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Claude Monet, Impresión: soleil levant, 1872-1873 (París, Museo Marmottan Monet). Cuadro al que
debe su nombre el movimiento.
Índice
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1Precedentes
o 1.1Paisajistas ingleses
o 1.2Édouard Manet
o 1.3Corot y la escuela de Barbizon
2Historia
o 2.1Inicios
o 2.2Florecimiento y primera exposición
o 2.3La difusión
3Técnica y estética impresionista
o 3.1Colores puros
o 3.2Pincelada gestáltica
o 3.3Forma
o 3.4Variantes en la estética impresionista
4Algunos pintores impresionistas
o 4.1Pintoras impresionistas
5Cronología
6La pintura de la época impresionista en el resto de Europa
o 6.1Alemania
o 6.2Bélgica
o 6.3España
o 6.4Estados Unidos
o 6.5Holanda
o 6.6Hungría
o 6.7Italia
7Galería de imágenes
8Véase también
9Referencias
10Bibliografía
11Enlaces externos
Precedentes[editar]
Paisajistas ingleses[editar]
En la primera mitad del siglo XIX, en pleno romanticismo, Joseph Mallord William
Turner y John Constable —pintores paisajistas ingleses— sentarían las bases sobre las
que más adelante trabajarían los impresionistas.[cita requerida]
De Turner los impresionistas tomarían su gusto por la fugacidad, sus superficies borrosas
y vaporosas y el difuminado y mezcla de amarillos y rojos intensos. Así como la
descripción de un momento visual más allá de la descripción formal, en el que la luz y los
colores dan lugar a una «impresión» más poderosa. El máximo exponente de estas
características lo encontramos en Lluvia, vapor y velocidad (1844) National Gallery de
Londres, un cuadro preimpresionista. [cita requerida] Los impresionistas eliminarán el
componente sublime de la obra de Turner, propio de la pintura romántica.
Édouard Manet[editar]
Édouard Manet, Le Déjeuner sur l'Herbe (1863). Museo de Orsay.
Un autor clave entre los precursores del movimiento impresionista es Édouard Manet. Dos
de sus obras son esenciales en la comprensión de su influencia sobre el grupo.
En su Almuerzo sobre la hierba Manet presenta un bodegón. Pese a que las figuras
representadas son humanas, el autor trabaja el cuadro como si fuera una naturaleza
muerta. Esto se evidencia por la ausencia de conexión de unos personajes con otros, tres
personajes van vestidos mientras que el cuarto está desnudo; las miradas nunca se
encuentran aunque haya un personaje hablando y la disposición en primer (cesta y
comida), segundo (grupo) y tercer término (mujer en el agua) es meramente compositiva.
Este trabajo influenciará a los impresionistas en la desatención del modelo y de la
narración.
Por otra parte El bar del Folies-Bergère evidenciará el deseo de tratar los fenómenos
lumínicos al introducir un espejo al fondo que refleja toda la profundidad de la sala y las
grandes lámparas de araña, iluminación artificial que crea una luz difusa y menos directa y,
por tanto, más difícil de pintar, recordándonos a las escenas festivas de Renoir.
Corot y la escuela de Barbizon[editar]
Camille Corot, Autorretrato
Los impresionistas habían tenido un precedente en Camille Corot y en la Escuela de
Barbizon. Corot tuvo un importante papel en la formulación del Impresionismo, porque
renunció a muchos de los recursos formales renacentistas prefiriendo concentrar su
atención en espacios más planos, más sencillos y en superficies más luminosas. Y,
aunque a diferencia de los impresionistas nunca llegó a fragmentar la luz en sus
componentes cromáticos y siempre organizó y simplificó sus formas para conseguir una
cierta composición clásica, también usó con frecuencia una elevada clave tonal así como,
en términos generales, un frescor y una espontaneidad nuevos en el Salón oficial.
