolistas —cuyos precedentes se encuentran en William Blake, los
nazarenos y los prerrafaelitas— propugnan una pintura de contenido poético.
El movimiento simbolista reacciona contra los valores del materialismo y
del pragmatismo de la sociedad industrial, reivindicando la búsqueda interior y la
verdad universal y para ello se sirven de los sueños que gracias a Freud ya no
conciben únicamente como imágenes irreales, sino como un medio de expresión de la
realidad.
El Simbolismo no pudo desarrollarse mediante un estilo unitario; por eso, se hace muy
difícil definirlo de forma general. Es más bien un conglomerado de encuentros
pictóricos individuales.
Necesitó desde un principio de un idioma pictórico abstractivo. En consecuencia, los
pintores hicieron uso de un vocabulario de formas lineal y ornamental y de una
composición del cuadro antinaturalista. Son especialmente estos elementos
abstractivos y acentuados en la linealidad, así como las relaciones composicionales
inmanentes al cuadro, los que hacen del Simbolismo el precursor del tan
cercano Modernismo. En Gustave Moreau existe una visión particular sobre la belleza,
el amor y la muerte. Pierre Puvis de Chavannes parece perpetuar la claridad y el rigor
compositivo del clasicismo combinado con colores planos y claros. Sus obras parecen
vacías de movimiento y de luz. Odilon Redon encamina sus esfuerzos hacia la
representación de ideas, de tal manera que su obra se aproxima a lo que más tarde
será la estética surrealista.
El Simbolismo es una tendencia que supera nacionalidades, límites cronológicos y
estilos personales. Para complicar más la cuestión, el Simbolismo derivará en una
aplicación bella y cotidiana de honda raigambre en el arte europeo de fines del siglo
XIX y principios del XX: el Art Nouveau. El Simbolismo pretende restaurar significado
al arte, que había quedado desprovisto de éste con la revolución impresionista.
Mientras que otros neoimpresionistas se inclinan por ramas científicas o políticas, el
Simbolismo se decanta hacia una espiritualidad frecuentemente cercana a posiciones
religiosas y místicas. La fantasía, la intimidad, la subjetividad exaltada sustituyen la
pretenciosa objetividad de impresionistas y neo-impresionistas. Continúan con la
intención romántica de expresar a través del color, y no quedarse solamente en la
interpretación. Ahí encontramos el nexo de unión con el resto de neo-impresionistas,
puesto que las teorías del color local y los efectos derivados de las yuxtaposiciones de
primarios, complementarios, etc., les resultarán muy útiles a la hora de componer sus
imágenes, muy emotivas, como en la casi violenta visión de la pasión amorosa que
Klimt ofrece en su Dánae.
Los simbolistas encontraron un apoyo paralelo en los escritores: Charles
Baudelaire, Jean Moréas, en contra del naturalismo descarnado de Zola. En cuanto a
la escultura, Rodin fue el más cercano a sus planteamientos, y pese a todo,
íntimamente ligado a los presupuestos del gran escultor impresionista Edgar Degas.
Muy cercana a los planteamientos del Simbolismo, en cuyo seno se inscribe, se sitúa
la Escuela de Pont-Aven, una de las primeras en definirse como tal. Pont-Aven es una
pequeña localidad rural de la Bretaña francesa, a donde se dirigió en 1886 un grupo
de pintores neo-impresionistas. El primero de todos fue Émile Bernard, que trataba de
recuperar la integridad de lo rústico, de lo arcaico, en una región totalmente ajena a los
avances de la vida moderna. Bernard cultivó un estilo muy personal de colores planos,
perfectamente delimitados en contornos silueteados.
La escultura simbolista[editar]
El Simbolismo posee una estética académica, y se presta más a las realizaciones
escultóricas de vanguardia. Junto con Rodin destacan Aristide Maillol (1861–1944),
que es el gran maestro de la escultura simbolista. La noche, Isla de Francia, Flores en
la pradera, Venus, Flora, El río. También destacan Adolf von Hildebrand, Estatua
ecuestre del príncipe regente, Medardo Rosso, Niño enfermo, Cabeza de niño, Emile-
Antoine Bourdelle, Hércules arquero.
Pintura simbolista[editar]
En el ámbito de la pintura, el simbolismo encuentra exponentes como Gustave
Moreau (francés que nace en 1826 y muere en 1898). Sus pinturas más destacadas
son "Júpiter y Semele", "Europa y el toro" y "los unicornios". También está el
artista Odilon Redon, otro francés que nace en 1840 y fallece en 1915. Como obras
importantes, hay que destacar "El carro de Apolo", "Druida" y "viejo alado con larga
barba". Hay que destacar también a "Los Nabis", un grupo de tres artistas que
son Félix Valloton (suizo, 1865-1925) (obra: "La pelota"), Pierre Bonnard (francés,
1867-1947) (obra: "Mujeres en el jardín") y Edouard Vuillard (francés 1868-1940)
(obras: "Jardines públicos" y "Los dos escolares") y finalmente con Néstor Martín-
Fernández de la Torre desaparece el simbolismo tras su muerte, ya que él lo
representaba siempre en todas sus pinturas.
Simbolismo pictórico[editar]
Pictóricamente las características más relevantes son las siguientes:

