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GÉNESIS 1: 11 Después dijo Dios: produzca la tierra hierba verde, hierba que de semilla, árbol que

de fruto según su género, que su semilla este en el, sobre la tierra. Y así fue.
Esta noche estaremos dando unas pinceladas de los que es entonces la palabra fruto-perí , esta tiene
diferentes significados entre ellos: descendencia, rama, fructífero, galardón. Nos enfocaremos más
en ella desde su significado fruto.

 Que es un fruto? De una manera simple, un fruto es un producto de una planta, que se
separa de la planta cuando este está maduro, y que en el lleva semilla/s.

Como podemos ver en el pasaje bíblico que acabamos de leer, y hemos discutido aquí con
anterioridad, ningún árbol dará un fruto distinto a su semilla. Una mata de mango, sin importar
el tiempo que pase, siempre que vayamos en su temporada de cosecha a buscar el fruto,
encontraremos mango, nunca lechosa, nunca limón o ninguna otra fruta. Ningún árbol da un
fruto distinto del que está en su genética, en su diseño.

Hay diferentes tipos de plantas que dan diferentes tipos de frutos, hay plantas que contienen
frutos que son aptos para el consumo de las personas, nos los comemos y producen bien en
nosotros, el trabajo que hacen en nuestro cuerpo, la obra que producen en nuestro cuerpo es buena.
Pero por el otro lado, tenemos plantas en la naturaleza cuyo fruto es malo, su obra es dañina cuando
entra en nosotros, en nuestro cuerpo, de hecho, por eso hay plantas que son prohibidas.

Conforme a la palabra podemos ver que el fruto que vayamos a dar dependerá de aquello que
estemos plantando. En la palabra podemos ver que nuestro fruto serán aquellas obras que
nosotros hagamos. Lo que hablamos con nuestra boca y lo que hacemos con nuestras manos,
nuestras obras, nuestras acciones.
Como nos dice la palabra en el libro de proverbios cap.18, versículo 21:

Pro 18:21 La muerte y la vida están en poder de la lengua, Y el que la ama comerá
de sus frutos.

Salomón nos dice que de acuerdo a como hable la persona esos será su cosecha,
indicando que las palabras son como semillas. Toda palabra que usted y yo
soltemos nos va a traer una cosecha, es decir un fruto. Parte de lo que usted
siembra y habla hoy, será el producto y el fruta de mañana conforme la voluntad
de Dios.

Nosotros aprendemos de Proverbios 23:7 Porque cual es su pensamiento en su corazón, tal es el.
Si usted piensa que la vida no tiene sentido, vivirá su vida sin sentido. Y esa vida le dará su fruto. Si
para usted, vivir es una bendición del creador, disfrutara vivir. Y buscara darle ese sentido que ese
creador le puso a la vida.
El fruto que dará nuestra vida será en base a aquello en que creamos. Lo que sea que creamos,
estará en nuestra mente y de ahí veremos nuestro fruto.
Pero veámoslo un poco mas profundo en el antiguo hebreo. La palabra fruto en el antiguo hebreo,
con imágenes antes de llegar a desarrollarse el idioma.

La palabra Perí, si la vemos escrita en el hebreo antiguo tenía las siguientes imágenes: Pey, resh,
yod.

Tendrán algo que decirnos estas imágenes?


Repetimos el Proverbio, lo que tiene el hombre en su corazón, eso es él. Corazón, es mente. La
mente está en la cabeza. Las palabras llegan a nuestra mente, buenas y malas (pey), y lo que
decidamos albergar ahí, a lo que le demos terreno, eso crecerá en nosotros, en nuestras cabezas
(resh) como personas, y el fruto de eso serán nuestras acciones (yod).
Cuando Dios dijo le dijo a los arboles que dieran fruto de acuerdo a sua especie, en el versículo 11,
vemos que ellos dieron ese mismo fruto en el versículo 12. Y dijo Dios esto es bueno! Y vimos en
una clase con Arianny que bueno tiene que ver con cumplir aquello para lo que fuimos diseñados.
El árbol se conoce por su fruto. Y el hombre se conoce por sus obras. Pidamosle a Dios que inunde
nuestra mente, para que se refleje en nuestras acciones. ***

Mateo 7:20 Así que, por sus frutos los conoceréis.7:21 No todo el que me dice:
Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi
Padre que está en los cielos.

Es decir por nuestras acciones nos van a conocer, no por lo que hablemos, no,
porque tal vez podamos decir muchas cosas con nuestros labios, pero nuestras
acciones demuestran lo contrario.