Historia[editar]
Inicios[editar]
Colores puros[editar]
La segunda mitad del siglo XIX presenció importantes
evoluciones científicas y técnicas que permitieron la creación de nuevos pigmentoscon los
que los pintores darían nuevos colores a su pintura, generalmente al óleo. Los pintores
consiguieron una pureza y saturación del color hasta entonces impensables, en ocasiones,
con productos no naturales. A partir del uso de colores puros o saturados, los artistas
dieron lugar a la ley del contraste cromático, es decir: «todo color es relativo a los colores
que le rodean», y la ley de colores complementarios enriqueciendo el uso de colores puros
bajo contrastes, generalmente de fríos y cálidos. Las sombras pasaron de estar
compuestas por colores oscuros a estar compuestas por colores complementarios que, a
la vez, creaban ilusión de profundidad. La característica principal es el uso de
complementarios, de la luz a la sombra y en un mismo valor, esto se denomina modulado
del color. Podemos decir que, rompiendo con la dinámica clásica del claroscuro, donde el
contraste se da por valor, esto se denomina modelado del color; el contraste entre claridad
y oscuridad es la que generan la ilusión de profundidad. Asimismo enriquecieron el
lenguaje plástico separando los recursos propios del dibujo y aplicando únicamente los
recursos propios de la pintura: es decir, el color. Para definir la forma, su riqueza de color
les permitió afinar el volumen mediante más matices lumínicos, creando luces dentro de
las zonas de sombra y sombras dentro de las zonas iluminadas recurriendo únicamente al
uso del color. Un buen ejemplo del uso de los colores saturados para luces y sombras
indistintamente lo encontramos en el cuadro La catedral de Ruan de Claude Monet al lado.
Este uso de los colores tendría influencia sobre las primeras vanguardias, especialmente
por el fovismo de Matisse o Gauguin.
Pincelada gestáltica[editar]
Claude Monet, Parlamento de Londres. Pinceladas lineales de colores puros dan lugar a una visión
unitaria de atmósfera y gradación de cálidos a fríos.
Seurat, La Parade. Los neoimpresionistas llevaron al extremo esta pincelada gestáltica, en este
caso en forma de puntos, dando lugar a un color y forma unitarios, movimiento denominado
divisionismo o más conocido como puntillismo.
Cronología[editar]
Línea del tiempo de los impresionistas franceses
Lovis Corinth (1858-1925); [1]
El negro "Otelo", 1884, Óleo sobre lienzo 78 x 58,5 cm
Autorretrato con esqueleto, 1896, Óleo sobre lienzo 66 x 86 cm [2]
Desnudo acostado, 1899, Óleo sobre lienzo 75 x 120 cm
Autorretrato con su mujer y copa de champán, 1902, Óleo sobre lienzo
98,5 x 108,5 cm [3]
En el jardín de Max Halbe, 1899, Óleo sobre lienzo 75 x 100 cm
Día del Emperador en Hamburgo, 1911, Óleo sobre tela 70 x 90,5 cm
Retrato de Juluis Meier-Graefe, 1917, Óleo sobre lienzo 90 x 70 cm [4]
Autorretrato con sombrero de paja, 1913, Óleo sobre lienzo 98 x 66 cm
Pascua en el Walcheunsee, 1922, Óleo sobre lienzo 60,5 x 80 cm [5]
Autorretrato con sombrero de paja, 1923, Óleo sobre cartón 68,5 x 84
cm [6]
Max Liebermann (1874-1935); [12]
Cervecería con jardín en Múnich, 1884, Óleo sobre lienzo. 95 x 69 cm
Las desplumadoras de gansos, hacia 1870/71, Óleo sobre lienzo. 172 x
