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Salmos 92:12-15 El justo florecerá como la palmera; crecerá como

cedro en el Líbano. 13Plantados en la casa de Jehová, en los atrios


de nuestro Dios florecerán. 14Aun en la vejez fructificarán;
Estarán vigorosos y verdes, 15para anunciar que Jehová mi
fortaleza es recto, y que en él no hay injusticia.
En el versículo 12 de este Salmo, nosotros podemos leer El justo
florecerá como la palmera; crecerá como cedro en el Líbano. Y
aquí nosotros encontramos tres conceptos que son importantes
que tenemos que analizar, pero en esta hora analizaremos dos de
ellos guiados por el Espiritu para poder entender la profundidad
de la Escritura. Para poder entender bien este pasaje bíblico,
necesitamos analizar 1) qué es justo, 2) qué es palmera. Y esto
no significa que vamos a tener una clase de plantas, para nada,
Simplemente vamos a entrar en la palabra que Dios quiere hablar
en esta hora.

Aquí el salmista mira a su alrededor y Dios habla a su corazón, y


Dios le revela y entonces escribe. Ve a los hombres, ve la
naturaleza y ve algo que le llama la atención y es lo que escribe
aquí en este Salmo.
Justo, ¿qué es un justo? Dice el diccionario que es una persona
que practica la justicia.
¿Qué es la justicia? El diccionario dice que:
Justicia es darle a cada quien lo que le corresponde. Hacer
justicia es darle a alguien lo que le corresponde, nosotros
podríamos decir por lo tanto que un justo es aquel que le da a los
demás lo que les corresponde, ni más ni menos.
Pero la palabra justo va mucho más allá, según el diccionario
bíblico, ya que un justo no es simplemente una persona que le da
a cada quien lo que merece sino también, un justo es aquel que
hace un doble esfuerzo para obedecer la palabra Del señor, es
una persona que no importando la circunstancia se mantiene
firme a la integridad que Dios le ha dado, un justo es aquella
persona que no importando la situación él o ella hace un doble
esfuerzo para obedecer los principios de Dios. En la palabra de
Dios encontramos muchas personas que eran justas, porque esas
personas no se conformaban al sistema, no les importaba lo que
el mundo hacía, estas personas estaban dispuestos a darlo todo
por el señor, hasta su propia vida.
En la biblia encontramos a Daniel, Daniel era una persona integra
y justa ante Dios y los hombre, y nos dice la palabra que aun los
sátrapas le envidiaban y no veían tacha alguna en él.
Encontramos a los tres jóvenes que se mantuvieron firme, estos
jóvenes estaban haciendo un doble esfuerzo para obedecer y
serle fiel al Todopoderoso.
Es decir, un justo es aquel que aunque su carne no quiera
obedecer a Dios hace un doble esfuerzo para mantener la
relación con el señor.
Ser justo, si queremos florecer como la palmera debemos de ser
justos, serle fiel a Dios, haciendo un doble esfuerzo para
obedecer a Dios.
Vamos a pasar al siguiente punto:
El justo florecerá como la palmera.
En esta hora estaremos hablando de la importancia de la
palmera, pero no de cualquier palmera porque se calculan
alrededor de 2,600 especies, pero no hablaremos de todas ellas,
sino que hablaremos de aquella que el salmista estaba
contemplando a la antes de escribir este salmo.
La palma de dátil.
Esta palmera está coronada, su parte superior es una copa de
grandes palmas siempre verdes. Esa es una característica.
Siempre sus ramas van a estar verdes, nunca van a estar secas.
Siempre están verdes, tienen una vida de hasta 200 años. Pero
algo que me llama a mí la atención, es que a los 50 años es
cuando hay un proceso en la palmera y viene un cambio, viene
una transformación. Es cuando su corteza se trasforma, cuando
ya es verde y empieza a dar sus mejores frutos, lo cual es algo
muy poderoso.
A partir de los 50 años empiezan a dar los mejores frutos. O sea,
que todo lo de atrás como que fue una preparación para poner lo
mejor, fue como una antesala de lo que iba a comenzar para su
vida. Aplicando esto a la vida espiritual de cada uno de nosotros,
es que no importa tal vez, cuantos años tengas en el camino del
señor, lo que experimentaste ayer era una antesala de lo que
Dios hará contigo. Hay muchas personas que cuando ya están
envejeciendo piensa que ya no tiene fuerzas para seguir
adelante, pero permíteme decirte algo de parte del Señor, la
palmera cuando está envejeciendo es allí donde sus frutos están
más dulces, más sabroso.
A diferencia de otras plantas, como la de la manzana por ejemplo,
que cuando envejece sus frutos son agrios y se va secando, la
palmera cuando está envejeciendo sus frutos son más sabrosos y
es más dulce.
Si tal vez en esta hora te sientes cansado o cansada proclama en
el poderoso nombre de Jesús: yo estoy convencido de esto: a
partir de hoy mis frutos van hacer mejores, serán más dulce, mi
caminar en el señor será más sabroso, más hermoso, Van a ser
mejores de acuerdo a lo que Dios establece, serán mejor de
acuerdo a la voluntad DEL ETERNO para mí en el nombre de
Jesús.
Y esto me da gozo, por eso dice el salmista: el justo florecerá como la
palmera. ¿Cuándo empieza verdaderamente a florecer la palmera?
A partir de los 50 años. Empezamos a dar los mejores frutos a
partir de ese tiempo. ¿Cuáles son los frutos que daban y que dan
estas palmeras allá en el oriente, de acuerdo a lo que dice la
Palabra de Dios? Bueno, su fruto son los dátiles que son
abundantes, que son de un alto valor alimenticio. Tienen también
propiedades curativas contra enfermedades tales como
enfermedades de las vías respiratorias, problemas intestinales.
Hay victoria a partir de los 50. Yo creo que pueden mirar para
atrás y a pesar de los problemas, de las vicisitudes, de los
conflictos, de las adversidades, de las enfermedades, aun de las
crisis, de situaciones muy adversas; pues hoy están de pie
victoriosos, firmes, floreciendo como las palmeras.