Hay frutos dulces, agradables a nuestro paladar, que nos deleitamos en comer. Esperamos con
ansiedad el tiempo en que el árbol va a dar fruto para disfrutar de el. Y hay arboles cuyo fruto, al no
agradarnos, no importa cuánto den de su fruto, si no nos agradan, no tendrán nuestra atención.
Hay personas que, por su forma, por sus frutos, su honestidad, sus valores, siempre queremos tener
cerca. Con esta clase de personas es que queremos emprender, que nos queremos casar, que
queremos tener como amigos, etc. Y hay personas que, por su mal fruto, porque obran de manera
deshonesta, no confiamos en ellos.
Que espera Dios de nosotros, cual es el fruto que estamos dando? El fruto dirá si estamos en Dios o
no*** Somos cartas abiertas y nuestras obras servirán para glorificar o no a nuestro Dios.
La palabra nos dice en la carta a los gálatas cap.5, versículo 22:

22 Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe,
23 mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley. 24 Pero los que son de
Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos. 25 Si vivimos por el
Espíritu, andemos también por el Espíritu. 26 No nos hagamos vanagloriosos,
irritándonos unos a otros, envidiándonos unos a otros.
Aquí Dios nos habla a través del apóstol y nos dice que debemos de tener el fruto
del espíritu y nos las obras de la carne, es decir, nuestro fruto como hijos de Dios
debe de ser agradable.
Esta es una de las cosas que nos permite ver el apóstol Pablo en el libro de Gálatas
a través del fruto y las obras, es la diferencia entre las dos acciones que existen, en
este caso los que son nacidos por Cristo y los que están bajo el sistema del mundo,
son fritos diferentes.
¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos? Así, todo buen árbol
da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos. No puede el buen árbol dar
malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos. (Mt.7:16b–20).
Esto nos exhorta a cabalidad que el fruto del cristiano debe ser continuo, dando
fruto todo los días, como dice 1. Corintios 15:58. "Así que, hermanos míos amados,
estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que
vuestro trabajo en el Señor no es en vano".

Juan 15:16. "No me elegisteis vosotros a mí, más yo os elegí a vosotros; y os he


puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca: para que todo lo
que pidiereis del Padre en mi nombre, él os lo dé".

¿Quiénes son las personas que dan frutos?

Son aquellos hombres y mujeres que están dispuestos a fructificar y florecer


donde quiera que Dios los plante, que no importa la adversidad o el lugar
donde Dios nos plante ahí en ese lugar ser fructíferos. Y de esto podemos
aprender que:

Como creyentes y como Iglesia nos asimilamos a la palmera porque crecemos


como ella ya que somos colocados por Dios en el desierto, y allí producimos fruto;
como la palmera crece bajo el peso, es decir que cuanto más la aprietan, mejor
crece, así crecen y prosperan los cristianos verdaderos presionados por sus cargas y
luchas, dando frutos de santidad.

La palmera crece en la sequedad del desierto, y allí, en medio de la nada, florece y


da fruto mientras que otros árboles no lo dan si no tienen buenas condiciones, y
así, como la palmera, es el verdadero cristiano; en medio de los problemas, de
circunstancias difíciles y de tropiezo,  el buen cristiano estará firme en la fe y no se
morirá, sino que por el contrario crecerá y dará fruto, es ahí donde demuestro que
“Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” Filipenses 4:13, y “en todas estas cosas
somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Por lo cual estoy
seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo
presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos
podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro”  Romanos
8:37-39.

Da tus mejores frutos, en todo momento aun en tu vejez. El fruto de la palmera es


mucho más dulce cuando ha alcanzado los ochenta años. En cambio, cuando un
manzano envejece, sus frutos se tornan más y más pequeños hasta que no valen
nada, y no es así con la palmera, que cuando más vieja es, da mejor fruto.
El fruto del cristiano: Así debiera ser con nosotros, cuanto más avancemos en
nuestra vida cristiana, más dulzura deberíamos mostrar, llevar mucho fruto, no
importando la circunstancia, El señor nos fortalece. Además de que Dios nos insta a
llevar mucho fruto, también nos insta a que ese fruto debe permanecer.

Los cristianos, trabajamos en diferentes lugares, desempeñamos una labor dentro


y fuera de la Iglesia. Dios nos usa de diferentes maneras como esté nuestra
disposición. En ese crecimiento y labor vamos desarrollando el fruto de nuestra
vida.
Finalmente, recordemos que existen (4) tipos de miembros en nuestras iglesias: (1)
los que están llenos de buenos deseos...pero no hacen nada;

(2) los que mucho hablan: Hablan constantemente de lo que se debe hacer...pero
ellos no hacen nada;

(3) los que les gusta que todo en la Iglesia sea de primerísima calidad, pero no son
más que espectadores.

(4) Aquellos que dan verdadero fruto, están dispuestos a pasar todas las
adversidades para dar verdadero fruto. . Son como las abejas de un colmenar...
¡Siempre laboriosos! ¿A cuál de ellos perteneces tú?

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