118 cm (considerado por los críticos berlineses como "ideal absoluto de la fealdad"
Hora de recreo en el orfelinato de Ámsterdam, hacia 1881/82, Óleo sobre
lienzo. 78,5 x 107,5 cm
Mujer con cabras, 1890, Óleo sobre lienzo. 127 x 172 cm
Convento de Steven en Laiden, 1889, Óleo sobre lienzo. 78 x 100 cm
Muchachos bañándese, 1898, Óleo sobre lienzo. 122 x 151 cm
Jóvenes en la playa, 1900 [13]
El merendero "De Oude Vinck" en Leiden, 1905, Óleo sobre lienzo. 71,7 x
88 cm
El hombre de los papagayos, 1902, Óleo sobre lienzo. 102,3 x 72,3 cm [14]
La avenida de los papagayos en el zoológico de Ámsterdam, 1902, Óleo
sobre lienzo. 88 x 72,5 cm [15]
Escena de playa en Nordwijk, 1908, Óleo sobre lienzo. 663 x 80,5 cm
Carrera de caballos en los Cascinem, 1909, Óleo sobre lienzo. 52,5 x 74
cm
Autorretrato, 1911, Óleo sobre lienzo. 81 x 65 cm
Christian Rohlfs (1849-1938); [17]
Bosque de abedules, 1907, Óleo sobre lienzo 117 x 75 cm [18]
Max Slevogt (1868-1932); [19]
Danza de la muerte, 1896, Óleo sobre lienzo 102 x 123 cm [20]
El hombre de los papagayos, 1901, Óleo sobre lienzo 81,5 x 65,7 cm
Vista hacia el Alster en Hamburgo, 1905, Óleo sobre lienzo 59 x 76 cm
Jardín de flores en Neu-Cladow, 1912, Óleo sobre lienzo 66 x 83 cm
El jardín de la villa de los Steinbart en Berlín, 1911, Óleo sobre lienzo 85,5
x 105,5 cm
Retrato de la Sra. C., 1917, Óleo sobre lienzo. 71 x 52 cm
Wilhelm Trübner (1851-1917); [21]
El restaurante en la Isla de las Mujeres, 1891, Óleo sobre lienzo 48 x 65 cm
Portal del convento de Neuburg cerca de Heidelberg, 1913, Óleo sobre
lienzo 62 x 80 cm
Lesser Ury (1861-1931); [23]
Walter Richard Sickert (1860-1942)
Albert Weisgerber (1878-1915); [24]
Paseo a caballo por el Jardín Inglés de Múnich, 1910, Óleo sobre lienzo 60
x 70,5 cm
Adolfo Guiard
Anselmo Guinea Ugalde
Luis Jiménez y Aranda, (1845 - 1928)
Martín Rico, (1833-1908)
Luis Gallardo, (1868-1937)
Marceliano Santa María, (1866-1952)
Holanda[editar]
La pintura holandesa del siglo XVII tuvo una gran influencia en los pintores impresionistas
franceses de la Escuela de Barbizon, quienes encontraban en los paisajes de Salomon
van Ruysdael (1600 - 1670), por ejemplo, una concepción de la naturaleza moderna que
correspondía a sus propias aspiraciones. Los impresionistas franceses también
reconocieron esas cualidades y en la década de los sesenta, los pintores Frans Hals (1585
- 1666) y Jan Vermeer (1632 - 1675) despertaron profundo interés de aquellos artistas. En
la obra de Hals apreciaban especialmente la pincelada ancha y libre, mientras que en
Vermeer admiraban la virtuosa coloración. 9
Los pintores franceses de la época impresionista conocieron estos pintores, no solo a
través de los cuadros expuestos en el Museo del Louvre, sino que también a través de los
artículos del crítico de arte francés Théophile Thoré (1824 - 1869), y a través de
numerosos contactos personales. Monet, por ejemplo consideraba al holandés Johan
Barthold Jongkind (1819 - 1869) como su maestro más importante, junto a Boudin. En
Jongkind se pone de evidencia, en forma muy especial la acción reciproca que se dio entre
los pintores holandeses y franceses, que resultaron más tarde muy importantes para el
impresionismo.