Leamos la Palabra de Dios en Salmos 92:12-15 “El justo florecerá


como la palmera; Crecerá como cedro en el Líbano. Plantados en
la casa de Jehová, En los atrios de nuestro Dios florecerán. Aun
en la vejez fructificarán; Estarán vigorosos y verdes, Para
anunciar que Jehová mi fortaleza es recto, Y que en él no hay
injusticia”.  

Hay algunos puntos en los cuales, nosotros como hijos de Dios


nos debemos comparar con la palmera y en esta hora quiero
compartirlos con cada uno de ustedes amados hermanos:

1. La palmera es notable por su tronco recto y aunque se le


cuelgue algo sigue creciendo hacia arriba; así debe ser el
cristiano, no importando lo difícil que le resulte caminar en el
evangelio, ninguna dificultad, ni tentaciones, debe torcerlo ni
impedirle su crecimiento, pues “El que venciere será vestido de
vestiduras blancas; y no borraré su nombre del libro de la vida,
y confesaré su nombre delante de mi Padre, y delante de sus
ángeles” dice el Señor en Apocalipsis 3:5.

2. Y algo importante es que la palmera no se mezcla con ningún


otro árbol, no acepta injertos, por lo que no puede ser unida a
ningún otro árbol, es decir que se mantiene pura en medio del
lugar en que está, de igual manera que el cristiano debe
distinguirse por su separación del mundo, entonces “No os
unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué
compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué
comunión la luz con las tinieblas?” 2 Corintios 6:14

3. Como creyentes y como comunidad de Dios, nos asimilamos a


la palmera porque crecemos como ella ya que somos
colocados por Dios en el desierto, y allí producimos fruto no
importando la situación, no importando el calor o el frío del
desierto darás fruto; como la palmera crece bajo el peso, es
decir que cuanto más la aprietan, mejor crece, así crecen y
prosperan los cristianos verdaderos presionados por sus
cargas y luchas, dando frutos de santidad.