 Color: a veces se utilizaban colores fuertes para resaltar el sentido onírico de lo


sobrenatural. Del mismo modo el uso de colores pasteles, por parte de algunos
artistas, junto con la difuminación del color, perseguía el mismo objetivo.

 Temática: Pervive un interés por lo subjetivo, lo irracional, al igual que en


el romanticismo. No se quedan en la mera apariencia física del objeto sino que a
través de él se llega a lo sobrenatural, lo cual va unido a un especial interés por la
religión. Los pintores y poetas ya no pretenden plasmar el mundo exterior sino el
de sus sueños y fantasías por medio de la alusión del símbolo. La pintura se
propone como medio de expresión del estado de ánimo, de las emociones y de las
ideas del individuo, a través del símbolo o de la idea.
Una de las novedades más importantes, a nivel temático, es el de la mujer fatal. Surge
la unión entre el Eros y el Thanatos y en ello subyace una nueva relación entre sexos.
A la pintura se la define con conceptos como ideista (de ideas), simbolista, sintética,
subjetiva y decorativa.

 Técnicas: Lo que une a los artistas es el deseo de crear una pintura no supeditada
a la realidad, en oposición al realismo, y en donde cada símbolo tiene una
concreción propia en la aportación subjetiva del espectador y del pintor. No hay
una lectura única, sino que cada obra puede remitir cosas distintas a cada
individuo. Su originalidad, pues, no estriba en la técnica, sino en el contenido.
Los simbolistas españoles estuvieron fuertemente influidos por el arte de los
precursores, entre los que destacan Gustave Moreau, Pierre Puvis de
Chavannes, Arnold Böcklin, Edward Burne-Jones y Robert Bresdin.
Muchos se decantaron solamente con el auténtico exponente del Simbolismo. Odilon
Redon, que cultivó un estilo de colores puros y una temática fantasiosa, buscaba una
síntesis entre el sueño y la vida. Sin embargo, ya se habían manifestado estas ideas
en el Gauguin de la Escuela de Pont-Aven y en sus seguidores.
Posteriormente, los Nabis, segunda generación simbolista, aspiraron a traducir estas
ideas en forma de vida y en activas reformas. Al contrario que el impresionismo,
escuela concreta y localizada básicamente en Francia, el Simbolismo fue un gran
movimiento que también se extendió a España. Se difundió a partir de 1890, y adoptó
diferentes interpretaciones. En Cataluña se destaca la obra de Juan Brull, Adrià Gual y
del Santiago Rusiñol de mediados de los años de 1890. En el seno del Simbolismo
tomó también cuerpo una tendencia que acentuaba ciertos trazos de sus figuraciones,
lo que desequilibraba la representación objetivista de las cosas en un sentido
fuertemente expresivo.
En Bélgica cabe señalar la obra de Jean Delville, Fernand Khnopff y Degouve de
Nuncques, en la línea del culto a lo misterioso. Esta tendencia, que tiene un precursor
claro en el belga Félicien Rops, está representada por Jan Toorop, una de las figuras
clave, junto a Klimt, del Simbolismo pictórico.
En Italia, por el contrario, el Simbolismo tuvo una fuerte base de minucioso realismo en
la obra de Gaetano Previati, Giovanni Segantini y Pellizza da Volpedo.
También en Alemania el arte simbolista se caracterizó por una técnica muy realista,
pero con una temática idealista; destaca aquí Ferdinand Hodler (Suizo).
En los países escandinavos se caracteriza por una visión austera y una acusada
expresión de la soledad, con artistas como V. Hammershoi, Harald
Sohlberg, Thorárinn B. Thorláksson y Magnus Enckell. La excepción sería el
fines Akseli Gallen-Kallela, inclinado hacia la mitología.
El simbolismo tuvo una marcada influencia en movimientos posteriores, como el Art
nouveau o el surrealismo.
Los representantes[editar]