En esta línea tuvo importancia, en las décadas de los setenta y ochenta, la
llamada Escuela de la Haya, de la cual participaron, entre otros:
Floris Arntzenius (1864 - 1925);[30] Matthijs Maris;[42]
Adolph Artz [31] Willem Maris (1844 - 1910); [43]
Gerard Bilders [32] Anton Mauve (1844 - 1910); [44]
Johannes Warnardus Bilders (1811 - Hendrik Willem Mesdag;[45]
1890); [33] Taco Mesdag
Bernard Blommers [34] Sina Mesdag-van Houten [46]
Hendrik Pieter Bremmer (1871 - 1956) Albert Neuhuys [47]
(Divisionista) Willem Roelofs (1822 - 1897); [48]
Théophile de Bock [35] Philip Sadée
Johannes Bosboom [36] Julius van de Sande Bakhuyzen [49]
Paul Gabriël [37] Willem Bastiaan Tholen
Johannes Hubertus Leonardus de Jan Theodorus Toorop (1858 -
Haas [38]
Jacob Hendricus (1837 - 1899); 1928) [50] (Círculo Artístico de la Haya)
Matthijs Hendricus (1837 - 1917); Johannes Hendrik Weissenbruch (1824 -
Gerrit van Houten [39] 1903).
Jozef Israëls (1824 - 1911); [40] Willem de Zwart [51]
Jacob Maris [41]
Hungría[editar]
La autoestima de los húngaros resultó profundamente dañada a raíz del fracaso de su
sublevación contra los Habsburgo en 1848/49. El país, caracterizado por una producción
agropecuaria basada en el latifundio, se encontraba significativamente retrasado respecto
a los países de Europa Occidental. Este hecho ha influenciado también el desarrollo de las
artes en este período. Las principales motivaciones para los artistas húngaros de este
período se encontraban la representación de la propia historia nacional, y los festejos en
torno a las celebraciones del “milenio” de la conquista del país por parte de los jinetes
magiares, y el descubrimiento y valoración de las particularidades de la vida popular y de
las particularidades del paisaje.10
Mihály Munkácsy (1844 - 1900) contemporáneo de Monet y Liebermann, adquirió buena
reputación internacional en Düsseldorf y en París, donde permaneció entre 1872 y 1896.
Su fama se basó en su vigoroso realismo, pero manteniendo simultáneamente una eficaz
“pintura de salón”, utilizando una amplia gama de temas que fueron desde las escenas de
la alta sociedad y lujosas decoraciones hasta obras en torno a dramas sociales y las
cruentas luchas de liberación. La luz y el color, en las obras de Munkácsy no fueron
influenciadas por la pintura al aire libre, siendo que solamente sus estudios tenían esa
frescura e impulsiva espontaneidad.
László Páal (1846-1879), amigo de Munkácsy, vivió sus pocos años creativos en una
situación muy difícil en París y Fontainebleau. Después de estudiar en Múnich, fue quien
introdujo los principios de la Escuela de Barbizon en la pintura húngara.
Los principales pintores húngaros que se adhirieron al Impresionismo son:
László Páal (1846-1879) [52]
Camino en el bosque de Fontainebleau, 1876, Óleo sobre lienzo, 65 x 46
cm
Positivismo
Henri de Saint-Simon.
Auguste Comte.
Índice
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1Características
2Reacción
3Corrientes positivistas
4Véase también
5Referencias
o 5.1Bibliografía
Características[editar]
Estas corrientes tienen como características diferenciadoras la defensa de
un monismo metodológico (teoría que afirma que hay un solo método aplicable en todas
las ciencias). La explicación científica ha de tener la misma forma en cualquier ciencia si
se aspira a ser ciencia, específicamente el método de estudio de las ciencias físico-
naturales. A su vez, el objetivo del conocimiento para el positivismo es
explicar causalmente los fenómenos por medio de leyes generales y universales, lo que le
lleva a considerar a la razón como medio para otros fines (razón instrumental). La forma
que tiene de conocer es inductiva, despreciando la creación de teorías a partir de
principios que no han sido percibidos objetivamente. En metodología histórica, el
positivismo prima fundamentalmente las pruebas documentadas, minusvalorando las
interpretaciones generales, por lo que los trabajos de esta naturaleza suelen tener
excesiva acumulación documental y escasa síntesis interpretativa.