Tenemos que saber que el desierto es permitido por Dios para


que tengamos una mayor revelación de la gloria del Señor,
incrementando el crecimiento espiritual, ya que el desierto te
obliga a depender de Dios, es en el desierto donde de verdad
comienzas a conocer a Dios como tu proveedor, ya que donde no
hay comida, Dios envía su mana, y cuando pasas por el desierto
de la enfermedad es cuando se manifiesta el Señor como tu
sanador.

La palmera crece en la sequedad del desierto, y allí, en medio de


la nada, florece y da fruto mientras que otros árboles no lo dan si
no tienen buenas condiciones, y así, como la palmera, es el
verdadero cristiano; en medio de los problemas, de circunstancias
difíciles y de tropiezo,  el buen cristiano estará firme en la fe y no
se morirá, sino que por el contrario crecerá y dará fruto, es ahí
donde demuestro que “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”
Filipenses 4:13, y “en todas estas cosas somos más que
vencedores por medio de aquel que nos amó. Romanos 8
La palmera Vive en el desierto: El desierto no la marchita
porque fue creada para habitar en él. La resequedad no la mata,
porque sus raíces se profundizan y traen agua a la superficie.
Las brisas y huracanes no la arrancan: Porque por las
características de las raíces, unas se profundizan, y otras entre sí,
se entretejen.
En la arena no muere: Porque extiende sus raíces muy
profundas.
La pregunta es la siguiente en esta hora: ¿Dónde están
profundizadas tus raíces?
Decimos que crecemos como la palmera pero debemos entender
la importancia de tener un buen fundamento, ya que el tamaño de
un edificio depende del cimiento que tenga; la palmera no se
nutre de la arena pues no contiene nutrientes, es decir que su
fundamento no es la arena; y hay creyentes y hasta iglesias que
quieren crecer, pero que están fundados en la arena, y Jesús dijo
que cualquiera que edificase una casa sobre la arena no
permanecerá, vendrán los vientos y las brisas y se destruirá la
casa.
También de la palmera podemos aprender del tallo:
El tallo
El tallo está formado por dos cortezas (capa/cascara) una interna
y otra externa. La externa es fuerte y la interna es blanda.
La corteza de afuera sirve para protección de su cuerpo lo cual
quiere decir que no todo punzante la hiere tan fácil. Así debe ser
el cristiano, en todo tiempo; debe estar vestido de la armadura de
Dios para resistir todos los dardos del maligno. Si nos vestimos de
las armaduras de Dios, no importa los dardos encendidos que
envíe el enemigo, no podrán afectarnos. Ahora de igual manera si
no tomamos las armaduras, nuestra corteza interior será
afectada.
Pregunto: ¿Cómo se siente cuando el dardo de la crítica es
lanzado sobre usted? ¿Cómo es su corteza cuando alguien trata
de aguijonearlo?
Les aseguro que su reacción va a depender de si usted tiene o no
puesta su armadura.
En conclusión:

- La palmera Vive en el desierto: El desierto no la marchita porque fue creada


para habitar en él.
- El calor del sol no la quema: Porque su cuerpo está protegido con una coraza
fuerte que la defiende de los rayos solares.
- Los vientos y las tempestades no la rompen…
- Sus hojas no son corrompidas por los gusanos, porque buscan las
radiaciones solares
¿Quiénes son los hombres y mujeres que dan frutos?
Son aquellas personas que están dispuestos a darlo todo por EL ETERNO, a dar un
doble esfuerzo, a florecer en el lugar que EL SEÑOR los ha puesto.

¿Qué significa florecer como las palmeras, y crecer como cedro en el Líbano?
Después de analizar precisamente las palmeras, y analizar los justos, yo puedo
encontrar que significa permanecer por encima de las circunstancias. Permanecer
por arriba de los problemas, por arriba de toda adversidad y tener una larga vida
dando el fruto que Dios establece.

¿La pregunta es la siguiente: estás floreciendo como la palmera?

Dios te bendiga

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