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INTRODUCCIÓN

En medio de esta pandemia en la cual se han derivados varios


efectos negativos, es importante para nosotros los Cristianos, saber
quiénes somos en Dios. Atreves de la Biblia el Espiritusanto utiliza
muchos ejemplos de la naturaleza para represar al creyente uno de
ellos son algunos árboles, de tantos árboles que hay en la
naturaleza el salmista eligió en un solo versículo dos árboles para
que cada vez que leamos específicamente el salmo 92 sepamos
quienes somos cuando estamos bajo el dominio de Dios.

Estos árboles representan varios aspectos del creyentes pero


específicamente los aspectos fundamentales que detallan son
permanecía y fortaleza.

Este mensaje lleva como tema

“Fortalecidos por Nuestro Señor Jesucristo”

Salmo 92:12-13

“12 El justo florecerá como la palma: Crecerá como cedro en el


Líbano. 13 Plantados en la casa de Jehová, En los atrios de nuestro
Dios florecerán”.

Este versículo inicia dando un título imposible de conseguir para


cualquier ser humano, ser Justo, nadie en esta tierra es justo por
sus propios méritos fundamentamos esto en Romanos 3:10 que
dice “No Hay Justo ni aun uno” Romanos 3:12 dice “Todos se
desviaron, a una se hicieron inútiles;
No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno.” Entonces
nadie por sus propios méritos puede ser llamado justo.
Entonces viene una pregunta ¿Cuándo Somos Justos?, la
respuesta es que somos justos cuando aceptamos a Nuestro Señor
Jesucristo y comenzamos amar a Dios como dice en Deuteronomio
6:4 “Jehová uno es. Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón,
y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas.”

Cuando hacemos esto Dios mismo nos declara justo no por


nuestros méritos sino por los méritos de Nuestros Señor Jesucristo,
quien fue justo y que en el no hubo pecado, fundamentamos estos
en Romanos 8:33  “¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios
es el que justifica”.

1 Corintios 1.30  “Más por él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual


nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y
redención”.

2 Corintios 5:21” Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo


pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él”.

Hay otra palabra que es florecerá el “justo florecerá”, la palabra


florecer viene de arraigarse al terreno para consolidarse comenzar
hacer un árbol de buen aspecto si es fructal que de buenos frutos y
si es maderable que de la mejor madera, a modo de pregunta
¿Cómo se fructifican los arboles?, todo sabemos los árboles se
fructifican se desarrollan con el agua, cuando los árboles son
plantados la tierra necesita ser regada, necesita que se le esparza
agua para crecimiento, lo mismo que acontece en nuestras vidas
necesitamos del Agua para permanecer y ser fuertes y esa Agua es
Jesucristo, en San Juan 4:14 él dijo “ más el que bebiere del agua
que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le
daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna.”

Juan 7:37-38 el dijo “Si alguno tiene sed, venga a mí y beba. El que
cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de
agua viva.”

Esto significa que Jesús sacia nuestra sed espiritual, cual nos
unimos a Él nos sacia, nuestra alma queda hidratada, se va la
resequedad, desaparece la deshidratación y somos fuertes en
Cristo Jesús.

Por eso Jeremías dijo en el verso 17:7-8 hablando sobre el Justo


“Bendito el varón que confía en Jehová, y cuya confianza es
Jehová.  Porque será como el árbol plantado junto a las aguas, que
junto a la corriente echará sus raíces, y no verá cuando viene el
calor, sino que su hoja estará verde; y en el año de sequía no se
fatigará, ni dejará de dar fruto”

Esto nos indica que cuando somos sacados de nuestra vida


corrupta, somos plantados en la casa de Dios y cuando
comenzamos a ser siervos de Nuestros Señor Jesucristo nuestras
raíces comienzan hacer profundas y fuertes en Dios y comenzamos
hacer árboles de abundancia sean frutales o maderables, para la
gloria de su reino y no para nuestra gloria o vanidad.

El Justo Florecerá como la Palmera, la palmera es un árbol que la


mayoría de nosotros conocemos son arboles de gran tamaño, sus
raíces son profundas su crecimiento es recto. Debido a sus raíces
profundas puede soportar cualquier tipo de clima, el viento la dobla
pero jamás la quiebra o rompe, por la profundidad de sus raíces.

Esta simbología nos lleva a pensar siempre que debemos de ser


personas que profundicemos en las riquezas espirituales que nos
tiene Dios, así cuando llegue el tiempo malo como este que
estamos viviendo en medio de esta pandemia, la prueba y el diablo
nos pueden poner en cualquier lugar y siempre nos mantendremos
rectos como la Palmera, firmes aunque los vientos soplen, nunca
nos quebraremos, no importa si el clima es frio, cálido o si hay
sequia permaneceremos en Dios como la Palmera, Florecientes con
gallardía, no importando la circunstancia como dijo el apóstol Pablo
Segunda de Corintios 4:8-10 “ que estamos atribulados en todo,
mas no angustiados; en apuros, mas no
desesperados; perseguidos, mas no desamparados; derribados,
pero no destruidos; llevando en el cuerpo siempre por todas partes
la muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se
manifieste en nuestros cuerpos”.
El logro de nuestra vida espiritual es determinado por nuestro
crecimiento interior, nuestro hombre exterior es muy parecido a  la
corteza de la palmera, podemos ser maltratados y azotados por
variadas circunstancias”. Más si nuestro interior está sano nada
podrá detener nuestro crecimiento espiritual.

La palma es símbolo del triunfo. El cristiano debe llevar una vida


victoriosa por medio de aquel que mora en él.

El Justo crecerá como los Cedros de Líbano, este árbol es muy


conocido en la Biblia los cedros del Líbano son en la actualidad son
el escudo de esta Nación el Líbano, también son conocidos como
los cedros de salomón debido a que cuando Salomón decidió hacer
el templo de Jehová lo adorno con la mejor madera que son
proveniente de estos árboles, en la actualidad también se conocen
como los cedros de Salomón.

Los cedros son conocidos por no notarse su crecimiento de forma


externa, su crecimiento es interior sus raíces comienzas a
profundizarse abriéndose espacio aun entre las rocas más grandes
y duras envolviéndolas sin detenerse en busca del preciado líquido
que lo hace crecer el agua.

El Cristiano hace lo mismo como el cedro de Líbano, nuestro


crecimiento es progresivo al transcurrir de los años y vamos
pasando cada etapa y afirmándonos  en el terreno en el cual
crecemos ,alimentándonos sin dejar, de beber el agua que nos da la
vida  que es Jesús  plantados en la corrientes de ese rió nuestra
hoja no cae y aunque haya en algún momento dificultades  que
quieran venir a derribarnos el tronco del cedro tiene un espesor, de
3 m de diámetro  y puede soportar cualquier cosa e incluso los
embates del clima, cuando se está, apegado a  ese rió que nos
mantiene vivos y creciendo hasta la estatura de su plenitud.

Las Palmeras y los Cedros de Libano, dos àrboles que representan


a los Justos a los creyentes que han creido en Jesus, solo tienen un
lugar para crecer, no existe otro lugar, el texto especifica que
crecerán Plantados en la Casa de Jehová en los Atrios de Nuestros
Dios Florecerán”, esto nos indica que fuera de la cobertura que
brinda Dios nadie prospera, nadie avanza si no está plantado en
Dios, sino esta

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