Auguste Comte formuló a mediados del siglo XIX la idea de la creación de
la sociología como ciencia que tiene a la sociedad como su objeto de estudio. La
sociología sería un conocimiento libre de todas las relaciones con la filosofía y basada en
datos empíricos en igual medida que las ciencias naturales Una de sus propuestas más
destacadas es la de la investigación empírica para la comprensión de los fenómenos
sociales, de la estructura y el cambio social (razón por la que se le considera padre de
la sociología como disciplina científica). Comte presenta a la historia humana en tres fases:
Corrientes positivistas[editar]
Entre las corrientes positivistas se puede mencionar al positivismo ideológico,
al empiriocriticismo, al positivismo metodológico o conceptual al positivismo analítico,
al positivismo sociológico, al positivismo realista y al neopositivismo (empirismo lógico o
neopositivismo lógico). Los enfoques sociologistas en filosofía de la ciencia y
epistemología han sido tradicionalmente los principales críticos del positivismo, aunque
ambas posturas no son necesariamente contradictorias.
En el campo del Derecho el denominado positivismo jurídico o iuspositivismo, no tiene una
relación directa con el positivismo filosófico, sino con el concepto de Derecho positivo(la
consideración del Derecho como creación del ser humano).
En el campo de la psicología se puede mencionar al Conductismo o Psicología
conductista, como pioneros en la aplicación de la metodología científica al estudio de la
conducta humana. Actualmente en la Psicología conviven múltiples escuelas, muchas de
las cuales se basan en el positivismo para el estudio del ser humano. Entre dichas
escuelas o enfoques destaca el Cognitivo-Conductual. Cabe mencionar el avance
arrollador de la neurociencia, que toca problemas mentales que antes parecían
inescrutables.
Véase también[editar]
Antipositivismo
Cientificismo
Fisicalismo
Neopositivismo
Simbolismo
La muerte del sepulturero de Carlos Schwabe forma un compendio visual de los principales temas
del simbolismo. Muerte, ángeles, nieve y las dramáticas poses de los personajes.
Índice
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1Evolución
o 1.1Orígenes y precursores
o 1.2La llegada de los poetas malditos
2Movimiento
o 2.1Definición y estilo
o 2.2El manifiesto simbolista
o 2.3Prosa y teatro simbolista
o 2.4Poetas más representativos
o 2.5Influencia en la literatura hispana
3El simbolismo en otras artes
o 3.1La escultura simbolista
o 3.2Pintura simbolista
o 3.3Simbolismo pictórico
3.3.1Los representantes
3.3.2La escuela de Pont-Aven
3.3.3Los nabis
4Referencias
5Enlaces externos
Evolución[editar]
Orígenes y precursores[editar]
Movimiento[editar]
El pecado por Franz Stuck
Definición y estilo[editar]
La poesía simbolista busca vestir a la idea de una forma sensible, posee
intenciones metafísicas, además intenta utilizar el lenguaje literario como
instrumento cognoscitivo, por lo cual se encuentra impregnada de misterio y misticismo.
Fue considerado en su tiempo por algunos como el lado oscuro del Romanticismo. En
cuanto al estilo, basaban sus esfuerzos en encontrar una musicalidad perfecta en
sus rimas, dejando a un segundo plano la belleza del verso. Intentaban encontrar lo
que Charles Baudelaire denominó la teoría de las «correspondencias», las secretas
afinidades entre el mundo sensible y el mundo espiritual. Para ello utilizaban determinados
mecanismos estéticos, como la sinestesia.
El manifiesto simbolista[editar]
Los simbolistas creían que el arte debía apuntar a capturar las verdades más absolutas,
las cuales sólo podían ser obtenidas por métodos indirectos y ambiguos. De esta forma,
escribieron con un estilo altamente metafórico y sugestivo. El manifiesto simbolista,
publicado por Jean Moréas, definía al Simbolismo como enemigo de la enseñanza, la
declamación, la falsa sensibilidad, la descripción objetiva y señalaba que su objetivo no
está en sí mismo, sino en expresar el Ideal: 5 là des apparences sensibles destinées à
représenter leurs affinités ésotériques avec des Idées primordiales."