 Gustave Moreau (1826–1898): gran dibujante y de gran virtuosismo técnico. Es un


narrador de sueños y extrañas visiones. Su fuente de inspiración principal es la
mitología.
 Gustav Klimt (1862–1918): sin duda uno de los más importantes representantes
del Simbolismo, de cuyas obras se podrían destacar El beso, El friso de
Beethoven, Palas Atenea, Judith I, Las tres edades de la mujer, Nuda
Veritas y Dánae. La mayoría de sus cuadros están cargados de un sentido lírico-
decorativo y retratan a mujeres fatales, jóvenes, pelirrojas y sensuales.
 Odilon Redon (1840–1916) es el más puro de los simbolistas. Representa lo
mágico, lo visionario y lo fabuloso. El sueño, La Esfinge, El nacimiento de
Venus, Las flores del mal, Mujer y flores.
 Pierre Puvis Chavannes (1824–1898) es el más idealista del grupo. Utiliza tintas
planas, subordinadas a un buen dibujo. El pobre pescador, Bosque
sagrado, Musas inspiradoras.
 Carlos Schwabe es un pintor de gran imaginación para plasmar imágenes oníricas.
Es precursor del modernismo. Spleen e ideal, La boda del poeta y la musa.
 Leon Spilliaert: La travesía.
 Edward Robert Hughes: Un idilio de sueño.
 Herbert James Draper: Lamento de Ícaro.
 Franz von Stuck: El pecado.
 Karl Wilhelm Diefenbach (1851–1913): Un simbolista que encontró el lugar perfecto
de su utopía en Capri.
 Néstor Martín-Fernández de la Torre: Considerado el último simbolista, con él
murió el simbolismo.
La escuela de Pont-Aven[editar]
Artículo principal: Escuela de Pont-Aven

Desde 1873 la villa de Pont-Aven es frecuentada por los alumnos de la Escuela de


Bellas Artes de París. En 1886 llega Gauguín y en 1888 se instala un grupo de
pintores dispuestos a seguir sus enseñanzas al margen de la Academia. Participan en
la exposición del Café Volpini en 1889. Ese mismo año, Gauguín marcha para Tahití y
el grupo se desvanece.
Sus obras se caracterizan por el uso libre del color —pueden pintar la hierba roja si así
lo sienten—, que se aplica en grandes manchas y con tintas planas. Utilizan
el cloisonismo. El resultado es una obra altamente decorativa. En esta forma de pintar
ha influido mucho el conocimiento del arte primitivo y las estampas japonesas. Existe
una voluntad de sintetizar las formas. Son una síntesis entre el estilo impresionista y el
simbolista por lo que pueden ser considerados simbolistas, por su espíritu.
Entre los pintores más destacados de Pont-Aven están Emile Bernard: Bretones
bailando en la pradera, Charles Laval: Autorretrato, Meijer de Haan: Bretonas tejiendo
cáñamo, Paul Sérusier: Naturaleza muerta con escalera, Claude-Emile
Schuffenecker: Los acantilados de Concarneau, Cuno Amiet, Louis Anquetin y Roderic
O’Connor.
Los nabis[editar]
Artículo principal: Nabis (artistas)

Los nabis son seguidores de las ideas estéticas de la escuela de Pont-Aven, pero no
pertenecen a la Academia, o son desertores. Nabis significa profetas, en hebreo.
Intentaron que el Impresionismo se acercase al Simbolismo, por lo que se les puede
considerar simbolistas. Su concepción estética es fundamentalmente decorativa, por lo
que lo que se plasma en el cuadro es un juego de sensaciones, más que una
construcción intelectual.
Utilizan colores planos, con un gran sentido estético. Tienen una libertad absoluta a la
hora de utilizar el color y las composiciones. Usaron todo tipo de materiales en sus
cuadros, pintura, cola, cartón, etc., para diferenciar texturas, pero sin llegar al collage.
Proyectaron vidrieras y usaron litografías y grabados para expresarse.
Decoraron teatros, portadas de libros, revistas y cualquier cosa que les solicitasen,
trabajando por encargo. Esto implicó, por un lado que sus obras fuesen ampliamente
conocidas y por otro que no fuesen únicas, sino que se imprimían y repetían, dando a
la obra de arte una nueva dimensión. La obra de arte deja de ser única, a pesar de ello
no crearon escuela.
Entre los nabis destacan pintores como Pierre Bonnard: Retrato de Nathanson y la
señora Bonnard, Edouard Vuillard: Autorretrato, Maurice Denis: Paisaje con árboles
verdes, Félix Vallotton: La lectora, Ker Xavier Roussel: Montones junto al mar, Henri-
Gabriel Ibels, y Paul Ranson. También pueden considerarse nabís los tres grandes
simbolistas, Gustave Moreau, Odilon Redon y Chavannes.

También podría gustarte