(En este arte, las escenas de la naturaleza, las acciones de los seres humanos y
todo el resto de fenómenos existentes no serán nombrados para expresarse a sí
mismos; serán más bien plataformas sensibles destinadas a mostrar sus
afinidades esotéricas con los Ideales primordiales. 6 )
Prosa y teatro simbolista[editar]
En contraste con la importancia que tuvo en la poesía, el Simbolismo tuvo una
repercusión menor en la narrativa y el teatro. Aun así aparecieron novelas como A
contrapelo, de Joris-Karl Huysmans, que exploraba diversos temas relacionados con la
estética simbolista. Esta novela, en la que casi no existe trama, expone los
gustos decadentes del recluso y rebelde conde Des Esseintes. Oscar Wilde imitó esta
novela en numerosos pasajes de su obra El retrato de Dorian Gray. Otra obra
importante en prosa simbolista es Cuentos crueles de Villiers de L'Isle-Adam.
En cuanto al teatro, el énfasis en la vida de ensueños y fantasías que promovían los
simbolistas hizo difícil su completa aceptación por parte de críticos y corrientes
contemporáneas. Sin embargo la obra Axël, también de Villiers de L'Isle-Adam, fue
definitivamente la obra teatral más influenciada por el Simbolismo. En la obra, después
de un conflicto inicial, un príncipe y una princesa se enamoran y pasan horas haciendo
maravillosos planes para el futuro. Pero luego, al aceptar que la vida jamás podría
cumplir dichas ilusiones y expectativas, ambos se suicidan. Otra obra teatral con gran
carga simbolista es la tragedia Salomé de Oscar Wilde.
Poetas más representativos[editar]
Charles Baudelaire (1821-1867)
Conde de Lautréamont (1846-[[1870≤])
Stéphane Mallarmé (1842-1898)
Jean Moréas (1856-1910)
Germain Nouveau (1851-1920)
Arthur Rimbaud (1854-1891)
Coin de table, retrato colectivo de los simbolistas. Paul Verlaine y Arthur
Rimbaud sentados a la izquierda por Henri Fantin-Latour
Albert Samain (1858-1900)
Paul Valéry (1871-1945)
Paul Verlaine (1844-1896)
Villiers de L'Isle-Adam (1838-1889)
Influencia en la literatura hispana[editar]
El simbolismo literario hispano, con algunos importantes antecedentes peninsulares
como Gustavo Adolfo Bécquer y Salvador Rueda, se subsumió en un movimiento más
general conocido como Modernismo, que empezó en Hispanoamérica.
Se encuentra Simbolismo ya en los cubanos Julián del Casal y José Martí, en el
colombiano José Asunción Silva, en el mexicano Manuel Gutiérrez Nájera y otros
autores posrománticos americanos como el argentino Leopoldo Lugones,el
uruguayo Julio Herrera y Reissig, Ricardo Jaimes Freyre, Amado Nervo, Salvador Díaz
Mirón, Guillermo Valencia, o el peruano, José María Eguren; el nicaragüense Rubén
Darío, gran introductor del Modernismo en España, lo asimiló y difundió.
En España lo cultivaron Antonio y Manuel Machado, Juan Ramón Jiménez, Francisco
Villaespesa y Ramón Pérez de Ayala entre los más importantes.
Técnicas: Lo que une a los artistas es el deseo de crear una pintura no supeditada
a la realidad, en oposición al realismo, y en donde cada símbolo tiene una
concreción propia en la aportación subjetiva del espectador y del pintor. No hay
una lectura única, sino que cada obra puede remitir cosas distintas a cada
individuo. Su originalidad, pues, no estriba en la técnica, sino en el contenido.
Los simbolistas españoles estuvieron fuertemente influidos por el arte de los
precursores, entre los que destacan Gustave Moreau, Pierre Puvis de
Chavannes, Arnold Böcklin, Edward Burne-Jones y Robert Bresdin.
Muchos se decantaron solamente con el auténtico exponente del Simbolismo. Odilon
Redon, que cultivó un estilo de colores puros y una temática fantasiosa, buscaba una
síntesis entre el sueño y la vida. Sin embargo, ya se habían manifestado estas ideas
en el Gauguin de la Escuela de Pont-Aven y en sus seguidores.
Posteriormente, los Nabis, segunda generación simbolista, aspiraron a traducir estas
ideas en forma de vida y en activas reformas. Al contrario que el impresionismo,
escuela concreta y localizada básicamente en Francia, el Simbolismo fue un gran
movimiento que también se extendió a España. Se difundió a partir de 1890, y adoptó
diferentes interpretaciones. En Cataluña se destaca la obra de Juan Brull, Adrià Gual y
del Santiago Rusiñol de mediados de los años de 1890. En el seno del Simbolismo
tomó también cuerpo una tendencia que acentuaba ciertos trazos de sus figuraciones,
lo que desequilibraba la representación objetivista de las cosas en un sentido
fuertemente expresivo.
En Bélgica cabe señalar la obra de Jean Delville, Fernand Khnopff y Degouve de
Nuncques, en la línea del culto a lo misterioso. Esta tendencia, que tiene un precursor
claro en el belga Félicien Rops, está representada por Jan Toorop, una de las figuras
clave, junto a Klimt, del Simbolismo pictórico.
En Italia, por el contrario, el Simbolismo tuvo una fuerte base de minucioso realismo en
la obra de Gaetano Previati, Giovanni Segantini y Pellizza da Volpedo.
También en Alemania el arte simbolista se caracterizó por una técnica muy realista,
pero con una temática idealista; destaca aquí Ferdinand Hodler (Suizo).
En los países escandinavos se caracteriza por una visión austera y una acusada
expresión de la soledad, con artistas como V. Hammershoi, Harald
Sohlberg, Thorárinn B. Thorláksson y Magnus Enckell. La excepción sería el
fines Akseli Gallen-Kallela, inclinado hacia la mitología.
El simbolismo tuvo una marcada influencia en movimientos posteriores, como el Art
nouveau o el surrealismo.
Los representantes[editar]
Los nabis son seguidores de las ideas estéticas de la escuela de Pont-Aven, pero no
pertenecen a la Academia, o son desertores. Nabis significa profetas, en hebreo.
Intentaron que el Impresionismo se acercase al Simbolismo, por lo que se les puede
considerar simbolistas. Su concepción estética es fundamentalmente decorativa, por lo
que lo que se plasma en el cuadro es un juego de sensaciones, más que una
construcción intelectual.
Utilizan colores planos, con un gran sentido estético. Tienen una libertad absoluta a la
hora de utilizar el color y las composiciones. Usaron todo tipo de materiales en sus
cuadros, pintura, cola, cartón, etc., para diferenciar texturas, pero sin llegar al collage.
Proyectaron vidrieras y usaron litografías y grabados para expresarse.
Decoraron teatros, portadas de libros, revistas y cualquier cosa que les solicitasen,
trabajando por encargo. Esto implicó, por un lado que sus obras fuesen ampliamente
conocidas y por otro que no fuesen únicas, sino que se imprimían y repetían, dando a
la obra de arte una nueva dimensión. La obra de arte deja de ser única, a pesar de ello
no crearon escuela.
Entre los nabis destacan pintores como Pierre Bonnard: Retrato de Nathanson y la
señora Bonnard, Edouard Vuillard: Autorretrato, Maurice Denis: Paisaje con árboles
verdes, Félix Vallotton: La lectora, Ker Xavier Roussel: Montones junto al mar, Henri-
Gabriel Ibels, y Paul Ranson. También pueden considerarse nabís los tres grandes
simbolistas, Gustave Moreau, Odilon Redon y Chavannes.